viernes, 30 de septiembre de 2016

Plegaria y Liturgia en el Judaísmo - Página 1

Plegaria y Liturgia en el Judaísmo - Página 1



PLEGARIA Y LITURGIA EN EL
JUDAISMO - Página 1

Ir a: TEXTO HEBREO, FONÉTICA
Y TRADUCCIÓN
Ir a: INTRODUCCION
Ir a: EL ORIGEN DE LA SINAGOGA
Ir a: LA SINAGOGA COMO
INSTITUCION ?
Ir a: EL MERITO DEL REZO
COLECTIVO
Ir a: HEBREO - El idioma de
las oraciones judías
Ir a: RESPUESTAS DURANTE LOS
REZOS
Ir a: DISPOSICIONES RELATIVAS
AL SERVICIO DE ORACIONES
Ir a: SIGNIFICADO DE
LAS BENDICIONES
Ir a: IMPORTANCIA DE LAS TRES
TEFILOT DIARIAS
 
Ir a: La
Tefilá tiene el valor de los sacrificios
Ir a: Profundidad
de la Tefilá
Ir a: Preparativos
para la Tefilá
Ir a: El
Minián, santidad de la Sinagoga
Ir a: ORDEN DE LAS ORACIONES
EN CADA SERVICIO (esquema general)
Ir a: AL DESPERTARSE
Ir a: TEFILA DE LA MAÑANA -
SHAJRIT
Ir a: LAS BENDICIONES DE LA
MAÑANA
Ir a: BENDICIONES SOBRE LA
TORA
Ir a: LA BENDICION SACERDOTAL
Ir a: SEGUNDA SECCION DE LA
PLEGARIA MATUTINA

- Ma Tovú Ohaleja . . .
Cuán bellas son Tus tiendas...

- Yehí Ratzón Milefaneja . . . Sea Tu voluntad...

- Adón Olam . . . Soberano del Universo ...

- Yigdal ... Engrandecido sea ...

- Leolam Yehí Adam . . . Siempre ha de ser el hombre
temeroso de D-os ...
Ir a: EL SACRIFICIO DE ISAAC -
LA AKEDA
Ir a: LA PLEGARIA DESPUES DE
LA AKEDA - SOBERANO DEL UNIVERSO
Ir a: SHEMA ISRAEL -
Introducción al Primer Shemá
Ir a: EL SHEMA ISRAEL Y SUS
BENDICIONES
Ir a: LECTURA SOBRE LOS
SACRIFICIOS OFRECIDOS: KORBANOT Y KETORET
Ir a: ORDEN DEL SERVICIO
DIARIO EN EL BET HAMIKDASH
Ir a: LA PLEGARIA DE RABI
NEJUNIA - ANA BECOAJ
Ir a: MISHNA ZEVAJIM (EIZEHU
MEKOMAN)
Ir a: LA BERAITA DE RABI
ISMAEL
Ir a: ZEMIROT Y PESUKEI DE
ZIMRÁ
** texto hebreo y traducción en
elaboración**


- Hodú (dar gracias)

- Salmo 30 "el puente"

- Baruj she´amar

- Salmo 100 (Mizmor LeTodá - cántico de acción de
gracias)

- Yehí Jevód - el preámbulo al Ashré

- Ashré - Salmo 145

- Salmos 146 - 150

- La Bendición de David

- La Canción del Mar

- Yishtabaj

- Nishmat (el alma de) - la adoración del cántico
Ir a: KADISH
Ir a: AMIDA - SHEMONE ESRE -
Las Dieciocho Bendiciones

- Elohai Netzor - Mi D-os, cuida mi lengua

- Havinenu - El Shemoné Esré condensado

- Kedushá - Santificación - Adición a la Amidá
Ir a: TAJANUN - SUPLICAS

- Ashamnu - Vidui

- Los Trece Atributos de la Misericordia Divina - Las 13
Midot

-
Nefilát Apáyim - Salmo 25

- Vehú Rajúm

- Va´anájnu lo nedá

- Lamnatzéaj - Salmo 20

- Uvá L´Sión Goel - Un Redimidor vendrá a Sión
Ir a: CANCION DEL DIA ***
a partir de aquí páginas en edición ***
Ir a: EIN
KELOHEINU
Ir a: ALENU
Ir a: TEFILA DE LA TARDE -
MINJA
Ir a: TEFILA DE LA NOCHE -
ARBIT
Ir a: LAS BERAJOT EN DIVERSAS
OCASIONES
Ir a: TZITZIT
Ir a: TEFILIN
Ir a: BERAJOT SOBRE LA COMIDA
Ir a: PLEGARIAS EN EL HOGAR
Ir a: AGRADECIMIENTO DESPUES
DE LA COMIDA - Bircat Hamazón
Ir a: KABBALAT SHABAT
Ir a: EL SHABAT
Ir a: YOM TOV
Ir a: JOL HAMOED
Ir a: PESAJ
Ir a: SHAVUOT
Ir a: LAS TRES SEMANAS
Ir a: EL MES DE ELUL
Ir a: ROSH HASHANA
Ir a: KIPUR
Ir a: SUCOT
Ir a: SHEMINI ATSERET
Ir a: SIMJAT TORA
Ir a: ROSH JODESH (Principio
del mes)
Ir a: JANUCA
Ir a: PURIM
Ir a: ORACIONES PARA OCASIONES
ESPECIALES
 
Ir a: El
nacimiento y nombramiento de un niño
Ir a: Redención del
primogénito
Ir a: Bar Mitzvá
Ir a: Matrimonio
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Hogar
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Ir a: Duelo
Ir a: Visita a la
tumba de seres queridos
Ir a: PARASHA Y HAFTARA
SEMANAL
Ir a: CALENDARIO DE
FESTIVIDADES HASTA EL AÑO 2050
Ir a Festividades FESTIVIDADES
Fuentes:


  • Nisán
    Mindel: En cuanto a mi... - Mi Plegaria, un
    comentario sobre las oraciones diarias. Kehot
    Publication Society, División Sudamericana Tzerei
    Agudat Jabad. Buenos Aires, Argentina 1977.
  • Rabi
    Hayim Halevy Donin: Rezar como Judío, guía para el
    libro de oraciones y el culto en la sinagoga.
    Editorial Eliner. Departamento de Educación y
    Cultura Religiosa para la Diáspora de la
    Organización Sionista Mundial. Jerusalem1986.
  • David de
    Sola Pool: Book of Prayers, according to the custom
    of the spanish and portuguese jews. Segunda edición.
    Union of Sephardic Congregations. New York 1986.
  • Ritual de
    Oraciones "Pataj Eliyahu", rito sefardí,
    editado por José Elías Charbit. Les Editions Colbo,
    Paris 1978.



INTRODUCCION


En esta
página se continuará con el trabajo compilativo de textos
de varios autores, esta vez sobre la plegaria y la liturgia
en el judaísmo. Lo innovativo aquí es publicar el texto
hebreo en pequeños archivos gráficos que pueden ser a su
vez copiados y utilizados por el interesado como lo desee.
Este texto hebreo va acompañado con una fonética y
correspondientes comentarios destinados al público hispano.
El trabajo necesario para culminar este amplio tema del
judaísmo es enorme, lo que implica que se hará disponible
poco a poco. A continuación se empezarán a explicar algunos
conceptos básicos.



La Oración -Tefilá-
es el lazo que une a D-os con su pueblo Israel, es el punto
de encuentro entre D-os y el hombre. La Tefilá opera un
fenómeno de reciprocidad, D-os se acerca a todo aquel que
aspira a ascender a El. De este acercamiento mútuo nace el
contacto y se opera perfectamente el apego del hombre con el
Creador.



.Gracias a este encuentro entre D-os y el
hombre, la Tefilá de un corazón sincero tiene la
fuerza de elevar a la persona a un nivel que el
espíritu humano aún profético no puede alcanzar.
El Talmud nos relata que los hombres más fervientes
de tiempos antiguos se concentraban durante una hora
antes de la oración, a fin de prepararse al
encuentro con la Divinidad. En nuestra oración con
corazón sincero atraemos sobre nosotros la presencia
Divina -Shejiná- que va a
asistirnos.
Grandes justos vieron sus oraciones
recibidas por medio de hechos sobrenaturales. Por
medios naturales procuramos nuestra subsistencia, nos
protegemos de los males y curamos nuestras
enfermedades, entre otros ejemplos. Aparentemente
entonces el éxito es el resultado de nuestra
iniciativa.




