miércoles, 14 de septiembre de 2016

(101) Toráh Para Vivir, Toráh para Crecer

(101) Toráh Para Vivir, Toráh para Crecer

Rafael Alejandro Vega Peña Mis
ojos verán la Gloria del Eterno por su misericordia infinita...e Israel
será puesto en el lugar que corresponde por Luz a las naciones y todos
adoraremos al Único y Todopoderoso Dios!!! Aleluyah!!!
Antonio Araujo
Antonio Araujo En
esta parasha nos enseña que mientras estamos con Baruj Hashem no
podemos tener temor de nada por que así te quisieran hacer daño tu
tienes que estar confiado en que Baruj Hashem es el que le dará su
merecido a tus detractores Shalom para todos mis hermanos que confiamos
en la Fe de Baruj Hashem Shalom para todos
Juan Garcia Perez
Juan Garcia Perez Esto me agrada me suena a restauracion o la ensenianza de los dos olivos
Daniel Duran
Objetos Perdidos

El primer tema que tradicionalmente se enseña a los alumnos jóvenes al
empezar el estudio de Torá, son las leyes de retornar objetos perdidos.
La meta es imprimir en ellos la santidad de las posesiones de las otras
personas.
Si encuentras un objeto perdido que tiene una señal
identificadora, debes tratar de localizar al dueño, que debe identificar
apropiadamente el objeto. Si el objeto implica un costo al tenerlo (tal
como alimentar a un animal), el que lo en...

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Pedro Mrd
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"Si
un hombre tiene un hijo descarriado y rebelde, que no escucha la voz de
su padre ni la de su madre, y ellos lo disciplinaron pero él no les
obedece, entonces su padre y su madre lo agarrarán y lo llevarán ante
los ancianos de su ciudad al portal de su lugar. Ellos dirán a los
ancianos de su ciudad: 'Este hijo nuestro es descarriado y rebelde, no
escucha nuestra voz, es glotón y bebedor'" (Deuteronomio 21:18-20).
El Talmud (Sanedrín 71a) dice que nunca hubo un hijo rebelde...

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Pedro Mrd
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Rina Mercedes Landires Bararata
Rina Mercedes Landires Bararata Una buena semilla da buen fruto.
Una semilla revuelta
O mala traerá sus propios frutos de nada
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Primer año de matrimonio

“Cuando un hombre tome una nueva esposa, no saldrá al ejército, ni será
obligado en ningún sentido, estará libre durante un año y alegrará a la
mujer con la que se casó”. (Deuteronomio 24:5)
Pregunta:
¿Por
qué un hombre recién casado está exento de ir a la guerra y no puede ser
obligado en ningún sentido? ¿Por qué el resto de la sociedad tiene que
arriesgarse por él y hacer sacrificios mientras él permanece cómodamente
en su casa durante un año?
Respu...

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Pedro Mrd
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Carlos Jorge Landivar
Carlos Jorge Landivar Esperar
en DIOS trae felicidad a nuestras vidas y todo nos lleva a ser hombres
verdaderos. Solo EL para conocernos hasta en el mas minimo detalle.
Bendito seas por siempre SEÑOR
Laurie Sanpar
Laurie Sanpar Shalom! me han invitado a una boda para el domingo, que podria escribir en la tarjeta, alquien por favor me ayude? gracias
analizando el matrimonio moderno-Mitad de camino.
El nombre de Di-s

Para apreciar cómo esto se relaciona con la naturaleza de la realidad
espiritual y no es sólo el resultado de alguna decisión arbitraria,
debemos primero comprender las cualidades esenciales de los hombres y de
las mujeres desde un punto de vista espiritual. Sólo entonces podremos
comprender la naturaleza de la conexión espiritual que se forma a través
del matrimonio judío. Un hombre es un ish en hebreo, que ...

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Pedro Mrd
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Rina Mercedes Landires Bararata
Rina Mercedes Landires Bararata No se nace con Santidad. A no ser un elegido. La santidad
Hogareña es diferente
Bien si se enseña a
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Lazaro Garcia
analizando el matrimonio moderno-Volviéndose una sola alma

Pero el "volverse una sola carne" del matrimonio noájida debe ser
yuxtapuesto al “volverse una sola alma”, que es la concepción de la Torá
sobre un matrimonio judío: la fusión espiritual de dos individuos
separados en una sola entidad.
Rabí Eleazar dijo: Una persona que no
tiene una esposa no es un Adam [un ser humano]. Está escrito: "Él los
creó hombre y mujer. Los bendijo y llamó su nombre Adam en el día en que
fuer...

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Pedro Mrd
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Rina Mercedes Landires Bararata
Rina Mercedes Landires Bararata DI-S..los declara una
Sola carne pues las
Almas no se fusionan
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Rina Mercedes Landires Bararata
Rina Mercedes Landires Bararata DI-S..los declara una
Sola carne pues las
Almas no se fusionan
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analizando el matrimonio moderno.

Comencemos analizando la forma en que percibimos el matrimonio en el
mundo moderno. Antes de comenzar, vale la pena notar que la tasa de
éxito de los matrimonios modernos es sumamente baja. En el mundo moderno
la gente tiende a casarse más tarde (si se casa del todo) y más del 50%
de los matrimonios terminan en divorcio. A pesar de que el divorcio
está en alza incluso entre los ortodoxos, los jóvenes del mundo ortodoxo
siguen casándose en un ...

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Pedro Mrd
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Lazaro Garcia
Lazaro Garcia En el matrimonio son 3
Daniel Duran
Daniel Duran Viva Israel forever and ever! ! !
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este Caminar en busca de una Conversión Halajica hacía el Judaísmo el
conocimiento es Nulo si no se comparte; La Toráh es para Vivir y Para
Crecer.
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"Objetos Perdidos
El primer tema que tradicionalmente se enseña a los alumnos jóvenes al empezar el estudio de Torá, son las leyes de retornar objetos perdidos. La meta es imprimir en ellos la santidad de las posesiones de las otras personas.
Si encuentras un objeto perdido que tiene una señal identificadora, debes tratar de localizar al dueño, que debe identificar apropiadamente el objeto. Si el objeto implica un costo al tenerlo (tal como alimentar a un animal), el que lo encuentra debe venderlo y guardar el dinero para el dueño. Si el animal puede ganar el dinero para su mantención vendiendo su leche, lana, huevos u otros, el que lo encuentra debe cuidar al animal original por un período corto, porque el dueño definitivamente prefiere su original; sin embargo, pasado ese tiempo debe venderlo.
El Talmud cuenta sobre un determinado rabino que encontró un pollo. Vendió los huevos y compró otro pollo, luego vendió más huevos y compró una cabra, vendió la leche y compró un cordero, luego vendió la lana, etc. Un año después, apareció un hombre buscando su pollo perdido y recibió un granero lleno de animales. Esto por supuesto, iba mucho más allá de la verdadera obligación.
