Batalla de Adrianópolis, el fin de un emperador 15
Aquel tórrido día de verano lo que menos imaginaba el emperador Valente es
que no conseguiría la victoria, que sus legiones orientales morderían
el polvo a causa de los bárbaros y que él yacería muerto sobre el campo
de batalla.
¿Pero quienes eran esos bárbaros que
lograron acabar no sólo con la mitad del ejército imperial, sino que
cambiaron la forma de guerrear dando el papel principal a la caballería a
partir de entonces? Pues eran los godos, un pueblo originario de
Escandinavia, de grandes linajes y protocolos, y según los propios
romanos los más civilizados de los bárbaros.
En el siglo I “saltaron” al continente desde la actual Suecia, probablemente desde una zona llamada Götaland o Gotland. Avanzaron por el este de Europa siguiendo el recorrido del río Vístula, durante siglos migraron, buscando un sitio en que fundar una patria, finalmente las llanuras del Danubio y las orillas del mar negro se convertirían en su hogar. Posteriormente se dividieron en dos grupos: Los Tervingi (visigodos) y los Greuthungi (ostrogodos),
no sin antes hacerse un hueco, pues otras tribus como Vándalos y
Sármatas poblaban la zona. Durante el siglo III realizaron incursiones
en el imperio romano, saqueando las poblaciones cercanas al Danubio y
obligando al propio Constantino a nombrarles foederati (federados) en el año 332, acelerando la romanización del
pueblo godo, incluso abandonaron sus creencias paganas para convertirse
al cristianismo, eso sí bajo la corriente herética del arrianismo.
Parecía que por fin los godos podrían
vivir relativamente tranquilos, bueno si, había roces con el imperio
pero nada que no arreglase un par de saqueos para presionar y poder
aumentar su “salario” de foederati, y a Constantinopla le
convenía pues ocupaban la región de la Dacia que el propio imperio
había abandonado, haciendo de tapón para otras tribus bárbaras de más
allá del limes (frontera).
No estarían tranquilos mucho tiempo,
desde el este llegaba una horda temible que arrasaba con todo, eran los
hunos, llegaban desde las estepas de Asia dispuestos a acabar con todo
lo conocido. Ante el avance huno, los vándalos huyeron hacia el oeste,
los sármatas, alanos y ostrogodos fueron sometidos, y Fritigerno rey
los visigodos desesperado por el empuje de los jinetes de la estepa
imploró al emperador Valente permiso para cruzar el Danubio. El
emperador no se opuso y permitió que se quedaran en Moesia, y la zona de los Balcanes, eso sí bajo la premisa de ser desarmados.
Y como ocurre en ocasiones el remedio que no conseguiría la victoria, que sus legiones orientales morderían
el polvo a causa de los bárbaros y que él yacería muerto sobre el campo
de batalla.
¿Pero quienes eran esos bárbaros que
lograron acabar no sólo con la mitad del ejército imperial, sino que
cambiaron la forma de guerrear dando el papel principal a la caballería a
partir de entonces? Pues eran los godos, un pueblo originario de
Escandinavia, de grandes linajes y protocolos, y según los propios
romanos los más civilizados de los bárbaros.
En el siglo I “saltaron” al continente desde la actual Suecia, probablemente desde una zona llamada Götaland o Gotland. Avanzaron por el este de Europa siguiendo el recorrido del río Vístula, durante siglos migraron, buscando un sitio en que fundar una patria, finalmente las llanuras del Danubio y las orillas del mar negro se convertirían en su hogar. Posteriormente se dividieron en dos grupos: Los Tervingi (visigodos) y los Greuthungi (ostrogodos),
no sin antes hacerse un hueco, pues otras tribus como Vándalos y
Sármatas poblaban la zona. Durante el siglo III realizaron incursiones
en el imperio romano, saqueando las poblaciones cercanas al Danubio y
obligando al propio Constantino a nombrarles foederati (federados) en el año 332, acelerando la romanización del
pueblo godo, incluso abandonaron sus creencias paganas para convertirse
al cristianismo, eso sí bajo la corriente herética del arrianismo.
