viernes, 5 de agosto de 2016

¿Qué es el Judaísmo?

¿Qué es el Judaísmo?




¿Qué es
el Judaísmo?
por Rab
Esteban Veghazi
(z"l)


A) HISTORIA
Por judaísmo se
entiende el conjunto de la civilización, y tradición religiosas,
culturales y jurídicas del pueblo judío, tal como se desarrollaron y
trasmitieron desde los comienzos de los tiempos bíblicos hasta el
presente. Como tal, no es un ente monolítico. Comprende muchos
diferentes períodos históricos, así como muchas distintas
aproximaciones a las preguntas fundamentales referentes a Dios, al
hombre y al mundo. Aún así, todos estos «Judaísmos» están ligados
por el hilo común de la continuidad de la tradición y el destino
histórico colectivo de los Hijos de Israel.
EL PERIODO
BÍBLICO

La historia del judaísmo se inicia a principios del segundo milenio
antes de la era común (a.e.c.) en Mesopotamia. Allí, a causa de la
destrucción de la ciudad de Caldea de Ur y de otras circunstancias
externas, se daba un gran desplazamiento de población. Entre las
muchas familias que migraban con dirección norte hacia Asiria se
hallaba una cuyo destino la llevaría al descubrimiento de que existe
un solo Dios. Esta familia, conforme a los relatos bíblicos, estaba
encabezada por Abraham y Sara. Más tarde migraron a las tierra de
Canaán y fue allí donde se desarrollaron sus ideas monoteístas.

Nuevas circunstancias empujaron a muchos semitas occidentales a
Egipto, con la conclusión de algunos miembros de la familia
patriarcal. Allí la experiencia de la esclavitud y la redención
definió al pueblo judío y a su futura fe. Al abandonar Egipto hacia
el año 1250 a.e.c. aproximadamente, en medio de eventos
cataclísmicos (el Éxodo), los hijos de Israel experimentaron en el
Sinaí un despertar religioso y nacional, el que describieron como
Revelación Divina. Bajo la guía de su maestro Moisés llegaron a
aceptar lo que consideraron la Ley de Dios. La Tora se transformaría
en la guía directora de toda la historia judía subsiguiente.
De estas
experiencias en el Sinaí, junto con la percepción judía de la
Revelación de Dios, surgió la Tora. La Tora, mejor conocida como los
Cinco Libros de Moisés o Pentateuco es, según la tradición judía, el
resultado de la Revelación Divina directamente a Moisés y a través
de él, a la totalidad del pueblo judío y para el mundo entero. Los
estudios modernos han cuestionado la validez de esta afirmación,
basándose en su propio análisis literario de la Tora. Su teoría es
que la Tora fue redactada o editada a partir de varios documentos,
cada uno siendo el producto de grupos o autores distintos, en épocas
diferentes. De cualquier manera hasta los tiempos modernos, tales
tópicos no afectaron en modo alguno el desarrollo del judaísmo. Para
los Rabinos del Talmud y para sus sucesores en la Edad Media y
moderna, la creencia en la santidad y la revelación de la Tora eran
un axioma.
A comienzos del
siglo XII (a.e.c.) Israel ocupó la tierra de Canaán, que
conquistaron lentamente. Allí encontraron a algunos miembros de su
clan que nunca habían abandonado esta tierra, y juntos empezaron a
forjar una nueva sociedad. La base ideal de esta sociedad fueron las
tradiciones que los israelitas habían recibido en el Sinaí, pero de
hecho la realidad fue muy distinta. Por todas partes se sentía la
influencia de los cananitas, y pasaron muchos años antes que los
israelitas pudieran liberar de esta influencia a su pueblo. (El Rey
Salomón quien reino entre 970 y 930 a.e.c.) había construido el
Templo de Jerusalem. Los reyes que lo sucedieron hicieron ilegal el
culto en los santuarios esparcidos por el país y centralizaron el
culto en el Templo.
El reino de
Salomón se dividió a su muerte en dos pequeños Estados, Judea en el
sur e Israel en el norte. Este último se sintió atraído con mucha
mayor fuerza por las influencias paganas circundantes. El norte fue
destruido por Asiria en el 722 (a.e.c.) y el sur junto con el Templo
de Jerusalem, por los babilonios en el 586 (a.e.c.).
Estos sucesos
fueron de importancia capital dentro de la historia del judaísmo.
Por una parte, el Templo debía ser reemplazado, aunque fuera de modo
temporal. Existen evidencias que se había desarrollado una nueva
clase de culto en el exilio, sin presentar sacrificios en el Templo.
Asimismo, por primera vez, había un gran porcentaje de la población
judía fuera de la tierra de Israel. La Diáspora había nacido y el
judaísmo comenzó a ser una religión mundial.


EL HELENISMO Y LA PLURALIDAD JUDIA
Al retomar
algunos judíos a Judea durante el gobierno persa 538 (a.e.c.) se
reconstruyó el Templo y se inició la Segunda Mancomunidad. Durante
este período, los sabios judíos desarrollaron un método de
interpretación llamado Midrash, por el cual se interpretaba un verso
bíblico a la luz del otro. Esta forma de exégesis, tanto como las
tradiciones legales que entonces se desarrollaron en base a la Tora,
servirían como base al judaísmo post-bíblico.
La influencia
griega sobre la Tierra de Israel y sobre los judíos había aumentado
lentamente desde el siglo IV (a.e.c.). Con la llegada de Alejandro
El Grande en el 334 (a.e.c.) esta influencia se incrementó
enormemente en Judea, y los judíos comenzaban a sentir sus efectos
en las esferas religiosas y culturales, mientras que antes sólo
había afectado a la economía. A comienzos del siglo II (a.e.c.),
algunos judíos que deseaban asimilarse al mundo helenista y obtener
las ventajas políticas, sociales y económicas que aquel conllevaba,
trataron de reorganizar a Judea según los planteamientos de una
Polis (ciudad – Estado) helénica y de convertir el Templo en un
santuario más de los dioses del Pantheón griego. Una familia de
sacerdotes conocidos como los Macabeos o Hashmonitas, sin embargo se
opuso y junto con sus seguidores iniciaron una revuelta victoriosa
que duró del 168 al 165 (a.e.c.). Los Seleucidas, sucesores de
Alejandro, gobernantes de Siria, se solidarizaron con sus aliados
pro-helénicos y declararon ilegal la práctica del judaísmo, pero los
Macabeos restablecieron el culto judío en el Templo, y esta victoria
se conmemora actualmente en la festividad de Januka.

El desenlace final del aspecto político de esta lucha se alcanzó en
el 153 (a.e.c.) al necesitar los seleucidas la ayuda militar de
Jonatan el Hashmonita. A cambio de dicha ayuda, estaban dispuestos a
conceder la independencia a Judea (141 a.e.c.) Ahora los reyes –
sacerdotes hashmoneos eran reconocidos de modo oficial. El
helenismo, al menos en su forma extrema, había sido rechazado por el
pueblo de Israel, que a cambio escogió mantener su propio carácter
espiritual y su tradición nacional y religiosa.
El período
hashmoneo trajo también muchos cambios religiosos. A partir de esta
época se conoce un pluralismo espiritual. Estaban los fariseos que
eran los antecesores-espirituales de los Rabinos del Talmud., los
saduceos, que conformaban el grupo del sacerdocio y la aristocracia,
y otros grupos como los esenios, la secta de los «Ro¬llos del Mar
Muerto», quienes rechazaban tanto los valores religiosos como
económicos de la sociedad de Jerusalem. La existencia de tantos
grupos distintos permitió la evolución de distintas aproximaciones
al judaísmo. Aunque cada grupo se veía a si mismo como poseedor del
«verdadero» camino, en realidad la decisión final sería dada por el
devenir histórico.
Desde 63 a.e.c.
Palestina estaba bajo la influencia y control de Roma y luego se
transformó en un vasallaje, perdiendo su autonomía política.
Esta es la época
de nacimiento de Jesús y el comienzo de la formación del
cristianismo.
Hacia el final de
la Gran Revuelta del 67 al 70 (E.C.), los romanos destruyeron el
Templo y asimismo gran parte del país. Los saduceos perdieron su
plataforma de poder al ser arrasado el Templo: grupos como los
esenios o la secta del Mar Muerto fueron aniquilados físicamente o
como resultado del gran desencanto espiritual causado por el fracaso
de la revuelta, no pudieron continuar sus prédicas. Sólo los
fariseos permanecieron como grupo capaz de sobrevivir. Los sabios
fariseos fueron escogidos por los romanos para administrar los
asuntos internos y religiosos de los judíos. Esto decidió la
consolidación del judaísmo post-bíblico.
Sin embargo
algunas tendencias que podían ser observadas dentro de los grupos
sectarios, tales como las sectas apocalípticas extremas, no
desaparecerían. En gran parte, la ideología sectaria iba a jugar su
papel en el desarrollo de la naciente cristiandad, la que hacía gran
énfasis en la cercanía del ideal mesiánico y en su cumplimiento. Aún
así, hay que enfatizar que estos grupos no deben ser considerados
los predecesores del cristianismo puesto que conservaron
interpretaciones de la Ley aún más estrictas y más literales que
aquellas encontradas entre los fariseos y sus descendientes
rabínicos.
La tradición
farisea estaba ya bastante extendida durante el período previo a la
destrucción, aunque es aún discutible su número. En el tiempo de la
conquista de Judea por los romanos en el 63 (a.e.c.) los principios
de los que hemos llegado a llamar tradición Mishnaica se podía
observar entre los fariseos. En realidad, los fariseos ya
constituían un grupo intelectual definible que más tarde sería
llamado TANAIM, palabra que designa a los transmisores de la
tradición de la Mishna.
Los primeros
sabios fariseos habían participado en un Concilio de dirigentes
judíos, junto con otros grupos (fabne 71e.c.), y estaban bastante
involucrados en los tópicos políticos de su tiempo. En la época de
la conquista romana y poco después, bajo el liderazgo de los sabios
Hilel y Shamai, el fariseismo se presentaba a si mismo cada vez más
como un movimiento religioso e intelectual. Los tanaim tomaron la
conducción del estudio y la enseñanza de lo que los rabinos
posteriores llamaron el Talmud o Ley Oral. Esta casi segunda Tora,
consistía en la Ley judía (HALAJA, o el modo de vida) y saber (AGGADA,
tradiciones y leyendas narradas). Al desarrollar estas enseñanzas,
los tanaim echaron los cimientos para las grandes colecciones de
tradiciones que se redactarían más tarde.
Fue hacia esta
época que algunos de las fuerzas mesiánicas y apocalípticas que se
habían estado gestando dentro de las sectas, emergieron en Judea en
la forma de la primera cristiandad. En sus etapas iniciales, la
Cristiandad era una forma de judaísmo. Hacia comienzos del siglo II
y con la decisión de la Iglesia naciente de liberarse de las
obligaciones de la Ley (Halajá), cesó la cristiandad de ser una
forma de judaísmo.
JUDAISMO RABINICO
Luego de la
destrucción del país y de su Templo en 70 (e.c.) los fariseos
entraron nuevamente en asuntos políticos. En realidad los romanos
confiaron los asuntos internos de la comunidad judía de Palestina en
dichos rabinos, lo que produjo durante un tiempo una creciente
estabilidad y recuperación económicas. El oficio de Patriarca (Nasi)
fue ocupado por una dinastía hereditaria de descendientes de Hillel.
Como resultado del discolamiento experimentado por la nación, los
tanaim encontraron que era necesario consolidar las tradiciones del
período precedente. La liturgia fue fijada, y se recopilaron
numerosas leyes y explicaciones en una colección fácil de recordar.
Este material se convirtió, eventualmente, en la base de las
tradiciones de los tanaim que se encuentran en la Mishna, Guemará
Tosefta y Misdrashim. Estos textos, que se hallaban aún en forma
oral en esta época, constituyeron la base de las tradiciones
posteriores del Talmud Palestino y Babilónico y por lo tanto la base
del desarrollo del judaísmo que nos es familiar en nuestros días.
Hacia el 132 (e.c.)
las expectativas mesiánicas de los judíos habían sido nuevamente
incorporadas al deseo de ser redimidos de la opresión romana. Sin
embargo, el resultado final de esta situación, la Revuelta de Bar
Kojba, terminó en la derrota y la devastación del país. Pero como
una cantidad suficiente de rabinos no apoyaron la revuelta, al
terminar ésta los romanos decidieron como una solución práctica dar
de nuevo el poder a los Sabios, y así los esfuerzos intelectuales y
religiosos de los tanaim pudieron continuar. Hacia el año 200 (e.c.)
el material atesorado en la Mishna y organizado por el Rabi Akiva
(alrededor del 50-135 e.c.) y por su discípulo el Rabi Meir, estaba
listo para su redacción final, bajo la dirección del Rabi Juda el
Príncipe.
Al término de la
compilación de la Mishna, finalizó el período tanaitico. Entonces en
la región de Babilonia, en Mesopotamia, donde había existido una
gran comunidad judía desde la destrucción del norte de Israel en el
722 a.C. y en Palestina, grupos de sabios iniciaron el trabajo de
explicar las tradiciones de los tanaim, algunas de las cuales
estaban siendo incorporadas a la Tosefta y al Midrash Halajico
(legal). Los Amoraim (los que explican las Mishna) que fueron los
rabinos de este período, además de contribuir al desarrollo gradual
de los Talmud Palestino y Babilónico, dejaron mucho material en
forma de Midrash explicativo, que fue aparentemente el resultado de
las lecciones de la Sinagoga, dadas en la tarde del Sábado. Todos
estos textos constituyeron lo que ahora llamamos Literatura
Talmúdica o Posbíblica y que forma la base del judaísmo rabínico.
A causa de las
persecuciones, aunadas a difíciles condiciones económicas, hacia los
principios del siglo IV se compiló el Talmud Palestino sin haber
finalizado el comentario rabínico. Al mismo tiempo, el oficio de
Patriarca se abolió en Palestina. El Talmud Babilónico se completó a
fines del siglo V, pero su interpretación fue continuada por los
Saboraim (comentaristas) hasta poco después de la conquista islámica
de la Mesopotamia en el 638 (e.c), cuando se publicó.
EL JUDAISMO
MEDIEVAL
La llegada de los
musulmanes determinó un nuevo momento del judaísmo, el proceso de
cambio del período rabínico al período medieval. La judería
palestina se eclipsaba, aunque ahora sabemos que era mucho más
creadora de lo que habíamos pensado. Pero para entonces la Diáspora
era mucho más importante. Además de las poblaciones judías de
Babilonia y del mundo helénico, ya conocidas en el período anterior,
los judíos llegaban ahora al Norte de África, al Sur de Europa y aún
a España y Francia. Se establecieron también comunidades en Turquía
y los Balcanes. Y mientras es difícil decir cómo llegaron los judíos
al Oriente, este período aparece como una lógica elección. Arabia
era el hogar seguro de muchos judíos, factor que ayudó a producir el
nacimiento de la nueva religión monoteísta: el Islamismo.
El
establecimiento del nuevo califato en Bagdad, en el cual se habían
establecido también las grandes academias talmúdicas de Babilonia,
hizo posible el establecimiento de la hegemonía talmúdica sobre las
comunidades judías del mundo islámico. Parece que gran parte de la
Diáspora no siguió las prácticas que los Tanaim y Amoraim palestinos
estaban desarrollando. En lugar de esto, las costumbres locales
persistieron, algunas de las cuales se cree, actualmente, tuvieron
nexos con las antiguas tradiciones sectarias de la época del Segundo
Templo. Bajo los musulmanes, los rabinos de Babilonia pudieron
exigir a las más apartadas comunidades judías que acataran su
liderazgo espiritual. De este modo, el judaísmo Talmúdico de los
Babilonios, en lugar del Talmud Palestino, se convirtió en norma
para todos los judíos.
De hecho se
presento cierta oposición a esta normalización. La secta conocida
como los Caraitas se originó, aparentemente en el siglo VIII (e.c.)
como una coalición de varios grupos que no seguían la dirección
rabínica. Estos grupos habían basado desde mucho tiempo su judaísmo
sobre su propia interpretación de la Tora, alineados bajo el
concepto de literalismo y ahora rechazaban la interpretación
rabínica. Hasta cierto punto, algunas creencias de los antiguos
saduceos, o aún de la secta de los Rollos del Mar Muerto pueden
haber influenciado en el desarrollo de esta división sectaria del
siglo VIII. Este grupo ha contribuido, al fenómeno multifacético que
denominamos judaísmo.
Los rabinos
babilónicos, conocidos como GAONIM «eminencias» no pudieron mantener
por mucho tiempo el control absoluto. Hacia mediados del siglo XII,
se habían establecido autoridades locales a través del mundo judío.
Pero para esta época el judaísmo se había regularizado
suficientemente de modo que en realidad las costumbres locales
añadían sabor y belleza a las prácticas, sin detractar de la unidad
esencial del pueblo judío ni de su modo de vida.
El período
gaonico fue también de importancia central en el desarrollo de la
filosofía y del misticismo judío. Por supuesto, que estos dos
aspectos de la tradición judía eran muchos más antiguos. Los
aspectos místicos se encuentran ya en la Biblia y en los Rollos del
Mar Muerto y existen algunas referencias en la literatura talmúdica.
Pero fue en el período gánico cuando se editaron los textos básicos
del primitivo misticismo judío, preparando el escenario para la
popularidad del Zohar, el gran trabajo de la Kabbala, la tradición
del misticismo judío medieval. Hacia el fin de la Edad Media, se
había desarrollado al máximo la aproximación mística al judaísmo por
parte del círculo de los cabalistas místicos de Safed, en la Tierra
de Israel. El misticismo se había convertido en un sistema para
comprender al pueblo judío, su Dios y sus creencias.
Este gran aspecto
de la tradición judía tuvo también su lado oscuro, algunas veces,
cuando las condiciones históricas para los judíos eran más
difíciles, se presentaban falsos Mesías que proclamaban su
mesianidad con base en la doctrina cabalística. Este fue el caso de
Shabbetai Zevi (1626-1676 d.C) cuyas pretensiones mesiánicas se
basaban en parte en el misticismo judío.
La filosofía no
estaba apartada del judaísmo y se había hecho evidente en los
