• Las principales fuentes del Judaísmo

    tehilimLos materiales en esta sección fueron publicados
    originalmente para la competencia sobre identidad Judia organizado por
    la Universidad de Bar Ilan, los textos fueron escritos por Ioel Rapel.












    La Torá
    Acceda a la Tora completaComenzamos sus primeras palabras, “Bereshit bará” (“En el principio creó”). La Torá se compone de cinco libros llamados jumashim: Bereshit

    (Génesis), Shmot (Exodo), Vaikrá (Levítico), Bamidbar (Números), Dvarim

    (Deuteronomio). Hay un nombre genérico para los cinco libros y un nombre propio para cada

    uno de ellos, pero no sabemos el nombre del autor. Según la tradición, la Torá fue

    entregada al pueblo judío en el Monte Sinaí y contiene los preceptos y leyes impartidos

    a Israel, la descripción de la creación del mundo y el comienzo de la humanidad, la

    historia de los patriarcas de la nación judía y los comienzos del pueblo hasta la muerte

    de Moshe. ?Por qué la hemos ubicado en el centro? Por una razón muy sencilla: según la

    concepción judía, en la Torá se halla toda la cultura judía y todo el estilo de vida

    judío, como individuos y como pueblo. Todo se halla escrito de manera directa (Pshat,

    “sencillo”) o indirecta (Drash, “exégesis”; Remez, “alusión” y

    Sod, “secreto”). La Torá entregada en Sinaí es la Torá She Bijtav

    (escrita), a diferencia de los textos de halajá y agadá de nuestros sabios

    en tiempos del Segundo Templo y en los siglos posteriores, genéricamente denominados Torá

    She Beal Pe
    (oral).
    El Tanaj
    Los textos sagrados del pueblo judío y los fundamentos de su

    cultura nacional fueron recopilados en un solo libro integrado por tres: TaNaj, Torá,

    Neviím y Ketuvim. En el Tanaj hay 24 libros.


     
    Torá: Bereshit, Shmot, Vaikra, Bamidbar, Dvarim.



    Neviim
    : Neviím Rishonim (Profetas anteriores): Yehoshua

    (Josué), Shoftim (Jueces), Shmuel (Samuel) I y II, Melajim (Reyes) I

    y II.

     


    Neviím Ajaronim
    (posteriores): Yeshaiahu (Isaías),

    Irmiahu (Jeremías), Yejezkel (Ezequiel), Trei Asar (profetas menores).

     


    Ketuvim
    : Tehilim (Salmos), Mishlei

    (Proverbios), Iov (Job), Jamesh Meguilot (Shir Hashirim (Cantar de

    los Canatres), Rut, Eija (Lamentaciones), Kohelet (Eclesiastés), Ester),

    Daniel, Ezra u-Nejemia (Esdras y Nehemías), Divrei Haiamim

    (Crónicas).
    Los libros que integran el Tanaj se denominan Sagradas

    Escrituras para diferenciarlos de los Sfarim Jitzoniím (Libros Externos o

    Apócrifos), que no fueron incluidos en el Tanaj por los miembros de la Kneset Hagdolá,

    en tiempos del Segundo Templo. También se los llama Mikrá porque eran textos

    escritos y posteriormente leídos, a diferencia

    de la Mishn
    á y los midrashim, que eran reproducidos oralmente.
    Como ya hemos dicho, la Torá es la primera parte del Tanaj;

    sobre ella se creó posteriormente la Mishná y más adelante el Talmud. De todos los

    libros del Tanaj se tomó el material que sirvió de fuente de inspiración para la

    literatura del midrash: la agadá y la halajá. Cuando el pueblo judío partió al exilio,

    forzada o voluntariamente, se redujo su dominio de la lengua hebrea y surgió la necesidad

    de traducir el Tanaj. Una versión muy famosa fue la “Traducción de los Setenta” (Septuagynta)

    al griego, realizada en tiempos del Segundo Templo. Entre las traducciones al arameo las

    más conocidas son: Targum Onkelos y Targum Yonatan.
    El Tanaj es el libro más veces impreso en el mundo; ha sido

    traducido a casi todos los idiomas y es considerado patrimonio cultural de todo el mundo

    occidental.
    Las Mikraot Guedolot
    La Torá She-Beal Pe
    Los sefarim Jitzonim
    La Mishná y la Tosefta
    Acceda directamente a distinatas Mishnaiot a traves del directorio Fuentes.
    Al final de Libro Dvarim dice: “Enseña tus normas a Yaacov

    y tu Torá a Israel”. Los sabios se preguntaron: ?Por qué son necesarias tus normas y

    tu Torá, si basta con una de ellas? Si a pesar de ello la Torá menciona a ambas, es

    porque hay una razón: “Dos versiones de la Torá fueron entregadas a Israel: una oral y

    la otra escrita” (Sifri, Vezot Habrajá). La primera recopilación de normas que

    complementan y explican la Torá She Beal Pe se llama Mishná, nombre que deriva de la

    raíz “Sh.N.H.”, estudiar.
    Por qué escribieron estas interpretaciones y no las dejaron en

    su forma oral? Porque se había acumulado una gran cantidad de normas y resultaba muy

    difícil recordarlas. Al escribirlas, facilitaron su memorización e impidieron su olvido.

