miércoles, 27 de julio de 2016

Biblia - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Biblia



Biblia
de anónimo
Gutenberg Bible.jpg

Biblia de Gutenberg (Maguncia, siglo XV).
Género Religión, parábola, Profecía, Epístola, poesía y sabiduría
Edición traducida al español
Traducido por Múltiples (véase Traducciones de la Biblia al español).
Fecha de publicación Libros escritos entre el 900 a. C. y el 100 d. C.
Texto en español Biblia en Wikisource
Libros

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La Biblia (libro sagrado) (del latín biblĭa, y este del griego βιβλία biblía, ‘libros’)1 es el conjunto de libros canónicos del judaísmo y el cristianismo.
La canonicidad de cada libro varía dependiendo de la tradición
adoptada. Según las religiones judía y cristiana, transmite la palabra
de Dios. Hasta 2008, ha sido traducida a 2454 idiomas.2 3



Índice

Etimología

La palabra Biblia procede, a través del latín biblĭa, de la expresión griega τὰ βιβλία τὰ ἅγια (ta biblía ta hágia; ‘los libros sagrados’), acuñada por primera vez en el Primer Libro de los Macabeos 12:9,4 donde βιβλία es el plural de βιβλίον (biblíon, ‘papiro’ o ‘rollo’ y, por extensión, ‘libro’).5 Se cree que este nombre nació como diminutivo del nombre de la ciudad de Biblos (Βύβλος, Býblos), importante mercado de papiros de la antigüedad.6


No obstante, dado que Biblos solamente con dificultad podría ser un préstamo del nombre original de dicha ciudad en fenicio, Gubla,
existe la posibilidad de que fuera la ciudad la que recibiera su nombre
griego a partir del término que designaba a la planta de papiro, y no
al revés.7


Dicha expresión fue empleada por los hebreos helenizados (aquellos
que habitaban en ciudades de habla griega) mucho tiempo antes del
nacimiento de Jesús de Nazaret para referirse al Tanaj o Antiguo Testamento.
Muchos años después empezó a ser utilizada por los cristianos para
referirse al conjunto de libros que forman el Antiguo Testamento así
como los Evangelios y las cartas apostólicas (es decir, el Nuevo Testamento). Por entonces ya era común utilizar únicamente el primer sintagma, τὰ βιβλία, a manera de título.


Ya como título, se empezó a utilizar en latín biblia sacra (‘los libros sagrados’), sin artículo dado que este no existía en latín. Sin embargo, al ser Biblia
un cultismo en latín, acabó pasando de considerarse un neutro plural a
un femenino singular («la sagrada Biblia»), entendiendo ya Biblia como el nombre propio de todo el conjunto. A través del latín se derivó a la gran mayoría de las lenguas modernas.


Historia


Biblia hebrea con tárgum en arameo, manuscrito del siglo XI. Presenta el texto de Éxodo 12:25-31 en caracteres hebreos.
La Biblia es una recopilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados «libros»), escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y después reunidos para formar el Tanaj (Antiguo Testamento para los cristianos) y luego el Nuevo Testamento.
Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. En sí, los textos que
componen la Biblia fueron escritos a lo largo de aproximadamente
1000 años (entre el 900 a. C. y el 100 d. C.). Los textos más antiguos se encuentran en el Libro de los Jueces («Canto de Débora») y en las denominadas fuentes E (tradición elohísta) y J (tradición yahvista) de la Torá (llamada Pentateuco por los cristianos), que son datadas en la época de los dos reinos (siglos X a VIII a. C.). El libro completo más antiguo, el de Oseas es también de la misma época. El pueblo judío identifica a la Biblia con el Tanaj,
para el que carece de sentido y no es aceptada la denominación como
Antiguo Testamento al no aceptar la validez del Nuevo Testamento.


El canon de la Biblia que conocemos hoy fue sancionado por la Iglesia católica, bajo el pontificado de san Dámaso I, en el Sínodo de Roma del año 382, y esta versión es la que Jerónimo de Estridón
tradujo al latín. Dicho canon consta de 73 libros: 46 constitutivos del
llamado Antiguo Testamento, incluyendo 7 libros llamados actualmente Deuterocanónicos (Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc) ―que han sido impugnados por judíos y protestantes― y 27 del Nuevo Testamento. Fue confirmado en el Concilio de Hipona en el año 393, y ratificado en el Concilio III de Cartago (en el año 397), y el IV Concilio de Cartago, en el año 419.


Cuando reformadores protestantes lo impugnaron, el canon católico fue
nuevamente confirmado por medio de una declaración dogmática, definida
en la cuarta sesión del Concilio de Trento,
del 8 de abril de 1546. Las definiciones doctrinales del Concilio de
Trento no fueron reconocidas ni asumidas por muchos protestantes,
surgidos a partir del siglo XVI, ni por distintas denominaciones
vinculadas al protestantismo surgidas a partir del siglo XIX. El canon
de las biblias cristianas ortodoxas es aún más amplio que el canon de
las biblias católicas romanas, e incluye el Salmo 151, la Oración de Manasés, el Libro III de Esdras y el Libro III de los macabeos. En adición a estos, el Libro IV de Esdras y el Libro IV de los macabeos figuran, asimismo, como apéndices en muchas importantes versiones y ediciones de la Biblia cristiana ortodoxa.


