miércoles, 14 de septiembre de 2016

radio shekel | Parashá 48 Shoftim

radio shekel | Parashá 48 Shoftim






















































































Parashá No 48
SHOFTIM
Deuteronomio 16:18 – 21:9
Aliyás de la Torá:
  1. 16:18 – 17:13
  2. 2-  17:14-20
  1. 18:1-5
  1. 18:6-13
  2. 18:14 – 19:13
  3. 6-19:14 – 20:9
  1. 20:10 – 21:9

Haftará: Isaías 51:12 – 53:12
Los Escritos Apostólicos: Revelación 10:1 – 11:19
Aliyás de los Escritos Apostólicos:
Revelación 10:1-6
Revelación 10:7-11
Revelación 11:1-8
Revelación 11:9-13
Revelación 11:14-19
SHOFTIM = Significa jueces.























Domingo

Comentarios
Primera Aliyá, 16:18 – 17:13
16:18
“Nombrarás para ti jueces y oficiales en todas las ciudades que HaShem
tu Eloha te da, según tus tribus, y ellos juzgarán al pueblo con justo
juicio.”

– Un  juez es una persona que ha recibido autoridad para pronunciar
sentencias de acuerdo a la Torá y la halajá, sobre las obras o palabras
de otras personas. El juez tiene que condenar al culpable y absolver al
inocente. Los oficiales son los que ejecutan las órdenes del juez. El
juez no hace mucho sin un cuerpo policial que le apoye para que sus
órdenes se cumplan. La policía no funciona bien sin los jueces porque
tienen que saber qué órdenes ejecutar. Así que estos dos tipos de
funcionarios tienen que trabajar paralelamente para que la sociedad se
beneficie de ellos.
“en todas las ciudades”
Había tres tipos de tribunales en Israel, con 3 jueces, 23 jueces y 71
jueces. Las ciudades con menos de 120 habitantes tenían un tribunal, un
Beit Din, de tres jueces. Las ciudades con más de 120 habitantes tenían
un Beit Din de 23 jueces, llamado “pequeño sanedrín”. Las cortes de tres
jueces sólo podían dictar sentencias sobre asuntos monetarios. Para dar
una sentencia de vida o muerte hacía falta un tribunal de 23 jueces. En
Yerushalayim había tres tribunales, dos de 23 jueces y uno de 71, en el
cual el sumo sacerdote era el líder principal. Este último fue llamado
el “gran sanedrín”. Los hombres del gran sanedrín se reunían en un lugar
designado para ellos en el templo.
16:19
“No torcerás el juicio; no harás acepción de personas, ni tomarás
soborno, porque el soborno ciega los ojos del sabio y pervierte las
palabras del justo.”

– La palabra hebrea que ha sido traducida como “justicia” o “juicio”,
es “mishpat”. Para no torcer un veredicto no se puede seguir la justicia
humanista, la que le parezca bien al hombre, sino la que HaShem manda
en su Torá.


En Romanos 2:20; 7:7, 12 está escrito:
“Tienes
en la Torá la expresión misma del conocimiento y de la verdad... ¿Qué
diremos entonces? ¿Es pecado la Torá? ¡De ningún modo! Al contrario, yo
no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de
la Torá; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la Torá no
hubiera dicho: NO CODICIARAS... Así que la Torá es santa, y el
mandamiento es santo, justo y bueno”
En Mateo 23:23 está escrito:
“lo más importante de la Torá: la justicia, la misericordia y la fidelidad (o fe)”
En
la Torá está expresada la justicia del Eterno que es la base de un
veredicto correcto. No se puede torcer la Torá ni para juzgar ni para
legislar. La Torá tienen que ser la base para que el sistema judicial de
cualquier país sea justo, no los criterios humanistas ni lo que piensa
la mayoría de la población. El hecho de que la mayoría de un pueblo
tenga cierto comportamiento, no significa que sea un comportamiento
justo. No es lo mismo lo común que lo normal. Un comportamiento común no
necesariamente tiene que ser normal, según las normas establecidas para
el hombre. Hay una sola justicia verdadera y esa justicia ha sido
revelada de dos maneras, en la Torá de Moshé y en Yahshúa HaMashíaj,
como está escrito en
Romanos 3:21:
“Pero ahora, aparte de la Torá, la justicia de Eloha ha sido manifestada, atestiguada por la Torá y los profetas.”
No
dice “al contrario de la Torá”, sino “aparte de la Torá”, queriendo
decir que la Torá manifiesta la justicia del Eterno y, además, Yahshúa
HaMashíaj revela la misma justicia de una forma diferente, pero no es
otra justicia. El Mesías Yahshúa es la justicia de HaShem, como está
escrito en
1 Corintios 1:30:
“Mas
por obra suya estáis vosotros en el Mesías Yahshúa, el cual se hizo
para nosotros sabiduría de Eloha, y justificación, y santificación, y
redención”
La palabra griega que fue traducida como “justificación” es “dikayosúne” que significa tanto “justicia” como “justificación”.
La
expresión “aparte de la Torá”, en Romanos 3:21, no significa que sea
otra justicia diferente a la de la Torá, sino que la justicia del Eterno
se ha manifestado de otra manera que no sea solamente a través de las
Escrituras. Son dos revelaciones de Su justicia, la Torá y el Mesías,
pero es la misma justicia revelada de dos maneras. Aparte de la Torá
podría entenderse como “además de la Torá”, “paralelamente con la Torá”,
siempre en armonía con la Torá, pero de forma diferente. Una cosa no
contradice la otra.
16:20 “La justicia, la justicia buscarás, para que vivas y poseas la tierra que HaShem tu Eloha te da.”
– ¿Por qué se repite la palabra justicia dos veces en este texto? Por
un lado se puede entenderlo de manera que para HaShem es muy importante
que se emplee la justicia en la nación, y por eso repite la palabra dos
veces. La justicia es uno de los pilares fundamentales para la sociedad.
Por
otro lado está hablando de dos manifestaciones de la justicia que hay
que buscar (en hebreo dice “perseguir”). Como hemos visto antes, la
primera está en la Torá Escrita. Hay que perseguir esa justicia para
obtener una vida larga en la tierra, con shalom, paz y prosperidad. Pero
la otra justicia, que ha sido revelada aparte de la Torá, es Yahshúa
HaMashiaj, la Torá Viviente. Hay que perseguir esa justicia de Eloha,
dada por medio de Yahshúa el Mesías, para obtener la vida eterna, como
está escrito en
Romanos 3:22-24:
“es
decir, la justicia de Eloha por medio de la fe en Yahshúa el Mesías,
para todos los que creen; porque no hay distinción, por cuanto todos
pecaron y no alcanzan la gloria de Eloha, siendo justificados
gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en el
Mesías Yahshúa.”
Estas dos manifestaciones de la justicia de HaShem se encuentran en Revelación 14:12 donde está escrito:
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Eloha y la fe de Yahshúa.”
Según
este texto, ¿quiénes son los santos? Los que buscan estas dos
manifestaciones de justicia, la Torá de Moshé y la fe de Yahshúa.
16:21 “No plantarás para ti un árbol de culto, o cualquier clase de árbol junto al altar de HaShem tu Eloha que hagas para ti.”
Antiguamente había una costumbre de plantar árboles en las entradas de
los templos paganos, cf. Jueces 6:30. Está prohibido plantar árboles en
el monte del templo. Como se habla de cualquier árbol, o madera, se
deduce que no está permitido hacer construcciones de madera junto al
templo. Este mandamiento también ha dado lugar a la costumbre de no
colocar flores en las sinagogas, por lo menos no cerca del arón kodesh,
el arca sagrada, donde se guardan los rollos de la Torá.
16:22 “Ni levantarás para ti pilar, lo cual aborrece HaShem tu Eloha.”
– La palabra hebrea que ha sido traducida como “pilar”, es “matsevá”
 que tiene que ver con una sola piedra grande que sirve como altar. En
el tiempo de los patriarcas HaShem lo aceptó, pero por causa de las
prácticas idolátricas de los kenaaneos, que usaban ese tipo de piedras,
se volvió una abominación para el Eterno, cf. Génesis 28:18, 22; 31:13,
45; 35:14, 20; Éxodo 23:24; 24:4; 34:13; Levítico 26:1; Deuteronomio
12:3; Oseas 10:1-2. Los israelitas sólo podían hacer altares construidos
con piedras o de tierra.
17:1
“No sacrificarás a HaShem tu Eloha buey o cordero que tenga defecto o
alguna imperfección, porque es cosa abominable a HaShem tu Eloha.”
– Yitsjak no podría haber sido un sacrificio al Eterno, porque no era perfecto del todo porque tenía yetser hará, inclinación al mal. Sin embargo Yahshúa sí, pudo ser ese sacrificio perfecto porque no tenía yetser hará.
Esto también nos quiere decir que no debemos de llevar al altar de
Yahweh, lo dañado, lo que nos sobra, debemos presentarnos con lo Primero
y lo mejor.
17:3
“y que haya ido y servido a otros dioses, adorándolos, o adorando al
sol, a la luna o a cualquiera de las huestes celestiales, lo cual yo no
he mandado”
– La Torá prohíbe la astrología. ¡No leas los horóscopos!
17:8
 “Si un caso es demasiado difícil para que puedas juzgar, como entre
sangre y sangre, entre veredicto y veredicto, o entre afección y
afección, siendo casos de litigio en tus puertas, te levantarás y
subirás al lugar que HaShem tu Eloha escoja”

