sábado, 3 de septiembre de 2016

Arca de la Alianza - Wikipedia, la enciclopedia libre

Arca de la Alianza - Wikipedia, la enciclopedia libre




El Arca de la Alianza (Tissot, 1896-1902).1
Según la tradición judía y cristiana, el arca de la Alianza era un cofre sagrado ubicado en el Lugar Santísimo (en hebreo, Kodesh ha-Kodashím) del Tabernáculo, que más tarde se colocó en el Templo construido por Salomón. Se hizo por mandato de Yahveh y según su diseño.


Según narra el Libro del Éxodo de la Biblia, dicho cofre contenía las Tablas de la Ley: tablas de piedra en las cuales figuraban inscritos los Diez Mandamientos que Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí.


Los autores de la Biblia emplearon más de veinte expresiones diferentes para referirse al arca, siendo las más comunes: “el arca de la Alianza” (en hebreo: ʼaróhn hab·beríth; en griego: ki·bō·tós tēs di·a·thḗ·kēs;2 3 y “el arca del testimonio”,4 expresiones que no son privativas de ningún escritor en particular y que se usan indistintamente. Asimismo es conocida como arca del Convenio, arca del Pacto (en hebreo: ארון הברית) o arca de Yahveh.



Índice

Modelo y diseño


Réplica del Arca de la Alianza, realizada por la empresa Hasbro
Lo primero que Yahveh
le detalló a Moisés, cuando le dio las instrucciones para construir el
tabernáculo, fue el modelo y el diseño del arca, dado que iba a ser el
objeto principal y más importante no solo del tabernáculo, sino también
de todo el campamento de Israel. El cofre en sí mismo medía 2,5 codos de
largo, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (111 cm. × 67 cm. × 67 cm.), y estaba
hecho de madera de acacia, revestido de oro puro tanto por dentro como
por fuera. Coronaba el arca un artístico “borde de oro” en forma de
guirnalda “sobre ella [...] en derredor”. La segunda parte del arca, su
cubierta, estaba hecha de oro macizo, no meramente de madera revestida, y
tenía la misma longitud y anchura que el cofre. Sobre esta cubierta
había montados dos querubines
de oro de labor a martillo, uno a cada extremo de la cubierta, con sus
rostros vueltos el uno hacia el otro, las cabezas inclinadas y las alas
extendidas hacia arriba “cubriendo la cubierta protectoramente”.5 A esta cubierta también se la conocía como “el propiciatorio”, o “cubierta propiciatoria”.6 7


Para transportar el arca, se suministraron largos varales, hechos
también de madera de acacia revestida de oro e insertados a través de
dos anillos de oro a ambos lados del cofre. Como estos varales no se
debían quitar de sus anillos, nunca había necesidad de que los
portadores del arca la tocaran. En las esquinas había cuatro “patas para
caminar, patas flexionadas como para caminar”, para que no se apoyase
directamente en el suelo, aunque no se sabe qué altura tenían.8 Parece que los anillos estaban montados justo por encima de las patas, o quizás sobre las mismas.9 10 11 12


Ceremonia de inauguración y uso

Bezalel y los hombres de corazón sabio que le ayudaban se apegaron a
las instrucciones explícitas recibidas y construyeron el arca con los
materiales que el pueblo había contribuido. (Éx 35:5, 7, 10, 12;
37:1-9.) Un año después del éxodo, finalizado y erigido el tabernáculo,
Moisés puso dentro del arca las dos tablas de la Ley. (Deuteronomio
10:1-5 menciona que durante unos pocos meses, desde el momento en que
Moisés recibió las tablas de la Ley en la montaña hasta que se
trasladaron al arca construida por Bezalel, estuvieron guardadas en un
arca provisional de madera de acacia hecha con ese fin.) Seguidamente,
Moisés introdujo los varales por los anillos del arca, le colocó la
cubierta y la llevó al tabernáculo. Una vez allí, puso en su lugar la
pantalla que separaba el Santo del Santísimo y después, como parte de la
ceremonia inaugural, ungió con aceite el arca y todos sus utensilios. A
partir de entonces, siempre que los sacerdotes desmontaran el
tabernáculo para levantar el campamento, emplearían la misma pantalla
divisoria, además de una cubierta de pieles de foca y una tela azul,
para cubrir el arca con el fin de impedir que el pueblo la mirase ‘por
el más mínimo momento, y por lo tanto muriese’. (Éx 40:3, 9, 20, 21; Nú
3:30, 31; 4:5, 6, 19, 20; 7:9; Dt 10:8; 31:9; véase Tabernáculo.)