Parecía que por fin los godos podrían
vivir relativamente tranquilos, bueno si, había roces con el imperio
pero nada que no arreglase un par de saqueos para presionar y poder
aumentar su “salario” de foederati, y a Constantinopla le
convenía pues ocupaban la región de la Dacia que el propio imperio
había abandonado, haciendo de tapón para otras tribus bárbaras de más
allá del limes (frontera).
No estarían tranquilos mucho tiempo,
desde el este llegaba una horda temible que arrasaba con todo, eran los
hunos, llegaban desde las estepas de Asia dispuestos a acabar con todo
lo conocido. Ante el avance huno, los vándalos huyeron hacia el oeste,
los sármatas, alanos y ostrogodos fueron sometidos, y Fritigerno rey
los visigodos desesperado por el empuje de los jinetes de la estepa
imploró al emperador Valente permiso para cruzar el Danubio. El
emperador no se opuso y permitió que se quedaran en Moesia, y la zona de los Balcanes, eso sí bajo la premisa de ser desarmados.
puede ser peor que la enfermedad, y el pueblo visigodo exhausto y muerto
de hambre fue sometido a vejaciones e injusticias por parte de los
oficiales romanos, al fin y al cabo por muy cristianos que fueran
seguían siendo una banda de bárbaros. Como ejemplo comentar que para
poder comer vendían a sus hijos como esclavos a cambio de un perro
callejero. Como es normal la situación forzó a los visigodos a la
rebelión, y Frigiterno con miles de los suyos arrasó Moesia y Tracia,
destrozando cada guarnición imperial que le saliera al paso.
Valente que se encontraba con el
ejército preparando una campaña en Antioquía, tuvo que firmar un rápido
tratado con los sasánidas y volver grupas hacia Tracia para parar a esos
indeseables bárbaros. Las fuentes históricas comentan que reunió unas
siete legiones, pero hay que pensar que las legiones del bajo imperio no
tenían nade que ver con las del principado o incluso las de Marco
Aurelio, además los textos de Amiano Marcelino (testigo
de la batalla) son poco fiables en cuanto a las cantidades, así que
seré un poco más comedido y aportaré las cifras más actuales que
estimaban el ejército imperial en unos 20.000-25.000 hombres, compuestos
por 5.000 jinetes (scholae y equites palatinae), 10.000 a 15.000 auxiliares (auxilia y limitanei) y de 5.000 a 10.000 legionarios (comitatenses), una cifra nada desdeñable tratándose del ejército mejor equipado del imperio.
¿Que tenía Frigiterno para enfrentarse
al emperador? contaba con un número muy similar al de los romanos, pues
mientras Valente volvía de oriente, el rey godo “invitó” a sus hermanos
bárbaros del otro lado del Danubio a participar en su revuelta,
consiguiendo que numerosos grupos de ostrogodos y vándalos se unieran a
su causa formando una horda de unos 7.000 jinetes (2.000 de ellos
arqueros), una masa de guerreros bárbaros que podrían sumar unos
15.000-17.000 hombres y un par de miles de arqueros a pie. También es
importante comentar que la forma de hacer la guerra ya no era tan
diferente entre germanos y romanos pues muchos de los bárbaros habían
servido en el imperio, y sus tácticas e impedimenta poco se
diferenciaban de las imperiales.
Agosto del año 378, Valente se encuentra en Adrianópolis,
esperando dos noticias importantes, la primera era saber de las fuerzas
con las que contaban los godos y la segunda si la ayuda que había
pedido a Graciano (emperador occidental) se encontraba
cerca. Pero la información que recibió fue errónea ya que el número de
enemigos facilitado era menor del que realmente había. Valente, que, por
supuesto quería la gloria para él decidió no esperar los refuerzos
occidentales y salió en busca de los godos con su ejército oriental.
9 de Agosto, el ejército romano
encuentra el campamento godo en mitad de una llanura cerca de la propia
Adrianópolis. Valente enseguida se da cuenta de que los godos son más de
lo él pensaba, que su número es muy similar al suyo, y que además
cuentan con otros aliados bárbaros. Frigiterno divisa a las legiones y
rápidamente manda embajadores para parlamentar, pues la mayor parte de
la caballería había salido a forrajear y quería ganar tiempo.
Valente se dejó liar, pero mientras
tanto ordena formar a su ejército, auxiliares al frente, con los
comitatenses en segunda línea y las dos alas ocupadas por la caballería,
mientras se llevaban a cabo las negociaciones. Amiano comenta que los
comandantes de los auxiliares (Baccurio y Cassio) se lanzaron sobre los
godos que protegían su campamento de carros (lagger) sin
esperar a que el parlamento acabase , éste primer intento de sorprender a
los godos fracasa estrepitosamente ya que son rechazados y devueltos a
su posición inicial.
Frigiterno ordena salir a todo su
ejército del campamento, Valente a su vez hace avanzar a la caballería
del flanco izquierdo para rodear y atacar la retaguardia enemiga, pero
en ese momento vuelve la caballería al mando de los ostrogodos, Alateo y
Safrax, y se produce un terrible combate por el dominio del flanco. La
infantería romana cierra filas y se dispone a recibir el empuje de los
germanos que avanza contra ellos.
El emperador había perdido totalmente
la iniciativa y ahora se veía defendiendo su parte del campo de batalla,
pero las legiones todavía eran eficaces, todavía daban de si, además la
caballería parecía que estaba ganando y se acercaba al campamento godo.
Pero fue un leve espejismo de victoria, los avances de la caballería
pronto se vieron frenados por la superioridad numérica de los godos y
por la falta de refuerzos romanos que estaban bastante ocupados
deteniendo a la infantería goda.
El
contraataque fue fulminante, rodearon la retaguardia del ejército
imperial, impidiendo sus posibles maniobras y acabando con la caballería
del ala derecha, los legionarios demostrando su valor cerraron filas y
formaron un sólido muro de escudos todavía desafiantes, todavía en pie.
Amiano nos relata el horror de la batalla, el olor a sangre y heces
humanas, de cómo el circulo defensivo cada vez era más y más pequeño, se
podía oír la muerte de los compañeros cada vez más cerca, como en un
matadero, hasta que fuera su turno para morir a manos de algún germano
de ojos azules y fríos. Valente murió en aquel último núcleo de
resistencia, su cuerpo no fue encontrado o identificado, quedó tendido
en el campo de batalla con las 2/3 partes de su ejército.
contraataque fue fulminante, rodearon la retaguardia del ejército
imperial, impidiendo sus posibles maniobras y acabando con la caballería
del ala derecha, los legionarios demostrando su valor cerraron filas y
formaron un sólido muro de escudos todavía desafiantes, todavía en pie.
Amiano nos relata el horror de la batalla, el olor a sangre y heces
humanas, de cómo el circulo defensivo cada vez era más y más pequeño, se
podía oír la muerte de los compañeros cada vez más cerca, como en un
matadero, hasta que fuera su turno para morir a manos de algún germano
de ojos azules y fríos. Valente murió en aquel último núcleo de
resistencia, su cuerpo no fue encontrado o identificado, quedó tendido
en el campo de batalla con las 2/3 partes de su ejército.
Los godos siguieron en la zona a sus anchas hasta que el nuevo emperador, Teodosio (el
último de origen hispano) cerró un trato con ellos a cambio de oro y de
formar parte del ejército imperial, pero la relación de amor-odio
continuaría prácticamente hasta la caída del imperio occidental, siendo
protagonistas en hechos tan importantes como el saqueo de Roma o la
batalla de los campos catalaúnicos,
hasta su entrada en Hispania, dónde paradójicamente continuaron el
legado romano y marcaron el preludio de la edad media hispana, pero
bueno ya sabéis que eso.., eso es otra historia.
