Hernán Cortés
Hernán Cortés | ||
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Retrato de Hernán Cortés basado en el enviado por el conquistador a Paulo Giovio, que sirvió de modelo a muchas de sus representaciones desde el siglo XVI. |
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Conquistador, explorador y marqués | ||
Años de servicio | 1504-1547 | |
Lealtad | España | |
Condecoraciones | Marquesado del Valle de Oaxaca | |
Participó en | Conquista de México | |
Estatus legal | marqués e hidalgo | |
Nombre real | Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano | |
Nacimiento | 1485 Medellín, Corona de Castilla |
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Fallecimiento | 2 de diciembre de 1547 Castilleja de la Cuesta, Corona de Castilla |
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Ocupación | Capitán general de la Nueva España y Alcalde de Santiago de Cuba | |
Firma | ||
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Índice
- 1 Nacimiento y juventud
- 2 Matrimonios y descendencia
- 3 Carrera militar
- 3.1 Cuba
- 3.2 La conquista del Imperio mexica
- 3.2.1 Primeros contactos con los pobladores
- 3.2.2 La Batalla de Centla y la toma de Potonchan
- 3.2.3 Fundación de Santa María de la Victoria
- 3.2.4 Fundación de Veracruz y alianza militar con Cempoala
- 3.2.5 «Quema» (barrenado) de las naves
- 3.2.6 Guerra y posterior alianza con Tlaxcala. Matanza de Cholula
- 3.2.7 Tenochtitlan
- 3.2.8 Lucha entre españoles
- 3.2.9 La matanza del Templo Mayor
- 3.2.10 La rebelión y La Noche Triste
- 3.2.11 Sitio y caída de Tenochtitlan
- 3.3 El viaje de Cortés a Las Hibueras
- 3.4 Descubrimiento de la «California»
- 3.5 Expediciones posteriores
- 3.6 El nombre de California
- 4 Fallecimiento y sucesivos traslados de sus restos
- 5 La leyenda negra
- 6 Heráldica
- 7 Monumentos y representaciones artísticas en México
- 8 Filmografía
- 9 Véase también
- 10 Referencias
- 11 Bibliografía
- 12 Enlaces externos
Nacimiento y juventud
Fue hijo único de un hidalgo extremeño, llamado Martín Cortés y de Catalina Pizarro Altamirano. Su madre fue prima segunda de Francisco Pizarro, quien posteriormente conquistó el imperio inca.Como otros hidalgos, su padre lo envió a los catorce años a estudiar
leyes en Salamanca, ciudad que abandonó dos años más tarde, movido por
su afán de aventuras. Estos estudios preparatorios y los conocimientos
prácticos de la ley que granjeó en su aprendizaje con un escribano en
Valladolid han dado pie al mito que Cortés cursó leyes en la Universidad de Salamanca.1 Tras varios intentos fallidos, por una parte, de embarcar para las Indias, y, por otra, de participar en las campañas de Gonzalo Fernández de Córdoba en Italia, finalmente, en la primavera de 1504, zarpó hacia la isla de La Española,
donde se instaló como plantador y funcionario colonial. Sin embargo,
debió de regresar a España, pues el 29 de agosto de 1506 su padre abonó
el importe de su pasaje a Santo Domingo en la nao San Juan Bautista,
propiedad de Luis Fernández Alfaro.2
Matrimonios y descendencia
- Catalina Pizarro, nacida en 1514 o 1515 en Santiago de Cuba, o
quizás más tarde en la Nueva España. Su madre fue Leonor Pizarro,
probable pariente de Cortés. Fue legitimada junto con sus hermanos
Martín y Luis en una bula papal de Clemente VII en 1529. - Martín Cortés, nacido en Coyoacán en 1522. Su madre fue La Malinche,
la compañera y traductora indígena de Cortés. Fue legitimado junto con
sus hermanos Catalina y Luis en una bula papal de Clemente VII en 1529. - Luis Cortés, nacido en 1525, y es hijo de la española Antonia
o Elvira Hermosillo, y quien también será legitimado junto con Martín y
Catalina. Se casó con doña Guiomar Vázquez de Escobar, sobrina del
conquistador Bernardino Vázquez de Tapia. - Leonor Cortés y Moctezuma, nacida en 1527 en la Ciudad de México. Hija de Tecuichpo o Ichcaxóchitl, quien fuera bautizada con el nombre de doña Isabel de Moctezuma,
hija de Moctezuma II. Rechazada por su madre desde el nacimiento, fue
su padre quien la reconoció posteriormente. Se casó con el vizcaíno Juan de Tolosa, conquistador de Zacatecas. - María Cortés, hija de una princesa mexica cuyo nombre se ignora. Bernal Díaz del Castillo menciona que nació con alguna deformación.
Cortés contrae segundas nupcias con doña Juana Ramírez de Arellano de
Zúñiga, hija del conde de Aguilar y sobrina del Duque de Béjar. Doña
Juana se establece en el pueblo de Cuernavaca, viviendo en el palacio
construido en 1526.6 De este matrimonio nacieron seis hijos:
- Luis Cortés y Ramírez de Arellano, nacido en Tezcoco en 1530 y fallecido poco después de nacer.
- Catalina Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca en 1531 y fallecida poco después de nacer.
- Martín Cortés y Ramírez de Arellano, nacido en Cuernavaca en 1532. Sucesor de su padre como Marqués del Valle de Oaxaca.
- María Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Su
padre había pactado su casamiento con Alvar Pérez Osorio, hijo del
Marqués de Astorga, sin embargo, estos cancelaron a último momento,
causándole un grave enfado a Cortés, del que incluso se presume le causó
la enfermedad de la que muere. Después María se casó con Luis de
Quiñones, quinto Conde de Luna. - Catalina Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Fallecida soltera en Sevilla después de muerto su padre.
- Juana Cortés de Zúñiga, nacida en Cuernavaca entre 1533 y 1536. Se
casó en 1564 con don Fernando Enríquez de Ribera, segundo Duque de
Alcalá.
Carrera militar
Cuba
En 1511 participó en la expedición de conquista de Cuba dirigida por el gobernador Diego de Velázquez, de quien recibió tierras y esclavos en la isla. Llegó a ser nombrado alcalde de Santiago de Cuba,aunque fue después encarcelado por el gobernador, acusado de conspirar
en su contra. Liberado, se casó con la cuñada del propio Diego
Velázquez, de nombre Catalina Juárez.
A finales de 1518 Velázquez le confió el mando de la tercera expedición, tras las de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva, para continuar sus descubrimientos en la costa de Yucatán. Pero Velázquez pronto desconfió de él.
Cuenta Bernal Díaz del Castillo, autor de Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, que un bufón de Velázquez, llamado Cervantes el loco,
le dijo a su señor, a la manera de los bufones: «A la gala de mi amo
Diego, Diego, ¿qué capitán has elegido? Que es de Medellín de
Extremadura, capitán de gran. Más temo, Diego, no se te alce con la
armada, que le juzgo por muy gran varón en sus cosas».
Hernán Cortés seguía, sin embargo, con los preparativos de la
expedición, y debido a su gran elocuencia, dotes de persuasión y
sugestión, pronto logró reclutar a más de 600 hombres para su causa.
La conquista del Imperio mexica
Finalmente, el 10 de febrero de 1519, la flota abandonó las costas de Cuba.
Consistía aquella armada en 11 naves, con 518 infantes, 16 jinetes, 13
arcabuceros, 32 ballesteros, 110 marineros y unos 200 indios y negros
como auxiliares de tropa. Llevaban 32 caballos, 10 cañones de bronce y
cuatro falconetes. Por capitanes iban Alonso Hernández Portocarrero (al que entregaría más tarde la india doña Marina), Alonso Dávila, Diego de Ordás, Francisco de Montejo, Francisco de Morla, Francisco de Saucedo, Juan de Escalante, Juan Velázquez de León (pariente del gobernador), Cristóbal de Olid, Gonzalo de Sandoval y Pedro de Alvarado. Muchos de estos eran veteranos de la guerra de Italia. Por piloto principal iba Antón de Alaminos con experiencia en las dos expediciones anteriores de Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva.
Primeros contactos con los pobladores
Inmediatamente después de presentarse al batab
(gobernante local de la ciudad) Cortés le pidió que dejaran su religión
y adoptaran el cristianismo mandando a sus hombres a destruir los
ídolos religiosos mayas y poner cruces e imágenes de la Virgen María en el templo. Una biografía del rey Carlos I escrita en 1603 relata el momento así:
Espantáronse los isleños de ver aquella flota y metiéronse al monte,Hernán Cortés utilizaba de intérprete a un joven maya tomado prisionero en la Isla Mujeres, cuyo nombre ningún cronista de Indias recogió pero al que los españoles apodaban «Melchorejo».
dejando desamparadas sus casas y haciendas. Entraron algunos españoles
la tierra adentro y hallaron cuatro mujeres con tres criaturas y
trajéronlas a Cortés, y por señas de los indios que consigo llevaba,
entendió que la una dellas era la señora de aquella tierra y madre de
los niños. Hízole Cortés buen tratamiento, y ella hizo venir allí a su
marido, el cual mandó dar a los españoles buenas posadas y regalarlos
mucho. Y cuando vio Cortés que ya estaban asegurados y contentos,
comenzó a predicarles la fe de Cristo.
