lunes, 8 de agosto de 2016

El rey Salomón y su templo

El rey Salomón y su templo



1.1. EL REY SALOMÓN Y SU TEMPLO
Por el prof. Ir.
Marinus Gout, de la Universidad de Delft, en Holanda (trad. por Juan R. Cuadra)



Introducción |
La personalidad del rey Salomón |
El rey Salomón como mago |
El rey Salomón como filósofo |
Los manuscritos del rey Salomón |
El rey Salomón como Constructor del Templo de Jerusalén |
¿Cuál fue la apariencia del Templo? |
La construcción del Templo |
El palacio real de Salomón y los edificios de sus mujeres |
El Templo de Salomón como edificio ideal |
Las Catedrales Medievales |
El Monasterio de Escorial |
Conclusión |
Bibliografía
Tintoretto: «La reina de Saba y Salomón»
Tintoretto: «La reina de Saba y Salomón» (ca. 1555). Museo del Prado



1) Introducción

De entre todos los emperadores y reyes que
gobernaron los países que rodean el Mediterráneo posiblemente el más
conocido sea el rey Salomón. Y esto no se debe sólo a su presencia en la
Thorá judía, la Biblia cristiana y el Corán islámico, sino también a
las leyendas populares basadas en su historia. El rey Salomón fué
idealizado con virtudes, aunque en la realidad no fue exactamente así.
Por ejemplo, recientes investigaciones demuestran que la mayoría de los
libros que se le atribuyen se escribieron siglos después.
El mismo proceso de mistificación se dió con su
famoso Templo, construido en el año 968 a.C. en un monte de la ciudad de
Jerusalén, y que fue inaugurado en el 961 a.C. con grandes fiestas y
ofrendas. Tras la destrucción de este Templo en el 586 a.C. por el
ejército de Nabuconodosor no quedó en pie ni una sola piedra. Sin
embargo, las descripciones del edificio y las leyendas que surgieron en
torno a él le convirtieron en el arquetipo ideal del Templo, influyendo
durante siglos en la configuración de los edificios religiosos y civiles
occidentales.



2) La personalidad del rey Salomón

El estudio de las fuentes escritas sobre el rey
Salomón señalan las principales cualidades y actividades por las que fue
conocido:

1) El rey Salomón como mago, que poseyó un extraordinario poder.

2) El rey Salomón dotado de una excepcional prudencia y sabiduría.

3) El rey Salomón como constructor del Templo de Jerusalén y los majestuosos edificios que lo rodeaban.
El último de estos tres aspectos siempre ha sido
el más destacado, como veremos más adelante, pero los otros dos también
han sido muy tratados en los estudios históricos, pinturas, grabados y
obras literarias.




3) El rey Salomón como mago

En la Biblia y el Corán podemos leer sobre los
poderes mágicos del rey Salomón. En el Sutra XXVII del Corán se menciona
como el rey David, cuando era un joven pastor en contacto con la
naturaleza, aprendió «el idioma de los pájaros», idioma que debió
enseñar a su hijo Salomón. El conocimiento de este «idioma natural» era
la clave para que los reyes David y Salomón entendieran las Leyes del
Universo y pudieran materializarlas en el arquetipo ideal de belleza.
Durante la Edad Media, David se representaba siempre
con un arpa en sus manos, simbolizando la armonía espiritual del Cosmos.
El historiador judeo-romano Flavio Josefo (37-100 d.C.) mencionaba unos
interesantes detalles que nos permiten comprender cómo el rey Salomón
habría podido escribir varios libros sobre magia. Durante la época del
Imperio Romano, la magia ritual influyó mucho en las gentes. Estos
aspectos mágicos se mantuvieron hasta la Edad Media, manifestados en
hechos como la creencia en la existencia de «diablos» y la lucha contra
las enfermedades por medio de exorcismos. Orígines -uno de los padres de
la Iglesia- mencionaba estas curaciones, que pudo leer en la literatura
mágica atribuida al rey Salomón.
Miniatura persa antigua del rey Salomón   Grabado de Gustave Doré

Miniatura persa antigua del rey Salomón. Grabado de Gustave Doré (s. XIX)

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Para la lucha contra el Diablo se usaba el «Sello del
rey Salomón», un pentángulo o estrella de cinco puntas con el sagrado
nombre de Dios escrito en su interior. En aquellos tiempos se vendían
amuletos con dicho símbolo, ya que se le atribuía la propiedad de
invocar al espíritu de Salomón para defenderse de muchas enfermedades
contagiosas. Después de todo, el rey Salomón era el mayor mago de todos
los tiempos y llegó a poner al Diablo a su servicio.
Un manuscrito del siglo IV, el Testamento del rey Salomón,
desmitificaba el poder mágico del rey. El texto incluía una biografía
de Salomón y de la época de su gobierno, incidiendo especialmente en la
construcción de su Templo. En esa época se consideró que el libro era un
hito en el campo de exorcismo, y demuestra la creencia en la existancia
de demonios en la Cristiandad del siglo XVI.



