domingo, 7 de agosto de 2016

Ciencias Políticas - La Universidad de la Torá

Ciencias Políticas - La Universidad de la Torá



El Enfoque Cabalístico de las Ciencias Políticas
RECTIFICACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL
DEGEL
EN CAMINO HACIA UN ESTADO JUDIO (A)
La frase: "Un estado judío en la Tierra de Israel" toca las fibras más profundas del corazón de cada judío. Durante
generaciones, desde la destrucción del Templo y el exilio a la
diáspora, hemos creído y esperado, rogado y soñado con la reunión de
las diásporas y nuestro regreso a la vida digna en nuestra Tierra,
pidiendo a Dios que "rompa el yugo de la
las naciones de nuestros cuellos y nos lleve erguidos a nuestra tierra".1 El objetivo final de nuestro anhelo es la redención completa, la llegada del Mashíaj y la construcción del Templo. No hay duda de que un Estado judío es un componente esencial y central de la gran imagen de la redención del pueblo de Israel.

Sin embargo, está claro que el estado que se
estableció el 5 de Iyar de 5708 (1948), tal como está hoy, está todavía
muy lejos de esa visión onírica que ha calentado nuestros corazones
desde hace casi dos mil años. No
es difícil entender por qué muchos de los judíos observantes de la
Torá y las mitzvot son reacios a identificarse con el Estado y sus
símbolos.
Como
prueba de este problema están las fiestas de Iom Haatzmaut, en torno a
las cuales se libra una controversia larga e intensa dentro de la
comunidad religiosa en Israel.
Introducción a la Plataforma

Uno podría suponer que las diferencias de opinión no van a terminar en un futuro próximo. Sin embargo, podemos y debemos elevarnos por encima de ellas y unirnos en cuanto a la cuestión principal, que es: ¿qué tipo de Estado queremos y qué estamos haciendo para lograrlo?Esta
es una actividad constructiva y positiva que no sólo se refiere a lo
que ha sido y a lo que existe actualmente, sino que se dirige
principalmente al futuro con el objetivo de corregir y sanar la
realidad, En lugar de insistir sin cesar en las situaciones del pasado y
del presente.
Esta
visión debe ser tan acogedora y agradable que cada judío quiera
identificarse fácilmente con ella, culminando en una masa crítica de
cambio - el "punto de inflexión"- cuando un amplio espectro del público
estará activo en la materialización de la visión.


Pero antes de que presentemos nuestra
"plataforma" para rectificar la situación, es importante hacer hincapié
en que el orden no debe ser percibido como inflexible -como una
secuencia matemática, sino más bien como una sugerencia inicial dentro
de la cual hay una gran cantidad de espacio para la flexibilidad. En
la práctica, tenemos que tener oídos sensibles a lo que sucede en la
realidad. Como en el concepto cabalístico de la "luz que retorna", ver
lo que hay que hacer y la mejor manera de actuar en cada momento dado.
Esto
es porque la realidad es dinámica, y al igual que nuestra psique no
necesariamente funciona "según los libros" y no será nunca un ordenador
programado, así también la vida real está en constante desarrollo y
evolución.
Por lo tanto se necesita un alto grado de sensibilidad para determinar cómo actuar dentro de ella y la forma de elevarla.2
La Motivación Espiritual: la Corona



La rectificación del Estado de Israel comienza desde la sefirá de keter (corona) "por encima del suelo". A partir de aquí fluye el resto del sistema. Al igual que una corona que se coloca en la parte superior de la cabeza, esta sefirá representa el nivel de experiencia supra consciente en el alma. Dentro de la corona están los tres niveles de fe, placer y voluntad.



Lo
primero que se necesita para cambiar una situación es la fe,
especialmente la fe que comienza con la creencia en Dios, el Creador,
que es el único bien, y concluye con la fe en el futuro sonriente que
nos espera, "Creo con perfecta fe que
Mashíaj llegará".3

Después del nivel de la fe viene el placer, donde
la fe abstracta comienza a integrarse como una experiencia inicial de
placer puro y simple que revive el alma. Aquí,
incluso la fe en la venida del Mashíaj ya no es algo etéreo y vago,
sino que se manifiesta como una fuerza motivadora, que podemos
aprovechar para fomentar un estudio en profundidad de esos temas de la
Torá que se relacionan con la redención.


