• Pirkei Avot, capítulos 1-3

    Capítulo 1
    Capítulo 2




    PIRKEI AVOT




    “TRATADO DE LOS PRINCIPIOS”


    Capítulo  2
    Mishna 1 Mishna 2 Mishna 3  Mishna

    4
    Mishna 5
    Mishna 6  Mishna

    7
    Mishna 8  Mishna

    9
    Mishna 10
     Mishna

    11
    Mishna 12  Mishna

    13
    Mishna 14 Mishna 15
     Mishna

    16





    MISHNA 1


    (א) רַבִּי אוֹמֵר, אֵיזוֹהִי

    דֶרֶךְ יְשָׁרָה שֶׁיָּבוֹר לוֹ הָאָדָם, כֹּל שֶׁהִיא תִפְאֶרֶת לְעוֹשֶׂיהָ

    וְתִפְאֶרֶת לוֹ מִן הָאָדָם. וֶהֱוֵי זָהִיר בְּמִצְוָה קַלָּה כְּבַחֲמוּרָה,

    שֶׁאֵין אַתָּה יוֹדֵעַ מַתַּן שְׂכָרָן שֶׁל מִצְוֹת. וֶהֱוֵי מְחַשֵּׁב הֶפְסֵד

    מִצְוָה כְּנֶגֶד שְׂכָרָהּ, ושְׂכַר עֲבֵרָה כְּנֶגֶד הֶפְסֵדָהּ. וְהִסְתַּכֵּל

    בִּשְׁלשָׁה דְבָרִים וְאִי אַתָּה בָא לִידֵי עֲבֵרָה, דַּע מַה לְּמַעְלָה

    מִמָּךְ, עַיִן רוֹאָה וְאֹזֶן שׁוֹמַעַת, וְכָל מַעֲשֶׂיךָ בַּסֵּפֶר נִכְתָּבִין:


     


    Rabí dice:

    ¿Cuál es el camino recto que debe elegir el hombre?. Todo aquel que es honorable

    seguir y que le proporciona consideración de parte de los hombres.Observa tanto

    el precepto ligero como el grave, pues desconoces la recompensa.Compara el

    perjuicio (que puede ocasionar el incumplimiento) de un precepto con la

    recompensa (por haberlo observado) y la recompensa (que aporta) una trasgresión

    con el perjuicio (que puede ocasionar) Reflexiona acerca de tres cosas y nunca

    caerás en manos del pecado Conoce  lo  que  hay  encima  de ti Un  ojo  que

    ve,  y  un  oído  que  escucha


    (Y no olvides)

    que  todas  tus  acciones  están  escritas  en el libro.


     
    1.



    Rabí

    Iehuda Hanasí (200), el recopilador de la Mishná hijo de Raban Shimon fue

    llamado “Rabenu Hakadosh”, nuestro santo Rabino por su gran erudición y nobles

    cualidades y así escribe Rambam (Rabí Moshé ben Maimón) en su prólogo al

    comentario de las Mishnáiot, y fue (Rabí) único en su generación y en su época

    como persona que poseía todas las buenas virtudes que le ameritaron recibir el

    nombre de nuestro santo Rabí sabio que fue comparado con Moshé nuestro maestro,

    como cita el Talmud.  De los días de Moshé hasta los días de Rabí, no vimos Torá

    y grandeza en una sola persona como la suya (Gitin 59:1) y era totalmente

    grandioso en su piedad y humildad, dominaba como ninguno el idioma hebreo.

    Vivió en Bet-Shearim, Galilea, donde fundó su Gran

    Yeshivá (casa de estudios), y residió el Sanhedrín, (Gran Tribunal) que tenía su

    anterior sede en Usha, pasando después a Shfaram (Galilea).
    En los últimos años de su vida cambió su residencia a

    Tzipori conocida por su clima sano (Ketubot 103:2)


    Rabí  dice: ¿cuál

    es el camino recto que debe elegir  el  hombre?
    ¿Cuál es el camino que elegirá el hombre, por el cual

    transitará toda su vida? Los humanos pueden elegir el camino bueno o el malo, ya

    dijeron nuestros sabios:  Todo está en manos del cielo, menos el temor al cielo

    (que está en mano de los hombres) y así leemos en Leyes de arrepentimiento (Mishné

    Torá) de Rabí Moshé ben Maimonides.
    1.



    Todo hombre goza de libre albedrío:  si

    quiere inclinarse por el buen camino y ser un hombre justo, es libre para ello;

    si quiere inclinarse por el mal camino y ser un malvado, es libre para ello.

    Esto es lo que está escrito en la Torá:  “He aquí que el hombre ha venido a ser

    como uno de nosotros para conocer el bien y el mal” (Génesis III, 22).  Es

    decir:  He aquí que la especie humana es única en el mundo, sin que haya otra

    especie que se le parezca en este sentido:  que el hombre, por sí mismo, por su

    entendimiento y pensamiento, conoce el bien y el mal y hace todo lo que desea,

    sin que nadie le impida hacer el bien o el mal, y solo por eso pudo HaShem

    agregar: “Quizás extienda su mano y tome también del árbol de la vida”.
    2.



    No vayas a pensar esto que dicen tanto los

    necios de otras naciones como muchas personas torpes de entre los judíos: que

    HaShem decreta, desde el momento de crear a cada hombre, si ha de ser justo o

    malvado.  No es así, sino que a todo hombre cuadra ser justo como nuestro

    maestro Moisés o malvado como Ierabam, al igual que sabio o necio,

    misericordioso o cruel, avaro, o pródigo, y así en todos los demás rasgos.

    Nadie lo obliga, nadie se lo decreta y nadie lo arrastra por ninguno de los dos

    caminos, sino que él mismo, por su propia determinación, se inclina hacia el

    camino que prefiere.  Es lo que dice Irmiahu:  “No es de boca del Altísimo que

    salen los males y el bien” (Lamentaciones III, 38)  es decir, que el Creador no

    decreta que el hombre sea bueno o malo.


    Todo aquel que es

    honorable seguir y que le proporciona consideración de parte de los hombres.


    Antes de tomar su camino deberá revisar dos cosas, si ante sus ojos el camino es

    bueno, y si sus semejantes consideran que lo es (Rabí Shimon Duran)
    ¿Cómo sabremos si el camino

    elegido por nosotros es el correcto?
    Porque si sus semejantes consideran que lo es, pueda

    que piensen así por alguno que otro interés
    El “Maharsham de Berzan en su libro” Tejelet

    Mordejai
    (2da parte, P. 443) aconseja que nos imaginemos a otra persona

    actuando de la misma manera que elegimos, si nos parece correcta, señal es que

    es la preferida y honorable seguir


    Observa  tanto el

    precepto ligero como el grave, pues desconoces la recompensa.
    No hay que hacer diferencias en el cumplimiento de

    los preceptos  ordenados por HaShem, aquel  que parece no tener mucha

    importancia, lo cumplirás como si fuera el más grave de ellos.
    Una de las razones de la advertencia de Rabí, es que

    si despreciásemos a un precepto ligero al final llegaremos a pecar en algo

    grave. Así nos enseña el Talmud en el (Tratado de Ioma 83: 2)
    Erase en tiempo de persecuciones, un comerciante

    israelita cocinaba y vendía carne pura (Kasher) y carne de cochino para que no

    sepan que era hebreo.  Y así era su costumbre: Todo aquel que entraba a su

    negocio y no se lavaba las manos señal era que era un gentil y le servía carne

    de chancho, y todo aquel que se lavaba las manos y bendecía era hebreo y por

    ende le servía carne pura.
    Una vez entró un hebreo a comer y no se  lavó las

    manos, pensó que no era y le dio carne de porcino, comió y no bendijo.  Pidió la

    cuenta por el pan y la carne, pero como la carne no Kasher valía mucho más cara,

    recibió una suculenta cuenta.
    Cuanto me cobras hoy, dijo el cliente extrañado, ayer

    pagué 8  y hoy pides  10.
    ¡Lo que has comido es carne de porcino, y por eso es

    cara!
    Al escuchar esas palabras, comenzó a temblar y le

    dijo susurrando (para que no escuchen los gentiles), soy hebreo, y me has

    servido carne impura.
    ¡Mala sea tu suerte! Le contestó enojado, ¡cuando vi

    que no te lavaste las manos y no recitaste la bendición pensé que no eras

    hebreo!
    Y algo más sobre los pecados que nos parecen ligeros

    y sin importancia.  Hay pecados dice Rabí  Aharon Kotler  en su libro “Mishnat

    Aharon”.  Considerados como tal, aunque estos actos son graves y de suma

    importancia hasta que pueden minar y socavar las bases de nuestra fe y componen

    el eje central que muchas actividades importantes de nuestra vida.
    Por ejemplo: la codicia del dinero, no vemos

    pecado alguno en esta, pero  la raíz de esta mala cualidad confirma la falta

    de fe
    y es también padre de otros grandes pecados.
    Y en la Tosefta (final del

    Tratado de Menajot) leemos: “Pero en este último (2do Templo) vimos que

    estudiaban Torá, y eran cumplidores del diezmo” ¿Por qué fueron desterrados?

    Porque amaban el dinero y se odiaban unos a otros.
    Entendemos que la codicia por el dinero, trajo a la

    destrucción del templo, esta no se termina, sino lleva al odio sin razón (sin-at

    jinam).
    ¡La espiritualidad no puede conducirnos al odio sin

    razón!
    ¡Solo el amor al materialismo lo hace!
    El materialismo daña a la esencia del ser humano, la

    perjudica ya que cuando más vas tras el dinero, más se materializa y se

    convierte en insensible a lo espiritual.


    Compara el

    perjuicio (que puede ocasionar el incumplimiento) de un precepto, con la

    recompensa (por haberlo observado) y la recompensa (que aporta) una trasgresión

    con el perjuicio (que puede ocasionar)
    Si al cumplir un precepto, pierdes dinero, recuerda

    la recompensa que recibirás en el mundo venidero, y no prestes atención alguna a

    la satisfacción que recibirás al hacer un pecado, porque al final recibirás tu

    castigo como dice el Rey Salomón:  Sabroso es al hombre el pan habido por

    engaño, más después se llenará su boca de cascajo (Mishná 20: 17).
    El mensaje es claro, todos los actos de los seres

    humanos se dividen en buenos o malos y no hay ninguno el cual no lo podremos

    catalogar como preceptos o pecados, y aquel que vence al instinto nuestros

    Rabinos opinan que recibirán recompensa como si hubiese cumplido un precepto.
    De aquí aprendemos que el que al no cumplir con el

    mandato divino, cambiamos un mundo dinámico por uno estático en vez de cumplir

    un precepto, pecamos.


    Reflexiona acerca

    de tres cosas y nunca caerás en manos del pecado.
    Rabí Iehuda Hanasí nos enseña pensar continuamente

    sobre las tres cosas que nos salvarán del pecado.


    Conoce  lo  que

    hay  encima  de ti
    :

    Debes tener conciencia de lo que hay arriba de ti



    Un  ojo  que  ve,  y  un  oído  que  escucha



    Un ojo que ve todo, y un oído que escucha también

    los sentimientos de tu corazón.

    Cuentan que el Jafetz Jaim (Rabí Israel Meir Hacohen

    de Radin)  viajaba en una carreta para repartir los libros, escritos por él,

    gratuitamente, ya que su intención era que todos leyeran sus comentarios y

    explicaciones.
    Al pasar por un prado lleno de árboles frutales, el

    conductor no pudo contenerse, detuvo la carreta y bajó con la intención de tomar

    uno de esos maravillosos frutos. Vio el Jafetz Jaim lo que el hombre iba a hacer

    y exclamó a todo grito: ¡Lo están viendo! Lo ven; sorprendido y horrorizado por

    los gritos del Rabí, volvió a su lugar,  cuando se recuperó del susto, miró a

    todos los lados, y vio que no había nadie – Por que me asustó  mi señor, si no

    hay nadie en los alrededores.
     Estás equivocado, dijo el Jafetz Jaim, hay quien nos

    ve, y  ¡nos ha visto!
      


    (Y no olvides)

    que  todas  tus  acciones  están  escritas  en el libro.
    Todo es conocido ante HaShem, como si estuviese

    escrito en el libro (Rambam)


    Si cometiste un pecado, imposible que no sea castigado, la persona es castigada

    por el pecado y recibe recompensa por el precepto cumplido (Rabí Menajem Hameiri). 





    MISHNA 2


    (ב) רַבָּן גַּמְלִיאֵל בְּנוֹ

    שֶׁל רַבִּי יְהוּדָה הַנָּשִׂיא אוֹמֵר, יָפֶה תַלְמוּד תּוֹרָה עִם דֶּרֶךְ

    אֶרֶץ, שֶׁיְּגִיעַת שְׁנֵיהֶם מְשַׁכַּחַת עָוֹן. וְכָל תּוֹרָה שֶׁאֵין עִמָּהּ

    מְלָאכָה, סוֹפָהּ בְּטֵלָה וְגוֹרֶרֶת עָוֹן. וְכָל הָעֲמֵלִים עִם הַצִּבּוּר,

    יִהְיוּ עֲמֵלִים עִמָּהֶם לְשֵׁם שָׁמַיִם, שֶׁזְּכוּת אֲבוֹתָם מְסַיְּעָתַן

    וְצִדְקָתָם עוֹמֶדֶת לָעַד. וְאַתֶּם, מַעֲלֶה אֲנִי עֲלֵיכֶם שָׂכָר הַרְבֵּה

    כְּאִלּוּ עֲשִׂיתֶם:




    2.



    Raban Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí decía:

    hermoso es estudiar la Torá, teniendo al mismo tiempo una ocupación (oficio,

    trabajo), pues el trabajo que ambas exigen alejan del pecado. Todo estudio (de

    Torá) que no va acompañada de una ocupación (oficio, trabajo) acaba en nada y

    conduce al pecado.

    Todas las personas que se ocupan de (los asuntos de)

    la comunidad, deberán ocuparse de ellos en nombre del Señor, porque el mérito de

    sus antepasados les protege, y la rectitud de éstos permanecerá eternamente, ya

    que, a vosotros, yo os concederé muchas recompensas, si así lo hacéis.


    Raban Gamliel,

    hijo de Rabí Iehuda Hanasí decía: hermoso es estudiar la Torá, teniendo al mismo

    tiempo una ocupación (oficio trabajo), pues el trabajo que ambas exigen alejan

    del pecado.
    Bueno hará el ser humano, si trabaja y estudia,

    porque al hacerlo así  se alejará del pecado, la Torá debilita la fuerza del

    hombre, y el trabajo, por su parte rompe el cuerpo y de esa manera el instinto

    del mal (Ietzer hará), no lo molestará (Rabí Ovadia de Bartenura).
    Hay quienes explican que por el hecho de estudiar

    Torá, sabrá alejarse del pecado, sabiendo que debe cuidarse y con respecto a la

    problemática del sustento, no tendrá que usar toda clase de artimañas y

    mentiras, ya que con el sudor de su frente, comerá su pan. y lo importante no

    codiciará lo ajeno ni robará lo que no es suyo.
    Para nuestro conocimiento, muchos de nuestros sabios

    eran obreros o artesanos. Hilel era un leñador, Shamay, albañil, Rabí Ieoshua,

    herrero, Rabí Janina, zapatero, Rabí Huna, aguatero, Rabí Aba, sastre, otros

    eran carpinteros, agricultores o comerciantes, todo trabajo era bueno, para no

    depender de nadie (según el comentario del Rabino Hertz).
    ¿Acaso necesita la Torá, la ayuda de una ocupación

    material, para que el hombre se olvide del pecado?, ¿no tiene la Torá, fuerza

    suficiente para alejar al hombre del pecado y sus consecuencias? Pregunta Rabí

    Simja Zisl, el saba (abuelo de Kalem, en su obra “Jojma y Musar”) (1ª parte,

    96-98). Nuestra vida es en principio un milagro divino, para personas a prueba

    en nuestra fe en el Altísimo, el Creador vistió a todos con un manto natural

    fijó que el hombre conseguirá su sustento y otras necesidades por medio de la

    naturaleza, también por su intermedio encontrara sus enfermedades, aunque

    siempre hemos de recordar que la llave del sustento está en manos del Santo

    bendito sea, y es Él quien cura a los enfermos.
    El

    hombre deberá tener siempre en mente que tras las coberturas naturales

    (sustento, medicinas, etc.) se esconde el milagro,  y ya el versículo lo indica:

    porque Él es quien te da fuerzas para hacer riquezas (Devarim 8:18) – aunque el

    ser humano no sienta que hay quien le da fuerzas, deberá entender que si fuera

    por él mismo no tendría nada.
    Cuando la persona se ocupa solamente de la Torá y su

    estudio, la materia, la naturaleza se identifica con la forma, el milagro y así

    le será fácil captar el concepto. Cuando comienza, por ejemplo a hacer negocios

    le parece que los logros por él alcanzados son fruto de su brillante intelecto,

    entonces, no podrá armonizar la materia con la forma, sino, después de pensar y

    analizar la cuestión en forma profunda, y sobre este paso habla la Torá,

    teniendo una ocupación. La Torá nos enseña las sendas del milagro, ¿cuando?

    después de que se esfuerza en combinar la materia (naturaleza) con la forma

    (milagro), los cuales a primera vista parecen opuestos uno al otro pues el

    trabajo de ambas, al unir la naturaleza con el milagro, hacen olvidar el

    pecado.  Sin esto, dice el Rabino, no sé que haremos para olvidar el pecado.


    Todo estudio (Torá)

    que no va acompañada de una ocupación (oficio o trabajo), acaba en nada y

    conduce al pecado
    Todo aquel que se ocupa en el estudio y no tiene

    oficio o trabajo para ganar su sustento al final, ya que al no tener como

    subsistir elegirá el camino del robo y el latrocinio y finalmente olvidará todo

    lo estudiado (Rabí Ovadia de Bartenura)


    Todas las personas

    que se ocupan de los asuntos de la comunidad, deberán de ocuparse de ellos en

    nombre del Señor
    Los activistas comunitarios no verán en su servicio,

    un medio para buscar honores y señorío y comprendido está que no usarán el poder

    para sus necesidades personales “porque el mérito de sus antepasados les

    protege, y la rectitud de éstos permanecerá eternamente, ya que a vosotros yo os

    concederé muchas recompensas si así lo hacéis”.
    El mérito de los ancestros,

    ayuda a la comunidad en sus acciones, y no pensarán los activistas comunitarios

    que los logros se deben a su fecunda labor, la rectitud de los padres garantiza

    el éxito comunitario por esa razón deberán los dirigentes cuidarse de no llenar

    su mente y el corazón de orgullo y vanidades.
    Pero Raban Gamliel dirigiéndose a los activistas y

    líderes comunitarios les promete que si harán su trabajo “leshem shamaim”, en

    nombre del Señor, sin ningún interés, recibirán una buena recompensa aunque no

    hayan podido realizar lo que habían planeado.








    MISHNA 3


    (ג) הֱווּ זְהִירִין בָּרָשׁוּת,

    שֶׁאֵין מְקָרְבִין לוֹ לָאָדָם אֶלָּא לְצֹרֶךְ עַצְמָן. נִרְאִין כְּאוֹהֲבִין

    בִּשְׁעַת הֲנָאָתָן. וְאֵין עוֹמְדִין לוֹ לָאָדָם בִּשְׁעַת דָּחֳקוֹ:




    3.



    Sed  comedidos (en vuestras relaciones) con el

    gobierno porque no se atraen a ningún hombre si no es  en beneficio propio.


    Aparecen como amigos cuando a ellos les conviene,

    pero no ayudan al hombre cuando éste los necesita.

    Raban Gamliel, continúa la Mishná anterior, y amplía

    su opinión sobre las relaciones con el gobierno, sobre el cual estudiamos en la

    Mishná 10 del capítulo uno “Shamay” acostumbraba a decir….. y no busques

    intimidad con el gobierno.


    Sed comedidos con

    el gobierno
    :

    En los tiempos de Raban Gamliel, los hebreos estaban bajo dominio romano, y

    según él, el gobierno siempre está dispuesto a recibir favores, pero cuando los

    ciudadanos necesitan de su ayuda, no la reciben; por eso no han de confiar en

    sus promesas.


    Porque  no  atraen

    a ningún hombre, si no es en beneficio propio
    Si ustedes ven que los reciben bien, habrán de saber

    que lo hacen por beneficio propio, para sacar alguna utilidad.
    El pueblo hebreo tiene una amarga experiencia en sus

    relaciones con los gobiernos.  Más de una vez sucedió, durante nuestra historia

    milenaria, que jefes de estado, nos demostraron interés, nos otorgaron derechos

    especiales, por que nos necesitaban, pero cuando necesitamos la ayuda de los

    gobernantes. no la encontramos.
    Veamos un ejemplo, los judíos en Tierra de Egipto:

    “Cuando llegamos, nos recibieron con alegría”, el Faraón le dijo a Iosef:  en lo

    mejor del país, ubica a tu padre y a sus hermanos, (Breshit, 47:6), pero cuando

    ya no necesitaban a los hebreos. Levantase un rey nuevo sobre Egipto, que no

    conocía a Iosef (Shemot 1:8) Preguntan los Sabios del Midrash: ¿Acaso no conocía

    a Iosef? De acá aprendemos, que la bondad de los malvados no es completa,

    todavía el pan de Iosef está en sus dientes, y ya no recuerdan las mercedes que

    les otorgó (Shemot Raba, 1,10)


    Aparecen como

    amigos, cuando a ellos les conviene
    ,

    se muestran como amigos, cuando tienen provecho de usted, cuando les dan regalos

    y otros convidas.


    Pero no ayudan al

    hombre, cuando éste los necesita
    .

    Cuando está en desgracia, ellos no recuerda las bonanzas que recibieron de su

    parte, y no vienen a ayudarlo.
    Según los Rabinos esta Mishná

    describe una realidad existente en la época del mandato romano los gobernantes

    utilizaban a algunos de los hebreos para oprimir al pueblo, los nombraban

    recaudadores de impuestos, fiscales de aduana, enriqueciéndose a costa de sus

    hermanos.  Raban Gamliel, les previene, que los gobernantes romanos piensan solo

    en aumentar sus riquezas, y al final, les robarán como hicieron con el pueblo.
    El Rabino Benzión Bruk, en su libro “Egioné Musar”

    dice, que aunque Raban Gamliel habla sobre las relaciones, ciudadano-gobierno,

    podemos derivar sus palabras al ser humano.  El ser humano, sufre del amor por

    sí mismo.  También cuando hace un favor al prójimo, su primer pensamiento es,

    ¿qué voy a ganar? Como dice la Mishná: porque no se atraen a ningún hombre, si

    no es en beneficio propio. Mucha Torá deberemos estudiar para llegar a sentir lo

    que es “amor al prójimo”.








    MISHNA 4


    (ד) הוּא הָיָה אוֹמֵר, עֲשֵׂה

    רְצוֹנוֹ כִּרְצוֹנֶךָ, כְּדֵי שֶׁיַּעֲשֶׂה רְצוֹנְךָ כִּרְצוֹנוֹ. בַּטֵּל

    רְצוֹנְךָ מִפְּנֵי רְצוֹנוֹ, כְּדֵי שֶׁיְּבַטֵּל רְצוֹן אֲחֵרִים מִפְּנֵי

    רְצוֹנֶךָ. הִלֵּל אוֹמֵר, אַל תִּפְרוֹשׁ מִן הַצִּבּוּר, וְאַל תַּאֲמֵן

    בְּעַצְמָךְ עַד יוֹם מוֹתָךְ, וְאַל תָּדִין אֶת חֲבֵרָךְ עַד שֶׁתַּגִּיעַ

    לִמְקוֹמוֹ, וְאַל תֹּאמַר דָּבָר שֶׁאִי אֶפְשָׁר לִשְׁמוֹעַ שֶׁסּוֹפוֹ

    לְהִשָּׁמַע. וְאַל תֹּאמַר לִכְשֶׁאֶפָּנֶה אֶשְׁנֶה, שֶׁמָּא לֹא תִפָּנֶה:


     
    4.



    También solía decir: obra de tal modo que la voluntad

    de HaShem sea la tuya, para que haga tu voluntad como si fuera la Suya.


    Anula tu voluntad ante la Suya, para que Él

    sacrifique la voluntad de los demás ante la tuya.


    Hilel decía no te

    separes de la Comunidad, ni confíes en ti mismo hasta  (que llegue) el día de tu

    muerte, ni juzgues a tu prójimo hasta que tu mismo te halles en su situación.


    No profieras

    palabras que es imposible oír, porque al final pueden ser oídas. No digas cuando

    esté libre estudiaré, porque a lo mejor no estarás libre nunca
    .


              



    También solía

    decir
    :

    Raban Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí, el Presidente del Sanhedrín.


    Obra de tal modo

    que la voluntad (de HaShem) sea la tuya, para que haga tu voluntad, como si

    fuera la suya.
    Haz la voluntad de

    HaShem, estudia Torá, y observa las mistzvot (precepto) como tus haces lo

    posible para cumplir con tu voluntad; con la misma buena voluntad y

    convencimiento.


               Anula

    tu voluntad ante la suya para que Él sacrifique la voluntad de los demás ante la

    tuya
    Aunque te resulte

    difícil cumplir sus preceptos, hazlo para que el Todopoderoso haga que los que

    no piensen como tu, lo hagan, y estén predispuestos a recibir tu opinión.
    He aquí un ejemplo

    que nos trae el Talmud, (Tratado de Taanit 23:1). Aba Jilkya, cumple la voluntad

    de HaShem  y  Él le retribuye.
    Una vez los

    Rabinos enviaron un par de sabios en busca de Abba Jilkiyá, para pedirle que

    impetrara lluvia. Fueron a su casa, y no le encontraron; pero le vieron en el

    campo, y le hallaron arando la tierra.  Le saludaron, pero él no les prestó la

    menor atención.
    Hacia el atardecer

    estaba recogiendo trocitos de madera, y cuando se dirigió hacia su casa, cargó

    las astilla sobre un hombro, y su capa sobre el otro.  Durante todo el trayecto

    no se puso los zapatos, excepto cuando cruzó el agua (de un arroyo), y cuando

    atravesó (un terreno de) espinos y arbustos, se levantó la ropa. Cuando llegó a

    la ciudad, su esposa le salió al encuentro engalanada con sus (mejores) atavíos,

    y al llegar a la puerta de su casa la dejó entrar primero y él pasó después. Se

    sentó a comer; pero no invitó a los sabios (que hasta allí le habían seguido) a

    comer;  repartió pasteles a los niños dando al mayor un pastel y al menor dos.

    Luego volviéndose a su esposa, le dijo: sé que estos sabios han venido a verme

    por la lluvia; subamos al tejado y roguemos; quizás el Santo bendito sea, se

    digne aceptar nuestras rogativas y llueva. Cuando estuvieron en el tejado, él se

    puso a rogar en un extremo y su esposa en otro, y las nubes aparecieron primero

    por el lado en el que rogaba su esposa. Entonces él bajó y les preguntó a los

    sabios: ¿para qué vinieron los sabios? Los Rabinos nos enviaron al Maestro para

    que impetrara la lluvia, replicaron. Y Abba les dijo:  bendito sea el Señor que

    no os obligó a (depender de) Abba Jilkiyá.
    Los sabios

    dijeron: bien sabemos que esta lluvia cae gracias a ti; pero, si es posible,

    quisiéramos que nos explicaras tus acciones que tanto nos han sorprendido. ¿Por

    qué, cuando te saludamos, no nos prestaste atención? Me habían alquilado por el

    día entero, y pensé que no tenía derecho a interrumpir mi labor  ¿Por qué

    cargaste las astillas de madera sobre un hombro y tu capa sobre el otro? Porque

    es una prenda prestada, y me fue prestada para vestirla, más no para colocar en

    ella madera. ¿Por qué no te pusiste los zapatos durante el camino,  excepto al

    cruzar el agua?  Porque durante todo el trayecto podía ver (donde pisaba),

    mientras que en el agua no podía ver  ¿Por qué te arremangabas los vestidos al

    llegar junto a espinos y arbustos?  Porque lo uno (los rasguños en el cuerpo) se

    cura, y en cambio lo otro (un desgarrón en el vestido) no se arregla.  ¿Por qué

    tu esposa te salió al encuentro tan engalanada?  Para que no ponga la vista en

    otra mujer ¿Por qué entró tu esposa en la casa antes que tú? Porque me erais

    desconocidos. ¿Por qué no nos invitaste a comer? Porque no había comida

    suficiente, y no quería que me dierais las gracias por nada.  ¿Por qué diste un

    pastel a tu hijo mayor y dos al pequeño? El mayor está en casa, mientras que el

    pequeño va a la escuela.
    En el Tanaj

    (Biblia), encontramos muchos personajes que anularon su voluntad personal, para

    cumplir la voluntad del Eterno, uno de ellos, Abraham Abinu (nuestro patriarca)

    que abandonó su lugar de nacimiento, la casa de su padre, aunque le era muy

    difícil, nuestros sabios consideran la salida de Jarán, como una de las diez

    pruebas que hubo de pasar Abraham, quien cumplió la voluntad de HaShem.
    Otro ejemplo de la

    historia del padre de la Nación hebrea, una prueba mucho más difícil, leemos en

    la Torá. Toma por favor a tu hijo, tu único, a quien quieres a Itzjak (Breshit

    22:2) HaShem manda a Abraham a sacrificar a su hijo y ¿cuál fue reacción?.
    Se levantó Abraham

    muy de madrugada (Idem: 3)  se apresuró a cumplir lo ordenado (Rashi aunque le

    era dificil y doloroso de hacerlo)


               Dijo el

    Rabí de Apta
    :

    (uno de los grandes Rabinos jasídicos)
    ¡El

    hombre tiene que ser como un recipiente que recibe voluntariamente, lo que su

    dueño vierte en él, vino o vinagre!



               Hilel

    decía: no te separes de la Comunidad.
    Participa con la

    Comunidad, en momentos de alegrías y de tristeza.
    Cuando en Israel

    están en desgracia, y uno de ellos se separó de la grey, vienen dos ángeles que

    lo acompañan, ponen sus manos sobre sus cabezas y dicen: Fulano, que se separó

    de la congregación, no la verá en sus momentos de consuelo…
    Cuando la

    Comunidad este en pena y desgracia, no dirá la persona iré a mi casa, comeré y

    beberé, y me ocuparé de mí mismo lo importante soy yo, al contrario, se apenará

    con la comunidad y todo aquel que así se comporta, ameritará  ver su consuelo.


               Ni

    confíes en ti mismo hasta (que llegue) el día de tu muerte.
    Aunque seas

    inteligente, estudioso de la Torá y temeroso de HaShem deberás estar siempre

    alerta, para que no caigas en la red del pecado, un ejemplo, podemos tomar de

    Iojanan el Gran Sacerdote, que era justo y piadoso y sirvió durante ochenta

    años, en el Sagrado Templo de Jerusalem, y al final se volvió seduceo, no

    cumplió la Torá oral y no escuchó la opinión de los grandes sabios.
    Y así leemos en el

    Talmud Ierushalmi, (Shabat, capítulo 1:3).
    Un anciano

    estudiaba de la siguiente manera: no confíes en ti mismo hasta (que llegue) el

    día de tu vejez, en vez de hasta el día de tu muerte.
    Este anciano era

    un hombre piadoso, y sintió que no tenía ningún contacto con las cosas

    mundanas.  En el cielo se molestaron con él, y para darle una buena lección,

    dieron permiso al Ietzer Hará, instinto del mal espiritual, para que se disfrace

    como una bella mujer, y así entró a la habitación del anciano, cuando el anciano

    elevó sus ojos para ver quien entró en la habitación, empezó a decirle cosas que

    no eran adecuadas a su personalidad.  Pero enseguida se arrepintió por lo que

    hizo, se apenó tanto, hasta que la gran pena, puso en peligro su vida.  Tuvieron

    piedad de él, y aquel espíritu, fue ordenado a suspender la misión. Se descubrió

    ante él y le dijo: Has de saber que enviaron del cielo a enseñarte que no

    cambies las palabras, no estudiarás hasta el día de la vejez, sino como está

    escrito: No confíes en ti hasta (que llegue) el día de tu muerte.
    Podemos agregar,

    que también en el día de su muerte, el hombre no ha de confiar en sí mismo.


               Ni

    juzgues a tu prójimo, hasta que tu mismo te halles en su situación.
    Cuándo una

    persona, un amigo, que ocupa un cargo importante no se comporta honestamente, no

    digas si yo estuviese en su lugar, no hubiese hecho las maldades que él hace,

    porque no sabes que harías en verdad, si estuvieses en su lugar, porque tu y él

    tienen las mismas debilidades humanas, y puede que éstas te desvíen también a ti

    del buen camino, pero cuando verdaderamente, llegues a su misma posición y te

    comportes como es debido ¡entonces, solo entonces, podrás juzgarlo! (según Rabí

    Iona de Gerondi)
    No hay persona

    alguna que pueda juzgar a su prójimo, si no estuvo en una idéntica situación,

    no se puede tener compasión por una necesidad, sin que hubiésemos pasado por esa

    misma necesidad y pobreza.


               No

    profieras palabras que es imposible oír, porque al fin pueden ser oídas.
    No hables en forma

    confusa, sé claro en tus conceptos, para que la gente te entienda la primera

    vez, y no pienses que el oyente, se profundizará en tus palabras y al fin

    entenderá porque podrá suceder, que no entenderá correctamente, hable claro y

    preciso, y no deja lugar para comentarios y explicaciones.  Recuerda lo que

    sucedió con los alumnos de Antigonos de Sojo (capítulo 1 – Mishná 3) (Pinjas

    Kehati)


               Otra

    explicación
    :

    Si tienes un secreto, cuéntalo a tu mejor amigo y no digas que nadie lo sepa,

    porque nosotros no lo diremos, y al final todos, los sabrán. (Rabenu Iona de

    Gerondi)


               No

    profieras palabras que es imposible oír:
    Hay veces, que

    evitamos de hablar con una persona, por pensar que nuestras palabras caerán en

    el vacío, Hilel, nos indica no pienses que a tu amigo “le será imposible oír”,

    porque al final, serán escuchadas, y surtirán efecto, y otro punto más.


    Aunque hayas tratado de hacerle ver la verdad, y no tuviste éxito, no te

    desilusiones, ¡porque nunca se sabe cuando se abrirán las puertas del corazón

    del prójimo!!.

     

    No digas, cuando esté libre estudiaré, porque a lo mejor, no estará nunca libre.
    Aunque estés muy

    ocupado en tus asuntos, hazte un tiempo, y estudia Torá, y no digas cuando tenga

    tiempo lo haré, porque a lo mejor nunca tendrás ese tiempo libre y al final

    resultará que durante toda tu vida no lo harás (Rabenu Simja).
    Conocido es el

    proverbio “No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy”. 
    Cosas de menor

    importancia, que son hechas al momento, son más importantes de aquellas cosas de

    mayor envergadura que la hacemos después de un tiempo.
    Y así nos enseña

    Rabí Jaim Luzatto en su libro “La senda de los justos”, capítulo siete.

    “Aspectos de la agilidad” (Zehirut).
    Los componentes de

    la agilidad son dos: “Uno anterior a la acción y otro posterior a ella”
    Antes de comenzar

    la acción, refieres a no retrasar el hecho, o precepto, sino que llegado el

    momento, o al presentársele ante él, o aún al ocurrírsele debe apresurar su

    actitud, para llevar a cabo su cometido, y no permitir que el tiempo transcurra

    y se le interponga.  Porque no hay peligro como éste, pues al transcurrir cada

    momento se puede presentar algún obstáculo que le impida su buen obrar.
     








    MISHNA 5


    (ה) הוּא הָיָה אוֹמֵר, אֵין

    בּוֹר יְרֵא חֵטְא, וְלֹא עַם הָאָרֶץ חָסִיד, וְלֹא הַבַּיְשָׁן לָמֵד, וְלֹא

    הַקַּפְּדָן מְלַמֵּד, וְלֹא כָל הַמַּרְבֶּה בִסְחוֹרָה מַחְכִּים. ובִמְקוֹם

    שֶׁאֵין אֲנָשִׁים, הִשְׁתַּדֵּל לִהְיוֹת אִישׁ:


     
    5.



    También solía decir, ningún inculto teme al pecado,

    ni ningún ignorante (puede ser) virtuoso, ni el tímido puede  aprender, ni el

    irascible enseñar, ni nadie que esté metido en negocios puede adquirir

    sabiduría.  En el lugar que no haya hombres, esfuérzate en ser hombre.



    También solía

    decir
    :

    Esta Mishná, pertenece a Hilel y él solía decir ningún inculto teme al

    pecado, ni ningún “am-haaretz”
    , ignorante puede ser virtuoso.

    Hay diferencia en el idioma

    hebreo, entre “bur”  y “am-haaretz” “bur”, es un individuo que no tiene

    conocimiento de Torá y no buenas maneras en su relación con el prójimo es

    considerado “Am-haaretz” ignorante es la persona, que no estudió Torá pero tiene

    algunos buenos modales y sabe comportarse con su prójimo (Sefer Amaor, Rambam) (Maimonides).
    ¿Que es más grave, ser un “bur” o un “am-haaretz?”


    Rashi
    ,

    (Rabí Shlomo Itzjaki) dice que “bur”, inculto, es peor que un “am-haaretz”,

    ignorante, porque como el “bur”, no posee conocimientos judaicos, y tampoco se

    conduce bien en sociedad, puede llegar a cometer  grandes pecados, y el “am-haaretz”,

    ignorante que está en contacto con la sociedad y aprende de las otras personas

    puede cumplir “mitzvot (preceptos) y llevar una vida judía pero virtuoso, no

    podrá ser. Piadoso, y virtuoso será aquel que estudie y se compenetre en las

    enseñanzas de la Torá (Rabenu Iona de Gerondi).
    Queremos recalcar, que no podremos llegar a un nivel

    espiritual, sin estudiar Torá, Mishná, Guemara y Shulján Aruj, sin tener esa

    base, no podremos entender en su totalidad los conceptos ético-morales, vertidos

    en nuestras frentes, y aquel que los estudia, como materia principal, y deja a

    un lado, la Torá en toda su expresión comete una gran equivocación.
    Y así se expresa El Ramjal (Rabí Moshé Yaim Lutzato)

    en su obra la “Senda de los justos capítulo 5”.
    Por lo mismo fuimos ordenados de fijar momentos para

    el estudio de la Torá, y ya mencionamos que es lo más necesario para que el

    hombre alcance la prudencia como lo afirma Rabí Pinjas “La Torá” conduce a la

    prudencia, y sin ella no la alcanzará jamás y es lo que dijeron nuestros sabios:

    “El ignorante no puede ser piadoso”  (2-5).


    Ni  el  tímido

    puede  aprender
    :
    La timidez es un freno para el aprendizaje.  Aunque

    se rían de usted, sus amigos, no deje de preguntar si no entiende, no se

    avergüence, si después de haber escuchado una y otra vez la explicación, no

    entendió venza su timidez y pregunte cuantas veces le sea necesario, para así

    entender el tema, y así dicta Rambam, en su libro “Mishné Torá”, (Leyes de

    Talmud Torá Cáp. 5:4)  
    El discípulo no debe sentir vergüenza ante sus

    compañeros porque ellos hayan aprendido después de la primera o segunda

    explicación, y él solamente al cabo de varias explicaciones. Si se avergonzara

    de ello, no haría sino entrar a la casa de estudios y salir de ella sin haber

    aprendido nada. Al respecto han dicho los sabios: “Ni el tímido puede aprender,

    ni el irascible enseñar”  (Avot II, 6).  Esto se aplica a los casos en que los

    alumnos no entienden un asunto a causa de su complejidad o por las limitaciones

    de su entendimiento.  Pero si al maestro le es evidente que estudian la Torá con

    negligencia y por eso no lo han captado, es su deber mostrarles su enojo y

    amonestarlos, para acicatearlos. Al respecto dijeron los sabios: “Sé riguroso

    con los alumnos”.  Por consiguiente, no cuadra que el maestro se comporte con

    ligereza ante sus discípulos, bromeando en su presencia o comiendo y bebiendo

    con ellos, para que lo reverencien y aprendan más rápidamente.


    Ni el irascible

    enseñar
    :
    La cualidad más importante de un maestro, es la

    paciencia, porque al imponerse por la fuerza solo logrará que sus alumnos le

    teman, y eviten preguntarle sobre el material de estudios, y al hacerlo se

    quedarán con las dudas, así dicta el Rambam (Idem: 4).
    Si el maestro enseñó un asunto y los alumnos no lo

    entendieron, no ha de airarse contra ellos ni enojarse, sino volver y repetir la

    cosa incluso varias veces, hasta que comprendan el tema con detenimiento.

    Asimismo, el discípulo no ha de decir “entendí” si no entendió, sino que ha de

    volver a preguntar, incluso varias veces.  Si el maestro se enojara, deberá

    decirle: “Maestro, se trata de la Torá y yo debo aprenderla, aunque mi

    entendimiento sea corto”.
    Leamos la  historia de un alumno y  su  maestro.
    Rabí Perida tenía un alumno al que debía repetir cada

    lección cuatrocientas veces antes de que consiguiera aprenderla. Un día, fue

    llamado urgentemente para realizar un acto de caridad; mas antes de salir

    repitió, como de costumbre, cuatrocientas veces la lección, y sin embargo, el

    alumno no la aprendió. ¿A qué se debe, hijo mío, le preguntó a su torpe

    discípulo, que esta vez mis repeticiones hayan sido inútiles?.
    El muchacho, cándidamente, contestó: Maestro, mi

    pensamiento estaba muy preocupado por los requerimientos que se te hacen para

    cumplir el deber de otra persona. Y Rabí Perida le dijo: bien, pues entonces,

    empecemos de nuevo. Y le volvió a repetir otras cuatrocientas veces la lección.

    (Eruvín  54b.)


    Ni  nadie  que

    esté  metido  en  los negocios  puede  adquirir  sabiduría.
    Bueno es que la persona, trabaje y estudie Torá, pero

    si se involucra demasiado en los negocios, no podrá llegar a un alto nivel

    espiritual.
    Y ya dijeron los sabios: quien aumenta sus bienes,

    aumenta su preocupación (Avot 2:7)
    Y la preocupación, desvía la atención de las personas

    y su mente no se concentrará en el estudio de la Torá.


    En  el  lugar

    que  no  haya  hombres,  esfuérzate  en  ser  hombre:


    “Odia el señorío”


    (1:10), así nos enseña Shemaia, no hay que correr tras las bancas y honores que

    trae el trabajo comunitario, porque en esa labor, hay más pérdida que ganancia,

    preguntan los sabios, ¿porque murió Iosef, antes que sus hermanos? Porque era

    Virrey de Egipto, se ocupó del país y también de sus hermanos, y… el trabajo

    comunitario entierra a los dirigentes (Avot de Rabí Nathan).
    Bien harán las personas que dejen a otros ocuparse de

    la comunidad, pero, si no hay hombres, personas apropiadas para dirigir

    en el plano espiritual, o comunitario, esfuérzate, en ser hombre, y toma

    la responsabilidad de ocupar el puesto de dirigente.
    Si no lo haces, no seréis juzgados como modesto y

    humilde, sino como pecador, porque no cumples la misión que debes cumplir









    MISHNA 6


    (ו) אַף הוּא רָאָה גֻלְגֹּלֶת

    אַחַת שֶׁצָּפָה עַל פְּנֵי הַמָּיִם. אָמַר (לָהּ), עַל דַּאֲטֵפְתְּ, אַטְפוּךְ.

    וְסוֹף מְטַיְּפַיִךְ יְטוּפוּן:




    6.



    También él vio un cráneo que flotaba sobre la faz de

    las aguas y le dijo: por haber ahogado (a ciertas personas) otras, te ahogaron a

    ti, y al fin de cuenta, quienes te ahogaron serán ahogados.

    El mal no queda impune.  Hilel nos enseña que todo el

    que hace mal a su prójimo, recibirá su castigo, no hay coincidencias, todo está

    dirigido por la Divina Providencia.


    También  él  vio

    un cráneo  que  flotaba  sobre  la  faz  de  las  aguas
    Parece ser que Hilel conocía a la persona que su

    cráneo flotaba sobre las aguas, si la persona se hubiese ahogado por causa de

    una desgracia, el cráneo no se separaría del cuerpo, como la cabeza estaba

    separada del cuerpo, comprendió que fue asesinado y la cabeza fue tirada al agua

    (Rabí Shimshon Rafael Hirsk)


    Y le dijo: Por

    haber ahogado (a ciertas personas), otras te ahogaron a ti.
    Tu fuiste, dijo Hilel, un malvado, robasteis y

    asesinasteis a gente, fuisteis cruel con ellos, y los ahogasteis, para borrar

    las huellas de tu maldad, pero lo mismo que hicisteis, recibirás el castigo será

    del mismo orden que el pecado.
    En el Tanaj (Biblia) encontramos varios ejemplos:
    Shimshon (Sansón) corrió tras sus ojos (a Dalila),

    por eso los filisteos se los arrancaron
    Abshalom, hijo del Rey David, se enorgullecía por su

    cabello, al final fue colgado de ellos (Tratado de Sotá  9: 2)
    Hamán quiso colgar a Mordejai, el mismo fue colgado.
    Los egipcios que ahogaron a los niños hebreos en las

    aguas del río Nilo, fueron consumidos por las aguas (Idem 11:1)


    Así dijo Hilel
    :

    Y al fin de cuenta quienes te ahogaron, serán ahogados.
    Como dice el Rey Salomón en Mishle (Proverbios)
    “Aquel que cava el hoyo, caerá en él, y el

    que                    hace rodar la piedra, sobre el mismo volverá”.
     





    MISHNA 7


    (ז) הוּא הָיָה אוֹמֵר, מַרְבֶּה

    בָשָׂר מַרְבֶּה רִמָּה. מַרְבֶּה נְכָסִים, מַרְבֶּה דְאָגָה. מַרְבֶּה נָשִׁים,

    מַרְבֶּה כְשָׁפִים. מַרְבֶּה שְׁפָחוֹת, מַרְבֶּה זִמָּה. מַרְבֶּה עֲבָדִים,

    מַרְבֶּה גָזֵל. מַרְבֶּה תוֹרָה, מַרְבֶּה חַיִּים. מַרְבֶּה יְשִׁיבָה, מַרְבֶּה

    חָכְמָה. מַרְבֶּה עֵצָה, מַרְבֶּה תְבוּנָה. מַרְבֶּה צְדָקָה, מַרְבֶּה שָׁלוֹם.

    קָנָה שֵׁם טוֹב, קָנָה לעַצְמוֹ. קָנָה לוֹ דִבְרֵי תוֹרָה, קָנָה לוֹ חַיֵּי

    הָעוֹלָם הַבָּא:




    7.



    También solía decir: a más carne más gusanos;  quien

    aumenta sus bienes, aumenta su preocupación, a más mujeres, más sortilegios, a

    mayor número de siervas, más libertinaje, y a más siervos, más robos. Cuantos

    más (se practica) la Torá, más se vive; a más escuelas, más ciencia, a más

    opiniones más comprensión.  Cuanta más caridad, hay más paz,  quien logra tener

    una buena reputación, logra para sí, quien asimila las palabras de la Torá,

    adquiere vida en el mundo por venir

    Hilel nos enseña que debemos concentrar y regular

    nuestra vida en este mundo en todo lo concerniente a la Torá, las buenas maneras

    y los preceptos, con respecto a los asuntos mundanos debemos manejarlos de

    acuerdo a nuestras necesidades primordiales, y ésta con tacto, propiedad y

    mesura, y si exageramos, entraremos en graves problemas.

    A  más

    carne,  más   robos

    El orden de ésta Mishná, sigue un proceso natural: Al

    principio la persona se arregla y adorna, come, bebe, ingiere carne y parecidos,

    después se ocupa en aumentar sus bienes, muchas veces por intermedio de negocios

    ilícitos, después de haber llegado a un alto nivel económico, ve que posee

    suficiente dinero para alimentar a otras mujeres, al hacerlo, ve la necesidad de

    darles sirvientas para que la sirvan más número de siervos, y como tiene mucha

    gente en la casa (mujeres, niños y siervas) necesita campos y viñedos para

    alimentarlos y darles de beber, entonces, necesita más siervos para trabajar,

    por esa razón la mishna está escrita en ese órden (según Rabí Ovadía de

    Bartenura).


    A más  carne,

    más  gusanos:
    Quien se alimenta con gran cantidad de carne, al

    morir, su cuerpo se llenará de gusanos.
    Aquellas que abusan de las comidas, sufrirán de

    enfermedades, (Bina leitim – Pinjas Kehati)


    Quien  aumenta

    sus  bienes,  aumenta  su  preocupación:
    Todo aquel que reúne bienes, dinero y otra clase de

    inversiones, no deja de preocuparse por ellos, por temor a que se los roben.
    ¡Podríamos preguntar, como es que Hilel asevera que

    el que aumenta sus bienes, aumenta su preocupación, parecería ser lo contrario,

    que la riqueza termina con los problemas del ser humano!.
    Rabí Eleazar Plekesh, en su libro (Olat – Ajodesh, 1

    – artículo 145) afirma que Hilel tiene razón en su sentencia y nos da un

    ejemplo:  aquel que tiene 5.000 pesos, se preocupa por tener otra suma igual, lo

    mismo que el que tiene 100 quiere 200, porque  no hay persona que muera, y haya

    conseguido la mitad de lo que deseaba quien aumenta sus bienes aumenta su

    preocupación.


    A más  mujeres,

    más  sortilegios
    Si tiene dos mujeres, una

    hace brujerías y sortilegios, para que odie a la otra, y la quiera a ella (Baal

    Haturim, en su comentario a Devarim  21:15)
    En el Tanaj encontramos que cuando una persona tenía

    dos mujeres, no abundaba la paz en el hogar. Dos mujeres en la casa, riñas y

    peleas en la casa (Tanjuma). “Tomó para el Lemej dos mujeres” (4 Breshit 4:19).

    Por haber esposado Lemej a dos mujeres, y estas  se peleaban; dijo: ¿En que

    pequé, por no tener paz en mi hogar? (Rabí I. Kimji), conocemos otros ejemplos

    bíblicos: Sara y Hagar, Rajel y Lea Jana y Pnina, las mujeres de Elkaná, el

    padre del profeta Shmuel.


    A mayor número de

    siervas, más  libertinaje
    :

    Las siervas de esa época, no se distinguían por su recato y modestia, y estas

    querían mejorar su situación, por todos los medios para atraer a sus amos, y

    separarlos de sus esposas e hijos.


    A  más  siervos,

    más  robos
    :

    La mayoría de los esclavos, no se preocupaban por las necesidades de sus amos,

    sino hacían lo imposible para robar sus pertenencias (Rabino Hertz).

    Pero

    cuanto más se practica la Torá, más se vive. A  más  Torá, más  paz

    ¿Porque razón trajo la Mishná, dos temas tan

    opuestos? Uno, la cultura materialista, y el otro la práctica de la Torá


    Porque la luz será reconocida al despejar la oscuridad (Rabí  Iosef  Iaabetz).

    Como la luz de una lámpara es más fuerte de noche que  de día, así el estudio de

    la Torá llevado a la práctica diaria, sobresale y se distingue en el entorno de

    la vida carente de valores espirituales.


    Cuanto  más  Torá,

    más  se  vive
    :
    El conocimiento de la Torá, no es igual al de las

    otras materias, sino la compenetración y profundización de la vida misma.
    Todo aquel, que se concentra en su cumplimiento, y

    logra pulir sus cualidades y conducta, vive más en el amplio  sentido de la

    palabra. Y así expresa el Rey Salomón en sus Proverbios:  (Mishle): “Es un árbol

    de vida, para los que se aferren a ella, y feliz es quien se aferra fuertemente

    a ella” (3:18). Y así leemos  en  el  (Tratado de  Rosh Hashaná:  18:1) Los

    Rabinos han enseñado: había en Jerusalem una familia cuyos miembros solían morir

    a los dieciocho años,  Raban Iojanan ben Zakay adivinó que eran descendientes de

    Eli, del cual está escrito que todos sus descendientes morirían en la flor  de

    la edad,  y por ello les aconsejó que se dedicaran a estudiar la Torá, como

    único medio de neutralizar la maldición. Obraron según el consejo del Rabino y

    entonces sus vidas se prolongaron.

    A  más

    escuela,  más  ciencia

    Cuando uno más estudia adquirirá más conocimientos,

    tanto el alumno, como el maestro, deben continuar perfeccionando sus

    conocimientos, porque al hacerlo sabrá como comportarse en la vida. Y así dijo

    Rabí: Mucho aprendí de mis maestros, más de mis amigos, pero de mis alumnos

    aprendí mucho más (Taanit 7:1)


    A  más

    opiniones,  más comprensión:
    Aquel que se aconseja con otros, aprende de ellos, y

    así sabe mejor como conducirse, vemos que Presidentes de estados  tienen sus

    asesores y así dijeron nuestros sabios:  Todo gobierno que no tiene consejeros,

    no se considera gobierno, de donde aprendemos del Rey David y así leemos y

    Iehonatan, tío de David, era consejero, hombre de entendimiento y secretario (Debré

    Haiamim, 1-27:32), si el  reinado de David tuvo consejeros (tomemos en cuenta

    que el Rey David era sabio e inteligente) las otras personas deberán tener sus

    consejeros como está escrito: El que escucha consejos, es un sabio (Mishle

    12:15) y en la muchedumbre de los consejos hay victoria (Idem 24:6)


    Cuanto  más

    caridad  hay,  más  paz  hay: 
    Los pobres envidian a los ricos, pero al dar el rico

    caridad a los dirigentes, estos los aman, aprecian y viven en paz (Rabí Iona de

    Gerondi)
    Dijo Rabí Iehuda hijo de Rabí Maimón: El pobre está

    sentado y se queja “Por que soy peor que fulano (el rico), él duerme sobre una

    cama, y yo sobre el suelo, fulano en su casa, y yo en el camino, y tu fuiste y

    le ayudaste con tu caridad, te aconsejo que lo reconoceré, como si hubieses

    hecho las paces entre él y yo (Midrash Rabá, Vaikra, 34).


    Quien logra tener

    una buena reputación, logra para sí.
    El estudio de la Torá, y la conducta según sus

    principios, dan a la persona, una buena reputación y un mejor nombre en vida y

    después de muerto, y nuevamente leemos en Mishle (Proverbios) del Rey Salomón:

    Si logró un buen nombre, es para el mismo (9:12). El buen nombre, es de más

    estima que las grandes riquezas (22:1).
    Ven y fíjate la importancia de una buena reputación,

    aunque la persona posea mil ducados de oro, pero no tiene buena reputación no

    logró nada (Midrash Mishle 22)


    Quien  asimila

    las  palabras  de la Torá, adquiere vida en el mundo por venir:
    Aquel que logró que la Torá sea parte intrínseca de

    su personalidad, y dirige su vida según sus enseñanzas, vive una vida de verdad,

    y adquiere su parte en el mundo por venir. Y así nos transmiten los sabios en  (Peá

    1).
    Estas son las cosas para las que no está prescrito

    límite  el remate del predio, los primeros frutos, las ofrendas de

    peregrinación, la práctica de la bondad y el estudio de la Torá.  Estas son las

    cosas de cuyos frutos el hombre goza en este mundo, mientras lo principal le

    queda para el venidero:  honor al padre y a la madre, practicar la bondad,

    temprana asistencia a la casa de estudio de mañana y de tarde, la hospitalidad

    para los extranjeros, la visita a los enfermos, dotar a la novia, dar sepultura

    a los muertos, la devoción en la plegaria y el hacer la paz entre semejantes;

    pero el estudio de la Torá supera a todas ellas.
    En el

    futuro traerá el Santo bendito sea, un rollo de la  Torá y dirá:  El que se

    ocupó de la Torá, que venga a cobrar su recompensa. (Avodá Zará  2:1) Y así nos

    prometen nuestros sabios:  Todo aquel que viene a la sinagoga, y escucha las

    palabras de la Torá, ameritará en sentarse entre los sabios en el mundo por

    venir (Olam-haba) (Midrash Rabá Devarim 7). 


     





    MISHNA 8


    (ח) רַבָּן יוֹחָנָן בֶּן זַכַּאי

    קִבֵּל מֵהִלֵּל וּמִשַּׁמַּאי. הוּא הָיָה אוֹמֵר, אִם לָמַדְתָּ תּוֹרָה

    הַרְבֵּה, אַל תַּחֲזִיק טוֹבָה לְעַצְמָךְ, כִּי לְכָךְ נוֹצָרְתָּ. חֲמִשָּׁה

    תַלְמִידִים הָיוּ לוֹ לְרַבָּן יוֹחָנָן בֶּן זַכַּאי, וְאֵלּוּ הֵן, רַבִּי

    אֱלִיעֶזֶר בֶּן הֻרְקְנוֹס, וְרַבִּי יְהוֹשֻׁעַ בֶּן חֲנַנְיָה, וְרַבִּי יוֹסֵי

    הַכֹּהֵן, וְרַבִּי שִׁמְעוֹן בֶּן נְתַנְאֵל, וְרַבִּי אֶלְעָזָר בֶּן עֲרָךְ.

    הוּא הָיָה מוֹנֶה שְׁבָחָן. רַבִּי אֱלִיעֶזֶר בֶּן הֻרְקְנוֹס, בּוֹר סוּד

    שֶׁאֵינוֹ מְאַבֵּד טִפָּה. רַבִּי יְהוֹשֻׁעַ בֶּן חֲנַנְיָה, אַשְׁרֵי

    יוֹלַדְתּוֹ. רַבִּי יוֹסֵי הַכֹּהֵן, חָסִיד. רַבִּי שִׁמְעוֹן בֶּן נְתַנְאֵל,

    יְרֵא חֵטְא. וְרַבִּי אֶלְעָזָר בֶּן עֲרָךְ, מַעְיָן הַמִּתְגַּבֵּר. הוּא הָיָה

    אוֹמֵר, אִם יִהְיוּ כָל חַכְמֵי יִשְׂרָאֵל בְּכַף מֹאזְנַיִם, וֶאֱלִיעֶזֶר בֶּן

    הֻרְקְנוֹס בְּכַף שְׁנִיָּה, מַכְרִיעַ אֶת כֻּלָּם. אַבָּא שָׁאוּל אוֹמֵר

    מִשְּׁמוֹ, אִם יִהְיוּ כָל חַכְמֵי יִשְׂרָאֵל בְּכַף מֹאזְנַיִם וְרַבִּי

    אֱלִיעֶזֶר בֶּן הֻרְקְנוֹס אַף עִמָּהֶם, וְרַבִּי אֶלְעָזָר בֶּן עֲרָךְ בְּכַף

    שְׁנִיָּה, מַכְרִיעַ אֶת כֻּלָּם:


     
    8.



    Rabí Iojanan Ben Zakai  recibió  de Hilel y de Shamay.

    Solía decir:  Enumera sus cualidades (del siguiente modo):  Rabí Eliezer ben

    Hurkanos es una cisterna encalada que no pierde gota; Rabí Ieoshua ben Jananiá

    dichoso es su nacimiento, Rabí Yosi Hacohen, es el piadoso, Rabí Shimon ben

    Netanel, teme al pecado, y Rabí  Eleazar ben Araj, es como manantial que

    (siempre) va en aumento.


    Él solía decir:  Si todos los sabios de Israel fueran

    colocados en un platillo de la balanza y Eliezer ben Hurkenus en el segundo

    platillo, pesaría más que todos ellos.


    Aba Shaul dice, en nombre de él  si colocaran a todos

    los sabios de Israel en un platillo de balanza y a Eliezer ben Hurkenus con

    ellos y a Eleazar ben Araj en el segundo platillo;  éste pesaría más que todos

    ellos (juntos).



    Raban  Iojanan

    ben Zakai recibió  (la Torá)  de  Hilel y de Shamay
    Hilel, aparte de lo que hizo en general para elevar

    el brillo de la Torá entre el pueblo, transmitió sus enseñanzas a 80 alumnos.

    Treinta de ellos eran merecedores que la Shejina descanse sobre ellos como Moshé

    Rabenu, treinta eran merecedores que el sol se detenga igual que como lo hizo

    para Ieoshua Ben Num y los 20 restantes eran mediocres. El mejor alumno fue

    Ionatán Ben Uziel y el menor fue  Rabí Iojanan  Ben  Zakai.  (Sucá 28:1).
    Los sabios testimoniaron sobre Iojanan Ben Zakai que,

    aparte de sus grandes conocimientos en Mikrá, Mishná, Guemara, Halajot, Agadot y

    todos los rincones de la Torá, era un gran conocedor de ciencias referidas a los

    diablos, fantasmas, vida ultraterrena y otras cosas.


    Él  solía decir:

    Si estudiaste mucho Torá no te creas merecedor de agradecimiento ya que

    (precisamente) para esto fuiste creado.
    Aunque el estudio de la Torá

    es digno de todo el aprecio, el sabio no se alabará por sus conocimientos, no

    dirá,  yo estudié tales y tales cosas, y por esa razón deberán honrarme (Rashi)

    ya que para esto fuiste creado, para estudiar Torá,  como leemos en el libro de

    (Ieoshua 1:8) “no se aparte de tu boca este libro de la Torá, medita en él de

    día y de noche”, y aquel que cumple con su deber, no deberá esperar que lo

    recompensen.


    Para esto fuiste

    creado,


    Para esto viniste al mundo como está escrito.  Hubo tarde, hubo mañana, el sexto

    día (1:31), sobre lo cual explica Rashi: de éste versículo aprendemos que el

    Santo bendito sea, puso una condición a las hechuras del génesis: que todo pende

    y depende de Israel, si recibirán la Torá, bien, si no, se volverá desierta y

    huera. Al estudiar Torá, cumplimos con nuestro deber y no solamente debemos

    estudiar Torá, sino que al tener conocimiento de ella, debemos enseñarla a otras

    personas y así se expresan los sabios. Aquel que estudia Torá, y no la enseña se

    parece a un mirto en el desierto ¿quien podrá tener satisfacción de su

    fragancia? – (Rosh Hashaná 23:1).
    Con respecto al estudio que

    puede alimentar el ego de los eruditos de la Torá, leamos lo que escribe Rabí

    Moshé Jaim Lutzato (Ramjal) en su libro la Senda de los Justos (c.22) en su

    explicación a nuestra Mishná.
    La sabiduría es el principal medio que conduce al

    hombre a la soberbia y el orgullo por cuanto es una virtud en el hombre mismo y

    en la parte superior de él o sea su mente.
    Pero no existe ningún sabio que no se equivoque y que

    no necesite aprender de sus semejantes, y en muchas ocasiones aún de sus

    alumnos: Siendo así entonces, ¿cómo puede vanagloriarse con su sabiduría? Pero

    quien posea un entendimiento correcto, aunque haya sido merecedor de una gran

    sabiduría, verdaderamente descollante, cuando analice y medite verá que no

    existe lugar para el orgullo o la superioridad. Pues quien posea sabiduría y

    sepa más que los demás, no realiza sino lo que su propia naturaleza lo induce a

    realizar; como el ave que se eleva para volar, pues esa es su naturaleza; El

    buey jala con fuerza, porque es su ley.  De la misma manera el que es sabio,

    puesto que su naturaleza lo conduce a ello. 
    En tanto que el que actualmente no es inteligente

    como él, si hubiera tenido su misma capacidad hubiera sido inteligente como él,

    entonces no tiene porque enorgullecerse o vanagloriarse.  Si no por el

    contrario, si posee una gran sabiduría deberá transmitirla a los demás que

    también la necesitan.
    Como lo explicó Raban Iojanan ben Zakai: “Si

    estudiaste mucha Torá no te vanaglories, pues para ello fuiste creado”  (T. Rabí

    Princ. 2-9).  Si es rico, deberá alegrarse con su parte, ayudando a quien lo

    necesite. Si es fuerte deberá ayudar a los que fracasan y salvar a los

    oprimidos.  ¿A qué se compara esto?,  a los sirvientes de la casa, a los que se

    les ha designado a cada uno una tarea  específica y deberán mantenerse en sus

    puestos cumpliendo sus órdenes, para completar los quehaceres de la casa y sus

    necesidades, y no hay lugar para ninguna jactancia.


     Cinco

    discípulos  tenía  Rabí  Iojanan ben Zakai:
    Muchos de los Rabinos preguntan:  ¿Acaso tenía solo

    cinco alumnos?  y su Yeshivá (casa de estudios) llevaba el nombre de Yavne

    vejajamea,
      ¡Yavne  y sus sabios!
    Pero para entender la Mishná

    debemos definir la palabra “discípulo, en hebreo, Talmid”
    ¿A quien se considera un discípulo? O ¿qué requisitos

    debe llenar una persona para considerarse como tal?
    “Talmid”, discípulo, es aquel se anula ante sus

    maestros y que la opinión de su maestro, será la suya, y según sus indicaciones,

    se conducirá en todos los ámbitos de su vida.
    La Mishná dice: “Cinco discípulos tenía Rabí Iojanan

    ben Zakay, estudiantes y sabios de la Torá no faltaban en Yavne, pero “Talmidim”,

    discípulos que están atentos a cada momento de las enseñanzas de su Rabí y

    cumplían sus enseñanzas, había solamente cinco.


    Que eran: Rabí

    Eliezer ben Hurkanos, Rabí Ieoshua ben Jananiá, Rabí Iosi Hacohen, Rabí Shimon

    ben Netanel y Rabí Eliezer ben Araj.  Él enumeraba sus cualidades. Rabí Eliezer

    ben Hurkenus: es una cisterna encalada, que no pierde gota.
    Cuando pisaban las uvas, que se encontraban en una

    cisterna, para hacer vino, usaban embetunarla, para que no filtre el vino y

    salga del pozo o la cisterna, ese ejemplo era el adecuado para definir a Rabí

    Eliezer ben Hurkenus, quien poseía una memoria privilegiada, y lo que aprendía

    lo asimilaba, y no lo olvidaba como cita el Talmud: No perdía Rabí Eliezer

    ninguna de las enseñanzas que adquiría y aseguraron que Rabí Eliezer no olvidó

    ninguna de las enseñanzas (de sus Rabinos)  (Sucá  27:2)
    Podríamos preguntar la memoria, es un regalo del

    Cielo, o se adquiere a fuerza de trabajo y ejercitación.
    Recordamos algo que nos deja una gran impresión, o

    que ansiamos verlo o conseguirlo, conque a cada momento podemos comprobar, Rabí

    Eliezer quien quería estudiar y ampliar sus conocimientos, y cada palabra de la

    Torá era para él el agua como lo es para el hombre sediento que deambula por el

    desierto, no se olvidó nada de lo que estudiaba como el vino en una cisterna

    encalada demostrando su amor por la Torá, y eso lo logró por empeñarse a todo

    momento en el conocimiento  de las enseñanzas sagradas.


    Rabí Jananiá

    dichoso es quien le dio a luz
    :  Bendita su madre que ameritó tener un hijo como

    ese que era conocedor de la Torá, y consejero del gobierno, y yo escuché que la

    razón por la cual bendicen a su madre es que fue ella que lo convirtió en sabio

    (Rashi).
    Cuando era recién nacido lo

    llevaba al “Bet-Hamidrash” (casa de estudios) para que se acostumbre a escuchar

    las enseñanzas de la Torá (Ierushalmi Iebamot  1:6).
    Fue su madre que invirtió en su educación, para que

    tenga éxito en sus estudios y llegue a los altos niveles de conocimientos y

    temor a HaShem, Rabí Jananiá, ocupó su lugar gracias a la entrega sin límites de

    su madre Rabí Iojanan ben Zakai, así lo entendió, por eso dijo: “Dichoso es

    quien le dio a luz Rabí – Iosi Hacohen, es el piadoso”
    .
    En la terminología Talmúdica

    las leyes de la Torá, son denominadas “Shurat hadin”,  la línea del derecho, el

    comportamiento de la persona que hace más de lo escrito en el libro de leyes se

    conoce por “Lifnim mishurat hadín” – más allá de la ley.
    Esa persona es conocida con el nombre de “Jasid”,

    piadoso, virtuoso, así era Iosi Hacohen.


    Rabí Shimón ben

    Netanel, temeroso de (HaShem)


    pecar
    Era meticuloso en el cuidado de los mitzvot, por

    temor de entrar en el pecado.
    Pregunta Rabí Abraham Danzig en su libro “Zijrú Torat

    Moshé”:
    ¿Acaso los otros alumnos de Raban Iojanan ben Zakai,

    no eran temerosos de HaShem hasta que tuvo que acentuar especialmente el temor

    de HaShem de Rabí Shimon ben Netanel?.
    Y contesta que hay dos clases de temor  Todos los

    hebreos son considerados temerosos de HaShem Cuando se encuentran frente a una

    situación que los puede llevar  pecar, se alejan de ella por ser “temerosos de

    HaShem”, pero aquel que teme de llegar a pecar está a un nivel superior, porque

    cuando está ocupado en cosas triviales, como el comer y el beber, o cumple

    alguna mitzva esta atento, para no pecar, y ve siempre un paso más adelante.
    Leamos lo que escribe Rabí Moshé Jaim Lutzato, (Ramjal)

    en (La senda de los justos, capítulo 24).
    De presentársele algún pecado y lo reconoce como tal,

    lo abandona, y no lo realiza para no hacer algo en contra del Honor del Señor
    Pero el temor al pecado se manifiesta en todo momento

    y a toda hora, pues a cada minuto temerá el hombre sucumbir ante la

    trasgresión.  Y por lo tanto se denomina temor al pecado, pues se fundamenta en

    temerlo, para que el pecado no se introduzca o se mezcle en sus actos, ya sea

    por descuido, negligencia u olvido de cualquier manera que sea.
    Y sobre esto está dicho:  “Dichoso el hombre que teme

    siempre” (Prov. 28), y comentaron nuestros Sabios que se refiere a cuestiones de

    Torá.  Pues aún en los momentos en que no vea el obstáculo frente a sus ojos,

    debe temer por si encuentra escondido a sus pies y él no está atento, sobre este

    temor dijo nuestro maestro Moisés:  “Para que Su temor esté sobre vuestro

    rostro, y no pequéis”. (Ex. 20).  Pues esto es lo fundamental del temor, que el

    hombre tema y tiemble constantemente, hasta que no se aparte nunca de él este

    temor, pues sólo de esta manera no cometerá ningún pecado; y si lo comete como

    accidente le será considerado.  Y  así dijo Isaías en su profecía:  “Y a él

    miraré, al humilde y sumiso de espíritu, que tiembla de mi palabra”  (Isaias

    66).  Y el rey David fue elogiado en esto:  “Príncipes me han perseguido sin

    causa.   Pero ante Tus palabras tembló mi corazón” (Salmos 119). Y así

    encontramos que los ángeles, majestuosos y exaltados, se apabullan y tiemblan

    ante la Majestuosidad del Señor, hasta que dijeron nuestros Sabios en su

    profunda sabiduría:  “¿De dónde proviene la corriente de fuego (Nahar Dinur)?

    del sudor de las criaturas sagradas” (Tratado de Jaguigá 13), y esto debido al

    temor que profesan constantemente, de omitir algo.
    Este tipo de temor presenta dos aspectos:  El primero

    corresponde al presente o al futuro, y el segundo, al pasado.
    Con respecto al presente, debe el hombre preocuparse

    y temer por lo que realiza o sobre lo que va a realizar, si encuentra o si se

    mezclará algo que no esté de acuerdo con la Gloria del Señor, como ya lo

    mencioné.
    En cuanto al pasado, el hombre debe meditar siempre

    sobre lo que ya hizo, y temerá y se preocupará por si salió de sus manos algún

    pecado inconscientemente.  Así como Babá ben Botah ofrecía un sacrificio de

    culpabilidad en el Sagrado Templo diariamente (Tratado de Keritut 25). Y Job al

    culminar los días de banquetes de sus hijos, ofrecía de madrugada un holocausto

    por cada uno de sus hijos, pues decía:  “Quizás pecaron mis hijos …”  (Job

    1).  Y dijeron nuestros Sabios sobre Moisés y Aharon, respecto al óleo de la

    unción con el cual ungió nuestro Maestro a su hermano, pues está dicho en él (el

    óleo):  “Sobre el cuerpo de un hombre no se ungirá”, y a Aharón le fue ordenado

    que se ungiera con él; por lo tanto temían haber profanado el óleo al utilizarlo

    en forma incorrecta, y así se expresaron N.S.:  “Sobre esto se preocupó Moshé y

    dijo: ¿Quizás profané el óleo sagrado de la unción?” (Tratado de  Horaiot  12).

    Salió entonces un eco celestial que proclamó: “Como el buen unguento sobre la

    cabeza de Aharón, que desciende sobre la barba de Aharón como el  rocío del

    Hermón” (Salmos 133), y así como el rocío no se profana, el óleo de la unción de

    la barba de Aharon no está profanado. Pero aún Aharon estaba preocupado, por si

    Moisés no hubiese profanado y él sí. Y surgió una voz Celestial y le dijo: “Cuan

    bueno y placentero es que habiten los hermanos juntos”, así como Moshé no ha

    profanado tampoco tú.
    He aquí la virtud de los devotos, que aún por un

    precepto cumplido se preocupaban y decían: quizás se ha mezclado en ellos una

    partícula impura.


    Rabí Eliezer ben

    Araj es como manantial que siempre va en aumento.
    Era inteligente, profundo, entendía perfectamente las

    enseñanzas de su Rabí y agregaba más y más elementos de compresión a lo tratado,

    como las aguas del manantial que no dejan de fluir.
    Rabí Eliezer ben Hurkenus no poseía la agudeza mental

    de Rabí Eliezer (Rashi).
    El primero recordaba todo lo que estudió, y el

    segundo como un manantial siempre aumentaba sus conocimientos.
    Él solía decir: si todos los sabios de Israel fueran

    colocados en un platillo de la balanza y Eliezer ben Horkenus en el segundo

    platillo, pesaría más que todos.
    El tema es importante; que es mejor para el estudio

    de la Torá, la memoria o el entendimiento, Rabí Eliezer por un lado, dueño de

    una memoria prodigiosa, conocedor de todas las materias de la Torá, y Rabí

    Eleazar, dueño de una mente privilegiada entendía las enseñanzas en su

    profundidad. 
    Rabí Iojanan ben Zakai piensa que la cualidad de Rabí

    Eliezer ben Hurkenus es de mayor importante que las cualidades de todos sus

    alumnos, porque según él, la memoria es el elemento más importante del estudio.
    Aba Shaul, que vivió dos generaciones después de

    Raban Iojanan ben Zakai, dijo en  el nombre de éste último que no la memoria, es

    la cualidad más importante, si no la agudeza  mental del estudioso, y por esa

    razón, Eleazar ben Araj es el más importante de los alumnos, y de Rabí  Eliezer

    también.
    No sabemos cuál fue la idea exacta de Raban Iojanan

    ben Zakai, hay Rabinos (Rabí Ovadia de Bartenura y Rabí Iona de Gerondi) que

    opinan que Raban Iojanan encontró que las dos cualidades, la memoria y la

    agudeza mental son importantes para el estudio, hay veces que una es más

    importante que la otra.        





    MISHNA 9


    (ט) אָמַר לָהֶם, צְאוּ וּרְאוּ

    אֵיזוֹהִי דֶרֶךְ יְשָׁרָה שֶׁיִּדְבַּק בָּהּ הָאָדָם. רַבִּי אֱלִיעֶזֶר אוֹמֵר,

    עַיִן טוֹבָה. רַבִּי יְהוֹשֻׁעַ אוֹמֵר, חָבֵר טוֹב. רַבִּי יוֹסֵי אוֹמֵר, שָׁכֵן

    טוֹב. רַבִּי שִׁמְעוֹן אוֹמֵר, הָרוֹאֶה אֶת הַנּוֹלָד. רַבִּי אֶלְעָזָר אוֹמֵר,

    לֵב טוֹב. אָמַר לָהֶם, רוֹאֶה אֲנִי אֶת דִּבְרֵי אֶלְעָזָר בֶּן עֲרָךְ

    מִדִּבְרֵיכֶם, שֶׁבִּכְלַל דְּבָרָיו דִּבְרֵיכֶם. אָמַר לָהֶם צְאוּ וּרְאוּ

    אֵיזוֹהִי דֶרֶךְ רָעָה שֶׁיִּתְרַחֵק מִמֶּנָּה הָאָדָם. רַבִּי אֱלִיעֶזֶר

    אוֹמֵר, עַיִן רָעָה. רַבִּי יְהוֹשֻׁעַ אוֹמֵר, חָבֵר רָע. רַבִּי יוֹסֵי אוֹמֵר,

    שָׁכֵן רָע. רַבִּי שִׁמְעוֹן אוֹמֵר, הַלֹּוֶה וְאֵינוֹ מְשַׁלֵּם. אֶחָד הַלֹּוֶה

    מִן הָאָדָם, כְּלֹוֶה מִן הַמָּקוֹם בָּרוּךְ הוּא, שֶׁנֶּאֱמַר (תהלים לז) לֹוֶה

    רָשָׁע וְלֹא יְשַׁלֵּם, וְצַדִּיק חוֹנֵן וְנוֹתֵן. רַבִּי אֶלְעָזָר אוֹמֵר, לֵב

    רָע. אָמַר לָהֶם, רוֹאֶה אֲנִי אֶת דִּבְרֵי אֶלְעָזָר בֶּן עֲרָךְ מִדִּבְרֵיכֶם,

    שֶׁבִּכְלַל דְּבָרָיו דִּבְרֵיכֶם:


     
    9.



    Les dijo: Salid y ved cual es el mejor camino que

    debe seguir el hombre: buen ojo.


    Rabí Eliezer dice: Rabí Ieoshua dice: un buen amigo,

    Rabí Iose dice: un buen vecino, Rabí Shimón dice:  prever el futuro, Rabí

    Eleazar dice:  un buen corazón.


    Les contesto (Raban Iojanan ben Zakai)   prefiero las

    palabras de Eleazar ben Araj a las vuestras, ya que en sus palabras están

    incluidas las vuestras.


    (A continuación) les dijo: Salid y ved cual es el

    peor camino del que debe alejarse el hombre.  Rabí Eliezer dice el mal ojo, Rabí

    Ieoshua dice: un mal amigo,  Rabí Iose dice: un mal vecino, Rabí Shimón dice: el

    que toma prestado y no-paga, pués quien toma prestado de un hombre, es como si

    tomara prestado del Señor, según está escrito: el malvado toma prestado y no

    paga, mientras que el justo se compadece y dá (Tehilim 37:21): Rabí Eleazar

    dice: un mal corazón.


    (Entonces Raban Iojanan) dijo: más me agradan las

    palabras de Eleazar ben Araj que las vuestras, porque sus palabras incluyen las

    vuestras.


    Les dijo,  Rabí Iojanan,

    Muchas son las buenas cualidades que el hombre tiene

    que seguir, pero Raban Iojanan ben Zakai preguntó a sus alumnos cual es la

    cualidad más importante a la cual se pegará y por su intermedio alcanzará todas

    las otras buenas e importantes cualidades (Rabino Iona de Gerondi)


    Rabí Eliezer dice:

    el buen ojo:
    Se contenta con lo que tiene, no pide demás y no toma

    envidia cuando ve que sus amigos tiene más que él ( Rabí Ovadia de Bartenura)


    Rabí  Ieoshua

    dice: un buen amigo:
    Ha de tratar de comprar un amigo, para leer, estudiar

    como con él, y para contarle sus secretos (Sifrí)
    El Rey Salomón nos aconseja: El amigo ama en todo

    tiempo (17:17) y si lo es no lo abandonará en la adversidad (Rabí Levy ben

    Gershom)
    El ser humano acostumbra a culpar a todos, menos a sí

    mismo a sus amigos en especial. Si ellos se hubiesen comportado bien conmigo, yo

    también, nuestra sagrada Torá y nuestros sabios opinan lo contrario.


    Sé tú un buen

    amigo, trata que sea tú a la  que te quieren y estimen.
    ¡Así  llegarás  a amar a todo el mundo!.


    Rabí  Iose dice:

    un buen vecino.
    Un buen vecino es mejor que un buen amigo porque su

    vecino le ve a cada momento en el día y en la noche, y de él aprende ( Rashi).
    Un alumno se dirigió a Rabí Meir Jadash, pidiéndole

    que le aconseje como debe actuar en la ciudad que habría de habitar
    “La persona que pasa a vivir a un nuevo lugar piensa

    naturalmente sobre su persona, como se arreglará en su nuevo vecindario que

    podrá recibir y otros. Pero a decir verdad debería pensar como podrá el

    beneficiar a sus nuevos vecinos. Con respecto a Iaakov en su entrada a la ciudad

    de Shjem leemos.  Llegó Iaakov en paz a la ciudad de Shjem… y acampó ante la

    ciudad (Breshit 33:18) Dicen nuestros Sabios les hizo una moneda, Rabí Iehuda

    dice: “Casas de baño les  construyó” “Formó negocios y les vendió barato”,

    porque una persona debe agradecer a quien le hizo favores (Ialkut Shimoni).
    ¿Por quien se preocupó nuestro patriarca Iaakov?,

    preguntó Rabí Meir Jadash, ¡por cananeos, idolatras!
    Pero esta era su obligación; pensar por los otros,

    por sus nuevos vecinos, No importa quienes son, pensará no solamente por el

    beneficio espiritual que les puede otorgar, sino también por cosas materiales,

    como bien hizo Iaakov nuestro patriarca.


    Rabí  Shimon dice:

    prever el futuro:
    Que analiza los hechos, y piensa muy bien antes de

    hacer un paso, sabiendo medir las consecuencias de cada movimiento que está por

    realizar, así no cometerá errores que podrían ser irreparables.


    Rabí  Iehuda Leib

    Jasman  en su libro  Or Iael


    (3, Pág. 136) analiza la sentencia de Rabí Shimon el que prevé el futuro, el que

    prevé, y no el que sabe y lo conoce.
    Todo ser humano explica el

    Rabino, conoce cual será su futuro, la muerte, y a pesar de eso su conducta es

    vana, huera y sin razón como leemos en el libro de (Melajim 2 – Reyes c. l7:15)

    y anduvieron tras la vanidad, y se hicieron vanos.
    ¿A que se debe la conducta de la mayoría de las

    personas?
    Aunque tienen conciencia que los espera la muerte, no

    la visualizan.  El intelecto capta el fin del camino, pero el corazón lo ignora,

    por esa razón los seres humanos se hunden en el escenario de las vanidades como

    bien lo explica el Rey David en el Tehilim (Salmos 49:l2) “Su intimo pensamiento

    es que sus casas serán eternas, sus habitaciones hasta la postrera generación.
    El sabio se comporta de distinta manera sabe cual

    será su fin, pero lo ve, siente y lo palpa como algo real y entonces su camino

    es honesto, recto y correcto aquel que visualiza su muerte, sabe también que al

    final de sus días deberá rendir cuentas por sus actos al Creador entonces es

    para el claro y nítido que debe dejar las vanidades mundanas y ocuparse de

    aquellas cosas que son importantes.
    Si una persona quiere saber a que grupo pertenece al

    de los que saben el futuro o al de aquellos que los visualizan concretamente,

    nos aconseja el Rab. Jasman, deber medir sus “Ir-at – Shamaim” (Temor a HaShem)

    cuanto más respeto a HaShem tendrá mas se elevará su sabiduría y verá su futuro

    con más precisión.

    Rabí

    Eleazar dice: un buen corazón

    La persona que posee un buen corazón se destaca por

    ser paciente, no irascible, contesta amablemente, aunque le acosan para hacerle

    mal, no reaccionará a gritos, y saldrán de su boca solo palabras dulces y

    comprensivas. (Rabí Iona de Gerondi).
    He aquí el relato sobre la paciencia de Hilel.



    La  paciencia  de

    Hilel
    Los Rabinos han enseñado: el hombre debe ser siempre

    humilde como Hilel y no brusco y desabrido como Shamay.  Dos hombres hicieron

    una apuesta: el que consiguiera sacar Hilel de sus casillas ganaría

    cuatrocientos zuz.
    Ocurría esto en víspera del

    sábado.  Mientras Hilel se estaba lavando los cabellos, uno de los dos hombres

    llamó a la puerta de su casa, diciendo: ¿está Hilel?,  y Hilel se puso la capa y

    le preguntó: ¿Qué  quieres, hijo mío? Tengo que preguntarte una cosa.

    ¡Pregúntala hijo mío!  ¿Por qué los babilonios tienen la cabeza redonda?

    ¿Importante pregunta? Es debido a que no tienen comadronas hábiles.
    El hombre se marchó; pero al cabo de un rato volvió a

    llamar a la puerta: ¿está Hilel? ¿Está Hilel? El Rabino tomó su capa, fue a su

    encuentro y le preguntó: ¿que quieres, hijo mío? Quiero preguntarte algo.

    Pregúntalo, hijo mío,  ¿Por qué a los habitantes de Palmira les lloran los ojos?

    ¿Vaya pregunta? Porque moran en regiones arenosas.
    El hombre se marchó, aguardó un poco y regresó por

    tercera vez.
    ¿Está Hilel? ¿Está Hilel?, decía. Y Hilel se puso la

    capa, se acercó a él y le preguntó: ¿qué deseas, hijo mío? Quiero hacerte una

    pregunta. Pues hazla ¿Por qué los africanos tienen los pies anchos?. ¡Importante

    pregunta!. Es debido a que habitan en regiones pantanosas. Tengo otras muchas

    preguntas que quisiera hacerte, pero como despertar tu indignación. Hilel dobló

    su capa, se sentó y le dijo:  pregunta todo lo que quieras  ¿Tú eres Hilel, al

    que la gente considera príncipe de Israel? Soy yo. Pues si eres tú, ¿ojalá no

    haya muchos como tú en Israel?. ¿Por qué, hijo mío? Porque me has hecho perder

    cuatrocientos zuz. Y Hilel le dijo: pues no te preocupes demasiado, pues

    volverías a perder otros cuatrocientos zuz por culpa de Hilel   antes que verle

    salirse de sus casillas (Shabbat  30b-31a.)
    Todas las cualidades de los

    seres humanos, tienen como base el corazón, si el corazón es  bueno, todas las

    cualidades lo serán (Pinjas Kehati).


    Prefiero las

    palabras de Eleazar Ben Araj  a las vuestras, ya que en sus palabras están

    incluidas las vuestras.
    Las palabras de Rabí Eleazar contienen los

    pensamientos de los otros Sabios, porque todo depende del corazón.


    Odio y amor,

    nacen

    en el corazón, está escrito “No odiarás a tu hermano en tu corazón (Vaikra l9:

    l7) y amarás a HaShem tu HaShem  con todo tu corazón (Devarim 6:5)


    No  hay  envidia

    sino  en el  corazón
    :

    Y así está escrito: Porque el día de venganza estaba en mi corazón (Isheiahu

    63:4)


    La preocupación

    está  en el  corazón
    :

    Como dice el versículo: Si hay congoja en el corazón del hombre, deberá contarla

    (a otros)  (Mishle l2: 25)


    El  dolor  y  el

    enojo


    residen en el corazón y así está escrito porque el hombre mira a los ojos, más

    el Señor mira al corazón (Shmuel /A / 16:7) – ( Otiot de Rabí Akiva – 30)


    (A continuación)


    les dijo: Salid y ved, cual es el peor camino del que debe alejarse el hombre.
    El hombre será considerado dueño de perfectas

    cualidades cuando rechace el mal, y elija el camino del bien, si no conoce el

    mal, puede y hará malas acciones sin saberlo. 
    Y así nos dice el Rey David en Tehilim (34:15)

    “Aléjate del mal y haz el bien”

    Rabí

    Eliezer dice el mal ojo

    Se refiere a aquel que se lleva de envidia por lo que

    tiene su compañero “Todo lo que tiene le parece poco, sin importancia, y piensa

    solamente en conseguir más y más bienes (Sefer Amaor)
    Explicamos ya que “buen ojo” es lo contrario a lo

    anteriormente explicado  ya que en el caso del “mal ojo” su corazón está lleno

    de codicia por lo que tienen los demás.


    Mal  amigo,  mal

    vecino
    Por

    todos los medios debemos alejarnos de las malas amistades, y de los malos

    vecinos.
    Podríamos preguntar: Por que la Mishná enumera al mal

    vecino entre aquellos caminos de los cuales debemos alejarnos.
    Que puede preocuparnos si tenemos un mal vecino
    Rabí Ierujam de Mir en su libro “Daat Jojma y Musar”

    (2da. parte Pág. 14) nos explica que el mal es una realidad, algo que nos

    persigue dé tal manera que al encontrarse en nuestra vecindad nos será muy

    difícil echarlo  de nuestro lado, lo mismo el mal ojo, el mal amigo, mal

    corazón, todo esto es una difícil realidad que se pega al ser humano, por eso

    debemos usar todas nuestras fuerzas para desligarnos de esa epidemia.
    Y agrega el Rabino: Si pudiésemos cortar a pedazos el

    corazón del hombre malo, veríamos que está lleno de maldad, el profeta Habakuk

    lo define diciendo “porque la piedra clama (a HaShem) desde el muro, y la viga

    desde el maderaje le responde en coro (2:11), el mal es una realidad que se pega

    hasta en la madera y las piedras.
    Y al contrario: El bien es también una realidad una

    realidad viviente, al acercarnos al “bien y sus derivados” veremos que pueden

    revivir a los muertos.  Un buen hombre trae bendición, vida y medicina a su

    vecindad. Sobre Abraham nuestro patriarca, dice la Torá”:Serás una bendición (Breshit

    12:2), el se convierte en una fuente de bendición.
    Todo aquel que estaba en contacto con Abraham se

    bendecía, con solo mirar Abraham a los enfermos, éstos se curaban y dijeron los

    Sabios:  Los viandantes y tripulantes de barcos, al recordar el nombre de

    Abraham nuestro patriarca, se salvaban de cualquier desgracia.


    Rabí Shimon dice:

    El que toma prestado y no paga, pues quien toma prestado de un hombre es como si

    tomara prestado del Señor, según está escrito: el malvado toma prestado y no

    paga, mientras que el justo se compadece y dá  (Tehilim  37:21)
    Los bienes que tiene una persona, le fueron dados por

    HaShem si uno pide prestado de su amigo, resta de lo que dio el Eterno y si no

    devuelve lo prestado, como si obliga a HaShem a devolver al  que le prestó lo

    que perdió.
    Resulta que el que toma prestado, es como si tomara

    prestado del Señor, y si no devuelve lo prestado, quedará debiendo a HaShem

    (Rabí Ovadia de Bartenura).
    Y así explica Rashi (Rabí Shlomo Itzjaki) el

    versículo de Tehilim el malvado toma prestado y no-paga, y el justo (HaShem) se

    compadece y da le devuelve lo perdido.


    Rabí  Eleazar

    dijo:  un mal corazón


    como el buen corazón es la fuente de las buenas acciones, de la misma manera el

    mal corazón es la raíz de todos los males.
    Dice el Rey Shlomo en Mishle (Proverbios) Más que

    toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque manan de él las manifestaciones de

    la vida ( 4:23), Porque  todas las manifestaciones de la vida vienen del corazón

    (Metzudat  David).


    Entonces  (Rabí

    Iojanan)  dijo  más  me agradan las palabras de Eleazar ben Araj que las

    vuestras, porque sus palabras incluyen las vuestras.


    Porque el hombre que posee mal corazón, su ojo también lo es (es envidioso,

    codicioso y avaro) y todos sus actos son malos y pervertidos y así leemos en la

    Torá y que no vayáis tras las codicias de los corazones y de vuestros ojos (Bamidbar

    15:30), de acá aprendemos que los ojos van tras los corazones (Ialkut Shimoni).
     








    MISHNA 10


    (י) הֵם אָמְרוּ שְׁלשָׁה

    דְבָרִים. רַבִּי אֱלִיעֶזֶר אוֹמֵר, יְהִי כְבוֹד חֲבֵרָךְ חָבִיב עָלֶיךָ

    כְּשֶׁלָּךְ, וְאַל תְּהִי נוֹחַ לִכְעוֹס. וְשׁוּב יוֹם אֶחָד לִפְנֵי מִיתָתָךְ.

    וֶהֱוֵי מִתְחַמֵּם כְּנֶגֶד אוּרָן שֶׁל חֲכָמִים, וֶהֱוֵי זָהִיר בְּגַחַלְתָּן

    שֶׁלֹּא תִכָּוֶה, שֶׁנְּשִׁיכָתָן נְשִׁיכַת שׁוּעָל, וַעֲקִיצָתָן עֲקִיצַת

    עַקְרָב, וּלְחִישָׁתָן לְחִישַׁת שָׂרָף, וְכָל דִּבְרֵיהֶם כְּגַחֲלֵי אֵשׁ:




    10.



    Ellos dijeron tres cosas.  Rabí Eliezer dice: Aprecia

    tanto la honra de tu prójimo como la tuya propia; no te irrites con facilidad y

    arrepiéntete un día antes de tu muerte.


    Caliéntate con la llama de los Sabios, pero sé

    prudente con las brasas no sea que te quemes.  La mordedura de ellos, es la

    mordedura del zorro, su picadura, la  picadura del escorpión, su silbido, el

    silbido de la serpiente venenosa, y todas sus palabras son como brasas de fuego.



    Ellos dijeron tres

    cosas:


    Los alumnos de Raban Iojanan ben Zakai solían decir parábolas morales.


    Rabí Eliezer dice:



    Aprecia  tanto la honra de tu prójimo como la tuya propia.
    De la misma manera, que una

    persona desea ser honrado así debe hacerlo con otro. Como no quieres ser

    despreciado, no lo seas con tu prójimo si ves que un compañero es ofendido,

    considérate tu mismo ofendido.
    Si ves que tu amigo recibe honores, alégrate como si

    fueras tu mismo el que lo recibe.


    No  te  irrites

    con  facilidad.
    El que se enoja, se equivoca

    (Sifrí, Matot).
    No te enojes, y no pecarás (Berajot 29). Por tres

    cosas el hombre se hace conocer: por su copa, su bolsillo y su ira (Eruvin

    65:12), cualquier hombre que se enfurezca, aún si es sabio, su sabiduría se

    aleja de él (Pesajim 66).
    Cuéntale que el Saba (abuelo de Kalem) Rabí Simja

    Zisl Ziv se prometió que nunca iba a enojarse, si no vistiese primero un abrigo

    especial al cual llamaba el abrigo del enojo (Tnuat Hamusar, 2da. parte – 45).


    Y  arrepiéntete

    un  día  antes  de  tu  muerte:
    Rabí Eliezer dice: Arrepiéntete un día antes de tu

    muerte. Sus discípulos le preguntaron: ¿Acaso hay alguien que conozca el día de

    su  muerte?
    Les contestó:  Por eso, precisamente, el hombre debe

    arrepentirse hoy, porque quizás mañana ya habrá muerto. Luego, todos los  días

    de la vida del hombre deben dedicarse al arrepentimiento. (Shabbat153 a).
    Rabí Iejezkel Landa autor de “Anoda-BiYehuda”

    (Discurso 20 Los diez días de arrepentimiento)  pregunta:
    ¿Acaso puede alguien asegurar que hoy no se morirá?

    Nuestros  Sabios, dice el Rabino no pretenden ámel entrar al ser humano con la

    muerte física, su intención es hacer que el hombre se preocupe para no morir en

    el “Olam-haba” (el mundo por venir) el cual es el tiempo de la “vida eterna”

    denominado “mañana“, como explicaron “hoy para observarlos” y mañana para

    recibir la recompensa.
    Rabí Eliezer al decir “porque

    quizás  mañana  ya habrá muerto”, se refiere al mundo por venir – él  “majar”

    (mañana) al preocuparse todos los días, por el “Olam-Haba”, estará haciendo “Teshuvá”

    (contrición).


    Caliéntate  con la

    llama  de los  Sabios, pero sé prudente con las brasas,  no sea que te quemes
    .

    Rabí Eliezer al hablar sobre la relación con los

    Sabios, dio como ejemplo a la persona que se calienta con el fuego.
    Si estará sentado a distancia de él, se sentirá

    cobijado con su calor y usará de su luz.
    Pero, si  se  acercará  demasiado – se quemará, y en

    vez de serle útil lo dañará (Sefer Hamaor Rambam).
    De la misma manera, deberás mantener una distancia

    respetuosa hacia los Sabios, porque si te acercas demasiado a ellos, podrás

    llegar a faltarles el respeto y entonces serás castigado.
    Aquel que hace un desprecio a un sabio, no tiene cura

    para  su enfermedad (Shabat – 119). La  Mishná nos visualiza el castigo diciendo

    que  ” la mordedura de ellos, es como la mordedura del zorro “ sus

    dientes finos y encorvados, y su mordedura es la peor de todas las otras ( Rashi),

    sus palabras se asemejan, a la picadura del escorpión, o a las brasas de fuego.
    Las comparaciones de la

    Mishná, escribe Rabí Shalom Shbadrón en nombre de Rabí Jaim Zunenfeld son

    exactas.


    La mordedura de

    ellos (de los Sabios)  es  como  la  mordedura  del  zorro
    :

    El zorro tiene dientes filosos y los hunde profundo en la carne  así debemos

    tener conciencia de que aquel que haga enojar a los eruditos de la Torá, pueda

    dañarse como lo hace la mordedura del zorro.


    Su picadura es

    como la picadura del escorpión
    :
    Golpe más grave que la

    mordedura del zorro, porque este daña en el lugar mordido, pero el veneno mortal

    del escorpión se infiltra por todo el cuerpo.


    Su silbido, el

    silbido de la serpiente
    : la picadura del escorpión es posible por contacto

    directo con la persona, pero la serpiente tira su veneno desde lejos.
    Y el Tana finaliza diciendo:

    Y todas sus palabras son como brasas de fuego, debemos cuidarnos de no

    tergiversar las palabras de los Sabios, y de seguir sus consejos, porque sus

    palabras son como “brasas de  fuego “
    Seguro preguntarás, ¿qué brasas y fuego arde en los

    Sabios de la Torá  que pueden llegar a quemarnos?. ¿De donde proviene esa brasa

    ardiente?.
    En los Sabios de la Torá, reside la “Shejina”,

    (Divina Providencia),  y esta es como “brasas de fuego” de la Santidad.
    Al estudiar la Torá y observar sus preceptos, Israel

    se santifica y la “Shejina”  reside en ellos.  La grandeza del hombre reside en

    poder  elevarse a un nivel superior y hacer descender la Divina Providencia de

    las  alturas y hacer que se limite en los cuatro codos  (espacio) de Torá.
    Rabí Nathan Tzví Finkel el saba de Slobodka en su

    obra  (Or Tzafun 2a. parte, Pág. 174-175 ) opina que en ese sentido las

    criaturas terrenales logran un nivel superior a los celestiales, porque estos

    preguntan  “Aie mekom Kebodó” (donde está su honorabilidad) mientras que los

    terrenales por medio del estudio de la Torá y su cumplimiento pueden hacer  que

    la Torá resida en sus cerebros y corazones.
    En esta conducta se convierten en “objeto de

    Santidad”  y como pueden irradiar santidad a sus allegados pueden convertirse

    también en brasas que arden y queman.





    MISHNA 11


    (יא) רַבִּי יְהוֹשֻׁעַ אוֹמֵר,

    עַיִן הָרָע, וְיֵצֶר הָרָע, וְשִׂנְאַת הַבְּרִיּוֹת , מוֹצִיאִין אֶת הָאָדָם מִן

    הָעוֹלָם:


     
    11.



    Rabí Ieoshua dice: la envidia (el mal ojo), la mala

    inclinación, y el odio de las criaturas expulsan al hombre del mundo.

    Tres son las cosas, dice Rabí Ieoshua, que acortan la

    vida de una persona, la envidia trae a la codicia, quieres obtener lo que posee

    el prójimo y ésta al odio hablando de Itzjak, el patriarca, nos relata la Torá,

    y lo envidiaron los filisteos (Breshit 26:14) y al final y ustedes me odiaron a

    mí (Midrash Hagadol – Parshat Toldot)


    La  envidia
    :

    Un hombre envidioso, y otro lleno de codicia se encontraron en el camino, el rey

    de la comarca los encontró y les dijo: Si uno de ustedes me hará una petición,

    al otro le daré el doble.
    El codicioso quería recibir

    el doble, por eso no quería ser el primero en presentar su pedido ante el rey y

    el segundo no quería hacerlo porque le envidiaba y no quería que fuese el que

    tomara la doble parte ofrecida por el rey.
    Al final, el codicioso de marras obligó a su amigo

    que pida primero.
    Entonces este pidió..  que le sacasen un ojo, para

    que a su amigo le saquen dos!!
    Cuanta  fuerza  tiene  la  envidia.


    La mala

    inclinación (Ietzer hará),
      Rabí Iehuda, el príncipe dijo: Les daré un ejemplo:

    el instinto del mal se asemeja a dos personas que entraron a una hostería.  Uno

    de ellos fue hecho preso por robo (era un ladrón), le preguntaron ¿quien está

    contigo?, podía haber dicho nadie me acompañó, yo solo robé, pero se dijo, si yo

    seré muerto, que maten a mi compañero también.
    Así dice el “Ietzer hará”  (instinto del mal) como no

    tendré lugar en el mundo por venir (Olam Haba), haré que el cuerpo también lo

    pierda, induciéndolo a hacer malas acciones (Avot de Rabí Nathan 15).

    El  odio

    de   las   criaturas

    El hombre que odia a sus semejantes, se alegra con

    las desgracias ajenas.
    Por que fue destruido el Segundo Templo, por que

    había entre ellos un odio sin razón (Tratado de  Ioma 9)

    Expulsan

    al  hombre  de  éste mundo

    La envidia, la codicia y el odio hacen que el hombre

    esté siempre en un estado de constante ira, lo que   finalmente  hará  estragos

    su salud  física  y  morirá  antes de tiempo (Sefer Hamaor Rambam). La persona

    que posee éstas malas cualidades será alejada de la sociedad terrenal y

    seguramente perderá su mundo venidero.


     





    MISHNA 12


    (יב) רַבִּי יוֹסֵי אוֹמֵר, יְהִי

    מָמוֹן חֲבֵרָךְ חָבִיב עָלֶיךָ כְּשֶׁלָּךְ. וְהַתְקֵן עַצְמָךְ לִלְמוֹד תּוֹרָה,

    שֶׁאֵינָהּ יְרֻשָּׁה לָךְ. וְכָל מַעֲשֶׂיךָ יִהְיוּ לְשֵׁם שָׁמָיִם:


     
    12.



    Aprecia el dinero de tu prójimo tanto como el tuyo,

    imponte (el deber de) estudiar la Torá, ya que no la has heredado; todas tus

    acciones sean hechas en honor del cielo (por amor al Señor).

    Rabí Iosi, el Cohen, nos presenta tres objetivos, los

    cuales debemos lograr para ser mejores individuos, el primero que atañe al

    prójimo, el segundo a sí mismo, y el tercero, a su relación con HaShem.


    Aprecia el dinero

    de tu prójimo tanto como el tuyo:
    De la misma manera que una persona cuida su dinero y

    sus bienes personales, debe hacerlo con el dinero y pertenencias de su prójimo.

    Sobre este tema traeremos unos episodios ocurridos a Rabí Ieoshua ben Jananiá,

    conocido por sus sagaces e inteligentes respuestas, según nuestras fuentes

    sostenía discusiones con el emperador en Roma, y con los filósofos de Atenas que

    discutían en contra del Judaísmo y la Torá.
    Rabí Ieoshua ben Jananiá

    cuenta que en el transcurso de su vida ninguno de sus colegas le pudo enseñar

    nada nuevo, pero en cambio aprendió cosas de una mujer, de una jovencita y de un

    niño.
    En cierta ocasión fui a una posada a comer, y la

    comida era tan sabrosa que transgredí los buenos modos y me comí todo el

    contenido de los platos. Lo mismo me ocurrió al día siguiente.  Pero el tercer

    día, la anfitriona me preparó un manjar que, después de haberlo probado, no pude

    comer a causa de la gran cantidad de sal que contenía, y por ello lo aparté a un

    lado. La buena mujer lo vio, se me acercó y quiso saber por qué había yo

    rechazado el guiso. No queriendo criticar sus dotes culinarias, le contesté:  no

    tengo hambre; más ella me dijo: maestro, el hecho de que te comas el pan indica

    que tienes hambre; lo que ocurre es que la comida está muy salada.

    Evidentemente, me he excedido al echar demasiada sal; pero tú has transgedido

    dos veces los buenos modales, pues has comido todo, todo lo que contenían los

    platos.
    En otra ocasión estaba yo atravesando un campo, que

    según todas las apariencias, era un camino público, cuando se me acercó una

    jovencita y me preguntó por qué había atravesado una propiedad privada. Yo le

    contesté: como el camino está muy trillado creí que era un camino público. Y la

    jovencita me dijo: es porque, del mismo modo que has hecho tú, muchas personas

    no tienen escrúpulos en atravesar por campos ajenos, y por eso está tan

    trillado.
    Otra vez, me  dirigía hacia una ciudad, y al llegar a

    un cruce de caminos no sabía por cuál tomar.  Había allí un niño y le pregunté:

    niño,  ¿cuál es el camino más corto para llegar a la ciudad?,  y él me

    respondió, señalando a uno de ellos:  éste es el más corto y el más largo; El

    otro es el más largo, pero el más corto.  Creyendo que se trataba de una manera

    infantil de explicar las cosas, eché a andar por  “el más corto y más largo”.

    Pronto llegué a los alrededores de la ciudad, y vi cuán cerca estaba, pero cuán

    difícil era penetrar en ella, porque había muchos jardines todos cercados por

    una alta valla.  Me vi obligado a regresar, y al llegar al cruce hallé todavía

    al niño, y le pregunté por qué me había dicho que era el más corto. Y así sería;

    me contestó: Si no hubiera jardines que impidiera entrar en la ciudad.

    Precisamente por eso te dije que era el más corto, pero al mismo tiempo el más

    largo (Eruvín 53b). En éste texto nota que en el episodio ocurrido con la joven

    en el campo, el Rabino recibió una gran lección cuando le reprochó diciendo que

    él cometió el mismo pecado que los otros transeúntes al atravesar por los campos

    ajenos y no respetar el bien del propietario.


    Imponte el (deber

    de) estudiar la Torá, que no las  has heredado
    Debes hacer lo necesario para adquirir los

    conocimientos de la Torá, limar tu carácter y cualidades, e invertir tu mente y

    tu tiempo en el estudio de la Torá.  “No digas: mi padre fue un sabio y erudito

    de la Torá,” también yo lo seré, sin esforzarme demasiado ( Rashi) la Torá no se

    puede heredar de padre a hijo si quieres saber y adquirir conocimientos,

    esfuérzate y estudia.
    ¿Que relación hay entre “aprecia el dinero (las

    propiedades de tu prójimo como las tuyas” e- imponte el (deber de) estudiar la

    Torá ya que no la has heredado?.
    Nos explica Rabí Shmuel Binamin Sofer, autor de Ketav

    Sofer, sobre la Torá. “Los preceptos entre el hombre y su semejante como el

    robo, son preceptos del intelecto”, aunque el pueblo de Israel no hubiese sido

    ordenado a observarlos lo hubiesen hecho porque todo ser que tiene uso de la

    razón comprende que robar o sus parecido no es un hecho positivo.
    Los preceptos entre “hombre y HaShem”, son

    preceptos transmitidos y si no se nos hubiese ordenado no los observaríamos.

    Nunca nos hubiésemos imaginado que habríamos de observar el sábado y ponernos

    tefilín.
    Las cosas naturales pueden ser heredadas de

    padre a hijo lo que no lo es, lo recibiremos por “transmisión”.


    Cuando la Mishná habla aprecia el dinero de tu prójimo como el tuyo propio nos

    advierte que los preceptos entre el hombre y su semejante. Debes cuidar los

    bienes de los demás como el suyo propio, está sobreentendido que el robo y sus

    derivados están prohibidos. Esto es el prólogo, y el principio para la

    observancia de los preceptos entre “hombre y HaShem”, sobre estos podemos llegar

    a imponte el (deber de) estudiar la Torá ya que no las heredado, en el cual

    están en un nivel sobrenatural ya que si no hubiésemos sido ordenados por HaShem,

    nuestro intelecto humano, no los hubiese concebido.


    Todas tus acciones

    sean hechas en honor del cielo (por amor al Señor)
    Todos tus actos, aunque parezcan prosaicos, deberán

    hacerlos en honor del cielo, para cumplir la voluntad del Creador.
    Dice el Rey Shlomo: En todos tus caminos ten presente

    a HaShem (Mishné 3:6), y así se expresa el Talmud: Expuso Bar Kapará: ¿Cuál es

    la sección pequeña de la cual dependen todas las partes de la Torá? En todos tus

    caminos ten presente a HaShem, y Él enderezará tus actos.
    Dijo Raba: Incluso en caso de trasgresión, hay que

    utilizar el concepto también en caso de que una persona cometa un pecado,

    también entonces hay que estar en contacto con  HaShem y no pensar que si ha

    cometido un sinfín de malas acciones ¿cómo puedo cumplir una mitzva?. Hemos de

    saber que una mitzva, hecha por nosotros puede ayudarnos a volver al buen

    camino, (Berajot 63:1).


     





    MISHNA 13


    (יג) רַבִּי שִׁמְעוֹן אוֹמֵר,

    הֱוֵי זָהִיר בִּקְרִיאַת שְׁמַע (וּבִתְפִלָּה). וּכְשֶׁאַתָּה מִתְפַּלֵּל, אַל

    תַּעַשׂ תְּפִלָּתְךָ קֶבַע, אֶלָּא רַחֲמִים וְתַחֲנוּנִים לִפְנֵי הַמָּקוֹם

    בָּרוּךְ הוּא, שֶׁנֶּאֱמַר (יואל ב) כִּי חַנּוּן וְרַחוּם הוּא אֶרֶךְ אַפַּיִם

    וְרַב חֶסֶד וְנִחָם עַל הָרָעָה. וְאַל תְּהִי רָשָׁע בִּפְנֵי עַצְמָךְ:


     
    13.



     Rabí Shimón dice: sé cuidadoso al recitar el  “Shemá

    y las oraciones”


    Cuando reces, no conviertas tu oración en una rutina,

    si no en una llamada a las misericordias y gracias del Señor, pues está escrito

    porque es clemente y misericordioso, tardo en airarse,  muy misericordioso y Se

    arrepiente del mal, y no te consideres impío en tus propios ojos.

    Rabí Shimon ben Netanél, viene a prevenirnos sobre la

    oración que sea efectuada en su tiempo y con plena concentración.


    Rabí Shimon dice:

    Sé cuidadoso  al  recitar  el  Shemá y la oración.
    Leerla en su hora (Rashi), como así las oraciones

    deberán ser en el tiempo preferido (Rabí Ovadia de Bartenura). Y así dijo Rabí

    Iojanan cuando el Santo bendito sea viene a la Sinagoga  y no encuentra las diez

    personas, se enoja, y así está escrito “Por que vine, y no hay persona alguna,

    llamé y no hay quien me conteste (Isheiau 50:2), (Berajot 6:2).
    De la misma manera que todos los alimentos son buenos

    para el hombre, pero el pan y el agua son necesarios y sin ellos no podría

    subsistir en éste mundo, también en los asuntos espirituales, la lectura del

    Shema y  la  oración,   son el pan y el  agua de los humanos (Iaabetz).
    La lectura del “Shemá”  significa el

    recibimiento del yugo celestial (ol maljut shamaim), sin éste no estamos

    ubicados en el nivel Israelí, de la misma manera hemos de referirnos sobre la

    oración.
    La oración es una necesidad del ser humano, significa

    elevar nuestros ruegos y petitorio ante el Eterno. Dicen nuestros sabios del

    Talmud “quien goza cualquiera cosa de este mundo sin pronunciar una bendición”,

    es considerado un ladrón (Berajot 35:2), porque al gozar de éste mundo debemos

    de retribuir al Santo bendito Sea. ¿Y quien es el que puede pagar por todo lo

    que ha gozado?, solamente cuando está ante HaShem y pide Su merced y compasión

    demuestra que ha recibido “este mundo como regalo del Eterno”, y por eso tiene

    la esperanza de recibir recompensa por él cumplimiento de los preceptos. Pero si

    no es cuidadoso en su oración y esta en deuda en el pago del uso de este mundo

    aunque sea un estudioso de la Torá, no podrá cubrir la deuda con HaShem.
    El Rabino Iejezkel Levinshtein en su libro (Or

    Iejezkel, 3 – 309) dice que al parecer la mayoría de nuestro pueblo no recitan

    el Shema y la oración como es debido. El primer versículo del Shema debe ser

    recitado con suma concentración (Cavaná), debemos pensar que el Santo bendito

    sea es omnisciente, es, fue y será y gobierna sobre los cuatro puntos

    cardinales.
    Sin compenetrarnos en los temas de la fe, en la

    salida de Egipto estaremos lejos del camino. Nuestro corazón recibe múltiples

    influencias que nos alejan de nuestra identidad espiritual, y de una u otra

    manera se infiltran en nuestra mente, ideas contrarias a nuestra fe como leemos

    en la tercera parte del “Shema”  y “no os desviaréis tras vuestros corazones y

    tras vuestros ojos” que son los deseos y las ideas contrarias a nuestra fe. Por

    eso el camino a seguir es rezar leyendo en el libro de oraciones y esforzarnos

    en la concentración, para poder así aunar mente y corazón al dirigirnos a HaShem

    en la Shema y la oración”.


    Cuando  reces  no

    conviertas  la  oración  en una rutina
    No reces como si fuera una obligación impuesta como

    aquel que se agobia por un peso, y por todos los medios quiere deshacerse de él.
    Y así dijeron los sabios “El que reza tiene que

    dirigir su corazón al cielo (Berajot 31:1)
    Un Jazán (oficiante) trataba de elevar su voz en la

    oración, pero a pesar de muchas tratativas no lo logró, simplemente quedó ronco.
    El Rabí Levy Itzjak de Berditchev, que estaba

    presente le preguntó ¿Qué le pasó a tu voz? Rezé frente al “Amud” (podium)

    contestó el oficiante y quedé ronco. Cierto, dijo el Rabí, el que reza frente al

    podium, pierde su voz, pero el que reza ante HaShem ¡su voz no se pierde!.


    Si no en una

    llamada a las misericordias y gracias del Señor, pues está escrito: porque es

    clemente y misericordioso, tardó en airarse muy misericordioso y Se arrepiente

    del mal.
    Existen tres clases de oraciones y todas están

    referidas en el versículo:
    1)



    Que el

    Santo bendito sea, lo salve de penurias y desgracias, y aunque haya pecado, se

    tarde en airarse y que no lo castigue.
    2)



    Que haga

    cumplir los deseos de su corazón aunque según sus actos no lo amerite, y aunque

    así sea, el Santo bendito sea, lo agracie con su merced.
    3)



    Que

    HaShem le perdone por sus pecados, y Se arrepiente del mal que tendría que

    recibir
    Todas estas oraciones no serán realizadas sino por

    que el Santo bendito sea es misericordioso, por esa razón hemos de elevar

    nuestras preces al Señor con humildad pidiéndole que nos tenga compasión (Tiferet

    Israel).
    ¿Cómo tenemos que rezar? Debemos concentrarnos en el

    significado de las oraciones, pronunciar cada palabra con el mismo ritmo que

    usamos para contar el dinero, lenta y pausadamente. La oración es un diálogo

    entre el hombre y su HaShem, y hablaremos con Él, como si estuviéramos hablando

    con nuestro padre, como le pedimos a él lo que necesitamos con un tono de voz

    silencioso y lleno de respeto, de la misma manera lo haremos con el Altísimo.
    Hay quienes opinan que hablaremos con D-s durante la

    oración como un siervo lo hace con su amo, el rey. No olvidaremos que la oración

    es el momento más sublime, por lo tanto sería fatal perder una oportunidad tan

    preciosa. Cierto es que la concentración (Cavana) en la plegaria requiere una

    gran fuerza física, pero es un reto para el hombre en su relación con la

    divinidad.


    Y no te

    consideres  impío en tus propios  ojos
    No te consideres un malvado, porque si lo haces,

    cerrarás ante ti las puertas del arrepentimiento.  Si tomas esa actitud,

    entrarás en depresión, porque pensarás que no te valdrá nada cumplir las mitzvot

    (preceptos) o elevar una plegaria ante HaShem, y ya habrá decidido que nada

    podrá ayudarte y así leemos en (Berajot 34:2)  “El justo perfecto no puede

    ocupar el lugar de un penitente. Todos debemos darnos una segunda oportunidad en

    la vida,  cada día que nace, nos da una nueva razón, para analizar nuestras

    acciones y quien sabe, puede que ese nuevo día tenga consigo la chispa que

    encienda nuestros corazones ya fríos por la frígida rutina, y que abra nuestros

    ojos cerrados para  dirigirlos a HaShem, y poder reencontrarnos con nuestras

    raíces ancestrales.



     





    MISHNA 14


    (יד) רַבִּי אֶלְעָזָר אוֹמֵר,

    הֱוֵי שָׁקוּד לִלְמוֹד תּוֹרָה, (וְדַע) מַה שֶּׁתָּשִׁיב לָאַפִּיקוֹרוֹס. וְדַע

    לִפְנֵי מִי אַתָּה עָמֵל. וְנֶאֱמָן הוּא בַּעַל מְלַאכְתְּךָ שֶׁיְּשַׁלֶּם לָךְ

    שְׂכַר פְּעֻלָּתָךְ:


     
    14.



     Rabí Eleazar dice: Sé diligente en estudiar la Torá,

    y sabe lo que debe responder a los incrédulos, sabe ante quien trabajas, y quien

    es el dueño de tu trabajo, quién te pagará la recompensa por tu trabajo.
    Rabí Eleazar ben Araj nos enseña, que para estudiar

    Torá y profundizarnos en su mensaje debemos ser diligentes y consecuentes, dos

    son las metas del estudio:  a) Conocer el tema a la perfección para poder

    contestar a las interrogantes de las personas y           b)

    Concientisarze con fe plena de la existencia de HaShem su unicidad, grandeza,

    sus mercedes y maravillas para así reforzar nuestra fe y servirlo con temor,

    reverencia y amor.


    Rabí Eliezer dice:

    sé diligente en el estudio de la Torá
    Estudia Torá con seriedad y constancia, porque sin

    estas dos cosas no podrás adquirir sus conocimientos.
    Rabí Janina ben Jananiá

    y Rabí

    Shimon bar Iojai fueron a estudiar Torá con Rabí Akiva en Bene-Brak – se

    quedaron allí trece años. La señora de Rabí Janina le envió una carta diciéndole

    “Tu hija ya está grande” – ven y cásala. Pidió permiso a su Rabí y viajó a su

    casa. Y así leemos en el (Tratado de Ketubot  62).
    “Rabí Janina ben Ja-Kinaí”

    fué a la Academia, en la que permaneció durante doce años. Al regresar, las

    calles de su ciudad habían cambiado y no podía encontrar su casa. Se sentó junto

    al río, y allí oyó que alguien decía: hija de Ja-Kinaí, llena tu cántaro y vamos

    a casa. Pensó: esta chica nos pertenece, y la siguió. Cuando llegaron a la casa,

    su esposa estaba sentada a la puerta, cribando harina. Cuando alzó los ojos y le

    vio, su corazón cesó de latir y murió. Entonces, su esposo rogó al Señor: para

    esta pobre alma, ¿es ésta la recompensa?
    Ten piedad de ella. Y volvió de nuevo a la vida. (Ketuvot

    62b.)
    Y  otro  episodio  en  la

    misma  fuente.
    El hijo de Rabí Yehuda ha-Nasí, consagró doce años al

    estudio, lejos de su esposa. Cuando, al cabo de tantos años, regresó, su esposa

    se había vuelto estéril. Al enterarse de ello, su padre exclamó: ¿qué debe hacer

    mi hijo? Si la repudia, la gente dirá que esta mujer piadosa aguardó en vano

    durante largos años a su marido. Si toma otra esposa, además de la primera,

    dirán que tiene esposa y concubina. Por ello se puso  a rezar por su nuera, y

    HaShem curó su esterilidad. (Ketuvot  62b)


    Y sabe lo que debe

    responder al incrédulo (apikoros)
    ¿Que es un apikorós?  (incrédulo)
    Nuestros Sabios definieron al incrédulo, como aquel

    que no cree en la Torá – oral; que reniegue de la existencia de HaShem y de su

    unicidad, aquel que infrige publicamente las leyes de la Torá, como demostración

    a su falta de fe.
    Hay  quienes  opinan que “Apikoros”,  viene  del

    nombre del filósofo griego “Epicureo” (400 años  antes de la destrucción

    del Segundo Templo) que según su teoría la finalidad de la vida, es satisfacer

    los deseos corporales, y con ese nombre definían a aquellos que despreciaban la

    Torá.
    La Mishná nos enseña que para saber refutar ideas del

    apicoros debemos tener claro los principios de la Torá, y adquirir mayores

    conocimientos en todas las materias de la Torá, como nos aconseja el Rey Shlomo

    en Mishle (proverbios 27:11) Sé sabio hijo mío, y alegra mi corazón, para que yo

    pueda contestar a los que me vituperan.


    Sabe ante quien

    trabajas y quien es el dueño de tu trabajo, quien te pagará la recompensa por tu

    trabajo 
    Profundiza tus conocimientos, en la Torá escrita y

    oral, en lo llano y en el plano esotérico de esa manera conocerás a tu Creador,

    sabrás ante quien trabajas, el Santo bendito sea, quien te ordenó trabajar y te

    pagará la recompensa de tu trabajo.
    HaShem castiga los malos actos, y premia a los

    buenos, aunque sea pequeño.
    Dice el versículo “carne desgarrada en el campo no

    comeréis” al perro la echareis (Shemot  22: 32).
    ¿Por qué al perro? Dijo el Santo bendito sea.

    Ustedes deben a los perros, cuando maté a los primogénitos egipcios, y estos los

    enterraron toda la noche los perros no dejaron de ladrarles, pero no lo hicieron

    con los hijos de Israel como está escrito. Pero contra los hijos de Israel,

    ningún perro afilará su lengua (Idem, 11:7) por esa razón, le deben ustedes a

    los perros (Midrash Raba, 3 1: 8).
    Para enseñarte que HaShem no mezquina la retribución

    que le corresponde a cada ser. Por eso le retribuye HaShem  y les dice:  ¡Dadle

    su paga! 
    (Rashi,  idem,  22:30)





    MISHNA 15


    (טו) רַבִּי טַרְפוֹן אוֹמֵר,

    הַיּוֹם קָצֵר וְהַמְּלָאכָה מְרֻבָּה, וְהַפּוֹעֲלִים עֲצֵלִים, וְהַשָּׂכָר

    הַרְבֵּה, וּבַעַל הַבַּיִת דּוֹחֵק:

    15.



     Rabí  Tarfón dice: La jornada es corta y mucho el

    trabajo, los trabajadores son perezosos, la recompensa es grande y el dueño de

    la casa, nos apremia.

    Rabí Tarfón era alumno de Rabí Iojanan ben Zakai, en

    la Yeshivá de Iavne, y uno de los dirigentes más destacados de su tiempo, vivió

    en la ciudad de Lud, en ésta Mishná nos describe la relación del hombre al

    Creador, como el obrero a su patrón.


    La jornada es

    corta:


    Los días del hombre en este mundo  son cortos.


    Y mucho es el

    trabajo,


    el cumplimiento de la  Torá, que es completo y cubre todos los momentos de la

    vida.     


    Los trabajadores

    son perezosos.


    Los seres humanos

    somos genios para encontrar excusas a cualquier tema, para no  hacerlo,  pero en

    cuanto se refiere a perder el tiempo en vanidades, nos ingeniamos para

    mantenernos ocupados.

    La

    recompensa  es  grande.




    A los que estudian la Torá, les espera una gran recompensa como

    está escrito.

    Y bien harán las personas si se ocupan de su trabajo.

    Y  el

    dueño  de  la  casa  nos  apremia

    El Santo bendito nos apremia para que estudiemos la

    Torá. El ser humano, no se parece al obrero que recibió un trabajo a destajo, si

    hizo poco, recibe poco y si hizo mucho, recibe una gran recompensa y al patrón

    no le interesa lo que logró realizar.
    HaShem exige al hombre que estudie Torá, y si no lo

    hará recibirá su castigo (Rabí Iona de Gerondi).
    ¿Sobre que clase de jornada habla Rabí Tarfón?
    Cada día tiene su importancia, porque cada día es

    algo especial con respecto a nuestra posible elevación espiritual y  así se

    expresa  Rabí  Jaim  de Volozin en su libro “Nefesh-Ajaím” (2da. Parte c:13) en

    nombre del Zohar, con respecto a la “oración” cada día y cada hora no tiene

    parecido con el que le sigue por el cambio que resulta en los mundos, y hasta el

    terminar de los días del mundo no encontraremos que una plegaria se parezca a

    otra, como dice lo escrito “Bendito HaShem,” día a día. (Tehilim 68:20), a lo

    que explicaron nuestros Sabios: En cada día  entrégale  sus bendiciones (no

    iguales)  (Sucá 46: 2).
    Cada

    día se diferencia del otro por sus obligaciones,  subes, bajas y  por  los

    arreglos (Tikunim) que realizamos.
    En

    Taná de Be Eliahu Zuta, (Cáp.15) leemos: Dijo David, yo recito la grandeza,

    heroísmo y reinado del Rey de los Reyes el Santo bendito sea porque cada dia un

    ser humano es creado y cada día nace una nueva criatura, etc. ¡Nos enseñan que

    cada día nacemos nuevamente, y debemos cumplir la misión a nosotros destinada

    para ese día, y si no la cumplimos, fuimos creado en vano, y eso, no lo podremos

    reparar nunca jamás!!.
    Así falla el “Shulján Aruj” (Joshen Mishpat

    306:8)  Un maestro de párvulos que no enseña o enseña negligentemente, o se

    equivocó al enseñar  o casos parecidos y los artesanos que no pueden arreglar lo

    malhecho, serán destituidos de sus cargos sin preaviso y no recibirán un nuevo

    trabajo hasta que prueben su idoneidad.
    Este es el significado de la sentencia de Rabí Tarfón

    “El día es corto” cada día es una unidad independiente, y si no le damos la

    importancia debida entonces será una pérdida eterna podremos otro día crear una

    nueva creación, pero aquel día estará señalado como un día no y mal aprovechado

    (Rabí Aharon Kotler – Mishnát Rabí Aharon 2da parte – 109).





    MISHNA 16


    (טז) הוּא הָיָה אוֹמֵר, לֹא

    עָלֶיךָ הַמְּלָאכָה לִגְמוֹר, וְלֹא אַתָּה בֶן חוֹרִין לִבָּטֵל מִמֶּנָּה. אִם

    לָמַדְתָּ תוֹרָה הַרְבֵּה, נוֹתְנִים לָךְ שָׂכָר הַרְבֵּה. וְנֶאֱמָן הוּא בַּעַל

    מְלַאכְתְּךָ שֶׁיְּשַׁלֶּם לָךְ שְׂכַר פְּעֻלָּתָךְ. וְדַע, מַתַּן שְׂכָרָן שֶׁל

    צַדִּיקִים לֶעָתִיד לָבוֹא:


     
    16.



     (También) solía decir: no estás obligado a acabar el

    trabajo: pero (tampoco) eres libre para abandonarle. Si estudiaste mucho la Torá,

    te darán una gran recompensa, pues fiel es el dueño de tu trabajo que te pagará

    el salario por tu trabajo, pues has de saber que el don de la recompensa de los

    justos llegará en el futuro.

    Rabí Tarfón sigue refiriéndose en ésta Mishná sobre

    el estudio de la Torá y su recompensa


    No  está obligado

    a acabar el trabajo
    :
    Si tu dices que la vida es

    corta, y la Torá es amplia y vasta, y no tienes probabilidad alguna de cumplir

    tu papel a la perfección, entonces has decidido dejar el estudio a un lado,

    escucha la respuesta de Rabí Tarfón: has de saber que no estás obligado a

    finalizar el trabajo, haz lo que puedas, estudia todo lo que no puedas, y

    recibirás tu recompensa.
    Este concepto será aplicado a buenas acciones que se

    nos presenta en el camino no dirás ¡como no puedo hacerlo todo mejor no

    comenzaré! Cada uno deberá hacer lo que está a su alcance.
    Cada ser humano nace en medio de cosas que ocurren, y

    de la misma manera termina sus días.
    Nuestros ojos se encuentran con cosas a medio hacer,

    proyectos que no pudieron realizarse como dice el profeta Irmiahu:  Porque el

    camino del hombre no es suyo, no es potestad del hombre dirigir sus pasos cuando

    anda ( 10:23).
    Pero según la Torá, no es este ningún impedimento

    aunque no tengamos de completar un asunto, no somos libres para no comenzarlo.
    Ninguna excusa libera al individuo de comenzar su

    obra. Toda elevación espiritual anulará el angosto panorama de la materia,

    acercarnos a HaShem  es pureza y eternidad fiel es el dueño de tu trabajo que

    pagará tu salario. El esfuerzo realizado es un indicador del éxito y HaShem

    valora la lucha del hombre verdadero habitante de un mundo hostil según las

    fuerzas y entusiasmo invertidos HaShem no juzga solo por el resultado final.


    Si estudiaste

    mucho Torá, te darán mucha recompensa
    .

    Si estudiaste más de lo que  física y mentalmente puedes se te darán mejor

    recompensa. Rabí Tarfón no dice Si entendiste sino, si  estudiaste, haz

    lo posible para entender lo que lees, y si no logras hacerlo, haz de saber que

    recibirás recompensa por el estudio que realizas y aquel que dice no estudio

    porque no entiendo está equivocado, porque si va a ser constante, al final

    entenderá, porque HaShem verá su gran voluntad y abrirá ante el las fuentes de

    la sabiduría, de su boca salen el conocimiento y la inteligencia (Mishle 2:6) (Shebet

    Musar, Rabí Eliahu de Izmir) 


    Pues fiel es el

    dueño de tu trabajo, que te pagará el salario por tu trabajo.
    No temas como aquel obrero

    que espera recibir su salario y el patrón le dice “ven mañana, que no tengo

    dinero”, tu trabajas para un dueño que te pagará fielmente por lo que has hecho

    (Rabenu Iona de Gerondi).


    Pues has de saber

    que el don de la recompensa de los justos llegará en el futuro


    en el “Olam haba” (mundo venidero) “Sefer Amaor” Rambam, porque así dijeron los

    Sabios: sobre que yo te ordeno hoy para cumplirlo (Devarim 7:11), hoy para

    cumplirlos y mañana para recibir su recompensa (Kidushin 39:1) no podremos tocar

    el fondo de las enseñanzas de la Torá, y si preguntará que ganamos al

    esforzarnos en el estudio de la Santa Torá, nos responden nuestros sabios, has

    de saber que la recompensa llegará en el Olam Habá. La recompensa de los

    estudiosos de la Torá en este mundo, la recibiremos en el mundo venidero cuando

    HaShem insuflará desde las alturas el conocimiento de HaShem y será entonces

    cuando llegaremos a entender el mensaje de la Torá.
    ___
    Capítulo 3





    13


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