Según Rashí, “entre sangre y sangre” tiene que ver con dificultad para
determinar si la sangre que sale de una mujer es impura o pura, cf.
Levítico 15:19. “Entre veredicto y veredicto” tiene que ver con las
leyes que regulan los daños civiles y las transacciones económicas entre
los individuos, las leyes que regulan las faltas que incurren en
castigo corporal y las leyes que regulan en qué casos se aplica la pena
capital. “Entre afección y afección” tiene que ver con definiciones para
saber si una afección es de carácter impura o pura, cf. Levítico 13.
“Si
un caso es demasiado difícil para ti para que puedas juzgar…” – Aquí se
está hablando a los jueces de las diferentes ciudades de Israel. La
Torá fue escrita en primer lugar a los jueces en Israel. En casos de
conflicto, cuando los jueces menores no podían resolverlo, tendrían que
recurrir a instancias más altas, a las autoridades en Yerushalayim que
son los sacerdotes levitas y un juez principal.
17:9 “al juez que haya en esos días”
– Aquí habla de un solo juez para cada generación. Era el juez
principal. Más adelante, en 19:17, se habla de “los jueces que haya en
esos días”. Esto nos enseña que entre los jueces que hay, sólo uno es el
principal.
17:11
“Según los términos de la Torá que ellos te enseñen, y según la
sentencia que te declaren, así harás; no te apartarás a la derecha ni a
la izquierda de la palabra que ellos te declaren.”
– Esto nos enseña que parte de la observancia de la Torá es obedecer los decretos de los sabios.
No obstante, la sentencia que dicten las autoridades tiene que ser de
acuerdo a la Torá del Eterno. Según Rashí, hay que obedecerles aunque
digan que la derecha es izquierda o la izquierda derecha. Pero el Talmud
de Yerushalayim  dice todo lo contrario:
“Se
podía pensar que incluso si te dicen que la derecha es la izquierda o
que la izquierda es la derecha, aun así debes obedecerlos. (Para mostrar
que no es así) el versículo declara: “ni a la derecha ni a la
izquierda” (Deuteronomio 5:32; 28:14), (lo cual implica hasta)
que te digan que la derecha es derecha y la izquierda es izquierda.”
Esto
implica que si un juez se aparta de la Torá y te obliga a hacer algo
contra la Torá de Moshé o las enseñanzas del Juez supremo que ahora está
vivo durante todas las generaciones, Yahshúa HaMashíaj,
no tienes la obligación de obedecerle, como está escrito en Hechos 4:18-20; 5:29:
“Cuando
los llamaron, les ordenaron no hablar ni enseñar en el nombre de
Yahshúa. Mas respondiendo Kefa y Yohanán, les dijeron: Vosotros mismos
juzgad si es justo delante de Eloha obedecer a vosotros antes que a
Eloha; porque nosotros no podemos dejar de decir lo que hemos visto y
oído...
Debemos obedecer a Eloha antes que a los hombres.”
17:12
“Y el hombre que proceda con presunción, no escuchando al sacerdote que
está allí para servir a HaShem tu Eloha, ni al juez, ese hombre morirá;
así quitarás el mal de en medio de Israel.”

Es sumamente grande la autoridad delegada al Sanedrín en Yerushalayim,
con pena de muerte al que resiste la sentencia de esa corte suprema. La
corte suprema está puesto en lugar de Eloha, y el que resiste la
autoridad puesta por Él le resiste a Él mismo, lo cual es un grave
delito.
17:13 “Entonces todo el pueblo escuchará y temerá, y no volverá a proceder con presunción.”
– La sentencia de muerte sobre un rebelde sirve, no sólo para quitar el
mal de en medio de Israel, sino para producir respeto y temor reverente
al Eterno y a las autoridades puestas por Él.
En Mateo 28:18 está escrito:
“Y acercándose Yahshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.”
El
que resiste a Yahshúa está resistiendo a HaShem que le dio toda la
autoridad en el cielo y en la tierra. Es imposible respetar al Eterno
sin respetar al gobierno puesto por él. Es imposible ser fiel al Padre
sin ser fiel al Hijo, que ha sido puesto por el Padre sobre todo Su
Reino.
La idea de que una persona puede tener contacto directo con el Padre, sin pasar por el Hijo es una mentira religiosa.
El Hijo es el Camino al Padre. Nadie viene al Padre sino por él. No
existe un judaísmo que puede agradar plenamente al Padre sin reconocer a
Yahshúa como el Mesías de Israel. El que no se acerca al Padre por
medio de Yahshúa HaMashiaj no le es agradable, porque Él quiere que
todos honren al Hijo, como está escrito en el
Salmo 2:12:
“Besad
al Hijo para que no se enoje y perezcáis en el camino, pues puede
inflamarse de repente su ira. ¡Cuán dichosos son todos los que en él se
refugian!”
El Padre ha decretado que todos honren al Hijo, y el que obedece al Padre honra al Hijo. El que no honra al Hijo no agrada al Padre, Juan 5:23.
























Lunes

Segunda Aliyá, 17:14-20
17:14
“Cuando entres en la tierra que HaShem tu Eloha te da, y la poseas y
habites en ella, y digas: "Pondré un rey sobre mí, como todas las
naciones que me rodean"”
-
La Torá prevé que el pueblo iba a pedir un rey. La iniciativa de tener
un rey no vino de HaShem. Esta palabra se cumplió en 1 Samuel 8:5, donde
dice que el pueblo pidió un rey. El propósito con esta petición no fue
para cumplir la Torá, sino ser semejantes a todos los demás pueblos en
la tierra. Esto fue lo que entristeció al Eterno. HaShem también había
dicho a Avraham en
Génesis 17:6 que: “reyes saldrán de ti”, lo cual constituye también una base para que hubiera reyes en Israel.
17:15
“ciertamente pondrás sobre ti al rey que HaShem tu Eloha escoja, a uno
de entre tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un
extranjero que no sea hermano tuyo.”
– Esto nos enseña varias cosas importantes en cuanto al reinado en Israel:
1.      El rey tiene que ser escogido por HaShem – por medio de sus profetas.
2.      El rey está colocado en una posición sobre Israel.
3.
     El rey es puesto por el pueblo (la forma de gobierno que el Eterno
establece entre los hombres es tanto teocrático como democrático.
Tienen que haber una colaboración en el momento de la instalación de una
autoridad, entre el Eterno y el pueblo que va a ser dirigido por esa
autoridad.)
4.      El rey tiene que ser israelita de nacimiento, no puede ser extranjero.
17:16-17
“Además, no aumentará para sí muchos caballos, ni hará que el pueblo
vuelva a Egipto para tener muchos caballos, pues HaShem te ha dicho:
"Jamás volveréis por ese camino." Tampoco aumentará para sí muchas
mujeres, no sea que su corazón se desvíe; tampoco aumentará para sí
grandes cantidades de plata u oro.”
– El rey Shlomó pecó en estas tres áreas:
1.
     Tuvo muchos caballos e hizo que el pueblo volviera a Egipto, para
comprar caballos, cf. 1 Reyes 4:26. El Talmud dice que sólo puede poseer
los suficientes para sus carros, cf. 2 Samuel 8:4.
2.      Tuvo muchas mujeres que desviaron su corazón,   1 Reyes 11:3-4.
3.
     Tuvo mucha plata y oro, cf. 1 Rey 10:21, 27. El Talmud dice que
sólo puede poseer lo suficiente para adjudicar para su corte.
Por
pecar en estas tres áreas, HaShem le levantó tres enemigos, cf. 1 Reyes
11:14, 23, 26. Si el rey Shlomó hubiera hecho caso a la Torá, no
hubiera caído en pecado. Todas las caídas de los hombres desde Adam
hasta el último hombre, han sido, son y serán la consecuencia de no
haber hecho caso a los mandamientos del Eterno escritos en la Torá.
Un
Midrash cuenta que la yud de la palabra “yarbé”, “aumentará”, se
molestó con el rey Shlomó cuando transgredió estas prohibiciones de la
Torá, y voló ante el trono celestial y se quejó: “Shlomó me desarraigó
por transgredir las prohibiciones de acumular esposas, caballos y
riquezas. Ahora ha anulado estas mitsvot, eventualmente descarte toda la
Torá.” HaShem respondió a la yud: “No temas. Shlomó y miles como él
morirán, pero hasta tú, la más pequeña de las letras, jamás serás
desarraigada”.
Es
muy posible que este Midrash haya estado en la mente de nuestro Rebe
cuando pronunció estas palabras ante el pueblo, como están escritas en
Mateo 5:18:
“Porque
en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se
perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torá hasta que toda
se cumpla.”
17:18-19
“Y sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino,
escribirá para sí dos copias de esta Torá en un libro, en presencia de
los sacerdotes levitas. La tendrá consigo y la leerá todos los días de
su vida, para que aprenda a temer a HaShem su Eloha, observando
cuidadosamente todas las palabras de esta Torá y estos estatutos”

La Torá tenía que ser la base del reino. Por esto el rey tenía que
escribir un Sefer Torá para sí y leerlo todos los días. Según Rashí, la
expresión “mishné Torá”, que aparece en este versículo, significa que el
rey tenía que escribir dos rollos de la Torá, y tener uno en su cámara
de tesoro y otro que entra y sale con él. Los reyes judíos solían tener
un Sefer Torá en miniatura que colocaban sobre su brazo derecho, para
que los acompañara constantemente. De este mandamiento se ha legislado
que todo varón judío debe escribir un Sefer Torá, o bien pagar para que
un escriba lo haga.
17:20
“para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos y no se desvíe del
mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que prolongue
sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.”

– Una lectura diaria de la Torá produce temor de HaShem y humildad de
corazón para la observancia correcta de los mandamientos. ¿Cuál es el
antídoto para la falta de temor de HaShem que tenemos en la sociedad en
la que vivimos? La lectura de la Torá todos los días de la vida.























Martes

Tercera Aliyá, 18:1-5
18:4 “Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas.”
– La palabra hebrea que ha sido traducida como “primicias” es “reshít”
 que también es la primera palabra de la Torá, cf. Génesis 1:1.























Miércoles

Cuarta Aliyá, 18:6-13
18:5 “Porque HaShem tu Eloha le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté de pie y sirva en el nombre de HaShem, para siempre.” – Este texto nos enseña que el servicio sagrado se hace de pie.
18:6
“Y si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier parte de
Israel en que resida, y llega con todo el deseo de su alma al lugar que
HaShem escoja”

– Esta es la actitud que hay que tener para servir al Eterno
correctamente. El que no tienen esa actitud no puede hacerle un servicio
agradable. Ese deseo es como un fuego dentro del alma del siervo del
Eterno. El fuego en los sacrificios produce un olor fragante delante del
Eterno. Si no hay fuego en nuestras almas a la hora de servir al
Eterno, no somos agradables.
18:7 “él ministrará en el nombre de HaShem su Eloha, como todos sus hermanos levitas que están allí delante de HaShem.”
Servir en el Nombre significa tener autorización para hacerlo. El
levita tiene autoridad para servir delante del Eterno, lo mismo que el
profeta, cf. 18:19.
18:10-11
“No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el
fuego, ni quien practique adivinación, un pronosticador, un augur, o
hechicero, o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a
los muertos”

– Según Rashí, adivinar es coger su vara y hacer una pregunta como:
“¿Debo ir o no ir?”, cf. Oseas 4:12. Según los sabios, un pronosticador
se refiere a uno que hace trucos de magia. El texto hebreo dice: “que
toma los ojos”, que tiene el mismo significado que “que toma el pelo”,
es decir uno que engaña al público con trucos y artes mágicos. Según
Rashí, un augur es uno que actúa a base de que el pan cayó de su boca o
un venado cruzó su camino. Es un supersticioso. Un hechicero es uno que
practica la magia negra. Un encantador es uno que agrupa reptiles en un
lugar para practicar hechicería o adivinación. Un médium es uno que
piensa que el espíritu de un muerto habla por su axila, mediante
nigromancia, o uno que mete un hueso de un animal en la boca y el hueso
habla. Un espiritista es uno que consulta una calavera o una persona
muerta, o va a los cementerios para comunicarse son los espíritus de los
muertos. Todos estos ritos son hechos con espíritus inmundos. (Las
palabras españolas que son utilizadas en la traducción no coinciden
necesariamente con la explicación que se da aquí. Estas explicaciones
están hechas a base de las palabras hebreas, no las españolas.)
18:12
“Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable a HaShem; y por
causa de estas abominaciones HaShem tu Eloha expulsará a esas naciones
de delante de ti.”

