miércoles, 14 de septiembre de 2016

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Las enseñanzas del Tratado de los Principios
– 16/06/2013Publicado en: Docencia
Convertir este post a PDFPirkei Avot que se traduce como “Tratado de los padres” o “Tratado de los principios” es una recopilación de enseñanzas éticas o máximas de los Rabinos […]

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Pirkei Avot que se traduce como “Tratado de los padres” o “Tratado de los principios” es una recopilación de enseñanzas éticas o máximas de los Rabinos del período de la Mishná que constituye una obra única en su género dentro del vasto cuerpo de la literatura tradicional judía. Por sus contenidos se conoce también como “Ética de los Padres”. Las enseñanzas del Pirkei Avot aparecen en el tratado Mishnáico del Avot, el penúltimo siguiendo el orden de Nezikin del Talmud. El Pirkei Avot es el único tratado que trata sólo sobre principios éticos y morales, hay muy poca o ninguna mención de la ley religiosa.

El tratado se compone de seis capítulos. Comienza con una orden de transmisión de la Tradición Oral: Moisés recibe la Torah en el Monte Sinaí y luego la transmite a través de varias generaciones hasta que finalmente llega a la Gran Asamblea, es decir, a los Rabinos (Avot 1,1). En él se conservan las palabras atribuidas a Simón el Justo, en el 200 a.C, hasta Judah haNasi , en el año 200 d.C., redactor de la Mishná. Estos capítulos tratan sobre la recta conducta ética y social, al igual que de la importancia del estudio de la Torah.

Los dos primeros capítulos se desarrollan en orden cronológico, centrándose el segundo en los discípulos de Yochanan Ben Zakkai. Los capítulos tres y cuatro contienen varios dichos atribuidos sin ningún orden aparente. El capítulo cinco consiste en un conjunto de dichos anónimos estructurados en series numéricas, muchas de ellas sin ninguna conexión con la ética. Los últimos cuatro párrafos de este capítulo vuelven al formato de los aforismos morales atribuidos a rabinos concretos.

Para el uso litúrgico y en la mayor parte de las ediciones impresas del Avot, se incluye un sexto capítulo, Kinyan Torah, dedicado a la Adquisición de la Torah. Se añade porque su contenido y estilo son similares al tratado original de Avot, aunque se centre más en el estudio de la Torah que en el comportamiento ético, y para que se pueda recitar el Sabbat, cuando se celebre la entrega de la Torah.

Estos son algunos de los principios éticos generales que se encuentran en el obra:

Muestra bondad a los demás.
Respeta al otro.
Respétate a ti mismo.
Respeta a Dios.
Busca la paz.
Sé prudente.
Sé humilde.
Combina el estudio de la Torah con el trabajo.
Ten cuidado con lo que dices.
No busques recompensas.
No te apresures en juzgar a alguien.
Sé justo y toma decisiones en consecuencia.
El tiempo de actuar es ahora.
El castigo iguala al pecado.
Busca un temperamento constante.

Obra completa comentada



Capitulo 1

MISHNA 1

1. Moshé recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió Ieoshua; Ieoshuá a los ancianos; los ancianos a los profetas; y los profetas la legaron a los hombres de la Gran Asamblea. Ellos afirmaron tres principios: Sed circunspectos en el juicio; conseguid numerosos discípulos, y haced un cerco en torno a la Torá.



Moshé recibió Torá de Sinaí

La razón del encabezamiento de la Mishná es para hacernos saber que a pesar que los sabios de las naciones escribieron reglas y principios de conducta según su entendimiento personal en el terreno, el Tanaíta (Rabí Iehuda Hanasí) comenzó esta Mishná diciendo: “Moshé recibió Torá de Sinaí, para hacernos saber que las reglas de conducta que aparecen en este Tratado no son fruto de la imaginación prolífera de nuestros sabios, sino que también estos emanan de Sinaí” (Comentario de Rabí Ovadia de Bartenura 1450-1510-Italia).

No solamente el Tratado de Principios proviene de la revelación de HaShem en Sinaí, sino todas las palabras de los sabios del Talmud emanan del lugar donde recibimos la Torá y así lo explica Rabí Iona de Gerondi (Falleció 1263 en Gerona, Norte de España). En Sinaí recibimos la Torá escrita y oral, ya que la Torá fue entregada junto a sus explicaciones, si no fuera así, sería imposible entenderla. En la Torá están escritas las leyes y principios en forma general, por ejemplo: No trabajar el día Sábado, ¿qué está prohibido hacer ese día? está escrito en el Tratado de Shabat en el Talmud. Allí encontrarás todos los detalles de aquí que Moshé recibiese las dos Torot, la escrita y la oral al mismo tiempo y éstas las entregó a Ieoshua, su sucesor.

¿Por qué razón fue entregada la Torá en el Monte Sinaí y no en Eretz Israel que es la Tierra donde reside la Santidad?

Una gran enseñanza reside en el hecho de que HaShem no entrego la Torá en Sinaí, y antes de haber entrado a la Tierra prometida.

Si no nos hubiese preparado HaShem en Sinaí antes de entrar a Eretz Israel y enseñado como conducirnos y aclarando los preceptos por los cuales nos regiríamos como las leyes agrícolas, Maaser (diezmo), Leket (Dejar las puntas del campo a los pobres y extranjeros), el año sabático, etc.

Seguramente hubiésemos fallado en el intento de vivir según la Torá, pero HaShem nos explicó en Sinaí detalladamente que, como y por que – y de esa manera pudimos ambientarnos rápidamente a la tierra ancestral.

Creo que encontramos aquí una gran enseñanza. Debemos educar a nuestros hijos según los principios de la Torá, antes que sean adultos y de esa manera no se perderán entre los infinitos laberintos de la vida, ya que resultará difícil aplicar estas enseñanzas cuando sea adulto y haber probado toda clase de elementos ajenos a la idiosincrasia de la Torá. Difícil, pero no imposible, ya que no hay nada que puede detenerse ante la férrea voluntad del ser humano y ya dijeron los sabios: “Aquel que quiere purificarse recibirá ayuda divina”.

Ellos dijeron tres cosas

Sed circunspectos en el juicio, formen muchos alumnos, haced un cerco a la Torá.

Ellos dijeron tres cosas

No solo estos conceptos expresaron los sabios de la Gran Asamblea, ya que formularon las bendiciones, el Kidush (oración antes de la cena del sábado y las festividades), Havdala (Oración de la finalización del sábado o festividades) y muchos más, pero estos tres conceptos fueron expresados para reforzar la Torá (Rabí Shimón Ben Zemaj Durán 1444-1361, España – Argelia).

Sed circunspectos en el juicio

Se refiere a los jueces, para que no se apresuren en su juicio, sino que inviertan tiempo para investigar y profundizar en los detalles antes de dar su fallo (Rashi). Aunque este consejo fue dado a los jueces, cada persona debe adoptarlo,, ya que cada individuo es su propio juez, y más de una vez piensa y analiza cual va a ser su próxima decisión, y en eso se parece a los jueces (Rabí Israel Salanter)

Formad muchos alumnos

Cuando hay más alumnos hay más Torá, ya que si estos se multiplican, la Torá será conocida por más personas esparciéndose por todos los lugares (Rabenu Bejaie – 1340 – Zaragoza, España).

No solo la cantidad importa, sino la calidad de los alumnos. Los Rabinos deberán formarlos de tal manera que el estudio debe ser profundo y tener como meta llegar a la verdad y a la justicia, y solo así cumpliremos con el imperativo de la Mishná.

Y haced un cerco a la Torá

Creo para que no infrinja una prohibición de la Torá (Rabí Ovadia de Baternura).

Un ejemplo: A pesar de que sabemos la hora exacta de la entrada del sábado, dejamos de trabajar un tiempo antes, porque si lo hiciéramos justo en el momento, profanaríamos el día sagrado.

MISHNA 2

2. Shimon Hatzadik (el justo) era de los últimos miembros de la Gran Asamblea. Él solía decir el mundo está fundado en tres cosas: La Torá, el Culto y la Caridad.

2.

De los últimos miembros de la gran asamblea (Keneset Haguedola)

La Gran Asamblea la institución suprema del Judaísmo en Eretz Israel fue fundada en los días del gobierno persa y estuvo activa doscientos años. En los días de Shimon Hatzadik comenzó la cultura griega a extenderse por los países limítrofes, a causa de las conquistas de Alejandro Magno. El Sanhedrín (Gran Tribunal) tomó el lugar de la Gran Asamblea.

“Sanhedrín”, palabra griega compuesta por dos vocablos Sin (Juntos) Hedrión (lugar de reunión).

El mundo fue creado por estas tres cosas (Rabi Ovadia de Bartenura). El mundo existirá solo cuando se perfeccione en la teoría y la práctica, y en la práctica hay dos caminos. Las acciones entre el hombre y el Eterno, y entre el hombre y su semejante.

Con respecto al estudio dice el Rabí: La Torá, sobre las relaciones entre el hombre y HaShem, El Culto sobre el hombre y su semejante, La Caridad (Rabí Shmuel D`Ozeda (1540-1600, nació en Safed, alumno del Ari Hakadosh, autor del Midrash Shmuel sobre Pirkei Avot).

La Torá: Nuestros sabios dijeron “que si Israel no hubiese recibido la Torá, el cielo y la tierra no hubiesen sido creados (Rabi Ovadia de Bartenura).

El culto: Se refiere al servicio de las ofrendas (Rabí Ovadia de Bartenura) y Rabenu Iona de Gerondi agrega: Nosotros que no tenemos el Korban, sacrificio, para que expíe (nuestros pecados), nuestras oraciones harán esa función.

Dijo Rabí Ieoshua sobre la Tefilá (la Oración)

Ni una persiana de acero puede separar a Israel del Padre Celestial (Pesajim 852) con una condición, que ésta sea realizada con suma unción y concentración, y no en forma mecánica, rezar con corazón y alma y no con los labios y el cuerpo.

La Caridad: ¿Qué es Guemilut Jasadim (caridad)? Vestir a desnudos, visitar enfermos, consolar a los deudos, y enterrar a los muertos (Rabenú Bejaie).

¿Por qué razón Rabí Shimón eligió decir a sus con generacionales que el mundo se sostiene y existe con estas tres cosas: La Torá, el Culto y la Caridad? Sabido es que Alejandro Magno era alumno de Aristóteles el griego, el padre de los sabios de la naturaleza, sobre él escribe Rabí Moshé Ben Najman (Najmánides) “Aquellos que siguen al griego que negó todo menos lo que palpaba con sus sentidos (Vaikra 16:8) y se convenció en pensar junto a sus malvados alumnos que todo aquello que no percibía con su intelecto, no era verdad”. Dijo el Gaón Rabi Eliahu de Vilna que Aristóteles era un agnóstico y si viniese a mí le hubiese mostrado la vuelta del sol y de la luna con sus estrellas alumbrando mi mesa, como lo hacen en el firmamento y entonces no negaría que el mundo tiene sus leyes fijadas por HaShem y acaso Rabí Shimón, que vivió en su generación no podría haberle mostrado las grandes maravillas de HaShem bendito sea.

Pero Aristóteles, sabía de la existencia del Eterno, y se rebeló ante él.

Rabí Shlomo Brevda en su libro (12-14) “Leodot Ulehalel” explica que el gobierno griego, trató desde el principio de influir por intermedio de su filosofía y su tesis sobre la naturaleza, no teniendo éxitos importantes, pasó a oprimir a los hebreos legislando leyes cuya meta era hacerlos olvidar su Torá, por esa razón Shimón Hatzadik que era Cohen Gadol (Gran Sacerdote) y unos de los más grandes sabios de su época trató de reforzar la fe para quedar fieles a nuestra sagrada Torá, rechazando al pensamiento griego. Por esa razón dijo que la Torá, el Culto y la Caridad, son las columnas que sostienen al mundo y estas son lo contrarios a la filosofía griega. Según Aristóteles los tres conceptos citados en la Mishná no traerán a la boca del humano, ni un pedazo de pan, entonces ¿cómo podrá vivir el hombre? Pero nosotros, que recibimos la Torá sabemos que nuestra situación es sobrenatural, y es HaShem quien da el sustento, la parnasa a aquellos que se ocupan de la Torá, el Culto y la Caridad. De esa manera reforzó Rabí Shimón a los hombres de su generación y fue el compañero de armas espiritual de los Hasmoneos, y así el pueblo reforzado en su fe en HaShem y la Torá pudo acudir al llamado de Matitiahu Hacohen y echar al enemigo ideológico del Bet-Hamikdash, Sagrado Templo y de Eretz Israel.

MISHNA 3

3. Antigonos de Sojo, que recibió la tradición de Shimon el justo decía: No seáis como servidores que sirven a su maestro pensando en su recompensa; más bien, sed como servidores que sirven a su amo sin pensar en la recompensa y el temor del cielo sea sobre vosotros.

Antigonos Alumno de Shimon el justo nos enseña el cómo servir a HaShem. Debemos servirlo y cumplir las mitzvot (precepto), solo por reconocimiento a la importancia de estos, y por amor al Creador que nos santificó por intermedio de sus imperativos. El Rey David proclama “Feliz es el hombre temeroso de HaShem, que se complace mucho en sus mandamientos,” agrega el Talmud en el Tratado de Avoda Zará, 19,1 en sus mandamientos y no en la recompensa a recibir por su observancia y dijeron en el Sifrí (Ekev). Y si dirás, estudiaré Torá, para volverme rico, para que me llamen Rabí para que reciba recompensa en el mundo venidero (Olam haba) – dice la Torá – para amar a HaShem (Devarim 30,6) para amarlo y temerlo, frente a testigos, y no es lo correcto ya que la Divina Providencia se encuentra en todo el lugar, y así lo explica Rabí Iehuda Hanasí en la primera Mishná del segundo capítulo.

Antigonos de Sojo: Residente en la ciudad de Sojo (en la tribu de Iehuda) según algunos Rabinos era el dirigente espiritual del lugar (Rambam) recibió la tradición de Shimón, el justo, fue alumno de Shimón Hatzadik y director de su Ieshiva, después de su fallecimiento en la época del Segundo Templo.

Decía: “No seáis como servidores que sirven a su maestro pensando en su recompensa”.

No servirán a HaShem, teniendo en mente la recompensa que recibirán como aquellos siervos que sirven a sus amos por el pago.

Más bien sed como servidores que sirven a su amo sin pensar en la recompensa

Como aquellos siervos que no esperan recibir recompensa, si no que debemos servirle a HaShem con amor. Pero no quiere decirnos que está prohibido esperar recibir una buena recompensa por las buenas acciones que realizamos según Antigonos, la recompensa no debe ser el motivo del cumplimiento de las mitzvot, (precepto) éstas serán observadas porque fueron dadas por el Santo bendito sea. (Rabino Hertz, vivió en Estados Unidos e Inglaterra, falleció en l942)

Y el temor del cielo sea sobre vosotros:

Cuando enfermó Rabí Iojanan ben Zakai, entraron sus alumnos a visitarlo: dijeron ¡Rabino bendíganos!, ¡Sea vuestro temor al cielo, como el temor a los seres de carne y hueso!

¡Rabino hasta tanto! ¿Acaso no debemos temer a HaShem, más que a los seres humanos? Ojalá, que así lo cumplan, habrán de saber que cuando una persona comete un pecado dice “que no me vea nadie” (Tratado de Berajot, 28: b)

Las personas cambian de conducta, cuando saben que sus iguales ven sus actos, y muchas veces, nos comportamos de distinta manera estando en nuestros hogares, hay situaciones que no nos atreveríamos a repetirlas frente a testigos, y no es lo correcto ya que la Divina Providencia se encuentra en todo lugar, y así lo explica Rabí Iehuda Hanasí en la primera Mishná del segundo capítulo. Piensa en tres cosas y no caerás en el pecado: acuérdate que está por encima de ti, un ojo viendo, un oído escuchando, y que todas tus acciones quedan escritas en los libros.

MISHNA 4

4. Iosé Ben Yoézer de la ciudad de Tzredá y Iosé Ben Yojanán de Jerusalem, recibieron la tradición de los anteriores. José Ben Yoézer, solía decir: Haz que tu casa sea centro de una reunión para los sabios, empólvate con el polvo de tus pies y absorbe ávidamente sus palabras.

Después de Antigonos de Sojo comenzó la época de las parejas. En la jefatura del Sanhedrín y en la Yeshivá, la casa de estudios habían dos Jajamim (sabios), uno era Presidente y el otro Jefe del Tribunal.

Iosi hijo de Ioezer y Iosi hijo de Iojanan formaron la primera pareja de dirigentes, el primero puso como meta y objetivo reforzar la influencia de los sabios sobre el pueblo, para contrarrestar la galopante influencia del movimiento helenizante.

Iosi hijo de Ioezer de la ciudad de Tzreda, en la Tribu de Naftali, era el presidente del Sanhedrín, y Iosi hijo de Iojanan, de Jerusalem y ocupaba el cargo de Av Bet Din (Jefe del Tribunal. Los dos recibieron sus conocimientos de Antigonos y su Tribunal (Hameiri).

Iosi hijo de Ioezer solía decir: Haz que tu casa sea centro de reunión para los sabios.

Haz que tu casa se convierta en un lugar de encuentro para los sabios como lo son la sinagoga y la casa de estudios (Rambam), y agrega el autor del libro “Pele – Ioetz” y no tema por el trabajo que tendrán sus familiares en los preparativos para la reunión de los sabios, ni se preocupe por los gastos que ocasionarán los huéspedes porque grande será su recompensa por facilitar a otros el estudio de la Torá, no solamente para él, sino también para su mujer, y ya dijeron nuestros sabios “El que lleve a la muchedumbre por el camino recto – y el mérito de los muchos se le atribuye ( Avot 5: 18).

Iosi ben Ioezer nos explica la diferencia que existe entre la Torá y las otras ciencias. Para lograr un título, el estudioso de las ciencias estudiará varios años y a su término no estará obligado a continuar con sus estudios – lo que no sucede, con la Torá, nunca podrá dejar de profundizar en las fuentes ancestrales – porque la Torá no tiene límite ni fin.

Por esa razón la casa del estudioso de la Torá se convertirá en un centro de reunión de los sabios, donde escuchará sus comentarios y explicaciones y se deleitará espiritualmente con ellos, pero deberá cuidarse de no comportarse como dueño y señor de la casa, sino que se empolvará, con el polvo de sus pies (de los sabios) y absorberá ávidamente sus palabras.

Te empolvarás con el polvo de sus pies

En los tiempos de la Mishná se acostumbraba que el Rabino estaba sentado sobre un banquito y los alumnos sentados en el suelo. (Rabí Ovadia de Bartenura)

Cuando tengamos oportunidad de escuchar las enseñanzas de un erudito de la Torá hemos de aprovechar la oportunidad y no decir “que no necesita de él – no te sientes con él en la misma cama o en la silla, sino siéntate en el suelo y absorbe ávidamente sus palabras” (Avot de Rabí Nathan 6).

Y absorbe ávidamente sus palabras

La traducción no es correcta dice el Tana: Veheve Shote be Tzamá Et Dibrehem y tomarás sus palabras, (de los sabios) como estuvieras sediento.

En todo momento tenemos que sentirnos “sedientos de Torá” como una persona sedienta toma con avidez el agua, así debemos sentirnos con respecto a la Torá. Al estudiar más, buscaremos con avidez más Torá, como aquel que bebe agua y siente cada vez más sed. (Ruaj Jaim, Rabí Jaim de Volozin).

Leemos en el Midrash:

Los peces viven en el agua. Pero cuando comienza a lloviznar abren sus bocas como si nunca hubiesen probado una gota de agua; así debemos sentirnos cuando escuchemos una nueva explicación de la Torá, como si nunca escuchamos explicación alguna

(Breshit 96).

MISHNA 5

5. Iosi hijo de Iojanan de Ierushalaim, solía decir, abre tu casa a la hospitalidad, considera a los pobres como miembros de tu familia, no hables demasiado con la mujer, ni siquiera con tu esposa, con más razón si es mujer ajena. Por eso dicen los sabios, todo el que busca conversación con las mujeres se hace mal a sí mismo, se descuida de sus estudios y su fin es la condenación del infierno.

Antigonos de Sojo, Iosi hijo de Ioezer y Iosi hijo de Iojanan, como alumnos espirituales de Shimon Hatzadik (el justo) explicaron los tres conceptos vertidos por él. El mundo está basado en tres cosas: La Torá, el Culto y la Caridad (2).

Sobre el culto dijo Antigonos: No seais como servidores que sirven a su maestro pensando en la recompensa.

Iosi hijo de Ioezer dijo sobre la Torá: Haz que tu casa sea centro de una reunión para los sabios.

Sobre la caridad dijo Iosi hijo de Iojanan abre tu casa a la hospitalidad ( Midrash Shmuel)

Abre tu casa a la hospitalidad; considera a los pobres miembros de tu familia.

No solo a los sabios recibirás en tu casa, sino también a los pobres y los viandantes (Rabí Shimon ben Tzemaj Duran, Magen Avot). (España 1.361-1.444, a causa de las persecuciones se desplazó a Argelia).

Hay personas que son consideradas caritativas, que sus bolsillos están siempre abiertos para ayudar a los indigentes y necesitados pero fuera de sus hogares, dentro de sus cuatros paredes no quieren ser molestados.

El nivel más alto de la hospitalidad (ajnasat orjim) es hacer que los pobres y necesitados se sientan como miembros de la familia, la presencia de estos harán sentir al dueño de casa que es solo un caminante en este mundo y que su hogar es solamente un corredor que lo conducirá al “Olam – haba”, (mundo venidero).

No hables demasiado con la mujer, ni siquiera con tu esposa.

Iosi hijo de Iojanan dijo “abre tu casa a la hospitalidad, y después no hables demasiado con la mujer”.

¿Hay alguna relación entre los dos pensamientos?

Sabido es que nuestros sabios se expresaron en honor a la mujer hebrea y alabaron sus cualidades como esposa y madre, entonces no podemos pensar que si dije “abre tu casa a la hospitalidad” – lo que depende directamente de la mujer – ¡ofendería a la mujer!

¿Y sobre que clase de conversación se refiere el Rabí? sobre conversaciones sin importancia ni propósito positivo; que pueden alejarlo del estudio de la Torá y del servicio a HaShem. Pero cuando se trata de aconsejarse sobre temas importantes es la Torá que nos exige “Todo lo que diga Sara, hay que escuchar su voz” (Breshit).

Con más razón si es mujer ajena.

Si habla con la mujer ajena, no solo desperdicia su tiempo, sino que se pondrá en boca de la gente. Por eso dicen los sabios. Todo el que busca conversación con las mujeres se hace mal a sí mismo, se descuida de sus estudios y su fin es la condenación al infierno. Claro está que, cuando pierde su tiempo en conversaciones banales, no podrá ocuparse en cosas serias, y al hacerlo podrá llegar al pecado y ser castigado.

Resumiendo Iosi hijo de Iojanan, nos da a entender que el funcionamiento del hogar depende en gran parte de la mujer, por esa razón es indispensable el diálogo entre la pareja, pero nos previene sobre conversaciones no necesarias, son estas las que nos pueden meter en problemas (Hameiri 1.249 -1.315) (Provence, Sur de Francia).



MISHNA 6

6. Ieoshua ben Perajia y Nitai de la ciudad de Arbel recibieron la tradición de sus antecesores, Ieoshua ben Perajia solía decir: Hazte un Rabino para tus estudios, y cómprate un compañero y juzga a todos los hombres favorablemente.

El hombre es un ente social, nos enseña Rabí Ieoshua ben Perajia por lo tanto no debe de vivir en la soledad, ya que al hacerlo, puede equivocarse, fracasar, desilusionarse y perderse totalmente, para no llegar a esto nos aconseja.

a. Que tengamos un Rabino para enseñarnos la Torá y la sabiduría.

b. Que nos hagamos de un amigo fiel y honesto que nos dé ánimos en nuestro quehacer diario y nos ayude moral, física y materialmente cuando lo necesitemos.

c. Que tengamos confianza en la gente, que describamos lo bueno de aquellos que nos rodean, de esa manera podrá aplicar las enseñanzas de su Rabí y los consejos de su amigo.

Ieoshua ben Perajia y Nitai Haarbeli: Este último oriundo de Arbel, en la baja Galilea forma de segunda pareja que encabezaba el Sanhedrin en los días del Rey Ianai, 200 años antes de la destrucción del Segundo Templo.

Recibieron la tradición de sus antecesores: de Iosi ben Ioezer y Iosi ben Iojanan.

Hazte un Rabino: No es bueno que tenga varios Rabinos, ya que pueda que tengan opiniones distintas, y el alumno saldrá confundido (Rabí Shmuel Ozeda).

Por esa razón ha de tener un solo Rabino para que le enseñe y así leemos en “Avot de Rabí Nathan”:

Nos enseña que ha de hacerse de un Rabino que le enseñe consecuentemente, Biblia (Tanaj), Mishná, Midrash, Leyes (Halajot) y Agadot (Pensamientos, relatos, aforismos, etc.). Razones que nos explicará al enseñarle en el Midrash, las pronuncia al enseñar las Leyes y lo que no alcanzó hacer en esta materia lo cubrirá al enseñar las Agadot, y así concentrará sus estudios en una sola persona y se llenará de bendiciones.

Solía decir Rabí Meir: ¿A que se parece aquel que aprende de un solo Rabí? Al que poseía un solo terreno y sembró un poco de trigo, otro de cebada, aceitunas y algunos árboles frutales al final tendrá de todo lo que necesita.

Por lo contrario, aquel que aprende de dos o tres Rabinos, se parece aquel que tiene muchos campos, en uno sembró trigo, en otro cebada, y en los restantes, aceitunas y árboles frutales, éste hombre estará todo el tiempo recorriendo los campos sin descanso y sin bendición (8:b).

Si el alumno siente que ha aprendido todo lo que su Rabino le ha enseñado, puede buscar un Rabino de mejor nivel para ampliar y profundizar más sus conocimientos.

Cómprate un amigo:

Haz todo lo posible para adquirir un amigo bueno y fiel, compra su amistad.

Con respecto al Rabino nos enseña Rabí Perajia. Hazte un Rabino, pero a un amigo necesitas comprarlo ¿cual es la razón?

Encontrar a un Rabino es más fácil que encontrar un amigo, ya que podemos participar en un curso ya organizado, pero un amigo honesto y fiel no es fácil de encontrar por esa razón debemos hacer lo imposible para lograrlo (Rambam).

Rashi, Rabí Shlomo Itzjaki nos explica: Y comprate un amigo, hay quienes explican que los verdaderos amigos son los libros y así comenta Maaram Mintz, en sus responsas: Son los libros que están escritos por la pluma (en hebreo Kane, que también significa compra).

Hazte un Rabino y compra un amigo:

Pregunta Rabí Meir Jadash en su obra (Kobetz Sijot – 159). Aquel que tiene un Rabino, ¿para qué necesita un amigo?, ¿Si ya es considerado un alumno, ¿qué ganancia le traerá?

Si no tiene un amigo que estudia con él, las enseñanzas del Rabí, no verá frutos de estas y será considerado como si no tiene Rabino. Por eso dice Rabí Perajia. Hazte un Rabino y cómprate un amigo, después de haber nombrado su Rabí necesita de un amigo por que al no hacerlo, no será considerado un alumno.

¿Para qué necesita de un amigo? Para conservar la influencia de su maestro, para que corrija sus faltas, para que lo aleje de los malos caminos y tentaciones ya que sabido es que las tendencias de los humanos son distintas, cada uno tiene sus deseos y sus debilidades, por eso al conectarse y al hablar sobre los que le molesta e incomoda podrán juntos vencer sus malas inclinaciones.

Y juzga a los hombres favorablemente:

Si alguien actúa de tal manera que podemos juzgarlo para bien o para mal, júzgalo favorablemente, ya que a veces las huellas nos hacen creer en su culpa, cuando verdaderamente es inocente (Rambam, Sefer Hamaor), y ya fallan los sabios “El que juzga a su amigo favorablemente, así será juzgado” (Shabat 127:2).

No juzgues a la persona por una acción equívoca, puede que tenga cualidades que puedan vencer al mal que tú ves en él. (Sefat Emet).

Debemos recordar que a los hombres hemos de juzgar favorablemente, pero no lo haremos con nosotros mismos, ya que al juzgar a los demás lo haremos por amor al prójimo, pero amarse a sí mismo, es negativo, y todo interés personal debe ser desarraigado de nuestro corazón.

Y como ya falló el Talmud: El que juzga a su compañero favorablemente, así será juzgado.

MISHNA 7

7. Nitay Haarbeli, solía decir: Aléjate del mal vecino, no tengas trato con el malvado, y si no lo hace espera tu castigo.



En la Mishná anterior, Rabí Ieoshua, hijo de Perajia, nos aconsejó: juzgar a todos los hombres favorablemente, Nitai Haarbeli nos aclara que lo haremos así siempre y cuando el individuo no sea conocido como malvado, pero si es así, hemos de desconfiar de él.

Aléjate del mal vecino:

Debemos alejarnos de toda clase de vecinos, de aquel que se comporta mal con los semejantes, como de aquel que no va por los caminos del Eterno, para que no aprendamos de ellos (Magen Avot – Sefer Hamaor).

Al no estar cerca de un mal ambiente, no sufriremos del castigo que caerá sobre ellos. “Ay para el malo. Ay para su vecino (Mishná Negaim 12:6).

No tengas trato con el malvado:

De ningún modo debemos juntarnos con malvados ya que aunque no nos conduzcamos como ellos al final nos habituaremos a ese ambiente, nuestros sabios nos dieron un ejemplo, el que entra a una perfumería, (aunque no compre nada, sale perfumado, y el que entra en una tenería se verá impregnado de mal olor (Avot de Rabí Eliezer).

Leemos en el (Tratado de Meguilá, 28:1) Dijo Rabí Iojanan: Es prohibido mirar la figura de un malvado, y explica el Maharsha. Según los sabios cabalistas. “La cara de una persona refleja su interior, su espiritualidad, para bien o para mal aparece en su rostro como un espejo de sus acciones, puros o impuros y es prohibitivo mirar a la impureza”. Explica Rabí Eliahu Lapian el pensamiento del Maharsha.

Los ojos de carne, a los cuales miramos, no tienen fuerza propia sino son ventanas por las cuales se infiltran destellos de sol. ¿Acaso diremos que las ventanas brillan? La fuerza de la vista es espiritual, ubicado en el cerebro y de allí se dispersan sus tendones a las ventanas que son los ojos de carne.

Cuando la persona mira la cara de un malvado daña la fuerza de la visión espiritual situada en su cerebro, por esa razón prohibieron nuestros sabios mirar el rostro del malvado. Si así lo hiciera sentirá que su mente está llena de pensamientos incorrectos y se sorprenderá, ya que no sabrá como se infiltraron pensamientos de orgullos y parecidos. Sencillamente, se contagió del espíritu de limpieza del malvado.

Y no te desesperes de su castigo:

Si verás que un hombre pecó, no pienses que no ha de recibir su castigo, ten fe que HaShem lo hará (Sefer Hamaor).

Otra explicación: no te desesperes de las desgracias que te atacan, ten fe en HaShem, que te ayudarán en tu aflicción (Rashi).

MISHNA 8

8. Yehuda hijo de Tabai y Shimon hijo de Shetaj recibieron la tradición de los anteriores.

Yehuda ben Tabai decía: No actúes como consejero, cuando las partes de un juicio están delante de tí, consideralas a ambas como culpables, pero una vez que se hayan retirado de tu presencia, consideralos como inocentes, puesto que aceptaron el fallo.

Yehuda hijo de Tabai y Shimon hijo de Shetaj, formaron la tercera pareja y presidieron el Sanhedrín durante el reinado de Ianai y de su esposa y sucesora la Reina Shlomit.

Shimon hijo de Shetaj era el hermano de la Reina y cuando Ianai mató a los Jajamim (sabios), (ver Kidushin 66:1), su hermana lo escondió, y después de interceder por su vida, volvió a ocupar su puesto en el Sanhedrín, que en su tiempo estaba compuesto por “seduceos”, pero inteligentemente supo encontrar el camino para que los fariseos ocupasen su lugar y de esta manera la vida espiritual volvió a sus fuentes prestinas.

Iehuda hijo de Tabai, quien escapó a Alejandría (Egipto) volvió a Ierushalaim y junto a Shimon hijo de Shetaj presidió el Sanhedrín, los dos pusieron como meta reforzar el sistema legislativo, para que ocupase su lugar dentro del pueblo. En ésta Mishná Iehuda hijo de Tabai enseña al juez como debe comportarse con los litigantes.

No actúes como consejero: El juez no podrá actuar como los abogados, aconsejando a uno de las partes como contestar

Cuando el juez te diga algo, tu le aconsejarás de esta manera, o cuando el litigante argumente tu le responderás así (Rambam, Maimonides).

Está prohibido al juez, revelar su fallo a una de las partes o decirle: si quiere ganar el juicio haz esto y lo otro, aunque sepa que es inocente (Rabí Shimon Duran).

No solo preparar a uno de los litigantes para el juicio está prohibido, sino escuchar sus razones – si no se encuentra la otra parte – deberá escuchar a los dos, a uno en presencia del otro (Sanhedrín 7:2).

No habrá contacto alguno antes del juicio entre el juez y los litigantes, solo así podrá el juez juzgar imparcialmente.

Parece ser que estos consejeros, sobre los cuales habla la “Mishná” eran rápidos en su fallo, sin haber profundizado en el caso y sabido son que al no hacerlo las probabilidades de equivocarse son más grandes.

Hay quienes opinan que Iehuda hijo de Tabai pronunció este pensamiento: “No seas como consejero” después de haberse equivocado en un juicio cuando dio “pena de muerte” en un caso (Makot 5:2) equivocadamente y Shimon hijo de Shetaj, le reprochó haber vertido sangre inocente, ya que al no profundizar en el caso, se equivocó en su fallo, por esa razón nos previene “no sea como consejero” (Emet leiakov).

Aunque está prohibido ayudar a unos de los litigantes hay excepciones. Si vio el juez que una de las partes tiene el caso a su favor pero no posee la capacidad necesaria para exponer sus argumentos, o si lo ve confundido por su enojo e ira al escuchar acusaciones en su contra que no son veraces, podrá el juez ayudarlo en su exposición Shulján Aruj Joshen Mishpat. (Leyes de los jueces 17:9).

Pero como hay peligro que el juez ayude más de la cuenta, viene la Mishná y advierte al juez temeroso de HaShem, para que falle con justicia.

Cuando las partes de un juicio estén delante de ti considéralas a ambas como culpables.

No inclines tu corazón hacia una de las partes, y pienses que él es inocente, piensa que los dos son culpables y sus argumentos son falsos, de esa manera, podrás investigarlos a fondo.

Imaginemos que ante nosotros se presentan dos personas uno reconocido como una persona justa, proba y honesta, y otra famosa por sus malos actos.

¿Acaso el juez deberá considerarlos culpables? Como nos exige Iehuda ben Tabai, o dirá el malvado seguro miente, y el justo habla verdad; y por eso lo declararé inocente.

La ley judía, siguiendo el pensamiento de la Mishná declara que las dos partes serán consideradas culpables (Joshen Mishpat 17:l0).

Pero una vez que se hayan retirado de tu presencia considéralos como inocentes, puesto que aceptaron el fallo.

La mayoría de las veces, el que es declarado culpable, sale descontento del fallo, y no deja de insultar al juez – a esta clase de persona el juez no lo considerará inocente, pero aquellos que aceptaron su fallo con amor y cariño, el inocente y el culpable, serán considerados inocentes por igual (Midrash Shmuel).



MISHNA 9

9. Shimon ben Shetaj solía decir: Examina muy cuidadosamente a los testigos, y fíjate muy bien en tus palabras, no sea que los testigos encuentren en ella motivo para dar testimonio falso.



Shimon ben Shetaj, se preocupa por la legalidad del juicio, por esa razón previene al juez sobre la investigación de los testigos.

Examina muy cuidadosamente a los testigos:

El juez tiene que insistir en la investigación de los testigos, porque todo depende de su testimonio (Rabenu Bejaié). El juez deberá hacer todo lo posible para aclarar la verdad, por intermedio de una serie ininterrumpida de preguntas para que el testigo no pueda inventar toda clase de mentiras, de esa manera aclarará la verdad (Rabí Shmuel D`Ozeda).

¿Cómo podemos saber si una persona habla verdad?

Si puede repetir una y otra vez un testimonio, sin hacer pausa alguna, con clara fluidez, señal que sus palabras son veraces ya que teniendo limpia su conciencia y poseedor de buenos sentimientos no le faltarán expresiones y pruebas que saldrán de su corazón y sin duda alguna entrarán al corazón.

Por el contrario, si la conciencia no es pura, si de su boca salen mentiras entonces todo parecerá artificial, programado de antemano sus pausas serán largas, buscará palabras y no las encontrará, ya que sus argumentos nacen en el cerebro y no en el corazón.

En el Sanhedrín (Gran Tribunal) de Ierushalaim los testigos eran interrogados severamente y así leemos en la Mishná.

“Los testigos son interrogados sobre siete cosas: ¿en qué período sabático (tuvo lugar el hecho)? ¿En qué año?, ¿En qué mes?, ¿En qué día del mes?, ¿En qué día de la semana?, ¿A qué hora?, ¿Y dónde? (Ocurrió el hecho)?. ¿Reconoces a éste hombre? ¿(Cómo autor del delito)?. ¿Le advertiste (de que lo que iba a hacer era un crimen)?.

Cuando se trata de idolatría, dos cuestiones (suplementarias) se les plantea: ¿qué ídolo adoró? ¿Y cómo lo adoró?” (Sanhedrín 46:1).

Fíjate muy bien en tus palabras: Cuando interrogas a los testigos.

No sea que los testigos encuentren en ellas motivo para dar paso a testimonio falso.

De tus palabras entenderán tus pensamientos, y dirán cosas que no sucedieron para salir inocentes del juicio.

MISHNA 10

10. Shemaia y Abtalion recibieron la tradición de los anteriores. Shemaia acostumbraba a decir, ama el trabajo, odia el señorío y no busques intimidad con los que mandan.



Shemaia y Abtalion la cuarta pareja, presidieron el Sanhedrín al fin de la época de los Hashmonaim y al comienzo del reinado de Hordus (Herodes). Los dos eran hijos de conversos, descendientes de Sanjeriv.

Abtalion, quien ocupó el cargo de Presidente del Tribunal recibió su nombre, Abtalion significa “padre (ab) de los pequeños porque “Taliá” en idioma arameo significa “pequeño” y él era considerado el padre de los huérfanos, los dos eran considerados grandes eruditos de la Torá.

Shemaia y Abtalión recibieron la tradición de los anteriores: de Iehudá ben Tabai y Shimon Ben Shetaj.

Shemaiá acostumbraba a decir “Ama el trabajo y, odia el dominio”.

El Taná viene a enseñarnos que cuan grande e importante es el trabajo, ya que trae bendición a los seres humanos, aunque no lo necesite para vivir (sí posee bienes y riquezas, habrá de trabajar y se alejará del ocio ya que este lo llevará al aburrimiento y al final caerá en el pecado).

Muchas son las fuentes judías que alaban al trabajo y al trabajador Leemos en la Torá: “a fin de que bendiga el Eterno tu HaShem, en todas las obras que hicieres” (Devarim 14:29) preguntan los sabios ¿acaso te bendecirá al no trabajar?.

Está escrito en todas las obras que hicieres, si trabajara será bendecido, si no, no lo será (Tana Debe Eliahu 14).

Dice Rabí Shimon ben Eleazar Adam el primer hombre, no llevó nada a su boca hasta que trabajó, y así dice el versículo: y lo puso en el jardin de Eden para que lo trabajara y lo cuidara (Bereshit 2:15) y después… De todo árbol del jardin puedes comer (Idem: 16) (Avot Derabi Natán 11).

Y odia el señorío.

Aléjate del orgullo y de los honores, no busques dominar a la gente porque la dirigencia comunitaria entierra a sus dirigentes (Rabí Ovadia de Bartenura), pero con respecto al estudio debes esforzarte para aprender y ampliar tus conocimientos hasta que llegues a ser uno de los grandes de la Torá (Maguen Avot Rabí Shimon Duran).

Y si preguntas por que razón la dirigencia comunitaria acorta los años de vida, la razón es que las discusiones, peleas, intrigas e intereses pueden llegar a minar la salud de los activistas comunitarios (Berajot 55:1).

Rabí Moshé Jaim Lutzato (Ramjal) nació en Padua (Italia) 1.707 y falleció a la edad de 40 años (1.747). En su libro “Mesilat Iesharim (La senda de los justos) ve en el odio al señorío, uno de los cuatro elementos que forman a la modestia y así se expresa en él capitulo 22.

En cuanto al odio por el ejercicio al señorío de la autoridad y el escapar a los honores, la Mishná se pronuncia: Ama el trabajo y odia al señorío (Avot1: 10) y dijeron también “El que dictamina las leyes con arrogancia, es un tonto, malvado y presuntuoso” (idem 4:9) y agregaron: todo el que persigue los honores éstos se escapan de él (Eruvin 13) y comentaron sobre el versículo: No te introduzcas en el pleito con rapidéz (Mishle 25:8), no te apresures tras el señorío, no suceda que no sepas hacer a la postre – mañana vendrán a hacerte preguntas y no sabrás que contestar (Pesikta Rabati).

Y continúa allí diciendo: Dijo Rabí Menajem en nombre de Rabí Tanjum: todo quel que ejerce la autoridad para satisfacción personal, es considerado como el adúltero que goza del cuerpo de una mujer y también allí dijo Rabí Abahu: Yo (o sea el Eterno) fui llamado Santo, si tu no posees todas las cualidades que hay en mi, no podrá ejercer autoridad, y así lo demuestran los alumnos de Raban Gamliel, que aún estando necesitados a causa de su pobreza, no quisieron ejercer autoridad. Es lo que está dicho sobre la unción del Sumo Sacerdote: ¿Ustedes piensan que les entrego autoridad?

Servidumbre les entrego (Horaiot 7) y así dijeron: Pobre de la autoridad que entierra a sus poseedores y lo aprendemos de Iosef, que por ostentar la autoridad murió antes que sus hermanos (Pesajim 87).

El autor de la Senda de los justos, llega a la siguiente conclusión:

“En resumen es la autoridad una carga inmensa que pesa sobre los hombros de quienes la cargan pues mientras el hombre exista autonamente, y habita entre las multitudes, es juzgado solo sobre su propia persona, pero al erigirse como autoridad, ya es juzgado aún por los que se encuentran bajo su mando, pues el debe observar a todos y guiarlos con conocimiento y razón para corregir sus acciones. De lo contrario sus culpas recaerán sobre él como está escrito.

Sus culpas caerán sobre vuestras cabezas (Devarim Raba 1) y dijeron nuestros sabios. El honor es solo vanidad de vanidades que conduce al hombre a desobedecer a su Creador, descontrolarse y olvidar sus obligaciones y quien lo reconozca seguramente lo rechazará y odiará, y los elogios que recibirá de sus semejantes serán para él una molestia, pues al ver que la gente exagera en sus alabanzas sobre lo que en verdad no posee se avergonzará y acongojará, pues no sólo le faltan esas virtudes, sino que lo alaban incrementando aún más su vergüenza” -

Cuando el Maguid Rabí Dov Ber de Mezritch supo que lo nombraron dirigente comunitario, rogó a HaShem que le revele cual fue su pecado para recibir tan tremendo castigo.

Y no busques intimidad con los que mandan

No te acerques a los gobernantes, y no trates de ser como ellos – por que al hacerlo perderás tus principios morales, y sucederá que después de utilizar tus servicios te ignorarán y querrán hacerte mal.

Un hombre piadoso y de buenas costumbres tuvo un sueño y vio que un Rey estaba en el paraíso y un sabio en el infierno. Al preguntar la razón, del extraño sueño le dijeron que el Rey estaba rodeado de sabios y éstos les transmitieron sus conocimientos y valores, de ellos aprendió y así se comportó. Pero el sabio frecuentaba a los gobernantes en su mayoría corruptos y con el tiempo formó parte de ellos, por eso el Rey recibió como recompensa el paraíso, y el sabio como castigo el infierno.

MISHNA 11

11. Abtalión solía decir: Sabios sean cuidadosos con nuestras palabras, no sea que os arriesguéis a ser deportados a un lugar en que las aguas (el estudio) sean impuras; los discípulos que os siguieran podrían tomarlas y morir y el divino nombre quedaría profanado.

Sean cuidadosos con vuestras palabras:

Los sabios deberán ser claros y precisos en sus explicaciones para que los oyentes entiendan sin lugar a dudas el concepto vertido. Y no dirá el sabio: Yo explico el tema si entienden bien y si no… que vengan y que me pregunten puede suceder que los alumnos tienen pena, o no estén interesados en preguntar, y al final se irán con una explicación errónea (Rabí Menajem Hameiri).

Pero hay otro punto en el consejo de Abtalión a los sabios:

Si los alumnos no entenderán el concepto enseñado como es debido transmitirán la enseñanza tergiversada en nombre del sabio y de esa manera el nombre del cielo será profanado.

Y así leemos en la Guemara (Berajot 28: 2): Cuando Rabí Iojanan ben Zakai cayó enfermo sus discípulos fueron a visitarle. Al verlos se echó a llorar ¿Cómo? Dijeron, tú una luminaria de Israel que representa la columna derecha del Templo, el yunque más fuerte, ¿por qué lloras?. Les respondió; si me condujeran ante un rey de carne y sangre que hoy está en vida y mañana habrá muerto, cuyo enojo no puede ser eterno, que al condenarnos a muerte no se trata de una condena absoluta a quien puedo apaciguar con sus palabras y quizás convencer mediante dinero, temblaría y lloraría ante él; mucha mayor razón tengo para llorar cuando voy a ser conducido a presencia del Rey de los Reyes, el Santo bendito sea, que carece de todas esas imperfecciones. Además no sea por cual de los dos caminos seré llevado, por el que conduce al paraíso o por el del infierno, ¿no debo verter lágrimas?

Las palabras de Rabí Iojanan ben Zakai: no sé por cual de los dos caminos seré llevado, piden una pregunta:

Al principio de sus palabras dijo “Voy a ser conducido al Rey de los Reyes”, entonces ¿por qué, pregunto no sé por cual de los dos caminos seré llevado?

Explica Rabí Reuben Katz en su libro Dudae Reuben Parasha Ahazinu.

Según las enseñanzas del Rabí, y las consecuencias que serán reconocidas en el comportamiento de sus discípulos para bien o para mal, así será juzgado el Rabí.

En el tiempo de Rabí Iojanan hubo grandes discusiones sobre la política a seguir sobre Religión y Gobierno Rabí Iojanan sostuvo su posición y de acorde a ella programó las bases que fortalecieron al pueblo y a la Torá.

Pero su preocupación era grande con respecto a la generación de continuidad, ya que no estaba seguro sobre la actitud que tomarían y con seguridad proclamarían que sus actos son acordes a los conceptos e indicaciones vertidos por su Rabí.

Si los alumnos se equivocan después de su muerte y declaran que todo lo hecho por ellos, tienen como base las enseñanzas recibidas – el único culpable es el Rabí, ya que erróneamente entendieron sus enseñanzas.

Llegamos a la conclusión que, según Rabí Iojanan la cuenta de los humanos no se termina con la muerte, ya que después de ella consideraron suyos los pecados cometidos por sus alumnos.

Por esa razón tanto temió Rabí Iojanan antes de su muerte y por eso lloró Su corazón dudaba ya que no estaba seguro del camino que tomarían sus alumnos.

No sea que os arriesguéis a ser deportados:

Ya que con vuestras enseñanzas confusas condujeron a los alumnos a la negación de la Torá, y serán castigados con el destierro a un lugar de aguas malas, donde reinan ideas equivocadas y los alumnos caerán en pensamientos y concepciones lejanas a la Torá.

Y morirán: En su pecado, o morirán espiritualmente, alejándose de su pueblo y su fe, y el divino nombre quedaría profanado. Como sucedió con los alumnos de Antigonos de Sojo, Tzadok y Baitos. Antigonos les enseñó: No seais como servidores que sirven a su maestro pensando en su recompensa, más bien sed como servidores que sirven a su amo sin pensar en la recompensa (Ver 1:3).

El maestro no quiso decir que HaShem no recompensará a los que observan sus ordenanzas, sino enfatizó que hay que servir al Eterno por amor sin pensar en la recompensa, pero como lo expresó claramente, entendieron que según el Rabí, no existe ninguna recompensa en este mundo, y en el mundo venidero. Por esa razón abandonaron al Rabí y fundaron dos sectas que al final se alejaron de nuestra fe.

La moraleja es clara, el mensaje de los Rabinos y maestro debe ser claro y preciso (Rabí Nathan, 5).

MISHNA 12

12. Hilel y Shamay recibieron la tradición de sus antecesores. Hilel solía decir: Trata de ser como los discipulos de Aharon; quienes amaban la paz y la buscaban, amaban a las gentes y las acercaban al estudio de la Ley.

12.

Hilel y Shamay la última pareja, presidieron el Sanhedrín en el reinado del rey Herodes (Hordus), cien años antes de la destrucción del templo. Hilel era el Presidente y Shamay el Jefe del Tribunal. Hilel descendía del Rey David nacido en Babilonia.

Hilel y Shamay recibieron la tradición de sus antecesores: de Shemaia y Abtalión.

Hilel solía decir: Trata de ser como los discipulos de Aharon; y aprende de sus cualidades.

Quienes amaban la paz: Así leemos en Avot de Rabí Nathan 12: Dos personas se pelearon, se apersonó Aharon a uno de ellos y le dijo: ¡Hijo! Sabes, tu amigo está muy dolorido y apenado por haberse disgustado contigo: y de mí, como podré ver nuevamente a mi amigo!, me avergüenzo por hablarle enojado injustamente, y no lo abandonaba hasta haberle sacado su ira y su enojo. Lo mismo hacía con la otra parte de la discordia, y lo mismo le decía, y al encontrarse los dos, se abrazaban y besaban sin rencor alguno.

Buscaban la paz. Hay que hacer lo imposible para hacer las paces entre el hombre y su prójimo como cita el versículo: busca la paz y síguela (Tehilim 34:15) busca la paz en tu lugar, y síguela en otro, hasta encontrarla.

¿Cuál fue la virtud principal de Aharon, el “Gran Sacerdote” que por su mérito llegó a ser considerado “amante y seguidor de la paz?”.

El Rabino Benzion Bruk, en su obra (Egione Musar -192) explica:

El que ve a dos personas pelearse entre ellos, por honores, dinero y parecido, si es un seguidor de la paz debe explicarles que no vale la pena pelear por esas causas.

Si es por dinero, les dirá por ejemplo “Nadie toca lo que no le pertenece, o no hay ninguna ganancia en el daño que realizan las criaturas humanas” (Jobat Haleb Avot) o todo está en manos de HaShem, estos argumentos tienen como fin acrecentar entre los litigantes el ir-at shamaim, temor a HaShem y hacerles saber que esta riña fue una de las pruebas.

Pero, pregunta el Rabino, ¿quien es la persona adecuada para pronunciar estas palabras? Si lo dice un individuo reconocido en la comunidad como seguidor de honores y dinero, seguro que sus palabras no serán tomadas en cuenta ya que primero debería retractarse de su mala conducta, eso le dirán los mismos participantes de la riña. Pero si el que les habla es un hombre honesto e integro, conocido en la comunidad como persona modesta y de buenas costumbres, que no corre tras los bienes materiales hay una buena probabilidad que sus palabras sea escuchada. Y volvamos ahora a Aharon el gran Sacerdote ¿qué clase de persona era? sus actos lo atestiguan: Se alegró por la grandeza de su hermano Moshé, como cita la Torá: Y te verá, y se alegrará en su corazón, por esa razón ameritó el título “amante y seguidor de la paz”.

Amaban a las gentes y las acercaban al estudio de la Torá:

Al amar a la gente, tratarlas con respeto y simpatía las acercaban al estudio de la Torá:

Y así nos relata el Talmud: He aquí la historia de un pagano que pasó junto a una Academia y oyó recitar a un maestro lo siguiente: estos son los vestidos que harán: el pectoral y el efod. Preguntó: para quien eran dichos vestidos, y le contestaron que eran para el Sumo Sacerdote Entonces dijo: quiero convertirme al Judaísmo para poder ser Sumo Sacerdote.

Se presentó ante Shamay y le dijo: admíteme como neófito a fin de que pueda ser nombrado Sumo Sacerdote. Pero Shamay le rechazó con su vara. Entonces se presentó a Hilel, quien le convirtió y le dijo: ¿puede alguien llegar a rey sin conocer las leyes y las normas de gobierno? Ve y estudia las reglas y leyes de gobierno. Y el pagano fue y las leyó. Pero cuando llegó al pasaje: el extraño que se acercare (al Tabernáculo), morirá, preguntó a quien se refería ese versículo. Incluso al rey David, le contestaron. Y entonces el pagano se lo aplicó a sí mismo: si esto se refiere a todos los judíos, llamados hijos del Señor, quien por amor hacia ellos les llamó. Israel es mi hijo, mi primogénito y también está escrito: el extraño que se acercare (al Tabernáculo), morirá, con mucho mayor motivo se refiere a un indigno prosélito, que viene de cualquier parte con su bastón de caminante y su talega.

Entonces se presentó Shamay y le dijo: ¿acaso puedo llegar a Sumo Sacerdote? ¿No está escrito en la Ley: el extraño que se acercare morirá? acto seguido se fue a ver a Hilel y le dijo: Hilel, paciente, ojalá vengan bendiciones sobre ti, que me pusiste bajo las alas de la Providencia. (Shabat 31a.).

Hilel nos dejó una gran enseñanza, debemos acercar a la gente, al estudio de la Torá, y solo lo haremos si amamos a la gente, porque si la persona es mala, se convierte en un peligro, para todos aquellos que lo rodean, ya que el amor es más fuerte que el desamor, y solo por su intermedio podrá el Tzadik, el justo, atraer a la gente y encender la luz de la Torá dentro de la oscuridad que los envuelve.

MISHNA 13

13. El mismo decía, el que busca honores pierde su fama, el que no aumenta sus conocimientos, disminuye sus estudios, el que rehúsa la instrucción, merece la muerte, el que abusa de su puesto no dura en él.

El que busca honores, pierde su fama

Aquel que quiere enaltecer su nombre, ser nombrado dirigente, ocupar siempre el primer puesto – su final será vergüenza, fracaso y perdición ( Rabenu Iona)

Encontramos varios ejemplos ilustrativos en el Tanaj (Biblia). Koraj quien era una de las personalidades más importantes de la Congregación, se rebeló contra Moshé para ocupar su lugar; fue castigado y la tierra lo tragó junto a sus amigos (Bamidbar 16) Abshalom, hijo del rey David, amado por todos, se rebeló contra su padre para ocupar su lugar en el Reino murió trágicamente colgado de sus pelos sobre un árbol (Shmuel 2 c:18).

El que no aumenta sus conocimientos disminuye sus estudios

Siempre deberá seguir estudiando, porque es imposible que se quede en un mismo lugar, al no ascender, descenderá (Rabí Jaim de Volozin).

Elisha ben Abuia solía decir, una persona puede estudiar durante veinte años y olvidar lo estudiado en dos años (Avot de Rabí Nathan 24).

El que rehúsa la instrucción merece la muerte. El que no estudia Torá, no es digno de vivir, porque no quiere conocer su rol en la vida (Rabí Shimshon Refael Hirsh) claro está, que la falta de conocimiento lo llevará al pecado y recibirá castigo.

Rabí Iehuda dijo en nombre de Shmuel. Es prohibitivo salir de Babilonia hacia otros países, porque en Babilonia hay grandes e importantes casas de estudios y aquel que habita en una ciudad donde hay Torá seguramente se verá influenciado por el ambiente, estudiará y observará los mitzvot (preceptos) pero aquel que habitara lejos de centros de estudios de la Torá se olvidará lo por él estudiado y a la postre se alejará del judaísmo. Sucedió que un individuo abandonó “Pumbedita”. (Centro de estudios) y pasó a vivir en una población con el nombre de “Be Yobi” cuando Rabí Iosef supo lo excomulgó. (Tratado de Ketubot 101 y Rashi).

El que abusa de su puesto, no dura en él

El que usa la “corona de la Torá” para su propio interés, morirá (Rabenu Iona).

Dijeron nuestros Sabios: Desollad una res en la plaza del mercado con tal de ganar tu sustento, y no digas: Soy sacerdote, soy un gran hombre, y éste trabajo está por debajo de mi dignidad (Pesajim 113:b).

Aunque debemos honrar a los eruditos de la Torá, éstos no lo exigieron. Maimonides explica que un sabio de la Torá deberá ser servido solamente por sus alumnos.



MISHNA 14

14. Él solía decir: Si yo no estoy para mí, ¿quién estará para mí? Y aunque esté para mí, ¿qué soy?, y sino ahora, ¿cuándo?.

Hilel nos enseña tres cosas importantes:

1. La superación del ser humano depende solamente de los esfuerzos que invierte en favor de su propio ” yo “

2. La preocupación constante a favor de su persona sin pensar en el prójimo, anula la importancia de sus propios logros.

3. El hombre no es propietario del tiempo, ya que no sabe lo que le sucederá en el próximo minuto, por esa razón al no hacer nada positivo, pierde su tiempo.

Si yo no estoy para mí, ¿quién estará para mí?

Si yo no me preocupare por educar mis instintos, y perfeccionar mis virtudes, ¿quién lo hará por mí? (Rabí Menajem Hameiri).

Padres y maestros pueden dirigir y aconsejar a los seres humanos, pero al final la elección es del individuo mismo. Muchas veces vemos que de buenas familias salen hijos descarriados, aunque, hay casos en que vemos que de padres malos salen hijos rectos y honestos.

Los padres de Abraham el patriarca, eran politeístas pero el se elevó y llegó a conocer al Creador Dijo Rabí Shimon bar Iojai: Abraham, su padre no le enseñó y maestro no tuvo (Midrash Raba 61).

Explica Rabí Iona de Gerondi en su obra, “ShaareTeshuvá”:

Si la persona misma no reacciona, ¿qué ayuda le darán las palabras de reproche? Porque a pesar de que al escucharlas entran en su corazón el Ietzer, incitador hará que se olvide de ellas.

Se acercó un alumno a su Rabí, y le dijo si tuviera la fuerza intelectual del gaón de Vilna, el corazón de Rabí Israel Baal – Shem Tov, y las buenas maneras que usted posee, podría verdaderamente servir al Creador

Le contestó el Rabí:

Tu con tu intelecto, con tu corazón y tus buenas maneras serás tú mismo y podrás servir al Eterno como se debe hacer

A pesar de las dificultades que se interponen en el camino debemos hacer todos los esfuerzos y al hacerlo el Creador abrirá nuevos caminos y presentará ante nosotros la solución a nuestros problemas.

Y aunque esté para mí, ¿qué soy?

No basta que una persona se ocupe de sí mismo, y se encamine por la buena senda, después de lograr solucionar su situación, deberá encaminar a sus amigos, por la senda que ya está encaminado (Midrash Shmuel).

Abraham, nuestro patriarca, sobre el cual atestigua la Torá: “Porque lo conocí, para que encomiende a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Eterno para hacer rectitud y justicia…” (Breshit 18:19) se preocupó en educar también de Lot su sobrino:

Y vinieron los dos ángeles a Sedom… y vio Lot y corrió hacia ellos (Idem 19:1). De la casa de Abraham aprendió a recibir a los huéspedes (Rashi), también a muchos otros enseñó Abraham el camino del Eterno y las almas que hizo en Jaran (Idem 12:5). Estos son los conversos que convirtieron Abraham y Sará: (Breshit Raba 39:21).

Y así dicta Rabí Moshé ben Maimonides en Leyes de Talmud (Torá 1:2) Tal como es deber de un hombre enseñar a su hijo, lo es enseñar a su nieto… Todo judío sabio tiene como precepto enseñar a todo discípulo.

Y sino ahora; cuándo: No dirá, hoy estoy ocupado en mi trabajo, no tengo tiempo para pensar en enmendar mis malas virtudes y cualidades; ¡mañana me ocuparé!

…. Puede que nunca llegue ese “mañana” (Rabí Iona de Gerondi).

Si cuando es joven no adquiere buenos hábitos, cuando podrá hacerlo, en la vejez le será difícil cambiar su manera de ser, porque ya no tiene fuerzas para hacerlo (Sefer Hamaor, Rambam).

MISHNA 15

15. Shamay decía: haz del estudio un hábito constante, habla poco y haz mucho, y acoge a todas las personas con cara sonriente.

15.

Shamay a diferencia de Hilel era muy exigente y severo y así nos relata la Guemara. Un pagano se presentó a Shamay y le dijo: me convertiré (al judaismo) si eres capaz de enseñarme toda la Torá, la Torá entera mientras que pueda sostenerme sobre un solo pie. Shamay lo rechazó con la vara que tenía en la mano (Tratado de Shabat 31:1) y dijeron los sabios: Siempre haz de tratar de ser humilde como Hilel y no severo como Shamay, pero hay que aclarar un punto muy importante la severidad de Shamay no era consecuencia de malos sentimientos, sino por su sentimiento de honor hacia la Torá. Su conducta exigente y severa era dirigida a aquellos que ofendieron la sagrada Torá, aunque en esencia tenía muy buenos sentimientos como lo atestigua la Mishná.

Haz del estudio un hábito constante.

El estudio tiene su valor y da frutos, cuando es constante si estudia una sola vez o esporádicamente no recibirá beneficio alguno, por esa razón Shamay echó al pagano que quería estudiar toda la Torá en una sola vez y sosteniéndose en un solo pie. Hay que estudiar Torá constantemente día tras día, leemos en el (Tratado de Eruvin 21:2): ¿En quien encuentras enseñanzas de Torá? – En aquel que madruga y anochece en la casa de estudios.

En este tema no habrá diferencia alguna entre Hilel y Shamay. Hilel sabía que el estudio de la Torá debe ser fijo y ordenado la diferencia entre los dos tanaítas residía en la metodología – Hilel con sus suaves maneras y forma sosegada de hablar atraía a la gente al estudio y Shamay se enojaba con aquellos que despreciaban el honor de la Torá y de los sabios, y fue por esa razón que apartó al pagano.

¿Qué significa “haz del estudio un hábito constante?”

¿Acaso estudiar mucho?, Shamay no nos aconseja aumentar el ritmo del estudio sino que nos indica que el hábito constante esté con la Torá y lo que representa y no en las cosas mundanas.

Shamay nos insta a vivir constantemente en el mundo de la Torá, en el mundo del Supremo Hacedor de todas nuestras acciones y movimientos han de ser según la Torá y sus principios ya que si existe la posibilidad que haya otro entorno en el cual pueda encontrar descanso y felicidad que no sea Torá, no se cuadrará con la indicación de la Mishná y de nada le valdrá el estudio y la observancia de los preceptos.

En conclusión nuestra vida espiritual y material será guiada por el espíritu de la Torá.

Dí poco y haz mucho

Leemos en el (Tratado de Baba-Metziá 87:4) Los hombres justos prometen poco, y hacen mucho, como Abraham nuestro patriarca, prometió alimentar a los huéspedes con solo pan y les trajo manteca y leche, carne de ternera y tres medidas de harina de sémola.

Los malvados prometen mucho y no hacen ni siquiera poco. ¿Cómo sabemos? Por Efron que le prometió darle la parcela para enterrar a Sará gratuitamente y al final exigió cuatrocientos siclos de platas.

Hemos tratar de hacer el bien sin hablar en demasía, el justo hablará solamente para que la gente se prepare para lo que habrá de hacer.

Los malvados hablan demasiado porque en realidad no está en sus programas realizar nada.

Y acoge a todas las personas con cara sonriente:

Acoge a todas las personas con cara sonriente, no solamente a las personas importantes y honorables (Rambam, comentario sobre Avot 3:12).

Cuando recibas huéspedes en tu casa, no les muestres un rostro triste y severo, (Rabí Ovadia de Bartenura).

Preguntaron a un Rabí, ¿por qué se sonríe cuando habla por teléfono?, ¿Acaso su interlocutor ve su sonrisa?.

Aunque no ve mi sonrisa, la escucha, ya la sonrisa se siente en el tono de la voz.



MISHNA 16

16. Rabí Gamliel solía decir: Elígete un maestro y sal de las dudas, y no des a menudo el diezmo por aproximación.

Elígete un Rabino y sal de las dudas

Haz de elegirte un Rabino, para que le preguntes sobre cualquier ley y costumbre que no te es clara, ya que no podrás basarte en tus conocimientos y más en tu entendimiento, porque te puedes equivocar, pecará y harás que otros se equivoquen.

No digas: me parece que así es la ley – abre el libro indicado y aconséjate con un Rabino (según Rambam, Hameiri y Shmuel Ozeda)

Rab Huna cuando tenía que juzgar un caso reunía diez eruditos de la Torá y consultaba con ellos – decía – si se equivocaran en el juicio el castigo se dividiría entre muchos (Tratado de Sanhedrín 7:2)

Según la Guemara está prohibido vivir en una ciudad donde no existe un Tribunal Rabínico. Cada comunidad se preocupaba por nombrar un Rabino y si sucedía y fallecía el dirigente espiritual buscaban reemplazarlo inmediatamente.

Y no des a menudo el diezmo por aproximación:

Según la Torá toda persona debe dar un diezmo de su cosecha a los miembros de la Tribu de Levy. Raban Gamliel nos previene de no hacerlo por aproximación, sino con exactitud. Porque podría suceder que dé menos, la razón es de evitarnos caer en la duda, porque la Torá nos ha enseñado cual es la medida exacta del diezmo.

Si diezma una cantidad menor, las frutas no estarán diezmadas como la Torá lo ordena.

¿Y si da más? los frutos estarán bien, pero el diezmo no será el ordenado por HaShem ya que Él ordenó dar la décima parte (Ver Erubin 40: 1).

Pero hemos de saber que el diezmo conserva los bienes y riquezas que poseemos, pero sí una persona quiere enriquecerse bien hará en dar el veinte por ciento.

Hay entre los Rabinos que preguntan, que relación hay entre las dos partes de la Mishná: la primera elígete un Rabino y sal de las dudas y la segunda: no des a menudo el diezmo por aproximación.

Rabí Menajem Hameiri explica que Raban Gamliel habló sobre el mismo tema: ninguna persona juzgará aproximadamente sino que examinará cada casa a la luz de las fuentes sagradas o consultará con otras personas conocedoras de la Ley.

Un ejemplo: Cuando Moshé, nuestro Maestro tenía duda sobre el acto que realizó el leñador en sábado no adivinó el fallo sino que preguntó a HaShem: como cita el Versículo: “Y Moshé presentó la causa de ellas delante del Señor” (Bamidbar 27: 5).

MISHNA 17

17. Su hijo Simón decía: Toda mi vida la pasé entre sabios, y nada hallé mejor para el cuerpo que el silencio. Lo principal no es la teoría, sino la práctica.

Todo aquel que multiplica sus palabras, introduce el pecado.

Shimon, hijo de Raban Shimon ben Gamliel, el anciano, presidió el Sanhedrín, en el tiempo de la destrucción del Segundo Templo – Cuando pronunció esta Mishná todavía no fue nombrado, por esa razón no le agregaron el título de Raban (Tosafot Iom – Tov) – Hay entre los Rabinos que opinan que fue muerto por los celotes porque poseía ideas pacifistas, y trataba de lograr la paz con los romanos.

En nuestra Mishná, nos enseña la importancia del “silencio”.

Shimon, su hijo – hijo de Raban Gamliel.

Solía decir: Toda mi vida la pasé entre sabios y nada hallé mejor para el cuerpo que el silencio.

Toda mi vida estudié la conducta de los sabios y encontré que la cualidad más especial entre todas es la del silencio.

Dijo Bar Kapará: Si el silencio es bueno para los sabios, cuanto más lo será para el necio (Pesajim 99: 2).

Y el Rey Salomón dice: Aún el necio, cuando calla es tenido por sabio (Mishle 17:28) – y por el contrario aquel que habla en demasía con la gente, y contesta sin pensar dos veces aunque sea sabio, será considerado un necio (Rashi), y nos aconseja el Rey sabio: “El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias (Idem 21:23).

En el Tanaj (Biblia) encontramos varios ejemplos:

Iosef, cuantas penurias pasó por hablar demás y no solo él, también su padre y hermanos sufrieron si no hubiese contado sus sueños a sus hermanos, puede y no hubiese sido vendido como esclavo y… que le pasó a Sansón (Shimshon) ¿qué reveló su secreto a Dalila?

Este pensamiento a favor del silencio, es citado por Rabí Moshé ben Maimón en su obra “Mishné Torá” en (Ideas Éticas, capítulo 2: 4).

4. Es bueno que el hombre tienda siempre a callar, y que no hable sino de temas de sabiduría o de cuestiones que le son necesarias para la vida corporal. De Rav, discípulo de nuestro santo maestro Rabí Yehuda Hanasí, se decía que en toda su vida no habló de cuestiones ociosas, pese a que estas últimas constituyen la conversación de la mayoría de los hombres.

Incluso de las necesidades corporales es mejor no hablar demasiado. En esta materia, los sabios nos han ordenado: “No he encontrado cosa mejor para el cuerpo que el silencio” (Avot I, 17). Igualmente, también en el estudio de la Torá y de la sabiduría conviene que las palabras sean pocas, pero de mucho significado; de ahí que los sabios hayan ordenado: “Siempre ha de enseñarse a los discípulos el camino breve” (Pesajim III, b). Si en cambio las palabras son muchas y el significado escaso, se trata de necedad, y acerca de ella está escrito: “El sueño viene con mucho contenido, y la voz del necio, con muchas palabras” (Eclesiastés V, 2).

En otras palabras si estudia Torá, utilizando su boca, denominado por los sabios la labor bucal (Sanhedrín 99: 2) ya que solo por su intermedio se adquiere la sabiduría, como explicaron los sabios. Porque vida sana aquellos que las hallan y sanidad a toda su carne (Idem 4: 22) que las hablan, después de haber salido las palabras de la boca y a pesar de ello el estudioso de la Torá debe ser muy precavido con sus palabras.

El silencio es la mejor medicina para el cuerpo afina el cerebro y purifica el intelecto.

Lo principal no es la teoría, sino la práctica

La meta del estudio es el cumplimiento. La Torá no es un ejercicio intelectual a nivel académico. “Aquel que fija su atención en la teoría y no en la práctica mejor haría callarse en vez de teorizar (Rabí Ovadia de Bartenura) y así leemos en la Guemara.

En cierta ocasión, Rabí Tarfón y los ancianos estaban en el piso superior de la casa de Nitsa, en Lidda. Se suscitó la (siguiente) cuestión: qué es superior, ¿el estudio o la práctica? Rabí Tarfón dijo: la práctica es superior, mientras que Rabí Akivá sostuvo que el estudio era superior los demás Rabinos compartieron la opinión de Rabí Akivá y dijeron: el estudio es superior, ya que conduce a la práctica. (Kidushín 40b.)

Y también dijeron: Todo el que dice, tengo solo Torá (estudio, conocimientos), ni eso tiene (Iebamot 109-2)

Sobre la importancia de poner en práctica el estudio nos relata la Guemara sobre “La caridad de Beniamin el justo”

De Beniamin el justo, que era guardián del cepillo de los pobres, se cuenta que en una época de hambre se le acercó una mujer pidiéndole que le diera de comer ¡Por el servicio del Templo!, exclamó: nada queda en el cepillo. Pero la mujer insistió: Rabí, si no me alimentas a mí y a mis siete hijos, nos moriremos de hambre. Entonces él la socorrió de su propio peculio.

Al cabo de cierto tiempo, cayó enfermo y estuvo a las puertas de la muerte. Los ángeles intercedieron ante el Santo bendito sea diciendo: Señor del mundo, dijiste de quien salvara una sola alma de Israel es como si hubiera salvado la vida de todas. ¿Acaso Benjamín el justo, que salvó a una mujer y a sus siete hijos, habrá de morir tan pronto? Inmediatamente, la sentencia de muerte que había sido dictada, fue revocada, y se le añadieron veintidós años a su vida. (Baba Batra 11a.)

Todo aquel que multiplica sus palabras, introduce el pecado

Todo aquel que habla en demasía, sin hacer nada, hace pecar a los demás.

Si le hacen una pregunta y esperan contestación para aplicarla, no multiplique sus palabras, piense, analice la situación y después conteste en forma clara y concisa de lo contrario lo confundirá y pecará (Rabí Iona de Geronde)

Algo para recordar:

El ser humano posee dos orejas y una boca ¡para qué escuche bien y hable poco!! (Magen Avot – Rabí Shimon Duran).

MISHNA 18

18. Raban Shimon ben Gamliel decía: Gracias a tres cosas el mundo se mantiene: Gracias a la justicia, a la verdad y a la paz según está escrito: “verdad y juicio recto juzgarán en vuestras puertas” ( Zejaria 8: 16).

Raban Shimon ben Gamliel, nieto de Rabí Shimon es recordado en la Mishná anterior hijo de Raban Gamliel, el segundo (de Yavne) y padre de Rabí Iehuda Hanasí (el príncipe) que presidió el Sanhedrín después de la rebelión de Bar Kojba. En la época de la rebelión y las persecuciones se escapó a Babilonia y cuando volvió la paz a Israel retornó y fue nombrado sucesor de sus ancestros, residió en Usha, Galilea.

En la segunda Mishná de éste capítulo estudiamos “El mundo está fundado en tres cosas: La Torá, el culto y la caridad y de nuestra Mishná aprendemos que el mundo se mantiene gracias a tres cosas: la verdad, la justicia y la paz. ¿Estamos acaso ante una discusión entre sabios?

La diferencia de ideas reside en la palabra mundo, la cual tiene dos significados, universo y la sociedad humana.

En la primera Mishná estudiamos la razón de la creación del mundo, si va a existir Torá, el culto y la caridad, el mundo seguirá su curso, si no desaparecerá.

Raban Shimon ben Gamliel se refiere a la existencia social del mundo, los factores que asegurarán su existencia por eso se expresa “haolam omed“, el mundo se mantiene gracias a la verdad, la justicia y la paz, sin estos indicadores la sociedad humana no podrá funcionar – y el mundo será destruido.

A la justicia: La ley deberá defender a los justos, culpar a los malvados y evitar que nadie dañe a su prójimo y así fallan nuestros sabios. Todo juez que juzga con imparcialidad aunque sea una sola hora, la Torá lo reconoce como un colaborador del Bendito sea Su nombre en la creación del mundo (Shabat 10: 1).

A la verdad: Que no se mientan unos a otros y en el Talmud: Jerusalem fue destruida porque desaparecieron los hombres de verdad – hombres honestos que hablaban solo verdad (Shabat 119: 2)

La verdad no es un valor importante por sí mismo, sino es la base y el principio en el cual se apoyan la justicia y la paz – donde no hay verdad – no hay justicia y no puede haber paz.

La paz: Entre los pueblos y entre el hombre y su prójimo y si no hay paz, no hay nada, leemos en la Torá: Yo daré paz en la tierra (Vaikra 26:6) a lo que Rashí (Rabí Shlomo Itzjaki) explica: Podeis decir: hay comida, hay bebida (y con eso es suficiente); pero si no hay paz, no hay nada. Por eso dice después: daré paz en la tierra. De esto aprendemos que la paz tiene el mismo valor que todos los otros bienes juntos. Por eso dice – Haz paz y crea todo.

Y otro ejemplo bíblico: la generación de la dispersión (Torre de Babel) preguntan los sabios del Midrash: ¿El pecado de quien era mayor?. ¿El de la generación del diluvio o el de la generación de la dispersión?. Los primeros no atacaron directamente a HaShem, los segundos si lo hicieron, aquellos fueron arrasados y éstos por los tanto no deben perderse. Pero ocurre que la generación del diluvio eran ladrones y constantemente se peleaban entre sí como está escrito: Tenían una sola lengua. De esto aprendemos cuan odiada es la disputa y… cuan importante es la paz (Midrash Raba, Breshit 11:9 – Rashi).

El ideal del judaísmo es lograr la paz universal, como lo profetiza Isheiau “y acontecerá que en los postreros días el monte de la Casa del Señor será establecido como cabeza de los demás montes y será ensalzado sobre los collados y afluirán a él todas las naciones… y él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos y ellos romperán sus espadas para hacer de ellas azadones”.

Podríamos preguntar si la paz es un valor absoluto al cual deberíamos llegar por todos los medios o hay razones que nos impedirán hacer la paz.

Raban Gamliel en nuestra Mishná parece indicarnos la solución, leemos en la Mishná que el mundo se mantiene gracias a la justicia, la verdad y la paz; la paz es recordada en tercer lugar; la preceden la justicia y la verdad; el Rabí nos enseña que si la verdad puede existir con la paz, deberemos lograrla; pero si hay una posibilidad de que al hacer las paces debilitaremos la verdad, en nuestro caso la Fe en HaShem la Torá y sus principios, entonces, no haremos las paces, porque la verdad revelada en la Torá está antes que la paz.

Y así nos enseña el Tana.

Gracias a tres cosas el mundo se mantiene solamente si podemos cumplir las tres cosas juntas, se verán cumplidas la verdad y la justicia al principio y no la paz, por esa razón fue citada de último.



Capitulo 2

MISHNA 1

Rabí dice: ¿Cuál es el camino recto que debe elegir el hombre?. Todo aquel que es honorable seguir y que le proporciona consideración de parte de los hombres.Observa tanto el precepto ligero como el grave, pues desconoces la recompensa.Compara el perjuicio (que puede ocasionar el incumplimiento) de un precepto con la recompensa (por haberlo observado) y la recompensa (que aporta) una trasgresión con el perjuicio (que puede ocasionar) Reflexiona acerca de tres cosas y nunca caerás en manos del pecado Conoce lo que hay encima de ti Un ojo que ve, y un oído que escucha (Y no olvides) que todas tus acciones están escritas en el libro.



1. Rabí Iehuda Hanasí (200), el recopilador de la Mishná hijo de Raban Shimon fue llamado “Rabenu Hakadosh”, nuestro santo Rabino por su gran erudición y nobles cualidades y así escribe Rambam (Rabí Moshé ben Maimón) en su prólogo al comentario de las Mishnáiot, y fue (Rabí) único en su generación y en su época como persona que poseía todas las buenas virtudes que le ameritaron recibir el nombre de nuestro santo Rabí sabio que fue comparado con Moshé nuestro maestro, como cita el Talmud. De los días de Moshé hasta los días de Rabí, no vimos Torá y grandeza en una sola persona como la suya (Gitin 59:1) y era totalmente grandioso en su piedad y humildad, dominaba como ninguno el idioma hebreo.

Vivió en Bet-Shearim, Galilea, donde fundó su Gran Yeshivá (casa de estudios), y residió el Sanhedrín, (Gran Tribunal) que tenía su anterior sede en Usha, pasando después a Shfaram (Galilea).

En los últimos años de su vida cambió su residencia a Tzipori conocida por su clima sano (Ketubot 103:2)

Rabí dice: ¿cuál es el camino recto que debe elegir el hombre?

¿Cuál es el camino que elegirá el hombre, por el cual transitará toda su vida? Los humanos pueden elegir el camino bueno o el malo, ya dijeron nuestros sabios: Todo está en manos del cielo, menos el temor al cielo (que está en mano de los hombres) y así leemos en Leyes de arrepentimiento (Mishné Torá) de Rabí Moshé ben Maimonides.

1. Todo hombre goza de libre albedrío: si quiere inclinarse por el buen camino y ser un hombre justo, es libre para ello; si quiere inclinarse por el mal camino y ser un malvado, es libre para ello. Esto es lo que está escrito en la Torá: “He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros para conocer el bien y el mal” (Génesis III, 22). Es decir: He aquí que la especie humana es única en el mundo, sin que haya otra especie que se le parezca en este sentido: que el hombre, por sí mismo, por su entendimiento y pensamiento, conoce el bien y el mal y hace todo lo que desea, sin que nadie le impida hacer el bien o el mal, y solo por eso pudo HaShem agregar: “Quizás extienda su mano y tome también del árbol de la vida”.

2. No vayas a pensar esto que dicen tanto los necios de otras naciones como muchas personas torpes de entre los judíos: que HaShem decreta, desde el momento de crear a cada hombre, si ha de ser justo o malvado. No es así, sino que a todo hombre cuadra ser justo como nuestro maestro Moisés o malvado como Ierabam, al igual que sabio o necio, misericordioso o cruel, avaro, o pródigo, y así en todos los demás rasgos. Nadie lo obliga, nadie se lo decreta y nadie lo arrastra por ninguno de los dos caminos, sino que él mismo, por su propia determinación, se inclina hacia el camino que prefiere. Es lo que dice Irmiahu: “No es de boca del Altísimo que salen los males y el bien” (Lamentaciones III, 38) es decir, que el Creador no decreta que el hombre sea bueno o malo.

Todo aquel que es honorable seguir y que le proporciona consideración de parte de los hombres. Antes de tomar su camino deberá revisar dos cosas, si ante sus ojos el camino es bueno, y si sus semejantes consideran que lo es (Rabí Shimon Duran)

¿Cómo sabremos si el camino elegido por nosotros es el correcto?

Porque si sus semejantes consideran que lo es, pueda que piensen así por alguno que otro interés

El “Maharsham de Berzan en su libro” Tejelet Mordejai (2da parte, P. 443) aconseja que nos imaginemos a otra persona actuando de la misma manera que elegimos, si nos parece correcta, señal es que es la preferida y honorable seguir

Observa tanto el precepto ligero como el grave, pues desconoces la recompensa.

No hay que hacer diferencias en el cumplimiento de los preceptos ordenados por HaShem, aquel que parece no tener mucha importancia, lo cumplirás como si fuera el más grave de ellos.

Una de las razones de la advertencia de Rabí, es que si despreciásemos a un precepto ligero al final llegaremos a pecar en algo grave. Así nos enseña el Talmud en el (Tratado de Ioma 83: 2)

Erase en tiempo de persecuciones, un comerciante israelita cocinaba y vendía carne pura (Kasher) y carne de cochino para que no sepan que era hebreo. Y así era su costumbre: Todo aquel que entraba a su negocio y no se lavaba las manos señal era que era un gentil y le servía carne de chancho, y todo aquel que se lavaba las manos y bendecía era hebreo y por ende le servía carne pura.

Una vez entró un hebreo a comer y no se lavó las manos, pensó que no era y le dio carne de porcino, comió y no bendijo. Pidió la cuenta por el pan y la carne, pero como la carne no Kasher valía mucho más cara, recibió una suculenta cuenta.

Cuanto me cobras hoy, dijo el cliente extrañado, ayer pagué 8 y hoy pides 10.

¡Lo que has comido es carne de porcino, y por eso es cara!

Al escuchar esas palabras, comenzó a temblar y le dijo susurrando (para que no escuchen los gentiles), soy hebreo, y me has servido carne impura.

¡Mala sea tu suerte! Le contestó enojado, ¡cuando vi que no te lavaste las manos y no recitaste la bendición pensé que no eras hebreo!

Y algo más sobre los pecados que nos parecen ligeros y sin importancia. Hay pecados dice Rabí Aharon Kotler en su libro “Mishnat Aharon”. Considerados como tal, aunque estos actos son graves y de suma importancia hasta que pueden minar y socavar las bases de nuestra fe y componen el eje central que muchas actividades importantes de nuestra vida.

Por ejemplo: la codicia del dinero, no vemos pecado alguno en esta, pero la raíz de esta mala cualidad confirma la falta de fe y es también padre de otros grandes pecados.

Y en la Tosefta (final del Tratado de Menajot) leemos: “Pero en este último (2do Templo) vimos que estudiaban Torá, y eran cumplidores del diezmo” ¿Por qué fueron desterrados? Porque amaban el dinero y se odiaban unos a otros.

Entendemos que la codicia por el dinero, trajo a la destrucción del templo, esta no se termina, sino lleva al odio sin razón (sin-at jinam).

¡La espiritualidad no puede conducirnos al odio sin razón!

¡Solo el amor al materialismo lo hace!

El materialismo daña a la esencia del ser humano, la perjudica ya que cuando más vas tras el dinero, más se materializa y se convierte en insensible a lo espiritual.

Compara el perjuicio (que puede ocasionar el incumplimiento) de un precepto, con la recompensa (por haberlo observado) y la recompensa (que aporta) una trasgresión con el perjuicio (que puede ocasionar)

Si al cumplir un precepto, pierdes dinero, recuerda la recompensa que recibirás en el mundo venidero, y no prestes atención alguna a la satisfacción que recibirás al hacer un pecado, porque al final recibirás tu castigo como dice el Rey Salomón: Sabroso es al hombre el pan habido por engaño, más después se llenará su boca de cascajo (Mishná 20: 17).

El mensaje es claro, todos los actos de los seres humanos se dividen en buenos o malos y no hay ninguno el cual no lo podremos catalogar como preceptos o pecados, y aquel que vence al instinto nuestros Rabinos opinan que recibirán recompensa como si hubiese cumplido un precepto.

De aquí aprendemos que el que al no cumplir con el mandato divino, cambiamos un mundo dinámico por uno estático en vez de cumplir un precepto, pecamos.

Reflexiona acerca de tres cosas y nunca caerás en manos del pecado.

Rabí Iehuda Hanasí nos enseña pensar continuamente sobre las tres cosas que nos salvarán del pecado.

Conoce lo que hay encima de ti: Debes tener conciencia de lo que hay arriba de ti

Un ojo que ve, y un oído que escucha

Un ojo que ve todo, y un oído que escucha también los sentimientos de tu corazón.

Cuentan que el Jafetz Jaim (Rabí Israel Meir Hacohen de Radin) viajaba en una carreta para repartir los libros, escritos por él, gratuitamente, ya que su intención era que todos leyeran sus comentarios y explicaciones.

Al pasar por un prado lleno de árboles frutales, el conductor no pudo contenerse, detuvo la carreta y bajó con la intención de tomar uno de esos maravillosos frutos. Vio el Jafetz Jaim lo que el hombre iba a hacer y exclamó a todo grito: ¡Lo están viendo! Lo ven; sorprendido y horrorizado por los gritos del Rabí, volvió a su lugar, cuando se recuperó del susto, miró a todos los lados, y vio que no había nadie – Por que me asustó mi señor, si no hay nadie en los alrededores.

Estás equivocado, dijo el Jafetz Jaim, hay quien nos ve, y ¡nos ha visto!

(Y no olvides) que todas tus acciones están escritas en el libro.

Todo es conocido ante HaShem, como si estuviese escrito en el libro (Rambam)

Si cometiste un pecado, imposible que no sea castigado, la persona es castigada por el pecado y recibe recompensa por el precepto cumplido (Rabí Menajem Hameiri).

MISHNA 2

2. Raban Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí decía: hermoso es estudiar la Torá, teniendo al mismo tiempo una ocupación (oficio, trabajo), pues el trabajo que ambas exigen alejan del pecado. Todo estudio (de Torá) que no va acompañada de una ocupación (oficio, trabajo) acaba en nada y conduce al pecado.

Todas las personas que se ocupan de (los asuntos de) la comunidad, deberán ocuparse de ellos en nombre del Señor, porque el mérito de sus antepasados les protege, y la rectitud de éstos permanecerá eternamente, ya que, a vosotros, yo os concederé muchas recompensas, si así lo hacéis.

Raban Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí decía: hermoso es estudiar la Torá, teniendo al mismo tiempo una ocupación (oficio trabajo), pues el trabajo que ambas exigen alejan del pecado.

Bueno hará el ser humano, si trabaja y estudia, porque al hacerlo así se alejará del pecado, la Torá debilita la fuerza del hombre, y el trabajo, por su parte rompe el cuerpo y de esa manera el instinto del mal (Ietzer hará), no lo molestará (Rabí Ovadia de Bartenura).

Hay quienes explican que por el hecho de estudiar Torá, sabrá alejarse del pecado, sabiendo que debe cuidarse y con respecto a la problemática del sustento, no tendrá que usar toda clase de artimañas y mentiras, ya que con el sudor de su frente, comerá su pan. y lo importante no codiciará lo ajeno ni robará lo que no es suyo.

Para nuestro conocimiento, muchos de nuestros sabios eran obreros o artesanos. Hilel era un leñador, Shamay, albañil, Rabí Ieoshua, herrero, Rabí Janina, zapatero, Rabí Huna, aguatero, Rabí Aba, sastre, otros eran carpinteros, agricultores o comerciantes, todo trabajo era bueno, para no depender de nadie (según el comentario del Rabino Hertz).

¿Acaso necesita la Torá, la ayuda de una ocupación material, para que el hombre se olvide del pecado?, ¿no tiene la Torá, fuerza suficiente para alejar al hombre del pecado y sus consecuencias? Pregunta Rabí Simja Zisl, el saba (abuelo de Kalem, en su obra “Jojma y Musar”) (1ª parte, 96-98). Nuestra vida es en principio un milagro divino, para personas a prueba en nuestra fe en el Altísimo, el Creador vistió a todos con un manto natural fijó que el hombre conseguirá su sustento y otras necesidades por medio de la naturaleza, también por su intermedio encontrara sus enfermedades, aunque siempre hemos de recordar que la llave del sustento está en manos del Santo bendito sea, y es Él quien cura a los enfermos.

El hombre deberá tener siempre en mente que tras las coberturas naturales (sustento, medicinas, etc.) se esconde el milagro, y ya el versículo lo indica: porque Él es quien te da fuerzas para hacer riquezas (Devarim 8:18) – aunque el ser humano no sienta que hay quien le da fuerzas, deberá entender que si fuera por él mismo no tendría nada.

Cuando la persona se ocupa solamente de la Torá y su estudio, la materia, la naturaleza se identifica con la forma, el milagro y así le será fácil captar el concepto. Cuando comienza, por ejemplo a hacer negocios le parece que los logros por él alcanzados son fruto de su brillante intelecto, entonces, no podrá armonizar la materia con la forma, sino, después de pensar y analizar la cuestión en forma profunda, y sobre este paso habla la Torá, teniendo una ocupación. La Torá nos enseña las sendas del milagro, ¿cuando? después de que se esfuerza en combinar la materia (naturaleza) con la forma (milagro), los cuales a primera vista parecen opuestos uno al otro pues el trabajo de ambas, al unir la naturaleza con el milagro, hacen olvidar el pecado. Sin esto, dice el Rabino, no sé que haremos para olvidar el pecado.

Todo estudio (Torá) que no va acompañada de una ocupación (oficio o trabajo), acaba en nada y conduce al pecado

Todo aquel que se ocupa en el estudio y no tiene oficio o trabajo para ganar su sustento al final, ya que al no tener como subsistir elegirá el camino del robo y el latrocinio y finalmente olvidará todo lo estudiado (Rabí Ovadia de Bartenura)

Todas las personas que se ocupan de los asuntos de la comunidad, deberán de ocuparse de ellos en nombre del Señor

Los activistas comunitarios no verán en su servicio, un medio para buscar honores y señorío y comprendido está que no usarán el poder para sus necesidades personales “porque el mérito de sus antepasados les protege, y la rectitud de éstos permanecerá eternamente, ya que a vosotros yo os concederé muchas recompensas si así lo hacéis”.

El mérito de los ancestros, ayuda a la comunidad en sus acciones, y no pensarán los activistas comunitarios que los logros se deben a su fecunda labor, la rectitud de los padres garantiza el éxito comunitario por esa razón deberán los dirigentes cuidarse de no llenar su mente y el corazón de orgullo y vanidades.

Pero Raban Gamliel dirigiéndose a los activistas y líderes comunitarios les promete que si harán su trabajo “leshem shamaim”, en nombre del Señor, sin ningún interés, recibirán una buena recompensa aunque no hayan podido realizar lo que habían planeado.



MISHNA 3

3. Sed comedidos (en vuestras relaciones) con el gobierno porque no se atraen a ningún hombre si no es en beneficio propio.

Aparecen como amigos cuando a ellos les conviene, pero no ayudan al hombre cuando éste los necesita.

Raban Gamliel, continúa la Mishná anterior, y amplía su opinión sobre las relaciones con el gobierno, sobre el cual estudiamos en la Mishná 10 del capítulo uno “Shamay” acostumbraba a decir….. y no busques intimidad con el gobierno.

Sed comedidos con el gobierno: En los tiempos de Raban Gamliel, los hebreos estaban bajo dominio romano, y según él, el gobierno siempre está dispuesto a recibir favores, pero cuando los ciudadanos necesitan de su ayuda, no la reciben; por eso no han de confiar en sus promesas.

Porque no atraen a ningún hombre, si no es en beneficio propio

Si ustedes ven que los reciben bien, habrán de saber que lo hacen por beneficio propio, para sacar alguna utilidad.

El pueblo hebreo tiene una amarga experiencia en sus relaciones con los gobiernos. Más de una vez sucedió, durante nuestra historia milenaria, que jefes de estado, nos demostraron interés, nos otorgaron derechos especiales, por que nos necesitaban, pero cuando necesitamos la ayuda de los gobernantes. no la encontramos.

Veamos un ejemplo, los judíos en Tierra de Egipto: “Cuando llegamos, nos recibieron con alegría”, el Faraón le dijo a Iosef: en lo mejor del país, ubica a tu padre y a sus hermanos, (Breshit, 47:6), pero cuando ya no necesitaban a los hebreos. Levantase un rey nuevo sobre Egipto, que no conocía a Iosef (Shemot 1:8) Preguntan los Sabios del Midrash: ¿Acaso no conocía a Iosef? De acá aprendemos, que la bondad de los malvados no es completa, todavía el pan de Iosef está en sus dientes, y ya no recuerdan las mercedes que les otorgó (Shemot Raba, 1,10)

Aparecen como amigos, cuando a ellos les conviene, se muestran como amigos, cuando tienen provecho de usted, cuando les dan regalos y otros convidas.

Pero no ayudan al hombre, cuando éste los necesita. Cuando está en desgracia, ellos no recuerda las bonanzas que recibieron de su parte, y no vienen a ayudarlo.

Según los Rabinos esta Mishná describe una realidad existente en la época del mandato romano los gobernantes utilizaban a algunos de los hebreos para oprimir al pueblo, los nombraban recaudadores de impuestos, fiscales de aduana, enriqueciéndose a costa de sus hermanos. Raban Gamliel, les previene, que los gobernantes romanos piensan solo en aumentar sus riquezas, y al final, les robarán como hicieron con el pueblo.

El Rabino Benzión Bruk, en su libro “Egioné Musar” dice, que aunque Raban Gamliel habla sobre las relaciones, ciudadano-gobierno, podemos derivar sus palabras al ser humano. El ser humano, sufre del amor por sí mismo. También cuando hace un favor al prójimo, su primer pensamiento es, ¿qué voy a ganar? Como dice la Mishná: porque no se atraen a ningún hombre, si no es en beneficio propio. Mucha Torá deberemos estudiar para llegar a sentir lo que es “amor al prójimo”.



MISHNA 4

4. También solía decir: obra de tal modo que la voluntad de HaShem sea la tuya, para que haga tu voluntad como si fuera la Suya.

Anula tu voluntad ante la Suya, para que Él sacrifique la voluntad de los demás ante la tuya.

Hilel decía no te separes de la Comunidad, ni confíes en ti mismo hasta (que llegue) el día de tu muerte, ni juzgues a tu prójimo hasta que tu mismo te halles en su situación.

No profieras palabras que es imposible oír, porque al final pueden ser oídas. No digas cuando esté libre estudiaré, porque a lo mejor no estarás libre nunca.



También solía decir: Raban Gamliel, hijo de Rabí Iehuda Hanasí, el Presidente del Sanhedrín.

Obra de tal modo que la voluntad (de HaShem) sea la tuya, para que haga tu voluntad, como si fuera la suya.

Haz la voluntad de HaShem, estudia Torá, y observa las mistzvot (precepto) como tus haces lo posible para cumplir con tu voluntad; con la misma buena voluntad y convencimiento.

Anula tu voluntad ante la suya para que Él sacrifique la voluntad de los demás ante la tuya

Aunque te resulte difícil cumplir sus preceptos, hazlo para que el Todopoderoso haga que los que no piensen como tu, lo hagan, y estén predispuestos a recibir tu opinión.

He aquí un ejemplo que nos trae el Talmud, (Tratado de Taanit 23:1). Aba Jilkya, cumple la voluntad de HaShem y Él le retribuye.

Una vez los Rabinos enviaron un par de sabios en busca de Abba Jilkiyá, para pedirle que impetrara lluvia. Fueron a su casa, y no le encontraron; pero le vieron en el campo, y le hallaron arando la tierra. Le saludaron, pero él no les prestó la menor atención.

Hacia el atardecer estaba recogiendo trocitos de madera, y cuando se dirigió hacia su casa, cargó las astilla sobre un hombro, y su capa sobre el otro. Durante todo el trayecto no se puso los zapatos, excepto cuando cruzó el agua (de un arroyo), y cuando atravesó (un terreno de) espinos y arbustos, se levantó la ropa. Cuando llegó a la ciudad, su esposa le salió al encuentro engalanada con sus (mejores) atavíos, y al llegar a la puerta de su casa la dejó entrar primero y él pasó después. Se sentó a comer; pero no invitó a los sabios (que hasta allí le habían seguido) a comer; repartió pasteles a los niños dando al mayor un pastel y al menor dos. Luego volviéndose a su esposa, le dijo: sé que estos sabios han venido a verme por la lluvia; subamos al tejado y roguemos; quizás el Santo bendito sea, se digne aceptar nuestras rogativas y llueva. Cuando estuvieron en el tejado, él se puso a rogar en un extremo y su esposa en otro, y las nubes aparecieron primero por el lado en el que rogaba su esposa. Entonces él bajó y les preguntó a los sabios: ¿para qué vinieron los sabios? Los Rabinos nos enviaron al Maestro para que impetrara la lluvia, replicaron. Y Abba les dijo: bendito sea el Señor que no os obligó a (depender de) Abba Jilkiyá.

Los sabios dijeron: bien sabemos que esta lluvia cae gracias a ti; pero, si es posible, quisiéramos que nos explicaras tus acciones que tanto nos han sorprendido. ¿Por qué, cuando te saludamos, no nos prestaste atención? Me habían alquilado por el día entero, y pensé que no tenía derecho a interrumpir mi labor ¿Por qué cargaste las astillas de madera sobre un hombro y tu capa sobre el otro? Porque es una prenda prestada, y me fue prestada para vestirla, más no para colocar en ella madera. ¿Por qué no te pusiste los zapatos durante el camino, excepto al cruzar el agua? Porque durante todo el trayecto podía ver (donde pisaba), mientras que en el agua no podía ver ¿Por qué te arremangabas los vestidos al llegar junto a espinos y arbustos? Porque lo uno (los rasguños en el cuerpo) se cura, y en cambio lo otro (un desgarrón en el vestido) no se arregla. ¿Por qué tu esposa te salió al encuentro tan engalanada? Para que no ponga la vista en otra mujer ¿Por qué entró tu esposa en la casa antes que tú? Porque me erais desconocidos. ¿Por qué no nos invitaste a comer? Porque no había comida suficiente, y no quería que me dierais las gracias por nada. ¿Por qué diste un pastel a tu hijo mayor y dos al pequeño? El mayor está en casa, mientras que el pequeño va a la escuela.

En el Tanaj (Biblia), encontramos muchos personajes que anularon su voluntad personal, para cumplir la voluntad del Eterno, uno de ellos, Abraham Abinu (nuestro patriarca) que abandonó su lugar de nacimiento, la casa de su padre, aunque le era muy difícil, nuestros sabios consideran la salida de Jarán, como una de las diez pruebas que hubo de pasar Abraham, quien cumplió la voluntad de HaShem.

Otro ejemplo de la historia del padre de la Nación hebrea, una prueba mucho más difícil, leemos en la Torá. Toma por favor a tu hijo, tu único, a quien quieres a Itzjak (Breshit 22:2) HaShem manda a Abraham a sacrificar a su hijo y ¿cuál fue reacción?.

Se levantó Abraham muy de madrugada (Idem: 3) se apresuró a cumplir lo ordenado (Rashi aunque le era dificil y doloroso de hacerlo)

Dijo el Rabí de Apta: (uno de los grandes Rabinos jasídicos)

¡El hombre tiene que ser como un recipiente que recibe voluntariamente, lo que su dueño vierte en él, vino o vinagre!

Hilel decía: no te separes de la Comunidad.

Participa con la Comunidad, en momentos de alegrías y de tristeza.

Cuando en Israel están en desgracia, y uno de ellos se separó de la grey, vienen dos ángeles que lo acompañan, ponen sus manos sobre sus cabezas y dicen: Fulano, que se separó de la congregación, no la verá en sus momentos de consuelo…

Cuando la Comunidad este en pena y desgracia, no dirá la persona iré a mi casa, comeré y beberé, y me ocuparé de mí mismo lo importante soy yo, al contrario, se apenará con la comunidad y todo aquel que así se comporta, ameritará ver su consuelo.

Ni confíes en ti mismo hasta (que llegue) el día de tu muerte.

Aunque seas inteligente, estudioso de la Torá y temeroso de HaShem deberás estar siempre alerta, para que no caigas en la red del pecado, un ejemplo, podemos tomar de Iojanan el Gran Sacerdote, que era justo y piadoso y sirvió durante ochenta años, en el Sagrado Templo de Jerusalem, y al final se volvió seduceo, no cumplió la Torá oral y no escuchó la opinión de los grandes sabios.

Y así leemos en el Talmud Ierushalmi, (Shabat, capítulo 1:3).

Un anciano estudiaba de la siguiente manera: no confíes en ti mismo hasta (que llegue) el día de tu vejez, en vez de hasta el día de tu muerte.

Este anciano era un hombre piadoso, y sintió que no tenía ningún contacto con las cosas mundanas. En el cielo se molestaron con él, y para darle una buena lección, dieron permiso al Ietzer Hará, instinto del mal espiritual, para que se disfrace como una bella mujer, y así entró a la habitación del anciano, cuando el anciano elevó sus ojos para ver quien entró en la habitación, empezó a decirle cosas que no eran adecuadas a su personalidad. Pero enseguida se arrepintió por lo que hizo, se apenó tanto, hasta que la gran pena, puso en peligro su vida. Tuvieron piedad de él, y aquel espíritu, fue ordenado a suspender la misión. Se descubrió ante él y le dijo: Has de saber que enviaron del cielo a enseñarte que no cambies las palabras, no estudiarás hasta el día de la vejez, sino como está escrito: No confíes en ti hasta (que llegue) el día de tu muerte.

Podemos agregar, que también en el día de su muerte, el hombre no ha de confiar en sí mismo.

Ni juzgues a tu prójimo, hasta que tu mismo te halles en su situación.

Cuándo una persona, un amigo, que ocupa un cargo importante no se comporta honestamente, no digas si yo estuviese en su lugar, no hubiese hecho las maldades que él hace, porque no sabes que harías en verdad, si estuvieses en su lugar, porque tu y él tienen las mismas debilidades humanas, y puede que éstas te desvíen también a ti del buen camino, pero cuando verdaderamente, llegues a su misma posición y te comportes como es debido ¡entonces, solo entonces, podrás juzgarlo! (según Rabí Iona de Gerondi)

No hay persona alguna que pueda juzgar a su prójimo, si no estuvo en una idéntica situación, no se puede tener compasión por una necesidad, sin que hubiésemos pasado por esa misma necesidad y pobreza.

No profieras palabras que es imposible oír, porque al fin pueden ser oídas.

No hables en forma confusa, sé claro en tus conceptos, para que la gente te entienda la primera vez, y no pienses que el oyente, se profundizará en tus palabras y al fin entenderá porque podrá suceder, que no entenderá correctamente, hable claro y preciso, y no deja lugar para comentarios y explicaciones. Recuerda lo que sucedió con los alumnos de Antigonos de Sojo (capítulo 1 – Mishná 3) (Pinjas Kehati)

Otra explicación: Si tienes un secreto, cuéntalo a tu mejor amigo y no digas que nadie lo sepa, porque nosotros no lo diremos, y al final todos, los sabrán. (Rabenu Iona de Gerondi)

No profieras palabras que es imposible oír:

Hay veces, que evitamos de hablar con una persona, por pensar que nuestras palabras caerán en el vacío, Hilel, nos indica no pienses que a tu amigo “le será imposible oír”, porque al final, serán escuchadas, y surtirán efecto, y otro punto más.

Aunque hayas tratado de hacerle ver la verdad, y no tuviste éxito, no te desilusiones, ¡porque nunca se sabe cuando se abrirán las puertas del corazón del prójimo!!.

No digas, cuando esté libre estudiaré, porque a lo mejor, no estará nunca libre.

Aunque estés muy ocupado en tus asuntos, hazte un tiempo, y estudia Torá, y no digas cuando tenga tiempo lo haré, porque a lo mejor nunca tendrás ese tiempo libre y al final resultará que durante toda tu vida no lo harás (Rabenu Simja).

Conocido es el proverbio “No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy”.

Cosas de menor importancia, que son hechas al momento, son más importantes de aquellas cosas de mayor envergadura que la hacemos después de un tiempo.

Y así nos enseña Rabí Jaim Luzatto en su libro “La senda de los justos”, capítulo siete. “Aspectos de la agilidad” (Zehirut).

Los componentes de la agilidad son dos: “Uno anterior a la acción y otro posterior a ella”

Antes de comenzar la acción, refieres a no retrasar el hecho, o precepto, sino que llegado el momento, o al presentársele ante él, o aún al ocurrírsele debe apresurar su actitud, para llevar a cabo su cometido, y no permitir que el tiempo transcurra y se le interponga. Porque no hay peligro como éste, pues al transcurrir cada momento se puede presentar algún obstáculo que le impida su buen obrar.



MISHNA 5

5. También solía decir, ningún inculto teme al pecado, ni ningún ignorante (puede ser) virtuoso, ni el tímido puede aprender, ni el irascible enseñar, ni nadie que esté metido en negocios puede adquirir sabiduría. En el lugar que no haya hombres, esfuérzate en ser hombre.

También solía decir: Esta Mishná, pertenece a Hilel y él solía decir ningún inculto teme al pecado, ni ningún “am-haaretz”, ignorante puede ser virtuoso.

Hay diferencia en el idioma hebreo, entre “bur” y “am-haaretz” “bur”, es un individuo que no tiene conocimiento de Torá y no buenas maneras en su relación con el prójimo es considerado “Am-haaretz” ignorante es la persona, que no estudió Torá pero tiene algunos buenos modales y sabe comportarse con su prójimo (Sefer Amaor, Rambam) (Maimonides).

¿Que es más grave, ser un “bur” o un “am-haaretz?”

Rashi, (Rabí Shlomo Itzjaki) dice que “bur”, inculto, es peor que un “am-haaretz”, ignorante, porque como el “bur”, no posee conocimientos judaicos, y tampoco se conduce bien en sociedad, puede llegar a cometer grandes pecados, y el “am-haaretz”, ignorante que está en contacto con la sociedad y aprende de las otras personas puede cumplir “mitzvot (preceptos) y llevar una vida judía pero virtuoso, no podrá ser. Piadoso, y virtuoso será aquel que estudie y se compenetre en las enseñanzas de la Torá (Rabenu Iona de Gerondi).

Queremos recalcar, que no podremos llegar a un nivel espiritual, sin estudiar Torá, Mishná, Guemara y Shulján Aruj, sin tener esa base, no podremos entender en su totalidad los conceptos ético-morales, vertidos en nuestras frentes, y aquel que los estudia, como materia principal, y deja a un lado, la Torá en toda su expresión comete una gran equivocación.

Y así se expresa El Ramjal (Rabí Moshé Yaim Lutzato) en su obra la “Senda de los justos capítulo 5″.

Por lo mismo fuimos ordenados de fijar momentos para el estudio de la Torá, y ya mencionamos que es lo más necesario para que el hombre alcance la prudencia como lo afirma Rabí Pinjas “La Torá” conduce a la prudencia, y sin ella no la alcanzará jamás y es lo que dijeron nuestros sabios: “El ignorante no puede ser piadoso” (2-5).

Ni el tímido puede aprender:

La timidez es un freno para el aprendizaje. Aunque se rían de usted, sus amigos, no deje de preguntar si no entiende, no se avergüence, si después de haber escuchado una y otra vez la explicación, no entendió venza su timidez y pregunte cuantas veces le sea necesario, para así entender el tema, y así dicta Rambam, en su libro “Mishné Torá”, (Leyes de Talmud Torá Cáp. 5:4)

El discípulo no debe sentir vergüenza ante sus compañeros porque ellos hayan aprendido después de la primera o segunda explicación, y él solamente al cabo de varias explicaciones. Si se avergonzara de ello, no haría sino entrar a la casa de estudios y salir de ella sin haber aprendido nada. Al respecto han dicho los sabios: “Ni el tímido puede aprender, ni el irascible enseñar” (Avot II, 6). Esto se aplica a los casos en que los alumnos no entienden un asunto a causa de su complejidad o por las limitaciones de su entendimiento. Pero si al maestro le es evidente que estudian la Torá con negligencia y por eso no lo han captado, es su deber mostrarles su enojo y amonestarlos, para acicatearlos. Al respecto dijeron los sabios: “Sé riguroso con los alumnos”. Por consiguiente, no cuadra que el maestro se comporte con ligereza ante sus discípulos, bromeando en su presencia o comiendo y bebiendo con ellos, para que lo reverencien y aprendan más rápidamente.

Ni el irascible enseñar:

La cualidad más importante de un maestro, es la paciencia, porque al imponerse por la fuerza solo logrará que sus alumnos le teman, y eviten preguntarle sobre el material de estudios, y al hacerlo se quedarán con las dudas, así dicta el Rambam (Idem: 4).

Si el maestro enseñó un asunto y los alumnos no lo entendieron, no ha de airarse contra ellos ni enojarse, sino volver y repetir la cosa incluso varias veces, hasta que comprendan el tema con detenimiento. Asimismo, el discípulo no ha de decir “entendí” si no entendió, sino que ha de volver a preguntar, incluso varias veces. Si el maestro se enojara, deberá decirle: “Maestro, se trata de la Torá y yo debo aprenderla, aunque mi entendimiento sea corto”.

Leamos la historia de un alumno y su maestro.

Rabí Perida tenía un alumno al que debía repetir cada lección cuatrocientas veces antes de que consiguiera aprenderla. Un día, fue llamado urgentemente para realizar un acto de caridad; mas antes de salir repitió, como de costumbre, cuatrocientas veces la lección, y sin embargo, el alumno no la aprendió. ¿A qué se debe, hijo mío, le preguntó a su torpe discípulo, que esta vez mis repeticiones hayan sido inútiles?.

El muchacho, cándidamente, contestó: Maestro, mi pensamiento estaba muy preocupado por los requerimientos que se te hacen para cumplir el deber de otra persona. Y Rabí Perida le dijo: bien, pues entonces, empecemos de nuevo. Y le volvió a repetir otras cuatrocientas veces la lección. (Eruvín 54b.)

Ni nadie que esté metido en los negocios puede adquirir sabiduría.

Bueno es que la persona, trabaje y estudie Torá, pero si se involucra demasiado en los negocios, no podrá llegar a un alto nivel espiritual.

Y ya dijeron los sabios: quien aumenta sus bienes, aumenta su preocupación (Avot 2:7)

Y la preocupación, desvía la atención de las personas y su mente no se concentrará en el estudio de la Torá.

En el lugar que no haya hombres, esfuérzate en ser hombre:

“Odia el señorío” (1:10), así nos enseña Shemaia, no hay que correr tras las bancas y honores que trae el trabajo comunitario, porque en esa labor, hay más pérdida que ganancia, preguntan los sabios, ¿porque murió Iosef, antes que sus hermanos? Porque era Virrey de Egipto, se ocupó del país y también de sus hermanos, y… el trabajo comunitario entierra a los dirigentes (Avot de Rabí Nathan).

Bien harán las personas que dejen a otros ocuparse de la comunidad, pero, si no hay hombres, personas apropiadas para dirigir en el plano espiritual, o comunitario, esfuérzate, en ser hombre, y toma la responsabilidad de ocupar el puesto de dirigente.

Si no lo haces, no seréis juzgados como modesto y humilde, sino como pecador, porque no cumples la misión que debes cumplir



MISHNA 6

6. También él vio un cráneo que flotaba sobre la faz de las aguas y le dijo: por haber ahogado (a ciertas personas) otras, te ahogaron a ti, y al fin de cuenta, quienes te ahogaron serán ahogados.

El mal no queda impune. Hilel nos enseña que todo el que hace mal a su prójimo, recibirá su castigo, no hay coincidencias, todo está dirigido por la Divina Providencia.

También él vio un cráneo que flotaba sobre la faz de las aguas

Parece ser que Hilel conocía a la persona que su cráneo flotaba sobre las aguas, si la persona se hubiese ahogado por causa de una desgracia, el cráneo no se separaría del cuerpo, como la cabeza estaba separada del cuerpo, comprendió que fue asesinado y la cabeza fue tirada al agua (Rabí Shimshon Rafael Hirsk)

Y le dijo: Por haber ahogado (a ciertas personas), otras te ahogaron a ti.

Tu fuiste, dijo Hilel, un malvado, robasteis y asesinasteis a gente, fuisteis cruel con ellos, y los ahogasteis, para borrar las huellas de tu maldad, pero lo mismo que hicisteis, recibirás el castigo será del mismo orden que el pecado.

En el Tanaj (Biblia) encontramos varios ejemplos:

Shimshon (Sansón) corrió tras sus ojos (a Dalila), por eso los filisteos se los arrancaron

Abshalom, hijo del Rey David, se enorgullecía por su cabello, al final fue colgado de ellos (Tratado de Sotá 9: 2)

Hamán quiso colgar a Mordejai, el mismo fue colgado.

Los egipcios que ahogaron a los niños hebreos en las aguas del río Nilo, fueron consumidos por las aguas (Idem 11:1)

Así dijo Hilel: Y al fin de cuenta quienes te ahogaron, serán ahogados.

Como dice el Rey Salomón en Mishle (Proverbios)

“Aquel que cava el hoyo, caerá en él, y el que hace rodar la piedra, sobre el mismo volverá”.

MISHNA 7

7. También solía decir: a más carne más gusanos; quien aumenta sus bienes, aumenta su preocupación, a más mujeres, más sortilegios, a mayor número de siervas, más libertinaje, y a más siervos, más robos. Cuantos más (se practica) la Torá, más se vive; a más escuelas, más ciencia, a más opiniones más comprensión. Cuanta más caridad, hay más paz, quien logra tener una buena reputación, logra para sí, quien asimila las palabras de la Torá, adquiere vida en el mundo por venir

Hilel nos enseña que debemos concentrar y regular nuestra vida en este mundo en todo lo concerniente a la Torá, las buenas maneras y los preceptos, con respecto a los asuntos mundanos debemos manejarlos de acuerdo a nuestras necesidades primordiales, y ésta con tacto, propiedad y mesura, y si exageramos, entraremos en graves problemas.

A más carne, más robos

El orden de ésta Mishná, sigue un proceso natural: Al principio la persona se arregla y adorna, come, bebe, ingiere carne y parecidos, después se ocupa en aumentar sus bienes, muchas veces por intermedio de negocios ilícitos, después de haber llegado a un alto nivel económico, ve que posee suficiente dinero para alimentar a otras mujeres, al hacerlo, ve la necesidad de darles sirvientas para que la sirvan más número de siervos, y como tiene mucha gente en la casa (mujeres, niños y siervas) necesita campos y viñedos para alimentarlos y darles de beber, entonces, necesita más siervos para trabajar, por esa razón la mishna está escrita en ese órden (según Rabí Ovadía de Bartenura).

A más carne, más gusanos:

Quien se alimenta con gran cantidad de carne, al morir, su cuerpo se llenará de gusanos.

Aquellas que abusan de las comidas, sufrirán de enfermedades, (Bina leitim – Pinjas Kehati)

Quien aumenta sus bienes, aumenta su preocupación:

Todo aquel que reúne bienes, dinero y otra clase de inversiones, no deja de preocuparse por ellos, por temor a que se los roben.

¡Podríamos preguntar, como es que Hilel asevera que el que aumenta sus bienes, aumenta su preocupación, parecería ser lo contrario, que la riqueza termina con los problemas del ser humano!.

Rabí Eleazar Plekesh, en su libro (Olat – Ajodesh, 1 – artículo 145) afirma que Hilel tiene razón en su sentencia y nos da un ejemplo: aquel que tiene 5.000 pesos, se preocupa por tener otra suma igual, lo mismo que el que tiene 100 quiere 200, porque no hay persona que muera, y haya conseguido la mitad de lo que deseaba quien aumenta sus bienes aumenta su preocupación.

A más mujeres, más sortilegios

Si tiene dos mujeres, una hace brujerías y sortilegios, para que odie a la otra, y la quiera a ella (Baal Haturim, en su comentario a Devarim 21:15)

En el Tanaj encontramos que cuando una persona tenía dos mujeres, no abundaba la paz en el hogar. Dos mujeres en la casa, riñas y peleas en la casa (Tanjuma). “Tomó para el Lemej dos mujeres” (4 Breshit 4:19). Por haber esposado Lemej a dos mujeres, y estas se peleaban; dijo: ¿En que pequé, por no tener paz en mi hogar? (Rabí I. Kimji), conocemos otros ejemplos bíblicos: Sara y Hagar, Rajel y Lea Jana y Pnina, las mujeres de Elkaná, el padre del profeta Shmuel.

A mayor número de siervas, más libertinaje: Las siervas de esa época, no se distinguían por su recato y modestia, y estas querían mejorar su situación, por todos los medios para atraer a sus amos, y separarlos de sus esposas e hijos.

A más siervos, más robos: La mayoría de los esclavos, no se preocupaban por las necesidades de sus amos, sino hacían lo imposible para robar sus pertenencias (Rabino Hertz).

Pero cuanto más se practica la Torá, más se vive. A más Torá, más paz

¿Porque razón trajo la Mishná, dos temas tan opuestos? Uno, la cultura materialista, y el otro la práctica de la Torá

Porque la luz será reconocida al despejar la oscuridad (Rabí Iosef Iaabetz). Como la luz de una lámpara es más fuerte de noche que de día, así el estudio de la Torá llevado a la práctica diaria, sobresale y se distingue en el entorno de la vida carente de valores espirituales.

Cuanto más Torá, más se vive:

El conocimiento de la Torá, no es igual al de las otras materias, sino la compenetración y profundización de la vida misma.

Todo aquel, que se concentra en su cumplimiento, y logra pulir sus cualidades y conducta, vive más en el amplio sentido de la palabra. Y así expresa el Rey Salomón en sus Proverbios: (Mishle): “Es un árbol de vida, para los que se aferren a ella, y feliz es quien se aferra fuertemente a ella” (3:18). Y así leemos en el (Tratado de Rosh Hashaná: 18:1) Los Rabinos han enseñado: había en Jerusalem una familia cuyos miembros solían morir a los dieciocho años, Raban Iojanan ben Zakay adivinó que eran descendientes de Eli, del cual está escrito que todos sus descendientes morirían en la flor de la edad, y por ello les aconsejó que se dedicaran a estudiar la Torá, como único medio de neutralizar la maldición. Obraron según el consejo del Rabino y entonces sus vidas se prolongaron.

A más escuela, más ciencia

Cuando uno más estudia adquirirá más conocimientos, tanto el alumno, como el maestro, deben continuar perfeccionando sus conocimientos, porque al hacerlo sabrá como comportarse en la vida. Y así dijo Rabí: Mucho aprendí de mis maestros, más de mis amigos, pero de mis alumnos aprendí mucho más (Taanit 7:1)

A más opiniones, más comprensión:

Aquel que se aconseja con otros, aprende de ellos, y así sabe mejor como conducirse, vemos que Presidentes de estados tienen sus asesores y así dijeron nuestros sabios: Todo gobierno que no tiene consejeros, no se considera gobierno, de donde aprendemos del Rey David y así leemos y Iehonatan, tío de David, era consejero, hombre de entendimiento y secretario (Debré Haiamim, 1-27:32), si el reinado de David tuvo consejeros (tomemos en cuenta que el Rey David era sabio e inteligente) las otras personas deberán tener sus consejeros como está escrito: El que escucha consejos, es un sabio (Mishle 12:15) y en la muchedumbre de los consejos hay victoria (Idem 24:6)

Cuanto más caridad hay, más paz hay:

Los pobres envidian a los ricos, pero al dar el rico caridad a los dirigentes, estos los aman, aprecian y viven en paz (Rabí Iona de Gerondi)

Dijo Rabí Iehuda hijo de Rabí Maimón: El pobre está sentado y se queja “Por que soy peor que fulano (el rico), él duerme sobre una cama, y yo sobre el suelo, fulano en su casa, y yo en el camino, y tu fuiste y le ayudaste con tu caridad, te aconsejo que lo reconoceré, como si hubieses hecho las paces entre él y yo (Midrash Rabá, Vaikra, 34).

Quien logra tener una buena reputación, logra para sí.

El estudio de la Torá, y la conducta según sus principios, dan a la persona, una buena reputación y un mejor nombre en vida y después de muerto, y nuevamente leemos en Mishle (Proverbios) del Rey Salomón: Si logró un buen nombre, es para el mismo (9:12). El buen nombre, es de más estima que las grandes riquezas (22:1).

Ven y fíjate la importancia de una buena reputación, aunque la persona posea mil ducados de oro, pero no tiene buena reputación no logró nada (Midrash Mishle 22)

Quien asimila las palabras de la Torá, adquiere vida en el mundo por venir:

Aquel que logró que la Torá sea parte intrínseca de su personalidad, y dirige su vida según sus enseñanzas, vive una vida de verdad, y adquiere su parte en el mundo por venir. Y así nos transmiten los sabios en (Peá 1).

Estas son las cosas para las que no está prescrito límite el remate del predio, los primeros frutos, las ofrendas de peregrinación, la práctica de la bondad y el estudio de la Torá. Estas son las cosas de cuyos frutos el hombre goza en este mundo, mientras lo principal le queda para el venidero: honor al padre y a la madre, practicar la bondad, temprana asistencia a la casa de estudio de mañana y de tarde, la hospitalidad para los extranjeros, la visita a los enfermos, dotar a la novia, dar sepultura a los muertos, la devoción en la plegaria y el hacer la paz entre semejantes; pero el estudio de la Torá supera a todas ellas.

En el futuro traerá el Santo bendito sea, un rollo de la Torá y dirá: El que se ocupó de la Torá, que venga a cobrar su recompensa. (Avodá Zará 2:1) Y así nos prometen nuestros sabios: Todo aquel que viene a la sinagoga, y escucha las palabras de la Torá, ameritará en sentarse entre los sabios en el mundo por venir (Olam-haba) (Midrash Rabá Devarim 7).

MISHNA 8

8. Rabí Iojanan Ben Zakai recibió de Hilel y de Shamay. Solía decir: Enumera sus cualidades (del siguiente modo): Rabí Eliezer ben Hurkanos es una cisterna encalada que no pierde gota; Rabí Ieoshua ben Jananiá dichoso es su nacimiento, Rabí Yosi Hacohen, es el piadoso, Rabí Shimon ben Netanel, teme al pecado, y Rabí Eleazar ben Araj, es como manantial que (siempre) va en aumento.

Él solía decir: Si todos los sabios de Israel fueran colocados en un platillo de la balanza y Eliezer ben Hurkenus en el segundo platillo, pesaría más que todos ellos.

Aba Shaul dice, en nombre de él si colocaran a todos los sabios de Israel en un platillo de balanza y a Eliezer ben Hurkenus con ellos y a Eleazar ben Araj en el segundo platillo; éste pesaría más que todos ellos (juntos).

Raban Iojanan ben Zakai recibió (la Torá) de Hilel y de Shamay

Hilel, aparte de lo que hizo en general para elevar el brillo de la Torá entre el pueblo, transmitió sus enseñanzas a 80 alumnos. Treinta de ellos eran merecedores que la Shejina descanse sobre ellos como Moshé Rabenu, treinta eran merecedores que el sol se detenga igual que como lo hizo para Ieoshua Ben Num y los 20 restantes eran mediocres. El mejor alumno fue Ionatán Ben Uziel y el menor fue Rabí Iojanan Ben Zakai. (Sucá 28:1).

Los sabios testimoniaron sobre Iojanan Ben Zakai que, aparte de sus grandes conocimientos en Mikrá, Mishná, Guemara, Halajot, Agadot y todos los rincones de la Torá, era un gran conocedor de ciencias referidas a los diablos, fantasmas, vida ultraterrena y otras cosas.

Él solía decir: Si estudiaste mucho Torá no te creas merecedor de agradecimiento ya que (precisamente) para esto fuiste creado.

Aunque el estudio de la Torá es digno de todo el aprecio, el sabio no se alabará por sus conocimientos, no dirá, yo estudié tales y tales cosas, y por esa razón deberán honrarme (Rashi) ya que para esto fuiste creado, para estudiar Torá, como leemos en el libro de (Ieoshua 1:8) “no se aparte de tu boca este libro de la Torá, medita en él de día y de noche”, y aquel que cumple con su deber, no deberá esperar que lo recompensen.

Para esto fuiste creado, Para esto viniste al mundo como está escrito. Hubo tarde, hubo mañana, el sexto día (1:31), sobre lo cual explica Rashi: de éste versículo aprendemos que el Santo bendito sea, puso una condición a las hechuras del génesis: que todo pende y depende de Israel, si recibirán la Torá, bien, si no, se volverá desierta y huera. Al estudiar Torá, cumplimos con nuestro deber y no solamente debemos estudiar Torá, sino que al tener conocimiento de ella, debemos enseñarla a otras personas y así se expresan los sabios. Aquel que estudia Torá, y no la enseña se parece a un mirto en el desierto ¿quien podrá tener satisfacción de su fragancia? – (Rosh Hashaná 23:1).

Con respecto al estudio que puede alimentar el ego de los eruditos de la Torá, leamos lo que escribe Rabí Moshé Jaim Lutzato (Ramjal) en su libro la Senda de los Justos (c.22) en su explicación a nuestra Mishná.

La sabiduría es el principal medio que conduce al hombre a la soberbia y el orgullo por cuanto es una virtud en el hombre mismo y en la parte superior de él o sea su mente.

Pero no existe ningún sabio que no se equivoque y que no necesite aprender de sus semejantes, y en muchas ocasiones aún de sus alumnos: Siendo así entonces, ¿cómo puede vanagloriarse con su sabiduría? Pero quien posea un entendimiento correcto, aunque haya sido merecedor de una gran sabiduría, verdaderamente descollante, cuando analice y medite verá que no existe lugar para el orgullo o la superioridad. Pues quien posea sabiduría y sepa más que los demás, no realiza sino lo que su propia naturaleza lo induce a realizar; como el ave que se eleva para volar, pues esa es su naturaleza; El buey jala con fuerza, porque es su ley. De la misma manera el que es sabio, puesto que su naturaleza lo conduce a ello.

En tanto que el que actualmente no es inteligente como él, si hubiera tenido su misma capacidad hubiera sido inteligente como él, entonces no tiene porque enorgullecerse o vanagloriarse. Si no por el contrario, si posee una gran sabiduría deberá transmitirla a los demás que también la necesitan.

Como lo explicó Raban Iojanan ben Zakai: “Si estudiaste mucha Torá no te vanaglories, pues para ello fuiste creado” (T. Rabí Princ. 2-9). Si es rico, deberá alegrarse con su parte, ayudando a quien lo necesite. Si es fuerte deberá ayudar a los que fracasan y salvar a los oprimidos. ¿A qué se compara esto?, a los sirvientes de la casa, a los que se les ha designado a cada uno una tarea específica y deberán mantenerse en sus puestos cumpliendo sus órdenes, para completar los quehaceres de la casa y sus necesidades, y no hay lugar para ninguna jactancia.

Cinco discípulos tenía Rabí Iojanan ben Zakai:

Muchos de los Rabinos preguntan: ¿Acaso tenía solo cinco alumnos? y su Yeshivá (casa de estudios) llevaba el nombre de Yavne vejajamea, ¡Yavne y sus sabios!

Pero para entender la Mishná debemos definir la palabra “discípulo, en hebreo, Talmid”

¿A quien se considera un discípulo? O ¿qué requisitos debe llenar una persona para considerarse como tal?

“Talmid”, discípulo, es aquel se anula ante sus maestros y que la opinión de su maestro, será la suya, y según sus indicaciones, se conducirá en todos los ámbitos de su vida.

La Mishná dice: “Cinco discípulos tenía Rabí Iojanan ben Zakay, estudiantes y sabios de la Torá no faltaban en Yavne, pero “Talmidim”, discípulos que están atentos a cada momento de las enseñanzas de su Rabí y cumplían sus enseñanzas, había solamente cinco.

Que eran: Rabí Eliezer ben Hurkanos, Rabí Ieoshua ben Jananiá, Rabí Iosi Hacohen, Rabí Shimon ben Netanel y Rabí Eliezer ben Araj. Él enumeraba sus cualidades. Rabí Eliezer ben Hurkenus: es una cisterna encalada, que no pierde gota.

Cuando pisaban las uvas, que se encontraban en una cisterna, para hacer vino, usaban embetunarla, para que no filtre el vino y salga del pozo o la cisterna, ese ejemplo era el adecuado para definir a Rabí Eliezer ben Hurkenus, quien poseía una memoria privilegiada, y lo que aprendía lo asimilaba, y no lo olvidaba como cita el Talmud: No perdía Rabí Eliezer ninguna de las enseñanzas que adquiría y aseguraron que Rabí Eliezer no olvidó ninguna de las enseñanzas (de sus Rabinos) (Sucá 27:2)

Podríamos preguntar la memoria, es un regalo del Cielo, o se adquiere a fuerza de trabajo y ejercitación.

Recordamos algo que nos deja una gran impresión, o que ansiamos verlo o conseguirlo, conque a cada momento podemos comprobar, Rabí Eliezer quien quería estudiar y ampliar sus conocimientos, y cada palabra de la Torá era para él el agua como lo es para el hombre sediento que deambula por el desierto, no se olvidó nada de lo que estudiaba como el vino en una cisterna encalada demostrando su amor por la Torá, y eso lo logró por empeñarse a todo momento en el conocimiento de las enseñanzas sagradas.

Rabí Jananiá dichoso es quien le dio a luz: Bendita su madre que ameritó tener un hijo como ese que era conocedor de la Torá, y consejero del gobierno, y yo escuché que la razón por la cual bendicen a su madre es que fue ella que lo convirtió en sabio (Rashi).

Cuando era recién nacido lo llevaba al “Bet-Hamidrash” (casa de estudios) para que se acostumbre a escuchar las enseñanzas de la Torá (Ierushalmi Iebamot 1:6).

Fue su madre que invirtió en su educación, para que tenga éxito en sus estudios y llegue a los altos niveles de conocimientos y temor a HaShem, Rabí Jananiá, ocupó su lugar gracias a la entrega sin límites de su madre Rabí Iojanan ben Zakai, así lo entendió, por eso dijo: “Dichoso es quien le dio a luz Rabí – Iosi Hacohen, es el piadoso”.

En la terminología Talmúdica las leyes de la Torá, son denominadas “Shurat hadin”, la línea del derecho, el comportamiento de la persona que hace más de lo escrito en el libro de leyes se conoce por “Lifnim mishurat hadín” – más allá de la ley.

Esa persona es conocida con el nombre de “Jasid”, piadoso, virtuoso, así era Iosi Hacohen.

Rabí Shimón ben Netanel, temeroso de (HaShem) pecar

Era meticuloso en el cuidado de los mitzvot, por temor de entrar en el pecado.

Pregunta Rabí Abraham Danzig en su libro “Zijrú Torat Moshé”:

¿Acaso los otros alumnos de Raban Iojanan ben Zakai, no eran temerosos de HaShem hasta que tuvo que acentuar especialmente el temor de HaShem de Rabí Shimon ben Netanel?.

Y contesta que hay dos clases de temor Todos los hebreos son considerados temerosos de HaShem Cuando se encuentran frente a una situación que los puede llevar pecar, se alejan de ella por ser “temerosos de HaShem”, pero aquel que teme de llegar a pecar está a un nivel superior, porque cuando está ocupado en cosas triviales, como el comer y el beber, o cumple alguna mitzva esta atento, para no pecar, y ve siempre un paso más adelante.

Leamos lo que escribe Rabí Moshé Jaim Lutzato, (Ramjal) en (La senda de los justos, capítulo 24).

De presentársele algún pecado y lo reconoce como tal, lo abandona, y no lo realiza para no hacer algo en contra del Honor del Señor

Pero el temor al pecado se manifiesta en todo momento y a toda hora, pues a cada minuto temerá el hombre sucumbir ante la trasgresión. Y por lo tanto se denomina temor al pecado, pues se fundamenta en temerlo, para que el pecado no se introduzca o se mezcle en sus actos, ya sea por descuido, negligencia u olvido de cualquier manera que sea.

Y sobre esto está dicho: “Dichoso el hombre que teme siempre” (Prov. 28), y comentaron nuestros Sabios que se refiere a cuestiones de Torá. Pues aún en los momentos en que no vea el obstáculo frente a sus ojos, debe temer por si encuentra escondido a sus pies y él no está atento, sobre este temor dijo nuestro maestro Moisés: “Para que Su temor esté sobre vuestro rostro, y no pequéis”. (Ex. 20). Pues esto es lo fundamental del temor, que el hombre tema y tiemble constantemente, hasta que no se aparte nunca de él este temor, pues sólo de esta manera no cometerá ningún pecado; y si lo comete como accidente le será considerado. Y así dijo Isaías en su profecía: “Y a él miraré, al humilde y sumiso de espíritu, que tiembla de mi palabra” (Isaias 66). Y el rey David fue elogiado en esto: “Príncipes me han perseguido sin causa. Pero ante Tus palabras tembló mi corazón” (Salmos 119). Y así encontramos que los ángeles, majestuosos y exaltados, se apabullan y tiemblan ante la Majestuosidad del Señor, hasta que dijeron nuestros Sabios en su profunda sabiduría: “¿De dónde proviene la corriente de fuego (Nahar Dinur)? del sudor de las criaturas sagradas” (Tratado de Jaguigá 13), y esto debido al temor que profesan constantemente, de omitir algo.

Este tipo de temor presenta dos aspectos: El primero corresponde al presente o al futuro, y el segundo, al pasado.

Con respecto al presente, debe el hombre preocuparse y temer por lo que realiza o sobre lo que va a realizar, si encuentra o si se mezclará algo que no esté de acuerdo con la Gloria del Señor, como ya lo mencioné.

En cuanto al pasado, el hombre debe meditar siempre sobre lo que ya hizo, y temerá y se preocupará por si salió de sus manos algún pecado inconscientemente. Así como Babá ben Botah ofrecía un sacrificio de culpabilidad en el Sagrado Templo diariamente (Tratado de Keritut 25). Y Job al culminar los días de banquetes de sus hijos, ofrecía de madrugada un holocausto por cada uno de sus hijos, pues decía: “Quizás pecaron mis hijos …” (Job 1). Y dijeron nuestros Sabios sobre Moisés y Aharon, respecto al óleo de la unción con el cual ungió nuestro Maestro a su hermano, pues está dicho en él (el óleo): “Sobre el cuerpo de un hombre no se ungirá”, y a Aharón le fue ordenado que se ungiera con él; por lo tanto temían haber profanado el óleo al utilizarlo en forma incorrecta, y así se expresaron N.S.: “Sobre esto se preocupó Moshé y dijo: ¿Quizás profané el óleo sagrado de la unción?” (Tratado de Horaiot 12). Salió entonces un eco celestial que proclamó: “Como el buen unguento sobre la cabeza de Aharón, que desciende sobre la barba de Aharón como el rocío del Hermón” (Salmos 133), y así como el rocío no se profana, el óleo de la unción de la barba de Aharon no está profanado. Pero aún Aharon estaba preocupado, por si Moisés no hubiese profanado y él sí. Y surgió una voz Celestial y le dijo: “Cuan bueno y placentero es que habiten los hermanos juntos”, así como Moshé no ha profanado tampoco tú.

He aquí la virtud de los devotos, que aún por un precepto cumplido se preocupaban y decían: quizás se ha mezclado en ellos una partícula impura.

Rabí Eliezer ben Araj es como manantial que siempre va en aumento.

Era inteligente, profundo, entendía perfectamente las enseñanzas de su Rabí y agregaba más y más elementos de compresión a lo tratado, como las aguas del manantial que no dejan de fluir.

Rabí Eliezer ben Hurkenus no poseía la agudeza mental de Rabí Eliezer (Rashi).

El primero recordaba todo lo que estudió, y el segundo como un manantial siempre aumentaba sus conocimientos.

Él solía decir: si todos los sabios de Israel fueran colocados en un platillo de la balanza y Eliezer ben Horkenus en el segundo platillo, pesaría más que todos.

El tema es importante; que es mejor para el estudio de la Torá, la memoria o el entendimiento, Rabí Eliezer por un lado, dueño de una memoria prodigiosa, conocedor de todas las materias de la Torá, y Rabí Eleazar, dueño de una mente privilegiada entendía las enseñanzas en su profundidad.

Rabí Iojanan ben Zakai piensa que la cualidad de Rabí Eliezer ben Hurkenus es de mayor importante que las cualidades de todos sus alumnos, porque según él, la memoria es el elemento más importante del estudio.

Aba Shaul, que vivió dos generaciones después de Raban Iojanan ben Zakai, dijo en el nombre de éste último que no la memoria, es la cualidad más importante, si no la agudeza mental del estudioso, y por esa razón, Eleazar ben Araj es el más importante de los alumnos, y de Rabí Eliezer también.

No sabemos cuál fue la idea exacta de Raban Iojanan ben Zakai, hay Rabinos (Rabí Ovadia de Bartenura y Rabí Iona de Gerondi) que opinan que Raban Iojanan encontró que las dos cualidades, la memoria y la agudeza mental son importantes para el estudio, hay veces que una es más importante que la otra.

MISHNA 9

9. Les dijo: Salid y ved cual es el mejor camino que debe seguir el hombre: buen ojo.

Rabí Eliezer dice: Rabí Ieoshua dice: un buen amigo, Rabí Iose dice: un buen vecino, Rabí Shimón dice: prever el futuro, Rabí Eleazar dice: un buen corazón.

Les contesto (Raban Iojanan ben Zakai) prefiero las palabras de Eleazar ben Araj a las vuestras, ya que en sus palabras están incluidas las vuestras.

(A continuación) les dijo: Salid y ved cual es el peor camino del que debe alejarse el hombre. Rabí Eliezer dice el mal ojo, Rabí Ieoshua dice: un mal amigo, Rabí Iose dice: un mal vecino, Rabí Shimón dice: el que toma prestado y no-paga, pués quien toma prestado de un hombre, es como si tomara prestado del Señor, según está escrito: el malvado toma prestado y no paga, mientras que el justo se compadece y dá (Tehilim 37:21): Rabí Eleazar dice: un mal corazón.

(Entonces Raban Iojanan) dijo: más me agradan las palabras de Eleazar ben Araj que las vuestras, porque sus palabras incluyen las vuestras.

Les dijo, Rabí Iojanan,

Muchas son las buenas cualidades que el hombre tiene que seguir, pero Raban Iojanan ben Zakai preguntó a sus alumnos cual es la cualidad más importante a la cual se pegará y por su intermedio alcanzará todas las otras buenas e importantes cualidades (Rabino Iona de Gerondi)

Rabí Eliezer dice: el buen ojo:

Se contenta con lo que tiene, no pide demás y no toma envidia cuando ve que sus amigos tiene más que él ( Rabí Ovadia de Bartenura)

Rabí Ieoshua dice: un buen amigo:

Ha de tratar de comprar un amigo, para leer, estudiar como con él, y para contarle sus secretos (Sifrí)

El Rey Salomón nos aconseja: El amigo ama en todo tiempo (17:17) y si lo es no lo abandonará en la adversidad (Rabí Levy ben Gershom)

El ser humano acostumbra a culpar a todos, menos a sí mismo a sus amigos en especial. Si ellos se hubiesen comportado bien conmigo, yo también, nuestra sagrada Torá y nuestros sabios opinan lo contrario.

Sé tú un buen amigo, trata que sea tú a la que te quieren y estimen.

¡Así llegarás a amar a todo el mundo!.

Rabí Iose dice: un buen vecino.

Un buen vecino es mejor que un buen amigo porque su vecino le ve a cada momento en el día y en la noche, y de él aprende ( Rashi).

Un alumno se dirigió a Rabí Meir Jadash, pidiéndole que le aconseje como debe actuar en la ciudad que habría de habitar

“La persona que pasa a vivir a un nuevo lugar piensa naturalmente sobre su persona, como se arreglará en su nuevo vecindario que podrá recibir y otros. Pero a decir verdad debería pensar como podrá el beneficiar a sus nuevos vecinos. Con respecto a Iaakov en su entrada a la ciudad de Shjem leemos. Llegó Iaakov en paz a la ciudad de Shjem… y acampó ante la ciudad (Breshit 33:18) Dicen nuestros Sabios les hizo una moneda, Rabí Iehuda dice: “Casas de baño les construyó″ “Formó negocios y les vendió barato”, porque una persona debe agradecer a quien le hizo favores (Ialkut Shimoni).

¿Por quien se preocupó nuestro patriarca Iaakov?, preguntó Rabí Meir Jadash, ¡por cananeos, idolatras!

Pero esta era su obligación; pensar por los otros, por sus nuevos vecinos, No importa quienes son, pensará no solamente por el beneficio espiritual que les puede otorgar, sino también por cosas materiales, como bien hizo Iaakov nuestro patriarca.

Rabí Shimon dice: prever el futuro:

Que analiza los hechos, y piensa muy bien antes de hacer un paso, sabiendo medir las consecuencias de cada movimiento que está por realizar, así no cometerá errores que podrían ser irreparables.

Rabí Iehuda Leib Jasman en su libro Or Iael (3, Pág. 136) analiza la sentencia de Rabí Shimon el que prevé el futuro, el que prevé, y no el que sabe y lo conoce.

Todo ser humano explica el Rabino, conoce cual será su futuro, la muerte, y a pesar de eso su conducta es vana, huera y sin razón como leemos en el libro de (Melajim 2 – Reyes c. l7:15) y anduvieron tras la vanidad, y se hicieron vanos.

¿A que se debe la conducta de la mayoría de las personas?

Aunque tienen conciencia que los espera la muerte, no la visualizan. El intelecto capta el fin del camino, pero el corazón lo ignora, por esa razón los seres humanos se hunden en el escenario de las vanidades como bien lo explica el Rey David en el Tehilim (Salmos 49:l2) “Su intimo pensamiento es que sus casas serán eternas, sus habitaciones hasta la postrera generación.

El sabio se comporta de distinta manera sabe cual será su fin, pero lo ve, siente y lo palpa como algo real y entonces su camino es honesto, recto y correcto aquel que visualiza su muerte, sabe también que al final de sus días deberá rendir cuentas por sus actos al Creador entonces es para el claro y nítido que debe dejar las vanidades mundanas y ocuparse de aquellas cosas que son importantes.

Si una persona quiere saber a que grupo pertenece al de los que saben el futuro o al de aquellos que los visualizan concretamente, nos aconseja el Rab. Jasman, deber medir sus “Ir-at – Shamaim” (Temor a HaShem) cuanto más respeto a HaShem tendrá mas se elevará su sabiduría y verá su futuro con más precisión.

Rabí Eleazar dice: un buen corazón

La persona que posee un buen corazón se destaca por ser paciente, no irascible, contesta amablemente, aunque le acosan para hacerle mal, no reaccionará a gritos, y saldrán de su boca solo palabras dulces y comprensivas. (Rabí Iona de Gerondi).

He aquí el relato sobre la paciencia de Hilel.

La paciencia de Hilel

Los Rabinos han enseñado: el hombre debe ser siempre humilde como Hilel y no brusco y desabrido como Shamay. Dos hombres hicieron una apuesta: el que consiguiera sacar Hilel de sus casillas ganaría cuatrocientos zuz.

Ocurría esto en víspera del sábado. Mientras Hilel se estaba lavando los cabellos, uno de los dos hombres llamó a la puerta de su casa, diciendo: ¿está Hilel?, y Hilel se puso la capa y le preguntó: ¿Qué quieres, hijo mío? Tengo que preguntarte una cosa. ¡Pregúntala hijo mío! ¿Por qué los babilonios tienen la cabeza redonda? ¿Importante pregunta? Es debido a que no tienen comadronas hábiles.

El hombre se marchó; pero al cabo de un rato volvió a llamar a la puerta: ¿está Hilel? ¿Está Hilel? El Rabino tomó su capa, fue a su encuentro y le preguntó: ¿que quieres, hijo mío? Quiero preguntarte algo. Pregúntalo, hijo mío, ¿Por qué a los habitantes de Palmira les lloran los ojos? ¿Vaya pregunta? Porque moran en regiones arenosas.

El hombre se marchó, aguardó un poco y regresó por tercera vez.

¿Está Hilel? ¿Está Hilel?, decía. Y Hilel se puso la capa, se acercó a él y le preguntó: ¿qué deseas, hijo mío? Quiero hacerte una pregunta. Pues hazla ¿Por qué los africanos tienen los pies anchos?. ¡Importante pregunta!. Es debido a que habitan en regiones pantanosas. Tengo otras muchas preguntas que quisiera hacerte, pero como despertar tu indignación. Hilel dobló su capa, se sentó y le dijo: pregunta todo lo que quieras ¿Tú eres Hilel, al que la gente considera príncipe de Israel? Soy yo. Pues si eres tú, ¿ojalá no haya muchos como tú en Israel?. ¿Por qué, hijo mío? Porque me has hecho perder cuatrocientos zuz. Y Hilel le dijo: pues no te preocupes demasiado, pues volverías a perder otros cuatrocientos zuz por culpa de Hilel antes que verle salirse de sus casillas (Shabbat 30b-31a.)

Todas las cualidades de los seres humanos, tienen como base el corazón, si el corazón es bueno, todas las cualidades lo serán (Pinjas Kehati).

Prefiero las palabras de Eleazar Ben Araj a las vuestras, ya que en sus palabras están incluidas las vuestras.

Las palabras de Rabí Eleazar contienen los pensamientos de los otros Sabios, porque todo depende del corazón.

Odio y amor, nacen en el corazón, está escrito “No odiarás a tu hermano en tu corazón (Vaikra l9: l7) y amarás a HaShem tu HaShem con todo tu corazón (Devarim 6:5)

No hay envidia sino en el corazón: Y así está escrito: Porque el día de venganza estaba en mi corazón (Isheiahu 63:4)

La preocupación está en el corazón: Como dice el versículo: Si hay congoja en el corazón del hombre, deberá contarla (a otros) (Mishle l2: 25)

El dolor y el enojo residen en el corazón y así está escrito porque el hombre mira a los ojos, más el Señor mira al corazón (Shmuel /A / 16:7) – ( Otiot de Rabí Akiva – 30)

(A continuación) les dijo: Salid y ved, cual es el peor camino del que debe alejarse el hombre.

El hombre será considerado dueño de perfectas cualidades cuando rechace el mal, y elija el camino del bien, si no conoce el mal, puede y hará malas acciones sin saberlo.

Y así nos dice el Rey David en Tehilim (34:15) “Aléjate del mal y haz el bien”

Rabí Eliezer dice el mal ojo

Se refiere a aquel que se lleva de envidia por lo que tiene su compañero “Todo lo que tiene le parece poco, sin importancia, y piensa solamente en conseguir más y más bienes (Sefer Amaor)

Explicamos ya que “buen ojo” es lo contrario a lo anteriormente explicado ya que en el caso del “mal ojo” su corazón está lleno de codicia por lo que tienen los demás.

Mal amigo, mal vecino

Por todos los medios debemos alejarnos de las malas amistades, y de los malos vecinos.

Podríamos preguntar: Por que la Mishná enumera al mal vecino entre aquellos caminos de los cuales debemos alejarnos.

Que puede preocuparnos si tenemos un mal vecino

Rabí Ierujam de Mir en su libro “Daat Jojma y Musar” (2da. parte Pág. 14) nos explica que el mal es una realidad, algo que nos persigue dé tal manera que al encontrarse en nuestra vecindad nos será muy difícil echarlo de nuestro lado, lo mismo el mal ojo, el mal amigo, mal corazón, todo esto es una difícil realidad que se pega al ser humano, por eso debemos usar todas nuestras fuerzas para desligarnos de esa epidemia.

Y agrega el Rabino: Si pudiésemos cortar a pedazos el corazón del hombre malo, veríamos que está lleno de maldad, el profeta Habakuk lo define diciendo “porque la piedra clama (a HaShem) desde el muro, y la viga desde el maderaje le responde en coro (2:11), el mal es una realidad que se pega hasta en la madera y las piedras.

Y al contrario: El bien es también una realidad una realidad viviente, al acercarnos al “bien y sus derivados” veremos que pueden revivir a los muertos. Un buen hombre trae bendición, vida y medicina a su vecindad. Sobre Abraham nuestro patriarca, dice la Torá”:Serás una bendición (Breshit 12:2), el se convierte en una fuente de bendición.

Todo aquel que estaba en contacto con Abraham se bendecía, con solo mirar Abraham a los enfermos, éstos se curaban y dijeron los Sabios: Los viandantes y tripulantes de barcos, al recordar el nombre de Abraham nuestro patriarca, se salvaban de cualquier desgracia.

Rabí Shimon dice: El que toma prestado y no paga, pues quien toma prestado de un hombre es como si tomara prestado del Señor, según está escrito: el malvado toma prestado y no paga, mientras que el justo se compadece y dá (Tehilim 37:21)

Los bienes que tiene una persona, le fueron dados por HaShem si uno pide prestado de su amigo, resta de lo que dio el Eterno y si no devuelve lo prestado, como si obliga a HaShem a devolver al que le prestó lo que perdió.

Resulta que el que toma prestado, es como si tomara prestado del Señor, y si no devuelve lo prestado, quedará debiendo a HaShem (Rabí Ovadia de Bartenura).

Y así explica Rashi (Rabí Shlomo Itzjaki) el versículo de Tehilim el malvado toma prestado y no-paga, y el justo (HaShem) se compadece y da le devuelve lo perdido.

Rabí Eleazar dijo: un mal corazón como el buen corazón es la fuente de las buenas acciones, de la misma manera el mal corazón es la raíz de todos los males.

Dice el Rey Shlomo en Mishle (Proverbios) Más que toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque manan de él las manifestaciones de la vida ( 4:23), Porque todas las manifestaciones de la vida vienen del corazón (Metzudat David).

Entonces (Rabí Iojanan) dijo más me agradan las palabras de Eleazar ben Araj que las vuestras, porque sus palabras incluyen las vuestras.

Porque el hombre que posee mal corazón, su ojo también lo es (es envidioso, codicioso y avaro) y todos sus actos son malos y pervertidos y así leemos en la Torá y que no vayáis tras las codicias de los corazones y de vuestros ojos (Bamidbar 15:30), de acá aprendemos que los ojos van tras los corazones (Ialkut Shimoni).



MISHNA 10

10. Ellos dijeron tres cosas. Rabí Eliezer dice: Aprecia tanto la honra de tu prójimo como la tuya propia; no te irrites con facilidad y arrepiéntete un día antes de tu muerte.

Caliéntate con la llama de los Sabios, pero sé prudente con las brasas no sea que te quemes. La mordedura de ellos, es la mordedura del zorro, su picadura, la picadura del escorpión, su silbido, el silbido de la serpiente venenosa, y todas sus palabras son como brasas de fuego.