    La Mishná, que se basa en elementos orales, fue recopilada por Rabí Yehudá Hanasí, un

    gran dirigente de la población judía en Eretz Israel aproximadamente en el ano 200

    a.e.c. (hace 1.800 anos). Al recopilar todo el material, Rabí Yehudá Hanasí determinó

    qué incluir en la Mishná y qué quedaría afuera. La Mishná consta de seis Sedarim

    (partes): Zraim: las normas vinculadas fundamentalmente con la agricultura; Moed:

    las normas relativas a las festividades; Nashim: las normas referidas a la vida

    íntima; Nezikín: las normas vinculadas con el patrimonio y las cuestiones entre

    dos personas; Korbanot: las normas referidas a los sacrificios en el Templo; Tohorot:

    las relativas a la pureza del cuerpo, el hogar y los enseres. La sigla formada por las

    iniciales de los seis Sedarim es: Zman Nakat.
    Las mishnaiot externas (Beraitot), que Rabí Yehuda

    Hanasí no incluyera en la Mishná en momentos de su versión definitiva y que

    posteriormente fueran recopiladas e incluidas en un libro aparte, reciben el nombre

    genérico de Tosefta.
    La Tosefta está organizada con la misma estructura que la

    Mishná, y las Beraitot incluidas en ella contienen paralelismos, complementos y versiones

    diferentes de la Mishná.
    El Talmud
    La Mishná es la primera (pero no la última) recopilación de

    halajot transmitidas oralmente. Con la conclusión de la versión definitiva de la Mishná

    se inició el Talmud (la Guemará), que es una suerte de protocolo de los debates

    mantenidos por los sabios acerca de las normas y halajot de la Mishná. El Talmud es una

    resena de la Torá She Beal Pe creada por los sabios de Eretz Israel y de Babilonia desde

    los tiempos del Segundo Templo hasta el siglo VI. La base del Talmud consiste en elementos

    de la Mishná, que son un resumen suscinto de las nomas que complementan la Torá. El

    Talmud consta básicamente de debates minuciosos acerca de diversas normas. En apariencia

    está estructurado como un explicación e interpretación de la Mishná, pero en realidad

    su contenido es mucho más vasto; los debates en torno de temas halájicos abordan todos

    los ámbitos de la vida y de ellos surge el tesoro de la sabiduría judía: halajá,

    agadá, filosofía, historia, ciencia, leyendas y humor.
    El Talmud, que es la obra de más trascendencia producida por

    el judaísmo después del Tanaj, se ha convertido en el texto fundamental del pueblo

    judío y en la base de la tradición normativa vigente hasta la actualidad.
    Sus fuentes hunden sus raíces en Eretz Israel y en Babilonia;

    por ello existe un Talmud de Jerusalem, escrito y organizado en Eretz Israel y redactado

    en Tveria (Tiberíades), en la principal yeshivá de Eretz Israel, y un Talmud de

    Babilonia, redactado fundamentalmente en Sura y Pumbedita, en las dos yeshivot más

    importantes del judaísmo de Babilonia.
    El Midrash y la Agadá
    En tiempos del Segundo Templo, muchos judíos eran agricultores

    y artesanos, y sólo unos pocos se dedicaban al estudio. A fin de acercar a la mayor parte

    del pueblo al conocimiento de la Torá, se desarrolló el midrash (prédica) que el sabio

    pronunciaba ante su comunidad, en especial después de la lectura de la Torá el sábado.