– Cualquiera que practique el ocultismo se contamina espiritualmente y
luego psicológicamente y físicamente. El que practica el ocultismo es
abominable para el Eterno. La práctica del ocultismo fue la principal
razón por la que las siete naciones fueron destruidas y expulsadas de la
tierra de Kenáan.
Debemos tener cierto conocimiento de las prácticas ocultas para:
1.      Detectarlas en la sociedad y en las personas que nos rodean.
2.      Saber ayudar a los que desean ser libres de estos poderes malignos.
3.      Protegernos para no ser engañados pensando que esas cosas son lícitas para nosotros.
18:13 “Serás intachable delante de HaShem tu Eloha.” – Esto nos enseña que el que practica alguna de estas cosas nunca podrá llegar a la perfección espiritual.























Jueves

Quinta Aliyá, 18:14 – 19:13
18:14
“Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican
hechicería y a los adivinos, pero a ti HaShem tu Eloha no te lo ha
permitido.”

– El profeta como Moshé es presentado en contraste con los adivinos y
hechiceros de las naciones gentiles. Por un lado hay algo semejante
entre estas prácticas ocultas y el ministerio del Profeta. Pero por otro
lado es algo totalmente diferente. Se parecen en que están operando
desde una dimensión sobrenatural, espiritual. Y se diferencian en que
las fuentes de esos poderes o revelaciones son opuestas. Los adivinos
están bajo la influencia de hasatán y los malos espíritus. Los profetas
están bajo la influencia del Espíritu del Eterno. Los falsos profetas se
parecen a los verdaderos, pero su fuente de inspiración no es HaShem.
18:15 “Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará HaShem tu Eloha; a él oiréis.”
– El término español “profeta”, viene del latín “profeta”, (de origen
griego).“Pro-fethes” significa “hablar en vez de”, “ser portavoz de”;
“hablar ante alguien”, “hablar en voz alta”; (en gr. también significa
“predecir”). En el griego clásico significa “predicador”. El término
hebreo es “naví”, posiblemente de la raíz acadia “nb”, que significa
“llamar”, “convocar”. La forma hebrea es pasiva y significa “llamado”,
“convocado”. Aquí presentamos unos puntos que nos muestran cómo es el
llamado y el mensaje de los diferentes profetas que el Eterno levanta:
1.      El llamado del Naví
Su origen
                                                         I.      no humano,  . Amós 7:15; 2 Pedro 1:20-21
                                                        II.      divino,  Amós 2:11; Jeremías 23:21-22
                                                      III.       del Espíritu,   Números 11:29
Su autoridad
                                                         I.      sobre el sacerdote, por ejemplo Moshé
                                                        II.      sobre el rey, ej. Shmuel, cf. Amós 7:9
                                                      III.      sobre el pueblo
                                                      IV.      sobre las naciones
Su misión
                                                          I.      práctica
                                                         II.      oral, es la “boca”,  Éxodo 4:16; 7:1; Jeremías 1:9
                                                        III.      escritural
2.      El mensaje del Naví
El origen del mensaje – una llama divina
                                                            I.      luz – revelación
                                                          II.      calor – inspiración
La forma del mensaje
                                                            I.      verbal,   Jeremías 23:18b
1.      hablado, ej. Moshé, cf. Números 12:8
2.      cantado, ej. David
                                                           II.      visual, cf. Números 12:6; Jeremías 23:18a, ej. Zejariyá
3.      vivido
a.       representativamente - (acciones simbólicas), ej. Yejezkel
b.      personalmente, ej. Yona
c.       familiarmente, ej. Hoshea, Yeshayahu
El tiempo del mensaje
                                                            I.      pasado
                                                           II.      presente
                                                          III.      futuro



18:18-19
“Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis
palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. Y
sucederá que a cualquiera que no oiga las palabras que él ha de hablar
en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.”

– Los muchos profetas que han surgido en Israel han cumplido funciones
importantes. Todos ellos han cumplido parte de esta profecía, pero
ninguno ha estado a la par de Moshé. Por lo tanto tiene que haber uno
que se asemeja a Moshé en muchas áreas de su vida, para que haya un
cumplimiento pleno de esta escritura. Hay mucha similitud entre Yahshúa y
Moshé, desde su nacimiento hasta su muerte. La vida y ministerio de
Moshé constituye una sombra profética del mismo Mesías. El Mesías sería
como Moshé. Vamos a ver algunas cosas de la vida de Moshé que se
asemejan a la del Mesías Yahshúa:
1) Moshé nació en una situación de peligro y tenía que ser escondido.
En Éxodo 1:22; 2:3 está escrito:
“Entonces
Faraón ordenó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que nazca lo
echaréis al río... Entontes puso al niño en ella, y la colocó entre los
juncos a la orilla del río.”
Cuando
nació el niño, que más adelante llevaría el nombre de “Moshé”, había
una amenaza de muerte sobre él. El Faraón, rey de Egipto, había ordenado
que todos los niños varones de Israel fueran brutalmente asesinados,
con el fin de que el pueblo hebreo no se multiplicara más sobre la
tierra y para que los egipcios pudieran dominarlos. Por lo tanto, los
padres de este niño hermoso tenían que mantenerle escondido durante
varios meses para salvar su vida.
De
la misma manera, cuando el Mesías Yahshúa nació, hubo una amenaza de
muerte sobre él, cf. Mateo 2. El rey Herodes temía que el nuevo rey de
los judíos, que había nacido, llegara a quitarle de su puesto. Por eso
mandó matar a todos los niños de Bet-lejem. Yahshúa, al igual que Moshé,
se salvó “por los pelos”. Por la mano de Eloha tanto Moshé como Yahshúa
fueron salvados como niños de la mano de los reyes que querían
matarlos.


2) El nombre Moshé es una profecía mesiánica.
En Éxodo 2:10 está escrito:
“Y le puso por nombre Moshé, diciendo: Pues lo he sacado de las aguas.”