Ellos dijeron tres cosas: Los alumnos de Raban Iojanan ben Zakai solían decir parábolas morales.

Rabí Eliezer dice: Aprecia tanto la honra de tu prójimo como la tuya propia.

De la misma manera, que una persona desea ser honrado así debe hacerlo con otro. Como no quieres ser despreciado, no lo seas con tu prójimo si ves que un compañero es ofendido, considérate tu mismo ofendido.

Si ves que tu amigo recibe honores, alégrate como si fueras tu mismo el que lo recibe.

No te irrites con facilidad.

El que se enoja, se equivoca (Sifrí, Matot).

No te enojes, y no pecarás (Berajot 29). Por tres cosas el hombre se hace conocer: por su copa, su bolsillo y su ira (Eruvin 65:12), cualquier hombre que se enfurezca, aún si es sabio, su sabiduría se aleja de él (Pesajim 66).

Cuéntale que el Saba (abuelo de Kalem) Rabí Simja Zisl Ziv se prometió que nunca iba a enojarse, si no vistiese primero un abrigo especial al cual llamaba el abrigo del enojo (Tnuat Hamusar, 2da. parte – 45).

Y arrepiéntete un día antes de tu muerte:

Rabí Eliezer dice: Arrepiéntete un día antes de tu muerte. Sus discípulos le preguntaron: ¿Acaso hay alguien que conozca el día de su muerte?

Les contestó: Por eso, precisamente, el hombre debe arrepentirse hoy, porque quizás mañana ya habrá muerto. Luego, todos los días de la vida del hombre deben dedicarse al arrepentimiento. (Shabbat153 a).

Rabí Iejezkel Landa autor de “Anoda-BiYehuda” (Discurso 20 Los diez días de arrepentimiento) pregunta:

¿Acaso puede alguien asegurar que hoy no se morirá? Nuestros Sabios, dice el Rabino no pretenden ámel entrar al ser humano con la muerte física, su intención es hacer que el hombre se preocupe para no morir en el “Olam-haba” (el mundo por venir) el cual es el tiempo de la “vida eterna” denominado “mañana“, como explicaron “hoy para observarlos” y mañana para recibir la recompensa.

Rabí Eliezer al decir “porque quizás mañana ya habrá muerto”, se refiere al mundo por venir – él “majar” (mañana) al preocuparse todos los días, por el “Olam-Haba”, estará haciendo “Teshuvá” (contrición).

Caliéntate con la llama de los Sabios, pero sé prudente con las brasas, no sea que te quemes.

Rabí Eliezer al hablar sobre la relación con los Sabios, dio como ejemplo a la persona que se calienta con el fuego.

Si estará sentado a distancia de él, se sentirá cobijado con su calor y usará de su luz.

Pero, si se acercará demasiado – se quemará, y en vez de serle útil lo dañará (Sefer Hamaor Rambam).

De la misma manera, deberás mantener una distancia respetuosa hacia los Sabios, porque si te acercas demasiado a ellos, podrás llegar a faltarles el respeto y entonces serás castigado.

Aquel que hace un desprecio a un sabio, no tiene cura para su enfermedad (Shabat – 119). La Mishná nos visualiza el castigo diciendo que ” la mordedura de ellos, es como la mordedura del zorro “ sus dientes finos y encorvados, y su mordedura es la peor de todas las otras ( Rashi), sus palabras se asemejan, a la picadura del escorpión, o a las brasas de fuego.

Las comparaciones de la Mishná, escribe Rabí Shalom Shbadrón en nombre de Rabí Jaim Zunenfeld son exactas.

La mordedura de ellos (de los Sabios) es como la mordedura del zorro: El zorro tiene dientes filosos y los hunde profundo en la carne así debemos tener conciencia de que aquel que haga enojar a los eruditos de la Torá, pueda dañarse como lo hace la mordedura del zorro.

Su picadura es como la picadura del escorpión:

Golpe más grave que la mordedura del zorro, porque este daña en el lugar mordido, pero el veneno mortal del escorpión se infiltra por todo el cuerpo.

Su silbido, el silbido de la serpiente: la picadura del escorpión es posible por contacto directo con la persona, pero la serpiente tira su veneno desde lejos.

Y el Tana finaliza diciendo: Y todas sus palabras son como brasas de fuego, debemos cuidarnos de no tergiversar las palabras de los Sabios, y de seguir sus consejos, porque sus palabras son como “brasas de fuego “

Seguro preguntarás, ¿qué brasas y fuego arde en los Sabios de la Torá que pueden llegar a quemarnos?. ¿De donde proviene esa brasa ardiente?.

En los Sabios de la Torá, reside la “Shejina”, (Divina Providencia), y esta es como “brasas de fuego” de la Santidad.

Al estudiar la Torá y observar sus preceptos, Israel se santifica y la “Shejina” reside en ellos. La grandeza del hombre reside en poder elevarse a un nivel superior y hacer descender la Divina Providencia de las alturas y hacer que se limite en los cuatro codos (espacio) de Torá.

Rabí Nathan Tzví Finkel el saba de Slobodka en su obra (Or Tzafun 2a. parte, Pág. 174-175 ) opina que en ese sentido las criaturas terrenales logran un nivel superior a los celestiales, porque estos preguntan “Aie mekom Kebodó” (donde está su honorabilidad) mientras que los terrenales por medio del estudio de la Torá y su cumplimiento pueden hacer que la Torá resida en sus cerebros y corazones.

En esta conducta se convierten en “objeto de Santidad” y como pueden irradiar santidad a sus allegados pueden convertirse también en brasas que arden y queman.

MISHNA 11

11. Rabí Ieoshua dice: la envidia (el mal ojo), la mala inclinación, y el odio de las criaturas expulsan al hombre del mundo.

Tres son las cosas, dice Rabí Ieoshua, que acortan la vida de una persona, la envidia trae a la codicia, quieres obtener lo que posee el prójimo y ésta al odio hablando de Itzjak, el patriarca, nos relata la Torá, y lo envidiaron los filisteos (Breshit 26:14) y al final y ustedes me odiaron a mí (Midrash Hagadol – Parshat Toldot)

La envidia: Un hombre envidioso, y otro lleno de codicia se encontraron en el camino, el rey de la comarca los encontró y les dijo: Si uno de ustedes me hará una petición, al otro le daré el doble.

El codicioso quería recibir el doble, por eso no quería ser el primero en presentar su pedido ante el rey y el segundo no quería hacerlo porque le envidiaba y no quería que fuese el que tomara la doble parte ofrecida por el rey.

Al final, el codicioso de marras obligó a su amigo que pida primero.

Entonces este pidió.. que le sacasen un ojo, para que a su amigo le saquen dos!!

Cuanta fuerza tiene la envidia.

La mala inclinación (Ietzer hará), Rabí Iehuda, el príncipe dijo: Les daré un ejemplo: el instinto del mal se asemeja a dos personas que entraron a una hostería. Uno de ellos fue hecho preso por robo (era un ladrón), le preguntaron ¿quien está contigo?, podía haber dicho nadie me acompañó, yo solo robé, pero se dijo, si yo seré muerto, que maten a mi compañero también.

Así dice el “Ietzer hará” (instinto del mal) como no tendré lugar en el mundo por venir (Olam Haba), haré que el cuerpo también lo pierda, induciéndolo a hacer malas acciones (Avot de Rabí Nathan 15).

El odio de las criaturas

El hombre que odia a sus semejantes, se alegra con las desgracias ajenas.

Por que fue destruido el Segundo Templo, por que había entre ellos un odio sin razón (Tratado de Ioma 9)

Expulsan al hombre de éste mundo

La envidia, la codicia y el odio hacen que el hombre esté siempre en un estado de constante ira, lo que finalmente hará estragos su salud física y morirá antes de tiempo (Sefer Hamaor Rambam). La persona que posee éstas malas cualidades será alejada de la sociedad terrenal y seguramente perderá su mundo venidero.



MISHNA 12

12. Aprecia el dinero de tu prójimo tanto como el tuyo, imponte (el deber de) estudiar la Torá, ya que no la has heredado; todas tus acciones sean hechas en honor del cielo (por amor al Señor).

Rabí Iosi, el Cohen, nos presenta tres objetivos, los cuales debemos lograr para ser mejores individuos, el primero que atañe al prójimo, el segundo a sí mismo, y el tercero, a su relación con HaShem.

Aprecia el dinero de tu prójimo tanto como el tuyo:

De la misma manera que una persona cuida su dinero y sus bienes personales, debe hacerlo con el dinero y pertenencias de su prójimo. Sobre este tema traeremos unos episodios ocurridos a Rabí Ieoshua ben Jananiá, conocido por sus sagaces e inteligentes respuestas, según nuestras fuentes sostenía discusiones con el emperador en Roma, y con los filósofos de Atenas que discutían en contra del Judaísmo y la Torá.

Rabí Ieoshua ben Jananiá cuenta que en el transcurso de su vida ninguno de sus colegas le pudo enseñar nada nuevo, pero en cambio aprendió cosas de una mujer, de una jovencita y de un niño.

En cierta ocasión fui a una posada a comer, y la comida era tan sabrosa que transgredí los buenos modos y me comí todo el contenido de los platos. Lo mismo me ocurrió al día siguiente. Pero el tercer día, la anfitriona me preparó un manjar que, después de haberlo probado, no pude comer a causa de la gran cantidad de sal que contenía, y por ello lo aparté a un lado. La buena mujer lo vio, se me acercó y quiso saber por qué había yo rechazado el guiso. No queriendo criticar sus dotes culinarias, le contesté: no tengo hambre; más ella me dijo: maestro, el hecho de que te comas el pan indica que tienes hambre; lo que ocurre es que la comida está muy salada. Evidentemente, me he excedido al echar demasiada sal; pero tú has transgedido dos veces los buenos modales, pues has comido todo, todo lo que contenían los platos.

En otra ocasión estaba yo atravesando un campo, que según todas las apariencias, era un camino público, cuando se me acercó una jovencita y me preguntó por qué había atravesado una propiedad privada. Yo le contesté: como el camino está muy trillado creí que era un camino público. Y la jovencita me dijo: es porque, del mismo modo que has hecho tú, muchas personas no tienen escrúpulos en atravesar por campos ajenos, y por eso está tan trillado.

Otra vez, me dirigía hacia una ciudad, y al llegar a un cruce de caminos no sabía por cuál tomar. Había allí un niño y le pregunté: niño, ¿cuál es el camino más corto para llegar a la ciudad?, y él me respondió, señalando a uno de ellos: éste es el más corto y el más largo; El otro es el más largo, pero el más corto. Creyendo que se trataba de una manera infantil de explicar las cosas, eché a andar por “el más corto y más largo”. Pronto llegué a los alrededores de la ciudad, y vi cuán cerca estaba, pero cuán difícil era penetrar en ella, porque había muchos jardines todos cercados por una alta valla. Me vi obligado a regresar, y al llegar al cruce hallé todavía al niño, y le pregunté por qué me había dicho que era el más corto. Y así sería; me contestó: Si no hubiera jardines que impidiera entrar en la ciudad. Precisamente por eso te dije que era el más corto, pero al mismo tiempo el más largo (Eruvín 53b). En éste texto nota que en el episodio ocurrido con la joven en el campo, el Rabino recibió una gran lección cuando le reprochó diciendo que él cometió el mismo pecado que los otros transeúntes al atravesar por los campos ajenos y no respetar el bien del propietario.

Imponte el (deber de) estudiar la Torá, que no las has heredado

Debes hacer lo necesario para adquirir los conocimientos de la Torá, limar tu carácter y cualidades, e invertir tu mente y tu tiempo en el estudio de la Torá. “No digas: mi padre fue un sabio y erudito de la Torá,” también yo lo seré, sin esforzarme demasiado ( Rashi) la Torá no se puede heredar de padre a hijo si quieres saber y adquirir conocimientos, esfuérzate y estudia.

¿Que relación hay entre “aprecia el dinero (las propiedades de tu prójimo como las tuyas” e- imponte el (deber de) estudiar la Torá ya que no la has heredado?.

Nos explica Rabí Shmuel Binamin Sofer, autor de Ketav Sofer, sobre la Torá. “Los preceptos entre el hombre y su semejante como el robo, son preceptos del intelecto”, aunque el pueblo de Israel no hubiese sido ordenado a observarlos lo hubiesen hecho porque todo ser que tiene uso de la razón comprende que robar o sus parecido no es un hecho positivo.

Los preceptos entre “hombre y HaShem”, son preceptos transmitidos y si no se nos hubiese ordenado no los observaríamos. Nunca nos hubiésemos imaginado que habríamos de observar el sábado y ponernos tefilín.

Las cosas naturales pueden ser heredadas de padre a hijo lo que no lo es, lo recibiremos por “transmisión”.

Cuando la Mishná habla aprecia el dinero de tu prójimo como el tuyo propio nos advierte que los preceptos entre el hombre y su semejante. Debes cuidar los bienes de los demás como el suyo propio, está sobreentendido que el robo y sus derivados están prohibidos. Esto es el prólogo, y el principio para la observancia de los preceptos entre “hombre y HaShem”, sobre estos podemos llegar a imponte el (deber de) estudiar la Torá ya que no las heredado, en el cual están en un nivel sobrenatural ya que si no hubiésemos sido ordenados por HaShem, nuestro intelecto humano, no los hubiese concebido.

Todas tus acciones sean hechas en honor del cielo (por amor al Señor)

Todos tus actos, aunque parezcan prosaicos, deberán hacerlos en honor del cielo, para cumplir la voluntad del Creador.

Dice el Rey Shlomo: En todos tus caminos ten presente a HaShem (Mishné 3:6), y así se expresa el Talmud: Expuso Bar Kapará: ¿Cuál es la sección pequeña de la cual dependen todas las partes de la Torá? En todos tus caminos ten presente a HaShem, y Él enderezará tus actos.

Dijo Raba: Incluso en caso de trasgresión, hay que utilizar el concepto también en caso de que una persona cometa un pecado, también entonces hay que estar en contacto con HaShem y no pensar que si ha cometido un sinfín de malas acciones ¿cómo puedo cumplir una mitzva?. Hemos de saber que una mitzva, hecha por nosotros puede ayudarnos a volver al buen camino, (Berajot 63:1).



MISHNA 13

13. Rabí Shimón dice: sé cuidadoso al recitar el “Shemá y las oraciones”

Cuando reces, no conviertas tu oración en una rutina, si no en una llamada a las misericordias y gracias del Señor, pues está escrito porque es clemente y misericordioso, tardo en airarse, muy misericordioso y Se arrepiente del mal, y no te consideres impío en tus propios ojos.

Rabí Shimon ben Netanél, viene a prevenirnos sobre la oración que sea efectuada en su tiempo y con plena concentración.

Rabí Shimon dice: Sé cuidadoso al recitar el Shemá y la oración.

Leerla en su hora (Rashi), como así las oraciones deberán ser en el tiempo preferido (Rabí Ovadia de Bartenura). Y así dijo Rabí Iojanan cuando el Santo bendito sea viene a la Sinagoga y no encuentra las diez personas, se enoja, y así está escrito “Por que vine, y no hay persona alguna, llamé y no hay quien me conteste (Isheiau 50:2), (Berajot 6:2).

De la misma manera que todos los alimentos son buenos para el hombre, pero el pan y el agua son necesarios y sin ellos no podría subsistir en éste mundo, también en los asuntos espirituales, la lectura del Shema y la oración, son el pan y el agua de los humanos (Iaabetz).

La lectura del “Shemá” significa el recibimiento del yugo celestial (ol maljut shamaim), sin éste no estamos ubicados en el nivel Israelí, de la misma manera hemos de referirnos sobre la oración.

La oración es una necesidad del ser humano, significa elevar nuestros ruegos y petitorio ante el Eterno. Dicen nuestros sabios del Talmud “quien goza cualquiera cosa de este mundo sin pronunciar una bendición”, es considerado un ladrón (Berajot 35:2), porque al gozar de éste mundo debemos de retribuir al Santo bendito Sea. ¿Y quien es el que puede pagar por todo lo que ha gozado?, solamente cuando está ante HaShem y pide Su merced y compasión demuestra que ha recibido “este mundo como regalo del Eterno”, y por eso tiene la esperanza de recibir recompensa por él cumplimiento de los preceptos. Pero si no es cuidadoso en su oración y esta en deuda en el pago del uso de este mundo aunque sea un estudioso de la Torá, no podrá cubrir la deuda con HaShem.

El Rabino Iejezkel Levinshtein en su libro (Or Iejezkel, 3 – 309) dice que al parecer la mayoría de nuestro pueblo no recitan el Shema y la oración como es debido. El primer versículo del Shema debe ser recitado con suma concentración (Cavaná), debemos pensar que el Santo bendito sea es omnisciente, es, fue y será y gobierna sobre los cuatro puntos cardinales.

Sin compenetrarnos en los temas de la fe, en la salida de Egipto estaremos lejos del camino. Nuestro corazón recibe múltiples influencias que nos alejan de nuestra identidad espiritual, y de una u otra manera se infiltran en nuestra mente, ideas contrarias a nuestra fe como leemos en la tercera parte del “Shema” y “no os desviaréis tras vuestros corazones y tras vuestros ojos” que son los deseos y las ideas contrarias a nuestra fe. Por eso el camino a seguir es rezar leyendo en el libro de oraciones y esforzarnos en la concentración, para poder así aunar mente y corazón al dirigirnos a HaShem en la Shema y la oración”.

Cuando reces no conviertas la oración en una rutina

No reces como si fuera una obligación impuesta como aquel que se agobia por un peso, y por todos los medios quiere deshacerse de él.

Y así dijeron los sabios “El que reza tiene que dirigir su corazón al cielo (Berajot 31:1)

Un Jazán (oficiante) trataba de elevar su voz en la oración, pero a pesar de muchas tratativas no lo logró, simplemente quedó ronco.

El Rabí Levy Itzjak de Berditchev, que estaba presente le preguntó ¿Qué le pasó a tu voz? Rezé frente al “Amud” (podium) contestó el oficiante y quedé ronco. Cierto, dijo el Rabí, el que reza frente al podium, pierde su voz, pero el que reza ante HaShem ¡su voz no se pierde!.

Si no en una llamada a las misericordias y gracias del Señor, pues está escrito: porque es clemente y misericordioso, tardó en airarse muy misericordioso y Se arrepiente del mal.

Existen tres clases de oraciones y todas están referidas en el versículo:

1) Que el Santo bendito sea, lo salve de penurias y desgracias, y aunque haya pecado, se tarde en airarse y que no lo castigue.

2) Que haga cumplir los deseos de su corazón aunque según sus actos no lo amerite, y aunque así sea, el Santo bendito sea, lo agracie con su merced.

3) Que HaShem le perdone por sus pecados, y Se arrepiente del mal que tendría que recibir

Todas estas oraciones no serán realizadas sino por que el Santo bendito sea es misericordioso, por esa razón hemos de elevar nuestras preces al Señor con humildad pidiéndole que nos tenga compasión (Tiferet Israel).

¿Cómo tenemos que rezar? Debemos concentrarnos en el significado de las oraciones, pronunciar cada palabra con el mismo ritmo que usamos para contar el dinero, lenta y pausadamente. La oración es un diálogo entre el hombre y su HaShem, y hablaremos con Él, como si estuviéramos hablando con nuestro padre, como le pedimos a él lo que necesitamos con un tono de voz silencioso y lleno de respeto, de la misma manera lo haremos con el Altísimo.

Hay quienes opinan que hablaremos con D-s durante la oración como un siervo lo hace con su amo, el rey. No olvidaremos que la oración es el momento más sublime, por lo tanto sería fatal perder una oportunidad tan preciosa. Cierto es que la concentración (Cavana) en la plegaria requiere una gran fuerza física, pero es un reto para el hombre en su relación con la divinidad.

Y no te consideres impío en tus propios ojos

No te consideres un malvado, porque si lo haces, cerrarás ante ti las puertas del arrepentimiento. Si tomas esa actitud, entrarás en depresión, porque pensarás que no te valdrá nada cumplir las mitzvot (preceptos) o elevar una plegaria ante HaShem, y ya habrá decidido que nada podrá ayudarte y así leemos en (Berajot 34:2) “El justo perfecto no puede ocupar el lugar de un penitente. Todos debemos darnos una segunda oportunidad en la vida, cada día que nace, nos da una nueva razón, para analizar nuestras acciones y quien sabe, puede que ese nuevo día tenga consigo la chispa que encienda nuestros corazones ya fríos por la frígida rutina, y que abra nuestros ojos cerrados para dirigirlos a HaShem, y poder reencontrarnos con nuestras raíces ancestrales.



MISHNA 14

14. Rabí Eleazar dice: Sé diligente en estudiar la Torá, y sabe lo que debe responder a los incrédulos, sabe ante quien trabajas, y quien es el dueño de tu trabajo, quién te pagará la recompensa por tu trabajo.

Rabí Eleazar ben Araj nos enseña, que para estudiar Torá y profundizarnos en su mensaje debemos ser diligentes y consecuentes, dos son las metas del estudio: a) Conocer el tema a la perfección para poder contestar a las interrogantes de las personas y b) Concientisarze con fe plena de la existencia de HaShem su unicidad, grandeza, sus mercedes y maravillas para así reforzar nuestra fe y servirlo con temor, reverencia y amor.

Rabí Eliezer dice: sé diligente en el estudio de la Torá

Estudia Torá con seriedad y constancia, porque sin estas dos cosas no podrás adquirir sus conocimientos.

Rabí Janina ben Jananiá y Rabí Shimon bar Iojai fueron a estudiar Torá con Rabí Akiva en Bene-Brak – se quedaron allí trece años. La señora de Rabí Janina le envió una carta diciéndole “Tu hija ya está grande” – ven y cásala. Pidió permiso a su Rabí y viajó a su casa. Y así leemos en el (Tratado de Ketubot 62).

“Rabí Janina ben Ja-Kinaí” fué a la Academia, en la que permaneció durante doce años. Al regresar, las calles de su ciudad habían cambiado y no podía encontrar su casa. Se sentó junto al río, y allí oyó que alguien decía: hija de Ja-Kinaí, llena tu cántaro y vamos a casa. Pensó: esta chica nos pertenece, y la siguió. Cuando llegaron a la casa, su esposa estaba sentada a la puerta, cribando harina. Cuando alzó los ojos y le vio, su corazón cesó de latir y murió. Entonces, su esposo rogó al Señor: para esta pobre alma, ¿es ésta la recompensa?

Ten piedad de ella. Y volvió de nuevo a la vida. (Ketuvot 62b.)

Y otro episodio en la misma fuente.

El hijo de Rabí Yehuda ha-Nasí, consagró doce años al estudio, lejos de su esposa. Cuando, al cabo de tantos años, regresó, su esposa se había vuelto estéril. Al enterarse de ello, su padre exclamó: ¿qué debe hacer mi hijo? Si la repudia, la gente dirá que esta mujer piadosa aguardó en vano durante largos años a su marido. Si toma otra esposa, además de la primera, dirán que tiene esposa y concubina. Por ello se puso a rezar por su nuera, y HaShem curó su esterilidad. (Ketuvot 62b)

Y sabe lo que debe responder al incrédulo (apikoros)

¿Que es un apikorós? (incrédulo)

Nuestros Sabios definieron al incrédulo, como aquel que no cree en la Torá – oral; que reniegue de la existencia de HaShem y de su unicidad, aquel que infrige publicamente las leyes de la Torá, como demostración a su falta de fe.

Hay quienes opinan que “Apikoros”, viene del nombre del filósofo griego “Epicureo” (400 años antes de la destrucción del Segundo Templo) que según su teoría la finalidad de la vida, es satisfacer los deseos corporales, y con ese nombre definían a aquellos que despreciaban la Torá.

La Mishná nos enseña que para saber refutar ideas del apicoros debemos tener claro los principios de la Torá, y adquirir mayores conocimientos en todas las materias de la Torá, como nos aconseja el Rey Shlomo en Mishle (proverbios 27:11) Sé sabio hijo mío, y alegra mi corazón, para que yo pueda contestar a los que me vituperan.

Sabe ante quien trabajas y quien es el dueño de tu trabajo, quien te pagará la recompensa por tu trabajo

Profundiza tus conocimientos, en la Torá escrita y oral, en lo llano y en el plano esotérico de esa manera conocerás a tu Creador, sabrás ante quien trabajas, el Santo bendito sea, quien te ordenó trabajar y te pagará la recompensa de tu trabajo.

HaShem castiga los malos actos, y premia a los buenos, aunque sea pequeño.

Dice el versículo “carne desgarrada en el campo no comeréis” al perro la echareis (Shemot 22: 32).

¿Por qué al perro? Dijo el Santo bendito sea. Ustedes deben a los perros, cuando maté a los primogénitos egipcios, y estos los enterraron toda la noche los perros no dejaron de ladrarles, pero no lo hicieron con los hijos de Israel como está escrito. Pero contra los hijos de Israel, ningún perro afilará su lengua (Idem, 11:7) por esa razón, le deben ustedes a los perros (Midrash Raba, 3 1: 8).

Para enseñarte que HaShem no mezquina la retribución que le corresponde a cada ser. Por eso le retribuye HaShem y les dice: ¡Dadle su paga!

(Rashi, idem, 22:30)

MISHNA 15

15. Rabí Tarfón dice: La jornada es corta y mucho el trabajo, los trabajadores son perezosos, la recompensa es grande y el dueño de la casa, nos apremia.

Rabí Tarfón era alumno de Rabí Iojanan ben Zakai, en la Yeshivá de Iavne, y uno de los dirigentes más destacados de su tiempo, vivió en la ciudad de Lud, en ésta Mishná nos describe la relación del hombre al Creador, como el obrero a su patrón.

La jornada es corta: Los días del hombre en este mundo son cortos.

Y mucho es el trabajo, el cumplimiento de la Torá, que es completo y cubre todos los momentos de la vida.

Los trabajadores son perezosos. Los seres humanos somos genios para encontrar excusas a cualquier tema, para no hacerlo, pero en cuanto se refiere a perder el tiempo en vanidades, nos ingeniamos para mantenernos ocupados.

La recompensa es grande. A los que estudian la Torá, les espera una gran recompensa como está escrito.

Y bien harán las personas si se ocupan de su trabajo.

Y el dueño de la casa nos apremia

El Santo bendito nos apremia para que estudiemos la Torá. El ser humano, no se parece al obrero que recibió un trabajo a destajo, si hizo poco, recibe poco y si hizo mucho, recibe una gran recompensa y al patrón no le interesa lo que logró realizar.

HaShem exige al hombre que estudie Torá, y si no lo hará recibirá su castigo (Rabí Iona de Gerondi).

¿Sobre que clase de jornada habla Rabí Tarfón?

Cada día tiene su importancia, porque cada día es algo especial con respecto a nuestra posible elevación espiritual y así se expresa Rabí Jaim de Volozin en su libro “Nefesh-Ajaím” (2da. Parte c:13) en nombre del Zohar, con respecto a la “oración” cada día y cada hora no tiene parecido con el que le sigue por el cambio que resulta en los mundos, y hasta el terminar de los días del mundo no encontraremos que una plegaria se parezca a otra, como dice lo escrito “Bendito HaShem,” día a día. (Tehilim 68:20), a lo que explicaron nuestros Sabios: En cada día entrégale sus bendiciones (no iguales) (Sucá 46: 2).

Cada día se diferencia del otro por sus obligaciones, subes, bajas y por los arreglos (Tikunim) que realizamos.

En Taná de Be Eliahu Zuta, (Cáp.15) leemos: Dijo David, yo recito la grandeza, heroísmo y reinado del Rey de los Reyes el Santo bendito sea porque cada dia un ser humano es creado y cada día nace una nueva criatura, etc. ¡Nos enseñan que cada día nacemos nuevamente, y debemos cumplir la misión a nosotros destinada para ese día, y si no la cumplimos, fuimos creado en vano, y eso, no lo podremos reparar nunca jamás!!.

Así falla el “Shulján Aruj” (Joshen Mishpat 306:8) Un maestro de párvulos que no enseña o enseña negligentemente, o se equivocó al enseñar o casos parecidos y los artesanos que no pueden arreglar lo malhecho, serán destituidos de sus cargos sin preaviso y no recibirán un nuevo trabajo hasta que prueben su idoneidad.

Este es el significado de la sentencia de Rabí Tarfón “El día es corto” cada día es una unidad independiente, y si no le damos la importancia debida entonces será una pérdida eterna podremos otro día crear una nueva creación, pero aquel día estará señalado como un día no y mal aprovechado (Rabí Aharon Kotler – Mishnát Rabí Aharon 2da parte – 109).

MISHNA 16

16. (También) solía decir: no estás obligado a acabar el trabajo: pero (tampoco) eres libre para abandonarle. Si estudiaste mucho la Torá, te darán una gran recompensa, pues fiel es el dueño de tu trabajo que te pagará el salario por tu trabajo, pues has de saber que el don de la recompensa de los justos llegará en el futuro.

Rabí Tarfón sigue refiriéndose en ésta Mishná sobre el estudio de la Torá y su recompensa

No está obligado a acabar el trabajo:

Si tu dices que la vida es corta, y la Torá es amplia y vasta, y no tienes probabilidad alguna de cumplir tu papel a la perfección, entonces has decidido dejar el estudio a un lado, escucha la respuesta de Rabí Tarfón: has de saber que no estás obligado a finalizar el trabajo, haz lo que puedas, estudia todo lo que no puedas, y recibirás tu recompensa.

Este concepto será aplicado a buenas acciones que se nos presenta en el camino no dirás ¡como no puedo hacerlo todo mejor no comenzaré! Cada uno deberá hacer lo que está a su alcance.

Cada ser humano nace en medio de cosas que ocurren, y de la misma manera termina sus días.

Nuestros ojos se encuentran con cosas a medio hacer, proyectos que no pudieron realizarse como dice el profeta Irmiahu: Porque el camino del hombre no es suyo, no es potestad del hombre dirigir sus pasos cuando anda ( 10:23).

Pero según la Torá, no es este ningún impedimento aunque no tengamos de completar un asunto, no somos libres para no comenzarlo.

Ninguna excusa libera al individuo de comenzar su obra. Toda elevación espiritual anulará el angosto panorama de la materia, acercarnos a HaShem es pureza y eternidad fiel es el dueño de tu trabajo que pagará tu salario. El esfuerzo realizado es un indicador del éxito y HaShem valora la lucha del hombre verdadero habitante de un mundo hostil según las fuerzas y entusiasmo invertidos HaShem no juzga solo por el resultado final.

Si estudiaste mucho Torá, te darán mucha recompensa. Si estudiaste más de lo que física y mentalmente puedes se te darán mejor recompensa. Rabí Tarfón no dice Si entendiste sino, si estudiaste, haz lo posible para entender lo que lees, y si no logras hacerlo, haz de saber que recibirás recompensa por el estudio que realizas y aquel que dice no estudio porque no entiendo está equivocado, porque si va a ser constante, al final entenderá, porque HaShem verá su gran voluntad y abrirá ante el las fuentes de la sabiduría, de su boca salen el conocimiento y la inteligencia (Mishle 2:6) (Shebet Musar, Rabí Eliahu de Izmir)

Pues fiel es el dueño de tu trabajo, que te pagará el salario por tu trabajo.

No temas como aquel obrero que espera recibir su salario y el patrón le dice “ven mañana, que no tengo dinero”, tu trabajas para un dueño que te pagará fielmente por lo que has hecho (Rabenu Iona de Gerondi).

Pues has de saber que el don de la recompensa de los justos llegará en el futuro en el “Olam haba” (mundo venidero) “Sefer Amaor” Rambam, porque así dijeron los Sabios: sobre que yo te ordeno hoy para cumplirlo (Devarim 7:11), hoy para cumplirlos y mañana para recibir su recompensa (Kidushin 39:1) no podremos tocar el fondo de las enseñanzas de la Torá, y si preguntará que ganamos al esforzarnos en el estudio de la Santa Torá, nos responden nuestros sabios, has de saber que la recompensa llegará en el Olam Habá. La recompensa de los estudiosos de la Torá en este mundo, la recibiremos en el mundo venidero cuando HaShem insuflará desde las alturas el conocimiento de HaShem y será entonces cuando llegaremos a entender el mensaje de la Torá.



Capitulo 3

MISHNA 1

1. Akabiá ben Mahalal-el dice: reflexiona acerca de tres cosas y no caerás en manos del pecado: Saber de donde procedes, ¿a dónde vas? y ¿delante de quién en el futuro habréis de dar cuenta? (de tus actos).

¿De dónde procedes?, de una gota corrompida. ¿A donde vas?. A un lugar (lleno) de polvo, de gusanos y larvas.

¿Ante quién en el futuro, habrás de dar cuenta? (de tus actos), ante un rey, el Rey de Reyes, el Santo bendito sea).

Akabia hijo de Mahalal-el vivió en la época de Hilel el anciano, y era conocido por su erudición y gran temor al Eterno, en ésta Mishná enumera las tres cosas que debemos tener en cuenta para no caer en manos del pecado.

Reflexiona sobre tres cosas, y no caerás en mano del pecado.

Si pondrás atención en estas tres cosas, no pecarás, si así harás entrarás en el plano de la humildad, y sabrás cual es tu lugar en el mundo, si no, olvidarás tus debilidades y de aquí al pecado el camino es corto.

Saber de donde procedes: El comienzo del hombre, es de una gota fétida, que proviene del cuerpo de su madre, y cuando reflexiones sobre esto sabrás que no sois nada, y tu alma se llenará de humildad.

¿De donde procedes? De la tierra como cita el versículo. Y el Señor HaShem formó al hombre del polvo del suelo y sopló en sus narices el aliento de la vida, y el hombre vino a ser alma viviente (Breshit 2:7).

¿Adónde vas? y no dice a donde irás en el futuro; porque cada día el ser humano camina y se acerca a la muerte, lentamente pero seguro porque está escrito: “porque polvo eres y al polvo volverás” (Breshit 3:19)

¿Ante quién en el futuro, habrás de dar cuenta (de tus actos)?

Una persona al ser llamado ante un rey de carne y hueso, teme por su suerte, mas temerá al presentarse ante el Rey de los Reyes leamos lo que dijo Rabí Iojanan a sus alumnos al respecto.

Cuando Rabán Yojanán ben Zakai cayó enfermo sus discípulos fueron a visitarle. Al verlos, se echó a llorar ¿Cómo?, dijeron, tú una luminaria de Israel, que representas la columna derecha del Templo, el yunque más fuerte, ¿por qué lloras?. Les respondió: si me condujeran ante un rey de carne y sangre, que hoy está en vida y mañana habrá muerto, cuyo enojo no puede ser eterno, cuyo castigo, al encarcelarnos, no puede ser eterno, que incluso al condenarnos a muerte no se trata de una condena absoluta, a quien puedo apaciguar con mis palabras y quizás convencer mediante dinero, temblaría y lloraría ante él; mucha mayor razón tengo para llorar cuando voy a ser conducido a presencia del Rey de los Reyes, el Santo bendito sea, que carece de todas esas imperfecciones. Además, no sé por cuál de los dos caminos seré llevado, por el que conduce al paraíso o por el del infierno; ¿no debo verter lágrimas?.

La Mishná nos aconseja reflexionar sobre esas tres cosas para no caer en manos del pecado, podríamos preguntar por que no recordó también el estudio de la Torá, el cual es mencionado en el Talmud como antídoto contra el “Ietzer hará” (instinto del mal) como leemos en el (Tratado de Kidushin 30:2)

El Santo-bendito-sea, les dijo a los israelitas hijos míos: he creado el ietzer hará (instinto del mal) y (asimismo) he creado la Torá, como antídoto contra él.

Explicó Rabí Arie Baron ( Ishrei Lev Pág. 150)

Si el “instinto del mal”, topa al hombre. Entonces tiene que hacer todo lo posible para empujarlo a la casa de los estudios Akabia ben Mahalal-el se ocupa en medicina preventiva, para inmunizar al ser humano contra el instinto del mal, es por eso que versa:

Reflexiona sobre estas tres cosas, y no caerás en el pecado.

Hilel el anciano nos habla en segunda persona: no caerás en el pecado, ¿a donde vas?, ante quien… habrás de dar cuenta.

¿Por qué se dirige a nosotros en segunda persona?, porque no dijo que se fije la persona en tres cosas, de donde viene, hacia donde irá, ¿ante quién rendirá cuentas?.

La respuesta es la siguiente: Sabemos sin duda alguna que cada persona cuando acompaña a un difunto, o cuando va a consolar a los deudos, que ese será también su fin, pero esa realidad no influye ni repica lo bastante en su corazón, ya que ese dato lo esconde en su subconsciente.

El Tanaíta conociendo la debilidad humana se dirige personalmente para que el que escucha no se desentienda ni esquive el llamado tan elocuente. Tu te convertirás en un gusano, tu rendirás finalmente cuentas ante el Rey de los Reyes al cual no podrás convencerlo por ningún medio, entonces escucha el llamado, atiende el consejo y prepárate en cuerpo y alma para el día que seguramente llegará.

MISHNA 2

2. Rabí Janina, suplente de los Sacerdotes dice: Ora por la paz del reino, pues de no ser por temor hacia él, el hombre destruirá la vida de su prójimo.

Rabí Jananiá ben Teradión dice: Cuando dos personas están sentadas y no median entre ellas palabras de la Ley, ciertamente ésta es una reunión de burlones, según está escrito: Y en reunión de burlones no se sentó (Tehilim 1:1).

En cambio cuando dos individuos se sientan y entre ellos median palabras de Torá la Providencia reside entre ambos según está escrito: entonces hablarán quienes temen al Señor cada uno a su compañero; pondrá atención al Señor, y escuchará y se escribirá un libro de recuerdo delante de Él a favor de quienes temen al Señor y de quienes reverencian su nombre (Mal-aji 3:16).

No sé (que) esto (es válido) sino para dos. ¿De donde (deduciré que) aunque sea uno solo el que se sienta y se ocupa de la Torá él Santo bendito sea, le concederá recompensa?. Del siguiente texto (aunque) se siente en soledad y en silencio, sé (la) concederá (el Señor Isheiau 28: 8).

Rabí Janina, sirvió como segundo de los últimos grandes Cohanim (Sacerdotes) en los últimos tiempos del Sagrado Templo de Jerusalem.

Fue testigo de la destrucción del Templo consecuencia del odio sin razón y la guerra fratricida que azotó a esa generación, en la Mishná habla sobre la importancia de la paz.

Rabí Janina ben Teradión, fue congeneracional de Rabí Akiva uno de los diez mártires que fueron inmolados por los romanos.

Rabino Janina entregó su alma al Creador por haber congregado a hebreos para estudiar la Torá, lo cual fue prohibido por Roma, fue apresado y condenado a ser quemado envuelto en pergaminos del rollo de la Torá.

Rabí Janina, el suplente de los sacerdotes dice:

Ora por la paz del reino: También para los gobiernos del mundo (Rabi Ovadia de Bartenura), ya que si las personas no temerían del gobierno se tragarían unos a otros. Por eso dijo el profeta Irmiahu en su epístola a los exilados en Babel “y procurad la paz de la ciudad, a donde os he hecho llevar cautivos y rogad por ella al Señor, porque en la paz de ella, tendréis vosotros paz” (Irmiahu 29: 7) Y en el “Tratado Avoda Zará”

El hombre y el pez

Hicisteis al hombre semejante a los peces del mar (1). ¿Por qué se compara al hombre con los peces? Para hacernos saber que así como los peces mueren inmediatamente cuando se hallan en tierra firme, la misma suerte les cabrá a los hombres que se apartan de las palabras de la Torá. Asimismo, al igual que entre los peces del mar, los grandes se comen a los pequeños, lo mismo harían los hombres, pues si el temor al gobierno no les refrenara los fuertes absorberían a los débiles. (Avodá Zará 3b-4a – Habacuk I, 14)

El gobierno toma con abundancia y de la misma manera otorga. Los ciudadanos pagan altos impuestos, pero ante cualquier eventualidad, la fuerza policíaca, costeada por los impuestos deberá estar a la defensa de la ciudadanía – si no fuera así, la anarquía atraería a los ladrones y los ciudadanos perderían sus bienes.

Rabí Janina ben Teradión dice: Cuando dos personas están sentadas y no median entre ellos palabras de Torá, ciertamente es ésta una reunión de burlones.

Aunque no se burlen están sentados sin hacer nada, ni se ocupan de algo positivo (Rabí Menajem Ameiri). Cuando entre dos personas median palabras de Torá, la “Divina Providencia” se encuentra entre ellos también aquella persona que está sola y se ocupa del estudio de la Torá, recibirá su recompensa.

Rabí Janina habla a los hombres de su época, los cuales sufrían de persecuciones por parte del enemigo romano, cuyos edictos y leyes estaban dirigidos contra el estudio de la Torá y el cumplimiento de los preceptos y tradiciones, diciéndoles que de cualquier forma, en grupos numerosos de a dos y hasta solos están obligados a desobedecer la ley del águila romana y estudiar Torá.



MISHNA 3

3. Rabí Shimón dice: Tres personas que comieron en la misma mesa y no pronunciaron en ellas palabras de la Torá son como si hubieran comido de los sacrificios ofrecidos a los ídolos, según está escrito.

Porque todas las mesas están llenas de vómitos e inmundicias, no hay lugar (para más) (Isheiahu 28:8).

En cambio, si tres personas comen en la misma mesa y recitan palabras de la Torá, es como si hubieran comido en la mesa del Señor, según está escrito y me dijo ésta es la mesa que se halla ante el Señor (Iejezkel 31:22).

Rabí Shimon, lector de nuestra Mishná es el famoso Tanaíta.

Rabí Shimon bar Iojai, autor del Zohar, y uno de los más importantes alumnos de Rabí Akiva.

Tres personas que comieron en la misma mesa

Tres o más personas pero tomó el número tres, porque es el mínimo necesario para recitar el “Birkat Hamazón (bendición de gracias) con braja (bendición)

Y no pronunciaron en ellas palabras de la Torá

Hemos de aclarar que si después de comer se recita “Birkat Hamazón” (la oración de gracias), cumplen el precepto, porque será considerado como si hubiese pronunciado palabras de Torá (Rabí Ovadia de Bartenura).

Es como si hubiese comido de los sacrificios ofrecidos a los ídolos muertos

Como cita el versículo: Además se allegaron a Baal Peor y comieron de los sacrificios de los ídolos muertos (Tehilim 106:28).

Porque todas las mesas están llenas de vómitos e inmundicias no hay lugar (Isheiau 28:8).

El profeta Isheiau llama a los sacrificios idolatras vómitos e inmundicias, y todas las mesas están llenas de ellas.

No hay lugar: Uno de los nombres de HaShem es “Makom” lugar, en esas mesas no se recuerda a HaShem, porque no se pronuncian palabras de Torá, pero cuando si lo hacen, es como si hubiesen comido de la mesa del Eterno.

Rabí Iaakov Jaminetzki en su obra “Emet Le Iaakov”, escribe:

Existe una diferencia básica entre nosotros y las naciones del mundo, éstos objetan que el ser humano no debe mezclar lo espiritual con lo material, porque según ellos el hombre es “material” sin ningún lazo en lo espiritual, y solo cuando reza a HaShem, se eleva de su elemento – raíz material.

Esa es la razón por la cual según los Sabios del Talmud, si un no judío trae un sacrificio “Shlamim (pacífico) a HaShem, no podrá comer de él, porque es santo, la ley dicta que un Cohen (sacerdote) deberá comer de la carne del sacrificio de expiación (Jatat) y de Asham (culpabilidad) los cuales no pueden ser ingeridos por los israelitas porque son considerados santos, no podrá comer tampoco no podrá comer la carne del sacrificio pacífico (Shlamim) ¿por qué razón?, porque su corazón está dirigido al cielo. Y explica Rashi (Rabí Shlomo Itzjaki) su pensamiento es que todos sus sacrificios sean recibidos en el cielo y que no sean ingeridos por los seres humanos (Menajot 73:2).

Los pueblos del mundo no entienden que el sacrificio, considerado por todos como algo espiritual, puede ser comido por un mortal y que sirva como expiación para aquel que lo ofrendó por eso lo dedica al cielo.

Para nosotros, los judíos, ¡lo contrario es verdad!

Creemos que primero creó HaShem el cuerpo del ser humano y después le insufló el hálito de vida, el alma y desde entonces se entremezclaron, hasta no diferenciarse.

En otras palabras, también lo material tendrá que realizarse en forma material y la espiritualidad, por su parte será expresada en forma concreta y material y por esa razón pensamos que los sacrificios que son un ente totalmente espiritual podrán ser ingeridos por los “Cohanim (sacerdotes) y de esa forma los que ofrendaron expiarán su pecado.

Rabí Shimon bar Iojai nos enseña que aunque es claro que el ser humano deberá ocuparse de sus necesidades físicas y corporales y comer, sin eso ¡dejará de existir! Pero si al hacerlo pronunciara palabras de la Torá en la mesa, entonces demostrará que su interés material y espiritual se conectan y se elevan a un nivel celestial, cuerpo y alma juntos según la enseñanza de la Torá.

Dijo Rabí Naftali de Rupshitz: Si una persona clama a HaShem, cuando está hambriento, es algo natural y ya dijo el Rey David “Hambrientos y sedientos” Entonces clamaron a HaShem en su angustia (Tehilim 107:45), pero cuando una persona bendice a HaShem después de comer y beber, y recuerda a HaShem no por que le falta con que saciar su sed sentimos que está en un nivel superior.



MISHNA 4

4. Rabí Janina ben Jananiá dice: Quien vela durante la noche, quien anda solo por un camino y quien vuelve su corazón hacia cosas vanas ciertamente pagará con su vida.

Rabí Janina, alumno importante de Rabí Akiva, conocedor profundo de la Torá y el Talmud, recibió también conocimientos de Torat Asod, la parte esotérica del Judaísmo, las “hechuras del Génesis” y, el asunto de la “mercava” (carruaje celestial) (Jagiga 14:b).

Vivió en la época de las persecuciones después de la destrucción del Segundo Templo, fue uno de los “diez mártires, que murieron santificando el Sagrado Nombre” a la edad de noventa y cinco años.

Quien vela durante la noche, quien anda solo por un camino.

Dice Rabí Iehuda: La noche fue creada para dormir (Eruvin 65).

La noche es para descansar, y preparar su mente clara y aguda para estudiar el día siguiente.

Le dijeron a Rabí Zera: Tus explicaciones son de altura, agudas y muy claras y concisas: Les dijo: Son del día, estudié el tema durante el día, cuando no estuve cansado (Eruvin 65).

Si la persona está en vela durante la noche, anda solo por las calles, o se ocupa en cosas banales y no estudia Torá, ya que hay quienes prefieren estudiar por las noches, pondrá en peligro su vida, porque la noche, esconde el peligro, entonces proliferan los ladrones y parecidos (Rabí Ovadia de Bartenura).

Interesante es la explicación de Rabí Eliahu Lapian sobre el que vela durante la noche. Según el Rabí se refiere a aquella persona que durante toda su vida vivió dentro de un letargo espiritual y de repente abrió sus ojos, y se despertó.

Si al hacerlo, tiene todavía fuerzas suficientes para romper con la rutina que lo envolvió, tendrá tiempo y fuerzas para rehacer su vida en el plano espiritual.

Pero si la persona despertó durante la noche; en su vejez, cuando sus fuerzas ya no están con él, le será difícil obtener un nivel apropiado en el estudio de la Torá, temor y amor al Eterno.

A esto se refiere el Tanaíta cuando dice el que vela durante la noche, el que se despertó en su vejez, cuando el mundo ya es para él, de noche, ¡ciertamente pagará con su vida!

Quien anda solo en el camino

Rabí Jananiá, no habla sobre un camino físico, sino sobre un camino ideológico-espiritual.

Hay personas que no prestan atención a las palabras de los sabios, ni al camino por el cual ellos van.

Van por sus caminos equivocados, según sus ideas y opiniones que son contrarias a la Torá y dicen.

¡La Torá fue dada a todos por igual, no tengo necesidad de escuchar otros comentarios, sino los míos!

¡Estas personas ciertamente pagarán con su vida, porque se equivocaron de camino!



MISHNA 5

5. Rabí Nejunia ben Hakaná dice: Todo aquel que acepta sobre sí mismo el yugo de la Torá, se verá libre del yugo del reino y del yugo de las cosas mundanas, mientras que quien aparta de sí el yugo de la Torá, pondrán sobre él el yugo del reino y el yugo de las cosas mundanas.

Rabí Nejunia ben Hakaná era contemporáneo de Rabí Iojanan ben Zakai y Rabino de Rabí Ishmael, vivió una larga vida.

Cuando le preguntaron sus alumnos, cual fue el mérito, contestó nunca me honré con la vergüenza de mi compañero, y no me acosté con la venganza de él, y fui desprendido con mi dinero (Meguilá 28:1).

Rabí Nejunia ben Hakana dice: Todo aquel que acepta sobre si mismo el yugo de la Torá, promete y estudia la Torá, promete que no va a claudicar por ninguna razón como el toro al cual le colocan el yugo, como cita Tana de ben Eliahu, siempre ha de entregarse a los asuntos de Torá, como el toro al yugo, y el burro a su carga, y así lo hará se verá libre del yugo del reino y del yugo de las cosas mundanas.

Yugo del reino

Aquel que se dedica totalmente al estudio de la Torá, estará exento del pago de impuestos para el gobierno y el ejército (Sefer Hamaor, Rambam).

Y el yugo de las cosas mundanas

Le será fácil conseguir el sustento ya que del cielo le ayudarán y otras personas lo apoyarán.

¿Por qué razón el que se entrega totalmente a la Torá es liberado del yugo de las cosas mundanas?

Porque al recibir el yugo de la Torá, su alma y espíritu se llenan de tal manera hasta que no puede sobrellevar ningún otro yugo.

Todo otro yugo que no sea el de la Torá, se convierte en un ente contrario al yugo de la Torá.

Y por esa razón todo aquel que recibe sobre sí el yugo de la Torá se verá liberado del yugo del reinado y del yugo de las cosas mundanas (Kobetz Sijot).

Mientras que quien aparta de sí el yugo de la Torá

Pierde su tiempo en cosas mundanas y no se ocupa de la Torá y las mitzvot (preceptos)

Pondrán sobre él el yugo del reino y el yugo de las cosas mundanas.

Cuando la persona se ocupa de Torá estará exento de otros asuntos, pero cuando deja de estudiar Torá, HaShem no le dará ayuda especial y su ley será como la de todos.

Rabí Eliahu Lapian en su libro “Lev Eliahu”(Shmot 96) escribe:

El barco que viaja en el mar, si no tendrá suficiente carga para que pueda flotar bajo las aguas, las olas del mar pueden volcarlo y hundirlo, por esa razón cuando vuelva al puerto madre sin carga le colocan piedras para que sirvan como peso.

Lo mismo sucede con las personas. También puede ser llevado por las olas del mar del deseo y la codicia del dinero, por eso si recibe sobre sí el yugo de la Torá, mejor, entonces, no necesitará del yugo del reinado y de las cosas mundanas pero cuando aparta de sí el yugo de la Torá, le darán yugo de piedras y hierro, para que no se descarrile del todo.



MISHNA 6

6. Rabí Jalafta ben Dosa, de Kfar Jananiá dice: cuando diez personas se sientan y se ocupan de la Torá, la Providencia Divina reside entre ellas, según está escrito: HaShem está en la asamblea (Tehilim 82:1)

¿Y de dónde (se puede deducir que esto ocurre) aunque solo sean cinco?. De lo que está escrito: y su morada sobre la tierra la estableció (Amos 9:6)

¿Y de dónde (se deduce) aunque sólo sean tres? De lo que está escrito: en medio del Tribunal juzgara HaShem (Tehilim 82:1)

¿Y de dónde, si son dos? Del siguiente texto: entonces hablarán quienes temen al Señor, cada uno a su compañero; pondrá atención el Señor y escuchará (Mal-aji 3:16).

¿Y de dónde aunque (sólo sea) uno? De lo que está escrito: en todos los lugares en donde Yo haga recordar mi Nombre, vendré a ti y te bendeciré (Shmot 20:24)

Rabí Jalafta actuó después de la destrucción del Segundo Templo en el tiempo de la persecución romana, persecución física y espiritual. Para reforzar el estudio de la Torá enseñó esta Mishná donde acentuó el valor del estudio en grupos de diverso números de gente, también una persona que estudia solo es importante. De todas maneras no han de temer por los malos entendidos, porque HaShem ayudará a los que se ocupan de la Torá.

Cuando diez personas se sientan y se ocupan de la Torá, la Providencia reside entre ellos.

Desciende sobre ellos la influencia Divina para alumbrar sus ojos con sabiduría porque está escrito, HaShem está en la asamblea, en hebreo Adat El.

¿De donde sabemos que Eda (comunidad) esta compuesta por un número de diez personas?

Está escrito: Hasta cuanto (continuará) esta mala comunidad (Bamidbar 14:27), en hebreo Eda Raá (mala comunidad), este versículo habla sobre los exploradores que eran doce, dos, Ieoshua Bin Num y Caleb ben Iefune (eran justos) nos quedan diez, el versículo habla sobre los diez murmuradores que conforman la comunidad (eda) y de aquí el “Minyan” (diez personas) necesarios para el culto.

Cuando diez personas se sientan y estudian Torá dice el Saba de Slobodka Rabí Natan Tzvi Finkel no-solo que la Providencia reside entre ellos, sino que la Shejina (Providencia) llega a ese lugar antes que aparezcan los diez (Tratado de Berajot 6:1) (Or Tzafun 2-177-179).

Hemos de saber que cuando no estudiamos Torá, solos o en grupos, la Shejina (Divina Providencia) no aparece, y destruimos la dimensión del Santuario y del Sagrado Templo que se construye, cuando estudiamos Torá.

¿Y de donde (se deduce) aunque (sean solo) cinco?, porque está escrito y su morada sobre la Tierra estableció (Amos 9:6) morada en hebreo “Agudá” significa lo que reúne una persona con sus cinco dedos, de aquí se explica que la “Shejina” que está en el cielo desciende a Tierra cuando hay cinco personas que estudian Torá (Rabí Ovadia de Bartenura).

La Shejina reside cuando tres personas estudian Torá como cita el versículo: En medio de HaShem juzga (Tehilim 82:1) Elokim significa el Tribunal que está conformado por tres jueces y al juzgar HaShem está con ellos, y juzgar es Torá.

Y de donde sabemos que HaShem reside entre dos personas que estudian Torá, así dice el versículo: entonces hablarán quienes temen al Señor, cada uno a su compañero (son dos personas) pondrá atención el Señor y escuchará ( Mal-Aji 3:16).

¿Y de donde aunque sea solo uno? Si uno solo estudia Torá, la Divina Providencia, también reside y así está escrito en todos los lugares donde yo haga recordar mi nombre, vendré a ti y te bendeciré (Shemot 20:24).

Podemos preguntar: Si al estudiar una sola persona la Divina Providencia residirá en el lugar, ¿porque la Mishná nos habla sobre dos, tres, cinco y diez personas?

Hay diferencia entre muchos, y unos pocos, he aquí una parábola:

Un rey gustó de una de sus ciudades y eligió habitarla siempre.

Otra de las ciudades de su reino le gustaba, pero no como la primera, y en ella residía parte del año, por eso construyó allí un palacio.

En una tercera ciudad, no tenía una residencia fija, pero pasaba tres o cuatro días, y continuaba su camino.

En una cuarta ciudad tenía un amigo muy querido lo visitaba pero no se detenía ni a comer en su casa.

De la misma manera actúa HaShem, donde más se estudia Torá, ahí es donde reside la Shejina (Divina Providencia) más tiempo (Rabí Iosef Iaabetz – España-Italia, falleció 1507).

Con respecto a la oración (Tefilá) estudiamos en la Guemara.

¿De donde sabemos que si diez personas rezan juntos la Shejina (Divina Providencia) reside entre ellos?, porque está escrito: HaShem está en la asamblea divina (Tehilim 82:2) – (Tratado de Berajot 6:1) y así leemos: “Dijo Rabi Iojanan, cuando el Santo bendito sea llega a la sinagoga y no encuentra Diez personas, se enfurece”, y así está escrito: ¿Por qué vine y no hay personas? llamé y no hay quien conteste (Idem 6:1).

¡De acá aprendemos que se necesita diez para que la Providencia resida entre ellos, y si falta uno, HaShem se enoja!

Pero con respecto a la Torá, aunque sea solo uno que estudie, La Shejina (Divina Providencia) está con él.

Cuan grande es la fuerza del estudio de la Torá (Rabí Iejezkel Abramsky – Peninei Rabenu Iejezkel – 2 – 12)

MISHNA 7

7. Rabí Elazar de Bartota dice: dale (al Señor) de lo que le pertenece, ya que tanto tú como lo que posees es Suyo. Y así dice David porque de ti procede todo, y de tu mano, te damos (Dibre Haiamum 29:14).

Rabí Shimón dice: Quién va por el camino y estudia (Torá) e interrumpe su estudio y dice ¡qué hermoso es éste árbol! ¡Que bello es éste terreno!. La escritura considera que ha perdido su alma .

Rabí Eleazar de Bartota fue alumno de Rabí Ieoshua ben Jananiá y compañero de Rabí Akiva. En ésta Mishná, habla sobre la Tzedaka, la caridad, exhortándonos a tener las manos prestas a ayudar a los necesitados. Rabí Eleazar cumplía lo que predicaba, así leemos en el (Tratado de Taanit 24:1)

Los recolectores de fondos para caridad solían ocultarse siempre que veían a Eleazar, de Kfar Bartota, porque acostumbraba a darles todo lo que tenía. En cierta ocasión, mientras iba al mercado para comprar un equipo de boda para su hija, lo recolectores le vieron e intentaron esconderse; pero Eleazar les siguió, y les dijo: os conjuro a que me digáis para qué recogéis. Para una boda entre un huérfano y una huérfana, le contestaron. ¡Por el servicio del Templo! Tienen preferencia sobre mi hija, exclamó, y les dio todo lo que llevaba, excepto un zuz que se reservó. Con este zuz compró trigo, lo colocó en el granero (y salió).

La esposa de Eleazar le preguntó a su hija qué le había comprado su padre, y la hija contestó: todo lo que trajo lo subió al granero. La esposa subió allí, y encontró el granero lleno de trigo hasta el extremo de que pasaba a través de los goznes de las puertas. Cuando Eleazar regresó de la Academia, le dijo: ven y mira lo que tu amigo (HaShem) ha hecho para ti. Y él (al verlo), dijo: ¡por el servicio del Templo!

Este trigo es sagrado y la porción que a ti te corresponde no será mayor que la que corresponda a cualquier pobre de Israel.

Rabí Eleazar de Bartota; de la aldea de Bartota, dice: dale (al Señor) de lo que le pertenece.

Da al Santo Bendito Sea, de lo que te dio, da para caridad o gasta tu dinero para el cumplimiento de una “mitzva” (precepto), y que sea esta acción fruto de tu convicción, que te indica que todo lo que tu das, no te pertenece a ti, sino al Santo Bendito Sea (Pinjas Kehati).

Ya que tanto tú, como lo que posees es Suyo. Tú no das de lo que es tuyo, o de tu cuerpo o de tus bienes, sino de lo que recibistes del Eterno tu HaShem. Y he aquí algo que te hará realizar ésta idea. Un rey dio a su siervo mil monedas y le dijo “Toma cien para ti, y los novecientos restantes a nueve diferentes personas” ¿acaso no se contentará el esclavo con lo que recibió? (Rabenu Iona de Gerondi).

Hemos siempre de recordar que todo pertenece a HaShem como lo testifica el profeta. “Mía es la plata”, “Mío es el oro”, dice el Señor de los ejércitos (Jagay 2:8) y el rey Salomón dijo: La caridad salvará de la muerte (Mishle 10:2) explica Rabí Yehuda Petaya de Bagdad. La caridad salvará al pobre de la muerte, ya que al dársela el indigente no se morirá de hambre (Minjat Yehuda).

Rabí Eleazar no habla solamente de dinero, si no de la necesidad de entregar, si es necesario, su mismo cuerpo y su vida para ayudar a otros y para santificar el nombre de HaShem, sean en tiempo de guerra o de malos edictos que caen sobre nuestro pueblo y así falla, Rabí Moshé ben Maimón (Rambam, Maimonides) en su obra Mishné Torá, (Leyes de los Reyes capítulo 7:15).

15. “¿Quién es el varón que teme y es blando de corazón?”

Debe entenderse literalmente: el que no tiene fuerza suficiente en el corazón para soportar las vicisitudes de la batalla. Pero una vez que uno se ha lanzado a la batalla, ha de apoyarse en HaShem, esperanza y ayuda de Israel, en todo momento de dificultad, y debe saber que es por la unicidad de HaShem que hace la guerra. Debe jugarse la vida, y no temerá, ni pensará en su mujer, ni en sus hijos, sino que borrará su recuerdo del corazón y se desocupará de toda otra cosa, para dedicarse a la lucha, desconcertándose a sí mismo, transgrede una prohibición, pues está escrito: “No se ablande vuestro corazón; no temais, no os apresuréis y no tembléis ante ellos”. No solo eso, sino que la sangre de todo el pueblo de Israel depende de él. Si no luchó con todo su corazón y con toda su alma, es como si hubiera derramado la sangre de todos, pues está escrito: “Y no haga flaquear el corazón de sus hermanos, como su corazón” (Id., 8).

Quisiéramos recalcar que el hecho de estar dispuestos a entregar la vida por nuestro pueblo y nuestra fe, es un acto heroico de gran envergadura, y puede que sea considerado un nivel superior a aquel que muere en acto de guerra. El soldado que sale al combate cree que saldrá sano e invicto, aunque no hay ninguna seguridad que así sea pero aquel que elige morir por “Kidush HaShem” para santificar el nombre de HaShem, y así no faltará a su fe, seguro está de antemano, que morirá.

La historia de nuestro pueblo está llena de episodios que atestiguan el heroísmo de nuestros hermanos. Samuel y sus hermanos en Babilonia, Janá y sus siete hijos, “Los diez mártires, Los judíos durante las cruzadas, durante la expulsión de los judíos de España” lo ocurrido en los días de Bohdan Chmielnicki ( siglo 17 ), y los inmolados por Hitler, durante la Segunda Guerra Mundial, y muchos otros.

Y así dice David, porque de ti procede y de tu mano te damos (Dibre Haiamim 1-29-14)

Cuando el Rey David y los ministros de su corte donaron oro y plata para la construcción del “Sagrado Templo”, agradeció al Santo Bendito Sea diciendo: “¿Quien soy yo, y quien es mi pueblo para no ofrecer nuestra donación?”

Porque de ti procede todo, y de tu mano te damos.

Estamos obligados a hacerlo, porque de “Tu bendición” nos otorgaste y de ella daremos lo necesario para tu casa (Rabenu Simja).

Rabí Shimón dice: Hay quienes opinan que fue Rabi Iaakov Korshai o ben Korshi ¿quién dijo ésta parte de la “Mishna?”

¡Quién va por el camino y estudia (Torá) o interrumpe su estudio!

Cuándo ve un árbol, o un terreno arado, y dice, ¡qué hermoso es éste árbol, que bello es éste terreno!

La Mishná afirma categóricamente que al hacerlo, pierde su alma.

Seguro preguntarás ¿porque será castigado tan duro aquel que se detiene a mirar un hermoso árbol? aunque con esto interrumpe su estudio ¿Acaso no alaba así una creación del Altísimo?

Los Rabinos explican que esto es solo un ejemplo

Los seres humanos tienden a dejarse llevar por toda clase de tonterías que los alejan de temas importantes que hacen a la esencia de la vida.

Porque hemos de saber, que como hijos de la nación hebrea debemos mirar al mundo con “ojos de Torá” y al hacerlo veremos las cosas en forma distinta. Aquel que cierra su libro de estudio puede ser uno de los cinco libros de la Torá, o Mishná o Guemara y si se entrega a las cosas materiales, en su profundo sentido de la palabra, llegará a perder su “yo espiritual judío”

Debemos concentrarnos en el estudio de nuestras escrituras y no dejar que nada aparte nuestra atención.

Ejemplos tenemos muchos: Cuenta la Guemara que Rab estaba enfrascado en un problema halájico y no-se dio cuenta que de su dedo lastimado manaba sangre (Shabat 88).

Cuentan que el fundador del movimiento jasídico Rabí Israel Baal Shem Tov (Besht) acostumbraba aislarse en las montañas. Una vez se encontraba en un lugar montañoso que estaba separado de otra montaña por un abismo, ensimismado en su estudio caminaba y no notó que iba a caerse a la profundidad, hasta que se hizo un milagro y las dos montañas se juntaron (Shibjey aBesht).

Al estudio de la Torá debemos entregarnos por completo, con suma concentración y sin pausa, porque hay veces que nos detenemos para golpearnos al hombro y felicitarnos por nuestros logros sobre esta actitud nos previene Rabí Iaakov y nos dice atención ¡no caigas en ese error porque HaShem no quiera, perderás tu alma!



MISHNA 8

8. Rabí Dostay ben Yanay en nombre de Rabí Meir dice:

Todo aquel que olvida una palabra de la que aprendió, la Escritura le considera como si hubiera perdidosu alma ,pues está escrito: solamente guárdate y guarda tu alma mucho para no olvidar las cosas que tus ojos vieron (Devarim 4:9). Puede aplicarse esto también al que le es difícil estudiar.

La escritura dice:

Y para que no huyan de tu mente en todos los días de tu vida (Idem). He aquí que pues no pierde su alma, si no se sienta y los aleja deliberadamente de su mente.

Nuestra Mishná acentúa la importancia de repasar lo que se estudia, si así lo haremos, no con facilidad olvidaremos los temas estudiados, parece ser que Rabí Dostay era alumno de Rabí Meir.

Todo aquel que olvida una palabra de lo que aprendió

Al no repasar el tema, se olvida de él. Rabí Ieoshua dice: Todo el que estudia Torá y se olvida, se asemeja a una mujer que da a luz, y entierra a su hijo (Sanhedrín 99) Rabi Ieoshua ben Korjá dice: Todo el que estudia Torá y no repasa lo estudiado se asemeja a aquel que siembra y no cosecha (Idem)

¿Cómo fue que se olvidó? Sacó de su mente que debía repasar; hasta que se olvidó del todo.

La escritura lo considera, como si hubiera perdido su alma

Como su actitud demuestra que no repasó por que no consideró importante recordar lo que estudió y que al no repasar el tema estudiado no solo olvidará a este, sino a toda la Torá, ya que todos los temas recordados en la Torá están conectados entre sí.

No hay que olvidar que si uno olvida un tema al enseñar a otros su función será incompleta y puede traer muchos problemas, ya que hay que recordar algo importante. “Un error, cuando entra es muy difícil de sacarlo, ya que los alumnos lo recordarán para siempre.

Veamos lo que sucedió con Yoav ben Zeruya, el jefe del ejército del rey David.

Dijo también Rabá: Cuando hay dos maestros de niños de los cuales uno enseña (rápido) pero sin esmerarse, y el otro se esmera pero no enseña (rápido), se nombra al que enseña (rápido) aunque sin esmerarse, porque los errores se corrigen por sí mismos. Dijo, en cambio, el Rabí Dimí de Nehardea: Se nombra al que se esmera pero no enseña (rápido), porque los errores cuando se cometen una vez quedan. Lo demuestra este versículo: Porque seis meses habitó allí Yoav, y todo Israel, hasta que hubo acabado con todo el sexo masculino en Edom. Cuando (Yoav) se presentó ante David, este le preguntó: ¿Por qué has hecho eso? Porque dice lo escrito, contestó: Borrarás a los varones (zajar) de Amalec. Pero nosotros, repuso (David) leemos: (Borrarás) la memoria , zejer (de Amalec). A mí me enseñaron a leer zajar( hombre) dijo (Yoav). Fue a ver a su maestro y le preguntó: ¿Cómo me enseñaste a leerlo? Zejer contestó, Sacó la espada y quiso matarlo. ¿Por qué? le preguntó (el maestro) Porque dice lo escrito: Maldito el que hiciere indolentemente la obra del Señor. Déjame cargar con la maldición. dijo (el maestro). También dice, replicó (Yoav) “Y maldito el que detuviera de la sangre su espada” Según unos lo mató; según otros no lo mató.

Fíjense que es lo que sucede, cuando se enseña mal

¿Puede aplicarse también al que le es difícil estudiar?

¿Qué sucederá si el alumno es débil de memoria?, pregunta Rabí Ovadia de Bartenura, ¿también el que no puede recordar lo que estudia en la escritura le considera como si hubiera perdido su alma?

No perderá su alma solo si aleja deliberadamente las palabras de la Torá de su corazón y de su intelecto.

Y ¿Cómo podrá sacar las enseñanzas de la Torá de su corazón y de su intelecto?

Si no repasa lo que ha estudiado y no continúa estudiando la Torá, como bien versa la Escritura. Si un día me abandonas dos días te abandonaré.

Para comprender este pensamiento leamos lo que dijo Rabi Shimon ben Lakish.

Dos personas salieron de dos lugares distintos, uno de Tiberiades y otro de Tzipori y se encontraron en una hostería, se separaron uno del otro, tomando dos caminos distintos y ya estaban a una milla de distancia de la hostería (en sentidos contrarios) y en cuestión los separaba a cada uno dos millas (Ierushalmi Berajot 9:5).

De la misma manera, el que se aleja de la Torá un día, también ella se aleja un día, y así se encuentra a dos días de distancia de la Torá.

Hemos de saber de toda la creación fue realizada para y según la Torá, y el ser humano se sentirá completo si sus acciones, ocupaciones públicas y privadas son efectuadas según la Torá.

Cuando una persona trabaja en el comercio o en su profesión con honestidad porque así lo ordenó el Eterno, está estudiando Torá. Si actúa según las sagradas enseñanzas en todos los ámbitos de su vida, está viviendo según la Torá.

Sabido es también que a un ignorante que no sabe estudiar se le da la posibilidad de asociarse en el estudio, con un erudito de la Torá, apoyándolo en sus necesidades económicas, de esa manera recibirá recompensa del estudio, como dice la Guemara: quien dá a su hija como esposa a un discípulo de los Sabios o negocia a favor de los discípulos de los Sabios o los mantiene. la escritura lo considera como si se arrimara a la Providencia (Ketuvot 111 B)

Resulta que todo aquel que actúa teniendo como lema la Torá, todo se convierte en Torá.

Pero dice Rabí Dostay be Rabí Yanay “Todo aquel que olvida una palabra, no que se olvidó algo que estudió, ya que es natural que la memoria falle, sino que la idea de la Torá es para el algo irrelevante, y si es así, falla el Rabí, será considerado como sí hubiese perdido su alma”.



MISHNA 9

9. Rabí Janina ben Dosá dice: Todo aquel cuyo temor al pecado precede a su sabiduría; su sabiduría prevalecerá.

En cambio todo aquel que considera más importante su sabiduría que el temor a pecar, su sabiduría no perdurará.

Él solía decir: Todo aquel cuyas obras superan en número a su sabiduría, su sabiduría subsistirá en cambio todo aquel cuya sabiduría es mayor que sus obras, su sabiduría no subsistirá.

Rabí Janina ben Dosa era alumno de Rabí Iojanan ben Zakay, fue famoso por su rectitud y piedad y hacía milagros por intermedio de la oración.

Así leemos en la Guemara:

Ha sido enseñado que cuando Rabí Janina ben Dosa fue a estudiar junto a Raban Iojanan ben Zakai, el hijo del Raban cayó enfermo. Amigo Janina, le dijo él ¡padre, pide a HaShem que le cure! !

Y Rabí Janina se puso la cabeza entre las rodillas y empezó a orar, y el enfermo se curó. Entonces Raban Iojanan ben Zakai exclamó: si yo hubiera estado el día entero de rodillas, de nada me habría servido.

Y su mujer le dijo: ¿Acaso Janina es superior a ti?. No, respondió, delante de HaShem es como un esclavo del Señor (que puede entrar cuando quiere a su presencia), mientras que yo soy príncipe. (Berajot 34 b).

Rabí Janina Ben Dosa dice: Todo aquel que su temor al pecado precede a su sabiduría, su sabiduría prevalecerá.

Hay dos clases de estudiosos de la Torá, uno que observa los preceptos como le fueron entregados por sus padres y maestros. La finalidad de su estudio es entender lo que hace y ordenar sus actos por intermedio de la profundización de las fuentes ancestrales.

La otra clase de estudiosos de la Torá, no cumple los preceptos y ni siquiera tiene en mente observarlos aunque llegue a compenetrarse y entender su razón. Todo su interés se concentra en ampliar sus conocimientos y no para practicar el bien.

El primero que ve en el temor a HaShem la meta de su estudio ameritará que su sabiduría prevalecerá, el segundo que no estudia para poner sus conocimientos en práctica, verá que su sabiduría no perdurará.

El temor a HaShem, es la base de la sabiduría. No hay valor alguno superior al estudio de la Torá, que no conduce a su realización.

Explica el insigne Rabino Rabí Iosef Jaim.

Podemos comparar las buenas acciones a la vestimenta de una persona, pantalón, camisa y saco, y la sabiduría a un sombrero.

La persona que viste un sombrero, que acompaña a sus ropas, las complementa y le da un tinte de elegancia, pero si lo vestirá en ropa interior, se burlarán de él.

Lo mismo sucede con la sabiduría que es complemento al temor a HaShem como las personas no se consideran bien vestidas sin sombrero, de la misma manera no cumplirá con su deber, sino al estudiar con el fin de cumplir con la condición de que el temor a HaShem dirija a sus actos (Jasdei Avot)

Todo aquel cuyas obras superan en número a su sabiduría

Que piensa en todo momento cumplir un número mayor de preceptos y buenas acciones y que sus actos encausan su estudio como expresa el Rey David “El comienzo de la sabiduría es el temor a HaShem” (Tehilim 111:10).

Dice Rabí Shimon ben Eleazar: Todo aquel cuyas obras superan en número a su sabiduría ¿A qué se parece? a un jinete montado a caballo que tiene freno en su boca a todo lugar que quiere, lo conduce.

Y todo aquel que su sabiduría es mayor que sus obras

A que se parece, a aquel que monta sobre un caballo, que no tiene el freno en su boca, se cae y rompe su nuca (Avot de Rabi Natan 34).

Una persona se acercó al Rabí Menajem Mendel de Kotzk y pidió le aconsejara sobre la forma de atraer a sus hijos hacia el estudio de la Torá.

Estudia tu primero, dijo el Rabí, y tus hijos seguirán tu camino.

Todo aquel que su sabiduría es mayor que sus obras, su sabiduría no subsistirá

Estudia y no cumple, como no practica lo que estudia se olvidará finalmente lo que estudió.

Hemos de saber, que según sus actos que son en potencia fruto de su estudio ameritará que por intermedio de la ayuda del Eterno; que sus actos sean más numerosos que sus conocimientos y de esa manera, su sabiduría subsistirá.

En esto reside la diferencia entre el pensamiento de otros credos y de nuestra fe.

No podemos evaluarnos según nuestras fuerzas espirituales y pensar que estamos limitados en nuestro estudio e investigación.

Los actos, las distintas posibilidades que se nos presentan no pueden ser evaluados según nuestras fuerzas internas que son limitadas, sino según la fuerza del Eterno, que no tiene límite ni fin.

Y ¿cómo lograremos su ayuda?

Por intermedio de nuestra rectitud y creencia que nos conduce a tener completa fe en HaShem.

Por esa razón nos da la Torá la posibilidad de observar sus preceptos y no nos permitieron confiarnos solamente con la fuerza del alma.



MISHNA 10

10. También solía decir (en) aquel que el espíritu de las criaturas pone su confianza, el Espíritu del Señor pondrá su confianza, pero aquel sobre el cual el espíritu de las criaturas no ponga su confianza, el Espíritu del Señor, no la pondrá en él.

Rabí Dosa ben Harjinas dice: el sueño por la mañana, el vino a mediodía, la conversación de los niños y asistir a las reuniones de ignorantes, hacen salir al hombre del mundo.

Nuestra Mishná trae otro pensamiento de Rabí Janina ben Dosa, y esta vez, las cualidades de los seres humanos.

En aquel que el espíritu de las criaturas pone su confianza, el Espíritu del Señor pondrá su confianza.

Aquel que es querido por sus semejantes, gracias a sus buenas acciones, es también querido por el Santo bendito sea y así explica Rashi: Todo aquel que es querido por sus semejantes, seguro que es querido por HaShem.

No dirás “que me importa de la gente”, basta que me apegue al Eterno, y cumpla los preceptos para con Él (Rabí Iosef Iaabetz).

De la misma manera que cumplimos los preceptos entre hombre y HaShem, hemos de cumplir lo relativo a la relación con nuestros semejantes.

El que estudia y sirve a los Sabios, su forma de hablar es respetuosa, y sus relaciones con las demás personas es basándose en honestidad y rectitud, ¿qué dicen las personas?, Fíjense fulano que estudia Torá, ¡Feliz su padre que le enseñó! ¡Feliz su Rabí que le enseñó Torá!

¿Vieron a fulano que estudió Torá?, ¡Que bien se comporta! que modales. Sobre él dice el versículo: “ y me ha dicho: Tú eres Mi siervo, oh Israel, en quien Me glorificaré” (Isheiahu 49:3).

Al observar las leyes de la Torá y comportarnos correctamente con nuestro semejantes, santificaremos el nombre de HaShem y elevaremos el honor de la Torá.

Pero aquél sobre el cual el espíritu de las criaturas no ponga su confianza, el Espíritu del Señor no la pondrá en él.

Sobre aquel que estudia y su comportamiento no es el adecuado a su preparación dicen los Sabios del Talmud: ¡Ay del padre que le enseñó Torá!

¡Ay del Rabino que lo ilustró! Fulano que estudió Torá, ¡vean ustedes que corruptos son sus actos!, (Ioma 86:1)

Rabí Dosa ben Harjinas dice: (actuó en la época de Rabí Iojanan ben Zakay).

El sueño por la mañana: La persona que en vez de despertarse a tiempo, para la lectura de la Shemá y el Servicio de HaShem, continúa durmiendo no hace más que embriagarse en su sueño (Rashi), se mantiene ocioso, no estudia Torá, y finalmente pecará (Rabenu Iona).

El vino del mediodía: El vino se filtra en cada miembro del cuerpo, éste se afloja y la mente se atrofia. La lengua se afloja y afloran los secretos y así dice el Midrash. Entró vino, salió el secreto, según el vino, así los secretos, el valor numérico de vino, en hebreo Iain es equivalente a Sod – secreto.

Yain (vino) Iod = 10, iod =10, nun = 50, SAMEJ = 60, VAV = 6, Dalet = 4 = 70 (Sod. secreto)

Recuerde a algunos personajes bíblicos como Noaj, Lot, y los participantes del banquete de Ajashverosh, que tomaron de su vino (Tratado de Meguilá 12:1).

La conversación de los niños: HaShem ordena a Ieoshua, el sucesor de Moshé nuestro maestro: no se aparte de tu boca éste libro de Torá, antes medita en ella de día y de noche (1:8), es por eso que no debemos de perder el tiempo en conversaciones banales, hemos de hablar y educar a nuestros niños, todo el tiempo que sea necesario, pero debemos cuidarnos de no gastar el tiempo, en temas sin importancia. Debemos fijar el tiempo para estudiar Torá, si no podemos hacerlo en nuestros hogares, iremos a la sinagoga a estudiar. Los niños al final tomarán ejemplo de los padres, y sabrán invertir el tiempo en forma positiva y así profundizar en el estudio de la Torá.

Y asistir a la reunión de ignorantes: Son las reuniones donde las personas pierden su tiempo hablando necedades, bien lo definió el Rey David “Bienaventurado el hombre que no anda en el consejo de los inicuos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en el banco de los burlones” (Tehilim 1:1).

Frente a los lugares de reunión, donde la gente malgasta su tiempo, en tiempo de los romanos, eran el teatro y el circo y en nuestro tiempo, todos aquellos lugares donde se educan las masas, los sabios hablan sobre el “Bet-hakeneset, sinagoga, y Bet-Hamidrash” (casa de estudio), donde los asistentes encuentran respuestas a los tantos impoderantes de nuestra vida terrenal y elevan preces a HaShem.

Hacen salir al hombre del mundo: En el (Capítulo 2, Mishná 11), estudiamos la envidia, la mala inclinación, y el odio de las criaturas, expulsan al hombre del mundo. Estas tres cosas son nocivas para el cuerpo y hacen que el ser humano acorte los años de su vida.

Las cuatro cosas recordadas en nuestra Mishná, el sueño, el vino, la conversación sin sentido, y la reunión con gente de bajo nivel moral, no son a primera vista, peligrosas ellas puede que no, pero las consecuencias, la pérdida de tiempo y el no ocuparse del estudio, pueden llevar a la persona a camino sin salida (según Rabí Shimón Duran y Rabí Iosef Jaim).

Nuestros sabios, hacían lo imposible para no perder un minuto en vano, y planeaban hasta el último detalle, para no desperdiciar su tiempo.

Cuentan que Rabí Israel Hacohen, el Jafetz, Jaim, realizaba en la noche de Iom-Kipur, un análisis y estudio estricto de las horas y minutos del año saliente para verificar si desperdició su tiempo. Una vez encontró diez minutos, que no aparecían bajo un tema, y sobre ellos lloró copiosamente.

Rabí Eliahu el Gaon de Vilna, acostumbraba estudiar en las largas y frías noches de invierno, en una habitación sin calefacción, y ponía sus pies en agua fría para no dormirse; para no ser molestado durante el día por los caminantes, cerraba herméticamente las persianas y estudiaba a la luz de la vela.

Solo así, podemos llegar a resultados en nuestro estudio, y llenar el contenido judío a nosotros y a nuestras familias.

MISHNA 11

11. Rabí Eleazar Hamodaí dice: quien profana las cosas sagradas, desprecia las festividades, quien hace palidecer el rostro de su prójimo públicamente, quebranta el pacto de Abraham, nuestro patriarca; el que halla una manera falsa de interpretar la Torá, manera que no está de acuerdo con la Halaja aunque posea Torá y buenas obras no tendrá parte en el mundo por venir.

Rabí Eleazar, habitó en Modiin, cercana a Jerusalem, la ciudad de la familia de los Hasmoneos, era tío de Shimón Bar Kojba, y uno de sus seguidores, pero fue finalmente muerto, porque fue sospechoso de colaborar con los romanos. En esta Mishná detallo los cinco pecados que impiden a la persona tener parte en el “Olam haba”, (mundo venidero).

Quien profana las cosas sagradas: se refiere a las ofrendas, aquel que nos le da el honor debido hace algún defecto a los animales que están por ser ofrendados, y como su actitud es consecuencia de desprecio o parecidos, se comprende que niegue su santidad, y que no cree que HaShem ordenó que sean servidos.

Desprecia a las festividades: No dice profana, porque la Mishná habla sobre aquellos que trabajan, sin necesidad, en los días intermedios (jol Hamoed de Pesaj o Sucot) Rabí Iosef Iaabetz.

¿En que se expresa el desprecio? no preparan comidas especiales, ni visten ropas festivas, ellos y sus familiares y no porque no pueden hacerlo por razones económicas (Rabí Iosef Vaknin).

Quien hace palidecer (avergonzar) el rostro de su prójimo públicamente.

Leemos en el (Tratado Baba Metzia 58:2) “Avergonzar públicamente al prójimo es lo mismo que derramar sangre”.

Abaie preguntó al Rabí Dimi: ¿qué tratan de evitar cuidadosamente en el Oeste? (se refiere a Eretz Israel, que se encuentra al Oeste de Babilonia); hacer palidecer los rostros (de vergüenza) respondió.

Porque todos que bajan al infierno vuelven a subir menos tres, que bajan pero no vuelven a subir, entre ellos el que avergüenza públicamente al prójimo. En nombre de Rabí Shimón Bar Iojai dijeron: “Es preferible arrojarse dentro de un horno encendido para no avergonzar públicamente al prójimo (Idem 59:1). El Talmud trae como prueba un episodio bíblico el de Yehuda y Tamar (Breshit 38).

Cuando le avisaron a Yehuda que Tamar su nuera estaba grávida ordenó que la quemaran, porque era hija de Shem, que era Cohen (sacerdote), y como pensaba que se prostituyó el Tribunal la condenó a morir en el fuego.

Tamar envió a decir, indirectamente a Iehuda quien era el padre de su criatura para no acusarlo en público.

Y el Talmud nos cuenta sobre Abba el sangrador quien para no avergonzar a la gente que venía a recibir sus servicios colocó fuera de su local una caja en la que sus clientes depositaban los honorarios. Los que podían pagar, dejaban caer en ella el dinero, pero quienes no podían hacerlo también acudían a él, sin sentirse sobrecogidos (Taanit 21).

El que desprecia las festividades, y el que hace palidecer el rostro de su prójimo públicamente… no tiene parte en el mundo por venir.

Por que dice la Mishná desprecia y no, profana las festividades para enseñarnos que al despreciar las festividades, demuestra que no encuentra ninguna diferencia entre días hábiles y festivos. La falta de “sensibilidad”, es algo muy grave porque arrastra su falta de valor para con nuestra Torá y nuestras tradiciones, y por lo tanto se desconecta totalmente de la Torá y la vida judía.

Lo mismo ocurre con el que avergüenza a su compañero en público; su acción es consecuencia de la falta de interés, sensibilidad y respeto para con su semejante.

Si lo respetase no lo avergonzaría públicamente y por esa razón no tiene parte en el mundo por venir

Quebranta el pacto de Abraham, nuestro patriarca

Quien no circuncida a su hijo, o no se circuncida a sí mismo, si no le practicaron cuando niño, o se cubrió el prepucio, para que no reconozcan que es circunciso.

El que halla una manera falsa de interpretar la Torá

Aquel que interpreta la Torá en forma contraria a lo explicado por la Halaja (ley Judía), o que diga que la Torá es solo una metáfora, por ejemplo: el que dice que la prohibición de comer cochino no se refiere a la prohibición de ingerir ese animal, sino que viene a enseñar que no nos comportemos como tales, ésta es una falsa interpretación de las enseñanzas. Cierto es que la Torá posee aspectos esotéricos, pero antes de todo tenemos la obligación de cumplir los preceptos que están claros y nítidamente ordenados en la Torá (según la explicación de Hameiri).

La razón de las falsas interpretaciones de la Torá, proviene del haber roto con la vida normativa judía, ordenada por la Torá, hay conexión entre el no cumplir los preceptos con el hecho de tergiversar el verdadero sentido de las escrituras, que nos fueron transmitidas por nuestros Rabinos durante generaciones.

Leamos las palabras de Rambam Rabí Moshé ben Maimón, en Meila (Sacrilegios), (Mishné Torá capítulo 8:8.8). Es bueno que el hombre contemple las leyes de la sacra Torá y penetre al fondo de las cuestiones conforme a su capacidad.

Y si no encuentra en cierto caso el sentido o la causa de algo, no ha de desdeñar esa cosa, ni ha de “intentar subir hasta el Eterno, no sea que Él haga estragos en él” (Éxodo XIX, 24). No debe pensar en una cosa así como quien piensa en las demás cuestiones seculares.

Piensa hasta qué punto es rigurosa la Torá en materia de sacrilegio. Si las maderas, las piedras, el polvo y la ceniza, por el solo hecho de haberse proclamado sobre ellos el Nombre del Eterno, quedan santificados, y quienquiera que les dé un trato secular comete sacrilegio, requiriendo expiación incluso si obró involuntariamente, con mucha más razón, en el caso de los preceptos que el Santo Bendito Sea, nos ha grabado, el hombre no debe revelarse contra ellos sólo por no conocer su sentido, ni ha de imputar a HaShem como quien piensa en asuntos seculares. Pues está escrito en la Torá “Observaréis todas mis leyes y mis juicios, y los cumpliréis (Levítico XIX, 37), y a ello dijeron los sabios: Observar y cumplir las normas lo mismo que las leyes. Observar está claro: consiste en aplicar las normas; en cuanto a cumplir, significa cuidar de no pensar que sean menos importantes que las leyes. Son leyes los preceptos cuyo sentido es manifiesto y se sabe qué beneficios se derivan de aplicarlos en este mundo, como la prohibición del despojo y del derramamiento de sangre, o la obligación de honrar al padre y a la madre. Son normas los preceptos cuyo sentido no se sabe, como la prohibición de comer carne de cerdo o carne con leche, o las disposiciones concernientes a la becerra desnucada, a la vaca roja o al chivo emisario.

Escribe Rabí Iser Zalman Meltzer, en su libro “Eben HaEzel”

El Rambam compara la negación de la Torá y la revelación contra el cumplimiento de los preceptos con el que comete sacrilegio con los utensilios del templo; y es conocida la opinión de Rambam que se considera sacrilegio sólo cuando se le dá un trato secular a los artículos que fueron ya santificados. Los Rabinos Tosaftitas opinan que en el momento que esos artículos fueron sacados del “Hekdesh” (de su santidad) son considerados profanados, aunque no le hayan dado todavía ningún uso.

Aparte del sacrilegio cometido con los artículos del templo, el revelarse contra el cumplimiento, es consecuencia del instinto de destrucción, y por esa razón el que se desconecta de la vida normativa judía es considerado un “agresor y hacedor de daños”.

Explica el Rabino, que el Rambam (Maimonides) viene a enseñarnos que si una persona no sabe y no entiende la razón de un “precepto” y quiere inventar una razón sólo logrará crear equívocos, confusión y destrucción, porque dirá que de esta forma no ordenó la Torá. Y no para estos tiempos habló la Torá, y de esta manera destruirá todas las leyes de la Torá y sobre eso escribió: ni ha de intentar subir al Eterno, no sea que Él haga estragos en él (Shmot 19:24).

Aunque posea Torá y buenas obras, no tendrá parte en el mundo por venir: ¿Por qué razón fallaron tan severamente sobre los pecados mencionados en esta Mishná?

Porque estos pecados son más graves que los otros, el ingerir alimentos prohibidos, por ejemplo, puede ser consecuencia del empuje del instinto, pero al quebrantar el precepto de la circuncisión, o dar una falsa interpretación a la Torá provienen de la negación de la Torá y desprecio del verbo de HaShem (Pinjas Kehati).

MISHNA 12

12. Rabí Ishmael dice: Sé sumiso (presto a servir) ante un hombre importante y honorable, sé complaciente con la juventud, y acoge a todas las personas con alegría.

Rabí Ishmael, era compañero de Rabí Akiva, uno de sus maestros; fue Rabí Ieoshua ben Jananiá, que lo rescató cuando niño, de la presión romana. También de Rabí Nejunia ben Hakaná y Rabí Eleazar recibió sus enseñanzas.

En ésta Mishná nos enseña el deber de comportarnos con honor y respeto con nuestros semejantes, sin distinción de clases y religión y así leemos en (Berajot 8:)

Un gentil se topó con Rabí Ishmael y lo bendijo, el Rabí le devolvió el saludo y dijo: es sobre tí que dice el versículo: “Y los que te bendicen – serán benditos”.

Sé sumiso (presto a servir) ante un hombre importante y honorable.

Como ya dijimos, Rabí Ishmael estuvo tiempo en la prisión romana, y sufrió muchas penurias y tratos crueles. Hay personas que al haber sufrido por manos de otras, adopta esa misma conducta, como medio de venganza. No fue así el Rabí, a pesar de las vicisitudes sufridas predicó el buen comportamiento y la gentileza, para todos los seres humanos sin excepción.

No solamente rendirás honores a los adultos, sino que también a los jóvenes los tratarás con paciencia y con humildad y no con orgullo y altanería, a todos, a los mayores y a los jóvenes los recibirás con alegría.

Rabí Iosef Jaim de Bagdad, cuando recibía a un Talmid – Jajam (erudito de la Torá), lo hacía con entusiasmo y alegría, escuchando pacientemente sus palabras y al despedirse lo acompañaba hasta la puerta, cuando el que lo visitaba era un joven Talmid-Jajam (erudito de la Torá), se levantaba a recibirlo, lo sentaba a su lado y le hablaba como lo hace un padre con su hijo (Niflaim maaseja).

Y acoge a todas las personas con alegría

Si tienes una fiesta en tu casa, no olvides invitar a todos tus amigos y conocidos porque al olvidarte de alguien se enojará y no te lo perdonará.



MISHNA 13

13. Rabí Akiva dice: burla, risa y frivolidad conducen al hombre a la ignominia:

La tradición es una valla para (defender) la Torá.

Los diezmos son una valla para la riqueza.

Las promesas lo son para la abstinencia. La cerca de la sabiduría en el silencio.

Rabí Akiva era un hombre de una gran sabiduría en todas las materias judaicas, por sus propias fuerzas llegó a ocupar un lugar muy importante dentro de los líderes de nuestro pueblo, murió en aras de la “santificación” del nombre de HaShem (Kidush HaShem).

Sus maestros principales fueron Rabí Eliezer y Rabí Ieoshua.

En nuestra Mishná Rabí Akiva enumera a cinco vallas que ayudaran a alejarnos del pecado.

Rabí Akiva dice: burla y frivolidad conduce al hombre a la ignominia.

Atraen al hombre al pecado, generalmente el ser humano se cuida de no pecar, pero cuando pasa su tiempo en vanidades, festejos y parecidos, se acostumbra rápidamente al camino del mal, no como aquella persona que entra en agua fría, al principio tiembla de frío pero después de un tiempo se acostumbra al frío. (Según Rabí Iosef Iaabetz).

En que se relaciona la risa y la frivolidad con la ignominia, leamos lo que escribir Rabí Moshé Jaim Lutzato en su libro Mesilat Iesharim “La senda de los Justos”.

“Pero el segundo, se presenta mucho más difícil, la frivolidad y la burla, pues quien se hunde en ellos es como si se hundiera en el océano del que es extremadamente difícil salir Porque la burla pierde al corazón del hombre y ya ni el sentido común ni la razón gobiernan en él y es como un borracho o un tonto a los que no se los puede conducir pues no reciben nuestra dirección como lo advirtió el rey Salomón: “A la risa la apodé locura y de la alegría dije ¿Para qué sirve?” (Koh. 2-2). Y nuestros sabios dijeron: “La frivolidad y la ligereza conducen al hombre al adulterio” (Principio 3-13), pues aún siendo el incesto algo grave para todo ser racional y su corazón teme de acercarse a él por lo que ya representa en su mente como tremendo pecado y enorme castigo, sin embargo la frivolidad y la ligereza lo van disimulando lentamente y lo acercan a él en forma progresiva hasta que el temor se quita de sobre el paso a paso, grado a grado y llega al pecado mismo y lo comete.

¿Y todo esto por qué? pues del mismo modo en que la realidad de la advertencia depende de la atención sobre la finalidad, así toda la función de la burla no es sino alejar la atención de los pensamientos rectos y de las reflexiones, y de esta manera no llegará a su corazón.

Fíjate en la dificultad de la burla y su depravación extrema, que así como el escudo untado en aceite rechaza y desliza las flechas y las arroja a la tierra sin permitirle que lleguen hasta las personas, así la burla actúa ante la amonestación y el reproche, pues con una frivolidad o una pequeña burla, el hombre quita de sí, gran parte del despertar y del entusiasmo que el corazón por si logra al ver o escuchar cosas que lo inciten al análisis y el examen de sus actos, pero la fuerza de la burla tira todo por tierra y ya no le hará efecto el absoluto. Y no por ser intelectivo el reproche o por falta de comprensión, sino porque la fuerza de la frivolidad destruye toda cuestión moral o de temor divino.

He aquí que el profeta Isheiau clamaba sobre ello duramente pues observó que ello constituía un impedimento para que sus amonestaciones surtieran efecto y destruía la esperanza de los pecadores, como é lo dijo: “Y ahora no os burléis por si se apretarán vuestras ligaduras” (Isheiau 28:22). Y así comentaron nuestros sabios: “El frívolo se ocasiona a sí mismo, sufrimientos” (Tratado de Avodá Zará 18), y es lo que el mismo versículo nos dice claramente: “Se preparan para los burlones castigos” (Proverbios 19) siendo esto algo lógico, ya que quien se conmueve en su análisis y en sus estudios no necesita castigos físicos pues ya se arrepentirá de su pecado sin ello, con la fuerza de los pensamientos que nacen en su corazón por medio de lo que lee o de las amonestaciones y reproches que oye. Pero los burlones que no se impresionan de las reprimendas por la fuerza de su frivolidad, no tienen otra solución sino los castigos, pues ellos no podrán la burla rechazar como rechaza el reproche.

La tradición es una valla para defender la Torá.

Las tradiciones y enseñanzas que nos entregaron nuestros Rabinos son de vital importancia, porque sin ellas, sin la Torá oral, no entenderíamos el verdadero sentido e interpretación de la Torá y sus leyes, sin éstas la Torá perecería, como un viñedo sin cerca, cada cual haría de él lo que le plazca, por esa razón debemos tener en cuenta solo las enseñanzas que tienen base y principios emanados de la Torá de Moshé de Sinaí, entregados con su espíritu y letra de generación en generación.

Los diezmos son una valla por la riqueza.

Cuando una persona diezmará de su cosecha, según lo ordena la ley, HaShem bendecirá su campo y su cosecha se multiplicará.

Practicar el diezmo, es en realidad, reforzar la riqueza.

Seguro podrá preguntar, si la intención de la Mishná es enseñarnos los caminos de HaShem y alejarnos del pecado, porque nos aconseja, Rabí Akiva, ¿cómo hacernos ricos? al decir: Los diezmos son una valla de la riqueza.

Podemos decir, explica Rabí Elimelej de Lizansk, autor de “Noam Elimelej” que el ser humano debe santificarse a sí mismo con la comida debida y el dinero que sobre ellos gobierna el instinto, lo que no sucede con la Torá y la oración en ellos el incitador (ietzer hará), no tiene lugar

En los “deseos humanos” se encuentra mayormente el incitador, por lo tanto debemos comportarnos de manera tal, que el que nos acecha no nos inunde con sus artimañas.

También el dinero y los bienes materiales deben ser santificados, el comercio debe ser honesto, según las reglas escritas en nuestros libros.

Los diezmos son la valla de la riqueza.

Debemos santificar nuestro dinero hasta que la santidad que reside en los diezmos que entregamos, sea solamente una valla, una pequeña parte de la santidad de todos nuestros bienes.

Las promesas lo son para la abstinencia.

Cuando una persona se abstiene a hacer cosas, aunque sean permitidas para así no caer en lo prohibitivo, podrá hacer una promesa, para reforzar su voluntad y detener al instinto.

Por ejemplo, una persona tiene inclinación por la bebida, ó por el cigarrillo, quiere dejar de beber y de fumar, no todos pueden dejar de hacerlo de una vez, ¿Qué hará? puede prometer, que no beberá ó no fumará durante una semana.

La promesa reforzará su voluntad, porque no querrá anularla: Cuando la semana llegue a su término verá que puede cumplirlo, lo renovará una y otra vez, y poco a poco anulará sus malos hábitos (Según Rabí Iona de Gerondi).

La cerca dé la sabiduría es el silencio

Rabí Ovadia de Bartenura explica que la intención del silencio sobre el cual habla la Mishná se refiere a que el ser humano debe hablar lo menos posible con su prójimo, sobre lo cual dijo el rey Shlomo: “Aún el necio cuando calla, es tenido por sabio” (Mishle 17:28), agrega el autor de “Tosafot Iom-Tov”, si el necio que calla es tenido por sabio, habrás de decir que el que calla, es sabio.

Según este pensamiento aprendemos que el silencio es parte inseparable de la sabiduría.

Nuestros sabios enumeraron las siete cualidades del sabio: Un sabio no habla ante una persona que lo supera en conocimientos. No interrumpe a su compañero. No se apresura en responder. Pregunta y contesta con sumo criterio. Contesta según la importancia de los asuntos tratados.

Si no tiene conocimiento del tema dice: no sé, acepta la verdad (Avot 5:7).

De las siete cualidades, cuatro tienen relación con el silencio. Aprendemos que el silencio es la cualidad más importante del sabio. Y si preguntas que utilidad tendremos de las vallas y las cercas que nos ponen nuestros sabios, te diré que la Torá; quien conoce el alma humana, y sus inclinaciones a los más distintos deseos, por eso nos dio distintos, “medios de defensa” que pueden detener a los deseos e instintos más fuertes del pecador.

Estas vallas son como un semáforo que nos recuerda y detiene ante el pecado.

MISHNA 14

14. (También) solía decir: amado es el hombre porque fue creado a la imagen (de HaShem), gracias a un amor especial se le ha dado a conocer que fue creado a imagen (de HaShem), pues está escrito: “porque a imagen de HaShem fue hecho el hombre” (Breshit 9:6).

Amados son los israelitas porque son llamados hijos del Señor A consecuencia de un amor particular les ha sido dado a conocer que son llamados hijos del Señor según está escrito: “hijos son del Señor, Vuestro HaShem” (Debarim 14:1).

Amados son los israelitas porque les fue dado un instrumento magnífico, ya que está escrito: “porque doctrina buena os he dado, mi Torá no desdeñéis” (Mishle 4:2).

En ésta “Mishná” Rabí Akiva, nos educa a amar a todos los seres humanos en general, y al pueblo de Israel en particular, conocida es su acotación sobre el versículo “Y amarás a Tu prójimo como a TI mismo” (Vaikra 19:18) “es un gran principio de la Torá”.

(También) solía decir: amado es el hombre porque fue creado a la imagen (de HaShem). Gracias a un amor especial se le ha dado a conocer que fue creado a la imagen (de HaShem).

HaShem agració al hombre con la fuerza intelectual con ésta se diferencia de todas las criaturas y su finalidad es “conocer a HaShem”, según su alcance. (Rambam).

Todas las personas sin diferencia de sexo y religión, justo o malvado, fueron creadas “betzelem” a la imagen de HaShem, como ya explicamos, por esa razón esta en un nivel superior a las otras criaturas pertenecientes al reino mineral vegetal, animal, y todo lo existente fue creado para servir a los seres humanos.

Así leemos en la Torá “Y los bendijo y les dijo HaShem: Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra y sometedla y tened dominio sobre los peces del mar y sobre todo el animal que se mueve sobre la tierra y dijo HaShem: He aquí que os he dado toda hierba que da simiente… y todo árbol” (Breshit 1:28-29).

El hombre fue creado en la víspera del “sábado” ¿por qué? Se parece a aquel rey que construyó un palacio, lo amuebló y lo preparó para un gran banquete y después recibió a los huéspedes (Sanhedrín 38).

Sabemos de muchas culturas y civilizaciones las cuales se conducen por medio de diferencias sociales y estas diferencias no pueden ser eliminadas, el esclavo es inferior a su amo, el labrador es inferior al noble, y demás está decir de los extranjeros.

Según la concepción judaica todos los seres humanos son iguales en su esencia, porque tienen un origen común y en el Talmud “Un solo hombre fue creado, ¿porque? para que no diga el uno al otro: “Mi padre es más grande que el tuyo” (Sanhedrín 38).

Todos los seres humanos pueden alcanzar una misma meta y nivel.

Esta filosofía que abandera el honor y respeto hacia todos los seres humanos explica todas las leyes que hablan sobre la buena relación hacia el pobre, el esclavo, el alumno, la mujer, el huérfano, el extranjero, el converso, al enemigo, y al prisionero.

Todos estos, que para otros pueblos, son considerados seres inferiores, con derecho cívicos limitados, o faltos de derecho básico, reciben en nuestro seno, defensa, apoyo y ayuda.

Ricos y pobres son juzgados por igual.

Amados son los israelitas, porque son llamados hijos de HaShem

Rabí Akiva nos enseñó claramente que todos los seres humanos, sin excepción son iguales, y por lo tanto son amados por HaShem.

Ahora nos enseña que el pueblo judío está en un nivel superior con relación a los otros pueblos porque son llamados “hijos de HaShem”.

¿Acaso hay aquí una contradicción entre los dos conceptos vertidos por Rabí Akiva?

El primero indica igualdad entre los hombres

El segundo, diferente nivel.

No existe ninguna contradicción. Al principio todos los hombres eran iguales, poco después, cada uno eligió su camino.

Adam, el primer hombre, conoció a HaShem y con seguridad enseñó a sus hijos el camino hacia Él.

Pero, Caín, eligió ir por el mal camino.

En los días de Noaj, podían sus contemporáneos comportarse como él, y haciendo así podían haberse salvado, pero, la humanidad eligió otro camino.

Cuando Abraham, nuestro patriarca, enseñó a los hombres de Aram Naharaim, la Mesopotamia, la existencia de un solo D-s solo unos pocos siguieron su camino, reafirmando la fe monoteísta.

Lo mismo sucedió cuando HaShem entregó la Torá en su oportunidad, le ofreció a los pueblos del mundo, ellos se negaron a recibirla, solo el pueblo de Israel dijo: Haremos y escucharemos.

Para resumir el concepto diremos que al principio no hubo diferencia alguna entre los seres humanos. Cada individuo en particular y pueblos en general tuvo la oportunidad de elegir el camino del bien, y al hacerlo se elevaría a un alto nivel ético-moral.

Pero en verdad, fue el pueblo de Israel que eligió éste camino, al comienzo, por intermedio del pacto que firmaron los patriarcas con HaShem y después al recibir la Torá.

Estos dos actos fueron los que en realidad elevaron al pueblo de Israel al nivel de hijo de HaShem.

Hemos de saber que no se ha cerrado el camino para los pueblos del mundo, todo aquel que desea ser parte del pueblo judío convirtiéndose en un Guer Tzedek, converso justo, cumpliendo las leyes de nuestra Sagrada Torá y viviendo una vida judía completa, rigiéndose por el Shulján Aruj serán bienvenidos.

Nuestra larga historia recuerda a grandes personalidades que se convirtieron a nuestra fe, recordemos a Shmia y Avtalión, y al autor de nuestra “Mishná”, Rabí Akiva, que fue hijo de conversos.

Amados son los israelitas porque les fue dado un instrumento magnifico.

Dos grandes principios aprendimos ya de Rabí Akiva.

El 1ro. “amado es el hombre porque fue creado a la imagen de HaShem”

El 2do. “amados son los israelitas porque son llamados hijos de D-s.”

El 3er principio indica un nivel superior dentro del pueblo judío.

Todos los israelitas son llamados “hijos de HaShem” por el mérito de los patriarcas y por haber recibido la Torá en el Monte Sinay.

Rabí Akiva nos indica que aquellos que observan la vida normativa, por medio del cumplimiento de las “mitzvot (preceptos) están en el nivel superior

Ese instrumento magnifico, la Torá se conecta con el cuerpo del pueblo de Israel, y se convierte en un ente inseparable e indivisible del quehacer de nuestro pueblo. Los estudiosos de la Torá son llamados “Klei-jemdá”, instrumentos magníficos.

La Torá los transforma, en piedras preciosas que alumbran a corta y larga distancia.

MISHNA 15

15. Todo está previsto y (sin embargo) la libertad (nos) fue dada. Con bondad el mundo es juzgado, todo ello según el número de acciones.

Rabí Akiva, nos trae un concepto profundo sobre el cual dijo el Rambam (Maimonides) en su libro “Hamaor”. Este texto contiene un principio muy importante del judaísmo.

Todo está previsto. Todo lo que el ser humano ha de hacer, es sabido de antemano por HaShem. Pero a pesar de eso, HaShem no se inmiscuye en la elección del hombre cada uno elige su propio camino, el del bien, o el del mal.

Los seres humanos poseen libre albedrío, parece ser que estamos ante una contradicción ya que si HaShem sabe de antemano lo que elegirá el hombre ¿qué puede cambiar si ya HaShem, lo tenía previsto?.

De todas manera no existe contradicción alguna, el tema es muy profundo, y está lejos del alcance del entendimiento de la mente humana y así está escrito: “Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son Mis caminos, dice el Señor. Porque como los cielos son más altos que la Tierra, así Mis caminos son más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos que vuestros pensamientos (Isheiau – 55-8/9).

Leemos en “Hiljot Teshuvá” (Leyes relativas al arrepentimiento de Maimonides, capítulo 5).

1. Todo hombre goza de libre albedrío: Si quiere inclinarse por el buen camino y ser un hombre justo, es libre para ello; si quiere inclinarse por el mal camino y ser un malvado, es libre para ello. Esto es lo que está escrito en la Torá: “He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros para conocer el bien y el mal” (Génesis III, 22). Es decir: He aquí que la especie humana es única en el mundo, sin que haya otra especie que se le parezca en este sentido; que el hombre, por sí mismo, por su entendimiento y pensamiento, conoce el bien y el mal y hace todo lo que desea, sin que nadie le impida hacer el bien o el mal, y sólo por eso pudo HaShem agregar: “Quizás extienda su mano y tome también del árbol de la vida”

2. No vayas a pensar esto que dicen tanto los necios de las otras naciones como muchas personas torpes de entre los judíos: que HaShem decreta, desde el momento de crear a cada hombre, si ha de ser justo o malvado. No es así sino que a todo hombre cuadra ser justo como nuestro maestro Moisés o malvado como Jerabam, al igual que sabio o necio, misericordioso o cruel, avaro o pródigo, y así en todos los demás rasgos. Nadie lo obliga, nadie se lo decreta y nadie lo arrastra por ninguno de los dos caminos, sino que él mismo, por su propia determinación, se inclina hacia el camino que prefiere. Es lo que dice Irmiahu: “No es de boca del Altísimo que salen los males y el bien” (Lamentaciones III, 38); es decir, que el Creador no decreta que el hombre sea bueno o malo.

Y puesto que es así he aquí que el pecador sea bueno o malo.

Y puesto que es así, he aquí que el pecador es quien se pierde a sí mismo, y tiene razones para llorar y lamentar sus faltas y el mal que le hizo a su propia alma.

En cierta ocasión, un visitante preguntó a un Rabino si HaShem quiere que creamos en Él. La respuesta fue positiva. Este es el primer mandamiento que nos exige creer en Su existencia, según afirma Maimonides. La segunda pregunta fue: ¿Por qué? El Rabino contestó diciendo que creyendo en la existencia de HaShem, nuestras vidas se engrandecen y enriquecen. Somos mejores seres humanos, más completos y felices, alcanzando mayor satisfacción. HaShem quiere que creamos en Él, esto es una expresión de Su amor por nosotros.

La tercera pregunta: ¿Por qué HaShem no hace que esta creencia en Él y Sus mandamientos sea más fácil? si así lo hiciera, todos creyesen en Él. El Rabino preguntó entonces: ¿Cómo propone usted que HaShem haga esto? A lo cual el visitante dijo: Muy sencillo. Si alguien peca, debe ser castigado inmediatamente y si cumple un mandamiento debe ser recompensado enseguida.

Así todos llegarían a la conclusión de que HaShem existe. El Rabino explicó que si HaShem hubiera deseado obediencia ciega, Él habría creado autómatas o robots, muñecos mecánicos sin capacidad de pensar ni sentir emociones humanas, sin libertad para elegir entre el bien y el mal. Por esto HaShem creó al hombre dotándole de libertad de acción, con intelecto para pensar y corazón para sentir

Si fuéramos castigados o recompensados inmediatamente por nuestras acciones esto sería equivalente a privarnos de libertad de acción. Es como el significado de un regalo.

Un regalo es apreciado como tal si es ofrecido voluntariamente, porque la persona que lo ofrece quiere donarlo. El regalo pierde su significado si es entregado por alguien que es forzado a entregarlo. Leamos el pensamiento de Adin Steinsaltz.

Un principio básico e inalterable que ha perdurado a través del pensamiento judío de todos los tiempos, es reconocer que el hombre tiene la libertad para escoger entre el bien y el mal. Es uno de los elementos fijos y seguros en las Sagradas Escrituras y en los escritos de los sabios. Además, se puede decir que este reconocimiento esencial del libre albedrío es tan básico al pensamiento judío, que ha llegado a ser una prueba de la autenticidad de la orientación judía.

Casi sin excepción, un sistema de pensamiento religiosos o filosófico que no acepte el principio de la libertad de acción, no pertenece de ningún modo a la esfera verdaderamente judía; aún si es totalmente ortodoxo en los demás aspectos.

(La contribución de Maimonides Joseph D. Benmamán Magen, Asociación Israelita de Venezuela)

Con bondad el mundo es juzgado:

HaShem juzga a sus criaturas con honestidad y rectitud, aunque a veces nos parece – como si la justicia no existiese en el mundo, y así está escrito:

HaShem piadoso y misericordioso, paciente y grande de merced y verdad (Shemot 34:6) y enseñan nuestros Sabios: “paciente”, con los justos y los malvados y en Tehilim: “Bueno es HaShem para todos” (111:1)

Para ejemplo la siguiente historia:

Moshé, nuestro Maestro, acostumbraba aislarse en el bosque para así profundizarse en su conexión con HaShem. Un día estando sentado bajo un árbol, a orillas de un pozo de agua vio a una persona que se acercó, tomó agua y abandonó el lugar, pero no notó que se le cayó una bolsa de monedas de oro.

Pasado unos minutos llegó otro señor, tomó agua, se sentó a descansar, y entonces se percató de la bolsa, la abrió y supo de su contenido, contento la tomó y emprendió nuevamente su camino.

Entonces llegó otra persona bebió del agua el pozo, en ese instante apareció la persona que se olvidó la bolsa de dinero, le exigió le devolviese su pertenencia, pensando que fue él quien lo tomó, este negó todo, discutieron y finalmente el verdadero dueño del dinero lo mató.

Moshé al ver ésta injusticia, clamó a HaShem

¡Mi Señor! ¿Porque no impediste ésta cruel maldad?

Y así le contestaron del cielo: “Has de saber, que el hombre que se olvidó la bolsa de monedas de oro, era un hombre justo y probo, pero su padre era un malvado, quien robó la bolsa de dinero del padre de la persona que la encontró, de esa manera recibió su herencia”.

Con respeto a la persona que fue asesinada te diré que él mató al hermano del asesino y ahora tomó su venganza para hacer saber que los caminos de HaShem son rectos y Tu no has de juzgar los caminos del Altísimo (Hagoren).

Hay muchas cosas que ocurren diariamente, que nos parecen injustas, pero si supiésemos los pormenores del caso puede y entenderíamos de otro modo.

Todo ello según el número de acciones

Si hay más acciones meritorias, será decretado inocente, y si la mayoría son pecados, será culpable (Rashi).

Cada ser humano tiene méritos y faltas. Aquel cuyos méritos son más que sus faltas, es un hombre justo. Aquel cuyas faltas son más que sus méritos es un malvado. Si se igualan en cantidad, es un hombre intermedio (Maimonides, Leyes de arrepentimiento, capítulo 3:1).

En su comentario a la “Mishná”, dice el Rambam: Según lo que el hombre multiplica sus actos de bien, así será más grande su recompensa. Aquella persona que reparte 100 monedas a cien personas, no recibirá la misma recompensa si da las 100 monedas a una sola persona, porque al dar ese monto una sola vez, pensará sólo una vez que todo pertenece a HaShem pero él que da cien veces, será cien campanas en su corazón que le recordarán, que todo pertenece al Eterno, y seguro es que cien hacen más efecto que una vez. Cien veces peleará con el “ietzer hará“, el incitador y de esa manera podrá vencerlo con facilidad.





MISHNA 16

16. (También) Él solía decir: Todo (Nos) fue dado en prenda, y una red está extendida sobre toda la vida.

La tienda está abierta y el tendero fía:

El Registro está abierto y la mano dispuesta a escribir; Todo aquél que quiera tomar prestado venga y tome. Pero eso sí, los recaudadores hacen un recorrido regular diariamente, y exigen al hombre el pago con su aquiescencia o sin ella; pero ellos saben a que atenerse, pues el juicio, es un juicio verdadero, y todo está preparado para el banquete.

Esta Mishná pertenece, también a Rabí Akiva, es un comentario a la anterior, y utiliza como ejemplo los sucesos de la vida diaria.

El mundo acá está representado por un negocio, y los seres humanos, son los compradores.



El Rabí Akiva Solía decir, todo (nos) fue dado en prenda

Todo lo que tiene el ser humano en éste mundo, su vida, sus familiares, sus pertenencias, son prendas en manos de HaShem. Si se comporta como es debido, vivirá bien, salud y riqueza, serán sus compañeros. Pero, si pecará, HaShem lo castigará, perderá su riqueza, su salud y morirá.

El alma de los humanos es prenda en manos de HaShem (Rashi).

Y una red está extendida sobre toda la vida

No solamente las pertenencias del ser humano, también la vida misma es prenda.

Y si preguntas que clase de red es la que está extendida sobre nuestra vida, te diré que se parece a distintos animales que fueron cazados por la red, ellos corren de un lado para otro dentro de la red, como si fueran libres, se divierten y disfrutan de las distintas comidas que hay dentro de la red, pero al querer liberarse de la red… descubrirán la verdad, la libertad es inalcanzable para ellos.

¡Así es la situación del ser humano, nos parece que somos libres, y que todo lo tenemos bajo control, pero estamos equivocados! Todos los asuntos terrenales son como un apetitoso banquete que está dentro de la red y que es usado como carnada para atraparnos.

La tienda está abierta: El ser humano puede lograr alegrías y satisfacciones. El hombre tiene libre albedrío, libre elección, todo está a su servicio.

El mundo se asemeja a un negocio, porque se puede encontrar en él lo que uno desea, como un gran supermercado, y los artículos son diferentes, amargos y dulces, calientes y fríos, secos y húmedos, duros y blandos – La elección está en manos del comprador

Este supermercado es el mundo, el ser humano compra, y en sus manos está hacer el bien, o el mal, poco o mucho, y el “tendero fía“.

La “Mishná” nos enseña que el Santo bendito Sea no castiga al pecador de inmediato, porque es paciente, y deja al hombre que haga “Teshuvá” y se arrepienta (Según Rabí Menajem Hameiri).

El registro está abierto, y la mano dispuesta a escribir

Cierto que HaShem fía, y da tiempo para pagar, pero todo está registrado en el “libro de las memorias” para en su tiempo cobrar las deudas y El no perdona nada.

Cada noche sube la “alma” al cielo, cuando el cuerpo duerme y allá registra toda acción realizada durante el día.

“Dos ángeles acompañan al hombre durante el día, y dos distintos durante la noche, y cada uno registra las acciones realizadas por los seres humanos (Rabeen Simja).

Todo aquel que quiera tomar prestado, venga y tome

No se obliga al ser humano, a hacer mal o bien, él puede elegir su camino.

Pero eso sí, los recaudadores hacen un recorrido regular

Los recaudadores enviados por el tendero, visitan a los clientes para cobrar la deuda, son constantes y lo hacen día a día, estos son alegóricamente las enfermedades, preocupaciones, penas, desgracias y la muerte que vienen a la persona como castigo por no haber pagado la deuda y no haber hecho lo que tenía que hacer.

Leemos en el Midrash Raba (Breshit: 10) que en tiempo del Talmud dos sabios se sentaron a estudiar Torá cerca de la orilla de un río, vieron a un escorpión cercano a ellos y a un sapo que salía del río y se acercó al escorpión, este se topó sobre la espalda del sapo, quien entró nuevamente al río.

El escorpión bajó a tierra, cerca de un hombre, lo mordió y mató.

En toda forma hace HaShem su diligencia (para premiar o castigar a Sus criaturas) también por medio de una serpiente, escorpión, sapo, hasta por intermedio de un mosquito (Idem)

Y exigen al hombre el pago, con su aquiescencia o sin ella.

Los enviados de HaShem castigan al ser humano según su pecado, si se recuerda o no, mejor será si se recuerda de las malas acciones cometidas, porque cuando recibirán el castigo, recordarán la razón y se arrepentirán.

Aquellos que no recuerdan las malas acciones piensan que fueron castigados injustamente se quejan ante HaShem, y de esa manera aumentan su pecado.

Pero ellos (los recaudadores) saben a que atenerse

ya que todo lo tienen registrado en sus libros.

HaShem no hiere a una persona sin razón, generalmente es un pecador En casos muy especiales pone HaShem a los hombres a prueba como en el caso de Abraham e Iov.

Debemos también destacar que HaShem da fuerzas a los pecadores para que puedan soportar el castigo.

Pues el juicio es un juicio verdadero.

A veces nos parece que no se nos hizo justicia, y no es verdad, hay actos que nos parecen malos y en verdad son buenos y al contrario debemos tener fe en HaShem y saber que todo lo hace con justicia y verdad. “Con verdad el mundo es juzgado”.

Cada persona debe bendecir al mal, como bendice al bien (Berajot 60).

Dos personas habían de ir al extranjero por negocios; pero como a una de ellas se le introdujo una espina en el pie, tuvo que aplazar su proyectado viaje y por ello comenzó a proferir reproches y blasfemias. Pero cuando más tarde se enteró que el buque en que viajaba su compañero se había ido a pique reconoció su falta de alcances y alabó al Señor por el favor que le había hecho (Nidá 31).

Y todo está preparado para el banquete:

se refiere al mundo por venir

Tanto los justos, como los ricos tienen parte en el mundo venidero, después de haber pagado su deuda.

La recompensa y el castigo que el ser humano recibe en éste mundo, proviene de la justicia divina, pero la recompensa y el castigo verdadero serán proporcionados en el “Olam haba” (mundo por venir).



MISHNA 17

17. Rabí Eleazar ben Azaria dice: si no existe Torá, no hay respeto, y sin respeto no hay Torá. Si no hay sabiduría, no hay temor, y sin temor no hay sabiduría. Si no hay conocimiento no hay comprensión, ni hay comprensión sin conocimiento. Sin alimento no hay Torá; pero sin Torá no hay alimento.

(También) solía decir: toda persona cuya sabiduría es superior a sus obras, ¿a qué se parece? A un árbol cuyas ramas son numerosas, pero sus raíces escasas; viene el viento y lo desarraiga y le obliga a doblarse sobre sí mismo, según está escrito: será como enebro en la estepa, y aunque le venga el bien, no lo verá; habita en las arideces del desierto, en tierra salitrosa e inhabitable (Irmiahu 17:6).

En cambio, todo aquel cuyas obras sean superiores a su sabiduría, ¿a qué puede compararse? A un árbol de pocas ramas, pero con numerosas raíces. Aunque todos los vientos el mundo vinieran y soplaran contra él, no le podrían mover de su sitio, según está escrito: y será como árbol plantado junto a las aguas y que hacia el torrente envía sus raíces; no teme que venga el calor, y conserva (siempre) verde el follaje. En año de sequía, no la siente, y no cesa de dar fruto (Irmiahu 17:8).

Rabí Eleazar ben Azaría fue uno de los grandes entre los Sabios de Yavne, por sus conocimientos y por su linaje, era décima generación de Ezra Hasofer (el escriba), que con Nejemia, construyeron el Segundo Templo, y reorganizaron la vida política, espiritual del pueblo en la tierra del Israel.

En la primera parte de la Mishná encontramos cuatro pensamientos, que contienen ideas contrapuestas. Rabí Eleazar quiere acentuar el hecho de que todo está conectado y un item depende del otro, y no podemos decir, que tema es más importante que el otro.

Si no existe Torá, si la persona no ha estudiado Torá, y Mishná, y no estuvo cerca de los estudiosos de la Torá

No hay respeto: No poseerá buenas costumbres ni mantendrá una conducta correcta para sus semejantes.

Y si no hay respeto, como todas las buenas cualidades están expresas en la Torá, Tzedaka (caridad) honestidad en el comercio, compasión y piedad, el ser humano deberá adquirirla y perfeccionarlas, y si no las posee.

No hay Torá, aunque sea conocedor de la Torá al no tener buenas cualidades no hay valor alguno en sus conocimientos judaicos. Sin buenos modales, no hay Torá.

Si no hay sabiduría: Si la persona no tiene conocimiento de Torá.

No hay temor: no podrá llegar a ser temeroso de HaShem. El temor a HaShem, se traduce en el cumplimiento de los preceptos (mitzvot) y en alejarse del pecado, y si no estudió ¿cómo podrá distinguir entre el bien y el mal, entre lo prohibido y lo permitido?

Si la persona pone como meta el estudio, pero no piensa observar la vida normativa judía ¿qué ganará de sus conocimientos y de su sabiduría? ya dijeron nuestros Sabios.

Lo principal no es la teoría, sino la práctica (Avot 1:17).

Si no hay conocimiento, no hay comprensión:

Daat (conocimiento) es lo que aprendió de su Rabí, lo que entendió en su corazón, se llama biná, comprensión.

El alumno adquiere conocimientos gracias a su Rabí, o a la lectura de los libros.

Comprender depende de nosotros mismos, al lograrlo, podremos utilizar los conocimientos adquiridos.

Sin alimento no hay Torá:

El ser humano está compuesto de materia y espíritu, sin alimento no podrá concentrarse y estudiar Torá.

Si no hay Torá, no hay alimento:

Aunque la materia es importante, no olvidemos la espiritualidad que forma también parte del ser humano como cita la Torá “no-solo de pan vive el hombre, sino que de todo lo que sale de la boca del Eterno vive el hombre” (Devarim 8:3). El alma necesita del alimento de la misma manera que el cuerpo, aunque parezca innecesario, aquel que no reconoce esta necesidad, despreciando la Torá tendrá problemas con sus necesidades materiales.

(También) solía decir: Toda persona cuya su sabiduría es superior a sus obras que estudia Torá, pero no la cumple.

¿A qué se parece? A un árbol cuyas ramas son numerosas pero sus raíces escasas

Porque los preceptos son las raíces, y la sabiduría son las ramas.

Viene el viento y lo desarraiga y le obliga a doblarse sobre sí mismo

Como las raíces no están arraigadas en la tierra el viento las destroza.

De la misma manera aquel que su sabiduría y conocimientos son más que sus acciones, su fin será que olvide todo lo que aprendió recuerden ¡Lo principal no es la teoría, sino la práctica! !

Según está escrito: será como enebro en el desierto “arar” (enebro) es un árbol sin hojas, que crece en el desierto.

Y aunque venga el bien no lo verá: también en temporada de lluvias, no verá ningún cambio.

Habita en la aridez del desierto, donde el calor y la sequía reinan y gobiernan.

En tierra salitrosa y no habitable: no crece nada, y por esa razón es inhabitable.

Pero aquel cuyas obras son superiores a su sabiduría: Que estudia para poner los conocimientos en práctica ¿a qué se parece? a un árbol de pocas ramas, pero con numerosas raíces, aunque todos los vientos del mundo vinieran y soplaran contra él, no le podrían mover de su sitio.

La persona que realiza buenas acciones, y posee temor a HaShem, ninguna mala influencia podrá hacer mella en él.

Porque está escrito y será como árbol plantado junto a las aguas, y que hacia el torrente envía sus raíces, no teme que venga el calor y conserva (siempre) verde el follaje. En año de sequía, no lo siente, y no cesa de dar fruto.

El Jajam judeo- español Yaabetz, uno de los expulsados de España, escribió que en los días de las persecuciones, la mayoría del pueblo poseían fe en el Creador, una fe simple y valerosa, y fueron ellos que respondieron a nuestros principios y se entregaron totalmente en aras de la santificación del nombre de HaShem, y aquellos sabios e investigadores que se ocupaban de las ciencias seculares no pudieron sostener su fe.

Y así dice la Mishná: Toda persona cuya sabiduría es superior a sus obras Su observancia y estudio de la Torá, están por debajo de sus acciones, porque se ocupan en el estudio de otras ciencias académicas, sin basarse en la Torá se asemeja a aquel árbol, cuyas ramas son numerosas, pero sus raíces son escasas que en la práctica son las ciencias de los pueblos del mundo elaboradas a bases de diferentes especulaciones sin raíz ni base por eso sucede que una teoría destruye a la que le precedió por esa razón, “viene el viento, lo desarraiga y le obliga a doblarse sobre si mismo”.Pero “aquel cuyas obras son superiores a su sabiduría” que su raíz y base son los “preceptos y el estudio” de la Torá, se asemeja al árbol del que tiene numerosas raíces porque la raíz de todo es la observancia de los “preceptos” como lo ordena la Torá.

Entonces “aunque todos los vientos del mundo” vinieran vientos de opresión, holocausto físico, y espiritual, y otros, no podrán movernos de nuestro sitio.



MISHNA 18

18. Los Nidos y las Leyes de la Menstruación. Son la sustancia de la halaja, el cálculo de las revoluciones celestes y la “gematría” (Estudio basándose en letras y geometría y su valor numérico) son los condimentos de la sabiduría.

Rabí Eliezer Jisma era alumno de Raban Gamliel y de Rabí Ieoshua, como éste último se ocupó también de las ciencias naturales, y era conocedor de la astrología y las matemáticas.

Rabí Eliezer dice: Nidos, se refieren a las ofrendas de las aves, cuyas leyes son muy severas cuando se mezclan unos con otros, si se intercambian en las ofrendas. Un Tratado Talmúdico “Kinin” trata sobre estos temas.

Leyes de menstruación: Leyes relacionadas con la pureza de la mujer, también tema muy compuesto, y de primera importancia son la sustancia de la Halaja: Leyes básicas en la Torá oral.

El cálculo de las revoluciones celestes. Se refiere a la ciencia de la astronomía.

Guematriaot: se refiere a dos conceptos, la geometría y la ciencia matemática, y al estudio a base del valor numérico de las letras hebreas sobre estos dos temas dice Rabí Eliezer que son como el aperitivo que se sirve antes de la comida, cuya función es abrir el apetito de los comensales, antes de servir la comida o postre que es servido después de esta y no son parte importante de ella.

La astronomía y la guematría no son ciencias importantes, sino que ayudan y le dan sabor al estudio de la Torá.

El conocimiento de las ciencias es importante y así falla Maimonides (Rambam en Sanhedrín Cáp. 4)

1.-Para formar parte del Sanhedrín, sea grande o pequeño, sólo se designan hombres sabios y de buen juicio, de gran erudición en la Torá y amplios conocimientos con ciertas nociones de las demás ciencias como la medicina, las matemáticas, la astronomía, y la astrología.

Seguro te preguntarás estimado lector, ¿Para qué necesitan los sabios del Sanhedrín (Gran Tribunal) conocimientos médicos y matemáticos? Te diré que la medicina es necesaria para el cumplimiento de nuestra Torá, situaciones de peligro de vida, seguridad y otras son factores importantes, con respecto a labores a realizar en Shabat, Iom Kipur y festividades, matemática y geometría son necesarias para las medidas de la “mikva” (baño de inmersión ritual) y otras medidas necesarias para el cumplimiento de los preceptos.

Con respecto a las “guematriaot” (estudio a base del valor numérico de las letras) ha de saber que muchas de las enseñanzas de nuestros sabios están basadas en “guematriaot“

Por ejemplo: Todo lo relacionado con el día Sábado Séptimo día, tiene relación con el número 7. Por ejemplo: NER: Vela, en hebreo N=(Nun) 50=5 R = (Reish) = 200 = 250.



Capitulo 4

MISHNA 1

1. Ben Zoma dice: ¿Quién es sabio? El que aprende de todas las personas, según está escrito: Me hice más inteligente que todos mis maestros (Tehilim 119:99).

¿Quién es fuerte? El que domina su inclinación, según está escrito: mejor es el paciente que el fuerte, y quien domina su espíritu (es mejor que: quien conquista una ciudad (36) ( Mishlé 16:32)

¿Quién es rico? Aquel que se regocija con su parte, según está escrito: (lo obtenido con) el trabajo de tus manos, comerás; serás feliz y bienaventurado, (37) serás feliz en este mundo y bienaventurado en el mundo venidero (Tehilim 128:2).

¿Quién es respetado? Quien respeta a las criaturas, según está escrito: porque a quienes me honran, honro; y quienes me desprecian serán despreciados (Shmuel 1-2:30).

Shimón ben Zoma, era uno de los grandes eruditos de su tiempo, pero no llego a ser ordenado como Rabí y es conocido como alumno de los Sabios de Yavne puede que por esa razón es llamado Ben Zomá con el nombre de su padre.

En nuestra “Mishná” define claramente distintos conceptos: sabio, fuerte, rico y honorable, no en el sentido conocido por la mayoría de los mortales.

Ben Zomá dice: ¿quién es sabio? ¿Quién será llamado sabio? ¿El que posee muchos conocimientos? Ben Zomá sostiene que sabio es aquel que está presto a aprender de boca de todo ser humano, aunque sea menor que él, o menos erudito, si escuchase algo lógico nuevo e interesante no lo echará a un lado o lo despreciará.

Una vez hubo una discusión halájica entre Hilel, Shamay y otros Sabios y no llegaron a una conclusión hasta que dos tejedores del “Portón de las Ashpatot de Ierushalaim” hombres simples y de pueblo, atestiguaron lo que escucharon de boca de Shmaiá y Abtalion y fallaron según su testimonio (Eduiot 1:3).

De acá aprendemos que no podemos dejar de lado y despreciar la opinión de hombres simples, también ellos pueden enseñarnos Torá y buenas maneras, porque está escrito: me hice más inteligente, por todos mis maestros (Tehilim 119:99)

Estudié Torá de boca de todos los que me enseñaron, aunque eran menores que yo si así lo hará será considerado como un estudioso en nombre de HaShem, sin orgullo y vanidad, al hacerlo será llamado “sabio”

¿Quién es fuerte? Que puede vanagloriarse de su fortaleza. El que posee fuerza física; no es ese el verdadero héroe según el Judaísmo, fuerte es aquel que posee riqueza espiritual y que puede vencer sus malas inclinaciones porque está escrito: mejor es el paciente que el fuerte.

Aquel que no se apura en su venganza es mejor que un héroe de guerra

Y quien domina su espíritu (es mejor) que quien conquista una ciudad.

Aquel que sabe contener su ira es mucho más importante que el conquistador de ciudades.

Los Sabios del movimiento “Musar”, Moralista decían que existen tres clases de reyes. El que gobierna sobre un reino, el que es Rey de su familia, y el que es rey sobre sí mismo.

El rey del reinado, debe gobernar con justicia, castigará a los malvados y apoyará a aquellos que hacen el bien, lo mismo hará el jefe de familia con respecto a sus familiares, y el ser humano ¿qué hará? Deberá oprimir sus instintos que lo seducen a cada momento, a efectuar malas acciones, a enojarse o saciar sus deseos. Deberemos reforzar el instinto que nos conduce a hacer el bien (Hameiri).

Así contó el Tzadik (justo) de Lublin

En una terrible noche invernal, estaba el emperador Napoleón Bonaparte en su tienda de campaña cubierto de varias frazadas, para así cobijarse del frío y la ventisca.

En medio de la noche, se despertó y sintió necesidad de tomar agua, pero le costaba muchísimo despedirse, aunque sea un momento del calor que sentía, gracias a sus cobijas.

Que haragán eres Bonaparte, dijo para sí mismo, haragán y miedoso que diferencia hay, entonces entre tú y los otros mortales, tomó fuerzas, se levantó, vistió y fue hasta el otro lado del campamento hasta donde se encontraba el tonel de agua. Cuando llegó se arrepintió. ¿Por un poco de agua pasé tantas molestias? ¡Y no pude contener mi sed!

Si es así, ¿qué diferencia hay entre yo y los otros mortales? ¡No bebió el agua y volvió a la tienda!

A esta voluntad, dijo el Rabí finalizando su relato, la llamo y la busco.

¿Quién es rico? Aquel que se regocija con su parte

¿A quién llamaremos rico? Al que posee dinero y bienes en cantidad

Ben Zoma nos enseña que: ¡rica es la persona que está contenta con lo que tiene, y no corre tras el dinero, porque el que tiene dinero no se considera rico, porque quiere más! Y así dice el rey Shlomo en Kohelet (Eclesiastés). El que ama el dinero, no se saciará del dinero (9:5) el verdadero rico es el que se contenta con lo que HaShem le proporciona, mucho o poco, y no corre tras el dinero para reunirlo en sus manos (Rabenu Simja).

Podríamos agregar que hay un nivel superior al del que se regocija con su parte, el que lo también al ver la parte de su compañero.

Aquel que se regocija al ver lo que tiene su amigo, es el más rico de los ricos.

¿Quién es respetado? ¿Qué hará el hombre para que las personas lo honren? honrará y respetará a sus semejantes.

El ser honorable no se comporta con altanería con sus congéneres sino que los honra y respeta, de esa manera hará que le honren y respeten.

Según está escrito: porque a quienes me honran, honro, y quienes me desprecian serán despreciados (Shmuel 1-2:30)

El versículo habla sobre HaShem, y sobreentendido está con respecto a las personas, HaShem que todo fue creado por Él y en su honor, honra a los que le honran, la misma conducta deberá tener los humanos para con sus semejantes.

Y aquellos quienes le desprecian por sí mismo serán despreciados, lo mismo ocurrirá con las personas.

La Mishná habla de las “criaturas” sin ningún adjetivo, sin niveles y otros pares. Aquel que honra a su semejante sin hacer averiguaciones y sin fijar su nivel intelectual lo hace porque sabe y cree con fe plena que fue creado a la imagen de HaShem y si así lo hace honra a la Neshama (alma) que proviene de un ente divino superior a él si así lo hace entrará a formar parte del grupo de los que honran a HaShem y su recompensa será ser honrado por HaShem.

Ben Zomá nos aclaró conceptos que no conocíamos su exacta definición.

Pensamos que “sabio” es el que sabe mucho y aprendimos que sabio es aquel que está siempre presto a aprender.

Pensamos que fuerte y héroe es aquel que vence a otros en las batallas y aprendimos que fuerte es aquel que vence a sí mismo.

Pensamos que rico es aquel que tiene mucho dinero y aprendimos que rico es aquel que está contento con lo que tiene, poco o mucho.

Pensamos que honorable es aquel a quien honran y aprendimos que honorable es aquel que honra a otros.

MISHNA 2

2. Ben Azay dice: Apresúrate en (cumplir) el precepto poco importante y huye del pecado, ya que un precepto atrae otro precepto, mientras que un pecado arrastra a otro pecado. La recompensa de un precepto es (la oportunidad de observar) otro precepto, y la recompensa de una trasgresión (la facilidad para cometer) otra trasgresión.

Shimón ben Azay como su compañero Shimón ben Zomá, no llegó a ser ordenado como Rabí, a pesar que poseía enormes conocimientos de Torá.

Era alumno de Rabí Ieoshua ben Jananiá, y compañero, discípulo de Rabí Akiva.

La completa dedicación al estudio hizo que no se casase (ver Iebamot 63:2).

Ben Azay, como su amigo Ben Osma, se ocupó del estudio de la Cábala, vivió en la ciudad de Tiberiades, y allí enseñó Torá. En nuestra Mishná nos previene alejarnos del pecado y observar los preceptos ordenados por HaShem.

Shimon Ben Azay dice: apresúrate (en cumplir) el precepto poco importante.

Trata con todas tus fuerzas de cumplir un precepto que a tus ojos, parece no ser importante, de la misma manera que haces al cumplir una que te parece importante.

Y huye del pecado: Aunque sea algo que no le das mucha importancia, de todas formas es un pecado, y por lo tanto has de huir de él, porque…

Un precepto atrae a otro precepto: Al cumplir un precepto por menos importante que sea (a tus ojos), se despertará en ti, el deseo, interés de cumplir otras mitzvot como dice el refrán popular “el apetito viene… comiendo”

Mientras que un pecado arrastra a otro pecado.

Pero aquel que comete un pecado, es atraído a él como un imán, y corre después a hacer otros pecados, porque ésta es la política del “ietzer hará” (incitador) Hoy te dice, haz así, mañana te agregará otro detalle, y te inducirá hasta que sirvas a la idolatría, abandones tu familia, tu pueblo y tu fe.

La recompensa de un precepto es la posibilidad de cumplir otro precepto, y así recibirá una doble recompensa.

Y la recompensa de una trasgresión es que ya le es más fácil, dejarse de llevar por las malas inclinaciones, para así caerse al abismo que conduce el pecado.

Según Ben Azay, primero hemos de apresurarnos a cumplir un precepto poco importante y después huiremos del pecado. Pero según la lógica, primero deberíamos de huir del pecado y después correríamos a cumplir la mitzva (el precepto) como dice el versículo “aparte del mal antes de hacer el bien”.

Pero la intención del autor de ésta Mishná es de enseñarnos que si la persona ve que su instinto lo seduce a hacer una mitzva (precepto) aunque no sea muy importante, esta le servirá de refugio y escudo ante el pecado que el incitador le empuja a hacerlo.

Al releer la “Mishná” entendemos que el pecado persigue a las personas por esa razón hemos de escaparnos de él.

Y la mitzva (el precepto) se nos escapa por ende debemos correr tras ella.

¿Cuál es la razón?

Rabí Jaim de Volozin en su obra “Ruaj – Jaim”

Comentario al Tratado de Avot nos explica:

El ser humano tiene como base y conducta el libre albedrío que significa que el genio del bien y el genio del mal (Ietzer hatov, y Ietzer hará) tienen fuerzas iguales.

Si la “mitzva” (precepto) perseguirá – al humano.

De la misma manera que la “avera” (pecado) todos preferirán cumplir “mitzvot” (preceptos) porque la “Neshama” el alma, está más cerca de los preceptos, de esa manera dejaría de existir el libre albedrío.

Si los dos, el genio del bien, y el genio del mal, no perseguirán a la persona nuevamente el Ietzer hará (genio del mal) perderá, porque todos preferirán cumplir “mitzvot”.

Por esa razón hizo el Todopoderoso que el pecado – persiga y el precepto escape.

De esa manera el libre albedrío, la decisión, queda en mano de los hombres, el Gaon de Vilna (Hagra) lo define así: La Santidad es difícil y trabajosa de alcanzar pero, el mal, lo contrario (Eben Shlema 11).



MISHNA 3

3. (También) solía decir: no desdeñes a ninguna persona ni rechaces nada (por imposible), pues no hay persona a quien no le llegue su hora, ni cosa que no tenga su lugar (señalado).



Ben Azai, autor de esta Mishná, nos enseña que hemos de respetar a todos los seres humanos sin excepción, porque cada uno posee algo valioso.

Solía decir Ben Azay:

No desdeñes a ninguna persona, aunque sea, según tu opinión, el de menos importancia de todos, porque toda persona tiene algo de valor que no lo posee su semejante.

Muchas personas que fueron despreciadas o puestas a un lado en el comienzo de sus vidas, ocuparon después posiciones muy importantes y aquellos que no lo supieron apreciar al principio se lamentaron después.

Leamos lo que sucedió con Rabí Akiva:

Rabí Akiva era pastor del rico Ben Kalva Sabua, cuya hija, viendo cuan noble y modesto era Akiva, se enamoró de él. Un día le dirigió la palabra: si me caso contigo, ¿irás y té, dedicarás al estudio para llegar a ser sabio?, claro esta replico Akiva. Y ella lo desposa en secreto, y le hizo marchar a la academia. Cuando el padre se enteró, la expulso de su casa y la desheredó.

Rabí Akiva permaneció durante doce años en la academia, al cabo de los cuales regresó acompañado por doce mil discípulos. Mientras estaba en su casa, oyó que un anciano le decía a su esposa: ¿hasta cuándo vivirás como si fueras viuda? y ella respondió: Si supiera que había de hacerme caso, le habría aconsejado que estudiara doce años más y Rabí Akiva se dijo: entonces, con su consentimiento, puedo marchar e inmediatamente marchó por otros doce años más, al cabo de los cuales regresó con veinticuatro mil discípulos. Cuando llegó a la ciudad, su mujer le salió al encuentro.

Un vecino le ofreció prestarle algunos vestidos y adornos para que se engalanara con ellos; pero ella le dijo: el justo provee a las necesidades de su bestia. Entonces se acercó a él y le besó los pies. Sus discípulos quisieron apartarla, más Rabí Akiva les dijo: dejadla, todo lo que es vuestro y mío (nuestros conocimientos), le pertenecen.

Cuando Kalva Sabua se entero de que un gran hombre había llegado a la ciudad, se dijo: iré a verle, quizá me libre de mi voto (la desheredación de su hija). Cuando llegó ante Rabí Akiva, este le preguntó: ¿habrías hecho el voto de sabido que el esposo de tu hija era un célebre maestro? Sabua replicó: si hubiera sabido un solo capítulo de la Torá o una sola halajá, nunca habría hecho mi promesa. Entonces Rabí Akiva le dijo: pues soy yo. Sabua se inclinó y le besó los pies, y le regalo la mitad de sus riquezas. (Ketuvot 62b – 63a.)

No rechaces nada (por imposible)

No piensen que puede haber algo que no es necesario o esta de más, como cita el Midrash Kohelet Raba: “Cosas que tú ves y te parece que no sirven para nada en este mundo, como moscas y parecidos, son también criaturas de HaShem y tienen una misión en el mundo; y si no hubiesen sido creadas, faltaría algo en el mundo.

Pues no hay quien no le llegue su hora

Cada individuo tiene su tiempo en el que podría hacer el bien o dañar, aunque sea en pequeña escala (Seter Hamaor).

El hombre no es una criatura solitaria.

Su lugar y su tiempo pertenecen a su misma esencia. Cada uno de nosotros tiene su lugar, según la misión para la que fue creado.

Al nacer HaShem nos pone el sello sobre nuestra vida en lo general y en lo particular se convierten en historia. Eso nos diferencia de los animales y las fieras. Ellos no poseen ese mismo tiempo.

Hay quienes piensan mejor hubiese sido nacer en otra época, o en la lengua del Midrash: “No digas si Rabí Akiva existiese estudiaría con él”. Has de saber que en tu generación, los sabios de tu generación, han de dirigirte con la misma devoción y el mismo respeto que tiene para con los sabios de las otras generaciones. Debemos llegar a la perfección en nuestra generación, luchar contra los errores y faltas de nuestra generación, porque HaShem nos da a cada generación los medios y la fuerza para llegar a su perfección.

Ni cosa que no tenga su lugar

Que ningún objeto que encuentres en tu camino sea despreciado por ti, porque no hay nada en el mundo que no tenga su lugar y no sea útil para alguien.

El ser humano es un ente social, por esa razón debe encontrar su lugar dentro de la sociedad. Pero no todos los lugares son adecuados para todas las personas. Cada uno debe buscar su lugar.



MISHNA 4

4. Rabí Levitas de Yavne, dice: sé muy humilde, ya que la esperanza del hombre es el gusano, Rabí Iojanan hijo de Beroka dice: quien profana el nombre del Señor en secreto, se vengará de él públicamente tanto si por ignorancia como si voluntariamente profanó el Nombre de (HaShem).

El orgullo, dice Rabí Levitas, es una mala cualidad, por lo tanto debemos alejarnos de ella hasta llegar a ser humilde en todo el sentido de la palabra.

Rabí Iojanan, hijo de Beroka, alumno de Rabí Ieoshua ben Jananiá, y compañero de Rabí Eleazar ben Jisma nos previene sobre la profanación del nombre.

Rabí Levitas de Yavne dice: sé muy humilde

La humildad es el otro extremo del orgullo y es el grado más extremo de la modestia.

Nuestros Sabios nos previnieron tomar muy en cuenta a la humildad, prueba de esto que el texto hebreo recita “Meod Meod Heve Shfal Ruaj”, sé muy, muy humilde.

Es peligroso comportarse bajo el rubro “orgullo” y perseguir honores, solo la humildad y la modestia son las cualidades de más nivel para ser seguida por los humanos. (Jafetz-Jaim-Behaalotja).

Los grandes de Israel se distinguieron por su humildad, Abraham, nuestro patriarca dijo: por que soy polvo y ceniza (Breshit 18:27)

¿Por que ameritó Iehuda el reinado?, por su humildad, así está escrito “Ahora pues, ruegote que tu siervo quede en lugar del mozo, por siervo de mi Señor (Idem 44:33) – (Tosefta Berajot 83).

Humilde; es Iehuda que se rebajó ante Iosef por Biniamin (Middrash Raba – Bamidbar 13:5).

Moshé; sobre el cual dice la Torá: Y aquel varón Moshé era muy modesto, más que todos los hombres que había sobre la faz de la tierra (Bamidbar 12:3).

Shaul cuando quisieron coronarlo, se escondió (Shmuel 1-10:21-23).

David; dijo: más yo soy gusano, y no-hombre (Tehilim 22:7).

Ya que la esperanza del hombre es el gusano

¡Al final, el fin del hombre es ser gusano en la tumba y de que la valdrá llenarse de orgullo! ¡Mejor hará si se educase a ser humilde!

Rabí Iojanan hijo de Beroka dice: quien profana el nombre del Señor en secreto:

El hombre que peca en secreto – profana el nombre

de HaShem pensando que HaShem no ve sus actos

Se vengarán de él públicamente

HaShem descubrirá su vergüenza, para que no diga la gente, fulano un estudioso de la Torá, observante de las Mitzvot (preceptos) y sufre tanto!

Para que sea claro, HaShem hará público su pecado.

Tanto si por ignorancia, como si voluntariamente profanó el Nombre de HaShem.

¡Cuándo el tema es “profanación del nombre de HaShem” no hay diferencia, en la intención ya que como, puede ignorar, lo que es profanar Su nombre!.

Toda persona tiene que tener claro, en su mente y en su corazón que HaShem existe y dirige el mundo, por lo tanto, debemos amarlo, respetarle y temerle. Acaso puede una persona decirle al Rey: Me olvidé y te pegué (Rabino Iosef Iaabetz).

Por esa razón fallan los Sabios del Talmud: Es obligación hacer público al hipócrita, por la profanación del nombre, las personas creen que es un “Tzadik”(justo) y cuando vienen sobre él calamidades la gente exclama, ¡de que le valió sus observancias! (Tratado de Ioma 86 y Rashi).

MISHNA 5

5. Rabí Ishmael, su hijo (de Rabí Iojanan ben Beroka) dice: quien aprende con intención de enseñar, le será dada la posibilidad de aprender y de enseñar, pero quien aprende con el fin de obrar, le será dada la posibilidad de aprender y de enseñar, de observar y de practicar (los preceptos).

Rabí Tzadok dice: No conviertas la Torá en corona para enorgullecerte mediante ella, ni azada para cavar con ella.

Así decía Hilel: quien utilza la corona (de la Torá en cosas mundanas) perecerá. He aquí lo que aprendiste; todo el que saca provecho de las palabras de la Torá, le será arrebatada su vida del mundo.

Rabí Ishmael, hijo de Rabí Iojanan ben Beroka, estudió Torá con su padre, y con los otros Rabinos de la Yeshivá, fundada por Rabí Iojanan ben Zakai.

Entre sus compañeros se encontraban el Nasí (Presidente) Raban Shimon ben Gamliel y Rabí Ieoshua ben Korja.

En ésta “Mishná” evalúa las dos metas que hay en el “estudio de la Torá”.

1) Conocer la Torá, en todos sus aspectos para convertirse en un “Maestro para el pueblo de Israel”

2) Tener como meta “saber” para poder traducirla en hechos de la vida cotidiana.

Rabí Tzadok, amplía el pensamiento, diciendo que está prohibido usar la Torá, para adquirir honores o sustento.

La Guemara nos relata en el (Tratado de Gitin 56:1) que Rabí Tzadok ayunó cuarenta años para que Ierushalaim no fuera destruida, cuando comía algo se le veía (la comida). Para fortificarlo le llevaban un higo, al que le chupaba el jugo y lo tiraba. Rabí Iojanan al abandonar la ciudad santa pidió a Espácianos, un doctor para curar a Rabí Tzadok.

Después de la destrucción del Templo fijó su residencia en una aldea cercana a Haifa.

Rabí Ishmael su hijo (de Rabí Iojanan ben Beroka) dice:

Quien aprende con intención de enseñar:

Todo judío debe ponerse como “norte” ser un propulsor del judaísmo, para eso deberá enseñar a todos aquellos que están preparados y dispuestos a recibir sus enseñanzas.

Dijo Rabí Iojanan: Aquel que estudia Torá y no la enseña, se parece a un mirto (planta con un perfume agradable) en el desierto – allí no hay quien pueda tener provecho de él (Rosh-Hashaná, 23).

Muchos son los ejemplos de grandes Rabinos que expusieron su vida para enseñar Torá.

Rabí Akiva, siguió enseñando a sus alumnos a pesar de las persecuciones y malos edictos decretados por los romanos. Cuando estuvo preso, sus alumnos siguieron en contacto con él, para escuchar sus enseñanzas.

Uno de sus alumnos, Rabí Iojanan Hasandlar, se disfrazó de buhonero, y acercándose al lugar donde estaba preso el Rabí, alzó su mano y ofreció su mercancía. Los guardianes, pensando que era un simple buhonero, no le prestaron atención, al llegar Rabí Iojanan a la ventana de la celda del Rabí, hizo una pregunta entre sus ofrecimientos de venta.

Rabí Akiva escuchó la pregunta y contesté brevemente, dando solución al problema presentado. De esa manera siguió enseñando Rabí Akiva (Talmud Ierushalmi, Iebamot 12:5).

En todas las épocas y condiciones los judíos se preocuparon por la educación de sus hijos también en los campos de concentración durante la última guerra, donde los criminales nazis asesinaron sistemáticamente a nuestros hermanos no faltaron en las barracas padres enseñando a sus hijos, y Rabinos congregando a la grey, para enseñar Torá.

Rabí Moshé ben Maimón falla en su obra Mishné Torá, (Leyes de Talmud Torá 1:2). Es una Mitzva (precepto) que todo sabio de Israel deberá enseñar a todos los alumnos, a pesar que no son sus hijos le será dada la posibilidad de aprender y de enseñar

Del cielo le ayudarán a lograr su cometido, estudiará y también formará sus alumnos.

Pero quien aprende con el fin de obrar, le será dada la posibilidad de aprender y de enseñar, de observar y de practicar.

El que estudia no solamente para ampliar sus conocimientos, sino para traducirlos en acciones puede llegar a la situación perfecta, estudiar para enseñar, observar y practicar, este es el nivel al cual cada judío debe llegar traducir los conocimientos adquiridos en la vida diaria.

¿Ejemplos? Aquel que estudia pero no hace favores ni ayuda a los necesitados de cualquier índole, no tendrá la misma recompensa que el que estudia y ayuda al prójimo.

Rabá estudió y no ayudó al prójimo.

Ameritó estudiar y enseñar – no más -

Abaié estudió y brindó ayuda al necesitado; estudió, enseñó, observó y puso en práctica.

Demás está decir que aquel que estudia Torá y no practica, no podrá influir sobre sus alumnos. El maestro que estudia y practica se convierte en un “modelo de conducta” ya que es sabido que una sola acción influye más que muchas horas de discurso y conferencias.

Algo más sobre aquel que estudia para enseñar

Una vez preguntaron a un Gran Rabino sobre un joven, recién casado, que no tiene mucho éxito en sus estudios en el “Kolel” (institución que agrupa estudiantes de la Torá que formaron ya familia) que hará, proseguirá sus estudios o tomará una cátedra para enseñar

Y contestó: ¡Hace tiempo el ideal de cada Talmid-Jajam (estudioso de la Torá) era enseñar!¡Y aquel que no encontraba vacante, seguía estudiando en el Kolel!

Porque, concluyó el Rabí ¡todos los grandes eruditos de la última generación se elevaron enseñando Torá!!

Rabí Tzadok dice: No conviertas a la Torá en corona para enorgullecerte mediante ella.

No digas, estudiaré para que me llamen Rabí, y me den honores (Rabí Ovadia de Bartenura).

Estudia, enseña, y tu recompensa llegará.

ni azada para cavar con ella

No utilices tus conocimientos para ganar tu sustento, lo ideal sería que ganes tu pan por medio de un oficio o profesión. Pero si el sabio no puede encontrar su sustento, sino por medio de ser Rabí, enseñar o ser Rabino de una Comunidad recibiendo un salario, podrá hacerlo (Rabí Iosef Ebn Vaaknin).

Así decía Hilel: quien utiliza la corona para su propio interés morirá (Rabenu Iona).

Dijeron nuestros Sabios: Desollad una res en la plaza del mercado con tal de ganar tu sustento, y no digas: Soy sacerdote, soy un gran hombre y éste trabajo está por debajo de mi dignidad (Pesajim 113:B).

Maimonides explica que un sabio de la Torá deberá ser servido solamente por sus alumnos.

He aquí lo que aprendiste: Todo el que saca provecho de las palabras de la Torá, le será arrebatada su vida del mundo.

No se refiere a éste mundo, sino al mundo venidero, como tomó recompensa en este mundo, no le quedará para el mundo por venir (Rabenu Simja).

Leamos lo que nos relata el Talmud:

La esposa de Rabí Janina le dijo a su marido: ruega que te sean otorgados ahora algunos de los bienes que les están reservados a los justos en el otro mundo. Y así lo hizo, y una pata de mesa, de oro, fue arrojada a su casa. Por la noche soñó que (en el otro mundo) todos comían en una mesa de tres pies, mientras que la suya sólo tenía una. Al saberlo, su esposa le dijo: ruega que te sea retirada. Así lo hizo, su ruego fue atendido.

(Taanit 25 a)

MISHNA 6

6. Rabí Iose dice: Todo aquel que honra a la Torá, su persona será respetada por las criaturas; mientras que todo el que desprecia la Torá, será despreciado por ellas.



Rabí Iosi ben Jalafta, oriundo de Tzipori, estudió Torá de boca de su padre, y de los otros Sabios de Yavne, Su maestro principal fue Rabí Akiva. Tuvo cinco hijos, entre los cuales se destacaron Rabí Ishmael y Rabí Eleazar, Rabí Iehuda Hanasí, era su alumno. Sus enseñanzas eran claras y metódicas, trataba a las personas con mucha delicadeza. Solía decir: no el lugar honra a la persona, sino la persona es quien honra al lugar donde está situado (Taanit 21)

Rabí Iose dice: Todo aquel que honra a la Torá:

Que es ágil y presto para cumplir las “mitzvot” (preceptos), sabe honrar a los Sabios, y a sus obras escritas (Rambam).

Sabrá cuidar su honor, el honor de los Sabios, el honor de sus libros.

Cuidar su honor. Que se ocupe de su estudio con buena voluntad.

Honor a sus Sabios: Que los trate con sumo respeto, equivaliendo el honor a los estudiosos con el honor y temor al Cielo.

Honrar a sus libros: Deberá cuidar su limpieza, encuadernarlos, forrarlos y guardarlos en un lugar especial (biblioteca) y resguardarlos del polvo (Rabí Iosef Iaabetz).

Honrar a la Torá: Honrar al rollo de la Torá (Rabí Ovadia de Bartenura), muchas personas tienden a deshonrarla en la Sinagoga. Durante la lectura de la Torá hay quienes hablan con sus compañeros, sobre necesidades, o asuntos de trabajo y hay quienes al ser llamados a la Torá, se niegan pretendiendo una “alyá” (Subida) especial, subir tercero, sexto, séptimo, último, o “maftir” (Tzror hamor, Rabí Abraham Saba, Siglo XV, Marruecos).

Honrar a los libros: ¿Cuál es el honor de la Torá? que nos los coloque en el suelo (Rabenu Iona de Gerondi)

No lo dejará (el libro) abierto y saldrá de la habitación (Rashi)

Si encontrara un libro puesto al revés, lo volteará y besará.

No dará un libro a un bebé que llora para así silenciar su llanto.

Hay niveles en la santidad de los libros. No colocará un Jumash (Pentateuco) sobre un rollo de la Torá, y no un libro de Naj (Profetas y Escrituras) sobre un Jumash y no un Tratado de Talmud sobre el libro de Naj (Rabenu Simja)

Podrá colocar un Jumash sobre Naj, pero no al contrario (Síntesis del Shulján Aruj)

Cuentan que el Rabí Steipler zatzal, tomó un libro de su biblioteca, pero no el que él necesitaba, antes de devolverlo a su lugar, lo abrió y leyó en una de sus hojas.

Muchas veces, estudiando, se dormía sobre su libro, y se apenaba muchísimo por el honor del libro.

Demás está decir que cuando estaba estudiando una “Mishná” y entraban a visitarlo, terminaba el tema porque opinaba que es no “honor de la Torá”, dejar un tema por la mitad.

Muchos son los dichos de nuestros Sabios sobre los libros y su cuidado, por ese comportamiento nos han llamado “el pueblo del libro” y ¿por qué razón nos previnieron nuestros Sabios por los libros?

Porque … “no hay Sabio, sin libros”, a más libros más sabiduría (Omer hashejijá – Rabí Biniamin Hacohen)

Los libros son nuestros ojos, y sin ellos, nadie podría enseñar y juzgar a otros (Pele Ioetz Rabi Eleazar Papo).

Los enemigos del pueblo de Israel, sabían nuestra relación con los libros, voceros de nuestra fe y tradición y los días de Antiocus, en la época de los Hasmoneos, hasta Hitler y los nazis quemaron y destruyeron nuestros libros sagrados.

Sabemos la importancia de nuestros libros, por esos besamos un Sidur, un Jumash, Mishná, Talmud y todo los libros que explican nuestra tradición ancestral, este debe ser nuestro norte, guiar a las futuras generaciones, al amor a la Torá y a los libros sagrados.

Su persona será respetada por las criaturas: Cuando una persona honra a la Torá, a los Sabios, y a sus libros, será respetada por todos.

Mientras que todo el que desprecia a la Torá será despreciado por ellas.

Aquel que no la respeta, la gente le dará su desprecio.



MISHNA 7

7. Rabí Ishmael, su hijo, dice: quien se abstiene de juzgar, evita el odio, el robo, y el juramento falso, quien se apresta a juzgar, es tonto, malvado y además insolente.



Rabí Ishmael era el mayor de los cinco hijos de Rabí Iosi ben Jalafta, estudió Torá de boca de su padre, y recuerda todas sus enseñanzas. Vivió en Tzipori y fue allí donde sirvió como juez. Su conducta como tal fue intachable.

Leamos lo que relata el Talmud: El arrendatario del jardín de Rabí Ishmael ben Rabí Iosé, solía traerle un cesto lleno de uvas cada viernes. Una vez se lo ofreció en jueves. El Rabino le preguntó. ¿Por qué lo traes un día antes de lo acostumbrado?, y el hombre respondió: tengo un proceso iniciado que ha de verse hoy, y pensé que así me ahorraría hacer el viaje de nuevo mañana. El Rabino rechazó el cesto y se negó a juzgar la causa. Nombró en su lugar dos Rabinos, y mientras estudiaba la causa él andaba de arriba abajo, diciéndose: si el jardinero fuera listo podría alegar esto y esto en su favor

A un cierto momento estaba ya a punto de hablar en defensa del jardinero, cuando se reprimió y se dijo: ¡ay de las almas de los que aceptan cohecho! Si me siento parcial sin haber como cohecho lo que me correspondía, ¡cuánto más se sentirá el que acepta como cohecho algo que no le corresponde!.

(Ketuvot 105 b.)

Rabí Ishmael su hijo de Rabí Iose ben Jalafta dice: quien se abstiene de juzgar. El que se abstiene de ser juez, en un lugar donde hay otros jueces, o el que aconseja a los litigantes a llegar a un acuerdo entre ellos, porque todo juicio deja gusto amargo y hasta odio y rencor pero después de haber escuchado sus posiciones, tendrá que juzgarlos (Sanhedrín 6).

El juez debe cumplir con su misión a conciencia. para que no se equivoque en su fallo.

Raba uno de los Sabios del Talmud, cuando salía al Tribunal decía: El juez por su propia voluntad, sale hacia su muerte (puede que se equivoque y sea castigado) no hace la voluntad de su casa (no tiene ningún provecho personal) y vacío vuelve a su casa y ojalá que sea su llegada igual a su salida (quiera HaShem, que regrese a su casa limpio de pecado, como cuando salió) (Sanhedrín 72).

Evita el odio, el robo, y el juramento falso

Al no juzgar, evitará que lo odien, porque el que sale culpable odia al juez (Rabí Ovadia de Bartenura)

El robo, porque puede que culpe al inocente, y le habrá robado y será castigado, como falla el Talmud: Todo juez que toma dinero de uno y se lo da a otro, no es correcto y el Santo bendito Sea, tomará su alma (Sanhedrín 7:1)

Y el juramento falso: no solamente un juramento en falso que alguien puede pronunciar, con intención de convencer al juez, sino un juramento por la verdad, al cual no hay necesidad de llegar (Rabí Shimon Durán)

Quien se apresta a juzgar: El juez que está seguro de sí mismo que no se equivocará, y juzga con rapidez, sin profundizarse en el caso, y sin aconsejarse, con otros eruditos, se precipita a juzgar, es tonto, porque se considera inteligente, y no estará dispuesto a reconsiderar su decisión, y malvado: porque si fuese “Temeroso de HaShem” no se apresuraría a juzgar, sabiendo que cualquiera puede equivocarse (Rabenu Iona de Gerondi), y además insolente y orgulloso, quiere demostrar a todo el mundo su fuerza y sus conocimientos (Rabenu Iona)

La Mishná trae dos conceptos que son actuales en todos los tiempos, “La persona que está calificada para ser juez, Rabino, y líder espiritual no podrá desatender su obligación, solo cuando conozca la existencia de otras personalidades que pueden ocupar ese puesto, podrá colocarse a un lado; sobre esa figura dice la “Mishná”, evita el odio, el robo y el juramento falso, nos advierte también sobre aquellas personas que no están preparadas para ocupar el cargo, ya que no poseen las cualidades indicadas para juzgar a su semejante, y a pesar de eso se nombran jueces y responsables de la generación.

Veamos la actitud de una de las grandes figuras espiritual de la última generación.

Contó el Gran Rabino Meltzer, paz en su memoria, que cuando le ofrecieron el puesto de Rabino de la comunidad de Slotzk, joven y sin experiencia, se dirigió al Jafetz-Jaim, para recibir su consejo.

El anciano Rabí escuchó sus dudas, y su argumento, ¡Temo por la responsabilidad de juzgar!

¿Y que quiere usted?, le respondió, que tengamos Rabinos que no se emocionen y teman al proferir un fallo.

El Rabino tiene que recordar a cada momento que la Torá proviene de HaShem, y todo su esmero y dedicación al estudio tiene que tener como meta principal alcanzar a entender la voluntad de HaShem, reflejadas en Su Torá.

Pero si por una u otra razón, se entremezcla en su estudio, cualquier clase de interés y explica una halaja (ley) según su propio entendimiento, a pesar que en su corazón “sabe” que no es verdad, la realidad será, que está inventando una nueva Torá, y de esa forma destruirá el Judaísmo.

Porque hemos de saber que sin “Temor a HaShem” y buenas maneras, puede que se avergonzará a aconsejarse con otros más expertos, o no tendrá la paciencia necesaria para profundizar en el caso que se le presenta.

En resumen un verdadero juez, es aquel que el “Temor a HaShem” es su brújula, y sin éste seguramente andará y conducirá a su grey por caminos equivocados.

MISHNA 8

8. También solía decir: No seas tú, un único Juez, pues no emite juicio por si mismo, sino Uno (solo, se refiere a HaShem). ¡No digas aceptad mi opinión, pues ellos tienen derecho a decirlo y no tú!

8.

Rabí Ishmael, hijo de Rabí Iosi, amplia lo dicho en la “Mishná” anterior y analiza los deberes del juez para con el juicio.

No seas tu un único Juez

El Sabio tiene que alejarse de la magistratura, y si debe ser Juez, porque no hay otra persona competente para ocupar el puesto – debe ser muy cuidadoso, no se apresurará a dictar el fallo, sino que analizará cuidadosamente todos los detalles.

Dos consejos da Rabí Ishmael al Juez:

1) ¡No seas juez único, reúne otros Sabios para formar el Tribunal! Un tribunal estará formado mínimo por tres jueces (Rambam, Avot 3:6).

Al ser tres, discutirán el tema, y el juicio será verdadero (Rabenu Simja).

Es de señalar que hay casos que pueden ser juzgados por un solo juez, pero mejor hará el juez si agregara otros dos (Rabí Ovadia de Bartenura) no porque está prohibido, sino por que es más moral y ético (Sefer Hamaor-Rambam).

Cuando vino un caso ante Rabí Huna, trajo diez sabios de la “casa de estudio” para que formen el Tribunal, para que llegue a cada una “una astilla del listón”.

Si se equivocaran en el juicio, el castigo se dividirá entre todos, y el peso no caerá todo sobre él (Sanhedrín 7:b – Rashi).

Hay otros Rabinos que se condujeron diferente: ocurrió que Rabi Menashe de Ilya entró a su Tribunal, y encontró a un Juez que estaba juzgando un caso, el cual debía conformarse con un tribunal compuesto por tres jueces.

Rabí Menashe le preguntó: ¿Acaso no sabes lo que dijeron nuestros sabios?

“No seas tú un único Juez, pues no emite juicio por sí mismo, sino Uno?

Contestó el Rabino, con un tono de arrogancia:

¡Yo, la Guemara y el Shulján Aruj, junto somos tres!

Otra vez olvidaste, le replicó Rabí Menashe, un dicho de nuestros Rabinos, paz en su memoria, “Las personas de alto nivel espiritual, habitantes de Ierushalaim, no formaban parte de un Tribunal, sino sabían quienes iban a participar en él” (Sanhedrín 23:1)

¡De acá aprendemos que de antemano debemos tener un completo conocimiento de la Guemara y el Shulján-Aruj, que participan contigo!

Pues no emite juicio por sí mismo, sino Uno: El Santo bendito Sea, que es único en el mundo.

No digas a tus colegas, aceptad mi opinión: Un segundo consejo nos proporciona Rabi Ishmael:

Siendo Juez entre jueces, no exijas que estén de acuerdo con tu opinión, ya que esa es su decisión.

Pues ellos tienen derecho a decirlo, y no tú: ellos tienen que aceptar tu opinión, por su propia voluntad, tu no puedes obligarlos, al aceptarlos como parte del Tribunal, deberás hacer que todos y tú también estén de acuerdo en el fallo o dar como dice la Torá: tras los muchos te inclinarás (Shemot 23:2)

Ejemplos; hay muchos, he aquí uno de ellos:

El Gaon Rabí Israel Zeev Gustman, Director de la Yeshivá de Remails – Ierushalaim fue ordenado Juez a la edad de veintidós años por el Gaon (Sabio) Rabí Jaim Ozer Gorodzinsky, paz en su memoria, destacándose por su gran erudición.

Y a pesar de eso cuando recibió un fallo contra él, por un Tribunal formado por los mejores alumnos de su Yeshivá no vaciló en acatarlo, como si hubiese sido dado por las grandes de su generación y así sucedió.

Uno de sus alumnos más antiguos le invitó a su boda.

Rabí Israel le explicó que en esa fecha estará de vacaciones en la ciudad de Tzfat (Safed) en la Galilea y eso queda muy lejos. …

Si usted no vendrá Rabí, me causará daño, porque la familia restará de mi valor.

Pensó el Rabí y llegó a una decisión:

¡Usted tiene sus argumentos, y yo los míos formemos un Tribunal!

Los jueces fueron elegidos, los mejores alumnos de la Yeshivá, todo según lo ordenado en los libros sagrados.

Rabí Israel, durante tres cuarto de hora expuso sus argumentos, y el joven trajo también lo suyo. El Tribunal debatió el asunto y falló.

¡El Rabí queda libre de las leyes de los hombres, pero por la ley del cielo deberá participar en la boda!

¡Cuándo llegó el día de la boda, le propusieron alquilar un helicóptero para facilitarle el viaje a Bnei-Brak pero el no estuvo de acuerdo… es su obligación de recibir el fallo del Tribunal!

Durante el largo y dificultoso viaje de Tzfat a Bnei-Brak, su rostro resplandecía y sus labios murmuraban.

¡Este fue mi fallo!

¡Ejemplo de Juez!

MISHNA 9

9. Rabí Ionatán dice: Todo aquel que observa la Torá siendo pobre, acabará observándole siendo rico; más todo aquel que incumple la Torá siendo rico, acabará por incumplirla en la pobreza.



Rabí Ionatán era alumno de Rabí Ishmael en esta “Mishná” nos enseña que aunque sea pobre o rico, no se separará de la Torá.

La pobreza y también la riqueza molestan al hombre y le impiden estudiar Torá.

Si es pobre, no tiene tiempo para el estudio, porque tiene que correr tras el sustento.

Si es rico, no tiene tiempo, porque está ocupado en sus negocios, Rabí Ionatán nos enseña que ningún nivel económico, deberá perturbar nuestro contacto cotidiano con la Torá.

Ejemplos hay muchos:

Rabí Akiva y su esposa Rajel dormían en un granero, y él juntaba el heno de sus cabellos (Ketubot 62).

Cada día traía Rabi Akiva un atado de leños la mitad lo vendía y costeaba sus gastos, y la otra parte le compraba vestidos (Avot de Rabi Natán 10).

En todo ese tiempo, no cesaba de estudiar hasta que se convirtió en Rabino de Israel y tuvo doce mil alumnos dijeron: no falleció Rabí Akiva hasta tener mesas de plata y oro (Avot Rabi Natan idem)

Por el mérito de la Torá, se enriqueció, Sobre ricos estudiando Torá, leemos:

Un pobre, un rico y un fatuo, se presentan ante el Tribunal celestial..

Le preguntan al rico: ¿por qué no te has dedicado a estudiar la Ley? Si se disculpa diciendo que era rico y alega que el cuidado de sus bienes le daba mucho trabajo, se le dirá: ¿acaso eras más rico que Rabí Eleazar ben Jarsom?

Rabí Eleazar ben Jarsom heredó de su padre mil ciudades en la tierra y mil barcos en el mar, y a pesar de ello, con una talega de cuero llena de harina a la espalda, iba errando de ciudad en ciudad y de provincia en provincia para estudiar la Torá. En cierta ocasión le encontraron sus servidores, y le obligaron a trabajar él les dijo: “por favor, dejadme e iré a aprender la Torá”. Y le contestaron: “por la vida de Rabí Eleazar ben Jarsom, no te dejaremos ir”.

(Ioma 35b.)

Esta narración nos explica por qué este Rabino nunca se preocupó de su inmenso patrimonio, hasta el extremo de que sus mismos criados y servidores no le conocían.

Rabí Ionatan dice: Todo aquel que observa la Torá siendo pobre Acabará observándola siendo rico: en un futuro se ocupará de la Torá, viviendo sin ninguna preocupación.

Más todo aquel que incumple la Torá siendo rico

Como está ocupado en sus múltiples ocupaciones no encuentra tiempo libre para ocuparse del estudio de la Torá.

Acabará por incumplirla en la pobreza

Acabará en la pobreza, y no podrá ocuparse de la Torá.

Podríamos preguntar: Hay muchas personas que observan la Torá siendo pobres, que terminan sus días en medio de la pobreza, cosa que no concuerda con las palabras de Rabí Ionatán.

El Rabino Alshij (Torat Moshé Behar) explica:

Ante dos clases de pruebas se topan los seres humanos, la pobreza y la riqueza.

La prueba de la pobreza, es mejor que la de la riqueza porque por intermedio de la pobreza los hombres adquieren la humildad y con ésta el camino para servir a HaShem.

La riqueza, por el contrario, le da al hombre un aire de orgullo y altanería por eso nos dice Rabi Ionatan:

Todo aquel que observa la Torá siendo pobre y por medio de ésta, la pobreza, adquiere humildad y modestia, ameritará que si se enriquecerá, no le arrebatarán la riqueza de la Torá.

Porque según la naturaleza de los humanos los sufrimientos que causan la pobreza son más eficientes que los otros.

Otras clases de sufrimiento no dejan al hombre la mente y el corazón libres para estudiar Torá, y cuando desaparecen, podrá olvidarse de ellos, y volver al orgullo y la altanería. Pero la pobreza enseña al hombre a ser humilde y ésta virtud no desaparecerá aunque la rueda de la fortuna, se acuerde de él y enriquezca.

¡También en tiempos de riqueza, se acordará de los malos tiempos, por eso dice el Tana, todo aquel que le observa, siendo pobre, acabará, observándolo siendo rico!



MISHNA 10

10. Rabí Meir dice: sé parco en ocupaciones mundanas y dedícate a la Torá, sé humilde ante todas las personas. Si desatiendes la Torá, tendrás muchos obstáculos opuestos a ti; pero si te ocupas de la Torá, hay una gran recompensa para serte otorgada.

Dijo Rabí Ajá bar Janina, El Creador del mundo tiene claro, que no existe en la generación de Rabí Meir, un sabio de su nivel, conocedor de la Torá y agudo en el estudio, y si preguntas porque no reciben su fallo te lo diré. Sus compañeros de estudio no pueden precisar sus ideas ya que sobre lo impuro, prueba su pureza con toda clase de fuentes y argumentos y lo que es puro, probará que es impuro de la misma manera.

Su maestro por excelencia fue Rabí Akiva, también estudió con Rabí Ishmael, y no dejó de escuchar las enseñanzas de Elish ben Abuia también después de que Elish abandonó el camino de la Torá y se convirtió en “Ajer” (otro).

Después de haber abjurado el judaísmo Elishá ben Abuyá le preguntó a Rabí Meir: ¿qué significa lo que está escrito: ¿tanto esto como aquello lo hizo HaShem? El Rabino le contestó: el Santo bendito sea, de todas las cosas que creó, creó su contrario; por ejemplo Rabí Akivá, daba una explicación distinta. Decía HaShem creó los justos y los malvados, el Edén y el Infierno. A cada individuo le están reservadas dos partes: una en el Edén y otra en el Infierno. Cuando alguien es digno y justo, toma en el Edén su propia parte y la de uno de sus semejantes (no recto); si es culpable y malvado, recoge su parte y la de otro, pero en Infierno (Jagiga 15a.)

Los Sabios dijeron: Rabí Meir encontró un fruto de granada, su interior comió y su cáscara tiró (Idem, 2).

Rabí Meir dice: sé parco en ocupaciones mundanas:

Trata de ocuparte lo menos posible en lo referente a tu sustento, para así ganar tiempo para estudiar Torá y dedícate a la Torá: claro que las personas deben trabajar, para subsistir y mantener a la familia (también sin eso no podrá estudiar porque…).

¡Si no tendrá para comer, como podrá dedicarse a la Torá, pero Rabí Meir nos previene que no nos olvidemos de lo importante que es el estudio de la Torá! a veces al dedicarnos sin límites a nuestros quehaceres, no encontramos el tiempo para dedicarnos a la Torá.

¡Hagamos el tiempo para el estudio … porque lo hay, y solo depende de nosotros!

Sé humilde ante todas las personas.

Aunque tengas amplios conocimientos de Torá, no te llenes de orgullo… sé humilde, has de estar preparado para aprender de otros, aunque pienses que son menos que tú.

La persona que se vanagloria de sus conocimientos, y que está a un nivel superior a los demás, prueba a voces, que no estudió bastante.

El Sabio no proclama a cada momento, su sabiduría. Su sabiduría se verá reflejada en sus actos y su comportamiento.

Si desatiendes la Torá tendrás muchos obstáculos opuestos a ti.

Si no te ocupas de la Torá, al terminar tu trabajo, alegando cansancio u otros obstáculos te impedirán hacer cosas que tus haces diariamente.

Hay personas que más de su trabajo diario no hacen, cuando podrían dedicar parte de su tiempo libre para ampliar sus conocimientos judaicos y así reforzar su identidad. Dice la “Mishná” no creas que si desatiendes la Torá, descansarás al contrario, otras cosas saldrán de imprevisto que te molestarán y te impedirán realizar toda clase de programas que tú organizaste.

Pero si te ocupas de la Torá, hay una gran recompensa para serte otorgada.

El Santo bendito sea, personalmente recompensa a los que se ocupan de la Torá (Rabenu Iona).

Sabido es que la finalidad del hombre en su paso por la vida terrenal es entregarse al estudio de la Torá, pero el hombre tiene también obligaciones materiales, debe comer, beber y dormir, y en especial debe ocuparse de su sustento. Esto no se puede negar, pero no debe desperdiciar su tiempo más de lo necesario en el logro de esos asuntos, sino que debe ahorrar tiempo libre para ocuparse del estudio de la Torá. De ésta manera el tiempo que invierte en los asuntos materiales es de suma importancia, porque si no hubiese preferido utilizarlo en Torá. Y si es así, tiene que recibir recompensa también por el tiempo que usó para sus necesidades corporales.

¡Al desperdiciar su tiempo libre en cosas sin importancia no podrá exigir recompensa, porque como podrá argüir que hubiese estudiado, si tuviese tiempo libre, cuando sus actos prueban claramente que cuando lo tiene no estudia!!

Tendrá que recibir un castigo, al no ocuparse en asuntos espirituales.

La Guemara cuenta (Makot 10:1) que Rabí Jasda llegó a una edad avanzada (93 años), porque siempre estaba ocupado en cosas de Torá – por esa razón el ángel de la muerte no podía con él.

¿Acaso Rabí Jasda no comía, ni dormía, no se ocupaba de otras necesidades primordiales de la vida humana?

La respuesta es simple: Toda acción estaba dedicada a la Torá. También cuando comía, su intención era estar sano y fuerte para concentrarse en el estudio, todos sus actos eran Torá.



MISHNA 11

11. Rabí Eliezer ben Iaakov dice: quien cumple un precepto, adquiere un defensor, (más) quien comete un pecado, obtiene un acusador, arrepentimiento y buenas acciones son buenos como coraza contra el castigo.

Rabí Iojanan Hasandlar, el zapatero dice: Toda reunión dedicada al nombre del Señor, su fin será permanecer, pero si no está dedicada al Señor, no perdurará.

Rabí Eliezer hijo de Iaakov, era alumno de Rabí Akiva, en el Tratado Ierushalmi leemos:

Un no vidente llegó a la ciudad donde habitaba Rabí Iaakov, éste se sentó a su lado, y los habitantes del lugar dijeron: Si no fuese una persona importante el Rabino no se hubiese sentado a su lado, le brindaron toda la ayuda que necesitaba.

El hombre en cuestión les preguntó: ¡que mérito tengo, gracias a él ustedes me apoyan!

Vimos que Rabí Iaakov ben Eliezer se sentó a tu lado.

El ciego, elevó sus ojos al cielo y dijo:

Tu, Rabí, hiciste un favor a quien es visto y – no ve.

El que ve y no es visto, ¡reciba tu oración y beneficio!

En nuestra “Mishná” nos enseña que cada “Mitzvá” que hacemos crea un abogado defensor y cada pecado, un fiscal acusador (final del Tratado de Pea).

Rabí Iojanan Hasandlar, llamándose así, por la profesión que ejercía, hay quienes opinan que “Sandlar” era el nombre de su ciudad natal, (Alejandría de Egipto). También él era alumno de Rabí Akiva.

Rabí Eliezer hijo de Iaakov dice: quien cumple un precepto adquiere un defensor

Aquel que cumple una “mitzva” (precepto) adquiere un defensor en el “Día del juicio” ante HaShem después de su muerte. Todos los preceptos que una persona hace en este mundo, vienen y atestiguan en el mundo venidero (Avoda Zará 2:1)

(Más), quien comete un pecado, obtiene un acusador

Al hacer malas acciones (averot), estos vendrán y lo acusarán.

Puede que digas, que hoy si tengo un solo acusador. ¡Si tengo tantos defensores!

Así contesta, El Jafetz Jaim, en su comentario al “Tratado de Avot”.

Un comerciante pidió prestado dinero de mucha agente y al final, fue a la quiebra. Los acreedores trataron de salvar su dinero y tomaron mercaderías y otros bienes que le vinieron a mano, había quienes debían cobrar 1.000 ó 500 y he aquí que entre ellos se encontraba un acreedor que debía cobrar solamente 10 pesos.

Se dirigieron a él diciéndoles. Nosotros tratamos de salvar nuestro dinero, hablamos de cuantiosas sumas, ¡pero tu deuda es insignificante!

¡Mi deuda es deuda!, y como el cliente quebró.

Todos los acreedores, sin excepción ¡son iguales!

¡Y la moraleja es clara!

¡Todo el tiempo que el ser humano vive el “ángel destructor” no puede tocarle, al morir todos vienen a cobrar lo que debe, aunque sea el más pequeño acreedor!

Por esa razón la persona inteligente adquirirá muchos defensores, hará buenas acciones en cantidad, y se cuidará de cometer pecados para que en el “Olam Haba” (mundo venidero) no se avergüence.

Arrepentimiento y buenas acciones son buenos como coraza ante el castigo.

Cuando un hombre peca, deberá arrepentirse, pero aunque el arrepentimiento es importante, si no hará buenas acciones, no hará ningún efecto.

El arrepentimiento es una defensa, un escudo, por eso está recordada en primer plano, es quien nos defiende del castigo, pero si tras el no hay buenos actos no tendrá ningún valor.

La fuerza de la Teshuvá (arrepentimiento) es tan grande hasta que los “pecados” se convierten en méritos.

Cuentan que Rabí Levy Itzjak de Berditchov se dirigió a un malvado y le dijo:

- ¡Puede que te envidie!

- En que puede el Rabí envidiarme, dijo el hombre sorprendido.

Nuestros Sabios dijeron, expresó el Rabí, El que se arrepiente por amor, los pecados se transforman en méritos. Imagínate, si un gran pecador como tú, se arrepintiera de todo corazón, sus pecados se convertirán en méritos Cuantos preceptos (mitzvot) tendrá en su poder!

¡Sin duda alguna, el número de tus mitzvot y méritos, serán mucho más que los míos!

¡El justo Rabí, no lo dejó hasta que el pecador hizo Teshuvá!

Rabí Iojanan, el zapatero dijo: toda reunión dedicada al nombre del Señor, ha de permanecer

Toda reunión que tiene como fin buscar la verdad y el bien, sin intereses personales, seguro que finalizará con conclusiones positivas y útiles para el tema y la comunidad.

Si no está dedicada al Señor no perdurará.

Pero la reunión en la cual, cada uno de los participantes quiere lograr su propio interés sin tomar en cuenta, los intereses comunitarios, en ésta reunión no habrá bendición y nada se logrará.

La reunión de los sabios de Gran Asamblea, fue en nombre del Señor (Leshem Shamaim) y la reunión de la Generación de la Dispersión (Torre de Babel) no fue en nombre del Señor.

¿Cómo sabremos si la reunión efectuada es en nombre del Señor?

- Si tiene continuación y seguimiento.

Cuando termina ahí, sabremos que fue estéril y sin buenas intenciones.



MISHNA 12

12. Rabí Eleazar ben Shamuá dice: Respeta tanto a tu discípulo como a ti mismo, y respeta a tu compañero como a tu Maestro, y a tu Maestro como al Señor

Rabí Eleazar ben Shamuá, era alumno de Rabí Akiva.

Trae la Guemara: Dijo Rabí Iehuda Hanasí (el príncipe)

Cuando estudiábamos Torá con Rabí Eleazar ben Shamuá, estábamos sentados 6 personas en la superficie de una “ama” (50 centímetros), ya que tenía numerosos alumnos y estudiaban apretujados unos a otros.

En ésta “Mishná” Rabí Eleazar nos enseña como hemos de tratar a nuestro alumno, compañero, o su Rabino.

Rabí Eleazar hijo de Shamuá dice: Respeta tanto a tu discípulo como a ti mismo.

Que todos aprendan de Moshé, nuestro Maestro que le dijo a Ieoshua.

Escoge varones para nosotros (Shmot 17:9) no dice “para mí” sino “para nosotros”.

Lo puso en el mismo plano, a pesar de que Moshé era el Maestro y Ieoshua su alumno.

¿Y de donde aprendemos que el honor de su compañero sea como el honor de su maestro?, porque está escrito: “Dijo Aharon a Moshé: Por favor Mi Señor” (Bamidbar 12:11) ¿acaso Aharon no era menor que él? (y no tenía que llamarlo Mi Señor) pero lo hizo su Rabino y de donde derivaron que la reverencia que se le debe a un maestro es como la que se debe al cielo, Porque está escrito Moshé, Mi Señor, encárelos (Bamidbar 11:28).

(Ieoshua dijo a Moshé esas palabras, porque sentía que Aharon y Miriam le habían faltado el respeto a su maestro. Extermínalos del mundo, porque al revelarse contra ti, como si se hubiesen revelado contra HaShem y merecen ser muertos (Avot De Rabí Natán 27,4).

Respeta tanto a tu discípulo como a ti mismo.

Rabí Eleazar era muy meticuloso en su relación con sus alumnos, llegaba puntualmente a la Yeshivá, (Casa de estudios), para que sus alumnos no se molestasen en esperar. Era muy querido por sus alumnos, y eran tan numerosos que no había lugar para sentarse (Eruvin 53a).

Respeta a tu compañero como a ti mismo

Como hizo Aharon con Moshé, y así dicen nuestros Sabios “Los Sabios de Babilonia se paraban uno en honor de otro, y rasgaban sus vestiduras, uno en honor a otro (Baba Metziá 33:1) – como lo hace un alumno para con su Rabí, porque siempre estudiaban en una misma casa de estudios, y uno aprendía de otro (Rashi).

Y a tu Maestro como al Señor:

Con alumnos y compañeros hay que tener un trato honorable, mucho más con un Rabino, con este se necesita mas temor y reverencia que honor, sobre el versículo: “Al Eterno Tu HaShem temerás” (Devarim 6:13) explica Rabí Akiva: “incluye a los sabios de la Torá” (Psajim 2:2).

El Santo bendito sea equiparó el honor a los Sabios a “Su honor”, porque al enseñar Torá y buenas acciones, llevan al hombre a ameritar el mundo venidero (Rabí Iosef Aknin).

Rabí Eleazar nos enseña que debemos respetar a nuestro discípulo de la misma manera que nos respetamos a nosotros mismos.

Vale la pregunta: ¿Por qué debemos hacerlo?

Porque gracias al alumno, el Rabí, aprende más, entonces, su honor tiene que ser importante y querido como el suyo propio – como el alumno debe honrar a su Rabino porque recibe sus influencias, e la misma manera se comportará el alumno con su maestro.

¿Hasta dónde debe honrar el Rabí a sus alumnos? Leamos lo relatado sobre uno de los Grandes Rabinos de nuestra generación, Rabí Moshé Feinstein, Zal.

Rabí Natan Lumner, quien ejerció el cargo de la Dirección de Estudios Judaicos de la Yeshivá “Tiferet Ierushalaim” discípulo de Rabí Moshé, contaba que cuando entró a estudiar en el instituto, hacía todos los esfuerzos para llegar a tiempo. Una mañana, se retrasó, cuando Rabí Moshé, pasó a su lado, se detuvo un momento y le dijo: “Te has atrasado un poco hoy – parece ser que no pudiste llegar más temprano” y se retiró.

Rabí Moshé quería que sus alumnos supiesen que sabía todo lo relacionado con ellos, pero no les hacía sentir incómodos

Rabí Eleazar ben Shamua nos enseña que debemos respetar a nuestro Rabí, como lo hacemos con HaShem.

¿Cuál es el límite? Todo lo escrito en la Torá, dice el Saba de kalem, tiene un límite, así mismo enseñan nuestros Sabios. Una “mikva” debe medir 40 sea – si mide menos no es válida, ¿y porque no tiene la medida exacta no será considerada inmersión? – pero así fijaron los sabios y no puedes contrariarlos. Así es el marco de “mora Rabja” el respeto a tu Rabí – no desconfíes de él.

Por eso dijeron nuestros Sabios “Todo aquel que desconfía de su Rabí, es como si desconfiara de la Divina Providencia (Sanhedrín 110).

MISHNA 13

13. Rabí Iehuda dice: Se prudente en el estudio, ya que un error en el estudio engendra presunción.

Rabí Shimón dice: hay tres coronas: la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona de la realeza, más la corona de una buena reputación está por encima de ellas.

Rabí Iehuda bar Ilai, alumno de Rabí Akiva estudió con su padre, alumno de Rabino Eliezer ben Horkenus.

En su niñez estudió con Rabí Tarfón en Lod.

Entre otros fue el redactor del Sifra (Midrash Halájico) sobre el libro “Vaikra”, según Rabí Akiva, su maestro.

En ésta “Mishná” nos enseña ser exactos en el estudio de la Torá para que no lleguemos a cometer equivocaciones.

Rabí Iehuda dice: sé prudente en el estudio.

Deberá ser preciso en su estudio, entender el tema, para así sacar conclusiones halájicas, y si escucha una explicación de boca de su Rabino, hará todo lo posible para entenderlo – porque al no hacerlo, puede y se equivoque en sus actos y en sus enseñanzas mismas y se le considerará pecado de presunción.

Sabido es que la naturaleza humana es lenta en el entendimiento de la sabiduría y tiende a olvidarse pronto (Rabenu Iona de Gerondi).

Por esa razón el “sabio” al estudiar no se moverá de su lugar hasta que entienda perfectamente el tema del cual se ocupa y ojalá que su flaqueza en el estudio no lo haga equivocar en sus enseñanzas (Rabí Menajem Hameiri).

La pregunta de fondo es quien puede ser “more horaá” (autoridad que dicta las leyes).

Solo una persona que ha estudiado mucho, y sabe y conoce la Torá a fondo puede serlo. Si no, puede equivocarse y hacer que lo hagan sus alumnos.

¿Puedo yo dictar y fallar leyes? se preguntó el Gran Rabino Moshé Feinsteinzal, aprestándose a analizar los dos aspectos de la tan importante pregunta.

Nuestros Sabios, paz en su memoria, explicaron el versículo: “Numerosos son todos los que han sido muertos por ella”.

Se refiere aquel alumno que no ha llegado al nivel de enseñanza y lo hace. Por esta razón muchos grandes eruditos de la Torá evitaron dictar leyes.

Pero, prosiguió el Rabino, también dijeron nuestros Sabios que “Cada generación tiene sus guías” y no tienes ante ti sino al juez que vive en tus días. El dicho citado termina: fija un castigo a aquellos que han llegado al nivel de la legislatura y no lo hacen.

El Rabino se cuestiona y dice: Acaso según esos parámetros ¿puedo yo hacerlo? ¿Quién es el que puede considerarse como un entendedor y conocedor de la verdad pura?.

Después de un profundo análisis, Rabí Moshé Fainstein concluyó diciendo que al no aclarar el tema hasta la raíz peca en la esencia de la ley, por esa razón “Rashi” (Rabí Shlomo Itzjaki) previene a los estudiosos de la Torá en cuanto a la seria investigación de los diferentes temas – porque al no hacerlo, tergiversará la ley.

Testigos oculares certifican que el Rabino Fainstein estudió ciento y una veces el Talmud, y más de setecientas veces repasó el Shulján Aruj.

¡Para vuestro conocimiento! el Talmud Babilónico contiene 63 Tratados, 524 capítulos, 4.124 Mishnáiot, 2.046 páginas de Guemara.

Y el Shulján Aruj en sus cuatro compendios contiene 1.050 capítulos.

Rabí Shimon Bar Iojai dice:

Hay tres Coronas, a las cuales debemos rendirles honores, los sabios que estudian Torá, los Cohanim (sacerdotes) hijos de Aharón y los Reyes.

Leamos lo que escribe Rambam (Maimonides) en Leyes del estudio de la Torá 3:1

1. El pueblo de Israel ha sido coronado con tres coronas: La de la Torá, la del sacerdocio y la de la realeza. Aharón mereció la corona del sacerdocio, como está escrito: “Será para él y para su simiente después de él, un pacto de sacerdocio eterno” (Números XXV, 13). David mereció la corona de la realeza, como está escrito: “Su simiente será para la eternidad, y su trono, como el sol ante Mí” (Salmos LXXXIX, 37). La corona de la Torá, en cambio, permanece a disposición de todo judío, como está escrito: “Moisés nos ordenó la Torá, heredad de la congregación de Yaacov” (Deuteronomio XXXIII, 4); es decir: el que quiere, viene y la toma.

La corona de la Torá es más grande que las otras dos, porque estas son importantes, según la importancia que le otorguen las personas pero – la corona de la Torá no le faltará nada aunque no la honren.

La posición de un rey o un Cohen (sacerdote) aunque sea el Cohen Gadol, (Gran Sacerdote en tiempos del Sagrado Templo), depende de la importancia que se le dé.

Un Rey al cual no se le rinden, entonces no es Rey. Pero un sabio no depende de la relación de la gente. Él puede ser sabio, aunque la gente lo ignore. Sucedió más de una vez, que después de la muerte de una persona, leyendo sus escritos fue reconocido como un gran genio.

Más la corona de una buena reputación, está por encima de ellas.

Todas las coronas necesitan de un buen nombre (Rabenu Iona de Gerondi). Un Rey, un sacerdote, o un erudito de la Torá que no cuidan su buen nombre serán despreciados por las personas a pesar de poseer sus propias coronas, si no adquirirán la corona del buen nombre, la buena reputación de nada valdrán las otras coronas.

MISHNA 14

14. Rabí Nehorai dice: Sal del lugar donde tu habitas y dirígete a un lugar de estudio, y no digas que la Torá te seguirá, porque son tus compañeros quienes la ponen en tu mano; de tu (propio) discernimiento no confíes.

Rabí Nehorai, era Rabí Meir, y su nombre se debía a que alumbraba los ojos de los sabios en el estudio de la Torá.

En ésta “Mishná” enseña a los alumnos, que si no encuentran Torá en el lugar donde viven, deberán cambiar su residencia al lugar donde se estudia Torá.

Rabí Nehorai dice: Sal del lugar donde tu habitas y dirigete a un lugar de estudio.

Si no hay sabios y estudiosos en tu lugar- dirígete a otro y estudia allá, y no esperes que los eruditos de la Torá vengan a ti porque hasta que lo hagan, habrás olvidado lo que ya aprendiste.

Para estudiar necesitas otras personas que estudien contigo, tus preguntas, tu amigo te explica y así adquirirás conocimientos, y así se expresaron nuestros Sabios: La Torá será adquirida, solo cuando sea estudiada en grupo (Berajot 63).

Mucho aprendí de mis Rabinos, de mis compañeros, más de boca de mis alumnos aprendí mucho más.

No digas, tengo mis libros, para que necesitare ir donde el Rabino, soy inteligente y puedo profundizar en los libros, y entender la “halaja” (ley) – por lo escrito necesito la explicación del Rabino (Rabí Shimón Durán).

De tu discernimiento no confíes: (Mishle 3:5)

No pienses que no necesitas un amigo, o un Rabino, porque puedes entender todo sin ayuda; no confíes en tu propio intelecto.

MISHNA 15

15. Rabí Yanai dice: No está en nuestras manos (el explicar) la felicidad de los malvados ni los sufrimientos de los justos.

Rabí Matya ben Jarash dice: Recibe en paz a toda persona y es mejor que seas cola de león que cabeza de zorro.



Rabí Matya ben Jarash, alumno de Rabí Eliezer ben Horkenos y Rabí Eleazar ben Azaria, junto a sus compañeros Rabí Iehuda ben Beterá y Rabí Janania, hermano de Rabí Ieoshua salieron fuera de Israel y fundaron Yeshivot en diferentes países, entre ellos en Roma (Sanhedrín 32:2).

Rabí Yanai dice: No está en nuestras manos el explicar la felicidad de los malvados, ni los sufrimientos de los justos.

No podemos llegar a profundizar en este tema, por que razón al justo (Tzadik) le va mal, y al malvado (Rashá) le va bien, a pesar de que el juicio de HaShem es verdad nosotros no alcanzamos a entenderlo, no tenemos una respuesta por que razón los malvados viven felices y contentos y los justos sufren.

Esta pregunta no es nueva, y fue formulada por los creyentes de todas las generaciones.

Moshé, nuestro Maestro preguntó a HaShem: “Hazme saber pues tus designios” (Shmot 33:13) y así dijo Moshé: “Señor del mundo, ¿por qué a un justo le va bien, y a otro justo mal? ¿ Y hay malvados que todo le va de maravillas, y los hay que van de mal en peor? (Berajot 7:1)”

Y en el libro de Kohelet pregunta el rey Shlomo:

Hay justos a quienes les sucede conforme a la obra de los malvados, y hay malvados a quienes les sucede conforme a la obra de los justos (8:14) y también el profeta Irmiahu exclama: ¡Por que es prosperado el camino de los malvados! (7:1).

Para aclarar diremos que la felicidad de los malvados y los sufrimientos de los justos en este mundo, el mundo terrenal, son lo contrario a lo que nosotros pensamos, porque la feliz situación del malvado, no es causa de una recompensa por sus actos, sino para “molestar” su paz y quietud en el “Olam-haba” (mundo venidero), y los justos no sufren porque merecen castigo, sino para que ameriten en el mundo venidero.

Rabí Matia ben Jarash dice: saluda en paz a toda persona.

Has de saludar a toda persona, aunque sea menor que tú, porque eso es signo de buena educación (Rabenu Iona de Gerondi).

Leemos en la Guemara.

Abayé decía: Debemos esforzarnos siempre en demostrar temor hacia HaShem; debemos responder con dulzura, ser sufridos, aumentar la paz con nuestros hermanos, parientes y con todas las personas en general, incluso con el extranjero que podamos encontrar en la plaza pública, a fin de que seamos tan amados en el cielo como agradables en este mundo y bien acogidos por los hombres. De Raban Iojanan ben Zakai, se contaba que jamás se le había adelantado nadie en saludarle, ni siquiera el extranjero en la plaza pública.

(Berajot17a.)

Con un pequeño acto, “saludar a nuestro semejante”, nuestros sabios, paz en su memoria, pusieron a un lado un pequeño y gran factor de molestia en la comunicación de las personas, cosa que se puede lograr, con ese toque de atención que es el saludo.

“Saluda a toda persona”

Sobre el “Jafetz – Jaim” relata Rabí Moshé Fraguer en su libro “Tzadik-Tamim” (Pág. 258) que no quisieron trasladar sus restos de Radin, su lugar de residencia para lo cual llegó un Rabino de los Estados Unidos. Los aldeanos polacos se opusieron arguyendo que por el mérito de justo Rabí, HaShem los agració con muchos milagros.

Uno de los lugareños, entrado en años, se acercó al Rabino y le dijo:

Muchas cosas vi con mis propios ojos, conocí a éste justo Rabí hace sesenta años, era de pequeña estatura y muy delgado, no se vestía como un Rabino, sino como los judíos usaban hacerlo, siempre estaba contento, poseía un corazón de oro, y… siempre nos saludaba a los pobres colonos, cuando nos veía trabajando en los campos.

Es mejor que seas cola de león que cabeza de zorro:

Mejor conectarse con personas más sabias que uno mismo que encabezar un grupo de menos nivel… La razón es simple de los primeros aprenderá más, y de los últimos restará de sus buenas maneras y conocimientos.

Y en las palabras del Rey Shlomo: “El que anda con los Sabios será sabio, más el compañero de los insensatos será destruido” (Mishle 13:20).



MISHNA 16

16. Rabí Iaakov dice: Este mundo se parece a una antecámara si se le compara con el otro mundo; prepárate en la antecámara para entrar en el salón.

Rabí Iaakov Korshaí, maestro de Rabí Iehuda Hanasí, el príncipe, nos enseña en ésta “Mishná” el rol que ocupa el mundo terrenal, este es solamente una antecámara en el cual nos preparamos, por intermedio del cumplimiento de las mitzvot (preceptos) y buenas acciones para la vida eterna, en el mundo por venir (Olam Habá).

Rabí Iaakov dice: Este mundo se parece a una antecámara si se la compara con el otro mundo.

Este mundo es una antesala, por la cual pasan gente hacia el mundo venidero, y es el lugar donde se adquieren méritos para entrar al mundo por venir.

Cuéntese que un hombre muy pudiente, llegó de Inglaterra para visitar al Jafetz-Jaim, cuando vio al Gran Rabino que vivía en una situación muy pobre, una casa amueblada con muebles muy viejos y deteriorados se llevó una gran decepción.

- Rabí, yo pensé que una autoridad como usted, quien es recibido por importantes funcionarios del gobierno, vive en un departamento bien instalado pero ¡fíjese Rabí en que lugar vive!

- ¿Que quiere usted decir sobre mis muebles? ¿dónde están los suyos?

- Yo tengo muebles de muy buena calidad, esté usted seguro, Rabi pero ahora estoy de paso.

- Yo también estoy de paso, mi querido amigo, por esa razón no tengo buenos muebles, contestó el Jafetz Jaim, con una sonrisa.

Prepárate en la antecámara para entrar al salón

Toda persona debe ordenar sus cosas en la antecámara, para estar preparado para entrar al salón – porque si no lo hará simplemente no entrará por ningún lado (Rabí Iosef Iaabetz).

¿Cómo tiene que prepararse una persona para entrar al salón?

Todos sabemos que HaShem creó el mundo, el cual está compuesto por el “mundo terrenal” (Olam hazé) y el “mundo venidero” (Olam Habá).

La mayoría de las personas prefieren los asuntos terrenales, la razón es obvia, el mundo terrenal es corpóreo, se lo puede palpar con las manos, y por esa razón está cercano a los hombres de carne y hueso.

Preguntemos: ¿Acaso podemos deleitarnos de las cosas mundanas sin límite alguno?

En las generaciones anteriores había una fe completa en HaShem.

El modismo “Baruj HaShem” (bendito HaShem) estaba en boca de toda persona, y en nuestros días…

El ser humano debe “sentir” que el Santo bendito sea creó el Mundo, y todo deleite o satisfacción que nos embarga es como un préstamo que se nos otorgó. Y al ser así, nos convertimos en deudores y hemos de dar algo en su cambio. Así citan nuestros Sabios del Talmud “Todo el que se deleita de este mundo sin previa bendición, como si robara al Santo bendito sea (Berajot 35:2).

¿Cuál es el pago? La bendición que recitará, el estudio de la Torá, y la observancia de los preceptos. Hay quienes piensan que HaShem se olvida de sus acciones, o Le es indiferente – ¡sufren una gran equivocación!

Hemos de saber que HaShem nos observa y todo acto hasta el más pequeño está siempre en Su memoria y tiene en cuenta todas nuestras deudas y tarde o temprano tendremos que retribuirlas. Prepárate en la antecámara; en éste mundo estudiando Torá y llevando una plena vida judía.

¿Por qué? para entrar en el Salón no como un deudor, sino como aquel que pagó todas sus deudas.



MISHNA 17

17. (también) solía decir: más hermosa es una hora de arrepentimiento y buenas obras en éste mundo que toda la vida en el otro mundo.

Más hermosa es una hora de placer en el mundo por venir que toda la vida en éste.

Rabí Iaakov ben Korshai, continúa el tema de la “Mishná” anterior, delineando las diferencias entre el “Olam Hazé” (mundo terrenal) y el “Olam Habá” (mundo por venir).

Este mundo es el mundo de los actos, solo acá podemos “arreglar” nuestra situación, por intermedio del cumplimiento de las mitzvot, solo en el mundo terrenal podemos “hacer” Teshuvá (contrición).

El “Olam Habá” (mundo por venir) es donde recibiremos la recompensa por las buenas acciones realizadas y a este mundo venimos ya preparados, y según como estemos así seremos retribuidos.

(También) solía decir: “más hermosa es una hora de arrepentimiento y buenas acciones en éste mundo que toda la vida en el otro mundo”.

Un solo momento en éste mundo tiene un gran valor ya que podemos hacer Teshuvá (contrición) y mejorar nuestra situación espiritual.

En el mundo por venir no podemos arreglar nada ya que según lo que somos al llegar nos darán bien o para mal.

Leamos lo que escribe Rabí Eliahu Dessler en su obra

monumental “Mijtav Me Eliahu” (1-pág. 4-5)

Nuestros Rabinos han dicho: “Una hora de satisfacción en el mundo por venir es mejor que toda la vida de este mundo”. Este también es un dicho que requiere análisis si hemos de comprender todo su significado. ¿Que es lo que se quiere dar a entender con “una hora de satisfacción”? ¿y qué es “toda la vida de este mundo”?.

Me propongo revelar aquí algo que aprendí de mí venerado maestro e instructor, el Rabí Tzvi Hirsch Braude, de bendita memoria. Él explicaba “toda la vida de este mundo” como sigue:

Todos sabemos que la vida es una bendición mixta: en el curso de una vida todos tenemos cierto grado de alegría y felicidad. Reunamos estas horas y minutos diseminados de placer y gozo de toda una vida y concentrémoslos en un minuto; tendremos una experiencia extremadamente intensa de gozo.

Reunamos ahora todas las horas de placer experimentadas por todos los amigos y conocidos de una persona a través de su vida e imaginemos que podemos concentrarlas en ese mismo minuto de la vida de esa persona; la intensidad de tal experiencia estaría seguramente más allá de toda descripción.

Vayamos más adelante y concentremos en ese mismo minuto toda la felicidad y gozo experimentados por toda la gente en esta ciudad a través de todas sus vidas. Más aún: añadamos toda la felicidad de toda la gente en todas las ciudades de ese país y de cada país; es decir todo lo que sea placentero y agradable en todo mundo durante toda una generación; sumémoslo todo, concentrémoslo todo en un minuto y désemoslo a una persona. Sin embargo esto aún no sería “toda la vida de este mundo”. Toda la felicidad de este mundo se alcanza solamente si sumamos toda la felicidad experimentada por todas las generaciones de hombres desde el principio de la creación hasta el final del tiempo. Si hubiésemos de tomar todo esto todas las buenas cosas de este mundo sin ninguna excepción y se lo diésemos todo a una persona de una vez, hubiéramos entonces alcanzado un grado de felicidad mundana que con seguridad sería imposible de superar.

No obstante “la satisfacción en el mundo por venir” la supera. ¿Y qué es lo que se quiere dar a entender con este breve lapso de satisfacción en el mundo por venir? Mi venerado suegro, el Rabí Najum Velvel Sieff solía explicar que esto se refiere al grado más bajo posible e imaginable de satisfacción, algo así como la satisfacción que siente un hombre pobre que pasa por la cocina de una mansión en donde se prepara un banquete y puede al menos gozar del aroma de la comida. Así, en el mundo por venir, una persona que no merece participación en los deleites espirituales de ese mundo, pero a quien se permite pasar por afuera y gozar del “aroma” del mundo por venir, esto es lo que la Mishná designa como “satisfacción en el mundo por venir” (es decir, cierta satisfacción en ese mundo, aunque no el deleite de ese mundo mismo). Esto representa la recompensa más pequeña posible, asignada a la más pequeña Mitzvá imaginable (pues cada Mitzvá tiene alguna en el mundo por venir), ¡y es ésta mínima satisfacción en el mundo espiritual la que los Rabinos dicen que no puede igualarse con todos los gozos y placeres acumulados de este mundo desde su principio a su fin.

Ahora debe ser perfectamente aparente por qué no puede haber “ninguna recompensa para una Mitzvá en este mundo”.

La razón es que no hay Mitzvá, por pequeña que sea, cuya recompensa no sea mucho más grande que todo lo que este mundo pueda contener Las palabras son literalmente ciertas:

No hay en (todo) este mundo (suficiente felicidad, gozo o recompensa capaz de ser) la recompensa de una Mitzvá (aún de la Mitzvá más pequeña que uno pueda posiblemente imaginar).

Más hermosa es una hora de placer espiritual en mundo venidero, donde los justos se deleitan del resplandor de la Shejina (Divina Providencia).

Que toda la vida en el otro mundo, el ser humano no está falto de problemas, presiones, enfermedades en éste mundo y son estos que le impiden ser totalmente felices, pero en el “Olam Haba” todo será distinto; no habrá nada que impida la total felicidad espiritual.

MISHNA 18

18. Rabí Shimon ben Eleazar dice: no intentes tranquilizar a tu prójimo cuando está enojado, ni consolarle cuando (su pariente) difunto yace ante él. No le preguntes cuando está haciendo una promesa, ni te esfuerces en verlo cuando va por malos caminos.

Rabí Shimon hijo de Rabí Eleazar, alumno de Rabí Meir decía: “El bastón de Rabí Meir estaba en mi mano y él me enseñaba la sabiduría (Ierushalmi, Moed Katan 3:A), fue congeneracional y compañero de Rabí Iehuda Hanasí (el Príncipe).

En ésta “Mishná” nos enseña como comportarnos con un compañero que está bajo presión, o en una situación especial, enojado, apenado u otra situación parecida.

No intentes tranquilizar a tu prójimo cuando esté enojado

Si está enojado, no te apures en tranquilizarlo porque así aumentará su enojo, lo mismo que una poca cantidad de agua no apagará el fuego encendido (Rabí Shimon Durán)

¿Por qué no hacerlo?

Porque al hacerlo, en vez de tranquilizarlo lo afligirás, le parecerá que le deshonras, como si no te importase la ofensa que recibió, como si al hacerlo justificas a la persona que lo ofendió, como si estuvieses de su lado, o como si lo culpas totalmente.

Y si tu amigo está furioso por todas las calamidades que lo cubren al tratar de tranquilizarlo estás agregando más “aceite” a la hoguera – mejor no lo hagas.

Ni consolarle cuando su difunto está ante él.

El no recibirá tus palabras de aliento y consuelo, ¡cómo ha de consolarse, si su ser querido está ante él!

Cuando finalice el entierro, lo consolarás (Rabenu Simjat)

No le preguntes cuando está haciendo una promesa.

Sucede que una persona hace una promesa y después se arrepiente de haberla hecho, en ese caso deberá dirigirse a un Rabino para que le encuentre una “salida” a su promesa para anularla.

Rabi Moshé ben Maimón (Rambam) escribió un tomo especial en su libro “Mishné Torá” sobre el tema denominado “Juramentos” (Nedarim).

Un ejemplo:

Una persona está por contraer matrimonio pero en la víspera de su boda tuvo un fuerte cambio de palabras con su futuro suegro.

En medio de la pelea dijo:

Prometo no casarme con la mujer que tiene como padre a un mentiroso.

Su amigo, testigo de ésta desagradable situación, quiso tranquilizarle y encontrar una “salida” a su promesa y dijo:

¿Dime si descubres que te equivocaste, y el padre de tu novia no es un mentiroso, cumplirás tu promesa?

Furiosos dijo: ¡Ya juré!, ¡y no me casaré con ella aunque su padre no sea un mentiroso!

Después de un tiempo, el hombre en cuestión, se arrepintió de todo lo sucedido, y finalmente se descubrió que el padre de su prometida no mintió.

Si su amigo no se hubiese involucrado, la condición (de que su suegro era un mentiroso) se hubiese anulado.

Ahora, le es muy difícil al Rabino solucionar este problema y puede, que nunca se podrá encontrar una salida legal al juramento realizado… Bueno la hay pero muy triste; si el padre de la novia falleciera, podrá casarse con su hija.

De éste caso hemos de aprender que no hay que tomar ninguna actitud cuando una persona escucha a alguien hacer una promesa hasta analizar el caso y estudiar las posibilidades de anular esa promesa o juramento.

Ni te esfuerces en verlo cuando va por malos caminos

No lo veas cuando efectúa una mala acción, cuando comete algún pecado, porque… se avergonzará

En ésta situación mejor será no visitarlo por que está prohibido avergonzar al prójimo.

Puede también que la persona recapacite y se arrepienta de las cosas malas que hizo, y sigue a propósito, por el mal camino

Cuentan que el Jazon-Ish, acompañado por uno de sus alumnos fue a visitar una familia, al llegar a la entrada escuchó voces y gritos de uno de los departamentos vecinos, parecía ser que un hombre y su esposa discutían a viva voz.

Sin detenerse el Rabí, salió rápidamente del lugar, después de caminar sin parar, con la intención de alejarse de la casa en cuestión, detuvo sus pasos para descansar, su acompañante le preguntó la razón de su actitud, a lo cual así contestó el Rabino: Escuché, que la discusión venía de la casa donde vive una persona que conozco personalmente, temí que me viera, y se siente ofendido y dolorido, al saber que yo escuché lo sucedido con su esposa. Por esa razón preferí escapar del lugar.

MISHNA 19

19. Samuel el pequeño dice: con la caída de tu enemigo no-té alegres, y cuando tropiece no se regocije tu corazón, no sea que lo vea el Señor y le parezca mal y aparte de él su ira (Mishle 24:17/18).



Leemos en el Tratado de Sanhedrín (11:1).

Los Rabinos han enseñado: “El calendario sólo puede ser establecido por un tribunal, nombrado especialmente para llevar a cabo tal cometido”.

Se cuenta que Rabán Gamliel ordenó: haced subir a mi habitación a siete sabios para tal fin. Cuando el Rabino subió a su habitación, se encontró con que había ocho personas, y entonces preguntó: ¿quién de vosotros subió sin permiso? Samuel el Pequeño, se levantó y dijo: yo soy el que se presentó sin autorización; pero he venido no para participar en la intercalación del año, sino para aprender cómo se aplica esta ley en la práctica. Raban Gamliel le dijo: puedes sentarte, hijo mio; sois dignos de que cada año sea intercalado por vosotros.

Sin embargo, los sabios decidieron que el año sólo podría ser ampliado por un tribunal especialmente nombrado para ello. Pero, a decir verdad, no fue Samuel el Pequeño el que acudió a la reunión sin la debida autorización, sino otra persona: pero como no quería avergonzar al compañero culpable, se levantó él (y se acusó).

¿Por que se llamaba Shmuel Acatan? (Shmuel el pequeño), porque era un poco menor (en importancia) que Shmuel, el profeta, y otros opinan que su nombre se debía a que era muy humilde.

Shmuel el pequeño dice: con la caída de tu enemigo, no-té alegres, y cuando tropiece no se regocije tu corazón.

Shmuel acostumbraba citar estos versículos ante aquellas personas que se contentaban al ver a personas en problemas.

La persona que fracasa, un héroe vencido en la guerra, o un hombre pudiente que perdió su riqueza al saber que, sus enemigos se alegran en su desgracia, su corazón y tristeza aumentarán muchas veces más, y esto es más difícil para él, que la pérdida misma.

Le preguntaron a Iov, ¿Cuál es el momento más difícil que usted ha pasado? La alegría de mis enemigos al saber de mi desgracia, contestó (Magen Avot – Rabí Shimon Durán)

No sea que lo vea el Señor, y le parezca mal, y aparte de él su ira.

El castigo y la alegría por el fracaso del enemigo son demasiado fuertes, y le parezca mal, y aparte de él su ira, entonces no le castigará más.

Cuando una persona está en desgracia no puede soportar la idea de que otros se alegran al saber de su mal momento.

Se cuenta que un comerciante acostumbraba al perder en un negocio, alumbrar su casa en forma especial y preparar un gran banquete, cuando sus cercanos preguntaron la razón, les dijo: Si los comerciantes han de saber de mi fracaso comercial, se alegrarán, y yo me pondré furioso, ahora que organizo una gran fiesta, pensarán que gané millones y se apenarán por saberme exitoso.

Cuando la persona se contenta con la desgracia ajena adquiere para sí una mala cualidad, el odio a su semejante, y con el tiempo se convertirá en un odio enfermizo, al cual no nadie podrá ponerle freno.

Shmuel el pequeño nos enseña a no odiar a nuestros semejantes y eso es vital para la existencia de una buena sociedad.

MISHNA 20

20. Elisha ben Abuya dice: quién aprende de niño, ¿a qué se parece?. A tinta (que sirvió para escribir) sobre papel nuevo. Y quien aprende (siendo viejo) ¿a qué puede comparársele?. A la tinta (con la cual se escribió) sobre papel borrado.

Rabí Iosi ben Yehuda de Kfar Hababli dice: el que aprende de los niños, ¿a qué se semeja?

A quien come uvas agrias y bebe vino de su lagar, y a quien aprende de los viejos, ¿a qué se refiere? A quien come uvas maduras y bebe vino añejo.

Rabí dice: no te fijes en el recipiente, sino en su contenido. Hay recipientes viejos en los que ni siquiera hay (vino nuevo).

Sobre la biografía de Elisha ben Abuya ver (Cáp. 4, Mishná 10).

Rabí Meir tenía una estrecha relación con su maestro Elisha ben Abuya, y tenía esperanzas de hacer que retorne al buen camino.

Leemos en el Talmud Ierushalmi (Jagigá 2:1): Cuando su muerte estaba ya cercana vino Rabí Meir a visitarlo y le pidió que “haga Teshuvá” (que se arrepiente de sus malas acciones).

Le dijo: (Elisha a Rabí Meir) Y si “vuelvo” ¿me recibirán? contestó Rabí Meir está escrito: “Haces tornar el hombre hasta “el último momento” y dices “Tórnese, hijos del hombre” (Tehilim 90:3), hasta estando destrozado y en las últimas reciben su arrepentimiento.

Entonces Elisha comenzó a llorar y así falleció.

Rabí Meir se alegró, parece ser que mi Rabí entregó su alma en medio de la Teshuvá (arrepentimiento).

Elisha ben Abuya dice: quien aprende de niño el que aprende Torá siendo niño. ¿a qué se parece? a tinta sobre papel nuevo.

El papel siendo nuevo, absorbe la tinta y nunca se borrará, lo que se estudia de niño nunca se borrará de la mente.

Y el que estudia de viejo, siendo ya de edad avanzada, ¿a qué se parece? a tinta sobre papel borrado.

Al escribir sobre un papel borrado, lo escrito se verá confuso y no legible, y fácilmente se borrará, lo mismo sucede con la persona que estudia siendo ya viejo, no lo podrá asimilar y si lo logra, lo olvidará rápidamente.

El estudio en los años jóvenes se asemeja al que trabaja sobre piedra, mientras que el que estudia siendo ya viejo se asemeja a aquel que trabaja sobre arena (su existencia es limitada) (Rabí Menajem Hameiri).

¿El que aprende de los niños a que se asemeja? A quien come uvas agrias y bebe vino de su lagar

La sabiduría de los niños, está mezclada con un sinfín de dudas (Rabí Ovadia de Bartenura), y por eso su estudio no está todavía formado.

¿Y a quién aprende de los viejos a que se parece? A quien come uvas maduras y bebe vino añejo.

Su gusto es bueno y su vino es agradable al paladar, de la misma manera los conocimientos adquiridos por los ancianos tienen forma y contenido.

El mejor alumno es el joven.

Y el mejor maestro es el mayor de edad.

(Rabí Shimshon Refael Hirsh)

Cabe destacar que hubo grandes Rabinos que empezaron a estudiar siendo ya de mediana edad. Rabí Akiva tenía cuarenta años, cuando comenzó a estudiar.

La historia judía nos enseña que hombres de edad muy avanzada continúan creando grandes obras, Moshé nuestro Maestro, tenía 80 años cuando los hijos de Israel, salieron de Egipto.

Rabí Akiva tenía 80 años cuando lideró a su pueblo como el dirigente espiritual de la Rebelión de Bar-Kojva y como éstos muchos otros.

Pero, es indiscutible, que mejor será que se comienza a estudiar siendo jóvenes, cuando envejecen, su sabiduría aumenta (Shabat 112:2) no por los conocimientos acumulados, sino por la experiencia adquirida que da profundidad a los conocimientos.

He aquí ejemplos de estudiosos de la Torá que a temprana edad llegaron a escribir obras fundamentales sobre temas judíos.

Rabí Shabetay Cohen

Autor del comentario “Shaj sobre Iore-dea (una de las partes del Shulján-Aruj), finalizó su obra a la edad de 23 años.

El Razá: autor del “Maor” escribió su obra a la edad de 19 años.

El Sabio Rabí “Maaram Shir” falleció a la edad de 36 años, y hasta entonces alcanzó a escribir comentarios sobre todo el Talmud, y como estos hay miles de ejemplos más.

Una vez dijo Rabí Eliahu Lapián:

Hace treinta y cinco años estudié todo el “Shas” (63 Tratados del Talmud), menos dos Tratados Zbajim y Menajot, y ahora a los setenta años, trato de completarlo, ¿y cuáles son los logros?

Lo que estudié entonces, recuerdo y lo que estudio, ahora no logro recordar

Rabí dice: no te fijes en el recipiente sino en su contenido

Rabí Iehuda, el príncipe, no mires la parte externa del recipiente

Si no en su contenido: Rabí Iehuda, discrepa con Rabí Iosi bar Iehuda diciendo que como hay un recipiente nuevo, lleno de vino añejo, asi hay jóvenes que su gusto y contenido es semejante al del sabio de edad mayor y hay de estos ancianos de muchos menor conocimientos que los jóvenes (Rabí Ovadia de Bartenura).

Según Rabí, no hay que dejarse llevar por la apariencia exterior, hay un joven que es sabio y hay viejos que son tontos y si es así, ¡mejor es el joven!

Ejemplos: Rabí Eleazar ben Azaria fue nombrado Presidente el Sanhedrín a la edad de 18 años (Se hizo un milagro y le crecieron 18 filas blancas en su barba para que la gente lo respetase (Berajot 28:1).

Rabí Moshé ben Maimón (Rambam) escribió un libro sobre filosofía a la edad de 16 años y comenzó su comentario sobre Pirke Avot (Hamaor) a la edad de 23 años.

El Rama (Rabí Moshé Iserlish) fue nombrado Rabino de Cracov a la edad de 18 años y como éstos muchos ejemplos más.



MISHNA 21

21. Rabí Eleazar Hakapar dice: La envidia, la codicia, y la búsqueda de honores sacan al hombre del mundo.

21.

Rabí Eleazar Hakapar, contemporáneo de Rabí Iehuda, el príncipe, un hombre muy importante, solía decir: “No seas como el marco superior de la puerta, a donde la mano del hombre no puede llegar, sino se como el umbral, al cual todos pisan si el edificio será destruido, el único que quedará será… el umbral…

( Avot de Rabi Natan 26)

Rabí Eleazar Hakapar dice: La envidia

Envidia. ¡Es lo que uno tiene cuando ve a su compañero enriquecerse, o cosechar éxitos tras éxitos y… se avergüenza por no haberlo logrado!

y la codicia – deseo, es porque se ve atraído por toda clase de veleidades hasta perder su alma y su cuerpo. (Rabenu Bejaie)

Y la ambición y búsqueda de honores dijeron nuestros sabios: Todo aquel que se escapa de la grandeza, ésta lo persigue (Eruvin 13).

Rabí Moshé Raíz, alumno del “Saba de Nobardok” contaba: “En la ciudad de Kobna falleció uno de los más ricos y honorables ciudadanos que se vino a menos, y no tenía ni para comer

Los que lo acompañaron hasta su última morada acongojados por la muerte del señor decían: ¡El hombre murió de hambre!

Al oírlos Rabí Israel Salanter exclamó:

El hombre no murió de hambre sino por causa de “Kavod” (búsqueda de honor) y de orgullo

Si hubiese entendido su situación, pediría ayuda, y no se hubiese muerto de hambre.

¡El honor lo sacó del mundo!

Sacan al hombre del mundo

La envidia, la codicia y el honor son tan peligrosas, que se pegan al hombre, y lo acompañan hasta la muerte, al tener esas cualidades perderá su mundo y saldrá de él.

Pero hay una clase de envidia que es positiva.

Aquel que envidia a su amigo porque es más inteligente que él, que estudia como él, pero sus logros son superiores a los suyos. Sobre esto dijeron nuestros Sabios: La envidia de los escribas (Sabios), aumenta la sabiduría también ésto se llama envidia, a pesar de que es positiva, el que envidia a su compañero por ésta razón hará todo lo posible para ser como él.

Un grupo de ricos comerciantes de cereales se apersonaron ante el justo Rabí David de Talna pidiendo su consejo y bendición. El año pasado era un año de sequía, y los cereales subieron de precio, pensaron que también éste año se cotizarían a alto precio por eso no quisieron vender al comienzo de año, pero los precios siguieron bajando, y pueden perder un dineral.

Les contestó el Rabí: quién dio sustento y comida a los pobres en la sequía, ¡dará también a los ricos en un año de abundancia!

Hay gente que se olvida que el mundo no fue creado solamente para “su provecho”. Hay entre ellos que no piensen ayudar a otros, sino que están dispuestos a hacer daño a otros aunque sea por una pequeña ganancia.

La envidia, la codicia y los honores sacan al hombre del mundo ¿a dónde?

Hay quienes explican que pierden el Olam Haba (mundo venidero). Rashi.

Hay quienes opinan que acortan los días de los seres humanos.

MISHNA 22

22. (También) solía decir: Los nacidos habrán de morir y los muertos (volverán) a vivir, los vivos habrán de ser juzgados conocerán, proclamarán y darán a conocer que Él es HaShem, el Hacedor, el Creador.

El es quien comprende . El es el juez , el testigo ,el demandante. Él en el futuro juzgará. Bendito Él es quien comprende. Él es el juez, el testigo, el sea.

Ante El no hay injusticia, ni olvido, ni preferencias, y no acepta cohecho. Has de saber que todo se hace según la cuenta (depende de nuestras acciones). No te asegura tu instinto que el sepulcro sea un refugio para ti, ya que sin tu voluntad fuiste hecho, sin quererlo, tu naciste, a pesar tuyo vives, y a pesar tuyo morirás, y pese a ti, en el futuro, habrás de dar cuenta (de tus actos) ante un rey, Rey de Reyes el Santo – bendito sea El autor de esta “Mishná” Rabí Eleazar Hakapar previene al ser humano diciéndoles que deberá rendir cuentas por sus actos y por eso mejor hará en ordenar su acto y hacer Teshuvá (introspección). Solía decir: Rabí Eleazar bar Kapará

Los nacidos habrán de morir los seres vivientes, morirán, pero vendrá un día, en el cual los muertos volverán a vivir.

Los vivos habrán de ser juzgados

cada uno tendrá su juicio ante HaShem

Conocerán: por sí mismo

proclamarán: a otros

Y darán a conocer: para que sea claro y comprensible para todos los seres humanos.

Estos conceptos deberán aprender y enseñarlos a otros y reforzarlos en nuestra mente.

1. Que Él es HaShem. Fuerte, celoso y vengador, es Uno, todo fue creado por Él, el mundo entero debe cumplir sus mandamientos y Él en su tiempo, juzgará a todos.

2. Él es quien comprende. Todas las acciones de los hombres, antes de ser realizadas.

3. Él es el juez. De todo lo existente, el testigo, porque sabe todo lo que hace el hombre.

4. Él es el demandante. Que lleva el hombre a juicio. HaShem tiene un triple rol, lo que no sucede con el aparato judicial de los seres humanos que al ocupar esas funciones un ser de carne y hueso el juicio seguramente no será justo, pero HaShem ocupa esos cargos y Su juicio es verdadero y justo porque…

5. Ante Él no hay injusticia, ni olvido, ni preferencias, ni cohecho

No hay sospecha alguna en el Juez celestial, ya que todo le pertenece.

El no hará diferencias entre pobres y ricos, no tomará ninguna clase de soborno.

Recompensará por el cumplimiento de un precepto y castigará por cada pecado realizado.

¿Sobre qué bases juzgará a los humanos?

Has de saber que todo se hace según la cuenta.

Se tendrá en cuenta el comportamiento de cada ser humano, las buenas acciones y también las malas serán tomadas en cuenta.

También los sufrimientos serán tomados en cuenta cuando presentemos cuentas ante el Tribunal Celestial.

Y así se cuenta sobre el Jafetz-Jaim:

El Sabio Rabí acostumbraba dar una clase los sábados por la tarde.Una vez entre otras se expresó diciendo que lo que la gente piensa sobre la viva descripción del Infierno que está minuciosamente delineada en el libro “Rehist-Jojma” es una exageración – es una gran equivocación

Todo eso es una real verdad.

Entre los oyentes se encontraba uno de sus mejores alumnos que al escuchar las palabras del Rabino comenzó a temblar y sufrió un pequeño ataque al corazón que puso en peligro su vida.

Pasó un tiempo, y con la ayuda de HaShem, mejoró.

Después de levantarse de su lecho de enfermo visitó al Rabino y éste volvió a decir que todo lo escrito en aquel libro era verdad y agregó:

Lamento no haber agregado algo más, si lo hubiese hecho no te hubieses enfermado, y es lo siguiente: “Si el hombre supiese que los sufrimientos en éste mundo restan los sufrimientos en el “Gheenam” (infierno) allá en el “Olam Habá” (mundo por venir) no dudaría en recibir sobre sí los sufrimientos de Yob (Iov).

Aprendiendo a recibir castigos y sufrimientos en éste mundo, deberá estar feliz, porque nos redimirán de todo castigo en el mundo por venir.

No te asegure tu instinto, que el sepulcro sea un refugio para ti

No pienses que después de muerto, no hay juicio ni castigo ¡lo hay! serás juzgado y castigado, por los pecados que cometiste, ¿Por qué? …

Ya que sin tu voluntad fuiste hecho

El hombre nace, vive y muere sin que se le pregunte, todo está en las manos de HaShem; como nació sin que se le pregunte su opinión así deberá presentarse a juicio, aunque no quiera hacerlo. ¡No hay escape! Todo está en manos de HaShem.

Capitulo 5

MISHNA 1

1. Con Diez palabras fue creado el mundo ¿Por qué no dice con una palabra, podría haber sido creado?, pero para castigar a los malvados que hacen perecer el mundo, fue creado con diez palabras, y para dar buena recompensa a los justos que mantienen al mundo que fue creado con diez palabras.

Este capítulo trae “Mishnaiot”, ordenadas según el orden de los números que aparecen en ellas.

Las Mishnáiot (1,2,3,4,5-6) comienzan con la palabra Diez

El número (7 y la 8) con la palabra Siete

Las “Mishnáiot” (11,12,13,14,15) con: Cuatro

La (16,17,18,19) con la palabra Todo

La razón es simple: El orden detallado en este capítulo ayuda a recordar mejor las “Mishnáiot”

Con diez palabras fue creado el mundo.

Nueve veces está escrito en el capítulo que detalla la Creación “Vaiomer Elokim” (dijo HaShem).

El primer versículo que comienza con “Breshit bará” (Al principio creó), es considerado palabra de HaShem (Rabí Ovadia de Bartenura)

¿Qué nos enseña?, ¿Porqué no creó HaShem el mundo con una sola palabra?

Para enseñarnos que el mundo no fue creado de una sola vez, sino por medio de diez palabras.

Aunque HaShem podía haber creado Su mundo de una sola vez diciendo: ¡Dijo HaShem, que sea el cielo y la tierra, que haya luz y cielo!

Pero, viene la Torá a relatarnos que el mundo fue creado por medio de diez palabras, para enseñarnos la importancia del mundo en el cual vivimos

Para castigar a los malvados que hacen perecer al mundo, que fue creado en diez palabras.

Los malvados con sus malas acciones peligran la existencia del mundo y sus habitantes

Y para dar buena recompensa a los justos que mantienen al mundo que fue creado con diez palabras.

los justos al hacer buenas acciones, justifican la existencia del mundo

Así leemos en Avot de Rabí Natan: “Para enseñarte que todo aquel que observa una mitzva (precepto) es como si reforzara con sus manos todo este mundo que fue creado con diez palabras”.

Y todo aquel que infringe la ley, cometiendo un pecado, profanando el sábado, y todo aquel que hace perder un alma de Israel; es considerado como si echó a perder el mundo que fue creado con diez palabras (31).

Al leer nuevamente la “Mishná” nos preguntamos: Es lógico y justo que para recompensar a los justos creó HaShem el mundo con diez palabras pero ¿por qué HaShem que es justo y compasivo no juzgará y castigará a los malvados que hacen perecer en el mundo que fue creado en una sola palabra?

Rabí Eliahu Lapian nos explica con este ejemplo:

El reloj, como es sabido, está compuesto por muchas piezas, cuando una de ellas sufre un desperfecto, el reloj deja de funcionar.

Pero, así también resulta fácil de componerlo, y al hacerlo vuelve el reloj a funcionar.

Ahora bien, ¿qué sucedería si el reloj estuviera compuesto de una sola pieza?

Toda descompostura, por más pequeña que sea, haría efecto en el funcionamiento general del reloj, y no habría la posibilidad de repararlo, la salida sería construirlo nuevamente.

Proyectemos el reloj a nuestro ambiente.

Los “Sabios del mundo”, definen al ser humano como un “pequeño mundo”, compuesto de polvo de la tierra, – la materia física – junto a la “Neshama”, alma espiritual, cuyo origen proviene de bajo el “sillón de HaShem Itbaraj” (D-s bendito).

Así es en el “macro – mundo” Es de carne y hueso, y así vemos el cuerpo del mundo, pero su raíz y base es el “mundo espiritual”; el cual nosotros de carne y sangre no podemos ver y concebirlo, y éste es el “Olam-Haba”, el mundo por venir.

Los malvados, con sus actos y pecados puede dañar éste “mundo material” pero el Mundo Superior, Espiritual, por causa de sus acciones, se daña mucho más.

Por esa razón, si el mundo hubiese sido creado con una sola palabra, el pecado podría traer una destrucción mayor, y por ende el castigo sería a su acorde, y no podría ser perdonado. Al ser creado el mundo con diez palabras, el pecador daña solo una parte del mundo, y puede hacer “Tikún (arreglar lo dañado) y pagar su deuda con su castigo.

La creación del mundo con diez palabras es un acto de merced y compasión para limpiar el pecado, y así reconstruir lo dañado.


MISHNA 2

2. Diez generaciones (se sucedieron) de Adam a Noaj, para dar a conocer cuanto es la paciencia del Señor, pues todas (éstas) generaciones le fueron irritando hasta que descargó sobre ellas las aguas del diluvio.

Diez generaciones (vivieron) de Noaj a Abraham, para mostrar cuan paciente es el Señor, pues todas (estas) generaciones le irritaron hasta que vino Abraham, nuestro padre, y recibió la recompensa de todas ellas.



Esta “Mishná” nos enseña la finalidad de los relatos bíblicos.

Diez generaciones (se sucedieron) de Adam a Noaj.

Adam, Shet, Enosh, Keinan, Mahalalel, Iered, Janoj, Metushelaj, Lemej, Noaj.

Para dar a conocer, cuanto es la paciencia del Señor pues todas las generaciones le fueron irritando, como está escrito: Y vio HaShem, que era grande la maldad del hombre en la tierra (Breshit 6:5), pero esperó a los malvados y no los castigó, por si se arrepienten y vuelven al buen camino (Rashi), HaShem no trajo el diluvio de inmediato.

Leamos en el libro Breshit: y dijo HaShem a Noaj: El fin de toda carne ha llegado delante de Mí ….

“Haz para ti un arca de madera (Idem: 13-14) y en Rashi: Si HaShem posee tantos caminos para salvar a sus criaturas ¿por qué hubo de molestar a Noaj con esta construcción?, para que la gente de su generación lo viera ocupado en ésta labor durante ciento veinte años y le preguntaran: que es lo que estás haciendo, entonces él les respondería “HaShem se dispone a traer un diluvio sobre el mundo” y ellos al oír tal cosa, quizás se arrepentirán

Cuando HaShem vio que nada les ayudaba a recapacitar, ni la labor de Noaj, aún así no decidió perderlos para siempre y les dio otra oportunidad y fue la lluvia sobre la tierra (Idem, 7:12), y más adelante en el versículo 17, leemos “Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra ¿por qué habla primero sobre lluvia y después sobre diluvio? Al principio HaShem mandó una lluvia “liviana” para que recapaciten y hagan “Teshuvá” y cuando no lo hicieron, las lluvias se volvieron diluvio.

1656 años esperó HaShem, una y otra vez les dio oportunidad a la humanidad para que se salve de la destrucción, y como vio que le irritaron con su corrupción, finalmente les trajo el diluvio.

Hasta que descargó sobre ellos las aguas del diluvio

HaShem tiene compasión por sus criaturas, pero no por siempre. Cuando vio que no recapacitaron les trajo el diluvio.

Así sucedió en muchos de los capítulos de nuestra historia.

Rabí Iona de Gerondi, que vivió en España, (siglo XII) escribe: Así debes pensar sobre nuestro exilio en los países de los romanos (se refiere a los cristianos) y no digas cuantos días y años ya pasaron de la desaparición del imperio romano y todavía estamos en el exilio.

Tanta paciencia les tiene. Haz de saber que al final les dará su merecido y nos salvará y redimirá, porque es grande en Su paciencia, pero en el final de los días recordará los pecados de esas generaciones.

Diez generaciones de Noaj a Abraham:

Shem, Arpajshad, Eber, Peleg, Reú, Serug, Najor, Teraj y Abraham (Breshit c.11)

Para mostrar cual paciente es el Señor, pues todas estas generaciones le irritaron

Todas esas generaciones servían a la idolatría y a pesar de eso HaShem no los destruyó como hizo con la generación del diluvio, porque si así hubiese sido, Teraj hubiese fallecido y Abraham no hubiese nacido (Rabí Iosef Iaabetz).

Dieron un ejemplo, a aquella persona que odiaba las uvas, y se propuso a destruir el árbol de la viña, pero… gustaba del buen vino y por eso no destruyó el viñedo.

HaShem podía destruir el mundo por causa de los malvados pero Él, que mira constantemente hasta el fin de las generaciones sabe que los “malvados” saldrán hombres justos.

A eso se debe Su gran paciencia y con esta reconocemos Su gran sabiduría.

En la historia judía conocemos a Tzadikim (justos) descendiente de malvados, entre ellos Nebuzaradan, que era un converso.

Los hijos de Sisra estudiaron Torá en Ierushalaim.

Los hijos de Sanjeriv enseñaron Torá.

Rut, la moavita, salió de Eglón, rey de Moav..

Onkelos era el sobrino del emperador romano, Tito el malvado.

Rabí Meir, descendiente de Nerón el emperador romano.

Rabí Akiva, descendiente de Sisra.

Hasta que vino Abraham, nuestro padre, y recibió la recompensa de todas ellas.

La recompensa que hubiesen recibido, al hacer Teshuvá (arrepentimiento) (Rashi).

Podemos preguntar, por que recibió Abraham la recompensa de todas las generaciones ¡Qué le den su recompensa y nada más!.

Cada momento, día, y año, cada generación conlleva consigo su revelación. Cada generación tiene su propio carácter y experiencia. La generación de Jizkiau, la de Rabí Iehuda bar Ilay y como éstas muchas otras.

Todas las revelaciones de la existencia del mundo están ya prevista de antemano, desde la creación hasta el fin de las generaciones. Como también fue fijado el lugar de cada “Neshama”, su función dentro del orden de los sucesos, como así los medios que necesitarán para cumplir su cometido.

Y cada uno de nosotros, tenemos que elegir si cumplirá, o no su misión.

Sucede que a veces ocurre un giro en el proceso de las revelaciones de una o varias generaciones, y en ese tiempo, hay posibilidad que una persona reciba una gran abundancia del “Mazal” superior que cambie su “Mazal” particular, de un lado a su extremo y eso fue lo que pasó con Abraham, el patriarca.

Abraham nació con el nombre “Abram”, porque tenía una función ser “Ab-aram”, el padre espiritual de los habitantes de Aram-Naharaim (Mesopotamia) y en éste contexto no engendraría hijos. Pero él vivió al final de las diez generaciones que irritaron al Señor, y siendo así se generó un cambio en el desarrollo de las revelaciones de todo el mundo. Y Abraham eligió ser el primero en descubrir la fe pura en HaShem, bendito sea y enseñar el camino a los hombres de su generación, a pesar de todo lo sucedido durante las diez generaciones. Y así ameritó recibir la “recompensa de todos” Abraham descubrió lo que debían descubrir todas las generaciones anteriores. Abraham se convirtió en “Ab-hamón Goym”, el padre de muchos pueblos y de él se desprende la meta de toda la Creación su “Mazal” cambió, Abraham tendrá hijos, que serán voceros del ideal hacia el “Tikún general”, y la venida del Meshiaj.

MISHNA 3

3. Diez veces puso a prueba a Abraham, nuestro padre, y resistió a todas ellas para dar a conocer, cuan (grande era) el amor de Abraham, nuestro padre.

Diez veces, puso a prueba a Abraham, nuestro padre

Rabí Moshé Ben Maimón (Rambam) enumera las pruebas:

1) La salida de su tierra natal.

1) El hambre de la tierra de Kenaan.

2) Sara, su esposa, fue llevada a la casa del Faraón.

3) La guerra con los cuatro reyes.

4) Tomó como esposa a Hagar, ya que no tuvo hijos de Sará, cosa que lo apenó.

5) La circuncisión a su vejez.

6) Sara fue llevada a la casa de Abimelej.

7) Su divorcio de Hagar después de que nació Ishmael.

8) El alejamiento de su hijo Ishmael.

9) El sacrificio de Itzjak.

Y ¿por qué fue probado en diez pruebas – ¿no más y no menos? – porque con “diez palabras fue creado el mundo” (Rabenu Simja) para enseñarte que el mundo existe por su mérito (Rashí).

Sabía, HaShem, que sus hijos lo probarían diez veces, en el desierto como está escrito: “Y me probaron ya diez veces y no han escuchado mi voz” (Bamidbar 14:22) – y adelanto el remedio a la enfermedad (Pirkei Rabí Eliezer).

Hay personas que aman a su mujer más que a sus cuerpos y los hay… que prefieren sus cuerpos a su mujer, hay quien aman a sus hijos más que a todo, hay quienes eligen al dinero y a sus bienes materiales por sobre todo… y Abraham, el patriarca, pasó por todas y resistió a todas ellas (Rabí Iosef Iaabetz).

En ésta Mishná, agrega la palabra “abinu” (nuestro padre) a Abraham, en la anterior lo cita “Abraham” a secas. ¿Cuál es la razón?

Explica Rabí Jaim de Volozin en su libro “Ruaj-Jaim”

Dice el Rey Shlomo en su libro Mishle (Proverbios):

El justo anda en su integridad, sus hijos son benditos después de él (20:7)

El justo, al adquirir cualidades y realizar premisas, aunque a costo de mucho esfuerzo, hará que lo logrado por él se convierta en un comportamiento natural, para sus hijos y nuestra historia los prueba.

Muchos de nuestros hermanos judíos, que parecían simples personas, entregaron sus vidas en aras del “Kidush-HaShem” (nombre del Señor), por la observancia de los preceptos, por defender con sus vidas el ideal judío.

¿De donde recibieron el valor?

De Abraham, nuestro patriarca, que entregó su vida al ser tirado al horno de fuego en “Ur-Casdim” por su fe.

Todas las diez pruebas aplanaron el camino.

Y si una persona se levanta una mañana con el deseo de dejar la diáspora y vivir en Israel, es de la prueba que pasó con Abraham cuando dejó su tierra natal, por mandato de HaShem, para ir a Eretz-Israel, y como ésta todas las otras pruebas.

Y resistió a todas ellas: A pesar de sus sufrimientos, no dudó de HaShem, y pasó todas las pruebas.

Dijo Rabí Akiva: Todo lo que hace el Santo bendito sea, es para bien (Berajot 61)

Todo el que quiere resistir ante las pruebas que se le presentan, debe armarse de “amor a la Torá” y las mitzvot (preceptos), todo el que tiene amor, tiene voluntad, Abraham no dudó de HaShem, porque lo amaba, y el amor a HaShem le dio fuerza.

Para dar a conocer, cuán grande era el amor de Abraham, nuestro padre.

Cuán grande era el amor de Abraham, nuestro padre a HaShem y cuán grande era el amor de HaShem a nuestro padre Abraham.

MISHNA 4

4. Diez milagros fueron hechos para nuestros antepasados en Egipto y (otros) diez junto al mar.

Diez plagas envió el Santo bendito sea, contra los egipcios y (otras) diez, junto al mar.

Diez veces, pusieron a prueba, nuestros antepasados al Santo bendito sea, en el desierto, según está escrito y tentaron me éstas diez veces y no oyeron mi voz (Bamidbar 14:22)

Diez milagros fueron hechos para nuestros antepasados en Egipto

HaShem los salvó por medio de las diez plagas con las cuales fueron golpeados los egipcios Según la razón y la lógica, las plagas debían golpear a egipcios e israelitas por igual, ya que los dos pueblos habitaban esa tierra pero el Santo bendito sea, diferenció a los dos pueblos. (Rabenu Bejaie) las diez plagas fueron: Sangre, Ranas, Piojos, Bestias, Peste, Ulceras, Granizo, Langosta, Oscuridad y Muerte de los primogénitos.



Y (otros) diez, junto al mar

Así trae el Midrash: Cuando llegaron nuestros padres junto al mar, les dijo Moshé, nuestro Maestro: Levántense y crucen.

Le dijeron: no lo haremos hasta que el mar se convierta en agujeros (secos), como dice el profeta “Traspasas con sus mismas lanzas a los jefes de los guerreros” (Habakuk 3:14)

Les dijo, ¡ahora crucen!

Le dijeron: No pasaremos hasta que el mar se vuelva un valle como está escrito

Golpeó el mar, y el mar se volvió un valle:

Partió el mar, y dejó a ellos pasar (Tehilim 78:13) y como desciende el ganado a un valle (Isheiahu 63:14)

Les dijo Moshé, ¡crucen el mar!

Le dijeron: no pasaremos hasta que se vuelva partes como está escrito: “Al que dividió el Mar Rojo en partes” (Tehilim 136:13)

- ¡Les dijo Moshé, ahora crucen!

Les dijeron: no pasaremos hasta que las aguas se conviertan en materia.

Tomó Moshé su bastón, golpeó el mar, y se convirtió en barro, como está escrito: “Tu marchas sobre el mar con tus caballos (a través) del oleaje, de las grandes aguas (Habakuk 3:15)

Les dijo Moshé: ¡Ahora crucen!

Le dijeron: no pasaremos hasta que el barro no se convierta en desierto

Tomó, Moshé, su bastón y golpeó el mar, como cita el versículo, “y los hizo pasar, por los abismos, como por tierra seca” (Tehilim 106:9)

Les dijo Moshé: ¡crucen el mar¡

Le dijeron: no cruzaremos hasta que se convierta en hendidores.

Moshé tomó su bastón y golpeó el mar: como está escrito: “Tu hendiste el mar, con tu potencia (Tehilim 74:13)

Les dijo Moshé: ¡ahora crucen!

Le dijeron: no cruzaremos hasta que el mar se convierta en roca.

Moshé tomó su bastón y golpeó el mar: como está escrito: Quebrantaste las cabezas de los monstruos de las aguas (Idem13)

Les dijo: ¡Ahora crucen!

No pasaremos el mar, hasta que se convierta en tierra seca.

Tomó Moshé el bastón y golpeó el mar y así leemos:

Volvió el mar en tierra seca (Idem, 66:6) y los hijos de Israel anduvieron en seco por el medio del mar (Shmot 14:29)

Les dijo Moshé: ¡ahora crucen!

No pasaremos hasta que se vean muros

Tomó Moshé su bastón y golpeó el mar: y así leemos: Teniendo las aguas por muro a su diestra y a su siniestra (Idem)

Les dijo Moshé: ¡Ahora crucen el mar!

No pasaremos hasta que se vuelvan odres

Tomó Moshé su bastón y golpeó el mar, como está escrito: “detuvierónse las corrientes como un montón – odres” (Idem 15:8)

Y de las odres, salían aceite y miel a las bocas de los niños… Hay quienes dicen que manaba agua viva del mar y bebían… y las nubes desde arriba los cubrían para que el sol, no los dañe y de esta manera pasó el pueblo de Israel para que no sufran en la travesía del mar (Avot de Rabí Cáp. 33)

Diez veces pusieron a prueba, nuestros antepasados al Santo bendito sea, en el desierto, según está escrito y tentaron me estas diez veces y no oyeron mi voz (Bamidbar 14.22)

Estas son:

1) En el Mar Rojo cuando dijeron: Y dijeron a Moshé: ¿Acaso por no haber sepulturas en Egipto, nos trajiste acá para morir en el desierto? (Shmot 14:11)

2) En Mará: Y murmuró el pueblo contra Moshé diciendo: que beberemos (Idem 15:24)

3) En el desierto de Sin: Y les dijeron los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor, en tierra de Egipto, cuando estábamos sentados junto a la olla de carne (Idem:163)

4-5) Con el maná: Pero aconteció en día séptimo que salieron algunos del pueblo para recogerlo y no lo hallaron Este 10 (Idem:27). Mas no escucharon a Moshé pues algunos dejaron de ello hasta la mañana, y se llenó de gusanos y hedió (Idem:20)

6) En Refidim: Y el pueblo altercó con Moshé, diciendo “Dadnos agua para que bebamos” (Idem, 17:2)

7) En el “becerro de oro”: Reuniéndose el pueblo alrededor de Aharon y le dijeron: “Levántate y haznos un D-s” (32:1).

8) En “Tab-era” “Más sucedió que el pueblo, empezó a lamentarse (Bamidbar 11:1).

9) En ” Kibrot Hataavá “ y la chusma (que de Egipto venía en medio) del pueblo, se dejó llevar de una codicia vehemente… y dijeron: ¿quién nos dará de comer carne? (Idem 11:4)

10) Cuando el asunto de los exploradores

Y tentaron me éstas diez veces y no oyeron mi voz (Bamidbar 14:22) (Según el comentario de Rambam)

Preguntó una persona al Rabino Aharon Iosef Baksht

¿Por qué HaShem no nos muestra milagros como lo hizo con nuestros ancestros, al salir de Egipto?

Le contestó lo siguiente: Cuando un niño de temprana edad, comienza a caminar, sus piernas, débiles por sí lo hacen caer y tropezar pues no está seguro de poder caminar para que no caiga, su padre deberá darle su apoyo. Después de un tiempo ya más crecido deberá esforzarse para poder caminar solo; ya el padre no lo sostendrá, lo dejará arreglarse solo. Lo mismo con respecto a los milagros. Cuando Israel salió de Egipto, eran como un pequeño bebé que no tiene fuerzas suficientes, para caminar solo, no tenían de quien aprender los caminos de la fe, había entonces necesidad de mostrarles milagros, para implantarles la fe en HaShem. Pero después de que les otorgó la Torá, tenían que aprender fe de ella y no, de los milagros.

MISHNA 5

5. Diez milagros fueron obrados en favor de nuestros antepasados en el Templo, no abortó (ninguna) mujer por el olor de la carne sagrada, ni se pudrió jamás la carne sagrada, ni (jamás) se vio una mosca en el matadero, ni estuvo sujeto a polución nocturna, el Sumo Sacerdote en el día de Kipur, no apagaron las lluvias el fuego de maderas de la hoguera; no pudo el viento con la columna de humo, no se halló vicio en el Omer ni en los dos panes, y con el pan de la proposición, permanecieron en pie, apretados pero se prosternaban ampliamente.

No mordió serpiente ni escorpión (a nadie) en Jerusalén jamás, ni ninguna persona le dijo a su prójimo: estrecho para mí es el lugar para que pernocte en Jerusalén.



Diez milagros: Esta “Mishná” nos enseña sobre los milagros que se hicieron en el “Sagrado Templo” en el proceso de las ofrendas, con aquellos que se ocupaban en el culto, en el Templo y sus alrededores. (Rabí Iosef Ibn Aknin) todo esto viene a resaltar la importancia del Sagrado Templo y de Ierushalaim.

El común denominador de estos milagros es la parte negativa.

El milagro fue que no abortó ninguna mujer por el olor de la carne…. que no se corrompió la carne…. etc.

Acá hay una gran enseñanza. Los seres humanos estamos acostumbrados a agradecer y alabar a HaShem por toda la bondad que nos otorga, o cuando nos salvamos de una pena o desgracia que nos cayó encima pero, cuando nada malo se nos cruza en nuestro camino, no sentimos obligación alguna en agradecer y alabar al Altísimo.

Debemos agradecer y alabar a HaShem por los milagros negativos de la misma manera que lo hacemos cuando nos agracia con un milagro en acción.

David, el rey salmista así lo hacía dirigiéndose a HaShem:“Tú eres mi escondedero, de la angustia me guardarás, con cánticos de liberación me rodearás” (Tehilim 32:7) y explica el Rabí HaAlshij: “Tú HaShem, me proteges de toda desgracia, y me guardas para que esta no me ataque, también por esto cantaré y alabaré a HaShem como si me hubiese salvado de una misma pena”.

No abortó (ninguna) mujer, por el olor de la carne sagrada

En el Templo solían cocinar y asar carne, las ofrendas mismas, y la carne para los “Cohanim”, ésta carne estaba prohibida para otras personas, sabido es que si una mujer encinta huele el olor de la comida, y desea comerla, deben darle a comer, aunque sea un día de ayuno (Tratado de Iome 82:1).

Y si no comerán los dos (la madre y el feto) y si no lo hace los dos están en peligro (Rashi) Por lo tanto le darán también de la carne sagrada.

El milagro que obró en el Templo, fue que el Santo bendito sea cuidaba que las mujeres no abortasen por aquellos olores.

Ni se pudrió jamás la carne sagrada:

Cuando venía mucha gente a ofrendar sus sacrificios, los Cohanim no podían terminar toda la inmensa cantidad de carne.

…”Cuando no podían ofrendar todo esa misma noche… lo colocaban arriba del altar y allí se quedaba la carne dos o tres días hasta que se desocupaban (los Cohanim) para ofrendarlas… y se obraba un milagro y no se podría (Rashi) no nos olvidemos que el clima de Eretz Israel es muy cálido (especialmente en verano) (Rabí Iosef Najmías)

Ni (jamás) se vio una mosca en el matadero

No muy lejos del altar, había un lugar llamado “el matadero”, habían allá veinticuatro anillos fijos en el suelo (de tierra), y en ellos se colocaban las cabezas de los animales cuando la faena, una vez cada guardia, había veinticuatro guardias de sacerdotes.

Ocho columnas cortas y en cada una había un gancho en el cual colgaban la carne y sacaban el cuero. En ese lugar había ocho mesas de mármol donde se lavaban las entrañas y menudencias… y el milagro fue que no se veía ninguna mosca (Rabí Shimon Durán).

Ni estuvo sujeto a polución nocturna el Sumo Sacerdote en el día de Kipur

Si hubiese sucedido, estaría descalificado para el oficio de la mañana de Iom Hakipurim, y deberá ser reemplazado, Por esa razón nombraban siempre un segundo, y sucedió con Rabí Ishmael hijo de Kimjit Cohen-Gadol (Gran Sacerdote) quien salió a hablar con un ministro y un poco de la saliva del ministro, tocó sus ropas lo impurificó y su hermano lo reemplazó (Avot de Rabí Natan 25:5)

No apagaron las lluvias, el fuego de maderas de la hoguera

El altar estaba situado en la “azara” en el patio del Templo y era un lugar descubierto y a pesar de eso, y de llover a cántaros, sobre el fuego no lo apagaban.

HaShem podía hacer que no lloviese sobre el lugar del Templo y el altar de todas maneras no cambió las leyes de la naturaleza. Para enseñarnos que si una persona sirve a HaShem, no lo interrumpirá aunque se encuentre ante toda clase de inconvenientes; como el fuego encendido sobre el altar, no fue nunca apagado por las lluvias.

Todo el mundo fue creado para servir a la Torá y siendo así, todos los milagros de la Torá son parte de la naturaleza.

Leemos en él (Tratado de Taanit 25:1)

Era víspera de Shabat, al atardecer, Rabí Janina, hijo de Dora vio a su hija triste.

Le dijo: Hija mía, ¿por qué estás triste?

Contestó: el recipiente de vinagre, se cambió y encendí vinagre en lugar de aceite en honor a Shabat.

-¡que te importa!, aquel que dijo el aceite que enciendas, dirá al vinagre que lo haga.

- quedó encendido hasta la hora de “Havdala” la oración de la despedida del Shabat (Taanit 25:1)

No pudo el viento, con la columna de humo

Humo de los leños del altar se elevaba a lo alto como una columna y el viento no lo desviaba, subiendo directo al cielo (Tratado de Ioma 21:1). La “Mishná” nos indica que si fijaremos un tiempo para el estudio, nada nos podrá impedir que estudiemos, de la misma manera que ni el viento, ni las lluvias pudieron con la columna de humo.

No se halló vicio en el “Omer” ni en los “dos panes” ni en el “pan de proposición”

Si se hubiese encontrado en esos tres preceptos, algo que los invalide, no había forma alguna para arreglarlo, y no se podría observarlos como lo ordena la Torá; de aquí la importancia del milagro.

¿Cómo puede el “Omer” convertirse en “pasul” contrario a Kasher? – si un reptil lo hubiese tocado (Rashi)

“Omer” – es una medida de 400 cm3 y viene de la “Cábala”

Se le debe ofrendar el 16 de Nisan. Cosechaban esa cantidad para ofrendarlo; si se hubiese descalificado, tendría que cortar otra cantidad igual, cosa que no podrían hacerlo porque solo el 16 de Nisan, es el día que se debe acercar la ofrenda al Templo.

“dos panes” (shtei halejem) se traían del “nuevo trigo”

en la fiesta de “Shavuot” y como no se podía hornear en sábado – o día de fiesta (Iom-Tov) – se lo hacía la víspera de la festividad; el tiempo era fijo y si se lo encontraba “pasul” (descalificado), no se podía hacer ya nada.

Pan de proposición: (lejem hapanim)

En los doce panes también existía la misma ley. Eran horneados en la víspera del sábado y colocados en una mesa especial en el Templo, el día sábado, también aquí, si quedara “pasul” (descalificado) el precepto quedaría sin ser cumplido.

Permanecían en pie apretados, pero se prosternaban ampliamente.

En el tiempo de “Shalosh regalim” (tres festividades de peregrinaje), el Sagrado Templo estaba repleto de gente, tanta gente había que se apretujaban unos a otros, hasta que sus pies se levantaban del suelo y se paraban en el aire (Rabí Ovadia de Bartenura), y a pesar de eso, cuando se prosternaban ocurría un milagro y lo hacían ampliamente.

Entre cada uno había un espacio de 4 “amot” (casi 2 metros), para que uno no escuchase la confesión de los pecados de su compañero (Idem) Rabí Jaím de Volozin aprende de esta Mishná que todo depende de la posición que toman los hebreos, si son arrogantes, todo les será estrecho, pero cuando se inclinaban ante HaShem, llenos de humildad, todo les será amplio (Ruaj-Jaim).

No mordió serpiente ni escorpión (a nadie) en Ierushalaim

Ierushalaim protege a sus habitantes, nadie salía dañado.

Ni mordió serpiente:

Leemos el (Tratado de Berajot 33:1) “No es la serpiente que mata, es el pecado que lo hace.

Nadie pernoctaba en Ierushalaim siendo un pecador.

La ofrenda matinal (Tamid hashajar) expiaba los pecados de la noche, y la ofrenda de la tarde (Ben arbaim) expiaba los pecados del día (Midrash Raba 21:19).

También hoy día los dañinos (animal y a veces seres humanos), no harían daño alguno, si la gente hiciese la voluntad de HaShem (según Rabí Jaim de Volozin – “Ruaj Jaim”)

Y sobre la relación entre la serpiente y el pecado leamos en (Berajot 33:1)

En cierto lugar había una serpiente venenosa que dañaba a las criaturas. Vinieron y se lo comunicaron a Rabí Janina Ben Dosa.

Les dijo: “Muéstrenme su cueva”.

Al llegar ahí colocó su talón sobre el hueco de la cueva y la serpiente lo picó. Como es sabido, cuando una serpiente de este tipo pica a su víctima, el que primero logra llegar a una fuente de agua es el único que sobrevive. Más a Rabí Janina Ben Dosa le fue realizado un milagro, una fuente de agua brotó bajo sus pies y la serpiente murió.

Luego colocó la serpiente sobre sus hombros y la llevó hasta la casa de estudio. Al llegar allí enseñó: “Miren, hijos, no es la serpiente lo que mata sino el pecado”.

En aquel momento se dijo: “¡Pobre de la serpiente que se encuentra con Rabí Janina Ben Dosa!”

Ni ninguna persona le dijo a su prójimo estrecho es para mí el lugar, para que pernocte en Ierushalaim.

Todos peregrinaban a Ierushalaim.

Todos encontraban lugar para dormir.

Los habitantes de la ciudad santa recibían a los peregrinos con los brazos abiertos y amplia hospitalidad, no cobraban por el alojamiento.

Los visitantes querían atribuirles por su franca y dadivosa hospitalidad compraban ofrendas de muy buena calidad, y los cueros los dejaban como regalo (Avot de Rabí Natan).

La santidad de Ierushalaim, y el deseo de llegar a la meta, para purificar y elevarse espiritualmente, cada uno a su nivel, no dejaba lugar a sentimientos egoístas, sino a una mayor entrega al servicio de HaShem y al estudio de la Torá.



MISHNA 6

6. Diez cosas fueron creadas en víspera de sábado entre dos luces; y son: la boca de la tierra, la boca del pozo, la boca de la burra, el arco iris, el mana, el bastón de Moshé, el shamir, la forma de las letras, la escritura y las tablas del pacto.

Hay quienes dicen: incluso los diablos y la tumba de Moshé, y el cordero de Abraham, nuestro padre, y hay quienes añaden; las tenazas hechas con tenazas.

Diez cosas fueron creadas: Escribe Rabí Moshé Ben Maimón (Rambam), en sus “ocho capítulos”, capítulo ocho que según la fe judía, HaShem creó al mundo en los seis primeros días y desde entonces nada se renovó en el mundo. ”Desde la creación hasta nuestros días todo es dirigido según reglas estipuladas de antemano”. Aquello que ha sido, es y lo será; – y lo que se ha hecho, es lo que se volverá a hacer, pues no hay nada nuevo bajo el sol (Kohelet 1:9).

Esto reúne también todos los milagros que se hicieron en el pasado, y aquellos que se harán en un futuro.

Los seres humanos, piensan que son nuevos pero no lo son. Todos fueron fijados en las hechuras del génesis.

Pregunta: Si todos los milagros fueron programados en los seis días de la creación, ¿Porque nuestra “Mishná” enumera solamente estos? Y no se menciona la ruptura del Mar Rojo, el paso del Yarden (Jordán) el sol que se detuvo en la época de Ieoshua Ben Num y otros.

Respuesta: Los otros milagros fueron ya programados de antemano, cuando fueron creadas las distintas cosas de la Creación. Por ejemplo: El segundo día, cuando Elokim separó las aguas, fue ya fijado el milagro de la ruptura del Mar Rojo, el paso del Yardén, para Ieoshua, (Cáp. 3), para Eliahu el profeta, (Melajim 2:8) y para Elisha (ídem 14).

Al ser creado el sol y la luna en el cuarto día, fue decretado que se detengan al ordenarles Ieoshua: ¡Sol detente en giv-on y tu oh luna en el Valle de Ayalón! Y se detuvo el sol, y la luna se paró, hasta que la nación se hubo vengado de sus enemigos… (Ieoshua 10-12:13).

Podemos volver y preguntar: ¿que hay de especial en las diez cosas mencionadas en la Mishná?.

Rabí Menajem Hameiri escribe:

La existencia de nuestra nación, su éxito y la perfección de la fe dependen de éstas diez cosas, si no fuera por ellas, no existirían nuestra nación ni nuestra fe.

Al analizar estos milagros, notaremos, que están relacionados con momentos decisivos y cruciales de nuestra historia; como cuando se puso en duda la misión de Moshé, nuestro maestro, (affaire Koraj y su congregación) ó cuando quisieron rebelarse a HaShem y volver a Egipto, cuando la ruptura del Mar Rojo y en los otros milagros relacionados con la entrega de la Torá y la construcción del Santuario.

La Boca de la Tierra. Abrió su boca en los días de Koraj; la misma fue creada en el mismo lugar durante la creación, solo que estaba cubierta hasta ese momento (Rashi Koraj; Bamidbar 16:32).

La Boca del Pozo. De Miriam (Shmot 17:6) la puerta del pozo se hundió en la roca y de allí fue donde salió agua en el desierto, y cuando Moshé golpeó la roca abrió su boca, que fue creada antes para ese fin. (Rashi)

El Pozo. Gracias al mérito de Miriam y ¿cómo estaba hecho? La roca tenía forma de colmena y rodaba y acampaba, y el tabernáculo quedaba en su lugar, la roca llegaba al patio del “Ohel – Moed” (Tienda del plazo), y los presidentes de las tribus y decían: “Sube pozo” y subía (Midrash Raba 1:2).

Según nuestros sabios, cuando llegaron los israelitas a Eretz Israel, el pozo de Miriam se hundió en el “Kineret” (Mar de Tiberiades) Y una “forma de puerta de horno” el pozo de Miriam, hay quienes dicen que el agua del pozo cura enfermos – (Midrash Raba).

La Boca de la Burra. Entre día y noche en ese momento habló con Bilam! (Rabí Ovadia Bartenura).

El Arco Iris. Como señal de pacto que no habrá más diluvio “Mi arco puse en la nube, y será para señal del pacto, entre yo y la tierra. (Breshit 9:13).

El Maná. Que bajó a Israel durante cuarenta años.

El Bastón. De Moshé que con el se hicieron los milagros. (Shmot 4:17).

El bastón fue creado un viernes muy tarde, el momento entre las dos luces, fue entregado a Adam, el primer hombre, en el Gan del Edén (Paraíso), Adam lo entrega a Janoj, Janoj a Shem, Shem a Abraham, Abraham a Itzjak, Itzjak a Iaakov, Iaakov lo llevó a Egipto y se lo dio a Iosef su hijo, cuando murió, todos sus bienes pasaron al palacio del Faraón. Itro era uno de los hechiceros de Egipto, vio el bastón con sus letras grabadas en él, lo tomó lo llevó a Midián y lo plantó en su jardín, nadie podía acercársele, hasta que llegó Moshé, al entrar al jardín vio el bastón, leyó lo que estaba escrito, extendió su mano, y lo tomó.

Vio Itro y dijo: este será, en un futuro, el redentor de Israel y los sacará de Egipto.

Por esa razón, le dio su hija Tzipora como esposa. (Pirkei de Rabí Eliahu).

El Shamir. Es un gusano, que al pasar por medio de una roca la rompe; con él construyó el rey Shlomo, el sagrado Templo de Ierushalaim.

La Forma de las Letras. Que estaban grabadas en las Tablas.

La Escritura. Se leía de los cuatro lados. (Rabí Ovadia de Bartenura).

Y Las Tablas Del Pacto. Las primeras; como está escrito:“Y las tablas eran obras de HaShem y la escritura era escritura de HaShem, grabada sobre las Tablas (Shmot 32:16). De acá aprendemos que las Tablas estaban escritas y colocadas desde los seis días de la Creación. (Avot de Rabí Natan 2) pero las segundas Tablas fueron descalificadas por Moshé.

Hay quienes dicen, incluso los diablos.También los diablos y espíritus fueron creados en la víspera de “Shabat” entre las dos luces (bein hashmashot). ¿Para que fueron creados? ¿Para que los necesitamos? Rabí Jaim Efraim Zaitzik, en su libro Or Jadash – Miketz: Para que por intermedio de ellos se eleve el hombre para lograr la perfección y la pureza de sus virtudes.

El Santo bendito sea, Hacedor de la Creación, todo hizo con su profunda sabiduría, y sabía que la elevación de la creación dependerá del contraste de todas las fuerzas. Tomemos un ejemplo, el reloj, su funcionamiento se hace posible gracias a que las ruedas se mueven una en sentido contrario de la otra, así ordenó el santo bendito sea su mundo, las distintas fuerzas de la naturaleza (por medio de fuerzas opuestas la creación se desarrolla).

HaShem creó varias clases opuestas, hombre y mujer, masculino y femenino, poseedores de cualidades contrarias, pero de éstas se forma la unión y se crea la familia y así en todos los ámbitos.

Los polos opuestos son los que presionan al hombre para ascender.

Otras metas tienen los diablos y espíritus. Por su intermedio podrá el ser humano diferenciar entre el bien y el mal, la luz se reconoce dentro de la oscuridad. Cuando las personas vean la fuerza destructora de los diablos, sabrá alejarse de ellos, y de sus actos.

¿Para qué fue creados los Truenos y los Rayos?

Para apartar la obstinación de los hombres (Berajot 5-9).

Y la Tumba de Moshé. La Tumba donde fue enterrado Moshé fue preparada de antemano (Rashi): “Así Moshé, siervo de Moshé, murió allí en la tierra de Moav, por orden del Señor…y él le enterró en un Valle en la Tierra de Moav, frente a “Bet-Peor”, y no ha sabido hombre alguno el lugar de su sepultura hasta el día de hoy (Dbarim 34:5-6) – Tomó el Santo bendito sea, su alma al cielo, y el mismo lo enterró. (Midrash).

Y el cordero de Abraham, nuestro patriarca. Guardado estaba todo el tiempo en ese lugar.

El Pirkei de Rabí Eliezer, trae que como el cordero estaba guardado en el “Gan-Eden”, más de dos mil años y cuando vino el momento, y llegó el tiempo de realizar lo que estaba preparado desde los “seis días de la creación”; y ser ofrendado en lugar de Itzjak, se descubrió el cordero ante los ojos de Abraham el patriarca.

Un momento antes, no fue visto porque no llegó a tiempo.

Todo está sincronizado desde la creación, y todo sucede a un tiempo ya fijado por HaShem.

Las Tenazas hechas con Tenazas: ¿Qué tiene de particular una tenaza? La tenaza no puede ser fabricada sino por intermedio de otra herramienta. Y ¿quién hizo la primera tenaza? HaShem, nuestro Creador Y cuando la hizo? El primer viernes entre las dos luces.

MISHNA 7

7. Siete cosas (Se dan) en el estúpido (golem) y (otras) siete en el sabio.

El sabio no habla ante quien le es superior en sabiduría o en edad; ni se entromete en medio de las palabras de su prójimo, ni es ligero al contestar

Pregunta conforme al asunto y responde de acuerdo a lo que se le pregunta.

Habla de lo primero. primero y de lo último a lo último, y acerca de lo que (nunca) oyó dice: No escuche, y acepta la verdad. Lo contrario (de estas siete cosas, se dan) se da en el estúpido.

¿Qué es un golem? Es un ser incompleto; estudió y adquirió conocimientos, posee cualidades, pero. no son completas, todo lo tiene mezclado, se parece a un recipiente, que tiene ya su forma, pero le falta acabado.

Nuestra Mishná, nos enseña la diferencia entre el golem y el sabio.

Siete cosas (se dan) en el estúpido (golem), y siete en el sabio.

Después que terminó los asuntos bajo la cifra diez, pasó a siete (Rabí Shimón Durán).

El sabio no habla ante quien es superior en sabiduría o en edad

Cuando el sabio se encuentra en un lugar donde hay una persona poseedora de mayores conocimientos no habla para demostrar lo que sabe escucha, se queda en silencio y aprende (Rabenu Iona).

Cuéntase que el “Jafetz – Jaim” acostumbra a dar unas palabras de “musar”, (pensamientos de moral e instrucción) todas las “noches de Shabat”.

Una vez Rabí Moshé Landinsky entró al lugar, antes de que el anciano Rabí comenzase a hablar, este se dirigió a él y le pidió que diga unas palabras, pero. Rabí Moshé se quedo callado.

El Jafetz – Jaim volvió a pedirle una y otra vez, pero él siguió callado.

Un buen amigo, que estaba sentado a su lado le dijo, si el Jafetz – Jaim, te pide tanto, ¿por qué no hablas? – No se entra al fuego, le contestó.

Ni se entromete en medio de las palabras de su prójimo

Lo deja hablar hasta que termine, y después le contestará y es una buena costumbre el golem no hace así, habla antes de escuchar (Rabenu Iona).

Ni es ligero al contestar:

No se apure en contestar, hasta que tenga todo claro, así su respuesta será cierta y seria a la vez.

Pregunta conforme al asunto, y responde de acuerdo a lo que se le pregunta.

Si el alumno pregunta bien sobre el tema que se estudia, entonces el Rabino, con certeza, contestará correctamente, pero si la pregunta no será la acertada…. (Rabí Ovadia de Bartenura).

Habla de lo primero, primero, primero y de lo último, a lo último.

Si le formulan dos preguntas o más, conteste según el orden de las preguntas.

No siempre el orden de las respuestas, coincide con el orden de las preguntas, puede que para aclarar bien el asunto, deberá contestar a la segunda, antes de la primera. Así se comporta una persona inteligente, lo contrario hace el estúpido (golem).

Y acerca de lo que (nunca) oyó dice: No escuché.

Un sabio tiene que ser cauteloso en sus conceptos, y especialmente, cuando ha de dar un fallo halájico.

Sobre lo que no escuchó de su Rabí dirá: No escuché de mis Rabinos.

Y si dijo algo que él pensó, dirá, Así me parece, para que los oyentes sepan que esa es su opinión, y no la reciban hasta que estén seguros de su razón.

El Rashbá se expresó.

Aquel que no sabe, que él no sabe – no sabe.

En otras palabras:

Una persona que sabe que no posee bastantes conocimientos se esforzará para adquirirlos y al final logrará su propósito.

Por el contrario, aquel que no sabe que no los posee, nunca los alcanzará porque cree que los posee.

Acepta la verdad.

Si entiende que se equivocó, el sabio lo reconocerá (Rashi).

Señal de grandeza es saber reconocer nuestros propios errores.

Lo contrario de estas siete cosas se da en el “golem” (estúpido).

Los siete puntos de la “Mishná” están ordenados según la conversación.

1. Antes de hablar: No hable ante un superior a él.

2. En medio de la conversación: No se entrometa.

3. Cuando su compañero termine de hablar: No se apresura a contestar.

4. Cuando comienza a hablar: Pregunta bien, y contesta mejor.

5. Cuando haga su respuesta: Lo hace según el orden.

6. Cuando tiene alguna duda: Dice: sobre esto no escuché.

7. Si sus amigos tienen razón: No vacilé en aceptar su opinión.




MISHNA 8

8. Siete clases de castigos vinieron al mundo por causa de siete naturalezas de trasgresión: si algunos pagan el diezmo y otros no lo pagan, hambre de sequía vendrá; los unos estarán hambrientos; los otros hartos.

Decidieron no pagar el diezmo, hambre (consecuencia) de desordenes y (hambre) de sequía vendrán. Y (si resolvieron) no ofrecer la jala, hambre de exterminio vendrá.

La peste viene al mundo por los crímenes punibles, con la muerte y citadas en la Torá, que no se vieron ante el Tribunal (humano) y por los frutos del año sabático.

La espada vino al mundo por negarse el juez a hacer justicia o por falsearla y por quienes enseñan la Torá no de conformidad con la “Halaja”.

Esta “Mishná” trata sobre las distintas calamidades que vienen al mundo por causa de graves pecados cometidos por la gente “de la misma medida que uno mide, así lo miden.

La intención de la Mishná es que al venir cualquier desgracia, la persona sabrá la causa y razón porque puede y le llegó por alguna mala acción realizada.

Si algunos pagan el diezmo y algunos no:

Cada agricultor debe separar parte de la cosecha para el Cohen (sacerdote), el levita, y para los pobres.

Estos diezmos se apartan cada año, y se fijan según el orden de la “Shmita” (año sabático).

Si algunos diezman y otros no, el castigo será…..”hambre de sequía” que significa poca lluvia y alza de precio de los cereales (Rabí Ovadia de Bartenura) y entonces……

Unos estarán hambrientos y otros hartos:

A algunos les alcanzará el dinero para comprar alimentos y otros se quedarán con hambre.

El castigo es de acuerdo al pecado.

Los diezmos son una valla para la riqueza (3:).

Cuando una persona da el diezmo de su cosecha, según lo ordena la Torá; HaShem bendecirá su campo y su cosecha se multiplicará. Y los que no lo hicieron sufrirán hambre.

Decidieron no pagar el diezmo:

Si todo el país decidió no diezmar. Todo el país sufrirá el castigo.

Ya que habrá “hambre de desordenes” aparte del “hambre de sequía”. Cuando no hay comida en un país hay desorden; y luchas internas.

(Y si resolvieron) no ofrecer la jala, separar una parte de la masa (antes de hornear) al Cohen, y de esa manera anular ese precepto y el del “maaser” (diezmo)

Hambre de exterminio vendrá: Todos morirán de hambre.

La peste viene al mundo: Epidemia que trae la muerte súbita.

Por los crímenes punibles con la muerte y citadas en la Torá que no se vieron ante el tribunal humano

Se refiere a castigo de muerte que no fue ejecutado por el Tribunal, a razón de que no era capacitado para juzgar a muerte, o porque a sabiendas y por presiones no lo hizo.

Según esto, la peste, viene a ultimar los pecadores que deben castigo por ley celestial por ejemplo: una persona cometió un asesinato y no fue advertido antes y sin esto, no se puede juzgar a muerte; o aquellos que deben recibir ese castigo; o aquellos que deben recibir ese castigo por “Karet” (exterminio – por medios divinos), al no haberse circuncidado, si no a sí mismo, si sus padres no le hubiesen hecho el “brit” (circuncisión), o aquel que comió “jametz” en la festividad de Pesaj (Rabenu Simja).

Y por los frutos del año sabático:

Los frutos que crecieron durante el año sabático, que fueron comerciados, no fueron tratados con la santidad correspondiente, el dueño del campo, debería dejarlos para que los pobres vengan y los coman, al no hacerlo los pobres sufrieron hambre y murieron.

Por esa razón la peste viene al mundo. Como uno se comporta….. así se comportarán con él.

Una mujer muy pobre vivía en la cercanía de un campo, sus hijos salieron a recoger, pero el dueño del lugar los alejó a gritos. La madre decía: ¡Cuándo vendrán mis hijos y traerán algo para comer!

Ella no tenía nada en sus manos

Ellos tampoco.

Angustiados colocaron sus cabezas entre las rodillas de su madre.

Los tres murieron el mismo día.

(Avot de Rabí Natan 38:2)

La espada viene al mundo:

Las guerras vienen por negarse el juez a hacer justicia.

Si no se hace justicia demorando los casos sin limite y sin necesidad HaShem, dejará de defender el país, y la espada del enemigo terminará con él.

Si el juez tiene claro el caso, debe dar el fallo sin demora.

O por falsearla:

Declaran al inocente, culpable y al culpable, inocente – por recibir soborno.

El juez que recibe regalos (soborno) trae fuerte ira sobre el mundo (Baba Batra 9:2)

Y por los que enseñan la Torá, no de conformidad con la halaja:

Prohíben lo permitido, y permiten lo prohibido (Rabenu Iona de Geronda).

Durante la guerra de Crimea (Rusia) dos grandes empresarios que trabajaban con el gobierno se acercaron a Rabí Aizel Jarif de Slonim por un problema comercial.

Uno decía que una ganancia le pertenecía y el otro, opinaba lo contrario, suspira el Rabino y dijo.

Ustedes están equivocados, gracias a mí hicieron buenos negocios, gracias a la guerra se enriquecieron, así esta escrito:

La espada (guerra) viene al mundo por negarse el juez a hacer justicia; o por falsearla.

En todo eso tiene culpa el Rabino y no los empresarios que hacen negocios con el gobierno.




MISHNA 9

9. Los animales salvajes vinieron al mundo a causa del juramento falso y por la profanación del nombre de HaShem.

El destierro vino al mundo por dar culto a las estrellas, idolatría, adulterio, por derramar sangre y por (no dar) el descanso a la tierra (en el año sabático).

En cuatro épocas la peste aumenta: en el cuarto año, en el séptimo año (o sabático), al acabar el año sabático y al acabar la Fiesta (de los Tabernáculos) que (se celebra) cada año.

En el cuarto año a causa del diezmo del pobre que (debe entregarse) el tercer año. En el séptimo año a causa del diezmo del pobre que (se da) el sexto. Al acabar el año sabático a consecuencia de los frutos del año sabático, y al acabar la Fiesta que se celebra anualmente, a causa del robo de los regalos a los pobres.

Los animales salvajes vinieron al mundo a causa del juramento falso, y por la profanación del (Nombre de HaShem).



¿Qué relación existe entre juramento falso y animales salvajes?

El hombre mismo, por intermedio del juramento falso, se convierte en un animal porque hasta ese momento, era un ser viviente con el poder del habla, y desde el momento que vino al mundo y fue llamado Adám, por el factor del habla, y ahora al pronunciar el juramento en falso, como si recién había nacido y convertido en otro genero – animal salvaje – porque perdió el atributo del habla en todos los sentidos (Bina Leitim).

Cuando el hombre reconoce la grandeza de HaShem, la creación conserva su orden. HaShem, sobre los humanos y estos sobre los animales, pero cuando las personas comienzan a deshonrar al Altísimo y profanar su nombre, pronunciando falsos juramentos el animal dejara de temer al hombre y los acosara.

Debemos cuidarnos de jurar aunque sea por algo que verdad, por ejemplo que una columna es de mármol. Aunque sea de mármol. (Rabí Shimon Duran).

Así está escrito en los “Diez Mandamientos” por pronunciar el nombre del Eterno, Tu HaShem, en vano (Shmot).

Y por la profanación del nombre de HaShem.

Por cometer pecados en publico. (Rabí Ovadia de Bartenura). Si una persona respetable, hace cosas indebidas otros aprenderán de él y dirán: este sabe mas que nosotros de Torá; y no cumple, como él.

El destierro viene al mundo por idolatría, por cometer adulterio, por derramar sangre.

Sobre estas tres cosas, uno debe morir y no hacerlas.

Si un gentil le obliga a comer carne de cerdo, o profanar el sábado si no, lo matara, hará lo que le digan y no morirá.

Pero si le dicen, sirve a la idolatría, y si no lo hacen morirán, el judío deberá morir.

Sobre estos tres pecados serán castigados con el destierro, vivir bajo un gobierno extraño.

Por estos tres pecados, los judíos fueron desterrados a Babilonia.

Idolatría.

Nuestros sabios dijeron que en el día que juraban coloco dos terneros (estaban) una en Bet-El, y otro en Dan, para que Israel los sirva y no suban a Ierushalaim (Melajim 1-12-26:30), en ese mismo día fue fundado Roma, que en un futuro destruiría el Sagrado Templo y llevaría a Israel al destierro (Shabat 56:).

Y sobre adulterio

Porque esta escrito: porque todas las abominaciones cometian los hombres de aquellas tierras; los que la ocupaban antes de vosotros y fue contaminada la tierra… no sea que la tierra os vomite a vosotros… como vomito la nacion que la ocupaba antes de vosotros (Vaikra 18-27 :28). El castigo del adulterio es destierro.

Y sobre derramamiento de sangre dice la Torá:

No mancilles, pues la Tierra en donde moriras, porque es la sangre que mancilla la Tierra y no se puede hacer expiacion por la Tierra de la sangre que se ha derramado en ella, sino con la sangre de aquel que la derramó (Bamidbar 35: 33).

Por el pecado del asesinato, el Templo fue destrruido y la “ Shejina “ (Divina Providencia) desaparece de Israel (Shabat 33).

Y por no dar el descanso (a la Tierra) en el año sabático.

Que siembran y aran en el año sabático, esta escrito: “Entonces completara la tierra sus sábados, todos los días de su desolacion, mientras vosotros esteis en la tierra de vuestros enemigos, la tierra descansara entonces completara sus sábados (Vaikra 26 :34).

Al cumplir con el año sabático, proclamamos que HaShem es el dueño de la Tierra, y solo gracias a Él podemos trabajarla, al no cumplir este precepto como si negaramos; y si no completamos, no tendremos mas derecho de habitar en el país, el pueblo será desterrado, y la tierra no será trabajada.

En cuatro epocas la peste aumenta, la peste, estudiamos, viene por los crímenes punibles con la muerte que no se vieron ante el tribunal humano (ver Mishná 8), pero aumenta en cuatro épocas por el pecado de robo a los pobres.

En el cuarto año : de los “ siete años “ del año sabático.

En cada uno de los años debe el agricultor separar parte de su cosecha para distintos grupos: Cohanim (sacerdotes), Leviím (levitas) y para los pobres.

Estos diezmos son dados durante seis años que elaboran la Tierra- no en el séptimo año, porque es prohibido trabajarla.

En los seis años se da “Teruma” al Cohen, (2% para diezmo al Levy. En el tercero y el sexto año se agrega “el regalo a los pobres” que se llama “maaser ani” (diezmo del pobre).

En el séptimo año (sabático). Al acabar el año sabático: al comienzo del año posterior al año sabático el primer año del nuevo cielo sabático.

Y al acabar la fiesta de (los Tabernáculos) que se celebra cada año. Al terminar la fiesta de Sucot ¿Por que razon aumenta la peste en estas cuatros epocas?

En el cuarto año a causa del diezmo del pobre (que debe entregarse) el tercer año.

Porque no entregaron el diezmo a los pobres, como lo ordenó la Torá.

En el séptimo año, a causa del diezmo del pobre (que da) al sexto.

Debian haber dado el diezmo al pobre en el sexto año, por eso son castigados el séptimo y la muerte los arrastra.

Al acabar el año sabático, a consecuencia de los frutos del año sabático.

No dejaron el campo libre en el año sabático, para que los pobres vengan y tomen los frutos al no hacerlo, son castigados.

Y al acabar la fiesta (Sucot) que se celebra anualmente, a causa del robo de los regalos a los pobres.

Los regalos de los pobres son:

Pea: dejar las puntas del campo a los pobres y extranjeros.

Leket: dejar las espigas que caen durante la cosecha.

Shijejá: dejar la gavilla olvidada por el patron o el peon.

Peret: dejar a los pobres las uvas que caen durante la vendimia.

Olelot: dejar los remanentes que quedan en el viñedo durante la vendimia.

Como no cumplieron con el precepto son castigados.




MISHNA 10

10. Cuatro tipos de hombres hay. El que dice lo mío es mío y lo tuyo es tuyo; éste es el tipo corriente; aunque hay quienes dicen que es el tipo de Sedom (Sodoma).

Quien dice lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, es el ignorante.

Quien dice lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo, es el virtuoso.

Quien dice lo tuyo es mío, pero lo mío es mío, es el malvado.

Cuatro tipos de hombres hay:

Los seres humanos son diferentes unos de otros, y podemos catalogarlos según su comportamiento con respecto a la propiedad material de su semejante.

El que dice, lo mío es mío y lo tuyo es tuyo, este es el tipo corriente dice a su compañero: No me hagas favores y yo tampoco lo haré, señala que es una persona común y corriente como da importancia a sus propios bienes, también respeta a las pertenencias de los demás.

Y hay quienes dicen que es el tipo de Sedom (Sodoma)

Aquel que no deja que otros tengan provecho o satisfacción de lo que tiene, puede que no de nada suyo a otros, cuando no tenga ninguna pérdida esto es una mera maldad y se asemeja al quehacer diario de los habitantes de Sedom.

Sedom era una tierra bendita y nada les faltaba, a pesar de eso decidieron no dejar entrar a extraños.

Quien dice lo mío es tuyo y lo tuyo es mío:

Hay varias explicaciones:

a. Se refiere a una persona que está de acuerdo que sus vecinos usen lo suyo y él lo de ellos, invita a gente a su casa, y el es invitado ésta es una cualidad que conjuga a muchas personas.

“Am-haaretz” la mayoría del pueblo, como es un común denominador de la mejor de las personas al no comportarse así está mal visto por los sabios.

Leamos lo que trae la Guemara:

El que ordena a su mujer a hacer una promesa que no pedirá prestado ni un colador, horno (o parecidos) y no los prestará cuando le pidan, tendrá que darle su Ketuva a la mujer, su divorcio, y él, su marido deberá pagar, la cifra escrita en la Ketuva, porque le hace mal nombre entre sus vecinos (dirán que es avara)

Tratado de Ktubot (72:1).

b. Es una clase de persona que piensa “el césped del vecino es más verde que el suyo” su prójimo tiene cosas más valiosas que él por esa razón prefiere cambiar lo que él tiene, por lo que tiene el otro.

Hay de esa clase de gente, que sufren de ésta enfermedad, sobre ellos dice la Mishná, es un “Am-haaretz” – un ignorante.

Lo mío es tuyo, y lo tuyo es tuyo, es el virtuoso:

No quiere tomar provecho de bienes ajenos, pero da de lo suyo a los otros, no le importa perder lo suyo, pero no quiere que los otros pierdan de lo suyo, ésta es una persona virtuosa.

Lo tuyo es mío, pero lo mío es mío el malvado quiere sacar provecho de lo que pertenece a otros y no quiere que lo tomen de él.

Codicia la pertenencia de otros, y llegará a robar para satisfacerla.

Esta persona es mala ya que quiere lo que tienen los otros y no hace bien alguno para nadie.





MISHNA 11

11. Cuatro (son las) clases de temperamento:

¯ El que se irrita fácilmente; pero se calma pronto: su perdida queda compensada con su ganancia.

¯ El que se irrita difícilmente; pero a quien le cuesta calmarse; su provecho queda anulado con su pérdida.

¯ El que se enfada con dificultad; pero perdona fácilmente (este es) virtuoso.

¯ El pronto a irritarse y difícil de apaciguar es el malvado.

Podemos dividir a las personas en cuatro clases, con respecto a la forma en que sé auto-dominan.

Hay quienes se enojan por cualquier motivo en todo momento, hay otros que lo hacen en ocasiones, hay quienes se apresuran a reconciliarse y se olvidan de la cuestión, los hay que no olvidarán nunca, lo que le hicieron y guardaran el rencor, por siempre, en sus corazones.

¯ El que se irrita fácilmente, pero se calma pronto, su pérdida queda compensada con su ganancia.

Leamos lo que nos dice sobre el tema el autor de Mesilat Iesharim (Rabí Jaim Lutzato c.11)

A continuación hablaremos de la ira; hay entre los que se enfurecen quienes fueron comparados con los idolatras, y son aquellos que se enojan sobre toda cosa que se haga contra su voluntad llenándose de ira hasta perder la razón y consumir su lógica. Este tipo de persona destruiría el mundo entero si tuviese la posibilidad pues su mente no la controla en absoluto y pierde su raciocinio asemejándose a los animales salvajes como está dicho: “desgarra su alma en su ira, por tu causa abandonaré la tierra” (Job 18). Y él con facilidad cometerá todos los pecados existentes si su furia lo conduce a ellos, pues ya no tiene móvil sino su ira y hacia donde lo lleve se dirigirá.

El tipo de gente del cual habla esta parte de la Mishná no tarda en reconciliarse pero no es ni “Jasid” (virtuoso), ni “Rashá” (malvado), lo que gana por reconciliarse rápido lo pierde por irritarse fácilmente.

Hubo entre los sabios que conocían su “debilidad” y al “irritarse” acostumbraban abrir el Shulján Aruj para analizar si el caso era para enfurecerse o no mientras estudiaba el caso su ira desaparecía.

Otro sabio solía enfurecerse e insultar a cualquiera que se le ponía en el camino, consultó su caso, y decidió que por cada maldición donaría una fuerte suma para Tzedaka (caridad).

¯ El que se irrita difícilmente, pero a quien le cuesta calmarse, su provecho queda anulado con su pérdida.

Así explica el Ramjal en su libro “Mesilat Iesharim”:

Existe otra clase de coléricos, lejanos a los antedichos; y son aquellos que no todo lo que sucede contra su voluntad encenderá su ira, pero al enfurecerse se irrita en extremo, a él denominaron: “Difícil de irritar y difícil de conciliar” (Tratado Avot : 5). También esto es muy nocivo, pues pueden producirse grandes tropiezos por su intermedio en sus momentos de ira y luego no podrá remediar lo que arruinó.

También éste es un hombre corriente; ni virtuoso (Jasid), ni malvado (Rashá).

¯ El que se enfada con dificultad pero perdona fácilmente (éste es) Virtuoso (Jasid).

Los dos primeros ejemplos, señalan a la mayoría de la gente.

Así lo define Rabí Moshé Jaim Lutzato:

Hay un grado menor de enojo, es el de aquellos que no se irritan con facilidad, y aún al enojarse su ira será pequeña y no lo apartará de los dictados de la razón, pero continúa guardando su enojo. Y aún considerándolo más lejano del perjuicio que los anteriores, con seguridad todavía no alcanzó la pureza ideal, puesto que le falta la cautela necesaria y al no extirpar la ira en su totalidad de él, se seguirá considerando irascible.

Rabí Aba y Rabí Ajá en nombre de Rabí Alexsandri dijeron “Todo aquel que escucha que lo maldicen y puede protestar y reaccionar y se calla, se llama Virtuoso (Jasid) (Ialkut Tehilem)”.

La pregunta es si siempre deberemos conducirnos de esta manera; hay casos en que debemos tomar medidas serias, Ejemplos la reacción de Pinjas en el caso de Shitim.

Rabí Shlomo Ben Gabirol nos aconseja:

No seas tan dulce porque te tragarán (Mibjar Pninim).

¯ El pronto a irritarse y difícil de apaciguar es el malvado.

Esta clase de hombre se enoja pronto y no para de hacerlo no dará perdón a su enemigo hasta que tome su venganza y de aquí al pecado hay un solo paso.

No te irrites y no pecarás.

MISHNA 12

12. Cuatro clases de discípulos hay:

a. El que comprende pronto y pronto olvida: su provecho queda anulado por su perjuicio.

b. El que aprende con dificultad, pero al que también le es difícil olvidar: su perjuicio queda compensado por su beneficio.

c. El que entiende rápidamente y olvida difícilmente, es inteligente.

d. El que aprende con dificultad, pero olvida fácilmente: su parte es mala.



Encontramos cuatro clases de alumnos:

a) El que comprende pronto: Entiende con mucha facilidad lo que estudia. Y pronto olvida: La ventaja que tiene en entender, lo que el maestro le enseña, se esfuma en un cerrar de ojos, porque se olvida de la misma manera que aprendió, su provecho queda anulado por su perjuicio.

Nuestros sabios opinan, que esforzarse en el estudio, para entender y retener hay que invertir tiempo y esfuerzo.

“La Torá se encuentra en aquél que se entrega a ella”

(Berajot 63:2)

¿Que hará el alumno para recordar el material de estudio?

Nuestros sabios aconsejan:

“Todo el que estudia Torá y no repasa, se parece a aquel que siembra pero no cosecha” (Sanhedrín 99).

No es igual el que repasa el tema 100 veces, al que lo repasa 101. (Jagiga 9:2).

¿Quieres recordar lo que estudias? ¡Coge lápiz y papel y escríbelo!!

b) El que aprende con dificultad pero le es difícil olvidar: En un comienzo, le cuesta muchísimo entender el tema de estudio, pero después de mucho esfuerzo capta lo expuesto por su maestro, y lo retiene en su memoria. Su perjuicio queda compensado por su beneficio: como no pierde, lo que con esfuerzo adquirió, ganó más de lo que perdió. Claro que para superar su dificultad deberá repetir y estudiar tantas veces como sea necesario.

c) El que entiende rápidamente y olvida difícilmente, es un alumno inteligente: Como esta clase no hay muchos alumnos, la mayoría pertenecen a los dos anteriores.

d) El que aprende con dificultad y olvida fácilmente su parte es mala: No entiende el tema y su memoria es frágil, este alumno no verá bendición en sus estudios.

Ante estos alumnos que cita la Mishná, el maestro deberá actuar de distintas maneras, pero deberá tener muy en cuenta las palabras de los sabios:

“No el severo es el que enseñará” (Avot 2).

“Deberá enseñarle hasta que aprenda” (Erubin 54).

“Si has visto un alumno que tiene dificultades en el estudio, es por causa de su Rabí que no se esfuerza” (Taanit 7-8).

“Y hemos de recordar que Rabí Preida repetía cuatrocientas veces lo que enseñaba” (Erubin 54).

El maestro recibe su fama, gracias a sus buenos alumnos.

MISHNA 13

13. Cuatro clases hay de personas caritativas:

El que quiere dar, pero que no den los demás: envidia a los demás.

(Él quiere que) den los otros pero no él: este es injusto consigo mismo.

El que da (y permite que) los demás den: es el virtuoso.

El que ni da, ni (quiere que) den los demás: es un malvado.

La Mishná trata sobre la actitud que toman cuatro clases de personas, con respecto a “Dar” Tzedaka (caridad).

a) El que quiere dar, pero que no den los demás

Porque. el solo quiere ganar los méritos y no deja que los otros lo hagan, participando en esa “Mitzva” (buena acción), envidia a los demás hará saber que los demás no están a su misma altura, o podremos decir, que como él conoce muy bien a sus amigos, y sabe que no gustan de dar Tzedaka (caridad) quería ahorrarles la molestia de dar pero su concepto de la mitzva es erróneo, porque habría de saber que lo que uno da ese es su verdadero capital, porque lo que tenemos puede desaparecer a causa de un mal negocio.

Y como ejemplo este interesante episodio:

Un padre tenía un hijo inteligente y quería examinar sus conocimientos en aritmética, y le pregunto:

Si hay diez pájaros sobre el techo, y viene un cazador y mata a cuatro de ellos ¿cuantos quedan?

Cuatro, contesta el hijo.

-¡Te equivocaste hijo, diez menos cuatro son seis!

- Con seguridad, replico el hijo, los pájaros restantes se asustaron y volaron, solo los cuatro pájaros muertos quedaron.

¡Así sucede con la Tzedaka! (Caridad).

b) (Él quiere que) den los otros y no él este es injusto consigo mismo No quiere dar, pero hace campaña, para que otros lo hagan porque teme que después le falte; esto demuestra su mal corazón, al decir a otros que den, estos no pensaran que es una mala persona, dirán, ¡cómo el nos dice que demos, seguro que el también coopera! ¡Pero en realidad, después que los otros dan, él no lo hace!

c) El que da y (permite que) los demás den: es el virtuoso (Tzadik)

Su corazón y su mente están atentos frente a la desgracia de los necesitados, por eso contribuye personalmente y se preocupa por que los otros también lo hagan.

d) Ni da ni (quiere que) den los demás: es un malvado

Cuando ve que alguien quiere ayudar a los necesitados dicen: ¡Tienen no necesitan! dentro de esta clase de gente están aquellos que prometen ayudar y no lo hacen / y los que dicen que fulano ayudara, y los necesitados se dirigen a aquella “dirección” una y otra vez, convirtiéndose su “ilusión en tremenda amargura”.

MISHNA 14

14. Cuatro (son) las clases de asistentes al Bet-Hamidrash (casa de estudio):

El que asiste y no (estudia): recibirá la recompensa por haber ido allá.

El que (estudia) pero no asiste: la recompensa por lo que hizo (estudio) esta en sus manos.

El que asiste y hace (estudia) – es el virtuoso.

El que ni asiste ni hace – es un malvado.

Hay cuatro clases de personas que van al Bet-Hamidrash (casa de estudio) para estudiar Torá de boca de los sabios.

¯ El que asiste y no estudia:Hay quienes van a la casa de estudios, pero no se esfuerzan para estudiar y por eso no ven el éxito en lo que hacen.

Recibirá la recompensa por haber ido allá: Ir a la casa de estudios ya es una mitzva, porque allá se encontrara ya dentro del ambiente de Torá.

¯ El que (estudia) pero no asiste. La recompensa esta en sus manos. La persona en cuestión, estudia en su casa (Rashi), pero no se molesta en ir al lugar donde la comunidad estudia lo que pierde es la recompensa que se recibe por caminar hacia allá.

Siempre es mejor, cuando uno estudia de boca de un maestro, en vez de hacerlo solo.

Y así lo resume Hameiri: Si hubiese ido a “un lugar de Torá” se hubiese elevado mas y más…

La enseñanza que proviene de un maestro se graba mas fuerte en el alma (Rabí Iosef Albo, “Sefer Haikarim”).

¯ El que (estudia) y asiste – es el virtuoso: El que posee condiciones para estudiar solo y no necesita de la “casa de estudios” pero demostrando su humildad, se acerca al lugar y estudia con todos, demuestra su alto nivel y es considerado ”Jasid” (virtuoso).

¯ El que ni asiste, ni estudia: Es un “Rasha” malvado.

El que no estudia, ni en su casa, ni en la casa de estudios, demuestra que desprecia a la Torá.

Preguntan los Rabinos: ¿Por qué razón aquel que “no asiste ni hace es contado entre “los que asisten al Bet-Hamidrash” (casa de estudios)?

Nos explica el Rabí de Kloizenburg-Tzanz:

La “Mishná” se refiere a aquel que asiste al “Bet-Hamidrash”, pero no estudia mucho. Con el pasar del tiempo, no ve bendición en el estudio, y pierde el interés y finalmente deja de venir a pesar de que asistía al lugar, su poco estudio le hizo salir del circulo de estudiosos, por eso a pesar de que asiste es considerado “como que no asiste, ni hace”.

El Rabino Menajem Shaj escribe en sus “Cartas y Artículos” a uno de sus alumnos: “Lo que me escribiste con respecto al estudio, diciendo que al terminar al “zman” (semestre), han logrado estudiar solo once paginas de Guemara, te diré que es un auto- suicidio, porque esto te llevara al ocio y al no tener satisfacción del estudio al final, ¡HaShem no quiera que abandonaras totalmente el estudio!

Y en otra de sus cartas, contesta a un alumno, que dice no encontrar “gusto” en el estudio y así escribe: “Sé que hay muchos jóvenes como tu, que piensan que no se encuentran a gusto en el estudio, porque no estudian como es debido.

He aquí el orden que deben seguir:

Estudiar Guemara con Rashi y Tosafot, consultar con algunos Rishonim (primeros Rabinos) como Rambam y Ran, y si tienen alguna pregunta más, consultar con otros no han de detenerse ante cualquier párrafo muchos días, sino que seguirán adelante y estudiaran una pagina por día mínimo y después de uno o dos capítulos, han de repasar, así en el segundo “zman” (semestre), terminara otro Tratado Talmúdico, repasándolo después varias veces mas.

No tengo duda alguna, dice el Rabino, que después que termine un Tratado sentirá una gran satisfacción y al otro año, otro Tratado, y después traerá una nueva idea, o explicación al tema de estudio, y así progresara mas y mas en el estudio.

La Mishná nos trae como tema central el “Bet-Hamidrash”.

Nuestros sabios sabían de la gran importancia de esta institución e hicieron todo lo posible para traer a todas, sabios e ignorantes a tomar cursos de Torá en el Bet-Hamidrash (casa de estudios).

Leemos en el “Shulján Aruj”: “Cada uno debe ir al Bet-Hamidrash y fijar un tiempo para estudiar” (Oraj. Jaim 155). “También aquel que no sabe estudiar”, ira al Bet-Hamidrash y tendrá su recompensa (Rama).

Hemos de recordar que “La Torá se adquiere en grupos de estudio (Berajot 63).

Todo aquel que tiene un Bet-Hamidrash en su ciudad y no va allá, no tiene parte en el mundo venidero (Avot de Rabí Natan 36:5).

La santidad del Bet-Hamidrash, es más grande que la de la Sinagoga (Iore-dea 246).

El estudio en la casa de estudios, refuerza los lazos con nuestro pueblo.

MISHNA 15

15. Cuatro son las clases de quienes se sientan ante los sabios: esponja, embudo, colador y tamiz.

Esponja es el que absorbe todo (sin distinciones).

Embudo es el que le entra por un lado y le sale por otro.

Colador es el que deja salir el vino y retiene las heces.

Y Tamiz el que deja pasar la harina y retiene el salvado.

Cuatro son las clases de alumnos quienes se sientan ante los sabios

En la Mishná número 12, nos hablaron sobre alumnos poseedores de buena memoria y sobre aquellos que no poseen ese don, en nuestra Mishná hablaremos sobre el alumno que puede diferenciar entre cosas importantes y cosas que no lo son (Rabí Ovadia de Bartenura).

¯ Esponja: Es el que lo absorbe todo: La esponja, por lo general, absorbe toda clase de líquidos de la misma manera hay alumnos que recuerdan todo, pero no distinguen lo importante de lo que no lo es; esto representa al alumno no inteligente.

¯ Embudo: Es el que le entra por un lado y le sale por otro: Como una persona pone agua en un embudo y esta no tarda en salir, hay también alumnos que lo que escuchan olvidan rápidamente.

¯ Colador: Es el que deja salir el vino y retiene las heces: Hay alumnos que tienen inteligencia pura, analizan toda la información y enseñanza, lo que es bueno lo asimila y lo que no lo pone a un lado.

¯ Y tamiz: Es el que deja pasar la harina y retiene el salvado: Hay alumnos que al estudiar, toman lo importante del tema y se olvidan de lo superfluo — éste es el mejor de los alumnos.

Rabí Meir, uno de los grandes sabios de la época de la Mishná, estudió Torá de la boca de Elisha Ben Abuia, después de un tiempo, su maestro, abandonó el camino de la Torá, influenciado por la cultura helenística, cuentan que infringió las leyes de la Torá, en muchos casos, montó a caballo en el día de Kipur que cayó en sábado y otros más. A pesar de eso Rabí Meir siguió aprendiendo de él. Dijeron los sabios: Rabí Meir encontró una granada, su contenido comió y su cáscara tiró (Jagiga 15:2).

Todo lo que habla la Mishná, se puede proyectar a los libros.

Hay libros que tienen mezcla de cosas importantes y que no son, de verdad y mentira, hay libros en los cuales encontraremos solo información y hay otros de profundo contenido. De acuerdo a esto, así debemos tratarlos.

Hay libros que solo gustaremos, otros los tragaremos de una vez, unos pocos hemos de masticar y digerir.

En otras palabras, algunos libros leeremos en parte, en otros hemos de profundizar y unos pocos los leeremos hasta el final.

MISHNA 16

16. Todo amor que depende de algo, al cesar las cosas, cesa el amor. Si no depende de nada, no cesará jamás.

¿Cuál es el amor que depende de algo? El amor de Amnón y Tamar, ¿y el que no depende de nada? El amor de David y Ionatán.

Todo amor que depende de algo – al cesar las cosas, cesa el amor:

El amor no ha de continuar si esta basado en algún otro provecho que puede ganar

Si una persona quiere a su esposa, porque es hermosa o estima a su amigo por su riqueza, el amor fallecerá cuando la belleza se marchite, y la amistad terminará, cuando se acabe la riqueza.

Antes de que elijas a un amigo, pruébalo y después de probarlo, ámalo con todo tu corazón

En la puerta de los negocios, se detienen muchos amigos y hermanos, y en la puerta de la pobreza, no hay ni hermanos ni amigos (Shabat 32:2).

Las personas usan decir “me gusta el pescado” pero no exactamente gustan de él, porque si fuera así, lo devolverían a su lugar original, el agua, el que dijo así, en verdad, se ama a sí mismo, pero como los pescados tienen, por lo general buen gusto, nos parece que “amamos” al pescado.

Por favor, querido lector, no sonrías al leer esta alegoría, porque si la analizamos, veremos que es un ejemplo exacto de todos nuestros “amores” e inclinaciones; generalmente amamos a todo aquello que le podemos sacar provecho pero en el momento que no lo hay, también el amor, simpatía y otros parecidos desaparecen.

Si no depende de nada – no cesará jamás:

Amor que no depende de ningún factor externo, no cesará jamás.

¿Cuál es el amor que depende de algo? El amor de Amnón y Tamar.

Amnón no amaba a Tamar, con un amor verdadero sino por su gran e impresionante belleza (ver Shmuel 2 capítulo 13).

Después de realizar su amor, la odió como está escrito: “Y la odió Amnon, con un gran odio” (Shmuel 2-13:15).

¿Por qué trae la “Mishná”, como ejemplo, el amor de Amnón y Tamar?. Amor entre un hombre y una mujer.

Porque nos quiere enseñar que si en este caso, que es uno de los temas más importantes de la vida humana no hay continuidad porque hay un “provecho”, de por medio, más será en algo que tiene menor importancia y por ende no seguirá existiendo.

Una mujer enviudó, y pensó que su marido le dejaría una gran herencia, en la lápida escribió, “grande es mi dolor, para soportarlo”.

Pero su marido no le dejo nada, fue y se caso con un hombre rico y ordenó agregar una palabra a lo ya escrito en la lápida y así se leía:

“grande es mi dolor, para soportarlo sola”.

¿Y el que no depende de nada? el amor de David y Ionatán:

El amor entre ellos, era como el que tiene un padre para con su hijo.

Ionatán era hijo de Shaul y sería natural que odiase a David, que amenazaba ocupar el trono de su padre y el mismo no podría ser el futuro rey, pero Ionatán no prestó atención y siguió unido a David con una fuerte amistad.

Un amigo verdadero ama a su amigo con toda el alma, y el alma de Ionatan, estaba atada al alma de David, y lo amó Ionatan como a sí mismo (Shmuel 1:18:1).

El amigo es un segundo yo.

¿Qué es un amigo verdadero? Un corazón conectado en dos cuerpos (Sefer Hashaashuim).

MISHNA 17

17. Toda discusión (motivada) por el nombre del Señor, acabará por prevalecer, mientras que la no dedicada a nombre del Señor, no persistirá.

¿Cuál es una discusión motivada por el Señor? La (que reinaba) entre Hilel y Shamay. ¿Y cuál la que no tenía por objeto al Señor? La discusión de Koraj y todo su grupo.

Toda discusión (motivada) por el nombre del Señor acabará por prevalecer.

si el objetivo de la discusión es buscar la verdad, entonces ella prevalecerá como dijeron los sabios, que a partir de las discusiones, se clarificará la verdad (Rabí Ovadia de Bartenura).

Mientras que la no-dedicada al nombre del Señor, no persistirá.

Si el objetivo de la discusión es la búsqueda de poder, no perdurará (Rabí Ovadia de Bartenura).

¿Cuál es la discusión motivada por el Señor? La (que reinaba) entre Hilel y Shamay.

La controversia entre Hiel y Shamay, no tenía como fin, fastidiarse uno al otro, ni demostrar que uno tenía mejores conocimientos que el otro, su intención era sacar a la luz la verdad (Midrash Shmuel). Prueba de esto, es que cuando la casa de Hilel se convencía de los argumentos de lo presentado por Shamay, se conducían como ellos (Rabí Shimon Durán).

Y ¿cuál es la que no tenía por objeto al Señor? La discusión de Koraj y todo su grupo.

La rebelión de Koraj y su gente, contra Moshé y Aharon, no tenía como fin aclarar la verdad, o hacer un bien a todo el pueblo de Israel, su fin era interesante, buscar honores y poder.

Sabido es que la controversia entre Hilel y Shamay, se convirtió en un símbolo, por el nivel y tonos que adquirió.

El Talmud Ierushalmi (Tratado de Shabat 1:4) nos relata sobre la electrizante atmósfera que reino en la casa de Jananiá, hijo de Jizkia, hijo de Nerón, cuando representantes de Hilel y de Shamay, se encontraron para discutir, y como eran más los del grupo de Shamay, decidieron ellos sobre dieciocho puntos.

Muy difícil fue ese encuentro, el ambiente estaba a punto de estallar, la fuente citada lo compara como el “Día que hicieron el becerro de oro”.

¿Qué fue lo que sucedió?

Como los alumnos de Shamay, vieron que son más numerosos que los de Hilel, aprovecharon su supremacía para fija la “Halaja” (ley), según su decisión.

Y ¿porque comparan a ese día como “el día que hicieron el becerro de oro”? explica el autor del libro “Korban Haeda”: “Como Hilel era Presidente y humilde y Moshé era el ejemplo de la humildad, cuando hicieron el becerro de oro – como si hubiesen pateado a Moshé, lo mismo hicieron con Hilel.

Y algo más, nos relata la Guemara, sobre el encuentro entre Hilel y Shamay:

Los alumnos de Shamay estaban abajo, y mataban a los alumnos de Hilel, no los mataron, sino que no les dejaban subir las escaleras, ya que la reunión se realizó en el segundo piso.

Enseñaron, seis alumnos (de Hilel), subieron, y a los otros, los detuvieron con espadas y lanzas- para que ellos (los alumnos de Shamay, sean mayoría (Korban Haedá), y a pesar de eso, dice la Guemara: “A pesar de que discutieron, la casa de Shamay, y la casa de Hilel sobre diversos temas, no dejaron de esposarse unos con otros para enseñarte, con qué cariño y amistad se trataban, para hacer cumplir lo escrito, Amen la verdad y la paz. Y dijeron en el (Tratado de Kidushim 30:2): “No abandonaron el lugar hasta que se amigaron unos con otros”.

Seguro que te preguntaras ¿Cómo pudieron estos dos bandos contrarios, encontrar un camino para hacer desaparecer el odio que los cubría?

¿Cómo pasaron de “espadas y lanzas”, hasta llegar a ser “amados unos con otros”?

No se trata de una controversia personal; Bet-Shamay y Bet-Hilel, discutieron a nivel “halájico” y conceptual, y por eso, después de discutir, pudieron hablar unos con otros y hasta tomar y comer juntos.

Lo contrario ocurrió en la discusión de Koraj, según nuestros Rabinos, también ellos se valieron de argumentos “halájicos” (legales) para basar sus posiciones.

Preguntó Koraj:

-¿Un Talit de color azul celeste, usará Tzitzit (flecos)?

-A una casa llena de libros sagrados, ¿Será necesario colocarle una “mezuzá”?

Quien sabe cuantos argumentos les trajo Moshé, nuestro maestro, para probarles la variedad de sus conceptos

¿Pero qué pasó después?

Dice el Midrash Tanjuma:

Toda clase de pruebas trajo Moshé para que Koraj acepte, mil y una palabras utilizó nuestro maestro para apaciguar a Koraj, éste que era muy inteligente en su maldad dijo, si le contesto, sé que no voy a poder refutarlo porque es un gran sabio y no voy a tener otro camino que hacer las pases con él, mejor no le contesto.

Acá está la diferencia, explica Rabí Eliezer Ben Zión Bruk, en su libro “Egionei-Musar”, Koraj no buscaba la verdad, por eso no entró en dialogo con Moshé ¿Qué hizo? “Reunió contra ellos, Koraj, a toda la congregación (Bamidbar 16:19) fue indirectamente con burla y cinismo, se burlaba de Moshé y Aarón, no buscaba aclarar las cosas, quería solamente crear controversia y malestar en el pueblo.

Y ¿cuál fue el final de Koraj y su grupo?

La tierra los tragó.



MISHNA 18

18. Todo aquél que trabaja por engrandecer el mérito de los demás, no hay pecado que llegue a través de él. Y a todo aquél que hace pecar a los demás no se le concede la oportunidad de retornar al Eterno. Moshé tuvo mérito y otorgó mérito a los demás; por tanto el mérito de los demás se le atribuye a él. Pues fue dicho: “La rectitud del Eterno hizo, y sus juicios con Israel (Rambam 33:21).

Ierobam pecó e hizo pecar a los demás; por ello el pecado de los demás se le atribuye a él. Pues fue dicho: Debido a los pecados de Ierobam, que pecó e hizo pecar a Israel (Melajim 1:15:30).

Todo aquel que trabaja, para engrandecer el mérito de los demás

El ser humano, no tiene que preocuparse solamente por si mismo, debe hacer todo lo posible, para encausar a sus semejantes por el buen camino.

Así dicta la Torá: “Reprenderás a tu compañero (que haya pecado) para no cargar tu también, con su pecado” (Vaikrá 19:17). Y en el Talmud: “Quien puede impedir que alguien cometa una mala acción, y no lo impide, es tan culpable como el pecador mismo (Shabat 54:2).

Rabí Iejezkel Lewenshtein, supervisor espiritual de la Yeshivá de Ponivitz, ya era muy entrado en años, y débil de salud, por lo tanto, no podía ya dictar sus clases, una vez dijo a uno de sus allegados:

-“Dejé ya de dar mis charlas, y ya no puedo influir sobre mis alumnos”.

-¿Qué tengo que hacer en este mundo?

- Usted, estimado Rabí, – dijo su interlocutor, lo sigue haciendo, aunque solamente haga acto de presencia durante la oración, porque el solo estar usted, hace que la oración sea diferente, porque todos ven como un judío anciano y débil invierte todas sus fuerzas en el rezo ¿Acaso eso no es engrandecer el mérito de los demás?

- El Rabí no quedó muy convencido y dijo: Yo quiero expresarme y hacer escuchar mi mensaje.

De esto entendemos, que su acto en si, era para él relevante le importaba solamente, enseñar Torá y buenas costumbres; para engrandecer el mérito de los demás.

No hay pecado que llegue a través de él:

La persona que guía a la comunidad, llamando la atención, por su conducta, seguro que no pecará, la razón es clara: Si ha de pecar, la gente lo señalará y se burlará de él diciendo: Fulano nos dice que hacer, y el mismo hace lo contrario

Y todo aquél que hace pecar a los demás:

La persona que enseña a otros, a ir por malos caminos.

No se le concede la oportunidad de retornar al Eterno:

Para que no esté en el Gan-Edén y sus alumnos en el gheeinom (infierno) (Rabí Ovadia de Bartenura).

¿Qué significa hacer pecar a los demás?

Leamos como lo define Rambam (Maimonides) en sus leyes de arrepentimiento (3:10):

¿Hacer pecar a los otros a que se refiere?

Uno que los hizo pecar en cosas grandes e importantes, como Ierobam Ben Nebat, (rey de Israel, que colocó dos ídolos, uno en Dan y otro en Beer-Sheva, para que los hebreos no peregrinasen a Ierushalaim) y Tzadok y Baitos (alumnos de Antigonos de Soja, que crearon diferentes sectas y se alejaron de la tradición) y otros, que los hace pecar, infringiendo preceptos positivos.

Moshé tuvo mérito y otorgó mérito a los demás:

Moshé tuvo tantos méritos, pues enseño Torá a todo el pueblo de Israel.

Por lo tanto el mérito de los demás, se le atribuye a él.

Moshé, nuestro Maestro, cumplió con lo ordenado por HaShem y enseñó al pueblo a hacerlo, por eso podemos decir que todo lo que el pueblo de Israel hace, es como si el mismo lo hubiese hecho; pues fue dicho: La rectitud del Eterno hizo, y sus juicios con Israel (Dbarim 33:21).

Ierobam pecó e hizo pecar a los demás:

Ya que los alejó de HaShem y su Torá, y los condujo a la idolatría, el pecado hecho por el pueblo entero, se lo atribuye a él.

Pues fue dicho:

“Debido a los pecados de Ierobam, que pecó e hizo pecar a Israel (Melajim 15:30).

MISHNA 19

19. Todo aquel que posea tres cosas será considerado discípulo de Abraham, nuestro padre; pero si posee tres cosas distintas, se le considerará discípulo de Bilam el malvado.

(Quien posee) buen ojo, espíritu humilde y alma sumisa es considerado discípulo de Abraham, nuestro padre; (quien está dotado de) mal ojo, espíritu altanero y alma ávida, es discípulo de Bilam el malvado.

¿Qué (diferencia hay) entre los discípulos de Abraham, nuestro padre, y los discípulos de Bilam el malvado? Los discípulos de Abraham, nuestro padre, comen en este mundo y tendrán su parte en el mundo futuro, según está escrito: tengo para dar herencia a quienes me aman, y sus tesoros llenaré. En cambio, los discípulos de Bilam el malvado heredarán el infierno y bajarán a un pozo de destrucción, según está escrito: Y Tú, D-s, les harás bajar a un pozo de destrucción; hombres sanguinarios y pérfidos, no llegarán a la mitad de sus días; más yo confiaré en tí (Tehilim 55;24).



Todo aquel que posea tres cosas.

Tres cualidades, será considerado discípulo de Abraham, nuestro padre: porque de él aprendió el camino del bien.

Pero si posee tres cosas distintas.

Cualidades contrarias, se le considera discípulo de Bilam el malvado.

¯ Buen ojo: Que está contento con lo que tiene, lo “poco” que posee para él es mucho. Y lo que pertenece a otros no le da mucha importancia.

Abraham es un ejemplo, después de la guerra contra los cuatro reyes, le dijo al rey Salem: “Ni un hilo, ni un cordón de calzado tomaré de todo lo que es tuyo” (Breshit 14:23).

¯ El espíritu humilde: Era muy humilde. Cuando Abraham rogó a HaShem que perdone a Sdom, la ciudad corrupta, dijo: “Soy polvo y cenizas (Breshit 18:27)

¯ Alma sumisa: Se abstiene de deseos . Abraham tomó una segunda esposa (Hagar) no porque tenía deseos, sino porque Sará no tuvo hijos, Sará le ofreció “Ven a mi sierva” (Idem 16:2). Cuando Sará se enojó con Hagar, no duda Abraham en divorciarla, “Hazle lo que tu quieres” (16:2) prueba que no le deseaba, cuando le pidió echar a Ishmael de su casa, dice la escritura: “Fue malo, ante los ojos de Abraham, por su hijo” (21:11) (Sefer Hamaor de Rambam).

¯ Mal ojo: Se refiere a la envidia todo lo que posee le parece poco y lo que tiene su compañero le parece que es mucho.

Bilam, el malvado, perseguía todo lo material de aquí a la envidia, el camino es corto, así está escrito: “Si me diese Balak una casa llena de plata y oro” (Bamidbar 22:18). Por dinero, estaría dispuesto a efectuar la misión.

¯ Espíritu altanero: Es el orgullo, sus palabras lo atestiguan: “El discurso del que escucha las palabras de D’s (ídem 24:16).

Dice el Talmud: “Todo aquel que se llena de orgullo, si es sabio; desaparece su sabiduría, si es profeta; su profecía se hace a un lado” (Psajim 66:2).

¯ Alma ávida: Corre tras los deseos carnales, fue Bilam que aconsejó a Balak, prostituir a todas las mujeres de Moav y si no hubiese estado inmerso en esos deseos, no le hubiera aconsejado así.

¿Qué diferencia hay entre los discípulos de Abraham, nuestro padre y los discípulos de Bilam, el malvado?

La Mishná no pregunta cuál es la diferencia, entre Abraham, nuestro padre, y Bilam, el malvado, sino en qué se diferencian, los alumnos de uno, de los alumnos del otro, porque Abraham no fue comprendido por su generación no entendieron su concepción del mundo, porque estaba a un nivel superior al de sus con generacionales y como la gente estaba muy lejos de su nivel, no podían conocer sus pensamientos a fondo.

Si quiere usted conocer la esencia de una persona, observe usted a sus alumnos de la personalidad de éstos, sabrán el nivel del Rabino.

Rabí Shlomo Heiman, autor del libro “Jidushei Rabí Shlomo”, no entiende la pregunta que formula la “Mishná”, claro está que los alumnos de Abraham, el patriarca, tenían fe en HaShem, y por su parte los alumnos de Bilam, eran politeístas y no reconocían a HaShem como el Supremo Hacedor ¿no es ésta la diferencia?

Parece ser que la “Mishná”, trata de descubrir cuál era la fuerza de los alumnos de Abraham, nuestro padre, que hizo que multitudes fuesen atraídas, convirtiéndose en creyentes.

La generación de Abraham, era completamente de idólatras oscurantistas y a pesar de ello, fueron tras su mensaje ¿Cuál fue el secreto?

Contesta el autor de la “Mishná”, que eran poseedores de buenas cualidades y costumbres y hemos de saber que “si las cualidades no están dañadas, podrán saber la verdad”.

¡Por el contrario, los alumnos de Bilam, que vivieron en una generación de milagros realizados públicamente y donde se relevó HaShem, como pudieron convertirse en alumnos y seguidores de la filosofía Bilamica. ! es contra la lógica pura.

La respuesta está, dice el Tana, en las cualidades, los alumnos de Bilam, poseían malas cualidades, sus ojos se enceguecieron y no vieron que poseen malas cualidades, en este mundo, los envidiosos, altaneros, sufrirán en este mundo, y será para ellos un infierno.

Hombres sanguinarios y pérfidos, no llegarán a la mitad de sus días (Tehilim 55:24).

Un seduceo le preguntó a Rabí Janina, que edad tenía Bilam cuando fue muerto (Ieoshua 13:23).

Rabí Janina le dijo que no se encontró algo escrito, al respecto, pero como cita el versículo “Hombres sangrientos y de engaño no pasarán la mitad de sus días, parece ser que al morir tenía treinta y cinco años; ya que la vida de un mortal, tiene como promedio setenta años (Tehilim 90:10).

Tiene razón, le contestó el seduceo, encontré en el Sefer Haiujasin escrito que Bilam tenía treinta y tres años, cuando fue muerto por el ejercito de Pinjas (Sanhedrín 106).

MISHNA 20

20. Yehuda Ben Teima dice: se audaz como pantera, y ligero como el águila, rápido como ciervo y fuerte como león, para hacer la voluntad de tu Padre que está en los cielos.

(También) solía decir: el insolente (irá) al infierno y el modesto al Edén. Sea Tu voluntad, Señor, nuestro D-s y D-s de nuestros antepasados, edificar el templo, pronto en nuestros días y darnos nuestra parte en Tu Torá.

Yehuda Ben Teima dice: sé audaz como la pantera y ligero como el águila, rápido como ciervo y fuerte como león.

Trata con toda tu fuerza de servir a Tu Creador (Rabí Menajen Hameiri)

Audaz como la pantera.

No te avergüences en preguntar a tu Rabino, lo que no es comprensible para ti ni tampoco te avergüences, por ser observante de la normativa judía; si se burlan de ti, y tu no les haces caso, serás considerado como si hubieses entregado tu alma en aras de la santificación de nombre de HaShem (Sefer Hajasidim 40).

Ligero como águila.

Para repasar el material que te han enseñado y para alejarte de las malas compañías que conducen al pecado.

Rápido como ciervo.

Para cumplir los preceptos, sabido es que si la persona se deja estar y entra en la holgazanería, al final se alejará del estudio y del cumplimiento de los preceptos, por eso debemos ser rápidos en nuestras acciones.

Y fuertes como león.

Para conquistar nuestro instinto y así apartarnos de las malas acciones.

El tanaíta, autor de la “Mishná”, tomó cuatro vocablos, los cuales nos instan a ser diferentes y ágiles en nuestros actos, con mucha razón nos instruye de esa manera, porque cuatro son las razones que impiden a los seres humanos, llegar a la perfección.

¯ La primera: La pobreza, que puede trastornarnos y alejarnos de HaShem.

¯ La segunda: Los enemigos, de nuestro pueblo que quisieran hacernos desaparecer como pueblo.

¯ La tercera: El “Mazal” (destino) de cada uno.

¯ La cuarta: Es el “ietzer hará” (el incitador), el más cruel de todos.

El ser humano tiene que hacer lo imposible, para contrarrestar la fuerza de estos cuatro impedimentos y ese es el consejo de Yehuda Ben Teima:

Se audaz como la pantera.

A pesar de que no posee mucha fuerza, deberá ser más fuerte de lo que puede para vencer a la pobreza, y cambiar su “Mazal” destino, será “ligero como el águila”.

Rápido como el ciervo.

Se refiere a cambiar de domicilio, si se encuentra en un lugar de malvados, que le impiden vivir una completa vida judía como lo hicieron nuestros hermanos durante toda nuestra historia.

Fuerte como un león.

Contra el “ietzer-hará” (instinto del mal) como está escrito: ¿Quién es héroe? El que conquista su instinto (Jidushei Hamaarsha, Psajim 114:1).

Para hacer la voluntad de Tu Padre que está en los cielos.

Las cualidades enumeradas, audacia, rapidez y terquedad, en si, no son buenas, pero cuando las adoptamos para cumplir los preceptos de HaShem podremos utilizarlas (Rabí Shmuel D’ozeda).

El insolente irá al infierno.

Los insolentes, al final caen en el pecado (Taanit 7:).

Solo será considerado positivo, cuando utiliza la insolencia, la terquedad y parecidos, en función del “Servicio a HaShem”.

Y el penoso al Edén.

Si es penoso y modesto, preferirá la compañía de gente buena y honesta “Todo el que es penoso no tan rápido pecará (Nedarim 20:1).

Por lo general, si la persona no peca, es porque la pena, le impidió hacerlo, en su juventud (Sefer Hajasidim).

Sea Tu voluntad, Señor nuestro D-s y D-s de nuestros antepasados, edificar el Templo pronto, en nuestros días y darnos nuestra parte en la Torá.

Parece ser que con esta oración, se daba por finalizado el libro ya que al principio, Pirkei Avot, estaba compuesto por cinco capítulos muy tarde agregaron otras “Mishnáiot” y el capítulo sexto.

MISHNA 21

21. (También) solía decir: a los cinco años (de empezar a estudiar) la Biblia, a los diez la Mishná, a los trece (a cumplir) los preceptos y a los quince (estudiar) la Guemara. A los dieciocho (el hombre) debe casarse, a los veinte, perseguir, a los treinta (plenitud de) fuerza, a los cuarenta inteligencia, a los cincuenta (para el consejo), a los sesenta(llega) la vejez, a los setenta cabellos grises, a los ochenta fuerza (especial) y a los noventa se encorva, a los cien es como un muerto, que pasó y desistió del mundo.



A los cinco años: Comenzará a estudiar Torá, el libro de oración no antes, porque el estudio, a temprana edad, lo debilita (Rashi).

El desarrollo natural del niño, fija cuando comenzara a estudiar Torá, Mishná y Guemara, y hace que exactamente a la edad de trece años, ya esta preparado para observar las mitzvot (preceptos).

Cada edad tiene su idioma y su propia sensibilidad, si se le exige al niño, mas de lo que puede no tendrá éxito, lo dañara.

¿Cuándo comienza su padre a enseñarle Torá?

Desde que comienza a hablar, ha de enseñarle los versículos del libro “Devarim”. “Moshé nos ordeno la Torá” (33 :4) y “Shma Israel”, oye Israel (6 :4).

Después ha de enseñarle poco a poco, versículo por versículo, hasta que cumpla seis o siete años, todo según sea la salud y capacidad del ánimo, cuando ha de llevarlo a lo de un maestro de párvulos (El estudio de la Torá 1:6).

A los diez, la Mishná. Estudias la “Mishnaoit”, que no son difíciles de entender (Rashi).

¿Y por que comenzara a estudiar Mishná a la edad de diez años? seguramente durante estos cinco años, (de 5 a 10 años), estudió Torá y si no tuvo éxito y no captó el material, en estos cinco años, no tendrá provecho en su estudio y ya dijeron. Todo alumno, que no vio frutos de su estudio durante cinco años, no los verá jamás.

Si es así, mejor enseñarle un oficio.

A los trece, para cumplir los preceptos: A los trece años es considerado ya un hombre, ya que forma parte del minyan, se coloca tefilín (filacterias) y puede atestiguar ante cualquier Tribunal.

A los quince, estudiar Guemara: Estudiara Guemara y profundizara en las leyes (Rashi).

Como hay niños que comienzan a estudiar Torá antes de los cinco años, así los hay que estudian Guemara antes de los quince.

A los dieciocho debe casarse: Diecinueve veces, la palabra Adam, es mencionada en el capitulo que trata sobre las hechuras del génesis desde el versículo, HaShem dijo: hagamos al hombre (Breshit 1:26) hasta “Edifico el Eterno HaShem”, el costado (Idem 2 :22) de estas, una mención, es para referirse al hombre mismo y las restantes, dieciocho veces son para ser interpretadas (por eso se designan la edad en que debe casarse).

Bien hará, si estudiara tres años de Guemara, de los quince hasta los dieciocho, y aprenderá un oficio para poder casarse y mantener con honor a su esposa.

A los veinte perseguir: Hay quienes explican que perseguir, significa procurar y lograr el sustento, y que el cielo empezara a perseguirlo y a castigarlo por sus acciones, pues el Bet-din (Tribunal celestial) no castiga a quien es menor de veinte años.

Podemos preguntar por que el tema no especifica ¿qué debemos perseguir?

Según nuestros sabios, es el hombre quien va tras la mujer y no es la mujer quien acostumbra ir tras el hombre (Kidushin 2).

Si alguna persona, se le pierde algo, quien va tras quien el hombre va tras el objeto perdido.

Explica Rashi: lo que se perdió es una de las costillas.

Cuando llego a la edad de veinte años, debe procurar conseguir lo que no logro hacer a los dieciocho.

A los veinte años, “el zivug” (la pareja), depende de sus actos.

A los treinta (plenitud de fuerza): Al tener treinta años, el hombre esta en su mejor momento. Los levitas que cargaban las partes del Tabernáculo y transportaban los utensilios en sus hombros, tenían d treinta años en adelante (Rabí Ovadia de Bartenura).

A los cuarenta años – inteligencia: A esta edad llega el hombre a la cima de su desarrollo intelectual.

A los cincuenta – para el consejo: Pues esta escrito con respecto a los levitas: “Y a partir de los cincuenta años, regresara del servicio y no servirá mas a sus hermanos (Bamidbar 8:25-26), ¿Cómo los servirá? Brindándoles consejo (Rabí Ovadia de Bartenura).

¿Qué se necesita para dar un buen consejo? Inteligencia y experiencia en la vida.

A los cincuenta años, ya adquirió experiencia, y esta fresco y lúcido, porque todavía no comenzó a envejecer (Rabí Menajem Hameiri).

A los sesenta años – para la vejez: La vejez en el hombre, comienza a los sesenta años ¿y en la mujer?

¿Quién es vieja? Toda mujer a la que tildan de vieja y anciana y no se enoja (Nida 9:1).

Hoy día, al cumplir los sesenta y poseer buena salud, hay todavía muchas cosas por hacer.

Nuestros sabios dicen que el que muere antes de los sesenta, puede que sea un castigo del cielo, muere a los sesenta, es muerte natural.

Pidamos a HaShem, que nos conceda mas años, para así poder “corregir “ nuestros errores.

A los setenta años, cabellos grises: ¿Quién es totalmente viejo?

Aquel que su cabellera esta totalmente blanca (Rashi). El blanco proviene de la debilidad (Rabí Shimon Duran).

El rey David murió a los setenta años y dice la escritura “Y murió en buena ancianidad” (Seiba) (Dibrei aiamim 29:27).

A los ochenta, fuerza especial: Vivir ochenta años, es en verdad algo especial.

El sabio Rabí Z. Ferber, al llegar a la edad de ochenta años dijo: No piensen que a los ochenta desaparece el incitador (ietzer-hara) a esa edad es cuando debemos poseer una fuerza especial para no caer en sus redes.

A los noventa años, para encorvarse: El vocablo hebreo “Iasuaj” puede interpretarse de varias maneras:

1. Marchar inclinado y encorvado.

2. Ya marcha hacia la tumba, fosa (shuja).

3. Del vocablo sija conversación, porque los ancianos

gustan de contar su vida, sus historias y sus penas.

A los cien años, es como un muerto que paso y desistió del mundo: Todos sus instintos desaparecen no come, ni bebe bastante (Rabenu Bejaie).

Y en la Guemara leemos:

La mente de los ancianos se cambia.

Sus labios tiemblan.

Sus oídos se debilitan.

Un pequeño montón de tierra les parece una colina.

El emperador le dijo a Rabí Ieoshua Ben Yanania. ¿Por qué no vas a ver a Be Abidan? y el Rabino le contestó: la montaña esta ya cubierta de nieve (mi cabeza es blanca, soy demasiado viejo), sus laderas están heladas (mi barba es blanca).

Ya los perros no ladran (mi voz es débil), sus muelas no pueden ya moler (mis dientes han desaparecido) (Tratado de Shabat 152:1).

MISHNA 22

22. Ben Bag Bag dice: vuélvela por aquí o vuélvela por allá, la Torá contiene todo, contémplala, envejece inclinado sobre ella, de sus máximas no te separes. No hay para ti mejor regla que ella. Ben He He dice: Según el sufrimiento, la recompensa.



Ben Bag Bag: Rabí Iojanan, era su nombre, y su nombre se debe a que pertenecía a una familia de conversos, esto esta insinuado en su nombre: Ben Ger (hijo de converso), Ben Gioret (hijo de conversa), (Midrash Shmuel).

Vuélvela por aquí, vuélvela por allá: Invierte tu tiempo, en el estudio de la Torá; en la Mishná anterior estudiamos, que se debe invertir cinco años en el estudio de la Mikra (Biblia) y cinco años en Mishná. ¿Y que sucede con el estudio del Talmud?.

Leemos, a los quince años, para estudiar el Talmud, ¿Acaso consagrará también cinco años a su estudio?.

Viene Ben Bag Bag y nos enseña que el estudio del Talmud no tiene limite de tiempo, sino que se estudiara toda la vida.



La Torá contiene todo: Rabí Eljanan Vaserman, trae un pensamiento del “Jafetz Jaim”, Rabí Meir Hacohen de Radin.

Hay veces en la vida de una persona, que debe tomar una decisión y no sabe hacerlo.

Se desespera, ha aquí que un amigo le susurra al oído: ¡no te desesperes, puedes pedir consejo directamente de HaShem!. ¿Cómo puedo hacerlo? pregunta angustiado el hombre en cuestión.

Es cierto, cada uno puede hacerlo. Hay en la Torá, respuestas para todas las preguntas del mundo.

La solución que encontramos en la Torá, es el consejo que HaShem nos da.

Cuéntese que una vez, el Rabino Moshé Fainstein, paz en su memoria, escribió una carta de felicitaciones a su alumno que fue bendecido por un hijo.

Entre otras le escribió que muchas bendiciones quisiera otorgarle, pero nuestros sabios ya la formularon que amerites criarlo para la Torá, la jupa (casamiento) y buenas acciones, y si esa es la bendición de nuestros sabios, señal es que no hay otra bendición en el mundo que no este contenida en una de esas tres.

Cuando enviaron un hombre a la luna y todos los periódicos y medios de comunicación discutían sobre lo que posiblemente se podía encontrar allí, vinieron y preguntaron al Gran Rabí sobre su opinión.

No encontraran nada, dijo sin dudar.

¿Por que esta usted tan seguro?

Porque nuestros sabios no mencionaron nada sobre el tema.

Todo esta insinuado en las enseñanzas de los Rabinos.

Contémplala, envejece sobre ella: Tampoco la abandones en la vejez ni en la ancianidad (Rabí Ovadia de Bartenura).

Hasta sus últimos días, el Gran Rabino, Rabí Tzvi Pesaj Frank. Vivió una larga vida, quiso elevarse en Torá. Estudiaba con vigor y entusiasmo de un joven. En sus últimos días comenzó a repasar el Tratado de Eruvin, la gente a su alrededor, miraba maravillada al anciano Rabí, estudiando una hoja de Guemara, entonando la melodía tradicional y sintiendo el mismo gusto que sintió al estudiar el tema por primera vez.

De sus máximas no te separes: Meditarás en ella de día y de noche (Ieoshua 1:8).

No abandones el camino de la Torá, Por toda duda que tengas analiza las palabras de los sabios y encontraras respuestas.

No hay para ti mejor regla que ella: Todo evento que sucede en el mundo.

Toda idea, teoría a nivel científico o en el plano ético y moral o socio-político, deberemos medirlo según los parámetros vertidos en la Torá.

Si están de acuerdo con lo escrito en la Torá, entonces es lo correcto (Midrash Shmuel).

El Rabí de Gur definió la diferencia entre los sabios de nuestros días y aquellos de las generaciones anteriores.

Los sabios de antaño, creían en la santidad de la Torá y trataban de encontrar en ella, pruebas para la investigación científica, y los sabios de hoy, buscan en la ciencia testimonios para la veracidad de la Torá.

Cuando la investigación científica no esta de acuerdo con lo escrito en la Torá, ya dudan de ella.

Ben He He, era converso o hijo de conversos, y fue llamado con ese nombre porque todos los conversos son considerados hijos de Abraham, nuestro patriarca y Sará, nuestra matriarca, porque HaShem, porque HaShem agrego la letra He (quinta del abecedario, a sus nombres, Abram – Abraham, Sarai – Sará).

De ahí su nombre, hijo de He He, hijo de Abraham y Sará (Midrash Shmuel).

Ben He He dice: Según el sufrimiento, la recompensa: De acuerdo a la intensidad del sufrimiento que sufres para tener éxito en tu estudio de la Torá, así recordaras claramente lo aprendido.

Si no inviertes tiempo y esfuerzo en la materia que estudias, no verás provecho alguno y rápidamente lo olvidaras.

Hasta hoy día, recordamos lo que estudiamos con tesón y entusiasmo, y olvidamos todo aquello que leímos y estudiamos en forma superficial.

HaShem recompensa a los que estudian Torá, no por sus conocimientos, sino por su dedicación!

El éxito en los estudios, no depende de nosotros, sino de HaShem.

Y así escribe Rabí Eliezer Papo, en su obra “Pele – Ioetz”: “El Santo, bendito sea, no cuenta las hojas que hemos estudiado, sino las horas que hemos invertido en el estudio.

Un estudiante se acercó al Jafetz Jaím, Rabí Meir Hacohen de Radin, autor de “Mishná Brura”, y otras famosas obras y vertió ante él su pena.

¡Ya son muchos años, los que dedicó al estudio y todavía no sé estudiar una hoja de Guemara como es debido!

Le contestó el Rabino: ¿Acaso HaShem nos ordenó que seamos sabios y genios? nos ordenó solamente que estudiemos Torá y nos ocupemos en todo lo que le concierne.

¿Quién es el estudioso? No aquel que sabe estudiar, sino aquel que se siente y estudia Torá, ¡cómo ladrón es aquel que roba y no aquel que sabe las leyes del latrocinio y su filosofía!

Según el sufrimiento, la recompensa: Demás está decir, que si observas la vida normativa judía, aunque te enfrentes diariamente a aquellos que te rodean, y quieren impedírtelo has de saber, que aunque sufras, ¡tu recompensa será grande!



Capitulo 6

MISHNA 1

1. Enseñaron los sabios en el lenguaje de la Mishná.

Bendito sea quien los eligió a ellos y a su estudio.

Diferentes son nuestros sabios, de los sabios de las naciones, éstos exigen de otros, lo que nunca cumplieron.

Vivían en un mundo separado.

Nuestros sabios no se comportaban así.

Nunca ordenaron algo a otros, sin antes examinar el tema y realizarlo ellos mismos.

Cuentan que cuando el autor de “Mishná Brura”, Rabí Israel Meir Hacohen de Radún el Jafetz Jaim, se apersonó ante Rabí Baruj Mordejai Lipshitz, Rabino de Novardok, para pedir que escribe una carta de consentimiento para uno de sus libros, el Rabí, pidió a algunos de sus alumnos que conversen con Rabí Israel Meir, personalidades rabínicas, para ver, si no entraba en el camino peligroso del chisme y de la calumnia.

Uno de ellos, Rabí David Kimji, que sirvió tiempo después como Rabino de Mijaelov, contó que conversó con Rabí Israel Meir, durante seis horas tratando por todos los medios de sonsacarle su opinión sobre Rabinos de la época.

Rabí Israel Meir, con inteligencia, desvió la conversación a otros temas y así no faltó siquiera en el polvo de la maledicencia y de los chismes.

Estas enseñanzas no son parte de la Mishná, sino que son una baraita texto que no forma parte de los seis Tratados Mishnáticos.

Rabí Meir dice: Todo aquel que se ocupa de la Torá por la Torá misma, se hace merecedor de muchas cosas, y no solo ello, sino que el universo entero justifica su existencia por de él. Es llamado amigo, amado, que ama al Omnipresente, ama a las criaturas, es revestida de humildad y reverencia, lo prepara para ser justo, piadoso, recto y fiel, lo aleja del pecado y es acercado al mérito, es posible recibir de él, consejo, criterio, intuición y fortaleza, pues fue dicho: “Mío es el consejo y el criterio, intuición soy, mía es la fortaleza” (Mishle 8:14), le es otorgado el reinado, el dominio y el escrutinio de la Torá, le son revelados secretos de la Torá, se hace como un manantial que fluye sin cesar y como río que no aminora su curso, tiene recato y paciencia, perdona las ofensas y lo engrandece y eleva por sobre todas sus hechuras.

Todo aquel que se ocupa de la Torá “lishma” por si misma.

¿Qué significa ocuparse de la Torá, por si misma lishmá?

Se puede ocupar de la Torá, por amor al estudio, y la voluntad de cumplir con el precepto que ordena estudiar la Torá o, hacerlo para obtener ganancias materiales o, ganar honores o, llegar por su intermedio a ocupar un puesto importante.

Claro está que nuestros sabios nos enseñaron “No conviertas la Torá en corona para enorgullecerte mediante ella, ni en azada para cavar con ella (Avot 4:5).

A pesar de eso, no prohibieron los sabios ocuparse del estudio de la Torá, aunque los motivos no eran tan puros y así dijeron: “Siempre se ocupará la persona de la Torá, aunque no lo haga solo por el estudio (lishmá), porque aunque no lo haga por esa razón, con solo estudiar, llegará a ese nivel (lishmá) (Baraita – Tratado de Kalá).

Rabí Jaim de Volozin En su libro “Nefesh Hajaim”, explica que “lishmá” significa estudiar en nombre de la Torá, como el Rosh (Rabenu Asher) explica: “Haz cosas en nombre de quien las indicó y habla en su nombre.

Así escribe: Haz cosas en nombre del Santo, bendito sea, y todas las conversaciones sean de temas de Torá, en nombre de Torá, por ejemplo. saber, conocer, profundizar en las fuentes sagradas y no objetar sin razón y con orgullo.

Hemos de saber que la concentración e intención pura, da fuerza y mayor consistencia cuando se cumplen los preceptos (Shaar 4- letras A,B,C).

Se hace merecedor de muchas cosas: Será justo y piadoso, como se explica más adelante (Rashi).

Y no solo ello, sino que el universo entero, justifica su existencia por él ¿Quién es el hombre perfecto? el que se ocupa de la Torá el mundo fue creado para que los hombres, se ocupen de la Torá (klijenda – Avot 3: 14).

En el año 5693 (1933) falleció Rabí Israel Meir Hacohen de Radin, Rabí Shabetai Iagel, pronunció un discurso en su honor y entre otros mencionó la Mishná “Todo aquel que se ocupa de la Torá por la Torá misma (lishmá) – se hace merecedor de muchas cosas”. Y no solo ello….de esto aprendemos, dijo el Rabino, que todo lo que se detalla a continuación no está incluido en “se hace merecedor de muchas cosas”.

Si es así, ¿A qué se refiere cuando dice “se hace merecedor de muchas cosas”?

El que estudia Torá, puede hablar mucho “Devarim” del verbo daber (hablar), lo que no puede hacer el que no estudia Torá, éste no puede hablar mucho, cerrará su boca, para no caer en “conversaciones prohibidas, chismes y similares.

Y mencionando al “Jafetz – Jaim”, dijo:

Todos sus días, habló mucho y no se mantuvo callado.

Es llamado, amigo, amado, que ama al Omnipresente, ama a las criaturas: Un hombre que responde a lo arriba citado, es amado por HaShem y Sus criaturas, bueno para el cielo y bueno para la gente (Kidushin 40).

Las dos cosas están unidas y “hombre completo”, es el que observa los preceptos entre Hombre – HaShem y Hombre – Hombre.

Rabí Israel Baal – Shem Tov, solía decir:

Cuando amamos a un judío, es parte de la divinidad superior y al amar a un judío, amamos su interioridad y por ende amamos al Creador.

Un conductor de diligencia preguntó a Rabí Levy Itzjak de Berditchev, si hará bien en cambiar de profesión, ya que al seguir laborando en su trabajo actual, no podrá participar en el “Minyan” a diario.

¿En tus viajes llevas a gente pobre, de forma gratuita?

Si, respondió el conductor

Entonces, tu sirves a HaShem con fidelidad y eres considerado como si hubieses participado en los rezos, le dijo el Rabí.

Y es revestido de humildad y reverencia: Los justos de Israel, al crecer se les agrega humildad, dijeron nuestros sabios. Los Rabinos de la escuela moralista dijeron: Si han visto, grandeza y genialidad en una persona, y quieren saber si estas cualidades provienen de un profundo sentir a HaShem o de una fuente impura, presten atención si se comporta con recato y modestia.

Si es humilde, he aquí la prueba de que sus conocimientos emanan de nuestro HaShem viviente (Or Eljanan 2:17).

Lo prepara para ser, justo, piadoso, recto, y fiel: El estudio de la Torá; educa al hombre a comportarse de buena manera en la vida y al estudiar con todo corazón, será siempre fiel y no abandonará nunca el camino de HaShem (Rabí Shmuel de Ozeda).

Explica el justo Rabí Iaabetz (Rabí Iaakov, Tzvi Emdin):

Recto: Es la persona que es indiferente al mal, por su naturaleza, hace lo que debe hacer.

Piadoso: Hace más de lo requerido por la Torá.

Justo: Es aquel que conquista su instinto.

¿Quién es más importante, el piadoso o el justo?

El piadoso, explica el Rabí, no siempre podrá estar en ese nivel, es imposible que en toda su vida haga más de lo requerido por la ley. El que trata de ser de los primeros diez en la sinagoga, imposible que una vez no falte.

El justo (Tzadik), reza todos los días y podrá hacerlo durante toda su vida.

Es posible de recibir de él, criterio, intuición y fortaleza: Ya dijeron, nuestros sabios: Hay quienes llaman a la Torá, “Tushiá” “Tushiá” Tiene dos significados: debilita y otorga criterio, de aquí dicen que la Torá, debilita la fuerza de las personas, pero ya dijo Shlomo, el rey sabio: “Míos, son los consejos, yo soy el criterio, yo soy la inteligencia, yo tengo potencia. (Mishle 8:14). Si es así hay alguna contradicción, si decimos que la Torá debilita a los humanos, ¿cómo es que el versículo finaliza diciendo que da fuerza?

Explicó Rabí Eliahu Lapian:

Cuando la persona no llegó al nivel de “entender Torá” y necesita de otros que lo aconsejen, entonces la Torá mengua su fuerza y vigor; pero si llegó al nivel de “inteligencia y comprensión”, entiende y profundiza en temas de Torá entonces adquiere fuerza y esto lo ayuda a sentir el gusto de la Torá (Lev – Eliahu).

Rabí Jaim de Volozin, nos enseña, que “Tushiá”, es un consejo más profundo, el sabio que estudió Torá, puede instruir a otros por medio de consejos, él sabe aconsejar a todo nivel, temas simples y complejos.

Le es otorgado el reinado, el dominio y el escrutinio de la Torá: ¿Qué significa reinado, gobierno?

Alejarse de cosas fútiles y de nimiedades. el rey gobierna sin ayuda alguna; sus ministros son sus siervos.

El pueblo de Israel, son hijos de reyes.

Así leemos en el (Tratado de Berajot 17:1)

Soy una criatura de HaShem al igual que lo es mi vecino; mi trabajo está en la ciudad, mientras que el suyo en el campo; tanto yo como él nos levantamos de mañana para atender nuestros quehaceres, ni yo puedo sobresalir en su oficio, ni él en el mío, ¿acaso diréis que yo llevo a cabo grandes obras y él solo hace cosas. sin importancia? Pues pese a todo ello, nos ha sido enseñado que poco cuenta si lo que hacemos es mucho o poco importante, lo único que importa es dirigir nuestro corazón hacia el cielo.

Este sentimiento, explica Rabí Ierujam de Mir, es importante que lo adquiera aquel que entra en los portones del estudio de la Torá. Debe distinguir claramente la diferencia que hay entre la Torá y todas las otras profesiones y materias de estudio.

¡Ellos se ocupan de una cosa y nosotros de otra!

Cada comunidad debe nombrar un Rabino, profundo conocedor de las fuentes judaicas, inteligente y piadoso, que tenga la fuerza suficiente para investigar cada caso, para juzgar con justicia si no es conocedor de nuestra literatura rabínica, podrá equivocarse en el juicio, como citan nuestros sabios: “Quien se enorgullece de sus conocimientos, es tonto, malvado y además insolvente (Avot 4 : 7).

Un Rabino de tal estatura espiritual, como el que describe la Mishná, hace que los que lo rodean se sientan inspirados.

Cuentan que Rabí Iona Martzebaj, uno de los decanos de la Yeshivá Kol – Torá, de Ierushalaim, se encontró con el Gran Rabí A.Z. Meltzer, en su camino a dar una clase en la Yeshivá “Etz- Jaím”.

Al verlo en su prestancia y esplendor, exclamó: ¡Maljut! ¡Maljut! ¡Es el reinado en persona! (Bederej Etz Jaím 500).

Rabí Akiva Eger, cuando se refería a su yerno, el Jajam Sofer, lo llamaba rey, en una de sus cartas a su hija, le escribió que tendría que estar contenta con su marido, el sabio “quien es más grande que un rey, porque el rey gobierna solamente sobre sus súbditos; en cambio el Jajam Sofer, reina sobre todo el mundo y el que busca alguna respuesta, en cualquier lugar del mundo, se dirige a él.

Le son revelados secretos de la Torá: El que se ocupa de la Torá “lishmá” (por si misma) merece que le sean revelados secretos de la Torá, como “maase Breshit” (las hechuras del génesis) los secretos de la creación, “Maasé Mercavá” los secretos de HaShem y de los ángeles, como está escrito “El secreto de HaShem para los que le temen” (Tehilim 25:14)

Se hace como manantial que fluye sin cesar y como río que no mengua su curso:¿Qué diferencia hay entre un manantial y un río?

El manantial, toca solo un lugar, el río va de un lugar a otro, de la misma manera, el que estudia “Torá lishmá”, por el mismo estudio, sin ningún otro interés, amerita influir con su Torá, en su lugar, como también escribir libros que lleguen a muchos lugares.

La persona que estudia mucho Torá, puede encontrar muchos ángulos nuevos en su estudio, y muchos alumnos vendrán a estudiar con él (Rabí Jaím de Volozin).

Tiene recato y paciencia, y perdona las ofensas: El estudio de la Torá, “lishmá” hace que la persona pula sus cualidades, lo hace recatado a pesar de que tiene “razones” para ser orgulloso en cambio será humilde y no ostentará de sus conocimientos; paciente y lento para enojarse y con seguridad perdonará a todo aquel que lo ofende, pasa por alto las reacciones de la gente, a causa de su gran humildad.

Y es engrandecido y elevado sobre toda la creación: Al estudiar Torá, profundizará sus conocimientos, pulirá sus cualidades y será engrandecido y elevado por sobre todas las personas.

La raíz de la perfección, es el estudio de la Torá, por su intermedio será humilde y paciente, será temeroso de D-s y se acercará más a HaShem; por intermedio del cumplimiento de los preceptos entre hombre y D-s, y el hombre y su semejante, en especial por dar ayuda y consejo a todo aquel que lo requiere.

Por su comportamiento será engrandecido y elevado.

MISHNA 2

2. Rabí Ieoshua Ben Levy dice: Todos los días sale una voz del Monte Jórev, que se lamenta y exclama:“¡ Ay de las criaturas por la humillación de la Torá !” Pues todo aquel que no se ocupa de la Torá es llamado reprendido.

Pues fue dicho: “Argolla de oro en hocico de cerdo, la mujer bella y carente de juicio” (Mishlei 11:22). Y Asimismo se dice: “Y las tablas eran obra de D-s, y la escritura de D-s grabada sobre las tablas” (Shmot 32:16); no leas “grabada” (Jarut) sino “en libertad” (Jerut), pues no hay hombre libre sino quien se ocupa del estudio de la Torá. Y todo aquel que se ocupa siempre del estudio de la Torá es elevado. Pues fue dicho: “Y de Mataná a Najaliel, y de Najaniel a Bamot” (Bamidbar 21:19).

Rabí Ieoshua Ben Levy dice:

Todos los días, sale una voz del Monte Jórev.

El Monte Jórev, es el Monte Sinaí, donde fue entregada la Torá a Moshé, nuestro maestro, fue ahí donde el pueblo judío juró fidelidad al mensaje divino. Cuando Israel no se ocupa de la Torá, el monte mismo se lamenta y exclama: “Ay de las criaturas por la humillación de la Torá”.

Ay de las criaturas por la humillación de la Torá.

Dijo el Jafetz Jaim, el grito y la exclamación son de las criaturas y no de la Torá. Si el mundo humilla a la Torá, a ella misma no le ha de faltar nada.

Si usted ve que las criaturas, hermanos nuestros, abandonan la Torá, no se desaliente nada ni nadie puede anular ni un punto escrito en la Torá (Maasai Lemelej – Itro).

Este reproche está dirigido también contra aquellos que tienen libros de estudio y no los usan. Muchos compran libros de temas judíos (Tanaj, Biblia) y otros, solo para que sirvan como adorno.

Y si preguntas ¿Por qué eligió el “Tana”, el nombre de “Jórev”, si el Monte Sinaí tiene otros cinco nombres? (Shabat 89:).

Contesta la Guemara: “Dijo Rabí Abahu: Su nombre es Monte Sinaí, ¿Y por qué se llama “Monte Jórev”? Porque cayó la destrucción sobre los idólatras, en tiempo de la “entrega de la Torá” por no querer recibirla. Si es así, mucho más será, HaShem no quiera, cuando Israel no cumplirá lo que recibió, por eso eligió el Tana, escribir “Monte Jórev” en esta Mishná.

Agrega Rabí Jaim de Volozin: He aquí, en nuestra generación, la mayoría de las personas abandonan la Torá, por razones de sustento y trabajo. En verdad, así argüían los idolatras en tiempos de la entrega de la Torá nuestro trabajo es matar, robar, etc. y la Torá nos exige lo contrario.

Pues todo aquel que no se ocupa de la Torá, es llamado reprendido.

Es decir, alejado, por no ocuparse diariamente en la Torá, será distanciado por HaShem (Rabí Shmuel Dozeda).

Pues fue dicho: Argolla de oro en hocico de cerdo, la mujer bella y carente de juicio (Mishle 11:22).

El cerdo no protege a la argolla de oro, sino que va y hurgonea en la basura. De la misma manera, el alma será despreciada y reprendida cuando se aleje de HaShem y sus preceptos.

Se asemeja también a una mujer hermosa pero tonta, quién echa a perder su belleza. Aquel que no se comporta según las enseñanzas de la Torá echa a perder sus buenas cualidades, como argolla de oro en hocico de cerdo, que lo ensucia en la basura.

Y así mismo se dice: “Y las tablas eran obras de D-s y la escritura era escritura de D-s, grabada sobre las tablas.

La Torá fue dada del cielo, no solo la escritura sino las tablas también de acá aprendemos la importancia de la Torá.

No leas grabada (jarut) sino “jerut” (en libertad).

El que observa una vida judía completa, según lo dictado en la Torá, se siente verdaderamente libre porque significa ser libre, hacer todo lo que uno quiere, eso es libertinaje.

Ser libre significa, estar liberado de la influencia de los malos instintos y de las dudas que carcomen nuestros corazones.

Pues no hay hombre libre sino quien se ocupa del estudio de la Torá.

Uno de los Rabinos de la escuela moralista explica el versículo: “Yo soy tu siervo, hijo de tu sierva. Tu, has roto mis cadenas (116:16).

Hay dos clases de esclavos, uno que era un hombre libre y fue vendido como esclavo y otro, hijo de una sierva, que nunca fue hombre libre.

Hay una diferencia entre estos dos.

El primero probó el gusto de la libertad y obviamente quedó dentro de él una chispa que es imposible anularla, por el contrario, el que nació esclavo, no tiene ningún destello de libertad.

Sobre este concepto habló el Rey David.

“Yo soy esclavo, hijo de tu sierva”, mi servicio al Eterno, bendito sea, es como el del esclavo que nació de una sierva, y no tiene ninguna chispa de libertad propia, y si dirás, que el hombre, por su esencia y voluntad quiere ser libre y no esclavizarse a otros ¿Cómo puede soportar este yugo?, continúa David, el salmista y dice: “Has roto mis cadenas” al contrario, la esclavitud a HaShem, es la que rompe las cadenas y lazos con las cuales estoy atado y conectado a los deseos y voluntades del cuerpo, y dijeron nuestros sabios: no leas Jarut (grabado) sino Jerut (liberado), pues no hay hombre libre, sino quien se ocupa en el estudio de la Torá, según el nivel que ha llegado en su subordinación a HaShem, tal es el nivel logrado con respecto a su liberación de los instintos, que los atan a sus inclinaciones corporales.

Por eso dice el salmista: Como soy un completo siervo de HaShem, se me han liberado todas las cadenas y soy un hombre completamente libre (Dibrei Mordejai c.65).

Y todo aquel que se ocupa siempre del estudio de la Torá, es elevado, pues fue dicho: Y de Mataná a Najliel y de Najliel a Bamot (Bamidbar 21:19).

Mataná, Najliel y Bamot, son algunos de los viajes de los hebreos en el desierto.

Nuestros Rabinos aprendieron de estos nombres, profundas moralejas.

Bamidbar, en el desierto, Israel recibió Mataná, un regalo, la Torá, con su ayuda, los hijos de Israel, la Torá se volvió para ellas Najliel Najalat, la parcela de HaShem. Como se ocuparon siempre de la Torá, se elevaron: Minajliel Bamot (del vocablo elevación).

El versículo del capítulo 21 del libro Bamidbar, finaliza diciendo: “Umibamot hagai”, aquel que se enorgullece por su estudio y sabiduría HaShem, lo hará caer, (Hagai) (Nedarim 55:).

MISHNA 3

3. Quien aprende de su compañero un capítulo, una ley, un versículo, un enunciado o incluso una letra necesita conducirse hacia él con honor. Pues tal encontramos en David, Rey de Israel, quien no aprendió de Ajitofel sino sólo dos cosas y lo llamó su maestro, su superior y su conocido.

Pues fue dicho: “Y tú eres hombre de mi rango, mi superior y conocido mío” (Tehilim 55:14). ¿Y no son acaso estas ideas susceptibles de ser inferidas? Si David, Rey de Israel, que no aprendió de Ajitofel sino sólo dos cosas lo llamó su maestro, su superior y su conocido, quien aprende de su compañero un capítulo, una ley, un versículo, una expresión o incluso una letra, con más razón necesita conducirse hacia él con honor Y no hay otro honor sino la Torá. Pues fue dicho (a los sabios): “Los sabios heredarán honor” (Mishlei 3:35); y asimismo: “Y los íntegros heredarán bien” (Mishlei 28:10). Y no hay otro bien sino la Torá misma. Pues fue dicho: Pues una buena enseñanza les di; no desprecien Mi Torá” (Mishlei 4:2).

Quien aprende de su compañero un capítulo, una ley, o incluso una letra debe conducirse hacia él con honor

Seguro es que se debe rendir honor al Rabino, como está escrito: “Y el temor a tu Rabino, como el temor al cielo” (Avot 4:12), pero también deberá rendírselo a su compañero, si aprendió algo de él, aunque no sea tan importante.

El Rabí Iaakov Kaminetzki, contó a Rabí David Leibobitch, nieto del hermano del Jafetz – Jaim, Rabí Meir Hacohen de Radín, que estudió con él, el Tratado de Sucá, cuando escribió el capítulo de Sucá, en su libro “Mishná Brura”, para hacerlo analizaba concienzudamente los pormenores de la “Ley” (Halaja) en cuestión, y después redactaba el inciso correspondiente. Sucedió, dijo el Rabino, que le llamé la atención al “Jafetz – Jaím” sobre una sentencia que se podía entender de dos maneras – El Rabí corrigió a momento y dijo: “De HaShem, proviene la respuesta de la lengua”.

Ajitofel: Era consejero del Rey David (Shmuel 2:15:12).

Cuando Abraham, hijo de David, se rebeló contra su padre, Ajitofel traicionó al rey y se reunió a los rebeldes (ídem v.31). Cuando vio que Abraham recibió el consejo de Jushi Haerki y a él no le prestó atención, se suicidó (Idem c.17). Nuestros sabios enumeran a Ajitofel como una de las siete personas que no tienen parte en el mundo venidero (Tratado de Sanhedrín 104:2).

Solo dos cosas: ¿Cuáles son las dos cosas que enseño Ajitofel a David?

Una vez vio Ajitofel a David estudiando Torá, le preguntó ¿Por qué estudias Torá tu solo? ¡Has de saber que los sabios nos dijeron que debemos estudiar en comunidad!

En una ocasión, vio Ajitofel a David, que se dirigía a la casa de estudios, sin la compañía de otra persona, estas dos cosas están insinuadas en el versículo: si no tu, mi igual, mi compañero y mi íntimo amigo: en dulce confianza, nos comunicábamos nuestros secretos, pensamientos; y andábamos con sentimiento a la casa de D-s (Tehilim 55: 14 – 15). “En dulce confianza, nos comunicábamos nuestros secretos” estudiaremos juntos los secretos de la Torá: “Y andábamos con sentimiento, a la casa de D-s” donde se escucha el ruido de las personas que estudian o recitan sus oraciones. Estas dos cosas que enseño Ajitofel al Rey David, acentúan la importancia de la comunidad y la observancia de los preceptos en su seno.

Y no hay otro honor, sino la Torá (Y a los sabios)

En el libro Jafetz – Jaím, su vida y su obra (223) leemos: El amor a la Torá, que poseía Rabí Tzvi Hirsh Levinson, el yerno del “Jafetz – Jaím”, su amor y honor a los eruditos de la Torá, no tenía límites, amaba a los alumnos de la Yeshivá, más que a un padre normal, ama a sus hijos.

Una vez acompañó Rabí Tzvi Hirsh a un respetable huésped de su casa hacía las afueras de la ciudad, el huésped no estuvo de acuerdo en que el justo Rabí se moleste tanto por él. Con una sonrisa en sus labios, le dijo: Está escrito: “Los sabios heredarán honor” (Mishle 3) ¡El honor de los sabios, no es un regalo al cual con facilidad se puede rehusar a recibirlo, es una herencia que llega a una persona, sin posibilidad alguna de devolverla!

Y no hay otro bien que la Torá misma: Un padre pidió al “Jazón Ish”, una bendición para su hijo al comenzar sus estudios en la Yeshivá. Sonriendo dijo: Para qué necesita una bendición él entra a estudiar Torá, y ésta es la mejor bendición pero, extendió su mano y lo bendijo.

Y los íntegros, heredaran el bien (Mishle 28:10): Las personas que observan los preceptos, con fe plena, llegarán a tener conocimiento de la Torá porque “el tonto, no teme al pecado” (Avot 2:5).

Y no hay otro bien sino la Torá misma, pues fue dicho: “Pues una buena enseñanza les di; no desprecien mi Torá” (Mishle 4:2).




MISHNA 4

5. Este es el camino de la Torá, pan con sal comerás, agua con mesura beberás, sobre la tierra dormirás, vida de privación vivirás y él la Torá te esforzará. Y si así haces, “feliz eres y te irá bien” (Tehilim 128:2); feliz eres en este mundo y te irá bien en el Mundo Venidero. No busques para ti la grandeza y no codicies el honor; has más de lo que has estudiado y no desees la mesa de los reyes, pues tu mesa es más grande que la de ellos y tu corona más grande que la de ellos. Y fiel es el amo de tu obra, que te pagará recompensa por tu labor.

Este es el camino de la Torá, pan con sal comerás, agua con mesura beberás, sobre la tierra dormirás, vida de privación vivirás.

Incluso, si el hombre no tiene sino pan y sal, y no tiene sino una almohada y una frazada para dormir sobre la tierra, aún así debe estudiar Torá y su recompensa será grande.

La Torá no piensa que para estudiar Torá, debe obligadamente, tener una precaria situación económica, su intención es que debemos estar siempre preparados para servir a HaShem y estudiar Torá ante cualquier situación, buena o ni tan buena, La riqueza o la pobreza o cualquier otra eventualidad no será ningún impedimento para estudiar nuestro tesoro ancestral.

El sabio, Rabí Iser Zalman Meltzer, dijo a uno de sus alumnos, que los comentarios que escribió sobre “nizkei mamón” (daños financieros), en su libro “Eben Haezel”, los hizo estando en medio del bosque cercano a la ciudad de Slotzk, donde se escondía de los comunistas que querían encarcelarlo.

En su libro “Shbibei – or”, Rabí Tzvi Pesaj Frank, el Rabino de Ierushalaim, escribe que en el primero del mes de Iyar 1.948, durante el asedio de los árabes a la ciudad, no encontró mejor cosa que hacer, que hacer correcciones a unos estudios que escribió.

Estando de duelo, por su hija, escribía a un erudito de la Torá….. hoy me levanté destrozado por la gran desgracia que me ocurrió y no tengo fuerzas para contestarle ampliamente a su pregunta, pero brevemente le contesto porque usted tiene razón al respecto.

Y en la Torá te esforzarás:

HaShem pide que estudiemos Torá, según nuestra capacidad estudiar, es lo importante, no, saber según el esfuerzo la recompensa (5:23).

No solamente el esfuerzo para estudiar, ayuda a captar y entender el material de estudio, sino la molestia que tiene para llegar al lugar de estudio, ayuda a adquirir conocimientos.

Leemos en el Talmud (Menajot 7):

Abimi, el Rabino de Rab Jasda, se olvidó una explicación de uno de los temas que estudió, y fue el mismo a preguntarle a su alumno, para que le recuerde.

Pregunta la Guemara: ¿Por qué no llamó Abimi a su alumno Rab Jasda, para que se apersone ante él y aclare el tema? ¿Acaso el alumno no tiene que allegarse a su Rabino?

Contesta la Guemara, que Abimi pensó, que de esa manera podría entender mejor la explicación de su alumno, al molestarse e ir a lo de Rab Jasda, entenderá mejor el tema.

Y si lo haces, feliz eres y te irá bien..

Si así se comportará el estudioso de la Torá, aunque sufra toda clase de contratiempos su recompensa será grande en este mundo, y en el mundo por venir.

No busques para ti la grandeza y no codicies el honor.

Porque eso te hará solamente males y té desubicarás en todo, como leímos: “La envidia, el deseo y el honor destierran al hombre del mundo (4:21).

Haz más de lo que has estudiado:

Aunque no hayas estudiado mucho, cumple todos los preceptos y así está escrito:

“Todo aquel que su temor al pecado, precede a su sabiduría, su sabiduría perdurará” (3:9).

No desees la mesa de los reyes.

No dudes de las premisas de la Torá, si ves que los malvados triunfan, recuerda que cada uno recibirá recompensa o castigo, según los actos que realiza.

Pues Tu mesa es más grande que la de ellos y Tu corona es más grande que la de ellos.

La corona de la Torá, es más grande que la del reinado y la del sacerdocio.

¿Qué relación hay entre la corona y la Torá?

Rabí Moshé Ben Maimón, Rambam, en sus (Leyes del estudio de la Torá: capítulo 3:13), dicta:

“Por eso, el que quiere ameritar la “Corona de la Torá” deberá de cuidarse en sus noches, y no perderlas en dormir, comer, beber y similares, sino ha de ocuparse en el estudio de la Torá y de la sabiduría.

Pregunta Rabí Aharon Kotler, en su libro “Mishnat Rabí Aharon” (1:31) ¿porque fue tan estricto al decir: “Y no perderlas”? Está claro que debe invertir mucho tiempo en él estudió y sin ningún límite.

¿Y otra pregunta: Rambam entra en detalles con respecto al “bitul – Torá” (anulación del estudio), y dice: “no perderlas en dormir, comer y beber, acaso la “corona de la Torá” se verá dañada si cumpliéramos los preceptos?

Así contesta Rabí Aharon Kotler:

“La Corona de la Torá” es el honor verdadero, el honor conocido como tal, en este mundo terrenal, es falsificado, como dice la Mishná: “No hay otro honor, sino la Torá” (6:3), sabido es que la Torá está unida con la corona Celestial.

Ahora pensemos, si la corona de rey, este rota en un lugar, que es visto por todos, causará muy mala impresión, aunque esté hecha de oro y brillantes, la importancia de la corona, quedará empañada.

Y la moraleja: Si una persona, perderá una de sus noches, sin estudiar Torá, será como una corona rota en el medio, como un hueco, en una mesa de oro, la luz espiritual se verá opacada porque la Corona de la Torá, es el honor verdadero y cuando hay una falla, el valor de la Torá y su importancia viene a menos.

“Y fiel es el amo de Tu obra, que te pagará recompensa por tu labor”.

MISHNA 5

5. La Torá es más grande que el sacerdocio y el reinado, pues el reinado se adquiere a través de treinta virtudes y el sacerdocio a través de veinticuatro; mas la Torá se adquiere a través de cuarenta y ocho cosas. Y éstas son: El estudio, la atención del oído, la articulación de los labios, la intuición del corazón, la reflexión del corazón, el miedo, la reverencia, la humildad, la alegría, la pureza, el servicio a los sabios, la selección de los compañeros, la dialéctica de los discípulos, el asentamiento, la Escritura de la Mishná, la moderación en los negocios, la moderación en el arte mundano, la moderación en los placeres, la moderación en el sueño, la moderación en la conversación, la moderación en la risa, la paciencia, el buen corazón, la fe de los sabios, la aceptación de las contrariedades.

La Torá es más grande que el sacerdocio y el reinado:

Hay tres coronas, la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona del reinado, (Avot 4:13) no son todas iguales, Tu corona es más grande que las suyas (6:4).

Pues el reinado se adquiere a través de treinta virtudes.

Nuestros sabios enumeran los treinta derechos y obligaciones que tiene el rey, entre ellos, puede tomar gente para su servicio en el palacio, movilizarlos para su ejercito, el pueblo debe elevarle impuestos, al morir nadie podrá esposar a su mujer, por otro lado, no puede tener muchas mujeres, muchos caballos y mucho dinero (Rabí Eliahu de Vilna).

El sacerdocio, a través de veinticuatro.

Veinticuatro son los regalos que recibe el Cohen (sacerdote), las primicias, partes del sacrificio, la redención del primogénito, etc.

La Torá se adquiere a través de cuarenta y ocho cosas.

La Torá es más grande que el reinado y el sacerdocio, no por la diferencia en cantidad, sino porque el reinado y el sacerdocio se adquieren a través de entes externos, el rey heredó la corona de su padre y el sacerdote, pertenece a la familia de Aharon, hermano de Moshé, nuestro maestro, la Torá en cambio, se adquiere por medio de auto educación e intenso estudio.

Y más, algo que uno recibe, puede perderlo, pero las enseñanzas adquiridas por el estudioso de la Torá, no dependen de influencias externas, por esa razón “Tu corona, es más grandes que las otras” (6:4).

Hay diferencia entre saber la Torá y ser su propietario, para entender este concepto, he aquí un ejemplo:

Un hombre muy pudiente, poseía muchas propiedades, uno de sus empleados, era el encargado de todas éstas, y como tal conocía todas las casas, oficinas y otras propiedades, a veces, mucho más que el mismo propietarios, pero a pesar de eso como no le pertenecían, no eran suyas.

Lo mismo sucede, dice Rabí Eliahu Lapian, con la Torá, dijeron nuestros Rabinos en él (Tratado de Avoda Zará 19:1), sobre el versículo. Bienaventurado el hombre que no anda en el consejo de los inicuos….. sino que en la Torá de HaShem, está su deleite, en Su ley medita de día y de noche (Tehilim 1:1-2). Al principio, la Torá es de HaShem, al final pasa a ser de Él.

Todo tiempo que no lo adquirió, es Torá de HaShem, por sólo sabe, conoce la Torá, pero después que la adquirió ya es de su propiedad Su Torá.

¿Y cómo la adquiere?

Pagando con las cuarenta y ocho cosas, que enumera la Mishná.

Y éstas son:

1. El estudio: Estudiar y traer a su cerebro y su corazón, las enseñanzas de la Torá Oral, Mishná, Guemara y sus comentarios (Leb Eliahu; Emor).

Que aprenda de boca de un Rabino como dijeron:

“De los escribas mismos y no de los libros, porque el Rabino explicará el tema, según el nivel del alumno”.

Contó Rabí Shalom Mordejai Hacohen Shvadron:

En una de sus visitas a Estados Unidos, el Rabino de Jarkov, visitó a uno de sus colegas. En medio de la conversación, dijo el Rabino de Jarkov que estudió en la famosa Yeshivá de Volozin, su anfitrión dijo que también él estudió en ese lugar.

De inmediato, pasaron a preguntarse uno a otro y llegaron a la conclusión que también estudiaron unos años juntos, y no sólo eso, sino que estuvieron sentados en un mismo banco, pero no se conocían uno con el otro.

Así era la Yeshivá de Volozin.

Les quiero explicar, que significa estar envuelto en el estudio dijo una vez Rabí Yaakov Abramsky a Rabí Mordejai Shulzinger.

De la edad de veinte años, no aparté mi mente, ni siquiera un momento de la Torá, como y estudio Torá, bebo y estudio Torá, hablo con alguien y estudio Torá, sufro dolores y estudio Torá, respiro y estudio Torá ¿Y por qué digo de la edad de veinte años? Porque desde entonces, estoy seguro que es así y antes dudo que fue así (Pninei Rabenu Yejezkel 1:48).

2. La atención del oído: Tiene que estudiar en voz alta, de tal manera que sus oídos escuchen lo que estudia, de más esta decir, que tiene que escuchar las enseñanzas de su Rabí, al no hacerlo, las perderá.

Acostumbraba Rabí Tzvi Pesaj Frank, el Rabino de Ierushalaim, pronunciar en alta voz cada palabra que estudiaba dijo a un estudiante de Yeshivá, que al hacerlo, no solamente entendía mejor el material, sino que se acostumbra a los oídos a escuchar las enseñanzas de la Torá, porque….. tenemos él deber de subordinar nuestras fuerzas y sentidos a la Torá.

3. La articulación de los labios: Todo lo que estudia debe repasarlo, siempre de manera que lo tenga ordenado y presto a ser transmitido, al no hacerlo, olvidará muy pronto lo aprendido.

Dijo una vez Rabí Najman Partzovitz: Hasta el viernes preparo el tema que quiero enseñar a mis alumnos y desde el viernes al domingo, me esfuerzo en estudiar la manera de transmitir el material a mis alumnos.

Una vez vino uno de los maestros de la Yeshivá, para pedirle que le aclare un tema, después de hacerlo, le dijo: Hasta acá hemos analizado el tema y ya lo tenemos claro, ahora te diré, como lo explicarás a tus alumnos.

4. La intuición del corazón: Las cosas que se aprenden de memoria, no tienen ningún valor, si no se las entiende.

Un Rabino dijo una vez: Muchos se quejan que no pueden retener lo que han estudiado. La razón es, no por el olvido que los invade, sino que cuando terminan de estudiar, no tienen claro el material, si lo hubiesen resumido y ordenado, paso a paso entonces no tendrían problema en recordarlo.

5. La reflexión del corazón.

Hay que profundizar en el estudio, preguntar y encontrar respuestas, es el método que lleva al éxito.

Leamos lo que nos relata la Guemara en él (Tratado de Sanhedrín 11:1).

Una vez, mientras Rabí estaba disertando, notó olor a ajo y dijo: salga de la habitación el que come ajo. Y Rabí Jiyá se levantó y salió. Acto seguido, uno tras otro, los demás discípulos se levantaron y abandonaron la estancia. Al día siguiente, Rabí Jiyá encontró a Rabí Shimón, hijo de Rabbín quien le preguntó. ¿eres tu el que molestó a mi padre ayer? Y é respondió: cosa semejante nunca volverá a ocurrir en Israel.

(No fui yo quien comió el ajo y apenó a Rabí (Rabí Yehuda Hanasi)

A pesar de que no comió el ajo, se levantó y salió, para no ofender a la persona que comió ajo.

Nos enseñó muy buenos modales, y la Guemara pregunta: ¿Dónde aprendió Rabí Jiyá a obrar así?

El Maharsha, pregunta: ¿Qué nos importa dónde aprendió Rabí Jiyá esta buena costumbre? ¿Y qué tiene de malo, si el mismo pensó en comportarse de esa manera tan especial?

Rabí Jaim Shmuelevitz, dijo que la pregunta del Maharsha, no tiene lugar, y la Guemara preguntó en forma muy atinada ¿Dónde aprendió Rabí Jiyá a obrar así?

En Pirkei Avot, continúa Rabí Jaim, estudiamos: “Moshé recibió la Torá de Sinaí y la transmitió a Yeoshua” (1:1) Rabí Ovadia de Bartenura explica: Este Tratado, trata de enseñanzas morales y de las virtudes, ya que los sabios de la tierra también escribieron libros similares, sobre los senderos de la ética y el comportamiento del hombre hacia su prójimo, los cuales fueron concebidos a partir de sus propios corazones. El Tanaíta comenzó declarando que Moshé recibió Torá de Sinaí, para decirte que las virtudes y enseñanzas morales del mismo, no concibieron los sabios de la Mishná, de sus propios corazones (e imaginación) sino que tiene su origen en Sinaí.

Torá sin saber su fuente, no es Torá. Toda, cosa, costumbre, buenos modales y virtudes, necesitan un precedente cuyo origen sea la Torá.

Finalizó el Rabino diciendo que con buena razón preguntó. La Guemara. ¡Donde aprendió Rabí Jiyá a obrar así!

6. El miedo y la reverencia: La diferencia que hay entre el miedo y la reverencia, reside en que al ver la grandeza de su Rabí, su alma se reviste de miedo y temor hacia él, y cuando reconoce su nulidad, ante su Rabí, su alma y cuerpo lo reverencian. Por esa razón el alumno, al sentarse ante su Rabí lo hará con miedo, al reconocer la grandeza de su Rabí y reconociendo su falta de sabiduría (Derej Jaim).

Rabí Naftaly Trop: Director de la Yeshivá de Radin, era uno de los alumnos predilectos del Jafetz Jaim. Una vez, estando en su casa con un grupo de grandes Rabinos, entre ellos su yerno, Rabí Iosef Faibelson, hablaron sobre aquellos eruditos de la Torá, de su generación, que eran agraciados por una memoria fenomenal, entre ellos a Rabí Eljanan Vaserman, asesinado por los nazis. Dijo Rabí Naftali: no podemos nombrar a Rabí Eljanan en la lista de los poseedores de memoria privilegiada, aunque el mismo se parecía a una cisterna encalada, que no pierde gota, pero no gracias a su memoria natural, sino por su gran temor a HaShem, miedo de olvidar algo de lo que estudió (Or Eljanan).

7. La humildad: Sé de espíritu modesto en extremo (Avot 4:4), Ser humilde, es importante para todas las cosas, Si se equivoca, no trate de demostrar que tiene razón diga simplemente, ¡me equivoqué!

La Guemara cuenta que Abimi, el Rabí de Rab Jasdá, se olvidó algo del material de estudio y fue el mismo a preguntarle a Rab Jasda, su alumno, para que le recordará la explicación.

Pregunta de la Guemara: ¿Por qué fue Abimi a buscar a su alumno?

La ley y la lógica dicen que el alumno debe ir a lo del maestro, Abimi, contesta la Guemara, pensaba que de esa manera entenderá mejor el tema, a lo que explica Rashi: “Por que me esforcé y encontré” (respuesta).

Aprendemos que el esfuerzo físico no es lo importante, sino el esfuerzo constante para no caer en malas virtudes y adquirir al nivel máximo la humildad, ya que ésta es lo más importante para adquirir la Torá y la sabiduría.

Sobre el versículo “Si neciamente has procurado enaltecerte o si tramaste hacer mal” (Mishlei 30:32) dice la Guemara, (Berajot 63:2:) “El que se degrada por las palabras de la Torá termina por ser exaltado, y el que se amordaza y no pregunta por vergüenza, terminará por ponerse la mano en la boca y nunca podrá contestar”

Aunque le parezca que sus preguntas son sin importancia, y puede que sus compañeros se burlen, no se apene, finalmente alcanzará altos niveles en el estudio de la Torá y si usted se rebajó, será exaltado.

Rabí Jaim Iosef David Azulay, escribe en su libro “Shem Hagdolim”, que una persona dijo en nombre de los ancianos que vivieron en tiempo del “Ari Hakadosh” que decretaron del cielo que se tenía que redactar un libro donde se explicasen las leyes (Shulján Aruj) en esa generación, vivían tres grandes de Israel, que podían hacerlo; del cielo acordaron que Rabí Iosef Caro, fuera esa persona, por su gran humildad, recalcando que nunca habló mal sobre otros eruditos de la Torá.

8. La alegría: El que estudia con alegría, aunque sea una hora, logrará más que aquel que estudia varias horas, pero con tristeza en su corazón (Rabí Jaim de Volozin).

Todo aquel que expone un tema de la Torá, y los oyentes no lo sienten agradable a su oído mejor no lo hubiese hecho (Midrash Raba, Shmot 41).

Así solía decir Rabí Tzvi Pesaj Frank:

La alegría que lleva el corazón de una persona, al escuchar las enseñanzas de la Torá, convierte nuestra vida, en eterna. Cuan grande es la diferencia para aquel que sabe explicarse a sí mismo la gran distancia que hay entre la vida temporal y la vida eterna.

Con el estudio de la Torá, la persona se eleva hacia la cima de la felicidad.

9. La pureza: ¿Cómo se logra ser puro?

Acercándose a los puros de espíritu, a los grandes de nuestra generación, como fija la Mishná: “El que se conecta con el puro, puro es (Tratado de Kelim).

10. El servicio a los sabios: Al estar al lado de los sabios y servirlos, aprenderán sus modales y buenas cualidades, como leímos en Avot: “Empólvate en el polvo de sus pies” (1:4).

Cuando una persona se convierte en alumno de su Rabino, se conecta a la gran cadena que nos une con Moshé, nuestro maestro.

Así dicta Rambam (Rabí Moshé ben Maimón en Sanhedrín 4:1): Moshé, nuestro maestro, ordenó a Ieoshua, apoyando sobre él su mano, como está escrito: “Apoyó sus manos sobre él y le ordenó” (Bamidbar 27:23). También a los setenta ancianos les ordenó Moshé y la presencia Divina se posó sobre ellos.

Aquellos ancianos a otros, y los otros a otros a su vez… encontraron que uno recibió de otro, hasta el Tribunal de Ieoshua bin Nun, hasta el Tribunal de Moshé, nuestro maestro.

La importancia del servicio a los sabios, no reside en el hecho de ver la teoría en práctica en vivo, sino porque él hacerlo es testimonio de su admiración y respeto a hombres completos en alma y cuerpo.

11. La selección de los compañeros: Debemos poner atención en los compañeros de estudio, porque existe el peligro de las malas influencias. Cuando Ishmael, hijo de Abraham, se desvió por el mal camino, dijo Sara a Abraham: “Echa a esta sierva y a su hijo. (Breshit 21:10) Y HaShem estuvo de acuerdo, explicaron nuestros sabios, que la razón de la expulsión de Ishmael fue para que no enseñe a Itzjak las malas costumbres (Shmot Rabá).

Por otro lado, es importante tener un buen compañero de estudios, porque dos cabezas son mejores que una, y entre dos compañeros, podrán entender mejor el tema de estudio.

12. La dialéctica de los discípulos: Preguntar al Rabino y discutir el tema entre los alumnos, hacen a la profundización del material de estudio y ayudan a aclarar los temas difíciles.

A veces Rabí Shimón Yehuda Hacohen Shkop, acostumbraba a invitar a sus alumnos más destacados, y asociarlos en la preparación del “Shiur”, la clase. Estudiaba con ellos el tema de la Guemara y con maestría, les enseñaba los “puntos débiles” dándoles el camino para sobrepasar los escollos y así responder a los interrogantes que dificultaban la comprensión.

Después estudiaban juntos, los distintos comentarios y finalmente les exponía su explicación.

13. El asentamiento: Para estudiar, es indispensable poseer tranquilidad mental y espiritual; si le hacen una pregunta, no se apure en contestar, hágalo después de haberla analizado hasta el último detalle. La respuesta a “¿Quién es el verdadero sabio?” La encontramos en Avot “Sé prudente con tus palabras” (1:9) y “No se precipite en responder” (5:7).

¿Cómo se consigue el ishuv hadaat? (Tranquilidad mental).

Hablar cada vez sobre un solo tema, solía decir el “Jafetz Jaim”.

Si logramos expresar un buen pensamiento no lo arruinemos, expresando otro igual!

14. La escritura (Mikra): Estudiar los veinticuatro libros que componen el Tanaj=Tav-Torá, Nun Neviím, (Profetas) y Kaf: Ktuvim, Las Escrituras.

Para empezar debemos estudiar la Parasha semanal, con el comentario de Rashi, feliz aquel que estudió el Jumash (Los cinco libros de la Torá) con Rashi, antes de haber estudiado Guemara.

En la Yeshivá de Volozin, se acostumbraba, todos los días, después de la oración matinal, estudiar Jumash con Rashi.

El Netziv de Volozin, solía decir a sus alumnos: Hoy el Tanaj, es para vosotros extraño, pero estoy seguro que cuando sean Rabinos de comunidades, y como tales preparen sus discursos, tendrán que hurgar en el Tanaj, para encontrar versículos apropiados para vuestros sermones.

Pero Jumash, no lo sabrán nunca, si ahora no lo estudian.

15. La Mishná: Todo el estudio está basado en el Tanaj y la Mishná ¿Y cómo podrá construir un edificio sin las bases? (Rabí Shmuel de Ozeda).

Por eso nuestros sabios, fijaron un orden: “A los cinco años – Mikrá, a los diez – Mishná, a los quince – Guemara (Avot 5:21).

Así leemos en el libro “Maabar Yabok”:

Todo “Baal-Torá”, estudioso de la Torá, hará bien en estudiar los seis Tratados de Mishná, por lo menos una vez al año.

Feliz el erudito de la Torá, que tiene este estudio entre sus manos, como leemos en el Midrash Mishle, que el Santo, bendito sea, dice: Al Talmid-Jajam, que se presenta ante él: “Dime lo que estudiaste de Torá y lo que aprendiste en la Mishná”.

16. La moderación en el sueño: Si mucho dormirá; Torá no estudiará (Rabí Shmuel de Ozeda).

El gaon de Vilna dormía cuatro horas, cada cuarenta y ocho.

Rabí Iojanan Vaserman, acostumbraba a dormir muy poco, “el tiempo es corto y la labor es grande”, cuando le preguntaban por qué no descansaba un poco, solía mencionar la respuesta que dio Rab Jasda a su hija: ¿Por qué no duerme un poco mi señor?, le preguntó, a lo que dijo: “Ya vendrán días largos para dormir, y muy cortos para estudiar Torá y cumplir las mitzvot (preceptos), entonces dormiremos mucho (se refiere a tiempos después de la muerte).

De todas maneras, no se puede abstener del sueño y descanso, al no hacerlo puede enloquecer, por eso nos dice el Tanaíta que seamos moderados en el sueño.

17. La moderación en la conversación: Dice un proverbio popular: Si hablar es plata, callar es oro, y ya dijeron nuestros sabios: “Toda mi vida la pasé entre los sabios, y nada hallé mejor para el cuerpo que el silencio” (Avot 1:17).

Así dicta Rambam en sus (Leyes de Ética 2:4)

…Igualmente, también en el estudio de la Torá y de la sabiduría, conviene que las palabras sean pocas, pero de mucho significado; de ahí que los sabios hayan ordenado: “Siempre ha de enseñarse a los discípulos el camino breve. (Psajim 3:2). Si en cambio, las palabras son muchas y el significado escaso, se trata de necedad, y acerca de ella está escrito: “El sueño viene con mucho contenido y la voz del necio, con muchas palabras (Kohelet 5:2).

El Jafetz Jaim, nunca pronunció una palabra demás, así solía decir: ¡Al enviar un telegrama, se paga por cada palabra nadie escribe demás!

18. La moderación en los negocios: Aquel que quiere estudiar, no puede estar todo el tiempo entre la gente, Rashi aconseja: “Que no esté entre la gente en el mercado, que comparta con las personas, pero en la medida necesaria”.

19. La moderación en los placeres: La Torá nos permite tener provecho de este mundo, comer, beber y otros, con la condición de que no nos dediquemos sólo a ir tras los lujos.

En una de sus cartas, escribió el Jazon Ish:

Estando destrozado durante todos los días de mi vida, no tomé provecho alguno de las veleidades mundanas, y además de mis dolores corporales, la única satisfacción que tuve fue el hacer la voluntad de mi Creador

Tanto el Jazon Ish, como muchos otros grandes Rabinos, vivieron en medio de una gran pobreza, unos porque el medio ambiente era muy precario, otros ideológicamente, lo hacían porque este mundo es solo un corredor que conduce al “Olam Haba”, mundo por venir, en éste, somos solamente huéspedes y por lo tanto les bastaba lo más elemental.

Hace algunos años, escribe el Rabino Eisfeld, en su libro “Sijot Jaím” Hablando con Maran el Steipler, me dijo que tenía de mucho calor, aprovechando la ocasión, ofrecí colocarle un aire acondicionado, se río y dijo: Soy de la vieja generación, no necesito nada, en el departamento de mi hijo hay algo que se mueve y “hace viento”, uno como ese sería bueno para mí.

Cuando conté a su hijo, Rabí Jaim, me dijo que una vez vino del exterior con un aire acondicionado y lo echó fuera de su habitación, con el artefacto.

En otra oportunidad, le ofrecí que viniera a Beer-Sheva a tomar un descanso, porque las noches son frescas, se sonrió y me dijo: Mi descanso lo tomo aquí, en la mesa, junto a la Guemará.

20. La moderación en la risa: La risa y la ligereza habitúan al hombre a la promiscuidad (Avot 3:13). No siempre la risa es algo malo, a veces el Rabino, puede utilizar un tinte de humor, para así atraer a los alumnos al estudio, así se conducían algunos Rabinos del Talmud. Raba, antes de comenzar su clase, decía algo gracioso después, con suma seriedad comenzaba a enseñar (Shabat 30:2).

La Guemara dice que está prohibido llenar la boca de risa en este mundo (Berajot 31:1).

A lo que Rabí Iona de Gerondi, agrega:

Hay quienes explican que la razón reside, en la destrucción del Sagrado Templo de Ierushalaim, si es así, no tendría que acentuar “en este mundo”, sino dictar “está prohibido llenar la boca de risa”, desde la destrucción del Templo.

Entonces, también en la época del Templo, no debíamos reírnos, nunca debemos hacerlo, porque la alegría hace que olvidemos de cumplir la Torá y sus preceptos.

De todas maneras, la risa sana es saludable, y hay sabios que lo hacían a medias.

Uno de los allegados a Rabí Eliahu Dashnitzer contaba:

Nunca me olvidaré como el Rabí, ponía su mano sobre su boca, al escuchar algún chiste, eso para cumplir lo que dijeron los sabios en Berajot.

En el casamiento de uno de los alumnos de la Yeshivá de Lomze, yo tenía entonces catorce años, representé un personaje y todos se rieron, a mi lado estaba sentado Rabí Eliahu, estaba por reír a boca llena, pero, colocó su mano sobre la mitad de la boca, para que su risa no fuera completa.

21. La paciencia: La ira es la peor consejera, al enojarse siendo sabio, pierde toda la sabiduría (Psajim 66:2).

El que es presto a enojarse, trae sobre si problemas, y lógicamente no podrán enseñar a otros.

En una de sus clases, contó Rabí Jaim Shmuelevitch.

En la guerra de los seis días, estuve en el refugio de la Yeshivá, no muy lejos del frente, los cañones rugían y el ruido de los aviones ensordecía nuestros oídos; pero mis oídos captaron un susurro y llanto que provenían de una triste mujer a la que su esposo abandonó hacía ya diez años, quedándose “aguná” (anclada, ya que sin divorcio no podía volver a rehacer su vida), así, llena de amargura hablaba la sufrida mujer:

“Señor del mundo, perdono a mi marido, por todo el sufrimiento que me produjo, por la vergüenza y el dolor que me hizo sufrir durante todos estos años, que me dejó en medio de suspiros. Por favor, perdona Tu también, Señor del Mundo, a todos los que están en este lugar, por sus pecados, como yo perdono de todo corazón a mi esposo”.

Si quedamos nosotros, los que estábamos en el refugio, en vida y nos salvamos de las bombas del enemigo, fue por el mérito de aquella sufrida mujer, que perdonó de todo corazón a su esposo.

22. El buen corazón: El iracundo y el de buen corazón, son dos entes contrarios, el paciente, tiene un buen corazón. Su corazón está limpio de envidia y odio, siempre dispuesto a hacer el bien y a escuchar las enseñanzas de la Torá.

Un día, dijo Rabí ber Zalman Meltzer, el director de la Yeshivá Etz Hajaim, a Rabí Iser Sandomirsky, que piensa dimitir del cargo con buen corazón, no se puede dirigir una institución para que funcione en forma estricta, a veces hay que tomar posiciones radicales, de esto tengo miedo por eso pienso dimitir.

23. La fe en los sabios: “Emunat – Jajamin” significa creer en todo lo que dijeron nuestros sabios, como si fue dicho en Sinaí (Shmuel D’ozeda).

Así define Rabí Eliahu Desler la fe en los sabios, en su libro Mijtav Me Eliahu (1:59).

¿Qué hará un ciego cuando necesite ir a un lugar desconocido?

Tomará un guía para que lo conduzca, o preguntará a distintas personas que encontrará en su camino, hacia donde se dirigirá.

Así, de la misma manera nos preparó, D-s bendito, con su gran merced y benevolencia, guías nuestros sabios; los sabios de la Torá, y al prestar atención a sus palabras, nos daremos cuenta, cuan clara era su visión sobre sus fuerzas espirituales, y sobre la posibilidad de cada una de las personas.

Un buen consejo nos dio Rabí Moshé Jaim Lutzato, en su libro “La senda de los justos”, en su famoso ejemplo del jardín de la perplejidad (Cáp. 3).

¿A qué esto se compara? a los jardines laberintos, comunes entre los poderosos, cuyas plantaciones se disponen como muros y entre ellos numerosos senderos desorientados y mezclados, todos similares entre sí, siendo el objetivo en ellos llegar al pasillo central. Por cierto, algunos de estos senderos son rectos y conducen en realidad hacia el pasillo, pero otros los confunden y alejan al hombre del mismo.

Pero la realidad es que quien transita los senderos, no podrá distinguir en absoluto si se encuentra sobre la senda real o la falsa, pues todos se asemejan y no hay diferencia entre ellos ante el ojo que los observa, salvo que conozca el camino con certeza y con naturalidad óptica, pues los recorrió y llegó a la meta que es el pasillo.

Pero he aquí que quien se encuentra en el pasillo observa todos los caminos y distingue entre los verdaderos y los falsos, y él puede prevenir a los que transitan por ellos, diciendo: este es el camino transitado por él y quien quiera creerle llegará al lugar ansiado.

Y quién no quiera creer y quiera errar tras sus ojos con seguridad quedará perdido y no arribará jamás a él; así lo mismo, quien todavía no domine su instinto se encuentra entre los senderos hasta conocerlos claramente ellos pueden aconsejar a quien quiera escuchar y en ellos debemos nosotros confiar.

De lo anterior, se desprende “la fe en los sabios”. Él quiere confiar y creer en ellos, puede apoyarse en su clara visión, de sus palabras podremos recibir una concepción del mundo y una normativa que nos ayude a vivir en este mundo, según el mandato divino.

He aquí un episodio:

Contaba Rabí Iejezkel Abrahamsky lo que escucho de boca de Rabí Aharon Kotler, cuando lo visitó en Londres: Durante los primeros años de casados no tuvimos hijos, mi suegro Rabí Iser Zalman Meltzer, estuvo en Radin y visitó al Jafetz Jaim, y le pidió una bendición, me bendijo y gracias a HaShem, nacieron un hijo y una hija. después de varios años, nuevamente viajé a Radín y pedí otra bendición, esta vez, el Jefetz Jaim, no me dio su bendición.

Al finalizar, agregó el Rabino Kotler: seguramente tenía una razón para no bendecirme con más hijos.

Vean ustedes, cuán grande era su fe en los sabios, acotó Rabí Iejezkel Abramsky, el Rab Kotler tenía tan claro como el sol, que todo depende de la bendición del Jafetz Jaim, si no hay bendición, no tendrá hijos, y al recibirla tuvo, y si lo hubiese bendecido nuevamente hubiese tenido más hijos.

24. La aceptación de las contrariedades: Si le vienen sufrimientos, ha de recibirlos con amor, todo aquel que cumple la Torá en la pobreza, terminará por cumplirla en la riqueza (Avot 4:9).

Dijo Rabí Alexandri: No hay persona sin sufrimientos, feliz aquel, cuyos sufrimientos son por la Torá, porque está escrito: “Y de tu Torá, nos enseñarás” (Midrash Raba, 92).

Dijo Rabí Limja Zisl Ziv el “Saba” de Kalem (Jojma Umusar 1:245).

Aceptar las contrariedades y sufrimientos, significa, sufrir por causa del cumplimiento de la Torá, porque sino ¿qué significa “recibir la Torá”?.

En medio de una de sus clases, se quejó el “Jatam-Sofer” y dijo que su suegro, Rabí Akiva Eiguer sufría dolores tan intensos, los cuales le impedían estudiar y hacer sus oraciones, se veía a luces el gran dolor y la consternación del Jatam-Sofer, que tomando con fuerza su ropa, al lado del corazón, gritó llorando fuertemente, el santo y puro Rabí, sufre terriblemente!

El doctor que trataba al Rab de Brisk, dijo a sus hijos: Como profesional, sé que vuestro padre sufre muchísimo, a causa de su enfermedad, tan grande es su sufrimiento, que si se pudiera dividirlo entre varias personas éstas perderían su calma.

Y ahora, fíjense en su cara, que paz y tranquilidad refleja su rostro, como si los sufrimientos, no fueran suyos.

MISHNA 6

6. Quien conoce su lugar, quien se alegra en su porción, quien hace valla que salvaguarde sus palabras, quien no se atribuye sus logros a sí mismo, quien es amado, quien ama al Omnipresente, quien ama a las criaturas, quien ama las caridades, quien ama las reprimendas, quien ama las cosas rectas, quien se aleja del honor, quien no ensoberbece su corazón por su estudio, quien no se complace en emitir dictámenes, quien porta el yugo, de su compañero, y quien se esfuerza en hallarle mérito, lo sostiene en la verdad y lo sostiene en la paz, quien sosiega su corazón con su estudio, quien pregunta y responde, quien escucha y añade, quien estudia en aras de enseñar, quien estudia en aras de hacer, quien hace más sabio a su Rav, quien enseña sin tergiversación la enseñanza que escuchó, quien profiere una enseñanza en nombre de quien la enunció. Así, pues, aprendes que todo aquel que profiere una enseñanza en nombre de quien la enunció trae redención al mundo. Pues fue dicho: “Y dijo Ester al rey en nombre de Mordejai” (Ester 2:22).

Quien conoce su lugar

No opinará, cuando está en medio de sabios y eruditos. Un sabio no habla en presencia de quién es más grande que él en sabiduría (Avot 5:7).

Cuando preguntaba al Maran Steipler, sobre alguna “halaja” (ley), me contestaba eso no me pertenece, ve y pregunta a los “grandes de la generación” (Pninei Raban “Kehilot Yaakov”).

¿Que significa “Teshuvá” ( contrición)?

Teshuvá significa, volver a su lugar, explicaba el “Saba de Kalem”, al nivel elevado en el cual estaba antes. Debemos entender esto es factible cuando, antes estaba en un nivel espiritual superior, pero aquel que nunca estuvo en un nivel diferente, al cual se encuentra.

¿A donde volverá?, ¿Cómo hará entonces Teshuvá?

Cada uno, por naturaleza, tiene un lugar más alto, más honorable, a pesar que no lo visualiza de todas maneras todo hijo de Israel tiene parte en la Torá y en el Olam Haba (mundo venidero).

Debe solamente, trabajar y encontrar su lugar y cuidar de no perderlo.

¿Quién se alegra en su porción?

No piensa todo el tiempo en enriquecerse, esta satisfecho con lo que tiene (Rabí Jaim de Volozin) quien es rico, el que está contento con lo que tiene. (Avot 4:1).

Y con respecto al estudio, diríamos que cada uno debe conocer su verdadera parte en la Torá, hasta donde puede llegar a entender, no debemos mirar, en que nivel están los otros, sino estudiar y, profundizar, y utilizar “nuestras propias fuerzas intelectuales, para adquirir nuestro nivel de Torá.

Dicen los Sabios: “Mayor placer produce una medida ganada con nuestro propio esfuerzo ….. (Baba Metziá 32b).

El sabio Rabí Uri Shraga Halevy Klarman, explicaba la oración y darnos nuestra parte, en la Torá, y de dos formas:

a) Que el Santo, bendito sea, nos dé nuestra parte en la Torá.

b) Que toda nuestra parte este solamente en la Torá, y no en ninguna otra parte en el mundo.

Quién hace vallas, que salvaguarde sus palabras

Cuando enseña, lo hace en términos claros y concretos, para que sus alumnos no se compliquen.

Cuentan que Rabí Shmuel Rozovsky, Director de la Yeshivá de Poniewicz, invertía largas horas en la preparación de su clase. Tres cosas pongo en mente al prepararme dijo a uno de sus alumnos que decir, como decir, y lo más importante que no decir.

El Jafetz-Jaim, en medio de una conversación, recordó una frase expresada por Rabí Rafael de Hamburgo.

No todo lo que se piensa hoy expresarlo, no todo lo que pronuncian los sabios hay que escribirlo, y no todo lo que se escribe hay que imprimirlo.

Quien no se atribuye sus logros a sí mismo

No se vanagloria con sus conocimientos ni deja de transmitirlos a los que los necesitan.

En la ceremonia de colocación de la piedra fundamental de la Yeshivá Kojav Meiakov, de Ierushalaim, dijo su Director: Rabí Berish Veinfeld: “Todo Talmid-Jajam (estudioso de la Torá) o estudiante de Yeshivá debe dar de su sabiduría, a otros, a judíos que no tuvieron la suerte de educarse en la casa de HaShem, les será prohibido guardar sus conocimientos adquiridos para sí mismo” También otros deben tener Provecho de ellos. Debe acercarlos, hablarles al corazón, influir sobre sus almas. Ya que así dijeron nuestros Sabios. Si estudiaste mucho Torá, no te vanaglories, pues para ello fuiste creado (Avot 2:8) Sé benévolo y dadivoso, comparte tus conocimientos con tu prójimo.

Quien es amado, quién ama al Omnipotente

Todos lo aman, porque él ama a HaShem.

Una vez, cuando vino Rabí Eliahu Lapian a su casa, vio que la ayudante de servicio, terminaba en ese momento de lavar el piso. Rabí Eliahu limpió una y otra vez las suelas de sus zapatos, volvió a revisarlos para ver si estaban limpios Sólo después de repetir y revisarlos varias veces entró a su casa.

La señora en cuestión, quedó muy impresionada, al ver como cumplía hasta el extremo los preceptos entre “hombre y su semejante”, entendió que el Rabino no quería apenarla, si ensuciaba los pisos, que recién terminaba de limpiar con tanto esfuerzo.

Amar al Omnipresente, es una cualidad importante y vital, para adquirir la Torá, si esta alejado de HaShem, no podrá recibir la Torá.

Ama a las Criaturas

Ama a la gente, como está escrito. El Jazón Ish solía decir “Soy rico en amor al prójimo; Tengo mucha satisfacción, cuando alegro los corazones de la gente, me cuido y no hago pasar malos momentos a las personas, ni siquiera en ningún momento”.(Kobetz Igrot 1:33).

Por eso al ir por la calle usaba lentes, puede decía el Rabino, que alguien me saludó, y al no verlo, y no saludarlo, lo haría sentir mal (Peer Hador 3:52).

Solía decir el “Jazon Ish”: Lo que dicen los Sabios “ama a las criaturas y las acerca a la Torá”, no son dos cosas separadas, una de la otra, una está conectada con la otra. ¿Quién puede acercar a la gente a la Torá? ¡El que los ama!

Quien ama a las Caridades

Su corazón sentirá dolor cuando verá que los hombres hacen mal, unos a otros (Tiferet Israel).

Quien ama las reprimendas

Cuando su Rabino lo reprenda no reaccione, actuando violentamente, como aquel niño, que se escapa del colegio (Rabí Shmuel Dozeda). También el Rabino deberá reprenderlo de una forma no ofensiva.

Ya estudiamos: “Que el honor de tu discípulo, sea tan preciado a ti, como el tuyo propio (Avot 4:12).

Preguntó Rabí Jaim Efraím Zaitzik, porque dice “quien ama las reprimendas en plural” Contestaba el Rabino: “No se trata de reprender a su alumno, por haber pecado e infringido las leyes, sino de empujarlo a que avance en sus estudios, que no deje de esforzarse hasta llegar a altos niveles espirituales, y que rece a HaShem para que pueda lograrlo.

Sucedió y Rabí Abraham Mordejai Alter, el Admor de Gur, autor de “Imre Emet”, tardó unos minutos en llegar a la clase tuvo un problema y no pudo hacerlo a tiempo. Su padre el “Sfat Emet”, lo reprendió severamente.

Su madre escuchó, se acercó al estudio del Rabí, y le dijo: Que tienes que exigirle, si estudió toda la noche. Sorprendido el padre de Rabí Abraham preguntó:

¿Por qué no me lo dijo? Rabí Abraham, no quiso justificarse, así explicó después de muchos años a sus allegados, porque no quería perder las “palabras de reproche de su padre para así aprender”, cuan grave, es el pecado de “bitul-Torá”, de perder un tiempo sin estudiar Torá.

Quien ama las cosas rectas

Elegirá la explicación clara y concisa, que traen la Torá y los sabios, así lo ha de estudiar, y de la misma manera enseñará a sus alumnos.

Rabí Rafael Shapira, alumno del Maran de Brisk, recordando a su Rabí dijo: Nunca encontré en sus escritos de Torá, las palabras “esto es cercano a la verdad” o otros modismos del idioma, que indican alguna explicación no muy cierta, como parece ser que nuestros Sabios pensaron. Porque continúa Rabí Rafael, una de dos, si su explicación, es acorde a la intención de la escritura entonces, esto es Torá y por lo tanto es cierto y veraz y si no son charlatanería, que hay que anularla de una vez.

Quien se aleja del Honor

No ha de estudiar, para que lo llamen Rabí, y le den honores, sino por amar a HaShem (Midrash Shmuel).

Rabí Eljanan, escapaba del honor, como el que lo hace del fuego, también cuando debía presentarse en diferentes sinagogas, para hacer campaña, pro ayuda a su Yeshivá (casa de estudios), en vez de dirigirse al lado del “Aron Hakodesh” (el área de la Torá), lo hacía en dirección opuesta, al final de la sinagoga, ahí era donde se sentía bien.

Los Rabinos de la sinagoga no se sentían bien, porque ellos estaban en el mizraj, (al lado de los rollos de la Torá), y el Rabino al fondo (maarav, oeste).

Uno de los Rabinos le preguntó:

¡La gente puede llegar a pensar que su humildad es artificial!

A lo que contestó Rabí Iojanan:

Pregunté a nuestro Rabí el “Jafetz-Jam” : ¿Cuál es el sendero recto que debe elegir una persona como yo? puede ser que al estar yo al fondo de la sinagoga me alabe diciendo, no hay modesto y humilde como yo.

Y así me contestó: Mejor es que te sientes en la última fila, que sentarte en el “mizraj”, al frente de todos y amargues tu corazón pensando que no eres la persona adecuada para ocupar ese prominente lugar (Or Eljanan).

Quien no se ensoberbece su corazón, por el estudio.

No piense que ya estudió demasiado, y no tiene que hacerlo, más todo el que dice “no sé”, ya expresó la mitad de su sabiduría (Rabí Iosef Ibn Zebara).

Ya dijeron nuestros sabios en el Talmud: (Psajim 67:) Todo el que es orgulloso, su sabiduría desaparece, esto lo aprendieron de Hilel, que era el modesto por excelencia, y a pesar de eso, una vez falló y fue castigado (Ruaj Jaím).

Cuentan que cuando casó Rabí Akiva Eiguer, a su hijo en la ciudad de Lomze, y estando sentado junto a grandes Rabinos y eruditos de la Torá, alrededor de la mesa de “Sheva Berajot” (las bendiciones que se pronuncian, durante los siete días después de la boda), antes de recitar “Birkat Hamazón”, (oración de gracias), golpeó en la mesa, y dijo, que comenzaría a hablar sobre Torá.

Como era su costumbre, hizo un agudo análisis, y presentó el tema en una forma muy clara.

Uno de los Rabinos presentes, proveniente de una pequeña comunidad llamada Viazna, pidió permiso, y dijo que hay una fuente Mishnática, que expresa lo contrario a su moción.

Después de la bendición y de la comida, Rabí Akiva Eiguer tomó nuevamente la palabra; pero ahora dijo:

“Sepan ustedes, que a pesar de que tengo respuesta, a la acotación del Rabino de Viazna, fui castigado, y me olvidé de esa “Mishná”, porque me levanté sin que ustedes me lo pidan, y esto era por haber querido enseñorearme sobre ustedes”.

Quien no se complace en emitir dictámenes

No emitirá un fallo halájico, sino, cuando no se encuentre otro Rabino, que le pueda hacer, y ya leímos “quien se guarda de emitir veredictos, se desembaraza de enemistad, robo y juramentos mas quien en soberbia de corazón emite dictámenes sobre la Ley, es insensato, malvado y de espíritu arrogante (Avot 4:7).

Quien porta el yugo de su compañero

Cómo una persona se contenta con las alegrías de su amigo, así debe sentir su dolor, y más, cuando escuchamos que un enfermo se siente mejor, dejamos de apenarnos de él, pero no es lo correcto!. Si todavía, no está totalmente repuesto de su enfermedad debemos estar con él en todo sentido, porque él, el enfermo, seguro está triste y deprimido.

“Cuando Rabí Jaim Shmuelevitz escuchaba sobre algún enfermo, lloraba, caminaba de un lado a otro, inquieto y preocupado, cuando su salud empeoró, le ocultaban el periódico, para que no vea los avisos de duelo, y se preocupase, lo que agravaría su estado de salud”.

Cuentan, que el Rabino Shmuel Rozovsky, al examinar a sus alumnos, se preocupaba de ayudar, hasta al más débil de ellos, para que no se sienta mal, y, con sabiduría arreglaba todo, para que no quede avergonzado, y cuando escuchó un concepto de boca de un alumno, decía: ¿Escuchó. lo que dijo fulano?, ¡que bien se expreso!

Quien se esfuerza en hallarle mérito

Aunque suceda que su amigo lo ofenda, trate de pensar que tuvo una buena intención, y no se enoje con él (Rabí Shmuel D´ozeda).

Si ve que su amigo se equivocó, en una explicación, no se contente en su fracaso, trate de explicar sus palabras, para encontrar en ellas, la verdadera explicación (Lejem Shamaim).

Lo sostiene en la verdad

Cuando estudie con sus compañeros, no discuta para sobresalir, sino para alcanzar la verdad. Toda controversia que es en nombre del cielo (Avot 5:17), no traerá discusiones, ni peleas, sino paz; como sucedió con Hilel y Shamay.

Si viene un alumno ante su maestro, y le presenta una objeción a un tema. Si el Rabino no le encontrará una base de verdad a su pregunta y no le dice la verdad, que su pregunta no tiene base alguna, le hace mal, porque el alumno aprenderá a no pensar bien. También, si el alumno hizo una muy buena pregunta, y el Rabino no le da su debida importancia, o le da más importancia de lo que merece objeción, no hace sino alejarlo del intelecto sano y de la verdad (Or Eljanan).

Lo sostiene en la paz.

Si tiene claro, que tiene razón en la discusión y no su amigo, no se llene de orgullo, solo hágale ver el punto en cuestión.

Si piensa que su amigo se enojará, cuando lo escuche, no se lo diga, y trate de hacer las paces con él.

Quien sosiega su corazón en su estudio.

Estudiar no es leer un libro, o dedicar un corto tiempo a uno u otro texto.

Estudiar, es hacerlo todos los días. “Haz tu Torá constante”(Avot 1:15).

Aquel que entiende a la perfección, el tema que estudia, podrá explicarlo a otros.

Si no sabe es porque no lo entendió.

Quien pregunta y quien responde

Cuando estudie, no se avergüence en preguntar, cuando enseñe conteste a todas las preguntas que le formulan, aunque el que le pregunte, sea un pequeño alumno, recuerda: el penoso no aprende, el impaciente, no enseña (Avot 2:5).

Quien escuche y añade

Cuando dentro de un grupo de estudiosos de la Torá, hay un sabio, cuyos conocimientos son superiores a los demás, bien hará en dejar expresarse a sus compañeros, porque al hacerlo primero no dejará lugar a otros, por eso, el sabio, pedirá su palabra por último, y agregará sus conceptos que sin duda pondrán en claro el tema tratado. De ésta manera todos los participantes harán, para ofrecer su solución al tema, contestará a preguntas de sus compañeros, y serán parte activa de la actividad colegial.

Un alumno se quejó ante Rabí Tzvi Pesaj Frank, el Rabino de Ierushalaim diciendo que no siente que sube en los niveles de Torá, cuando repasa los Tratados, ya estudiados. Mejor sería comenzar nuevos temas.

Yo pienso; dijo el Rabí, que la constancia en el estudio hace que se encuentren “nuevos conceptos” en los textos, y aumenta el interés por el estudio.

Quien estudia en aras de enseñar

Cuando estudia y enseña, siempre tendrá presente el material de estudio.

Un joven estudiante, conocido por el Jazon Ish, gustaba ayudar a la gente, lo hacía con frecuencia, a cuenta del estudio.

El Rabí se le acercó y le dijo:

Nuestros Sabios cuentan que Raban Iojanan Ben Zakai, estudió cuarenta años, después enseñó, una misma cantidad de años. ¿Acaso durante los cuarenta años que pasó estudiando, no podía haber enseñado?. Parece ser que éste es el orden y ésta es la fórmula del éxito. También el Jafetz Jaim invirtió muchos años en el estudio, y después revolucionó al mundo, en un tiempo muy corto.

Quien estudia en aras de hacer

Cuando estudia, para observar los preceptos, recordará mejor lo que estudió, siempre hemos de recordar que: “No es el estudio lo esencial, sino las obras” (Avot 1:17).

Rabí Arie Leib Cohen, el hijo del Jafetz Jaim, en unos de sus escritos sobre su padre, dejó claro, que el Rabino no se ocupó en ejercicios intelectuales, porque decía, que el tiempo es corto y muy preciso. Para él lo importante era saber como cumplir con el precepto. Y todos saben, que su obra fundamental “Mishná Brura” es todo “halaja” (leyes), y así fue como el pueblo todo la recibió. Si hubiese mezclado, “pilpulim”, aunque claros y entendibles, su suerte hubiese sido como la de muchos autores, que vieron sus obras solamente en manos de muy pocos.

Quién hace más sabio a su Rabino.

Cuando el alumno pregunta a su Rabí, éste deberá profundizar sus conocimientos, para darle una buena respuesta, y al recibirla se beneficiará.

Quien enseña sin tergiversación la enseñanza que escuchó.

Cuando da un fallo halájico, se ha de basar la enseñanza exacta de su Rabino, y no dirá “Así me dijo mi Rabí, sino que fue así como le transmitió la enseñanza”, como estudiamos en (Avot 5:7) “sobre lo que jamás escucho dice: “No escuché sobre ello”.

En una oportunidad durante la “seuda” (banquete), del brit-milá (circuncisión) de uno de los nietos, del Rabí de Brisk, dijo un Rabino, está escrito que por ser un Kanay (celote), Pinjas, hijo de Eleazar y nieto de Aharon, no fue nombrado dirigente del pueblo hebreo.

El escuchar de sus palabras, preguntó el Rabí: “Donde está escrito”.

Pensó el Rabino, una y otra vez, y no recordó la fuente de la cuál sacó esa máxima; volvió a su casa, y siguió en su búsqueda finalmente, encontró un libro en el cuál su autor trajo su opinión personal.

Quien profiere una enseñanza en nombre de quién las enunció

Al citar un pensamiento, un concepto o enseñanza, debe mencionar el nombre de quién lo dijo.

Cuentan que todo concepto o idea que Rabí Jaim Shmuelevitz leía, estudiaba en los libros, los adoptaba para sí. Al final de sus días, no recordaba con exactitud la fuente de aquellos, pero siempre decía, que los pensamientos no eran suyos. (Moaj Valev).

Así pues aprendes que todo aquel que profiere una enseñanza en nombre de quien la enunció trae redención al mundo, pues fue dicho “Y dijo Ester al rey en nombre de Mordejai (Ester 2:22).

Todo escritor, al escribir su obra, debe recibir ayuda, de otras fuentes, lo lógico y honesto es mencionar los escritos y autores que tomó como base, al no hacerlo comete una falta ética y moral.

Un joven listo y astuto se allegó a Rabí Meir Shapira de Lublin y pidió conversar con el sobre Torá.

Entre otros, le preguntó sobre una explicación del “Maharsha” difícil de entender, el Rabino revisó mentalmente todos los temas, que el Maharsha trató en su libro, y no recordó aquel que el joven le presentó.

¡Sabes que! dijo el Rabino, tomemos el texto y revisemos hoja por hoja, pasó ante sus ojos, y el tema en cuestión, no se encontró.

El Rabino reprochó suavemente al joven por su forma no tan recta para estudiar, y con una sonrisa le dice: Ahora hiciste, que el Maharsha, se quede con la boca abierta, y el Meshiaj se pare en un solo pie.

Al escuchar, el joven se asustó.

El Rabí explicó:

La Guemara dice: “Cuando mencionan un pensamiento expresado por un Rabino sus labios balbucean en la Tumba, y también se expresa diciendo: “Todo aquel que profiere una enseñanza, trae redención al mundo”.

Cuando tu, estimado joven, dijiste El Maharsha dijo, abrió el Rabí su boca, y el Meshiaj que escuchó que tu mencionas una enseñanza, en nombre de otro, levantó su pie, para ir y traer la redención. Pero, cuando se supo que el “Maharsha nunca dijo lo que tu mencionaste, se quedó con la boca abierta, y el Meshiaj se quedó parado en un solo pie.

(Nitzotzot Meir).



MISHNA 7

7. Grande es la Torá que da vida a quienes la hacen en este mundo y en el mundo venidero: pues fue dicho: “Pues vida es para quienes las encuentran, y para toda su carne sin cura” (Mishle 4:22). Y asimismo se dice: “Curación es: para tu ombligo y remedio para tus huesos” (Mishlei 3:8). Y asimismo se dice: “Arbol de vida es para quienes se aferran a ella, y quienes lo sostienen son felices” (Mishlei 3:18). Y asimismo se dice: “Porque aureola son para tu cabeza, y collares para tu garganta” (Mishlei 1:9). Y asimismo se dice: “Dará a tu cabeza una aureola de gracia: una corona de esplendor te escudara” (Mishlei 4 :9). Y asimismo se dice: “Pues en mi se incrementaran tus días, y te serán aumentados años de vida” (Mishlei 9 :11). Y asimismo se dice: “Largueza de días a su diestra, y a su siniestra riqueza y honor”. Y asimismo se dice: “Pues largueza de días y años de vida y paz te serán aumentados” (Mishlei 3 :2).



Grande es la Torá que da vida a quienes la hacen en este mundo y en el mundo venidero

Leemos en la Guemara: Quien va de viaje y carece de acompañante, debe ocuparse de la Torá, pues está escrito: porque son adorno de gracia. Si tiene dolor de cabeza, debe leer la Torá, ya que está escrito: (adorno de gracia) para tu cabeza. Si tiene dolor de garganta, hará lo mismo, pues está escrito: y collares para tu cuello. Quien padece de los intestinos, debe dedicarse a la Torá, ya que está escrito: medicina será para tu ombligo, y si le duelen los huesos, hará lo mismo, porque es refrigerio para tus huesos. Si tiene todo el cuerpo dolorido, debe ocuparse de la Torá, ya que está escrito: medicina para toda tu carne.

(Eruvin 54a)

Rabí Itzjak Aizik Javer en su libro Or Torá escribe: “La guemará quiere hacernos entender, que a aquellos que piensan que según los parámetros médicos, al estudiar mucho, debilitará su cuerpo, mucho más si está realmente enfermo están totalmente equivocados.

La Torá es la bendición de HaShem “El no añade tristeza en ella” (Mishlei 10:22), la Torá no hace ningún daño, al contrario, el mérito de su estudio le traerá cura a sus males porque la curación y la vida de un hebreo apegado a la Torá de HaShem no dependen de la medicina natural sino de la mano de HaShem que, cura a todo y a todos; como está escrito: Yo hiero y yo curo (Devarim 32:39).

Cuéntese que una señora se acercó al Taz, autor del comentario Turei Zahav del Shulján Aruj, y llorando exclamó:

¡Oh Señor, mi hijo se está muriendo!

¿Acaso estoy yo en lugar de HaShem? replicó el Rabí.

Clamo a la Torá de mi Señor.

Esto haré por ti, dijo el Rabí a la sufrida mujer.

El estudio que hago ahora con mis alumnos lo regalo al niño, puede que son su mérito, sanará.

En ese momento el niño presento mejoría en su estado de enfermo.

Árbol de vida es para quienes se aferren a ella, y quienes la sostienen son felices (Mishlei 3:18)

La riqueza material no es segura y a veces hasta es peligrosa como cita lo escrito: la riqueza que guarda su dueño en su perjuicio (Kohelet 5:12), pero la Torá es un árbol de la vida para los que se aferran a ella y feliz quienes se aferran fuertemente a ella. (Shebet mi Iehuda).

Es un árbol de la vida para los que se aferran a ella, dicen los sabios del Midrash, que se refiere a la Tribu de Isajar y feliz es quien se aferra fuertemente a ella, a la tribu de Zebulun; Zebulun trabaja en el comercio e Isajar estudiaba Torá, Zebulun se ocupaba de las necesidades de Isajar y el mérito del estudio era de los dos (Bamidbar Rabá). “Tomjea meashar”, feliz quienes se aferran a ella.

¿Preguntan los sabios porque feliz en singular? y contestan: aunque dos personas o más apoyan a un estudioso de la Torá, cada uno recibe recompensa completa. (Tratado de Taanit 7.1).

Largueza de días a su diestra y su siniestra riqueza y honor (Mishlei 3:16)

La largueza de días está en su diestra y en su mano izquierda, hay riquezas y honores, diestra, este mundo en el cual conseguirá abundancia de días, y en su izquierda, el mundo venidero tendrá riqueza y honores (Orjot Tzadikim, Shaar Haanavá).

La largueza de los días está en su diestra y en su mano izquierda riqueza y honores.

Los sabios del Midrash explican: La largueza de los días está en su diestra, en el “Olam Haba”, el mundo venidero, y en su mano izquierda riqueza y honores, en este mundo (Breshit Raba 59). Y la razón por la cual citó primero al mundo venidero antes que este mundo es que las veleidades mundanas tienen fin pero las bonanzas prometidas en el mundo venidero, no tienen fin y por eso dice: la abundancia de los días está en su diestra y llamo a este mundo “mano izquierda” porque el “ietzer hará” (instinto del mal), se llama Tzefuni (norteño) y el norte y la izquierda son iguales (Rabí Iosef Najmias).




MISHNA 8

8. Rabí Shimón Ben Menasia, en nombre de Rabí Shimón Bar Yojai, dice: La belleza, la fuerza, la riqueza, el honor, la sabiduría, la vejez, la ancianidad y los hijos son idóneas para los justos e idóneos para el mundo. Pues fue dicho: “Corona de esplendor es la ancianidad; a través de la caridad la encontraras” (Mishlei 16:31). Y asimismo se dice: “La corona de los viejos son los nietos, y el esplendor de los hijos sus padres” (Mishlei 17:6). Y asimismo se dice: “El esplendor de los jóvenes es su fuerza, y el lustre de los viejos es la ancianidad” (Mishlei 20:29). Y asimismo se dice: “Palidecerá la luna y se avergonzará el sol, porque reinó el Eterno de las Huestes en el monte de Tzion y en Ierushalaim, y en presencia de Sus ancianos hay honor” (Yeshayahu 24 :23).

Rabí Shimón Ben Menasia dice: Estas son las siete virtudes que enumeraron los Sabios para los justos, y todas se realizaron en Rebi y en sus hijos.

Nuestra Mishná trae siete atributos que son buenos para los justos y para el mundo podemos ser con la ayuda de ellos, hombres justos o son su intermedio, dejarnos llevar por las verdades mundanas (Rabí Shmael D’ozeda).

Rabí Shimón Menasia en nombre de su maestro Rabí Shimón Bar Yojai dice:

la belleza: puede ayudar a un hombre justo, porque la mayoría de las personas ven el aspecto exterior y según él evalúan a la gente.

El justo, de fea apariencia, es despreciado por la gente, y si es apuesto, es alabado (Rabí Iosef Yabetz).

La belleza puede también llevar al hombre al pecado. Un ejemplo: Abshalom el hijo de David, sobre él dice el versículo: “Y en todo Israel no había otro como Abshalom hombre hermoso y muy de alabar” (Shmuel 14:25).

Usó su belleza para atraer el corazón de Israel y hacer que se rebelen contra el rey, su belleza le trajo un amargo final “Abshalom se enorgulleció por su hermosa melena por eso de ella fue colgada” (Sota 9:2).

Y Iosef el justo también él tuvo problemas a causa de su apuesta figura. Leamos lo que nos cuenta el Midrash:

Sus amigas vinieron a visitarla. ¿Por qué estás tan triste y enferma? le preguntaron, ¿acaso té falta algo?. Les hizo traer cidras para comer y a cada una de ellas le dio un cuchillo de plata para pelar el fruto. Luego llamó a Iosef para que vieran su prestancia y belleza; al verlo, las amigas de Zelija quedaron estupefactas y sin aliento y tan confundidas que se cortaron las manos con los cuchillos. Dijo Zelija a sus amigas: “Ustedes han visto a Iosef por un momento y se quedaron sin habla. ¡Qué diré yo y que haré cuando lo veo pasar ante mi todos los días. Estoy enferma y postrada en cama porque él no me habla ni me presta atención!”.

Por su belleza la esposa de Potifar le quiso seducir, pero él no le respondió.

La fuerza: También tiene dos caras.

La fuerza es buena para los justos por ello la Torá debilita al hombre se debe poseer mucha fuerza física para invertir en el estudio. También es necesaria para el cumplimiento de los preceptos ordenados por HaShem, para ayudar a los oprimidos y a los débiles.

Pero hay quienes la usan para robar y oprimir al prójimo.

La riqueza: Con ayuda de la riqueza el justo podrá repartir ayuda a los necesitados y hacer el bien. También podrá usarla para vivir en el lujo y el ocio, y al vivir así, se alejara de la caridad y del estudio de la Torá.

El honor: El que es honrado por la sociedad será tomado en cuenta, y sus opiniones serán escuchadas, y su buena influencia ayudará a vivir en un ambiente honrado y positivo.

Pero hay quienes lo utilizan para señorearse sobre otros tomar toda clase de ventajas.

La sabiduría: No se trata del conocimiento de Torá, porque no se puede ser justo y temeroso de HaShem, sin saber y conocerla a fondo. El punto es como se utiliza ese conocimiento, hay quienes la utilizan en bien de la comunidad y hay quienes para su propio interés y para el mal de los otros.

La vejez y la ancianidad: Las dos son buenas para los Tzadikim, justos porque su estudio florece en la vejez, pero pueden ser usados como instrumento para elevarse y hacerse destacar sobre otro.

Y los hijos son idóneos para los justos e idóneos para el mundo: Cuando pueden enorgullecerse de sus actos, cuando tuvieron éxito en su educación, y ven como esos hijos, estudiosos de la Torá y observantes educan por su parte a sus nietos también por el camino de la tradición ancestral. Pero, puede suceder que los hijos salgan por el mal camino, si los padres, no le prestan la debida atención.

En la fiesta de Bar-Mitzva del nieto del sabio Rabí Reuben Vinkler, el Rabino de Opola dijo: Rabí Meir Shapira de Lubli: a quien se refirió el rey Shlomo, cuando dijo: “la corona de los viejos son los nietos” ¿y porque no dijo los hijos?. Se refirió a nuestra generación. Las generaciones cambian. Pero entre padre e hijo, no hay una gran distancia.

El hijo se aleja solo un poco del padre, y el nieto por su parte, se aleja un poco mas del judaísmo. Y si una persona tiene la suerte de que su nieto esté cerca de él y se le parece entonces, la corona de los viejos, son efectivamente los nietos.

Rabí Shimón Ben Menasia dice: estas son las siete virtudes que enumeraron los sabios para los justos y todas se realizaron en Rebi y en sus hijos.

Rabí Iehuda Hanasí el recopilador de la Mishná, tuvo el mérito de tener todas estas virtudes. Fue como uno de los grandes sabios de todas las generaciones, recibió honores y sus hijos y nietos continuaron su camino.

MISHNA 9

9. Dijo Rabí Iosi Ben Kisma: cierta vez marchaba yo por el camino y se encontró conmigo un hombre, y me dio la paz, y le regresé la paz. Me dijo: “Rabí, ¿de dónde eres?” Le dijo: “De una ciudad grande en sabios y escribas soy”. Me dijo: “Rabí, que sea tu voluntad que more con nosotros en nuestro lugar, y yo te daré mil millares de dinares de oro, piedras preciosas y perlas”. Le dije: “Aun si me dieses toda la plata y el oro, las piedras preciosas y las perlas del mundo, no moraría sino en un lugar de Torá”. Pues así hallamos en el libro de Tehilim de David, rey de Israel: “Mejor es para mí la Torá de Tu boca que miles en oro y plata” (Tehilim 119:72). Y no solo ello, sino que a la hora del licenciamiento del hombre del mundo no lo acompaña ni la plata, ni el oro, ni las piedras preciosas, ni las perlas, sino la Torá y las buenas obras. Pues fue dicho: “En tu caminar te guiará, en tu yacer te guardará y en tu despertar ella conversara contigo” (Mishlei 6:22). “En tu caminar” te guiará; en este mundo. “En tu yacer” te guardará; en la tumba. “Y en tu despertar ella conversara contigo”, para el Mundo Venidero. Y asimismo se dice “Mía es la plata y Mío el oro, enunció el Eterno de las Huestes” (Jagai 2:8).

Y se encontró conmigo un hombre

De costumbre la persona que va por el camino, se encuentra con otra, y lo saluda como leímos: “Puede en el saludo a todo hombre” (Avot 4:15), pero Rabí Iosi Kisma estaba enfrascado en su estudio cosa normal ya que así acostumbraban nuestros sabios hacerlo y al estar ocupado en Torá, percibió de la presencia de la persona que venia hacia él (Rabí Shmael D’Ozeda).

El hombre en cuestión se dio cuenta que Rabí Iosi Ben Kisma, es un hombre sabio y le ofreció una suma extraordinaria para que acepte ocupar el puesto de Rabino.

Aún si me dieses toda la plata y el oro, las piedras preciosas y las perlas del mundo, no moraría, sino en un lugar de Torá.

Rabí Iosi temía residir en un lugar sin Torá, a pesar de que tenia las fuerzas necesarias para influir sobre sus habitantes y elevar al nivel judío necesario, pero vio que él podía ser influenciado por ellos y así perdería su propio nivel espiritual, por eso se negó.

Escribió Rabí Jaim de Volozin, en nombre de los santos libros que “el hombre que se encontró en el camino era Eliahu Hanabi (el profeta), para Rabí Iosi, era una prueba irá tras él, sometiéndose así a un severo examen por haber “marchado por el camino desviándose del estudio de la Torá”. El Rabí no fue tras él, vio claramente que no podría hacerlo porque el que trata de acercar a aquellos que están lejos del judaísmo viviendo entre ellos, se pone en peligro de ser influenciado por sus pensamientos y acciones como aquel que limpia las cloacas, pero ensucia sus ropas, y todo su cuerpo se impregna de malos olores.

Queremos dejar claro, que en todas las épocas hubo y los hay eruditos de la Torá que viajaban lugares alejados de los centros de Torá para enseñar al pueblo Torá y tradición.

Rabí Meir Hacohen de Radin, el Jafetz Jaim explicó que aquella persona que se encontró con Rabí Yosi Ben Kisma, se asombro al ver su honorable aspecto, seguro pensó, que ocupa el puesto de Rabino y dirigente espiritual de una importante comunidad seguro se asombró dijo Rabí Meir al ver que marchaba a pie por el camino. Como no le honraron, poniéndole a su disposición un carruaje para que lo conducirlo de un lugar a otro.

Seguro sus feligreses son gente sin educación y no saben como comportarse con una responsabilidad como ésta pensó.

Al contrario dijo Rabí Iosi “De una ciudad grande en sabios y escribas soy; a comparación de ellos no soy nadie si es así, continuó el hombre, ven a nuestra ciudad y te nombraremos Rabí y te daremos los honores que mereces. No moraré sino en un lugar de Torá, contestó Rabí Iosi.

De esto aprendemos, dijo el Jafetz Jaim, que hemos de tratar de conectarnos a los Tzadikim justos, estar cerca de ellos y no olvidar que al que está al lado de los puros, puro será.

Y no solo ello, sino que a la hora del licenciamiento del hombre del mundo, no lo acompaña, ni la plata, ni el oro, ni las piedras preciosas, ni las perlas, solo la Torá y las buenas obras

Seguro es que al fallecer, el hombre no lleva nada material consigo cuando lo acompañan a su ultima morada muchos pronuncian sus sentimientos, nadie dice que es rico, porque el morir ya no lo es

La riqueza no acompaña al hombre en su ultimo tramo, ¿quien su verdadero acompañante?, sus buenas cualidades y su apego a la Torá y a las buenas costumbres y acciones.

Cuando Rabí Reuben Katz se despidió del Jafetz Jaim en víspera de su viaje a Estados Unidos, para comenzar la campaña pro-fondos de la Yeshivá de Radin, éste él contó que en invierno anterior se le acercó un señor vestido con ropas muy humildes, muy triste y angustiado y le dijo: ¿No me reconoce Rabí?, dijo entre llanto y lagrimas, yo soy aquel rico y adinerado Rosemboim de Moscú, al cual usted pidió una contribución anual de 200 rublos, a lo cual rehusé aceptando donar la cifra de 200, entonces no fue agraciado con inteligencia, mientras que ahora, lo adquirí pero no puedo dar nada porque los bolchevitas me robaron todo lo que tenia.

Y así finalizó el Jafetz Jaim dirigiéndose al Rabino Katz “Diles a los judíos de América, que en la juventud cuando hay fuerzas falta inteligencia y comprensión para estudiar y ayudar a la Torá, y a la vejez cuando se tiene mas de estas dos, no hay fuerzas para hacerlo” (ocurrió antes de la crisis económica de 1928).

Pues fue dicho: “En tu caminar te guiará, en tu yacer te guardará, y en tu despertar ella conversará contigo (Mishlei 6:22)

Los preceptos y buenas acciones cuidan al hombre en este mundo y en el venidero y en leemos en Avot “Grande es la Torá que da vida a quienes lo hacen en este mundo y en el mundo venidero (Avot 6 :7).

En su elegía al Rabí el sabio de Brisk Rabí Iejezkel Abramsky así se expresó: “Todo lo que se allegaba al Rabí de Brisk, no podía definir su carácter como se suele hacer con otras personas compasivo o cruel, avaro o espléndido, paciente o lleno de ira y la razón era simple. El Rabí de Brisk sé regia en todo, según la Torá a cada momento y ante cualquier evento se conducía como la Torá le ordenaba actuar.

Mejor es para mí la Torá, de tu boca que miles en oro y plata (Tehilim 114:72)

Un “Talmid Jajam” (erudito de la Torá) viajaba en un barco y junto a él unos cuantos comerciantes. Estos le preguntaban una y otra vez, ¿dónde está tu mercancía y les decía: mi mercancía es más importante que la vuestra, revisaron todo el barco, y no encontraron nada, todos se rieron a carcajadas.

En medio de la travesía, fueron atacados por piratas los cuales se llevaron todo lo que tenían. Llegaron a puerto y entraron a la ciudad hambrientos y sin vestimentas: ¿Qué hizo el erudito de la Torá?.

Entró a la casa de estudios y comenzó a dictar una clase de Torá. Cuando los feligreses vieron que su presencia y conducta demostraban su justa personalidad le hicieron honores otorgándole todas sus necesidades.

Los comerciantes sorprendidos vinieron a él, pidiéndole perdón y ayuda para que los alimenten y no se mueran de hambre.

Les dijo: les advertí que mi mercancía es más grande que la vuestra; ¡la vuestra, se perdió, la mía está conmigo!!

(Tanjuma Truma)




MISHNA 10

10. Cinco posesiones adquirieron el santo bendito sea en su mundo. Y ellas son: La Torá es una posesión, los Cielos y la tierra son una posesión, Abraham es una posesión, Israel es una posesión, el Templo es una posesión. ¿De dónde se deriva, de la Torá? que está escrito: “El Eterno me poseyó como principio de Su camino, anterior a Sus obras desde entonces” (Mishlei 8:22). ¿De dónde se deriva sobre los Cielos y la tierra? De que está escrito: “Así habló el Eterno: los Cielos son Mi trono y la tierra el estrado de Mis pies; ¿qué casa me construirían y que lugar seria Mi reposo?” (Yeshayahu 66:1). Y asimismo se dice: “¡Cuán abundantes son Tus obras, oh Eterno! todas con sabiduría las hiciste. Llena está la tierra de Tus posesiones” (Tehilim 104:24). ¿De dónde se deriva que Abraham es una posesión? De que está escrito: “Y lo bendijo y dijo: Bendito sea Abram del D-s Altísimo, poseedor de los Cielos y la Tierra” (Breshit 14:19). ¿De dónde se deriva sobre Israel? De que está escrito: “Hasta que Tu pueblo pase, oh Eterno, hasta que pase este pueblo que adquiriste” (Shemot 15:16). Y asimismo se dice: “Hacia Eterno, que establecieron Tus manos” (Shemot 15:17). Y asimismo se dice: “Y los condujo al lindero de Su santidad; esta montaña adquirió Su diestra (Yeshayahu 43:7).

Cinco posesiones adquirió el santo bendito sea en su mundo HaShem creó el mundo, pero las cinco posesiones mencionadas en la Mishná, la Torá, los cielos y la tierra, Abraham, Israel y el templo, son importantes en especial, por eso las denomina posesiones (Rabí Shmael D’Ozeda).

La relación entre la Torá y la tierra de Israel, es como la del alma la Torá al cuerpo, que es la tierra de Israel.

El alma sola no puede existir, necesita del cuerpo. El cuerpo es solamente un montonero de tierra necesita el alma.

El alma de Israel es la santa Torá, su cuerpo es Eretz Israel.

El alma puede existir sin el cuerpo, y todo precepto que depende de la misma tierra no se puede cumplir sino en Eretz Israel. Pero Eretz Israel sin Torá, es solamente un pedazo de tierra. (Jafetz – Jaim – Bo).

Los cielos y la tierra son una posesión, Abraham es una posesión

El cielo y la tierra y todo lo que contienen, toda la creación, equivale ante HaShem; a Abraham nuestro patriarca, el hombre especial por su excelencia. De acá aprendemos que un hombre puede ser tan importante como toda la creación.

Fue Abraham quien llamó a HaShem con el nombre de Adán Señor (Tratado de Berajot 7:2), toda la creación y las generaciones anteriores a él, entre ellos Adán, el primer hombre y Noaj no llegaron a concebir ese atributo llamado “adnut” (señorío) hasta que apareció Abraham solo por su intermedio percibió el mundo, a la divina providencia (Hashhgaja) por el parámetro de “adnut” (señorío y propiedad). He aquí que HaShem nos reveló, su interés personal por el mundo gracias a Abraham, lo que no hizo durante todas generaciones desde la creación.

¡Qué abundantes son tus obras oh Eterno! todas con sabiduría las hiciste. Llena está la tierra de tus posesiones (Tehilim 104:24)

Rabí Itzjak Arama, en su libro “Akedat Itzjak” trae un interesante aforismo que atestigua la creación del mundo por HaShem.

¿A que se parece?

A un hombre que entró en un gran salón y en él vio una larga mesa que ocupaba todo su ancho. La mesa estaba cubierta por papel, y sobre él estaban escritas muchas palabras. Al acercarse notó que éstas expresaban profundos pensamientos, ninguna letra estaba de más.

¿Quién es el gran sabio que las escribió? preguntó.

Un niño pequeño le contestó:

Nadie las escribió, sobre la mesa había un tintero, se movió, el tintero se volcó, la tinta se vertió… y las letras fueron escritas.

Quien no se reirá a carcajadas al escuchar esta respuesta. Está claro que este glosario de ideas fueron concebidas por alguien muy culto.

A esto se refirió el Rey David, cuando exclamó: “Todas con sabiduría las hiciste. Llena está la tierra de tus posesiones”. HaShem quiere que su pueblo observe sus leyes. La base es la Torá, por medio de ella, revela su voluntad. Los cielos y la tierra seguirán existiendo, si las personas cumplirán lo que él les ha ordenado.

Con Abraham el patriarca, comenzó la realización del proyecto celestial, fue el primero que hizo conocer la idea divina. La base fundamental para propagar la Torá, es el pueblo de Israel desde que recibió la Torá en el monte Sinay. El sagrado Templo de Ierushalaim, será el centro de donde saldrá el mensaje para todos los pueblos del mundo, como está escrito: “Porque Mi casa, será llamada casa de oración para todos los pueblos (Ieshayahu 56:7).



MISHNA 11

Todo lo que creó el Santo, bendita sea, en

Su mundo no lo creó sino en aras de Su honor Pues fue dicho: “Todo ha sido convocado en Mi nombre, y por Mi honor lo creé, lo formé y asimismo lo hice” (Ieshayahu 43:7). Y asimismo se dice: “El terno reinará eternamente, por siempre” (Shemot 15:18).

No solamente las cinco cosas citadas en la Mishná anterior son importantes, todo lo que creó el Santo bendito sea en el mundo tiene su valor y propia importancia y fue creado para cumplir una misión.

Toda la creación viene a atestiguar la grandeza de HaShem y al unísono proclama: “HaShem reinará eternamente!”.

Toda nueva revelación a nivel técnico-científico, viene a servir y hacer la voluntad del Creador, como dice el versículo: “Todo ha sido convocado en Mi nombre y por Mi honor lo creé, lo formé y asimismo lo hice”.

Rabí Jananiá Ben Akashia dice: El Santo, bendito sea, quiso ennoblecer a Israel; en consecuencia incrementó para ellos la Torá y los mandamientos.

Pues fue dicho: “El Eterno deseó, en aras de su rectitud, engrandecer la Torá y fortalecerla” (Yeshayahu 42:21).

(Macot, capitulo 3, Mishná 16).

Parece ser, dijo Rabí Abraham, el hermano de Rabí Eliaha de Vilna, que las palabras de Rabí Jananiá no estén muy claras, ¿qué mérito tiene Israel, al tener tantos preceptos por cumplir? puede que si tendría menos responsabilidades Israel todo, podría observarles más méritos tendría el pueblo hebreo si se les hubiese ordenado menos preceptos.

Otra pregunta, ¿qué significa, Torá y los mandamientos? Así nos explica el Rabino: La Guemara fija: seiscientos preceptos fueron ordenados Israel ya que está escrito: “Torá nos ordenó Moshé (Tratado de Macot 23:2).

*Rabí Moshé Ben Maimón (Rambam), Rabí Moshé Ben Najman (Rambam) y el autor de Samag (Gran libro de los preceptos) vertieron diferentes opiniones sobre el compacto de las mitzvot (preceptos).

Los Rabinos que aceptan la opinión de Rambam, no escatiman críticas sobre sus fallos, como por ejemplo en el tema de las ofrendas, al hablar sobre el sacrificio de “Ola”, lo toma como un solo precepto cuando hay muchos mas, como el faenamiento del animal, él recito de la sangre y otro, como muchos mas que no los tomó en cuenta.

Escribe Rabí Abraham: “escuché de mi hermano el sabio, que no podemos decir que los preceptos de HaShem, son 613 y no más, porque desde Bereshit hasta Bo. Cuentan solamente tres preceptos y así hay muchas Parashiot que no tienen ningún precepto, lo que no parece lógico pero en verdad, toda palabra y concepto que salió de HaShem, es un precepto por sí mismo.

Y es cierto que los preceptos se incrementaron sin limite hasta que todo individuo pensante, y que puede conducirse hasta el último detalle grande o pequeño podría hacerlo, y de esa manera, no habría un segundo libro de preceptos ordenados por HaShem como dijo el salmista: “A toda perfección humana he visto fin; pero Tu mandamiento, es sobremanera ancho (Tehilim 119:96).

Los 613 preceptos mencionados son las raíces, de las cuales se desprenden muchas ramas. Y nosotros no sabemos cuales son raíces y cuales son las ramas, y no tenemos necesidad de saber porque en cada palabra de la Torá están contenida toda la Torá hasta el mas intimo detalle.

Resulta entonces que grande es el mérito de Israel, por haberles incrementado el Todopoderoso preceptos y mandamientos y así incrementar la recompensa.

Las palabras de Rabí Jananiá Ben Akashia no fueron dichas con respecto al Tratado de Avot, sino que están contenidas en el Tratado de Macot, en el capitulo “Elu Hen haLokin”. Pero puesto que presenta una conclusión hermosa, todo el pueblo acostumbró recitarlo al final de cada capitulo (de ésta Mishná), ya que no se puede recitar el Kadish por el estudio de la Mishná, sino por el Hagadá, como dijo un sabio: “¿Sobre qué se mantiene el mundo? Sobre la Kedushá de Sidrá y sobre el “Yehé Shmé Rabá” (Kadish de la Hagadá Sotá 49a).

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Las enseñanzas del Tratado de los Principios, 10.0 out of 10 based on 1 rating
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2 Comments

Juan Zárate Martínez
Publicado 16 septiembre, 2014 en 11:41 AM

Excelente, siempre busqué información sobre temas tan importantes como éste, me llena de gozo saber que ahora puedo disponer de ellos, dando gracias al Eterno por todo lo que hace que a traves de éstos medios, nos acerquemos a Él y le conozcamos para hacerlo nuestro Rey. Baruj Hashem
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MARIO SOLER
Publicado 3 julio, 2016 en 11:50 AM

GRACIAS A ASHEM, BENDITO NOMBRE, Y A DOCENCIA DE JABAD.COM, QUE PUDE BAJAR ESTOS 6 CAPITULOS DE PIRKEI AVOT, VERDADERA ENSEÑANZAS DE LOS “SABIOS JUSTOS Y SANTOS”. QUE AYER NOCHE ME RECOMENDABA UNA PRIMA QUE ESTABA LEYENDO EL LIBRO.

BENDITO DIOS QUE ME ESTA LLEVANDO POR EL SENDERO DE SU LUZ, ESTA VEZ ILUMINANDOME MAS EN MIS ESTUDIOS DE LA TORA, CON ESTAS NUEVAS ENSEÑANZAS. SHABAT SHALOM …Mario
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Educar a un joven no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
De eso se trata la educación, de formar a un joven para enfrentar de la mejor manera posible la vida. Es intencional y siempre esta orientada hacia el bien. En cambio, cuando hablamos de enseñar, estamos haciendo referencia, a dar seña de algo que puede estar orientado hacia el bien o el mal.
El educar no debe ser un simple proceso de transferencia de conocimientos del docente al alumno, sino que también debe socializar, moralizar y disciplinar. La autoridad moral debe ser la principal cualidad del docente. Se debe educar por medio del ejemplo, porque primero educamos por lo que somos, después por lo que hacemos y por último, por lo que decimos. Muchos docentes se basan del principio: "Haz lo que digo, pero no lo que hago". Cuando deberían tener en cuenta, que: "El ruido de lo que somos, no deja al alumno escuchar lo que decimos."
Mi ser docente es no sólo impartir mis saberes, sino incentivar y apoyar al alumno. Incentivarlo para que comprenda la necesidad del conocimiento y la importancia del mismo. Apoyarlo, en sus dificultades de comprensión y asimilación. Todo esto dentro de un marco de justicia y mutuo respeto.
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