La frase del día:
"Solo el que sirve con amor sabe custodiar"
Papa Francisco
Papa Francisco
San Carlos Borromeo
San Carlos Borromeo, un santo que tomó
muy en serio aquella frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde,
pero el que gasta su vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven
porque desgastó totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la
religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo
demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a
todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en
vez de tener tiempo de sobra para perder.
muy en serio aquella frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde,
pero el que gasta su vida por Mí, la ganará", murió relativamente joven
porque desgastó totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la
religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo
demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a
todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en
vez de tener tiempo de sobra para perder.
A los ocho años de edad (1545), recibió
la tonsura clerical y poco más tarde fue enviado a Milán para cursar los
estudios humanísticos. En 1559 fue elegido Papa su tío, el cardenal
Juan Ángel de Médicis, que tomó el nombre de Pío IV. Este hecho fue
decisivo en la vida del joven Carlos. El nuevo Papa, al día siguiente de
su exaltación, lo mandó venir a Roma y lo colmó de honores y
dignidades. El cargo más importante que le dio fue el de la
administración de los Estados de la Iglesia y el de la Secretaría de
Estado. Contaba entonces Carlos Borromeo 21 años. Por primera vez el
nepotismo pontificio del Renacimiento daba a la Iglesia un Cardenal
santo. En él halló Pío IV el más fiel y abnegado colaborador de su
pontificado.
la tonsura clerical y poco más tarde fue enviado a Milán para cursar los
estudios humanísticos. En 1559 fue elegido Papa su tío, el cardenal
Juan Ángel de Médicis, que tomó el nombre de Pío IV. Este hecho fue
decisivo en la vida del joven Carlos. El nuevo Papa, al día siguiente de
su exaltación, lo mandó venir a Roma y lo colmó de honores y
dignidades. El cargo más importante que le dio fue el de la
administración de los Estados de la Iglesia y el de la Secretaría de
Estado. Contaba entonces Carlos Borromeo 21 años. Por primera vez el
nepotismo pontificio del Renacimiento daba a la Iglesia un Cardenal
santo. En él halló Pío IV el más fiel y abnegado colaborador de su
pontificado.
San Carlos tuvo el mérito de saber
comprobar la vanidad de la abundancia al vivir en ella y, gracias a eso,
su corazón se despegó cada vez más de las cosas terrenas. Había hecho
todo lo posible por preveer al gobierno de la diócesis de Milán y
remediar los desórdenes que había en ella; en este sentido, el mandato
del Papa de que se quedase en Roma le dificultó la tarea. El Venerable
Bartolomé de Martyribus, arzobispo de Braga, fue por entonces a la
ciudad Eterna y San Carlos aprovechó la oportunidad para abrirle su
corazón : "Ya veis la posición que ocupo. Ya sabéis lo que significa
ser sobrino y sobrino predilecto de un Papa y no ignorais lo que es
vivir en la corte romana. Los peligros son inmenso. ¿Qué puedo hacer yo,
joven inexperto? Mi mayor penitencia es el fervor que Dios me ha dado
y, con frecuencia, pienso en retirarme a un monasterio a vivir como si
sólo Dios y yo existiésemos"
comprobar la vanidad de la abundancia al vivir en ella y, gracias a eso,
su corazón se despegó cada vez más de las cosas terrenas. Había hecho
todo lo posible por preveer al gobierno de la diócesis de Milán y
remediar los desórdenes que había en ella; en este sentido, el mandato
del Papa de que se quedase en Roma le dificultó la tarea. El Venerable
Bartolomé de Martyribus, arzobispo de Braga, fue por entonces a la
ciudad Eterna y San Carlos aprovechó la oportunidad para abrirle su
corazón : "Ya veis la posición que ocupo. Ya sabéis lo que significa
ser sobrino y sobrino predilecto de un Papa y no ignorais lo que es
vivir en la corte romana. Los peligros son inmenso. ¿Qué puedo hacer yo,
joven inexperto? Mi mayor penitencia es el fervor que Dios me ha dado
y, con frecuencia, pienso en retirarme a un monasterio a vivir como si
sólo Dios y yo existiésemos"
Pío IV había anunciado poco después de
su elección que tenía la intención de volver a reunir el Concilio de