El Antiguo Testamento narra principalmente la historia de los hebreos y el Nuevo Testamento la vida, muerte y resurrección de Jesús, su mensaje y la historia de los primeros cristianos. El Nuevo Testamento fue escrito en lengua griega koiné. En él se cita con frecuencia al Antiguo Testamento de la versión de los Setenta, traducción al griego del Antiguo Testamento realizada en Alejandría (Egipto) en el siglo III a. C.


Para los creyentes, la Biblia es la palabra de Dios, de inspiración
divina, aunque su redacción se realizó a través de hombres elegidos que
usaron de sus facultades como verdaderos autores. Se trata de una obra
eminentemente espiritual que los creyentes interpretan como la forma que
tuvo Dios de revelarse a sí mismo y manifestar su voluntad de salvación
de la Humanidad, además de su carácter y atributos.


Para los creyentes cristianos, la Biblia es la principal fuente de fe y doctrina en Cristo. En el siglo XVI los diferentes movimientos de la Reforma protestante
comenzaron a experimentar un alto desgaste en discusiones filosóficas y
a separarse unos de otros; para menguar este problema se definió el
principio llamado «sola escritura», que significa que solamente la
Biblia puede ser considerada fuente de doctrina cristiana. Para la Iglesia católica romana, además de la Biblia, también son fuente doctrinal la tradición, las enseñanzas de los Padres de la Iglesia (discípulos de los apóstoles), y las decisiones emanadas de los Concilios. Esta divergencia entre cristianos se intensificó después de 1870, cuando el papa Pío IX promulgó la constitución Pastor Aeternus, del Concilio Vaticano I, que reafirma el Primado Romano y proclama la infalibilidad del papa en asuntos de fe, moral y doctrina cristiana (dogma de la infalibilidad papal) cuando habla ex cathedra (18 de julio de 1870) en cuanto único «sucesor de Pedro»
y, consecuentemente, «custodio y depositario de las llaves del Reino de
los Cielos»―. Mientras que los cristianos protestantes rechazan esta
aseveración y consideran como cabeza única de la iglesia a Jesucristo.
Para ambas partes esta gran diferencia ya no es considerada tan solo en
términos filosóficos o religiosos, sino como designios divinos plasmados
y asentados en la Biblia misma.


Para los judíos ortodoxos, por supuesto, el Nuevo Testamento no tiene
validez. El judaísmo rabínico considera como fuente de doctrina el Talmud, mientras los caraítas defienden desde el siglo VIII el Tanaj como única fuente de fe.


Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

El canon del Antiguo Testamento cristiano entró en uso en la Septuaginta
griega, traducciones y libros originales, y sus diferentes listas de
los textos. Además de la Septuaginta, el cristianismo posteriormente
añadió diversos escritos que se convertirían en el Nuevo Testamento.
Poco diferentes listas de las obras aceptadas siguió desarrollando en
la antigüedad. En el siglo IV, varios sínodos fueron elaborando listas
de escritos sagrados que fijaban un canon del Antiguo Testamento de
entre 46 y 54 distintos documentos y un canon del Nuevo Testamento de 20
a 27, siendo este último el utilizado hasta el día de hoy; el cual fue
definido finalmente en el Concilio de Hipona en el año 393. Hacia el año 400, Jerónimo había escrito una edición definitiva de la Biblia en latín (véase la Vulgata), el Canon de la cual, debido en parte a la insistencia del papa Dámaso,
fue hecho coincidir con decisiones de varios de los Sínodos reunidos
con anterioridad. Con el beneficio de la retrospectiva se puede decir
que estos procesos establecieron de manera eficaz el canon del Nuevo Testamento,
aunque hay otros ejemplos de listas canónicas en uso después de este
tiempo. Sin embargo, esta lista definitiva de 27 libros no fue
legitimada por ningún Concilio ecuménico sino hasta el Concilio de Trento (1545-63).


Durante la Reforma protestante,
algunos reformadores canónicos propusieron diferentes listas de las que
se encuentra actualmente en uso en la Iglesia de San Pedro de Roma.
Aunque no sin debate la lista de los libros del Nuevo Testamento vendría
a seguir siendo la misma, sin embargo, en el Antiguo Testamento los
textos presentes en la Septuaginta cayó de favor. En el momento en que
vendría a ser eliminado de la mayoría de los cánones protestantes. Por lo tanto, en un contexto católico estos textos se denominan libros deuterocanónicos, mientras que en un contexto protestante que se hace referencia como libros apócrifos,
la etiqueta se aplica a todos los textos excluidos del canon bíblico
que estaban en la Septuaginta. Cabe señalar también, que tanto católicos
como protestantes describen algunos otros libros, como el Libro de los hechos de Pedro, como apócrifos.


