En pocas palabras: la Ruta de la Seda
2¿Qué fue?
La Ruta de la Seda era una ruta comercial -o una red de rutas comerciales- que conectaban China con Occidente en los tiempos antiguos.
¿Cómo surgió la ruta de la seda?
El nombre de “Ruta de la Seda” sólo fue acuñado en el siglo XIX, pero las rutas ya tienen su origen alrededor del siglo II antes de Cristo. En 138 aC, el emperador chino envió a un emisario llamado Zhang Qian para hacer contacto con un grupo tribal en el centro de Asia.
Cuando llegó Zhang, fue capturado y mantenido como prisionero durante varios años, pero finalmente fue liberado y regresó a China, donde dijo, entre otras cosas, haber visto magníficos caballos árabes que había encontrado. Las autoridades chinas estaban interesadas en adquirir estos caballos y así comenzó un proceso de comercio de larga distancia con el centro de Asia.
Mientras tanto, desde el oeste, el centro de Asia había entrado en contacto con las civilizaciones europeas, inicialmente a través de las conquistas de Alejandro Magno, que llegó hasta la India en el siglo IV antes de Cristo. Más tarde, fue el creciente imperio romano el que dominó la región y por tanto la ruta de la seda actuó como un puente entre el este y el oeste, a través de Asia Central y Oriente Medio.
¿Porqué se llama la Ruta de la ‘Seda’?
Es porque la seda fue uno de los productos clave comercializados a lo largo de la ruta. Los chinos habían aprendido cómo fabricar este material de lujo de los gusanos de seda posiblemente desde el tercer milenio antes de Cristo y, durante mucho tiempo, eran los únicos que podían producirlo.
Fue muy apreciado por otras civilizaciones -especialmente la Antigua Roma- y así se convirtió en uno de los principales productos de exportación de China y la moneda con la que a menudo pagaban por las mercancías que compraban. El nombre de ruta de la seda es un poco engañoso
sin embargo, porque la seda era sólo uno más de un gran número de
productos que se negociaban en aquella red de caminos, que también
incluía los textiles, metales preciosos, especias y pieles.
¿Cómo viajaban estos productos a través de los caminos?
La ruta de la seda se extendía cerca de 6.500 kilómetros y muy poca gente habría viajado toda su enorme longitud. Generalmente, los bienes se intercambiaban por diferentes “operadores”, habiendo pues varias transacciones a lo largo del camino. Los
propios comerciantes viajaban en grupos -compuestos a veces de cientos
de personas-, montados en camellos o caballos o de vez en cuando a pie. Algunos artículos también se llevaron por mar, pues se desarrollaron “Rutas de la Seda marítimas”.
¿Eran solamente las mercancías las que viajaban en la ruta de la seda?
De ningún modo. De hecho, tal vez el legado más duradero de la ruta de la seda es la mezcla de culturas e ideas que esta facilitó. A
lo largo de los caminos, la gente de diferentes civilizaciones se
dieron a conocer unos a otros y los resultados fueron extraordinarios. Las religiones, en particular, se extendieron a lo largo de la ruta y es así como, por ejemplo, el budismo viajó desde la India a China. La tecnología también se difundió a través de la ruta de la seda, incluyendo las invenciones chinas del papel y la pólvora.
¿Cuándo llegó a su fin la ruta de la seda?
La ruta estaba todavía en uso en la Baja Edad Media y el famoso explorador veneciano Marco Polo viajó a China en el siglo XIII (aunque su historia es cada vez más cuestionada por los historiadores). Sin
embargo, entró en declive poco después por una variedad de razones,
entre los que se encontraban los ataques contra el imperio chino y el
crecimiento de las rutas marítimas de Europa del Este.
Hoy en día, la ruta de la seda se ha convertido en una ruta popular para el turismo, mientras que los responsables políticos hablan sobre el desarrollo de nuevas rutas de la seda a través de Asia para impulsar el crecimiento económico en el continente.
Imágenes: Flickr, Wikimedia Commons
Comentarios2 comentarios
Cayetano
la seda, como las calzadas romanas o el Camino de Santiago, eran
instrumentos para la comunicación, para el desarrollo cultural, para el
encuentro y, a veces, el desencuentro, de los pueblos. Y, como bien
señalas, un atractivo turístico hoy.
Un saludo, Félix.
Félix Casanova
como indicas también fueron punto de desencuentro en no pocas ocasiones,
no todo era seda lo que relucía… Hoy en día ya son vías turísticas.
Saludos, Cayetano