Trento, suspendido en 1552. San Carlos empleó toda su influencia y su
energía para que el Pontífice llevase a cabo su proyecto, a pesar de que
las circunstancias políticas y eclesásticas eran muy adversas. Los
esfuerzos del cardenal tuvieron éxito, y el Concilio volvió a reunirse
en enero de 1562. Durante los dos años que duró la sesión, el santo tuvo
que trabajar con la misma diplomacia y vigilancia que había empleado
para conseguir que se reuniese. En el curso de las reuniones murió el
conde Federico Borromeo, con lo cual, San Carlos quedó como jefe de su
noble familia y su posición se hizo más dificil que nunca. Muchos
supusieron que iba a abandonar el estado clerical para casarse, pero el
santo ni siquiera pensó en ello. Renunció a sus derechos en favor de su
tío Julio y se ordenó sacerdote en 1563. Dos meses más tarde, recibió la
consagración episcopal, aunque no se le permitió trasladarse a su
diócesis. Además de todos sus cargos, se le confió la supervisión de la
publicación del Catecismo del Concilio de Trento y la reforma de los
libros litúrgicos y de la música sagrada; él fue quien encomendó a
Palestrina la composición de la Missa Papae Maecelli.
su elección que tenía la intención de volver a reunir el Concilio de
Trento, suspendido en 1552. San Carlos empleó toda su influencia y su
energía para que el Pontífice llevase a cabo su proyecto, a pesar de que
las circunstancias políticas y eclesásticas eran muy adversas. Los
esfuerzos del cardenal tuvieron éxito, y el Concilio volvió a reunirse
en enero de 1562. Durante los dos años que duró la sesión, el santo tuvo
que trabajar con la misma diplomacia y vigilancia que había empleado
para conseguir que se reuniese. En el curso de las reuniones murió el
conde Federico Borromeo, con lo cual, San Carlos quedó como jefe de su
noble familia y su posición se hizo más dificil que nunca. Muchos
supusieron que iba a abandonar el estado clerical para casarse, pero el
santo ni siquiera pensó en ello. Renunció a sus derechos en favor de su
tío Julio y se ordenó sacerdote en 1563. Dos meses más tarde, recibió la
consagración episcopal, aunque no se le permitió trasladarse a su
diócesis. Además de todos sus cargos, se le confió la supervisión de la
publicación del Catecismo del Concilio de Trento y la reforma de los
libros litúrgicos y de la música sagrada; él fue quien encomendó a
Palestrina la composición de la Missa Papae Maecelli.
Milán que había estado durante ochenta
años sin obispo residente, se hallaba en un estado deplorable. San
Carlos llegó a Milán en abril de 1556 y, en seguida empezó a trabajar
enérgicamente en la reforma de su diócesis. Francisco Panigarola,
arzobispo de Asti, dijo en la oración fúnebre por San Carlos: "De sus
rentas no empleaba para su propio uso más que lo absolutamente
indispensable. En cierta ocasión en que le acompañé a una visita del
valle de Mesolcina, que es un sitio muy frío, le encontré por la noche
estudiando, vestido únicamente con una sotana vieja. Naturalmente le
dije que, si no quería morir de frío, tenía que cubrirse mejor y él
sonrió al responderme: 'No tengo otra sotana. Durante el día estoy
obligado a vestir la púrpura cardenalicia, pero ésta es la única sotana
realmente mía y me sirve lo mismo en el verano que en el invierno' ".
Cuando San Carlos se estableció en Milán, vendió la vajilla de plata y
otros objetos preciosos en 30,000 coronas, suma que consagró
íntegramente a socorrer a las familias necesitadas.
años sin obispo residente, se hallaba en un estado deplorable. San
Carlos llegó a Milán en abril de 1556 y, en seguida empezó a trabajar
enérgicamente en la reforma de su diócesis. Francisco Panigarola,
arzobispo de Asti, dijo en la oración fúnebre por San Carlos: "De sus
rentas no empleaba para su propio uso más que lo absolutamente
indispensable. En cierta ocasión en que le acompañé a una visita del
valle de Mesolcina, que es un sitio muy frío, le encontré por la noche
estudiando, vestido únicamente con una sotana vieja. Naturalmente le
dije que, si no quería morir de frío, tenía que cubrirse mejor y él
sonrió al responderme: 'No tengo otra sotana. Durante el día estoy
obligado a vestir la púrpura cardenalicia, pero ésta es la única sotana
realmente mía y me sirve lo mismo en el verano que en el invierno' ".