Por lo tanto, el Antiguo Testamento protestante de hoy tiene
39 libros ―el número varía del número de los libros en el Tanaj (aunque
no en contenido) a causa de un método diferente de la división―. También
varía el orden y el nombre de los libros, mientras que la Iglesia católica romana reconoce a 46 libros como parte del Antiguo Testamento canónico. El libro de Enoc es aceptado en el canon del Antiguo Testamento solo por la Iglesia ortodoxa etíope.
El término «Escrituras hebreas» es solo sinónimo del Antiguo Testamento
protestante (no católico) que contiene las Escrituras hebreas y textos
adicionales. En cuanto al canon del Nuevo Testamento, son 27 libros en
el canon de la Iglesia católica romana, aceptado por la mayoría de las
Iglesias de la Reforma. La Iglesia siria solo acepta 22 libros en su canon. Libros como el Primer libro de Clemente y el Segundo libro de Clemente, el Libro de la Alianza, el Octateuco y otros, han sido motivo de disputas, y se encuentran canonizados por la Iglesia católica apostólica ortodoxa.


Estructura

Un libro de la Biblia es un grupo establecido de escrituras. Por ejemplo, el Libro de los Salmos (en hebreo Tehilim o ‘canciones de alabanza’) tiene 150 canciones (151 en la versión de los Setenta), mientras que la Epístola de Judas es una carta de media página.


La Biblia hebrea o Tanaj está dividida en tres secciones: los cinco libros de Moisés (la Torá), los libros escritos por los profetas hebreos (los Profetas o Nevi'im) y unos libros que no entran en las dos categorías anteriores (las Escrituras o Ketuvim); estos son conocidos como hagiógrafa o simplemente «las Escrituras».


La Biblia judía fue escrita predominantemente en hebreo, pero tiene algunas pequeñas partes que fueron escritas en arameo.
En la Biblia cristiana, la Biblia hebrea es llamada Antiguo Testamento,
para distinguirla del Nuevo Testamento, que es la parte que narra la
vida de Jesús y su predicación, entre otras cosas. El Nuevo Testamento
está dividido en los cuatro Evangelios, historia (Hechos de los Apóstoles), las cartas (epístolas) a iglesias cristianas por Pablo y otros apóstoles, y el Apocalipsis.


Las Biblias cristianas contienen la totalidad del Tanaj (o Antiguo Testamento), junto con un grupo de textos posteriores cristianos, conocidos como el Nuevo Testamento.
Dentro del cristianismo no hay acuerdo completo sobre el número exacto
de libros que debe tener (con igual reconocimiento) el Antiguo
Testamento, es decir, sobre su canon. Hasta el siglo XVI se mantuvo en Occidente la traducción latina de san Jerónimo conocida como «la Vulgata» (proveniente del latín vulgar) que incorporaba tanto el canon judío como aquellos escritos de la Septuaginta griega. Con la Reforma protestante, Martín Lutero
cuestionó la necesidad de mantener los libros «apócrifos» junto a los
del canon judío y los agrupó como un apéndice edificante al final de su
traducción al alemán de la Biblia. La Iglesia católica romana confirmó, sin embargo, el canon de la Biblia de los Setenta y de la Vulgata en el Concilio de Trento
(1545-1563), reconociendo más claramente la canonicidad de algunas
escrituras cuestionadas por Lutero, que desde ese mismo siglo comenzaron
a ser llamados deuterocanónicos (concepto introducido por Sixto de Siena).
Las iglesias orientales también reconocen plena canonicidad a los
deuterocanónicos, agregando también otros libros que se encuentran en
códices antiguos, como el Salmo 151, la Oración de Manasés, III y IV Esdras, y III y IV Macabeos. La Iglesia copta acepta asimismo en su canon el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.
El Nuevo Testamento hace referencia tanto a los libros deuterocanónicos
como al Libro de Enoc, y narra los sucesos de la pasión de Cristo de
acuerdo con el cómputo asentado en el Libro de los jubileos. En
cuanto al resto de los libros, no hay disputa alguna y todos los grupos
cristianos tienen los mismos libros en el Nuevo Testamento de la Biblia.


Cánones bíblicos

La palabra canon significa ‘regla’ o ‘medida’, así que se le llama canon bíblico
al conjunto de libros que integran la Biblia según una tradición
religiosa concreta, que los considera así «divinamente inspirados» y los
distingue de otros textos que no se consideran revelados. Estas
diferencias entre las distintas ramas del cristianismo se dan únicamente
para el Antiguo Testamento; por ejemplo, según la Iglesia católica son
46 libros, y según la mayoría de iglesias protestantes son 39. Con
relación al Nuevo Testamento todas tienen el mismo número de libros.


El primer canon es el Pentateuco, el cual se compone de los libros del Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio y contiene la «Ley de Dios», que es el conjunto de los 613 preceptos del judaísmo (Mitzvá).


Dentro del judaísmo surge disputa sobre el canon correcto. Un grupo religioso, los saduceos, sostiene que solamente conforma el canon de las Escrituras la Torá (‘la Ley’) o Pentateuco (‘cinco libros’), mientras que otros grupos también incluyen los Nevi'im (Profetas) y los Ketuvim (los Escritos). Después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C., el grupo judío predominante fue el de los fariseos, que sí considera al canon como conformado por la Ley, los Profetas y los Escritos. Así, a finales del siglo I el judaísmo estableció en Yamnia (Yavne)
como canon de sus libros sagrados aquellos que cumplieran tres
requisitos: que hubiera una copia del libro en cuestión que se supiera
que fue escrito antes del año 300 a. C. (cuando la helenización llegó a Judea, con los problemas culturales y religiosos subsecuentes, y que pueden leerse en libros como el Libro de los macabeos o el Libro de Daniel),
que dicha copia estuviera escrita en hebreo o cuando menos arameo (no
griego, la lengua y cultura invasora) y que tuviera un mensaje
considerado como inspirado o dirigido al pueblo de Dios (con lo que
también algunos libros que cumplían las dos características anteriores
tuvieron que salir del canon).


En tiempos de Jesús de Nazaret es dominante la segunda opinión, la cual es sostenida y transmitida por muchos cristianos hasta tiempos de la Reforma protestante con la controversia de los libros deuterocanónicos (ver «Estructura», ut supra).
Esta controversia probablemente se originó precisamente por el hecho de
que el judaísmo había establecido su canon a fines del siglo I, con lo que para ellos ya no estaban presentes aquellos textos que solo se encontrarían en griego (en la versión de la Biblia judía de los Setenta). Estos libros fueron precisamente los que se considerarían, posteriormente, como deuterocanónicos.


La versión judía de la Biblia, llamada el Tanaj, consta de 24 libros, con ciertas diferencias respecto a las Biblias cristianas. Algunas de ellas son:


Actualmente, los libros que no son considerados canónicos por católicos y ortodoxos, reciben el nombre de libros apócrifos;
a su vez, esos mismos libros suelen ser denominados pseudoepígrafos por
los protestantes, que, habitualmente, respetan también el nombre de Deuterocanónicos
(literalmente, ‘del segundo canon’) para aquellos que han recibido
reconocimiento canónico de católicos y ortodoxos (en general, son libros
escritos originalmente en griego, incluidos en la traducción al griego
de la Biblia judía conocida como Septuaginta o de los LXX). No obstante,
algunas corrientes protestantes fundamentalistas insisten en conservar
el nombre de apócrifos para los libros deuterocanónicos. Con todo, hay
que señalar, que los primeros cristianos no usaban la Biblia hebrea,
sino que usaban la Septuaginta o de los LXX por cuanto varios de los nuevos cristianos fueron judíos de cultura griega, como por ejemplo, Pablo de Tarso, san Esteban, y los evangelistas san Lucas y san Marcos.


Así pues, las versiones católicas de la Biblia constan de
73 escritos, en tanto que las más de las versiones protestantes solo
contienen 66. Sin embargo, las Biblias de los anabaptistas, luteranos, anglicanos y episcopalianos,
incluyen los deuterocanónicos, si bien bajo el rubro de «apócrifos»; ya
que los consideran «lectura edificante», pero no canónica. Las
versiones ortodoxas, por su parte, incluyen 76 libros en total. Además, la Iglesia copta incluye en su canon del Antiguo Testamento el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos,
que no incluye ninguna de las otras corrientes actuales del
judeocristianismo, pero que eran libros bastante populares en los
tiempos de Cristo; de lo cual han quedado vestigios incluso en los
escritos del Nuevo Testamento. La Iglesia siria reduce el número de libros del canon, pues solo acepta 22 en el Nuevo Testamento.



La Biblia de Gutenberg.

La Biblia cristiana

Las biblias cristianas están constituidas por escritos hebreos,
arameos y griegos, que han sido retomados de la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo, y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo Testamento. A estos se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados bajo el nombre de Nuevo Testamento.
Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o
exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo los
conceptos de apócrifos y deuterocanónicos para hacer referencia a algunos de estos textos.


La comunidad judía actual reserva la expresión «Biblia cristiana» para identificar solo a los libros que han sido añadidos al Tanaj hebreo-arameo por el judaísmo tardío helenizante alejandrino, y luego por el cristianismo, y evita referirse a su Tanaj
con los términos «Biblia» o «Antiguo Testamento». Varias denominaciones
cristianas incorporan otros libros en el canon de ambos Testamentos.


El Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento es la serie de textos sagrados israelitas
anteriores a Cristo, y que es aceptada por todos los cristianos como
primera parte de las biblias cristianas. En términos generales, no
existe un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos
sobre si el canon del Antiguo Testamento debe corresponder al de la
Biblia griega, con deuterocanónicos, que es lo que plantean las iglesias
cristianas ortodoxas y católica romana a través de su historia, o al
del Tanaj hebreo, que es lo que plantean los judíos actuales, algunos
protestantes, y otros grupos cristianos emanados de estos. En total se
numeran en el Antiguo Testamento 39 libros en la versión protestante, 46
libros en la versión de la Iglesia católica, y 51 libros en la de
la Iglesia ortodoxa. Sin embargo, el orden, nombres y particiones de los
libros del Antiguo Testamento de las biblias cristianas, a través de la
historia, siguen la usanza griega y no la hebrea. Y, de la misma forma,
varía del judaísmo en la interpretación y énfasis. (Véase, por ejemplo,
el Libro de Isaías
7:14.). Aparte de los libros propios del texto griego de la Biblia, el
canon de la Iglesia copta admite otros libros, como el Libro de Enoc y
el Libro de los Jubileos.


El Nuevo Testamento


Biblia de Génova, una de las principales traducciones de la Biblia al inglés por parte del movimiento protestante del siglo XVI. En la imagen, el Padre nuestro en el Evangelio de Lucas.
El Nuevo Testamento es una colección de 27 libros, representativos de 5 diferentes géneros literarios judeocristianos:


  • 4 Evangelios,
  • 1 Libro de los Hechos,
  • 1 Apocalipsis, y
  • 19 Epístolas (6 epístolas «católicas» o apostólicas, y 13 epístolas
    paulinas). Una séptima epístola católica ―a saber, la Primera epístola
    de Juan―, y una decimocuarta epístola paulina ―concretamente, la Epístola a los hebreos―, realmente pertenecen al género ensayístico
    o doctotratadístico, es decir, se trata de tratados doctrinales, con lo
    que representan un quinto género de escritos del Nuevo Testamento. La
    figura protagónica es Jesús de Nazaret, llamado Cristo. Casi todos los cristianos, con algunas excepciones, como el cristianismo gnóstico
    de los primeros siglos, han venido asumiendo el Nuevo Testamento como
    un texto sagrado divinamente inspirado. Sin embargo, no hay unidad
    universal en el canon del Nuevo Testamento. Son 27 libros en el canon de
    la Iglesia católica romana, aceptado por la mayoría de las Iglesias
    protestantes. La Iglesia cristiana ortodoxa de Siria solo acepta
    22 libros en su canon. Libros como el Primer libro de Clemente y el Segundo libro de Clemente, el Libro de la Alianza, el Octateuco y otros, han sido motivo de disputas, y son aceptados por parte de otras Iglesias cristianas.

Otros libros referenciados en la Biblia

Dentro del texto bíblico se mencionan algunos libros y epístolas de
los cuales no se cuenta con copias reportadas actualmente o solo se
conservan fragmentos. Generalmente se les menciona como referencias
primarias, escritos de elaboración anterior o como complemento de lo
escrito dentro del contexto donde se los menciona. En el caso del Libro de Enoc,
este ha venido siendo tenido por apócrifo por la mayoría de religiones
(siendo caso contrario el canon de la iglesia ortodoxa etíope) a pesar
de haber sido referenciado en la Biblia y encontrarse en un estado
íntegro de contenido.


La siguiente lista parcial muestra algunos de los libros que no están
disponibles hoy en día en la mayoría de ediciones bíblicas. Dichos
libros son:


  • El libro del convenio o El libro del pacto o El libro de la alianza8
  • El libro de las batallas de Yahveh9
  • El libro de Jaser (o libro del justo)10
  • Un libro guardado delante de Yahveh11
  • El libro de los hechos de Salomón12
  • El libro del vidente Samuel13
  • El libro del profeta Natán13
  • El libro del vidente Gad13
  • Profecías de Ahías el silonita, y del vidente Iddo14
  • Los libros del profeta Semaías15
  • Las palabras de Jehú16
  • Los hechos de Uzías17
  • Los registros de los reyes de Israel o Las actas de los reyes de Israel18
  • Las palabras de los videntes19
  • Un rollo con la palabra de Yahveh a Jeremías desde los días de Josías20
  • Un libro de Jeremías contra de toda la maldad de Babilonia21
  • Un libro de memorias22
  • Una epístola anterior de Pablo a los corintios23
  • Otra epístola de Pablo a los efesios24
  • La carta de Pablo a los laodicenses25
  • Las profecías de Enoc26

Conservación e integridad de la Biblia

Existen opiniones divididas en cuanto a la afirmación de que gran
parte de la Biblia se ha conservado sin cambios importantes hasta
nuestros días. Actualmente, la creencia común en casi toda la
cristiandad supone la infalibilidad y/o inerrancia del texto bíblico,
dando por sentado que la Biblia está exenta de todo error, siendo
perfecta como palabra de Dios al hombre. Este concepto es similar a la
doctrina de la sola scriptura, donde se considera que la Biblia contiene todo lo necesario para la salvación del hombre. En el credo de Nicea
se confiesa la creencia de que el Espíritu Santo «ha hablado por medio
de los profetas». Este credo ha sido sostenido por los católicos
romanos, católicos ortodoxos, anglicanos, luteranos y la mayoría de
denominaciones protestantes. Sin embargo, como nota Alister E. McGrath,
«los reformadores no vieron conectado el asunto de la inspiración con la
absoluta fiabilidad o verdadera inerrancia de los textos bíblicos». Él
dice:


