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Mensajes trascendentales dados por la Santísima Virgen María
al vidente Clemente Domínguez y Gómez
y luego Papa Gregorio XVII
30 de diciembre de 1.969
La Inmaculada Concepción
“Debes tener energía para defender los mensajes que te he encomendado: la adoración de la Santa Faz,
el Viacrucis, el Rosario de Padrenuestros, la Comunión reparadora de los primeros jueves. Está la salvación del
mundo.”
11 de febrero de 1.970
Nuestra Señora de Lourdes
“Hijos míos: estoy muy contenta con todos vosotros, y más en estos momentos que rezáis el Santo
Rosario de Padrenuestros, que es el que más me alegra y me llena de gozo y salva muchas almas.”
22 de febrero de 1.970
La Santísima Virgen María
“Estoy muy contenta con vosotros porque habéis hecho el Viacrucis. Las oraciones de noche son las que
más agradan a mi Hijo Jesús, porque es cuando más se le ofende por las impurezas. Tened todos cuidado; no iros
nunca al lecho en pecado mortal.”
24 de febrero de 1.970
La Santísima Virgen María
“Hijos míos: ¿Por qué tenéis tan olvidado a mi castísimo Esposo, cuando él vela también por la Iglesia, y
él es el Padre de la Iglesia, ya que, al ser Padre adoptivo de Jesús, es Padre de la Iglesia también?
Hijos míos queridos: acordaos siempre de San José, varón castísimo. Os pido que hagáis lo posible por
poner en este Sagrado Lugar una imagen digna de mi castísimo Esposo; y si alguien dijere que no es ésta mi
voluntad, es que a mí tampoco me quiere, pues el que no es devoto de San José, tampoco es devoto mío.”
12 de abril de 1.970 - Palmar de Troya
La Santísima Virgen del Carmen
“Hijo mío: Me dirijo a vosotros, como Madre de Jesús y vuestra, para deciros que meditéis, con el
corazón, y puestos en mis manos, el saludo que me hacéis en la Salve. Meditad especialmente en la parte que
decís: «Muéstranos a Jesús». A eso vengo, a mostraros a mi Divino Hijo Jesús, y os lo muestro en su Divina Faz
desfigurada, maltratada, ensangrentada, escupida, que se hizo Víctima para ofrecerse a vuestro Padre Celestial
para purificaros de vuestros pecados y redimiros para la vida eterna.
Os digo que, los que aún no comprendéis el lugar que debe ocupar mi Divino Hijo, adoréis su Divina
Faz para consolar mi dolorido Corazón, para que algún día sepáis hacerlo, porque se lo debéis hacer por ser Dios
vuestro Redentor.
Hijos míos: cuando no comprendáis lo meritorio que es adorar la Santa Faz de mi Divino Hijo, pensad lo
siguiente: Voy a adorar la Divina Faz de Nuestro Señor Jesucristo para alegrar el Corazón Inmaculado y
Dolorido de mi Madre, la Virgen Santísima. De esta forma comprenderéis que soy canal para ir a Jesús, vuestro
Salvador y Rey del Universo, por voluntad del Padre Celestial. Os bendigo.”
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15 de abril de 1.970
La Santísima Virgen del Carmen
“... Pero os pido a todos vosotros que procuréis todos los días oír la Santa Misa, oración principal de
todos los fieles católicos; que recibáis a mi Divino Hijo en la Eucaristía, que vayáis todos los días a visitar a mi
Hijo expuesto en la Sagrada Eucaristía en manifiesto, que hagáis el Viacrucis, el Santo Rosario de
Padrenuestros.”
2 de mayo de 1.970
La Santísima Virgen del Carmen
“Así me gusta, hijos míos, que tengáis devoción a mi castísimo Esposo que, como Padre de la Iglesia
que es, es vuestro padre, al cual le debéis devoción; pero que la devoción no se quede en una simple oración,
sino que le imitéis en su castidad, en su pobreza, en su humildad y en su obediencia.
Él fue designado por el Padre Celestial para protegerme y proteger al Niño Jesús, vuestro Salvador. Por
eso, él vela por la Iglesia y os acerca a vosotros a Jesús y a Mí, vuestra Madre.”
28 de mayo de 1.970 - Palmar de Troya
Estábamos cantando el Salve Madre, y al llegar a la parte “muestra aquí de tu gloria los resplandores”,
apareció la Santísima Virgen y dio el siguiente mensaje:
La Santísima Virgen del Carmen
“Como me pedís, os complaceré: Un día, aquí mostraré los resplandores de mi gloria. Ese día está
cercano; lo estáis tocando con las manos. Será un día grandioso, lleno de gloria, y podré estar rodeada de todos
mis hijos. Muchos de ellos tendrán una visión clara de mi persona; otros verán mi silueta; otros, un gran
resplandor, y quedarán sorprendidos, porque se darán cuenta que en él estoy Yo. Pero otros, perversos, me verán
y lo negarán; porque el soberbio pone la ciencia por encima de las cosas de Dios, y no se da cuenta que Dios es
el Máximo y gobierna todas las cosas, y la ciencia está sometida a Él. Y otros, que querrán seguir su camino de
perdición, me dirán: “¡quítate de ahí!”, porque saben que la visión les traerá responsabilidad y tendrán que
cambiar de camino; pero su soberbia se lo impide. Pero, los que tengan el alma como niños, me verán y me
aceptarán como Madre que soy, y querrán seguir el camino que Yo he trazado. Estos se alegrarán por toda la
vida, pues ese día me volcaré de tal forma, que se darán cuenta de las gracias que he recibido de la Augusta
Trinidad.
6 de agosto de 1.970
La Santísima Virgen del Carmen
“Hijo mío: no es necesario tener que decir que hay que reunir las condiciones que mandan la Ley Divina
y los Mandamientos de la Iglesia. Precisamente, todos los que lleven este Escapulario, tendrán siempre perfecto
conocimiento para cumplir los Mandamientos, pues, por este medio, mi Divino Hijo incrusta en sus corazones la
Imagen de su Rostro, de tal manera que el enemigo no puede resistir la Luz del Altísimo, y decide retroceder;
por lo cual, todos los que llevan este Escapulario, se van perfeccionando, llegan a amar más intensamente a la
Eucaristía, ya que la Santa Faz es espejo de la Eucaristía. Os bendigo.”
16 de enero de 1.971
La Santísima Virgen del Carmen
“Hijos míos: tened presente siempre que, si queréis ser librados de los ataques de Satán, el mejor medio
para que él retroceda y se derrita, es teniendo delante, en vuestro pecho, el Divino Rostro de mi Hijo. Ante Él, el
enemigo no puede seguir adelante, pues la Luz de mi Hijo lo derrumba. Cuando Satán se disfraza aparentando
ser Jesús o ser Yo, vuestra Madre, y tenéis puesto externamente el Rostro de mi Hijo, inmediatamente él
desaparece, porque él es soberbio y no puede soportar la majestad de Dios.
Hijos míos, quisiera que vuestras mentes comprendieran el valor que tiene llevar este Santo Escapulario
externamente en este Sagrado Lugar.
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Mis queridos hijos: os digo estas cosas porque os amo y porque os tengo en mi Corazón, y no quiero que
el enemigo os engañe. Como fe de la autenticidad de cuantas palabras estoy diciendo, os digo: ¡Viva Jesús
Sacramentado! Palabras que no puede pronunciar el enemigo.
A todos os quiero: a unos por una cosa y a otros por otra cosa, y a cada uno según sus debilidades. No es
que quiera a uno más que a otro, sino de distinta forma. Jamás riño porque no os quiera, sino porque os quiero de
verdad, y a todos os cobijo bajo mi Santo Manto. Os bendigo.”
31 de enero de 1.971 - Santuario de Nuestra Señora de Covadonga, Asturias.
La Divina Pastora
“Confiad en Mí, soy vuestra Divina Pastora; dejaos conducir como sumisas ovejas, pues Yo, como
Madre del Divino Pastor, rogaré por vosotros.”
3 de marzo de 1.971 - Santuario de la Medalla Milagrosa, París.
La Santísima Virgen María
“París; no mirarlo: es pasto de llamas. No quedará una piedra en pie.
Hijos míos: Os doy las gracias por haber venido hasta este Santuario de la Medalla Milagrosa,
atendiendo a mis deseos. Extended por Francia, por toda Europa, lo siguiente:
... Decid al mundo: Yo soy la Milagrosa. Si me lo pedís con verdadera confianza, Yo conseguiré de la
Santísima Trinidad que todos esos castigos sean aminorados. Haced oración y penitencia.
¡España: también tú tendrás que sufrir castigos, pues no eres obediente a la voz de Dios! Mas España,
por gracia divina, sufrirá menos, ya que en los españoles hay un gran número de devotos a Mí, y Yo no los
abandonaré.
Hijos míos: cuidaos, que el comunismo os acecha. Está infiltrándose en todas las naciones para dar el
golpe mortal. Cuidaos de la masonería; ya está en todos los estamentos europeos. Desgraciadamente, ya está
infiltrada en España. Hijos míos: haced constante oración y penitencia, pues pocos avisos tendréis ya. El Padre
Celestial está a punto para descargar su santa ira sobre la humanidad ingrata.”
5 de marzo de 1.971
La Santísima Virgen del Carmen
“... Siempre estoy con vosotros cuando me invocáis.” ...
21 de marzo de 1.971 Palmar de Troya
La Divina Pastora
“Ovejitas mías, Yo os pastorearé cuando reine el Antipapa, ya que será difícil localizar al verdadero
Papa en esa época de confusión.”
25 de abril de 1.971
La Divina Pastora
“Hijos míos: vengo como Divina Pastora para llevaros a todos a Jesús Eucaristía, en esta hora de
tinieblas en que tan despreciada está; en esta hora que se niega la presencia real de Cristo en la Sagrada
Eucaristía. ¡Oh ovejitas mías! Yo quiero pastorearos; dejaos guiar por Mí. Yo soy vuestra Pastora, Madre del
Divino Pastor y Madre de los fieles del Divino Pastor.
Ovejitas mías: acudid con frecuencia a la Sagrada Eucaristía; procurad visitar a la Eucaristía oculta en el
Sagrado Tabernáculo; hacedle allí reparación por los ultrajes que recibe; hablad con Él; Él os escucha y os habla
cuando humildemente queréis escuchar su voz, aunque no lo oigáis por vuestros sentidos de audición, pero sí en
vuestros corazones.
Ovejitas mías: Desagraviad a mi Jesús en el Tabernáculo por los que le reciben indignamente, por los
que no doblan las rodillas ante Él, por los que le dan las espaldas, por los que niegan su real y augusta Presencia.
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¡Oh, hijos míos! Penetrad en el Sacramento del Amor, humillaos ante Él, contadle vuestros problemas,
vuestras dificultades, vuestras alegrías, vuestras tristezas, vuestros buenos propósitos; y antes de que deis un
paso para algo, siempre consultadle en el Sagrado Tabernáculo. Él os iluminará.
... Hijos míos: acercaos siempre a la Sagrada Eucaristía con amor, recogimiento, con profundo
arrepentimiento de vuestros pecados. Hijos míos, meditad a quien tenéis delante: todo un Dios que baja a la
tierra para que lo comáis, bebáis su augusta Sangre y recibáis su gracia. Ante tanto amor, debéis corresponder
también con amor.
Mis queridas ovejitas: amad intensamente a Jesús. Mirad: si decís que me amáis, que soy vuestra Madre,
y no me agradáis, desobedeciéndome, ¿cómo decís que me queréis? El que a Mí me ama, se encamina a Cristo, y
el que ama a Cristo, se encamina al Padre Celestial.
... ¡Oh, hijos míos! Próximamente el Vicario de Cristo, el mártir del Vaticano, Pablo VI, el hijo de mi
Corazón, terminará su misión, y después vendrá un Antipapa. Muchos hijos de la Iglesia creerán que el Antipapa
es el verdadero Papa; enseñará herejías, destruirá aparentemente a la Iglesia. Muchos dirán: tenemos que
obedecer a la jerarquía. Pero Yo estaré hablando con mis hijos y advirtiendo de los desvíos, y os pastorearé.” ...
24 de junio de 1.971
La Santísima Virgen del Carmen
“Hijos míos: Vengo como Madre de Jesús y Madre de vosotros, para recordaros lo abandonado que está
Jesús en la Eucaristía. Está muy solo.
Os vuelvo a decir que frecuentéis más la Eucaristía, que oigáis la Santa Misa. Acudid siempre a Misa
con gran devoción, el Sacrificio más agradable al Eterno Padre, en el que Cristo se ofrece como Víctima por
vosotros.
No olvidéis: el Santo Sacrificio de la Misa es la renovación del Gólgota, en el que Cristo renueva el
Sacrificio de la Cruz incruentamente.
¡Oh, hijos míos: tened siempre presente la Sangre derramada de vuestro Redentor, la Sangre Divina que
dio como precio por vuestra redención!
... Hijos míos: muchos de los que venís a este Sagrado Lugar, tenéis abandonado a Jesús en la Eucaristía.
Algunos os limitáis solamente a la Misa dominical...
Procurad hacer también la visita al Santísimo, especialmente cuando está expuesto de manifiesto...
Así que ya sabéis, hijitos míos: acudid con frecuencia a la Santa Misa y recibid la Sagrada Eucaristía. Os
bendigo.”
15 de septiembre de 1.971
La Divina Pastora
“Hijos míos: Yo estaré con vosotros en las duras pruebas. No faltará mi consuelo, mi abrazo y mi santo
Manto. Yo os guiaré como Divina Pastora, ¡rebañito querido! Vosotros seguiréis siempre mi báculo, e iréis
seguros a buen puerto. Yo soy vuestra Madre, la Madre de vuestro Dios y Madre vuestra. ¿Cómo os voy a
olvidar? ¿Cómo os voy a abandonar? si tanto me ha costado el adquiriros como hijos, ¡si me ha costado la Pasión
de Jesús! ¡No os puedo abandonar, mis queridas ovejitas! ¡Ovejitas de mi Inmaculado Corazón! ¡Ovejitas
queridas! Estad siempre alrededor de vuestra Divina Pastora, vuestra Madre Celestial, que os mima, que os
quiere, que os cobija bajo su santo Manto.
Yo, la que estuve al pie de la Cruz, en pie, no desmayada como me pintan; en pie, cumpliendo mi misión
de Corredentora, de Mediadora Universal, mi misión de Madre de la humanidad. Allí estaba Yo en el Calvario,
en pie, rígida, consciente de mi alta responsabilidad. No os imaginéis a vuestra Madre querida desmayada, no.
Nunca estuve desmayada en el Calvario. Sabía cuál era mi misión. Un día antes, Yo le rogué a mi Jesús con estas
palabras: “¡Hijo mío, llévame contigo al Cielo, no me dejes en la tierra sola, quiero estar contigo; no quiero que
te vayas y me quede sin Ti!” Jesús, el buen Jesús, respondió con estas palabras: “Madre, acepta la voluntad del
Padre Celestial. Es preciso que Tú te quedes para cuidar de mi Iglesia. Mi Iglesia necesita una Madre, hasta que
ellos ya puedan caminar.” Y entonces Yo, junto con mi Jesús, me ofrecí al Padre como víctima por la
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Pedro Mrod (mrodpedro@gmail.com)
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