martes, 1 de noviembre de 2016

Padre Pío de Pietrelcina: Ataques del Diablo

Padre Pío de Pietrelcina: Ataques del Diablo











































Ataques del Diablo






1.     Uno
de los primeros contactos que el Padre Pío ha tenido con el príncipe
del mal, remonta al año de 1906 cuando Padre Pío volvió en el convento
de Sant  'Elia a Pianisi. Una noche de verano no logró dormirse por el
bochorno sofocante. De la habitación vecina le llegó el ruido de los
pasos de un hombre. "El Pobre fraile Anastasio no puede dormir como yo"
pensó el Padre Pío. "Quiero llamarlo, al menos para hablar un poco". Fue
a la ventana y llamó el compañero, pero la voz  se le quedó en  la
garganta: al observar que sobre el alféizar de la ventana vecina se
asomó un monstruoso perro. Así el mismo Padre Pío contó: "Por la puerta
con terror; vi entrar un gran perro, de cuya boca salió mucho humo. Caí
sobre la cama y oí que dijo: "es él, es él" - mientras estuve en aquella
posición, vi aquel animal que saltó sobre el alféizar de la ventana, y
luego de esto se lanzó sobre el techo del frente, y desapareció." 


2.     Las
tentaciones de Satanás que quisieron hacer caer al padre Pío, se
manifestaron de cada modo. El Padre Agustino nos confirmó que Satanás
apareció bajo las formas más variadas: "bajo forma de jovencitas
desnudas que bailaron; en forma de crucifijo; bajo forma de un joven
amigo de los frailes; bajo forma del Padre Espiritual, o del Padre
Provincial; de aquel del Papa Pío X y del Ángel de la guarda; de San
Francesco; de María Santísima, pero también en sus semblantes horribles,
con un ejército de espíritus infernales. A veces no hubo ninguna
aparición pero el pobre Padre fue golpeado hasta salirle sangre,
atormentado con ruidos ensordecedores, lleno de escupitajos etc.  Él
logró librarse de estas agresiones invocando el nombre de Jesús.  


3.     Las
luchas entre el Padre Pío y Satanás se agriaron cuando el  Padre Pío
liberó a los poseídos. Más de una vez - el Padre Tarcisio contó de
Cervinara - antes de  salir del cuerpo de un poseído, el Malvado ha
gritado: "Padre Pío nos das más molestias tú que San Michele". Y
también: "Padre Pío, no nos arranques las almas y "no  te molestaremos."


4.     La
carta al Padre Agostino del 13 de febrero,  de 1913, "Ahora, que
veintidós días han pasado, desde que Jesús permitió a los diablos para
descargar su enojo sobre mí. Mi Padre, en mi cuerpo todo se machuca de
las palizas que yo he recibido en el presente por nuestros enemigos. En
varias oportunidades, ellos me han quitado mi camisa incluso, y  me han
golpeado de  una manera brutal"













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