[...] el desarrollo de las ideas de 'infalibilidad bíblica' o
'inerrancia' dentro del protestantismo pueden ser trazadas a los Estados
Unidos a mediados del siglo XIX.27


Los defensores de la idea de que las escrituras bíblicas son fieles y
están completas se basan en la cantidad de copias idénticas que, desde
tiempos remotos, se ha realizado de las mismas. Los copistas hebreos de
las Escrituras, denominados masoretas, que copiaron las Escrituras hebreas entre los siglos VI y X solían contar las letras para evitar errores.


Quienes no están de acuerdo con estas afirmaciones apelan a
circunstancias tales como traducciones de un idioma a otro, copiado de manuscritos,
opiniones divergentes en dogmas y/o destrucción deliberada y sostienen
por tanto que la Biblia no ha llegado como un volumen completo.
Hallazgos tales como los manuscritos del Mar Muerto han mostrado que, en gran parte, esto sucedió antes del siglo I
de nuestra era, aunque los textos encontrados allí, y los conocidos
hasta entonces, parecen presentar cambios menores. En otros casos,
libros tales como los Evangelios apócrifos fueron descartados del canon aceptado durante los concilios ecuménicos, como parte de un esfuerzo por mantener la integridad doctrinal. Casos como el del hallazgo del texto completo del Evangelio de Tomás entre los Manuscritos de Nag Hammadi,
entre otros textos tomados por heréticos en su momento, evidencian un
proceso editorial paulatino en épocas pasadas. Hay otros textos
relevantes relacionados con la Biblia «original» como los escritos
apócrifos hallados en Egipto y Cisjordania (Qumrán, cerca del Mar Muerto),
e incluso en países muy lejanos hacia el Sur y el Oriente. Estos han
supuesto una nueva interrogante acerca de si ya estaría completo el
canon bíblico, o habría que revisarlo de forma detallada.


Arqueología bíblica

Las investigaciones arqueológicas en la zona donde se desarrollan los
hechos narrados en la Biblia tienen como un resultado añadido la
comprobación de los hechos, lugares y personajes que aparecen citados en
los diferentes libros que componen la Biblia.[cita requerida] Incluso se ha llegado a crear el término de arqueología bíblica para denominar a una parte de la arqueología que se encarga de estudiar los lugares indicados en la Biblia.[cita requerida]


Hay varios casos en que los descubrimientos arqueológicos han
señalado congruencias con los hechos o personajes bíblicos. Entre esos
descubrimientos se encuentran los siguientes:


  • Rey Sargón II de Asiria. Este personaje, que aparece en Isaías 20:1, no pudo ser confirmado hasta que en 1843 se descubrieron las ruinas de su palacio. Se hallaron escritos en los que se relatan las conquistas de las ciudades de Samaria y Asdod que aparecen también relatados en el libro de Isaías.[cita requerida]
  • Joaquín, rey de Judá. El descubrimiento de las tablillas de Babilonia permitió la confirmación de la existencia del rey Joaquín de Judá y sus cinco hijos que aparecían nombrados en el Segundo libro de los reyes y el Primer libro de crónicas.[cita requerida]
  • El sello de Yehujal. En 2005 la arqueóloga Eilat Mazar descubrió un sello de arcilla en el cual se nombraba Yehujal (Jehucal o Jucal), un funcionario judío que es nombrado en el libro de Jeremías.[cita requerida]
  • Hallazgos en Nínive. En el palacio de Senaquerib hay un bajorrelieve que muestra a las tropas asirias llevando cautivos a los israelitas tras la caída de Laquis, hecho relatado en el Segundo libro de los reyes.28 En las piezas conocidas como Anales de Senaquerib se relatan los hechos realizados durante el reinado de Ezequías
    y a este mismo personaje. También es curioso como en el listado de
    ciudades conquistadas por los asirios no aparece Jerusalén lo cual
    concuerda con el relato bíblico de que fueron derrotados a sus puertas,29
    al igual que se relata el asesinato de Senaquerib que están incluidos
    en el Segundo libro de los reyes, capítulo 19, versículo 37 (También en 2
    Crónicas 32: 21 y en Isaías 37: 37-38).30
  • El Cilindro de Ciro. Se encontró en Sippar, cerca de Bagdad (Irak). Narra la conquista de Babilonia por Ciro el Grande.
    Algunos ven en el relato de Isaías 13:1, 17-19 e Isaías 44:26-45:3 la
    profecía de la destrucción de Babilonia por Ciro. También en el cilindro
    se expone la política de Ciro de dejar volver a los pueblos deportados a
    su tierra de origen, tal y como sucedió con los israelitas.31
La arqueología también ha brindado descubrimientos interesantes con relación a la conformación de los propios textos bíblicos.[cita requerida] Los descubrimientos del Evangelio de Tomás y del Evangelio de Felipe, por ejemplo, reforzaron la Hipótesis de Q.[cita requerida] Unos pocos eruditos se inclinan a opinar que el Evangelio de Tomás es más antiguo que los 4 canónicos y que al igual que Mateo y Lucas, tuvo a Q por fuente documental.[cita requerida]
Conforme a quienes apoyan la hipótesis de la Fuente Q, los evangelios
más antiguos serían colecciones de dichos de Jesús que no narrarían la
crucifixión ni la resurrección, sino que se preocuparían por mantener el
registro de las enseñanzas del Maestro.[cita requerida]


Crítica bíblica

La crítica bíblica es el estudio e investigación de los escritos bíblicos que busca discernir juicios sobre estos escritos.32
Viendo los textos bíblicos con un origen humano más que sobrenatural,
se pregunta cuando y donde se origina un determinado texto. Cómo, por
qué, por quién, para quién y en que circunstancias fue producido, que
influencias existen en su producción, que fuentes se habrían utilizado
en su composición, y que mensaje se pretende transmitir.


La crítica bíblica varía levemente según se focalice en el Antiguo Testamento, en las cartas del Nuevo Testamento o los Evangelios canónicos y juega también un papel importante en la búsqueda del Jesús histórico.


También alude al texto físico, incluyendo el significado de cada
palabra y el modo en el que se utiliza cada una de ellas, su
preservación, historia e integridad. De hecho, la crítica bíblica es una
disciplina que abarca un amplio rango de materias como la arqueología, la antropología, el folclore, la lingüística, las tradiciones orales evangélicas y los estudios religiosos e históricos


La Biblia y los distintos idiomas

Los libros bíblicos fueron escritos inicialmente en distintas lenguas, llamadas lenguas bíblicas (hebreo, arameo y griego helenístico). En distintas épocas históricas fueron traducidos de unas de ellas a otras, y posteriormente a las demás.


La Biblia hebrea

La Biblia griega

La Biblia latina

Traducciones de la Biblia

Estadísticas

  • El número de palabras de la Biblia varía ―según la versión y el idioma― entre 773 69233 y 783 137.34
  • La Biblia ortodoxa consta de 1347 capítulos; la católica romana, de
    1329, y la protestante, de 1189, 260 de los cuales constituyen el Nuevo
    Testamento.[cita requerida]
  • El libro que aparece como último en la Biblia es el Apocalipsis de
    Juan, pero en realidad el último en ser escrito fue el Evangelio de
    Juan.[cita requerida]
  • El capítulo más corto de la Biblia es el «Salmo 117» (solo 2 versículos), y el capítulo más largo es el «Salmo 119» (176 versículos).
  • El libro más corto de la Biblia es la Segunda epístola de Juan
    (13 versículos), seguido por la Tercera epístola de Juan
    (15 versículos), el Libro de Abdías (21 versículos) y la Epístola de
    Judas (25 versículos).
  • Los versículos más cortos de la Biblia son («No matarás»)35 , («No robarás»)36 , y («Jesús lloró»)37 . El más largo es

Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero,
que es Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a
todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los
capitanes y a los príncipes de las provincias, desde la India hasta
Etiopía, a las ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su
escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y también a los judíos
según su escritura y su lengua.


38


  • La Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos y el más traducido.39 40

Véase también

Referencias


  • Real Academia Española (2014). «Biblia». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa.

    1. Guinness World Records (ed.). «Best selling book of non-fiction». Guinness World Records 2015 (en inglés). Consultado el 14 de junio de 2015.
      «Although it is impossible to obtain exact figures, there is little
      doubt that the Bible is the world's best-selling and most widely
      distributed book. A survey by the Bible Society concluded that around
      2.5 billion copies were printed between 1815 and 1975, but more recent
      estimates put the number at more than 5 billion. By the end of 1995,
      combined global sales of Today's English Version (Good News) New
      Testament and Bible (copyright for which is held by the Bible Societies)
      exceeded 17.75 million copies [...]».

    Bibliografía

    Enlaces externos



  • El
    14 de octubre de 2008, el obispo católico italiano Vincenzo Paglia,
    presidente de la Federación Bíblica Católica, informó que la Biblia ha sido traducida a 2454 idiomas. Cinthya López Pineda (5 de febrero de 2010). «La Biblia ha sido traducida a 2454 lenguas». Consultado el 15 de diciembre de 2013.


  • La Biblia Web (14 de octubre de 2008). «Falta por traducir la Biblia a 4500 idiomas». Archivado desde el original el 27 de noviembre de 2015. Consultado el 15 de diciembre de 2013.


  • 1Macabeos 12:9


  • «βίβλος». Diccionario manual griego: griego clásico-español. Vox: Spes. 1996.
    βίβλος ου ἡ corteza de papiro; hoja o tira de ella; escrito; libro; documento, carta; división de una obra.




  • Μπαμπινιώτης, Γ. (2005). «βιβλίο». Λεξικό της Νέας Ελληνικής Γλώσσας (en griego moderno) (2.ª edición). Atenas: Κέντρο Λεξικολογίας. p. 362.

    < αρχ βιβλίον < βυβλίον [...] < βύβλος, από το όνομα τής φοινικικής πόλεως Βύβλου, από όπου εισαγόταν ο κατεργασμένος πάπυρος. Το ίδιο το Βύβλος είναι σημιτ. προέλ. (πρ. εβρ. Gébāl «περιοχή, σύνορο»), το δε αρχικό Β- (αντί του αναμενομένου Γ-) ίσως οφείλεται σε αφομοίωση.



    < gr. ant. βιβλίον < βυβλίον [...] < βύβλος, del nombre de la ciudad fenicia Biblos, de la cual procedían productos de papiro. El propio Biblos es de origen semítico (cónfer el hebreo gébāl, ‘región, frontera’), debiéndose quizás la B- inicial (en lugar de la G- esperada) a asimilación.




  • Chantraine, Pierre (1968). «βύβλος». Dictionnaire étymologique de la lange grecque (en francés). 1 (Α-Δ). París: Klincksiek.
    On a répété que βύβλος est purement et simplement le nom de la ville
    phénicienne de Byblos d'où le papyrus était importé [...] La principale
    difficulté réside dans le fait que le nom, phénic. Gbl, akk. Gublu, hébr. Gɘbāl,
    fournirait difficilement un emprunt βύβλος; on observe aussi que l'adj.
    βύβλινος «en fibre de papyrus» est déjà dit pour un câble chez Hom.
    Aussi a-t-on pensé qu'il a existé un nom βύβλος «plante de papyrus»,
    d'origine d'ailleurs obscure [...].




  • Éxodo 24:7


  • Números 21:14


  • Josué 10:13 y 2Samuel 1:18


  • 1Samuel 10:25


  • 1Reyes 11:41


  • 1Crónicas 29:29


  • 2Crónicas 9:29


  • 2Crónicas 12:15


  • 2Crónicas 20:34


  • 2Crónicas 26:22


  • 2Crónicas 33:18


  • 2Crónicas 33:19


  • Jeremías 36:1-4


  • Jeremías 51:60


  • Malaquías 3:16


  • 1Corintios 5:9


  • Efesios 3:3


  • Colosenses 4:16


  • Judas 1:14


  • McGrath, Alister E., Christian theology: an introduction. [1994]. Oxford: Blackwell Publishers, tercera edición, 2001. pág.176.


  • Pritchard, James B. (1966). La sabiduría del Antiguo Oriente. Barcelona: Ediciones Garriga S.A. p. 237. ISBN 84-7079-021-8.


  • Segundo libro de los reyes, capítulo 19, versículos 35 y 36


  • "Y
    aconteció que, mientras se inclinaba en la casa de Nisroc, su dios,
    Adramélec y Sarézer, sus hijos, lo derribaron ellos mismos a espada, y
    ellos mismos escaparon a la tierra de Ararat. Y Esar-hadón su hijo
    empezó a reinar en lugar de él." -Traducción del Nuevo Mundo de las
    Sagradas Escrituras. También mencionado por Isaías, capítulo 37,
    versículos 37 y 38. El versículo 38 es idéntico al versículo 37 de 2
    Reyes. Senaquerib no murió inmediatamente después de llegar a Nínive;
    según parece, esto pudo acontecer unos veinte años después. Depende de
    registros asirios y babilónicos de dudosa confiabilidad. Hay una
    inscripción de su hijo Esar-hadón que confirma su asesinato y escape a
    la tierra de Ararat. -Ancient Records of Assyria and Babylonia, de D.
    Luckenbill, 1927, volumen 2, páginas 200, 201.


  • El
    largo y difícil viaje de regreso de los israelitas a Judá y Jerusalén
    pudo durar unos cuatro meses, según Esdrás 7: 9. Habrían llegado el
    séptimo mes (Tisri)de 537 antes de nuestra era (Esdrás 3: 1-6).


  • Harper's Bible Dictionary, 1985


  • Número de palabras en la Biblia en versión desconocida, según un analista anónimo citado en Introduction to the literary history of the Bible del Dr. James Townley, citado en WorldInvisible.com.


  • Número de palabras en la Biblia en inglés, versión del rey Jacobo, según Agards-Bible-Timeline.com.


  • Éxodo 20:13


  • Éxodo 20:15


  • Juan 11:35


  • Ester 8:9


  • Arias, Juan (2010). La Biblia y sus secretos. Madrid: Aguilar. p. 6. ISBN 978-958-704-133-0. Consultado el 14 de junio de 2015. «La Biblia es, sin duda, el libro más vendido en el mundo y el más traducido.»


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