La
hija de Faraón puso el nombre “Moshé” sobre el niño. Ese nombre viene
de la palabra “mashá”, que significa: “sacar (del agua)”, “hacer salir”,
“extraer”, “salvar”. Moshé fue sacado de una muerte segura en el río,
cf. Hechos 7:21, y por eso llegó a ser un cuadro profético del Mesías.
Como Moshé fue sacado de la muerte en el río, el Mesías fue sacado de la
muerte en el lago de fuego, cf. Salmos 18; 69; 88; Zacarías 3:2.
3) Moshé no se aferró a su gloria sino se unió a un pueblo esclavizado.
En Éxodo 2:11 está escrito:
“Y aconteció en aquellos días, crecido ya Moshé, salió a sus hermanos...”
Según
he entendido, es posible que Moshé fuera el siguiente rey de Egipto,
puesto que eran los hijos de las hijas de los faraones que llegaron a
ser los sucesores del trono. A pesar de esta posición de gloria y
riqueza mundial, Moshé valoró su identidad hebrea más que todos los
privilegios de Egipto.
En Hebreos 11:24-27 está escrito:

“Por la fe Moshé, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la
hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Eloha,
que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando como
mayores riquezas el oprobio del Mesías que los tesoros de Egipto; porque
tenía su mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin
temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible.”
De
la misma manera como Moshé, Yahshúa cuando fue enviado al pueblo judío,
no reclamó la gloria que HaShem había destinado para él desde antes de
que el mundo existiera, cf. Juan 17:5. Cuando había crecido, en lugar de
aferrarse a la posición de gloria que le pertenecía y la semejanza de
Eloha que tenía, cf. Mateo 17:2, se vació de sí mismo y se presentó al
mundo como cualquier hombre,  Filipenses 2:6-7.
4) Moshé fue rechazado por su propio pueblo cuando vino la primera vez.
En Éxodo 2:14 está escrito:
“¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros?”
Esta
fue la primera vez que Moshé intentó llegar al corazón de sus hermanos.
Pero no le reconocieron. En esto encontramos un evento profético que
habla de lo que iba a pasar con el Mesías en su primera venida a su
pueblo, Juan 1:11.
Es
cierto que miles y miles le recibieron cuando vino. Es cierto que tres
mil le recibieron en el día de Shavuot (Pentecostés), cuando cayó la
Ruaj Ha-Kódesh (Espíritu de Santidad). Es cierto que más adelante la
Escritura dice que cinco mil le habían recibido en Yerushalayim. Es
cierto lo que dice Hechos 21:20 que hasta más de 30,000 en Yerushalayim
le habían recibido como el Mesías. Es cierto que los primeros 100,000
creyentes mesiánicos eran solamente judíos y es cierto que se calcula
que cerca del año 100 de la Era común, alrededor de 1,000,000 le habían
recibido como el Mesías prometido, el Mesías ben Yosef. Pero tristemente
la mayoría del pueblo de Israel no le recibió cuando vino, y él fue
rechazado por los líderes y jueces de la nación judía, que eran los
suyos. Por esto él les fue quitado durante mucho tiempo para luego ser
presentado otra vez con poder, igual que Moshé.
5) Moshé volvió a Israel después de mucho tiempo.

En Éxodo 2:23 está escrito:
“Y aconteció que pasado mucho tiempo...”
Aunque
Moshé estuvo lejos de su pueblo durante mucho tiempo, su corazón estaba
con ellos. Y a pesar de que pudo tener una familia propia, nunca se
sentía integrado en el pueblo y la cultura de su suegro Yitró. El primer
hijo que tuvo con su esposa Tsiporá fue llamado Guer-shom, que
significa “extranjero allí”. Moshé nunca se sentía como en casa con su
suegro. Su corazón estaba con los israelitas en Egipto. Después de
cuarenta años Moshé fue enviado de vuelta a Egipto para enfrentar al
Faraón y sacar a los hijos de Israel de su poder.
De
la misma manera el Mesías va a volver, después de mucho tiempo, a
Israel con la autoridad de HaShem para liberar definitivamente a los
hijos de Israel de la opresión del sistema del Nuevo Orden Mundial.
6) Moshé fue enviado para enfrentarse directamente con el Faraón y destruir su poder mágico.
En Éxodo 3:10 está escrito:
“Ahora pues, ven y te enviaré al Faraón...”
El
poder mágico de Egipto tenía el pueblo hebreo bajo esclavitud. La única
forma de liberar al pueblo era desafiar a los poderes de los dioses
falsos de Egipto. También el Faraón era adorado como un dios. Los dioses
egipcios habían sido creados con el fin de manipular al pueblo por
medio de ellos. Los magos que había en Egipto conocían los poderes
mágicos de los demonios. Moshé fue enviado para desafiar todo ese poder
demoníaco que estaba dominando el sistema mundial político de aquel
entonces.
De la misma manera el Mesías vino al mundo para deshacer las obras de hasatán, como está escrito en 1 Juan 3:8b:
“El Hijo de Eloha se manifestó con este propósito: para destruir las obras de hasatán.”
Cuando
Yahshúa murió, en la misma noche que el cordero pascual fue comido por
el pueblo de Israel, el poder de hasatán fue destruido para siempre,
como está escrito en
Hebreos 2:14-17:
“Así
que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente
participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder
de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, hasatán; y librar a
los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante
toda la vida. Porque ciertamente no toma a los ángeles, sino que toma a
la descendencia de Avraham. Por tanto, tenía que ser semejante a sus
hermanos en todo...”

7) Moshé fue enviado para liberar al pueblo de la esclavitud bajo el Faraón en Egipto.
En Éxodo 3:10 está escrito:
“Para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto.”
El
Faraón simboliza a hasatán. Egipto simboliza el mundo, y la esclavitud
de nuestros padres simboliza la esclavitud de los seres humanos bajo el
poder del pecado que mora en ellos.
Como
Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel del poder del
Faraón, así el Mesías vino para liberarnos del poder de hasatán.
Como
Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la tierra de
Egipto, así el Mesías vino para liberar a los hijos de Avraham del
sistema de este mundo.
Como
Moshé fue enviado para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud,
así el Mesías vino para liberarnos de la esclavitud del pecado, como
está escrito en la carta a los Romanos 6:5-7:
“Porque
si hemos sido unidos a él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo
seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que
nuestro viejo hombre fue colgado en un madero con él, para que nuestro
cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del
pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado.”
8) Moshé reveló el Nombre Santo del Padre al pueblo.
En Éxodo 3:16 está escrito:
“Ve y reúne a los ancianos de Israel, y diles: YHWH”
Cuando
Moshé recibió el llamado de ir al pueblo de sus padres, quiso saber el
Nombre de su Eloha. Los hijos de Israel conocían el Nombre del Santo,
bendito es, y al venir Moshé pronunciando su Nombre delante de ellos,
reconocieron que verdaderamente había conocido el Eloha de Avraham,
Yitsjak y Yaakov. Moshé fue encomendado pronunciar el Nombre delante del
pueblo, según está escrito en Shemot 3:15:
“Dijo
además Eloha a Moshé: Así dirás a los hijos de Israel: "YHWH, el Eloha
de vuestros padres, el Eloha de Avraham, el Eloha de Yitsjak y el Eloha
de Yaakov, me ha enviado a vosotros." Este es mi nombre para siempre, y
con él se hará memoria de mí de generación en generación.”
Moshé
fue ordenado pronunciar el Nombre delante de los hijos de Israel. Fue
enviado para que ellos conocieran verdaderamente el significado de ese
nombre, un significado maravilloso de liberación de la esclavitud, de
redención y de salvación.
De la misma manera vino Yahshúa en el Nombre de YHWH, como está escrito en Juan 12:13 (cf. Salmo 118:25-26):
“¡Hoshiana! (sálvanos por favor) Bendito el que viene en el NOMBRE de YHWH, el Rey de Israel.”
“He
manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste... Yo les he
dado a conocer tu Nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que
me amaste esté en ellos y yo en ellos.”
Es
posible que Yahshúa fue juzgado y condenado a muerte por el Sanedrín
precisamente por haber pronunciado el Nombre Sagrado delante de ellos.
Lo llamaban blasfemia, según está escrito en
Mateo 26:64-66:
“Yahshúa
les dijo... desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra
del Poder (por la reacción del sumo sacerdote entendemos que aquí
pronunció el Nombre, citando del Salmo 110:1), y viniendo sobre las
nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras,
diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? He
aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Ellos
respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!”

Según el Talmud, pronunciar el Nombre Sagrado fuera del templo es
considerado como blasfemia. Recordemos que en este punto no estamos de
acuerdo en el talmud, porque va en contra de las Sagradas Escrituras. El
nombre del bendito sea es sumamente importante para el plan de
salvación  como dice la Torah  
Romanos 10:13  y todo aquel que invocara el nombre del Eterno será salvo…
Como
Moshé vino a dar a conocer el Nombre de Eloha a Israel, así el Mesías
Yahshúa vino para dar a conocer el nombre de Su Padre a Israel.
9) Moshé hizo milagros extraordinarios.
En Éxodo 4:5 está escrito:
“Por esto creerán que se te ha aparecido HaShem...”

Moshé
fue enviado para hacer milagros extraordinarios. No hemos visto ningún
hombre en la tierra, hasta venir el Mesías Yahshúa, que haya podido
hacer milagros tan grandes como los que hizo Moshé. Hay rabinos que
dicen que Yirmeyahu (Jeremías) es el profeta prometido, que fue
levantado como Moshé, porque como a Moshé, el Eterno también le dijo a
Yirmeyahu que Sus palabras fueron puestas en su boca, cf. Jeremías 1:9.
Es cierto que Yirmeyahu hablaba la Palabra del Eterno, pero no hizo los
milagros que hizo Moshé. Por lo tanto él no podía haber sido el profeta
que el Eterno levantaría como Moshé.
No
cabe duda de que los milagros hechos por el Mesías Yahshúa,
documentados en los cuatro libros llamados Evangelios, constituyen una
evidencia de que él es el cumplimiento de la promesa de un profeta como
Moshé,
con la autoridad del Padre para hacer toda clase de milagros extraordinarios,
entre ellos abrir los ojos de los ciegos, limpiar a los leprosos,
restaurar a los paralíticos, expulsar a los demonios y levantar a los
muertos.

En Juan 15:24 está escrito:
“Si
yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no
tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y
también a mi Padre.”
Como
Moshé fue enviado a hacer milagros extraordinarios para enfrentar al
maligno y liberar al pueblo, así el Mesías Yahshúa vino con todo el
poder del cielo para destruir las obras de hasatán y liberar al pueblo
de Israel y al mundo entero, de las consecuencias de la esclavitud del
pecado.
  
10) Moshé habló las palabras de HaShem.
En Éxodo 4:12 está escrito:
“Yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar”

Moshé
fue el profeta número uno de Israel. No hay ninguno que haya escrito
tantas palabras de HaShem como él. Mediante su ministerio nos ha llegado
la revelación de la Torá de una forma maravillosa. Sin embargo, el
Mesías nos trajo la máxima revelación de la Torá de Eloha, como está
escrito en
Mateo 5:17-18:
“No
penséis que he venido para abolir la Torá o los profetas; no he venido
para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que
pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una
tilde de la Torá, hasta que toda se cumpla.”
La
palabra “Torá” se refiere en este contexto a los cinco libros de Moshé.
El Mesías no vino para anular nada de los escritos de Moshé, sino al
contrario, confirmarlos y explicarlos para que podamos cumplirlos
correctamente. La palabra
“cumplir” en este contexto se refiere a un término rabínico que tiene que ver con una aplicación correcta de los mandamientos. Cumplir no significa de ninguna manera terminar o acabar, sino llevar a su máxima aplicación práctica en la vida diaria.
Como
Moshé vino como profeta para darnos la Torá, la Palabra de Eloha, así
vino el Hijo de Eloha como el profeta de los profetas para hablarnos
definitivamente lo que había en el corazón del Padre cuando la Torá fue
dada, como está escrito en
Hebreos 1:1-2:
“Eloha,
habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas
maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha
hablado por su Hijo, a quién constituyó heredero de todas las cosas, por
medio de quien hizo también el universo.”

11) Moshé es llamado Eloha

En Éxodo 4:16  está escrito:
”Tú serás Eloha para él”
Moshé
es llamado Eloha en las Escrituras. Es exactamente la misma palabra que
es usada para el Creador en Génesis 1:1. Eloha es la palabra más
frecuente en las Escrituras para “Dios”  y es usada principalmente para
el Creador, pero también para los ángeles. En un par de ocasiones es
usada para hombres, en Éxodo 4:16; 7:1 (Moshé), y en Éxodo 22:8-9, donde
ha sido traducida como "jueces", refiriéndose a los jueces de Israel.
El título Eloha tiene que ver con poder, autoridad y juicio, y en este
caso vemos que el Padre delega su autoridad tanto a los ángeles como a
los hombres. De esta manera Moshé es llamado “Eloha”, por la autoridad
delegada que recibió.
En Éxodo 7:1 está escrito:
“Yo te he hecho Eloha para Faraón”
Como
Moshé ha recibido la autoridad delegada de funcionar en lugar de Eloha
en la tierra, así el Yahshúa ha recibido el derecho de ser llamado Eloha
y llevar el Nombre sobre todo Nombre, que es el Nombre del Padre – YHWH
– como está escrito en
Juan 1:1:
“Y  la Torah era Eloha (juez supremo)”

