domingo, 4 de septiembre de 2016

CALATAYUD (Zaragoza)

CALATAYUD (Zaragoza)



Pueblos de España

CALATAYUD (Zaragoza)















Habitantes: 21.905 
Altitud: 536 m. 
Gentilicio: Bilbilitanos 
Hoy amanece en CALATAYUD a las 06:36 y anochece a las 19:33
Nº fotos: 323 
Nº mensajes: 45 
Visitas / día: 19 











Información general sobre CALATAYUD:


Situación:


Está situada a orillas del río Jalón y es la principal localidad en
la provincia de Zaragoza, tras la capital y, junto con las tres
capitales de provincia, la única localidad aragonesa que supera los
20.000 habitantes (21.905 en 2008).


Monumentos:


Colegiata de Santa María.

Destaca el recinto fortificado de la época árabe (castillo, muralla y
puertas). Es del siglo IX, el más antiguo recinto fortificado que se
conserva de los árabes en la Península Ibérica. En el siglo VIII existió
primero un núcleo defensivo edificado por Ayyub. En el siglo IX se
amplió para hacer frente a la familia de los Banu-Casi de Zaragoza que
querían apoderarse de la ciudad.

Comprende cinco puntos o castillos, enlazados mediante murallas que
bajan a los barrancos y vuelven a subir. En la mayor altura está el
Castillo Mayor o de Ayyub y el de Torre Mocha. En las alturas
inferiores, Castillo de Doña Martina, Castillo del Reloj, Castillo de la
Peña (muy destruido). En el recinto se pueden distinguir distintas
partes.


Fiestas:


San Roque, en agosto.



Las fiestas de la VIrgen de la Peña en septiembre.


Historia:


Los primeros habitantes del enclave de Bílbilis son tribus de
aborígenes Celtíberos, los lusones, que colaboran con los romanos, lo
que propicia el asentamiento de colonos.

Con Augusto el asentamiento recibe el rango de Municipium Augusta
Bílbilis, y a la llegada de Tiberio se inauguran construcciones como el
templo o el foro. Quedó como legado el gentilicio «bilbilitano».

Con la llegada de los árabes a la Península Ibérica se abre una nueva
etapa para los habitantes residentes en las cercanías. En esta época es
cuando se produce la construcción del recinto fortificado que dará
nombre a la ciudad.

En el siglo X, con Abderramán III, se subleva en Zaragoza la familia de
los Tuyibíes; posteriormente Abderramán sitió y tomó Calatayud en 937.
En 1031, cuando ya han aparecido en la historia los Reinos de Taifas,
Calatayud es una de las principales ciudades del reino taifa de Zaragoza
y capital de un distrito, llegó a ser capital de su propia taifa desde
1046 a 1055. Gobernaron los Tuyibí y Hudí, linajes oriundos del Yemen.
Es un periodo de gran esplendor cultural.

En 1120 Calatayud es conquistada por Alfonso I el Batallador. Poco
después recibe el llamado: "Fuero de Calatayud" y se crea la Comunidad
de Calatayud. En esta época la ciudad solo es superada en población e
importancia en todo Aragón por Zaragoza.

Durante el siglo XIV la ciudad sufriría un asedio por parte de los
ejércitos castellanos en la Guerra de los Dos Pedros, siendo finalmente
conquistada con grandes destrozos en 1362, tras la paz de Terrer la
entonces villa sería ascendida a la categoría de ciudad.

En el siglo XV se produce unos acontecimientos importantes: la
coronación de Fernando II como rey de Aragón en la ciudad en 1461,
también se firma la carta de Calatayud entre los Reyes Católicos y
Fernando de Guanarteme, por la que los reinos canarios se incorporan a
la Corona de Castilla.

Durante el siglo XVI se produce el nacimiento del gentilicio
«bilbilitanos» propuesto por Antonio Serón, que acabaría imponiéndose a
los usados entonces (Calatayubí o calatayucense).

Durante el siglo XIX, en la Guerra de la Independencia, la ciudad
colabora en la defensa de Zaragoza, la ciudad es conquistada por los
franceses y reconquistada el 2 de octubre de 1812 por Villacampa, siendo
su comarca y la ciudad lugar de acciones del célebre Juan Martín Díez
"El empecinado". Es en este siglo cuando tiene lugar el nacimiento de la
leyenda de la Dolores y cuando la ciudad se convertiría durante un
breve periodo de tiempo en la capital de la cuarta provincia de Aragón.
Durante años se mantuvo la reclamación, que finalmente fue enterrada
debido a la reiterada oposición de las provincias limítrofes y la de
Zaragoza, durante las guerras carlistas seria saqueada en más de una
ocasión por el ejército carlista, también aparecen durante este siglo la
carretera y el ferrocarril (1826 y 1863 respectivamente)
Madrid-Zaragoza y la luz eléctrica en 1892.


Turismo:


LA LEYENDA DE LA DOLORES:

El germen de esta leyenda es una copla anónima, surgida en Calatayud,
que impulsada por la labor creativa de dramaturgos, compositores,
novelistas, cineastas, escritores, músicos, poetas..., y con la
imprescindible colaboración popular, ha pasado de un arroyo minúsculo a
un caudaloso río que vuelve a su lugar de origen, Calatayud, para ser
patrimonio cultural único y de una magnitud extraordinaria.