El arca hacía las veces de archivo sagrado para conservar ciertos
artículos que servían de recordatorio o testimonio. Las dos tablas del
Testimonio o los Diez Mandamientos eran su principal contenido. (Éx
25:16.) También se guardó en ella una “jarra de oro que contenía el maná
y la vara de Aarón que echó botones”, pero más tarde, en algún momento
anterior a la construcción del templo de Salomón, se sacaron de ella.
(Heb 9:4; Éx 16:32-34; Nú 17:10; 1Re 8:9; 2Cr 5:10.) Poco antes de
morir, Moisés dio una copia del “libro de la ley” a los sacerdotes
levitas y les dijo que la deberían guardar, no dentro, sino “al lado del
arca del pacto de Yahveh su Dios, [...] de testigo contra ti”. (Dt
31:24-26.)


Símbolo de la presencia de Dios


Réplica del Arca de la Alianza en el Royal Arch Room del George Washington Masonic National Memorial.
El arca representó durante su existencia la presencia de Dios, quien
prometió: “Allí ciertamente me presentaré a ti, y hablaré contigo desde
más arriba de la cubierta, desde entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio”. “En una nube apareceré encima de la cubierta.” (Éx 25:22; Le 16:2.) Samuel escribió que Yahveh ‘estaba sentado sobre los querubines
(1Sa 4:4), de ahí que estos sirvieran como “la representación del
carro” de Yahveh. (1Cr 28:18.) Por lo tanto, “siempre que Moisés entraba
en la tienda de reunión para hablar con Yahveh,
entonces oía la voz que conversaba con él desde más arriba de la
cubierta que estaba sobre el arca del testimonio, de entre los dos querubines; y le hablaba”. (Nú 7:89.) Más tarde, Josué y el sumo sacerdote Finehás
también inquirieron de Yahveh delante del arca. (Jos 7:6-10; Jue
20:27, 28.) Solo al sumo sacerdote le estaba permitido entrar en el
Santísimo y ver el arca un día al año, aunque no con el propósito de
comunicarse con Yahveh, sino para llevar a cabo la ceremonia del Día de
Expiación. (Le 16:2, 3, 13, 15, 17; Heb 9:7.)


La presencia de Yahveh representada por el arca resultó en que el
pueblo de Israel disfrutase de otras bendiciones. Cuando el pueblo
levantaba el campamento, la costumbre era que el arca y la nube de
Yahveh fuesen delante. (Nú 10:33, 34.) Así, al tiempo de cruzar el Jordán,
Yahveh detuvo el caudal del río cuando los sacerdotes que llevaban el
arca pisaron las aguas de la orilla, y de ese modo se les permitió
cruzar por el cauce seco. (Jos 3:1–4:18.) Asimismo, en la marcha
alrededor de Jericó,
un contingente militar iba delante, seguido de siete sacerdotes que
tocaban el cuerno; luego iba el arca y por último, las fuerzas de
retaguardia. (Jos 6:3-13.) La victoria alcanzada en Jericó contrasta con
la derrota que tiempo atrás habían experimentado, cuando un grupo de
rebeldes intentó temerariamente iniciar la ocupación de la Tierra Prometida,
contraviniendo las instrucciones divinas y sin que ni ‘el arca del
pacto de Yahveh ni Moisés se hubiesen movido de en medio del
campamento’. (Nú 14:44, 45.) Hasta los filisteos, un pueblo enemigo,
percibieron la presencia de Yahveh cuando el arca estuvo en el campo de
batalla. Atemorizados, gritaron: “‘¡Dios ha entrado en el campamento [de
Israel]!’ [...] ‘¡Ay de nosotros, porque una cosa como esta nunca antes
ha sucedido! ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos salvará de la mano de este
majestuoso Dios? Este es el Dios que fue golpeador de Egipto con toda
suerte de matanza en el desierto’”. (1Sa 4:6-8.)


La presencia de Yahveh siguió haciéndose manifiesta cuando los filisteos se apoderaron del arca y se la llevaron a Asdod para colocarla junto a la imagen de Dagón.
Aquella noche, la imagen de ese dios cayó rostro a tierra; a la noche
siguiente, la estatua cayó de nuevo delante del arca y quedó con la
cabeza y las palmas de las manos separadas del cuerpo. En el transcurso
de los siete meses siguientes, el arca fue pasando de una ciudad
filistea a otra, y según pasaba, plagaba a los filisteos con
hemorroides, y dejó a Eqrón sumida en “una confusión mortífera”, hasta
que finalmente fue devuelta a Israel, junto con la ofrenda por la culpa
requerida. (1Sa 5:1–6:12.)


La relación del arca con la presencia de Yahveh exigía que se la
tratase con el debido respeto y la más alta consideración. Debido a
esto, tanto al ponerse en marcha el arca como al posarse, Moisés
pronunciaba expresiones de alabanza a Yahveh. (Nú 10:35, 36.) Por otra
parte, tal fue la impresión que causó en el sumo sacerdote Elí oír que
los filisteos se habían apoderado del arca, que perdió el equilibrio,
cayó de espaldas y se desnucó. Por el mismo motivo, cuando su nuera
estaba en la agonía de la muerte, dijo: “La gloria se ha ido de Israel
al destierro, porque el arca del Dios verdadero ha sido tomada”. (1Sa
4:18-22.) Posteriormente, el rey Salomón afirmó: “Los lugares a los que ha venido el arca de Yahveh son cosa santa”. (2Cr 8:11.)


El arca no era un amuleto mágico, su sola presencia no garantizaba el
éxito; más bien, las bendiciones de Yahveh dependían de la condición
espiritual y de la obediencia fiel de los que la poseían. Por esta
razón, los israelitas, acaudillados por Josué, sufrieron una derrota en
Hai debido a su infidelidad, a pesar de que el arca estaba en el
campamento. (Jos 7:1-6.) De manera similar, aunque los israelitas
estaban confiados porque el arca se hallaba entre sus fuerzas de
combate, los filisteos mataron a 30.000 soldados de Israel y hasta se
apoderaron de ella. (1Sa 4:1-11.) La recuperación del arca de manos de
los filisteos fue una ocasión de gran regocijo, en la que se ofrecieron
sacrificios y se expresaron gracias, lo que no impidió que Yahveh
‘derribara al pueblo con gran matanza’. ¿Por qué? “Porque habían mirado
el arca de Yahveh”, una violación de su mandato expreso. (1Sa 6:11-21;
Nú 4:6, 20.) No se sabe con exactitud cuántos murieron en esa ocasión.
El texto masorético dice: “De modo que derribó entre el pueblo a setenta
hombres —cincuenta mil hombres—”. Esta construcción tan ambigua hace
pensar que la expresión “cincuenta mil hombres” es una interpolación. La
Versión Peshitta siriaca y una versión arábiga dicen que fueron
derribados “cinco mil setenta hombres”. El Targum de Jonatán relata: “Y
él derribó a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, y a
cincuenta mil entre la congregación”. La Versión de los Setenta dice que
“él derribó a setenta hombres entre ellos, y a cincuenta mil de los
hombres”, mientras que Josefo menciona solo a setenta hombres.
(Antigüedades Judías, libro VI, cap. I, sec. 4.)


Lugares donde se guardó el arca

El arca no se guardó en un lugar permanente hasta que se erigió el
templo de Salomón. Cuando se completó la mayor parte de la conquista del
país (c. 1467 a. E.C.), se trasladó a Siló, donde al parecer permaneció
(con la excepción del tiempo que estuvo en Betel) hasta que la
capturaron los filisteos. (Jos 18:1; Jue 20:26, 27; 1Sa 3:3; 6:1.) Una
vez recuperada, y de nuevo en el territorio de Israel, estuvo primero en
Bet-semes y después en Quiryat-jearim, donde permaneció unos veinte
años. (1Sa 6:11-14; 7:1, 2; 1Cr 13:5, 6.)


Según el texto masorético, 1 Samuel 14:18 dice que durante los enfrentamientos del pueblo de Israel con los filisteos, el rey Saúl
pidió al sumo sacerdote Ahíya que llevase el arca al campamento. Sin
embargo, según la Septuaginta, Saúl le dijo a Ahíya: “‘¡Acerca el efod!’
(Porque él llevaba el efod en aquel día delante de Israel.)”.


David
tenía el buen deseo de trasladar el arca a Jerusalén, pero el
procedimiento que escogió en el primer intento provocó un desastre. En
lugar de transportar el arca con los varales sobre los hombros de los
levitas qohatitas, de acuerdo con las instrucciones conocidas, permitió
que la colocasen sobre un carruaje. Las reses que tiraban del carro
estuvieron a punto de ocasionar un vuelco, y Uzah fue muerto por JHVH
por agarrar el arca, una acción que la ley divina condenaba
explícitamente. (2Sa 6:2-11; 1Cr 13:1-11; 15:13; Nú 4:15.)


Por fin fue trasladada a Jerusalén, transportada como era debido por
los levitas (1Cr 15:2, 15), y allí estuvo guardada en una tienda durante
el resto del reinado de David. (2Sa 6:12-19; 11:11.) Los sacerdotes
quisieron llevársela cuando huyeron con motivo de la rebelión de Absalón,
pero David insistió en que permaneciera en Jerusalén, pues confiaba en
que Dios les permitiría a todos regresar indemnes. (2Sa 15:24, 25, 29;
1Re 2:26.) Él anhelaba construir una casa para poner en ella el arca,
pero Dios postergó su edificación hasta el reinado de Salomón. (2Sa
7:2-13; 1Re 8:20, 21; 1Cr 28:2, 6; 2Cr 1:4.) Fue entonces, con motivo de
la dedicación del templo, cuando se trasladó el arca de la tienda en la
que se hallaba en Sión al lugar Santísimo del templo, que se había edificado sobre el monte Moriáh, donde fue colocada bajo la sombra de las alas de dos grandes querubines.
El arca fue la única pieza de todo el mobiliario que había estado en el
tabernáculo que se llevó al templo de Salomón. (1Re 6:19; 8:1-11; 1Cr
22:19; 2Cr 5:2-10; 6:10, 11; véanse El templo de Salomón; Querubín.)


La única referencia histórica al arca del pacto posterior a Salomón
es de 642 a. E.C. —unos novecientos años después de su construcción—, y
se halla en 2 Crónicas 35:3, donde se lee la orden del rey Josías
de que el arca se colocase de nuevo en el templo. Sin embargo, no se
dice cómo llegó a estar fuera de él. Josías había ascendido al trono
después de algunos reyes particularmente apóstatas, uno de los cuales
había introducido una imagen tallada en la casa de Dios, por lo que es
posible que uno de estos reyes inicuos sacase el arca de su lugar. (2Cr
33:1, 2, 7.) Por otra parte, bajo el patrocinio de Josías se había
llevado a cabo en el templo un amplio programa de reformas, así que cabe
la posibilidad de que durante las obras se trasladase el arca a otro
lugar con el fin de evitar que sufriese algún desperfecto. (2Cr
34:8–35:19.) No se hace ninguna mención de que el arca se llevase a Babilonia,
y ni siquiera figura en la lista de los artículos que se sacaron del
templo, ni se menciona que fuese devuelta y colocada en el templo que
reconstruyó Zorobabel
ni que se reemplazase por otra. No se ha llegado a saber cuándo
desapareció ni en qué circunstancias. (2Re 25:13-17; 2Cr 36:18; Esd
1:7-11; 7:12-19.)


Jeremías
predijo el tiempo en que el arca del pacto ya no existiría, pero indicó
que no se la echaría de menos y que no perjudicaría a los adoradores de
Dios el no tenerla. En cambio, ‘llamarían a Jerusalén el trono de
Yahveh’. (Jer 3:16, 17.). En el Apocalipsis, Juan dice: “Se vio en el santuario de su templo [en el cielo] el arca de su pacto”. (Apocalipsis 11:15, 19.)


Simbología judía

El arca del pacto o alianza era un icono donde la presencia de Dios
mismo residía. Los antiguos hebreos le tenían tal reverencia al arca que
su morada era el lugar Santísimo del tabernáculo de Dios, a donde nadie
podía entrar sino el Sumo Sacerdote una vez al año portando incienso,
sangre de cordero sobre sí y sobre todo estando libre de pecado, para no
perecer a causa de la Presencia de Dios.


Albergando la palabra de Yaveh, las sinagogas poseen un cofre denominado hejal, que es donde se preservan los rollos de la Torá y el cual simboliza el arca de la Alianza.



Representación de Moisés y Josué, arrodillados ante el arca.

Historia del arca


Transporte del Arca de la Alianza. Relieve. Catedral de Auch

El arca cubierta es portada por sacerdotes levitas con varas de oro,
mientras otros sacerdotes hacen sonar las trompetas durante el asedio de
Jericó. Grabado, siglo XVIII.

David llevando el arca a Jerusalén.
La Biblia indica que el arca fue mandada construir por Moisés y su
diseño ordenado según Dios lo había dispuesto; fue usada en la conquista
de Canaán y con ella Josué consiguió abrirse paso en las aguas del Jordán al contacto de éstas con el arca, y durante siete días fue paseada en torno de Jericó, que cayó luego en poder de dicho caudillo.


El arca fue fijada en Silo.
Durante la época de Elí y Samuel, sucedió uno de los episodios más
impresionantes del que se cuenta acerca del arca de Dios. Durante una
cruenta guerra contra los filisteos
fue llevada al campamento israelita con el objeto de levantar la moral
de los guerreros. Pero después de una trágica derrota del pueblo hebreo,
donde también murieron los dos hijos del juez y sacerdote israelita
Elí, los filisteos la tomaron como un valiosísimo trofeo, dando lugar a
un verdadero luto en todo el país de Israel. En poder de aquellos estuvo
unos meses, aconteciendo que desde el momento que fue llevada al templo
de la gigantesca estatua del dios Dagón en Asdod, éste quedó dos noches
consecutivas postrado delante del arca, sólo que la segunda vez
decapitado y sin las manos, a lo que siguió una ola de estragos,
desastres y plagas azotando todo aquel país. Los filisteos, horrorizados
por aquellos sucesos, habían dejado que el arca fuese sola en un carro
tirado por dos vacas. Después los animales pararon en Bethsames: varios habitantes de aquel lugar murieron por el trato poco reverente que dieron al objeto sagrado.


De allí fue trasladada a Gabaá. Luego Saúl la habría utilizado en la campaña contra los filisteos. Posteriormente David con un acompañamiento solemne la habría trasladado a Sión. Sin embargo, de camino a Sión había ocurrido un accidente: Uza,
un encargado del arca, quiso sostenerla en un momento de bamboleo y
cayó muerto de repente. David atemorizado la dejó durante 3 meses en
casa de Obededom. Seguidamente, desde Sión la reliquia fue instalada en el majestuoso templo de Salomón en tiempos de su reinado en Jerusalén.


Luego, desde que Nabucodonosor II,
rey de Babilonia, invadió Jerusalén, destruyendo el templo y saqueando
todos los objetos valiosos del mismo, el arca previsoriamente fue
llevada y colocada en un lugar seguro y secreto antes de la invasión y
posterior deportación de los judíos. Precisamente -en ese tiempo de la
destrucción del Templo- Jeremías es el profeta ungido responsable de
hablar. Según el registro de los Macabeos, Jeremías tomó el arca -lo
cual representaba el trono de Dios- para ocultarla en el Monte Nebo:


Leamos en 2 Macabeos 2:4-8 (este libro solo aparece en la biblia con el canon alejandrino)


"El profeta, después de una revelación, mandó llevar consigo la
tienda y el arca; y cómo salió hacia el monte donde Moisés había subido
para contemplar la heredad de Dios. Y cuando llegó Jeremías, encontró
una estancia en forma de cueva; allí metió la Tienda, el arca y el altar
del incienso, y tapó la entrada. Volvieron algunos de sus acompañantes
para marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo. En cuanto Jeremías
lo supo, les reprendió diciéndoles: "Este lugar quedará desconocido hasta que Dios vuelva a reunir a su pueblo
y le sea propicio. El Señor entonces mostrará todo esto; y aparecerá la
gloria del Señor y la Nube, como se mostraba en tiempo de Moisés,
cuando Salomón rogó que el Lugar fuera solemnemente consagrado
".


Jeremías diría que ese arca, el antiguo "trono de Dios", perdería
importancia espiritual y sería sustituida por la presencia de Dios entre
su pueblo:


"Y sucederá que en aquellos días... -declara el Señor- no se dirá
más: "arca del pacto del Señor"; no les vendrá a la mente ni la
recordarán, no la echarán de menos ni será hecha de nuevo. En aquel
tiempo llamarán a Jerusalén: "Trono del Señor"; y todas las naciones
acudirán a ella, a Jerusalén, a causa del nombre del Señor; y no andarán
más tras la terquedad de su malvado corazón.
" (Jeremías 3:16-17)


"Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su
pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un
terremoto y gran granizo.
" (Revelación/Apocalipsis 11:19)


Ubicación actual del Arca

Actualmente existen diversas teorías
sobre la ubicación actual del arca de la Alianza. Entre ellas destacan
las seis más conocidas, las cuales se citan a continuación:


Oculta en el Monte Nebo

El Libro II de los Macabeos (cap. 2, ver. 4-10) contiene referencia de unos escritos que mencionan que el profeta Jeremías,
al ser advertido por Hashem(Di-s)" antes de la invasión babilónica,
sacó el arca del Templo y la hizo enterrar en una cueva del Monte Nebo.


