Derrota de los amorreos
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1 Cuando Adonisedec,a rey de Jerusalén,b
oyó que Josué había tomado a Hai y la había asolado (como había hecho
con Jericó y con su rey, así hizo con Hai y su rey), y que los
habitantes de Gabaón habían hecho la paz con los israelitas y estaban
entre ellos,
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1 a 10.1-2 El nombre Adonisedec podría significar Mi Señor es justicia.
b 10.1-2 Aquí se menciona por primera vez en la Biblia la ciudad de Jerusalén, llamada también antiguamente Salem ( Gn 14.18) y Jebús ( Jue 19.10). De este último nombre procede el de jebuseos, dado a sus habitantes. Cf. Jos 3.10; 9.1; 15.63.
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2 tuvo gran temor, porque Gabaón era tan grande como una de las ciudades reales,c mayor que Hai, y todos sus hombres eran valientes.
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2 c 10.1-2 Tan grande como una de las ciudades reales: Jos 9.11 sugiere que Gabaón y las otras ciudades de los heveos (cf. Jos 9.17) no estaban gobernadas por un rey.
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3 Por lo cual Adonisedec, rey de Jerusalén, mandó a decir a Hoham, rey de Hebrón,d a Piream, rey de Jarmut, a Jafía, rey de Laquis y a Debir, rey de Eglón:
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3 d 10.3 Hebrón: ciudad situada en las montañas de Judá, a 36 km. al sur de Jerusalén (véase Gn 13.18 n.); Jarmut: al noroeste de Hebrón y a 24 km. al oeste de Jerusalén; Laquis: al oeste de Hebrón y a 45 km. al sudoeste de Jerusalén; Eglón: al sudoeste de Laquis. Para alguna de estas ciudades, véase Índice de mapas.
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4 «Venid y ayudadme a combatir a Gabaón, pues ha hecho la paz con Josué y con los hijos de Israel».
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5 Y los cinco reyes amorreos, el rey de
Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey
de Eglón, se juntaron y subieron con todos sus ejércitos, acamparon
cerca de Gabaón y pelearon contra ella.
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6 Entonces los habitantes de Gabaón enviaron a
decir a Josué al campamento en Gilgal: «No niegues ayuda a tus siervos;
sube rápidamente a defendernos y ayudarnos, porque todos los reyes
amorreos que habitan en las montañas se han unido contra nosotros».e
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6 e 10.6 Los gabaonitas habían quedado sometidos a Israel (Jos 9.27), y bajo su protección (Jos 9.15). Por eso apelan a la ayuda de Josué ante el peligro inminente.
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7 Josué subió desde Gilgal junto con toda la gente de guerra y con todos los hombres valientes,
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8 y Jehová le dijo: «No les tengas temor, porque yo los he entregado en tus manos y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti».
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9 Josué cayó sobre ellos de repente, tras haber caminado toda la noche desde Gilgal.
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10 Y Jehová los llenó de pavor ante Israel y les causó una gran mortandad en Gabaón; los siguió por el camino que sube a Bet-horón,f y los hirió hasta Azeca y Maceda.g
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10 f 10.10 Se trata de Bet-horón la de arriba (cf. Jos 16.5),
situada a 9 km. al noroeste de Gabaón y a más de 600 m. de altura. A
unos 4 km. hacia el oeste, se encontraba Bet-horón la de abajo (cf. Jos 16.3), que era el acceso más fácil hacia las colinas (heb. sefela) y hacia la costa. Véanse Jos 9.1 nota b e Índice de mapas.
g 10.10 Azeca: ciudad situada al sur del valle de Ajalón (véase 10.12 n.), distante unos 30 km. de Gabaón. Fue una de las ciudades asignadas a la tribu de Judá ( 15.35). Maceda se encontraba más al sur, en un sitio que aún no ha podido ser localizado con exactitud.
