miércoles, 25 de enero de 2017

Sistema urinario humano - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Sistema urinario humano



Sistema urinario
Sistemaurinario.png

Componentes del aparato urinario: riñón, uréteres, vejiga y uretra
Latín [TA]: systema urinarium
TA A08.0.00.000
TH H3.06.00.0.00001
Función Eliminación de desechos líquidos
Estructuras

básicas
Riñón, uréter, vejiga, uretra.
Enlaces externos
FMA 7159
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El sistema urinario humano es un conjunto de órganos encargados de la producción de orina mediante la cual se eliminan los desechos nitrogenados del metabolismo (urea, creatinina y ácido úrico), y de la osmorregulación. Su arquitectura se compone de estructuras que filtran los fluidos corporales (líquido celomático, hemolinfa, sangre). En los invertebrados la unidad básica de filtración es el nefridio, mientras que en los vertebrados es la nefrona o nefrón. El aparato urinario humano se compone, fundamentalmente, de dos partes que son:


  • Los órganos secretores: los riñones, que producen la orina y desempeñan otras funciones.
  • La vía excretora, que recoge la orina para expulsarla al exterior.
Está formado por un conjunto de conductos que son:


  • Los uréteres que conducen la orina desde los riñones a la vejiga urinaria.
  • La vejiga urinaria
    es una bolsa muscular y elástica en la que se acumula la orina antes de
    ser expulsada al exterior. En el extremo inferior tiene un músculo
    circular llamado esfínter, que se abre y cierra para controlar la
    micción (el acto de orinar).
  • La uretra
    es un conducto que transporta la orina desde la vejiga hasta el
    exterior. En su parte inferior presenta el esfínter uretral, por lo que
    se puede resistir el deseo de orinar. La salida de la orina al exterior
    se produce por el reflejo de micción.
Los desechos para poder llegar hasta los riñones (que son los órganos encargados de sustraer los desechos o sustancias innecesarias), es necesario un proceso llamado nutrición,
el cual es necesario para adquirir energía. Los nutrientes se van
directo a la sangre, la cual realiza el intercambio gaseoso por medio de
los pulmones.


Los desechos son llevados por la arteria renal hasta los riñones, los cuales se encargan de crear la orina, con ayuda de las nefronas.


Después de crear la orina, la sangre
en buen estado es comprimida en las nefronas en su parte superior, las
cuales transportan la sangre en buen estado por medio de la vena renal de nuevo al corazón y pulmones para oxigenarla.



Índice

Histoanatomía del aparato urinario

La parte inicial y de mayor importancia que se encarga de la filtración de tejidos y ciertos fluidos, así como la eliminación de toxinas son los riñones, órganos con forma de frijol, ubicados en el retroperitoneo
sobre la pared abdominal posterior.Estos vuelcan su contenido en un
receptáculo llamado vejiga, por medio de un tubo llamado uréter. La
vejiga, a su vez evacúa su contenido al exterior por medio de un
conducto llamado uretra.


Riñón

Los riñones son responsables de eliminar los desechos del cuerpo,
regular el equilibrio electrolítico y estimular la producción de
glóbulos rojos.


Son dos órganos que forman parte del sistema urinario. Se encuentran
situados en la parte posterior del abdomen, uno a cada lado de la
columna vertebral. Están rodeados de tejido adiposo y se extienden entre
la onceava costilla y la tercera vértebra lumbar.


Características generales

El aparato excretor es un conjunto de órganos encargado de la
eliminación de los residuos nitrogenados del metabolismo, conocidos en
la medicina como orina; que lo conforman la urea y la creatinina.
Su arquitectura se compone de estructuras que filtran los fluidos
corporales (líquido celomático, hemolinfa, sangre). En los invertebrados
la unidad básica de filtración es el nefridio, mientras que en los
vertebrados es la nefrona o nefrón. El aparato urinario humano se
compone, fundamentalmente, de dos partes que son: Los órganos
secretores: los riñones, que producen la orina y desempeñan otras
funciones. Los órganos excretores: uréteres, vejiga y uretra, que
conducen la orina hacia el exterior.


  • Los riñones poseen 12 cm de largo, 6 cm de ancho,3 cm de grosor y pesan alrededor de unos 150 gramos.
  • Se rodean de una fina cápsula renal.
  • Están divididos en tres zonas diferentes: corteza, médula y pelvis.
  • Son de color rojo oscuro, situados a ambos lados de la columna vertebral.
  • En la parte superior de cada riñón se encuentran las glándulas suprarrenales.
  • La orina se fabrica en la corteza exterior y la médula que envuelve.
  • En la corteza se filtra el fluido que sale de la sangre y en la médula se reabsorben sustancias de ese fluido que son necesarias para el organismo.
  • Los conductos que se abren en los vértices de las "pirámides" de la médula, y que van a dar a la pelvis, Y recogen la orina restante.
  • Las llamadas "pirámides" son canales de forma aplanada y parecidos a un embudo, que conducen la orina al uréter, luego, a través de este conducto, la orina se dirige a la vejiga.
  • El derecho es más bajo que el izquierdo esto es debido al hígado ya
    que se necesita un buen espacio para las palpitaciones del corazón.
La vía excretora, que recoge la orina y la expulsa al exterior está formada por un conjunto de conductos que son:


  • Los uréteres, que conducen la orina desde los riñones a la vejiga urinaria.
  • La vejiga urinaria, receptáculo donde se acumula la orina.
  • La uretra, que permite la salida al exterior de la orina contenida en la vejiga.

Formación de la orina

La orina se forma básicamente a través de tres procesos que se desarrollan en los nefrones. Los tres procesos básicos de formación de orina son:


  • Filtración
Es un proceso que permite el paso de líquido desde el glomérulo hacia
la cápsula de Bowman por la diferencia de presión sanguínea que hay
entre ambas zonas.


El líquido que ingresa al glomérulo tiene una composición química
similar al plasma sanguíneo, pero sin proteínas, las cuales no logran
atravesar los capilares glomerulares. Bajo condiciones normales, la
porción celular de la sangre, es decir, los glóbulos rojos, los glóbulos
blancos y las plaquetas, tampoco atraviesan los glomérulos. La razón
anatómica fundamental por la que se produce la filtración del plasma en
los glomérulos se debe, en primer lugar, a la permeabilidad del capilar
glomerular; y en segundo lugar, a que la arteriola eferente tiene un
diámetro ligeramente menor al de la arteriola aferente, por lo que se
crean así en el interior del glomerulo las presiones necesarias para que
se produzca la filtración del plasma.


A través del índice de filtrado glomerular, es posible inferir que
cada 24 horas se filtran, en ambos riñones, 180 litros aproximadamente.
Los factores que influyen en la filtración glomerular son: flujo
sanguíneo y efecto de las arteriolas aferente y eferente.


  • Reabsorción
Muchos de los componentes del plasma que son filtrados en el
glomérulo, regresan de nuevo a la sangre. Es el proceso mediante el cual
las sustancias pasan desde el interior del túbulo renal hacia los
capilares peritubulares, es decir, hacia la sangre. Este proceso,
permite la recuperación de agua, sales, azúcares y aminoácidos que
fueron filtrados en el glomérulo.


  • Secreción
Una vez formada la orina en los glomérulos, discurre por los túbulos
hasta llegar a la pelvis renal, desde donde pasa al uréter y llega a la
vejiga, lugar donde es almacenada. Cuando el volumen supera los
250-500 cm³, sentimos la necesidad de orinar, debido a las contracciones
y relajaciones del esfínter, que despierta el reflejo de la micción. La
necesidad de orinar puede reprimirse voluntariamente durante cierto
tiempo. La frecuencia de las micciones varía de un individuo a otro
debido a que en ella intervienen factores personales como son el hábito,
el estado psíquico de alegría o tensión, y el consumo en mayor o menor
medida de bebidas alcohólicas. La cantidad de orina emitida en 24 horas
en el hombre es de aproximadamente 1500 cm³. En caso de retención se
puede acumular hasta 3 litros y con cistitis aparecen ganas de orinar
hasta con 50 ml. El aumento por encima de esta cifra se denomina
poliuria y la disminución oliguria.


