viernes, 16 de septiembre de 2016

Poblamiento de América - Wikipedia, la enciclopedia libre

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El estrecho de Bering separa América de Asia. La teoría más aceptada indica que por allí entraron los primeros hombres que llegaron a América.
El poblamiento de América es el proceso por el cual se diseminó la especie humana en el continente americano. Los científicos no tienen dudas de que los seres humanos no son originarios de América y está claro que fue poblada por humanos provenientes de otra parte. La evidencia paleoantropológica apoya la hipótesis de que los primeros pobladores llegaron a América procedentes de Siberia, en el extremo noreste de Asia.


Desde el punto de vista de la teoría del poblamiento tardío, los paleoamericanos entraron al continente durante la última glaciación, que permitió el paso hacia el Nuevo Mundo a través de Beringia. Este evento ocurrió entre 14.000 y 13.000 años a.C. Por otro lado, la teoría del poblamiento temprano dice que los humanos llegaron a América mucho antes, basados en el descubrimiento de restos cuya datación por carbono 14 da una antigüedad mayor de 14.000 años a.C. A la investigación paleoantropológica se suma la información producida por la genética, que ha servido para reforzar algunas conjeturas sobre el origen de los americanos.


En general, se considera que la mayor parte de los indígenas
americanos son descendientes de un grupo único proveniente del noreste o
el oriente de Asia. Los pueblos de habla na-dené son descendientes de una segunda ola migratoria que se estableció en el norte de América, mientras que los esquimales llegaron al continente en el flujo migratorio más reciente.1
Después de que los paleoamericanos entrasen al continente, el paso de
Beringia fue cubierto nuevamente por el mar, de modo que quedaron
prácticamente aislados del resto de la humanidad. Salvo la
ininterrumpida comunicación entre esquimales y paleoesquimales de Alaska y Siberia y el caso de una breve colonización vikinga
en la costa de Canadá y Groenlandia, no hay pruebas contundentes que
respalden un contacto transoceánico entre la América precolombina y el
resto del mundo.


Después del contacto colombino se plantearon algunas conjeturas para
explicar el origen de los indígenas americanos, por ejemplo, mediante el
mito de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel.
El avance de la investigación científica permitió demostrar que no
había relación material entre el origen de los amerindios y esas
creencias, por lo que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas.



Índice

Evolución de las hipótesis

Relatos indígenas

Desde antes de 1492 las culturas aborígenes de las Américas construyeron tanto mitos de origen, como relatos de migraciones2
y acontecimientos históricos, diferentes entre una y otra cultura. Las
culturas mesoamericanas consideraban que la presencia humana en el
continente americano era muy anterior al que suponían los europeos. La
civilización Maya tenía registros históricos escritos al menos desde agosto de 3114 a. C.3 Otras culturas, como la zapoteca, tenía registros escritos de hechos históricos que se remontaban al año 500 a. C. Por mucho tiempo, sin embargo se dejó de tener acceso a esos conocimientos de las civilizaciones mesoamericanas y se ignoró la existencia de estos registros hasta el siglo XX.


Polémica europea

Los europeos intentaron buscar explicaciones para el origen de los seres humanos con los que se estaban encontrando. Alejo Venegas opinó que provenían de navegantes cartagineses. Agustín de Zárate consideró que los indígenas podían haber llegado pasando por la Atlántida, antes de que se hundiera según los relatos de Platón.4
Sin embargo, la mayoría de las primeras explicaciones fueron
religiosas, por ejemplo varios autores europeos pensaron que los
pobladores de América provenían de las tribus perdidas de Israel.3


El sacerdote Miguel Cabello Valboa, malagueño, consideró que los aborígenes americanos descendían del patriarca Ofir (Génesis 10:29) e identificó América con el reino de ese nombre, rico en oro, mencionado en la Biblia (1Reyes 9:28).5 La idea de situar Ofir en las Antillas fue sugerida por Cristobal Colón,6 apareció como nota la margen en la edición de 1540 de Robert Estienne de la Biblia y fue expuesta, entre otros, por Pedro Mártir de Anglería en 1526.7 La identificación de Ofir con el Perú fue sustentada por el teólogo español Benito Arias Montano en 15728 y por el erudito Johannes Goropius Becanus en 1580.9


El naturalista José de Acosta, sacerdote jesuita,
fue el primero en abordar científicamente el poblamiento de América a
partir de los descubrimientos geográficos que indicaban que la distancia
entre Asia y América por el norte es pequeña y los dos continentes
están separados apenas por un brazo de mar. Acosta descartó
explícitamente la hipótesis sobre el paso por el continente perdido de
la Atlántida y añadió además que las tierras desconocidas donde según el Apocalipsis de Esdras fueron llevadas las tribus cautivas de Israel, "no tienen mayor relación con América que la encantada y fabulosa Atlántida".10 Acosta demostró que no solamente seres humanos transitaron entre los dos continentes, sino también varias especies animales.


