Las costumbres de los judíos en los tiempos bíblicos
Lavarse las manos antes de comer:
Los
orientales piensan que nuestras costumbres a la hora de lavarnos las
manos son, cuanto menos, antihigiénicas. Lavarse las manos antes de
comer es para ellos un rito. La manera de comer sin cuchillos, tenedores
y cucharas hace que sea muy necesario lavarse las manos.
El
lavatorio de manos viene desde tiempos muy antiguos y estuvo muy en boga
durante la época de los profetas. (2 Reyes 3,11). Cuando los fariseos
decían de los discípulos de Jesús, que éstos comían sin lavarse las
manos (Mt 15, 1-2; Mc 7, 1-5), era por el largo ceremonial que tenían de
lavarse las manos, y de ello hablaban, ya que parece ser que los
discípulos no seguían al pie de la letra las largas prescripciones.
Posición a la hora de comer:
La
costumbre general era comer tumbados, acostados o reclinados como si
estuvieran de rodillas. Pronto los judíos cogieron la costumbre romana
de comer totalmente acostados.
Los elementos para servir la comida:
No
hay mesas, una estera en el suelo hace sus veces. En la antigüedad del
pueblo judío se usaba una estera de piel o de cuero extendida sobre el
suelo. En algunas ocasiones ponían un pequeño taburete y se sentaban
alrededor.
Normalmente no hay sillas, salvo en banquetes, donde
se usaban una especie de banquillos. En la Biblia vemos varios casos
donde se habla del rey o de personajes muy importantes, donde sí usaban
estas especies de sillas. Usar sillas, sillones, etc… era señal de
dignidad y distinción.
En el mundo oriental, los únicos platos
que se utilizan son donde se pone la comida para luego ser servida.
Frecuentemente había un solo plato donde todos metían la mano para
comer, recuerda el texto de Jesús: “Uno que moja el pan en el mismo
plato que yo, va a traicionarme” (Mt 26,23).
Las oraciones a la hora de la comida:
Antes
de empezar a comer, los comensales expresan al dueño de la algunas
palabras de agradecimiento: “Dios sea alabado”, “En el nombre de Dios”,
etc… Los judíos acostumbraban a orar a la hora de la comida (Jn 6,11 Mt
15,36). Al terminar la comida hacían una segunda oración; para ella se
basaban en el texto bíblico de Deuteronomio 8,10: “Pero después que
hayan comido y se sientas satisfechos, alabarán al Señor su Dios por la
buena tierra que les ha dado”. Al decir estas oraciones, era costumbre
que los huéspedes lo hicieran en voz alta, y el resto decía: “Amén”, o
repetían algunas palabras de la oración.
Otros utensilios:
No
usaban ni cuchillo ni tenedores, cucharas, platos ni servilletas. Ellos
decían: “¿Para qué necesita el hombre una cuchara cuando Dios le ha
dado tantos dedos?” Unos panes gruesos como la franela lo utilizaban
como cucharas; de esta manera lo usaban para sacar sopas, salsas o
jugos. La carne se sirve en un plato y se come también con los dedos. El
caldo se sirve en un plato por separado y se usa para humedecer el pan
que se come a la vez con el alimento contenido.
Lavarse después de comer:
Después
de comer es necesario lavarse las manos. Si hay un sirviente, éste trae
la jarra de agua y la jofaina, poniendo el agua sobre las manos de los
que participaron en la comida. Sobre los hombros, el sirviente se pone
una toalla para que se sequen las manos. En el caso de que no haya
sirvientes, ésto lo hacen unos a otros.
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