. .
Sin
embargo, debemos compenetrarnos en la convicción que
en el fondo sólo actúa, para todo, la voluntad de
D-os para procurarnos nuestra subsistencia, para
protegernos o para curarnos. Lo expresado parece
contradictorio, se nos pide actuar, invertir el
máximo de nuestras posibilidades, pero con la
convicción de que todo resultado no depende de
nuestros esfuerzos, sino del Decreto Divino. El justo
trasciende todas las contradicciones suscitadas por
la limitada capacidad humana de percibir
completamente la realidad. El justo ve claramente la
mano de D-os en todos sus caminos y confía en El.
El
Sidur Tefilá o Seder Tefilá
o simplemente como es
conocido Sidur, es el libro de oraciones
judías cotidianas. El Majzor, es el Sidur
destinado únicamente para los días de fiesta y los Días
Solemnes, Majzor significa ciclo, debido a que algunas de las
oraciones que contiene se recitan sólo en una determinada
estación del año.



El Sidur es el
texto religioso judío de más amplia circulación, que
sobrepasa incluso a la de la Biblia en hebreo. Es publicado
en numerosos países y traducido a diversos idiomas, por lo
general estas traducciones están impresas enfrentando los
dos textos: el original hebreo y el de la traducción, o uno
debajo del otro (de forma parecida se hará aquí). Muchos
comentarios sobre el Sidur fueron escritos por grandes
eruditos judíos. En la mayoría de las escuelas judías el
Sidur es el libro de texto utilizado para prácticas de
lectura hebrea una vez que los alumnos han aprendido el
alfabeto hebreo. Si en un hogar judío se encuentra algún
texto religioso hebreo este es seguramente el Sidur.



El Sidur es un
vasto depósito de todos los principios de la fe judía, un
registro de las grandes victorias y de las derrotas trágicas
que Israel conoció en su larga historia. Es un testimonio de
las aspiraciones y esperanzas del pueblo judío a través de
los tiempos. Es testigo de las alturas morales y éticas a
las que el judaísmo aspiró y alcanzó. El Sidur proporciona
un conocimiento profundo de la vida cotidiana judía así
como de las ocasiones especiales y las festividades del
calendario judío. Contiene pasajes bíblicos que se remontan
a 3.300 años de antiguedad. La mayoría de las oraciones
están santificadas por sus orígenes bíblicos y
talmúdicos, pero también se pueden encontrar pasajes que
fueron escritos y añadidos más tarde.



El Sidur es
estudio tanto como rezo. Es instrucción moral y guía ética
así como súplica para las necesidades personales. Subraya
los deberes del hombre tanto como sus derechos. Es el
registro por excelencia de las relaciones de Israel con D-os.



El
Otro Lado del Sidur - El verdadero Sidur, por Yerachmiel
Tilles:
Simon
Wiesenthal, el famoso cazador de Nazis, una vez dio una
conferencia en el Congreso de Rabinos europeos en
Bratislava, Eslovaquia. Los rabinos entregaron a
Wiesenthal, de 91 años, un premio y el Sr. Wiesenthal,
visiblemente conmovido, les contó la siguiente historia:
 Sucedió en Mauthausen, poco después de la
liberación. El campamento recibió la visita del Rabino
Eliezer Silver, Director de Agudat HaRabanim (Unión de
Rabinos Ortodoxos de América del Norte), que llegaba con
la misión de ofrecer ayuda y confortar a los
sobrevivientes. Rabí Silver también organizó un
Servicio especial, e invitó Wiesenthal a unirse a los
otros sobrevivientes en la Plegaria. Simón Wiesenthal
rechazó la invitación, y le explicó por qué.
“En el
campamento,” Weisenthal dijo al Rabino Silver,
“había un hombre religioso que de algún modo se
las arregló para pasar de contrabando un Sidur (Libro de
Rezos). Al principio, admiré terriblemente al hombre por
su valor- ya que había arriesgado su vida para traer el
Sidur al campo. Pero al otro día comprendí, para mi
horror, que este hombre ‘alquilaba’ este Sidur
a la gente a cambio de comida. Estos judíos le
entregaban su último pedazo de pan, para poder tener
durante unos minutos el Libro de Rezos. Este hombre, que
estaba muy delgado y enflaquecido cuando empezó con todo
este tema, llegó a comer tanto de pronto, que murió
antes que todos los demás pues su sistema digestivo no
pudo adaptarse.”
Simón
Wiesenthal continuó: “Si así es cómo los judíos
religiosos se comportan, no tengo nada que hacer con un
Libro de Plegaria.” Cuando Wiesenthal se volvió
para alejarse, Rabí Silver lo tocó suavemente en el
hombro y le dijo en idish:
“Du
dumer" (hombre tonto). ¿Por qué miras al judío
que utilizaba su Sidur para sacar la comida de las bocas
de gente hambrienta? ¿Por qué no miras a los muchos
judíos que dieron su último pedazo de pan para poder
usar un Sidur?
Eso es fe. Ese es el
verdadero poder del Sidur” y luego, el Rabino Silver
lo abrazó.
-”Al
otro día concurrí a los Servicios” dijo
Wiesenthal.



Las Plegarias
-

Existen cuatro tipos de plegarias contenidas en el Sidur. La
plegaria de petición, considerada por la mayoría de la
gente como la verdadera naturaleza y finalidad de toda
oración, no es más que uno de los cuatro tipos de
plegarias. Los otros tres tipos de oraciones son las de
agradecimiento, las de alabanza a D-os y las plegarias que
básicametne son de introspección y de confesión, por lo
tanto rezar puede traducirse también por "juzgarse a
sí mismo".



Las oraciones
clásicas y los servicios rituales estructurados han
resistido la prueba del tiempo. En todas las generaciones los
judíos han continuado hallando sentido y contenido a las
palabras compuestas hace tres mil años, ya que la naturaleza
del hombre y la condición humana han permanecido constantes.
Las plegarias judías han demostrado ser oportunas en cada
momento, así como permanentes y duraderas a través de los
tiempos.



Qué es lo que
hace judía a la oración judía? Es el hecho de utilizar el
idioma hebreo de la Biblia y de expresar los valores
fundamentales del pueblo judío al afirmar los artículos
básicos de la fé judía. Todo lo que tiene de peculiar la
teología judía, todo lo que tienen de especial los valores
judíos, todo lo que tiene de singular la historia judía, lo
tienen también las plegarias judías.



La
búsqueda de la espiritualidad
ya desde los
comienzos de la historia de la humanidad consistía la
ofrenda de sacrificios la base del culto a la divinidad.
Recién cuando Abraham hace su pacto con D-os surge un pueblo
que rompe con los ídolos paganos, con las múltiples
deidades y con los sacrificios humanos, para dedicarse a
adorar al D-os Unico en la forma después conocida como
judaísmo. Aún cuando el acto del sacrificio siguió siendo
la forma admitida para expresar agradecimiento, para celebrar
las festividades y para obtener el perdón divino, la
adoración a D-os no se limitó solamente a la inmolación de
sacrificios. Puras plegarias, no vinculadas a la ofrenda de
sacrificios fueron ya pronunciadas por los Patriarcas de
Israel. Las plegarias también servían para acompañar y
embellecer los sacrificios rituales. Las personas que traían
ofrendas al Templo de Jerusalem debían recitar plegarias
confesionales. También los que traían las ofrendas de las
primicias y el diezmo recitaban plegarias especiales. Los
Levitas en el Templo entonaban versículos del Libro de los
Salmos y los sacerdotes pronunciaban regularmente la
Bendicion Sacerdotal así como otras plegarias. Los
representantes del pueblo que se encontraban en el atrio del
Templo, se unían a los servicios con diversas respuestas.
Maimónides explica que únicamente el tiempo para las
oraciones, el contenido de las mismas y el número de
servicios de oraciones fueron establecidos posteriormente por
los rabinos, pero la obligación básica de rezar es una
exigencia de la Torá que se llevó a cabo desde el
principio. Este criterio se fundamenta en la interpretación
que la Tradición Oral hace del versículo bíblico: "Y
sirviendo al Señor, vuestro D-os, con todo vuestro
corazón" (Deuteronomio 11:13). Y cómo es que se sirve
al Señor con el corazón? Mediante el rezo.
[ índice
plegaria y liturgia
]


