domingo, 24 de julio de 2016

5.1 Vivir con fe conforme a los mandamientos de Dios: Iglesia Nueva Apostólica Internacional

5.1 Vivir con fe conforme a los mandamientos de Dios: Iglesia Nueva Apostólica Internacional









5.1 Vivir con fe conforme a los mandamientos de Dios


La fe en Dios repercute decisivamente en toda la vida del hombre.
El creyente aspira a que sus pensamientos y sus obras sean acordes a la
voluntad de Dios. Reconoce en Dios al Iniciador de un orden justo.


Para que los hombres se puedan mover en este orden, Dios como su
Creador les dio mandamientos. Los mandamientos expresan la voluntad de
Dios acerca de cómo debe ser la relación con Él. Además constituyen el
fundamento para un buen trato mutuo entre los hombres.


Como el creyente reconoce a Dios como su Señor y es consciente de la
omnisapiencia de Dios, confía en sus disposiciones, pregunta cuál es su
voluntad y se esfuerza en subordinar su propia voluntad a la de Dios.


Ya en el tiempo del Antiguo Testamento había hombres y mujeres
creyentes que permitían que la fe determinara sus obras; en Hebreos 11
se mencionan algunos ejemplos. Estos testigos de la fe también son
ejemplos para los cristianos. Hebreos 12:1 exhorta a despojarnos “del
pecado que nos asedia" y en la lucha contra el pecado transitar con
paciencia el camino de la fe.


El ejemplo más grande es Jesucristo, el Autor y Consumador de la fe.
Él era uno con su Padre y siempre colocó su voluntad bajo la voluntad de
Dios (Lc. 22:42). Su obediencia incondicional, el cumplimiento de todo
lo indicado por su Padre, convoca al seguimiento y exige un modo de vida
conforme a su ejemplo: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis
en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor" (Jn. 15:10). Así Jesucristo es para todos los que
lo siguen en obediencia en la fe, el Autor de eterna salvación (He.
5:8-9).


El reconocimiento de que la salvación se alcanza recibiendo los
Sacramentos, forma parte de la fe de un cristiano. Aceptar estas
acciones salvíficas de Dios y esperar el pronto retorno de Cristo hacen
“que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio,
celoso de buenas obras" (Tit. 2:12-14).


“Vivir en este siglo piadosamente" significa que a partir de nuestra
confianza infantil orientemos nuestros pensamientos y nuestras obras en
la voluntad de Dios sin santidad fingida ni hipocresía. El fundamento de
la confianza infantil en nuestro Padre celestial es su amor al ser
humano. En obediencia en la fe, el hombre se subordina a la voluntad
divina.


Alentar la “obediencia a la fe" en el nombre de Jesús, es tarea del
ministerio de Apóstol (Ro. 1:5; 16:25-26). Quien se halle en esta
obediencia, orientará su vida conforme a la doctrina de Cristo (Ro.
6:17). Esto es vivir verdaderamente con fe conforme a los mandamientos
de Dios. De esta manera se manifiesta el amor del hombre a Dios.

EXTRACTO
Los mandamientos expresan la voluntad de Dios acerca de cómo debe ser
la relación con Él. Además constituyen el fundamento para un buen trato
mutuo entre los hombres. (5.1)


En la fe el hombre reconoce a Dios como su Señor; confía en Él y
aspira a que sus pensamientos y sus obras sean acordes a la voluntad de
Dios. (5.1)


La obediencia incondicional de Jesús a su Padre convoca al seguimiento y exige un modo de vida conforme a su ejemplo. (5.1)











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