Desde el poder del placer nace la fuerza de voluntad, ese poder resuelto sin el cual nunca nada se podría lograr. Esto
no es sólo un tipo de fe que flota por encima de las limitaciones del
tiempo, ni es simplemente deleitándose en la imagen del futuro
prometido, sino que es un impulso activa para levantarse y hacer algo,
con la certeza de que "nada se interpone en
el
camino de la fuerza de voluntad.” Con fuerza de voluntad uno puede
superar los obstáculos utilizando estrategias que bajan hasta los
detalles más sutiles en el camino a un Estado Judío sin olvidar el
objetivo final.
La Autoridad de la Torá – Sabiduría

Una vez que se han establecido los fundamentos de la fe, se llega al nivel de la conciencia revelada. El primero de los poderes conscientes del alma humana está en la sefirá de Jojmá (sabiduría), "El principio es la sabiduría".4 La sabiduría no es todavía la percepción intelectual en sí, sino como una chispa inicial, una experiencia innegable de ver la luz de la verdad.

En el contexto de la rectificación del estado, la
sabiduría significa reconocer que la autoridad de la Torá está por
encima de toda otra autoridad, porque la Torá es una "Torá de la
verdad", y sólo hay una verdad. Obviamente,
la Torá misma otorga amplias facultades a las normas sociales y las
leyes del país, ya que los sabios nos enseñan: "La ley del reino es
ley".5 Sin embargo, esto incluye tomar en cuenta nuestra "brújula moral", que
indica una jerarquía en la cual la ley de la Torá está por encima de las leyes hechas por el hombre. Esto
sale a la palestra en particular en la ley que establece que cada vez
que hay una contradicción entre las mitzvot de la Torá y el decreto del
rey (incluso un rey judío que fue ungido por un profeta), la ley de la
Torá tiene preferencia.6


Podría parecer que prima facie, podríamos pasar
por alto esta etapa, porque por desgracia hay muchos judíos hoy que no
ven a la Torá como la fuente última de autoridad. Sin embargo, la regla máxima de este proceso de rectificación es que "nada está perdido".7
Así como creemos en la Torá, también creemos en el pueblo judío en su
conjunto y confiamos en que tarde o temprano el proceso de teshuvá
se intensificará, hasta que la gran mayoría de la nación aceptará amorosamente la autoridad de la Torá. Para
ello, debe ser refutada la representación amenazante actual de "un
estado dirigido por ley de la Torá", mostrando en su lugar cómo "el
Estado de la Torá" es lo más bonito y adecuado para nosotros como
pueblo.


En las primeras etapas, será necesario que por lo
menos los judíos que reconocen la Torá, expresen este reconocimiento
mediante el establecimiento de un orden correcto de prioridades, en el
que la Torá tome el lugar como la autoridad última y definitiva.
La Conciencia de Totalidad – Entendimiento

En la psiquis humana, la sefirá de biná
(entendimiento) es la etapa en que la luz de la sabiduría se integra y
se hace tangible como una percepción intelectual integral y bien
definida. En
el contexto actual, vamos a colocar la conciencia de la integración en
esta etapa de reconocimiento, la integridad de la Torá, la integridad
del pueblo y la integridad de la tierra de Israel.


La totalidad de la Torá significa que la Torá
debe ser identificada como una entidad compuesta en la que cada faceta
contiene santidad, pero sin embargo, sólo cuando toda la Torá se
percibe como una unidad que incluye todo, puede ser comprendida
correctamente. Cuando "la Torá de Dios es completa, revive el alma".8



La
totalidad del Pueblo Judío pasa a primer plano en la afirmación de que
"Todos los judíos son responsables unos de los otros",9 y cada judío tiene una parte integral de la imagen completa.
Esta
es también la raíz de la actitud correcta hacia la conversión, al
expresar luminosamente nuestra aprobación a aquellos justos conversos
que se unen al pueblo judío, mientras que cuidamos no aceptar las
conversiones falsas, que aceleran el peligroso proceso de matrimonios
mixtos que ponen en peligro la integridad de
la nación.

La totalidad de la Tierra de Israel es la simple
constatación de que toda la Tierra Santa fue dada a todo el pueblo
judío por Dios, el Creador. Este
derecho fundamental se mantiene incluso cuando el pueblo judío se
encuentra en tierra extranjera, y es aún más cierto ahora que hemos
regresado a nuestra tierra, la poblamos y la reclamamos de manos
extranjeras a través de una extraordinaria Providencia Divina (por
ejemplo, la Guerra de la Independencia y la Guerra de los seis Días,
que recordamos durante el mes de Iiar).
"Tú Nos has Elegido" - Conocimiento



Después de la sabiduría y el entendimiento viene el conocimiento. La
sefirá de daat (conocimiento) no es un poder puramente racional, sino
un poder del alma que activa la conciencia intelectual y la trae a un
primer plano en el campo de las emocionales del alma.
Conceptos
tales como el reconocimiento y la responsabilidad, libre elección y
devoción a una causa, todos ellos pertenecen en particular a la sefirá
de conocimiento, y el Zohar define el conocimiento como la "llave" que
abre los seis atributos del corazón.


Con referencia a la rectificación del estado de
Israel, la sefirá de conocimiento se centra en el reconocimiento de que
somos el pueblo elegido, como dice el versículo: "Y vosotros seréis
para mí un tesoro entre todas las otras naciones".10

Hoy en día, el término "Pueblo Elegido" puede
sonar un tanto desagradable, ya que se identifica erróneamente con el
racismo. Esta
aversión se intensifica bajo el trasfondo de la monstruosa teoría
racista (que no vamos a mencionar por su nombre), cuyos defensores han
arrojado sobre nosotros el período más oscuro y sangriento de la
historia judía.
Pero
hay que dejar claro que estamos hablando de la diferencia entre la luz
y la oscuridad, y la verdad es que la elección del pueblo judío por
Dios nos obliga a una mayor responsabilidad de mejorar, e incluye
dentro de ella el bien y la bendición para el mundo entero.


Tratar de huir de la singularidad del pueblo
judío, o intentar crear una igualdad imaginaria entre todos, es como
alguien que huye de su propio ser y se olvida de su nombre e identidad.
Olvidar
la propia identidad lleva a deteriorarse aún más, hasta desdibujar los
límites entre amigos y enemigos (que por desgracia sucede muy a
menudo).
Por
lo tanto, la rectificación debe ser alcanzada mediante la aceptación
de un entendimiento profundo y correcto de que somos un pueblo
especial, y vinculándonos a nuestra cadena de tradición judía a través
de la cual corre el cordel escarlata del reconocimiento de que "Tú nos
has elegido de entre todas las naciones, Tú nos amas y
nos has deseado".11

Hasta aquí hemos sentado las bases iniciales para
rectificar la situación en los planos supra conscientes y conscientes y
racionales del alma. Una
vez que se ha logrado esta percepción correcta, podemos empezar a
descender a los niveles prácticos del proceso, al igual que en nuestra
alma humana en la cual nuestras emociones y acciones derivan del
intelecto que está por encima de ellos y los motiva a manifestarse.
CONTINUA AQUI PARTE 2


1 A partir de la bendición ahavat olam [amor eterno] recitada antes del kriat shemá cada mañana.
2
Por ejemplo, como afirma Maimónides (Leyes de Reyes 12:2), "Todas
estas cosas y cómo serán nadie sabrá nunca cómo van a ser hasta que
sucedan."
3 El penúltimo principio de los Trece Principios de la fe de acuerdo a Maimónides.
4 Salmos 111:10.
5 Maimónides, Leyes de Robo y Pérdidas de Propiedades, 5:11.
6 Maimónides, Leyes de Reyes 3:9.
7 Ver Haiom Iom, 14a Iiar.
8 Salmos 19:8.
9 Sanhedrin 27b
11 Éxodo 19:5.
12 De los versos del kidush dicho en las festividades.
 
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La Dimensión Interior es presentada por Instituto Gal Einai de Israel

Con la finalidad de diseminar las enseñanzas de la dimensión interior de la Tora en la

Tierra de Israel y en la Diáspora tomadas de las enseñanzas del rabino Itzjak Ginsburgh shlita



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