martes, 27 de septiembre de 2016

La Enciclopedia Alvarez | LAS COSAS DE PACO VASCO

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La Enciclopedia Alvarez

Hace un rato mi amigo, paisano y coetaneo Jose Luis Lopez nos ha
enviado por el facebok una foto de la Enciclopedia Alvarez, que nos
acompaño en nuestra infancia, ya lejana. Y nos formo, o deformo, segun
se mire. Pero con el paso del tiempo hemos ido valorando esta
publicacion y todos, creo que sin excepcion las recordamos con cariño.
Me he encontrado este articulo, me ha gustado y os lo reproduzco
integro.

En
pleno proceso de recuperación de la postguerra -corrían los años de la
década de los cincuenta-, en un tiempo histórico marcado por las
carencias de todo tipo, encontró respaldo en Valladolid la publicación
de un libro de texto para la enseñanza, un tanto original, que marcaría a
varias generaciones de españoles escolarizados: la inolvidable
Enciclopedia Álvarez.


Eran tiempos en que en las escuelas se ponía en práctica aquel
viejo axioma de “la letra con sangre entra”, momentos de escasez de
medios y métodos didácticos, que en algunas ocasiones provocaban
situaciones surrealistas, tiempos en que los objetivos ministeriales
eran inculcar a los escolares una formación adicta al régimen de Franco y la Iglesia.
En muchos colegios etiquetados como “nacionales” se obligaba a los
niños a cantar el himno falangista “Cara al sol” y a rendir homenaje a
la bandera;
en otros se distribuían raciones de pan, leche y queso para remedar los
desequilibrios alimenticios producidos por economías familiares
maltrechas; en todos, nacionales y privados, estos últimos
pertenecientes en su mayoría a comunidades religiosas, se enseñaban
canciones patrióticas y cantos piadosos acordes con los ciclos
litúrgicos del año: villancicos en Navidad, cánticos de penitencia en
Semana Santa, alabanzas a la Virgen en el mes de mayo, etc., siempre
bajo la presencia en cada clase del crucifijo y del retrato del que se
autoproclamó “Caudillo de España”.


Quienes superan los cincuenta años saben muy bien de lo que
hablamos. Sin duda recuerdan su aprendizaje de párvulos con la pizarra y
el “pizarrín”; a las niñas portando el “cabás”; el escueto material
escolar guardado en estuches y “plumieres” de madera; los lápices de
colores “Castilla” y “Alpino”;
aquellas clases de caligrafía en las que los borrones producidos por el
plumín se intentaban remediar, casi siempre sin fortuna, con los
papeles “secantes” de Pelikán; las clases de Geografía explicadas sobre
mapas multicolores de hule,
el mejor material escolar de la escuela, hasta el punto de que se
utilizaban como fondo cuando se hacían fotografías individuales o de
grupos de hermanos, muchas de las cuales se coloreaban después
manualmente; el aprendizaje memorístico del Catecismo,
lo que permitía participar en concursos y conseguir buena nota; de los
cuadernos a rayas o cuadriculados sobre los que se desgastaban las gomas
de borrar “Milán”; los límites geográficos y los ríos de España, junto a
la tabla de multiplicar, aprendidos por la repetición de cantinelas
corales a modo de mantras.
Un tiempo de estampas, “mariquitas”, cromos y duros balones que a los
escolares de hoy les parecería un viaje a la Prehistoria. Pero sin duda
un especial protagonismo en aquella enseñanza básica lo tuvo la
Enciclopedia Álvarez, una obra de uso continuado por aglutinar, como su
nombre indica, todas las disciplinas, un libro que habitualmente pasaba
de unos hermanos a otros formando parte del patrimonio familiar.


Al estar íntimamente unidos a la niñez, todos estos aspectos
suelen ser recordados con añoranza y melancolía. Es por eso que los
ejemplares conservados de la mítica Enciclopedia Álvarez han pasando a
convertirse en algo entrañable, en ediciones de culto, siempre ligados a
recuerdos inevitablemente nostálgicos.


UNA INICIATIVA DE DON ANTONIO ÁLVAREZ PÉREZ, MAESTRO NACIONAL


La idea de la Enciclopedia se le ocurrió a un maestro nacional,
don Antonio Álvarez Pérez, que ejercía como tal en la ciudad de Zamora
en los años 40. Nacido en 1921 en la pequeña población zamorana de
Ceadea de Aliste, realizó estudios de magisterio, siendo destinado a
Asturias en 1940, donde permaneció ejerciendo como docente durante
cuatro años. Conseguida una plaza por oposición, regresa a su tierra en
1944, comenzando a dar clases en Zamora cuando tiene 23 años. A pesar de
su juventud, su metódica personalidad le hace pensar en la creación de
un manual que fuese un soporte fácil de adaptar a los escolares de
aquella época, que carecían de ello, poniéndose manos a la obra en la
compilación de contenidos de todas las materias, adaptadas a los
distintos ciclos escolares, realizando un gran ejercicio de síntesis y
claridad en la redacción sobre los conocimientos básicos a impartir,
tanto para los maestros como para los alumnos. Se cuenta que fueron
algunos maestros, compañeros suyos de docencia, los que le animaron a
recopilar en un manual los trabajos que elaboraba para el desempeño de
su propia tarea, en los que admiraban la meticulosidad y la ordenación
sistemática de las enseñanzas. En el momento en que se dedicaba a esta
actividad, contrajo matrimonio en 1949 con doña Magdalena Hernández
Nieto, con la que tendría tres hijos.


Terminada de redactar la obra, esta fue presentada, como era
preceptivo, a la censura eclesiástica de Zamora, obteniendo el “Nihil
obstat” el 4 de marzo de 1952 del censor Dr. Serapio Orduña. Con gran
esfuerzo consiguió que en 1952 don Eduardo López, dueño de la Editorial
Elma de Zamora, sacara la primera edición de la Enciclopedia de Primer
Grado, obra muy bien recibida por los maestros.


A continuación solicitó el permiso al Ministerio de Educación
Nacional para ser usado como texto en las escuelas, obteniendo la
aprobación en 1955. El 5 de marzo de ese año obtiene el “Imprimatur”
(permiso para ser impreso), otorgado por Eduardo, obispo de Zamora, y el
22 de agosto fue publicada la aprobación en el Boletín Oficial del
Estado. Pero el camino no era fácil, a las trabas oficiales, comunes a
todas las iniciativas en aquellos años, tuvo que sumar el rechazo de
varias editoriales madrileñas.


A partir de entonces el proyecto conoció un nuevo escenario, ya
que en 1956 don Antonio Álvarez fue destinado a Valladolid, donde
ejerciendo como director de un centro continuó su labor docente sólo
durante dos años, ya que su empeño en la confección del libro de texto
le obligó a pedir una excedencia para dedicarse a los trabajos de la
publicación que proyectaba experimentar en su propio colegio. Por
entonces se puso en contacto con editoriales, maestros e inspectores a
los que solicitó sugerencias. Al poco tiempo la enciclopedia ya estaba
estructurada, contando con numerosos dibujos, excesivamente simples pero
muy eficaces, realizados por el propio autor para ilustrar y facilitar
la comprensión de los contenidos, siendo esta una de las aportaciones
que hacen inconfundible la obra.


LA ENCICLOPEDIA ÁLVAREZ COMO MANUAL DE UNA ÉPOCA


Finalmente, la “Enciclopedia de Primer Grado”, que tomó el
apellido de su autor, fue publicada en 1956 por la Editorial Miñón de
Valladolid, constituyendo un éxito editorial en ámbitos docentes.
Antonio Álvarez incluía en la portada de su enciclopedia el subtítulo de
“intuitiva, sintética y práctica” y señalaba en el prólogo que su
objetivo era el “facilitar el trabajo del Maestro y lograr que el alumno
se eduque y se instruya con el menor esfuerzo posible”. Entre sus
apartados, dirigidos a niños de hasta 7 años, se encontraban Doctrina
Cristiana, Historia Sagrada, Evangelios, Lengua Española, Aritmética,
Geometría, Geografía, Historia de España, Ciencias de la Naturaleza y
Dibujo, pero también incluía Formación Político-social (diferente para
niños y niñas), Higiene y Lecciones Conmemorativas, disciplinas
adaptadas e impuestas por el ideario franquista.

Poco después se complementó con otras ediciones dedicadas al
parvulario y a los ciclos siguientes. Aparecen entonces “El Parvulito”,
el primer libro de texto de todo alumno, la “Enciclopedia de Segundo
Grado”, para niños entre 7 y 12 años, la “Enciclopedia de Tercer Grado”,
para escolares de 12 a 15 años, y finalmente la “Enciclopedia de
Iniciación Profesional”. Estas grandes compilaciones, que tiempo después
pasarían a ser ilustradas por dibujantes profesionales de las
editoriales, se completaron en sus años de oro con las célebres
“Cartillas Álvarez”, destinadas al aprendizaje de la lectura y
escritura, todo ello comercializado por la editorial vallisoletana.


La trascendencia de las Enciclopedias Álvarez en la primera
enseñanza de la época fue decisiva, siendo utilizadas, hasta la última
edición de 1966, por más de ocho millones de niños de todo el país. Como
manual de estudio logró copar el 80% de los utilizados en España,
llegando a conocer en sus diez años de andadura hasta 130 ediciones,
siendo cifrados en 22 millones los ejemplares vendidos.


El año 1973, después de la aprobación de la nueva Ley General de
Educación, las Enciclopedias Álvarez desaparecieron definitivamente de
los colegios, pasando a ser utilizados distintos libros de texto para
cada asignatura, una labor en la que Antonio Álvarez colaboró orientando
a los nuevos autores. Treinta años después, el 14 de agosto de 2003 el
célebre autor alistano moría en Alicante.


Pasado el tiempo, debido a su componente nostálgico, las
Enciclopedias Álvarez han llegado a convertirse en ediciones codiciadas
por coleccionistas bibliófilos, hasta el punto que la editorial Edaf
viene realizando desde 1997 ediciones facsímiles con notable éxito. La
mítica Enciclopedia Álvarez quedaría ligada a la historia de España
durante el franquismo, así como la impresión y distribución masiva de
los ejemplares de la Editorial Miñón a la historia del Valladolid de
postguerra.


Autor: J. M. Travieso. En este enlace buenisimo: http://domuspucelae.blogspot.com.es/2010/02/historias-de-valladolid-la-enciclopedia.html


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