jueves, 21 de julio de 2016

Kim Philby, el topo de la KGB - Apuntes de Historia

Kim Philby, el topo de la KGB - Apuntes de Historia

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La red se destapa

Con una carrera en ascenso en la inteligencia británica, mientras
mantenía informado a Moscú de todos los secretos de estado que llegaban a
sus manos, Philby fue destinado en 1949 a la embajada británica en
Washington D.C. Su misión allí sería actuar de enlace entre el MI6 y la
recién creada CIA.


Seguro que Beria, director del NKVD, y Stalin se frotaron las manos cuando se enteraron.


El tercer hombre

Sin embargo las cosas allí cambiaron. En Reino Unido Philby tenía un
nombre, provenía de clase alta, y era impensable que nadie sospechase de
él aunque sólo fuera por puro prejuicio. Pero en Estados Unidos las
cosas eran muy distintas.


Apenas un año después de la llegada de Philby, la CIA informaba al
MI6 de sus sospechas de la presencia de un espía soviético en la
embajada británica en Washington, ya que habían detectado la filtración a
través de ella de varios secretos nucleares a la URSS. Conocían su
nombre en clave: Homer


Kim Philby, el tercer hombre


Burgess, alias Hicks, había acompañado a Philby a Washington y Maclean, alias Homer,
se encontraba destinado allí desde hacía ya unos años. Cuando Kim
Philby recibió órdenes del MI6 de investigar el “caso Homer”, ambos se
vieron obligados a desertar a la Unión Soviética.


Imagina en qué situación dejó eso a Philby (todos ellos eran amigos y
compañeros desde Cambridge), máxime cuando se comenzó a hablar de un tercer hombre.


Philby tuvo que regresar a Londres y fue obligado a renunciar a su
puesto en el servicio de inteligencia. Más aún, durante meses fue
sometido a interrogatorios por parte del MI5. Sin embargo, frío y
sabedor de que no tenían nada sólido contra él, consiguió no quebrarse
ni una sola vez y no confesó.


Finalmente fue restituido al MI6.


Huida, destierro y muerte

Sin embargo su credibilidad ya no era la misma y se le apartó de la
sección encargada de la Unión Soviética. Fue asignado a Oriente Medio y
destinado a Beirut.


Y allí Philby siguió pasando información a la Unión Soviética,
mientras en Londres el MI5 seguía atando cabos acerca de las
filtraciones que se habían producido en las últimas décadas, y cada vez
estaban más seguros de que Philby formaba parte de la red de espías de
Cambridge.


Finalmente, el 23 de enero de 1963, Philby sencillamente desapareció.
No se supo nada de él, pero un carguero ruso que hacía escala en el
puerto de Beirut, el Dolmatóv, parecía haber zarpado con tanta prisa que se había dejado parte de la carga en el muelle…


Reapareció poco después en Moscú, y durante un tiempo perteneció a la
KGB. Allí se dedicaba a formar a los agentes que serían destinados a
Reino Unido o Austrialia, y al personal de la Stasi, la policía secreta
de la RDA.


Condecorado en su época en el MI6 con la Orden del Imperio Británico
por sus servicios a la corona y en Moscú con la Orden de la Bandera
Roja, una de las más altas condecoraciones soviéticas al personal militar, Philby murió en Moscú en 1988.


Sello dedicado a Kim Philby

La URSS dedicó un sello postal (estampilla) a Kim Philby en 1990
Fue enterrado con el rango de coronel de la KGB y con honores de
héroe rojo. Sin embargo había muerto alcoholizado y deprimido al ver en
qué habían quedado las promesas del régimen por el que había traicionado
a su país durante tres décadas. País al que, en sus últimos años, ansió
volver.




Muy recomendable la serie de la BBC Espías de Cambridge (Cambridge Spies), basada en la historia de los cinco de Cambridge (sólo si sabes inglés).


Si quieres profundizar en el tema


Un espía entre amigos: la gran traición de Kim Philby Un espía entre amigos: la gran traición de Kim Philby


de Ben Macintyre


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Enrique Ros
Soy
un lector empedernido y una persona curiosa, un enamorado de aprender y
de la historia (entre otras cosas), madrileño de nacimiento y murciano
de adopción. [ Más sobre mí ]

Reader Interactions

Comentarios





  1. Guau! Hacia tiempo que no me había podido pasar por aquí, pero menuda
    sorpresa! Me encanta el nuevo diseño de la página, gran trabajo
    Enrique! Y los artículos siguen teniendo esa calidad que te caracteriza.
    Creo que ahora que por fin ha llegado el verano me pasare más a menudo
    por aquí 😆😆. Un abrazo Enrique!







    • Hola Adrián. Sí, jaja, la verdad es que necesitaba un lavado de cara
      urgente. El anterior diseño había sido provisional desde el primer día,
      pero por falta de tiempo terminó quedándose durante más de un año. Me
      alegra que te guste el nuevo aspecto.

      Espero que los exámenes te hayan ido muy bien (en realidad tengo pocas dudas acerca de ello) y puedas disfrutar del verano 🙂

      Un abrazo.







  2. Hola , estuve un tiempo sin internet , no pude leer hasta ahora
    tus entradas del blog , pero de ahora en adelante no me pierdo ninguna
    , por cierto me gusta este diseño , Saludos amigo.









  3. Apasionante periodo el de la guerra fría y el contra espionaje y
    apasionantes historias que nos regalas los lunes dedicados a este tema. 😃

    Sobresaliente Enrique!!


    Saludos y abrazos







    • Sí fue un periodo apasionante, aunque dudo que sus protagonistas (voluntarios o forzosos) fueran de la misma opinión 🙂

      Me alegra que te haya gustado la entrada, Betty, muchas gracias por tus amables palabras.

      Un fuerte abrazo







  4. Excelente artículo que lo hace recordar las fantasías de James Bond.
    Gente como este señor Philby fueron los personajes que tomaron como base
    todos los que escribieron para temas de películas del género de espías .







    • Gracias Óscar. Y sí, no te falta razón. Novelas como El tercer hombre, de Graham Green (amigo por cierto de Philby) o Tinker, tailor, soldier, spy, de John LeCarré, están basadas en su vida. El cuarto protocolo,
      de Frederick Forsyth, no es que esté basada en él: es que directamente
      aparece Philby como personaje. Sí, sin duda llevó una vida de película.

      Un saludo.







  5. Excelente artículo!, historia que inspiró a Jhon Le Carre y no dudo
    que también a Graham Greene (y por qué no?, al super agente 86). Esta
    historia es muy complementaria con la de Garbo.

    Creo que Philby y Garbo fueron los mejores espias de la historia (al menos de lo poco que sé).

    Muchas gracias enrique.









    • Bueno, no sé si al superagente 86 😆😆
      pero desde luego la vida de ambos fue digna de inspirar a los grandes
      espías de ficción. Lo que está claro es que debieron soportar una gran
      tensión en su vida, Philby en especial. Yo no sé si podría vivir así,
      siempre mintiendo y con el miedo a ser descubierto.

      Me alegra que te haya gustado, Diego, muchas gracias por tu comentario!


      Editado.- Acabo de ver tu otro comentario. Me lo apunto para tratarlo en una futura entrada. ¡Gracias por la sugerencia!







  6. Cuando pensamos en espías nos viene a la mente James Bond, pero
    encontré que este personaje está enterrado en un lugar de héroes
    moscovitas y nada mas y nada menos que junto a Ramón Mercader el asesino
    de León Trotsky. Saludos







  7. Grande la reflexión final: “alcoholizado y deprimido al ver en qué
    habían quedado las promesas del régimen por el que había traicionado a
    su país” Cuántos ideales se encargó de destruir la barbarie soviética.


    Muy buen artículo!! Enhorabuena







    • Muchas gracias, Francisco, me alegra que te haya gustado tanto 🙂

      Sí, ideales destruidos, tú lo has dicho. Eso es lo peor.

      Un saludo y gracias de nuevo.



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