EL ORIGEN DE LA
SINAGOGA



Según la
mayoría de los eruditos, el origen de la sinagoga se remonta
al exilio en Babilonia en el siglo VI a.e.c, cuando la
nación desterrada, privada de su Templo y de sus sacrificios
rituales se reunía los sábados y los días festivos para
recitar sus oraciones y escuchar los mensajes de sus profetas
y sus maestros. Cuando los judíos retornaron del exilio de
Babilonia, trajeron consigo a la Tierra de Israel la
tradición de esas congregaciones regulares para rezar.
Incluso cuando se reconstruyó el Segundo Templo y se
restableció el sistema de sacrificios, se continuaron
realizando servicios de oraciones en las ciudades y aldeas,
estableciendo así sinagogas coexistentes con el Templo
central de Jerusalem. Otros expertos afirman sin embargo, que
la sinagoga puede haber tenido su origen remoto en el sistema
denominado "Maamadot" que fué establecido -según
la Mishná- por los primeros profetas en los primeros días
del Primer Templo. Este sistema estableció originalmente en
forma regular, sacrificios de rogativas en las ciudades y
aldeas de todo el país. Las "Maamadot" era un
sistema que establecía la representación del pueblo en
general en el Templo durante el servicio diario de ofrendas,
aun cuando no se le permitía desempeñar funciones
sacerdotales o de los levitas, la Torá establece que los
sacrificios deben ser ofrecidos por el pueblo. Las
"Maamadot" ofreció un sistema efectivo de
representación del pueblo en el ritual de los sacrificios en
el Templo.



Los sacerdotes
y los levitas estaban divididos en veinticuatro guardias o
turnos de servicios -Mishmarot- que se alternaban en el
servicio de los sacrificios en el Templo. Cada guardia
-Mishmeret- era responsable por una semana de servicio cada
seis meses. Asimismo, el país estaba dividido en
veinticuatro distritos. Cada distrito designaba una
delegación de israelitas distinguidos, conocidos por su
piedad y devoción, para representarlo en las ofrendas
públicas. La gente electa para integrar estas delegaciones
era denominada "anshei maamad" -gente de posición-
aplicándoseles este título por ser delegados para estar
presentes y observar el ritual del Templo.



Cada distrito
estaba ligado a una de las veinticuatro guardias o mishmarot.
Cuando llegaba el turno de un distrito, sus representantes
que estaban en condiciones de viajar acudían a Jerusalem
junto con los sacerdotes y los levitas de la guardia
-mishmar- correspondiente y asistían personalmente a los
procedimientos del servicio ritual. Se reunían también para
leer capítulos del libro del Génesis y para recitar
plegarias y rogativas. Los "anshei maamad" que por
alguna razón no estaban en condiciones de viajar a Jerusalem
la semana que les correspondía, dejaban sus labores durante
toda esa semana y se reunían diariamente en un lugar central
para rezar y para leer las Escrituras. Dos de estas
congregaciones diarias para rezar; la de la mañana
-shajarit- y la de la tarde -minjá-, concidían con las
horas de los dos sacrificios cotidianos en el Templo. Había
también una congregación adicional -musaf- a mediodía que
no tenía relación con sacrificio alguno en el Templo, y una
congregación de rezos al final del día "Neilá"
-clausura de los portones-.



Las oraciones
que se recitaban correspondían en su mayor parte a los
Salmos que se entonaban al mismo tiempo en el Templo de
Jerusalem. Si se contaba con la presencia de un Cohén
-sacerdote- éste cerraba la reunión diaria de oraciones
recitando la Bendición Sacerdotal -Bircat Cohanim- tal como
se hacía en la misma hora en el Templo de Jerusalem. Las
congregaciones de rezos de estas delegaciones, tanto en el
Templo como en sus respectivas localidades, eran denominadas
"maamadot" -plural de "maamad"-. Si bien
estas congregaciones de rezos se realizaban en cada localidad
solamente durante dos semanas al año, era la primera vez en
la historia judía que tenían lugar servicios de oraciones
realizados en forma regular y sobre una base cotidiana. Y
aún cuando inicialmente sólo los anshei maamad participaban
en estas reuniones, con el correr del tiempo las
congregacones de rezos atraerían mayor cantidad de gente que
se les unía para rezar.



La influencia
de las Maamadot perduró mucho tiempo después de la
destrucción del Segundo Templo y de la desintegración del
sistema. Pero la gente piadosa solía demorarse en las
sinagogas después de las oraciones diarias para leer las
porciones de las Sagradas Escrituras -del libro del Génesis-
que anteriormente eran leídas por los anshei maamad.
[ índice
plegaria y liturgia
]


LA
SINAGOGA COMO INSTITUCION
?


Una sinagoga
es cualquier edificio o habitación destinada a la plegaria.
Ese ha sido siempre y todavía sigue siendo su objetivo
primordial. Sin embargo, en toda la literatura rabínica
solamente una vez es denomanada como Casa de Oración. Desde
sus comienzos mismos hasta hoy ha sido generalmente designada
como Beit Knéset, que literalmente
significa Casa de Congregación o Casa de Reunión. El
término griego para una casa judía de oración -del cual
deriva la palabra sinagoga- es de hecho la traducción
literal de Beit Knéset. El nombre hace referencia a su vez a
la realización de otras actividades sociales en ella,
además de ser un lugar para el culto en público.



El papel
adicional más notable que tiene es el de centro para
estudios religiosos, especialmente para adultos. De aquí que
el término Beit Midrash, Casa de Estudio,
se transformó en sinónimo casi de Beit Knéset. El Beit
Midrash pudo haber sido una habitación separada integrada al
Beit Knéset, o el mismo lugar utilizado para ambos
propósitos.



El estudio de
la Torá durante toda la vida fue siempre alentado, y ha
ocupado un lugar incluso superior al de la misma oración ya
que se considera que el estudio de la Torá es equivalente a
todos los mandamientos de la Torá, llegando a convertirse en
parte misma del servicio de oraciones. El papel de la
sinagoga como Beit Midrash -lugar para la continua educación
judía durante toda la vida- permaneció constante. La
lectura pública de la Torá, la pronunciación semanal de un
sermón -Drashá- o la lectura de las exégesis de los Sabios
-práctica que se remonta a los comienzos de la época
talmúdica- constituyen parte del programa de estudios que se
convirtió en parte integral del servicio.



La sinagoga ha
servido también a menudo como centro para la educación
formal de la niñez con una escuela elemental -Beit
Sefer-
donde se enseñaban las Escrituras, así como
una escuela secundaria -Beit Talmud- para la
juventud, donde se debía enseñar Mishná. Sin embargo, esta
función se modificó a través de los siglos y se hizo
diferente en cada país y en cada comunidad.



Como una
extensión de sus funciones educacionales, la sinagoga local
proveía también los servicios de una biblioteca religiosa
para el uso de la comunidad. Ya sea a propósito, o por el
hecho de que la sinagoga fue generalmente el único edificio
público de la comunidad, era también el lugar donde se
efectuaban las reuniones y asambleas de la misma y donde se
discutían los asuntos de la vida diaria de la comunidad,
también servía como organismo de servicio social mediante
la colecta de fondos y para dispensar la caridad a los
pobres, préstamos a los necesitados y para organizar o
proporcionar hospitalidad a los viajeros. También albergaba
generalmente al tribunal rabínico local conocido como el -Beit
Din-
.



Aunque el
nombre de Beit Knéset refleja más exactamente que el
término de Beit Tefilá (Casa de Oración), el amplio campo
de actividades que tradicionalmente llevara a cabo la
sinagoga, la tradición adjudica a la sinagoga también gran
santidad. Los Sabios la consideraron en segundo lugar
después del Templo, y se refirieron a ella con todas sus
habitaciones como el "Pequeño Santuario" -Mikdash
Meat-
. La sinagoga ha desempeñado un papel vital
para fomentar y fortalecer la fe de Israel además de ser
fuerza social que da coherencia a la comunidad judía.



A pesar de
haber sido siempre una institución central en la vida
judía, la sinagoga nunca fue sinónimo de judaísmo. Existen
sinagogas, pero no se puede hablar de La Sinagoga como la
institución autorizada de la fe. El judaísmo no está
encarnado en ninguna institución, sino en la Torá, tanto la
Escrita como la Oral. En cierto momento la Suprema Corte
Religiosa -Sanhedrín- ejerció una
autoridad centralizada. Pero en los 18 siglos posteriores esa
autoridad se difundió entre los dirigentes rabínicos de las
diversas comunidades. La sinagoga es un lugar sagrado
únicamente en virtud del uso al que se la destina: oraciones
y estudios religiosos. Como institución cumple ciertas
funciones exigidas por la fe. Más aún, el funcionamiento de
una sinagoga no depende de un sacerdocio. Cada aspecto del
servicio religioso pueder ser, y por lo general es así,
conducido por los mismos laicos si poseen el conocimiento y
la instrucción necesarias para hacerlo. La administración y
el mantenimiento de la sinagoga está generalmente a cargo de
los laicos que se ofrecen voluntariamente o son elegidos para
esos puestos directivos. Aunque es preferible y usual que una
congregación contrate los servicios de un rabino para que
proporcione guía, dirección y liderazgo religioso a la
comunidad, existen sinagogas, especialmente en las
comunidades pequeñas, que funcionan sin rabino.
Tradicionalmente el rabino tiene como tarea servir a la
comunidad, no a una sinagoga.