    El mismo tenía un estilo narrativo y consistía en una interpretación no literal de la

    Torá, ya fuere para exponer pruebas y alusiones sobre las normas de la Torá (Midrashei

    Halajá) o para extraer ideas y sugerir a los oyentes cómo comportarse (Midrashei

    Agadá).
    En su introducción al Sefer Ha-Agadá, Bialik y Rawnitzki

    escribieron lo siguiente: “Quien desee conocer a la nación judía, debe dirigirse a la

    Agadá… A través de ella puede uno ingresar a la sede de la vida plena de la nación

    judía y contemplarla desde adentro”.
    La lectura de la agadot nos conduce hacia otro anaquel de la

    biblioteca que estamos recorriendo. Ahora nos apartaremos un poco de la seriedad de la

    halajá para leer una literatura judía sonriente y luminosa, plena de humor y experiencia

    de vida. La Agadá o el Midrash Agadá es el nombre genérico de aquella parte de la Torá

    She Beal Pe que no se ocupa de la halajá sino de diversos aspectos de la vida: el Creador

    y la Creación, el mundo y el hombre, Israel y los otros pueblos, las creencias y

    opiniones, la moral y el respeto y un poco de folclore. Está destinada a captar la

    atención del lector para educarlo y orientarlo por la senda de la vida. En muchos casos

    se basa en historias, reales o imaginarias, narradas en la sinagoga o en la casa de

    estudio, como el siguiente ejemplo: se cuenta que Rami Ben Iejezkel llegó a Bnei Brak y

    vio algunas cabras que comían debajo de una higuera. La miel que fluía de los higos y la

    leche que fluía de las cabras se mezclaban, y él dijo: así manan la leche y la miel.
    A diferencia del Midrash Agadá, el Midrash Halajá es más

    serio y severo, porque interpreta las halajot y normas a partir de determinados

    versículos. Por ejemplo: en la plegaria de Kriat Shma decimos “y las

    ensenaréis a vuestros hijos hablando de ellas”. De aquí concluyeron nuestros sabios

    que “cuando un nino comienza a hablar, su padre le habla en lengua de santidad (hebreo)

    y le ensena Torá”. ?Por qué? Porque a continuación dice “para que se prolonguen

    vuestros días y los de vuestros hijos”, es decir, a partir de ese versículo se

    desprende la halajá de que se debe hablar hebreo.
    Los Midrashei Halajá fueron incluidos en diversas

    recopilaciones, como Mejilta de Rabí

    Ishmael
    y Mejilta de

    Rabí Shimon Bar Yojai
    (sobre el Libro de Shmot); Safra

    (sobre el Libro de Vaikra) Sifri (sobre los

    Libros de Bamidbar y Dvarim).
    Con el transcurso del tiempo, las agadot de la Mishná, el

    Talmud y los midrashim fueron recogidas en diferentes recopilaciones, como Yalkut Shimoni

    del siglo XIII y Hamisdrash Hagadol, que incluye midrashim sobre la Torá escritos

    por Rabí David Adeni en el Yemen, en el siglo XVI. El más famoso es Sefer Ha-Agadá

    compilado por J.N. Bialik y Y.J. Rawnitzki, que incluye una selección de agadot del

    Talmud y los midrashim; otras recopilaciones famosas son Ein Yaacov y Tzena

    Ureena
    .
    La literatura de la Halaja
    Hasta el momento, nuestro paseo por la biblioteca ha

    transcurrido junto a dos anaqueles: el Tanaj (la Torá She Bijtav) y a su derecha la Torá

    She Beal Pe (la Mishná, el Talmud y los Midrashim). Ahora nos dirigiremos hacia la

    izquierda, en dirección a Sifrut Ha-Halajá, que es aquella parte de nuestra Torá

    que se ocupa de las normas entre el individuo y D’s y entre el individuo y su prójimo.

    El origen de la halajá radica en la Torá She Beal Pe. En el principio de Pirkei Avot

    dice: “Moshe recibió la Torá en Sinaí y la entregó a Yehoshúa, Yehoshúa a los

    ancianos, los ancianos a los profetas y los profetas la entregaron a los miembros de

    Kneset Hagdolá” (Avot 1, 1). Los miembros de Kneset Hagdolá “circunscribieron la

    Torá”, es decir, estipularon nuevas normas, sentencias, enmiendas y halajot destinadas

    a preservar mejor sus preceptos. Todo lo que nuestros sabios decretaron, enmendaron y

    estipularon se basaba en el estudio de la Torá She Bijtav y se convirtió en la Torá She

    Beal Pe, que posteriormente fue escrita, tal como ya hemos visto con respecto a la Mishná

    y el Talmud. A diferencia de la Mishná, el Talmud no incluye Halajá Psuká

    (dictámenes sobre la halajá), por lo que los sabios de las sucesivas generaciones

    debieron decidir con respecto a cuestiones que los debates talmúdicos habían dejado sin

    respuestas.


    Literatura de los Poskim
    La necesidad de dictaminar con respecto a diversos

    interrogantes y nuevos problemas que habían surgido por las diferentes circunstancias de

    tiempo y lugar llevó a un enorme desarrollo de la literatura halájica, que sigue

    produciéndose hasta nuestros días. Su evolución se inició en el período de los Gueonim

    (directores de las grandes yeshivot entre los anos 600 y 1040) de Babilonia, el centro de

    la vida judía en aquel entonces, y recibió el nombre genérico de Sheelot Uteshuvot

    (preguntas y respuestas), o en su sigla, Shut. Quienes respondían a estas

    preguntas eran conocidos con el nombre de Poskim (dictaminadores). Las respuestas

    emitidas condujeron a la creación de una serie de recopilaciones de halajot que se

    inició en tiempos de los Gueonim; las más conocidas son Mishné Torá de Rambam y Shulján

    Aruj
    de Rabí Yosef Caro.
    Esta literatura comenzó a escribirse en tiempos de los

    Gueonim. Mencionaremos a continuación tres libros de esa época: Halajot Gdolot, Halajot

    Psukot
    y Halajot Ktzuvot. La tarea de los Poskim no concluyó con el paso del

    tiempo; además de los ya mencionados Rambam y Rabí

    Yosef Caro, cabe recordar a Rif (Rabí

    Ytzjak Alfasi),
    Ha-Rosh (Rabenu Asher) y en

    un período posterior Jaiei Adam de Rabí

    Abraham Danzig), Kitzur Shulján Aruj de Rabí Shlomo Ganzfried, Shulján Aruj

    Ha-Admor
    de Rabí Shneur Zalman

    de Liady
    , autor de Tania y Hanodá BiYehudá de Rabí Yejezkel Landau.

    También en nuestros días se escriben libros de halajá, como Mishná Brurá de Jafetz

    Jaim
    (Rabí Israel Meir Kohen de Radun, Polonia, fallecido en 1933) y Mekor Jaim

    de Rabí J.D. Halevy, el Rabino Sefardí de Tel-Aviv fallecido en 5758.
     Sheelot Uteshuvot
    Esta literatura se inició con las cartas enviadas por

    individuos y comunidades a los Gueonim de Babilonia, cuyo contenido consistía en en

    preguntas vinculadas con la halajá: cómo comportarse, qué estaba permitido y qué

    estaba prohibido. Las respuestas eran enviadas a quienes habían formulado las preguntas,

    que en muchos casos vivían en otros países; de esa manera, los Gueonim ampliaron su

    área de influencia mucho más allá de las comunidades judías de Babilonia. Ayudaron en

    gran medida a preservar la unidad de la nación, porque las respuestas eran instrucciones

    sobre cómo conducirse impartidas a Babilonia, Espana, Eretz Israel, Egipto y las demás

    poblaciones judías.
    Las respuestas eran Piskei Halajá emitidos por los Poskim. A

    lo largo de 1.400 anos se recopilaron más de tres mil libros de Preguntas y Respuestas,

    que incluyen cerca de medio millón de respuestas. Algunos libros llevan los nombres de

    sus autores (completos o sus iniciales) o tienen títulos específicos, como Tshuvot

    Ha-Rambam
    y Shut Ha-Ramá (Rabí Moshe Isserles); el libro de Rabí Yejezkel

    Landau de Praga se llama Hanodá Bi-Yehuda. En nuestros tiempos se han publicado

    decenas de libros de Sheelot Uteshuvot, como Mishpatei Uziel (cuatro tomos de

    respuestas del Rabino Ben-Zion Uziel, que fuera Rishon Le-Zion (Primado de Sion),

    el Gran Rabino sefardí de Eretz Israel y que dictaminara que las mujeres tienen derecho

    al voto.
    Las insólitas dimensiones de esta literatura impidieron a

    estudiosos y Poskim conocer todo el material escrito. El “Proyecto Shut”, emprendido

    por iniciativa de la Universidad de Bar-Ilan, almacenó en computadora el contenido de

    cientos de libros de Sheelot Uteshuvot, y por medio de un programa especial, hoy en día

    se puede acceder fácilmente a él y detectar las fuentes de casi todos los

    temas

    abordados en ellos.
    Mishne Tora
    Cualquier persona que sepa manejar una computadora puede ser

    posek halajá (dictaminar en cuestiones de Halajá)? ?El posek halajá debe saber manejar

    una computadora? La respuesta a ambas preguntas es ciertamente negativa: Rambam no sabía qué era una computadora, pero fue uno

    de los poskim más descollantes. El “Proyecto Shut” es un gran medio auxiliar, pero no

    sustituye al conocimiento y comprensión de la halajá.
    Rambam, uno de los más grandes sabios judíos de todos los

    tiempos, vivió en el siglo XII. Quiso resumir todos los preceptos, tal como figuran en la

    Torá, la Mishná y el Talmud, y para ello escribió Mishné Torá, el libro de

    dictámenes halájicos destinado a las personas que tienen dificultades para comprender

    las halajot y las respuestas de los Gueonim, “un texto que incluya toda la Torá She

    Beal Pe desde los tiempos de Moshe Rabenu hasta fines del período de los Gueonim”.