último de origen hispano) cerró un trato con ellos a cambio de oro y de
formar parte del ejército imperial, pero la relación de amor-odio
continuaría prácticamente hasta la caída del imperio occidental, siendo
protagonistas en hechos tan importantes como el saqueo de Roma o la
batalla de los campos catalaúnicos,
hasta su entrada en Hispania, dónde paradójicamente continuaron el
legado romano y marcaron el preludio de la edad media hispana, pero
bueno ya sabéis que eso.., eso es otra historia.
Bibliografía y fuentes:
Jordanes, Origen y gestas de los godos.
Revista Wargames, soldados y estrategia nº39, La caída del águila
Simon McDowall, Adrianópolis, Los godos rompen las legiones romanas.
Adrian Goldsworthy, La caída del imperio romano.
estoy para nada de acuerdo. El mismo año de Adrianopolis el ejército
romano de Graciano aniquiló a 40.000 alemanes (lentienses) en la batalla
de Argentovaria. Las victorias romanas a lo largo del siglo IV d.C
sobre los bárbaros son muchisimas. Prrdieron menos batallas de las que
perdieron los romanos en el siglo I, siglo II y siglo III d.C frente a
muchos más enemigos…. Por no mencionar que ese ejército de cuño mixto
Diocleciano-Constantino pervivió en Oriente, en el que evolucionó y
llevó a la hazaña sin parangón del Ejército Imperial de conquistar
(reconquistar) con sólo 15.000 hombres en menos de 20 años toda Italia,
Dalmacia, Sicilia, Sardinia, Córcega, Baleares, Norte de África, sur de
Hispania, etc, etc….
título es muy apropiado, porque realmente significó una terrible
derrota y el principio del fin del Imperio de Occidente. Además nació un
nuevo tipo de guerra que quizá alcanzó su esplendor con los cuerpos de
élite de caballería pesada “Dracos” del Imperio Oriental
Pero, ¿significó la derrota de la legión como tal?. Para mí, no. El
que destrozó la Legión como unidad fue Constantino. La legión de
Adrianópolis, de 150 hombres, nada tenía que ver excepto en el nombre
con la legión de la Roma clásica
Abro el debate. Saludos
Me refiero al fin de la infantería como arma predilecta de los
ejércitos, tanto bárbaros como romanos o los posteriores bizantinos.
Aunque evidentemente no fue un cambio drástico, la importancia de la
caballería cobró fuerza como unidad de choque hasta las reformas del
gran capitán y el auge de los tercios como unidad de combate.
bizantinos?. ¿Ha pasado Gandalf el Blanco y les ha transformado de
repente?. Son romanos de Oriente (romaion), lo de “bizantino” es cosa de
Hyeronimus Wolf en 1557…..Y si, Adrianopolis en un punto de inflexión
para la infantería…dependiendo del lugar donde se luchase. En el Este
empezó a usarse mucho la caballería….Yo más que la pérdida del poder de
la infantería veo una subida de la caballería, que antes no fue tan
importasnte. El Imperio Romano de Oriente combinó ambas cosas, aunque
táctiucamente la caballería se impuso en ese ejército hasta el siglo
XII. Eso que Constantino destroza la legión…. Diocleciano y Constantino
adaptan el ejército a la situación. De hecho, siendo tan diferentes como
fueron para mi son los artífices del “milagro” del siglo IV d.C, que no
solo solucionaron la chapuza del siglo III d.C., el peror siglo y el de
las derrotas significativas, guerras civiles constantes, etc…. Se pone
de manifiesto una derrota (Adrianopolis)…pero convendría repasar el
nivel y la cantidad de victorias romanas en ese siglo. Creo que es el
siglo en que más víctorias militares tuvo El Imperio. Sármatas, godos,
alamanes, persas…En Reims, Argentoratum, Argentovaria, Solicinium,
Dacia reconquistada (por Constantino), etc, etc…Y si ya nos trasladamos
al siglo VI….pues ahí los romanos revientan 2 reinos (vándalo y
ostrogodo) y reconquistan muchos territorio en Occidente, incluyendo
toda Italia.