Mandó a la lengua que llevaba, que les dijese que les quería dar otro
mejor Dios que el que tenían. Rogóles que adorasen la Cruz y una imagen
de Nuestra Señora, y dijeron que les placía. Llevólos a su templo y
quebrantóles los ídolos y puso en lugar dellos cruces y imágines de
Nuestra Señora, lo cual todo tuvieron los indios por bueno. Estando allí
Cortés nunca sacrificaron hombres, que lo solían hacer cada día.
Historia de la vida y hechos del Emperador Carlos V, de Prudencio de Sandoval7
A través de él tuvo noticias de la existencia de unos hombres barbudos
en poder de un cacicazgo maya cercano y envió emisarios a rescatarlos.
En 1519 encontraron a Gerónimo de Aguilar superviviente del naufragio del buque Santa María de la Barca. Aguilar entonces, se dirigió a buscar a otro sobreviviente, Gonzalo Guerrero, quien vivía en Chetumal y donde había logrado escapar de la esclavitud ganándose la confianza del cacique Nachán Can, para volverse él mismo un nacom o jefe militar maya y casarse con la princesa maya Zazil Há, con la que había tenido varios hijos, hoy considerados los primeros mexicanos modernos. Aguilar decidió volver con Cortés convirtiéndose en uno de sus intérpretes de mayense, pero Guerrero decidió quedarse con los mayas y murió hacia 1536. Algunos historiadores creen que peleó contra los conquistadores españoles.8
La Batalla de Centla y la toma de Potonchan
Cortés se adelantó haciendo señas de paz, les habló por medio de Jerónimo de Aguilar,Las autoridades de Potonchan ordenaron llevarles agua y comida para
rogándoles los recibiesen bien, pues no venían a hacerles mal, sino a
tomar agua dulce y comprar de comer, como hombres que andando por el
mar, tenían necesidad de ello; por tanto, que se lo diesen, que ellos se
lo pagarían muy cortésmente.
que se fueran. Pero Cortés sostuvo que no era suficiente e insistió en
que dejaran entrar a sus tropas a la ciudad.
Replicaron los indios que no querían consejos de gente que no
conocían, ni menos acogerlos en sus casas, porque les parecían hombres
terribles y mandones, y que si querían agua, que la cogiesen del río o
hiciesen pozos en la tierra, que así hacían ellos cuando la necesitaban.
Entonces Cortés, viendo que las palabras estaban de más, les dijo que
de ninguna manera podía dejar de entrar en el lugar y ver aquella
tierra, para tomar y dar relación de ella al mayor señor del mundo, que
allí le enviaba; por eso, que lo tuviesen por bueno, pues él lo deseaba
hacer por las buenas, y si no, que se encomendaría a su Dios, a sus
manos y a las de sus compañeros. Los indios no decían más que se fuesen,
y no intentasen echar bravatas en tierra ajena, porque de ninguna
manera le consentirían salir a ella ni entrar en su pueblo, antes bien
le avisaban que si enseguida no se marchaban de allí, le matarían a él y
a cuantos con él iban.
produciéndose una sangrienta batalla que finalizó en la derrota de
Potonchán y la entrada de Cortés y sus hombres:
Los españoles escudriñaron las casas y no hallaron más que maíz yLuego de la derrota, las autoridades de Tabasco
gallipavos, y algunas cosas de algodón, y poco rastro de oro, pues no
había dentro más que cuatrocientos hombres de guerra defendiendo el
lugar. Se derramó mucha sangre de indios en la toma de ese lugar, por
pelear desnudos; los heridos fueron muchos y cautivos quedaron pocos;
los muertos no se contaron. Cortés se aposentó en el templo de los
ídolos con todos los españoles, y cupieron muy a placer, porque tiene un
patio y unas salas muy buenas y grandes. Durmieron allí aquella noche
con buena guarda, como en casa de enemigos, más los indios no se
atrevieron a nada. De esa manera se tomó Potonchan, que fue la primera
ciudad que Hernán Cortés ganó por la fuerza en lo que descubrió y
conquistó.
le hicieron a Cortés ofrenda de víveres, joyas, tejidos, y un grupo de
veinte esclavas, que fueron aceptadas, cambiados sus nombres al ser
bautizadas y repartidas entre sus hombres.10 Entre estas esclavas había una llamada Malintzin, a la que los españoles renombraron Marina, conocida también como La Malinche, que seria crucial en la conquista de México. Su gran inteligencia, su dominio de las lenguas mayenses y náhuatl,
su conocimiento de la psicología y costumbres de los indios, y su
fidelidad hacia los españoles, hicieron de la Malinche una de las más
extraordinarias y controvertidas mujeres de la historia de América.11 La Malinche fue intérprete, consejera y concubina de Hernán Cortés, con el cual tendría un hijo Martín Cortés, del mismo nombre que el hijo legítimo que Hernán Cortés tendría catorce años después con Juana de Zúñiga. Marina y Gerónimo de Aguilar
suplieron a Melchorejo como intérpretes, debido a que éste había
decidido boicotear a los españoles y estaba incitando a los indígenas a
resistir la conquista.
Fundación de Santa María de la Victoria
Después, Cortés se dirigió a una gran ceiba (considerado árbolsagrado por los mayas) y sacando su espada, dio unos golpes sobre el
tronco y tomó posesión de esas tierras fundando el 25 de marzo de 1519 la villa de Santa María de la Victoria, que sería la primera población española en la Nueva España y una de las primeras en América. Inmediatamente el clérigo fray Bartolomé de Olmedo
y su capellán Juan Díaz oficiaron la primera misa cristiana en tierra
firme de la Nueva España y una de las primeras del Continente.
...Y después de apeados debajo de unos árboles y casas que allíLos españoles permanecieron ahí, hasta el 12 de abril cuando Cortés
estaban, dimos muchas gracias a Dios por habernos dado aquella victoria
tan cumplida; y como era día de Nuestra Señora de Marzo, llamóse una
villa que se pobló, Santa María de la Victoria, así por ser día de
Nuestra Señora, como por la gran victoria que obtuvimos. Ésta fue la
primera guerra que tuvimos en compañía de Cortés en la Nueva España(...)
y dejemosle aquí y diré lo que más pasamos.
Bernal Díaz del Castillo, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España
se embarcó rumbo a Culúa y Tenochtitlan, dejando en la villa a un puñado
de soldados, encargados de pacificar la región. Ese año de 1519
comenzaría una epidemia de viruela, traída sin saberlo por los
conquistadores, que en el curso de las siguientes décadas aniquiló al
97 % de la población de la región13 y que facilitaría la Conquista de México.
Fundación de Veracruz y alianza militar con Cempoala
los españoles supieron de la existencia de un país hacia poniente que
los amerindios denominaban «México». La flota fue, bordeando la costa
mexicana, en dirección noroeste, y un día se presentaron varias canoas mexicas que venían de parte de Moctezuma, el «tlatoani» o emperador del Imperio mexica, con capital en Tenochtitlán.
Cortés les mostró sus armas de fuego, sus caballos para, por una parte
amedrentarlos, pero por otra parte trató de ser amable y afable con
ellos, hablándoles de paz. Los embajadores traían pintores, y dibujaron
todo lo que vieron con objeto de que el emperador fuese informado
fielmente y viese como eran estos «teules» (Término nahuatl derivado del
maya «tzules» que hacía referencia a entidades del inframundo)14 Moctezuma
volvió a enviar presentes de joyas y objetos preciosos, pero Cortés
seguía insistiendo en visitar a su emperador, el cual volvió a denegar
el permiso.
Cortés instaló su campamento enfrente de la ciudad de Quiahuiztlán habitada ancestralmente por los totonacas, y poco después lo convirtió en ciudad, con el nombre de Villa Rica de la Vera Cruz (ubicada 70 km al norte de la actual Veracruz), por haber desembarcado los españoles en aquel paraje un viernes Santo.
Los nuevos pobladores rogaron a Cortés que se proclamase capitán general, dependiendo directamente del rey
y no de Velázquez, a quien no le reconocía mando sobre aquellas nuevas
tierras. Después de negarse varias veces, terminó aceptándolo. Nombró
alcalde, regidores, alguaciles, tesorero y alférez, consumando, pues, la
desvinculación de la autoridad del gobernador de Cuba sobre la
expedición. Este acto es considerado como la fundación de una de las
primeras ciudades europeas en América continental.
Cortés notó entonces que el Imperio mexica
tenía enemigos y que esto facilitaba sus planes. Comenzó a elaborar una
estrategia, con el fin de aprovechar las rencillas y odios que se
tenían hacia el dominio Mexica, por grande número de provincias, a fin
de lograr la conquista de tan vasto imperio. Pero para ello tenía que
imponer también su voluntad y su mando sobre la facción del gobernador Diego de Velázquez, que sostenía que Cortés no tenía autorización para poblar, sino sólo para rescatar y descubrir, y que deberían volver a Cuba
terminada la expedición. La mayoría de los capitanes y la tropa
apoyaban a Cortés, ya que intuían las grandes riquezas que podía haber
en Tenochtitlan.
La primera nación mesoamericana con la que Cortés estableció una alianza militar fue la Cultura Totonaca, con capital en Cempoala, una avanzada ciudad de unos 20 000 habitantes. A mediados de 1519,
treinta pueblos totonacas se reunieron con Cortés en Cempoala para
sellar la alianza y marchar juntos a la conquista de Tenochtitlan. Los
totonacas aportaron 1300 guerreros15 a la empresa de Cortés quién, por su parte, aportaría unos 400 españoles, armas de fuego y quince caballos.
El acuerdo se realizó sobre la base de que, una vez derrotado el
Imperio mexica, la Nación Totonaca sería libre. No obstante, luego de la
conquista de México, los totonacas, diezmados por la alianza militar y
las enfermedades, nunca volvieron a ser lo que fueron. Varios de ellos
terminaron encomendados como siervos a los señores españoles en sus
propias tierras, particularmente en el naciente cultivo de caña de azúcar,
quedando Cempoala deshabitada y su cultura extinguida y olvidada. La
Cultura Totonaca volvió a ser descubierta a fines del siglo XIX, por el arqueólogo e historiador mexicano Francisco del Paso y Troncoso.
Llegaron noticias de que Diego Velázquez había conseguido por sus compañeros en la Corte el nombramiento de adelantado de Yucatán,
por lo que envió para contrarrestar estas influencias a sus fieles
Portocarrero y Montejo con lo mejor del botín obtenido hasta entonces,
para conseguir el nombramiento para Cortés. Tomó además la decisión de
inutilizar las naves, excepto la que había de utilizar Portocarrero a
fin de mantener contacto directo con España, para evitar cualquier fuga
de los hombres que no secundaban su rebelión frente a la legalidad del
gobernador de Cuba.
Sobre la forma física real en que se inutilizaron las naves, las
fuentes utilizan las expresiones «barrenar» (abrir agujeros con un
barreno o broca) y «dar de través» (volcar, tumbar, poner en dirección
transversal el barco para vararlo). Posiblemente lo que se hizo fue una
combinación de ambos procesos, y en cualquier caso es importante decir
que las piezas de las naves sirvieron para propósitos posteriores que
tuvieron importancia decisiva en la conquista de la capital mexica.
Guerra y posterior alianza con Tlaxcala. Matanza de Cholula
Cortés abandonó la costa e inició su marcha hacia el interior, rumbo
hacia al corazón del Imperio mexica, con un ejército de 1300 guerreros
totonacas, 200 indios de carga, 6 cañones, 400 infantes españoles y 15
de caballería.16
A fines de agosto el ejército de Cortés llegó al territorio de la Confederación o República de Tlaxcala, integrada por cuatro señoríos autónomos: Tepeticpac, Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlán.
Por entonces, Tlaxcala y Tenochtitlán representaban dos concepciones
opuestas de organización política que las llevó al enfrentamiento
abierto. Tlaxcala se había organizado como una confederación de
ciudades-estados unidas en una república gobernada por un Senado; México-Tenochtitlán, por el contrario se organizó como un imperio.17
A partir de 1455 el Imperio mexica, conformado sobre la base de la Triple Alianza entre Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan, había iniciado las llamadas guerras floridas contra Huejotzingo, Cholula y Tlaxcala,
con el fin de capturar prisioneros para sus sacrificios religiosos, y
las cuales le garantizaron el repudio del resto de los señoríos
indígenas.
En esas circunstancias llegó Cortés al territorio de Tlaxcala, al mando de su ejército totonaca-español. Inicialmente la República de Tlaxcala, al mando de Xicohténcatl Axayacatzin, negó a los invasores el paso por su territorio, enfrentándose el 2 de septiembre en el desfiladero de Tecoantzinco
con suerte favorable a Cortés. Al día siguiente se produjo un nuevo
enfrentamiento en los llanos, que volvió a ser desfavorable para
Tlaxcala llevando a la división de la República, con la deserción de las
tropas de Ocotelulco y Tepeticpac, al percatarse de que no podían
prevalecer ante los 400 soldados españoles y sus aliados indígenas.
Superadas en táctica y disciplina de guerra –varios de los soldados
españoles e incluso de sus capitanes eran tercios y veteranos de Italia,
lo mejor de Europa en ese entonces–, las tropas de Xicohténcatl
volvieron a ser derrotadas y el Senado ordenó detener la guerra y
ofrecer la paz a Cortés. Este acuerdo estableció la crucial alianza con
los tlaxcaltecas, opositores al régimen Mexica, el cual nunca había
podido conquistar su territorio. Cortés se detuvo allí varias semanas.
En su paso hacia Tenochtitlan Cortés llegó a Cholula, aliada del Imperio mexica, que era la segunda ciudad más grande después de México-Tenochtitlan, con 30 000 habitantes. Bernal Díaz del Castillo
cuenta en su crónica que luego de haber recibido a Cortés y su enorme
ejército, las autoridades de Cholula planearon tenderle una emboscada y
aniquilar a los españoles. Díaz del Castillo cuenta que él y las tropas
vieron a un costado de los templos las varas con collares que supuso
destinadas a los españoles para ser llevados cautivos a Tenochtitlan.
Díaz del Castillo también cuenta que una anciana y unos sacerdotes de
los templos de Cholula alertaron a Cortés, quien mandó inmediatamente a
su ejército a atacar, causando lo que se conoce como la matanza de Cholula,
en la que más de 5000 hombres murieron en cinco horas. El contingente
permaneció en Cholula durante octubre y noviembre y al salir Cortés
mandó incendiar la ciudad.
Después llegó a Santa Catarina Ayotzingo,
desde donde preparó el ataque a Tenochtitlan. A su llegada a
México-Tenochtitlan, Cortés quedó sorprendido por la belleza del lugar,
que es descrita por Díaz del Castillo como «un sueño». En su paso desde Cholula, Cortés había recorrido el camino hacia el Valle de México, cruzando por entre dos volcanes, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl hasta llegar a en un paraje boscoso y de espléndida belleza que hasta hoy lleva el nombre de Paso de Cortés. Del otro lado, avistó por primera vez el lago de Texcoco aproximándose a ella por el rumbo de Xochimilco.
Tenochtitlan
Hernán Cortés, en su marcha hacia México-Tenochtitlan, el ejército de Cortés (unos trescientos españoles) y el apoyo de unos 3000 tlaxcaltecas avistó los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Y uno de los capitanes de Cortés, llamado Diego de Ordás fue el primer europeo en ascender a la cima del volcán Popocatépetlen compañía de dos compañeros de armas, causando una gran impresión
entre los nativos que acompañaban la expedición de Cortés. Por tal
hazaña y méritos militares, el emperador Carlos V le otorgó a Diego de Ordás mediante decreto expedido el 22 de octubre de 1523, el derecho de poseer un escudo de armas con una vista del volcán.
produjo el encuentro de Moctezuma y Cortés, haciendo de intérprete doña
Marina. Moctezuma II
creyó que los españoles eran enviados del dios que vendría del Este
-este es Quetzalcóatl o Serpiente Emplumada- y fue un espléndido
anfitrión de estos, obsequiándole entre otras cosas, el Tocado del Dios
Quetzalcóatl, mejor conocido como Penacho de Moctezuma
y el cual, fue enviado junto con otros presentes a la Corte Imperial.
Dado que Carlos V era un Austria -casa de los Habsburgo- al extinguirse
la rama Española, este regalo terminó en Austria.
Mientras los españoles se quedaban en Tenochtitlan, Moctezuma los hospedó en el templo de su antecesor Axayácatl
(en el palacio del padre de Moctezuma), pudiendo entonces admirar la
grandiosidad de aquella ciudad. En los días siguientes, los españoles
visitaron los palacios y templos de la gran capital mexica, así como el
gran cú (templo) de la ciudad gemela del imperio, Tlatelolco, y su
mercado: una plaza de más del doble de grande que la Plaza Mayor de Salamanca (tenida entonces por la más grande de la cristiandad).
Residiendo los españoles en el palacio, se les ocurrió que ya era
hora de tener capilla propia y, puesto que Moctezuma se había negado a
que la erigieran en el cú de Huitzilopochtli, resolvieron levantarla en su alojamiento, previo permiso del emperador.
soldado, que era carpintero, notó en una pared la existencia de una
puerta tapiada y encalada de pocos días. Recordaron entonces que se
susurraba que en aquellos aposentos tenía depositados Moctezuma los
tesoros que había ido reuniendo su padre Axayácatl.
tesoro ordenó que se volviera a tapiar. Debido a advertencias previas
de los tlaxcaltecas, les empezó a inquietar entonces la posibilidad de
ser asesinados. Cuatro capitanes y doce soldados se presentaron a Cortés
para hacerle presente la conveniencia de prender al emperador,
manteniéndole como rehén, para que respondiera con su vida de la vida
del ejército. No se tomó de momento ningún acuerdo, pero una noticia
precipitó la resolución.
Mientras tanto en las cercanías de la Villa Rica de la Vera Cruz, aconteció la batalla de Nautla, entre los mexicas dirigidos por Cuauhpopoca y los totonacas aliados de los conquistadores españoles, en el conflicto mataron a Juan de Escalante,
alguacil mayor, y a siete españoles lo que supuso un desprestigio para
las armas españolas al ver que no eran semidioses y que podían ser
vencidos. Un soldado llamado Argüello fue hecho prisionero, murió en el
camino por las heridas de la guerra y su cabeza enviada al emperador
mexica, quien no quiso colocarla en ningún templo.
Una vez que Moctezuma cayó en la celada de los españoles, Cortés lo
tuvo como rehén so pena de muerte inmediata. Apaciguó a su guardia
diciendo que iba de propia voluntad, y tras ser trasladados con los
españoles todos sus enseres siguió manifestando a todas sus visitas que
estaba allí de propia voluntad.