    ?Por qué se llama “Mishné Torá”? Porque “una persona lee primero la Torá She

    Bijtav y después lee este libro y aprende en él toda la Torá She Beal Pe, sin necesidad

    de leer otro libro entre uno y otro”.
    Este libro se destaca por cuatro características peculiares:
    1. Incluye los 613 preceptos con todos sus detalles. Cabe

    recordar que algunos preceptos sólo tenían vigencia en tiempos del Templo; también

    ellos fueron incluidos por Rambam junto con otros de moral, fe, filosofía, astronomía,

    medicina y otras ciencias.
    2. Se divide en 14 libros clasificados por temas, de aquí su

    nombre Hayad Hajazaka (el valor numérico de la palabra “yad” es 14), divididos

    en 83 secciones denominadas “halajot” y en unos 1.000 capítulos que contienen 15.000

    párrafos.
    3. Sólo senala el psak halajá, sin extenderse sobre sus

    fuentes, el autor que lo inspirara y los fundamentos sobre los que se basa.
    4. Fue redactado en hebreo mishnaico, en un estillo bello y

    claro.
    Desde el siglo XIV y hasta nuestros días se han escrito

    cientos de interpretaciones a Mishné Torá o Hayad Hajazaka; las más conocidos son Maguid

    Mishná
    y Lejem Mishná.
    HaRosh y HaTur
    Ha-Rav Rabenu Asher Ben Yejiel vivió en los siglos XIII y XIV,

    al principio en Alemania y posteriormente en Espana (Castilla). Fue el sabio más experto

    en halajá de su tiempo, y todos los judíos de Europa, tanto askenazíes como sefardíes,

    lo consideraban una autoridadad distinguida y Posek supremo. Escribió más de mil

    respuestas sobre temas de halajá e interpretación, y su principal obra es Piskei

    Ha-Rosh
    o Hiljot Ha-Rosh laTalmud. Otro posek conocido fue su hijo Rabí Yaacov

    Ben Ha-Rosh, en cuyo libro Arbaá Turim siguió las huellas de su padre. El libro,

    conocido como “Ha-Tur“, cumplió una importante función en el dictamen final

    sobre normas y halajot. Está dividido en cuatro partes (“turim“): Oraj Jaim, Joshen Mishpat, Yoré Deá y Even Ezer.
    Shuljan Aruj
    La estructura de “Hatur” fue la base del Shulján Aruj, el

    libro de halajá escrito por Rabí Yosef Caro, descendiente de una familia expulsada de

    Espana que se estableció en Tzfat (Safed) en el siglo XVI. Es una recopilación de

    piskei halajá originarios de los judíos sefardíes breve, concisa y clara y en términos

    generales se basa en Ha-Rif, Rambam y Ha-Rosh.
    En la introducción, Rabí Yosef Caro senala que su libro

    está destinado a los estudiosos que quieren dictaminar en cuestiones de halajá, a

    aquellas personas que quieren repasar lo que ya habían estudiado y a los alumnos, para

    que aprendan halajá lemaasé. El Shulján Aruj aborda todos los detalles de la

    vida judía, desde el nacimiento hasta la muerte. A fin de adaptarlo a los usos y

    costumbres de las comunidades askenazíes, Rabí Moshe Isserles de Cracovia (Polonia),

    siglo XVII, le anadió notas y comentarios acordes con los poskim de Askenaz.
    En las ediciones más usuales, las Hagaot Ha-Rama se incluyen

    en el mismo texto, con una tipografía diferente (el alfabeto de Rashi) con la aclaración

    “nota”. Sus observaciones abrieron la senda a una vasta literatura de Nosei Kelim

    (“escuderos”, interpretaciones) al Shulján Aruj. El más conocido en el siglo XX es

    Mishná Brurá de Rabí Israel Kohen de Radun, conocido con el apodo de Jafetz Jaim.

    Mishná Brura es la interpretación de Oraj Jaim del Shuljáan Aruj, y consta de tres

    partes:



    Mishná Brurá: la explicación de la halajot de Shulján

    Aruj.



    Shaarei Tzion: las fuentes de la interpretación de Mishná

    Brura.



    Beur Halajá: una ampliación de la interpretación del

    Shulján Aruj.
    Ben Ish Jai
    El libro Ben Ish Jai es una fuente importante para conocer el

    mundo de la halajá de las comunidades orientales. Su autor, Rabenu Yosef Jaim, vivió en

    Bagdad, Irak, en el siglo XIX. A pesar de que no ejerció ninguna función oficial como

    rabino, dejó su impronta sobre las costumbres y halajot de los judíos de las comunidades

    orientales. En su libro Ben Ish Jai, que en los últimos anos goza de gran popularidad,

    recopiló sus drashot y colecciones de normas, ordenadas según parshiot hashavúa.

    El libro está estructurado para ser estudiado semanalmente durante dos anos -la primera

    parte se llama “Primer ano” y la segunda, “Segundo ano”- y es una especie de

    Shulján Aruj para todas las comunidades orientales, que suelen estudiarlo en grupos desde

    su comienzo hasta su final. No está ordenado de acuerdo con los preceptos de las parashot

    de la Torá sino con las drashot que pronunciara, según la costumbre de los sabios

    judíos “que no dictaminan solamente sobre agadá, midrashim y sentencias, sino que

    también comentan halajot a fin de informar las leyes de D’s, su imperativo de conocer

    la senda por la que se debe marchar y las acciones que se debe realizar” (de la

    introducción del autor).
    En este anaquel tampoco faltan los libros de consulta y

    estudio, como Sefer Hajinuj que senala los 613 preceptos según su orden de

    aparición en la Torá.
    El Sidur y el Majzor
    A continuación pasaremos al siguiente anaquel, el de los sidurim

    y majzorim que acompanan al judío en la vida cotidiana. En el mundo judío no

    existe otro libro más difundido que el Sidur, cuyo nombre proviene de la palabra “seder“,

    el orden fijo de la vida y las plegarias. Desde la aparición del primero, Seder Bar

    Amram Ha-Gaon
    , un manuscrito de hace 1.200 anos, se han publicado miles de ediciones

    diferentes.
    El sidur es una recopilación -u orden- de plegarias para todos

    los días de la semana, los sábados y las festividades, pero no sólo eso: es el libro

    que acompana al judío desde su nacimiento (brit milá) hasta el día de su muerte

    (halvaiá) y contiene plegarias, bendiciones, súplicas,

    cánticos y agradecimientos, y también capítulos de
    Tehilim (Salmos), el texto de Pirkei Avot y explicaciones a

    diversas normas y costumbres. Su estructura es una sola, pero las versiones difieren de

    acuerdo con las costumbres de las comunidades en los diversos países. Las principales

    diferencias se dan entre Núsaj Ashkenaz y lo que hoy en día se denomina Núsaj

    Edot Hamizraj
    .
    El orden de las plegarias es el siguiente:
    Shajarit: la plegaria matutina.
    Minjá: se dice después del mediodia.
    Arvit: se pronuncia por la tarde, después de la

    salida de tres estrellas.
    El sidur incluye también las plegarias del sábado (por

    ejemplo, Musaf) y el principio de mes, la lectura de la Torá y las plegarias de

    las festividades. Entre las plegarias se intercalan bendiciones: Birkat Hamazón, Birkat

    Nisuín
    , Brit Milá, etc.
    El contenido y las versiones de las plegarias judías se fueron

    desarrollando con el paso del tiempo; también en nuestros días se producen cambios e

    incorporan nuevas plegarias al sidur que, lógicamente, generan discusiones y

    discrepancias. El Rabino Adin Steinzaltz senala: “El sidur es el Libro de la Vida del

    judaísmo. Todos recurren a él, todos se ocupan de él, todos se remiten a él… El

    sidur es el libro que unifica al pueblo todo”.
    Con el paso del tiempo se les fueron agregando diversos piutim

    (poemas litúrgicos) y se les preparó un sidur especial que recibió el nombre de Majzor,

    que significa “ciclo” y proviene de los Majzorim Gdolim (por ejemplo, el Majzor

    de Vitry del siglo XII), que incluían el ciclo anual, es decir, las plegarias para todos

    los días del ano. A medida que las plegarias de las festividades se fueron volviendo

    más largas y más festivas, se estableció para ellas un majzor que incluye las plegarias

    largas con gran cantidad de poemas y cánticos especiales para las respectivas ocasiones.

    En nuestro recorrido veremos diferentes tomos de majzorim: para las plegarias de Rosh

    Hashaná, para las de Yom Kipur y para las de Shalosh Regalim (Sucot, Pésaj y

    Shavuot).