4) El rey Salomón como filósofo

La segunda característica que tradicionalmente se
destaca del rey Salomón es una excepcional «sabiduría». En las
tradiciones religiosas judía y cristiana, el «juicio del rey Salomón» se
ha convertido en el símbolo del concepto de sabiduría, relacionado con
su gran conocimiento mágico. Flavio Josefo relacionaba la concepción del
Viejo Testamento de la «Sabiduría» y la figura del rey Salomón de un
modo parecido al de la Biblia. También se refiere a los enigmas que el
rey Salomón intercambió con Hiram de Tiro y a las «pruebas» que le puso
la Reina de Saba cuando viajó a Israel para comprobar su gran sabiduría.
Ca. 1452, Piero della Francesca, «Adoration of the Holy Wood and the Meeting of Solomon and the Queen of Sheba, Fresco, 336 x 747 cm, San Francesco, Arezzo 
«El rey Salomon y la reina de Saba» (1435), del alemán Conrad Witz (act. Suiza 1400-1446), panel, 84 x 79 cm, Staatliche Museen, Berlín, Alemania.
Biblia de Guyart des Moulins   Pellegrino Tibaldi: «El rey Salomón interrogado por la Reina de Saba»


Salomón y Saba: Gustave Doré

«Salomón y la reina de Saba», fresco de Piero della Francesca (ca. 1452, Arezzo)

«El rey Salomon y la reina de Saba», del alemán Conrad Witz (1435)

Salomón y la reina de Saba en la Biblia de Guyart des Moulins (Biblioteca Nacional, París; s. XV).

Pellegrino Tibaldi: «El rey Salomón interrogado por la Reina de Saba» (El Escorial, ca. 1586).

Salomón y la Reina de Saba. Grabado de Gustave Doré (s. XIX)


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Los cristianos del siglo V hicieron grandes esfuerzos
para diferenciar la idea que se tenía de la sabiduría del rey Salomón
de su conocimiento mágico. Así, acentuaron la sabiduría de Salomón como
el «Hagia Sophia», la Sabiduría Divina. En el año 537 d.C. se dedicó una de las mayores iglesias de la época, construida en Constantinopla, a este Hagia Sophia. En su ceremonia de apertura el emperador Justiniano la asoció con el Templo de Salomón. La idea
fundamental de esta iglesia se encontró en el simbolismo de la relación
entre el Cielo y la Tierra a través de la Sabiduría Divina. La parte
inferior del edificio está formada por un cubo, símbolo de la Tierra
desde los tiempos antiguos. Encima de este cubo, la cubierta abovedada
en forma semiesférica símbolizaba el Cielo. En Europa Oriental este
simbolismo puede encontrarse aún en muchas iglesias de Grecia y Rumanía.
Santa Sofía
Planta
y sección de Santa Sofía de Constantinopla según Georg Scheja, medidas
en pies. Las medidas interiores del Templo de Salomón (40x20 del Sancta
más 20x20 del Sancta Sanctorum) eran de 60x20 codos por 30 de altura (I
Re 6,2-3). La cúpula original se subió posteriormente (a puntos) para
mejorar el sistema de empujes sobre los pilares.
Pero es sobre todo en el siglo XIII cuando se afianzó
la idea de que Salomón poseyó toda la sabiduría de su tiempo,
convirtiéndo al rey en un símbolo de la Sabiduría Divina. Esto
también se expresó en numerosas estatuas e imágenes de las fachadas y
las vidrieras de las catedrales medievales. En la catedral de Amiens
(qué ha sufrido pocos daños importantes desde su terminación)
encontramos la estatua del rey Salomón, justo en el centro de la fachada
occidental, flanqueado por las dos columnas de su Templo. Sobre él,
encontramos la estatua del Cristo, dando la impresión de que el rey
Salomón está llevandolo sobre sus hombros. Esta composición se
encuentraba en muchas otras catedrales, aunque la mayoría se demolieron
durante la revolución francesa.
En los escritos medievales se señala a menudo que las
catedrales góticas se construyeron basándose en los principios del
Templo de Jerusalén, comenzado por el rey David y continuado por el rey
Salomón. En la «Biblia Moralisè» francesa, el rey Salomón es el símbolo
de la Sabiduría Divina. En el encuentro con la reina de Saba, ésta
simbolizaba la Iglesia que había dejado de escuchar las palabras de Dios
dialogando con el rey Salomón. El «Juicio del rey Salomón» es otro tema
que podemos encontrar en las fachadas de casi todas catedrales
medievales. Normalmente el rey Salomón aparece sentado o de pie entre
las dos columnas de su Templo, junto a dos mujeres que se pelean por el
niño vivo, mientras que los soldados hacen ademán de partirlo en dos.
Investigaciones recientes han demostrado que esta leyenda popular es muy
anterior a la época del rey Salomón, y que simplemente se adaptó con su
nombre.
Hendrick Goltzius: El juicio de Salomón   El Juicio de Salomón en El Escorial   Juicio de Salomón: Gustave Doré

Hendrick Goltzius: «Salomo's Judgement». Grabado contra Felipe II del último tercio del s. XVI

Francesco da Urbino: «El juicio de Salomón» (1581). Celda del Prior, Monasterio de El Escorial

Juicio de Salomón (s. XIX), grabado de Gustave Doré


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5) Los manuscritos del rey Salomón

Las excavaciones arqueológicas y el estudio de
los textos que se escribieron en la época del rey Salomón socavan cada
vez más su imagen de héroe legendario. Hoy sabemos que no escribió
ningún libro del Viejo Testamento: el Libro de Proverbios se compuso 500
años después de la muerte del rey Salomón y deriva principalmente de
los manuscritos egipcios descubiertos al principio de este siglo.
Orígenes ya señaló que Salomón no pudo escribir el Cantar de los
Cantares del Viejo Testamento.
Uno de los más conocidos libros apócrifos de la
Biblia es el denominado «Testamento del rey Salomón», escrito en el
siglo I a.C. Aún mucha mayor difusión tuvieron las «Clavículas de
Salomón», un confuso ensayo de exorcismo. Tras la invención de la
imprenta, este libro se aumentó muchas veces hasta el siglo XVIII,
añadiéndosele nuevas ilustraciones y comentarios. Actualmente se ha
demostrado que su texto se escribió originalmente en el siglo I d.C.
Además del rey Salomón que conocemos por la Biblia y la Thorá,
está claro que con el tiempo se creó un Salomón legendario, un soberano
misterioso que podía penetrar las Leyes del Universo. Pero la mayor
reputación de Salomón la logró como constructor del Templo de Jerusalén,
destruído en el año 586 a.C. por Nabuconodosor, y que desde entonces ha
quedado como un símbolo en la religión judía, cristiana y musulmana.
El propio Salomón se ha considerado tradicionalmente
como un autor prolífico y de gran calidad. Las escrituras que se le han
atribuido son el Libro de los Proverbios, el Cantar de los Cantares, el
Eclesiastés, el Libro de la Sabiduría de Salomón, y los Salmos (Odas de
Salomón). Los estudiosos modernos han determinado, sin embargo, que
algunos de estos libros se escribieron siglos después. De hecho, las
Odas son posiblemente de un autor cristiano gnóstico.