Estructura del riñón

Todo el riñón está cubierto por una cápsula de tejido conectivo
colagenoso denso denominada como cápsula nefrótica, y sobre su borde
medial se encuentra una incisura denominada hilio renal en donde podemos
apreciar la salida de estructuras vitales como la arteria y vena renales y el uréter.


Si se corta el riñón paralelamente a sus dos caras, se puede observar
que el parénquima (porción celular) está compuesto por dos zonas de
color distinto, a las que se ha llamado medular, o interna, y cortical, o
externa. En la médula aparecen unas estriaciones organizadas en forma
piramidal. Estas pirámides son las denominadas pirámides de Malpighi (o renales) que presentan un vértice orientado hacia los cálices (papilas).


  • Zona cortical o corteza: Situada en la parte externa y es de
    color rojo claro. La cortical, de color más amarillento, presenta en su
    parte más externa pequeños puntitos rojos que corresponden a los
    corpúsculos de Malpighi. La sustancia cortical cubre a la medular y
    rellena también los espacios que dejan entre sí las pirámides de
    Malpighi.
  • Zona medular: Ocupa la parte interna, la sustancia medular,
    de color rojo oscuro, compuesta por 8 a 18 formaciones triangulares
    (pirámides renales de Malpighi). Su base está en contacto con la
    sustancia cortical y su vértice, que presenta 15 a 20 pequeños
    orificios, se halla en comunicación con un cáliz renal, que lleva la
    orina a la pelvis renal.
En un corte longitudinal de un riñón, se pueden reconocer tres partes:


  • La corteza renal, presenta un aspecto rojizo oscuro granulado
    y rodea completamente a la médula renal enviando prolongaciones
    denominadas columnas renales que se injertan en toda la profundidad
    medular.
  • La médula renal, presenta el doble de espesor que la corteza y
    unas estructuras de color rojizo muy claro con forma de pirámides,
    denominadas pirámides renales, que se separan por las columnas renales.
  • Las papilas renales, se distribuyen cada una dentro de un
    cáliz menor en forma de embudo, tomando en cuenta que cada riñón humano
    posee 8 a 18 pirámides renales, existiendo también de 8 a 18 cálices
    menores, y de 2 a 3 cálices mayores.

Los uréteres

Los uréteres son dos conductos o tubos de unos 21 a 30 cm de largo, y
unos 3 o 4 milímetros de diámetro, bastante delgados, que llevan la
orina desde los riñones en la pelvis renal a la vejiga, en cuya base
desembocan formando los llamados meatos ureterales, cuya disposición en
válvula permite a la orina pasar gota a gota del uréter a la vejiga,
pero no viceversa. Su interior está revestido de un epitelio y su pared
contiene músculo liso.


La vejiga

La vejiga
es el órgano principal del sistema excretor, es un órgano hueco situado
en la parte inferior del abdomen y superior de la pelvis, destinada a
contener la orina que llega de los riñones a través de los uréteres. La
vejiga es una bolsa compuesta por músculos que se encarga de almacenar
la orina
y liberarla. Cuando está vacía, sus paredes superior e inferior se
ponen en contacto, tomando una forma ovoidea cuando está llena. Su
capacidad es de unos 300 a 450 ml. Su interior está revestido de una
mucosa con un epitelio poliestratificado pavimentoso, impermeable a la
orina. Su pared contiene un músculo liso, que contrayéndose y con la
ayuda de la contracción de los músculos abdominales, produce la
evacuación de la orina a través de la uretra. A esto se llama micción.
La parte de la vejiga que comunica con la uretra está provista de un
músculo circular o esfínter, que impide normalmente la salida
involuntaria de la orina. Además de estas fibras lisas hay otras
estriadas que ayudan a retener voluntariamente la orina.