trabajos del filósofo de Alejandría Filón (cerca de 20 A.C-50 D.C),
aunque su trabajo no tuvo mucho impacto fuera de la comunidad
helenista judía y de aquellos cristianos que leyeron sus obras en
griego. Al diluirse el judaísmo helenista, también Filón se alejó de
la escena judía. Sólo en la Edad Media, bajo la influencia del
reciente interés islámico en la filosofía y en las nuevas
traducciones de los textos clásicos de la filosofía griega al árabe,
los trabajos del Saadia Gaón (882-942) Moisés Maimónides (1135-1204)
Juda Halevi (antes de 1070 a 1141) Salomón ibn Gabirol (1021 – 1058)
y Bahya Ben Josef ibn Paquda (segunda mitad del siglo XI),
culminaron esta aproximación al pensamiento judío y a su literatura.
Ciertamente en este momento estaba listo el escenario para la
eventual confrontación del judaísmo con la filosofía moderna,
confrontación que perdura dentro de la comunidad judía
contemporánea.
Los estudios de
la Biblia por los judíos adelantaron mucho durante el período
medieval. En el área de los estudios bíblicos, la iniciación de los
estudios gramaticales y lexicográficos fue estimulada grandemente
por los nuevos descubrimientos referentes al idioma árabe. Pero, aún
más importante, el reto canaita estimuló a los judíos a desarrollar
aún más la interpretación bíblica. Comentaristas tales como Abraham
ibn Ezra (1089-1164), Moisés Najmanides (1194-1270), David Kimhi
(1160-1235) y el prominente Rashi (Salomón Ben Isaac 1040-1105)
crearon un verdadero tesoro de exégesis bíblica.
Simultáneamente
se desarrolló la ley judía (Halajá), se crearon nuevos comentarios
sobre el Talmud siendo uno de los más famosos el Rashi. Se editaron
y publicaron los códigos legales de Maimónides y el Shuljan Aruj,
que es el código por Josef Caro (1448-1575). Adicionalmente la
literatura «responsa», o sea cartas que discutían las soluciones a
querellas legales enviadas a las academias o a los principales
estudiosos, ayudaron a unir a los judíos y fueron una fuerza
primordial dentro de los esfuerzos de normalización de los maestros
gaonim de Babilonia, y luego también en otros centros.
VIVENCIA JUDIA EN
TIERRAS CRISTIANAS
Durante la Edad
Media ocurrió asimismo un gran cambio en la demografía judía. Los
judíos se trasladaron a Europa en números cada vez más crecientes,
lo que produjo que la mayoría de los judíos vivieran en tierras
cristianas y que el centro de la cultura y la literatura judías se
trasladaran a Europa, aquí, los judíos se enfrentaron a sus vecinos
cristianos, a veces en disputas, a veces en diálogo, pero a menudo
perecieron por causa de su adhesión a la fe ancestral que ninguna
persecución antijudía podía destruir.
En Europa, la
persecución fue fomentada por las Cruzadas, que lanzaron a las
clases sociales más bajas contra los judíos. Ciertamente, este
fuerte antisemitismo continuó a través de los siglos hasta culminar
en el Holocausto, o sea el intento del genocidio de toda la judería
europea.
Es a partir de
este momento que se puede hablar de los judíos como dos comunidades
separadas, los Ashkenazim y los Sefardim, cada una de costumbres y
tradicio¬nes ceremoniales separadas. Los Ashkenazim (a partir de un
término que designaba a Alemania) se esparcieron desde Europa
Central y Oriental, mientras que los Sefarditas (literalmente
españoles) vivieron en las tierras mediterráneas, incluyendo a
España, de donde habían sido expulsados (1692) el norte de África,
Egipto, Palestina, Turquía, Italia y Francia.
El fin de la Edad
Media halló a los judíos con una tradición intelectual altamente
desarrollada. Su ley (Halajá) había sido codificada, sus teorías
místicas y filosóficas se habían desarrollado de modo extensivo, y
el estudio de la Biblia, del Talmud y de la literatura y ciencias
judías habían avanzado.
JUDAISMO Y EL
MUNDO MODERNO
Es difícil trazar
la línea divisoria entre el judaísmo medieval y el moderno, puesto
que la transición tuvo lugar en épocas y lugares diferentes. Para
los judíos de Italia, el fin del Medioevo fue marcado por el
Renacimiento. Para aquellos en el resto de Europa lo fue por la
Iluminación, la Revolución Industrial y la Emancipación. Para los
judíos del mundo árabe, este proceso se dio a principios del siglo
XX con el inicio de la modernización en los países islámicos.
Pero aunque el
centro de la vida judía viró a Europa de modo marcado durante el
período moderno, al menos en sus etapas iniciales, tenemos razones
que justifican fechar el comienzo del período moderno hacia 1800.
Poco después de esta fecha, los judíos se hallaron lanzados de modo
súbito a un nuevo mundo en el que, por primera vez, les era dada la
opción de participar en una cultura más amplia. Esta cultura
dominante estaba, en apariencia, dispuesta a aceptarlos y les exigía
ciertos compromisos o adaptaciones de poca importancia. Este nuevo
reto dio lugar a varios movimientos: reforma religiosa, reforma
cultural y sionismo, que es el Movimiento de la Liberación Nacional
que finalmente llevó a la creación del Estado de Israel.
Los judíos
reaccionaron de diferente manera al proceso de la modernización en
la civilización europea. Algunos judíos, especialmente en Europa
Occidental, se sintieron atraídos por la idea de la emancipación.
Este concepto prometía la completa igualdad social a los judíos que
dejaran los confines de sus propios ghettos y participaran de la
cultura general. En Europa Occidental, este movimiento llevó a la
adopción de los idiomas de algunos vernaculares, a una creciente
asimilación y, eventualmente, al matrimonio mixto de parte de
algunos de la comunidad judía.
Al mismo tiempo,
estos mismos factores estimularon la inauguración del estudio
histórico del judaísmo. Esta ciencia del judaísmo intentó introducir
los métodos de estudio histórico y filosófico entonces prevalentes
dentro de la comunidad académica europea, al estudio del judaísmo y
de su literatura. Además, los líderes de este movimiento esperaban
demostrar que la tradición judía era un valioso tópico de
investigación intelectual y facilitar la entrada de los judíos a la
vida científica de Europa. Eventualmente, este movimiento se
esparció a todos los segmentos de la comunidad judía y produjo
grandes resultados en estudios judaicos también en Israel y América.
Los judíos de
Centro Europa y del Occidente acogieron bien la Emancipación, junto
con la idea de la reforma religiosa. Asumieron que con el cambio de
las condiciones sociales para los judíos, su religión y cultura,
debían ser modernizadas. Se pidió mayor decoro en los servicios y se
implantaron prácticas similares a las de sus vecinos protestantes.
Además, las
antiguas ceremonias y las barreras rituales que separaban a los
judíos de sus vecinos debían ser eliminadas. Sólo de este modo
pudieron los judíos vivir dentro de la sociedad y pudo el judaísmo
continuar sobreviviendo. Algunos judíos alemanes, involucrados en el
estudio histórico del judaísmo, deseaban mantener la teoría
tradicional, e inauguraron una aproximación que hemos llegado a
llamar «judaísmo Histórico». Fue esa ideología la que eventualmente
sirvió como base al movimiento conservador que se desarrolló en
América y luego en todo Occidente.
Otro segmento del
pueblo judío, los neo-ortodoxos, enseñaron que era posible mantener
la tradición del pasado y al mismo tiempo participar de los aspectos
de la cultura circundante. En esta forma de Ortodoxia Moderna y la
que, como la Reforma y el judaísmo Conservador, también refleja una
reacción a la modernización. No es necesario decir que la igualdad
civil tan buscada por los judíos en Europa Occidental duró muy poco,
y que gran parte de esta comunidad fue eventualmente destruida en el
Holocausto.
En la Europa
Oriental, el Iluminismo llevó a los judíos a intensificar los
aspectos seculares del judaísmo. Así se inició un renacimiento de la
literatura hebrea, especialmente en lo relativo a los temas
seculares. Al mismo tiempo, el naciente movimiento sionista divulgó
entre los judíos que sólo en su propia tierra podría realizarse su
destino. Los progroms de la década de 1880 les demostraron la
futilidad de sus esfuerzos de asimilación dentro de la sociedad
general. Son bien conocidas las vastas movilizaciones de la
población judía de Europa Oriental hacia América y la Tierra de
Israel durante el final del siglo XIX y principios del XX.
El Movimiento
Jasídico, formado a fines del Siglo XVII mostró una reacción
completamente opuesta al de la modernización. Encarados a las nuevas
circunstancias, los místicos intensificaron su teoría, y esta
circunstancia, junto con ciertos factores sociales e históricos,
llevó a la más reciente etapa en la historia del misticismo judío,
el Jasidismo. Sus adherentes enfatizaban los aspectos espirituales
del judaísmo y la realización de su destino espiritual dentro del
contexto de la compacta unidad de la comunidad religiosa. El
surgimiento de este movimiento en Europa Oriental y su subsiguiente
desarrollo en América e Israel, son los principales factores que
contribuyen a la supervivencia del judaísmo ortodoxo dentro del
mundo moderno.
EL SIGLO XX
Los eventos más
significativos de la reciente historia del judaísmo, no han tenido
aún su completo impacto. Comenzando el final del siglo XIX, las
fuerzas del creciente nacionalismo europeo, del antisemitismo y del
antiguo mesianismo judío se combinaron para producir el movimiento
sionista. Al principio, este movimiento fue visto como una amenaza
para las normas tradicionales judías, pero con el tiempo fue
adoptado por casi todos los judíos.
En el mismo
umbral de su realización, este sueño de la restauración de la
antigua patria judía fue roto por la peor demostración de odio
antisemita en la historia. Entre 1938-1945, seis millones de judíos,
aproximadamente un tercio de la población judía mundial, fueron
asesinados brutalmente por los nazis. Los judíos que en aquel
entonces vivían en Palestina vieron frustradas sus ambiciones de
ofrecer un refugio seguro para los judíos de Europa. Cuando los
sobrevivientes a los brutales medios de destrucción que asesinaron a
seis millones de sus hermanos judíos salieron de los campos de
concentración, se les negó el acceso a Palestina, que se hallaba
entonces bajo el mandato británico. Finalmente, de las cenizas se
declaró el Estado Judío en 1948, evento que sirvió, en escala
pequeña pero apreciable, como consuelo al pueblo judío por la
inescrutable tragedia de la destrucción de la judería europea.
Estos eventos
produjeron un cambio masivo en la demografía judía. El Holocausto
trajo el fin de los principales centros de población judía en
Alemania y en los países y territorios ocupados por los nazis. Las
comunidades de la judería palestiniense y norteamericana aumentaban
continuamente con inmigrantes que buscaban una nueva vida. La
creación del Estado de Israel produjo a si mismo, una emigración en
gran escala de los judíos establecidos en los países árabes, lo que
a su vez causó la virtual terminación de lo que una vez fueron
grandes centros culturales judíos. Actualmente, las juderías
norteamericana e israelí constituyen las mayores comunidades,
existiendo aún, detrás de la cortina de hierro, un importante grupo
en la Unión Soviética.
Existen
comunidades grandes en Francia e Inglaterra y más pequeñas en Europa
Occidental, en la mayoría de los países comunistas y en Sud América.
De todos modos, no existe virtualmente ningún país en el mundo que
no tenga una pequeña comunidad judía.
El Holocausto
dejó al pueblo judío en búsqueda de una respuesta teológica. Algunos
dijeron que Dios, por alguna razón inexplicable, -había desviado su
mirada. Otros vieron el Holocausto como el preludio de la
restauración del Estado Judío.