Cortés exigió que los caciques autores de la agresión a Veracruz
fueran castigados. Llevados a su presencia, confirmaron que obedecían
órdenes de Moctezuma. Los capitanes mexicas fueron sentenciados a morir
en la hoguera.
Consiguió también que Moctezuma se declarase vasallo de Carlos V. La casta sacerdotal y la nobleza conjuraron para liberar a su señor y aniquilar a los españoles.
Lucha entre españoles
En esos días se recibió la noticia de la llegada de 18 navíos al Puerto de Veracruz, creyéndose en un principio que eran refuerzos del emperador, pero enseguida se supo que eran tropas mandadas por Diego de Velázquez para castigar a los rebeldes. Estas tropas estaban mandadas por Pánfilo de Narváez.Para colmo, pusieron sobre aviso a Moctezuma de que Cortés era un
rebelde a su rey, y que si podía, lo matase. Así que Cortés no tuvo más
remedio que dejar una guarnición de poco más de un centenar de españoles
en Tenochtitlan al mando de Pedro de Alvarado,
y él con trescientos españoles y varios cientos de indios, salió al
encuentro de las tropas de Narváez. Cortés atacó el campamento enemigo
en plena noche, derramando muy poca sangre y capturando a Narváez sólo
unos momentos después de haber entablado combate. Tras mostrar a los
soldados los adornos de oro, y de incitarlos a unírsele, la mayoría
cambió de bando a favor de Cortés, que gracias a esto triplicó sus
efectivos de la noche a la mañana. Por su parte, Narváez regresó por
donde había venido, con unos cuantos seguidores, mientras que Cortés
regresaba a Tenochtitlán
La matanza del Templo Mayor
Mientras, en Tenochtitlan,Alvarado, temeroso de una concentración masiva de guerreros en la Plaza
Mayor de Tenochtitlán, y temiendo los posibles augurios de Cholula,
había cometido una matanza de nativos, de nobles, caciques y jefes de
ejército cuando estos estaban celebrando la fiesta de Tóxcatl (quinto
mes de los 18 que tenía el calendario mexica) en honor a Tezcatlipoca. Algunas fuentes hablan también de culto al siempre presente Huitzilopochtli.
Dado el desatino de Alvarado, la población, lógicamente, se indignó,
porque Pedro de Alvarado les quitó sus joyas y materiales preciosos que
vestían. Al haber hecho esto los pobladores se rebelaron contra
Moctezuma, no teniéndole nadie respeto. Los españoles se tuvieron que
refugiar en los alojamientos del palacio.
La rebelión y La Noche Triste
El 24 de junio de 1520 el ejército de Cortés entraba nuevamente en la ciudad. El hermano de Moctezuma, Cuitláhuac,fue liberado para que gestionase la pacificación, pero en vez de eso,
se puso al frente de los mexicas y se unió al jefe de los caciques,
llamado Cuauhtémoc
-y quien sería el siguiente tlatoani mexica-, para oponerse a la
ocupación española. Cortés consiguió que Moctezuma tratase de apaciguar a
los inconformes y que dejasen salir a los españoles de la ciudad.
Existen dos versiones de la muerte de Moctezuma: una es que cuando
hablaba a su pueblo, recibió una pedrada de los propios mexicas que lo
hirió de muerte; la otra dice que Hernán Cortés ordenó matarlo cuando
vio que no podía calmar al pueblo, si bien ésta última versión fue
aportada por los mexicas y se considera menos probable.18
Estando así la situación, los soldados españoles fueron sitiados en
la casa en la que estaban alojados, rodeados por multitudes de indígenas
indignados. Los sitiados veían disminuir el agua, las municiones y toda
clase de víveres. La única salida era la retirada. Y la hicieron en la
lluviosa noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, conocida como la Noche Triste.
Al escabullirse silenciosamente, los españoles se dirigieron a una de
las calzadas que conducían a la salida de Tenochtitlán. Ya no les
faltaba mucho para completar la retirada cuando fueron descubiertos por
una anciana, que dio la alarma, y en unos momentos, miles de guerreros
mexicas atacaron en tromba a los españoles; les acosaron a lo largo de
la calzada, mientras otros atacaban desde sus canoas. En aquella
retirada cayó la mayoría de los españoles, sobre todo los que llegaron
con Narváez, que al llevar muchas piezas de oro consigo, a pesar de las
advertencias de Cortés, murieron ahogados en el lago: Se perdió además
gran cantidad de piezas de artillería y de caballos, así como gran parte
del tesoro que se transportaba. Perseguidos por los mexicas, el 7 de
julio, cerca de Otumba, los españoles se reorganizaron, y plantaron batalla a los guerreros que les perseguían, logrando derrotarles.
Sitio y caída de Tenochtitlan
Después de su derrota de la Noche Triste los españoles y sus aliadostlaxcaltecas se replegaron en Tlaxcala; se reorganizaron y atacaron
Tenochtitlan, poniendo en sitio a la ciudad. Cabe meditar si en este
punto la alianza de los tlaxcaltecas podría ó no considerarse legítima,
porque dada la fragilidad de los españoles, les hubieran podido eliminar
y no lo hicieron. En vez de eso, les aprovisionaron y les cobijaron,
con la consecuente obtención de prebendas y privilegios posteriores, que
el conquistador esta vez, sí parece haber respetado.
Dada la indignación de los mexicas por la profanación de una de sus
fiestas principales -donde ocurre la matanza perpetrada por Alvarado-, y
entendiendo que los mexicas no se rendirían, Cortés manda traer los
navíos que había inhabilitado, pieza por pieza, con el fin de ponerle
sitio a Tenochtitlan; los navíos fueron reconstruidos en el lago que
rodeaba la ciudad y tras un sitio que duró 75 días, en los que los
mexicas que pelearon hasta su práctico exterminio, finalmente fueron
derrotados y sometidos a esclavitud. Es por esta razón que podemos
decir, que los actuales descendientes indígenas ó el mestizaje derivado
de estos, se dio más que con el pueblo mexica, con los vencedores
tlaxcaltecas y otros señoríos indígenas que, al término de la guerra,
obtuvieron estatus de principales en sus provincias y en diferentes
casos, como representantes ante la corona española como caciques
gobernantes.
Después de consumada la conquista, Cortés se hace acompañar por Cuauhtémoc
de quien se dice, llegó a torturar para obtenerle información sobre el
tesoro mexica. No obteniendo respuesta positiva, Cortés lleva a
Cuauhtémoc a sus expediciones posteriores donde más tarde resultará
muerto, presuntamente mandado a ahorcar por Cortés.
El viaje de Cortés a Las Hibueras
Cortés tenía conocimiento de las riquezas que existían en Las Hibueras, República de Honduras, así que envió en el año de 1524 al mando de su capitán Cristóbal de Olidcinco navíos y un bergantín, a bordo de los cuales iban 400 hombres,
suficiente artillería, armas y municiones, además de ocho mil pesos oro
para comprar en Cuba caballos y bastimentos. Simultáneamente, había
partido una expedición por tierra al mando del capitán Pedro de Alvarado para conquistar y explorar Centroamérica.
Enterado Cortés de la rebelión de Cristóbal de Olid, decidió viajar hacia las Hibueras a pesar de tener pocos españoles en Tenochtitlan. Decidió llevar con él en el viaje, como medida preventiva ante una posible sublevación, a Cuauhtémoc y otros nobles mexicas.19
Al cruzar el río Candelaria (afluente del río Grijalva) las huestes de Cortés tuvieron que construir una serie de puentes para lograr atravesar la zona del actual municipio de Candelaria, en el actual estado de Campeche. De acuerdo a las crónicas de Indias la tarea no fue nada fácil. En el lugar fue recibido por el batab o halach uinik de Acalán, llamado Apoxpalón, quién comerciaba cacao, algodón, sal y esclavos.
La reunión fue pacífica y el gobernante local ayudó a la expedición a
continuar su camino. Por su parte Cortés le entregó una carta o
salvoconducto para mostrar a posibles futuras expediciones españolas, en
la cual se hacía constar el acuerdo de paz logrado.
Hernán Cortés se dirigió hasta Veracruz rumbo a Las Hibueras en
compañía de su ejército, en donde se embarcó hasta la villa del Espíritu
Santo. De ahí continuó por tierra hasta Tabasco
transitando por Cupilco, Cimatán, Nacaxuxuca, Zaguatán, Chilapan,
Ixtapa, Acalán, Tatahuitalpan, Teutiercas y Usumacinta. De acuerdo con
el investigador Juan Miralles, uno de los caciques de Itzamkanac previno
a Cortés acerca de que Cuauhtémoc junto con Tetlepanquétzal, Tetzcuco y Coanácoch
promovían una conjura para matarlo a él junto a todos los españoles.
Cortés detuvo a los sospechosos de la posible sublevación y los
interrogó por separado. El interrogatorio sacó en limpio que los
principales responsables eran Cuauhtémoc y Tetlepanquétzal.20 Por tal motivo, al sureste de Xicalango, aún dentro de la jurisdicción de Acalán de los mayas chontales 21 se realizó la sentencia y ejecución por ahorcamiento del último huey tlatoani Cuauhtémoc. También fueron ejecutados el señor de Tlacopan Tetlepanquétzal y muy probablemente el señor de Tetzcuco Coanácoch.
De acuerdo a Ixtlilxóchitl, el ahorcamiento fue en Acalán y no en
Itzamkanac, por otra parte Coanácoch fue salvado cuando estaba siendo
ejecutado en la horca, sin embargo murió a consecuencia de la acción,
pocos días después22 , el día 28 de febrero de 152523 . Años más tarde, Juan de Torquemada en su obra Monarquía Indiana introdujo la versión de que Coanácoch fue otro de los ahorcados. 24
..estando para ahorcar al Quauhtemoc, dijo estas palabras: «O capitan
Malinche, dias ha que yo tenia entendido, é habia conocido tus falsas
palabras: que esta muerte me habias de dar, pues yo no me la dí, cuando
te entregaste en mi ciudad de Méjico; porque me matas sin justicia?»
Conquista de Yucatán, Diego López de Cogolludo.25
con los dzules (hombres blancos). Cortés explicó que él era el capitán
de esas guerras y trato de convencerlos para su conversión al
cristianismo.26
Ante el resguardo de la ciudad y el número de habitantes mayas, Cortés
prefirió no llevar a cabo ninguna acción militar y se despidió de los
itzáes, dejando un caballo lastimado y moribundo que Ah Can Ek prometió
cuidar.27 En 1618 los misioneros franciscanos encontraron a los descendientes mayas adorando a un caballo fabricado de madera.28
La expedición continuó el camino durante más de treinta días en un
trayecto accidentado y sinuoso hasta Nito (Guatemala), donde no fueron
bien recibidos por los nativos. Después de una pequeña escaramuza se
establecieron en el sitio durante algunos días. Cortés envió un pequeño
grupo para solicitar una embarcación y poder continuar su trayectoria
por mar hacia Naco (las Hibueras). Al llegar la embarcación a Nito le informaron que Cristóbal de Olid ya había sido ejecutado.
Llegando a Naco, Cortés se reunió con sus capitanes y evaluó las
noticias que llegaban de México-Tenochtitlan, donde se habían amotinado
los españoles. Envió inmediatamente a Gonzalo de Sandoval de regreso.
Cortés se dio cuenta que el capitán Cristóbal de Olid, hombre de toda su confianza, había entrado en tratos con su principal enemigo, nada menos que con el gobernador de Cuba, Diego de Velázquez,
para robarle a Cortés las nuevas tierras que se habrían de descubrir en
el viaje de exploración y conquista que él mismo estaba sufragando. El
conquistador montó una segunda expedición en junio de 1524 al mando de
su primo Francisco de las Casas, en cinco navíos y con cien hombres con
órdenes de aprehender y castigar al infiel Cristóbal de Olid. Al arribar
la expedición punitiva a la actual Honduras después de un naufragio, se
sucedieron unas escaramuzas y fue tomado prisionero el enviado de
Cortés, su primo Francisco de las Casas, en compañía de Gil González de Ávila, éste recién llegado con el título de gobernador del golfo Dulce.
De las Casas y Gil González lograron escapar. Amigos de Cortés en una
cena tomaron prisionero a Cristóbal de Olid y lo degollaron.
En la zona, los pueblos vecinos de Papayca y Chiapaxina habían
recibido amistosamente a los españoles, pero poco tiempo después las
condiciones cambiaron y comenzaron los enfrentamientos. Cortés logró
capturar a los señores principales llamados Chicuéytl, Póchotl y
Mendexeto para de esta manera negociar la paz a cambio de la vida y
libertad de los prisioneros. Los de Chiapaxina se rindieron, pero los
nativos de Papayca continuaron las hostilidades. Fue capturado y
ahorcado el líder llamado Mátzal. También fue capturado otro líder de
nombre Pizacura, a quién Cortés mantuvo en cautiverio, pero las
hostilidades continuaron. En las cercanías Cortés fundó la villa de Trujillo el 18 de mayo de 1525 y nombró a Juan de Medina como alcalde.29 No obstante, en las inmediaciones de la zona los lencas, aliados con los cares y dirigidos por el caudillo lenca Lempira, resistieron la conquista durante doce años. En 1537 durante las campañas de conquista de Francisco de Montejo, el capitán Alonso de Cáceres concertó una reunión para negociar la paz, sin embargo la reunión fue una trampa y un arcabucero asesinó al dirigente indígena.30
Llegaron a la villa de Trujillo fuerzas españolas dirigidas por Francisco Hernández de Córdoba, fundador de Nicaragua, homónimo del descubridor de Yucatán, que estaba bajo las órdenes de Pedro Arias Dávila
(Pedrarias). Al escuchar que la zona era rica en metales preciosos,
Cortés se interesó en las minas y acciones de conquista. Se encontraba
preparando su expedición a Nicaragua
cuando llegó fray Diego de Altamirano con noticias acerca de la
situación en la ciudad de México, por lo que prefirió cancelar su
expedición y regresar por vía marítima a San Juan de Ulúa.
Envió a sus soldados a Guatemala para poblar la zona y dar apoyo a
Pedro de Alvarado, y partió de la villa de Trujillo, el día 25 de abril de 1526.31
Descubrimiento de la «California»
Sabed que a la diestra mano de las Indias existe una isla llamada CaliforniaSe considera actualmente a Hernán Cortés como el descubridor de la península de Baja California, aun cuando el primer europeo que desembarcó en dicha península fue el piloto y navegante español Fortún Jiménez, quien al mando del navío Concepción, propiedad de Hernán Cortés, avistó y desembarcó en el año 1534 en la península, de la cual pensó que era una isla.
muy cerca de un costado del Paraíso Terrenal; y estaba poblada por
mujeres negras, sin que existiera allí un hombre, pues vivían a la
manera de las amazonas. Eran de bellos y robustos cuerpos, fogoso valor y
gran fuerza. Su isla era la más fuerte de todo el mundo, con sus
escarpados farallones y sus pétreas costas. Sus armas eran todas de oro y
del mismo metal eran los arneses de las bestias salvajes que ellas
acostumbraban domar para montarlas, porque en toda la isla no había otro
metal que el oro.
Las sergas de Esplandián, de García Ordóñez de Montalvo (Sevilla, 1510).
En la cuarta Carta de Relación, fechada en México el 15 de octubre de 1524, escribe Hernán Cortés al rey de España de la preparación de barcos para explorar y someter nuevos reinos sobre la mar del Sur (Océano Pacífico), idea que bullía en su mente desde dos años atrás, recién consumada la conquista de la gran Tenochtitlan.
En 1529, estando Cortés en España, firmó un convenio con la Corona
española por el cual se obligaba a enviar por su cuenta «armadas para
descubrir islas y territorios en la mar del Sur».
Deseaba encontrar además del dominio territorial y las posibles
ganancias en metales preciosos en las nuevas tierras a descubrir, un
paso de mar entre el Pacífico y el Atlántico, pues se pensaba que si Fernando de Magallanes
había encontrado un estrecho que comunicaba ambos océanos por el Sur,
también debería existir otro paso por el Norte. Ese paso marítimo era el
mítico estrecho de Anián.
En el mencionado convenio se estipulaba que de las tierras y ganancias
que se obtuvieran, una décima parte corresponderían al descubridor en
propiedad perpetua, para sí y sus descendientes.
Expediciones posteriores
La primera expedición
Durante su estancia en España en 1529, Cortés consiguió de Carlos V el título de marqués del Valle de Oaxaca32 y el gobierno sobre los futuros descubrimientos en el mar del Sur.33 Ya de regreso a México, el 30 de junio de 1532 envió a su primo Diego Hurtado de Mendoza para que explorara las islas y litorales de la mar del Sur, más allá de los límites de la audiencia de la Nueva Galicia gobernada por Nuño de Guzmán enemigo acérrimo de Hernán Cortés. Partió la expedición en dos barcos desde golfo de Tehuantepec, después de tocar Manzanillo (Colima) se fueron costeando las costas de Jalisco y Nayarit, que en aquel entonces formaban parte de la audiencia de la Nueva Galicia, hasta descubrir las Islas Marías, de allí regresaron a tierra firme y trataron de obtener abastecimiento de agua en la bahía de Matanchén, Nayarit, abastecimiento que les fue negado por órdenes de Nuño de Guzmán, dueño y señor de la región.Uno de los barcos maltratados por las tormentas emprendió el regreso, arribó a las costas de Jalisco y terminó en manos de Nuño de Guzmán, en tanto el otro navío en el que iba Diego Hurtado de Mendoza tomó rumbo al norte, jamás ninguno de los que iban a bordo regresó a la Nueva España, no se volvió a tener noticias de ellos, años después el autor de la Segunda Relación anónima de la jornada que hizo Nuño de Guzmán a la Nueva Galicia,
recogió algunas informaciones que hacen suponer que la nave que
comandaba Diego Hurtado de Mendoza había naufragado en el litoral norte
del hoy estado de Sinaloa, pereciendo él y el resto de la tripulación.
La segunda expedición
El navío Concepción al mando del capitán y comandante de la expedición Diego de Becerra, era una de las dos naves que Cortés envió en 1533, poco después de la conquista de la gran Tenochtitlan, en un segundo viaje de exploración de la Mar del Sur, la otra nave era el navío San Lázaro al mando del Capitán Hernando de Grijalva.Zarpó la expedición desde el hoy puerto de Manzanillo el 30 de
octubre de 1533, para el día 20 de diciembre las naves se habían
separado, el barco San Lázaro que se había adelantado esperó en vano al navío Concepción durante tres días y al no tener avistamiento del navío acompañante se dedicó a explorar el Océano Pacífico y descubrió las Islas Revillagigedo. A bordo del Concepción todo era diferente, el navegante y segundo en el mando Fortún Jiménez
se amotinó y asesinó mientras dormía al capitán Diego de Becerra,
después agredió a los tripulantes que se mostraron leales al asesinado
capitán para posteriormente abandonar a los heridos en las costas de Michoacán junto con los frailes franciscanos que le acompañaban en la travesía.
