.JESÚS DE
NAZARET.
NAZARET.
Roma y el cristianismo I: una
relación cordial.
relación cordial.
La relación entre Roma y el cristianismo no fue fácil, ni mucho menos.
Tras los primeros treinta años de paz llegaron las persecuciones que terminaron con el
triunfo de la Iglesia y el reconocimiento de la religión de Cristo como religión
oficial del Estado.
Tras los primeros treinta años de paz llegaron las persecuciones que terminaron con el
triunfo de la Iglesia y el reconocimiento de la religión de Cristo como religión
oficial del Estado.
En este primer capítulo de las relaciones entre Roma y el cristianismo
recorreremos los aproximadamente 68 años entre el nacimiento de Jesús y la llegada de
Pablo a Roma.
recorreremos los aproximadamente 68 años entre el nacimiento de Jesús y la llegada de
Pablo a Roma.
Roma está presente por tres veces en la vida de Jesús, tal y como
narran los Evangelios. La primera ocasión se da en el nacimiento de Jesús:
1 Sucedió que por aquellos días salió un edicto de Césarnarran los Evangelios. La primera ocasión se da en el nacimiento de Jesús:
Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo.
2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de
David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David,
5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
6 Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento,
7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en el alojamiento. (Lucas, capítulo 2).
Es importante comprender que Cristo, como Hijo de Dios, es el auténtico
Mesías que esperaba Israel. Durante toda la vida de Jesús se cumplirán al pie de la
letra lo establecido en el Antiguo Testamento sobre este tema, y precisamente la
obligación de inscribirse en el censo ordenado por Augusto dará la ocasión para que
Cristo nazca en Belén. En este punto, Roma es un mero vehículo de los designios de Dios
para que se cumpla lo escrito.
Mesías que esperaba Israel. Durante toda la vida de Jesús se cumplirán al pie de la
letra lo establecido en el Antiguo Testamento sobre este tema, y precisamente la
obligación de inscribirse en el censo ordenado por Augusto dará la ocasión para que
Cristo nazca en Belén. En este punto, Roma es un mero vehículo de los designios de Dios
para que se cumpla lo escrito.
La segunda surgió a raíz de una trampa que le tendieron los fariseos
en el Templo al preguntarle si debían pagar el tributo a Roma:
21 Y le preguntaron: «Maestro, sabemos que hablas y enseñas conen el Templo al preguntarle si debían pagar el tributo a Roma:
rectitud, y que no tienes en cuenta la condición de las personas, sino que enseñas con
franqueza el camino de Dios:
22 ¿Nos es lícito pagar tributo al César o no?»
23 Pero él, habiendo conocido su astucia, les dijo:
24 «Mostradme un denario. ¿De quién lleva la imagen y la inscripción?» Ellos dijeron:
«Del César.»
25 El les dijo: «Pues bien, lo del César devolvédselo al
César, y lo de Dios a Dios.» (Lucas, capítulo 20).
Los fariseos deseaban deshacerse de Jesús porque sus enseñanzas
suponían un peligro a su status religioso. En esta ocasión, al preguntarle si es lícito
que el pueblo de Israel pague el tributo a Roma, le están tendiendo una hábil trampa: Si
Jesús dice que no ellos podrán acusarle ante la justicia romana de predicar un delito
contra el Tesoro de Roma, lo que significa que la justicia romana intervendría contra
Jesús. Los fariseos deseaban la muerte de Jesús, pero no querían ser ellos los
ejecutores por temor a la reacción del pueblo, así que tratarán de involucrar a Roma.
Cuando Jesús desmonta hábilmente la trampa señalando que en las monedas aparece la
imagen de César (Tiberio) y que por tanto son suyas está mostrando que la religión no
debe inmiscuirse en asuntos terrenales. Él no es un líder nacionalista que llama a la
desobediencia fiscal contra el ocupante romano ni un colaboracionista que llama a pagar el
impuesto alegremente. Él es Cristo, el Hijo de Dios, cuyo Reino no es de este Mundo.
suponían un peligro a su status religioso. En esta ocasión, al preguntarle si es lícito
que el pueblo de Israel pague el tributo a Roma, le están tendiendo una hábil trampa: Si
Jesús dice que no ellos podrán acusarle ante la justicia romana de predicar un delito
contra el Tesoro de Roma, lo que significa que la justicia romana intervendría contra
Jesús. Los fariseos deseaban la muerte de Jesús, pero no querían ser ellos los
ejecutores por temor a la reacción del pueblo, así que tratarán de involucrar a Roma.
Cuando Jesús desmonta hábilmente la trampa señalando que en las monedas aparece la
imagen de César (Tiberio) y que por tanto son suyas está mostrando que la religión no
debe inmiscuirse en asuntos terrenales. Él no es un líder nacionalista que llama a la
desobediencia fiscal contra el ocupante romano ni un colaboracionista que llama a pagar el
impuesto alegremente. Él es Cristo, el Hijo de Dios, cuyo Reino no es de este Mundo.