6) El rey Salomón como constructor del Templo de Jerusalén

El Templo del rey Salomón, a diferencia de otros
templos del siglo X a.C., no tenía ningún ídolo dentro, tan sólo el Arca
de la Alianza con las Tablas de la Ley que Yahvé entregó a Moisés. El
Templo se construyó en una meseta de 742 metros de altura y tenía la
entrada dirigida al Este, hacia la salida del Sol en el Monte de los
Olivos.
No queda ningún rastro del Templo de Salomón: los 50
metros del Muro de las Lamentaciones pertenecieron originalmente a los
muros de contención exteriores del Templo de Herodes, construido en el
siglo I a.C. La situación del Templo de Salomón es bien conocida, cerca
de la roca santa conocida como Moria, donde se quemaban en holocaustos
animales a modo de ofrendas. Esta piedra tenía un tamaño de
aproximadamente 17 m de longitud y 15 m de ancho, y resulta un punto de
orientación fiable, ya que se situó cerca de la entrada oriental del
Templo. Hoy día la Mezquita de Omar, la Kubat-as-Sachra, cubre este
lugar, construida en el año 691 d.C. por Kaliff Aw-al-Malik. La
presencia de esta mezquita hace imposible toda investigación
arqueológica de los restos del Templo de Salomón.
El Domo de la Roca en Jerusalén El Domo de la Roca en Jerusalén Hipótesis de Ritmeyer

El Domo de la Roca, en Jerusalén. Hipótesis de Ritmeyer de la situación original del Sancta Sanctorum sobre la Roca
En la tradición judía se supone que el rey David
recibió los planos del Templo con la información exacta de su forma y
medidas, en un pergamino entregado por uno de los Profetas. Este
pergamino debió ser entregado por el mismo Dios a Moisés, y desde
entonces fue custodiado hasta que llegó el momento de la construcción.
También la religión cristiana aceptó el origen divino de las trazas del
Templo. Pero el cristianismo supuso que, tras su destrucción en el año
586 a.C., la reconstrucción de este Templo ideal no era posible por la
ausencia de los planos originales. Durante la Edad Media, las catedrales
europeas fueron consideradas como «reconstrucciones» del Templo de
Salomón, pero limitando este significado. El arquitecto medieval
intentaba usar las mismas proporciones obtenidas por inspiración divina,
tal y cómo se aplicó en el Templo original.



7) ¿Cuál fue la apariencia del Templo?

La construcción del Templo comenzó durante el
cuarto año del gobierno de Salomón. Se tardó en construirlo
aproximadamente 7 años, lo que implica que debió de terminarse en el año
961 a.C. El Templo propiamente dicho debió ser un edificio largo
y bastante estrecho, orientado sobre un eje longitudinal en dirección
Este-Oeste. El edificio debió tener una longitud de aproximadamente 30
metros, 9 metros de ancho y una altura de casi 3 metros. En la fachada
oriental se construyó una escalera, junto a la puerta de la entrada. A
ambos lados de ésta se erigieron dos columnas, llamadas Jaquim y Boaz,
la primera a mano derecha de la entrada y la segunda a su izquierda. Los
sacerdotes y el rey entraban en el Templo a través de una gran puerta
chapada de oro, de aproximadamente 10 metros de alto y 4 de ancho. Trás
de esa puerta se encontraba el vestíbulo de entrada, el «Ulam». Después
de este vestíbulo, se encontraba la estacia principal, el «Hekal» o Santo, iluminado a través de unas ventanas altas. Estas ventanas eran más grandes hacia dentro que hacia fuera, simbolizando que la Luz
vino del interior hacia el exterior. El «Hekal» medía 13'5 metros de
alto, 9 metros de ancho y 18 de largo, en una proporción de 3:2:4. La
anchura y longitud guardaban una proporción de 1:2, lo que significa que
la planta del «Hekal» estaba compuesta de un «doble cuadrado», una
proporción que puede encontrarse en muchas «estancias sagradas». El
forjado de piedra se cubrió con un solado de madera de cedro en el que,
según algunas fuentes, se grabó el «Sello de Salomón». Las paredes del
«Hekal» se cubrieron con lamas de cedro, traidas de las montañas del
Líbano; las vigas del forjado también se hicieron del mismo material.
El Templo según la reconstrucción de Villalpando

El Templo propiamente dicho según la reconstrucción de Juan Bautista Villalpando (1595)
La tercera cámara, el «Debir» o Santo de los Santos
(Sancta Sanctorum), se encontraba en la parte trasera, a un nivel más
alto que el «Hekal», y sólo podría accederse a él subiendo por una
escalera. El «Debir» tenía la forma de un cubo de 9 x 9 x 9 metros, y en
su centro se puso el Arca de la Alianza. Éste era un arcón grande,
hecho de madera de acacia, cubierta con planchas de oro y con cuatro
anillas a las esquinas en las que se ponían varas para transportarla.
Dentro del Arca se guardaron las Tablas de la Ley, entregados por el
mismo Dios a Moisés. En estas Tablas se grabaron los Diez Mandamientos,
sirviendo de conexión entre Yahvé e Israel.
Durante los tiempos del Éxodo del pueblo judío el
Arca estaba oculta en el Tabernáculo, que fue finalmente traído a
Jerusalén por el rey David. Ya se había acreditado el poder mágico del
Arca cuando se derrumbaron las murallas de Jericó al pasar los judíos
ante ellas con el Arca.
Las dos columnas Jaquim y Boaz se erigieron frente a
la entrada del Templo y se fundieron en bronce en una sola pieza. Tenían
una altura de más de 12 metros, con unos capiteles esféricos de
aproximadamente 2 metros de diámetro. Las columnas sólo tenían una
función simbólica y no sujetaban ninguna viga ni ningún elemento
estructural. Los investigadores relacionan estas columnas con los
obeliscos encontrados a la entrada de los templos egipcios. El
arquitecto romano Vitruvio contaba que estos obeliscos se usaban como un
reloj, midiendo su sombra como hacemos nosotros con los los relojes de
sol. Sin embargo, las esferas ornamentales de encima de las dos columnas
del Templo de Salomón habrían hecho muy inexacta esta función de reloj.
Jakim y Boaz, según Caramuel El Mar de Bronce, según Caramuel

Jakim y Boaz, las columnas del Templo, y el Mar de Bronce, según Juan de Caramuel (1678)
Cerca del Templo se situó un altar para los
holocaustos (sacrificio de animales en la hoguera) y un gran cuenco de
bronce, el «Mar de Bronce» o «Mar Cobrizo». Éste era un gran cuenco
semiesférico de 4'5 metros de diámetro, apoyado en las partes traseras
de 12 toros, también fundidos en bronce, tres en cada dirección de los
puntos cardinales. El cuenco debió pesar en vacío más de 25.000 Kg. El
propósito de este depósito (descrito detalladamente en II Cron 4:1) no
está muy claro. Quizás se usara como un espejo para observar los cuerpos
celestiales. En el idioma hebreo antiguo, las palabras para cobre y
bronce eran idénticas: el bronce era un metal más duro y menos proclive a
la corrosión, debido a la aleación de una cierta cantidad de estaño.
Algunos autores creen que el «Mar» debió hacerse de bronce y no de
cobre. Todas las herramientas de metal como martillos y cinceles se
hicieron de bronce hasta el siglo XII a.C., cuando comenzó la producción
de herramientas de hierro. Existió una gran tradición en la producción
de bronce el Oriente Medio, donde el cobre se encontraba fácilmente en
las minas de Arabia, el desierto al sur del Mar Muerto del que Salomón
obtenía la mayor parte de sus fuentes de ingreso.
Lo problemático era más bien encontrar el estaño, un
metal que entonces podía hallarse al aire libre en grandes cantidades
sólo en las minas del Sur de Inglaterra. Los fenicios, dándose cuenta de
este problema, navegaron con sus pequeños barcos hasta allí,
atravesando el Mediterráneo y el Océano Atlántico.



8) La construcción del Templo

En la época del rey David y su hijo Salomón, el
pueblo de Israel estaba convencido de que el monte del Templo estaba
situado exactamente en el centro de la Tierra. Por lo tanto, el que
orase en ese lugar estaría en contacto directo con Dios, que moraba
justo encima de las esferas celestiales (I Rey 8:30: «Oye, pues, la
plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar.
Escucha tú desde el lugar de tu morada, desde el cielo, escucha y
perdona»). Podría decirse sin exageración que los diez primeros años del
reinado de Salomón estuvieron dominados por el «orden» resultante de la
construcción del Templo, tal y como fue planeado por David.
Toda la política del reinado de Salomón se supeditó a
la enorme cantidad de dinero que se necesitaba para la construcción del
Templo. Éste, además de ser la Casa de Dios, debía expresar la unidad
entre el estado y la religión, para librar el reino del «separatismo» de
las tribus y disminuir la importancia de los viejos santuarios. Sin
embargo, después de la construcción del Templo de Salomón, los altares
de Canán continuaron existiendo a lo largo y ancho del territorio
israelita: el Templo de Jerusalén se había convertido en la más hermosa y
cara residencia de Yahvé, pero no pudo convertirse en la única. La
importancia del Templo aumentó durante los siglos siguientes, pero fue
sobre todo tras su destrucción en el año 586 a.C. cuando el Templo pasó
de ser algo real a convertirse en una leyenda.
Aunque siempre asociamos el nombre del rey Salomón a
la construcción del Templo, en realidad su contribución no fue demasiado
grande. La idea y las trazas se realizaron durante el reinado de su
padre David, los arquitectos y los artesanos eran Fenicios y los enormes
gastos de la construcción fueron sufragados por los esforzados
trabajadores de las minas de cobre, los marineros de la gran flota de
naves comerciales y los soldados que saqueaban los países circundantes.
Recientes investigaciones del arqueólogo alemán
Konrad Rupprecht han demostrado que el rey David debió encontrar un
templo más antiguo en ese lugar, que debió ampliar para cobijar al Arca
de la Alianza. El rey Salomón debió modificar la planta del viejo templo
de su padre con sucesivas ampliaciones y modernizaciones, de acuerdo
con las trazas que había dejado su padre. En el Viejo Testamento no se
señala que en el monte Moria existiera este templo más antiguo, pero sí
que se menciona en varios lugares como el rey que David envió a ese
monte un gran número de materiales y trabajadores a lo largo de su
gobierno. En I Cron 22 se señala cómo el rey David gastó 3.000 talentos
de oro y 7.000 talentos de plata de sus propias posesiones en la
construcción del Templo. Dado que en esa época un talento pesaba 60
kilos, está claro que el edificio ya en el tiempo de David necesitó de
una grandísima cantidad de dinero. En I Cron 28 podemos leer cómo el rey
David tenía a su disposición muchos dibujos del Templo, en que los que
se incluían hasta los más pequeños detalles. El rey David también tuvo
los primeros contactos con Hiram y sus consejeros. Por ello, el rey
Salomón sólo se encargó de la ejecución (y pago) de trabajos ya
dispuestos por su padre.
Hiram enseña los planos a Salomón

Hiram enseña los planos a Salomón. Grabado de J.J. Scheuchzer, «Physica Sacra Iconibus Illustrata», Augsburgo, 1731
El edificio se situó en una meseta rocosa llamada
Moria, que en tiempos del rey David era más pequeña, de aproximadamente
40 x 100 metros. Durante el reinado de Salomón se agrandó. Pero fue en
los tiempos del rey romano Herodes cuando su superficie se aumentó hasta
aproximadamente 500 metros de largo por 300 metros de ancho. El patio
interior del Templo se rodeó por un muro formado por tres capas de
bloques de piedra cubiertas por vigas de madera de cedro. En este patio
interior podían entrar los peregrinos y las masas de fieles, pero el
Santuario del Templo sólo era accesible al rey y a los sacerdotes.
Durante las fiestas, las ofrendas en la hoguera se
hacían en el patio interior, para lo que se construyeron utensilios
especiales. El gran altar de hierro donde se encendía la hoguera se puso
en medio del patio interior, con una llama que se mantenía encendida
día y noche para realizar las ofrendas; las cenizas se dejaban caer a
través de una reja sobre la Piedra Santa.
Durante las últimas décadas se han hecho excavaciones
arqueológicas en diferentes lugares de Israel para comparar el Templo
de Salomón con los restos de otros templos de la misma época. En 1957 se
encontró en Hasor un templo fenicio del siglo XIII a.C. La restauración
de sus habitaciones y sus detalles decorativos clarificaron la tesis de
que pudo ser un modelo directo del Templo de Salomón. El templo de
Hasor tenía los mismos tres sectores cerrados con las dos columnas
frente a la puerta de entrada, un vestíbulo principal y un recinto
sagrado en la parte trasera sobre una plataforma algo más alta. El
arqueólogo alemán concluyó: «Los arquitectos fenicios diseñaron el
Templo de Salomón adoptando como modelos los edificios sagrados que
existían en Caná. Sin embargo, en ese tiempo en Israel esos edificios
eran considerados como templos paganos» (Hans Heinrich Schmid, Altorientalische Welt in der alttestamentlichen, Zurich 1974).



9) El palacio real de Salomón y los edificios de sus mujeres

Tras terminar el Templo, el rey Salomón comenzó
la construcción de su palacio, que era considerablemente más grande y
más lujoso que el Templo, por lo que tardó en construirlo más del doble
de tiempo. Con la terminación de estos edificios, Salomón comenzó a
alejarse de su pueblo, que empezó a verle cada vez más como un dictador
con aspiraciones totalmente diferentes a las de su padre.
Un problema mayor surgió cuando muchas de sus mujeres
extranjeras quisieron erigir templos y altares para los que eran, a los
ojos israelitas, dioses paganos. Se construyeron varios santuarios,
como el de la esposa más importante de Salomon, la hija del faraón
egipcio, que quería cumplir sus deberes religiosos hacia los Dioses
egipcios en sus viajes por Israel. Era bien sabido que el rey Salomón se
comprometió con esas mujeres por razones políticas, pero a los
sacerdotes y al resto de los israelitas no les gustaban esos templos
paganos. Incluso el arquitecto que trajo el rey Hiram de Tiro para la
construcción del Templo no fue bien recibido por el pueblo de Israel, ya
que este rey adoraba a ídolos paganos.
Cuando el rey comenzó a hacerse mayor, aumentaron las
cíticas a su estilo de vida y a su actividad política. Al final de sus
días, quedaron del rey Salomón dos percepciones diferentes:

1) La del Salomón real que tenía cada vez más dificultades para ejecutar las ideas de su padre y

2) La del rey legendario que fue subido a un pedestal siglos más tarde.
Finalmente, prevaleció esta última idea por lo que el rey sólo podía compararse con personajes de la talla de Alejandro Magno.



10) El Templo de Salomón como edificio ideal

La construcción del Templo de Jerusalén fue el
evento más importante del reinado de Salomón, gracias al cual su nombre
se ha recordado hasta 30 siglos después de su muerte. Ya en el Viejo
Testamento el Templo había acaparado la mayoría de los escritos donde
aparecía el rey Salomón. En las catedrales medievales las imágenes de
las esculturas y las vidrieras del Templo de Salomón, y sobre todo de su
destrucción en el 586 a.C. a manos de Nabuconodosor, simbolizó el
pasado del pueblo judío, así como su «grandeza perdida».
El escritor judeo romano Flavio Josefo dedicó muchas
páginas al Templo, añadiendo algunos detalles que no se mencionaban en
la Biblia, pero que él transcribió de manuscritos ya desaparecidos. Ya
en el siglo XII d.C., William de Malmesbury nos apuntaba que los autores
de su época estaban familiarizados con los escritos de Flavio Josefo,
Eucherio y Beda sobre el Templo de Salomón. En el siglo VII d.C. el
monje inglés Beda (672-735) fue el primero de otros muchos escritores
que trataron en profundidad la importancia del Templo de Salomón.
Éxplicó cómo ningún edificio era comparable en belleza con el Templo y
lo designó como una de las Siete Maravillas del Mundo. En un largo
manuscrito, llamado «De Templo Salomonis», Beda se centró en la
interpretación alegórica, una idea que en todo el mundo Occidental
siguió desde entonces. Su discurso empieza como sigue: «La Morada de
Dios, construida por el rey Salomón en Jerusalén, se diseñó siguiendo la
forma de la Iglesia Universal, que deberá ser reconstruida por el
Primero del Pueblo Elegido hasta el Último que nazca al final de los
días, por la gracia del Rey Pacíficador, su Salvador». Este último
nombre evoca al rey Salomón, porque su nombre proviene de la palabra
hebrea «Shalom» que significa «Paz». Gracias a la relevancia de los
escritos de Beda, se dio gran importancia al aspecto alegórico de la
reconstrucción del Templo (destruido en el año 586 a.C.). El aspecto
alegórico nunca debería pasar a un segundo plano ante la reconstrucción
de un edificio real. Este punto de vista fue aceptado por la mayoría de
los escritores medievales, que también vieron los detalles del Templo de
Salomón de la misma forma alegórica.
La interpretación alegórica del Templo de Beda y sus
sucesores no evitó el uso de algunos elementos del Templo de Salomón en
muchas de las iglesias y catedrales que se han construido en la Europa
Occidental desde el año 800 de nuestra era. Uno de los primeros ejemplos
fue la iglesia-catedral de Aquisgrán (Alemania), construida por
Carlomagno en las primeras décadas del siglo IX d.C. El Ministro Alcuin
señaló que esta iglesia estaba «construida totalmente según los
principios que el mismo rey sabio Salomón había aplicado a la
construcción de su Templo». Comparó a Carlomagno con el rey Salomón y
con su padre, el rey David. Debemos notar que el octógono de la iglesia
de Aquisgrán no guarda ningún parecido con las descripciones del Templo
de Salomón del Viejo Testamento, un edificio más bien rectangular. La
opinión de Alcuin acerca de los «principios» que había aplicado Salomón
no se refería a la apariencia exterior de la iglesia, sino al trasfondo
simbólico de la realización del edificio, en el que el Templo de
Jerusalén jugó un importante papel. Por otra parte, el profesor Juan
Antonio Ramírez ha relacionado los edificios de planta octogonal con la
idea del Templo de Salomón que traían los peregrinos de Jerusalén, que
confundían el destruido Templo de Salomón con el Domo de la Roca,
también de planta octogonal, ya que además los caballeros templarios
pusieron junto al Domo su cuartel general (en la mezquita de El-Aqsa) y
con ese nombre aparecía en muchas guías para peregrinos del siglo XV. No
en vano, era el edificio más espectacular que encontraban en Jerusalén.
Liber Cronicarum   La iglesia templaria de Tomar    Sta. María de Eunate, en Navarra

1) El Domo de la Roca como Templum Salomonis. 2) La iglesia templaria de Tomar. 3) Sta. María de Eunate, en Navarra
Este dilema se dió durante toda la Edad Media hasta
el siglo XIV y se vió en la construcción de muchas iglesias y
catedrales. Por un lado estaba el deseo de presentar como una alegoría
la idea del Templo de Salomón, mostrando todos los detalles de la
historia del rey Salomón y su edificio a la población analfabeta. Pero
por otro lado se ambicionaba encontrar un esquema arquitectónico moderno
en el que los arquitectos medievales pudieran expresar su conocimiento
técnico. Sobre todo fue en el siglo XIII cuando esta búsqueda llevó a
alcanzar alturas interiores grandiosas, como nunca antes se habían
alcanzado en las catedrales. Simbólicamente se usaron plantas en forma
de cruz, simbolizando la crucifixión de Cristo.



11) Las Catedrales Medievales

A mediados del siglo XII apareció en la Europa
meridional y occidental la «Leyenda Áurea», un libro con todo tipo de
historias, la mayoría reconocidas como apócrifas, con detalles de
leyendas y tradiciones. Muchos símbolos presentes en las fachadas y
vidrieras de las catedrales medievales se pueden atribuir a historias
antiguas escritas en este sencillo manual. La vida de rey Salomón y la
construcción de su Templo tenía un papel importante en la «Legenda
Áurea». Otro libro, el «Bestiarium», daba mucha información sobre el
significado simbólico de los animales en las historias y las imágenes
usadas en la ornamentación de fachadas y los interiores de las
catedrales.
Pero el gran impulso en el conocimiento del Templo de
Salomón fue dado por los Cruzados que volvieron a Europa después del
año 1118, cuando un grupo de aristócratas franceses pasó más de diez
años en Jerusalén recopilando objetos y tradiciones locales. Volvieron
después de 1128 con una gran cantidad de material, tras lo cual Bernardo
de Clairvaux organizó un concilio en Troyes, donde se tomó la decisión
de crear la Orden de los Caballeros Templarios. La Orden debía seguir
haciendo estudios sobre el Templo y proteger a todos los futuros
peregrinos de Tierra Santa.
Iglesia del Temple en París
La
antigua iglesia del Temple de París según Viollet-le-Duc. Su rotonda
principal (de 20 m de diámetro) databa de mediados del siglo XII, aunque
fue destruída en 1811.
Ya conocemos el destino de la Orden de los
Templarios, una de las organizaciones más poderosas de la Europa de
finales de siglo XIII. Las noticias que traían los templarios a su
vuelta no siempre fueron muy fiables: todos vieron un edificio en la
explanada donde se había construido el Templo de Salomón veinte siglos
antes, pero muchos no comprendieron que allí ya no quedaba ni una sola
piedra del templo original. Ya en el siglo VIII el Obispo Arculf había
observado: «En el emplazamiento del templo original del rey Salomón,
junto al muro oriental de Jerusalén, los sarracenos han erigido una Casa
de Oración que ellos visitan a menudo». Pero hasta el año 1700 se
hacían grabados, como en Holanda, con la imagen de la Mezquita de Omar
de Jerusalén con el texto de «Templum Salomonis».
Templvm Salominis   Lám. 36a: el Santuario de Fouquet
Es bien conocida la miniatura de Jean Fouquet,
artista en la corte del rey francés Luis XI, mostrando la catedral de
Giras en obras. En el balcón de un palacio, al otro lado de la catedral,
se representa al propio rey Salomón dando instrucciones como si fuera
el arquitecto del edificio. Esta miniatura es un claro ejemplo de cómo
en la Edad Media había personas interesadas en dar un «mensaje
cristiano». Muestra también, por ejemplo, cómo la talla de la piedra se
hizo fuera de la catedral, de acuerdo con las reglas establecidas en el
Viejo Testamento: «La Casa fue construida con piedras preparadas en la
cantera; durante su construcción no se oyeron en la Casa martillazos ni
sierras ni instrumentos de hierro» (I Reyes 6:7).
Durante el invierno el recinto del edificio estaba
cerrado, pero los albañiles y los otros artesanos continuaron su labor a
cubierto. Por consiguiente, necesitaron detallados dibujos en papel
(muy caro en esa época), en tablas de madera o en superficies enyesadas.
Estos dibujos se basaban en un sistema de dimensiones geométricas
heredado de los tiempos antiguos y que probablemente fue ya puesto en
práctica por los constructores del Templo de Salomón.
Pueden encontrarse imágenes del rey Salomón y su
Templo en las estatuas y vidrieras de muchas catedrales medievales.
Sobre todo en la primera mitad del siglo XIII estas imágenes son muy
apreciadas, en muchos casos presentando al rey Salomón con su padre el
rey David. En muchos rosetones se presentan a ambos reyes, a veces en
compañía de la Virgen María, como en la Catedral de Chartres. En la
fachada occidental de la catedral de Amiens fueron «relatadas en piedra»
diferentes historias del rey Salomón y su Templo en el denominado
«quatrefeuilles», esculturas en piedra con la forma de un trébol de
cuatro hojas.



12) El Monasterio de Escorial

Como reacción al comienzo de la Reforma en
Europa, el sacerdote español Ignacio de Loyola fundó en 1534 la Sociedad
de Jesús, también conocida como la Orden de los Jesuitas, para proteger
los valores originales de la Iglesia romana. Bajo el reino del
tolerante emperador Carlos V las posibilidades del Orden estaban muy
limitadas, pero la situación cambió totalmente cuando su hijo, el rey
Felipe II, llegó al trono en 1556. Éste encargó al jesuita Villalpando
que hiciera un estudio sobre el Templo de Salomón con la intención de
erigir un edificio que simbolizara la unidad de la iglesia y del estado
en el siglo XVI. Este edificio debía convertirse en el centro desde el
que Felipe II gobernara su extenso imperio.
Durante las jornadas que el rey pasó en los Países
Bajos en la década de los 50, ofreció a las ciudades varias vidrieras a
las principales iglesias donde se mostraba al entonces príncipe y a su
esposa la reina María Tudor junto a su querido Templo. Una de las más
bellas aún existe: la Vidriera del Rey en la iglesia de San Juan
Bautista de Gouda (Holanda), realizada entre 1557 y 1559 por el famoso
vidriero Dirk Crabeth. Pueden señalarse otros ejemplos, como la Iglesia
Vieja de Delft (1563) y la desaparecida Gran Iglesia de Harderwijk.
La Vidriera del Rey
En 1562 comenzaron las obras de El Escorial bajo la
dirección del arquitecto Juan Batista de Toledo, que fueron terminadas
por Juan de Herrera. Se trata de una magnífica combinación de palacio,
monasterio e iglesia, basada en el conocimiento que se tenía en el siglo
XVI del Templo de Salomón y sus Palacios Reales. Después de veintidós
años, el enorme complejo se terminó, convirtiéndose en el edificio más
grande de la Europa de su tiempo. Su construcción sólo pudo financiarse
gracias a las enormes cantidades de oro y plata traidas por los
españoles de sus conquistas de América.
El Escorial, según Caramuel

Grabado de El Escorial de
«Architectvra civil recta y obliqva, considerada y dibvxada en el Templo
de Iervsalen [...] Promovida a svma perfeccion en el Templo y Palacio
de S. Lorenço, cerca del Escvrial, que invento con su Divino Ingenio,
delineo con su real mano, y con excessivos gastos empleando los mejores
Architectos de Europa erigio el Rey D. Philippe II» (3 vols.), de Juan
de Caramuel y Lobkowitz (Vigeven, 1678)
El rey Felipe II, como le había ocurrido antes al rey
Salomón durante la construcción de su Templo, sufrió constantemente
grandes dificultades financieras. Esto fue en aumento al ir terminandose
las obras de el Escorial, debido al gran coste de los materiales
necesarios para su decoración interior. Estas dificultades financieras
influyeron en otros actos, como cuando en 1570 las fuerzas armadas del
Duque de Alba en los Países Bajos, que estaban muy mal pagadas, hicieron
un motín que influyó mucho en el desarrollo de la guerra.



13) Conclusión

Los escritos de Villalpando y la construcción de
El Escorial no fueron ignorados al norte de los Pirineos. En los Países
Bajos se publicó un estudio sobre el asunto realizado por el teólogo
holandés Ludovicus Capellus, titulado «Templi Hierosolmitani triplex
delinatio». El estudio incluía la descripción del Templo hecha por
Villalpando y los escritos de Flavio Josefo y Maimónides. Pero se prestó
mucho más atención a los trabajos del portugués Jacob Jehuda León,
nacido en 1603, que pronto emigró a Middelburg (Holanda) y se hizo
rabino de la comunidad judía de Amsterdam. Judá León escribió varios
libros, desde el «Retrato del Templo de Salomo» de 1642 hasta «Las
Alabancas de Santidad» en 1671. En 1659 el rabino publicó una
descripción de su maqueta del Templo que se exhibió en una exposición en
Londres en 1729. En el Diario de la Corte se puso un anuncio que decía:
«podrá verse todos los días en el Royal Exchange, el Modelo del Templo
de Salomón, con todos sus Vestíbulos, Paredes, Verjas, Cámaras y Vasos
Santos, el gran Altar de los Sacrificios, el Mar de Bronce, el Lavadero y
el Sancta Sanctorum con el Arca de la Alianza, el Sillón de la
Misericordia y los Querubines Dorados, el Altar de Incienso, los
Candeleros, las Mesas, y las dos famosas columnas Jakim y Boaz». En el
Museo Bíblico de la Heerengracht de Amsterdam, podemos ver una copia de
esta maqueta con todos los detalles, junto con mucha información sobre
la literatura publicada desde el siglo XVII en los Países Bajos.
Maqueta de Judá León
La admiración que se tuvo por El Escorial inspiró a
muchos gobernantes de otros países hacer complejos similares con
iglesias y palacios, con o sin monasterios. El más famoso es el palacio
de Versalles, cerca de París, empezado en 1669. Sin embargo, debemos
admitir que la ostentación de Luis XIV de Francia se produjo de una
forma diferente a la arquitectura de Felipe II, marcada por su fanatismo
religioso. El Templo de Salomón tuvo un importante papel en la idea
original de Luis XIV, aunque cambió con el paso de los siglos en un tipo
de arquitectura que mostraba a sus sucesores la imagen de la despótica
dictadura del «Rey Sol».
Ya no han continuado las reconstrucciones del Templo
de Salomón a tamaño real. Tan sólo se han hecho pequeñas maquetas,
publicándose descripciones detalladas con magníficos grabados en casi
todos países occidentales, pero los extraordinarios costes desmotivaron
cada intento de reconstrucción. El Templo, demolido totalmente en el año
586 a.C., se había convertido definitivamente en una leyenda, tanto en
las religiones judía y cristiana como en el Islam.



Bibliografía

Puede encontrarse un listado de libros muy completo sobre el rey Salomón y su templo en:


  • Gabriel Mandel and Petra Eisele: King Solomon, Scherz Verlag Bern, 1978.

    Otros libros consultados fueron:

  • Albright, W.F.: Archeology, Historical Analogy & Early Biblical Tradition, Baton Rouge, Louisiana 1966.

  • Busink, Th.A: Der Tempel von Jerusalem. 1. Der Tempel Salomos, Leiden, 1970.

  • Goeree, W.: Joodse Oudheden, 2 volumes, Amsterdam, 1690.

  • Josephus, Flavius: Judische Altertumer, translated by H. Clementz, Halle, 1900.

  • Male, Emile: L'Art religieux du XIIIe siecle en France, Paris, 1898.

  • Miller, M.S. & J.L.: Bible Dictionary, Harper & Brothers, New York, 1974.

  • Ramírez, Juan Antonio: "La iglesia cristiana imita un
    prototipo: el Templo de Salomón como edificio de planta central (algunos
    ejemplos medievales)", en Edificios y sueños (Ensayos sobre Arquitectura y Utopía), Málaga, 1983.

  • Rupprecht, K.: Der Tempel von Jerusalem, Berlin, 1977.

  • Schmid, H.H.: Altorientalische Welt in der alttestamentlichen Theologie, Zurich, 1974.


  • Yadin Yigael, Hazor: The rediscovery of a great citadel of the Bible, London, 1975.

    Finalmente, hemos encontrado mucha información en el
    Agnes Scott College de la Universidad de Atlanta (Georgia, USA),
    extraída de la investigación de Howard-Carter, que fue encargada por la
    Fundación Carnegie.

    Prof. Ir. Marinus Gout



    Marinus Gout (La Haya, Holanda, 10.09.1922) empezó
    sus estudios de arquitectura en 1940 en Delft. En 1945, tras la Segunda
    Guerra Mundial, continuó sus estudios y entró a trabajar en Philips en
    1948. Durante los primeros tres años hizo los proyectos para los
    edificios de la oficina central en Alemania (Hamburgo), Polonia
    (Warschau) y Turquía (Estambul). Se especializó en platas de fabricación
    de vidrio y en aplicaciones para televisión. Por ello, viajó a
    Barcelona en 1951 para hacer la nueva fábrica de Philips, situada entre
    la ciudad y el aeropuerto. También hizo la oficina central del Paseo de
    las Delicias en Madrid, donde colaboró con el famoso ingeniero Eduardo
    Torroja y con la constructora Agroman.
    En los últimos meses de 1953 volviór a la Facultad de Arquitectura de
    Delft. Hasta su jubilación en 1983 se quedó allí, donde fue decano de la
    Facultad y co-rector de la Universidad. También supervisó
    arquitectónicamente los nuevos edificios del nueva zona de la
    Universidad, en las afueras de Delft. Ha sido invitado como profesor en
    varias universidades extranjeras, como en Tokio, Moscú, Helsinki, El
    Cairo, Bucarest, Zurich, Londres y algunas universidades
    estadounidenses. Gracias a las buenas relaciones con el Prof. Bassegoda
    Nonell, regresó a Barcelona a dar conferencias en español en la Escuela
    de Arquitectura.
    Su interés en el vidrio como material constructivo le
    llevó hacia el estudio de las catedrales medievales, donde las
    vidrieras juegan un importante papel. No sólo se ha interesado en sus
    aplicaciones técnicas, sino también en el papel simbólico jugado por la
    luz solar pasar por el vidrio durante las diferentes estaciones del año.
    En 1990 escribió en holandés un libro sobre este asunto que se
    publicará próximamente en inglés y francés.


    (Hiram, el arquitecto) Personajes y edificios   Menú principal




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