El Talmud

El
conjunto de leyes civiles y canónicas de los judíos está contenido en
una obra muy extensa conocida como el Talmud, palabra que significa
"enseñanza". 
El
Talmud se originó en la traducción oral que fue desarrollándose a
través de varios siglos y comenzó a escribirse aproximadamente a
comienzos del siglo III d. C., con la codificación de su parte básica:
la Mishnah. En los dos siglos siguientes se elaboró y codificó un gran
conjunto de comentarios sobre la Mishnah, que se conoce como la Guemara
(o Guemarra). Estas dos colecciones constituyen el Talmud y suministran
la estructura del judaísmo tradicional.

Tradición Oral

Los
rabinos de la era apostólica afirmaban que la tradición oral judía era
del mismo origen divino que la revelación escrita de la Torah. Esta
tradición fue transmitida a las generaciones sucesivas hasta que a
comienzos del siglo III d.C., aproximadamente, llegó a su forma escrita
como la Mishnah y se convirtió en la norma de conducta para los judíos
ortodoxos.

La
tradición judía aún florecía en forma oral cuando se escribió el Nuevo
Testamento, y se ocupaba principalmente de la exégesis de las Escrituras
hebreas, la cual se conocía como Midrash. Esta exégesis no tenía un
enfoque lingüístico o histórico en el sentido moderno, sino era más bien
una búsqueda de nuevo conocimiento, y el texto bíblico sólo se usaba
para dar orientación e inspiración. Esta exégesis se basaba en
deducciones lógicas, en combinaciones de pasajes relacionados entre sí e
interpretaciones alegóricas.

El
Midrash que trata de temas históricos o dogmáticos recibe el nombre de
Haggadá ("expresión"), o Midrash haggádico, y la parte que trata de
asuntos legales se llama Halaká (literalmente "camino", es decir, "una
norma" o "una regla") o Midrash halákico. 

El
término Haggadá se refiere a materiales no bíblicos y a la exégesis de
los temas poéticos, históricos y otros asuntos no legales de la Biblia
hebrea. Era la forma corriente que se usaba en la sinagoga para explicar
la Biblia por medio de símbolos, alegorías, fábulas y parábolas. La
Haggadá no estaba sujeta a reglas estrictas de exégesis y permitía el
uso de casi cualquier recurso que dejara en el oyente una impresión
duradera. La voluminosa y legendaria literatura judía del medioevo es
principalmente el resultado de la exégesis haggádica de la Biblia. Sin
embargo, sólo una pequeña parte del Talmud debe su origen a la Haggadá.

El
término Halaká se refiere a los reglamentos religiosos basados
principalmente en las secciones legales de la Biblia. La Haggadá era el
sistema de exégesis que se usaba principalmente en los servicios de las
sinagogas, en tanto que la Halaká se estudiaba en las escuelas
religiosas más avanzadas. Si era posible hacerlo, se le daba una base de
las Escrituras a los reglamentos halákicos; pero muchas reglas para las
cuales no había base bíblica eran defendidas apoyándose en la
pretensión de que habían sido entregadas a Moisés en el Sinaí sólo en
forma oral.

La
Halaká fue codificada sistemáticamente, y la máxima ambición de cada
judío erudito en la ley (los "escribas" del Nuevo Testamento) era
aprender y entender todas las reglas halákicas relacionadas con la vida
religiosa y secular de un judío escrupuloso.

Los
maestros supremos de la Halaká fueron Hillel el Anciano (murió c. 20 d.
C.) y Shammai. Ambos elaboraron sus enseñanzas en las últimas décadas
del siglo I a. C., y sus seguidores formaron escuelas separadas.

Hillel
era famoso por la dulzura de su carácter, que se manifestaba en
reglamentos más liberales que los enunciados por Shammai. Si bien
concordaba con Shammai en que la letra de la Torah debía cumplirse
literalmente, la interpretaba de tal manera que sólo debían cumplirse
los requerimientos mínimos de la ley; en cambio Shammai era estricto y
exigía a sus seguidores los requerimientos máximos de la ley.

Para
los no judíos con frecuencia deben haber parecido artificiales las
diferencias entre las escuelas de Hillel y de Shammai. La naturaleza de
los puntos de vista halákicos y las diferencias entre Hillel y Shammai
se ilustran con el siguiente ejemplo. Shammai dictaminaba que no era
permitido vender cosa alguna a un gentil o ayudarlo a cargar su bestia
si iba a viajar con esa carga en sábado; Hillel no veía ningún mal en
permitir esto (Mishnah Shabbath 1. 7).

Un
ejemplo bastante extremo de la minuciosidad de Shammai, era su
insistencia en que cuando se buscaban aves para sacrificar en un día de
fiesta, no se podía mover una escalera de un palomar a otro, sino sólo
de una abertura a otra del mismo palomar; en cambio Hillel permitía
ambas cosas (Mishnah Bezah 1. 3).

Sin
embargo, hay unos pocos casos en los cuales las reglas de Hillel
parecen más estrictas que las de Shammai. Por ejemplo, permitía que se
comiera un huevo puesto en sábado; pero Hillel lo prohibía argumentando
que las restricciones para preparar alimento en sábado se aplicaban no
sólo a los hombres sino también a las gallinas (Mishnah 'Eduyyoth 4. 1).

Después
de que Tito destruyó a Jerusalén, se fundó una academia de
conocimientos judaicos en Jamnia, al sur de Jope. Aquí también se
reorganizó el sanedrín. El primer director de este centro de sabiduría
judaica fue el rabino Johanán ben Zakkai. El fue quien logró conservar
la tradición judaica para la posteridad, haciéndola - después de las
Escrituras hebreas - el centro de todo el pensamiento y la vida de los
judíos ortodoxos.

El
más famoso de sus sucesores fue el rabino Akiba (c. 50 d. C. - c. 132),
uno de los principales pensadores judíos de todos los tiempos. De
acuerdo con las opiniones de los rabinos, Akiba logró una comprensión
más profunda y más penetrante de la ley que Moisés mismo. Los primeros
años de la vida de Akiba están velados por la oscuridad, pero se sabe
que era de origen humilde y que no comenzó sus estudios hasta que fue un
hombre maduro.

Como
aprendió a leer y a escribir siendo adulto, mantuvo un respeto temeroso
y místico hacia la escritura. Esa reverencia se manifestó en una
exégesis que daba sentido no sólo a las frases y las palabras, sino
también a las letras y a las partes de éstas. Consideraba que su
principal tarea era la de hallar una base bíblica real o supuesta para
cada halaká mediante una deducción lógica, con lo cual logró dar un
orden sistemático a la gran masa de material halákico. Así creó la
primera recopilación completa de la Mishnah. Aunque ese material todavía
no había sido registrado por escrito, es posible que algunas pequeñas
recopilaciones halákicas fueran escritas bajo su dirección. 

El
rabí Akiba es, además, importante porque fue uno de los líderes del
Concilio de Jamnia (c. 90 d. C.), donde se tomaron importantes
decisiones acerca del canon y del texto hebreo de la Biblia, y también
porque apoyó al revolucionario Barcoquebas como al Mesías prometido,
durante la guerra que comenzó en 132 d. C. Es evidente que fue hecho
prisionero por los romanos aun antes de que estallara la guerra. Murió
como mártir, al final de la guerra.

El
más ilustre de los discípulos de Akiba fue el rabino Meïr, que continuó
y completó el sistema legal de su maestro. Su importancia es evidente
por el hecho de que en la Mishnah es citado más que cualquiera de sus
predecesores.


La Mishnah

La
Mishnah (literalmente "repetición") es la codificación de la ley
tradicional de los judíos. Contiene reglas y requisitos formulados a
través de muchos siglos por el sanedrín, por Hillel, Shammai y por otros
famosos rabinos. Contiene conclusiones tomadas de decisiones acerca de
casos nuevos en los cuales las reglas antiguas necesitaban ser
reinterpretadas o modificadas. Por eso las reglas y las prohibiciones
rituales religiosas constituyen la mayor parte de la Mishnah.

El
que preparó la Mishnah fue Judá, hijo de Simón (c. 135 d.C. - c. 220
d.C.), conocido comúnmente como Judá ha-Nasi ("Judá el Príncipe"), o
simplemente como Rabino. El dirigió la preparación de la primera edición
completa de la ley tradicional judía en forma escrita.

Judá
ha-Nasi era un erudito sumamente agudo. Estudió griego, latín y
astronomía con maestros seculares, y las enseñanzas de la ley judaica
con varios destacados eruditos de su tiempo. Pronto aventajó a todos sus
instructores y llegó a ser una autoridad tan reconocida en halaká, que
sus decisiones fueron colocadas por encima de las del sanedrín, cuyos
reglamentos se consideraban obligatorios sólo si el rabino Judá los
sancionaba.

Por
ser presidente del sanedrín recibió el título de hanasi, "el Príncipe";
y por sus estrictos hábitos de vida se lo consideraba haqqadosh, "el 
santo".
Siguió los pasos de Akiba y de Meïr, ypuso orden en las muchas reglas
halákicas y las agrupó en temas tales como días de fiesta, ofrendas, 
purificación, etc. 
Esa obra fue terminada alrededor del año 200 d. C., y se ha convertido en la Mishnah oficial del judaísmo.





La
Mishnah se convirtió después del Antiguo Testamento en la principal
fuente de estudios religiosos judaicos, y con frecuencia su autoridad lo
ha reemplazado. También llegó a ser el vínculo espiritual que unió a
los judíos esparcidos en muchas naciones. Después de que la Mishnah se
convirtió en norma de vida, lo cierto es que el sanedrín y los
dirigentes judaicos fueron casi superfluos.

Según
la distribución hecha por Judá ha-Nasi, la Mishnah está dividida en
seis sedarim, u "órdenes" que contienen 63 opúsculos, cada uno con un
nombre que indica su contenido.

Las seis "órdenes" son:

1. Zera'im ("semillas"): contiene 11 opúsculos, y trata principalmente de agricultura y sus productos.

2. Mo'ed ("fiestas establecidas"): contiene 12 opúsculos y presenta reglas en cuanto al sábado y las fiestas.

3. Nashim ("mujeres"): contiene 7 opúsculos y trata principalmente de reglas del matrimonio y la vida conyugal.

4. Nezikin ("daños"): contiene 10 opúsculos y trata de las leyes civiles y criminales.

5. Kodashim ("cosas santificadas"): contiene 11 opúsculos y trata de las ofrendas.

6. Tohoroth ("limpiezas"): contiene 12 opúsculos y se ocupa de reglas en cuanto a las cosas limpias e inmundas.

La Mishnah rara vez trata de temas puramente teológicos y contiene poco material haggádico.

La
excepción más digna de destacarse es el opúsculo 'Aboth, o Pirqe 'Aboth
(el opúsculo noveno de Seder Nezikin), que es una colección de
aforismos edificantes de los más famosos eruditos judíos desde alrededor
de 200 a. C. hasta 200 d. C. Ninguna otra parte de la Mishnah se ha
traducido e impreso tan frecuentemente.


Guemara (o Guemarra)

La
codificación de la Mishnah dio fin a una era en la historia de los
judíos, pues significó la terminación de la obra de los Tanna'im, los
"tradicionalistas", que habían transmitido la Halaká oralmente de una
generación a otra.

Durante
el período siguiente, los eruditos de la ley judía son llamados
'Amoraim, "pronunciadores" o "exégetas". Consideraban que su tarea era
estudiar la Mishnah para interpretarla y resolver sus contradicciones
reales o aparentes. Los 'Amoraim trabajaron intensamente durante los
siglos III y IV de la era cristiana, y su material nuevo - que consiste
de una esmerada exégesis de la Mishnah - fue codificado durante los
siglos IV y V.

En
ese tiempo, este material exegético fue llamado Talmud ("enseñanza");
sin embargo, en épocas posteriores llegó a conocerse como Guemara,
"terminación", y con frecuencia ahora se aplica la palabra Talmud a la
Mishnah y la Guemara combinadas.

En
la Guemara se incluyen Baraitas o declaraciones de la Halaká que no
encontraron lugar en la Mishnah. La Mishnah era una obra unificada
escrita en hebreo y aceptada por todos los judíos, pero la Guemara de
los eruditos palestinos - conocida como el Talmud de Jerusalén - era
notablemente diferente del de sus colegas babilonios, que es llamado el
Talmud Babilónico.

El
Talmud de Jerusalén incluye la Guemara de 38 opúsculos de las primeras
cuatro órdenes de la Mishnah y de un opúsculo de la sexta orden. La
Mishnah fue escrita en hebreo, pero la Guemara del Talmud de Jerusalén
fue compuesta en un dialecto arameo occidental.

El
Talmud Babilónico incluye la Guemara de 34 opúsculos de la Mishnah, de
las órdenes segunda a quinta, y de un opúsculo de la primera orden y de
la sexta.

Tanto
en el Talmud Babilónico como en el de Jerusalén, la Mishnah está en
hebreo; pero la Guemara del primero de ellos está en un dialecto arameo
occidental, mientras que la del último está en un dialecto arameo
oriental.

El
Talmud de Jerusalén tuvo poca aceptación fuera de Palestina; pero el
Talmud Babilónico se ha convertido en la norma aceptada por los judíos
ortodoxos desde su edición final c. 500 d. C.


Tosefta
La
Tosefta, que significa "extensión", "adición", es una colección e
interpretación de sentencias halákicas que no se encuentran en la
Mishnah ni están citadas como Baraitas en la Guemara. De manera que en
realidad no es una parte del Talmud.

A
semejanza de la Mishnah, la Tosefta está dividida en seis órdenes, pero
en total sólo abarca 59 opúsculos en comparación con los 63 de la
Mishnah.

No se conocen con exactitud sus recopiladores originales, pero deben haber hecho su obra antes de que se completara el Talmud.

Comentadores Posteriores
La
obra de los eruditos judaicos respecto a los escritos bíblicos y no
bíblicos no cesó cuando se completó el Talmud. Durante los siglos
siguientes se produjeron numerosos comentarios del Talmud, como también
comentarios acerca de la Biblia hebrea.

Hasta
el siglo X toda la interpretación judaica del Antiguo Testamento
(Biblia hebrea) se efectuó con la ayuda de la Haggadá o de alegorías.

Las
interpretaciones alegóricas también estuvieron en boga entre los
"padres" cristianos. Sin embargo, la influencia posterior de la
erudición arábiga trajo un cambio que indujo a los eruditos judaicos a
que dieran a sus estudios un enfoque gramatical y lexicográfico más
sólido, y se logró una comprensión más racional de la Biblia hebrea.

Los
comentadores más antiguos que merecen esta designación fueron Saadia
ben José (m. 942), Samuel ben Hofni (m. 1034) y Moisés ibn Gikatilla,
que vivió en la última parte del siglo XI. Sin embargo, las lumbreras
máximas entre los comentadores judaicos trabajaron en los siglos XII y
XIII. Entre éstos se cuentan Rashi (o Raschi), Ibn (o Abén) Ezra, David
Kimhi y Maimónides, cuyas obras no sólo han influido en el pensamiento
religioso judío hasta el día de hoy sino también, en menor grado, en el
pensamiento de los comentadores cristianos.

Rashi
(1040-1105), rabino francés, escribió comentarios acerca de la Biblia y
del Talmud. Su comentario bíblico ha sido impreso en la mayoría de las
Biblias rabínicas, y su comentario sobre el Pentateuco es muy usado
entre los judíos.

Ibn
Ezra (1092-1167) fue un judío español que viajó mucho en la zona del
Mediterráneo, por lo que adquirió un conocimiento enciclopédico tan
grande que sus comentarios acerca de los libros bíblicos fueron valiosas
fuentes de información.

David
Kimhi (1160-1235) pertenecía a una familia de eruditos judíos de
Francia. Su mayor obra exegética es un comentario de los libros
proféticos del Antiguo Testamento; sin embargo, tuvo más influencia como
gramático y lexicógrafo. Su famosa gramática hebrea, que contiene una
lista de raíces hebreas, durante siglos constituyó la base de la
escritura gramatical hebrea tanto para los judíos como para los
cristianos.

Maimónides
(1135-1204) fue el más notable de todos los eruditos y filósofos judíos
de la Edad Media. Nació en España y se hizo famoso como líder del
judaísmo en Egipto. Su comentario arábigo sobre la Mishnah dio verdadero
significado a muchas frases oscuras de los antiguos rabinos, y extrajo
de ellas valores éticos y dogmáticos. Sus obras influyeron tanto en los
escolásticos cristianos como en los filósofos musulmanes. Tomás de
Aquino, Meister Eckhart y aun el filósofo Leibnitz dedujeron ideas
filosóficas básicas de Maimónides.