Recibe la orina por los uréteres, que se abren en la parte trasera de
la vejiga, cuando está vacía la vejiga puede ser casi igual de pequeña
que toma el tamaño de una ciruela, cuando se llena, sin embargo puede
llegar a tener el tamaño de un pomelo. Tiene una gran capacidad de
ampliarse, tanto que puede contener entre 200 a 450 ml aproximadamente
antes de que una persona note la sensación de orinar.


En la base, la vejiga se abre a la uretra, tubo que lleva la orina al exterior, la apertura y cierre de ésta es controlada por el esfínter. Esta es la última fase del sistema excretor.


La uretra

La uretra es el conducto altamente sistematizado que transporta y
permite la salida al exterior de la orina contenida en la vejiga, donde
es expulsada mediante un proceso llamado micción. Difiere
considerablemente en ambos sexos. En la mujer es un simple canal de 3 a
4 cm de largo, algo más estrecho en ambas extremidades que en el resto
de su trayecto. Es casi vertical y se halla por delante de la vagina,
abriéndose en la vulva por delante del orificio vaginal.


En el hombre la uretra mide de 18 a 20 cm de longitud, y en la mujer
6 cm. Es de calibre irregular, presentando partes ensanchadas y otras
estrechadas. Además no es recta sino que presenta ciertos ángulos. Tiene
muchos segmentos: uretra prostática (parte que pasa por la próstata),
uretra membranosa y uretra esponjosa, es decir, la rodeada por el
cuerpo esponjoso, la que a su vez puede subdividirse en varios
segmentos. Termina en un esfínter. En el hombre es bifuncional porque sirve para el sistema excretor y reproductor.


Desde el punto de vista de sus enfermedades la uretra puede dividirse
en dos segmentos: la uretra anterior y la uretra posterior, separados
por un esfínter de músculo estriado, situado a unos 3,5 cm de la vejiga.


Las hemorragias o secreciones que se producen en la primera, salen al
exterior y las que se producen en la segunda, pueden volcarse en la
vejiga. La inflamación de cada uno de estos sectores produce también
síntomas distintos. En la uretra desembocan diversas glándulas en las
que pueden acantonarse una infección de la uretra.


Funcionamiento del riñón

La principal función del riñón es formar la orina. Esto se logra del
siguiente modo: en primer lugar, la sangre que llega al riñón pasa del
glomérulo al espacio de Bowman, filtrándose. El líquido formado es
idéntico al plasma sanguíneo, excepto que prácticamente carece de proteínas plasmáticas (albúmina, globulinas y fibrinógeno).
En segundo lugar, el líquido filtrado ingresa en un sistema de túbulos
donde el agua y algunas sustancias específicas son reabsorbidas o
secretadas, hecho que cambia la composición y concentración del líquido.
Finalmente, el líquido modificado es excretado después de salir del
riñón por las papilas y de atravesar las vías urinarias.


Otras funciones, no menos importantes, son las de participar en
regulación del volumen corporal de agua, de la presión arterial -para lo
que segrega renina, una enzima que convierte al angiotensinógeno en
angiotensina I-, de la producción de hemoglobina gracias a la producción
de eritropoyetina.


El aparato excretor es un conjunto de órganos encargados de la
eliminación de los residuos nitrogenados del metabolismo, conocidos por
la medicina como orina; que lo conforman la urea y la creatinina. Su
arquitectura se compone de estructuras que filtran los fluidos
corporales (líquido celomático, hemolinfa, sangre). En los invertebrados
la unidad básica de filtración es el nefridio, mientras que en los
vertebrados es la nefrona o nefrón.Los riñones son dos órganos que
tienen la forma de un poroto, colocados en el abdomen a ambos lados de
la columna vertebral. Se hallan aproximadamente a la altura de la última
vértebra dorsal y de las dos primeras lumbares. Las últimas dos
costillas cubren su mitad superior. Tiene unos 10 a 12 centímetros de
largo, unos 5 o 6 centímetros de ancho y unos 2,5 a 3,5 centímetros de
espesor. Pesan unos 150 gramos cada uno. Su color es rojo castaño. Están
separados de la piel del dorso por varios músculos, y de los órganos
del abdomen por el peritoneo parietal. Hay una capa de grasa que los
rodea y los fija, permitiendo, sin embargo, que se deslicen hacia abajo
en cada inspiración. El riñón derecho es un poco más bajo que el
izquierdo. Sobre su polo superior se hallan las cápsulas suprarrenales.
Su borde interno es cóncavo y recibe el nombre de hilio, pues llegan y
salen por ese lugar la arteria renal y la vena renal. Se halla también
allí la llamada pelvis renal, que tiene forma de embudo y en la cual
desembocan los llamados cálices, que reciben cada uno la orina de una de
las pirámides renales.