Otros simultáneamente permanecieron quietos y silenciosos, dándose
cuenta de su incapacidad para resolver los dilemas teológicos
producidos por este evento.
Las opiniones
sobre el significado de la creación del Estado de Israel ante el
pueblo judío fueron también variadas. Algunos vieron el Estado como
el comienzo de la redención mesiánica, mientras que otros lo vieron
sencillamente como un paso más en la asimilación de los judíos a una
nación «normal» como todas las demás naciones. A través del corto
tiempo de existencia del Estado Judío, Israel ha sido el mayor
factor de unión dentro del pueblo judío. El pueblo judío en Israel y
en la Diáspora cree que Israel será la realización de sus sueños, de
una sociedad que incorpore las ideas y el destino del pueblo judío.
En tal sentido, Israel representa, quizás, un paso auspicioso para
todos los judíos hacia la redención.*
(Nota: Dada la
importancia del Holocausto y del Renacimiento del Estado de Israel
en la historia moderna del pueblo judío, se tratarán estos temas en
forma separada).
B) CREENCIAS
BÁSICAS JUDÍAS
El judaísmo de
los rabinos talmúdicos, sentó las bases para la teología y las
prácticas de los judíos medievales y modernos. Aún los movimientos
religiosos modernos, con su deseo de reformar las antiguas
estructuras, tomaron como punto de partida las tradiciones de
aquellos sabios. Con el fin de contribuir a la comprensión de lo que
se ha llamado a menudo judaísmo «Normativo», vamos a resumir sus
creencias teológicas y religiosas. Debe recordarse, sin embargo, que
la sistemática presentación de principios teológicos es por si
misma, totalmente ajena a los rabinos del Talmud, cuyas creencias
deben tan sólo extrapolarse a partir de sus varias tradiciones
exegéticas y jurídicas.
El mundo fue
creado por un Dios que ha existido desde la eternidad y que existirá
para siempre. Este Dios es Omnipotente, Omnisciente. El creó el
mundo, por su Voluntad y persevera como dueño de sus eventos. Su
único deseo es que sus criaturas obedezcan su guía y observen su
Tora, que es el instrumento por el cual Dios revela al hombre su
voluntad divina. En su sentido más amplio, la Tora es la instrucción
dada por Dios a Moisés en el Sinaí en forma de la Ley Escrita y
también la Ley Oral. La primera está preservada por la Biblia Hebrea
(lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento) y la segunda se
explica en la literatura del Talmud y del Midrash. Juntas, y dentro
de una tensión creativa, estas dos fuentes forman la base del
judaísmo. Dios le exige a su pueblo que obedezca la Ley (Halajá) y
al hacerlo logrará el acceso al mundo por venir y la recompensa
dentro de éste. Los no judíos pueden también lograr esta recompensa,
al observar unos siete preceptos, los Mandamientos de Noé, que son
una especie de conjunto rabínico de leyes naturales a que está
sujeta toda la humanidad. La opción del proselitismo o conversión al
judaísmo, queda abierta para el no – judío sincero que desee
identificarse de modo completo con el pueblo judío y adoptar su modo
de vida.
La Halajá busca
santificar nuestra vida entera y nuestras relaciones, tanto con Dios
como con los demás hombres. En ella y a través de ella, uno logra la
perfección en lo referente a las preocupaciones éticas y morales a
los asuntos rituales y de hecho para el judaísmo Rabínico no existe
tal distinción, pero sí para el profético. Toda la orientación
proviene de la Ley, que busca santificar aún la más mundana de las
actividades humanas con miras a infundir divinidad en la vida de los
mortales.
El estudio y
enseñanza de la Ley (Halajá) se ve, en si mismo, como un valor
religioso. A través de éste, uno aprende no sólo como realizar la
voluntad Divina, sino a participar en la transmisión continua de la
tradición. El estudiante de la Tora se convierte en un eslabón de la
ininterrumpida cadena que conecta al pueblo judío con la Revelación
del Sinaí.
La observancia o
no observancia de los mandamientos lleva al hombre a la recompensa o
al castigo, tanto en esta vida como en la siguiente, aunque algunas
veces parece que los justos sufren en este mundo, de hecho les
espera su recompensa en el mundo por venir; cuando parece que los
malvados prosperan en este mundo, esto es sólo una ilusión, en la
vida futura recibirán su justo castigo.
Pero el tópico de
recompensa y castigo va más allá del mero individuo. La Comunidad de
Israel busca el logro de la recompensa colectiva, de la Era
Mesiánica. Se cree que, en algún momento futuro, una serie de
eventos transformarán al mundo y al Pueblo de Israel, y se iniciará
un período de perfección. Esta Era comenzará con una serie de
cataclismos, pero al final, prevalecerá la paz. Al fin de los días
el Pueblo de Israel saldrá de la dominación extranjera y estará
regido en su propia tierra por un Rey Davídico, un Mesías. Junto con
la Era Mesiánica llegará el reconocimiento final de la verdad del
Dios de Israel por todas las naciones, lo que a su turno llevará a
la fraternidad y unión de todos los pueblos del mundo de la Era
Mesiánica. Todos obedecerán la voluntad de Dios y orarán al pie de
Su montaña. El Templo será reconstruido en Jerusalem y la
resurrección final llevará a todos quienes vivieron con justicia al
gozo de la dicha eterna.
Cabe mencionar
que la filosofía judía moderna no está de acuerdo con algunas de
estas creencias
C) RITUALES
TRADICIONALES
Durante siglos,
entre la codificación del judaísmo mishnaico y el surgimiento de los
movimientos modernos, ha existido un esquema básico de prácticas
rituales judías, que los han unido.
Estos ritos
fueron primero establecidos por la Mishna y el Talmud, y luego por
los Códigos medievales de la ley judía. Como tal hacen parte de la
Halajá, o sea el sistema de la ley judía. Mientras que ciertamente
han existido divergencias a través del tiempo en lo referente a
reglamentaciones y costumbres específicas de la ley judía, en la
mayoría de los casos se trata de diferencias de poca importancia que
añaden sabor a la vida de los judíos. Muchas de estas hermosas
costumbres locales y ritos de oración han sido reunidos en Israel
por inmigrantes Askenazies y Sefarditas, que las han preservado
durante muchas generaciones y que las han traído desde sus países de
origen.
LA BÚSQUEDA DE LA
SANTIDAD
La vida de un
judío tradicional debe ser dedicada, en todo momento, a la búsqueda
de la santidad y al cumplimiento de sus obligaciones religiosas. El
día se inicia con una serie de rituales. Apenas se levanta, el judío
lava sus manos, de modo tanto físico como espiritual, para
prepararse al servicio del Creador. Existen reglas específicas
referentes al vestido. Los hombres cubren sus cabezas con un pequeño
gorro llamado Yarmulke en yiddish, o kippa en hebreo, y se visten
con el tradicional Tsitsit de cuatro franjas. Las mujeres deben
vestir modestamente. Las mujeres casadas deberán cubrir su cabello.
Con bendiciones especiales se agradece a Dios por el cumplimiento de
las funciones fisiológicas y por proveer a las necesidades diarias.
ORACIÓN:
Luego de las
bendiciones matinales, el judío de sexo masculino y de más de trece
años (BAR MITZVA) viste el manto de la plegaria (TALIT) y las
filacterias (TEFILIN), y da comienzo al ritual de la oración de la
mañana (SHAJARIT). Este ritual se lleva a cabo preferiblemente con
la participación de diez hombres adultos (MINIAN), generalmente, en
la Sinagoga. El Servicio se centra en la recitación del Shema (Deut
6:4-9), la declaración judía de fe en un solo Dios, en sus
bendiciones asociadas y en la devoción silenciosa llamada AMIDA o la
«plegaria de pie» literalmente. En las mañanas de los días lunes y
jueves, así como en la mañana y tarde del sábado, y la mañana de las
fiestas y semifiestas es leída una parte escogida del Rollo de la
Tora.
Dentro del
judaísmo tradicional, el hebreo, para quienes lo dominan, es el