Fortún Jiménez navegó hacia el noroeste siguiendo la costa y en algún
momento giró hacia el oeste y llegó hacia una apacible bahía, hoy se
sabe que arribó a la hoy ciudad y puerto de La Paz, él pensó que había arribado a una isla, jamás supo que había arribado a una península que con el tiempo se llamaría península de Baja California,
allí se encontró con nativos que hablaban una lengua no conocida y
además andaban semidesnudos, eran muy diferentes de los nativos del
altiplano mexicano que tenían una cultura propia.
Los tripulantes que le acompañaban al ver a las mujeres semidesnudas y
a causa de la larga vigilia sexual, se dedicaron a tomarlas por la
fuerza. Para ese entonces se habían dado cuenta que en el lugar
abundaban las perlas que los nativos extraían de las conchas de moluscos
que abundaban en la bahía, así que se dedicaron a saquear el lugar y a
abusar de las mujeres.
Es necesario resaltar que Fortún Jiménez y acompañantes no otorgaron
nombre alguno a ninguno de los sitios que encontraron, siendo otros
exploradores quienes diesen nombre a los lugares visitados por Fortún
Jiménez.
El abuso de las mujeres por parte de la tripulación aunado al saqueo
al cual se dedicaron provocó un violento enfrentamiento con los nativos
que terminó en la muerte de Fortún Jiménez y algunos de sus compañeros,
los sobrevivientes se retiraron del lugar, abordaron a duras penas el
navío Concepción, navegaron erráticamente durante varios días hasta llegar a las costas del hoy estado de Jalisco, en donde se toparon con los subalternos de Nuño de Guzmán quienes les requisaron la nave y los tomaron prisioneros.
La tercera expedición
Después de haber patrocinado dos viajes de exploración en la Mar delSur y sin haber obtenido resultados materiales, Hernán Cortés decidió
encabezar el tercer viaje de exploración.
Molesto Cortés porque Nuño de Guzmán, su archienemigo de siempre, le había requisado un buque durante la primera expedición que sufragó, además del buque Concepción que Cortés había enviado en el segundo viaje de exploración del mar del Sur,
decidió enfrentarlo en su propio terreno y desde allí montar la tercera
expedición, para ello preparó un gran número de tropas a pie y a
caballo para marchar sobre la provincia de la Nueva Galicia de la cual Nuño de Guzmán era gobernador.
El virrey de la Nueva España
advierte a Hernán Cortés el 4 de septiembre de 1534 «que no enfrentase a
quien le había requisado sus barcos» a lo que Hernán Cortés se negó
alegando que había gastado más de 100 mil castellanos de oro, además de
haber sido designado por su majestad el Rey de España Carlos I
para conquistar y descubrir nuevos territorios. Para ese entonces
Cortés ya había organizado un astillero en Tehuantepec y tenía tres
navíos dispuestos; el San Lázaro (en el que regresó Grijalva de la segunda expedición a la mar del Sur), y el Santa Águeda y el Santo Tomás que recién habían sido construidos.
El proyecto de Cortés era ambicioso, enviaría los navíos a Chametla Sinaloa (cerca de la actual población de Escuinapa) en el territorio gobernado por Nuño de Guzmán
y allí abordaría el ejército de tierra comandado por él. Para llegar a
Chametla, Cortés tuvo que atravesar por varios días con su ejército el
Nuevo Reino de la Nueva Galicia, la Nueva Galicia era una provincia de la Nueva España gobernada por su acérrimo enemigo Nuño de Guzmán.
Cuenta Bernal Díaz del Castillo
que cuando en la Nueva España se supo que el Marqués de Oaxaca iba de
conquista nuevamente, muchos «creyeron que era cosa cierta y rica» y se
ofrecieron a servirle soldados de a caballo, arcabuceros y ballesteros, y
34 casados con sus mujeres, en total 320 personas y 150 caballos. Y
añade que los navíos estaban muy bien provistos de bizcocho, carne,
aceite, vino y vinagre, mucho rescate, tres herreros con sus fraguas y
dos carpinteros de ribera con sus herramientas, además de clérigos y
religiosos, y médicos, cirujanos y botica.
Con los pendones a todo lo alto arribó el ejército de Cortés a la
población de Santiago de Galicia de Compostela, ubicada en esos días en
el valle de Matatipac (en la actualidad la ciudad de Tepic), donde fue acogido amistosamente por el Gobernador Nuño Beltrán de Guzmán,
su enemigo de siempre. En ésa población Cortés y su ejército
permanecieron durante cuatro días antes de proseguir su viaje. Se dice
que Nuño de Guzmán aconsejó a Cortés no proseguir con el viaje de
exploración y le proveyó de bastimentos, en tanto Cortés se asombró de
la pobreza en que vivía Nuño de Guzmán. Sin duda alguna el recibimiento
de que fue objeto el Conquistador de México de parte de Guzmán se debió
al ejército que acompañaba a Cortés.
Después de la partida de Cortés, Nuño de Guzmán dirigió una carta a
la Audiencia en México en «que se queja de que el marqués del Valle
quería penetrar con su gente en su gobernación, siendo que solo era
Capitán General de la Nueva España».
En Chametla (Sinaloa), después de atravesar los hoy estados de Jalisco y Nayarit, territorio conocido como parte del reino de la Nueva Galicia en esa época, Cortés y su comitiva embarcaron los buques Santa Águeda y San Lázaro en los cuales subieron 113 peones, 40 jinetes con todo de a caballo y dejó en tierra a 60 jinetes más, según lo reportó a la Real Audiencia el gobernador Nuño de Guzmán.
Una vez embarcado en el buque San Lázaro, Cortés junto con su
expedición tomó rumbo al noroeste, y el día 3 de mayo de 1535 arribó a
la bahía que nombró Bahía de la Santa Cruz, actualmente La Paz (Baja California Sur), lugar en el cual confirmó la muerte de su subalterno Fortún Jiménez a manos de los nativos.
Una vez que hubo tomado Cortés posesión de la Bahía de la Santa Cruz,
decidió establecer una colonia, mandó traer a los soldados y
bastimentos que había dejado en Sinaloa
pero el mal tiempo no le ayudó, los buques se perdieron y únicamente
regresó a la bahía de la Santa Cruz un navío llevando una carga de
cincuenta fanegas de maíz, insuficientes para alimentar a la población,
por lo cual Cortés salió personalmente en busca de víveres, mas lo
conseguido fue insuficiente por lo cual decidió retornar a la Nueva España con la intención de proveer desde ahí a la nueva colonia.
Al mando del poblado de la Santa Cruz quedó Francisco de Ulloa,
pero las quejas de los familiares de quienes se habían quedado en la
península hicieron que el virrey ordenara el abandono de la población y
el retorno de los pobladores a la Nueva España.
La cuarta expedición
Hernán Cortés quien ya había patrocinado tres viajes de exploración de la mar del Sur(océano Pacífico) y los cuales habían terminado en fracasos, decide
enviar un cuarto viaje de exploración a la Mar del Sur al mando de Francisco de Ulloa en 1539. Partió la expedición del puerto de Acapulco el día 8 de julio del año citado a bordo de los buques Santo Tomás, Santa Águeda y Trinidad, a la altura de las Islas Marías se vieron obligados a abandonar el navío Santo Tomás, por lo cual continuaron el viaje de exploración en los dos buques restantes.
Se adentraron en el golfo de California y visitaron en el viaje de ida y de regreso la abandonada población de la Santa Cruz, conocida actualmente como la ciudad de La Paz,
en el viaje de ida llegaron al extremo norte del golfo el 28 de
septiembre, a lo que se conoce actualmente como desembocadura del río Colorado y llamaron a la boca del río Ancón de San Andrés, una breve acta fue levantada cuyo texto se transcribe:
Yo Pedro de Palenzia, escribano público desta armada, doy fe eDespués de haber desembarcado y tomado posesión de las tierras del extremo norte de la Mar Bermeja (conocido hoy en día como golfo de California),
verdadero testimonio a todos los señores que la presente vieren, a
quienes Dios nuestro señor guarde de mal, como en veinte e ocho días del
mes de septiembre de quinientos e treinta e nueve años, el muy
magnfifíco señor Francisco de Ulloa, teniente de gobernador y capitán
desta armada por el iustrísimo señor Marqués del Valle de Guajaca, tomó
posesión en el ancón de San Andrés y mar bermeja, que es en la costa
desta Nueva España hazia el Norte, que está en altura de treinta y tres
grados y medio, por el dicho Sr. Marqués del Valle en nombre del
Emperador nuestro rey de Castilla, actual y realmente, poniendo mano a
la espada, diziendo que si abía alguna persona que se lo contradijese,
que él estaba presto para se lo defender, cortando con ella árboles,
arrancando yerbas, meneando piedras de una parte a otra, y sacando agua
de la mar; todo en señal de posesión.
