Festividades en el Judaísmo I Parte
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FESTIVIDADES
Cálculo de las fechas en el Calendario Judío
Rosh Hashana: 1 - 2 de Tishrei
Tzom Guedaliá: 3 de Tishrei
Yom Kipur: 10 de Tishrei
Sucot: 15 - 21 de Tishrei, Shemini Atzeret: 22 de Tishrei
Simjat Torá: 23 de Tishrei
Januca: 24 de Kislev - 2 de Tevet
Asará Be´Tevet: 10 de Tevet
Tu Bishvat: 15 de Shvat
Taanit Ester: 13 de Adar
Purim: 14 de Adar, Shushan Purim: 15 de Adar
Pesaj: 15 - 22 de Nisán, Sefirat HaOmer: 16 de Nisán
Lag Baomer: 18 de Iyar
Shavuot: 6 - 7 Siván
Shivá Asar Be Tamuz: 17 de Tamuz
Tisha Be´Av: 9 de Av
Reflexiones sobre el mes de Elul
Calendario de Festividades hasta el año 2050
Plegaria y Liturgia
Otros Links sobre Festividades
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Cálculo de las fechas en el Calendario Judío: AEC. EC. Segundo Dia de Festividad en la Diáspora.
EL punto de partida para contar los años difería en la antiguedad de pueblo en pueblo y de nación en nación, ya que en cada lugar estaba basado en un acontecimiento histórico significativo. Generalmente el comienzo del reinado de un nuevo monarca señalaba el cómputo de los años. Año uno en ese reino y así en lo sucesivo, y el cálculo continuaba hasta que se coronaba a un nuevo rey y el cómputo retrocedía para comenzar de nuevo. Esas fechas eran las utilizadas para fechar documentos oficiales y para registrar acontecimientos históricos. La Bíblia ofrece muchos ejemplos de semejante uso.
Los primeros cristianos también basaron el cálculo de sus años en el reinado de Jesús, estableciendo que el año de su nacimiento había sido el Año Uno. El predominio de la civilización cristiana en los asuntos mundiales tuvo como resultado que el cálculo cristiano se convirtiera en el sistema calendario más utilizado en el mundo. Mientras que los cristianos utilizan la postdata intrínsecamente religiosa de AC y DC, los textos judíos substituyen generalmente esa notación por AEC y EC, que quieren decir respectivamente: "Antes de la Era Común" para AC y "Era Común" para DC.
Durante muchos siglos los judíos utilizaron como punto de partida para contar los años, el éxodo de Egipto, además de utilizar el año de reinado del gobernante del momento. De esa manera, al comienzo de la Era Cristiana, los judíos se encontraban ya en el siglo catorce de su calendario. Si se hubiera continuado con ese sistema en la actualidad nos encontraríamos a más de la mitad de nuestro siglo trigésimocuarto, lo que correspondería aproximadamente al año 3.386.
Sin embargo después de la destrucción del Templo de Jerusalem en el año 70 de la e.c. y de la dispersión del pueblo judío, se consideró que la utilización del éxodo como punto de referencia para contar los años estaba siendo desplazada por otros acontecimentos centrales. La destrucción del Templo sirvió como una de esas bases y las notaciones de fechas basadas en ese acontecimiento pueden encontrarse en documentos de la Edad Media avanzada. Sin embargo, el sistema que alcanzó la máxima popularidad entre los judíos, y que se utiliza hasta la actualidad, es uno que no se basa en un acontecimiento o símbolo cuya significación está limitada a nuestra fe o a nuestro pueblo y este es la Creación del Mundo.
El número de años transcurridos a partir de la Creación fue calculado por los Sabios reseñando todos los patrones existentes en aquella época, revisando el registro bíblico en términos de duración de la vida de un individuo, igualando los años mencionados en los primeros capítulos del Génesis a nuestros años, y considerando los Siete Días de la Creación equivalente a nuestros días de la actualidad. Esto es lo que explica por ejemplo que el año 5.738, corresponda a 1.978 e.c. Esta cuenta basada en la Creación del Mundo le da importancia a la soberanía de D-os sobre el universo aunque la exactitud técnica o científica del cálculo no se pueda lograr.
Según la Torá, el primero y el séptimo día de Pésaj; el primer día de Sucot; el día de Shavuot; Sheminí Atseret y Rosh Hashaná son días sagrados en los que no debe ejecutarse ninguna clase de trabajo, igual que en Shabat. Con la excepción de Rosh Hashaná, que una antigua disposición rabínica extendió a dos días de observancia y que se cumple de esa manera inclusive en Israel. Estas son las festividades que tradicionalmente son guardadas en la Tierra de Israel. En todos los países de la diáspora se agregó un día extra de observancia a cada una de estas festividades y los días sagrados observados son: 1) Los dos primeros y los dos últimos días de Pesaj; 2) Los dos días de Shavuot; 3) Los primeros dos días de Sucot; 4) Los dos días de Sheminí Atseret (el segundo día se denomina Simjat Torá); y Los dos días de Rosh Hashaná. El día de ayuno de Yom Kipur es sólo de un día tanto en la diáspora como en Israel.
EL SEGUNDO DIA DE FESTIVIDAD EN LA DIASPORA: Por qué existen estas diferencias en el calendario religioso entre la comunidad de Israel y la de la diáspora? Por qué se agrega un día más a Rosh Hashaná, pero no a las otras festividades en Israel? En qué difiere Rosh Hashaná? Por qué según la Halajá, un judío de la diáspora que visita Israel debe observar los dos días de las festividades, inclusive cuando se encuentra en Israel; mientras que el judío de Israel, aún el más piadoso, que se encuentre por una breve estadía en la diáspora, debe observar el único día como lo haría en su casa, aunque no debe hacer nada en público que pueda ser considerado como una profanación del día santo observado por el resto de la comunidad de la diáspora?
Originalmente en el siglo V a.e.c. (y según mucho antes de acuerdo a algunas autoridades) se observaba el día adicional fuera de los límites de Israel en razón de la duda acerca de cual de los dos días era el cabal. La fecha correcta para la observancia del día santo dependía de qué día habia sido proclamado Rosh Jodesh por el Sanhedrín, que a su vez lo determinaba sobre la base de cuándo había sido vista por vez primera la luna nueva. El primer día de cada mes puede caer sólamente en una de dos fechas posibles: en el día treinta, o en el treinta y uno después de Rosh Jodesh anterior, ya que el mes judío consiste de veintinueve o treinta días. Al pueblo se le notificaba de esta proclamación por medio del encendido de hogueras sobre las colinas, y la señal era entonces transmitida hasta las más distantes regiones donde vivían judíos, a Babilonia y a otros países adyacentes.
Cuando los Samaritanos hostiles comenzaron a interferir deliberadamente encendiendo hogueras para engañar al pueblo, el Sanhedrín se vió obligado a confiar en mensajeros. Estos mensajeros no siempre podían llegar a tiempo a las comunidades distantes para informar al pueblo del día correcto, y cuando esto ocurría se agregaba un segundo día a cada una de las festividades de manera que la fecha bíblica correcta no resultara profanada. en la diáspora esta práctica se transformó gradualmente en norma.