idioma de la oración. El idioma hebreo se considera poseedor de
cualidades místicas que unen al judío con su Creador y, a su vez, a
todos los judíos con la Tierra de Israel, aquel lugar especial en
donde se halla con mayor esplendor la cercanía de Dios con el
hombre.
Un hombre judío
debe orar tres veces al día. El servicio vespertino (MINJA) está
formado del salmo introductorio y la Amida, mientras que el servicio
de la noche (MAARIV) consiste en el SHEMA y sus bendiciones, y la
Amida. En los sábados y días festivos existen expansio¬nes
especiales que prolongan los servicios, al ser recitado el MUSAF,
que es un servicio adicional y al ser leída la porción completa de
la lectura semanal de la Tora. (En los Sábados y Festivos no se
llevan las filacterias). Cada año se completa la lectura de la Tora
(formada por los Cinco Libros de Moisés).
Las comidas deben
ir siempre precedidas y seguidas del recitado de bendiciones (BERAJOT),
puesto que todo es creación de Dios y los hombres debemos ofrecer
gracias por lo que recibimos; sólo podrá comerse alimentación Kasher.
Aunque las reglamentaciones de preparación de la alimentación Kasher
no son sencillas, pueden describirse brevemente así: 1) Sólo
aquellos animales que la Tora especifica como «puros», son Kasher,
pueden ser ingeridos, 2) Los animales de carne deben ser
sacrificados conforme al ritual judío (SHEJITA) y luego
inspeccionados para asegurar que no exista enfermedad. El sacrificio
ritual judío es buscar ser indoloro en lo posible y elimina la
sangre, cuya ingestión está prohibida por la Tora. La carne debe
salarse y luego tratar de eliminar todo resto de sangre, 3) No
podrán cocerse juntos la carne y los productos lácteos ni sus
derivados. Tampoco podrán ingerirse en la misma comida. Por esta
razón se mantienen separados en la cocina los utensilios destinados
al manejo de la carne y al de los productos lácteos.
ELSÁBADO:
El sábado (SHABAT)
se inicia hacia el ocaso del día viernes. En realidad, el día judío,
se inicia al ocaso del sol y termina al anochecer del día siguiente.
El propósito del Sábado es el de crear una pausa en la semana de
trabajo de modo que el hombre pueda distraer su atención de los
asuntos mundanos a los aspectos más espirituales de la vida, el
Sábado judío combina dos conceptos diferentes: el de la elevación
espiritual y el del descanso.
Por una parte, se
celebra con tres comidas festivas, con cantos y con tiempo
compartido con la familia y amigos. Por otra, es también una
celebración de los poderes creativos de Dios, y para realizar esta
función, toda labor creativa que demuestre el poderío humano en la
Tierra está prohibida dentro del sábado. Así como Dios descansó el
séptimo día, así el hombre debe descansar y renovarse
espiritualmente. El sábado tiene un motivo especial también. El
judío debe recordar que fue esclavo en Egipto. En conformidad, debe
dar a sus criados, trabajadores y aún animales un día de descanso.
Además de ser el día para destinar tiempo a la propia familia, el
sábado era a menudo el único día que un hombre trabajador podía
destinar a la propia familia, al estudio de la Biblia o el Talmud.
La observación
del sábado se inicia con el encendido de velas en el hogar, y en la
Sinagoga con el canto de la oda kabalística: el sábado, que se
personifica como una Novia Real, quien es bienvenida por la
comunidad. El servicio vespertino es seguido en el hogar por la
comida, que se inicia con el Kiddush (o santificación), plegaria que
se recita sobre una copa de vino y la bendición sobre las dos
hogazas de pan entrelazadas (Jala). La comida se acompaña con el
canto de jubilosas canciones del shabat (Zemirot).
Al día siguiente,
en la Sinagoga se entona el servicio matinal (Shajarit) con la
porción semanal de la Tora (Sidra), la cita prescrita de los
Profetas (Haftara) y el Servicio Adicional (Musaf). La segunda
comida del shabat se ingiere, como la primera, con la previa
recitación del Kiddush o plegaria que santifica el día y la comida
de una porción de jala, que simboliza el maná que llovió sobre los
israelitas mientras peregrinaban por el desierto. La tarde se pasa
dentro de una atmósfera de descanso general. No se discuten
cuestiones materiales, ni asuntos similares. El servicio de oración
de la tarde (Minja) va seguido de una comida ligera y de las
oraciones nocturnas para el día siguiente (Maariv).
El Sábado termina
oficialmente con la llegada de la oscuridad y con la ceremonia de la
Havdala (literalmente «separación»). Se recitan bendiciones sobre
vino, especias y una vela, candelero espiral. El encendido de la
vela es el primer acto creativo de la semana que se inicia y anuncia
que el sábado ha terminado y que de nuevo el trabajo es permitido.
LAS ALTAS FIESTAS
(YAMIM NORAIM):
Los festivales o
festividades del año judío se celebran, como el sábado, con la
abstención de la labor creativa. Adicionalmente, cada festividad
lleva consigo un tema particular. Entre los más conocidos están los
Días Austeros de Rosh Hashana y Yom Kippur. Rosh Hashana, la
festividad del año nuevo, se celebra durante dos días. Junto con la
celebración de la majestad y potencia de Dios, viene el tema de la
fragilidad del hombre. Como tal, este día santo es parte integrante
de la estación penitencial que se extiende hasta Yom Kippur. Lo más
importante en el Rosh Hashana es la obligación de escuchar el sonido
del Shofar, o sea el cuerno de carnero que simboliza el sacrificio
que hizo Abraham en reemplazo de su hijo Isaac (Gen 22). El sonido
del shofar se considera también como un llamado para despertar el
alma de modo que se arrepienta de sus transgresiones.
Yom Kippur, o Día
de la Expiación, sigue a Rosh Hashana, diez días más tarde, la
víspera se llama Kol Nidre. Los conceptos básicos de este día son:
el arrepentimiento, la confesión de los pecados y el regreso al
camino que Dios nos ha mos¬trado. Todo este día se pasa en la
Sinagoga ayunando y orando el perdón de Dios por las culpas en que
se haya incurrido contra El. Las culpas por nuestras acciones contra
otros hombres sólo pueden ser perdonadas por aquel que ha sido
ofendido y que ha perdonado al culpable. Este día termina con una
llamada final del Shofar
FIESTAS DE
PEREGRINACIÓN:
Existen tres
Festividades de Peregrinación (Shalosh Regalim) en el calendario
judío. En estos días sagrados todo Israel acostumbraba subir al
Monte del Templo, en Jerusalem, mientras que aún se conservaba en
pie el santuario central. Cada uno de estos gozosos festivales
celebra eventos de la historia de Israel y también señala las
estaciones del calendario agrícola en la Tierra de Israel.
Libro de Esther
El libro de
Esther se describe generalmente sobre rollos de pergamino, que con
frecuencia se ilustraban artísticamente. He aquí una parte del Rollo
de Esther escrito en el Sur de Francia en el años 1600.
El festival de la
Pascua (Pesaj) conmemora la libertad de Israel del yugo de la
servidumbre en Egipto. Originalmente se celebraba con el sacrificio
pascual. Actualmente la parte central de la Pascua es la recitación
de la Haggada durante la comida familiar (seder). Este festival
convoca a Israel para que tome conciencia de la importancia de la
libertad en la vida de todos los hombres y en la de su propia
nación. Era al mismo tiempo el festival de la cosecha de la cebada.
Para simbolizar estas dos ideas, se consume pan ácimo (Matza) y se
prohíben los alimentos que contengan levadura durante todo el
festival, que dura una semana en Israel y ocho días en la Diáspora.
La Pascua es
seguida por un período de treinta y tres días durante los cuales se
observan momentos de duelo. Conforme a la tradición, este período
recuerda a los estudiantes del Rabi Akiba, quienes murieron a causa
de una plaga durante la Rebelión de Bar Kojba (132-135 d.e.C). No se
celebran matrimonios durante este tiempo, ni el cabello debe ser
cortado.

Shavuot fue originalmente el festival de los primeros frutos,
coincidiendo con la cosecha del trigo. Toma su nombre («Semanas»)
del hecho de que tiene lugar siete semanas después de la Pascua.
Dentro de la tradición rabínica es también el festival que conmemora
la entrega de la Tora en el Monte Sinaí. Se celebra durante un día
en Israel y durante dos días en la Diáspora.
El festival
otoñal de la cosecha de la uva (SUCOT) es el más colorido. Los
judíos deben habitar en chozas durante esta semana, como símbolo de
los cobertizos en que hubieran de dormir los Hijos de Israel durante
el tiempo de su peregrinación luego del Éxodo de Egipto. La rama de
palma (LULAV) y la sidra (ETROG) junto con el mirlo y el sauce, son
el símbolo de la bendición de Dios y de la esperanza de lluvia
abundante durante el año por llegar. El séptimo día para concluir la
época del arrepentimiento es Hoshana Raba, se recitan plegarias
especiales y los fieles acostumbran dar vuelta a la mesa de lectura
en la Sinagoga por siete veces. El octavo día es Shemini Atzeret,
cuando se reza por abundantes lluvias, seguido de Simjat Tora,
cuando el ciclo anual de lecturas de la Tora se completa y se da
comienzo a su lectura de nuevo con rondas de cantos y danzas en la
Sinagoga.
JANUKA Y PURIM:
Januka y Purim
son dos festivales gozosos. Januka exige el encendido diario de la
Menorá, durante 8 días, para simbolizar la victoria judía sobre los
helenistas y sus aliados, los judíos asimilados durante la Revuelta
Macabea de 168-165 a.e.c. Purim conmemora la victoria judía sobre el
antisemita persa Haman. El Rollo (Meguilá) de Esther se lee en la
noche y en la mañana. Se dan regalos a los pobres y hay un
intercambio de dulces y masas entre los parientes y amigos. Como en
todos los festivales se consumen alimentos especiales de festividad.
DÍAS DE AYUNO:
Eventos trágicos
de la historia judía están conmemorados por una serie de días de
ayuno. Estos días se refieren a la destrucción del Primero y Segundo
Templo y a la consiguiente pérdida de autonomía judía en la Tierra
de Israel. El más importante es el Noveno de Av (TISHA BEAV). En
este día se recitan endechas o cantos fúnebres por la destrucción de
ambos templos en el 586 a.e.C. y el 70 e.c. y por varias otras
tragedias que han asolado al pueblo judío durante la historia.