Continuando con una visión científica Fray Gregorio García,
hizo una detallada exposición de las diferentes hipótesis conocidas
sobre el poblamiento de América, por tierra o por mar. Para él, los
indígenas provenían de Asia, de China o Tartaria, dadas las semejanzas físicas entre los habitantes de unos y otro continente.11


En contraste, en 1650, James Ussher estableció, basado en la Biblia, que las tribus perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea sostuvo que América había sido poblada alrededor del año 500 a. C. También tratando de apoyarse en la Biblia, el sacerdote sevillano
Diego Andrés Rocha, que vivió desde niño en el Perú, expuso la teoría
según la cual el continente americano fue poblado por descendientes de
Túbal (hijo de Jafet, Génesis 10:2-5),
una parte de los cuales habría poblado España, otra parte la Atlántida y
la otra a través de esa hipotética isla, antes de que se hundiera,
habría llegado a América. Rocha complementó su teoría con la comparación
entre los conquistadores españoles y Moisés.12


Charles Abbott

En 1876, Charles Abbott, un médico norteamericano, encontró unas herramientas de piedra en su granja de Delaware.
Debido a las características toscas de los instrumentos, pensó que
podrían pertenecer a los antepasados remotos de las culturas indígenas
modernas. Debido a ello, consultó con un geólogo de Harvard,
quien estimó en 10.000 años de antigüedad la grava que se encontraba
alrededor del hallazgo. Abbott sostuvo entonces que se trataba de un
asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles de años más antiguo de lo que establecían las teorías bíblicas dominantes.


La teoría de Abbott fue rechazada por las jerarquías cristianas
por oponerse a la Biblia y por la comunidad científica organizada por
el Instituto Smithsoniano por no cumplir con los estándares científicos
que exigía. Entre los científicos que rechazaron la hipótesis de Abbott
se encontraban Aleš Hrdlička y William Henry Holmes. En la actualidad se ha comprobado que Abbott tenía razón en muchas de sus hipótesis y la granja ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.


El descubrimiento del yacimiento de Folsom

En 1908, George McJunkin encontró unos enormes huesos en un barranco de la aldea Folsom, Nuevo México. McJunkin, un esclavo liberado por la Guerra Civil estadounidense,
era geólogo, astrónomo, naturalista e historiador aficionado y durante
años intentó llamar la atención de los vecinos de Folsom sobre la
probable antigüedad de los huesos.13 En 1926, cuatro años después de la muerte de McJunkin, el director del Museo de Historia Natural de Colorado, Jesse D. Figgins,
se enteró del lugar y descubrió varias puntas de flecha de un estilo
muy refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros
yacimientos. Una de ellas estaba incrustada en la tierra que rodeaba al
hueso de un ejemplar de bisonte extinto miles de años atrás.13


Figgins llevó las puntas de lanza a Washington DC para enseñárselas a Aleš Hrdlička, en el Instituto Smithsoniano,
quien si bien lo trató cortésmente y le sugirió una serie de reglas
metódicas para el caso de nuevos descubrimientos, se mantuvo sumamente
escéptico y consideró hasta el fin de su vida que Folsom no constituía
una prueba concluyente de que América hubiera estado poblada durante el
Pleistoceno.14


En agosto de 1927, el equipo de Figgins encontró una punta de lanza ubicada entre dos costillas de bisonte.
Figgins envió un telegrama y tres científicos viajaron para ser
testigos del hecho, e informar de la seriedad del hallazgo. En ese
momento, la comunidad científica norteamericana comenzó a aceptar la
importancia del yacimiento de Folsom.15 Han sido datados en 10.285 años a.P.16 17


El descubrimiento de la cultura Clovis


La típica punta Clovis.
En 1929,
Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años que venía siguiendo las
investigaciones que se estaban realizando en la cercana localidad de
Folsom, escribió una carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de
huesos que había encontrado en la aldea de Clovis, Nuevo México. En 1932, una excavación realizada por un equipo dirigido por Edgar Billings Howard, de la Universidad de Pensilvania,
confirmó que se trataba de un asentamiento indígena durante el
Pleistoceno y verificó el tipo especial de punta de flecha que sería
conocida como «punta Clovis». Al ser descubierta la datación por carbono 14, en 1949, el método fue aplicado en los yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades que oscilaban entre el año 12.900 AP y 13.500 AP.18 La datación por radiocarbono fue establecida en 11.500 a 10.900 años antes del presente y revisada luego a 11.050 a 10.800 AP.19


Desde la década de 1930
y, sobre todo, desde la confirmación de las fechas por el método del
carbono 14, la comunidad científica norteamericana organizada alrededor
del Instituto Smithsoniano aceptó que la Cultura Clovis
era la más antigua de América y que estaba directamente relacionada con
la llegada de los primeros hombres. Esto se conoció como Consenso Clovis y tuvo gran aceptación mundial hasta fines del siglo XX. El Consenso Clovis fue la base de la teoría del poblamiento tardío de América.


Hrdlička y la teoría del ingreso desde Siberia cruzando el estrecho de Bering


Joven inuit de la Beringia moderna.
En 1937, Aleš Hrdlička, retomando un argumento de Samuel Haven,20 sostuvo que el ser humano había ingresado a América por Alaska, proveniente de Siberia, Asia,
cruzando el estrecho de Bering. Algunas publicaciones le atribuyen
erróneamente a Hrdlička haber postulado la teoría más moderna, aquella
que señala que el hombre cruzó caminando por una zona llamada Puente de Beringia formado a raíz del descenso del nivel de las aguas del Estrecho de Bering, durante el último período glacial.


Si bien Hrdlička nunca se pronunció expresamente sobre la fecha de
llegada del hombre al continente americano, rechazó sistemáticamente las
pruebas que proponían la existencia de paleoindios y sostenía que, a diferencia de Europa, no existían rastros en América que permitieran hablar de presencia humana durante el Pleistoceno
(1,8 millones de años adP - 10.000 años adP), en tiempos de la última
glaciación. De hecho, Hrdlička consentía la creencia del Instituto
Smithsoniano, representada por William Henry Holmes,
que sostenía que los primeros habitantes de América habían ingresado en
un pasado reciente, imprecisamente estimada en unos pocos siglos.


Teoría del poblamiento por el Puente de Bering, el corredor libre de hielo y el Consenso Clovis


Evolución del Puente de Beringia.

Ruta del poblamiento de América según el Consenso de Clovis.
Se encuentra plenamente probado que durante la última glaciación, la Glaciación de Würm o Wisconsin,
la concentración de hielo en los continentes hizo descender el nivel de
los océanos en unos 120 metros. Este descenso hizo que en varios puntos
del planeta se crearan conexiones terrestres, como por ejemplo Australia-Tasmania con Nueva Guinea; Filipinas e Indonesia; Japón y Corea.


Uno de esos lugares fue Beringia,
nombre que recibe la región que comparten Asia y América, en la zona en
que ambos continentes están en contacto. Debido a que el Estrecho de Bering,
que separa Asia de América, tiene una profundidad de entre 30 y 50
metros, el descenso de las aguas dejó al descubierto un amplio
territorio que alcanzó 1500 kilómetros de ancho uniendo las tierras de
Siberia y Alaska, hace aproximadamente 40.000 años.


"Existía en ese entonces un puente terrestre entre Asia y Alaska,
que apareció cuando los glaciares del último período glaciar estaban en
su máximo, aprisionando millones de kilómetros de precipitación que
normalmente habrían ido a los océanos. La falta de esa agua redujo el
nivel del mar de Bering más de 90 metros, bastantes para convertir los bajos del estrecho en un puente de tierra que unía los dos continentes".


Su primera formación sucedió aproximadamente 40.000 años AP
manteniéndose unos 4.000 años. Su segunda formación se produjo
aproximadamente 25.000 años AP permaneciendo hasta aproximadamente
11.000-10.500 AP (Scott A. Elias21
), cuando volvieron a subir las aguas al final de la glaciación,
inundando gran parte del territorio y separando Asia de América por el
Estrecho de Bering.


El dato más importante para establecer una teoría migratoria durante la última glaciación es el hecho de que Canadá
estaba completamente cubierta de hielo durante la última glaciación,
invadida por dos gigantescas placas: la Placa de Hielo Laurentina y la
Placa de Hielo de la Cordillera. Esto hacía imposible la entrada al
continente más allá de Beringia.


Apareció entonces la teoría del «corredor libre de hielo» (ice-free corridor,
en inglés). Según esta teoría, en los instantes finales de la última
glaciación, comenzaron a derretirse los bordes en contacto de las dos
grandes placas de hielo que cubrían Canadá, abriendo un corredor libre de hielo de unos 25 km de ancho, que seguía, primero el valle del río Yukón y luego el borde este de las Montañas Rocallosas por el corredor del río Mackenzie.22 Los científicos que sostienen la teoría estiman que esto ocurrió en el 14.000 años AP,23
aunque otros cuestionan la fecha y afirman que no pudo haber sucedido
hasta 11.000 años AP, invalidando así la posibilidad que quienes
originaron las culturas de Folsom y Clovis usaran esa ruta, ya que estas
ya existían en esta última fecha.22
Una vez abierto el corredor, los seres humanos que estaban en Beringia
pudieron avanzar hacia el interior de América y dirigirse al sur. La
teoría ha sido ampliamente aceptada como parte integrante del Consenso de Clovis, pero no hay evidencias directas que prueben el paso de seres humanos por ese corredor.23


El primero en proponer la posibilidad de ese corredor fue el geólogo canadiense W.A. Johnston en 1933, y quien acuñó el término «corredor libre de hielo» fue Ernst Antevs, en 1935.24
A partir de esos datos cronológicos, se desarrolló entonces una teoría
migratoria sosteniendo que las tribus asiáticas que habían penetrado en
Beringia, permanecieron allí varios miles de años hasta que, poco antes
de finalizar la última glaciación (10.000 AP) y de que el Puente de
Beringia se inundara, se formara un estrecho corredor libre de hielo que
les permitió dirigirse al sur.


Esta teoría se articuló con los descubrimientos de la cultura Clovis que databan del año 13.500 AP
para concluir que había sido integrada por los primeros migrantes que
ingresaron por el Puente de Beringia, de la que a su vez habrían
descendido todas las demás culturas indoamericanas. El primero en
componer un posible modelo migratorio de asiáticos hacia América a
través de Beringia fue Caleb Vance Haynes en un artículo publicado en la revista Science en 1964.25 Esta explicación, conocida actualmente como teoría del poblamiento tardío o «consenso Clovis», fue aceptada en forma generalizada durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX.


Más recientemente se ha fortalecido la posibilidad de que los
pobladores de América provenientes de Beringia utilizaran una ruta
alternativa hacia el sur bordeando la costa.26
Debido al descenso del nivel del océano esa posible ruta se encontraba
al oeste de la actual costa norteamericana y en el presente está
cubierta por las aguas del océano Pacífico,
complicando los estudios arqueológicos. En un reciente estudio
submarino se encontró una herramienta de piedra de una antigüedad de
10.000 años AP a una profundidad de 53 metros.27


La crisis del Consenso Clovis

A partir de las últimas décadas del siglo XX, las teorías combinadas
que constituyen el consenso de los clovis o teoría del poblamiento
tardío —antigüedad, lugar de ingreso, rutas migratorias, etc.— entraron
en crisis. En primer lugar, se ha cuestionado la antigüedad de la
llegada del hombre a América. La postura Clovis first sostiene que la misma no pudo ser mayor a 14000 AP y que clovis
fue la primera cultura americana. Esta postura es congruente con las
glaciaciones periódicas, pues antes de esa época, Canadá estaba cubierto
por hielo y era imposible toda circulación desde el puente de Beringia hacia el sur.


Aunque cada vez existen más evidencias incontrastables de presencia
humana en América anterior a 14.000 AP, la mayor parte de ellas habían
sido descartadas por la comunidad científica
y por los defensores de la teoría del poblamiento tardío, al considerar
«inconsistentes» los hallazgos, o argumentando contaminación de los
yacimientos por factores extrahumanos –como en el caso de los
descubrimientos de Lorena Mirambell en Tlapacoya (México) o Niède Guidon en Pedra Furada (Brasil)–.


Sin embargo, en contraste con la encontrada en estos yacimientos
arqueológicos mencionados anteriormente, la evidencia descubierta en el
yacimiento de Monte Verde (Chile) por Tom Dillehay actualmente es incontrovertible, al ser fechado oficialmente uno de los yacimientos investigados en 14.800 años adP (Monte Verde I).28 Esta fecha fue aceptada por la comunidad científica en 1997,
cuando Monte Verde fue visitado por una delegación de los más
importantes investigadores del mundo, entre los que se encontraba Calbot Vance Haynes,
el más importante defensor de la teoría del poblamiento tardío. La
delegación concluyó, aunque con algunas reticencias, que Monte Verde I
es real. Por su antigüedad mayor al año tope del consenso Clovis, su
ubicación en el otro extremo del continente, y la ausencia de
similitudes con la cultura Clovis, el reconocimiento generalizado de
Monte Verde ha supuesto el fin de la teoría del poblamiento tardío como
teoría hegemónica en la arqueología del poblamiento de América y ha
demostrado la verosimilitud de la datación del yacimiento nortemaricano
de Meadowcroft Rockshelter de más de 16 mil años.


Por otra parte, una investigación de la Universidad de Copenhague
publicada en 2016, sugiere que el llamado corredor libre de hielo se
convirtió en habitable por los humanos sólo hace 12.600 años, esto es
casi 1.000 años después de la formación de la cultura Clovis, lo que
significa que los primeros americanos no pudieron penetrar al continente
desde Alaska por el corredor libre de hielo canadiense, sino que tanto
los grupos que desarrollaron la cultura Clovis, como también las
culturas pre-Clovis, tomaron la ruta costera del Pacífico.29 30


Simultáneamente, se han producido otros hallazgos arqueológicos,
genéticos, lingüísticos y geológicos que han abierto múltiples teorías y
complejas combinaciones sobre el verdadero origen, momento de llegada y
rutas seguidas para el poblamiento de América.


Nuevas teorías, nuevos hallazgos y nuevos estudios

El actual debate sobre la llegada del hombre a América se caracteriza
por el apasionamiento que muestran los científicos, la variedad de
teorías y subteorías, los resultados contradictorios, la cantidad de
estudios y contra estudios y titulares llamativos en los periódicos.
Para el público en general se trata de un cuadro de gran confusión.


Las investigaciones genéticas

Desde la década de 1980, la investigación genética del investigador Goicoche Mendez
ha ido ocupando un papel cada vez más destacado en las ciencias
sociales y, en particular, en las investigaciones sobre población y
ascendencias, disciplina que lleva el nombre de arqueología o antropología genética. Los genetistas utilizan el ADN mitocondrial (ADNmt) para seguir el linaje femenino y el cromosoma Y (ADN-Y) para seguir el linaje masculino.



Flechas prehistóricas amerindias, conservadas en Washington.
  • En 1981, se estableció el mapa del ADN mitocondrial y, en 1990, Douglas C. Wallace determinó que el 96,9% de los indígenas de América estaban agrupados en cuatro haplogrupos mitocondriales (A, B, C, y D), lo que significa una notable homogeneidad genética.31
  • En 1994, James Neel
    y Douglas C. Wallace establecieron un método para calcular la velocidad
    con que cambia el ADN mitocondrial. Ese método permitió fechar el
    origen del Homo sapiens, la famosa Eva mitocondrial, entre 100.000 y 200.000 años AP32 y la salida de África
    entre 75.000 y 85.000 años atrás. Aplicando este método, Neel y Wallace
    estimaron en 1994 que el primer grupo humano en ingresar a América lo
    hizo entre 22.414 y 29.545 años.33
  • En 1997, los brasileños Sandro L. Bonatto y Francisco M. Salzano aplicaron el método sobre el haplogrupo A, casi completamente ausente de Siberia, y obtuvieron resultados que van de 33.000 a 43.000 años AP.34
    Estos científicos sostienen que durante miles de años se estableció una
    gran población en el Puente de Beringia donde se diferenciaron
    genéticamente, y que es de esa población de la que provienen los
    primeros migrantes hacia América.
  • El genetista argentino Néstor Oscar Bianchi
    analizó la herencia paterna en comunidades indígenas sudamericanas y
    concluyó que hasta el 90% de los amerindios actuales derivan de un único
    linaje paterno fundador que denominó DYS199T y que colonizó América desde Asia a través de Beringia hace unos 22.000 años.35
  • Más recientemente, el genetista estadounidense Andrew Merriwether,
    de la Binghamton University, quien perteneciera al equipo de Wallace,
    sostuvo que la evidencia genética sugiere que América fue poblada
    mediante una sola población proveniente de Mongolia, como sostenía Aleš Hrdlička.
    La razón de esto es que en Siberia los haplogrupos A y B casi no se
    encuentran presentes, mientras que en Mongolia se encuentran los cuatro
    principales haplogrupos indoamericanos (A, B, C y D), salvo el X.32
Merriwether destaca que los 4 haplogrupos se encuentran presentes en toda América, pero que dentro de ellos pueden localizarse mutaciones genéticas diferentes, según se trate de indígenas de Sudamérica o Norteamérica. Esto sugeriría que, una vez ingresados a América, algunos grupos migraron rápidamente hacia Sudamérica, mientras que otros poblaron Norteamérica y Centroamérica. A su vez, las mutaciones genéticas muestran migraciones entre Sudamérica y el sur de Centroamérica (Panamá y Costa Rica), pero no más allá.32
En 2006, el equipo de Merriwether se encontraba estudiando si las poblaciones modernas de amerindios eran descendientes de los pueblos antiguos que vivían en esos mismos lugares o se trataba de nuevas migraciones que reemplazaron culturas más antiguas.
  • En 2007, un grupo de genetistas estimó que la salida de Beringia
    debió producirse siguiendo la ruta costera del Pacífico, en un periodo
    que inicia hace ~19–18 mil años y termina hace ~16–15 mil años (i.e.,
    hacia el final del último máximo glacial).36
  • En 2009, otro equipo de investigadores le dio al poblamiento de
    América una antigüedad de 15.000 años, basados en cálculos según el
    reloj mitocondrial aplicado a los linajes mitocondriales.37
  • En 2013 se publicó un estudio donde sus autores defienden que la
    población nativa americana desciende de ancestros tanto del este
    asiático como de la zona euroasiática. Se fundamentan en la
    secuenciación del genoma de un individuo siberiano del paleolítico alto
    que posee características comunes con la población nativa americana y
    que habría migrado a través de Asia mezclándose con poblaciones de esta
    zona y llegando a América por el estrecho de Bering.
  • En 2014, el análisis del ADN mitocondrial del esqueleto de Naia, datado en 12.900 años A.P., encontrado en México, un sistema de cuevas submarinas de Tulum demostró un vínculo genético entre los paleoamericanos y los modernos nativos americanos ya que encontró que Naia tenía el hablogrupo D1, exclusivo de los actuales amerindios, especialmente de América del Sur.38 Los investigadores consideran que su hallazgo es una prueba de que los primeros pobladores de América llegaron provenientes de Siberia.39
  • También en 2014, un estudio del ADN de los restos humanos de un niño de la época Clovis denominados: Anzick-1
    probó que estos restos están estrechamente relacionado con grupos de
    nativos americanos de América Central y del Sur, pero no con las
    migraciones posteriores de grupos de Canadá y el Ártico. Este estudio
    apoya lo que los arqueólogos han sostenido durante mucho tiempo, que
    América fue colonizada en varias oleadas de poblaciones que cruzaron el
    estrecho de Bering desde Asia, siendo el más reciente el de Ártico y
    grupos canadienses. Se demuestra, a su vez, que no hay conexión genética
    con los pobladores europeos del Paleolítico superior, de forma que este
    estudio se presta como un fuerte apoyo para el origen asiático de la
    colonización americana.40

La antigüedad

La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia
científica. La fecha más tardía es la que sostienen los defensores de
la teoría del poblamiento tardío y está relacionada con la Cultura
Clovis, que ha establecido sin dudas una presencia humana hace
13.500 años. Los defensores de esta teoría sostienen que la fecha de
ingreso al continente no pudo ser posterior al 14.000 AP porque fue en
ese momento cuando se abrió el corredor libre siguiendo el río Mackenzie a través del actual territorio canadiense. Esta hipótesis ha sido definitivamente desmentida por la datación de Monte Verde I (Chile), de 14.800 años.28
A partir de ese piso diversas investigaciones científicas han propuesto
fechas muy diferentes, las cuales, sin embargo, se encuentran bajo una
fuerte controversia por no presentar evidencia sólida:


La fecha más antigua propuesta hasta el momento ha sido publicada por
los científicos brasileños Maria da Conceição de M. C. Beltrão, Jacques
Abulafia Danon y Francisco Antônio de Moraes Accioli Doria, que
sostienen haber hallado algunas herramientas de cuarcita en el yacimiento de Toca da Esperança, un "chopper",
un guijarro con marcas de golpes y una lasca, que fueron datadas en
295.000 a 204.000 años de antigüedad, lo que indicaría presencia humana anterior al homo sapiens.41 En Calico, cerca de Barstow (California), fueron hallados cerca de 4.000 cantos y lascas de silex
presuntamente tallados y 6.000 lascas desecho, con dataciones por
diferentes métodos que oscila entre los 135.000 y 202.000 años,42 aunque se ha generado un fuerte debate entre quienes consideran que el material es producto de la mano del hombre43 y quienes creen que son geofactos,44 resultado de meros accidentes de la naturaleza. En Old Crow, en el extremo noroccidental de Canadá, se encontraron, un hueso de bisonte
con una marca de corte producida por humanos, que data de hace 72.000
años, así como otros huesos con presuntas marcas de corte, en un estrato
datado en más de 300.000 años.45 Para Maria Beltrão y Rhoneds Aldora Perez, fue posible un poblamiento humano en América anterior al H. sapiens, hace más del 300.000 años durante la glaciación illinoiense, realizado por alguna variante del H. erectus, con una industria lítica de cantos y lascas.46 Sin embargo, no se han encontrado fósiles humanos ni aportado otras pruebas que confirmen aquello.


¿América del Sur primero?

Uno de los elementos que ha llamado la atención de algunos
investigadores es la profusión de yacimientos de gran antigüedad en
Sudamérica y la escasa cantidad de los mismos en Norteamérica. El dato
es llamativo, entre otras cosas, porque Estados Unidos y Canadá han
dedicado grandes recursos a investigar los yacimientos arqueológicos, a
diferencia de lo que sucede en el sur. No es probable que los
yacimientos más antiguos del norte hayan quedado sin descubrir. El dato
es llamativo porque, si América fue poblada desde Siberia, los
yacimientos más antiguos deberían hallarse en el norte.47


Adicionalmente, algunos estudios han detectado entre los paleoindios
suramericanos y norteamericanos diferencias de consideración en genes y fenotipos: aquellos con rasgos más australoides, estos con rasgos más mongoloides.
Estos elementos han causado una creciente adhesión de algunos
investigadores a la hipótesis de un poblamiento autónomo de América del
Sur, no proveniente de Norteamérica. Esta hipótesis se relaciona
estrechamente con la teoría del ingreso por la Antártida desde Australia.47


Otras teorías, otras rutas posibles propuestas

Otras teorías sugieren también otras rutas de migración del hombre hacia América; éstas probables rutas alternas son:


  • Península de Kamchatka (Siberia)-islas Aleutianas (océano Pacífico)-Península de Alaska (Alaska)-Archipiélago Alexander-Isla de Vancouver. Procedencia asiática. Habrían utilizado embarcaciones muy primitivas para el transporte y viaje.
  • Oceanía-Antártida-América del Sur. También habrían utilizado balsas. El antropólogo portugués A. Mendes Correia, quien sostuvo esta hipótesis en 1928, descartó otras rutas de migración.
  • Melanesia-Polinesia-América. También habrían utilizado balsas primitivas. El antropólogo francés Paul Rivet, quien planteó esta teoría en 1943,
    dijo que el hombre americano es de origen multirracial, por lo que no
    negaba otra ruta de inmigración. Esto fue contrario a los planteamientos
    de Aleš Hrdlička y Mendes Correia, quienes sostenían que la procedencia
    era de una sola raza.
  • Europa-Océano Atlántico-América. Remy Cottevieille-Giraudet documentó entre 1928 y 1931 la hipótesis del origen europeo (Cro-Magnon) de los "pieles rojas" (algonquinos).
    En 1963, Emerson Greenman planteó la ruta hipotética de la migración
    europea a América durante el paleolítico superior y el origen europeo de
    los beotucos de Terranova.
    Bruce Bradley y Dennis Stanford replantearon en 1999 la existencia de
    esa migración basados en las similitudes entre la industria lítica solutrense, y la Cultura Clovis, refrendados en las investigaciones de ADN mitocondrial realizadas por Michael Brown. La teoría, conocida como la Solución solutrense,
    supone que antiguos habitantes de Europa Occidental navegaron por el
    Atlántico de la era glacial, desplazándose entre los hielos flotantes,
    de manera parecida a la de los esquimales, hasta alcanzar la costa occidental de América del Norte.
  • En 1950, el español radicado en Argentina Salvador Canals Frau propuso la hipótesis de cuatro grandes corrientes pobladoras: a pie por Beringia, navegando en canoas por las Islas Aleutianas, navegando a través del océano Pacífico para desembarcar en Mesoamérica y navegando a través del océano Pacífico para desembarcar en Sudamérica.48
  • Migración seguida de extinción:
    Bien podrían haber ocurrido una o varias migraciones hace 40.000 años o
    aún más antiguas, que hubieran dejado trazas aisladas de esta
    presencia, pero con el resultado de que esos grupos se hubieran luego
    extinguido antes o contemporáneamente a oleadas humanas posteriores.
    Respecto de esta razonable hipótesis no existen confirmaciones
    concluyentes, aunque ciertamente ello en cierto sentido permitiría
    compatibilizar la diversidad de teorías hasta ahora manejadas.

Algunas conclusiones provisionales

Más allá de los debates en marcha y la gran cantidad de preguntas y
contradicciones que se presentan en el debate científico actual es
posible realizar algunas conclusiones precarias:


  1. Es altamente probable que el hombre americano primitivo proceda del
    continente asiático, especialmente de las estepas siberianas o de la
    región del Sudeste asiático.
    Las semejanzas entre grupos poblacionales asiáticos de esas regiones y
    la mayoría de los aborígenes americanos ha sido objeto de análisis. De
    todos modos el hecho de que las dataciones de máxima antigüedad que
    cuentan con consenso de la comunidad científica, Clovis (EEUU, 12.900-13.500 AP) y Monte Verde (Chile, 14.500 AP), se encuentren simultáneamente en América del Norte y en el extremo sur de América del Sur
    impide sacar una conclusión definitiva sobre este punto. Sin embargo,
    estas fechas son aún muy recientes frente a otras fechas datadas en
    diversos lugares de América, que aún no cuentan con el consenso de la
    comunidad científica. Habrá que esperar que estos estudios se
    consoliden. Por ejemplo, entre las numerosas cavernas del nordeste de Brasil se encuentra una conocida como Toca do Boqueirāo da Pedra Furada,
    la cual cuenta con numerosas evidencias de asentamiento primitivo como
    instrumentos líticos. Sin embargo, se encontraron otros artefactos en cuarzo
    que son datados de hace 40.000 años. Semejante observación no es
    aceptada fácilmente por otros estudiosos que dicen que los cuarzos
    difícilmente tienen formas definidas que puedan ser consideradas
    manufactura y que no tiene sentido que los supuestos habitantes de la
    caverna hubiesen preferido el cuarzo a la piedra abundante del lugar.
    Las objeciones no restan los misterios que abre Pedra Furada y las excavaciones continúan. Pero aún más al sur, en Chile,
    las excavaciones de Tom Dillehay y otros muchos arqueólogos en Monte
    Verde revelan restos de comida e instrumentos que se datan de hace
    12.000 e incluso 30.000 años. También Monte Verde es contestado por muchos como una de las más antiguas evidencias humanas en América, pero son más contundentes que las que existen en el hemisferio boreal del continente.49
  2. Las culturas prehistóricas y las civilizaciones de América se desarrollaron de manera aislada al resto del planeta.
  3. La Revolución Neolítica americana es original y carece de toda relación con la que se produjo en la Mesopotamia asiática.
  4. El Puente de Beringia desapareció hace 11.000 años (Scott A. Elias21 ) y, con la excepción de los esquimales, que mantuvieron ininterrumpidamente contactos comerciales marítimos de verano entre Siberia y Alaska,50 y con Groenlandia, no hay pruebas contundentes que permitan concluir definitivamente que los pueblos amerindios mantuvieron contactos con pueblos de otros continentes. Sin embargo, está plenamente probado que en 982 los vikingos comenzaron la exploración de Groenlandia y Canadá y, establecieron una aldea en L'Anse aux Meadows (Terranova); pero su penetración en el continente no fue significativa. Los científicos debaten varias evidencias del contacto de los polinesios con los indígenas americanos.51 Otras hipótesis, como la llegada de los fenicios, egipcios, griegos, hebreos, chinos y japoneses
    gracias a sus habilidades marítimas, siguen siendo hipótesis de difícil
    demostración. Menos pruebas hay aún de una eventual presencia de
    amerindios en los demás continentes.

El encuentro de dos mundos

Pasan 10 a 15 generaciones y los hombres primitivos se asientan en
territorio americano. Fueron estimulados por los abundantes recursos que
iban encontrando cuanto más tierras conocían y, cuando el peregrinaje
iba avanzando cada vez más al sur, hallaban mejores condiciones
climáticas y mayores facilidades para la caza. Por otra parte, las
condiciones en el "puente de Beringia" habían cambiado. Se había hecho
más pantanoso, por lo que su aventura fue un viaje sin retorno.


Tiempo que duró el poblamiento

Al sur de Chile se han encontrado restos fósiles de recolección
y caza, de hace 7.000 años. Si se considera que el poblamiento de
América empezó hace 36.000 años y que su huella más antigua en el
extremo sur del continente data de hace 7.000 años, se deduce que el
poblamiento de América duró 29.000 años.


Ruta y cronología del primitivo poblamiento

Muchas bandas siguieron la ruta norte-sur, por el lado occidental del
continente, por las vertientes de las cordilleras y los valles
intramontanos. Se han encontrado huellas humanas de avances en:


Véase también

Referencias


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