Lo más importante del riñón es el llamado nefrón, cuyo
funcionamiento, una vez comprendido, nos explica el trabajo del riñón.
Hay aproximadamente un millón de nefrones en cada riñón. Cada nefrón se
halla constituido por el llamado corpúsculo renal, o de Malpighi, y del
llamado túbulo urinífero, que tiene diversas partes, cuya explicación no
cabe mencionar en el presente trabajo. Estos desembocan en canales
colectores, que llevan la orina a los cálices y a la pelvis renal.


El corpúsculo renal o de Malpighi contiene un vaso capilar
ramificado, que forma un ovillo que recibe el nombre de glomérulo. El
glomérulo recibe la sangre de un pequeño vaso llamado aferente, que le
trae sangre arterial procedente de la arteria renal. La sangre sale del
glomérulo por otro pequeño vaso llamado eferente. La sangre proveniente
del vaso eferente, en su mayor parte irriga a los túbulos renales y va a
dar después e la vena renal, perdido ya su oxígeno, pero eliminadas
también las sustancias nocivas. Rodeando el glomérulo se halla la
llamada cápsula de Bowman, que tiene dos capas que dejan entre sí un
espacio, espacio que comunica con el comienzo del túbulo renal. En
realidad, la cápsula de Bowman es la extremidad ensanchada del túbulo
renal que hunde o invagina el glomérulo.


La cantidad de sangre que pasa por el riñón es de aproximadamente un
litro por minuto, vale decir que más menos cada cinco minutos pasa toda
la sangre por el riñón. Esa sangre proveniente de la arteria renal,
tiene una presión del glomérulo de 75 mm de mercurio, la cual tiende a
filtrar la sangre. Y aunque hay elementos que tratan de contrarrestar
dicha filtración (presión osmótica de la sangre, presión del tejido
renal y dentro del tubo renal), filtran los glomérulos más de 100 g de
líquido por minuto. Ese líquido contiene todos los elementos solubles
del plasma sanguíneo, salvo las proteínas. Eso daría una enorme cantidad
de orina que si se eliminara así haría que el organismo perdiese junto
con las sustancias que debe eliminar, otras que necesita. Para evitar
esto, los túbulos renales reabsorben aproximadamente el 99 % del agua
que filtran los glomérulos y seleccionan las sustancias que esa agua
contiene disueltas, reabsorbiendo por completo algunas como la glucosa, y
dejando pasar parte de otras, como la sal. Otras no vuelven a pasar por
la sangre, como la creatina. La reabsorción de parte de lo filtrado a
través del glomérulo por los túbulos renales, es regulada por una
secreción interna del lóbulo posterior de la hipófisis.


Vías urinarias

El viaje de la orina
pasa desde las papilas renales hacia los cálices menores, y de ahí a
los cálices mayores, la pelvis renal y mediante el uréter llegan a la
vejiga en donde sirve de reservorio para la orina, con una capacidad
normal de 500 ml, alcanzando su capacidad máxima de 1 L
. De la vejiga atraviesa la uretra por donde es expulsada hacia el
exterior del organismo, alcanzando una velocidad de 30 a 35 km/h
cuando la vejiga se encuentra llena en su capacidad promedio, y cuando
está en su máximo reservorio es expulsada a unos 50 km/h. Al atravesar
la uretra peneana (en el varón) cabe mencionar que la orina es expulsada
a mayor velocidad
alcanzando en su cúspide máxima hasta unos 75 km/h, siendo
proporcionada estas características expulsivas por la estructura de
dicha uretra.