La tercera ocasión, la más importante, será provocada por los
fariseos, hartos de intentar coger a Jesús en algún renuncio para procesarle, y que
deciden arrestarle por las bravas y presentarle a Poncio Pilato, prefecto de Judea, que se
halla en Jerusalén con motivo de la Pascua del año 30. Los fariseos desean la muerte de
Jesús, pero el Sanedrín no puede aplicar el ius gladii, la pena de muerte,
facultad reservada a la justicia romana. Llevado ante Pilato, éste no ve que Jesús haya
cometido ningún delito contra Roma y le devuelve al Sanedrín, pero los fariseos no
quieren que Jesús sea amonestado y azotado por blasfemo: quieren que muera y la única
que puede ejecutar a un reo es la justicia de Roma, por eso presionarán insistentemente
ante Pilato quien, al final, tras declarar en varias ocasiones que Jesús no es culpable
de ningún delito, se desentiende del caso preguntando a los judíos congregados ante el
palacio de Herodes (todos ellos fariseos, obviamente) a quién desean que se aplique la
gracia concedida en la Pascua por la que un reo es amnistiado. En ese momento hay dos
reos: Jesús y Barrabás, un convicto de asesinato y los fariseos piden que sea amnistiado
Barrabás, con lo que Jesús es condenado en su lugar a la crucifixión. Aquí Roma, en la
persona de Poncio Pilato, es de nuevo un mero instrumento de los designios de Dios, ya que
no es culpable directa de la crucifixión de Jesús.
fariseos, hartos de intentar coger a Jesús en algún renuncio para procesarle, y que
deciden arrestarle por las bravas y presentarle a Poncio Pilato, prefecto de Judea, que se
halla en Jerusalén con motivo de la Pascua del año 30. Los fariseos desean la muerte de
Jesús, pero el Sanedrín no puede aplicar el ius gladii, la pena de muerte,
facultad reservada a la justicia romana. Llevado ante Pilato, éste no ve que Jesús haya
cometido ningún delito contra Roma y le devuelve al Sanedrín, pero los fariseos no
quieren que Jesús sea amonestado y azotado por blasfemo: quieren que muera y la única
que puede ejecutar a un reo es la justicia de Roma, por eso presionarán insistentemente
ante Pilato quien, al final, tras declarar en varias ocasiones que Jesús no es culpable
de ningún delito, se desentiende del caso preguntando a los judíos congregados ante el
palacio de Herodes (todos ellos fariseos, obviamente) a quién desean que se aplique la
gracia concedida en la Pascua por la que un reo es amnistiado. En ese momento hay dos
reos: Jesús y Barrabás, un convicto de asesinato y los fariseos piden que sea amnistiado
Barrabás, con lo que Jesús es condenado en su lugar a la crucifixión. Aquí Roma, en la
persona de Poncio Pilato, es de nuevo un mero instrumento de los designios de Dios, ya que
no es culpable directa de la crucifixión de Jesús.
Tras la Resurrección de Cristo, los Apóstoles se dedican a transmitir
la Buena Nueva por Oriente Próximo, Grecia y la misma Roma sin molestar a la potencia
dueña del Mundo que no ve en la pequeña comunidad cristiana ninguna amenaza para sus
intereses. Roma, habilísima dominadora, es muy tolerante con las naciones sometidas a las
que mantiene sus propios órganos de gobierno y, por supuesto su sistema religioso. A Roma
no le importa que los cristianos y muchos otros recorran sus dominios predicando siempre
que no se ponga directamente en tela de juicio la religión romana, la religión oficial
del Estado. Por eso los únicos que molestan a los cristianos primitivos durante los
primeros treinta años de la Iglesia son las intransigentes y fanáticas autoridades
religiosas judías que persiguen a la Iglesia linchando a Esteban en 34 y a otros
mártires como Santiago en 62. Un poco antes ha ocurrido el episodio del arresto de Pablo
tal y como lo narra Lucas en Hechos:
la Buena Nueva por Oriente Próximo, Grecia y la misma Roma sin molestar a la potencia
dueña del Mundo que no ve en la pequeña comunidad cristiana ninguna amenaza para sus
intereses. Roma, habilísima dominadora, es muy tolerante con las naciones sometidas a las
que mantiene sus propios órganos de gobierno y, por supuesto su sistema religioso. A Roma
no le importa que los cristianos y muchos otros recorran sus dominios predicando siempre
que no se ponga directamente en tela de juicio la religión romana, la religión oficial
del Estado. Por eso los únicos que molestan a los cristianos primitivos durante los
primeros treinta años de la Iglesia son las intransigentes y fanáticas autoridades
religiosas judías que persiguen a la Iglesia linchando a Esteban en 34 y a otros
mártires como Santiago en 62. Un poco antes ha ocurrido el episodio del arresto de Pablo
tal y como lo narra Lucas en Hechos:
26 Entonces Pablo tomó al día
siguiente a los hombres, y habiéndose purificado con ellos, entró en el Templo para
declarar el cumplimiento del plazo de los días de la purificación cuando se había de
presentar la ofrenda por cada uno de ellos.
