Traumatismo Craneoencefálico

“Una afectación del cerebro
causado por una fuerza externa que puede producir una disminución o
disfunción del nivel de conciencia y que conlleva una alteración de las
habilidades cognitivas, físicas y/o emocionales del individuo”

EL TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO EN CIFRAS

En España se producen todos los años del
orden de 200 traumatismos craneoencefálicos (TCE) por 100.000
habitantes, de los cuales aproximadamente un 10% serán considerados
graves, un 10% moderados y leves el 80% restante.
El traumatismo
craneoencefálico es tres veces más frecuentes en varones que en mujeres,
siendo el grupo de edad de mayor incidencia el comprendido entre los 15
y 35 años de edad.
En nuestro país, los accidentes de
tráfico representan la causa más importante de Traumatismo
Craneoencefálico, alrededor del 75%, seguido por las caídas (20%) y
lesiones deportivas (5%), existiendo diferencias según el grupo de edad y
sexo. Así, los atropellos y las caídas son más frecuentes en niños y
adultos mayores de 65 años, mientras que los accidentes de motocicleta
se centran en el grupo de jóvenes menores de 25 años y los de automóvil
en el de adultos.
Aproximadamente uno de cada cinco supervivientes de un TCE  presentará una discapacidad moderada o grave.
La mortalidad global del Traumatismo
Craneoencefálico es del 11% de los casos, con una tasa de mortalidad de
15 muertes por 100.000 habitantes y año siendo la primera causa absoluta
de muerte e incapacidad en los individuos con  edad inferior a los 45
años.
Aunque la relevancia del Traumatismo
Craneoencefálico grave se ve resaltada por la alta  mortalidad y
secuelas, los TCE leves y moderados suponen un reto para los servicios
de urgencias dada la alta incidencia de esta patología y la necesidad de
establecer su gravedad por el riesgo potencial de complicaciones o
evolución desfavorable en las horas siguientes.

COMPONENTES

De la definición de Traumatismo Craneoencefálico destacan tres aspectos relevantes:



La existencia de una fuerza externa que actúa sobre el cerebro

La afectación cerebral provocada por dicha fuerza

La disfunción cerebral provocada por dicha afectación
Fisioterapia para la rehabilitación de traumatismo craneoencefálico
1- La fuerza externa
implicada en un Traumatismo Craneoencefálico ejerce sus efectos sobre
el cráneo, bien por contacto directo (agresiones, caídas, golpes,
accidentes deportivos, etc.) o por inercia (accidentes de tráfico).
Las fuerzas por contacto directo (estáticas) suelen provocar lesiones
focales. Entre las lesiones focales más frecuentes se encuentran:


Hematoma subdural colección de sangre localizado por
debajo de la duramadre que es una de las capas que envuelve al cerebro.
En muchos casos el sangrado es de origen venoso y por tanto de
crecimiento lento. Estos hematomas deben vigilarse pues suelen provocan
síntomas a medida que aumentan de tamaño.


Fig: 1. Hematoma subdural
Hematoma epidural Colección de sangre por encima de
la duramadre. En muchos casos el sangrado es de origen arterial y por
tanto decrecimiento rápido. El paciente puede presentar un periodo sin
síntomas tras el traumatismo y al cabo de horas desarrollar una  serie
de síntomas de alarma (náuseas+vómitos, cefalea, desorientación)
acompañados en algunos casos de síntomas localizadores como la debilidad
hemicorporal o una dilatación pupilar. Este tipo de hematoma es una
emergencia neuroquirúrgica.


Fig 2. Hematoma epidural
Hemorragia subaracnoidea colección de sangre en el espacio subaracnoideo


Contusión cerebral lesiones en zonas concretas del parénquima cerebral por disrupción del tejido, de los vasos sanguíneos, por isquemia o edema.
Las fuerzas inerciales (dinámicas)
causan lesiones por mecanismos de aceleración-desaceleración, que pueden
dar lugar a lesiones focales (contusiones por el golpe y a distancia
por el contragolpe) o difusas (daño axonal difuso).
Con frecuencia las fuerzas generadas
durante un traumatismo son mixtas por lo que es frecuente encontrar en
un mismo caso lesiones cerebrales tanto focales como difusas. Esto
supone un reto para el clínico a la hora de determinar la relevancia
clínica de dichas lesiones.
Tipos de lesiones de traumatismo craneoencefálico
Además, en función de que la fuerza
ejercida en el momento del traumatismo sea capaz de romper el hueso
craneal y exponer el tejido cerebral al exterior los traumatismos se
clasifican en:
Cerrados en este tipo
de traumatismos el hueso y la capa de  protección que protege el tejido
cerebral permanecen intactos y NO existe exposición del cerebro. El
ejemplo clásicos de estos TCE son las lesiones por
aceleración-desaceleración que se producen en los accidentes de tráfico.
Abiertos o penetrantes
en este tipo de Traumatismo Craneoencefálico se rompe la capa de
protección que envuelve al cerebro y por tanto existe una exposición
directa del tejido cerebral al exterior. El ejemplo clásico de este tipo
de TCE son las agresiones por arma de fuego.
2- La afectación cerebral
provocada por las fuerzas implicadas en un Traumatismo Craneoencefálico
son muy variadas lo que explica la amplia heterogeneidad clínica que
presentan estos pacientes. A efectos didácticos, se distingue entre daño
cerebral primario, secundario y terciario.
El daño primario está directamente
relacionado con el mecanismo y la energía desarrollada en el
traumatismo. El sustrato anatomopatológico de este tipo de daño es la
lesión celular (lesiones focales), el desgarro y retracción de los
axones (lesiones difusas) y las alteraciones vasculares provocados por
el  traumatismo.
El daño cerebral secundario y terciario, puede producirse


  • Como consecuencia del efecto de
    lesiones externas al parénquima cerebral, como las hemorragias
    subdurales y epidurales que provocan un aumento de la presión
    intracraneal
  • Como consecuencia de alteraciones intracerebrales como la presencia de crisis epilépticas precoces, o edema intracerebral.
  • Complicaciones sistémicas que pueden
    ocurrir en el TCE, como el descenso de la tensión arterial (hipotensión
    arterial), el descenso de la oxigenación (hipoxemia), o el aumento de la
    temperatura (hipertermia) entre otros.
Traumatismo craneoencefálico
La disfunción cerebral provocada por las lesiones focales viene determinada por su extensión y localización.
Como norma general, las lesiones focales
suelen agruparse en torno a los lóbulos frontales (región prefrontal) y
los polos temporales debido al choque del tejido cerebral sobre las
estructuras óseas craneales de ahí que los problemas mas frecuentes sean
los conductuales y los problemas de almacenamiento de información
nueva. Como en otras enfermedades el SNC, otros síntomas sugestivos de
focalidad incluyen la presencia de afasia, apraxia, agnosia, acalculia
etc.
Las lesiones difusas afectan
fundamentalmente a la conectividad entre áreas cerebrales y son
responsables de síntomas como los problemas de atención y concentración,
o la disminución en  velocidad de procesamiento de la información,
entre otros.
En función de la gravedad de dicha disfunción los TCE suelen clasificarse en
TCE leves o conmoción cerebral
son los más frecuentes y representan por tanto el mayor número de
traumatismos que se producen en nuestro país. En este tipo de
traumatismos también conocidos como “conmoción cerebral”, no suele
existir pérdida  de conocimiento o si existe su duración suele estar
limitada a los minutos posteriores a la contusión. Aunque la mayoría de
las personas que sufre un traumatismo craneoencefálico leve se recuperan
de forma completa en los días o semanas posteriores al  traumatismo, un
porcentaje relativamente elevado de estos pacientes pueden presentar
problemas persistentes y limitantes que constituyen  lo que conocemos
como “síndrome post-conmocional”. Este molesto e incapacitante síndrome
incluye la aparición de síntomas físicos como la fatigabilidad, dolores
de cabeza, problemas de conciliación del sueño, sensación de vértigo o
mareos; problemas en la esfera cognitiva sobre todo problemas de
atención, concentración o memoria; problemas emocionales como la
presencia de ansiedad o de cambios de humor; y finalmente problemas
conductuales como la aparición de irritabilidad, apatía u otros cambios
en el comportamiento habitual de la persona que ha sufrido el
traumatismo.
TCE moderado en este
tipo de traumatismos, el periodo de pérdida de conocimiento es mayor a
30 minutos pero no sobrepasa un día y el periodo en el que el paciente
que lo sufre tiene dificultades para aprender información nueva (periodo
de amnesia post-traumática) es inferior a una semana).
TCE grave en este tipo
de traumatismos, el periodo de pérdida de conocimiento es mayor a un día
y/o el periodo en el que el paciente que lo sufre tiene dificultades
para aprender información nueva (periodo de amnesia post-traumática) es
mayor de una semana.
Tabla 1. Severidad de los TCE
Escala de Glasgow. Daño Cerebral

EL COSTE DEL TCE

El coste sanitario global del DCA de
origen traumático supone unos 2,9 billones de euros en Europa. En este
estudio, se realiza una estimación de los costes directos en España por
gasto sanitario en los pacientes ingresados por Traumatismo
Craneoencefálico, que son de 2.833 euros de media por ingreso, con un
gasto de 987 euros en los pacientes con contusiones y de 6.362 euros en
los pacientes con DCA grave. Estos valores se sitúan en un punto
intermedio entre los otros dos países con los que se compara: Alemania,
con un gasto medio de 2.529 euros, y Suecia, 3.024. En este último país,
se ha calculado que el coste sanitario medio durante el primer año en
un paciente que ingresa por Traumatismo Craneoencefálico es de 4.562
euros. Los únicos datos fiables sobre costes indirectos derivados de la
pérdida de productividad, utilización de recursos para atención a la
dependencia y otros aspectos publicados hasta la fecha en nuestro pais
corresponden a un estudio epidemiológico reciente realizado en pais
vasco y navarra (mayo 2011). De acuerdo a este estudio el coste de
cuidados formales en el caso de los Traumatismo Craneoencefálico
ascendía a 61.4 (millones de €/año) y el de gastos informales a 55.57
(millones de €/año). Los cuidados informales en este estudio se grabaron
a 11.591 €/año.