Las sinagogas
como instituciones autónomas se establecen,
se organizan, se mantienen y se controlan localmente por
cualquier grupo de judíos que deseen tener una sinagoga para
ellos. Cada sinagoga es independiente de las otras y está
gobernada por un grupo de funcionarios electos y una
comisión directiva. Aunque cada sinagoga está limitada en
esencia por los códigos de la Ley Judía en sus prácticas
rituales, no hay nada que impida a cualquier sinagoga
establecer su propia política y sus propios procedimientos,
tanto en asuntos rituales como en los de carácter general.
Existen organismos nacionales de sinagogas con los cuales
están identificadas la mayoría de las mismas, pero esas
asociaciones son totalmente voluntarias y no tienen el poder
de imponer sus decisiones a las congregraciones locales (la
situación difiere en Inglaterra donde la dirección central
de las sinagogas posee mayores poderes). Los judíos
ortodoxos, en los rituales de sus sinagogas y en los
procedimientos, se siente ligados por las leyes de oraciones
y por los procedimientos sinagogales formulados por los
códigos judíos de leyes. Los fallos de sus rabinos en todos
los asuntos rituales se aceptan como obligatorios. La
influencia y la actitud del rabino es casi siempre un factor
poderoso, pero la libertad para elegir a un rabino que se
identifique con las opiniones de la congregación significa
que tal inflkuencia es a veces, aunque no siempre, más
teórica que efectiva. La congregación tiene la última
palabra en la libertad de elección de sus rabinos.



Cualquier
judío es libre de entrar y unirse a la congregación para
rezar en cualquier sinagoga, independiente de su propio nivel
de observancia o de su grado de devoción religiosa. Sin
embargo, en el marco de la experiencia americana, la
diferencia entre afiliarse a una sinagoga y simplemente rezar
en una de ellas debe ser comprendida por el no iniciado. Es
posible que una persona se afilie y sea un miembro de una
sinagoga sin que ni siguiera asista a ella para rezar, y es
posible que una persona rece en forma regular en una sinagoga
sin ser miembro de la misma. Ser miembro de una sinagoga
americana es considerado más una cuestión de afiliación
que una cuestión de práctica religiosa. Ser miembro implica
el pago de una suma determinada como cuota anual. Las cuotas
son la principal fuente de ingresos para la mayor parte de
las sinagogas que les permite funcionar durante todo el año.
Ser miembro de una sinagoga expresa la voluntad de apoyar y
mantener financieramente esa institución religiosa (un
impuesto voluntario si así se quiere interpretar) y refleja
el deseo de ser considerado como miembro de una comunidad con
orientación religiosa. No indica necesariamente la
observacia personal o un nivel de devoción religiosa. Esto
último puede ser juzgado por otros criterios tales como la
regularidad con que una persona acude a rezar, el grado de
observancia de las mitzvot y las normas ético-morales con
las que una persona se conduce.



Debido a que
la afiliación implica el pago de cuotas, siempre hay
personas que no pueden afrontar esas erogaciones o que no
desean gastar dinero en esos asuntos. Allí donde las
comunidades judías tienen poder de imponer contribuciones,
siendo parte de las mismas recaudadas de todos -salvo de los
más indigentes- se destinan entonces al mantenimiento de la
sinagoga local y no es necesaria la cuestión del pago de
cuotas directas de afiliación.



Con excepción
de los dos días de Rosh Hashaná y del día de Yom Kipur, en
que casi todos los miembros de una sinagoga asisten a los
servicios que se realizan en ella y el limitado número de
asientos en cada una restringe el número de personas que
pueden ser ubicadas en ella, se tiene que limitar entonces la
adjudicación de asientos a los miembros que mantienen la
sinagoga, pero aquellos que incluso no están afiliados a
ninguna sinagoga y que no contribuyen al mantenimiento de la
institución durante todo el año, no son excluídos de
concurrir a ella y pueden rezar sin cargo alguno durante el
resto del año. Prácticamente no existe ninguna sinagoga que
no adopte disposiciones especiales para acomodar a las
perosnas indigentes, inclusive en los días de las grandes
solemnidades.



Debido a que
la ley judía no permite manipular dinero en sábado y en las
festividades, no se practica en las sinagogas la colecta de
dinero -o pasar un platillo, pero en los servicios matutinos
de los días de semana, se acostumbra sin carácter
obligatorio, que los asistentes depositen algunas monedas en
una alcancía de caridad.



Las personas
de otras religiones siempre son bienvenidas a una sinagoga en
cualquier momento si desean observar un servicio. No se
requiere ninguna disposición especial, salvo para las
Grandes Solemnidades -Rosh Hashaná y Yom Kipur- y ello por
lo ya señalado anteriormente.



Los
elementos rituales
contenidos en una sinagoga grande
o pequeña constan de:



  • El Arca
    Sagrada -Arón HaKodesh- es un
    armario o una cavidad en la pared en la que se
    guardan los rollos de la Torá -Sifrei Torá-.
    La cortina que cubre el Arón HaKodesh- se denomina "Parojet".
    El Arón HaKodesh se ubica en la pared orientada
    hacia el este, en dirección a Eretz Israel y las que
    se encuentran en Israel, en dirección a Jerusalem.
  • Luz
    Eterna -Ner Tamid- es una lámpara
    colocada sobre y un tanto delante del Arca Sagrada.
    Está permitido que esté encendida permanentemente.
    Es un símbolo de la indicación bíblica "para
    hacer arder continuamente las luminarias del
    candelabro, en el tabernáculo, del lado de acá del
    velo que están delante del Arca del Testimonio.
  • Bimá
    es la plataforma, tradicionalmente ubicada delante
    del Arca, sobre la que se coloca una mesa -Shulján-
    desde donde se lee la Torá a la congregación y el
    oficiante o cantor litúrgico conduce los servicios
    de la congregación. En las sinagogas ashkenazitas se
    encontrará un atril adicional -Amud-
    entre la Bimá y el Arón HaKodesh, a un nivel más
    bajo, en consideración al versículo "De lo
    profundo Te invoco" (Salmos 130:1), y desde el
    que se conducen algunos servicios.
  • Aunque no
    es esencial, se suele colocar en un lugar prominente
    cerca del Arón HaKodesh o de la Bimá un candelabro
    -Menorá- que puede constar de 6 u 8 brazos a fin de
    no duplicar la Menorá del Templo.
  • Como
    elementos adicionales pueden encontrarse vidrieras de
    colores, inscripciones en las paredes, tallas,
    pinturas que pueden expresar muchos temas religiosos
    y reflejar una amplia gama de símbolos religiosos y
    objetos rituales. La restricción principal en esas
    manifestaciones artísticas es la prohibición de
    representar la figura humana en la sinagoga.
Una sección
especial para mujeres -Ezrat Nashim- es un
rasgo antíguo y característico de la sinagoga tradicional.
Sigue la estructura establecida en el Templo de Jerusalem,
que provenía una ezrat nashim para evitar toda ligereza,
falta de decoro o conducta inadecuada entre ambos sexos que
pudieran tener lugar entre las multitudes que acudían al
Templo Sagrado.



Fuera de las
restricciones que se refieren a la disposición interior de
una sinagoga, impuestas por la necesidad de establecer la
ezrat nashim y por la posición del Arón HaKodesh y la
Bimá, no existen otras exigencias arquitectónicas
específicas para el interior o el exterior del edificio. De
esta manera a menudo las sinagogas han brindado oportunidades
para el desarrollo de la creatividad artística y
arquitectónica.



El
personal de la sinagoga
consiste en el Rabino
(o Rav como es llamado en hebreo) que es el guía espiritual
de la comunidad. Su ordenación religiosa se denomina
"Semijá". La rigurosa preparación para el
desempeño de sus funciones, sus profundos conocimientos de
la Torá, del Talmud y de los Códigos de la Ley además de
su fe y devoción personales, son la base de su autoridad que
la comunidad reconoce, acepta y respeta. El Cantor
Litúrgico
(o Jazán como se le llama en hebreo)
desempeña el papel de emisario de la congregación -sheliaj
tzibur-. El representa a la congregación y la conduce en sus
oraciones. En congregaciones más grandes o más ricas, el
cargo de cantor puede llegar a ser de tiempo completo. El Conserje
(o shamash como es llamado en hebreo) es un funcionario
religioso que tiene a su cargo la preparación de los
servicios diarios, el cuidado y mantenimiento de los
elementos rituales de la sinagoga que a menudo actúa como
lector de la Torá -baal koré- o como substituto del cantor
litúrgico. El Conserje trabaja con el rabino y le asiste de
muchas maneras y debe ser una persona piadosa y reflejar un
buen nivel de educación judía. Los términos Gabái
o Parnás se aplican al dirigente laico de
una comunidad religiosa. El presidente y otros funcionarios
laicos de una congregación desempeñan las funciones de
Gabái con la responsabilidad del mantenimiento financiero y
el establecimiento de las políticas administrativas además
de la conducción de los asuntos generales de la
congregación.



El papel que
desempeña el Cohén hoy en día se
fundamenta en la historia del antíguo Israel. La jefatura
religiosa y la dirección del culto en el Tarbenáculo y en
el Templo fueron confiados a Aarón y a sus descendientes,
miembros de la tribu de Leví que pasaron a ser conocidos
como los Cohanitas, los sacerdotes de Israel. El resto de la
tribu de Leví se vio destinado a funciones secundarias en la
"labor sacra". Esto fué una posición privilegiada
acordada como recompensa por la firmeza y fidelidad a D-os
observada por esta tribu, cuando el resto de los hijos de
Israel se descarriaron en el incidente del becerro de oro.
Aunque los sacerdotes y los levitas no tuvieron
participación en la división de la Tierra de Israel entre
las distintas tribus, y de esa manera les fue negada una
fuente de subsistencia, su mantenimiento les fué asegurado
por el precepto bíblico que ordena la separación de diezmos
-terumot y maaserot- del producto de la tierra a fin de
servir al sustento de los Cohanitas y Levitas.



El papel y
función de los Cohanitas fue variando con el transcurso del
tiempo. Sus funciones básicas eran las de cumplir en el
Templo los diversos ritos relacionados con las ofrendas
diarias y las de las festividades, así como en las asambleas
rituales tales como la de Yom Kipur. También actuaban como
guías espirituales, jueces y maestros además de ser
intérpretes de la Torá para el pueblo. Cuando se
desvaneció la calidad espiritual del sacerdocio, los
Cohanitas como clase se limitaron a las funciones ordenadas
por la Biblia, durante el tiempo en que surgieron en Israel
profetas, sabios y rabinos para cumplir con las otras
responsabilidades espirituales. Pero en el culto mismo del
Templo, la Torá ordenó que "ningún extraño se
acercara", y por extraño se entendía a cualquiera que
no fuera Cohén. Incluso después de la destrucción del
Templo perduraron ciertos ritos que sólo el Cohen podía
ejecutar. Ningún extraño, ni siquiera el más grande
erudito o santo judío, se atrevió a reemplazarle por temor
a violar la ley de la Torá. De ese modo, la redención del
primogénito y las bendiciones sacerdotales -duján- peduran
hasta nuestros días como única perrogativa del Cohén.



Los Levitas
son los descendientes de la tribu de Leví y disfrutan de un
status especial en el ritual de la sinagoga. La segunda Aliá
-segunda llamada para leer la Torá- es reservada para el
Levita. Dado que los Cohanim deben lavarse las manos para la
ceremonia de la Bendición Sacerdotal, se estableció la
costumbre (en el período de las Autoridades Rabínicas
Antíguas), que los Levitas viertan el agua sobre las manos
de los Cohanitas para ese lavatorio. La Biblia nos relata que
Moisés, que procedía de la tribu de Leví, recibió
instrucciones de D-os para cumplir con esta tarea al
consagrar a su hermano Aarón y a los hijos de Aarón para el
sacerdocio: "Y harás llegar a Aarón y a sus hijos a la
puerta del Tabernáculo del Testimonio y los lavarás con
agua" (Exodo 40:12).



La
Alcancía de Limosnas
o Tzedaká en
las oraciones cotidianas fué el ejemplo primero con que los
Sabios demostraron en forma personal un acto de caridad
diaria. El acto de caridad, aún siendo modesto, fue
considerado como la llave para ser admitido a la Divina
Presencia. También Maimónides relata que muchos grandes
Sabios realizaban una acción caritativa antes de rezar, y el
Shulján Aruj indica que esta es una práctica recomendable a
seguir en la preparación para la oración. Por supuesto que
en Shabat y en los días festivos jamás se recaudan limosnas
dado que en tales días está prohibido tocar dinero. No
obstante en estos días se puede prometer caridad y la
oportunidad de hacerlo se brinda por lo general en la
sinagoga, especialmente en los Días Solemnes.
[ índice
plegaria y liturgia
]


EL
MERITO DEL REZO COLECTIVO



Uno de los
rasgos característicos de la oración de los judíos desde
sus mismos orígenes, es el énfasis en el culto en comunidad
o en congregación -tefilá betzibur-. Se puede cumplir la
mitzvá de orar rezando privadamente, pero hay un mérito
especial en hacerlo junto con otros como parte de una
congregación. Si una persona no puede asistir al rezo
colectivo, se le recomienda que al rezar sólo lo haga al
mismo tiempo en que reza la comunidad. Los Sabios han dicho
que D-os está más dispuesto a escuchar los rezos de una
congregación que los de un individuo aislado, más aún, los
Sabios sostienen que cuando diez o más judíos están
rezando conjuntamente -Minián-, la "Presencia
Divina" -Shejiná- está con ellos. El énfasis en la
reunión para rezar, en lugar de la oración individual y
separada, contribuyó a estimular el crecimiento de la
sinagoga como "Mikdash Meat" para la oración
comunitaria normal, sin embargo la falta de la sinagoga no ha
de ser impedimento para rezar en común. Un quórum de diez
varones mayores de trece años -Minián- puede realizar un
servicio religioso casi en cualquier lugar. En la tradición
judía, las oraciones y las bendiciones no están confinadas
únicamente al ámbito sinagogal ni limitadas en forma
exclusiva al servicio religioso formal. Entre todos los
sitios fuera de la sinagoga donde pueda tener lugar la
oración judía se destaca el hogar. Hay muchas plegarias y
oraciones que desde su mismo origen fueron destinadas a ser
recitadas en el hogar como el Seder de Pésaj por ejemplo.
También el Kidush que se recita en la mesa del hogar en las
vísperas de Shabat y de las festividades es otro ejemplo. En
el hogar judío es muy importante que se escuchen plegarias y
bendiciones como señal de un judaísmo viviente donde reside
la Divina Presencia.



El rezo en
congregación proporcionó una influencia cohesiva en la
comunidad judía. Agregó significado al hecho de que la
mayoría de las oraciones están formuladas en plural y no en
singular, subrayando así la mutua responsabilidad que los
judíos sienten los unos por los otros ya que sensibiliza a
la comunidad en general sobre las necesidades del individuo.



El rezo en
congregación permitía señalar debidamente las ocasiones
importante en la vida de las personas. La aflicción del
individuo era compartida por toda la congregación, lo mismo
que sus alegrías. El servicio religioso en comunidad fue
trazado incluso en algunas partes de modo que refleje las
ocasiones especiales de la vida personal de sus miembros.



La tradición
de rezar en congregación hizo posible también traer al seno
de la comunidad religiosa a los que no estaban capacitados
para rezar debido a la falta de conocimientos o de
preparación. Hasta el siglo VIII de la Era Común
aproximadamente, las oraciones se rezaban de memoria.
Existía una resistencia fundamentalista a poner por escrito
las oraciones tal como hubo una tradición de no poner por
escrito la Torá Oral. La prohibición fue levantada
posteriormente, pero sólo recién en el siglo VIII
comenzaron a escribirse libros de oraciones. Antes de ello
había que memorizar las oraciones prescritas a fin de
complir con los deberes religiosos. Los que no eran capaces
de memorizarlas hubieran quedado excluídos del servicio
religioso si no fuera por la práctica establecida de
congregarse para rezar en comunión, donde era suficiente que
una persona letrada y con buena memoria recitara en voz alta
la oración principal del servicio (la Amidá), para permitir
que los incultos cumplan sus obligaciones de rezar al
escuchar las oraciones recitadas en nombre de ellos
respondiendo "Amén".



