|
Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española · RECURSOS DE INTERÉS · Rito hispánico |
Iglesias visigóticas | |
rdelacampa Fundador | #1 · Santa Lucía del Trampal, Alcuéscar (Cáceres) No hace mucho que se han reconstruido las partes que se habían derruido y rehabilitado otras que se encontraban maltrechas, hasta aparecer ante nosotros un hermoso templo de tipo visigótico, que según los especialistas pertenecería a la segunda mitad del siglo VII, poco antes del fin del reino godo en España. La iglesia de Santa Lucía del Trampal pertenecería a un complejo monástico similar al de Melque (Toledo) ya que se han encontrado trazas de otros edificios cercanos (los posibles estancias monacales) y de otra iglesia (Santiago) También se han encontrado en el solar piezas arqueológicas de época prerromana y romana por lo que es fácil interpretar que Santa Lucía del Trampal se construyese, como era habitual en la arquitectura medieval, sobre un lugar de culto tradicional anterior y donde se reaprovechó material de acarreo como queda constancia en numerosas partes de sus muros. La iglesia de Santa Lucía del Trampal de Alcuéscar muestra dos partes claramente diferenciadas: el sector que engloba la cabecera triabsidal y el crucero, que es lo más valioso, pertenece al edificio hispanovisigodo. El cuerpo de la nave es posterior, de estilo gótico. El tramo de fábrica visigoda está construido con sillería perfectamente escuadrada a base de enormes sillares, como era costumbre en la época Tiene esta parte una sola y corta nave unida a un crucero y cabecera triabsidal. Todo el abovedamiento es de cañón con perfil de herradura, salvo los tres tramos que preceden a los ábsides, que son más elevados y estarían en su origen cubierto con bóveda de aristas construidas con ladrillo. La bóveda del crucero descansa sobre doce columnas monolíticas con seis arcos transversales de herradura. En el acceso al crucero y a los ábsides existen unas hendiduras verticales donde se colocarían canceles para estructurar el espacio del templo según el modo de liturgia hispánica. El cuerpo de la iglesia que entronca con la parte citada ya es bajomedieval, de los siglos XIV o XV. El problema para interpretar los enigmas con que todavía nos desafía la iglesia de Santa Lucía es el escaso conocimiento que tenemos de la arquitectura visigoda. Han sido pocos y muy alterados los edificios de la época que se han conservado y, en todo caso, no son edificios urbanos sino más bien construcciones de tipo secundario que se han salvado por encontrarse en entornos rurales. Ramón de la Campa Carmona |
rdelacampa Fundador | #2 · · Editado por rdelacampa Santa María de Melque (siglos VII-VIII) San Martín de Montalbán, Toledo Ramón de la Campa Carmona |
rdelacampa Fundador | #3 · Ermita de Santa María de Quintanilla de las Viñas (Burgos) En la región de Lara, rodeada de restos arqueológicos celtas, romanos y medievales, se encuentra esta iglesia de la que sólo queda la cabecera y parte del crucero, sin las bóvedas primitivas. Aunque han existido dudas sobre su fecha de construcción, debido a una dedicatoria de difícil interpretación, en la actualidad está considerada como visigoda del siglo VII, posiblemente la última de la que tenemos noticia, junto con Santa María de Melque y San Giao de Nazaré, anterior a la invasión árabe. Construida a base de grandes sillares de caliza gris, con franjas de decoración esculpida en piedra también calcárea pero más clara, esta iglesia ha llegado hasta nosotros sólo parcialmente ya que no queda más que el ábside cuadrado y la nave transversal. Por lo que se ha podido descubrir en las excavaciones sabemos que se trataba de una basílica de tres naves, las dos laterales divididas en tres aposentos y separadas por arquerías de herradura, conservándose el arranque de una de ellas, con un único ábside cuadrado exterior y un pórtico con dos aposentos laterales a los pies. Tiene nave de crucero, que sería de la misma altura que la central, con pórticos laterales que sobresalían, como también el ábside, de la planta rectangular de la basílica. Su estructura parece un paso intermedio entre San Pedro de la Nave y las iglesias asturianas posteriores. Es muy probable que la construcción primitiva