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Collectanea Christiana Orientalia 1 (2003), pp. 95–118
Un Mesías en los escritos rabínicos
De los “días del Mesías” al Mesías con
características y nombre propios
Lorena MIRALLES MACIÁ
Universidad de Granada
Resumen: En el presente estudio pretendemos aproximarnos a las
características del Mesías en la literatura rabínica, desde la expresión “en los
días del Mesías” hasta una caracterización más profunda. En los testimonios
de los rabinos se descubren opiniones contradictorias, bien por cuestiones
religiosas o bien por políticas, pero que conforman la imagen de un Mesías
mucho más complejo, al que se le identifica con un nombre y una estirpe
concretos.
Abstract: We attempt to approach in this paper the characteristics of Messiah
in Rabbinical literature, starting from the expression in the “Messiah’s days”
till a further deep characterization. Rabbinical testimonies reveal contradictory
opinions, not only because of religious questions, but also of political ones.
These opinions raise the image of a more complex Messiah , who is identified
with a name and a particular lineage.
Palabras Clave: Mesías. Ungido. Literatura rabínica. “Los días del Mesías”.
Key Words: Messiah. Anointed. Rabbinical literature. “The days of the
Messiah”.
’
Con la llegada del nuevo milenio las perspectivas mesiánicas
comenzaron a cambiar para el mundo judío: se pasó de una creencia
en un mesianismo político y nacional a un mesianismo
individualizado1. Antes de la destrucción del Templo (70 d.C.) los
rabinos no sintieron la necesidad de ocuparse de la problemática
1
La relación de la antigua esperanza mesiánica con su evolución posterior se puede
ver en E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús. Revisada por G.
Vermes, F. Millar y M. Black (Madrid: Cristiandad, 1985), II, pp. 637-642.
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mesiánica ni de renovar sus expectativas2, pues las profecías
veterotestamentarias todavía eran válidas para la vitalidad del
Judaísmo. Esta afirmación no supone que en cierto momento se
abandonara la tradición, sino que, mientras que otros grupos se
estaban preparando para la nueva edad y el advenimiento del Ungido,
en el ámbito rabínico hubo mucha más cautela al referirse a un
personaje redentor.
Un buen ejemplo de la vigencia de las profecías
vetorotestamentarias se encuentra en la oración principal del
Judaísmo, la llamada Šemoneh ‘Esreh (“Dieciocho Bendiciones”) o
‘Amidah, que también se conoce como ha-tefillah (“la plegaria”)3, ya
que se rezaba tres veces al día por todo Israel, incluidos las mujeres,
los niños y los esclavos4. Existen varias versiones de las Šemoneh
‘Esreh, e incluso resúmenes posteriores5, pero las más antiguas son la
palestinense (encontrada en la Genizah del Cairo) y la babilónica (19
bendiciones)6. La nº 14 de la forma palestinense ofrece dos
bendiciones presentes en el texto babilónico: la referida a la
2
Van der WOUDE, en G. KITTEL – G. FRIEDRICH (eds.), TDNT, s.v. Christós. VI.
Rabbinic Writings: “From the prior to the destruction of the temple in 70 A.D. we do
not have a single saying about the Messiah on the part of Tannaitic scholars”. E. E.
URBACH, The Sages. Their Concepts and Beliefs (Jerusalén: The Magnes
Press,1979), p. 652: “While the idea of reward and punishment after death already
appears about a century before the destruction of the Temple, we do not find any
explicit statements in Rabbinic sources about redemption and the days of the Messiah
before the generation of the disciples of Rabban Johanan b. Zakkai.”
3
M. JASTROW, DTTM, s.v. ‘Amidah, la describe como “that part of the daily prayers
which must be read standing”.
4
E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, pp. 590-591 le atribuye una fecha algo
anterior al Šema‘ (“Escucha [Israel]”), que debió de ser rezado antes del 70, pues los
sacerdotes ya la usaban en el Templo (Tam 4,3; 5,1).
En cuanto a la composición de las “Dieciocho Bendiciones” cf. Ber 28b. Dos de estas
bendiciones, la nº 14 y la 17 del texto babilónico hacen pensar que su forma final la
adquirieron después de la destrucción del Templo, por lo que podemos situar su
composición definitiva entre el 70 y finales del s. I
5
Sobre las “Dieciocho Bendiciones”: E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II 589-
599. Sobre las “Bendiciones” y sus resúmenes: F. MANNS, La prière d’Israel à
l’Heure de Jésus (Jerusalén: Franciscan Printing Press, 1986), pp. 48-51, 141ss. y
Van der WOUDE, en Kittel–Friedrich (eds.), TDNT, VI, s.v. Christós.
6
R. KIMELMAN, “The Daily ‘Amidah and the Rhetoric of Redemption”, JQR LXXIX
(1988-1989) 166 explica la importancia del número 18 y justifica de este modo que,
aunque en la actualidad la oración conste de 19 bendiciones, sea conocida como
Šemoneh ‘Esreh. Podemos considerar, en principio, que la más antigua de las dos era
la palestinense.
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restauración de Jerusalén (nº 14) y la que da gracias por un vástago de
David (nº 15)7; pero además utiliza el término Mašiah:
Sé misericordioso, Señor Dios nuestro, con tus grandes
mercedes para con Israel tu pueblo y para con Jerusalén tu
ciudad, y para con Sión, morada de tu gloria, y para con tu
templo y tu habitación, y para la realeza de la casa de David,
tu Mesías justo (8lesm jhan shus ,hc). Bendito eres, Señor,
Dios de David, que edificas a Jerusalén (18 Bendiciones, nº
14)
La llegada de un Mesías se relacionó con la reconstrucción de
Jerusalén y del Templo, cuya caída ya había tenido lugar en época de
la redacción final de “Las Bendiciones”. Esta esperanza no sólo
implicaba una restauración del orden cúltico sino también la reunión
de los dispersos (nº 10), el restablecimiento de la soberanía nacional
(nº 11), etc. Sin embargo, a pesar de todas estas expectativas, no
creemos que haya que conceder a “Las Bendiciones” un lugar
representativo entre los textos mesiánicos, puesto que, por un lado,
están recogiendo ideas muy antiguas que llegaron “impuestas” por
tradición9, y por otro, en muchos textos rabínicos el advenimiento de
7
Dice el texto babilónico (en E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, p. 593):
14. Y a Jerusalén, tu ciudad, retorna con misericordia y mora en medio de ella como
tú has dicho, y edifícala pronto en nuestros días para que sea un edificio
permanente, y alza pronto en medio de ella el trono de David. Bendito eres Señor,
que edificas Jerusalén.
15. Haz que brote pronto el renuevo de David y levante su cuerno por tu salvación.
Porque en tu salvación esperamos todo el día. Bendito eres, Señor, que haces que
brote el cuerno de la salvación.
A. MISHCON (“The Origin of dwd xmc ta and its Place in the ‘Amidah”, JQR XVIII
[1927], pp. 37-38) recoge las dos teorías más importantes sobre el origen de la
expresión dwd xmc ta: (1) tuvo influencia de Ben Sira 51,12 y (2) su base fue una
frase midrásica. Los investigadores, por lo general, no afirman categóricamente que
la forma palestinense sea la más antigua; así, por ejemplo, a E. SCHÜRER (Historia
del pueblo judío, II, p. 597) le resulta llamativo que se elimine cualquier alusión al
Mesías en una versión posterior. Además existe una tradición sobre las 19
bendiciones que contempla la posibilidad de haber incluido una “berakah contra los
herejes” (nº 12) en vez de desdoblarse la nº 14 en dos (Ber 28b); sin embargo,
tampoco existen opiniones en contra (E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, p.
598 nota 162); cf. A. MISHCON “The Origin of dwd xmc ta and its Place in the
‘Amidah”, JQR XVIII (1927), pp. 40-41.
8
El texto hebreo fue recogido por Schlechter en 1898, en F. MANNS, La prière
d’Israel..., p. 244.
9
Por ejemplo, el Mesías del texto palestinense es llamado en el babilónico “su
cuerno”, “su vástago”; el autor se está apoyando en la tradición de Isaías 11,1.
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la época mesiánica no tenía por qué implicar la aparición de un
Mesías.