    La Hagadá de Pésaj
    La lectura de la Hagadá es la actividad

    central (además de la cena, por supuesto) en el Seder de Pésaj, cuando toda la familia

    se reúne para leer y relatar el Exodo de Egipto. La Hagadá es muy antigua, sus comienzos

    datan del Talmud e incluye el Ma Nishtaná y Arbaá Banim. El Seder de la noche de

    Pésaj es el acontecimiento principal del hogar judío, y por eso siempre se necesitó una

    Hagadá, cuyo origen se remonta al versículo “y narrarás a tus hijos”.
    El núcleo de la Hagadá se halla en la Mishná, en Maséjet

    Pesajim
    . Con el paso del tiempo se fueron incorporando fragmentos de la Mikrá, la

    Mishná y el Midrash, piutim, plegarias y bendiciones. La cristalización de esos textos

    en una sola obra que relata la historia del Exodo de Egipto se produjo, aparentemente, a

    fines del período del Segundo Templo y después de él. Con el transcurso del tiempo se

    escribieron e imprimieron más de 10.000 Hagadot de Pesaj básicamente iguales, pero con

    variaciones según las distintas comunidades: el Norte de Africa, Askenaz, Bujara, Bnei

    Israel de la India, Yemen, Bagdad, Espana, Rusia y otras comunidades judías dispersas

    hasta hoy en día. Como la Hagadá se lee en circunstancias festivas, se la solía

    disenar de manera especialmente estética, y por eso contamos con cientos de maravillosas

    Hagadot ilustradas e iluminadas que cautivan la vista de sus lectores.
    Referencias


    Rif: Rabí Ytzjak Alfasi (1013-1103).

    Fundador de la yeshivá de Fez, Marruecos, autor de un libro de halajot ordenado según el

    Talmud. Dictaminó en todas las cuestiones de halajá que habían quedado sin respuesta en

    el Talmud de Babilonia. Su libro sirve para dictaminar en cuestiones de halajá hasta

    nuestros días.



    Rambam: Rabí Moshé Ben Maimón

    (1135-1204), nació en Córdoba, Espana. Por las persecuciones de musulmanes fanáticos,

    su familia huyó y se estableció en Fez, Marruecos. Estudió Torá, adquirió una vasta

    cultura general y se especializó en ciencias y medicina. Durante un breve período

    residió en Eretz Israel y posteriormente se trasladó a Egipto, donde fue líder de la

    comunidad judía y médico de la corte. De él se dijo: “Desde Moshé (Rabenu) hasta

    Moshé (Ben Maimón) no hubo otro como Moshé”. Su libro Mishné Torá es

    considerado como el fundamento de los dictámenes sobre halajá hasta nuestros días.



    Rosh: Rabenu Asher Ben Yejiel (1250-1327),

    uno de los más grandes Poskim, autor de más de mil Teshuvot sobre cuestiones de Halajá.

    Su obra principal es Piskei Ha-Rash para el Talmud.



    Maharal: Rabí Yehudá Loew Ben Betzalel

    (1525-1609), uno de los más grandes rabinos de Europa en el siglo XVI, renombrado rabino

    de la ciudad de Praga. Escribió muchos libros sobre pensamiento judío y fue considerado

    líder del judaísmo europeo y activo combatiente contra los enemigos de Israel. Una

    leyenda popular lo vincula con el Golem que creara para que lo ayudara en sus

    combates.
    Ralbag: Rabí Leví Ben Gershon de Provenza

    (1288-1344). Comentarista que siguió el sistema filósofico basado en el principio de que

    en primer término se debe interpretar la intención del versículo.



    Rashi: Rabenu Shlomo Ytzjaki (1040-1125), el

    más grande exégeta de la Mikrá. Sus interpretaciones a la Mikrá y el Talmud forman

    parte inseparable del estudio de dichos libros. Las letras con las que se imprimen los

    comentarios de Rashí y otras interpretaciones se conocen con el nombre de “alfabeto

    de Rashi”.



    Rashbam: Rabenu Shlomo Ben Meir (1080-1160),

    intérprete de la Mishná y el Talmud, uno de los más grandes Baalei Hatosafot. Era nieto

    de Rashi, y su interpretación de la Torá se caracteriza por su búsqueda del Pshat.



    Rabí Abraham Ibn Ezra (1092-1164),

    uno de los más destacados estudiosos y poetas judíos de Espana. Fue el primer autor de

    una gramática de la lengua hebrea escrita en hebreo y no en árabe. Se dedicó a la

    exégesis de la Mikrá y a la filosofía, la matemática y la medicina, y se hizo famoso

    como autor de poemas litúrgicos de elevado estilo y hondo sentimiento religioso.



    Rabí Yehuda Hanasí (135-220),

    dirigente de la comunidad judía de Eretz Israel a fines del siglo II y comienzos del

    siglo III. Compilador de la Mishná, conocido con los apelativos de “Rabí” o

    “Rabenu Hakadosh”. Se dedicó activamente a reconstruir y fortalecer la

    comunidad judía después de la rebelión de Bar Kojva.



    Mejilta de Rabí Ishmael:

    Midrash al Libro de Shmot, que incluye textos de halajá y de agadá. Aclara cómo

    surgieron y consolidaron las normas incluidas en la Mishna y el Talmud.



    Mejilta de Rabi Shimon

    Bar Iojai: Midrash muy similar al anterior, pero de dimensiones más reducidas.



    Safra: En arameo significa

    “libro”, es el Midrash halaja del Libro de Vaikrá, también llamado Sefer

    Hacohanim
    . Se basa en las drashot de la casa de estudios de Rabi Akiva.



    Sifri: En arameo significa

    “libros”, es el Midrash halaja de los Libros de Bamidbar y Dvarim. Según la

    tradición, fue escrito en el siglo II por Rabí Shimon Bar Iojai. Se basa en los

    midrashei halaja del bet hamidrash de Rabi Akiva.



    Pirkei Avot: Una maséjet de la

    Mishná que contiene seis capítulos que versan sobre la moral, las buenas costumbres y el

    respeto.



    Jaiei Adam: El libro de Abraham Danzig

    (1748-1820) que reproduce, explica y fundamenta las halajot del Shulján Aruj.



    Kitzur Shulján Aruj: El libro

    normativo más popular entre los judíos askenazíes, escrito por Rabi Shlomo Ganzfried

    (1800-1886) en hebreo sencillo. Incluye todas las normas vinculadas con el estilo de vida

    de un judío que vive en la diáspora. Se basa en el Shulján Aruj de Rabí Yosef

    Caro.



    Hanodá Bi-Yehudá: Apodo de Rabí

    Yejezkel Landau (1713-1793), uno de los más grandes poskei halajá del siglo XVIII, que

    durante muchos anos fuera Gran Rabino de la comunidad de Praga y del judaísmo de Bohemia.

    Se dio a conocer con su libro de Teshuvot Hanodá Bi-Yehudá y por su lucha contra

    la Haskalá (el Iluminismo), contra el sabataísmo y contra el movimiento

    frankista.



    Oraj Jaim: Incluye todas las normas

    referidas al comportamiento de un judío durante el día, desde que se levanta hasta que

    pronuncia Kriat Shma antes de irse a dormir, así como también halajot vinculadas

    con el Shabat y las festividades.
    Joshen Mishpat: Las halajot que

    comprometen a los dayanim (los jueces de los tribunales rabínicos) y las normas

    vinculadas con testimonios y con el derecho patrimonial.
    Yoré Deá: Aquellas normas que requieren

    la ensenanza de un sabio, vinculadas con lo prohibido y lo permitido, como hiljot

    shejitá
    , alimentos prohibidos, pidión habén, sepelio, duelo.
    Even Haézer: Las halajot vinculadas

    con la mujer: compromiso, matrimonio, ketuvá, divorcio, yebum.
    Rabí Yehudá Haleví

    (1080-1140), uno de los más grandes poetas hebreos de la Edad Media y uno de los

    filósofos judíos más importantes, representa la grandeza de la cultura judía en

    Espana. Se dedicó a la medicina y el comercio, y se dio a conocer con su libro Hacuzarí.
    Zohar: Libro básico de la Cabala, compilado

    básicamente como un midrash de los cinco Jumshei Torá y las Meguilot de Shir Hashirim,

    Rut y Eijá. Contiene largas drashot, narraciones y textos breves. En su mayor parte está

    escrito en arameo, lengua traída desde Persia y hablada por los judíos en tiempos del

    Segundo Templo y del Talmud, y en épocas posteriores en diversos países, especialmente

    Babilonia. Durante muchas generaciones fue considerado como la fuente básica de la

    concepción de mundo que complementa y explica las alusiones de la Mikrá.
    Rabí Shneur Zalman de Liady (1745-1813),

    fundador de la vertiente jasídica de Jabad (acrónimo de Jojmá, Biná, Daat). Por

    orden del fundador del jasidismo, Ha-Baal Shem Tov, escribió el Shulján Aruj Ha-Rav,

    destinado a ser actualizado y redactado en
    hebreo, pero no alcanzó a concluirlo. Su libro Tania o Likutei Amarim es el libro básico de la
    vertiente jasísica de Jabad, redactado por Rav Shneur Zalman de
    Liady. Ciertamente, se trata de un anaquel pleno de pensamientos
    profundos de diversas generaciones para muchas otras.
    Entre los pensadores contemporáneos cabe destacar al Rabino Y.D. Soloveitchik, cuyos libros y artículos, entre ellos Kol Dodí Dofek e Ish Hahalajá,
    suscitaron gran interés. Entre los pensadores del siglo XX
    mencionaremos a A.Y. Heschel, E. Levinas e Yeshayahu Leibowitz, cada uno
    de los cuales efectuara un aporte considerable al pensamiento judío.








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