Cuando San Carlos se estableció en Milán, vendió la vajilla de plata y
otros objetos preciosos en 30,000 coronas, suma que consagró
íntegramente a socorrer a las familias necesitadas.
Hay un acontecimiento célebre en la vida
de San Carlos que define la heroica abnegación y sentido de
responsabilidad de su cargo: la llamada peste de S. Carlos. Cuando el 11
de agosto de 1576 hacía su entrada solemne en Milán D. Juan de Austria,
que marchaba camino de Flandes, estalló la espantosa noticia de que
había peste en la ciudad. Aquel mismo día prosiguió D. Juan su viaje y
los milaneses comenzaron a aprestarse para luchar contra el terrible
enemigo. San Carlos, que se encontraba fuera de la ciudad, al saber la
noticia aceleró la vuelta para tomar las medidas oportunas. Despreció el
peligro de contagio, y ordenó un triduo de oraciones públicas y
procesiones. Pero la peste siguió en aumento durante el otoño y todo el
año siguiente de 1577. Hasta el 20 de enero de 1578 no se declaró su
extinción. Por su extraordinaria conducta durante la peste, aquella dura
prueba se denominó la peste de San Carlos.
de San Carlos que define la heroica abnegación y sentido de
responsabilidad de su cargo: la llamada peste de S. Carlos. Cuando el 11
de agosto de 1576 hacía su entrada solemne en Milán D. Juan de Austria,
que marchaba camino de Flandes, estalló la espantosa noticia de que
había peste en la ciudad. Aquel mismo día prosiguió D. Juan su viaje y
los milaneses comenzaron a aprestarse para luchar contra el terrible
enemigo. San Carlos, que se encontraba fuera de la ciudad, al saber la
noticia aceleró la vuelta para tomar las medidas oportunas. Despreció el
peligro de contagio, y ordenó un triduo de oraciones públicas y
procesiones. Pero la peste siguió en aumento durante el otoño y todo el
año siguiente de 1577. Hasta el 20 de enero de 1578 no se declaró su
extinción. Por su extraordinaria conducta durante la peste, aquella dura
prueba se denominó la peste de San Carlos.
En el año de 1584, decayó más la salud
del santo. Después de fundar en Milán una casa de convalecencia, San
Carlos partió en octubre, a Monte Varallo para hacer su retiro anual.
Antes de partir, había predicho a varias personas que le quedaba ya poco
tiempo de vida. En efecto, el 24 de octubre se sintió enfermo y, el 29
del mismo mes, partió de regreso a Milán, a donde llegó el día de los
fieles difuntos. La víspera había celebrado su última misa en Arona, su
ciudad natal. Una vez en el lecho, pidió los últimos sacramentos
"inmediatamente" y los recibió de manos del arcipreste de su catedral.
Al principio de la noche del 3 al 4 de noviembre, murió apaciblemente,
mientras pronunciaba las palabras "Ecce venio" (heme aquí). No tenía más
que cuarenta y seis años de edad.
del santo. Después de fundar en Milán una casa de convalecencia, San
Carlos partió en octubre, a Monte Varallo para hacer su retiro anual.
Antes de partir, había predicho a varias personas que le quedaba ya poco
tiempo de vida. En efecto, el 24 de octubre se sintió enfermo y, el 29
del mismo mes, partió de regreso a Milán, a donde llegó el día de los
fieles difuntos. La víspera había celebrado su última misa en Arona, su
ciudad natal. Una vez en el lecho, pidió los últimos sacramentos
"inmediatamente" y los recibió de manos del arcipreste de su catedral.
Al principio de la noche del 3 al 4 de noviembre, murió apaciblemente,
mientras pronunciaba las palabras "Ecce venio" (heme aquí). No tenía más
que cuarenta y seis años de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario