Joaquín Costa
Joaquín Costa | ||
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Fotografiado por Manuel Compañy (c. 1894). |
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Diputado en Cortes por Zaragoza |
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17 de mayo de 1903-17 de agosto de 19051 | ||
Información personal | ||
Nombre nativo | Joaquín Costa Martínez | |
Apodo | León de Graus | |
Nacimiento | 14 de septiembre de 1846 Monzón, España |
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Fallecimiento | 8 de febrero de 1911 (64 años) Graus, España |
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Lugar de sepultura | Cementerio de Zaragoza | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | notario, jurista, político, historiador, economista, escritor | |
Miembro de |
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Firma | ||
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Índice
Biografía
Ejerce como letrado en Cuenca, en Guadalajara (1876-1877) y después en Huesca (1877–1879); en esta última estancia en su ciudad natal redacta Cuestiones celtíberas: religiones, Organización política, civil y religiosa de los celtíberos y Derecho consuetudinario del Alto Aragón.
De nuevo en Madrid como pasante, colabora en la Revista de España, en la Revista General de Legislación y Jurisprudencia y en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, donde presenta sus Estudios jurídicos y políticos y su Teoría del hecho jurídico individual y social. Más adelante, en 1887, será profesor y hará un Plan de una Historia del Derecho español en la antigüedad. Participa en el Congreso de Jurisconsultos Aragoneses, en Zaragoza.
Sus humildes orígenes le inclinan a la política; estudia
particularmente las raíces populares del derecho consuetudinario español
(Introducción a un tratado de política textualmente de los refraneros, romanceros y gestas de la Península,
1881) y el mundo rural al participar en los Congresos de Agricultores y
Ganaderos (1880–1881). Participa también en numerosos mítines y
conferencias africanistas y abolicionistas,10 planteando su visión de El comercio español y la cuestión de África
(1882). Dirige, además, el Congreso Español de Geografía Colonial y
Mercantil (1883), cofunda la Sociedad de Africanistas y Colonistas que
dirige las expediciones al África occidental y ecuatorial y toma parte
en la Revista de Geografía Colonial (1885–1887).
(1882-1887), tiene como objetivo incorporar a España a las políticas de
expansión y al “espíritu civilizador que agita a todas las naciones
europeas”. Los cambios en el orden económico y político que la extensión
de los ferrocarriles y barcos de vapor estaban provocando, afectarán a
los temas agrícolas necesitados de profundas reformas en una economía
global. En su artículo "Geografía y comercio", publicado con Rafael Torres Campos como apertura del primer número de la Revista de Geografía Colonial, establecen la importancia del conocimiento geográfico y de la actividad comercial en la regeneración nacional.11
Costa publicó entre 1876 y 1881 diversos estudios de mitología celtíbera y temas romanos y medievales en publicaciones como la Revista de España o el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza.12 Estos trabajos aparecen reflejados en dos libros de Costa:13 Introducción a un tratado de política sacado textualmente de los refraneros, romanceros y gestas de la Península (1888)14 y La religión de los celtíberos y su organización política y civil (1917).15 También trabajó en Justo de Valdediós, una novela mitológica escrita entre 1874 y 1883,16 17 encuadrada dentro del subgénero de la «novela regeneracionista» o tendenzroman (novela pedagógica).18 También colaboró en El Diario de Huesca de Manuel Camo Nogués,19
con quien en los inicios del diario tuvo una relación de «afecto» que
se transformaría en frialdad y «clara oposición» a finales de siglo,20 habiendo llegado a ser descrito como «enemigo declarado» de Camo.21
En 1888, ganó la plaza de Notario de Jaén
por concurso oposición con el número uno, y aboga inmediatamente por la
reorganización del Notariado, del Registro de la Propiedad y de la
Administración de Justicia (1890). En 1890 fue nombrado miembro
correspondiente de la Real Academia de la Historia.22 Durante el año 1891 queda vacante la notaría de Graus,
que Costa requirió, pero la Dirección General de Notarios se la denegó,
alegando que no sería justo otorgar la preferencia a un notario de
categoría superior, porque perjudicaría a los compañeros de inferior
categorías. Ingresa igualmente en el Cuerpo Superior de Abogados del Estado. Solicita excedencia como notario que le conceden y temporalmente traslada su residencia a Graus, ejerciendo la Abogacía.
Sin embargo, una distrofia muscular progresiva23 a empezó a manifestarse en el brazo derecho a la edad de veintiún años, le recluye en el amado y familiar Graus (Huesca), desde donde a pesar de todo organiza a la Liga de Contribuyentes de Ribagorza
que deriva en movimiento político de inclinaciones sociales. De ahí
surgen varias campañas por todo el Alto Aragón (1892 en adelante), con
el fin de potenciar la producción agraria gracias al regadío y mediante
obras hidráulicas que debe hacer el Estado, en opinión de Costa. En 1893
se presentó a las elecciones municipales de Graus en representación de
la Cámara Agrícola del Alto Aragón impidiendo su elección el caciquismo local.
y ser derrotado en las elecciones de 1896, a las que se presentó a
diputado, a través de la Cámara Agrícola del Alto Aragón, tiene ahora
una visión mucho más política y científico-social, preparando su magna
obra Colectivismo agrario (1898), en que hace una dura crítica de
la destrucción por las desamortizaciones y otras prácticas de
ancestrales sistemas de propiedad comunal y galvaniza a la opinión
pública a raíz del Desastre de 1898,
en que España pierde sus últimas colonias a causa de la guerra con
Estados Unidos: Cuba, Puerto Rico y las islas Filipinas. Según Cheyne, Costa mantuvo buena relación con el escritor Benito Pérez Galdós, con el que se carteó en repetidas ocasiones.25
En el segundo tomo del Colectivismo Agrario en España (1898)
presenta Costa lo que viene a ser una amplia historia económica de los
sistemas de propiedad y sus diversas modalidades (desde los cotos a las
tierras concejiles y comunales), las formas de explotación, etc.,
remontándose a dos siglos antes de nuestra era; también, con notable
agudeza, trata del control sobre el agua y sus diversas formas de
propiedad, de las cofradías pesqueras, etc.
creación de una Asamblea Nacional de Productores que se alía con las
Cámaras de Comercio que lidera Basilio Paraíso y la Liga Agraria formada por las clases propietarias castellanas dirigidas por Santiago Alba para formar la Unión Nacional, nuevo partido político popular y muy crítico con el sistema de la Restauración
canovista. Esta propuesta resulta demasiado heterogénea y resta por un
momento muchos militantes al republicanismo y aunque allí están, aunque
diluidas, las ideas de Costa, carece de su método y su dirección y no se
convierte en partido político. Así y todo, Costa acata la Unión
Nacional, integra sus fuerzas, acepta un cargo en el Directorio y
redacta el mensaje de queja y protesta al Congreso de los Diputados que
se publicó en la prensa el 1 de abril. Pero no funcionó el intento de
fuerza de sacar manifestaciones a la calle: se prohibió la de Madrid, y
se autosuspendieron las demás. Reunidos en la casa de Costa, en Madrid,
Paraíso pugna por acciones directas espectaculares como una huelga de
contribuyentes, mientras Costa cree improbable un alto seguimiento de
esa medida y más seguro y profundo el trabajo de un partido político,
educador del pueblo.
al cabo Costa plantea (septiembre de 1900) su separación del Directorio
de la Unión Nacional. Los gremios madrileños se alejan también de
Paraíso, si bien la Unión todavía celebra un mitin en Barcelona en abril
de 1901, Paraíso y Alba se aseguran sendos escaños de diputados
liberales. Después del fracaso de la Unión Nacional su programa político
se «radicaliza» y se une al republicanismo.26 27 Costa, que sueña aún con un partido de intelectuales, vira hacia la Unión Republicana.
La Unión Nacional se desintegró por la tensión entre los intereses
populares y los corporativos. Costa percibió que el poder, tal como
estaba configurado, no acometería nunca reformas regeneracionistas.
En ese empeño Costa se halla completamente solo. Afectado profundamente
por el fracaso de la Unión Nacional, continuó, atribuyendo
responsabilidades por la situación española a la propia monarquía en Quiénes deben gobernar después de la catástrofe, Reconstitución y europeización de España y, sobre todo, la encuesta realizada desde el Ateneo de Madrid con la colaboración de muchas grandes figuras de la cultura y la sociedad españolas (de Miguel de Unamuno a Emilia Pardo Bazán) para redactar uno de sus títulos clásicos: Oligarquía y Caciquismo como la forma actual de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla (1901),28 una denuncia de la corrupción del sistema político canovista de la Restauración que supondrá la marginación de Costa de los centros políticos del sistema.
enfrentamientos con Alba y Paraíso— le radicaliza verbalmente,
acercándose en sus últimos años al socialismo. Joaquín Costa volvió a la villa de Graus en 1904, desilusionado y desencantado con la clase política española, incluido el proyecto republicano.29 30
Derrotado, muy enfermo, retira definitivamente como siempre había
deseado a su villa familiar, en la que inspira la singular publicación
comarcal El Ribagorzano, y desde donde aún sale alguna vez para
tronar, así, en 1906 acude a la convocatoria Internacional del Congreso
de Ciencias Históricas de Roma, pagando de su bolsillo las mil pesetas de viaje y estancia, (de ahí el sobrenombre de «León de Graus») u ofrecer sus Siete criterios de gobierno. También desde allí se reafirma en su ideal republicano, matizado por el gran respeto que le inspira Pablo Iglesias. Ese mismo año aparecen todos sus discursos y escritos sobre Política hidráulica,
en cierto modo su testamento político y una de las grandes batallas que
ganará después de muerto, al impulsarse, años después, importantes
planes de riegos en Aragón y en otros lugares de España. En 1908 hace
una última irrupción en la política española yendo a Madrid para
pronunciarse en contra del proyecto de Ley Antiterrorista de Maura.31
En cuanto al plano personal en su juventud intentó cortejar a Concepción Casas Soler, pero fue rechazado por esta.32 33
Ya entrado en la madurez, Costa se enamoró de Isabel Palacín, viuda del
ingeniero Teodoro Bergnes de Las Casas, para el que había trabajado en
otra época de delineante, y tuvieron una hija, María-Antígone Costa
Palacín, nacida en 1883, por la que sentía un gran afecto.34 35 36
Falleció el 8 de febrero de 1911. Su muerte provocó una gran convulsión nacional, y se le enterró en el cementerio de Torrero
de Zaragoza al oponerse el pueblo al traslado de sus restos al futuro
Panteón Nacional y no desear los políticos monárquicos un entierro
multitudinario, capaz de presentarse casi como un plebiscito contra el
sistema.36
Pensamiento de Costa
El historiador español Alberto Gil Novalesha visto con claridad la gran contradicción de Costa en este gran
trabajo: denuncia desde dentro el mismo sistema político que pretende
destruir. La información que utiliza en su obra no excluye a los
caciques y oligarcas en cuanto hombres representativos de la cultura de
su época. Como resumen definitivo de la encuesta (1902) elabora un
programa de enunciados prácticos, casi su testamento político, en el que mezcla grandes horizontes y algunas obsesiones menores, casi comarcanas:
- Cambio radical en la aplicación y dirección de los recursos y
energías nacionales (presupuesto volcado en educación, colonización
interior, obras hidráulicas, repoblación forestal, investigación
científica, etc.)... «en suma, desafricanización y europeización de España». - Reforma de la educación en todos sus grados, «rehaciendo y refundiendo al español en el molde europeo» (el plan es muy detallado y se observa en él la impronta gineriana).
- Abaratamiento rápido del pan y de la carne (aumentando la productividad y favoreciendo el crédito agrícola).
- Propuso un sistema de nuevo comercio con el que Jesús Gancedo
dirigente de la asociación de comercio e importación de materias saliese
de sus problemas económicos y así pudiese fijarse en la completa
destrucción del sistema político actual. - Mejoramiento de los caminos de herradura.
- Suministro de tierra cultivable, con calidad de posesión perpetua y
de inalienable, a los que la trabajan y no la tienen propia. ¿Cómo? «Derogando
las leyes desamortizadoras relativas a los concejos, autorizando a los
Ayuntamientos para adquirir nuevas tierras, creando huertos comunales...
Donde esto no baste, expropiación y arrendamiento o acensuamiento de
tierras...». - Legislación social (contrato de trabajo, seguro social, cajas de retiro).
- «Sanear y europeizar nuestra moneda, mediante la europeización de
la agricultura, de la minería y del comercio, de la educación nacional,
de la administración pública y de la política, así general como
financiera, que reponga la confianza de Europa en nosotros». - Creación de un poder judicial digno de su función.
- Autogobierno local: municipalización de servicios públicos y
de ciertas industrias o comercios (tranvías, teléfonos, alumbrado,
baños, lavaderos, fuerza motriz, tahonas, carnicerías, hielo, etc.). - «Renovación del liberalismo abstracto y legalista imperante, que
ha mirado no más a crear y garantizar las libertades públicas con el
instrumento ilusorio de la Gaceta... sustituyéndolo por un
neoliberalismo orgánico, ético y sustantivo, que atienda a crear y
alianzar dichas libertades con actos personales de los gobernantes
principalmente, dirigidos a reprimir con mano de hierro y sin tregua a
caciques y oligarcas».
vez y sin demora y por decreto todas las medidas anteriores, y propone
la «renovación de todo el personal gobernante de los últimos veinticinco
años, sin excluir la representación actual del poder moderador...».
Evidentemente, Costa ignora casi por completo el mundo industrial, y sus propuestas reformadoras agraristas (a la manera de Floridablanca, de Campomanes, de Álvaro Flórez Estrada)
son bien poco revolucionarias. Pero globalmente se trata de una clara
propuesta modernizadora, de mejoras legales e institucionales,
«europeizadoras».
En adelante, Costa será con frecuencia portavoz y jefe de fila de
quienes proponen una respuesta mucho más objetiva, positiva y activa a
los graves problemas del país que la de la llamada Generación del 98,
pensando en la fórmula que él acuñó de «escuela y despensa», y
constituyendo la cabeza del Regeneracionismo. Su revulsiva actitud
frente al sistema del turno de partidos, sus denuncias de las torpezas y
egoísmos de los políticos caen en desierto, pero le van concediendo el
liderazgo moral. Fue descrito por Gil Novales como «radicalmente
iberista».37 Aunque inicialmente, en torno a la década de 1880, Costa estaba a favor de las actividades colonizadoras en África38 y la transformación de España en una potencia marítima,39
ya en 1884 declararía «Marruecos y España deben conservar su mutua
independencia, renunciando en absoluto a conquistarse una a otra. (...)
Debemos garantizar a Marruecos contra todo intento de anexión,
protectorado o desmembramiento».40 y tras el desastre del 98 olvidaría por completo estas ideas,41 considerando inviable el mantenimiento de las colonias de ultramar y viendo con desconfianza las operaciones en África;42
en palabras de Costa «ningún ideal nos llama ya a ninguna parte del
mundo fuera de la Península. No hay ya para nosotros cuestión colonial:
los que sueñan con nuevas adquisiciones territoriales para rehacer en
África la epopeya americana, no han caído en la cuenta de que mientras
España dormía, enamorada de sus Antillas y de sus Filipinas y satisfecha
con ellas, el planeta entero ha sido ocupado, sin que quede libre un
palmo de suelo donde pudiera ser izada la bandera de marras.»43
(1902). Su elección como diputado republicano viene en momentos en que
ha perdido casi del todo la esperanza en regenerar España: ya nada le
consuela y no desea ratificar con su presencia la corrupción política
oficial. Llega a proponer un «cirujano de hierro» que acometa las reformas de urgencia que necesita el país para llevar a cabo la regeneración.44 Algunos autores —Gonzalo Sobejano y Agustín Sánchez Vidal— ven incluso cierta relación entre algunos conceptos costianos como este cirujano de hierro y el superhombre de Nietzsche.45 46
Esa política quirúrgica, repito, tiene que ser cargo personal de unSu estilo, con bellos giros oratorios y sembrado de citas cultas y
cirujano de hierro, que conozca bien la anatomía del pueblo español y
sienta por él una compasión infinita, como aquella que inspiró los actos
de gobierno del conde de Aranda
hace siglo y tercio; que tenga buen pulso y un valor de héroe, y más
aún que valor lo que llamaríamos entrañas y coraje, para tener á raya á
esos enjambres de malvados que viven de hacer morir á los demás, que
sienta una ansia desesperada y rabiosa por tener una patria y se arroje,
artista de pueblos, á improvisarla.
Joaquín Costa, Oligarquía y caciquismo, 1901. (Dueñas Lorente, 1997, p. 109, Costa y Martínez, 1902, p. 86)
vehementes, revela una voluntad de estilo rico y versátil, casi
romántico. Su deseo de llegar al lector popular le lleva a escribir,
además de centenares de artículos de gran difusión, algunas novelas
didácticas como Justo de Valdediós o Último día del paganismo primero de... lo mismo, ambientada en la Hispania de Teodosio I, en la que vuelve a hacer gala de sus conocimientos de Historia Antigua.
Las discusiones sobre la filiación política de Costa tienenCosta fue descrito por Manuel Azaña como «un conservador que quiso dejar de serlo sin poder».47 Enrique Tierno Galván
principalmente su origen en el intento de clasificarle conforme a un
rígido dualismo, que condujo a considerar contradictorias las semejanzas
de su pensamiento con el de otros sectores antidoctrinarios.
por otra parte sostuvo en 1961 que Costa potenció una «idea y
sentimiento difusos de admiración por la dictadura totalitaria
nacionalista», en un pensamiento que él denominó «Costismo»48 y que habría inspirado «los fundamentos [ideológicos]» de la sublevación militar que dio lugar a la Guerra Civil Española,48 formando parte de un supuesto pensamiento «prefascista» español.49 Según Tierno Galván esta tesis se vería apoyada por Dionisio Pérez en su obra El enigma de Joaquín Costa: ¿revolucionario? ¿oligarquista? (1930).50 51 b Este punto de vista de Tierno Galván es sin embargo descalificado por distintos autores,c afirmándose también que estos análisis obvian la evolución intelectual de Costa.47 Su pensamiento fue atacado también por elementos afines al bando franquista, como José López Prudencio, que en una crítica a Costa hizo alusión al «glorioso 18 de julio en que el Cid rompió las cerraduras de su sepulcro».54 55 Manuel Pérez Ledesma vio en la política de Costa «un cambio radical en la concepción de la morfología del Estado español»,56 mientras que otros autores detectan la existencia de tintes «mesiánicos» en la figura de Costa.57 d
Legado posterior
Con motivo del primer centenario de la muerte de Joaquín Costa, el 8 de febrero de 2011,63 el Gobierno de Aragón64 —con la colaboración de la Universidad de Zaragoza, Acción Cultural Española y otras instituciones— organizó diversos actos culturales y de homenaje.65 Entre ellos destacan dos: en marzo de 2011, en la Residencia de Estudiantes
(Madrid), el congreso nacional «Joaquín Costa y la modernización de
España», coordinado por Cristóbal Gómez Benito (Profesor de Sociología
de la UNED) que también fue el Comisario general del Centenario.66 Por otro lado, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza se presentó una exposición sobre su vida y obra titulada67 «Joaquín Costa. El fabricante de ideas».68
Bajo el comisariado de Ignacio Peiró Martín (profesor de Historia
Contemporánea en la Universidad de Zaragoza) y Rafael Bardají Pérez
(periodista), estuvo expuesta hasta el 17 de julio en Zaragoza,
reabriéndose de nuevo el 15 de septiembre en la Biblioteca Nacional de Madrid, donde está previsto que permanezca hasta el 6 de noviembre.69 Acompaña a la exposición el correspondiente catálogo.
Existe una asociación de notarios «Joaquín Costa». Esta asociación
fue creada en 1991, «con objeto de potenciar y difundir el valor de la
actuación notarial como base fundamental de la seguridad jurídica
preventiva».
Obra de Costa
El archivo personal
En 1983 ingresa en este archivo un lote de documentos adquiridos por el
Ministerio de Cultura en subasta realizada en la Sala Durán de Madrid el 24 de junio.70 71 En 1984 por Orden Ministerial de 14 de noviembre, se incorporaron los fondos que se encontraban en el Archivo Histórico Nacional de Madrid (Sección Diversos) y otro lote de documentos adquiridos por el Ministerio de Cultura a su propietario.70 71
Los documentos del propio Costa están datados entre 1865 y 1911, año de su muerte, aunque en el fondo del AHPHU hay alguno anterior (desde 1823) y muchos posteriores (hasta 1927),72 pues aparecen muchas veces mezclados con los de su hermano Tomás,73 quien los utilizó para la edición de la obra de su hermano y también para actuaciones políticas personales.70
En el archivo personal de Joaquín Costa aparecen notas sobre temas
diversos, apuntes de estudiante, borradores de sus obras o recortes de
prensa. Destaca la correspondencia que intercambió con diferentes
personajes influyentes de la época, casi 10 000 cartas enviadas o
recibidas.70
El fondo se microfilmó entre 1989 y 1990, excepto los documentos no relevantes de Tomás Costa,74
y años después, en 2009, se obtuvieron copias digitales a partir de los
microfilmes. Las imágenes digitales están accesibles a través del
buscador DARA, Documentos y Archivos de Aragón.
Obras editadas
- Derecho consuetudinario y economía popular de España. Zaragoza: Editorial Guara, 1981.
- La libertad civil y el Congreso de Jurisconsultos Aragoneses. Zaragoza: Editorial Guara, 1981.
- La vida del derecho: ensayo sobre el derecho consuetudinario. Zaragoza: Editorial Guara, 1982.
- Teoría del hecho jurídico individual y social. Zaragoza: Editorial Guara, 1984.
- Reforma de la fe publica. Zaragoza: Editorial Guara, 1984.
- Maestro, escuela y patria: (notas pedagógicas). Madrid: Biblioteca Costa, 1916.
- Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España: Urgencia y modo de cambiarla. Madrid: Establecimiento Tipográfico de Fortanet, 1901.
- Tutela de pueblos en la Historia. Madrid: Biblioteca Costa, [s. a.].
- Historia, política social: patria. Madrid: Aguilar, 1961.
- Oligarquía y caciquismo. Colectivismo agrario y otros escritos. Madrid: Alianza, 1967.
- La fórmula de la agricultura española. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1912.
- La tierra y la cuestión social. Madrid: Biblioteca Costa, 1912.
- Colectivismo agrario en España. Zaragoza: Editorial Guara, 1983.
- Política hidráulica (misión social de los riegos en España). Madrid: Biblioteca J. Costa, 1911.
- El arbolado y la patria. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1912.
- Reorganización del notariado, del Registro de la Propiedad y de la Administración de Justicia. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1917.
- Último día del paganismo y primero de... lo mismo. Madrid: Biblioteca Joaquín Costa, 1917.
Notas
- González-Blanco,58 se hace eco de los escritos de Manuel Bescós («Silvio Kossti»), en los que este sostiene que según correspondencia entre Costa y Antonio María Cascajares, este segundo habría declarado a la regente María Cristina que «sólo había un hombre capaz de salvar a España: Costa».59 Por otra parte según Unamuno, Costa «se sintió profeta y hasta tribuno del pueblo».60
Referencias
- Rivas Palá, 1993, pp. 12-13.
Bibliografía
- Obras de Costa
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- —— (1898). Colectivismo agrario en España: partes I y II: doctrinas y hechos. Madrid: Imprenta de San Francisco de Sales.
- —— (1902). Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla. Madrid: Los hijos de M.G. Hernández.
- —— (1911). Política hidráulica (misión social de los riegos en España). Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1912). El arbolado y la patria. Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1912). La fórmula de la agricultura española. Madrid: Imp. de Fortanet.
- —— (1912). La tierra y la cuestión social. Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1914). La vida del Derecho: (ensayo sobre el derecho consuetudinario) (2ª edición edición). Zaragoza: Biblioteca Costa.
- —— (1916). Maestro, escuela y patria: (notas pedagógicas) (2ª edición aumentada edición). Madrid: Biblioteca Costa.
- —— ([s.a.]). Tutela de pueblos en la historia. Madrid: Imp. de Fortanet.
- —— (1917). Último día del paganismo y primero de... lo mismo. Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1917b). Reorganización del notariado, del Registro de la Propiedad y de la Administración de Justicia. Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1917c). La religión de los celtíberos y su organización política y civil. Madrid: Biblioteca Costa.
- —— (1961). Historia política social patria. selección y prólogo de José García Mercadal. Madrid: Aguilar.
- —— (1981). Reconstrucción y europeización de España y otros escritos (ed. dirigida por Sebastián Martín-Retortillo y Baquer edición). Madrid: Instituto de Estudios de Administración Local. ISBN 8470882686.
- —— (1981). Derecho consuetudinario y economía popular de España. introducción Lorenzo Martín-Retortillo. Zaragoza: Guara. ISBN 848530361X.
- —— (1981). La libertad civil y el Congreso de Jurisconsultos Aragoneses. introducción de Jesús Delgado. Zaragoza: Guara. ISBN 8485303547.
- —— (1984). Teoría del hecho jurídico individual y social. estudio introductorio para esta nueva edición de don Juan-José Gil Cremades. Zaragoza: Guara. ISBN 84-85303-91-1.
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Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Joaquín Costa.
- Wikisource contiene obras originales de o sobre Joaquín Costa.
- Joaquín Costa en la Biblioteca Virtual de Aragón.
- Obras digitalizadas de Joaquín Costa en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España
- Portal sobre Joaquín Costa por la Fundación Jiménez Abad, que incluye sus Obras completas digitalizadas
- Acceso al fondo de archivo histórico de Joaquín Costa
- Documentos digitalizados del archivo personal de Joaquín Costa (Archivo Histórico Provincial de Huesca)
- "Joaquín Costa: Geografía y colonialismo" en España En África: la ciencia española en el Sáhara Occidental 1884-1976
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Brunet lo tacha de «desafortunado y absurdo» y de «disparate»,
afirmando que ningún otro estudioso de Costa ha apoyado este análisis.53 Rafael Pérez de la Dehesa lo describe como «unilateral y simplista».52
de 29 de octubre de 2008, del Departamento de Educación, Cultura y
Deporte, por la que se declara el colegio «Joaquín Costa», sito en Paseo
María Agustín nº 41 de Zaragoza como Bien Catalogado del Patrimonio
Cultural Aragonés.». Boletín Oficial de Aragón (193): 24124-24126.
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