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11 Mientras iban huyendo de los israelitas, a la
bajada de Bet-horón, Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre
ellos hasta Azeca, y murieron. Fueron más los que murieron por las
piedras del granizoh que los que los hijos de Israel mataron a espada.
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11 h 10.11 Granizo: Cf. Ex 9.18,22-26; Job 38.22-23. El Señor utiliza los elementos de la naturaleza como instrumentos de su acción en favor de Israel. Cf. Jue 5.20-21; 1 S 7.10; Sal 18.12-14; 144.5-6.
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12 Entonces Josué habló a Jehová, el día en que
Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en
presencia de los israelitas:
«Sol, detente en Gabaón,
y tú, luna, en el valle de Ajalón».i
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12 i 10.12 El valle de Ajalón: fértil llanura al sudoeste de Bet-horón (cf. v. 10) y a 15 km. al oeste de Gabaón (cf. Jos 19.42; 21.24).
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13 Y el sol se detuvo, y la luna se paró,
hasta que la gente se vengó de sus enemigos.
¿No está escrito esto en el libro de Jaser?j El sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.
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13 j 10.13 Cf. 2 S 1.18. El Libro de Jaser
(o del Justo) era una colección de fragmentos poéticos atribuidos a
algunos héroes de Israel como Josué y David. Esta colección, que no se
ha conservado, era sin duda semejante al Libro de las batallas de Jehová, citado en Nm 21.14.
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14 No hubo un día como aquel, ni antes ni después
de él, en que Jehová haya obedecido a la voz de un hombre, porque
Jehová peleaba por Israel.
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15 Josué volvió junto con todo Israel al campamento en Gilgal.
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16 Aquellos cinco reyes huyeron y se escondieron en una cueva en Maceda.
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17 Cuando se le avisó que los cinco reyes habían sido hallados escondidos en una cueva en Maceda,
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18 Josué dijo: «Rodad grandes piedras hasta la entrada de la cueva y poned hombres junto a ella para que los custodien.
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19 Y vosotros no os detengáis, sino seguid a
vuestros enemigos y heridles la retaguardia, sin dejarlos entrar en sus
ciudades, porque Jehová, vuestro Dios, los ha entregado en vuestras
manos».
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20 Aconteció que cuando Josué y los hijos de
Israel acabaron de causarles una gran mortandad, hasta exterminarlos,
los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas.
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21 Todo el pueblo volvió sano y salvo al
campamento de Josué en Maceda, y nadie se atrevió a mover su lengua
contra ninguno de los hijos de Israel.
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22 Entonces dijo Josué: «Abrid la entrada de la cueva y sacad de ella a esos cinco reyes».
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23 Así lo hicieron; sacaron de la cueva a
aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalén, al rey de Hebrón, al rey de
Jarmut, al rey de Laquis y al rey de Eglón.
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24 Cuando los llevaron ante Josué, llamó Josué a
todos los hombres de Israel y dijo a los principales de la gente de
guerra que habían venido con él: «Acercaos y poned vuestros pies sobre
los cuellos de estos reyes».k Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
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24 k 10.24 Poned vuestros pies sobre los cuellos: en señal de triunfo y para indicar que el adversario estaba completamente sometido. Cf. Sal 110.1; Is 51.23.
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25 «No temáis, ni os atemoricéis --les dijo
Josué--; sed fuertes y valientes, porque así hará Jehová con todos los
enemigos contra los cuales peleáis».
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26 Después de esto, Josué los hirió, los mató y los hizo colgar en cinco maderos. Allí quedaron colgados hasta caer la noche.
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27 Cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que
los descolgaran de los maderos y los echaran en la cueva donde se habían
escondido. Y pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las
cuales permanecen hasta hoy.l
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27 l 10.26-27 Según Dt 21.22-23, los cadáveres no debían quedar expuestos durante la noche; había que sepultarlos antes de la puesta del sol.
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© 1995 Sociedades Bíblicas Unidas |
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