En este sentido, cabe mencionar que, a partir de esta ubicación, existen numerosas teorías o historias "no probadas" y sin fundamento serio, que postulan que habría sido encontrada e incluso posiblemente llevada a algún otro lugar.


Llevada a Zimbabue

La tribu africana Lemba, la cual presume de ascendencia israelita,[cita requerida]
ha afirmado en sus tradiciones que sus antepasados, cuando llegaron al
sur de África, trajeron consigo una reliquia sagrada llamada Ngoma lungundu o "la voz de Dios", la cual estuvo un tiempo escondida en una cueva profunda en las montañas Dumghe, su hogar espiritual hasta que fue llevada a un museo, donde se encuentra actualmente.13 14 15


A partir de ello, el investigador Tudor Parfitt, que tiene un enfoque literalista de la historia bíblica, postula en su investigación que Ngoma lungundu
está relacionada con el arca. Su hipótesis se basa en que el objeto
descrito por el pueblo Lemba posee atributos similares al arca, tales
como que Ngoma lungundu es de tamaño parecido, que fue trasladada sólo
por los sacerdotes, que no se le permitió tocar el suelo, que fue
venerada como una voz de su Dios o que se utilizó como un arma de gran
poder.


Parfitt analizó este artefacto con radio-carbono, datándolo en una
fecha aproximada al año 1350, lo que coincidió con el repentino final de
la Gran Zimbabue.16 Parfitt sugiere que la Ngoma lungundu
que se encontró, es la descendiente de la bíblica arca y que ésta fue
reconstruida a través de la historia. Parfitt ofrece la sugerencia de
que el arca bíblica, al igual que la Ngoma lungundu, era una estructura de madera cubierta con un pedazo de cuero y que siempre ha sido un tambor,
así como un arma de algún tipo, al igual que el Ngoma. Sin embargo,
esta última hipótesis es rechazada por otros arqueólogos e
historiadores, al no poder ser probada.


Guardada en una iglesia de Etiopía

En 1989, un periodista británico, Graham Hancock, aseguró que la legendaria arca perdida no se encontraba perdida, sino a salvo en un templo de Etiopía. Posteriormente han aparecido pruebas arqueológicas que han sustentado esta teoría[cita requerida]. Esta teoría se basa en relatos pertenecientes a la iglesia cristiana Copta en Etiopía, que indican que el arca de la Alianza habría sido trasladada secretamente hacía más de 1000 años. (650 a. C.).



La Capilla de las Tablas en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion, según la tradición etíope, alberga el arca de la Alianza.

Modelo 3d del arca de la Alianza, basado en el boceto del Dr. J.O. Kinnaman.

Detalle de la guirnalda que adorna la tapa.
Cuenta el libro sagrado de Etiopía, el Kebra Nagast, que en tiempos de Salomón, la Reina de Saba visitó Jerusalén
atraída por la sabiduría de su Rey. La Reina de Saba comenzó a ejercer
una irresistible atracción sobre el hijo de David, quien pese a sus
riquezas e inteligencia no lograba seducir a la bella soberana. Llegaba
la hora de que partiera Saba y Salomón consiguió arrancarle una promesa:
que en el caso de que se llevase consigo algún bien preciado del reino,
consentiría a cambio yacer con él una sola noche. La víspera del viaje,
Salomón ofreció a su invitada una cena de exquisitos manjares.
Astutamente ordenó que se sazonaran con abundante sal y picantes
especias. Tras los postres, la reina tuvo que beber abundante agua para calmar la sed. La reina de Saba cumplió y de aquella única unión nació Menelik I,
futuro rey de Etiopía. Relatos indican que años más tarde el joven
Menelik fue enviado para recibir educación a casa de su padre en Jerusalén. Pocos años después, a pesar de los esfuerzos de Salomón para que su hijo se quedara, Menelik regresó a Etiopía.
La tradición cuenta que, seducido por sus ayudantes, se llevó consigo
el arca (algunas teorías postulan que para poder llevarse el arca
existió un posible cambio del arca original por el de una copia del arca
que Menelik debía llevarse; siendo posiblemente que esa copia sea el
arca que se dice fue ocultada en Jordania;
otras teorías, en cambio, postulan la posible existencia de dos arcas
originales o que tenían la misma importancia, en donde en cada una se
guardó posiblemente una de las Tablas de la Ley, siendo una de ellas la
que fue llevada a Etiopía).