En la literatura tannaítica se utiliza con relativa frecuencia el
vocablo Mašiah y, por lo general, aparece en dos casos específicos:
(a) referido al sacerdote ungido (juanv ivf)10, título que no aporta
ningún contenido mesiánico11, y (b) en las expresiones “en los días del
Mesías” (jhanv ,unh)12, “el sufrimiento [que precede a la venida] del
Mesías” (jhan ka ukcjn)13
y “la generación del Mesías”
(jhan ka urus)14
La dificultad para distinguir los textos de contenido mesiánico en
los maestros tannaítas, e incluso en los rabinos posteriores, radica
fundamentalmente en dos cuestiones: la ausencia de un Mesías y la
presencia de un personaje con características mesiánicas que no tiene
el título de “Ungido”. Cuando Urbach15 se enfrenta al tema de la
Redención, se ve en la necesidad de aunar bajo este epígrafe
cuestiones como la venida del Mesías, el mundo futuro, la
resurrección, etc. La exposición de Urbach es un buen ejemplo de la
dificultad que conlleva distinguir exclusivamente los pasajes de
contenido mesiánico. A lo largo de este estudio intentaremos llevar a
cabo esa selección, teniendo en cuenta que en ciertos casos será
imposible independizar un tema de otro.
R. KIMELMAN, “The Daily ‘Amidah...”, JQR LXXIX, (1988-1989), p. 167 divide la
oración en tres grandes grupos siguiendo a Maimónides: “the first three blessings
consist of praises of God and the last three of thanksgiving to him. The middle
blessings are petitions”. Las bendiciones centrales, a su vez, son divididas en dos
grupos (p.169): “the first for private needs (4-9), the second for national needs (10-
15)”. Cuando trata estas últimas observa un importante uso de la tradición (p. 175):
“Containing fragments of verses from Isaiah, Micah, Zephaniah, Jeremiah, Ezequiel,
Joel, Malachi, and Psalms, it is full of biblical allusions”; cf. pp. 176-177.
10 Hor 2,2.6.7; 3,1.2.4.6; Zeb 10,8;13,4; Men 3,2.6,4; SfrNm 8,3; 15, 22-31; 15, 27-31;
Sifra es el tratado en que más veces aparece el término.
11 Al sacerdote ungido no se le concede ninguna característica especial además de las
relacionadas con su cargo en el culto, al contrario de los que encontramos en los
Testamentos de los Patriarcas (cf. TestRub 6,7; TestLev 18, 2) o en los documentos
del Mar Muerto, en los que adquiere una dimensión mesiánica (cf. con relación al
“Sumo Sacerdote”: 1QM 2,1; 15,4-6; 16,13; 18,5;19,11; sobre “Intérprete de la
Ley”: CD 7,19; 4QFl 1,11; sobre “el que enseña justicia”: CD 6,11; 4QpIsa fr. 8-10
(col. 3), 22-25; y en cuanto al “Ungido del Espíritu”: 11QMel 2,15-19).
12 Ber 1,5; TosBer 1,12; TosTaan 2, 11; TosEru 2,4; MekEx 13, 1-4; SfrDt 1,8; 6,7;
11,21; 16,3; 32,15.29; 33,2.11
13 MekEx 16, 16-27.28-36
14 MekEx 17, 14-16; SfrDt 32,7.
15 E. E. URBACH, The Sages. Their Concepts and Beliefs, pp. 649-692.
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En un texto de la Misnah encontramos un indicio para conjeturar
por dónde fueron las expectativas rabínicas sobre el Mesías. El tratado
Sota (9,15) ofrece una descripción de los acontecimientos que tendrán
lugar cuando llegue el Ungido.
R. Eliezer el Grande dice: -Desde el día en que fue
devastado el Templo, los sabios fueron como escribas, los
escribas como servidores de la sinagoga, los servidores de la
sinagoga como el pueblo llano y el pueblo llano se empobrece
y no hay nadie que busque. ¿En quién podemos apoyarnos?
En nuestro Padre que está en los Cielos. Cuando se acerque el
Mesías (tj h¦J §n ,Ic§E g C), la insolencia aumentará y la carestía se
acrecentará, el reino se convertirá a la herejía y no habrá
nadie que reprenda. El lugar de reunión será lugar de
prostitución, Galilea será devastada y Giblan desolada16. Los
hombres de la frontera rodarán de ciudad en ciudad y no
encontrarán favor. La sabiduría de los escribas se corromperá,
los temerosos del pecado serán rechazados, la verdad será
suprimida, los jóvenes harán palidecer los rostros de los
ancianos, los ancianos servirán a los menores. El hijo
deshonrará al padre, la hija se alzará contra su madre, la
nuera contra la suegra, los enemigos de un hombre serán los
de su propia familia (Miq 7,6). La faz de esta generación será
como la de un perro, el hijo no sentirá vergüenza ante su
padre. ¿En quién nos apoyaremos? En nuestro Padre que está
en los Cielos. R. Pinjás ben Yair dice: -La aplicación trae
honestidad, la honestidad trae pureza, la pureza trae
sobriedad, la sobriedad trae santidad, la santidad trae
humildad, la humildad trae temor al pecado, el temor al
pecado trae piedad, la piedad trae Espíritu Santo, el Espíritu
Santo trae resurrección de los muertos, la resurrección de los
muertos viene con Elías, de bendita memoria, amén
17 (Sota
9,15)
Aunque el texto ha sido considerado por los estudiosos un pasaje
tardío18, unifica en buena medida la mayoría de los temas que se van a
ir desarrollando a lo largo de la literatura rabínica: la decadencia del
pueblo judío después de la devastación del Templo, el sufrimiento que
16 Cf. Sanh 97a.
17 Trad. basada en O. RUIZ MORELL, Las aguas amargas de la mujer. La ordalía de los
celos en el rabinismo (Estella: Verbo Divino, 1999), pp. 74-75.
18 S. ZEITLIN, “The Essenes and Messianic Expectations”, JQR XLII (1954-1956), p.
111.
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traerá la venida del Mesías, el sustento en Dios y la recompensa por
las cualidades morales de los hombres, la resurrección de los
muertos19 y la intervención de Elías20. Dado el carácter multiforme de
la tradición sobre el Mesías, en este estudio pretendemos hacer una
síntesis de algunas de las opiniones más frecuentes sobre tres de los
aspectos fundamentales de la concepción rabínica del Ungido: la
venida del Mesías, la época de “los días del Mesías” y las
características del Mesías.
1. La venida del Mesías
Siempre se menciona la venida del Mesías en tiempo futuro (cf.
Sota 9,15), sin embargo, en el TB aparece un texto donde se cuenta
que R. Hillel tenía una opinión distinta a los demás rabinos, pues
afirmaba que el Mesías ya había venido en tiempos de Ezequías21:
Dijo R. Giddal en nombre de Rab: Algún día saborearán los
israelitas la era mesiánica. –Es evidente –repuso R. Yosef-;
¿quién, si no, la gozará? ¿Jilec y Bilec?22 –Lo dicho rechaza
la opinión de R. Hillel, que dijo que los israelitas no tendrán
19 Sobre la resurrección de los muertos, además del ejemplo de Sota, cf. Ber 5,2; Abot
4,22 y Sanh 10,1.
La creencia en la resurrección fue un tema controvertido entre los fariseos y los
saduceos, pues los primeros creían firmemente en ella, mientras que los segundos la
negaban completamente. En Hch 23, 6-8 se dice: “Dándose cuenta Pablo de que una
parte era de saduceos y otra de fariseos, gritó en el sanedrín: ‘Hermanos. Yo soy
fariseo, hijo de fariseos. Yo estoy siendo juzgado por esperar la resurrección de los
muertos.’ Cuando él dijo esto se produjo un altercado entre los fariseos y saduceos y
se dividió aquella muchedumbre, pues los saduceos dicen que no hay resurrección,
ni ángeles ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo eso”.
D. CASTELLI (“The Future Life in Rabbinical Literature”, JQR I [1889], pp. 315-319)
describe la evolución que sufrió la mentalidad judía con relación a la idea de la
resurrección y la vida después de la muerte: primero consideraron la muerte y el Seol
como lugares desde donde no hay retorno, después del exilio tuvo cabida la creencia
popular en la vida después de la muerte y en la resurrección como “symbol, to
represent the resurrection of the people of Israel” y, por último, los judíos se abrirían
a distintas posibilidades, como sugieren las sectas fariseas y saduceas.
20 Sobre la venida de Elías: Edu 8,7; BM 1,8; 2,8; 3,4-5; Šeq 2,5. También en Justino,
Dial. con Trifón 49,1.
21 Las traducciones del TB que aparecen en este apartado son de A. J. WEISS (Talmud
de Babilonia. Sanedrín, Buenos Aires: Acervo Cultural / Editores, 1968) con algunos
cambios.
22 Nombres ficticios.
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Mesías (ktrahk jhan iht), porque ya lo gozaron en la época de
Ezequías
23 (Sanh 98b)
A pesar de la importancia de R. Hillel dentro del Judaísmo, sus
palabras no son más que una opinión aislada, pues, por lo general, el
Mesías se sitúa en el futuro y viene precedido o bien por catástrofes
formidables: la guerra, la apostasía, la peste, etc., o por una gran
corrección de Israel. Aunque pueda parecer contradictorio, los rabinos
sabían argumentar opiniones justificándolas en la Escritura; de hecho,
poco antes de la afirmación de R. Hillel se recogen otros dictámenes
sobre la llegada del Mesías. Hemos seleccionado dos ejemplos que se
encuentran en Sanh 97a y 98a: uno en la misma línea que el pasaje de
Sota y otro siguiendo una tendencia correctiva.
1.1. El Mesías llegará precedido de desgracias:
[Según R. Yishaq:] En la generación en que llegue el hijo
de David [= Mesías] (sus ica rus), habrá menos eruditos, y los
ojos de los demás se apagarán por el pesar y la aflicción.
Habrá una nueva sucesión de sufrimientos y perversas
disposiciones; cada nuevo mal llegará apresuradamente antes
de que termine el anterior (Sanh 97a)
El texto continúa exponiendo los males que acontecerán a partir de
los siete años anteriores al advenimiento del hijo de David: 1º. la
lluvia para unas ciudades y para otras no, 2º. el hambre, 3º. la muerte
por el hambre y el olvido de la Torah, 4º. la saciedad a medias, 5º. la
abundancia y la recuperación de la Torah, 6º. los sonidos celestiales y
7º. las guerras. La relación de los males no sólo se refiere a las
desgracias que sufrirá el pueblo sino que recoge también una
restauración del escenario anterior, es decir: abundancia – pérdida –
abundancia; Torah – ausencia de Ley – Torah; aunque finalmente se
prepara la llegada con la guerra. Esta descripción deja entrever que se
aceptaba una prueba divina por parte del judaísmo rabínico antes de
que llegara el Mesías y que se iba a restaurar la situación del pueblo.
Las opiniones del texto de Sanh 97a, posteriores a este pasaje,
23 “Dijo R.Hillel: Los israelitas no tendrán Mesías, porque ya lo consumieron en los
días de Ezequías. –Dijo R. Yosef: Que Dios perdone a R. Hillel. Ezequías vivió en la
época del primer Templo, y Zacarías profetizó en la época del segundo: “Alégrate
mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí que tu rey vendrá
a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de
asna (Zac 9, 9)” (Sanh 99a).
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mantienen la misma actitud negativa: el hijo de David vendrá cuando
el reino haya caído en la herejía, cuando haya demasiados delatores,
etc.
1.2. El Mesías llegará precedido de la corrección de Israel:
Después de describir la época mesiánica y la redención y de poner
en duda incluso la llegada del reino (97)24, el tratado Sanhedrín del
TB, a partir de 98a, se hace eco de las opiniones de otros rabinos sobre
la venida del Mesías. Estas sentencias tienen en cuenta la reconversión
de Israel, a pesar de que en muchos casos sea inevitable la angustia;
sin embargo, no se entiende como un desconsuelo vano, sino como un
“sufrimiento correctivo”:
El hijo de David [= el Mesías] (sus ic) –dijo R. Hamá bar
Hanina- no vendrá hasta que el reino más pequeño del
mundo deje [de tener poder] sobre Israel, como dice lo
escrito: ...podará con podaderas las ramitas, y cortará y
quitará las ramas (Is 18, 5), y como dice luego: En aquel
tiempo será traída ofrenda al señor de los ejércitos, del
pueblo dispersado y saqueado (Is 18, 7). –El hijo de David
(sus ic) –dijo Zeirí en nombre de R. Hanina- sólo llegará
cuando no haya vanidosos en Israel, como dice lo escrito:
Porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se
alegran en tu soberbia (Sof 3, 11), y como dice después: Y
dejaré, en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual
confiará en el nombre del señor (Sof. 3, 12). –El hijo de
David (sus ic)–dijo R. Šimlay en nombre de R. Eleazar hijo
de R. Šimeón- sólo vendrá cuando se hayan ido de Israel
todos los jueces y comisarios, como dice lo escrito: Y volveré
mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias,
etc. Restauraré tus jueces como al principio (Is 1, 25-26)
25
(Sanh 98a)
El hijo de David vendrá cuando Israel sea purificado y liberado de
opresores, de jueces, etc., por tanto, el sufrimiento será superado por la
corrección: el Mesías aparecerá en una época donde no haya
elementos negativos, ni externos ni internos, que controlen la vida de
24 Šemuel bar Nahmaní tranmite las siguientes palabras de R. Yojanán: “Que se les
sequen los huesos a los que calculan el fin; porque dirán que como no vino al vencer
el plazo, no vendrá nunca.....” Se aprecia la desesperación de aquellos que habían
calculado la llegada de un Mesías y que habían visto sus esperanzas incumplidas.
25 El texto sigue aplicando estas citas a la redención de Jerusalén.
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los judíos, esto es, siempre que Israel no sobrepase la Ley. En un
pasaje de Mekilta de R. Ismael se afirma que los israelitas serán
salvados de tres castigos si cumplen el Sábado, el día de descanso
preceptivo: “R. Eleazar dice: Si observáis el sábado, entonces seréis
salvados de tres castigos: de los sufrimientos que preceden a la
venida del Mesías (jhan ka ukcjn), del día de Gog, y del día del gran
juicio. Y cuando lo escucharon, descansaron, porque se dice: Y
descansó el pueblo26” (MekEx 16, 28-36). La venida del Mesías
parece estar condicionada no sólo por el entorno que rodee a Israel,
sino también por la actitud interna del pueblo. En cualquier caso, las
ideas sobre el advenimiento de un personaje redentor no estaban en
absoluto definidas, de modo que los propios rabinos observaron la
contradicción de ciertas afirmaciones:
- El hijo de David (sus ic)- Dijo también R. Yohanán-
sólo vendrá cuando haya una generación totalmente virtuosa o
totalmente perversa. “Cuando haya una generación totalmente
perversa”, como dice lo escrito: Y vio que no había hombre, y
se maravilló que no hubiera quien se interpusiese (Is 59, 16);
y también: Por mí, por amor de mí mismo, lo haré (Is 48, 11).
–Dijo R. Alexandri: R. Yehosua ben Leví señaló una
contradicción. Dice en un versículo (Is 60, 22): a su tiempo, y
dice [a continuación]: lo apresuraré. –Si lo merecen lo
apresuraré; si no lo merecen, [el Mesías llegará] a su tiempo.
–Dijo R. Alexandri: R. Yehosua ben Leví señaló una
contradicción. Dice un versículo: ... y he aquí con las nubes
del cielo venía uno como un hijo del hombre (Dn 7, 13); y
dice otro versículo: ...humilde, y cabalgando sobre un asno
(Zac 9,7). –Si lo merecen, [vendrá] con las nubes del cielo; si
no, cabalgando sobre un asno (Sanh 98a).
Además de las opiniones de los sabios sobre la llegada del Mesías,
también es necesario tener en cuenta los acontecimientos históricos:
por ejemplo, en un pasaje de Sanh 98b se dice que el Mesías vendrá
“sólo cuando el gobierno [romano] conquiste Israel”. En definitiva,
no es posible concretar ni cuándo ni cómo vendrá el hijo de David,
pues cualquier cálculo apoyado en la Escritura va a encontrar una
opinión contraria, cuyo origen también esté en el propio texto bíblico.
26 Trad. T. MARTÍNEZ SÁIZ (Mekilta de Rabbí Ismael, Comentario rabínico al libro del
Éxodo, Navarra: Verbo Divino, 1995). Cf. MekEx 16, 16-27.
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2. Los días del Mesías
La Misnah distingue entre el “mundo presente” y el “mundo
futuro”, sin precisar a qué época se refiere con esta última expresión27:
¿al reino de Dios?, ¿a la estancia del Mesías en este mundo?, ¿a la
época intermedia entre este mundo y el venidero?, ¿al mundo futuro
opuesto a éste? Entonces, ¿en qué cronología se enmarcarían las
expresiones “los días del Mesías” o “la generación del Mesías”? En
un trabajo de 1889, D. Castelli entiende el mundo futuro de tres
formas distintas según los contextos rabínicos: “(a) In some passages
it signifies the way in which the soul lives after de death of the body;
(b) in some the Messianic age, and (c) in others the life of mankind
after the resurrection of the dead” (320). Aunque Castelli se centra en
el último punto y deja de lado la “época mesiánica”, su artículo ofrece
una idea muy acertada de la imagen de la resurrección en el mundo
judío y de quiénes son los que tienen y no tienen parte en el mundo
venidero (328-333)28. En el presente apartado intentaremos averiguar
a qué periodo corresponden “los días del Mesías” y, una vez definido,
inferir qué son “el mundo presente” y el “mundo venidero”.
En un pasaje de la Misnah parece que los “días del Mesías” se
incluyen en este mundo, sin alusión alguna al mundo venidero:
Pero los sabios dicen: los días de tu vida (lhhj hnh)
significan este mundo; todos los días de tu vida incluyen los
días del Mesías (jhanv ,unhk)
29 (Ber 1, 5).
De este testimonio se deduce que los días del Mesías están en este
mundo; no obstante, la cuestión se complica si consideramos los
testimonios de los midrašim halákicos, donde se plantea la
27 Pea 1,1: “Estas son las cosas cuyo fruto puede disfrutar el hombre en este mundo
(v®Z©v okIgC) y cuyo capital permanece a su favor para la vida futura (tC©v okIgk)....”.
Cf. Qid 4, 14; BM 2, 11; Sanh 10, 1-4; Abot 2, 7; 4, 1.16.17; 5, 9.
28 Resulta muy llamativo que los rabinos tuvieran tan bien definidos quiénes no tenían
parte en el mundo venidero; según los datos que aporta Castelli son los siguientes:
los que niegan que la resurrección puede ser probada a partir de las Escrituras, los
que niegan el origen divino de la ley de Moisés, los Epicúreos, los que desobedecen
la ley, los que tratan lo sagrado como profano y no guardan las fiestas, los que leen
libros extraños, los adúlteros, los orgullosos, los que ignoran la ley, los gobernadores
tiranos y otros personajes similares, los que pretenden curar sus heridas repitiendo las
Escrituras, quienes pronuncian el nombre divino como está escrito, tres reyes:
Jeroboán, Ahab y Manases, otros reyes de Israel, Absalón, Balaam, Doeg y Ahitofel.
29 Cf. MekEx 13, 1-4.
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Un Mesías en los escritos rabínicos
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problemática de la “generación del Mesías”. En Sifre Deuteronomio
(32,730) y en Mekilta (17,14-16) se encuentra el siguiente pasaje:
R. Eliezer dice: De la generación del Mesías
(jhan ka urusn) que son tres generaciones (,urus wd). Y ¿de
dónde deducimos que la generación del Mesías son tres
generaciones (,urus wd iva jhan ka jurusk)? De que dice: Te
temerán mientras dure el sol y la luna, de generación en
generaciones (31ohrus rus) (Sal 72, 5) (MekEx 17,14-16)
Hasta el momento hemos obtenido los siguientes datos: que los
días del Mesías están en este mundo, pero son considerados una nueva
época, y que habrá tres generaciones; sin embargo, todavía no
podemos fijar con exactitud cuáles son esos días. El texto de Sifre al
explicar Proverbios 6, 22 dice:
“Cuando camines te dirigirá, cuando te acuestes velará
sobre ti, y cuando te despiertes hablará contigo” (Prv 6, 22)
“Cuando camines te dirigirá”: en este mundo (vzv okugc).
“Cuando te acuestes velará sobre ti”: en la hora de la muerte.
“Y cuando te despiertes”: en los días del Mesías (jhanv ,unhc).
“Hablará contigo”: en el mundo venidero (tcv okugk) (SfrDt
6, 7).
Estas tres generaciones del Mesías del texto de Mekilta las
interpretamos a la luz de Sifre: habría una primera generación que
coincidiría con este mundo en el momento presente, una segunda en
los días del Mesías (en este mundo32, pero en una nueva época) y, por
último, una tercera en el mundo venidero33. Algunos rabinos, según
Sanh 99a, incluso se atreven a aventurar cuánto durarán los días del
Mesías:
30 También en SfrDt 32, 15 y en Sanh 99a.
31 En pl. “dos generaciones”.
32 Según Sanh 99a, “entre este mundo y la época del Mesías no hay más diferencia que
la que se refiere a la servidumbre a los estados [extranjeros]”.
33 El targum sigue esta misma línea: “y los exterminará por tres generaciones: la
generación de este mundo, la generación del Mesías y la generación del mundo
venidero” (PsJ Ex 16, 16).
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106
― 40 años (vba ohgcrt jhanv ,unh):
- Se ha enseñado que dijo R. Eliezer: La época mesiánica durará
cuarenta años, como dice lo escrito: Cuarenta años estuve disgustado
con la generación (Sal 95, 10).
- Según otra enseñanza, dijo R. Eliezer: La época del Mesías
durará cuarenta años, porque aquí dice: Y te afligió, y te hizo tener
hambre, y te sustentó con maná (Dt 8, 3), y allí se dice: Alégranos
conforme a los días que nos afligiste (Sal 90, 15).
― 70 años (vba ohgca):
- Setenta años –expresó R.Eleazar ben Azaría-, porque dice el
versículo: Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido
por setenta años, como días de un rey (Is 23, 15).
― 400 años (vba ,utn gcrt):
- Cuatrocientos años –dijo R. Dosa-, porque aquí dice: ...y será
esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años (Gn 15, 13) y allí
dice: Alégranos conforme a los días que nos afligiste.
― 365 años (vba anju ohaau ,utn aka):
- Trescientos sesenta y cinco años –dijo Rabí-, el número de días del
año solar, porque dice el versículo: El día de la venganza está en mi
corazón, y el año de redimidos ha llegado (Is 63, 4)
― 7000 años (vba ohpkt ,gca) y otros:
- La era mesiánica de Israel –dijo Abimi hijo de R. Abahu- durará
siete mil años, como dice lo escrito: Lo mismo que el novio se
regocija con la novia, así se regocijará contigo tu Dios (Is 62, 5). –
La era del Mesías durará tanto como lo que va de la creación hasta
ahora, como dice lo escrito: ... como los días de los cielos sobre la
tierra (Dt 11, 21). – Tanto como lo que va de los días de Noé hasta
ahora –dijo R. Najmán bar Yishak-, porque dice lo escrito: Porque
esto es para mí como las aguas de Noé, cuando juré (Is 54, 9).
Todos estos plazos están basados en la Escritura, por tanto,
cualquiera de ellos debería ser aceptado como cálculo correcto de la
duración de los días mesiánicos. Pero, es evidente que ni podemos
admitirlos todos ni destacar uno como el más seguido por el
Judaísmo. Sólo nos queda señalar la flexibilidad de los rabinos con
respecto a cualquier tema mesiánico.
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3. Características del Mesías
Procedencia y personificación del Mesías
“Pues decir que ese Cristo vuestro preexiste como Dios
antes
de
los
siglos
(se prou+pa/rcein qeo/n oÃnta pro\ ai)w/nwn tou¤ton to\n Crist
o/n), y que luego se dignó nacer hombre
(eiåta kaiì gennhqh=nai aÃnqrwpon geno/menon u(pomeiÍnai), y
que no es hombre que venga de hombre
(kaiì oÀti ou)k aÃnqrwpoj e)c a)nqrw¯pou), no sólo me parece
absurdo, sino necio” (Justino, Diálogo con Trifón, 48, 1)
Así es como un judío de los primeros siglos entiende la
concepción cristiana del Dios eterno encarnado en hombre34. Este
judío no es otro que Trifón con el que Justino, apologeta del s.II,
“sostuvo” su famoso Diálogo. Para un rabino era indiscutible quién
era Dios y el lugar que ocupaba en el Universo. Otro tema distinto era
identificar a su Mesías, que podía presentarse como hombre35, pero
jamás como la encarnación de Dios. Así pues, el Mesías es concebido
como una figura humana, nunca divina, con características especiales,
cuya aparición tendrá lugar antes del mundo venidero y que, por lo
general, se identifica con un rey de la estirpe de David portador de la
salvación divina. A pesar de que esta filiación fuera la más común
debemos distinguir toda una serie de casos excepcionales, como son
el de un Mesías identificado con un personaje histórico o legendario y
el del Mesías doliente.
3.1. Un Mesías identificado con un personaje histórico o legendario:
Varios son los personajes que han detentado el título de Mesías
en la literatura rabínica. Algunos de ellos fueron héroes destacados
en la historia de Israel, mientras que otros no son más que producto
de la imaginación. Entre los casos más destacados se encuentran el
propio David, Bar Kokba, el Mesías ben José y algunos otros
nombres.
34 Cf. Dial. con Trifón 49, 1 y 67, 2.
35 No todos los rabinos aceptaron la posibilidad de que el redentor fuera un mesías-
hombre, pues consideraban que esa acción debía ser obra de Dios. Dice A. BERGER
(“Captive at the Gate of Rome: A Messianic Motif”, PAAJR, 1977, p. 2): “Realizing
the failures of the messianic uprisings, a number of sages toned down or even
discounted the belief in a human Messiah. As Aha, an amora of the 4th century,
comments on Ps 18,5: ‘I have turned in all directions and there is no redeemer but
Thee’”.
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A menudo existen expectativas sobre un Mesías de descendencia
davídica36, sin embargo, en casos puntuales se tiene la idea de un
Mesías identificado con el propio David37. Este Mesías se
caracterizará por sus capacidades bélicas, por su sabiduría, por su
justicia, etc. siguiendo el estilo bíblico38. En un pasaje del TB, en el
que se cita el texto de Rut 3,17, se identifican las “seis cebadas” (seis
granos de cebada) que Booz dio a Rut con los seis hijos que tendría
“favorecidos cada uno de ellos con seis bendiciones” (Sanh 93a y b):
Son ellos: David, Mesías, Daniel, Ananías, Misael y
Azarías. De David dice la Escritura: ‘Entonces uno de los
criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de
Jesé el betlemita, que sabe tocar y es valiente y vigoroso y
36 4QFl 1, 11: “Yo seré para él un padre y él será para mi un hijo.” Esto (se refiere al)
“retoño de David” (shus jnm) que se alzará con el Intérprete de la ley que 12surgirá en
Si[ón en] los últimos días.....” 4QpIsª fr. 8-10, col III, 18-22 donde se ofrece la
interpretación de Is 11,1-5: “[La interpretación de la cita se refiere al retoño] de
David que brotará [en los días postreros, puesto que] 19 [con el aliento de sus labios
ejecutará a] sus enemigos y Dios le sostendrá con [el espíritu de] valentía [...] 20 [...]
trono de gloria, corona [santa] y vestiduras bordadas 21 [...] en su mano. Dominará
sobre todos los pueblos y Magog (Ez 38-39) 22 [...] su espada juzgará a todos los
pueblos” (F. GARCÍA MARTÍNEZ, Textos de Qumrán, Madrid: Trotta, 1992) y cf.
También 4Q252 (= 4QpGen 49, 10) 5, 2. Una buena observación es la de J. L. SICRE
(De David al Mesías, Estella: Verbo Divino,1995, p. 390), que pone de manifiesto la
condición del Mesías y de su descendencia en la misma línea que el profeta Jeremías:
“En aquellos días y aquel tiempo suscitaré a David un vástago legítimo que ejercitará
el derecho y la justicia en el país (Jr 33, 5)....”
37 En SfrDt 1, 3 y 1, 17, al comentar los pasajes referidos al rey, por boca de Samuel se
habla del ungido igual que en el texto bíblico. En Sanh 98b se dice: “El santo, bendito
sea – dijo R. Yehudah en nombre de Rab- nos suscitará algún día un nuevo David,
como dice lo escrito: ‘antes servirán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, que yo les
levantaré’ (Jer 30,9). No dice ‘les levanté’, sino ‘les levantaré’....”
38 Hipólito, omn, haer. IX,30 (en E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, p. 661 y en
S. ZEITLIN, “The Essenes and Messianic Expectations”, JQR XLII [1954-1956], p. 107)
describe las esperanzas mesiánicas de los judíos en el s.III: “Así pues, dicen que su
generación será de la estirpe de David, pero no de una muchacha (“virgen”) y del
espíritu santo (e)k parqe/nou kaiì a(gi¿ou pneu/matoj), sino de una mujer y de
un hombre (e)k gunaiko\j kaiì a)ndro/j)... alegando que será un rey para ellos,
varón guerrero y poderoso, el cual, después de reunir a todo el pueblo de los judíos,
después de luchar contra todas las naciones, les levantará Jerusalén como ciudad
regia [...] Entonces una vez reunidos, levantándose una guerra contra ellos, en
aquella guerra caerá el Cristo a espada, entonces, después de no mucho tiempo,
tendrán lugar el final y la conflagración de todo; así es como todas las
consideraciones acerca de la resurrección se cumplirán y a cada uno se le otorgará
su recompensa según sus obras”. (La trad. completa en D. RUIZ BUENO, Padres
apologetas griegos, Madrid: BAC, 1979).
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hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y
Yahveh está con él, etc (1Sam 16, 18)’ (Sanh 93b)
David es siempre el “ungido del Señor”39 en el texto bíblico y el
prototipo de rey de Israel. El autor del libro de Daniel no parece que
reconociera a un Mesías, a pesar de que en él se inicien las
representaciones del “Hijo del Hombre”40; sin embargo, la tradición
se encargó de proyectar sobre la propia figura de Daniel esta
imagen41. De hecho, al final de Sanh 93b, Daniel es considerado más
grande que David, porque sólo él vio “aquella visión” (Dn 10, 7)42.
El llamado Mesías se identifica después en el texto de Sanh 93b con
el conocido héroe judío Bar Kokba, al que matan por no saber
“juzgar con el olfato”43.
A menudo se considera la reacción bélica de Bar Kokba contra
los romanos como consecuencia de los decretos de Adriano, que
según Mantel44 se reducen a tres tipos, dependiendo de la descripción
de los historiadores: (1) según Dion Casio (LXIX 11-1545) el
malestar de los judíos se debió a la orden de Adriano de convertir
Jerusalén en una ciudad greco-romana y de levantar un templo para
Júpiter en el lugar del Santuario, (2) según Espartiano (De Vita
Hadriani XIV 2) fue a causa de prohibir la circuncisión y (3) según
Beresit Rabbah LXIV Adriano ordenó reconstruir el Templo, pero
39 1Sam 16,6; 2Sam 19,22; 23,1; 22,51/Sal 18,51; Sal 32,10.17; 2Cr 6,41.
40 Dn 7,13: “Proseguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí que en las nubes
del cielo venía como un hombre, y llegó hasta el anciano y fue llevado ante El”.
41 Cf. E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, p. 643. 1Henoc 37-71: capítulos
conocidos como el Libro de las parábolas, cf. A. DIEZ MACHO, AAT, IV, 13-35.
4Esd 13,52: “Y después de esto vi al mismísimo hombre (ipsum hominem) que
descendía del monte y que convocaba junto a él a otra pacífica multitud”.
42 “También David dijo: ‘Recuérdame, Yahveh, por amor a tu pueblo, visítame con tu
auxilio’ (Sal 106,4) –David lo dijo únicamente como oración [...] Y habló de igual
manera de Daniel, que era más grande que él. -¿Cómo se sabe que era más grande
que él? – Porque dice lo escrito: ‘ Yo solo, Daniel, contemplé la visión, pero los
hombres que estaban conmigo no la vieron, sino que un gran terror cayó sobre ellos
y huyeron a esconderse (Dn 10,7)”.
43 Ananías, Misael y Azarías eran los compañeros de Daniel (Dn 1,6-7.11-19; 2,17), de
los que después se plantea si eran hijos o no de Judah.
44 H. MANTEL, “The Causes of the Bar Kokba Revolt”, JQR LVIII (1967-1968), pp.
224-225.
45 Un estudio con más profundidad sobre los cc. 12-14 se encuentra en M. GICHON,
“New Insight into the Bar Kokhba War and a Reappraisal of Dio Cassius 69.12-13”,
JQR LXXVII (1986), pp. 15-43.
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retiró su promesa por orden de los samaritanos46. Sin embargo,
Mantel apuesta por otra fuente, el testimonio de Eusebio (Historia
Eclesiástica IV 6,1-4), que no aduce los decretos de Adriano, sino
que atribuye la revuelta a “their spirit of contentiousness and to their
leader Bar Kokba”, de modo que las órdenes del Emperador serían la
consecuencia, no la causa, del levantamiento. Mantel47 interpreta la
revuelta como un deseo de libertad y de salvación48, que intentaría
llevar a cabo Bar Kokba, basándose en la simbología de los
asmoneos49 y en la creencia de que él era el Mesías (281ss), según
nos transmiten las fuentes rabínicas.
Entre los rabinos que optaron por considerar a Bar Kokba como el
Mesías, destaca R. Aqiba, que le aplicó la promesa de Núm 24,1750,
apoyándose en un juego de palabras entre el nombre de este personaje
y el sustantivo “estrella” (kokab)51:
46 La explicación está más desarrollada en H. MANTEL, “The Causes of the Bar Kokba
revolt”, JQR LVIII (1967-1968), pp. 274-296.
47 H. MANTEL, “The Causes of the Bar Kokba Revolt”, JQR LVIII (1967-1968), pp.
278ss.
48 J. HEICHELHEIM, “New light on the End of Bar Kokba’s War”, JQR XXXIV (1943-
1944), pp. 61-63, por el contrario, pone de manifiesto que “Bar Kokba’s War is not
only of political and religious, but also of military interest. It forms one of the earliest
examples of planned ‘infiltration tactics’ as the are practiced on the Russian and
Eastern Asiatic fronts at the present day”. No es de extrañar que esta opinión surgiera
en plena II Guerra Mundial.
49 H. MANTEL, “The Causes of the Bar Kokba revolt”, JQR LVIII (1967-1968), pp. 279-
280 ejemplifica esta simbología con la descripción de las monedas de época asmonea
y del periodo de Bar Kokba y encuentra los mismos elementos: el cítrico, el lulab, la
rama de palma, la viña, etc.
50 A muchos líderes se le aplica esta promesa (B. W. R. PEARSON, “Dry Bones in the
Judean Desert: The Messiah of Ephraim, Ezekiel 37, and the post-revolutionary
followers of Bar Kokba”, JSJ XXIX [1998], p. 192 citando a Oppenheimer), por
ejemplo, cuando el Documento de Damasco se hace referencia a dos Mesías: uno
identificado con el Intérprete de la ley y otro con el cetro de Israel se dice: “Y la
estrella es el Intérprete de la ley 19que vendrá a Damasco, como está escrito: “Una
estrella avanza desde Jacob y se alza un cetro 20desde Israel (Nú 24,17)” (CD 7,19-
20).
51 Cf. Van der WOUDE (en KITTEL-FRIEDRICH (eds.), TDNT, VI, s.v. Christós), en la
nota 191 recoge una serie documentos numismáticos y papirológicos donde se
encuentra la expresión “Simeón bar Kosba, príncipe de Israel”.
B. W. R. PEARSON (“Dry Bones in the Judean Desert…”, JSJ XXIX [1998], p. 192)
citando a Oppenheimer considera que el nombre del personaje revolucionario era en
realidad Bar Kosva y que cuando asumió las características del mesías real pasó a
designarse como Bar Kokhba, pero después de su derrota lo llamaron Bar Kozva.
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Dijo R. Simeon ben Yojai: “Aqiba mi maestro interpretó:
‘Una estrella (cfuf) ha surgido de Jacob’ [Significa que]
Koziba (tczuf) ha salido de Jacob. Rabbí Aqiba, cuando vio a
Bar Kozba’ (vczuf rc), dijo: ‘Éste es el rey Mesías’
(tjhan tfkn tuv). Le respondió R. Yojanán ben Torta: ‘Aqiba,
la hierba crecerá de tus mejillas y todavía el hijo de David
(sus ic) no habrá venido” (TJ Taan 4, 8 [68d])
Ben Torta no fue el único rabino en negar la afirmación de R.
Aqiba, ya que hubo otros que en modo alguno le atribuyeron, como
leemos en Sanh 93, rango de Mesías: “Bar Kokba, que reinó durante
dos años y medio, dijo a los sabios: Yo soy el Mesías. Del Mesías,
replicaron los sabios, dice la Escritura que juzga por el olfato52.
Veamos si sabe hacerlo. Como vieran que no sabía juzgar por el
olfato, lo mataron”. Berger53, teniendo en cuenta la terrible situación
que el pueblo judío estaba viviendo después de la derrota de Bar
Kokba y el triunfo del Cristianismo en el Imperio (s. IV), explica
cómo a la antigua burla “¿dónde está tu Dios?” se le unía la irónica
pregunta “¿dónde está tu Mesías?”54. Zeitlin, en un artículo sobre el
nombre del personaje, apunta: “the sages in the Talmud would
certainly have played up the word Kozeba, and added that the revolt
was doomed to fail from the beginning, because the leader bore the
name liar”55, es decir, el fracaso de la revolución judía según los
rabinos fue debido a que nació de un “hijo de la mentira”56. Este
autor, hace ya medio siglo, puso además en relación la figura de Bar
Kokba con la creencia en un Mesías de Efraim, ya que, a pesar de que
52 Poco antes dice el texto: “Dijo Rabá: Tenía olfato para juzgar [a las personas],
como dice la Escritura: ‘No juzgará por lo que vean sus ojos ni fallará según lo que
oigan sus oídos, sino que juzgará con justicia a los pobres y fallará con rectitud
respecto a los humildes del país’ (Is 11,3-4)”. Debía emplear el olfato, ya que se
descarta la vista y el oído.
53 A. BERGER, “Captive at the Gate of Rome: A Messianic Motif”, PAAJR, 1977, p. 1.
54 A. BERGER (“Captive at the Gate of Rome: A Messianic Motif”, PAAJR, 1977, p. 1),
en la nota 1, cita un pasaje del Tárgum a Salmos (89,51-52) en el que se plantea la
pregunta “¿dónde está tu Mesías?”, que en la polémica cristiana medieval europea
tendrá un importante desarrollo.
55 A. ZEITLIN, “Bar Kokba and Bar Kozeba”, JQR XLIII (1952-53), p. 78.
56 En este artículo S. ZEITLIN (“Bar Kokba and Bar Kozeba”, JQR XLIII [1952-1953],
pp. 77-82) no sólo se ocupa de descubrir qué hay destrás del nombre de Bar Kokba,
sino también de desmentir todas aquellas afirmaciones que identificaban al personaje
como el “hijo de”, “el de la ciudad de”, etc. además de recoger los testimonios tanto
judíos como cristianos (Justino Mártir, Eusebio) donde se le denomina
“Barchocheba”como nombre propio.
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se le “concedió” el título de Ungido, no pertenecía a la descendencia
de David (109). Este Mesías de Efraim, también conocido como el
Mesías ben José, surge probablemente de la ficción rabínica57,
facilitándole al descendiente de David su venganza sobre los gentiles,
una vez que haya caído en la batalla58. Las dos tradiciones principales
sobre este Mesías son su representación como héroe victorioso en la
batalla59 y como caído en el combate, según el texto de Sukk 52a60:
¿Cuál es la causa de tal llanto? El rabino Dosa y los otros
rabinos discrepan. Uno dice: Es por la muerte del Mesías hijo
de José (drvba ;xuh ic jhan kg). Otro dice: Es por la muerte de
la mala inclinación. Está en lo correcto quien afirma que por
la muerte del Mesías ben José (drvba ;xuh ic jhan kg), pues
está escrito: “Y ellos le mirarán, mirarán a aquél que han
atravesado y le llorarán como a hijo único” (Ez, 12, 10) ¿Por
qué habrán de llorar si se tratase de la muerte de la mala
inclinación? ¿Acaso no sería motivo de regocijo? ¿Entonces,
por qué lloran? (Sukk 52a)
En cualquier caso, ¿cómo llegó a ser identificado el Mesías ben
José o ben Efraim con Bar Kokba? Pearson resume las ideas del
citado trabajo de Heinemann61, en el que establece tres puntos que
explicarían esta caracterización: (1) la figura del Mesías de Efraim
57 Según unos autores en época postcristiana, mientras que otros afirmarían que tendría
un carácter precristiano. Sobre las distintas opiniones: Van der WOUDE (en KITTEL-
FRIEDRICH [eds.], TDNT, VI, s.v. Christós) y M. PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones
mesiánicas en el Targum Palestinense. Estudios Exegéticos (Jerusalén-Valencia:
Instituto Español Bíblico y Arqueológico de Jerusalén – Institución San Jerónimo,
1981), pp. 159-160.
58 M. PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones mesiánicas en el Targum Palestinense, pp. 158-
159.161 recoge una serie de textos entre los que destaca un añadido al Targum de
Zacarías 12,10 en el que se dice: “El Mesías hijo de Efraim saldrá a entablar batalla
contra Gog, pero Gog le matará a las puertas de Jerusalén”, cf. K. J. CATHCART –
R. P. GORDON, The Targum of the Minor Prophets, The Aramaic Bible (Edinburgh:
T. & T. Clark LTD, 1989), p. 218, nota 28. En otros textos aparecen juntos el Mesías
de David y el de Efraim (TgCant 4,5; PsJ Ex 49,11), cf. M. PÉREZ FERNÁNDEZ
(Tradiciones mesiánicas en el Targum Palestinense), pp. 158-159.161.
59 W. R. PEARSON, “Dry Bones in the Judean Desert…”, JSJ XXIX (1998), p. 193, nota
7.
60 W. R. PEARSON, “Dry Bones in the Judean Desert…”, JSJ XXIX (1998), p. 193; M.
PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones mesiánicas en el Targum Palestinense, p. 160
citando a J. HEINEMANN, “The Messiah of Ephraim and the Premature Exodus of the
Tribe of Ephraim”, HTR LXVIII (1975), pp. 1-15.
61 B. W. R. PEARSON, “Dry Bones in the Judean Desert…”, JSJ XXIX (1998), p. 194.
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fue identificada con Bar Kokba tanto antes como después de su
derrota y los cambios que la tradición le aplicó obedecerían a este
motivo, pero ¿por qué fue transformada de repente en un héroe
trágico?, (2) la identificación de Bar Kokba con el Mesías de Efraim
fue debida al paralelo que una generación más tarde estableció entre
la solución militar contra la dominación romana y la solución militar
de los efraimitas durante su fracasado éxodo62, cuando
prematuramente atacaron a los filisteos y (3) en fecha posterior, la
visión de los huesos secos de Ezequiel 37 se debió añadir a la
tradición. No obstante, el propio Pearson dice “Heinemann’s solution
to this problem, though based on a brilliant analysis of the material,
is too simple” (195), pues cree que no tiene en cuenta todas las
actitudes de los rabinos sobre este personaje como, por ejemplo, la
opinión negativa de Ben Torta en TJ Taan 4, 8, que ya hemos
analizado anteriormente. Por otro lado, mientras que Heinemann
habla de un héroe trágico que cae en la batalla, al que le sigue otro
Mesías para completar su misión, Pearson apuesta por una visión
negativa de la leyenda original, según muestran los pasajes sobre el
nombre de Bar Kokba, fechable en un periodo inmediatamente
posterior a la revuelta (195)63. El pueblo estaría sufriendo las
represalias romanas y el sentimiento en contra del revolucionario
debía estar muy acentuado por aquellos días (200). Este autor,
basándose en los descubrimientos del Mar Muerto, intenta dar un
paso más para explicar la tradición, al considerar que los huesos
encontrados podrían ser de aquellos que murieron en las cuevas o
quizás en la batalla, pero que fueron enterrados con posterioridad en
ellas (197ss.)64. Parece que la visión de Ezequiel sobre los huesos
secos se ajustaría a la tradición del Mesías de Efraim y a las “re-
interment operations” llevadas a cabo por los supervivientes
62 M. PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones mesiánicas en el Targum Palestinense, pp. 161-
162, basándose en Heinemann, explicaría que los efraimitas habrían perecido por un
error de cálculo del “tiempo de la salvación” y no por abandonar la palabra de
Yahveh; por ello, resucitarían como en la visión de Ezequiel 37.
63 “… the development of the tradition concerning the Messiah of Ephraim and
connection thereof with Bar Kokhba has been argued to come from a a period
antedating the second revolt. Its connection with the story of the sinfully over-
zealous Ephraimites and the death of the Messiah of Ephraim in battle (contra
Heinemann) has been argued to date to a period immediately following the revolt,
…” (200).
64 W. R. PEARSON, “Dry Bones in the Judean Desert…”, JSJ XXIX (1998), p. 200:
“This evidence of widespread re-interment of the Bar Kokhba revolutionaries who
die in the Judean Desert is surely something which merits attention”.
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seguidores de Bar Kokba (201). En definitiva, Pearson establece el
desarrollo de la leyenda en tres fases: primero la historia del Mesías
de Efraim se le aplicaría a Bar Kokba en tiempos de la revolución,
después debió de ser modificada negativamente y, por último, sufrió
una segunda modificación, probablemente por parte de los
supervivientes, como respuesta a su forma negativa (196).
No obstante, a pesar de lo ingenioso de la hipótesis de Pearson, se
le podría aplicar la misma crítica que M. Pérez Fernández hizo a
Heinemann, hace ya más de veinte años65, por no haber tenido en
cuenta los testimonios del NT: Lc 24,25-27; Mt 16,21;17,23;20,19 (y
par.). Quizás la clave de la respuesta esté en saber conjugar los datos
neotestamentarios y los descubrimientos arqueológicos, junto con las
premisas que ya se tenían sobre la leyenda de Bar Kokba, del Mesías
de Efraim y de la visión de Ezequiel 37.
Aunque hasta el momento hemos podido ir identificando a los
distintos Mesías como personajes históricos o como figuras
legendarias, en otros pasajes nos encontramos con una discusión
sobre los nombres del Mesías, como en el TB:
Dijo Rab: El mundo fue creado por David –Dijo Šemuel:
Por Moisés. –Dijo R. Yojanán: Por el Mesías (jhan). -¿Cómo
se llama [el Mesías]? –Se llama Šiló (vkha)–afirmaron en la
escuela de R. Šilah-, porque dice lo escrito: Hasta que venga
Šiló (Gn 49, 10). –Se llama Yinnón (iubh)–explicaron en la
escuela de R. Yanai-, porque dice lo escrito: Su nombre será
para siempre, ante el sol será propagado (Yinnón) su nombre
(Sal 72, 17). –Se llama Hanina (vbhbj)–expresaron en la
escuela de R. Hanina-, porque dice lo escrito: Porque no os
mostraré clemencia (haninah) (Jr 16, 13). –Otros dicen: Se
llama Menahem ben Yizqiah (vhezj ic ojbn), porque dice lo
escrito: se alejó de mí el consolador (menahem) que daría
reposo a mi alma (Lam 1, 16) ... (Sanh 98b)
Cada escuela le concede al Mesías su propio nombre basándose en
una complicada “ciencia” judía, conocida como “Gematría”, que
conjugaba el valor numérico de las letras para justificar ciertas
interpretaciones del texto bíblico66; así es como los rabinos de la
escuela de Šilah lo denominan Šiló, los de la escuela de Yanai
65 M. PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones mesiánicas en el Targum Palestinense, pp. 162-
163.
66 Cf. G. SCHOLEM, en EJ, s.v. “Gematria”.
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Yinnón, etc. Es evidente que estos calificativos tienen como finalidad
manifestar la importancia de las respectivas escuelas más que
aventurar un nombre para el Mesías.
3.2. El Mesías doliente:
En la obra de Schürer67 se dedica un apéndice a un aspecto
especial del mesianismo: la cuestión sobre el Mesías Doliente y si
sus dolores y su muerte tienen valor expiatorio. La crítica suele datar
esta creencia con posterioridad a la época tannaítica, aunque existen
estudiosos, que basándose en el texto de Ez 37 y en la leyenda sobre
Bar Kokba y el Mesías de Efraim, afirman que “la tradición sobre el
Mesías que padece y hasta muere es judía precristiana y entronca con
la corriente veterotestamentaria del Siervo de Yahveh y de los justos
perseguidos”68; sin embargo, debemos recordar, por una parte, la
hipótesis de Pearson que estudiamos en el apartado anterior, y, por
otra, el desconcierto de los judíos ante la actuación de Jesús. En
cualquier caso, en la literatura posterior encontramos algún ejemplo
aislado donde se presenta a un Mesías que, entre enfermos, se le
encomienda la tarea de soportar grandes aflicciones. Estos
testimonios están relacionados con la literatura profética, ya que en
ella encontraron su particular forma de presentar a este personaje.
Los tres ejemplos que se han seleccionado a continuación
pertenecen al TB. En el primero de ellos se utiliza el texto de Isaías
(Is 11, 1ss) para justificar los sufrimientos del “brote del tocón de
Jesé”:
- Del Mesías (jhan) dice: Sobre él se posará el Espíritu de
Yahveh, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de
consejo y de fuerza, espíritu de conocimento y de temor de
Yahveh, etc. (Is 11,2) y dice: y le alentará en el temor de
Yahveh (Is, 11, 3) Dijo R. Alexandri: Esto enseña que lo
67 E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, pp. 705-707.
68 M. PÉREZ FERNÁNDEZ, Tradiciones Mesiánicas en el Targum Palestinense, p. 163.
E. SCHÜRER, Historia del pueblo judío, II, p. 706 dice: “A pesar de las confiadas
afirmaciones de algunos teólogos, las pruebas aducidas a favor de una interpretación
mesiánica judía de Is 3 y demás pasajes conexos sobre el Siervo distan mucho de
resultar convincentes;...” Pérez Fernández, después de su afirmación anterior, dice:
“Esta no es, sin embargo, la tradición mesiánica popular. Pero la historia se encargó
de abrir los ojos a judíos y cristianos, y ambos aprendieron ante Roma que el Mesías
tenía que padecer”. Sin duda, la relación con Roma debió influir en la concepción
mesiánica, pero no por ello la idea del Mesías Doliente tuvo que gestarse entre los
rabinos en época precristiana.
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cargó de virtudes y sufrimientos como un molino de piedra
(ohhjhrf ihruxhu ,umn ubhgyva snkn) (Sanh 93b)
La interpretación surge a partir de la expresión de Isaías “y le
alentará” (ujhrv)69, de donde R. Alexandri interpreta “sufrimientos
como un molino de piedra (ohhjhr)70”, pues se utilizan las mismas
consonantes en las dos palabras.
En el segundo ejemplo se describe el encuentro entre R. Yehosúa
ben Leví y el profeta Elías junto a la tumba de Simeón ben Yojai. R.
Yehosúa le pregunta si él tendrá acceso al mundo venidero y a partir
de ahí surge la cuestión sobre el Mesías:
¿Cuándo vendrá el Mesías (?jhan h,t ,nht)? –le preguntó.
–Pregúntaselo a él –le contestó- -¿Dónde está? –En la entrada
de Roma (hnurs tj,hpt)71. -¿Cómo se le reconoce? –Está con
los
pobres
cargados
de
enfermedades
(ohtkj hkcux hhbg hbhc ch,h); todos las desatan [las vendas] y las
vuelven a atar juntas, pero él las desata y las vuelve a atar una
por una, pensando: Si me necesitan, que no me demoren [las
heridas que estén sin vendar] (Sanh 98a)
Este Mesías está vivo en época de R. Yehosúa, pero se mantiene
oculto72 entre los pobres y enfermos, esperando el momento de hacer
su aparición ¿pública?. No es un Mesías que realiza milagros y
expulsa los demonios de los afectados por alguna dolencia, como
hace Jesús en el Evangelio, sino un Mesías que venda las heridas
actuando como “médico”. La leyenda sobre el Mesías en la puerta de
Roma y sobre la redención que llegará con él adquirió una gran
69 M. JASTROW, DTTM, s.v. jhr, con el significado de oler: “of the Messiah it is written
that he smells (of a man) and judges (of his guilt or innocence)”.
70 M. JASTROW, DTTM, s.v. ohhjr.
71 M. JASTROW, DTTM, s.v. hnur I tnur. A. J. WEISS (Talmud de Babilonia. Sanedrín)
traduce por “de la ciudad” sin ofrecer ninguna explicación; sin embargo, E. SCHÜRER
(Historia del pueblo judío, II, p. 703) considera que el Mesías se halla a la entrada de
la ciudad de Roma y explica que tal vez la postura de muchos estudiosos sea por la
corrección del gaón de Wilna que rechaza “la ciudad” y la sustituye por “Roma”.
72 A. BERGER (“Captive at the Gate of Rome: A Messianic Motif”, PAAJR, 1977, p. 2)
afirma que “The Messiah is alive now. He is invisible at present, but chosen ones are
able to see him. He is detained and hidden because of our sins (cita el pasaje de
TgMiqueas 4,8), but he will be ready to make his appearance when God’s Day
arrives, the Day of Vengeance and consolation. But that Day is a secret with God,
which He does not share with that Day is a secret with God, which He does no share
with anyone (Sanh 99a a Is 63,4).”
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Un Mesías en los escritos rabínicos
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importancia en la literatura medieval. Berger73, tomando como base el
pasaje talmúdico de Sanh 98a y la historia del Sefer Zerubbabel74,
analiza el tema con profundidad hasta las referencias del s.XVI; y,
aunque éste no sea el lugar para tratar esta obra medieval, resulta
llamativo que un Mesías ben José inaugure con su muerte el auto-
gobierno judío del Mesías ben David (8-9).
La mayor preocupación de este Mesías “terapeuta” es curar las
heridas vendándolas de una en una sin tardar en exceso por si llega el
momento en que se presente ante los hombres, ya que sólo Dios es
quien conoce el tiempo determinado del Advenimiento75. En otro
pasaje del TB, los rabinos se apoyan en una cita de Isaías en la que
relacionan directamente los pecados del pueblos con los dolores del
Mesías y lo presentan, no ya como un “terapeuta”, sino como un
leproso:
Se llama “el leproso76 de la casa de rabí77” (hcr hcs truuhj)
–dijeron los rabíes-, porque dice la Escritura: Sin embargo,
nuestros sufrimientos él ha llevado, nuestros dolores él los
cargó sobre sí, mientras nosotros le hemos considerado
azotado, golpeado de Dios y abatido (Is 53, 4) (Sanh 98b)
Aunque pueda parecer que estos tres textos constituyen alguna
base argumentativa en favor de la existencia de un Mesías Doliente,
no representan en absoluto el modelo mesiánico en la mayoría de los
fragmentos, sino que son opiniones aisladas y además bastante
tardías. En el Diálogo con Trifón del apologeta Justino el propio
Trifón afirma: “Ya sabemos, en efecto, que había de sufrir y ser
conducido como oveja al matadero; lo que tienes que demostrarnos
es que tenía también que ser crucificado y morir con una muerte tan
73 A. BERGER, “Captive at the Gate of Rome: A Messianic Motif”, PAAJR, 1977, pp.
3ss.
74 Sobre el Sefer Zerubbabel cf. H. L. STRACK – G. STEMBERGER, Introducción a la
Literatura Talmúdica y Midrásica. Edición española preparada por M. Pérez
Fernández, Estella: Verbo Divino, 1996, pp. 441-442, que describen esta obra como
de carácter apocalíptico, en la que se narran la lucha definitiva entre “el Soberano de
Roma y de la Cristiandad, Armilos, y el Mesías Hijo de José”.
75 Misma concepción que en el NT (“Kairós”): se sabe que el “tiempo va a llegar” y
que hay que estar preparado, pero no se concoce con exactitud cuándo; cf. Mc 13,33
(Lc 21,36)
76 M. JASTROW, DTTM, s.v. ruhj, con dos acepciones: 1. Blanco y 2. leproso.
77 A. J. WEISS (Talmud de Babilonia. Sanedrín) traduce por “el leproso de la casa de
los estudios”, es decir, la casa del rabí.
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deshonrosa y maldecida en la misma ley”. De igual manera, en la Ley
también está la prohibición de relacionarse con leprosos (Nú 5,2)78 y,
sin embargo, en el s.I encontramos a Jesús de Nazaret sanando
leprosos y relacionándose con ellos. No obstante, a pesar de esta
afirmación de Trifón, no estuvo generalizada ni siquiera en el s.II la
idea de que el Mesías debía considerarse un “sufriente”, de hecho,
poco antes de este texto había dicho: “Sábete bien –dijo- que todo
nuestro pueblo espera al Cristo (to\n Xristo\n); también te concedemos
que todos los pasajes de las Escrituras que tú has citado se refieren a
Él. Personalmente te declaro también que el nombre de Jesús dado al
hijo de Navé, me movió a ceder también en este punto. De lo que
dudamos es de que el Cristo hubiera de morir tan ignominiosamente,
pues en la ley se dice que es maldito el que muere crucificado
(e)pikata/ratoj ga\r o( staurou/menoj)” (89, 1-2).
Conclusión
Estas son algunas de las representaciones del Mesías que hemos
seleccionado para nuestro análisis, sin embargo, no son las únicas y
posiblemente nuestra elección habrá dejado fuera otras muchas
imágenes importantes. Pero todos estos textos ofrecen ya una idea
aproximada de la trasformación de las esperanzas mesiánicas desde el
texto de Sota hasta los testimonios talmúdicos posteriores.
El mesianismo individualizado del que hablábamos al principio
del artículo no sólo debió de estar influido por todos los
acontecimientos que surgieron después de la destrucción del Templo
y de la expulsión de los judíos de Jerusalén, sino también por el
nacimiento del Cristianismo. Esta nueva doctrina, más que ninguna
otra, le concedía a su Mesías un linaje, una circunstancia, unas
características y un nombre, que desde los tiempos del rey David no
habían vuelto a conocerse. El Judaísmo pudo ver en el movimiento
cristiano, a pesar de su ataque mutuo y permanente una vez religión
de Roma, una descripción de las cualidades del Mesías, que a veces
criticó, pero que en otros momentos adaptó a su entorno. El Mesías de
la literatura rabínica fue mucho más que un vástago de David o un
sacerdote celestial, ya que en numerosas ocasiones fue identificado
como un Mesías con nombre propio.
78 En el Lev 13.14 está recogida toda la normativa sobre la impureza de la lepra.
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