Una revista religiosa para niños, incluía una carta al editor de un niño pequeño preguntando qué se hacía si alguien encontraba un gancho de ropa en un edificio de departamentos donde hay cables de colgar ropa compartidos, y no sabía de quien era. ¡¿Cuán frecuentemente encuentras este tipo de preguntas en revistas de niños?! Si los niños son sensibles a los ganchos de ropa, ciertamente no van a tomar bicicletas o cosas más valiosas. Esta es la sensibilidad que la Torá quiere que nosotros mostremos.
La Mamá Pájaro
Esta es considerada la mitzvá más fácil de la Torá. No cuesta dinero, no requiere preparación y necesita un mínimo esfuerzo. Si sucede que uno llega a un nido de pájaros en un bosque y quiere tomar los huevos o los pajaritos, primero debe espantar a la madre y luego tomarlos cuando ella está lejos.
El concepto es que incluso en el mundo animal, existen sentimientos maternales (a lo que el rabino Hirsch se refiere como “la profesión más noble del mundo”), y la Torá quiere que seamos sensibles a esos sentimientos. No debemos causar la angustia de la madre al tomar a sus hijos delante de sus ojos.
Presumiblemente ella luego se olvida y empieza un nuevo nido, a pesar de que el Zohar dice que la lamentación de la madre pájaro, al encontrar que no están sus hijos, ¡abre las puertas de la misericordia en el mundo!
La Mishná dice que a aquél que proclama que “la misericordia de Di-s se extiende incluso hasta el nido de pájaros” se le hace callar, porque es falso afirmar que el propósito de las Mitzvot es misericordia. Los comentaristas explican que el punto no es que Di-s tiene misericordia de los pájaros, porque si fuera así, Él habría prohibido la matanza de pájaros. El punto es que Dios quiere que la gente sea misericordiosa. Si nosotros somos sensibles a los sentimientos de un pájaro, entonces ciertamente nos vamos a preocupar por nuestro prójimo.
La recompensa por esta mitzvá es larga vida. La única otra mitzvá positiva que la Torá especifica su recompensa es honrar a los padres, que es considerada una de las mitzvot más difíciles. De este hecho, que la mitzvá más fácil y la más difícil reciben la misma recompensa, podemos aprender que no podemos clasificar las Mitzvot, y debemos hacerlas cuando la oportunidad se presenta.
Una Barda en el Techo
La Torá nos ordena a poner bardas en nuestros techos. Esto se refiere a un techo plano en el que la gente camina. “El caido se caerá” (Deuteronomio 22:8), los rabinos explican que a pesar de que sólo aquel al que se le decretó desde el cielo que debe caer realmente caerá, nosotros somos responsables de que nuestros techos no sean un vehículo de esa muerte. Tal como lo explican los rabinos: “Las cosas buenas pasan a través de gente buena y las cosas malas a través de gente mala”. Esta ley básica de precauciones de seguridad nos enseña que “si ocurrió en tu dominio como resultado de tu negligencia, eres responsable y ¡no debes culpar a Di-s!”.
Separaciones
La Torá prohíbe el cruce de especies. Di-s creó diversidad en Su mundo y quiere que las especies permanezcan siendo diferentes unas de las otras.
Más allá de eso, la Torá prohíbe arar un terreno (o transportar cualquier carga) con un buey y un burro juntos. La Ley Oral expande esto a dos especies cualquiera. La razón simple es que animales diferentes andan a diferentes velocidades y eso inevitablemente causa dolor a las dos especies.
La Torá prohíbe el uso de lana (que representa el mundo animal) y lino (hecho de fibra de lino que representa el mundo vegetal) en la misma prenda. La Ley Oral explica que esto se refiere sólo a lana y lino y no a otras telas como el algodón.
Los comentaristas conectan esta ley con la controversia entre Cain (el primer agricultor) y Abel (el primer pastor). Hoy en día hay laboratorios especiales que hacen pruebas y determinan si una prenda contiene una mezcla de lana y lino. Los bolsillos, los forros y los botones pueden reemplazarse; sin embargo si el material mismo contiene esta mezcla, la prenda no puede utilizarse.
El Hijo Ilegítimo (Mamzer)
La Torá establece restricciones sobre los hijos de ciertas uniones prohibidas (tales como adulterio e incesto). Esto no debe percibirse como un castigo, dado que por supuesto los hijos no son culpables. Más bien, esto es como un hijo nacido con un impedimento físico porque su madre tomó drogas o alcohol durante el embarazo. El punto es que, tristemente, ellos nacen con un “defecto espiritual” – y esto pone una seria responsabilidad sobre los padres para que sean cuidadosos.
Sin embargo, ¡esto no quiere decir de ninguna manera que un mamzer es un judío de segunda clase! Él sólo está limitado en relación a contraer matrimonio. En todas las otras áreas, es un judío completo.
Un ejemplo de esto se encuentra en la Mishná que se relaciona con el rescate de prisioneros. La comunidad judía tiene una obligación de rescatar prisioneros (si los piratas no piden una suma exorbitante). Si la comunidad no puede redimir a todos los cautivos, la Mishná establece el orden de prioridad. La Mishná nos dice que un estudioso de la Torá viene antes de un Sumo Sacerdote, porque el estudioso de la Torá es un mayor valor para la comunidad.
¿Qué pasa en el caso de un mamzer que es estudioso de la Torá versus un Sumo Sacerdote que es un ignorante? La Mishná dice que hay que salvar al mamzer estudioso de la Torá. De esto aprendemos que el mamzer puede ser muy grande y que sólo está limitado en un área específica."
""Si un hombre tiene un hijo descarriado y rebelde, que no escucha la voz de su padre ni la de su madre, y ellos lo disciplinaron pero él no les obedece, entonces su padre y su madre lo agarrarán y lo llevarán ante los ancianos de su ciudad al portal de su lugar. Ellos dirán a los ancianos de su ciudad: 'Este hijo nuestro es descarriado y rebelde, no escucha nuestra voz, es glotón y bebedor'" (Deuteronomio 21:18-20).
El Talmud (Sanedrín 71a) dice que nunca hubo un hijo rebelde que haya sido ejecutado por la corte. El tema fue registrado en la Torá sólo para estudiarlo y para recibir recompensa por ello. Pero incluso si nunca hubo un hijo rebelde, podemos aprender mucho sobre educación si realizamos un cuidadoso estudio de la descripción de la Torá del hijo rebelde. Analizando los factores que ayudan a criar un hijo tan descarriado que es un acto de bondad matarlo mientras aún es joven y no ha cometido todos los atroces crímenes que cometería en la adultez, podemos aprender a hacer lo opuesto con nuestros hijos.
Debe ser claro desde el principio que no hay reglas a prueba de balas para la educación que apliquen a todos los niños en todos los momentos. Reshit Jojmá cita un Midrash que dice que es más fácil cultivar una legión de olivos en Galilea – donde el suelo y el clima no son favorables para cultivarlos – que criar un niño en la Tierra de Israel, a pesar de que Israel es conducente a una educación adecuada, dado que la atmósfera misma ayuda a imbuir sabiduría y santidad.
Los niños no son objetos que pueden ser moldeados a voluntad, sino seres humanos que tienen su propio libre albedrío y pueden rechazar, si así lo eligen, hasta la mejor educación. Lo más alto a lo que puede aspirar un padre – como señala el Jidushei HaRim respecto a todo aprendizaje – es a poner las palabras de la Torá sobre el corazón del niño para que, cuando el corazón se abra, la Torá que hay en él se sumerja en el corazón receptivo.
La ley del hijo rebelde es aplicable sólo cuando el niño tiene trece años y por los tres meses subsiguientes, es decir, al principio de su adultez. Esto señala la importancia de una buena base en la educación de los niños –que la educación temprana forma la base de la experiencia del niño y por lo tanto es la raíz y los cimientos de su vida.
Avot de Rabí Natán explica el Midrash (Avot 4:25): "Quien estudia Torá de niño, ¿a qué puede ser comparado? A tinta escrita sobre papel nuevo". Al igual que la tinta es rápidamente absorbida por el papel nuevo, la Torá aprendida de joven permea el carácter mismo del niño.
Alshij explica el mandato (Proverbios 22:6): "Educa al joven de acuerdo a su camino", como una advertencia para ponerlo en el camino adecuado antes de que él desarrolle su propio camino equivocado. El buen comienzo es crucial, porque forma la raíz, y todo defecto en la raíz se manifestará exponencialmente en el crecimiento resultante. Sin embargo, una raíz fuerte asegura una planta sana.
La Torá describe al hijo rebelde como quien no escucha la voz (kol) de su padre y su madre. El Maharal señala que kol denota “voz” o “ruido”, algo no necesariamente comprensible. El hijo rebelde escucha a sus padres cuando sus palabras le son entendibles, pero cuando encuentra que las directivas no tienen sentido, las ignora.
Un niño debe aprender a aceptar las instrucciones de sus padres y a confiar en sus deseos y capacidades para guiarlo por el buen camino, a pesar de que puede no entender la sabiduría de sus directivas. Y si bien un padre debería tratar de explicarle al niño las razones de sus directivas e instrucciones, hay que enseñarle al niño que, al final, debe aceptar la autoridad del padre tanto si las entiende como si no.
El Talmud aprende de la frase: "no escucha nuestras voces", que para ser considerado un hijo rebelde ambos padres deben tener voces similares. La guía de ambos padres debe reflejar los mismos valores, y ambos padres deben ser consistentes en su instrucción. Si los padres no hablan con una sola voz, su hijo no puede ser considerado rebelde, porque la culpa de su comportamiento rebelde no es sólo suya.
Más aún, los padres deben señalar a su hijo y decir: "Este hijo nuestro". Si los padres son ciegos y, por lo tanto, son incapaces de señalarlo, el hijo no puede ser considerado rebelde. El requisito de que los padres puedan ver apunta a la necesidad de los padres de ver a cada niño como un individuo con talentos y necesidades únicas, que debe ser educado de acuerdo a su personalidad particular. Si los padres son ciegos ante la individualidad de sus hijos y lo educan de acuerdo a una fórmula predeterminada, el niño tampoco puede ser el único culpable.
Para ser clasificado como rebelde, el hijo debe robar dinero de sus padres y comer y beber como un glotón. Esta conducta muestra, dice Ibn Ezra, una perspectiva distorsionada. El glotón convierte los placeres de este mundo en su único objetivo, en lugar de ver este mundo como el lugar para prepararse para la eterna vida espiritual. Puede que la carne y el vino que consumió hayan sido perfectamente casher; sin embargo, no alcanza con enseñarle a un hijo que sólo puede comer comida casher, también debe entender por qué, para que no se convierta en un judío “en forma” pero no “en esencia”.
El Talmud explica que el hijo rebelde es condenado a muerte porque, si se le permite continuar en el mismo camino, eventualmente se convertirá en un ladrón y asesino. Se lo mata por su propio bien, para que no pierda su porción en el Mundo Venidero.
De esto aprendemos la lección más importante para la educación de los hijos. Un padre debe enfocarse en el alma de su hijo y en su estatus eterno, incluso con más intensidad que en su bienestar físico. ¿A qué padre se le ocurriría exponer a su hijo incluso a una pequeñísima enfermedad contagiosa? Cuanto más debería entonces un padre proteger a su hijo de un entorno que pueda ejercer influencias espirituales negativas. Si nos preocupamos por la capacidad de nuestro hijo para ganarse la vida, cuanto más deberíamos preocuparnos para que crezca para ser un judío exitoso.
En el mes de Elul deberíamos recordar que no hay mérito más grande para el Día del Juicio que haber criado a un niño como corresponde. El Zohar enseña que cuando un individuo aparece ante la Corte Celestial, después de 120 años, Di-s le pregunta si educó a sus hijos bien. Si la respuesta es afirmativa, Di-s se niega a aceptar más testimonios en su contra, porque el mérito de haber guiado a sus hijos por el camino correcto eclipsa todo lo demás.
Que aprendamos las profundas lecciones contenidas en la discusión de la Torá sobre el hijo rebelde, para que ameritemos criar hijos que se ocupen exclusivamente de la Torá y de sus mitzvot."
"Primer año de matrimonio
“Cuando un hombre tome una nueva esposa, no saldrá al ejército, ni será obligado en ningún sentido, estará libre durante un año y alegrará a la mujer con la que se casó”. (Deuteronomio 24:5)
Pregunta:
¿Por qué un hombre recién casado está exento de ir a la guerra y no puede ser obligado en ningún sentido? ¿Por qué el resto de la sociedad tiene que arriesgarse por él y hacer sacrificios mientras él permanece cómodamente en su casa durante un año?
Respuesta:
De acuerdo al Rambam la pregunta es aún más fuerte, él escribe en relación al recién casado (ver Leyes de reyes y sus guerras 7:11): “Durante todo el año, no debe proveer agua ni comida, arreglar los caminos, resguardar los muros, pagar impuestos de defensa, y nada será impuesto sobre él, ya que está escrito ‘no saldrá al ejército, ni será obligado en ningún sentido’, esto enseña que hay dos prohibiciones involucradas, no debe proveer para las necesidades de la ciudad ni para las necesidades de las tropas”.
¿Por qué esta persona no contribuye a la sociedad durante todo un año? ¿Acaso no es esto un poco injusto para el resto?
La verdad es que todo depende de la importancia que le damos al matrimonio dentro de nuestra sociedad.
El Sefer hajinuj (Mitzvá 582) explica que el recién casado ni siquiera puede salir de viaje durante el primer año (si es por un periodo prolongado) ya que toda la idea es que estas dos personas que acaban de contraer matrimonio creen un vínculo y construyan un relación duradera. Y agrega que si el hombre se dedica a su mujer al comienzo de la relación y establece una conexión con ella, entonces, el amor se arraigará en su corazón y no se desviará detrás de otras mujeres.
En pocas palabras la voluntad de Hashem es que estas dos personas formen un hogar estable, y, para que el matrimonio sea sólido y comience con una base firme, se necesita un año entero para que estas dos personas —que no se conocen entre sí— construyan un lazo significativo y duradero. Como ella es nueva para él y la relación aún no tiene raíces fuertes, si él la deja de lado en este momento, es posible que el vínculo entre ellos se rompa para siempre. Por lo tanto, este hombre no puede alejarse de ella durante el primer año si es que esto pondrá en peligro su unión matrimonial.
Cuando una nueva pareja contrae matrimonio, nosotros le deseamos a los recién casados que tengan el mérito de construir un bait neemán beIsrael ‘una casa fiel a los valores de la Torá dentro del pueblo judío’, ya que esta es la base de todo el pueblo judío. Nuestros Sabios dicen que un hogar judío fiel a los valores de la Torá es como una réplica en miniatura del Sagrado Templo.
Ahora bien, la única manera de lograr esto es sentando bases sólidas. La Torá estableció que el primer año de matrimonio es crucial para lograr esto, en él se sentarán las bases de un bait neemán. Durante este tiempo, las necesidades públicas deben ser cubiertas por el resto ya que el interés a largo plazo de toda la sociedad es que este nuevo matrimonio sea sólido y duradero. Visto desde esta perspectiva no es para nada injusto, puesto que en última instancia, en el judaísmo, esta unión es la base de toda la sociedad."
"analizando el matrimonio moderno-Mitad de camino.
El nombre de Di-s
Para apreciar cómo esto se relaciona con la naturaleza de la realidad espiritual y no es sólo el resultado de alguna decisión arbitraria, debemos primero comprender las cualidades esenciales de los hombres y de las mujeres desde un punto de vista espiritual. Sólo entonces podremos comprender la naturaleza de la conexión espiritual que se forma a través del matrimonio judío. Un hombre es un ish en hebreo, que se deletrea alef, yud, shin; una mujer es una ishá, que se deletrea alef, shin, hei. La letra yud representa la cualidad de masculinidad mientras que la feminidad es representada por la letra hei. A excepción de esto, los hombres y mujeres son espiritualmente idénticos. Ambos son esh, una palabra que significa fuego en hebreo. Cuando se casan, él contribuye con la yud a la unión y ella con la hei, formando entre ellos la palabra yud hei, que es uno de los nombres sagrados de Di-s: Y-ah (Talmud, Kala 1:7).
Hay algo que sabemos sobre el significado de este Nombre Divino formado por la unión masculino-femenina. El Tamud nos dice que este mundo fue creado con la letra hei, mientras que el próximo mundo fue creado con la letra yud (Menajot, 29b). La combinación de lo espiritual con lo físico es lograda por medio de la unión de estas dos letras para formar el nombre sagrado Y-ah. En el mandamiento de reproducirse y multiplicarse, el hombre judío, quien contribuye con la yud, trae a la nueva alma judía desde el próximo mundo y la implanta en la mujer judía, quien es la que provee la hei que le da expresión en este mundo.
El significado de esto es el siguiente. Las almas, al ser sagradas, sólo pueden entrar a este mundo si tienen un lugar sagrado en el cual residir. Pero este no es un mundo inherentemente sagrado. En nuestro mundo, toda la santidad es resultado de consagración, dedicación y trabajo duro. El hombre judío debe situar su tesoro, el alma que trae desde el próximo mundo, en un lugar consagrado. El único lugar apropiado en nuestro mundo para depositar un tesoro como este es el útero de la mujer judía.
De hecho, la influencia de ella es tan poderosa que cualquier alma humana que sea situada en su custodia automáticamente adquiere santidad. Incluso cuando una mujer judía concibe un hijo de un no judío, el hijo que nazca será considerado judío de acuerdo a la ley de la Torá. Y demás está decir que hay una infinita diferencia entre dicho hijo cuya santidad se origina sólo de la hei del Nombre Divino y el hijo que se origina de un matrimonio judío cuya santidad incluye tanto la yud como la hei, lo cual combina la santidad de este mundo con la del próximo.
Las implicaciones más profundas de esta diferencia están cubiertas de misticismo y está más allá de mi alcance penetrar en ellas o explicarlas. Pero hay algunas indicaciones externas que podemos identificar las cuales pueden ayudarnos a clarificar el punto. De acuerdo a los dictámenes de la Halajá, a pesar de que el estatus de ‘judío’ depende completamente de la madre, la conexión tribal de la persona y el estatus familiar de la persona son determinados por su línea paterna. En otras palabras, la ruta hacia el origen del alma en el mundo venidero, donde el alma se origina en la conexión con Di-s, el reino de la yud, es a través del padre. La expresión de este origen en este mundo depende de la hei, que es provista por la madre.
Un hijo de una madre judía
Si traducimos esta idea a conceptos más mundanos, esto significa que el hijo de una madre judía y de un padre no judío es un “huérfano espiritual”. Este hijo no tiene una ruta preestablecida por medio de la cadena ancestral que se remonta a los orígenes espirituales de todas las almas judías en el mundo por venir. Tal como un huérfano debe seguir su propio camino en el mundo físico sin la ayuda y el apoyo de su familia, asimismo dicha alma deberá forjar su propio camino en el mundo espiritual.
Podemos encontrar una clara ilustración de estas ideas en las palabras del Midrash citado por Rashi (Números 26:5):
Janoj de la familia Janojea. La parashá enlista a los hijos de las familias judías; cada nombre familiar es precedido por la letra hei y concluye con la letra yud; porque las naciones calumniaron a los judíos diciendo: "¿Cómo pueden los judíos trazar su genealogía de acuerdo a sus tribus? Si los egipcios los esclavizaron, ¡seguramente también tenían el poder de violar a sus mujeres!". Ante esto Di-s respondió, en efecto, que Él adjuntaría Su propio nombre a los nombres de las familias para testificar sobre su castidad en Egipto.
Vemos de esta forma que el Nombre Divino que atestigua sobre la pureza de la familia judía es el nombre Y-ah, yud hei, por la lógica descrita anteriormente. Cabe notar la precedencia de la letra hei en los nombres.
El propósito del matrimonio judío es crear una unión espiritual entre la yud y la hei, entre la santidad de este mundo y la santidad del próximo, que sea tan poderosa que incluso la yud del próximo mundo pueda encontrar su expresión física en la hei de este mundo.
Las uniones espirituales, a pesar de que sólo pueden ser formadas por Di-s, de todas formas requieren de un acto de dedicación por parte de los seres humanos como precondición para su formación. Un matrimonio judío es precisamente el vehículo de dedicación espiritual que se necesita, por lo que es perfectamente entendible que sólo pueda ser formado por medio de un acto de santificación. La yud provee el nivel extra de santidad que se requiere para completar el Nombre de Di-s con la hei.
La forma en la que Di-s en Su infinita sabiduría decidió crear el mundo, implica que la hei no puede ser puesta dentro de la yud; los hombres no pueden engendrar hijos. Sólo la yud puede ser puesta en la hei. Es el hombre, quien da la yud, el que debe iniciar el proceso de buscar una hei en la cual insertar su yud.
Esto sigue el patrón de la relación que estableció la Torá entre este mundo que es representado por la hei y el próximo mundo que es representado por la yud. Todos los mandamientos de la Torá tratan sobre introducir en este mundo las actividades que se originan en el próximo mundo. Siempre unimos ambos mundos en nuestras actividades espirituales por medio de insertar la yud en la hei en lugar de hacer lo opuesto.
El sacrificio, que es el prerrequisito de la dedicación espiritual, se exige por lo tanto de la mujer judía. Es su hei la que es cooptada por la yud de él. Es el hombre quien debe iniciar la unión espiritual en el matrimonio judío, y por lo tanto es él quien debe terminar con este. Pero a pesar de que es él quien le da origen, ella es la mayor beneficiada. Por medio de su dedicación ella es capaz de contener tanto la yud como la hei el nombre completo de Di-s en su propia persona, mientras que el hombre judío sólo puede unirse a la hei cuando está unido a su pareja. Puede que sea él quien comienza con el proceso de unión de los dos mundos, pero la unión misma tiene lugar en ella.
Una idea equivocada que suele tener el mundo secular es que los rabinos tienen el poder de modificar las leyes de la Torá cuando lo encuentran apropiado. Después de todo, la ley judía —la Halajá— es un proceso que está en constante desarrollo. No habían refrigeradores o teléfonos en el Monte Sinaí y los rabinos de todas formas encontraron métodos para tratar con estas nuevas tecnologías en el contexto de la Halajá. ¿Por qué no pueden resolver el problema de la aguná utilizando el mismo tipo de creatividad?
Las reglas de la Torá se asemejan a las reglas de la naturaleza. La tradición judía mantiene que Di-s consultó con la Torá cuando creó el mundo (Zohar, Trumá). Las leyes de la naturaleza pueden ser entendidas y empleadas en muchas formas creativas, pero no pueden ser modificadas. Si entendemos el principio de Bernoulli podremos volar aviones, pero no podremos modificar las leyes de la gravedad de forma que las manzanas se eleven en lugar de caer. La realidad está estructurada en torno a la Torá. Para la visión judía de las cosas, es más fácil modificar la realidad que alterar las reglas de la Torá.
El compromiso con la observancia de una Torá eterna cuya alteración está más allá del poder humano es parte de la esencia del judaísmo y es el secreto de su longevidad. El mundo cambia, pero la Torá es eterna. Es el ancla que ha mantenido nuestra conexión con Di-s a través de todas las tormentas que hemos tenido que enfrentar a lo largo de la historia.
Pero a pesar de eso, quien esté familiarizado con los libros de responsa de los grandes sabios de Israel a lo largo de la historia habrán notado la gran importancia que se le otorga al problema de la aguná. Una gran parte de dichos libros de responsa se dedica a encontrar soluciones ingeniosas dentro del marco de la ley judía para permitirle a una aguná volver a contraer matrimonio.
Una cantidad sin precedentes de problemas de agunot surgió a causa del Holocausto. Generalmente era difícil determinar de forma conclusiva si los esposos o esposas habían efectivamente fallecido. Rav Moshé Feinstein —la gran autoridad rabínica de Estados Unidos en la época posterior al Holocausto— fue responsable personalmente de permitirles contraer segundas nupcias a miles de estas mujeres. Sus discípulos cuentan que ante los ojos de Rav Moshé, los problemas de aguná tomaban precedencia por sobre otros problemas. Cuando una aguná iba a pedirle ayuda, él dejaba todas las otras cosas de lado y dedicaba toda su atención y genialidad para intentar resolver el problema.
Las ingeniosas soluciones que han ideados los sabios a lo largo de la historia siguen siendo aplicadas por las autoridades halájicas modernas cuando se enfrentan a problemas de agunot. El hecho de que a pesar de todo sigan surgiendo situaciones en las que la Halajá no tiene una solución, deriva del hecho que está más allá de nuestras capacidades modificar las reglas de la Torá.
La actitud de los sabios de Israel puede ser ejemplificada por una famosa historia sobre Rabí Akiva Eiger, un sabio judío que vivió a finales del siglo XVIII.
Un judío que vivía en Varsovia dejó a su esposa judía y a su familia para convertirse al cristianismo. Este hombre se negaba a darle a su esposa judía un get incluso a cambio de una gran suma de dinero. Rabí Akiva Eiger estaba en Varsovia en una conferencia cuando se enteró de este problema. De inmediato coordinó una reunión con el reacio esposo y le rogó que le diera un get a su esposa. Ante su rechazo, Rabí Akiva Eiger le recitó al marido la primera Mishná del Tratado de Kidushin —la Mishná estipula que una mujer judía vuelve a recobrar su libertad sólo de dos maneras, mediante recibir un get o mediante la muerte de su esposo— y le pidió al esposo que eligiera. El esposo se mofó del rabino y se fue indignado. Cuando iba saliendo del edificio, cayó muerto en las escaleras.
Es lamentable que ya no tengamos hombres santos con un poder espiritual tan inmenso, pero la actitud de Rabí Akiva Eiger refleja la actitud de todas las autoridades rabínicas ortodoxas. No es que no quieran ayudar. Es que no pueden.
La santidad es un implante extraño en nuestro mundo secular. Sólo puede mantenerse a través del autosacrificio, y la santidad del matrimonio judío no es la excepción."
"analizando el matrimonio moderno-Volviéndose una sola alma
Pero el "volverse una sola carne" del matrimonio noájida debe ser yuxtapuesto al “volverse una sola alma”, que es la concepción de la Torá sobre un matrimonio judío: la fusión espiritual de dos individuos separados en una sola entidad.
Rabí Eleazar dijo: Una persona que no tiene una esposa no es un Adam [un ser humano]. Está escrito: "Él los creó hombre y mujer. Los bendijo y llamó su nombre Adam en el día en que fueron creados" (Génesis 5:2) (Talmud, Yevamot 63a).
La concepción de la Torá de un matrimonio judío va mucho más allá de ser meramente una sociedad. Di-s le dio el nombre Adam sólo a una pareja casada. Ni la mujer ni el hombre de la especie humana son un Adam; tienes que combinar un hombre y una mujer para obtener un Adam.
La pareja que se une en un matrimonio judío se vuelve una sola entidad espiritual ante los ojos de Di-s, un individuo compuesto que tiene dos cuerpos pero una sola alma en común. Dicha unión es esencialmente espiritual, no física. Tiene más que ver con compartir un alma que con la unión de recursos físicos. Pero dicha unión sólo puede ser forjada con la ayuda de Di-s. Está en nuestro poder como seres humanos forjar uniones físicas y alianzas cooperativas, pero está más allá de nuestro poder unir dos almas en una sola entidad. Esto sólo lo puede hacer Di-s.
Formando el lazo espiritual
Indaguemos la manera en que se forma dicho lazo por medio de consultar la Halajá:
Una vez que la Torá fue entregada, los judíos fueron comandados a que cuando un hombre quisiera casarse con una mujer, primero debía hacer un contrato formal frente a testigos y sólo después de dicho acto ella sería considerada su esposa... Una vez que se haga dicho contrato formal y que la mujer haya sido santificada, a pesar de que él nunca haya tenido relaciones con ella y a pesar de que ella nunca haya entrado a su casa, ella será considerada una mujer casada; quienquiera que tenga relaciones con ella recibirá pena de muerte y si él quiere divorciarla entonces ella necesitará un documento de divorcio (Maimónides, Mujeres 1:3).
La necesidad de un get para terminar con el matrimonio judío guarda relación con la forma en que dicho matrimonio comienza. Un matrimonio judío se origina en un acto público de santificación, y este acto de santificación sólo puede ser disuelto por un get.
Un matrimonio secular es el resultado de la decisión de las partes de compartir sus recursos, tanto físicos como espirituales. El matrimonio noájida sólo comienza ante los ojos de la Torá cuando las partes comienzan efectivamente a cohabitar, y puede ser disuelto por cualquiera de las partes que decida que la cohabitación ya no es deseable. El acuerdo de cohabitar ya no es relevante. La unión es formada al volverse "una sola carne" y es disuelta de la misma forma: dejando de ser "una sola carne"; cualquiera de las partes puede terminar con ella (ver Maimónides, Mujeres 1:1 y Reyes 9:8).
Pero la unión que se genera en un matrimonio judío no está asociada a la unión de recursos físicos. El acto público de santificación crea el lazo marital incluso si nunca hubo cohabitación. En resumen, un matrimonio judío es una unión espiritual, una unión de almas más que una unión de cuerpos, una unión que sólo Di-s puede formar, mientras que un matrimonio noájida es una sociedad sublime formada por personas que deciden compartir todos los recursos, tanto materiales como espirituales, que están bajo su control. Di-s considera ambos matrimonios como santos, pero sólo está involucrado activamente en la formación del matrimonio judío.
En otras palabras, cuando la Torá fue entregada al pueblo judío, una parte de su santificación involucraba la introducción de un tipo de unión matrimonial completamente nueva, una unión más allá de la decisión de compartir tu vida y de cohabitar con otra persona.
Unión sagrada
Los aspectos del matrimonio asociados con la cohabitación son definidos como nisuin; e incluso estas leyes fueron un cambio radical en el momento de su introducción con respecto a la visión aceptada del matrimonio. Mucha gente está consciente que las leyes de matrimonio judío estaban muy por delante de su época en términos de reconocer los derechos de la mujer; las mujeres siempre han sido tratadas como iguales para la ley judía. Pero estas leyes guardan relación con la segunda etapa del matrimonio judío: pensión alimenticia, manutención de los hijos, derecho de propiedad, etc.; afortunadamente, el mundo secular se ha puesto al día y actualmente reconoce la mayoría de las cláusulas que estipulan las leyes de nisuin.
Pero el proceso de casarse está gobernado por un conjunto completamente distinto de leyes de Torá: las leyes de kidushin. El Talmud le dedica todo un tratado, Ketuvot, a las leyes de nisuin; pero hay dos tratados que se dedican a la formación del lazo matrimonial y a su disolución: Kidushin y Gitin. El estatus de ‘casado’ proviene de un acto puramente simbólico. El estatus de ‘casado’ es algo separado y aparte de su manifestación externa en el mundo real, el compartir los aspectos prácticos e íntimos de la vida.
De hecho, la misma palabra que describe este acto de matrimonio es kidushin, una palabra que significa ‘santificación’ o ‘santidad’. Bajo el palio nupcial, cuando el novio pone el anillo en el dedo de su novia, le dice: "He aquí que eres consagrada a mí por medio de este anillo, de acuerdo a las leyes rituales de Moshé e Israel". La santidad del matrimonio judío es la fuente del problema de la aguná.
Las relaciones en las cuales los individuos retienen sus identidades individuales y separadas son relativamente fáciles de deshacer. Todo lo que se requiere es la decisión de separarse. Todo lo que había en la relación era una unión de bienes, y todo lo que se requiere por tanto es una justa división de los bienes. Eso no quiere decir que no haya una gran dosis de dolor involucrada. Sin embargo, a pesar de toda la angustia mental que acompaña a un divorcio típico, los integrantes de un matrimonio secular nunca se fusionaron en una sola entidad espiritual. ¿Pero qué pasa con un matrimonio en el que la gente si se fusionó? ¿Cómo lo haces para separar un alma y volver a dividirla en dos almas separadas; para que cada una de ellas esté libre y pueda seguir su propio camino?(ver el sig.post)"
"analizando el matrimonio moderno.
Comencemos analizando la forma en que percibimos el matrimonio en el mundo moderno. Antes de comenzar, vale la pena notar que la tasa de éxito de los matrimonios modernos es sumamente baja. En el mundo moderno la gente tiende a casarse más tarde (si se casa del todo) y más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio. A pesar de que el divorcio está en alza incluso entre los ortodoxos, los jóvenes del mundo ortodoxo siguen casándose en un alto porcentaje, siguen casándose apenas pasados los veinte años y un alto porcentaje de los matrimonios ortodoxos aún dura para toda la vida. Obviamente hay muchos factores tras estas divergentes estadísticas, pero no hay duda de que la definición de la institución del matrimonio es una de las causas más importantes de la diferencia.
Un matrimonio moderno es una empresa cooperativa formada para alcanzar ciertas metas comunes: establecer un hogar, concebir y criar hijos y combatir la soledad. Dado que hoy en día hay un mayor grado de flexibilidad en la definición de lo que es un comportamiento "moral", el amor y el romance ya no son factores esenciales en la decisión de casarse, a pesar de que obviamente siguen siendo cruciales en la selección de una pareja apropiada. En esta concepción moderna del matrimonio, cada integrante de la pareja retiene su propia identidad. La cooperación es un asunto de elección y está basada en consideraciones utilitarias. Puede que ocurra una fusión existencial de sus identidades, pero dicha fusión claramente no es parte de las metas de los matrimonios modernos y va en contra de la búsqueda de la autosatisfacción que es tan preciada para el hombre moderno.
La razón por la cual se forman los matrimonios modernos establece los parámetros de su supervivencia. Si alguno de los integrantes decide que las metas de la sociedad mutua no se están cumpliendo el tipo de hogar que siempre soñaron no se está materializando, hay una falla en la concepción o cría de hijos, no hay una solución adecuada para el problema de la soledad entonces ese integrante naturalmente demandará la disolución de la sociedad. El matrimonio es una empresa utilitarista; si no cumple con el propósito de su formación, entonces, no está siendo funcional.
En este tipo de modelo de matrimonio, mantener a la gente atrapada en el estado de “casado” sería impensable. Este tipo de matrimonio es reconocido por la Torá bajo las leyes noájidas:
"Entonces el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne" (Génesis 2:24).
Nuestros sabios derivan las leyes noájidas sobre las relaciones matrimoniales a partir de este versículo. Las leyes noájidas son los siete mandamientos que les fueron dados a Noaj después del diluvio, los cuales aplican a todos los seres humanos. Un matrimonio noájida es aquel en que la pareja "se vuelve una sola carne" como es descrito en el versículo.
El concepto de "volverse una sola carne" no pretende denigrar la calidad de la relación formada. La Torá considera esta relación algo sagrado y le da una protección legal sumamente seria. Cometer adulterio y violar de esta manera el matrimonio noájida es una ofensa tan seria como cometer adulterio y violar el matrimonio judío."
"“Un amoní o un moabí no entrará en la congregación de Di-s; incluso su décima generación no entrará en la congregación de Di-s, hasta la eternidad, porque no fueron al encuentro de ustedes con pan y agua en el camino cuando salieron de Mitzráim, y porque alquilaron contra ti a Bilam hijo de Beor, de Petor, Aram Naharaim, para maldecirte”.
La Torá nos dice que Amón y Moab son las únicas naciones que tienen prohibido entrar al pueblo judío y da dos razones para explicar este trato tan severo. La primera de ellas es que no fueron hospitalarios con el pueblo judío en el desierto, y la segunda es que contrataron a Bilam para que los maldijera. Los comentaristas preguntan por qué la Torá iguala la falta de hospitalidad con la contratación de Bilam, un delito que aparentemente era mucho peor que el primero.
El Beerot Itzjak explica que la Torá considera la falta de hospitalidad de Amón y Moab como un pecado horrendo, ya que ellos habían heredado una tendencia natural hacia la hospitalidad de Lot, su ancestro. A pesar de sus defectos, Lot es descrito como un sujeto sumamente hospitalario que realizó la mitzvá de hajnasat orjim (hospedar invitados) en Sodoma, donde estuvo dispuesto incluso a arriesgar su vida con tal de satisfacer las necesidades de los viajeros.
Dado que eran sus descendientes, Amón y Moab heredaron este mismo rasgo de personalidad, y pese a esto, actuaron en contra de su naturaleza y se rehusaron a ofrecerle pan y agua al pueblo judío que deambulaba por el desierto. Y a pesar de que contratar a Bilam para que maldijera a los judíos era objetivamente un acto mucho más nocivo, de acuerdo al nivel de libre albedrío de ellos, negarle hospitalidad a los judíos fue un pecado igualmente serio y mereció por lo tanto un castigo del mismo nivel.
Hay muchas lecciones que podemos aprender del error de Moab al no utilizar sus fortalezas naturales. Primero vemos que una persona es juzgada de acuerdo a su propia nekudat habejirá (punto de libre albedrío) y, por lo tanto, es juzgada más estrictamente en las áreas donde es más fuerte.
En base a esto vemos que mejorar nuestros puntos fuertes debería ser parte esencial de nuestro crecimiento espiritual. En esta línea, el ejemplo de Amón y Moab es particularmente instructivo; ¿por qué fallaron en un área donde naturalmente sobresalían? La respuesta es que su buen nivel en el rasgo de hajnasat orjim no derivó de un esfuerzo importante por parte de ellos, sino que era un rasgo de nacimiento que habían heredado de sus ancestros. Y dado que su hajnasat orjim no se regía por los parámetros de la Torá, era casi inevitable que en algunas circunstancias fuese mal utilizada u omitida. Cuando Amón y Moab vieron que el pueblo judío se acercaba, su inclinación natural fue ofrecerles pan y agua, pero su odio y temor al pueblo de Israel superó su rasgo de bondad y por lo tanto, no les ofrecieron la ayuda tan necesitada.
Vemos de aquí que si una persona no trabaja en sus fortalezas naturales internas y las alinea con los requisitos de la Torá, las terminará desperdiciando o utilizando de mala forma. Por ejemplo, una persona naturalmente amigable puede, en ocasiones, cuando está cansada, no desear esforzarse para fraternizar con un extraño. En este caso, su rasgo natural no es lo suficientemente fuerte como para conducirlo por el camino correcto porque se enfrenta a otra cosa en este caso al cansancio lo cual dificulta su aplicación. Sin embargo, si luchara para ser amigable dado que es una gran mitzvá hacer sentir bien a la gente sería mucho más probable que superara su cansancio e hiciera el esfuerzo necesario para acercarse a la otra persona.
Otra importante lección que podemos aprender de Amón y Moab es lo mucho que podrían haber logrado si hubieran llevado su rasgo de bondad a su máximo potencial: si hubieran salido y le hubieran ofrecido pan y agua al pueblo judío, entonces probablemente la Torá hubiera registrado ese grandioso acto de bondad para la eternidad y obviamente les hubiera permitido entrar al pueblo judío . Sin embargo, dado que no utilizaron sus fuerzas como corresponde, son tratados con el más grande de los desprecios. Vemos de aquí que una persona puede alcanzar logros grandiosos si maximiza sus fortalezas y que el hecho de no hacerlo es castigado con gran severidad.
El Jafetz Jaim destacó este punto en su libro Jomat Hadat (Fortaleza de Fe), el cual fue un pedido exhortando a las personas a ayudar a salvar a la nación judía de las muchas influencias negativas que la rodeaban. En este libro, él escribió extensamente sobre la necesidad de que cada persona utilice sus fortalezas al máximo (por ejemplo, una persona que fue bendecida con la capacidad de hablar en público debería dar clases en público). Esto también aplica a los rasgos personales; es muy probable que el propósito de la vida de una persona involucre utilizar sus rasgos positivos al máximo.
De Amón y Moab aprendemos cómo NO utilizar las fortalezas que tenemos; quiera Di-s que todos aprendamos esta lección para bien y aprovechemos al máximo esos regalos que Di-s nos dio."
"shavua tov ,que esta semana este llena de éxitos y bendiciones"
""No verás el toro de tu hermano o su oveja extraviados y te esconderás de ellos; ciertamente has de regresarlos a tu hermano. Y si tu hermano no está cercano a ti y no lo sabe, lo ingresarás al interior de tu casa y permanecerá contigo hasta que tu hermano inquiera por él; entonces se lo regresarás. Así harás con su asno, así harás con su vestimenta y así harás con cualquier pérdida de tu hermano que se pierda de él; no podrás esconderte..." (Deuteronomio 22:1-3).
"Devolver los objetos perdidos" es una de las 613 mitzvot de la Torá. En el nivel más básico, esto significa que si encontramos dinero tirado en la calle, estamos obligados a buscar al dueño y a devolvérselo.
La Torá agrega una dimensión más profunda: "no podrás esconderte". Esto excluye la posibilidad de ignorar el objeto perdido y continuar con nuestro camino como si no hubiéramos visto nada.
En términos prácticos, esto significa poner anuncios en todo el vecindario y preguntar en todas partes quien puede haber perdido tal cosa. A modo de ejemplo, deberíamos publicar: "Maletín encontrado el 1 de julio en la calle Independencia. Para reclamarlo, llamar al 555-1234".
La clave es divulgar suficiente información sobre el objeto de modo que el propietario sepa que se refiere a él, pero no demasiada como para que alguien sin escrúpulos pueda venir y reclamarlo falsamente. La persona que se comunique para reclamar el maletín se verá obligada a proporcionar una descripción básica (color, tamaño) y quizás identificar algunos de los contenidos. De esta manera, nos aseguraremos que el objeto está siendo devuelto a su verdadero dueño.
¡"El que lo encuentra se lo queda" definitivamente no es un concepto judío!
Otra aplicación de esta mitzvá es asumir la responsabilidad por daños sobre la propiedad privada. El ejemplo clásico es cuando accidentalmente chocamos otro coche en el estacionamiento. Si esto ocurre, debemos dejar una nota con nuestro número de teléfono.
El Talmud (Baba Metzia 31a) extiende esta idea y explica que hay que "prevenir daños". Por ejemplo, si la casa de tu vecino está a punto de inundarse y él no está entonces tú debes colocar bolsas de arena para detener el agua (y luego puedes pedir un reembolso).
Recuerdo un incidente durante mi primera visita a una yeshiva en Jerusalem. Estaba observando el panel de anuncios de los estudiantes, leyendo algunos de los anuncios que estaban publicados. Uno en particular captó mi atención:
"Accidentalmente rompí una taza de café de color azul. Si es tuya, por favor avísame para poder compensarte. Firmado, José Fulano".
José podría haber roto la taza, podría no haber dicho nada y nadie se habría enterado. Pero él estaba decidido a arreglar las cosas. ¡¿No sería bonito si todo el mundo actuara de esta manera?!
Pero ese no es el final de la historia. Una semana más tarde, yo estaba leyendo de nuevo el mismo panel de anuncios y noté algo asombroso. Este joven había tachado la palabra "accidentalmente" y había escrito en su lugar "negligentemente". Él había meditado y había entendido que decir que la taza se había roto accidentalmente no era del todo cierto.
Una extensión de la mitzvá de devolver objetos perdidos es la obligación de conservar cuidadosamente el objeto encontrado hasta que sea devuelto. No tenemos permiso para usarlo libremente, sino que estamos obligados a cuidar de él.
El Talmud (Taanit 25a) cuenta la historia de cómo una vez unas gallinas se perdieron y llegaron al patio de Rabi Janina Ben Dosa. Rabi Janina se vio en la obligación de cuidar de ellas hasta que se encontrara al verdadero dueño. Mientras tanto, las gallinas pusieron huevos que después de un tiempo se transformaron en polluelos, y pronto la propiedad de Rabi Janina ¡estaba llena de aves! Con el fin de ahorrar espacio, él intercambió todos los polluelos por unas cuantas cabras.
A través de una cuidadosa observancia de la mitzvá, Rabi Janina había multiplicado la riqueza del dueño original de las gallinas. En el momento en que el hombre llegó a reclamar sus gallinas, se transformó en el orgulloso propietario de todo un rebaño de cabras.
Con esta idea en mente, consideremos la siguiente ilustración:
Ariel, el corredor de la bolsa de comercio, llama a su amigo Miguel. "Tengo un dato con respecto a unas acciones", dice Ariel. "¡Garantizadamente de aquí a mañana duplicarán su valor!".
"Mmm, he oído hablar de estos famosos "datos" anteriormente", dice Miguel. "Gracias de todos modos, pero voy a pasar esta vez".
Una semana más tarde Miguel recibe una llamada telefónica. "Hey, soy yo de nuevo, Ariel. ¿Recuerdas acerca de las acciones que te conté? Bueno, yo invertí $10.000 dólares ¡y el dinero se duplicó de la noche a la mañana! Yo creo que las acciones van a seguir subiendo, así que voy a reinvertir los $20.000 dólares. Todavía estás a tiempo. ¿Te interesa?".
"No, gracias", dice Miguel. "Lo que sube, eventualmente tiene que bajar. Voy a pasar nuevamente".
Una semana más tarde Miguel recibe una llamada telefónica. Se trata de Ariel el corredor de la bolsa de comercio. "Wow, estas acciones son sorprendentes. Su valor sigue duplicándose y ahora el valor de mi inversión alcanza los $ 100.000 dólares. Vamos, Miguel, ¿por qué no inviertes en estas acciones? ¡Es un negocio genial!".
Semana tras semana, mes tras mes, las llamadas telefónicas continúan. Las acciones de Ariel siguen subiendo, mientras que Miguel está de brazos cruzados.
Un día suena el teléfono de Miguel. (Él espera que no sea Ariel con más noticias acerca de sus inversiones). "Hey, soy yo, Ariel. Quiero decirte algo. ¿Recuerdas hace unos meses atrás cuando invertí los primeros $10.000 dólares? Pues bien, al mismo tiempo tomé otros $10.000 y los invertí a tu nombre. Ahora el valor de las acciones alcanza el millón de dólares. Somos buenos amigos Miguel, y me preocupo mucho por ti. Por lo tanto, sólo dame los $10.000 dólares originales ¡y el millón de dólares es tuyo!".
¿Se imaginan una oferta así?
Ahora aplica esto a la historia judía. Desde Moisés hasta Maimónides, desde el Sagrado Templo al moderno Estado de Israel, y todas las personas y todas las cosas que existieron entremedio, nuestros antepasados sudaron, lucharon y se sacrificaron para construir un legado judío. Un legado de sabiduría, de idealismo, de educación, de cuidar los unos de los otros y de cuidar el mundo en general.
No se trata de un viaje de culpa judía. Se trata de reconocer el increíble legado que tenemos en nuestras manos. Durante 3000 años, el pueblo judío ha acumulado un tesoro. Y ahora, ¡todos podemos venir y disfrutar de él!
La mitzvá de devolver los objetos perdidos no sólo se aplica a los objetos materiales que se han perdido, sino también a cosas más intangibles. Por ejemplo, si dos amigos dejaron de hablar a causa de una discusión, debemos tratar de ayudar a reestablecer la relación.
Del mismo modo, si alguien se ha alejado del judaísmo y ha perdido su conexión con Di-s y con la Torá, debemos hacer todo lo posible para ayudar.
Este año, a medida que se acercan los Iamim Noraim (los días entre Rosh Hashaná y Iom Kipur), piensa en alguien que conozcas que se encuentre alejado de la comunidad judía, e invítalo a compartir las festividades contigo. Quizás esto es lo que verdaderamente nos quiere decir el verso en nuestra parashá: "A continuación, llevar [el objeto perdido] a tu casa" (Deuteronomio 22:1).
Pruébalo. Asume la responsabilidad. Tu esfuerzo puede valer millones"
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