NUEVAS CONMEMORACIONES:
Recientemente se
han incorporado, por parte de muchos judíos, algunos hechos
conmemorativos. Yom Hashoa conmemora la destrucción de la judería
europea durante el Holocausto. Yom Haatzmaut es el día de la
Independencia de Israel. Yom Yerushalaim celebra la reunificación de
la ciudad sagrada de Jerusalem en 1967. Mientras que estos días
deben aún desarrollar una tradición litúrgica distintiva, es claro
que repercuten en la conciencia religiosa del pueblo judío.
EL CICLO VITAL
El ciclo vital
del judío está también rodeado por varios rituales antiguos. Un
recién nacido es recibido dentro de la comunidad por medio de una
ceremonia especial. A los niños se les efectúan la circuncisión
ritual (Berit Mila) a la edad de ocho días, lo que les da el ingreso
al Pacto de Abraham. A las niñas se les da el nombre hebreo en la
Sinagoga en el momento de la lectura de la Tora.
A la edad de 12
años y un día para las niñas, de 13 años y un día para los niños
(Bat Bar Mitzva) se alcanza la mayoría de edad religiosa, lo que
conlleva la obligación de cumplir con todos los mandamientos de la
Tora, tal como los adultos. Este evento va señalado a menudo,
especialmente en los tiempos modernos, por una ceremonia y una
fiesta o comida festiva.
El matrimonio y
la procreación se consideran mandamientos positivos. La Ley también
fija la ceremonia doble, primero el compromiso y luego la boda. Los
dos están unidos por el intercambio de argollas y por la lectura del
contrato matrimonial (Ketuba) que garantiza la seguridad económica y
legal de la esposa dentro del matrimonio y en el evento de un
divorcio. La Halajá gobierna la conducta sexual de los cónyuges.
Puesto que es un mandamiento positivo crear una familia, se requiere
asimismo que los padres den a los niños una educación judía y la
preparación para un futuro trabajo.
El divorcio es
permitido, aunque es visto como casi una tragedia. Debe ser llevado
a cabo en una Corte Rabínica en presencia de testigos y por medio de
un documento apropiado (Guet) que libera a la mujer para casarse de
nuevo. A partir de la Edad Media, casi todas las comunidades judías
han insistido en la monogamia
La Ley también
gobierna la última etapa humana en este mundo. Se exige el entierro
dentro de los tres días de la muerte, como muestra de respeto. Es
costumbre elogiar a los muertos. El cuerpo es lavado, vestido y
sepultado mientras se recitan los salmos, y los parientes cercanos
hacen luto durante siete días (Shiva), con algunos rituales menores
del luto continúan por treinta días más (Sheloshim). Adicionalmente
hay ciertas restricciones que deben observarse durante todo el año
siguiente. El judaísmo opina que los deudos deben demostrar respeto
por el fallecido recitando la plegaria del Kaddish durante once
meses. Durante el aniversario anual de la muerte (Yahrzeit), los
deudos recitan el Kaddish en la Sinagoga y hacen contribuciones de
caridad en memoria de su familiar y amigo.
D) ASPECTOS
ÉTICOS
Los aspectos
morales y éticos de la vida están gobernados también por la halajá.
La ética en los negocios está regida de modo severo y se prohíbe el
sobreprecio, la deshonestidad, el fraude y la competencia injusta.
Mientras que estas áreas están, a menudo, sujetas al juicio
personal, debe entenderse que no puede existir una vida seriamente
regida por el ritual si no conlleva una conducta ética y moral
concomitante. Este concepto está ya expresado en los libros
proféticos y reforzado una y otra vez por los sabios talmúdicos. El
judaísmo busca crear un mundo en el cual los rituales lleven al
hombre a una vida de moralidad, santidad y cercanía a Dios.
E) EL CULTO JUDIO
EN EL MUNDO MODERNO
Aunque la
Ortodoxia se esfuerza todavía en preservar las tradiciones de
observancia que hemos acabado de describir, los otros movimientos
del judaísmo en el Nuevo Mundo – el Reformista, el Conservador y el
Reconstruccionista- han introducido varios cambios a los rituales y
cultos judíos. En general, puede decirse que dentro de estos
movimientos se ha producido una disminución de los aspectos del
ritual que dependen del individuo, con el consiguiente incremento de
importancia del hogar y de la Sinagoga como centro de la ejecución
de los rituales judíos. Este escrutinio intentará presentar un
reflejo de los ideales de varios movimientos religiosos judíos
dentro de la cohesión judía del mundo moderno, aunque los patrones
de observación y de entrega pueden variar ampliamente dentro de cada
grupo.
Los judíos
ortodoxos utilizan los términos «Sinagoga» o «congregación» o la
palabra en Yidish Shul para designar sus sitios de adoración. Los
judíos reformistas simplemente usan la palabra «templo» en razón de
la creencia reformista de que el servicio de la Sinagoga ha
reemplazado en su totalidad el culto sacrificial del Templo de
Jerusalem. Los judíos conservadores tienden al uso del término
«templo» o sinagoga.
EL MOVIMIENTO
REFORMISTA
En sus primeras
etapas, el movimiento de la Reforma intentó regresar a la práctica
bíblica. Además, ha puesto mucho énfasis en el desarrollo de una
práctica litúrgica que enfatice el concepto occidental de decoro y
estética. Por esta razón, mu¬chas sinagogas reformistas han adoptado
el uso del órgano y el coro. Con el fin de hacer que la liturgia sea
más comprensible a los asistentes, quienes probablemente no tengan
una educación hebrea extensa, las sinagogas reformistas recitan la
mayor parte de sus plegarias en una traducción inglesa o castellana
en Latinoamérica. Algunos libros de plegarias que han sido
publicados por el Movimiento Reformista contienen también servicios
alternos diseñados para evitar la regularidad y rutina del sistema
tradicional. La mayor parte del material hallado en los libros
reformistas se han tomado, sin embargo, de la liturgia tradicional,
a la que se han introducido modificaciones.
Los servicios del
viernes por la noche reciben mayor énfasis que los de la mañana del
sábado, los cuales están dedicados primordialmente al servicio del
Bar o Bat-Mitzvah. Para dar fuerza a la educación judía, el
Movimiento Reformista tiene un ritual de confirmación para los
jóvenes de 16 años. La ceremonia de grupo, que se aplica tanto a los
niños como a las niñas, trató inicialmente de ser un sustituto de la
ceremonia del Bat Mitzvah, puesto que se consideraba que dicha
ceremonia hacía responsables a los niños a edad muy temprana. Con el
tiempo, sin embargo, se introdujo también el Bat Mitzvah para las
niñas, de 12 años.
El ciclo
tradicional de los días festivos judíos es observado por los judíos
Reformistas, excepto que los festivales de peregrinación; La Pascua,
Shavout y Sukkot y el Rosh Hashana en muchas Sinagogas, se han
reducido a un día cada uno, en conformidad con la legislación de la
Tora para la Tierra de Israel. Shavout ha ganado especial
importancia en las Sinagogas reformistas, ya que sirve como ocasión
para la ceremonia de confirmación. Se anima la asistencia regular a
la Sinagoga en las tarde de los viernes y la mayoría de los judíos
reformistas asisten a la Sinagoga en los días festivos y para
ocasiones familiares personales. Se insiste en las celebraciones
hogareñas.
El Movimiento
Reformista cree que el hombre y la mujer deben cumplir idénticos
papeles religiosos. En conformidad, existen rabinos y oficiantes
reformistas que son mujeres, y se puede llamar a las mujeres a la
Tora. Algunos rabinos reformistas han accedido recientemente a
efectuar matrimonios interreligiosos, ya que los problemas de
asimilación y matrimonios mixtos se han incrementado dentro de
muchos segmentos de la comunidad judía. Pero la mayoría de los
rabinos no los oficia. Tan sólo recientemente, el Movimiento
Reformista se alejó de la Ley judía tradicional al reglamentar que
los niños de padres judíos y de las madres no judías podrían ser
aceptados como judíos si eran capaces de demostrar su compromiso
judío de un modo concreto. A diferencia de los Movimientos
Conservador y Ortodoxo, el Movimiento Reformista no requiere de un
divorcio religioso antes del nuevo matrimonio. Se exige la
circuncisión a todos los hombres judíos.
El Movimiento
Reformista ha intentado recientemente animar una mayor devoción a
los rituales y símbolos tradicionales del judaísmo. Se hacen
esfuerzos en la actualidad para animar prácticas de culto casero
tales como el encendido de las velas del sábado, el Kidush, la
Havdala, y la bendición luego de las comidas. El mayor énfasis en el
uso del hebreo en los servicios es evidente en los libros de
plegarias de más servicios es evidente en los libros de plegarias de
más reciente publicación. Algunas congregaciones reformistas
observan leyes alimenticias en la Sinagoga, mientras que otras no lo
hacen.
EL MOVIMIENTO
CONSERVADOR:
El Movimiento
Conservador se adhiere a la mayoría de los principios del judaísmo
tradicional. Sin embargo, ciertas desviaciones de la práctica en la
Sinagoga fueron introducidas para modernizar los servicios. Mientras
que la mayoría de las Sinagogas conservadoras tienen órganos y
coros, algunas no los tienen. Es de notar que casi todas las
Sinagogas, a ejemplo de los reformistas, abandonaron la práctica
tradicional de sentar separadamente a los hombres y las mujeres,
favoreciendo los grupos familiares. Al mismo tiempo, las Sinagogas
Conservadoras situaron la mesa de lectura al frente, colocando allí
al lector de cara a la congregación.
Los libros de
plegarias conservadoras preservan la liturgia tradicional
virtualmente intacta, haciéndole sólo modificaciones menores. Estos
cambios se diseñaron, ya para situar el libro de plegarias en
armonía con los principios teológicos conservadores, ya para
eliminar plegarias que los asistentes no podían comprender o que
alargaban el servicio. En el servicio se alterna el texto hebreo con
el inglés o el castellano.
El Movimiento
Conservador adoptó recientemente roles equivalentes para los hombres
y mujeres en la Sinagoga. Primero se decidió permitir a las
congregaciones tradicionales el decidir si deseaban contar con
mujeres dentro del quórum ritual. Luego la mayoría de las Sinagogas
adoptaron la práctica de llamar a las mujeres a la Tora. Finalmente
el movimiento ha decidido aceptar mujeres como rabinos. A pesar de
lo anterior, al Movimiento Conservador se adhiérela mayoría de los
principios de la ley judía tradicional en lo que respecta al status
personal, a las conversiones, el matrimonio y el divorcio.
El Movimiento
Conservador ha resguardado también la actitud tradicional ante la
mayor parte de las prácticas rituales tales como la plegaria diaria,
los tefilin, las leyes dietéticas y todas las prácticas de los días
festivos. Además, las Sinagogas conservadoras se esfuerzan en
mantener los servicios diarios, llevados generalmente del modo
tradicional y exigen las celebraciones hogareñas como también el
estudio y conocimiento del judaísmo organizando cursos para niños,
adolescentes y adultos.

RECONSTRUCCIONISMO:
Siendo el
Reconstruccionismo una derivación de la actitud conservadora,
comparte muchos elementos de la práctica y de la tradición con el
Movimiento Conservador. Por otra parte, el Reconstruccionismo hace
énfasis en la necesidad del individuo de determinar que las leyes
rituales deberían ser conservadas conforme a la visión de sus
propias necesidades y las de la comunidad. Los reconstruccionistas
han compilado un libro de oraciones con extensas revisiones para
contener la teología sustancialmente original del Movimiento. Este
movimiento fue pionero en la actitud creativa ante el ritual judío,
influenciando también de este modo el desarrollo de nuevas prácticas
litúrgicas en las Sinagogas reformistas y conservadoras. Fueron los
reconstruccionistas quienes dieron origen á la Javura, pequeño grupo
de personas dedicadas a promover la práctica judía entre sus
miembros. Las Javurot son ahora comunes tanto dentro como fuera del
marco de las Sinagogas y han tenido un gran impacto en los
movimientos no ortodoxos en América.
La importancia
del ritual y de la práctica judías en el inculcamiento de los
valores y enseñanzas del judaísmo está reconocida con certeza por
todos los movimientos de importancia de la comunidad judía. Cada uno
a su modo busca asegurar que la práctica judía juegue un papel
dentro de la vida de sus miembros y convertir a la Sinagoga en el
centro de la actividad judía. Ciertamente, éstos han sido desde la
antigüedad los propósitos de las leyes y costumbres judías, y
continúan cumpliendo estos propósitos dentro de la comunidad judía
contemporánea.
CONCLUSIÓN:
El judaísmo ha
tenido una historia larga y variada. Sus conceptos y principios
formativos se desarrollaron durante el período bíblico. Hacia el
siglo II e.c. fue desarrollado un consenso sobre la tradición farisa-rabínica,
que se convirtió en la base de la ley y de las creencias
subsiguientes. La Edad Media fue testigo del advenimiento de la
seria discusión de la teología y filosofía judías.
Esta combinación
de ley y teología no expresada en palabras, determinó el carácter
del judaísmo y del pueblo judío que se enfrentaría a la marea de la
modernización. Mientras que este enfrentamiento debilitó la fe de
algunos en la tradición, fortaleció la de otros. Para otros más,
transformó radicalmente el significado de la tradición. Pero los
años de la emancipación y del Iluminismo fueron nublados por la
trágica destrucción de uno de cada tres judíos en manos de los
nazis.
Sin embargo, como
si su intención fuera arrebatar a los nazis su triunfo y revivir el
espíritu y cuerpo del pueblo judío a partir de las cenizas del
Holocausto produjo el más grande triunfo de este pueblo. Luego de
2.000 años, pudo finalmente retornar el pueblo a su hogar y
constituir el Estado Judío en Israel. Allí como en la Diáspora,
continúa la historia del judaísmo basada en la tradición
multimilenaria pero con mucha fuerza y voluntad de adaptación a las
circunstancias cambiantes y con esperanza y fe en el futuro.


Fuente: EVeghaziYADBEYAD





 

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