EL
CARÁCTER DEL SEÑOR JESÚS COMO
"HIJO
DEL HOMBRE".
Todas
las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y han sido tomadas
de la Versión Reina-Valera
Revisada en 1960 (RVR60) excepto en los lugares en que, además de las comillas
dobles (""), se indican otras versiones, tales como:
LBLA
= La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman
Foundation, Usada con permiso.
Pregunta: ¿Cuál
es el significado y alcance del carácter del Señor, considerado como ''Hijo del
Hombre"?
Respuesta: Contestaremos a esta
pregunta
por medio de dos extractos sacados de los escritos de dos siervos del Señor.
I. — En el evangelio según Lucas, el Espíritu
de Dios nos presenta a Jesús bajo Su carácter de "Hijo del Hombre",
trayendo a los hombres, de parte de Dios, la gracia que todos necesitan. Por
consiguiente, sobre todo lo que concierne a la
humanidad de Cristo, hallamos más detalles que en los otros evangelios; al
mismo tiempo, Su perfecta divinidad brilla en cada página. A lo largo del
relato inspirado, vemos a Jesús como al hombre que hubiéramos podido encontrar
si hubiésemos vivido en aquél tiempo; pero, para la fe, era "el más
hermoso de los hijos de los hombres" porque la gracia 'se derramaba en sus
labios'. (Salmo 45:2).
Ya presentado en Mateo y Marcos como Mesías y
Profeta, Jesús debía serlo también como Hijo del Hombre. Fue anunciado como
tal a la caída del primer hombre, cuando Dios le dijo a la serpiente, hablando
de la simiente de la mujer: "ésta
te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar." (Génesis 3:15). Luego, los profetas le
anunciaron como Hijo del Hombre (ver Salmo 8:4; Salmo 80:17; Daniel 7:13), como
Aquel en quien Dios pensaba en Sus consejos eternos; porque Adán era solamente
"figura del que había de venir" (Romanos 5:14); Adán no era hijo del
hombre, ni simiente de la mujer, ya que Dios le había creado hombre hecho,
mientras que Jesús, para ser un hombre, tuvo que nacer de una mujer. Aunque
colocado en este mundo como jefe de la creación, Adán perdió todo por su pecado;
Dios no podía contar con él para el cumplimiento de Sus consejos. Por eso, contaba
con Su Hijo, segundo hombre, postrer Adán. "Cuando al mar puso sus límites
para que las aguas no
transgredieran su mandato, cuando señaló los cimientos de la tierra, yo estaba
entonces junto a El, como arquitecto; y era su delicia de día en
día, regocijándome en todo tiempo en su presencia, regocijándome en el mundo, en
su tierra, y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres."
(Salmo 8: 29-31; LBLA).
Al venir a este mundo como un hombre, Jesús
reemplaza pues al primer Adán; lleva las consecuencias de la caída, quita el
pecado de delante de Dios, y, en virtud de la redención, viene a ser jefe y
heredero de todo lo que Dios destinaba al hombre según Sus consejos. Llegado el
tiempo, El reinará como tal sobre el universo entero, que habrá librado del
poder del enemigo hasta que entregue el reino al Dios y Padre, para el estado
eterno (Daniel 7: 13-14; 1ª. Corintios 15:24).
S. P.
II. — El título de "Hijo del Hombre"
tiene un alcance muy extenso. Expresa lo que es el hombre en su perfección, el
hombre según Dios. Nos dice que, en Jesús, el hombre está ahora en una
posición completamente nueva, adornado con todas las hermosuras posibles,
humanas o morales.
Pero este título de Hijo del Hombre dado a
Jesús no expresa solamente toda Su
perfección moral, pues
todos Sus sufrimientos y todas Sus dignidades están en relación con él.
Como Hijo del Hombre, el Señor fue humillado
(Salmo 22), pero, como tal, fue también ensalzado a la diestra de la Majestad
en los cielos (Salmo 80:17). Como Hijo del Hombre no tenía dónde reclinar la
cabeza (Lucas 9:58), pero como tal viene hacia el Anciano de días para recibir
el reino de sus manos (Daniel 7: 13-14). Será como Hijo del Hombre que el poder
de juzgar le será dado (Juan 5:27); como tal es profeta, sacerdote y Rey,
heredero de todas las cosas, Señor sobre todas las cosas, cabeza del Cuerpo,
Esposo de la Iglesia.
Como Hijo del Hombre tiene potestad en la
tierra para perdonar pecados (Mateo 9:6); como tal es Señor del sábado, o día
de reposo (Marcos 2:28), y no obstante, con este mismo carácter, estuvo tres
días y tres noches en el corazón de la tierra (Mateo 12:40).
Como Hijo del Hombre, era el
sembrador infatigable que iba esparciendo Su semilla; como tal será el glorioso
segador que recogerá Su mies en los alfolíes celestes.
Corno Hijo del hombre tenía Su
propio lugar en el cielo; como tal fue crucificado y resucitado (Juan 3: 13-14).
Finalmente, como Hijo del hombre, Él es el centro de todas las cosas, sean
terrenales, o celestiales.
Era en el hombre donde el
Dios Creador había puesto Su imagen en
el principio (Génesis 1:26), y cuando el primer Adán, que era de la
tierra, la hubo quebrantado, el Hijo de Dios emprendió su restauración;
emprendió, como hombre, el cumplimiento del consejo divino, colocando al hombre
en Su Persona, restaurándole de esta forma, en el lugar de honor y de confianza
que Dios le había asignado antes.
Este título, este nombre de Hijo del Hombre
tiene pues, como lo vemos, un inmenso alcance y se relaciona con la persona
del Señor, con toda Su aflicción, con todas Sus dignidades, menos —evidentemente—
con las que le pertenecen en Su carácter de Dios, bendito eternamente, sobre
todas las cosas.
Él es el hombre ungido, el templo
humano sin pecado, edificado por el Espíritu Santo, y después llenado por Él
(Lucas 1:35 y 4:1). Es el hombre humillado,
el varón de dolores, que descendió, se anonadó y se humilló hasta la muerte de
cruz (Filipenses, capítulo 2). Finalmente, es el hombre exaltado, coronado de
gloria y de honra, esperando que todas las
cosas le sean sujetas (Hebreos 2: 6-9).
J. G. Bellett
Revista
"VIDA CRISTIANA", Año 1964, No. 70.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario