domingo, 14 de agosto de 2016

El Blog de GHNB

El Blog de GHNB












































sábado, abril 09, 2016





Una noche mágica en el 604



Tuve hace unas pocas semanas la experiencia de comer en El Cielo, uno de
los restaurantes más sofisticados y costosos de Bogotá. Una sucesión de
pequeños platos con nombres exóticos, un ambiente moderno e impecable,
varios cambios de vajilla, cubiertos y copas, todo ello a más de 70
dólares por comensal. Esa sofisticada experiencia no se logra comparar
con la noche que acabamos de tener en El 604, uno de los restaurantes
más impactantes en los que he estado en los últimos años en Bogotá.





miércoles, enero 06, 2016






La foto de Olaya Herrera


Ayer publicó mi buen amigo FP (Álvaro Negrillo) una muy buena foto en el
Foro de Fotografías Antiguas del Tolima, que llamó inmediatamente mi
atención. Se trata de la famosa fotografía de Olaya Herrera por la Calle
Real de Bogotá, que a mi modo de ver es el documento gráfico que mejor
resume el espíritu de triunfo de los primeros días de la República
Liberal en Colombia.
Me llamó poderosamente la atención la descripción de la foto que hizo
FP, ya que situaba la fotografía como tomada el día 11 de agosto de
1934, fecha que figuraba en la parte trasera de la misma. Mi curiosidad
se debía a que esta foto ha sido reproducida muchísimas veces como
tomada el 7 de agosto de 1930, día de la posesión de Olaya Herrera. La
fecha de 1930 figura en publicaciones del Banco de la República,
Colartes, libros, biografías, etc. La fuente de FP es la siguiente:
Según FP, la fotografía fue tomada el día de la inauguración
presidencial de López Pumarejo, tal y como lo dice este texto del
anverso. A mi no me convenció el texto en inglés y me lancé a buscar la
foto en antiguas publicaciones, sin éxito. Me ayudó muchísimo un
comentario del señor John Jaramillo Ramírez, quien publicó que "la foto
es de la manifestación en honor de Olaya Herrera cuando iba a entregar
el poder. Doña María Teresa va de abrigo y falda larga, y María Olaya
Londoño ( ya se había casado Lucía) de blanco y zorros al brazo." Con
esos datos, fue fácil conseguir la fecha exacta y la publicación de
prensa de la época.
En resumen, esta buena foto, donde marchan por la Calle Real de Bogotá
los 3 presidentes elegidos en desarrollo de la República Liberal, fue
tomada el domingo 5 de agosto de 1934, cuando los bogotanos se lanzaron a
rendir un homenaje a uno de los presidentes más queridos que haya
tenido Colombia. Según el anverso de la foto 50.000 colombianos
participaron en la marcha. Según El Tiempo, en el muy belicoso estilo de
la época, 100.000 liberales eran los manifestantes. La verdad, la cifra
más aproximada debe ser la del observador extranjero, pues Bogotá
apenas tenía 300.000 habitantes en total en aquellos días.
La foto de FP, de altísima calidad, muestra a unos personajes que
pasaron a la historia de Colombia. En la primera fila figuran de
izquierda a derecha:
Jaime Jaramillo Arango: Manizalita, era ministro de educación desde
hacía 3 meses. Nacido en enero de 1897, tenía 37 años en esta foto.
Médico, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional,
embajador de Colombia en la Alemania Nazi, vicepresidente de la Unesco y
finalmente rector de la Universidad Nacional. Murió de un infarto en
julio de 1962.
María Olaya Londoño: De blanco, con zorros en el brazo, tenía 21 años en
esta foto, pues había nacido en Santiago de Chile en diciembre de 1912.
La inquieta hija del presidente Olaya Herrera, acompañaba a su padre
por todo el país. Fue, junto con su madre, la primera familiar de
presidente con oficina en Palacio. María Emperatriz era inteligente y
bonita, educada en Estados Unidos, fue un gran apoyo para la popularidad
de su padre. Se casó con el periodista Jorge Cárdenas Nuñez, en
ceremonia celebrada en la Catedral San Patricio de Nueva York, en
noviembre de 1943. En esta foto de diciembre 15 de 1930, María aparece
con sombrero negro, sentada a la derecha de su padre, almorzando en
Flandes (Tolima), en los hangares de SCADTA.



Alfonso López Pumarejo: Esta foto fue tomada 2 días antes de su posesión
como presidente de Colombia, tenía 48 años. En su primer mandato
impulsó muchas reformas, que colectivamente fueron conocidas como "la
revolución en marcha". Su segundo periodo, entre 1942 y 1946, fue mucho
más accidentado y cedió el poder primero a Darío Echandía y luego a
Alberto Lleras. Hondano, nacido el 31 de enero de 1886, hace ya 130
años. Murió en Londres en noviembre de 1959.
María Teresa Londoño de Olaya: La primera mujer que ejerció
efectivamente como primera dama, una mujer de mucho empuje, que impulsó
muchísimo la carrera de su esposo. Nacida en 1882, tenía 52 años en esta
foto. Bogotana, sus influencias familiares le ayudaron mucho a Olaya
Herrera, con quien se casó en 1911. Murió en Bogotá en mayo de 1962.
Esta foto de FP es de 1924, durante los 8 años que su esposo fue
embajador de Colombia en Estados Unidos.
Enrique Olaya Herrera: Nacido en Guateque en noviembre de 1880, Olaya
Herrera tenía 53 años en esta fotografía. Es probablemente el presidente
con mayor índice de popularidad al entregar su mandato. Olaya Herrera
fue ministro y embajador de muchos gobiernos conservadores y su bajo
perfil ayudó a que pudiera ser elegido en medio de 2 candidatos
conservadores. Fue nombrado como embajador ante la Santa Sede después de
su periodo presidencial. Murió inesperadamente en Roma el 18 de febrero
de 1937, a los 56 años, cuando se perfilaba para un segundo mandato
presidencial. Yo escribí una crónica sobre su largo entierro, que duró 3
meses. VER CRÓNICA
Esteban Jaramillo: El más conocido de los ministros de Hacienda de
Colombia se ve pequeño al lado del gigante presidente Olaya Herrera.
Jaramillo tenía ya 60 años en esta foto y había sido ministro de
Gobierno del presidente José Manuel Marroquín en 1903, de Agricultura y
Comercio del presidente Marco Fidel Suárez, entre 1918 y 1919, de Obras
Públicas del presidente Carlos Holguín, entre 1919 y 1921, de Hacienda
en los mandatos de Miguel Abadía Méndez entre 1927 y 1929 y de Enrique
Olaya Herrera, entre 1931 y 1934. Uno de los más grandes economistas
colombianos, graduado en la Sorbona de París. Murió en 1947.
Eduardo Santos: El dueño y director del periódico El Tiempo tenía 45
años en esta foto. Nacido en Tunja, se casó con Lorencita Villegas y
creó un imperio editorial que aún hoy se conserva. Presidente entre 1934
y 1938. Sin hijos, murió en Bogotá en noviembre de 1974.
En la fila de atrás están:
Alberto Pumarejo: Mirando hacia la derecha, situado entre López Pumarejo
y doña Maria Teresa de Olaya. Acababa de pasar 3 años como Ministro de
Comunicaciones y desde mayo de 1934 era Ministro de Guerra. Joven
ministro, tenía 41 años en esta foto. Construyó un puente en
Barranquilla muy famoso, que con los años se convirtió en el llamado
"Puente Pumarejo" en su honor. Murió en agosto de 1970.
Alfonso Araujo: Mirando muy serio al frente, está situado entre los
esposos Olaya. Era en ese momento Ministro de Obras Públicas, cargo que
ocupaba desde 1931. También muy joven, tenía 32 años en esta foto.
Araújo Gaviria fue varias veces ministro y embajador. Murió en febrero
de 1961.
Francisco José Chaux: Tapado por el sombrero de Olaya Herrera. El
político caucano era Ministro de Industrias desde el 7 de agosto de
1930. Nacido en 1889, tenía 45 años en esta foto. Según sus paisanos, a
Chaux le quedaron debiendo la Presidencia, pues tenía sobrados méritos
para alcanzarla. Murió en 1976.
Sinforoso Ocampo: Ocampo aparece con gesto adusto, detrás de Esteban
Jaramillo. Era un ministro recién nombrado, estaba en la cartera de
agricultura desde mayo de 1934. Manizalita, empresario, fue una figura
muy importante en el Viejo Caldas.
Como se aprecia, esta es una foto muy importante de la historia
colombiana, es difícil encontrar a 3 presidentes reunidos en una misma
foto callejera, más si se juntan la cantidad de ministros, y embajadores
que figuran en ella. La presencia de 2 elegantes damas le da más realce
a esta buena fotografía. Fue tomada por un fotógrafo del periódico El
Tiempo y publicada en primera plana, en la edición del lunes 6 de agosto
de 1934. Gracias a FP por haber suministrado una copia de tan alta
calidad. Lo siguiente que debe hacerse es informar al Banco de la
República y a otros sitios, para que corrijan la fecha en que fue tomada
esta histórica foto.

jueves, septiembre 24, 2015






23 de diciembre de 1968


A raíz del accidente de una tía, que le produjo una fractura de cadera,
vino a mi memoria el accidente que tuvimos el lunes 23 de diciembre de
1968, donde mi papá también sufrió una similar fractura. Aquí va la
historia:
Mi papá era en ese momento Gerente de la Beneficencia del Tolima y había
decidido que los sorteos de los lunes de la Lotería del Tolima se
jugaran fuera de Ibagué, en los pueblos del departamento, donde llevaba
artistas que estaban comenzando, como era el caso de Silva y Villalba.
Después de un sorteo de la Lotería en Guamo, íbamos de regreso a Ibagué
en un carro de la Beneficencia manejado por Don Luis, un veterano
conductor de la entidad. Mi papá, mis hermanos mellizos y yo íbamos en
el asiento de atrás, comiendo un pollo que habíamos comprado a la salida
de El Guamo. De pronto, a unos 5 kilómetros del pueblo, chocamos de
frente contra una volqueta que estaba varada, sin luces. Caímos a una
cuneta de unos 2 metros.


Mi papá sufrió una fuerte fractura en la cadera y gritaba de dolor en el
carro. El chofer había quedado con varias costillas rotas y una rodilla
destrozada. Atrás mis hermanos y yo estábamos ilesos, salvo una pequeña
herida de Juan Manuel. Yo tenía 11 años y me tocó ponerme al frente de
la situación. En una total oscuridad, subí como pude a la carretera,
donde el conductor de la volqueta se lamentaba, en los últimos momentos
de su vida. Logré parar un carro, que se dirigió a toda velocidad a El
Espinal, a traer una ambulancia.
Recuerdo con horror la sacada de mi papá y don Luis de la cuneta, el
traslado a El Espinal, el largo trayecto hasta Ibagué, mi papá gritando
de dolor en cada curva. La llegada a la Clínica Minerva, llena de
médicos esperando a su colega y amigo.
Creo que lo operaron al día siguiente, le pusieron varios clavos en su
cadera y un gran yeso desde el cuello hasta las rodillas. La entrada a
nuestra casa de Cádiz fue de película, pues lo subieron como un gran
mueble por las escaleras hasta su habitación del segundo piso. La
Navidad fue triste, la pasamos donde mi abuela Paulina, no estaban ni el
abuelo Pedro, muerto en mayo de ese año, ni mi papá recién accidentado.
Lo del yeso duró 3 largos meses. Mi mamá tuvo que comprar unas largas
manos en la Plaza de Mercado, para que mi papá pudiera rascarse la
espalda. Era un enfermo muy complicado, como en general lo somos los
hombres. Después de eso estuvo en muletas, luego con bastón. Cojeaba a
veces por esta lesión. Las juntas y reuniones de la Beneficencia se
hacían en nuestra casa, por decisión del gobernador Ariel Armel. 
Ahora los procesos de fractura de cadera no son así de complicados. Ya
no hay necesidad de esos yesos tan aparatosos y los procesos de
recuperación son más sencillos. Para muchos, el año 68 fue el del Mayo
de París y The Beatles. Para mi fue el año de la Vuelta de Pedro J.
Sánchez, la muerte de mi abuelo Pedro y este triste accidente.



ÑAPA: El carro del accidente era un Ford gigante, de los años 50s, que
había pertenecido al General Gustavo Rojas Pinilla. Ese carro nos salvó
de perecer aquella noche.




sábado, agosto 08, 2015





Los 80 años de Gloria Ballesteros


Gloria Ballesteros de Niño. Nacida en Bucaramanga hoy hace 80 años, se
casó en 1956 con el médico tolimense Humberto Niño Rodríguez. Llegó a
Ibagué en 1957 y es más tolimense que la lechona del Espinal.
Gran cocinera, con varios platos que son recordados por muchísima gente.
Sus clases de cocina eran famosas en Ibagué. Responsable y exitosa
ejecutiva bancaria, valiente en la adversidad. Buena lectora, gran
analista política, inquieta intelectualmente. Líder cívica, miembro de
varias Juntas Directivas. Una capacidad inmensa de trabajo.
Campeona nacional de bolos en 1970, representó a Colombia en los Juegos
Centroamericanos de Panamá de 1971. Sigue hoy pendiente del deporte, es
capaz de recitar de memoria los 20 primeros jugadores del ranking de
tenis mundial y describir en detalle los últimos campeonatos de su ídolo
Rafael Nadal.
Buena miembro de familia, siempre con un consejo adecuado y oportuno. Me
ha dado la vida e innumerables ejemplos de como ser una buena persona.
Muchísimo le debo, muchísimo nos ha dado a mi y a mis hermanos.
Felices 80 años a una gran mujer, que Dios conserve muchos años a mi linda mamita.

domingo, abril 19, 2015






Sofia Temel Maisler



Three years ago, without really any particular reason, I decided to do an investigation on the Temel restaurant, the greatest restaurant in Bogota that closed more than 60 years ago. The investigation resulted in a long chronicle, where I related the history of Jack and Max Temel and their families over more than 110 years. The chronicle also resulted in a visit from the Temel family to Bogota, where I had the honor of meeting several members of the family, to visit the old Temel Alley, old Bogota and to spend several days together in the city where they had been born, but which they had not visited in 50 years. This visit and the chronicle were related in a 6 page article in the Magazine of the Javeriana University at the end of year 2013.

During those 110 years of family history, where I related events such as the persecution of the Jews in Austria, the horror of the concentration camps, the 9th of April of 1948 in Bogotá, the kidnapping of an airplane by Palestinian terrorists, I had not had to face an event that hurt me personally so much as the unexpected death of Sofia Temel Maisler, a beautiful woman of 59 years of age, that I met during her visit to Bogota in 2013. 







Sofia Desiree Temel was born on May 18th of 1955 in Bogotá, at the moment of glory for the Temel Restaurant. Her childhood was in a beautiful district of Bogotá. For reasons that I will detail in a future article, she emigrated to the south of Florida at the beginning of 1963. She suffered an aeroplane kidnapping when she was 15 years old and was attending ninth grade. Her adolescence was in a home where her father Max Temel dedicated the last 30 years of his life to the vital role of serving the elderly communityand her Mother, Hanna Temel, spent time on the important task of documenting her experiences in concentration camps so new generations would not forget this terrible and tragic history.

Sofia married Jay Maisler in 1977, a marriage which produced three
children, Rachel, Brian and Aaron. Sofia also dedicated her life to the
service of others, continuing the tradition of her parents. She was a
social worker, specializ
ing in the care of the elderly, graduated from the Wurzweiler Social Work School. She was the Director of Senior Services at Tampa Jewish Family Services, an organization in Central Florida. She also contributed to fund recollection for diverse social causes. At the moment of the collapse that resulted in her death, Sofia was working in an event that involved fund recollection. 

The image that I have of Sofia is the one of a woman with an eternal smile, intelligent, kind. She remembered very clearly details from the Temel restaurant, even 50 years later and lots of architectural transformations.
She told me a lot of details that I was not aware of about the purchase
of the restaurant and the conflict that involved Max and Jack's
families, which resulted in the closure of the 
restaurant. She was a very special woman, worthy heiress of the tradition of service in her family, which has continued with her children, especially her wonderful daughter Rachel. She died very young, leaving a great void in every one of us who got to know her. 
To her husband Jay, her children Rachel, Brian and Aaron, to her mother Hanna, her brothers Charles and George, to the Temel and Maisler families,
my sincere condolences, which are filled with affection and admiration
for Sofia's life. May the creator of the universe take care of her in
heaven, and give you the strength to handle her absence. May her example
be remembered with joy 
through all the generations. 

sábado, abril 18, 2015






Sofia Temel


Hace 3 años, sin ninguna razón especifica, decidí hacer una
investigación sobre el restaurante Temel, el más grande e importante que
tuvo Bogotá hace más de 60 años. La investigación derivó en una de mis
crónicas más leídas, donde relaté la historia de Jack y Max Temel y sus
familias a largo de 110 años. La crónica también derivó en una visita de
la familia Temel a Bogotá, donde tuve el honor de acompañar a varios
miembros de la familia a visitar el viejo Callejón Temel, el Bogotá
antiguo y pasar varios días juntos en la ciudad donde habían nacido pero
que no visitaban hacía 50 años. Esta visita y la crónica fueron
registrados en un artículo de 6 páginas de la Revista de la Universidad
Javeriana a finales del año 2013. VER CRÓNICA
Durante esos 110 años de historia familiar, donde relaté hechos como la
persecución a los judíos en Austria, el horror de los campos de
concentración, el 9 de abril de 1948, el secuestro de un avión por
terroristas palestinos, no había tenido que registrar un hecho que me
doliera personalmente tanto como la inesperada muerte esta madrugada de
Sofia Temel, una hermosa mujer de apenas 59 años de edad, a quien conocí
en su visita del año 2013 a Bogotá.
Sofia Desiree Temel nació el 18 de mayo de 1955 en Bogotá, en el momento
de gloria del Restaurante Temel. Vivió su infancia en el recién
construido barrio El Chicó. Por motivos que detallaré en una próxima
crónica, emigró al sur de la Florida a comienzos de 1963. Sufrió un
secuestro aéreo cuando apenas tenía 15 años de edad y cursaba noveno
grado.  Su adolescencia se dio en un hogar donde su padre Max Temel
dedicó los últimos 30 años de su vida a servir a los más necesitados y
su madre Hanna Temel a transmitir sus experiencias de campos de
concentración a las nuevas generaciones.
Sofia se casó con Jay Maisler en 1977, matrimonio del que nacieron sus
hijos, Rachel, Brian y Aaron. Sofia también dedicó su vida al servicio
de los demás, continuando la tradición de sus padres. Trabajadora social
especializada en cuidado de adultos mayores, graduada en la Escuela de
Trabajo Social Wurzweiler, era Directora de Senior Services de Tampa
Jewish Family Services, una organización comunitaria en el centro de la
Florida. También contribuyó a la recolección de fondos para diversas
causas sociales. En el momento del colapso que finalmente derivó en su
muerte, Sofia estaba trabajando en un evento de recolección de fondos.
La imagen que tengo de Sofia es la de una mujer con una sonrisa siempre a
flor de labios, tranquila, inteligente, amable, llena de vida.
Recordaba con gran precisión los detalles del restaurante Temel, aún
después de 50 años y muchas transformaciones arquitectónicas. Me contó
muchos detalles que yo aún desconocía de la compra del restaurante y de
los conflictos que tenían las familias de Max y Jack, que resultaron en
el cierre del restaurante. Una mujer muy especial, digna heredera de la
tradición de servicio de su familia, que se continua en sus hijos,
especialmente en su maravillosa hija Rachel. Ha muerto muy joven,
dejando un gran vacío entre todos los que la conocimos.
A su esposo Jay, a sus hijos Rachel, Brian y Aaron, a su madre Hanna, a
sus hermanos Charles y George, a las familias Temel y Maisler, mi
emocionado saludo de condolencia, de afecto y admiración por la vida de
Sofia. Que el creador del universo la cuide en el más allá y les de
fortaleza para soportar su ausencia. Que su ejemplo sea recordado con
alegría por todas las generaciones.

sábado, abril 11, 2015






Bogotá en 1932


Desde hace varios días he comenzado a revisar un maravilloso plano de
Bogotá en 1932, que se puede conseguir en alta resolución en la red. Yo
ya había tocado el tema de la Bogotá de los años 30s en varias de mis
crónicas, pero este plano me ha ayudado a entender visualmente como era
la ciudad y como era su situación de transporte.
Para entender cuanto ha cambiado la ciudad, vale la pena analizar varias áreas:

lunes, abril 06, 2015






La hazaña de Pedro Jota


Jueves 16 de mayo de 1968. La ciudad de Ibagué es un hervidero de pasión
deportiva. La Vuelta a Colombia, el gran espectáculo nacional, llega a
la ciudad procedente de Armenia. Pedro Julio Sánchez, el gran León del
Tolima, ocupa la tercera posición en la clasificación general a 58
segundos del líder Gustavo Rincón. Todos los analistas pronostican una
dura lucha en La Línea, el puerto de montaña que decidirá la Vuelta. El
Alcalde de Ibagué, Armando Polanco Urueña, pide cordura a la ciudadanía,
y respeto por los integrantes de la gran caravana de la Vuelta "máxime
cuando uno de nuestros pedalistas, Pedro J. Sánchez, quien ocupa un
magnífico puesto en la clasificación general, ha expresado que Ibagué
reitere su proverbial cultura en esta clase de actos deportivos".
 Los alumnos de quinto de primaria del Colegio Jiménez de Cisneros,
entre los que me encontraba, no podíamos contener la emoción por el gran
acontecimiento. Todos teníamos nuestros radios a la mano, nadie
escuchaba a los profesores, todos estábamos pendientes de la transmisión
de las emisoras. A las once de la mañana nos soltaron y yo salí
corriendo desde la calle 17 hasta la décima, a ver la llegada de la
Vuelta en un lugar privilegiado, el balcón de la casa de mi abuela
Paulina, situado exactamente en el punto de llegada de la etapa, carrera
tercera con calle décima A.


A las 10:30 de la mañana la etapa había salido de la Plaza de Bolivar de
Armenia, rumbo a nuestra ciudad. Ya en las calles de Calarcá Pedro Jota
llevaba algunos metros de ventaja a su rivales. Carlos Montoya, segundo
en la general, se rezagó en los primeros kilómetros del ascenso. Todo
parecía favorecer a nuestro ídolo. Pero el ataque surgió del lado de
Javier Suarez, el gran ciclista antioqueño. El Ñato se escapó dejando a
todos rezagados en la subida a la Línea, donde pasó en solitario. Pedro
Jota llegó de segundo, mientras el líder Rincón vivía un drama y perdía
toda opción.


En Ibagué la angustia por el arrancón del Ñato Suárez era grande. La
transmisión se perdía en la bajada hacia Cajamarca, porque los ciclistas
iban mucho más rápido que los carros de las emisoras. Debíamos esperar a
que llegaran a Cajamarca. Cuando apareció el primer ciclista en
Cajamarca, el grito de emoción fue unánime: Pedro Jota iba ganando en
solitario! Javier Suárez iba de segundo y los otros pedalistas iban muy
atrás. Pero otro inconveniente se presentó, con un pinchazo de Pedro
Jota entre Cajamarca e Ibagué. Seguíamos en vilo.
Pero ya en las goteras de Ibagué la apoteosis se desató. Pedro Jota
seguía de líder y ya el triunfo se veía venir. Apenas se supo en el
sitio de meta, sonó el Himno Nacional. Cuando Pedro Jota llegó a la
meta, el Bunde Tolimense se oía por la ciudad entera. Mi papá lloraba de
emoción en el balcón. Ibagué estalló de alegría, en una emoción
colectiva solo comparable a la del campeonato del Deportes Tolima muchos
años después. De la multitud salió la esposa de Pedro Jota, fundiéndose
en un abrazo con el nuevo líder. Nadie lo podía creer.







Las estadísticas muestran que Javier Suarez llegó a menos de 4 minutos
que Pedro Jota, pero en mi recuerdo pasó mucho tiempo para que otro
corredor llegara. Cochise fue tercero en la etapa y Pablo Hernández
cuarto. Pero todos veíamos unicamente a Pedro Jota, a nuestro gran León.
En la general, Pedro Jota quedaba con más de 8 minutos de ventaja sobre
Javier Suarez, 9 minutos sobre el español Fulgencio Sánchez y más de 10
frente al anterior líder Gustavo Rincón.





La siguientes etapas fueron casi de trámite. Recuerda mi gran amigo
Gilberto Silva que salimos con mi papá, a despedir la caravana con
pañuelos blancos, en la carrera quinta, a la altura del Colegio San
Simón. Pedro J. mantuvo la ventaja en Neiva, el viernes 17. El sábado
18, llegó a Girardot con los mismos 8 minutos a su favor. Solo quedaba
la etapa del domingo 19, a la que se unió el gobernador del Tolima,
Ariel Armel, que hizo el recorrido en moto para acompañar al gran León
del Tolima.



Pedro Jota seguía dudando, sin embargo. Expresamente le pidió a su
familia que no viajara a Bogotá al recibimiento en El Campín. Pero nada
detuvo el triunfo y el domingo 19 de mayo de 1968, con un estadio a
reventar, se dio la única victoria de un tolimense en la Vuelta a
Colombia. Nuestro más grande deportista recibía la recompensa a una
meritoria carrera. En la meta lo esperaba Pepe Cáceres, otro gran
tolimense de aquellos años.



Tolimenses de todas partes celebramos esa gran victoria. Ese domingo en
Ibagué hubo lágrimas, vivas, desfiles de carros, pitos y banderas. La
colonia tolimense en Bogotá estaba toda en El Campín. El orgullo
colectivo era muy grande. Nuestro Pedro Jota, el gran León del Tolima,
brillaba en el más grande evento deportivo de Colombia.



Se organizó rápidamente una colecta para darle una casa al gran campeón.
Recibió un premio de 4500 pesos por parte de la carrera, pero la
Gobernación del Tolima le dio un premio de 50000 pesos y Telepostal le
concedió otros 40000 pesos, con lo que pudo comprar casa propia. El 24
de mayo lo recibió Ibagué, en un desfile desde Buenos Aires y una
manifestación multitudinaria en el Parque Murillo Toro.





Pedro Julio Sánchez nació en Chaparral, el 8 de abril de 1940. Estudió
en horario nocturno en el Colegio Tolimense de Ibagué. Comenzó a correr
en 1957, a pesar de que su secreta ambición era ser pesista. En 1961
corrió su primera Vuelta a Colombia, siendo el segundo novato del año,
detrás de Cochise Rodríguez, ocupando el puesto 13 en la general. Pedro
J. se dio a conocer en la Vuelta del año 62, al ganar una etapa con
llegada a Popayán y tomar el liderato de la carrera durante 5 días. Fue
séptimo en la Vuelta del 63 y onceavo en la de 1964.



En 1965 debió retirarse en la etapa Ibagué - Armenia, aquejado por
fuertes dolores, cuando era doceavo en la general. Pedro Jota no quería
bajarse de la bicicleta, apenado con sus paisanos, por quienes quería
seguir compitiendo. Esa clase de pundonor deportivo era la
característica clave de este gran deportista.



En 1966, Pedro J. comenzó a llegar a su mejor nivel. A pesar de tener un
equipo muy limitado, competía de igual a igual con la gran cantidad de
antioqueños, cundinamarqueses, vallunos y españoles que dominaban las
Vueltas de aquellos años. Su coraje le ganó el apodo de El León del
Tolima, que todavía lleva con orgullo. En el 66 fue sexto en la general y
fue seleccionado a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, donde hizo
parte del equipo colombiano que ganó medalla de oro. En 1967 fue quinto
en la general.





Para la Vuelta del 68, Telecom y Adpostal se unieron para darle a Pedro
J. todas las herramientas para ganar la gran carrera. Pedro Julio
Sánchez era empleado de Telecom en Ibagué, donde había llegado como
mensajero y había hecho carrera. La unión de las dos empresas se plasmó
en el equipo Telepostal, que contrató a Francisco Luis Otálvaro como
técnico. Pedro J. se entrenó más de 4 meses para la competencia, algo
que no había podido hacer en años anteriores. Con esas herramientas y
sus grandes aptitudes deportivas, logró la gran hazaña. Tenía 28 años
cuando ganó la Vuelta.







Pedro J. representó a Colombia en los Juegos Olímpicos de México 68 y
fue 30 en la prueba de ruta de aquella olimpiada. En 1969 fue quinto en
la Vuelta y ganó dos etapas. En 1970 fue sexto. En 1971 fue noveno y
ganó su última etapa en la Vuelta, en la llegada a Pereira. En el 72 fue
puesto 44. En el 73 obtuvo el puesto 23. En ese año, cuando ya se le
veía el cansancio de 13 años de vueltas a Colombia, su esposa le pidió
que se retirara. Terminaba así la gran carrera del León del Tolima.



Una Vuelta a Colombia, seis etapas ganadas, 8 veces entre los 10
primeros, una Vuelta a la Costa, medallista de oro en unos
Centroamericanos y del Caribe, son sus principales logros. Un gran
deportista y un gran señor.



Pedro Jota sigue practicando el ciclismo a sus 75 años, que cumplirá en
este mes de abril de 2015. Es una persona tranquila, que vive su
jubilación serenamente.  Nos ha dejado un legado inmenso de pundonor
deportivo, coraje y sencillez. El gran León del Tolima vive en la
memoria agradecida de muchos tolimenses, que lo recordamos con cariño y
nunca olvidaremos su legado, en especial aquel mayo del 68. Gracias,
Pedro Jota, por tantos bellos recuerdos.



Para conocer más de Pedro J, les dejo de sobremesa esta buena entrevista:






sábado, marzo 21, 2015






Como funcionaba el correo aéreo hace 90 años


Un buen amigo ibaguereño, residente en Estados Unidos, es uno de los más
reputados filatelistas colombianos, contando con valiosas piezas en su
colección. Igualmente posee una de las colecciones más importantes de
fotos antiguas de Ibagué y el Tolima, que generosamente ha puesto a
disposición de sus paisanos. 
Hace unos días me hizo una consulta sobre la veracidad de ciertas
estampillas de correo aéreo de los años 20s, emitidas por la oficina de
SCADTA en Honda. De acuerdo a sus investigaciones, SCADTA prestaba el
servicio entre Barranquilla y Girardot y dudaba de la existencia de una
oficina en Honda. Me pidió ayuda y este post es el resultado de mis
investigaciones.
FUNDACIÓN Y PRIMEROS VUELOS
Los detalles de la fundación de SCADTA son bastante conocidos y no son
el objeto de este post, pero vale la pena hacer un breve resumen para
comprender el posterior desarrollo de la empresa. La compañía nació como
sociedad anónima el 6 de diciembre de 1919, con un capital pagado de
$100.000. El primer presidente de la compañía fue el banquero
barranquillero Ernesto Cortissoz, de familia judío sefardita. La
compañía adquirió Junkers F13 alemanes, los primeros aviones metálicos
en la historia. Se decidió hacer una ruta basada en el Rio Magdalena,
que tradicionalmente había sido la ruta ideal entre la Costa Atlántica y
el interior.
El primer avión llegó a Barranquilla a mediados de 1920. El primer vuelo
se hizo hacia la población de Puerto Berrio, el 8 de septiembre de
1920. El avión recorrió el primer día 434 km entre Barranquilla y El
Banco, el segundo día otros 404 km entre El Banco y Puerto Berrio. Se
llevaron 3000 cartas en ese primer vuelo. En noviembre de ese año
llegaron los primeros Junkers a Bogotá. 
Ya para 1925 SCDATA había organizado un completo plan de itinerarios,
tarifas y condiciones para prestar el servicio entre Barranquilla y el
interior del país. Ese plan era el siguiente:
VUELOS DE BAJADA (Desde el interior hacia la Costa)
Había dos itinerarios, el martes saliendo desde Girardot y el viernes
saliendo desde Neiva. Para facilidad y comprensión mostraremos el
itinerario completo desde Neiva, donde el agente era Arturo Zuleta.
1. Los hidroaviones salían desde Neiva el viernes en la mañana y hacían
una parada larga en Girardot, donde SCADTA tenía aeropuerto y una gran
agencia a cargo de Isaacs Hermanos. Allí se recibía el correo de Bogotá,
Zipaquirá y Tunja, que llegaba por ferrocarril. Igualmente llegaba por
ferrocarril el correo de Ibagué y Armenia. La oficina de Bogotá era
administrada directamente por SCADTA, mientras que la agencia de Ibagué
estaba a cargo de Josué Isaacs Diago, uno de los fundadores de la Cámara
de Comercio de Ibagué.
2. El hidroavión salía de Girardot hacia Honda, donde hacía escala para
recoger el correo de esa ciudad y los de Manizales (por cable aéreo),
Pereira y Cali. El agente en Honda era J.E. Largacha.
3. De Honda salía el hidroavión a comienzos de la tarde hacía Puerto
Berrio, donde pernoctaba. Allí recogía el correo proveniente por
ferrocarril desde Medellín. En Puerto Berrio el ferrocarril de Antioquia
había construido el Hotel Magdalena, para atender a los viajeros que
llegaban a ese importante puerto. El pasaje Girardot - Puerto Berrio
costaba $100. El agente de SCADTA era Eduardo L. Gerlein y Cía.
4. Al día siguiente, los hidroaviones salían hacia Barranquilla, el
pasaje por este trayecto valía $150. La primera escala era en
Barrancabermeja, donde el agente era Emilia Gómez V. El viaje continuaba
con una segunda escala en El Banco, donde el agente era Jose A.
Robledo. Se hacia en uno de los 2 viajes una tercera escala en Calamar,
donde el agente era Teododio Moreno, para recoger correo que llegaba de
Cartagena vía ferrocarril. Finalmente el vuelo llegaba a Barranquilla en
horas de la tarde.
En Barranquilla SCADTA ofrecía enlaces con el exterior a través de Panamá y Nueva York.
RESUMEN DE ITINERARIOS
El vuelo de bajada (desde el interior hasta la Costa) se hacía en 2
días. El vuelo de subida (desde la Costa hasta el interior) se hacía en
un solo día.
Lunes: El avión A tenía base en Girardot. El avión B tenía base en Barranquilla. 
Martes: El avión A hacía el la primera etapa del viaje de bajada de
Girardot a Puerto Berrio. El avión B hacia el viaje de subida de
Barranquilla directo a Neiva.
Miércoles: El avión A viajaba de Puerto Berrio a Barranquilla. El B descansaba en Neiva.
Jueves: El avión A descansaba en Barranquilla. El avión B descansaba en Neiva.
Viernes: El avión B hacía la primera etapa del viaje de bajada desde
Neiva a Puerto Berrio. El avión A hacía el viaje de subida directo desde
Barranquilla hasta Girardot.
Sábado: El avión B viajaba de Puerto Berrio a Barranquilla. El avión A descansaba en Girardot.
Domingo: El avión B descansaba en Barranquilla. El avión A descansaba en Girardot.
La conclusión es que si existió una agencia de SCADTA en Honda y que el
correo aéreo de SCADTA funcionó de manera acertada durante los años 20s y
30s, hasta convertirse en lo que hoy es Avianca
ÑAPA
Les dejo esta carta enviada por correo aéreo desde Ibagué hasta New
York, en octubre de 1927. Los señores del Banco de Bogotá en Ibagué
enviaban una carta a corresponsales en New York, a través de la ruta
Ibagué - Girardot - Puerto Berrio - Barranquilla - New York, como ya
quedó claro en esta crónica.

sábado, marzo 14, 2015






La primera Señorita Tolima


En este 2015 que estamos celebrando la elección de una colombiana como
Miss Universo, vale la pena dar un vistazo al pasado y recordar a Amalia
Torres Muñoz, la primera tolimense que participó en un concurso de
belleza, por allá en 1932. Aquí les cuento su historia:
A finales de los años 20s se comenzaron a organizar eventos para
celebrar la belleza de las mujeres, siendo el más famoso el que se
llevaba a cabo en Galveston, Texas, desde 1920. El concurso tomó mucha
fuerza y comenzó a ser conocido internacionalmente. La Gran Depresión
hizo que el concurso se trasladara fuera de Estados Unidos y en 1932 se
organizó en la ciudad de Spa, Bélgica. Se hicieron invitaciones para que
varios países enviaran candidatas al concurso de Miss Universo y en
Colombia varios periódicos y revistas acogieron entusiastas la idea. Se
decidió entonces hacer un Concurso Nacional de la Belleza, con sede en
Bogotá, a celebrarse en mayo de 1932.
En varias ciudades de Colombia se iniciaron los concursos regionales e
Ibagué no fue la excepción. El Circulo Social organizó una convocatoria
abierta, a la que se presentaron las más lindas ibaguereñas de ese
momento. Finalmente, la competencia se centró entre Alicia Vila y Amalia
Torres Muñoz, siendo escogida finalmente Amalia.
En Bogotá se presentaron gran cantidad de candidatas y el Comité de
Elección, presidido por el joven periodista Alberto Lleras Camargo, tuvo
mucho trabajo. El concurso, totalmente inédito en nuestro país, había
generado un interés inusitado y las jóvenes bogotanas querían llegar a
ser la elegida para representar a Colombia en Spa.


Amalia Torres Muñoz era hija de don
Rudesindo Torres, que había construido la Plaza de Mercado de Ibagué en
1910 y era un importante empresario en la ciudad. Su belleza y su porte
convencieron a los socios del Círculo Social para que ella llevara la
representación del departamento a este primer concurso y se hicieron
grandes preparativos para acompañar a la Señorita Tolima en su viaje por
tren hacia Bogotá.




Desde que se conoció su elección, los
periódicos de Bogotá coincidieron en señalar a Amalia como una de las
favoritas. Su foto fue ampliamente divulgada y la colonia tolimense en
Bogotá comenzó a preparar un gran recibimiento en la Estación de la
Sabana, el domingo 7 de mayo de 1932.






Amalia Torres llegó a Bogotá acompañada por una gran comitiva, presidida
por Francisco Rocha Vargas, Presidente del Círculo Social de Ibagué.
Desde el sábado 6 de mayo había llegado a Ibagué la señorita Valle,
Elvira Rengifo Romero, procedente de Cali. Ambas candidatas tomaron
juntas el tren hacia Bogotá, acompañadas por su comitivas, periodistas y
curiosos. El entusiasmo popular era muy grande y en las estaciones de
Girardot, Anolaima, La Esperanza, Cachipay, San Javier y Zipacón se les
hicieron homenajes. En Facatativa más de 1000 personas esperaban a las
dos candidatas. A las 7 de la noche del domingo 7 de mayo de 1932
llegaron a la Estación de la Sabana, donde 5000 entusiastas personas
gritaban !Viva el Tolima! !Viva el Valle! !Viva la Señorita Colombia!.
El doctor Abel Casabianca, ex gobernador del Tolima, presidía la
delegación tolimense que esperaba a doña Amalia. Se organizó una gran
caravana de carros hacia el Hotel Granada, donde se alojaban todas las
candidatas. Se preparó una copa de champaña, pero las candidatas estaban
tan cansadas del largo viaje y de los múltiples homenajes en el camino,
que solo permanecieron unos minutos y se retiraron a sus habitaciones.
Entretanto, don Rudesindo Torres estaba aterrado con todo lo que había
pasado en el viaje. El no tenía idea de lo que era un concurso de
belleza y los gritos, los besos, los saludos y los abrazos que había
visto durante el día no le habían gustado para nada. Las multitudes
rodeando a su hija, que tenía apenas 18 años, le producían temor y
desconfianza. Saber que venían 10 días de trajín y de más eventos lo
tenían muy nervioso. Habló esa misma noche con los doctores Rocha y
Casabianca para expresarles sus temores, pero ellos lo calmaron y lo
hicieron seguir adelante.
Bogotá estaba enloquecida con las candidatas. Las noticias del concurso
desplazaron de las primeras planas a todas las demás, exceptuando por
supuesto las del secuestro del hijo del piloto Lindbergh en Estados
Unidos, que llevaba dos meses desaparecido. Amalia Torres era cada vez
más solicitada, para entusiasmo de todos los tolimenses y desespero del
pobre don Rudesindo.
El jueves 12 de mayo se hizo una gran recepción a doña Amalia Torres en
el Club de Té de Bogotá, amenizada por una de las mejores orquestas de
la ciudad. La recepción fue presidida por el doctor Abel Casabianca y
linda esposa, Paulina Cuervo de Casabianca. Allí volvió a insistir don
Rudesindo en expresar sus grandes temores y su deseo para que todo lo
relacionado con el concurso acabara rápidamente.
El gran evento popular del concurso se daría el domingo 15 de mayo, con
una gran presentación de las candidatas en el Hipódromo de Techo de
Bogotá. Más de 15000 personas, encabezadas por el Presidente de la
República, doctor Enrique Olaya Herrera, vivaron a las candidatas.
Acudieron al hipódromo 1362 automóviles, 4 motocicletas y dos coches de
tiro. 
Dos eventos importantes se dieron para doña Amalia aquella tarde.
Conoció al señor Luis Castro Montejo, Gerente del periódico El Tiempo de
Bogotá, con quien se casaría en 1933 y por otro lado, don Rudesindo
Torres decidió sacar la mano respecto del concurso. Cuando don Rudesindo
vio a las 15000 personas gritando y aplaudiendo a su hija, decidió
entregar una carta a Abel Casabianca, escrita el día anterior, diciendo
que excluyeran a su hija de la votación final, pues "por razones
familiares" no podría viajar a Spa, en caso de ganar el concurso.
Las candidatas. La Señorita Tolima, sexta de izquierda a derecha
Todo estaba listo para la velada de elección y proclamación de la
ganadora, el día 18 de mayo de 1932. Se decidió conformar un gran jurado
de 29 personas, para que no quedara duda alguna de la elección, que se
veía reñidísima. 
En la prensa bogotana seguían los elogios para la candidata tolimense,
como puede apreciarse en este poema que le dedicaba el gran poeta Arturo
Camacho Ramírez:
El 17 de mayo de 1932 comenzó la
velada de elección, abriendo la sesión el doctor Abel Casabianca, quien
entregó al Comité la carta escrita por don Rudesindo:








Así finalizaba la primera
participación de Tolima en un concurso nacional de belleza. Comenzó
entonces la reñida elección, que después de muchas votaciones terminó en
un triple empate.  


Atlántico, Antioquia y Valle quedaron
con 10 votos cada una. Se decidió entonces elegir a la suerte a la
nueva reina. Se llamó desde el palco presidencial a la señorita Lucia
Olaya, hija del presidente, quien bajó a extraer de una urna el nombre
de la ganadora. Sacó la primera boleta y dijo "Atlántico". Los
estudiantes costeños que estaban en el Colón lanzaron grandes gritos de
júbilo: !ganamos! !Viva Atlántico! "Error, error" decía el presentador,
"Atlántico es la primera eliminada". Chiflidos, abucheos y protestas
veían de los estudiantes. Finalmente ganó Antioquia por la suerte, pero
el descontento de los estudiantes era muy grande y no pararon de
abuchear todo el resto de la velada.


Aura Gutiérrez Villa viajó a Spa e hizo un decoroso papel en Miss
Universo, quedando entre las 10 primeras candidatas. Amalia Torres se
casó con Luis Castro Montejo y se quedó a vivir en Bogotá después de su
matrimonio. Tuvo un hijo, Jorge, y una hija, Silvia, que se casó con el
médico Jorge Cavelier Gaviria, fundador de la Clínica Marly de Bogotá.
Amalia Torres Muñoz falleció en Bogotá, el domingo 21 agosto de 1983,
dejando un gran recuerdo entre familiares, amigos y tolimenses. Paz en
la tumba de una bella mujer.









No hay comentarios:

Publicar un comentario