Lo de las victorias del S.IV… ya se vió lo que pasó en el S.V. Me
recuerda al título de la memorias de Manstein: “Victorias frustadas”
Y respecto a las reconquistas de Belisario: para mí le perdió su
lealtad incondicional. Quizá si hubiera destronado al sátrapa tiránico y
cobarde de Justiniano y a la ex-ramera de la emperatriz y se hubiera
coronado emperador el futuro del Imperio no habría sido la ruina, para
desgracia de Occidente. Para empezar, económica, ya al final del reinado
de Justiniano, gracias a los gastos de guerra pero también a la fiebre
religiosa constructora de Justiniano
Saludos
Muy interesantes todas las aportaciones, y agradezco mucho el debate
(me encantan). Estoy de acuerdo que en numerosas batallas del bajo
imperio, incluida parte de la alta edad media, se siguió utilizando la
infantería en masa. Pero la preparación y panoplia fue decreciendo
mientras que la caballería cobraba mayor importancia.
Ojo, que digo decreciendo, tenemos el ejemplo en los Campos
Catalaúnicos y en la expedición de Belisario de lo que la infantería era
capaz de hacer. ¿Fue culpa de Adrianópolis? personalmente creo que
influyeron muchas más cosas. Es curioso que la gente suele pensar que el
ejército del bajo imperio era inferior al del principado, y sin embargo
era una fuerza mucho más especializada y adaptada al tipo de guerra
casi defensiva del imperio.
Espero ver más debates como este, todas las opiniones aportan valor y
datos objetivos. Saludos a todos, gracias por seguir el blog.
Emilija Stankovic
por tu aportación. Diocleciano separó el poder civil del militar
quitando poder a los gobernadores, entre otras cosas, pero quería decir
que Constantino es quien se carga la legión de Mario disminuyendo sus
efectivos y por tanto su fuerza de combate, y destruyendo su moral y
contribuyendo a la destrucción del sentido de ciudadanía del Imperio
estableciendo dos clases de soldados (donde curiosamente los de primera
línea son los inferiores y peor pagados)
No dudo que lo único que buscaba Constantino era perpetuar su poder,
como se ve en toda su acción de gobierno, desde el establecimiento de
facto del cesaropapismo hasta el asesinato de su primogénito. En el
Imperio pensaba poco. Era un señor de la guerra más, sólo que más
inteligente que otros en otros periodos de la historia del Imperio.
A diferencia de Diocleciano, que aunque sus reformas económicas fueron
desastrosas y su tetrarquía sólo funcionó mientras estuvo él, sí lo
hacía con un sentido claro de preservar el Imperio
He buscado el libro y no lo he encontrado. ¿Algún enlace?
Saludos
vez más con otro relato interesante sobre las derrotas de las legiones
romanas a manos de sus vecinos-enemigos. Cannas, Teutoburgo y
Adrianòpolis se convirtieron en carnicerías y deshonores para el imperio
romano. Felicitaciones desde Mérida-Venezuela.
Rafael, me alegra mucho que te gusten los artículos. Sin duda
Adrianópolis fue una de las grandes derrotas del imperio, y más si
tenemos en cuenta que un emperador romano murió en ella. La
germanización del imperio ya era irreversible y marcó quizás el
principio del fin de Roma. Saludos desde Madrid.
por el artículo. Sólo una pr3gunta: porque todo el mundo se empeña en
desacreditar los datos facilitados por Amianto Marcelino, ¡si fue
testigo directo de los hechos! Si eso no es una fuente fiable….
Manueconomic, gracias por tus palabras, como bien dices Amiano es de
los pocos historiadores que pueden decir que han visto los hechos con
sus propios ojos, yo lo tengo como fuente, y a Jordanes también, cabe la
posibilidad que su relato este un poco sesgado por el control de la
época, pero no más que otros como pueden ser Flavio Josefo o el propio
Polibio.
bueno. Me gusta mucho la história antigua. Te felicito por compartir
con nosotros estos relatos. Saludos desde el sur de Brasil.
José, me alegra mucho que te guste el blog, y si sirve para divulgar
historia y que os “pique” la curiosidad, mucho más. Saludos desde
Madrid.