Inervación del sistema urinario

Las fibras nerviosas alcanzan el riñón siguiendo el plexo renal. Hay
una red de fibras nerviosas que siguen con la arteria renal desde la
aorta hasta el riñón. En el plexo renal,
también puede haber cuerpos de células ganglionares; deben considerarse
células emigradas de los ganglios aórtico y celiaco. La mayor parte de
las fibras del plexo renal corresponden a la porción simpática del
sistema vegetativo y provienen de las células de los ganglios celiaco y
aórtico. En el plexo renal hay un número menor de fibras parasimpáticas.
Provienen del nervio vago, cuyas fibras, para alcanzarlo, atraviesan el plexo celíaco sin interrupción.


Las fibras nerviosas del plexo renal siguen las paredes arteriales y penetran en la sustancia del riñón. Penetran en los glomérulos para constituir en ellos amplias redes perivasculares. También pueden inervar el epitelio de los tubos contorneados, el epitelio de transición de la pelvis, y las paredes de arterias y venas.


Como tanto los riñones trasplantados, que carecen de inervación, como
los riñones in situ desprovistos de sus nervios, funcionan de forma
prácticamente normal, se podría decir que las funciones renales no
dependen fundamentalmente de mecanismos nerviosos. Sin embargo, éstos la
controlan hasta cierto punto. Es muy probable que la mayor parte de
esta acción se ejerza por vía de las fibras simpáticas que terminan en
los vasos sanguíneos.


Impulsos aferentes siguen por los nervios del plexo renal, pues la
sección de las fibras de este plexo suprime el dolor de origen renal. A
lo largo del uréter hay fibras simpáticas y fibras parasimpáticas, pero
no parecen guardar relación particular con los movimientos peristálticos
normales que se producen en la musculatura del conducto, ya que tales
movimientos continúan cuando dichos nervios han sido cortados. Algunos
de estos nervios llevan impulsos aferentes.


La vejiga
está inervada tanto por fibras simpáticas como por fibras
parasimpáticas. Las parasimpáticas provienen de la porción sacra. Los ganglios
terminales a los cuales van a parar dichas fibras se hallan en la
propia pared vesical; por lo tanto, en cortes de vejiga, un estudiante
puede alguna vez encontrar células ganglionares.


Enfermedades del aparato urinario

Orinar mucho o poco puede ser indicador de alguna alteración renal.
En condiciones normales, la cantidad de orina depende de la cantidad de
agua que ingerimos, de nuestro metabolismo, actividad física y masa
corporal. Las infecciones urinarias son procesos infecciosos de las vías
urinarias que producen inflamaciones de la uretra (uretritis), la vejiga (cistitis) o los riñones (pielonefritis).


Uretritis

Consiste en la inflamación de las paredes de la uretra debido a una
infección bacteriana o a sustancias químicas que ocasionan un
estrechamiento del conducto uretral. La dieta con poca ingesta de
líquidos y la deshidratación en días calurosos, que produce una orina
concentrada, favorecen esta inflamación.


Cistitis

Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con
infección o sin ella. Puede tener distintas causas. Los síntomas más
frecuentes son: aumento de la frecuencia de las micciones, presencia de
turbidez de la orina. La causa más frecuente de cistitis es la infección
por bacterias gram negativas.
Para que un germen produzca cistitis, primero debe de colonizar la
orina de la vejiga (bacteriuria) y posteriormente producir una respuesta
inflamatoria en la mucosa vesical. A esta forma de cistitis se le
denomina cistitis bacteriana aguda. Afecta a personas de todas las
edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a ancianos de ambos
sexos. Otras formas de cistitis son: la cistitis tuberculosa (producida
en el contexto de una infección tuberculosa del aparato urinario), la
cistitis química (causada por efectos tóxicos directos de algunas
sustancias sobre la mucosa vesical, por ejemplo la ciclofosfamida), la
cistitis glandular (una metaplasia epitelial con potencialidad
premaligna) o la cistitis intersticial (una enfermedad funcional crónica
que cursa con dolor pélvico, urgencia y frecuencia miccional).


Insuficiencia renal o pielonefritis aguda

La insuficiencia renal es la disminución de la filtración glomerular.
Algunos problemas de los riñones ocurren rápidamente, como un accidente
que causa lesiones renales. La pérdida de mucha sangre puede causar
insuficiencia renal repentina. Algunos medicamentos o sustancias
venenosas pueden hacer que los riñones dejen de funcionar. Esta baja
repentina de la función renal se llama insuficiencia renal aguda.


La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida permanente de
la función renal. Pero si los riñones no sufren un daño grave, esa
insuficiencia puede contrarrestarse con una operación quirúrgica. En la
mayoría de los casos, la operación quirúrgica, es un trasplante renal,
dejando los que ya posee la persona y poniendo otros sanos


Cólico nefrítico

Es un intenso dolor en la zona de los riñones y de los órganos
genitales, que en ocasiones va acompañado de pérdidas de sangre por la
orina. Se debe a cálculos renales o precipitados de diversas sales, como
fosfatos, uratos y oxalatos, que al ser expulsados del riñón por los uréteres y tener bordes angulosos producen los dolores anteriormente mencionados.


Cálculos renales

Es un trozo de material sólido que se forma dentro del riñón a partir
de sustancias que están en la orina. La piedra se puede quedar en el
riñón o puede desprenderse e ir bajando a través del tracto urinario. La
intensidad de la sintomatología (dolor) está generalmente relacionada
con el tamaño del cálculo. En ocasiones se produce su expulsión casi sin
sintomatología.


Otros órganos excretores

Aunque los riñones son los órganos más importantes para la función
excretora, hay otros órganos que contribuyen con esa importante función.
Entre ellos destacan la piel, los pulmones y el hígado.


Glándulas sudoríparas

Son glándulas de secreción externa, compuestas por un conjunto de túbulos apelotonados, ubicados en la dermis, y un tubo excretor que atraviesa la epidermis y desemboca en el exterior por un poro de la piel. La sustancia excretada por las glándulas sudoríparas, se denomina sudor,
y se compone de agua (99 %), sales minerales (0,6 %, siendo el cloruro
de sodio la más abundante) y sustancias orgánicas (como la urea, la creatinina y diversas sales de ácido úrico, que componen un 0,4 % del sudor).


El sudor, tiene dos funciones:


  • Contribuir a la excreción del exceso de cloruro de sodio y urea.
    Además, contribuye a eliminar sustancias tóxicas como el alcohol
    etílico o los residuos de antibióticos que pueda estar tomando una
    persona.
  • Regular la temperatura corporal, y así impedir que se eleve demasiado.
La excreción del sudor depende de la temperatura ambiental, del
ejercicio muscular e incluso del propio funcionamiento del riñón. En
ambientes cálidos y con una actividad física alta, se aumenta la
producción de sudor. Por el contrario, en ambientes fríos y una actividad física baja, la producción del sudor es mínima.


Pulmones

Permiten excretar el dióxido de carbono formado durante la
respiración celular. El dióxido de carbono es eliminado del cuerpo en
cada exhalación. Un mecanismo que contribuye a eliminar el exceso de
dióxido de carbono presente en la sangre consiste en el aumento de la
frecuencia respiratoria.


Las células generan el dióxido de carbono que se dirigen a los
pulmones, estando allí, pasa a los alvéolos pulmonares donde por medio
de la exhalación se expulsa el dióxido de carbono


Hígado

Puede ser considerado como un órgano no excretor. Los glóbulos rojos viejos, al ser destruidos en el bazo, liberan hemoglobina a la sangre, la cual es procesada y degradada en el hígado, y así se forman dos pigmentos: la bilirrubina y la biliverdina.


Estos pigmentos, junto con otras sustancias formadas en el hígado, se vierten a la bilis. La bilis,
además de participar en la digestión de grasas, actúa como vía de
eliminación de sustancias tóxicas. Los pigmentos biliares son eliminados
junto con la materia fecal.


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