Después que Hilel el Segundo, en el siglo IV (360 e.c.), estableció un calendario judío fijo basado en fórmulas matemáticas y astronómicas precisas -sistema que todavía está en uso- lo que permitió que el día preciso de la festividad fuera conocido por todos con antelación, los Sabios del Talmud (Betzá 4b) formularon ellos mismos la pregunta de si se debía continuar o no con la observancia del segundo día de la festividad en los países fuera de Eretz Israel. Finalmente la incertidumbre había desaparecido; el calendario permanente había eliminado todas las dudas.
La decisión de los Sabios Talmúdicos, tomó ne cuenta el hecho de que la tradición de varios siglos de antiguedad, de observar dos días de fiesta entre las comunidades judías de la diáspora, se había convertido en práctica consagrada a través de su uso prolongado. Ellos advirtieron: "Ten cuidado en conservar las prácticas que tus antepasados te confiaron". Esta respuesta fue incorporada a la Halajá y de esa manera se estableció el segundo día de observancia en forma permanente. Lo que hasta entonces se observaba como consecuencia de la duda, se convirtió en permanente por una decisión rabínica (takaná). El nombre completo de este segundo día es "Yom Tov Shení Shel Galuyot", que significa: Segundo Día de la Festividad en la Diáspora" y se convirtió en obligatorio para toda la diáspora y sólamente en la misma.
En contraste con los segundos días de las demás festividades, el segundo día de Rosh Hashaná no es considerado como "el segundo día de la festividad en la diáspora". Su designación legal en la Halajá es la de un día prolongado -yom arijta- equivalente al primero en todo sentido. Esta ordenanza rabínica fue ignorada por cierto tiempo en Eretz Israel después del siglo cuarto; cuando fueron eliminadas todas las dudas acerca de los días correctos para la observancia de los días santos, pero fue reafirmada por los Gaonim y las Autoridades primeras como práctica correcta para Eretz Israel.
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ROSH HASHANA: Por qué el primero de Tishrei? Yamim Noraim, Aseret Yemei Teshuvá.
ishrei es el mes cuando se celebra Rosh Hashaná. El primer día corresponde al sexto día de la Creación, momento en el cual fue creada la vida humana sobre la faz de la tierra y por lo tanto es considerado como el día del comienzo de la obra Divina. Aún cuando todo en el universo se creó con anterioridad en los cinco días precedentes, fue la existencia de Adan y Eva lo que dió sentido y propósito a la Creación. Fue cuando el hombre abrió sus ojos para mirar; su mente para comprender y su corazón para orientarse, cuando pudo reconocer a D-os como el Creador y coronarlo voluntariamente como Rey, cosa que seguimos haciendo los humanos cada Rosh Hashaná.
POR QUE SE CELEBRA EL AÑO NUEVO EL PRIMERO DE TISHREI: La Torá se refiere al mes de Nisán (cuando se celebra Pesaj) como el "primer mes" del año en el calendario judío y no hace referencia al día que se conocería más tarde como Rosh Hashaná -el Año Nuevo. El primer día de Tishri (séptimo mes según la Bíblia) es mencionado en la Torá como el día santo del Día de la Rememoración (Yom Hazikarón) y el "Día del Toque del Shofar" -Yom Teruá.
Basado en una tradición de gran antiguedad que atribuyó el acontecimiento de la Creación al día Primero de Tishri se convirtió este día santo también en el de Rosh Hashaná o Año Nuevo, especialmente después que la Creación, se convirtió en el punto de partida para contar los años. La Mishná (Rosh Hashaná 1:1) es la primera que se refiere a Rosh Hashaná, pero lo hace refiriéndose a cuatro diferentes días de Año Nuevo: 1) El Primero de Nisán, como el Año Nuevo de los Reyes, fecha según la cual los reyes de Israel calculaban los años de su reinado (sin tenerse en cuenta cuando ascendían al trono, el primero de Nisán era el punto establecido en que comenzaba el segundo año de su reinado). El Toque del Shofar en la Sinagoga
También era el Año Nuevo para calcular las festividades, de manera que Pésaj se consideraba como la primera festividad del año; 2) el Primero de Tishri, como el Año Nuevo de los Años, según el cual se calculaban los años, tanto los Años Sabáticos como los de Jubileo. Ese es el día que observamos actualmente como Rosh Hashaná; 3) el Primero de Elul como el Año Nuevo para dar el diezmo por los animales; y 4) el Quince de Shevat como el Año Nuevo de los Arboles.
YAMIM NORAIM: En el libro de oraciones, el día santo que llamamos Rosh Hashaná se denomina todavía según su nombre bíblico y la tradición fijó ese día como el aniversario de la creación del mundo y proclamación de la idea concomitante de la soberanía de D-os sobre el universo, siendo ese el tema dominante en las plegarias. Sin embargo entre las masas, el nombre de Rosh Hashaná -Año Nuevo- es el más popular y el más conocido. El término de "Grandes Festividades" desarrollado en español y otros idiomas, se refiere a Rosh Hashaná y a Yom Kipur. No existe un término hebreo equivalente. En hebreo estos días han sido tradicionalmente denominados "Yamim Noraim" que significa "Días Terribles" en el sentido de Días Reverenciales.
ROSH HASHANA: En la Torá y en el libro de oraciones este día sagrado se denomina "El Día de Rememoración" -Yom Hazikarón, "Día del Juicio" -Yom Hadín, y "Día del Toque del Shofar" -Yom Teruá. Esto marca el comienzo de un período de diez días de autoexamen y de contricción espiritual que culmina en Yom Kipur, el Día del Perdón. Teniendo en cuenta que los años se calculan a partir del primero de Tishri, este día se conoce a través del mundo judío como Rosh Hashaná, el Año Nuevo.
La plegaria intensiva constituye la característica principal de este día. El reconocimiento de la soberanía de D-os sobre el mundo y de Su autoridad sobre la humanidad son los temas más importantes de las oraciones. El precepto bíblico especial más identificado con Rosh Hashaná es el de hacer sonar el Shofar. Es precepto religioso escuchar en ese día los sonidos del shofar. La persona que hace sonar el shofar pronuncia la respectiva bendición y la congregación responde Amen. En el curso del servicio de Rosh Hashaná se hacen sonar un total de cien notas. Una tradición antigua transmitió tres notas distintivas del shofar. Un sonido largo y extendido -tekiá, un sonido quejumbroso cortado -shevarim, una serie de sonidos agudos, en staccato -teruá. Las personas confinadas en sus casas y que no pueden acudir a la sinagoga para escuchar el shofar deben tratar de obtener los servicios de alguien que pueda pasar por su casa y hacerlo sonar para ellas. Desde tiempos inmemoriales el sonido del shofar ha sido considerado como un llamado a la penitencia y como un recordatorio del sonido del shofar en el Sinaí. Según Maimónides, el precepto de la Escritura de hacer sonar el shofar en este día tiene un significado profundo. Si Rosh Hashaná coincide con Shabat, no se hace sonar el shofar en ese día. Es Precepto escuchar los sonidos del Shofar
Jalá, Manzana y Miel Al finalizar el servicio vespertino el saludo adecuado que se formula a otros es: "Sea Usted inscrito y confirmado para un buen año", y se han desarrollado ciertas costumbres simbólicas relacionadas con la cena del día santo. La más extendida es la de sumergir un trozo de jalá o un pedazo de manzana en miel y decir antes de comerla: "Que sea la voluntad del Señor renovar para nosotros un año bueno y dulce".