La persona que
conducía el rezo en congregación era conocida como el
Sheliaj Tzibur (Emisario de la Congregación). En diferentes
épocas y lugares esta persona recibió diferentes nombres
tales como Shatz (acrónimo hebreo por Sheliaj Tzibur), Baal
Tefilá (Maestro de Oraciones) y Jazán (Cantor). Este
último título se reserva actualmente para los que actúan
profesionalmente como Sheliaj Tzibur. De hecho el
"Emisario de la Congregación" no debe ser
necesariamente un cantor profesional ni un rabino. Cualquier
hombre adulto de la congregación puede desempeñarse como
emisario de la misma. El "Emisario" sin embargo, no
es un intermediario entre D-os y la congregación y solo
tiene la función de pronunciar en voz alta el último o los
dos últimos versículos de cada estancia de las oraciones,
para determinar un ritmo uniforme que es seguido por toda la
congregación.
[ índice
plegaria y liturgia
]


HEBREO
- El idioma de las oraciones judías



El Código de
la Ley Judía destaca la importancia de entender las palabras
de las oraciones. Fueron los propios sabios quienes
establecieron en su tiempo que algunas oraciones, tales como
el Kadish, se recitaran en arameo, lengua vernácula de
aquellos tiempos, debido a que una gran mayoría de la gente
no entendía el idioma hebreo. Aun cuando el hebreo es el
idioma preferido para las oraciones judías, los rezos no
deben ser pronunciados forzosamente en hebreo. En efecto, la
Halajá establece que una persona puede rezar en cualquier
idioma que entienda. Sin embargo, es importante que la
congregación como un todo rece colectivamente en hebreo y
por eso existen diversas razones para ello explicadas a
continuación:



  • Un
    servicio religioso relativamente uniforme en hebreo
    contribuye a mantener y preservar la unidad del
    pueblo judío en todo el mundo, no sólo ayuda a
    vincular a cada judío más estrechamente a la Tierra
    Santa sino que permite tambien que el judío se
    sienta como en su casa en cualquier sinagoga que se
    encuentre en cualquier parte del mundo.
  • El
    alejamiento del idioma hebreo significaría también
    alejarse de la Torá y de todas las otras fuentes
    clásicas del judaísmo. Constituiría la pérdida de
    la comprensión de los conceptos hebreos y de los
    valores judíos, que en última instancia son mejor
    transmitidos a través del idioma hebreo.
  • Si se
    abandonara el servicio religioso hebreo, se estaría
    eliminando la más poderosa razón para enseñar el
    hebreo a las generaciones futuras.
  • La
    ruptura del vínculo orgánico de una comunidad con
    el idioma hebreo ha conducido a lo largo de la
    historia a la total asimilación y la final
    desaparición de dicha comunidad.
Lo que se
manifiesta hasta aquí no viene a resolver el dilema personal
del individuo que desee entender lo que está rezando y no
halla sentido en el recitado de las oraciones en un idioma
que no conoce. Incluso para una persona en tal situación, el
uso del idioma vernáculo no llega nunca a ser la mejor forma
de lograr la verdadera experiencia espiritual que anhela.



La importancia
del hebreo como idioma de las oraciones judías no radica en
el hecho de ser el idioma hablado de uso común en Israel,
sino en el hecho de ser la lengua de los profetas, el idioma
de la Biblia, la "lengua sagrada" -Lashón
Hakódesh- para innumerables generaciones de judíos tanto en
la Tierra de Israel como en la Diáspora. El idioma hebreo no
es únicamente un medio de comunicación, sino que posee
también una significación espiritual inmanente como
repositorio del Divino Misterio.



Si bien la
oración judía no constituye una meditación y las palabras
deben ser pronunciadas claramente, se requiere también un
estado de ánimo, un sentimiento. Es por ello que los
antepasados judíos dedicaban mucho tiempo de concentración
como requisito previo para penetrar el espíritu de las
oraciones.



En el lenguaje
sinagogal encontramos nombres, palabras y expresiones hebreas
utilizadas en casi todo el mundo por los que concurren
regularmente a la sinagoga. Algunas de estas palabras no son
estrictamente hebreas, sino que tienen su origen en el idioma
yidish. Estas son utilizadas por los que tienen un fondo
cultural ashkenazí; los judíos sefaraditas se inclinan más
al uso del equivalente hebreo. A continuación se incluyen
algunas de estas expresiones: Dávenen es el
acto de rezar (en hebreo le-hitpalel); Benchn
es el acto de pronunciar una bendición (en hebreo le-varej);
Leyénen es el acto de leer y en la sinagoga
se refiere específicamente a la lectura de la Torá; Shalon-sudes,
que por lo general se pronuncia en conjunción
"shalesúdes" significa literalmente "tres
comidas" y se refiere específicamente a la tercera
comida de Shabat, que por lo general se hace antes de que
éste concluya. Se acostumbra servir esta comida en la
sinagoga como una simple merienda. La expresión
gramaticalmente correcta en hebreo para esta comida es
"seudá shlishit", que significa "tercera
comida". Erev Shabat (la pronunciación
ashkenazí es "Erev Shábes") significa víspera de
Shabat. Erev Yom Tov (la pronunciación
ashkenazí es "Erev Yóntev") se refiere al día
que precede el comienzo de una festividad. Shalosh
Regalim
es la denominación hebrea común a tres
festividades de peregrinación: Pésaj, Shavuot y Sucot, en
las que todo hombre de Israel debía subir a Jerusalem para
celebrar la fiesta y adorar en el Templo. Jol Hamoed
significa literalmente "días laborables de la
festividad". Se refiere a los días intermedios entre la
fiesta de Pésaj y Sucot, es decir, los días entre los dos
primeros y los dos últimos días sagrados de la festividad. Yamim
Noraim
significa "Días Reverentes" o
"Días Solemnes" que se refiere tanto a Rosh
Hashaná como a Yom Kipur. En un sentido más general puede
aplicarse también a todo el período de diez días que
comprende estas dos solemnidades y los días intermedios
entre ambas. Ner Tamid significa Luminaria
Perpetua y se refiere a la lámpara colocada encima y delante
del Arón HaKódesh. Esta lámpara está encendida
permanentemente y evoca la luminaria perpetua que ardía en
el antiguo Tabernáculo así como la llama que ardía
permanente en la menorá situada sobre el altar del Templo de
Jerusalem. Bamá (o Bimá) es la plataforma
sobre la cual se ubica la mesa donde se da lectura al Rollo
de la Torá. Por lo general está separada del Arón
HaKódesh. Desde esta plataforma se puede dirigir todo el
servicio de oraciones o parte del mismo. Amud
es un atril ubicado en las sinagogas ashkenazíes, entre la
bamá y el Arón HaKódesh, desde donde se conduce el
servicio de oraciones. La lectura de la Torá se hace desde
la Bamá. Menorá significa candelabro en
hebreo, por lo general la Menorá decora la Bamá o se la
coloca encima del Amud. La Menorá del Templo de Jerusalem
tenía siete brazos. La Janukiá es una
menorá que se utiliza para encender las luminarias de
Janucá y tiene nueve brazos. Baal Tefilá
es la persona laica que sin ser jazán o cantor litúrgico
profesional posee aptitudes para dirigir el servicio de
oraciones. Sheliaj Tzibur (abreviado Shatz)
significa emisario de la congregación quien dirige las
oraciones de la congregación en un momento dado. El Sheliaj
Tzibur puede ser un jazán, un baal tefilá o cualquier otro
fiel a quien se le ha solicitado que desempeñe esta
función. Baal Keriá es la persona que lee
la Torá, también se le suele llamar Baal Koré. Baal
Tekiá
es la persona que hace sonar el Shofar en
Rosh Hashaná. Berajá significa bendición,
el plural es Berajot (la pronunciación ashkenazí es
"broje" y su forma plural "brojes".
[ índice
plegaria y liturgia
]


RESPUESTAS
DURANTE LOS REZOS



Ponerse
de pie
cuando se reza a D-os es la postura normal
correcta para la oración judía observado esto cuando en la
oración la persona se dirige directamente a El, o se recita
un pasaje en el cual se santifica Su Nombre o que tiene un
significado especial. En señal de respeto se permanece de
pie ante el Arón HaKodesh cuando está abierto y también
cuando los Rollos de la Torá son transportados en la
sinagoga. Por lo general se permite tomar asiento durante la
mayor parte del servicio. Por razones históricas también la
Shemá se recita estando sentado. Por lo general hay que
ponerse de pie solamente cuando uno está recitando aquellas
oraciones que tradicionalmente así lo requieren (a
excepción de una persona inválida o enferma). Estas
oraciones son: la Amidá; Kadish, Aleinu, Halel, Baruj
Sheamar; bendición de apertura de los Pesukei DeZimrá;
desde Vayevarej David hasta Yishtabaj, la bendición final;
Mizmor Letodá, uno de los salmos de Pesukei DeZimrá de los
días laborables; la bendición para el nuevo mes y las
plegarias especiales de recordatorio tales como Yizcor.