(...) Testigos que fueron presentes a lo que dicho es los reverendos
padres del señor San Francisco, el padre Fray Raymundo, el padre fray
Antonio de Mena, Francisco de Terrazas, veedor Diego de Haro, Gabriel
Márquez. Fecho día mes y año susodicho. E yo Pedro de Palenzia,
escribano público desta armada, le escribí según ante mi pasó; por ende
fize aquí este signo mío, que es tal, en testimonio de verdad. — Pedro
de Palencia, escribano público. Frater Ramundus Alilius, Frater Antonius
de Mena, — Gabriel Márquez. — Diego de Haro. — Francisco de Terrazas.
Acta del viaje
nombre que le dieron por la coloración rojiza de las aguas, que se
teñían con las aguas procedentes del río Colorado, iniciaron el regreso
al poblado de la Santa Cruz, doblaron el cabo San Lucas e ingresaron en el océano Pacífico. Por la actual bahía Magdalena
pasaron el día 5 de diciembre sin haber ingresado por estar herido
Ulloa, a causa de una escaramuza que sostuvo con los nativos.
El nombre de California
Un burlón enemigo de Cortés a quien un escritor de la época cita como Alarcón (¿se trataría de Fernando de Alarcón?), en clara alusión a Las sergas de Esplandián, novela de caballería en boga por aquellos días, dio por nombrar en tono burlesco a las abandonadas tierras como Californiapara herir a Cortés por haber fracasado en el tercer viaje de
exploración, cuando éste trató infructuosamente de establecer una
colonia en las tierras recién descubiertas y que le pertenecían por
Cédula Real.
Actualmente se conocen con el nombre de California la península de Baja California, el golfo de California, y tres estados; California, Baja California y Baja California Sur. Además, el golfo de California es conocido también como mar de Cortés.
Fallecimiento y sucesivos traslados de sus restos
Padre cuya suerte impropiamente Aqueste bajo mundo poseía.
Valor que nuestra edad enriquecía, Descansa ahora en paz, eternamente.
Martín Cortés
Los restos mortales de Hernán Cortés fueron inhumados varias veces.
Esto se debió, en parte, porque en su testamento cambió varias veces la
ubicación del lugar en donde deseaba reposar. Cuando residía en la Nueva España, primero solicitó ser sepultado en la iglesia contigua al hospital de Jesús
(México), hospital que el conquistador había fundado. Posteriormente
declaró sus deseos de ser sepultado en un monasterio que había ordenado
construir en Coyoacán,
una población aledaña a la capital mexicana, monasterio que nunca fue
construido debido a que tuvo que partir a España con el fin de
enfrentarse a un juicio de residencia al que fue citado. En octubre de
1547, pocas semanas antes de su muerte, había modificado una vez más su
testamento para indicar su voluntad de ser sepultado en la parroquia del
lugar donde falleciera.35
En 1550 a los tres años de su muerte, sus restos fueron cambiados de
lugar dentro de la misma iglesia de San Isidoro del Campo, y esta vez
fue inhumado justo a un lado del altar dedicado a Santa Catalina.
En 1566, y por decisión familiar sus restos mortales fueron trasladados a la Nueva España y sepultados junto con su madre y una de sus hijas en el templo de San Francisco de Texcoco, ubicado en la población de Texcoco cercana a la ciudad de México. Sus restos yacerían allí hasta 1629.
En 1629 a la muerte de Pedro Cortés, cuarto Marqués del Valle y
último descendiente de Hernán Cortés en línea masculina, las autoridades
civiles y eclesiásticas de la provincia española decidieron sepultarlos
en la misma iglesia, así que los restos de Cortés fueron inhumados
cerca del altar mayor (en un nicho detrás del Sagrario) en la iglesia
del convento de San Francisco (México), ubicado frente a la plaza de Guardiola en la capital mexicana, allí dejaron grabada la siguiente inscripción Ferdinandi Cortés ossa servatur hic famosa.
En 1716 una remodelación del templo de San Francisco obligó a los
franciscanos a exhumar los restos y trasladarlos a la parte posterior
del retablo mayor, lugar en el que permanecerían durante 78 años.
En 1794 las autoridades de la virreinato exhumaron nuevamente los
restos de Cortés con el fin de cumplir con los deseos del conquistador
de México que en una ocasión solicitó ser sepultado en la iglesia
contigua al hospital de Jesús
(México), así que sacaron la osamenta de Cortés del templo de San
Francisco que yacía en su nicho en una urna de madera y cristal con asas
de plata y pintado en la cabecera de la urna el escudo de armas del
Marqués de Oaxaca, sus restos fueron trasladados con gran pompa a lo que
se creía sería su última morada, se colocaron blandones de plata sobre
el sepulcro y dentro del templo se erigió un zócalo y sobre el zócalo un
busto del conquistador, en ese sitio sus restos descansarían durante 23
años.
En 1823, a los dos años de la Independencia de México
inició el memorial para honrar a los insurgentes muertos durante la
guerra de independencia, los restos de ellos fueron llevados a la ciudad
de México en cuya catedral fueron depositados, un gran movimiento
nacionalista surgió entre los habitantes de la capital mexicana al grado
que se temió que una turba asaltara el templo para tomar los restos de
Cortés, por ello el ministro mexicano Lucas Alamán
y el capellán mayor del Hospital desmantelaron la noche del 15 de
septiembre el mausoleo, en tanto el busto y demás ornamentos fueron
enviados a Italia para hacer creer a los agitadores que los restos
mortales de Cortés habían salido del país, en realidad la urna con la
osamenta fue escondida bajo la tarima del templo del hospital de Jesús (México), durante trece años los restos permanecieron escondidos allí.
En 1836, ya calmadas las pasiones se extrajeron los restos y fueron
depositados en un nicho que se construyó en la pared del templo a un
lado de donde estuvo el mausoleo, en ese lugar reposaron los restos
durante 110 años hasta ser encontrados. El ministro Lucas Alamán en algún momento informó a la embajada española del lugar en el cual habían depositado los restos de Cortés.
tuvieron acceso al acta notarial en la cual se detallaba la última
morada de Cortés y decidieron buscar los restos, el domingo 24 de
noviembre del mismo año los historiadores encontraron el nicho que
guardaba la urna, después de realizar algunos estudios para autentificar
los huesos procedieron a restaurar la urna y recomendaron conservar los
restos de Hernán Cortés en el mismo lugar. El 28 de noviembre de 1946
el presidente de México Manuel Ávila Camacho expidió un decreto mediante el cual confirió al Instituto Nacional de Antropología e Historia la custodia de los restos mortales de Hernán Cortés.
El 9 de julio de 1947 se reinhumaron los restos en el mismo lugar en
el que los encontraron y se puso sobre el muro de la iglesia una placa
de bronce con el escudo de armas de Cortés grabado y la inscripción:
HERNÁN CORTÉSActualmente, los restos del conquistador español descansan en el lugar que eligió en su juventud para ser sepultado: el templo del Hospital de Jesús.
1485-1547
Desafortunadamente, hoy en día la vieja iglesia se encuentra en el
abandono y con pocos medios para poder asegurarse su debida
restauración.36
La leyenda negra
La peor mancha en la hoja de servicios de Cortés es que consintió la tortura de Cuauhtémocy del cacique de Tacuba, ya que los soldados estaban sedientos de oro, y
creían que éste tenía que saber dónde se encontraba. Ambos fueron
ahorcados en el año 1525 en la funesta expedición a Las Hibueras, por
sospechas de traición.
Sus enemigos intrigaron en la corte del emperador Carlos V,
acusándolo de detraer oro del quinto real y del reparto a los
conquistadores y sospechando que había dado orden de envenenar a su
esposa Catalina Juárez
y a varios de los enviados con provisiones reales. Desterrado de
México, fue a Castilla para reclamar la gobernación de Nueva España,
pero sólo consiguió el marquesado del Valle y le dieron tierras cerca
del estado actual de Oaxaca.
Hernán Cortés murió en el viernes 2 de diciembre del año 1547 en Castilleja de la Cuesta, tratando de volver a sus posesiones americanas.
Heráldica
El Rey Carlos I reconoció los hechos de Cortés mediante la concesiónde un escudo de armas para él y sus descendientes otorgado en Madrid el 7
de marzo de 1525:
[...]traher por vuestras armas propias y conocidas un escudo que enLas armas representan una sinopsis de la gesta del conquistador. El
el medio del a la mano derecha en la parte de arriba aya una aguila
negra de doss cabezas en campo blanco que son las armas de nuestro ymperio y en la otra meitad del dicho medio escudo a la parte de abaxo un leon dorado
en campo colorado en memoria que vos el dicho hernando cortes y por
vuestra yndustria y esfuerzo truxistes las cosas al estado arriba dicho
y en la meytad del otro medio escudo de la mano yzquierda a la parte de
arriba tress coronas de oro en campo negro launa sobre las dos en memoria de tress Señores de la gran cibdad de tenustitan y sus provincias que vos vencistes que fue el primero muteccuma que fue muerto por los yndios temendole vos preso y cuetaoacin
su hermano que sucedio en el señorio y se rrevelo contra nos y os echo
de la dicha cibdad y el otro que sucedio en el dicho señorio guauctemncin
y sostubo la dicha rrevelion hasta que vos le vencistes y prendistes y
en la otra meytad del dicho medio escudo de la mano yzquierda a la parte
de abaxo podais traher la cibdad de tenustitan armada sobre agua en memoria que por fuerza de armas la ganastes y sujetastes a nuestro señorio y por orla del dicho escudo en campo amarillo siete capitanes y señores de siete provincias y poblaciones que están en laguna
y en torno della que se rrevelaron contra nos y los enastes y
prendistes en la dicha cibdad de tenustitan apresionados y atados con
una cadena que se venga a cerrar con un candado debaxo del dicho escudo y
encima del un yelmo cerrado con su tinble en un escudo atal [...]
Privilegio de armas37
primer cuartel representa el patronazgo del emperador mediante el águila
de dos cabezas propio del Sacro Imperio Romano Germánico aunque sobre campo de plata en lugar del habitual oro. El segundo representa la victoria sobre los tres últimos huey tlatoque
o grandes gobernantes de Tenochtitlan. El tercero representa el valor
de Cortés («yndustria y esfuerzo») y finalmente el cuarto cuartel trae
la ciudad de México-Tenochtitlan sobre ondas de azur y plata (representando el lago de Texcoco, similar al escudo otorgado a la ciudad de México dos años antes, en el que la ciudad era simbolizada, sin embargo, con un castillo dorado). La bordura
(llamada orla, que es otra pieza heráldica) es una pieza habitual que
otorga el emperador y simboliza mediante cadenas y cabezas a los líderes
indígenas de las ciudades próximas a Tenochtitlan. Timbra el escudo un
yelmo, condición de caballero y propio a la condición de Cortés de
hidalgo.
Posteriormente Cortés modificaría el escudo añadiendo varios símbolos personales. Sobre el todo añadió un escusón
con las armas de los Rodríguez de las Varillas, que eran las armas que
escogió utilizar como propias de su linaje. El padre de Hernán Cortés,
Martín Cortés, aunque llevaba el apellido de su madre pertenecía por vía
paterna a la rama extremeña de la ilustre familia Monroy, o más
correctamente a los Monroy-Rodríguez de las Varillas. Desde que los
Monroy se unieron por matrimonio con los Rodríguez de las Varillas,
utilizaron desde entonces como blasón una combinación de las dos armas:
las de los Monroy, escudo cuartelado, en el primer y cuarto cuartel un
castillo de oro sobre campo de gules, en el segundo y tercer cuartel un
campo de veros blancos y azules; y las de los Rodríguez de las Varillas,
un escusón con las barras de Aragón rodeadas de una bordura con ocho cruces de brazos iguales38
). Posiblemente por evitar recargar demasiado sus nuevas armas y porque
los Cortés no tenían armas propias, Hernán Cortés solo incorporó como
referencia a su linaje el mismo escusón que aparecía en las armas de los
Monroy, y que como ya se ha dicho, eran las propias de la familia
Rodríguez de las Varillas. Posteriormente, siguiendo el ejemplo del
conquistador, hubo miembros de la familia Cortés que se apellidaron
Cortés de Monroy y que utilizaron el escudo de las barras de Aragón,
como fue el caso de Pedro Cortés de Monroy y Zabala, nombrado en 1697 Marqués de Piedra Blanca de Huana.39 Hernán Cortés añadió también posteriormente a su blasón un lema personal: Judicium domini aprehendit eos et fortitudo ejus corroboravit brachium meum.
(El señor los juzgó en sus actos y fortaleció mi brazo). Y sobre el
yelmo añadió un león alado que algunos de sus descendientes continuaron
utilizando.
El 20 de julio de 1529 concedió el rey a Cortés el título nobiliario de Marqués del Valle de Oaxaca por lo que pudo timbrar sus armas con corona de marqués además de otros beneficios sujetos a este privilegio.
Monumentos y representaciones artísticas en México
muchos puntos de geográficos de interés llevan su nombre, desde el
castillo en la ciudad de Cuernavaca a nombres de calles en toda la
República Mexicana.
Uno de los pocos monumentos auténticos de la ciudad de México esta en el paso entre los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, por donde Cortés llevó a sus soldados en su marcha a la Ciudad de México. Actualmente es conocido como el Paso de Cortés.
El muralista de Diego Rivera
pintó varias representaciones de él, pero la más famosa, lo muestra
como una figura poderosa y siniestra, junto con la Malinche en uno de
los murales en el Palacio Nacional en la Ciudad de México.
En 1981, el entonces presidente de México José López Portillo
trató de llevar promover el reconocimiento público de Hernán Cortés. En
primer lugar, hizo pública una copia del busto de Cortés hecha por Manuel Tolsá
en el Hospital de Jesús Nazareno con una ceremonia oficial, pero pronto
un grupo nacionalista trató de destruirla, por lo que tuvo que ser
retirado de la vista del público.40
Hoy en día la copia del busto se encuentra en el "El Hospital de Jesús"
en un rincón poco visitado, mientras que el original se encuentra en
Nápoles, Italia, en la Villa Pignatelli (propiedad de los descendientes
de Cortés).41
Julián Martínez y M. Maldonado (1982) fue comisionado por López Portillo
para ser puesto en el "Zócalo" (plaza principal) de la delegación de
Coyoacán (ciudad de México), cerca del lugar donde Cortés tuvo su casa
de campo. Debido a las protestas públicas, este tuvo que ser trasladado a
un parque poco conocido; el Jardín Xicoténcatl en Barrio de San Diego
Churubusco, cerca del ex-convento de Churubusco. La estatua muestra a
Cortés, la Malinche y su hijo.42
Hay otra estatua de Cortés, realizada por Sebastián Aparicio, en la ciudad de Cuernavaca,
estado de Morelos. Se encontraba en un popular hotel El Casino de la
Selva. La figura de Cortés es apenas reconocible por lo que provocó muy
poca polémica. El hotel fue cerrado para hacer un centro comercial, y la
estatua quedó fuera de la exhibición pública por disposición de COSTCO,
el constructor del centro comercial, y hasta la fecha no está
disponible a el público.
Predecesor: Título Creado |
Marqués del Valle de Oaxaca 1529-1547 |
Sucesor: Martín Cortés |
Predecesor: Primer Gobernador de Nueva España |
Gobernador Pre-Virreinal de Nueva España 1521 |
Sucesor: Cristóbal de Tapia |
Predecesor: Cristóbal de Tapia |
Gobernador Pre-Virreinal de Nueva España 1521-1524 |
Sucesor: Alonso de Estrada, Alonso de Zuazo y Rodrigo de Albornoz |
Predecesor: Alonso de Estrada y Rodrigo de Albornoz |
Gobernador Pre-Virreinal de Nueva España 1526 |
Sucesor: Luis Ponce de León |
Filmografía
Cine
Año | Película | Director | Actor |
---|---|---|---|
1947 | El capitán de Castilla | Henry King | César Romero |
1998 | La otra conquista | Salvador Carrasco | Iñaki Aierra |
2007 | Azteca Rex | Brian Trenchard-Smith | Ian Ziering |
Series de televisión
Año | Serie | Canal | Actor |
---|---|---|---|
2015 | Carlos, rey emperador | TVE | José Luis García Pérez |
Véase también
- Cartas de relación de Hernán Cortés
- Conquistador
- Bernal Díaz del Castillo
- Diego Hurtado de Mendoza
- Fortún Jiménez
- Nuño de Guzmán
- Península de Baja California
- Origen del nombre de California
- Leyenda negra española
- La Paz (Baja California Sur)
Referencias
- Manuel M. Cascante, Corresponsal en Ciudad de México (13 de octubre de 2006). «Cortés y sus 9 entierros». Abc.es. Consultado el 23 de julio de 2009.
Bibliografía
- David A. Boruchoff (2008). «Hernán Cortés». International Encyclopedia of the Social Sciences. 2ª edición 2: 146-149.
- Fernando Benítez (1950). La Ruta de Hernán.
- Esteban Mira Caballos (2010). Hernán Cortés: el fin de una leyenda.
- Juan Miralles Ostos (2001). Hernán Cortés. Inventor de México. Volúmenes 1 y 2. ABC y Tusquets Ediciones.
- Salvador de Madariaga. Hernán Cortés.
- Iraburu, José María (2003). Hechos de los apóstoles de América (en castellano) (3ª edición). Pamplona: Fundación Gratis Date. p. 558. ISBN 84-87903-36-3.
- José Luis Martínez (1990). Hernán Cortés. Fondo de Cultura Económica y UNAM.
- Christian Duverger (2001). Cortés.
- Bartolomé Bennassar (2002). Hernán Cortés: el Conquistador de lo Imposible.
- László Passuth (1939). El Dios de la Lluvia Llora Sobre México. ISBN 84-217-1968-8.
- Juan Antonio Cebrián (2003). «7. Hernán Cortés, Símbolo de una Conquista». Pasajes de la Historia II: Tiempo de Héroes. pp. 181-211.
- Salvador Gutiérrez Contreras (1949). Compostela de Indias, su Origen y Fundación.
- Demetrio Ramos (1992). Hernán Cortés. Mentalidad y Propósitos. Rialp. ISBN 84-321-2787-6.
- José Luis Olaizola (2000). Hernán Cortés. Crónica de un Imposible.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Hernán Cortés.
- Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Hernán Cortés.
- Wikisource contiene obras originales de o sobre Hernán Cortés.
- Hernán Cortés en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Obras de Hernán Cortés en Internet Archive.
- Hernán Cortés: Página de relación
- Historia de los restos de Cortés
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Monod, Aurore. 'De la piedra a la plegaria' en Alain Breton y Jacques
Arnauld (coords.). "Los mayas. La pasión por los antepasados. El deseo
de perdurar. CONACULTA-Grijalvo.
este pueblo, digo en aquellas labranzas, quedó un caballo que se hincó
un palo por el pie y no pudo andar; me prometió el señor curarlo, no sé
lo que hará...»
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