domingo, 14 de agosto de 2016













































lunes, 19 de noviembre de 2012






África de la mano de Louis Vuitton


Louis
Vuitton publica un libro sobre el legendario fotógrafo de Mali Seydou
Keïta. Sólo hay 50 ejemplares. Cada uno incluye una obra original y
cuesta 4.000 €.
Una
vez más y desde que Marc Jacobs ocupa el puesto de Director Creativo de
la casa, Louis Vuitton acierta de lleno en la diana del arte,
publicando una compilación del trabajo fotográfico de Sydou Keïta.  La
edición está  limitada a 50 ejemplares del libro “SEYDOU KEÏTA, PHOTOGRAPHS, BAMAKO, MALI  1948-1963”
producido en colaboración con la agencia Steidlgangin y la Herencia de
Seydou Keïta (quien tiene sus derechos).  Cada ejemplar se acompaña de
una fotografía original inédita hasta ahora (“Unititled”), revelada en
plata, certificada, numerada y firmada.  El set, sólo disponible en una
selección de tiendas Louis Vuitton, se presenta en un lujoso cofre
entelado al más puro estilo keïtiano, a un precio de  4.000.-€


La excepcional oferta de Vuitton
sólo puede comprenderse conociendo la historia del que es considerado
uno de los más influyentes fotógrafos del siglo 20, par de  Richard
Avedon y “fotógrafo comparable a Rembrant, por la cantidad de
información que transmite a través de objetos cotidianos, la controlada
complejidad de sus retratos y la altísima calidad que mantiene en toda
su prolífica obra”, dice Okwui Enwezor, comisario de la exposición 1996
en el museo Guggenheim.
Y la historia de la fiebre por un
artista, por “un indígena”, que colapsó las calles de Nueva York el 18
de Octubre de 1997 en su primera exposición en la ciudad, con una
multitud de limusinas repletas de ávidos compradores que adquirieron
todas las fotografías con precios superiores a 18.000.-€ y 22.000.-$,
empieza en una triste calle de Bamako (Mali), en el barrio de la prisión
de la ciudad próxima a la estación de tren. 
En 1930 y con 14 años,  Seydou
Keïta (se pronuncia kei-ii-ta), aprendiz de carpintero en el taller de
su padre, recibe de su tío una cámara Kodak Brownie Flash y 18 años más
tarde abre su estudio.   “Mi padre me dio la tierra con la casa detrás
de la prisión central.  Allí abrí mi estudio.  Era un lugar donde nadie
quería vivir a causa de los ‘espíritus’ que arrojaban piedras por la
noche.  Incluso hoy, si duermes en esa casa, al apagar la luz podría
aparecérsete el espíritu de un gran caballo blanco”, contaría años
después el fotógrafo.  Pese a la pobreza de sus medios:  el tamaño de
sus revelados era de 5x7 inch, colocando el negativo directamente sobre
el papel, usando sus propias colchas como telón de fondo y la luz
natural de la calle como iluminación, su talento y la naturalidad de sus
retratos le hacen comenzar un próspero negocio. Toda la ciudad pasa por
su estudio.








Tras la independencia del pais en
1960, se le ordenó cerrar su estudio y trabajar para el gobierno, pero
Seydou se resistió, “un general vino entonces a mi estudio pero tuve
tiempo para enterrar en el patio una lata con siete mil negativos”.  Fue
quince años más tarde cuando alguien le robó todo su equipo
fotográfico.  Entonces Keïta, con el fatalismo y practicidad clásica de
su tierra reconvirtió aquel estudio de fotografía en un taller mecánico.
Es mucho más tarde, en 1990  cuando
Françoise Huguier, reportero francés descubre sus imágenes y le compra
algunos negativos para mostrar fuera del continente.  Es entonces cuando
Jean Pigozzi propietario de la “Colección africana Pigozzi” envía a 
André Magnin, su rastreador artístico, en busca del autor de esas
sorprendentes fotografías y  quien, en 1992, vuelve a Europa con 921
negativos, los revela en gran tamaño presentándolos en 1997 en la
Galería Scalo de Zurich y 4 meses después, en tamaño gigante (48 x 60
inch) en la Exposición de la Galería Gagosian (N.York).  Incluso en una
ciudad con un standard artístico tan alto como Nueva York, la aparición
de esos negativos fue un bombazo.   Magnin vendió todas las fotografías
al propio Pigozzi y otros coleccionistas, galerías y museos atrayendo la
atención del mundo del arte.  Y lo que para Keïta, el modesto
autodidacta africano para quien la fotografía no era más que un
“trabajo”, es para el mercado del arte un extraordinario valor de
modernidad y vanguardia.  Los desacuerdos sobre las impresiones de sus
negativos y los pleitos y argucias legales de unos y otros provocaron, a
la muerte de Keïta,  unas estrictas restricciones en los derechos de
propiedad y de revelado de las mismas, que hacen que esos 50 ejemplares
que ahora la casa Vuitton ofrece sean no sólo una inversión en arte sino
una gran oportunidad de mercado.










El catálogo de libros de Louis
Vuitton incluye una cincuentena de títulos.  Entre ellos se destacan
tres colecciones destinadas a viajes además de unos magníficos libros
sobre la marca, su historia y sus productos.  En colaboración con
reconocidos estudios fotográficos ofrece ediciones limitadas y numeradas
de algunos artistas muy específicos, como es el caso del de Keïta.
No es extraño este interés por el
mundo editorial en la casa Vuitton si se recuerda que Gaston-Louis
Vuitton (1883-1970), bisnieto del fundador, fue un gran coleccionista y
amante de los libros que instigó la publicación de las primeras
ediciones limitadas de la marca.
En otro orden, han sido muchos los
escritores famosos que han confiado en Vuitton encargando sus magníficos
baúles para desplazarse en los viajes con sus bibliotecas, tales son
los casos de Hemingway y Françoise Sagan.  Y es tradición en la casa,
desde su fundación en 1914 con la primera tienda en los Campos Elyseos,
que los libros ocupen un lugar de preferencia en sus establecimientos.

(Publicado por FUERA DE SERIE -Expansión  27.08.2012)
Más
info: 'Seydou Keïta, Photographs, Bamako, Mali 1948-1963', 50 cajas
numeradas. Tamaño 38 x 46 x 9 cm. De venta en boutiques de Louis
Vuitton. Precio: 4.000 €.







No hay comentarios:



Publicar un comentario en la entrada










No hay comentarios:

Publicar un comentario