Posteriormente los relatos indican que permaneció primeramente en un templo en la isla de Elefantina del río Nilo. Luego se relata cómo el arca de la Alianza habría sido colocada en una especie de tabernáculo en la isla de Tana Cherkos (Tana Kirkos), ubicada en el lago Tana (lago Tano), donde permaneció durante 800 años.


Los relatos señalan que pasado estos 800 años, el rey Ezana de Etiopía decidió trasladar el arca a Axum, siendo finalmente guardada en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion.
Según los etíopes, es el lugar en donde hasta hoy en día aún permanece y
es cuidada por un sacerdote. Este sacerdote, según sus tradiciones,
sería un descendiente de uno de los levitas,
quienes ayudaban a trasladar y cuidar el arca en sus viajes. Este
sacerdote es la única persona a quien se le permite ver el arca de la
Alianza guardada en la iglesia de Nuestra Señora de Sion, al igual que
ocurría con los levitas según la tradición judía; es por ello que no se
ha podido ratificar su permanencia real en esta iglesia, aunque todas
las pruebas arqueológicas indicarían que esta teoría sería auténtica.[cita requerida] Entre las variadas pruebas arqueológicas, hay reliquias pertenecientes al pueblo judío de la época del arca, y que pertenecerían al templo de Jerusalén.[cita requerida]


Esta última teoría además se sustenta en que extrañamente el arca es
el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía: cada uno
de los 20.000 templos de Etiopía contiene una réplica del arca de la
Alianza. El libro sagrado de Etiopía, el Kebra Nagast, cuenta la historia del traslado del arca gracias a Menelik I.


Cuando el Rey Salomón se dio cuenta del robo, pensó en enviar un
ejército a perseguir a su hijo, pero él también soñó que era la voluntad
de Dios y mantuvo en secreto la desaparición del arca. La versión
respecto a Makeda y Salomón, en la tradición judío ortodoxa de la
falasha de Etiopía, es prácticamente idéntica a la del Kebre Negest. A
pesar de ser una historia desestimada por los historiadores
occidentales, los etíopes la aceptan sin dudar. Están convencidos de que
el arca original fue llevada a Axum en el primer milenio antes de
Cristo y que permanece ahí desde entonces.


Recientemente, el Abune de Etiopía (Iglesia ortodoxa etíope) afirma haber visto el Arca de la Alianza17


Escondida en el Pozo del Dinero en la Isla del Roble

Una teoría (de la que no hay muchas pruebas) asegura que después de la Tercera Cruzada, los Caballeros Templarios (lo más probable es que haya sido un grupo francés de esta orden) se la habrían llevado a Escocia, donde la familia noble Sinclair los habría ayudado a trasladarla a un lugar más alejado y por tanto más seguro. Este lugar sería una isla cerca de Nueva Escocia llamada Isla del Roble
o Oak Island (en inglés). En esa isla se encuentra un pozo, apodado el
pozo del dinero, famoso por la inaccesibilidad de su fondo (donde
podrían encontrarse variadas cosas, desde los manuscritos originales de William Shakespeare, las joyas de María Antonieta, el Santo Grial, un tesoro de Barbanegra
o, como plantea esta teoría, el arca de la Alianza) y el misterio que
lo rodea, ya que nadie sabe con certeza quién lo construyó o cuándo,
aunque se propone que fueron integrantes de la flota naval francesa,
cosa que sería viable dada la gran influencia templaria en esa zona
(siendo una de las principales pruebas que el último caballero templario
de la historia Jacques de Molay fuera francés).


Oculta debajo del Monte de la Calavera en Jerusalén

Ron Wyatt (1933-1999), un arqueólogo bíblico aficionado famoso por afirmar haber descubierto numerosos lugares y artefactos relacionados con la arqueología bíblica,
la ubica en lo que se denomina el Jardín de la Tumba, en el Monte de la
Calavera de Jerusalén. Su descubrimiento ha sido desmentido por
científicos, historiadores y eruditos bíblicos por varios motivos como
la total ausencia de pruebas (grabaciones o fotografías) y dar una
descripción demasiado parecida a la ofrecida por el libro del Éxodo,
pese a los miles de años transcurridos sin restauración ni
mantenimiento alguno, además de discordar con la descripción existente
en el Deuteronomio. Sin embargo, el trabajo de Wyatt sigue teniendo algunos seguidores entre grupos fundamentalistas cristianos.18


Oculta debajo del templo en Jerusalén

Un grupo de rabinos afirma que tras la caída de Jerusalén, que devino en la destrucción y saqueo del Primer Templo a manos babilónicas, el arca habría sido enterrada en el monte Moriá,
donde se habría ubicado el antiguo templo. Según estos religiosos, el
cofre sagrado no se menciona entre los tesoros devueltos por los persas,
por lo que debió sobrevivir al saqueo al ser enterrado por los levitas.
Estos habrían muerto en la caída de la ciudad sin dar la ubicación del
arca. Hoy su búsqueda es casi imposible porque en ese sitio se alza el Domo de la Roca. En una entrevista para The Telegraph, el rabino Chaim Richman,
director del Instituto del Templo cuya finalidad es fomentar la
reconstrucción del Templo de Salomón en Israel, señaló que el Arca del
Pacto o Arca de la Alianza estaría oculta a un kilómetro de allí, en
cámaras subterráneas, cavadas en los días de Salomón.19 20


Referencias


  • Cuadro exhibido en el Jewish Museum de Nueva York.

    • 6. David y Salomón: en busca de los reyes sagrados de la Biblia y de las raíces de la tradición occidental, 2007
    • 7. The quest for the historical Israel :debating archaeology and
      the history of Early Israel: invited lectures delivered at the Sixth
      Biennial Colloquium of the International Institute for Secular
      Humanistic Judaism, Detroit, October 2005
      , 2007
    • 8. La Biblia desenterrada: una nueva visión arqueológica del antiguo Israel y de los orígenes de sus textos sagrados, 2003
    • 9. Highlands of many cultures: the southern Samaria survey: the sites, 1997
    • 10. Living on the Fringe. Archaeology and History of the Negev, Sinai and Neighbouring Regions in the Bronze and Iron Ages, 1995
    • 11. Shiloh: the archaeology of a biblical site, 1993
    • 12. The archaeology of the Israelite settlement, 1988
    • 13. Izbert Sartah: an early iron age site near Rosh Hacayin, Israel, 1986
    • 14. Lorenzo Mazzoni. Kebra Nagast. La Biblia secreta del Rastafari. Editorial Corona Borealis, mayo de 2010. ISBN 978-84-92635-40-5
    • 15. Insight on the scriptures (Perspicacia; it-1 págs. 179-181) Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

  • Josue 3:6


  • Hebreos 9:4


  • Éxodo 25:22


  • Éxodo 25:10-11, 17-22; 37:6-9


  • Éxodo 25:17


  • Hebreos 9:5


  • Commentary on the Old Testament, de C. F. Keil y F. Delitzsch, 1973, vol. 1, “The Second Book of Moses”, pág. 167.


  • Éxodo 25:12-16


  • Números 4:5, 15


  • 1Reyes 8:8


  • 1Crónicas 15:15


  • The
    real Indiana Jones: Intrepid British don Tudor Parfitt's mission to
    find the Lord Ark By ZOE BRENNAN , Daily Mail, 22nd February 2008 [1]


  • THE LOST ARK OF THE COVENANT by Tudor Parfitt, published by HarperCollins 2008.


  • A Lead on the Ark of the Covenant Time.com http://www.time.com/time/health/article/0,8599,1715337,00.html


  • http://www.soas.ac.uk/news/newsitem4308


  • «entreCristianos - El patriarca copto de Etiopía afirma haber visto el arca de la Alianza».


  • Young, Mark. «Ron Wyatt y el Árca Perdida». Nueva York/Londres: IMG Media. Consultado el 19 de febrero de 2016.


  • Simons, Jake Wallis (12 de septiembre de 2013). «The rabbi, the lost ark and the future of Temple Mount» (en inglés). The Telegraph. Consultado el 31 de diciembre de 2014.
    «The real one (the real lost ark) is hidden about a kilometre from
    here, in underground chambers created during the time of Solomon.»


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