En Filipenses 2:9 está escrito:
“Eloha también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre"
El Nombre sobre todo nombre es la forma hebrea de YaHWeH.
YAH = Eterno presente “ Sere el que Sere”
SHUA = Salvacion, liberación y prosperidad.
YAHWEH  es  YAH-SHUA .
En Hebreos 1:8  está escrito:
“Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Eloha, es por los siglos de los siglos...”
Hay
muchas más áreas de la vida de Moshé que podríamos sacar como sombras
del Mesías, pero vamos a parar aquí recordando las palabras de Yahshúa
en
Juan 5:39, 46 donde dice:
“Examináis
las Escrituras, porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida
eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí... Porque si creyerais a
Moshé, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.”
18:20
“Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que
yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses,
ese profeta morirá.” – Si una persona pretende profetizar y, en ese afán
o arrebato emocional, diga una sola palabra que el Eterno no haya
dicho, es reo de muerte. La gravedad de este pecado es comparable a
un asesinato, idolatría, adulterio y blasfemia.
La profecía no es para jugar, ni para manipular ni para crear un
ambiente espiritual en las reuniones. Es fácil mezclar emocionalismo con
inspiración divina. Necesitamos el don de discernimiento de espíritus
para saber de dónde viene la inspiración de las profecías que se
pronuncian.
Los
sabios de Israel no han podido establecer un criterio sólido por medio
del cual se pueda evaluar una profecía en el momento que es pronunciada,
si es verdadera o falsa. La falsa profecía puede sonar igual que la
verdadera. A veces sólo puede ser evaluada por la intuición de otro
profeta.
Rashí
menciona tres tipos de personas que deben ser ejecutados por manos de
los hombres: el que profetiza lo que no escuchó de Eloha, el que
profetiza lo que no fue dicho a él, sino a su colega y el que profetiza
en nombre de ídolos. Pero el que suprime su profecía, el que viola las
palabras de un profeta o el que viola sus propias palabras proféticas,
morirá por mano del Cielo, como se declara: “Yo mismo lo reclamaré de él.”,   19.
18:21-22
“Y si dices en tu corazón: "¿Cómo conoceremos la palabra que HaShem no
ha hablado?" Cuando un profeta hable en el nombre de HaShem, si la cosa
no acontece ni se cumple, ésa es palabra que HaShem no ha hablado; con
arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.”

La Torá advierte que si las palabras proféticas no se cumplen, son
falsas. Esto es válido sólo para palabras que hablen del futuro o
pretenden revelar secretos. El tiempo mostrará si esas palabras fueron
falsas o verdaderas,  Jeremías 28. Las falsas profecías, por muy bonitas
que sean, producen que el pueblo confíe en la mentira y se revele
contra el plan de HaShem. Son contaminadas por un espíritu de mentira.
Además, hay profecías dadas por espíritus malignos que dicen la verdad,
pero son transmitidas con otro espíritu. Tenemos un ejemplo en Hechos
16:16.
19:8-9 “Y si HaShem tu Eloha ensancha tu territorio… entonces te añadirás tres ciudades más, además de estas tres.”
– Según Rashí, aquí se refiere a los territorios del keneo, kenizeo y
el kadmoneo, cf. Génesis 15:19, que luego fueron Amón, Edom y Moav. Por
lo tanto, cuando esta palabra se cumpla, habrá en total nueve ciudades
de refugio.

























Viernes (Inicio de Shabat 6pm)

Sexta Aliyá, 19:14 – 20:9
19:14
“No moverás los linderos de tu prójimo, fijados por los antepasados, en
la herencia que recibirás en la tierra que HaShem tu Eloha te da en
posesión.

– Esto se refiere a los linderos que fueron puestos en la tierra de
Israel durante su reparto entre las diferentes tribus y familias,
después de la conquista. Todavía hoy en día se puede ver esos linderos
en las montañas de Yehudá en las afueras de Yerushalayim. Esas piedras,
que forman fronteras entre las herencias repartidas por Yehoshúa, han
estado allí más de 3000 años.
Según
la interpretación alegórica, en el nivel remez, los linderos
representan los límites de la Torá que no se pueden mover. HaShem los
puso una vez por todas, y ni siquiera el Mesías Yahshúa movió esos
límites. Sólo derrumbó algunas cercas que se habían puesto alrededor de
la Torá, especialmente las cercas que prohibían todo contacto con los
gentiles “Goyim” idolatras , paganos, de las naciones,  1 de Corintios
12:2.
19:18-20
“Y los jueces investigarán minuciosamente; y si el testigo es un
testigo falso y ha acusado a su hermano falsamente, entonces le haréis a
él lo que él intentaba hacer a su hermano. Así quitarás el mal de en
medio de ti. Los demás oirán y temerán, y nunca más volverán a hacer una
maldad semejante en medio de ti.”

– Vemos aquí la gravedad del falso testimonio y la mentira. La
intención de la persona que testifica falsamente es vista en el cielo
como un crimen y tienen que ser juzgada para que el pueblo tema y no
vuelvan a hacer una maldad semejante.
20:2 “Y sucederá que cuando os acerquéis a la batalla, el sacerdote se llegará y hablará al pueblo”
– Las guerras en Israel son de carácter espiritual. Si hay falta de
confianza en el Eterno entre los soldados del ejército, no podrán hacer
frente a sus enemigos. Por eso el sacerdote tiene un papel importante
para animar y edificar la fe de los soldados.

20:5 “Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: "¿Quién es el
hombre que ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado? Que salga y
regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro la estrene.”
– Los oficiales tienen aquí la función de tratar casos de carácter social. Las tres cosas mencionadas, una casa, una viña y una esposa,
representan los momentos más felices de la vida natural del hombre.
Para que un soldado israelita no pierda la oportunidad de disfrutar de
estos momentos, no podrá hacer su servicio militar mientras esté
involucrado en uno de ellos. Además su corazón estará dividido y
entonces no podrá entregarse totalmente a la batalla.
Estas tres cosas aparecen aquí en el orden natural. Primero el hombre debe tener casa y trabajo, y luego es apto para casarse. Cuando el hombre fue creado, HaShem le dio primero una casa, el huerto, luego un trabajo, la jardinería y después una mujer. Si vienen maldiciones sobre una persona, primero es tocada la relación con la mujer, luego la casa y finalmente la vida laboral, Deuteronomio 28:30. Maimónides dice en su libro Mishné Torá:
“Es
costumbre de personas sensatas que el hombre asegure primero un trabajo
que lo alimente, luego construya una casa y finalmente despose a una
mujer, como está dicho: “
haber plantado una viña, construido una casa y luego desposado a una mujer”.
La novia es presentada en las Escrituras con estos tres términos, casa, viña y mujer.
20:8
“Entonces los oficiales hablarán otra vez al pueblo, y dirán: "¿Quién
es hombre medroso y de corazón apocado? Que salga y regrese a su casa
para que no haga desfallecer el corazón de sus hermanos como el corazón
suyo."”

– Las guerras de Israel son guerras de fe en el Eterno, y la fe no cabe
en una persona que tiene miedo. El temor es lo contrario a la
confianza. Por eso los miedosos no podían ser parte del ejército de
Israel para que su incredulidad no dañara la fe de sus compañeros.
20:9 “Y sucederá que cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, nombrarán capitanes de tropas a la cabeza del pueblo.”
– Los capitanes son los dirigentes de la guerra. El sacerdote, v. 2,
representa la vida religiosa, los oficiales, v. 5, representan la vida
social, y los capitanes representan la defensa.
Hay tres tipos de guerras en Israel:
1.      La guerra de mitsvá – contra las siete naciones y Amalek, ordenada por el Eterno.
2.      La guerra de defensa nacional – contra los enemigos que vienen a atacarnos.
3.      La guerra ha-reshut – contra otras naciones para ensanchar el territorio de Israel.
La última tenía que tener el consentimiento del Gran Sanedrín, mientras que las primeras dos podían ser iniciadas por el rey.























Shabat

Séptima Aliyá 20:10 – 21:9
20:18
“para que ellos no os enseñen a imitar todas las abominaciones que
ellos han hecho con sus dioses y no pequéis contra HaShem vuestro Eloha”

– Esta es razón por la que había que destruir las siete naciones de la
tierra. Su idolatría había llegado a tal nivel de contaminación que era
necesario tomar estas medidas tan radicales para erradicarlas de entre
los hombres. La razón de estas guerras no es el odio, ni el racismo ni
el celo religioso, sino la misma supervivencia del pueblo de Israel y
las demás naciones.
21:1
 “Si en la tierra que HaShem tu Eloha te da para que la poseas, fuera
encontrado alguien asesinado, tendido en el campo, y no se sabe quién lo
mató”

– Aquí vemos la importancia que HaShem da al derramamiento de sangre
inocente. Un asesinato es algo muy grave. La noticia de la muerte de una
sola persona, de forma violenta, debe estremecer nuestras almas. El
proceso judicial para este tipo de caso, es ordenado para que esa sangre
no traiga maldición sobre la tierra y el pueblo. Si hay algo que trae
maldición sobre un pueblo y sobre una tierra, es el derramamiento de
sangre inocente. Para HaShem es muy grave, y por lo tanto, también lo es
para nosotros.
21:2  “entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del muerto.” – Según Rashí, aquí la expresión “tus ancianos” se refiere al Gran Sanedrín en Yerushalayim.
21:8
“"Perdona a tu pueblo Israel, al cual has redimido, oh HaShem, y no
imputes la sangre inocente a tu pueblo Israel." Y la culpa de la sangre
les será perdonada.”

– Esto nos enseña que existe una culpa colectiva. Aquí se está pidiendo
perdón por el pecado colectivo del pueblo cuando una persona ha
cometido este crimen terrible. Los ancianos y los levitas representan al
pueblo entero y, como tal, pueden pedir perdón por este pecado en
nombre del pueblo, para que no vengan las consecuencias de este pecado
sobre todos. La culpa es perdonada, cuando no se sabe quién es el
causante de la muerte, al hacer una declaración de reconocimiento del
crimen y de inocencia de los líderes, junto con el sacrificio de una
novilla joven que es matada en un lugar que no ha sido sembrado o
trabajado por el hombre. El animal inocente tiene que morir en lugar del
culpable para que HaShem no derrame la ira sobre la nación.
En Génesis 9:5 está escrito:
“Y
ciertamente pediré cuenta de la sangre de vuestras vidas; de todo
animal la demandaré. Y de todo hombre, del hermano de todo hombre
demandaré la vida del hombre.”
Los
animales pueden representar a los hombres y morir en lugar de ellos
para que haya perdón. Pero estos animales no pueden sustituir
verdaderamente a los hombres, son sólo sombras del “hermano de todo
hombre” que tenía que morir en lugar de nosotros para que hubiera eterno
perdón de los pecados.
¡Bendito sea el Eterno por ese hermano!
En esta Parashá se encuentran los mandamientos 491 – 531 de los 613:
491. Precepto de nombrar jueces y oficiales en cada comunidad judía, Deuteronomio 16:18.
492. Precepto de obedecer siempre al Sanhedrín, Deuteronomio 17:10.
493. Precepto de designar un rey sobre Israel, Deuteronomio 17:15.
494. Precepto para el rey de escribir un Rollo de la Torá (Séfer Torá) para sí mismo, más que otros judíos, Deuteronomio 17:18.
495. Precepto de dar al kohén la ante pierna, la quijada y el estómago de una ofrenda, Deuteronomio 18:3.
496. Precepto de separar la terumá guedolá, Deuteronomio 18:4.
497. Precepto de dar al kohén lo primero de la lana, Deuteronomio 18:4.
498. Precepto para los kohanim de oficiar en el Santuario por turnos, y juntos durante las festividades, Deuteronomio 18:6-8.
499. Precepto de escuchar a cualquier profeta que no cambie los preceptos de la Torá, Deuteronomio 18:15.
500. Precepto de designar seis ciudades de refugio, Deuteronomio 19:3.
501.
Precepto de hacer a los testigos conspiradores (edim zomemim) conforme
habían conspirado hacer contra otra persona, Deuteronomio 19:19.
502. Precepto de ungir a un kohén para la guerra, Deuteronomio 20:5-7.
503. Precepto de actuar en una guerra opcional conforme la Torá estipula, Deuteronomio 20:10.
504. Precepto de desnucar a una becerra en un valle escabroso, Deuteronomio 21:4.
505. Prohibición de plantar árboles en el Santuario, Deuteronomio 16:21.
506. Prohibición de erigir un pilar para idolatría, Deuteronomio 16:22.
507. Prohibición de ofrecer un animal con un defecto temporal, Deuteronomio 17:1.
508. Prohibición de desobedecer al Sanhedrín, Deuteronomio 17:11.
509. Prohibición de designar un rey que no sea judío, Deuteronomio 17:15.
510. Prohibición para el rey de adquirir demasiados caballos, Deuteronomio 17:16.
511. Prohibición de habitar jamás en Egipto, Deuteronomio 17:16.
512. Prohibición para el rey de tener demasiadas esposas, Deuteronomio 17:17.
513. Prohibición para el rey de amasar demasiado oro y plata, sino sólo lo que necesita, Deuteronomio 17:17.
514. Prohibición para los leviím de tener patrimonio territorial en la Tierra de Israel, Deuteronomio 18:1.
515. Prohibición para la tribu de Leví de tomar del botín cuando se conquista la Tierra de Israel, Deuteronomio 18:1.
516. Prohibición de practicar adivinación, Deuteronomio 18:10.
517. Prohibición de practicar hechicería, Deuteronomio 18:10.
518. Prohibición de contratar hechiceros, Deuteronomio 18:10-11.
519. Prohibición de consulta a un espiritista de Ov, Deuteronomio 18:10-11.
520. Prohibición de consulta a un espiritista de Yidoní, Deuteronomio 18:10-11.
521. Prohibición de consultar a un muerto, Deuteronomio 18:10-11.
522. Prohibición de profetizar en falso, Deuteronomio 18:20.
523. Prohibición de profetizar en nombre de un ídolo, Deuteronomio 18:20.
524. Prohibición de abstenerse de matar a un falso profeta y tenerle miedo, Deuteronomio 18:22.
525. Prohibición de alterar los lindes entre nuestra propiedad y la ajena, Deuteronomio 19:14.
526. Prohibición de juzgar con un solo testigo, Deuteronomio 19:15.

527. Prohibición de apiadarse de una persona que causa daños monetarios, Deuteronomio 19:21.
528. Prohibición de temer al enemigo en la batalla, Deuteronomio 20:1.
529. Prohibición de dejar vivos a los habitantes de Kenáan, Deuteronomio 20:16.
530. Prohibición de cortar los árboles de una ciudad cuando se le hace la guerra, Deuteronomio 20:19.
531. Prohibición de arar o plantar en el valle escabroso donde la becerra fue desnucada, Deuteronomio 21:4.
Shabat Shalom




























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