quedara inacabada ya que en las excavaciones solamente ha sido encontrada una parte de los basamentos de las naves. Además se conservan en el interior de la iglesia varios bloques grandes de piedra, adornados con bajorrelieves, con reproducciones antropomorfas que dan la impresión de jamás haber sido colocados en el sitio para el cual estaban destinados. Por otra parte, de los seis medallones que existen sobre las paredes exteriores del ábside rectangular, colocados para recibir, labrados en la piedra, monogramas con letras enlazadas al estilo visigótico, solamente han sido esculpidos tres, los otros quedaron sin decorar. Esto demuestra la posibilidad de que parte de la decoración en los edificios visigodos se esculpiera sobre los muros ya construidos, lo que podría explicar algunos temas conflictivos, como la escasez de decoración de Santa María de Melque, que podría ser debida a que la invasión árabe no dio tiempo a decorarla. Los restos que se conservan en los muros, que fueron desmochados a principios del siglo XX para poner un tejado moderno de madera, indican que tanto la cabecera como las naves laterales estaban abovedadas; el ábside mediante bóveda baída de la que aún se conservan los arranques; las naves laterales y posiblemente el cimborrio central por bóveda de aristas. Es muy difícil saber cómo estaban cubiertas la nave central y la de crucero ya que no ha quedado nada que permita decidir si sería también con bóveda de cañón o con techumbre de madera, en cualquier caso a dos aguas. Las últimas teorías defienden la tesis de que se trataba de un edificio totalmente abovedado (ver esquema de su estructura según Caballero y Arce), aunque no existe ningún dato concreto que pueda hacer que consideremos como segura ninguna de las dos posibilidades. La estructura de esta iglesia varía respecto a las anteriores y aporta nuevos puntos de conexión entre la arquitectura visigoda de finales del siglo VII y las primeras iglesias asturianas como Santianes de Pravia y San Julián de los Prados: La existencia de una nave transversal, de la misma anchura que la nave central, en combinación con una planta basilical. Las naves laterales son mucho más estrechas que en los monumentos anteriores, como en las iglesias asturianas. Por los restos que se conservan, sabemos que tanto la nave central como la de crucero se elevaban a una altura considerable y posiblemente se cubrían por techo de madera. La existencia del pórtico con aposentos laterales permite pensar que podría haber encima una tribuna, que ya aparece en San Giao de Nazaré, y que luego sería habitual en toda la arquitectura asturiana. En la entrada del ábside se conserva un maravilloso arco toral inequívocamente visigodo, con forma de herradura que se prolonga 1/4 del radio, con trasdós inferior divergente y dovelas perfectamente centradas con clave central e impostas sobre columnas. Se trata del arco de herradura más perfecto e interesante que ha llegado hasta nosotros de toda la arquitectura visigoda (Ver su esquema en la página de Características Generales del Arte Visigodo). Posee una magnífica decoración esculpida tanto interior como exteriormente, toda ella de talla a dos planos y con las figuras a bisel. En el exterior consiste en dos franjas decorativas, en piedra calcárea de color más claro que el resto, que recorren los muros de la cabecera y del frente del crucero, con una tercera en el testero. La inferior consiste en un largo tallo ondulado con racimos o flores de cinco hojas en las inflexiones, que recuerdan a los motivos vegetales del "maestro de Nave" pero con una talla algo más rudimentaria. La superior de círculos enlazados con aves y dibujos vegetales. La tercera faja del testero es semejante pero con representaciones animales de clara influencia siriaco-persa. En la segunda existen también unos anagramas semejantes a los de las monedas visigodas de la segunda mitad del siglo VII. En el interior, además de la decoración del arco toral, mezcla de la de las dos fajas exteriores, existe un segundo grupo de decoración formado por siete grandes bloques de piedra con relieves iconográficos. Esta ornamentación interior de Santa María es célebre por la presencia de unos bajorrelieves que se caracterizan por su aspecto casi de grabados, inscritos en un marco de piedra; representan temas historiados y se distinguen por el expresionismo de que aparecen dotadas las proporciones de los personajes y que entroncan no sólo con San Pedro de la Nave, sino con toda la iconografía de los manuscritos mozárabes y son un anuncio del arte románico. El estilo decorativo de la iglesia de Santa María, es absolutamente lineal; todas las figuras están de frente y recortadas en un solo plano sobre un fondo profundo, pero sin planos interiores. Los siete grandes bloques antes citados contienen la siguiente iconografía: El bajorrelieve de la imposta derecha en que se apoya el arco de entrada del ábside, representa a dos ángeles enfrentados en pleno vuelo que sostienen entre los dos un medallón circular con la efigie de un sol radiante, representado como figura masculina imberbe. Sus siluetas con trazos incisos, destacan con poco relieve sobre un fondo plano. Encima de la figura tenemos su nombre en letra visigoda: SOL. El otro bloque, situado en la imposta izquierda tiene la misma composición pero representando a la luna, de forma poco habitual como un personaje masculino con barba, así como los dos ángeles sosteniendo el círculo donde se encuentra, sobre la cabeza de la figura una luna creciente y su nombre: LUNA. Otros dos bloques, de la misma forma y tamaño que los anteriores, se encuentran actualmente en el suelo del altar mayor. Uno representa una figura masculina de frente, llevando en la mano derecha una cruz procesional y dos ángeles iguales que en los anteriores bloques del Sol y la Luna. El otro, sigue la misma disposición, solamente que en este caso la figura es femenina, representa una mujer con la mano cruzada sobre el pecho. Parece posible que estuvieran situados en el arco de separación entre el crucero y la nave central, que sería semejante al que se conserva en la cabecera. Los otros dos bloques conforman personajes de frente llevando libros, se interpretan como evangelistas, uno de ellos San Juan Evangelista. Están situados encima del primer bloque de este grupo. El último bloque situado por encima de la clave del arco triunfal, representa a Cristo barbado con nimbo crucífero en actitud de bendición. Se especula que los dos bloques representando a los evangelistas pudieran estar situados a ambos lados de este último bloque. La interpretación de estas imágenes ha sido origen de grandes controversias, desde la cristiana más ortodoxa, hasta la posibilidad de que corresponda a un último brote de la herejía arriana o a que se trate de inscripciones gnósticas, pero entrar en ese tipo de disquisiciones nos llevaría muy lejos de nuestros propósitos. Desde nuestro punto de vista, nos parece más razonable la primera opción, que relaciona a los cuatro primeros bloques con las representaciones astrales y humanas de Cristo y su Iglesia, según las antiguas tradiciones cristianas que define San Isidoro en su "Tratado de la naturaleza", formando las otras tres una especie de primitivo Pantócrator por encima del arco triunfal. Sobre lo que no tenemos ninguna duda es de que toda la decoración es de la época de la construcción de la iglesia y, por lo tanto, toda ella visigoda de finales del siglo VII excepto quizá la inscripción dedicatoria interior que podría ser del siglo X. Ramón de la Campa Carmona |
F.b. de la Rosa Nuevo usuario | #4 · Mi hija se llama Melque en recuerdo de la advocación que "recibe culto" en loa citada Ermita de la Puebla de Montalban (Toledo) |
JMGALONSO Usuario veterano | #5 · En el Museo Arqueológico Nacional hay (o al menos había antes de la remodelación en curso) un montaje hecho con piezas originales de lo que sería un presbiterio visigodo, con su cancel, sus cortinas (estas no son originales, ya se ve), la cruz colgando sobre el altar... Aunque para imaginar el esplendor de la liturgia palatina, nada mejor que detenernos ante las cruces y las coronas votivas de Guarrazar. Jesús Miguel |
ATENCIÓN: Este tema no tiene actividad desde hace más de 6 MESES, te recomendamos abrir un nuevo tema en lugar de responder al actual | |||
Ceremonia y rúbrica de la Iglesia española · RECURSOS DE INTERÉS · Rito hispánico | |||
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario