viernes, 2 de septiembre de 2016

Por qué y cómo caminamos de acuerdo al Espíritu | Desiring God

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Por qué y cómo caminamos de acuerdo al Espíritu


Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas
de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del
Espíritu. 6 Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente
puesta en el Espíritu es vida y paz; 7 ya que la mente puesta en la
carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni
siquiera puede hacerlo, 8 y los que están en la carne no pueden agradar a
Dios. 9 Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el
Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.


Debemos ser bien claros en algo al comenzar en esta mañana. La vida
cristiana es en esencia un vivir sobrenatural. Por sobrenatural quiero
decir que hay poderes que obran en el vivir cristiano que están por
encima de lo natural. No me refiero a fuerzas vagas como ESP o
canalización (psíquicos) o cristales o formas varias de hechicería o
brujería o experiencias extra corporales o de reencarnación – todas las
cuales son abominación a Dios (ejemplo Deuteronomio 18:9-10; Isaías
8:19) porque disminuyen la toda-suficiencia de Dios y su Hijo Jesucristo
como el camino de Dios para comunicar y transformar. En cambio, lo que
tengo en mente es muy específicamente la obra del Espíritu Santo en
nuestras vidas por fe basada en la histórica muerte y resurrección de
Cristo. Esta obra no es vaga y general. Es clara y específica y
enraizada en la concreta e histórica vida y muerte de Jesucristo que fue
levantado de los muertos y que da el Espíritu Santo a aquellos que
creen en Él.



Pero no se equivoquen, vivir la vida cristiana no es un programa tipo
Dale-Carnegie sobre cómo ganar amigos e influenciar personas. No es una
especie del movimiento de Re-Armamento Moral (MRA por las siglas en
inglés). Una nueva versión de aquel movimiento de los años 1920 dice
hoy:



MRA no es una secta. Es un movimiento donde cada uno de nosotros está
enraizado en su propia tradición religiosa. . . . Estas ideas permiten a
aquellos de diferente fe trabajar juntos sin que ninguno de nosotros
comprometa nuestras creencias. Esto porque los conceptos de guía divina y
estándares morales – expresados en términos varios – son comunes a
todas las religiones mundiales mayoritarias.(1-12-01; 11-7-03, http://www.uk.initiativesofchange.org/)



Cito esto para consolar de modo escueto que vivir la vida cristiana no es ese tipo de cosa. Los “conceptos de guía divina” no
son comunes a ninguna otra religión. Debemos conseguir una mente
completamente diferente. Y mentalidad es una palabra absolutamente
crucial en este texto. Debemos obtener la mente del Espíritu de Dios.
Eso es lo que nos define como cristianos.



Empecemos justo ahí con lo que es un cristiano para luego obtener una
visión general del argumento de este texto y después observar más de
cerca lo que significa cumplir la ley de Dios.



¿Qué significa ser un cristiano?

Comiencen conmigo en el verso 9: “Sin embargo, vosotros no estáis en
la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en
vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es
de Él”. Aquí tenemos una de las más claras afirmaciones en el Nuevo
Testamento de lo que es un cristiano: “Si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, el tal no es de Él”. No pertenecemos a Cristo si no tenemos el
Espíritu de Cristo. No somos cristianos si no tenemos el Espíritu de
Cristo. Y en la oración justo antes de ésta, el Espíritu de Cristo es
llamado el Espíritu de Dios. “Vosotros no estáis en la carne sino en el
Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros”. De
manera que el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo son un Espíritu, y
si “tienes” este Espíritu, o si él “habita” en ti, entonces perteneces a
Cristo y tú estás en el reino o en el dominio o en la esfera de
gobierno del Espíritu de Dios. No estás gobernado por la carne – esto
es, la esfera meramente humana o meramente natural. Esto es lo que
quiero decir cuando declaro que ser cristiano y vivir la vida cristiana
son cosas sobrenaturales. El Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo,
vive en nosotros y trae consigo cambios que jamás lograríamos hacer sin
él de modo que Jesucristo sea glorificado en lo que hacemos.



Visión general al argumento de Pablo

Ahora, demos un vistazo general al argumento – el tren de pensamiento
– en los versos 4-8. Veo cinco pasos en el argumento. Leámoslo hacia
adelante, tal como Pablo lo escribió. Luego, leamos hacia atrás, para
asegurar que lo tenemos.



Primero, en el verso 4, el objetivo de Pablo es “que el requisito de
la ley se cumpliera en nosotros”. Veremos en Romanos 13:8 que el amor cumplela ley.



Segundo, al final del verso 4 dice que el camino para cumplir esta ley en nosotros es que andemos
no de acuerdo a la carne mas sino de acuerdo al Espíritu. “Para que el
requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu”.



Tercero, en el verso 5 explica que este caminar es de acuerdo al Espíritu debido a una cierta mentalidad
espiritual existente detrás. La mentalidad que subyace para andar de
acuerdo al Espíritu es una mentalidad en pro de la verdad y el valor de
las cosas del Espíritu: “Porque los que viven [y andan] conforme a la
carne, ponen la mente en [tienen la mentalidad para amar] las
cosas de la carne, pero los que viven [y andan] conforme al Espíritu,
[ponen sus mentes en = tener sus mentes para querer] en las cosas del
Espíritu”. De modo que nuestro andar (v. 4) se debe al orden o disposición de nuestras mentes (v. 5) hacia las cosas del Espíritu.



Cuarto, la razón por la que la mentalidad del Espíritu produce un
caminar que cumple la ley, y la razón por la que la mentalidad de la
carne no, es que la mentalidad de la carne es muerte y la mentalidad del
Espíritu es vida y paz. Verso 6: “Porque la mente puesta en la carne es
muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz”. Recordemos
del verso 2: es “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús
[que] te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte”. El Espíritu
es efectivo para moldear nuestra mente y nuestro andar porque está vivo.
Él imparte vida espiritual. No habla solo de leyes o reglas y que
obedezcamos. Él trae la ley y la escribe en nuestros corazones y crea la
vida que ama la ley y se deleita en Dios y atesora a Jesús. Por ello yo
parafrasearía el argumento a esta altura del siguiente modo: la
mentalidad del Espíritu produce un andar espiritual que cumple la ley
porque esa disposición espiritual de la mente es el fruto y la forma de
vida del Espíritu de Dios en nosotros.



Finalmente, el quinto paso del argumento, versos 7 y 8, muestra por
qué necesitamos tan desesperadamente la mentalidad del Espíritu y la
vida del Espíritu. Y por qué hay muerte sin él. Sin el Espíritu y la
vida del Espíritu y la mentalidad del Espíritu estamos muertos porque
somos hostiles a Dios y no podemos someternos a su ley. Verso 7: “. . . .
Ya que la mente puesta en [=la mentalidad de] la carne es enemiga de
Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede
hacerlo, (8) y los que están en la carne no pueden agradar a Dios”. En
otras palabras, la raíz de muerte es el pecado – la rebelión contra
Dios. La raíz es un espíritu independiente al que Dios le importa poco y
prefiere otras cosas a Dios. Tiene amor suicida por la independencia y
la auto-determinación.



Eso es lo que debemos vencer si vamos a cumplir el requisito de la
ley. Vean cómo el texto termina con nuestra atadura a la hostilidad e
insubordinación: no podemos someternos a la ley. Pero todo el argumento
se mueve hacia la victoria sobre esa condición en el punto del verso 4:
“para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros”. Eso es lo
que este texto revela: moverse de la esclavitud a insubordinación y
hostilidad hacia libertad de vida y obediencia.



Ahora para asegurar de que hemos asido este argumento, movámonos a través de él en reversa.



5) Quinto paso (Versos 7-8): Hostilidad contra Dios



La mentalidad de la carne – la manera como somos por naturaleza,
aparte de cualquier ayuda sobrenatural del Espíritu de Dios – es hostil hacia Dios. No se somete ni puede someterse a Dios ni tampoco agradarle.



4) Cuarto paso (Verso 6): Vida del Espíritu



Por tanto, la mente de la carne trae muerte. Hostilidad contra Dios
es suicidio del peor tipo. Sólo el Espíritu da vida (verso 2). Y la
mentalidad del Espíritu es el fruto y la forma de esa vida. La vida del Espíritu
crea la mentalidad del Espíritu y da forma a la mentalidad del
Espíritu. Hemos de tener el Espíritu para conquistar nuestra atadura
suicida de rebeldía contra Dios.



3) Tercer paso (Verso 5): Mente espiritual



Por tanto, puesto que la mentalidad del Espíritu es el fruto y la
forma de la vida del Espíritu, el camino que Dios designó para que
nosotros anduviésemos y viviésemos es tener una mente espiritual, no una carnal. De hostilidad a vida auna mente espiritual. . .



2) Segundo paso (Verso 4b): Nuevo caminar de acuerdo al Espíritu



Por tanto, dado que tenemos esta mentalidad espiritual, andamos de
esa manera – vivimos de esa manera. No “andamos conforme a la carne,
sino conforme al Espíritu”. Nuestra mentalidad espiritual determina
nuestro andar. El poder del Espíritu Santo para impartir vida y cambiar
lo que valoramos y atesoramos y deseamos cambia la manera en que vivimos
o andamos. De hostilidad a vida a una mentalidad espiritual a un nuevo andar conforme al Espíritu.



1) Primer paso (Verso 4a): Cumplimiento de la Ley



Por tanto, por este andar cumplimos el requisito de la ley. No andamos conforme a la carne sino de acuerdo al Espíritu. De hostilidad a vida a una mentalidad espiritual a un nuevo andar conforme al Espíritu para el cumplimiento de
la ley. ¡Oh, cuán crucial son la vida y obra sobrenatural del Espíritu
de Cristo para llevarnos de la incapacidad para someternos a la ley de
Dios, al verdadero cumplimiento de la ley de Dios! ¡Atesora este
Espíritu! ¡Busca la plenitud –ser lleno- de este Espíritu!



La pregunta de la próxima semana

La próxima semana tomaremos la siguiente pregunta: ¿cómo pueden
nuestra obediencia imperfecta y nuestro imperfecto amor ser llamados
“cumplimiento del requisito de la ley”? Yo en verdad creo que Romanos 8
enseña que la ley es cumplida en nosotros y no solo para nosotros. ¿Cómo puede ser esto? ¿Desde cuándo dice la ley, “Bastante bien será suficiente”? Nunca. Eso es la próxima semana.



Permítanme cerrar así. Espero que una cosa resuene: para pasar de
nuestra atadura al yo al cumplimiento en amor de la ley se necesita una
poderosa obra sobrenatural de Dios por el Espíritu. Necesitamos la
mentalidad de amar a Cristo y las cosas del Espíritu. Necesitamos que
nuestro gusto por las golosinas del mundo sea eliminado. ¿De dónde
proviene? Viene del Espíritu. Y esta maravillosa dependencia en el
Espíritu es posible mediante la fe solamente, aparte de las obras de la
ley.











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