La versión más conocida de la leyenda, recoge la ingenuidad de una moza
honesta y caritativa, que está empleada como sirvienta en una posada de
Calatayud. Había sido seducida en Daroca por un barbero llamado
Melchor, quien la abandonó y se fue a Calatayud. La Dolores, que le ama,
va en pos de él. Melchor la rechaza y va a casarse con una rica
heredera. Dolores busca un hombre que la defienda y vengue su honor
mancillado. La pretenden un mercader ricachón, Patricio, y un sargento
dicharachero y petulante, Rojas. De ella se enamora locamente el
seminarista Lázaro, sobrino de la Gaspara, la posadera. Lázaro sufre
cuando requiebran a la Dolores. En la disputa por conseguir su amor,
ceden Patricio y Rojas. Y en la lucha final que sostienen Lázaro y
Melchor, muere este último, de una puñalada en el corazón.

Este es el argumento ficticio del drama de Feliú y Codina y de la ópera
mundialmente famosa de Bretón, que se desarrollan en la antigua "Posada
de San Antón", convertida literariamente en "Mesón de la Gaspara" y,
desde hace un siglo, conocida como "Mesón de La Dolores". Es un notable
palacio del siglo XV -quizás el edificio civil más antiguo de
Calatayud-, entre cuyos muros, bajo el arco, el patio empedrado y las
galerías voladizas, junto a las rejas de las ventanas y el brocal del
pozo, es posible que estuviese La Dolores real; pero, en cualquier caso,
entre estas paredes se encierra todo el poder de sugestión, de
evocación, de misterio y de fábula capaces de engendrar un mito.



LA REALIDAD DE LA DOLORES:

María de los Dolores Peinador Narvión, nació en Calatayud el 13 de mayo
de 1819, recibiendo el bautizo en la parroquia de San Juan el Real.
Fueron sus padres Don Blas, un apuesto teniente de los Reales Ejércitos,
abogado de la Audiencia y de los Reales Consejos, natural de Rivadavia
(Orense); y su madre Doña Delfina Manuela, que pertenecía a una de las
más distinguidas familias bilbilitanas.

En 1825, nombraron a D. Blas Alcalde Mayor de Daroca, falleciendo su
esposa dos años después en esta ciudad y dejando una cuantiosa herencia a
Dolores y a sus dos hermanos, Casiano y Amalia. Don Blas contrajo
nuevas nupcias, ejerció durante tres años, a partir de 1832, como
Alcalde Mayor de Gerona y, posteriormente, como Juez de Primera
Instancia. Al parecer, se desentendió de los hijos de su primer
matrimonio; iban pasando los años y se resistía a entregarles la
herencia, cuyos bienes administraba.

Dolores, que poseía una excepcional belleza y apostura -alta, rubia, de
ojos azules, que atraía por la sugestión de su mirada-, se casó en
secreto en la parroquia de San Miguel de los Navarros, en Zaragoza, en
1839, con Esteban Tovar, andaluz, de Jorairatar (Granada), que acababa
de dejar el Ejército siendo teniente ayudante del coronel de su
Regimiento, quien, por lo visto, sólo pretendía un patrimonio que
todavía no estaba en poder de su esposa.

Inmediatamente después de la boda, entabló el matrimonio una
interminable sucesión de litigios por la posesión de unos bienes que D.
Blas se resistía a soltar. Por fin, la cuantiosa herencia recayó en
Dolores y en Tovar, porque sus hermanos les habían vendido su parte.

Desde que se casaron, vivieron en Calatayud hasta mediados del siglo y
tuvieron cuatro hijos: Enrique, Amalia, Manuel y Emilia Cruz. Tovar
ejerció como secretario del Ayuntamiento y, durante algún tiempo, fue
uno de los mayores contribuyentes de la ciudad. Mas no pudieron
disfrutar mucho tiempo de la herencia debido a los enormes gastos que
les ocasionó el conseguirla y a la afición al juego y a la vida
irregular y licenciosa que se atribuye a Tovar -y cabe suponer que algo
le ayudaría Dolores en sus dispendios-; tuvieron que ir malvendiendo sus
propiedades, cuyo valor podría estimarse en más de seis millones de
euros actuales, y se quedaron poco menos que en la miseria.

De gozar de la máxima categoría social, pasaron a verse denigrados e ir
en lenguas por culpa de la famosa copla que el pueblo inventó, acaso
con motivo de la vida irregular que llevaba Dolores Peinador. Con esta
copla anónima, que se expandió por todos los ámbitos, comenzó a forjarse
la fama de la Dolores.

Hacia 1850, con el patrimonio muy mermado y no encontrándose a gusto en
Calatayud, trasladaron definitivamente su residencia a Madrid. Primero
vivieron en la calle de la Ballesta. En 1890, Dolores, ya viuda, vivía
en la calle Jardines, 12, con su hijo Esteban, que había nacido en la
Villa y Corte en 1857. La última etapa de su vida en Madrid transcurrió
en muy especiales circunstancias y abandonada de los suyos.

Dolores falleció el 12 de agosto de 1894, en el Palacio de los
Marqueses de Altamira, situado en la calle Flor Alta, 8, y fue enterrada
en una tumba de caridad en el Cementerio de la Almudena.

Dolores fue una extraordinaria mujer y, como tal, sujeta a las leyes de
la vida, con sus altibajos, con sus grandezas y debilidades. Le tocó
vivir en una época conflictiva, llena de rencores colectivos y de
intransigencias. Su propia vida estuvo mediatizada por la ambición de un
padre y un marido que se disputaron su herencia. Y poco importa, a
estas alturas, que diese pie, con mayor o menor fundamento, a que le
sacasen la infamante copla de doble sentido.

Si quiere agregar o modificar información general, pulse sobre el siguiente enlace: actualizar información de CALATAYUD
















No hay comentarios:

Publicar un comentario