Corresponde
que todos estén de pie en la sinagoga en los siguientes
pasajes:



  • Cuando el
    Maestro de Oraciones entona los pasajes de Barejú.
  • Cuando se
    dice la Kedushá durante la repetición de la Amidá.
  • Cuando el
    Arca Sagrada está abierta.
  • Cuando el
    Rollo de la Torá es transportado del Arca o hacia
    ella.
En algunas
congregaciones se acostumbra que todos se pongan de pie
cuando se recita el Kadish, ya sea por el Maestro de
Oraciones o por los dolientes.



Muy pocas
veces se inclinan los fieles durante la
oración. Ello se hace cuatro veces durante la Amidá, una
vez más durante la meditación de conclusión de la Amidá,
una vez durante la oración de Aleinu, y una vez al responder
a la declaración del Maestro de Oraciones durante el
Barejú. En los tres últimos casos basta con una simple
flexión de la cintura.



Una postura
especial que en tienpos pasados fuera practicada con bastante
frecuencia es la de caer postrado. El
arrodillarse está totalmente ausente de la oración judía,
salvo como un paso en el proceso de caer postrado.
Actualmente ello tiene lugar únicamente en los Días
Solemnes: una vez en Rosh Hashaná y cuatro veces en Yom
Kipur. En estos días sagrados se cumple la prosternación
durante la recitación de la oración de Aleinu en la
repetición de la Amidá del Musaf, pero en Yom Kipur se
agregan también tres prosternaciones durante la lectura de
la Avodá (descripción del servicio en el Templo de
Jerusalem).



La
mecedura
es indudablemente el movimiento más
frecuente y más típico asociado a la plegaria judía, aun
cuando no es imperativa en la Ley judía ni es tampoco una
costumbre recomendada universalmente. Hay quienes se mecen
suavemente cuando rezan. Otros lo hacen con gran exageración
y con rápidos movimientos del cuerpo. Y también otros,
inclusive grandes y piadosos sabios, recitan sus oraciones
casi sin mover el cuerpo. Lo más frecuente es observar la
mecedura entre los fieles que están de pie mientras rezan,
pero algunos se mecen incluso cuando están sentados.



El beso
es un signo universal de afecto, constituye un acto de amor,
una expresión de apego que también se tiene hacia los
objetos rituales como besar al Sidur, y los deberes
religiosos a ellos vinculados. No hay leyes religiosas que
requieran que se bese un objeto ritual o sagrado. Lo único
que hay es la fuerza de la costumbre desarrollada a lo largo
de generaciones. El acto de besar ha llegado a ser común
entre los judíos, en diversos grados, como expresión de
devoción religiosa en las siguientes circunstancias:



  • Se besa
    el Talit antes de cubrirse con él.
  • Se besan
    los Tefilin al sacarlos de la bolsita donde se
    guardan o al devolverlos a la misma.
  • Se besan
    los Tzitzit al concluir la bendición de Baruj
    Sheamar y durante la recitación de la Shemá.
  • Por lo
    general se besa la Mezuzá en la jamba de la puerta
    al entrar o al salir de una casa.
  • Se besa
    el Rollo de la Torá cuando es transportado en la
    sinagoga. Algunos tocan la Torá con el borde del
    Talit y después besan esa parte del Talit.
  • También
    se besa el Rollo de la Torá antes de recitar las
    bendiciones correspondientes a la lectura de la
    misma.
  • Se besa
    la cortina "Parójet" del Arca Sagrada
    antes de abrir el Arca o después de cerrarla cuando
    se saca el Rollo de la Torá.
  • Se besa
    el Sidur y el Jumash antes de dejarlos. También se
    besan estos libros sagrados si accidentalmente han
    caido al suelo.
    [ índice plegaria y liturgia ]
DISPOSICIONES
RELATIVAS AL SERVICIO DE ORACIONES



La Ley judía
requiere que los fieles tengan plena conciencia de que se
están dirigiendo a D-os, de que cada uno "sepa ante
quien está parado". La mera lectura del libro de
oraciones no significa rezar. Se puede leer un libro de
oraciones como quien lee cualquier otro tipo de libro. Esta
forma de lectura no se considera una oración. Para convertir
la lectura en oración debe haber por lo menos una cabal
sensación de estar en presencia de D-os y de estar
cumpliendo uno de Sus preceptos. La palabra hebrea que se
refiere a este propósito es "Cavaná"
-intención, propósito y también concentración-. El Talmud
indica que quien reza debe dirigir su corazón hacia el
cielo. Este es el nivel mínimo de Cavaná en toda oración.
Sin ello, no es una oración. La Cavaná en la oración es lo
totalmente opuesto a la mera recitación mecánica de
palabras.



La Cavaná se
presenta en varios niveles ascendentes, el siguiente nivel
consiste en entender y comprender la oración que se está
recitando. Un nivel más elevado sería el de liberar la
mente de todo pensamiento extraño que pudiera interferir con
la oración pura, y un nivel todavía más alto sería
interiorizarse en el más profundo sentido de lo que se está
pronunciando, a la vez de rezar con extraordinaria devoción.



Las leyes que
rigen la oración judía prohiben rezar si no se puede
alcanzar un nivel mínimo de Cavaná. Si hay algún precepto
en el cual lo que cuenta es el espíritu, lo es precisamente
el de la oración. La Torá, el Talmud, el Midrash y los
códigos de ley son unánimes al respecto. Como dice el
Talmud: "El Santo, Bendito Sea, desea el corazón".



La
música en la oración judía
se ha convertido en un
factor importante desde su más tempranos orígenes. Existe
una rica tradición de cánticos tanto vocales como
instrumentales. El Talmud considera el canto como una forma
de servir a D-os con alegría y placer, disposición esta que
la Torá considera fundamental para el culto devoto y la
cavaná. Si bien la nación judía prohibió el uso de la
música instrumental a raiz del duelo por la destrucción del
Segundo Templo, la música vocal continuó siendo un
componente fundamental del rezo y de la lectura de las
Sagradas Escrituras. El Talmud requiere incluso, "ser
experto en el cántico y tener una voz agradable" como
una de las cualidades necesarias para oficiar como Maestro de
Oraciones.



La Entonación
o cantinela de las Escrituras puede ser dividida en dos tipos
básicos, ambos con raíces que se remontan a la época del
Templo de Jerusalem. Un tipo es la entonación o sea la
cantinela ligada a la lectura de las Escrituras, que es
regida por una serie de notaciones musicales denominadas
"Trop" (Taamei Hamikrá - notaciones de lectura de
la Biblia), que aparecen en el texto impreso de la Bíblia
Hebrea, ya sea encima o debajo de cada palabra. Estas son las
notaciones que el joven Bar Mitzvá aprende para leer la
Haftará (la lectura de los Profetas) con la debida
entonación. Si bien las melodías vinculadas al
"Trop" difieren un tanto para la lectura de la
Torá, de los Profetas o de cada una de las cinco Meguilot
(Rollos de las Escrituras), comparten sin embargo las mismas
inflexiones básicas. La interpretación correcta del
"Trop" conduce automáticamente a la adecuada
puntuación de la frase.



El Núsaj
se refiere no sólo al motivo melódico de un
servicio de oraciones, sino también al orden en el rito
liturgico de las mismas y su dicción específica de acuerdo
a lo que se sigue en determinada comunidad o sinagoga. Las
diferencias entre estas liturgias pueden ser referidas a las
discrepancias surgidas en los sabios de Eretz Israel y los de
Babilonia respecto al orden y el contenido de los servicios
de oraciones. Si bien en todas partes ha predominado la
tradición babilónica, el Núsaj Ashkenaz (seguido por los
judíos provenientes de Europa Central, Oriental y Occidental
y sus descendientes), refleja también la influencia de la
tradición de Eretz Israel. El Núsaj Sefarad (seguido por
los judíos cuyos antepasados provenían de España, de
Africa del Norte y de los países del Medio Oriente), fue
influido solamente por la tradición ritual de Babilonia. No
obstante, entre los judíos ashkenazis de Europa Oriental las
comunidades jasídicas adoptaron algunos rasgos que aparecen
en la tradición sefardita, y es así como se puede
encontrar, incluso entre los judíos ashkenazis un núsaj
sefarad algo diferente del seguido por los judíos
ashkenazis. Una variación de este Núsaj Sefarad, seguida
entre otros por los jasidim de Lubavitch, constituyó el
llamado Núsaj Ha´Arí, rito litúrgico basado en las reglas
establecidas en el siglo XVI por el cabalista de Safed, Rabí
Isaac Luria. Se ha desarrollado también una tradición
litúrgica basada en las normas halájicas del gran sabio
ashkenazí Rabí Eliya, Gaón de Vilna. Esta tradición se
denomina Núsaj Ha´Gra, que es la sigla de las letras
hebreas de su nombre Ha Gaón Rabí Eliya. Muchas sinagogas
en Israel siguen este último núsaj. Existen también otras
tradiciones rituales menos conocidas, tales como el Núsaj
Teimán, seguido por las antíguas comunidades yemenitas. El
Shabat, las festividades y los Días Solemnes tienen sus
propios núsaj característicos y quien dirige los servicios
de oraciones en esos días debe estar bien familiarizado con
el núsaj adecuado. Dado que no todas las oraciones estaban
sujetas a un núsaj tradicional, los jazanim profesionales de
las comunidades askenazis europeas que florecieron en la Edad
Media, hallaron suficiente campo libre como para componer
otras versiones musicales para algunas partes del servicio de
oraciones y es así que el Piyut llegó a
proporcionar oportunidades especiales para la creatividad
musical.



La tradición
musical de los diversos países en los que vivían los
judíos afectó también el modo en que se cantaba la
entonación y el núsaj. Debido a las grandes diferencias en
la calidad tonal de la música cantada en la tradición
europea y la cantada en los países árabes, la parte musical
del servicio de la sinagoga llegó a ser la más notable
diferencia en los servicios religiosos de las comunidades
judías askenazis de occidente y las comunidades sefaraditas
del Medio Oriente. Las comunidades sefaradíes del rito
español y portugués tenían sus propias cantinelas
características, diferentes de las otras comunidades.



El canto se
comvirtió también en una parte importante de las comidas
shabáticas. Estos cantos religiosos son denominados "Zemirot"
-cánticos-. Si bien la letra de estas composiciones es la
misma en todas partes, la música con la cual se las canta
varía según la tradición local o familiar. De hecho,
constantemente se están componiendo nuevas melodías para
estos cánticos shabáticos.



SIGNIFICADO DE LAS BENDICIONES


Las palabras
iniciales de una bendición - Berajá - son
siempre las mismas: Baruj Atá, Adonáy, Elohénu, Mélej
Haolám (Bendito eres Tu, Señor, nuestro D-os, Rey del
mundo). Toda oración que comience o concluya con esta
fórmula fija es denominada bendición. En el lenguaje
cotidiano la bendición es considerada generalmente como una
oración pronunciada invocando bien para una persona, pero
también es una declaración a la mayor gloria de D-os, por
ejemplo, dando gracias a D-os o alabándolo, o puede ser una
plegaria en la que se solicita algo a D-os. También se
pronuncian bendiciones por el privilegio de disfrutar de lo
que D-os a creado como por ejemplo las bendiciones sobre los
alimentos, o por el privilegio de observar los preceptos de
D-os, por ejemplo, la bendición que se recita antes de dar
cumplimiento a una Mitzvá -precepto ritual- (Maimónides,
Hiljot Berajot 1:4).



Importancia
primordial de la Berajá:
En Pirké Avot (Capítulo
3:20) se cita lo siguiente: "...La tienda está abierta,
el propietario vende a crédito, cada uno es libre de
servirse, pero con su propia mano inscribe su deuda en el
libro". Esto explica que el mundo se nos presenta con la
posibilidad de disfrutarlo. Pero lo que recibimos lo
inscribimos en una cuenta celestial. Al despedirse de este
mundo, la persona tendrá que cubrir una enorme deuda
acumulada, a menos que haya "pagado" al Creador a
medida que goza y se beneficia por medio de la Berajá.
Efectivamente, el Talmud cita dos versículos aparentemente
contradictorios: "Al Eterno pertenece la tierra y todo
lo que contiene" (Salmos 24:1), "Los cielos son del
Eterno, pero la tierra la otorgó al hombre" (Salmos
115:16). La explicación es que antes de la Berajá, la
tierra pertenece al Eterno, y cuando pronunciamos la Berajá,
el provecho del mundo es otorgado a la persona (en el límite
permitido). El Talmud añade: gozar de este mundo sin Berajá
equivale no solamente, por decirlo así, a cometer un robo de
la propiedad de D-os, sino también a despojar la comunidad
de Israel, ya que la priva de la bendición que en
contrapartida cada Berajá atrae sobre ella.



La Berajá
debe hacer mención obligatoriamente del nombre de D-os.
Aquél que escucha una Berajá responde enseguida, después
que el nombre de D-os fué pronunciado así como también al
cabo de la misma, con la palabra Amén. También es aceptado
que en vez de decir también la Berajá, se cumple ya con la
obligación al escucharla y responder Amén, a condición que
el que la pronuncie tenga también la intención de hacer al
oyente cumplir con la obligación de esta forma.



Cien
Berajot por día:
existe la obligación de
pronunciar por lo menos cien Berajot por día. Esta medida
fue tomada por el rey David a fin de anular una sentencia
Divina de cien muertes diarias. Por medio de las Berajot se
realiza el precepto de venerar a D-os.



No
pronunciar en vano el nombre de D-os:
como las
Berajot contienen el nombre de D-os, la persona tiene que
concentrarse bien en el momento que la pronuncia. Tiene que
saber de antemano qué Berajá va a decir, pronunciarla
palabra por palabra, poner atención en el sentido de las
palabras, y no hacer ninguna otra actividad mientras la
recita. Está prohibido pronunciar en vano el nombre de D-os.
Por consiguiente hay que cuidar de no decir inútilmente una
Berajá ya que sería una "Berajá Levatalá" (una
bendición en vano). No sólo en hebreo sino en otros idiomas
está prohibido pronunciar el nombre de D-os si no hay motivo
válido para ello.



El significado
de Baruj (bendito o bendecido, también
puede interpretarse como "alabado") es considerado
meramente como descriptivo de D-os, tal como El es "El
Rajum Ve Janún" - D-os compasivo y misericordioso, es
también "El Baruj" - D-os bendito. Así como la
misericordia y la compasión fluyen de El, también todas las
bendiciones provienen de El. Por lo tanto Baruj Atá, Adonai,
significa en principio: "Tu, Señor, eres la fuente, el
manantial de todas las bendiciones".



Se debe tomar
en cuenta la estructura de la bendición, la cual es la misma
en todas las bendiciones similares que se hacen antes de
cumplir con cualquier Mitzvá: Se comienza en "segunda
persona" (Bendito Seas) y se termina utilizando la
"tercera persona" (Quien ha...). Esto se debe a que
se inicia la bendición con la segunda persona, dirigiéndose
a D-os como Atá (Tú), cuando se hace
referencia a El como nuestro Padre, fuente de compasión y
misericordia que vela por el género humano. Este sentido de
proximidad a D-os es esencial en la oración judía ya que
refleja el versículo de Salmos 16:8: "Tengo siempre
presente al Señor ante mi". Pero en el momento en que
nos referidos a D-os como Mélej Haolám
(Rey del Universo) nos volvemos mucho más formales y
concluímos entonces la oración en la tercera persona porque
aquí nos dirigimos a D-os como Señor Soberano. Este sentido
de reverencia y de respeto aparece reflejado en el versículo
de Ezequiel 3:12: "Bendita sea la gloria del Señor
desde Su lugar", como si El estuviera oculto de
nosotros. De esta manera D-os existe tanto presente como
aparentemente ausente, revelado y oculto. Podemos ver algo
del poder y la sabiduría de D-os tal como se manifiesta en
el mundo que nos rodea, pero su naturaleza esencial nos es
desconocida porque no estamos en capacidad de entenderla o
percibirla.
















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