La singularidad del ser humano y el deseo de D-os de que fuera el hombre el centro de la Creación para que ejerciendo su libertad de elección, lo proclamara Rey; hace que esta misma ocasión fuera designada como Día del Juicio, oportunidad en que se evalúa el plan general, el cumplimiento de metas y los objetivos asignados a los participantes para determinar los resultados obtenidos en el año anterior y proyectar los del año siguiente.
Rosh Hashaná es entonces además del día de la Coronación del Rey, un Dia del Juicio, y en esa su doble dimensión es importante darse cuenta de la participación activa que ello debe suponer por nuestra parte. Uno de los ejemplos que sirve para ilustrar nuestra intervención en los dias de las festividades venideras es el examen de consciencia.
ASERET YEMEI TESHUVA: El período completo entre Rosh Hashaná y Yom Kipur se conoce como los Diez Días de Arrepentimiento y está caracterizado por plegarias especiales de penitencia que se recitan cada día en la sinagoga. Al Shabat que coincide con este período de diez días se le conoce como "Shabat Teshuvá" -Shabat de Constricción- o como "Shabat Shuvá" -Shabat de Retorno. Teshuvá y Shuvá son términos que poseen una raíz común y cuyo significado es equivalente en este caso. La palabra Shuvá está tomada del comienzo del Capítulo de los Profetas que se lee en este Shabat: "Shúva Israel" -Vuelve oh Israel, al Señor tu D-os- (Oseas 14:2). El saludo adecuado que se formula durante el período que sigue a Rosh Hashaná es "que el sello final sea para bien". El saludo refleja la creencia de que Rosh Hashaná y Yom Kipur son días de juicio -Yom Hadín- para toda la gente.
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TZOM GUEDALIA
yuno de Guedaliá, es un día de ayuno menor que se observa al día siguiente de Rosh Hashaná. Recuerda el asesinato de Guedaliá ben Ajikam, gobernador de los judíos en la tierra de Israel, dos meses después de la destrucción del Primer Templo por los babilonios, causando que los pocos judíos fueran dispersados. Este acto señala el último golpe en la destrucción del Primer Reino. El ayuno se observa desde el amanecer hasta el anochecer. Sobre este ayuno afirmaron nuestros Sabios que la muerte de los justos se equipara a la destrucción del Templo. Está escrito en Zejaryá (8:19) "Así dijo D-os: el ayuno cuarto y el ayuno quinto, el ayuno séptimo y el ayuno décimo serán para la casa de Yehudá de regocijo, alegría y fiestas felices". Nuestros Sabios explicaron que esto se dijo con referencia a los cuatro ayunos obligatorios. El ayuno séptimo es el ayuno de Tzom Guedaliá, ya que recae en el séptimo mes del año a partir de Nisán.
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YOM KIPUR
ía de expiación y fecha límite para la reconciliación entre las personas con la expresión de pesar y solicitud de perdon por las faltas cometidas contra el prójimo. Yom Kipur no expía pecados cometidos contra el prójimo a menos que la parte agraviada haya sido apaciguada y haya aceptado perdonar al autor de la mala acción, ya que se considera que D-os no perdona a menos que la parte agraviada haya perdonado primero. Sin embargo la parte agraviada debe sentir que es de su obligación otorgar el perdón de todo corazón. Si persiste con terquedad en rehusarlo, es considerado como cruel. El día anterior es de preparación para el ayuno en el cual deben preparase dinero para caridad, la comida al atardecer previa al ayuno debe ser festiva, sin embargo no se debe comer demasiado o comer algo que pueda causar sed porque esto haría más difícil el ayuno. Reconciliación entre las personas
Antes de abandonar el hogar para partir hacia la sinagoga se acostumbra que el padre bendiga a sus hijos e hijas.
El primer Yom Kipur tuvo lugar luego del pecado del becerro de oro, después de las súplicas por parte de Moshé, cuando el día 10 del mes de Tishrei, D-os proclamó: "He perdonado tal como tú pediste". En el servicio del Templo, era el único día en que el Cohén Gadol entraba al Kodesh Hakodashin -el lugar más sagrado dentro del Templo. Yom Kipur es el día para purificarse de todas las transgresiones que se han cometido durante el año. Para lograr esa purificación y recordar el sufrimiento ajeno a fin de tener plena consciencia de las consecuencias de nuestros actos, debemos privarnos de cosas que nos son obvias e incluso rutinarias como el comer todos los días y otro tipo de acciones que nos gratifican.
La Torá especifica que el ayuno debe comenzar en el noveno día de manera que el ayuno de Yom Kipur comience en realidad antes de la caída del sol cuando todavía hay luz. Solamente concluye al anochecer del día siguiente. Por "anochecer" no se entiende la puesta del sol sino más bien la caída de la noche que es algo más tarde, cuando aparecen las estrellas. El tiempo de espera depende de la latitud geográfica.
El precepto bíblico "afligiréis vuestras almas" (Levítico: 16: 30-31) se observa con un ayuno completo y total, absteniéndose de todo alimento y bebida durante el período completo de aproximadamente 25 horas. En lo que se refiere al trabajo, el Día de la Expiación sigue las mismas reglas que el Shabat semanal, con las mismas excepciones cuando la vida de una persona está en peligro.
Lo que está prohibido en Shabat está prohibido en Yom Kipur. Sin embargo está prohibido ayunar en Shabat porque esto disminuiría el placer que el día debe proporcionar, y todos los otros ayunos que coinciden con el Shabat son pospuestos para el domingo o anticipados para el jueves, pero si el día de Yom Kipur coincide con el Shabat, se exige ayunar y "afligir al alma". Algunos explican que ayunar con el propósito de expiación no contradice las exigencias del Shabat de "oneg" -gozo. Otros simplemente consideran que la exigencia de Yom Kipur tiene precedencia y fundamentan su opinión en el hecho de que Yom Kipur se denomina Shabat Shabatón, implicando que es el Sábado de los Sábados. El ayuno tiene el propósito de expiación
La Ley Oral nos enseña que además de la prohibición de comer y beber, el precepto de "afligiréis vuestras almas" implica también, aunque con sanciones menos severas, prohibiciones contra el lavarse y el bañarse, untarse el cuerpo, calzar zapatos de cuero y tener relaciones íntimas. El aseo que está prohibido es el que se hace sólo por placer o para contribuir a sentirse más cómodo y placentero -shel taanug. El aseo íntimo está permitido -kedarcó tamid.
Las personas enfermas tienen derecho a excepciones, así como los niños menores de nueve años a quienes no se les permite ayunar. A partir de la edad de nueve años deben ser entrenados gradualmente para ayunar por períodos cada vez más prolongados hasta llegar al ayuno completo. Niñas a partir de los doce años y varones a partir de los trece años deben ayunar como todo adulto. El ayuno de Yom Kipur puede romperse solamente por razones de enfermedades graves. El deseo expresado por la persona enferma o la opinión del médico deben ser los factores determinantes para otorgar la dispensa. En esos casos debe solicitarse la decisión de un rabino. Una mujer que esté dando a luz (desde el momento en que comienza a sentir los dolores) y durante los tres primeros días después del nacimiento no está autorizada a ayunar, inclusive si insiste en hacerlo. Desde el tercero al séptimo día después del nacimiento puede ayunar si lo desea, pero puede romper el ayuno si siente necesidad de hacerlo.
En la madrugada anterior a Yom Kipur se acostumbra hacer Kaparot, que es un acto de expiación. Se realiza con un ave con la que se dan tres vueltas con ella alrededor de la cabeza de la persona diciendo tres veces la oración respectiva que se encuentra en el Libro de Rezos de las Festividades -Majzor. Posteriormente se entrega el ave al Shojet para su faenamiento ritual y luego se regala a los necesitados. El ave puede sin embargo, ser reemplazada por dinero con el cual se sigue el mismo proceso.
Kol Nidré: "Todos los Votos" El servicio con que comienza Yom Kipur se denomina "Kol Nidré" -todos los votos- derivado del nombre de la plegaria que tiene una gran significación histórica y emocional. Tiene como fin la anulación de todos los votos y promesas que se harán en el año entrante y de acuerdo a algunos, también con los del año anterior. El servicio final de Yom Kipur al día siguiente, se denomina "Neilá" que significa clausura (de las puertas). Fuera del tiempo en que la persona regresa a su casa para descansar o dormir, todo el período está dedicado a las plegarias y las oraciones. El uso de ropa blanca en Yom Kipur -ropas blancas, túnica blanca (kitel), gorro blanco- es una costumbre consagrada por el tiempo y tiene el propósito de recordar los blancos sudarios -tajrijim- con que se entierra a los muertos, y de esa manera suavizar el corazón del creyente.
El blanco representa también la pureza y simboliza la promesa profética: "Aunque vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán blanqueados" (Isaías 1:18). Antes de la puesta del sol se abre el Arón HaKodesh -Arca Sagrada- y dos feligreses honorables y piadosos extraen cada uno un Séfer Torá y se colocan a ambos lados del oficiante -Shaliaj Tzibur, constituyendo así un Tribunal junto al Tribunal Celestial representado por los Sifrei Torá y el Arca abierta.
La finalización de Yom Kipur es señalada por un toque único y prolongado del shofar que simboliza "cuando suene largamente el cuerno de carnero..." (Exodo 19:13) que señaló la conclusión de la Revelación en Sinaí. También conmemoró en la antiguedad el sonido del shofar en Yom Kipur, el comienzo del Año del Jubileo. Después de Yom Kipur se debe comenzar con los preparativos para la festividad de Sucot, que comienza cuatro días más tarde, construyendo una Sucá y adquiriendo un lulav y un etrog.
Todo Yom Kipur está dedicado a las plegarias
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SUCOT: Construcción de la Sucá. Las cuatro especies. Hoshaná Rabá y Simjat Beit Hashoeva. Sheminí Atzeret
ucot significa "tabernáculos", "cabañas", o "chozas temporarias" que rememoran las Nubes de Gloria que acompañaron al pueblo, y se refiere a los lugares de residencia temporaria que utilizaron los hijos de Israel en el desierto durante el período de cuarenta años que duró su peregrinación después del éxodo de Egipto. "En cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto" (Levítico 23:42). Esta festividad conmemora ese período de la historia del pueblo de Israel. Sin embargo su significado no se agota ni está limitado a la conmemoración histórica. El motivo espiritual subyacente de este recuerdo (y actualización) de habitar en "cabañas temporarias" enfatiza el concepto de la confianza en la protección divina de D-os -bitajon. Con las experiencias del desierto (el maná, el agua), que realizan dicho motivo, en esta festividad se subraya la fe de que de algún modo D-os provee las necesidades humanas y que el hombre, a su vez, debe estarle agradecido. Esto está simbolizado por la Sucá, la endeble cabaña con su techo expuesto e inseguro en la que el judío tiene obligación de habitar durante esa semana. Confianza en la protección divina
Sucot es un tiempo de expasión y alegría - Zman Simjateinu - que sigue a los días de juicio y constricción de Rosh Hashaná y Yom Kipur; en estos días se hace realidad la vida, la salud y el bienestar que pedimos en los días anteriores. Salir de las casas estables y habitar en cabañas por una semana, permite vivenciar la fragilidad de lo material y la importancia de los valores espirituales; reconocer al Creador como proveedor del bienestar material y la protección divina a la cual somos acreedores desde nuestros antepasados que habitaron en el desierto, a la intemperie, con humildad y simpleza en relación con la majestuosidad de la naturaleza.
La Torá otorga un énfasis adicional al motivo espiritual, por el hecho de que la fecha de su observancia (que podría haber sido cualquier momento del año, ya que no está ligada a ningún acontecimiento histórico específico), fue determinada de manera que coincida con la última cosecha del año: "cuando hayas recogido el producto de tu era y de tu lagar" (Deut. 16:13), cuando el espíritu de reconocimiento y gratitud a D-os por proveer las necesidades humanas surge de la manera más natural.
La Torá exige tres veces la alegría y siempre en Sucot (Deut. 36: 14-15) enseñandonos que la alegría arriba al hombre tan solo cuando hace partícipe a su prójimo de sus logros y riquezas: "y te alegrarás en tu festividad tú y tu hijo y tu hija y tu siervo y tu sierva y el levita y el extranjero y el huérfano y la viuda". Sólo entonces será su alegría completa y verdadera. Cuándo está el hombre de fiesta? Cuando tiene la posibilidad de alegrar a los demás. En el Judaísmo la fiesta de la recolección, en la que se festejan los logros obtenidos y se junta la producción, simboliza principalmente la preocupación por el prójimo. Es una festividad que se celebra cuando se acercan en Israel los lluviosos y fríos días invernales.
Sucot es una festividad de doble carácter, es simultáneamente la última festividad de Peregrinaje -Shalosh Regalim- después de Pesaj y Shavuot y además cierra los días temibles de Rosh Hashaná y Yom Kipur. Representa la consolidación de la libertad del pueblo judío, el perdón que le fuera otorgado por D-os y su designación como el pueblo que custodia y observa Su Ley. Todo ello con la alegría que caracteriza la Teshuvá y el renacimiento de una nación que vuelve a ser protegida por las Nubes de Gloria que acompañaron al pueblo de Israel a partir de esa fecha -15 de Tishrei - y por cuarenta años hasta la llegada a Eretz Israel.
Para reflejar su significado agrícola, la Torá denomina también la festividad como "jag heasif": la festividad de la recolección (Exodo 23:16, 34:22) que se observa "al final del año cuando hubieres recogido del campo los resultados de tu labor". En el libro de oraciones la festividad es también denominada "el tiempo de nuestro regocijo" -zemán simjatenu, basado en la ordenanza bíblica repetida tres veces en conexión con esta festividad: "te regocijarás en tu festividad" -vesamajta bejagueja. Con esta festividad se asocian particularmente celebraciones religiosas alegres, animadas con muchos cantos y bailes.
La característica singular de la festividad de Sucot es la observancia del precepto de habitar en la Sucá. La Sucá debe ser una cabaña temporaria en la que una persona habita tanto como le sea posible durante esa semana, en lugar de su hogar permanente. En climas frios por lo menos todas las comidas deben ser consumidas en la Sucá. El comer pan califica siempre a una comida como regular en la cual se pronuncia su bendición. En caso de lluvia o frio extremo una persona está eximida de sentarse en la Sucá. El Precepto de habitar en la Sucá
También está eximida si está enferma o si tiene mucha preocupación o ansiedad -mitztaer- ante la posibilidad de helarse, o si está afligido por el mal clima o por otras circunstancias. Esta última excepción no se aplica en la primera noche de Sucot, o en las primeras dos noches de la festividad en la diáspora, en la que tiene predominancia la obligación de comer en la Sucá.
Un viajero durante su ruta, está exento de comer en la Sucá si no existe ninguna disponible. Las mujeres están exentas de la obligación de comer en la sucá. Aunque no se les exige la observancia, pueden recitar la bendición apropiada cuando quieran comer en ella.
CONSTRUCCION DE LA SUCA: Una Sucá debe tener por lo menos tres paredes. El cuarto lado puede ser dejado abierto. Las paredes de la Sucá pueden ser de cualquier material (metal, madera, lona, ladrillo, piedra). Deben estar fijadas firmemente de manera que el viento no pueda derribarlas o sacudirlas fácilmente. La Sucá puede ser de variados tamaños. La cualidad de temporaria está determinada por su techo o cobetura. El material que puede ser utilizado para construir el techo de la Sucá se denomina "sejaj". Todo lo que crezca de la tierra y que haya sido cortado del suelo está permitido, mientras no esté sujeto a alguna impureza ritual, por la que se excluyen los frutos. Fuera de eso, ramas cortadas de árboles o de arbustos, tallos de maíz, cañas de bambú, tablas y palos, se consideran como sejaj casher -apto. Cuando se colocan sobre la Sucá deben estar sueltos y no atados en haces.
Una cabaña temporaria Varas, estacas y ramas no solo son apropiados como sejaj sino que también sirven como soportes adecuados sobre los que se colocan otros tipos de sejaj, más pequeños y decorativos, tales como ramas de árboles o ramas de hojas siempre verdes. Sobre el techo debe colocarse suficiente sejaj de manera que haya más sombra que luz del sol, pero es deseable que el sejaj todavía permita suficiente espacio abierto como para que las estrellas puedan verse en una noche clara, aunque la Sucá sigue siendo casher y no se la descalifica si el sejaj es muy espeso, pero no tanto como para que impida a la lluvia penetrar por él.
Sin embargo debe tenerse cuidado de que ninguna abertura en el sejaj tenga un espacio vacío mayor a 25 centímetros (tres tefajim). El sejaj debe colocarse siempre después de haberse completado las paredes y nunca antes, de manera que la Sucá se complete con la colocación del sejaj.
Una Sucá construída debajo de un árbol o bajo un techo permanente, como por ejemplo un balcón, no es válida y será inhabilitada. Un alero permanente que se extienda sobre la Sucá más de un metro y medio la inhabilita totalmente. Sin embargo, la Sucá no se descalifica por completo si el alero es menor de un metro y medio (arba amot). Aún así, el área debajo del alero no es considerado parte de la Sucá y una persona no debe sentarse allí.
Es adecuado e inclusive meritorio decorar una Sucá para hacerla más acogedora, hermosa y agradable. Se acostumbra suspender del sejaj diversos frutos y adornos, colgar cuadros y adornar las paredes con tapices decorativos. La participación de toda la familia en la construcción y decoración de la sucá puede convertirse en una de las ocasiones más alegres y ansiosamente esperadas del año judío.
LAS CUATRO ESPECIES: El precepto de las cuatro especies en una de sus variantes, significa que cada especie representa un tipo diferente de judío, están los ricos y los pobres, los estudiosos y los ignorantes, los observantes de la Torá y los que no lo son; pero la mitzvá sólo se cumple cuando unimos las cuatro especies y decimos la bendición en señal de unión, igualdad y hermandad, sin distinciones ni barreras. Otra observancia particular relacionada con Sucot es el precepto de juntar las cuatro especies: una cidra (etrog), una rama de palmera (lulav), una rama de mirto (hadás) y una rama de sauce (aravá) y con ellas regocijarse frente a D-os. En tanto que el lulav, el hadás y la aravá se atan juntos como una unidad, el etrog está separado. Cada persona debe adquirir un conjunto de las cuatro especies para sí mismo, en cumplimiento del precepto bíblico. Con el lulav (al que están unidas también las ramas del mirto y del sauce) que se sostiene en la mano derecha, y el etrog en la mano izquierda con el tallo (con el cual ha sido cortado del árbol) hacia arriba, sosteniendose los dos juntos, y durante todos los días de Sucot se pronuncia su bendición. Debido a que el lulav es la más grande de las cuatro especies, el conjunto en su totalidad se denomina con su mismo nombre. Una vez recitada la bendición, se da vuelta al etrog de manera que el tallo quede hacia abajo y el pitom (pezón) hacia arriba. Sosteniendo el etrog al lado del lulav, este último se agita en las cuatro direcciones cardinales y después hacia arriba y hacia abajo. Muchas interpretaciones simbólicas fueron asignadas a las cuatro especies y al significado de ser agitadas en todas las direcicones. La más simple es que "al regocijarse frente a D-os" con las cuatro especies, estas se agitan en todas las direcciones para indicar la presencia de D-os por doquier. Lulav y Etrog
Regocijarse frente a D-os El lulav y el etrog se sostienen también durante la recitación del Halel, los salmos de alabanza a D-os, que se recitan durante todos los días de la festividad en los servicios matinales y tanto el lulav como el etrog se agitan de la misma manera en varias ocasiones durante el recitado de los versículos :"Dad gracias al Señor, porque El es bueno; por que Su misericordia es eterna" y "Te suplicamos, oh Señor, sálvanos".
Durante la parte especial del servicio de la festividad, conocida como Hoshanot, todas las personas en la sinagoga participan en una procesión alrededor de la bimá con un lulav y un etrog. Cada día de Sucot se lleva a cabo una procesión semejante, en tanto que en el séptimo día (conocido también como Hoshaná Rabá), la procesión se lleva a cabo siete veces. Estas procesiones alrededor de la bimá conmemoran las procesiones similares alrededor del altar en el antiguo Templo de Jerusalem durante la festividad de Sucot.
El lulav y el etrog no se toman ni se bendicen el día de Sucot que coincide con Shabat, ya sea en el primero o en cualquier otro día de la festividad. El séptimo día de Sucot se conoce como "Hoshaná Rabá", considerado tradicionalmente según el Zohar como un día de juicio para las naciones del mundo. Durante la existencia del Templo Sagrado, la ofrenda de Sucot incluía 70 sacrificios, para obtener el perdón y la bendición para las 70 naciones del mundo.
HOSHANA RABA Y SIMJAT BEIT HASHOEVA: Hoshaná Rabá es el último día de Sucot y es la fecha en que queda confirmado el decreto establecido en Yom Kipur para la persona en forma definitiva. Se considera a Hoshaná Rabá también como un día de perdón y así vemos como ese día es de oración e invocación de la bondad divina para que la última decisión sea ventajosa. Hoshaná Rabá es la gran petición de ayuda a D-os y se hace cuando en la sinagoga se dan siete vueltas -Hacafot- llevando en brazos los rollos de la Torá y se agitan los ramos de las cuatro especies mientras se repite el estribillo "Hoshana", luego se toman 5 aravot, se amarran y con ellas se dan unos golpes contra el piso para rememorar la ceremonia que se hacía en el Templo. También se rememora la ceremonia que durante la época del Templo se celebraba en la segunda noche de Sucot cuando sólo en esa oportunidad, se vertía agua sobre el Altar -Nisuj Hamayim, además del vino que se usaba todo el año. Esa agua se sacaba del pozo de Shiloaj en las afueras de Jerusalem y para eso se hacía una procesión conformada por los Cohanim, los Leviim y el pueblo; se encendías antorchas, se entonaban himnos y salmos acompañados por diversos instrumentos musicales hasta el alba. Por eso el Talmud dice que "Quien no haya visto la alegría de Beit Hashoeva, no ha visto alegría en su vida".
SHEMINI ATZERET
El octavo día en que concluye la festividad de Sucot (en la diáspora son los días octavo y noveno), no se denomina técnicamente Sucot, sino más bien Sheminí Atzeret: el Octavo Día de la Asamblea Solemne, que es independiente de Sucot. Aunque su propósito es poner fin a la festividad de Sucot y comunmente es considerado como el día (o días), final de Sucot, Sheminí Atzeret no refleja ninguna de las observancias de Sucot relacionadas con esa festividad. En Shemini Atzeret se pide por lluviasLos Sabios describen la razón del octavo día en términos de la siguente parábola, que se basa en el otro significado del término Atzeret -asamblea- que es el de retención, de detención y esperanza.
Nuestros Sabios explican que D-os es como un rey que invita a todos sus hijos a una fiesta que dura un número determinado de días; cuando llega el momento de la despedida, les dice: "hijos míos, tengo un pedido que haceros. Quedaos otro día más, vuestra partida es muy penosa para Mi". Al igual que Sucot, Sheminí Atzeret se denomina en el libro de oraciones "zemán simjatenu" -fecha de nuestro regocijo.
El Kidush, la oración de gracias después de las comidas, y aquellas partes del servicio que se refieren a la festividad por su nombre, no se refieren ya a ella como Sucot sino como Sheminí Atzeret o Jag HeAtzeret. En Sheminí Atzeret la gente abandona la Sucá y retorna a su vivienda permanente para completar allí la semana festiva. Las "cuatro especies" no se utilizan más.
Debido a que en Sheminí Atzeret se completa el ciclo anual de la lectura semanal de la Torá, se la conoce también como Simjat Torá, el Regocijo de la Torá.
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SIMJAT TORA
n Sheminí Atzeret se completa el ciclo anual de la lectura semanal de la torá, por eso se la conoce también como Simjat Torá, el Regocijo de la Torá. En la diáspora sólamente el segundo día de Sheminí Atzeret se denomina así, ya que las festividades y ceremonias de conclusión se reservan para ese día.
Se completa el ciclo de la lectura de la Torá Seguramente Simjat Torá es el día festivo más alegremente celebrado de todo el año. Está señalado por siete procesiones alrededor de la sinagoga portando todos los rollos de la Torá. Tantos fieles como sea posible tienen la oportunidad de llevar en sus brazos el rollo de la Torá.
Es costumbre proporcionar a los niños banderas especiales o estandartes, y a veces rollos de la Torá en miniatura para que se unan a la procesión. Durante la procesión se acostumbra entonar himnos religiosos o litúrgicos, así como ejecutar animadas danzas en grupo con los rollos de la Torá. El tipo de severo decoro asociado generalmente con los servicios religiosos, se abandonan completamente en esta celebración.
El Regocijo de la Torá
Ese día todos unidos bailan cargando la Torá cerrada y vestida porque se trata de un nexo que trasciende los límites racionales e intelectuales. Las distinciones aquí no cuentan, del más sabio hasta el más simple participan en las Hacafot para expresar el amor que por herencia, le tienen los judíos a la Torá. El ciclo de lectura de la Torá comienza nuevamente lo que indica que nunca se finaliza su estudio. El día después de Simjat Torá se llama "Isru jag" y está vinculado a la festividad, en él se hacen comidas semi-festivas.
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JANUCA
anucá es una de las festividades postbíblicas. Se observa durante ocho días comenzando el 25 de Kislev que cae generalmente en diciembre y conmemora la histórica victoria de los Macabeos luego de una rebelión de tres años de duración en contra del régimen reinante de los seléucidas y contra sus partidarios judíos helenistas que conspiraron para imponer restricciones a las prácticas y valores religiosos judíos. cada uno enciende su "janukiá"
Los sucesos que se conmemoran ocurrieron hace más de 22 siglos (año 3.597, 163 a.e.c.) en tiempos del Segundo Templo reconstruído por los judíos después de su regreso del exilio de Babilonia. Aún en Israel los judíos siguieron bajo el dominio, primero del imperio Persa y luego el de Alejandro Magno, quien por la enorme admiración y respeto que profesaba al Gran Sacerdote Shimón Hazadik, mantenía relaciones amistosas con los judíos. A la muerte de Alejandro de Macedonia el imperio fue dividido entre sus generales quedando Yehudá bajo el mando de la Dinastía de los Seléucidas (Reyes griegos de origen Sirio). La llegada al poder de Antíoco IV representó el comienzo de la guerra contra los judíos. Antíoco invadió el Templo, lo profanó, robó sus tesoros, colocó un ídolo de Zeus en el lugar del Altar Mayor y obligó a los judíos a arrollidarse frente a él. Algunos judíos se asimilaron a la forma pagana de vida, otros fueron masacrados y los demás lucharon. Desde la pequeña aldea de Modiin, a pocos kilómetros de Jerusalem, Matitiahu, patriarca de la familia Hasmonea desafió a los soldados griegos y a todos aquellos que accedían a sus peticiones. Respaldado por sus cinco hijos destruyó los ídolos y enfrentó las tropas enemigas. Reunió un contingente de hombres que se refugiarían en las montañas para resistir la presión de Antíoco y organizar un ejército al mando de Yehudá, hijo de Matitiahu. Con la frase bíblica: "Mi Camoja Baelim A-donai" (MACABI) que significa: "Nadie es tan grande como Tú, oh D-os", grabada en sus escudos, libraron varias batallas hasta la victoria decisiva obtenida en Bet Tzur, siendo ésta la culminación de la derrota obtenida por el ejército de Antíoco formado por cuarenta y siete mil sirios-griegos, contra seis mil judíos macabeos. Posteriormente los Macabeos prosiguieron a Jerusalem y la liberaron, retomaron el Templo, lo limpiaron, destruyeron los ídolos, reconstruyeron el Altar y se prepararon para reasumir el Servicio Divino, pero una de sus partes consistía en el encendido diario de la Menorá que representaba la luz espiritual, la Presencia Divina. Con el Templo a punto de ser reinaugurado, sólo consiguieron un jarro de aceite puro de oliva que alcanzaría para mantener iluminada la Menorá por un solo día, la encendieron aún a sabiendas que necesitarían por lo menos una semana para seguir el proceso especial de extracción y preparación del aceite apto para la Menorá.
Con gran alegría y con un profundo agradecimiento a D-os, los Macabeos encendieron las luces de la Menorá con la pequeña cantidad de aceite, reinauguraron (JANUCA) el Templo y milagrosamente, el aceite no se consumió y sus llamas ardieron por ocho días. Al año siguiente, nuestros Sabios proclamaron oficialmente la fiesta de Janucá como una celebración de ocho días en conmemoración perpétua por la victoria de la libertad religiosa.
los niños juegan con el "sevivon" o "dreidl" y se les dá "janucá guelt" La victoria restauró también la soberanía política judía sobre la Tierra de Israel. Janucá significa consagración y se refiere a la restauración del servicio en el Templo de D-os después de haber sido profanado. En Janucá está permitido realizar el trabajo diario, la observancia religiosa más importante consiste en el encendido de las velas de un candelabro de Janucá cada noche de la festividad. La menorá de Janucá -Janukiá- es un candelabro de ocho brazos, con un lugar adicional para la luz de "servicio" -shamash. Este candelabro utiliza ya sea velas o mechas de aceite. Las luminarias se encienden con la luz de servicio "shamash" que luego se la coloca de vuelta en su lugar en la janukiá. Las luces de Janucá se encienden tan pronto como sea posible después de la caída de la noche, recitándose las respectivas bendiciones.
En la primera noche se prende solamente la primera luminaria. Si uno se pone frente a la menorá, es la ubicada a la derecha. en la segunda noche, se encienden dos luminarias, y de esta manera se prosigue hasta la octava noche, en la que se encienden todas las luces de la janukiá. Aunque las velas adicionales de cada noche se agregan hacia la izquierda, el encendido en sí tiene lugar de izquierda a derecha. Las luminarias de la janukiá no pueden ser utilizadas para ningún otro propósito. Es por esta razón que la luz de "servicio" -shamash- se ubica cerca de las otras, de tal manera que si es necesario utilizar la llama, esta vela está disponible. Una menorá de ocho brazos y un "shamash"
Ocho luminarias por los ocho días del milagro del aceite Después de encender la janukiá, oraciones adicionales y cánticos contenidos en el libro de oraciones iluminan el espíritu festivo de la ocasión, sobre todo si son entonados por todos los miembros de la familia. La janukiá iluminada debe colocarse con preferencia cerca de una ventana, de modo que pueda verse desde afuera, testimoniando públicamente el milagro de Janucá. Es meritorio que cada miembro de la familia tenga una janukiá separada, que le permita a cada uno encender las luminarias de Janucá. Sin embargo, esto no se exige si en cada hogar hay por lo menos una janukiá y una persona prende las luminarias por toda la familia. Una mujer puede encender la janukiá en nombre de todos los miembros de su hogar.
Actualmente se acostumbra ofrecer a los niños en Janucá monedas (janucá guelt) u otros regalos apropiados. El viernes a la noche durante la semana de Janucá se enciende la janukiá antes de las velas de Shabat, aunque todavía no haya caído la noche. El sábado a la noche, la janukiá se enciende en el hogar después de la recitación de la Havdalá.
El Halel -oraciones especiales de alabanza, y oraciones especiales de gratitud a D-os por las victorias y los milagros realizados- se agregan a los servicios de oraciones diarias y a la recitación de gracias después de las comidas durante toda la semana de Janucá.
La celebración de Janucá mediante el encendido de las luces no es simplemente un recordatorio del milagro ocurrido hace más de veintidós siglos sino que tiene absoluta vigencia en la actualidad, pues está relacionada con dos problemas centrales del mundo judío contemporáneo como son la educación judía y la asimilación. Las acepciones de la palabra Janucá (Reinauguración del Templo; Janu: descandaron -25 - descansaron de sus enemigos el 25 de Kislev) o quizá la menos conocida, aquella que se refiere a la raíz de la palabra Janucá JINUJ, que significa educación aclaran el remedio principal para resolver estos dos problemas. La ubicación histórica de los acontecimientos de Januca y la pretensión de los enemigos de los judíos en esa época que pretendían helenizarlos. La guerra desplegada por los Jashmonaim (Macabeos) en contra de los griegos (En hebreo Grecia se dice Yaván y Yaván es hijo de Yefet, raíz Yofi -belleza- y nieto de Noé) no tuvo el carácter ordinario de una rebelión de los oprimidos contra sus opresores. La lucha del pueblo judío no tuvo un carácter nacional, dirigida a la obtención de la libertad física; los griegos no tenían la intención de liquidad a los judíos o de esclavizarlos físicamente sino espiritualmente, pretendían imponerles su cultura y sabiduría basada en el sentido estético (belleza), la superioridad del intelecto y la racionalidad, en sustitución de los principios cardinales del judaísmo estipulados por D-os en la Torá.
Luz hacia el mundo Al principio los griegos utilizaron técnicas pacíficas. Su intención no era erradicar las culturas diferentes sino helenizarlas, asimilando a los judíos. Así dieron poder a muchos judíos, asignándoles cargos importantes de jueces, ministros y profesores, dando origen a la secta de los "Helenistas" quienes debían lograr que los judíos dejaran la Torá y adoptaran el modo de vida griego.
Los griegos trataron de erradicar la vinculación del pueblo de Israel con D-os y el cumplimiento de los preceptos de carácter sobrenatural que estos cumplían.
Específicamente fueron prohibidos la observancia del Shabat, porque este alude a la creación del mundo por D-os; la consagración del mes -Rosh Jodesh- porque implicaba la santificación del tiempo y de la historia, y la circuncisión (Brit Milá) el pacto con D-os que señala que tanto el cuerpo como el alma tienen el mismo origen divino. Los griegos en contraposición a estos fundamentos judíos, se consideraban los reyes del universo, controlandores del tiempo por la fijación de sus propias festividades y postulaban la separación absoluta entre cuerpo y alma, como entidades independientes y sin límites.
Grecia apuntaba a un mundo sin Creador en el cual el hombre es el poder absoluto. A un año sin santidad y a un cuerpo sin límites. Signos de una belleza exterior en lugar de espiritualidad; la supremacía del intelecto por sobre la dividinidad: espectáculos depravados en lugar de exaltación y pureza, el culto a los instintos -hedonísmo- en vez de la santificación de lo físico. Estos fueron los motivos de la confrontación entre griegos y judíos quienes prefirieron morir al Kidush Hashem (en nombre de D-os) antes que asimilar la cultura helénica.
Janucá rememora el choque de esos dos mundos, el mundo judío de la fe, de la Torá, de un estilo de vida singular basado en el monoteísmo con conceptos de santidad que abarcan todos los detalles de la vida cotidiana, frente al mundo helénico, politeísta, materialista, donde el máximo ídolo es el hombre y su intelecto, el parámetro para juzgar la verdad. Un mundo ilimitado que lleva al caos y a la destrucción.
El Talmud nos explica que los griegos al entrar al Templo contaminaron todo el aceite que allí existía, lo cual nos demuestra que su verdadero objetivo no era impedir que se volviera a prender la Menorá (candelabro) sino que ésta fuera encendida con aceite contaminado, tocado, por los griegos. El aceite puro es el símbolo de lo inmaculado del estilo de vida de los judíos basado en la Torá como divinidad, representa entonces la luz interior, la espiritualidad, y testimonia la Presencia Divina en el mundo; en contraposición a los griegos que representan el materialismo y la racionalidad, cuya cúspide es la estructura intelectual del hombre expresada a través de la literatura, filosofía y ciencias griegas como medios de poder y dominación. El aceite puro de la luz espiritual
Si el judaísmo fuera reducido a una estructura racional despojándolo del elemento de la fé; los judíos y la Torá serían fácilmente asimilados a la cultura griega dominante y a su estilo de vida. La resistencia a ello a toda costa, evidencia la importancia de buscar y conseguir el frasco de aceite puro, que aún cuando lo que se consiguió era pequeña cantidad, fue suficiente para que se renovara la luz espiritual en el Templo.
Janucá transmite el mensaje de la importancia de la conservación de la luz para asegurar la continuidad, iluminar al mundo para hacer de él un lugar de paz.
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ASARA BE TEVET
L diez de Tevet, es un día de ayuno menor que recuerda el comienzo del sitio babilónico de Jerusalem por Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien invade a Jerusalem el 17 de Tamuz siguiente y destruye posteriormente el Primer Templo el 9 de Av del mismo año.
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TU BISHVAT
amishá Asat biShevat o Tu biShvat, el día quince del mes de Shevat, es mencionado en la Mishná como el Año Nuevo de los Arboles. El año se calcula desde esta fecha en los asuntos referentes al diezmo del fruto del árbol y otras leyes semejantes. La única costumbre asociada con este día es asegurarse de comer alguno de los frutos que crecen en Israel. El fruto del algarrobo (bokser en Yidish, jaruv en hebreo) es un fruto poco usual que se consume a menudo en Tu biShvat. En Israel es costumbre que los niños en edad escolar realicen excursiones en Tu biShvat y participen en la plantación de árboles.
El hombre es como un árbol. En el décimo quinto día del mes de Shvat se celebra uno de los cuatro años nuevos del calendario judío, el año nuevo de los árboles que marca el comienzo de la floración de los mismos, dando inicio en la tierra de Israel a la primavera luego de la finalización de la época de las lluvias. Esta fiesta que tiene sus orígenes en el tiempo de los Rishonim (período post-talmúdico), tiene repersución halájica (legal) en cuanto a varias leyes de la Torá como son las de Ofrendas -Maasarot. Las frutas de un determinado año sólo podían ser ofrendadas ese año; orlá - prohibición de comer frutas del árbol durante los primeros tres años de su crecimiento; revii - uso restringido de los frutos que durante el cuarto año sólo podían ser consumidos en la ciudad de Jerusalem y finalmente, es el punto de referencia para el año sabático -Shmita- en la cual se da descanso a la tierra y no puede ser derivado ningún beneficio de ella.
De semillas crecen el árbol y el hombre Además de los aspectos ambientales y legales, Tu Bishvat nos brinda una lección moral de gran relevancia asociada con el motivo principal de la festividad que es el árbol, de cuya observación se pueden derivar enseñanzas y orientaciones aplicables a nuestra vida cotidiana y a nuestro proceso de crecimiento espiritual.
La transformación de una semilla a través del proceso de germinación y su desarrollo hasta convertirse en un árbol con frutos es uno de los procesos más maravillosos de la Creación. La Torá establece que "El hombre es como el árbol del campo" (Devarim -Números: 20:19), ya que ambos nacen de una semilla, crecen, maduran y tienen frutos. En el desarrollo tanto físico como espiritual del hombre se pueden observar varias similitudes con las del árbol.
Las raíces del hombres están formadas por la esencia de su ser, la fuente de su vitalidad, su conexión con el Creador, que aún cuando no es visible, constituye su fundamento espiritual básico sin el cual, tal como sucede con las raíces de árbol, no podría seguir existiendo. El tronco o cuerpo de la persona es la estructura visible, frondosa y amplia representada por el estudio de la Torá y por el cumplimiento de los Preceptos. Las Mitzvot son las vías por medio de las cuales el hombre va refinando su ser, es la forma prevista para el judío para el logro de su desarrollo espiritual. El crecimiento contínuo del individuo, como el del árbol, constituye la medida de su edad espiritual y nos dice al igual que los anillos en el tronco, los años de vida de la persona donde "vida" significa, consistencia con lo que es el hombre en su esencia, su conexión con D-os, la sabiduría y las buenas acciones realizadas.
Los frutos del hombre son la cúspide del crecimiento y la perfección y representan la influencia que cada individuo -una vez que ha cumplido con todas sus responsabilidades- ejerce sobre las demás personas que lo rodean, bien sea sus propios hijos o al resto de sus semejantes. Es así como cada persona puede ser partícipe en la tarea de la Creación, mejorando el mundo y dando frutos que contendrán las semillas de la continuidad de las tradiciones y los valores transmitidos de generación en generación.
Hay una parábola en el Talmud que cuenta que un viejo Rabino se mantenía ocupado sembrando árboles. La gente se le acercaba y le preguntaba:
"Por qué está usted sembrando un árbol que nunca verá totalmente crecido? "
El viejo Rabino contesta: " Yo lo siembro para mis hijos y mis nietos".
El ser humano y su futuro
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