27 Cuando estaban ya para cumplirse los siete días, los judíos venidos
de Asia le vieron en el Templo, revolvieron a todo el pueblo, le echaron mano
28 y se pusieron a gritar: «¡Auxilio, hombres de Israel! Este es el
hombre que va enseñando a todos por todas partes contra el pueblo, contra la Ley y contra
este Lugar; y hasta ha llegado a introducir a unos griegos en el Templo, profanando este
Lugar Santo.»
29 Pues habían visto anteriormente con él en la ciudad a Trofimo, de
Efeso, a quien creían que Pablo había introducido en el Templo.
30 Toda la ciudad se alborotó y la gente concurrió de todas partes. Se
apoderaron de Pablo y lo arrastraron fuera del Templo; inmediatamente cerraron las
puertas.
31 Intentaban darle muerte, cuando subieron a decir al tribuno de la
cohorte: «Toda Jerusalén está revuelta.»
32 Inmediatamente tomó consigo soldados y centuriones y bajó corriendo
hacia ellos; y ellos al ver al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
(Hechos de los Apóstoles, capítulo 21).
siguiente a los hombres, y habiéndose purificado con ellos, entró en el Templo para
declarar el cumplimiento del plazo de los días de la purificación cuando se había de
presentar la ofrenda por cada uno de ellos.
27 Cuando estaban ya para cumplirse los siete días, los judíos venidos
de Asia le vieron en el Templo, revolvieron a todo el pueblo, le echaron mano
28 y se pusieron a gritar: «¡Auxilio, hombres de Israel! Este es el
hombre que va enseñando a todos por todas partes contra el pueblo, contra la Ley y contra
este Lugar; y hasta ha llegado a introducir a unos griegos en el Templo, profanando este
Lugar Santo.»
29 Pues habían visto anteriormente con él en la ciudad a Trofimo, de
Efeso, a quien creían que Pablo había introducido en el Templo.
30 Toda la ciudad se alborotó y la gente concurrió de todas partes. Se
apoderaron de Pablo y lo arrastraron fuera del Templo; inmediatamente cerraron las
puertas.
31 Intentaban darle muerte, cuando subieron a decir al tribuno de la
cohorte: «Toda Jerusalén está revuelta.»
32 Inmediatamente tomó consigo soldados y centuriones y bajó corriendo
hacia ellos; y ellos al ver al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.
(Hechos de los Apóstoles, capítulo 21).
Este tribuno es Claudio Lisias, el jefe de la cohorte de auxiliares
romanos de guarnición permanente en la Torre Antonia. 480 soldados en total. Al ser
informado del alboroto baja inmediatamente al Templo y rescata a Pablo de la multitud de
judíos radicales que pretende lincharle llevándole a la Antonia. Lisias sólo ve un
alboroto provocado por motivos religiosos y ante la amenazadora actitud de los fanáticos
judíos decide poner el libertad a Pablo después de azotarle por alborotador. En ese
momento Pablo da a conocer a Lisias que es ciudadano romano y para el sorprendido tribuno
todo cambia inmediatamente.
romanos de guarnición permanente en la Torre Antonia. 480 soldados en total. Al ser
informado del alboroto baja inmediatamente al Templo y rescata a Pablo de la multitud de
judíos radicales que pretende lincharle llevándole a la Antonia. Lisias sólo ve un
alboroto provocado por motivos religiosos y ante la amenazadora actitud de los fanáticos
judíos decide poner el libertad a Pablo después de azotarle por alborotador. En ese
momento Pablo da a conocer a Lisias que es ciudadano romano y para el sorprendido tribuno
todo cambia inmediatamente.
En aquellos tiempos la pena de prisión era muy rara. La pena de muerte
(ius gladius) era aplicada en casos extremos como el asesinato o la traición y
la pena más común para delitos graves era el destierro, un castigo que hoy nos parece
mínimo pero que entonces era muy temido. El castigo de los azotes servía como
advertencia a los culpables de delitos menores como desórdenes, pequeños hurtos, etc.
Pero en ningún caso podía ser aplicada a un ciudadano romano ya que el Derecho Romano lo
prohibía expresamente. Precisamente una de las razones del cruce del Rubicón por Julio
César fue que el Senado ordenó azotar a galos que poseían la ciudadanía romana
provocando el malestar de todo el ejército de César, compuesto en su inmensa mayoría
por galo-romanos. hay un episodio anterior en Hechos en el que Pablo es azotado por las
autoridades romanas, cuando el Apóstol tras el castigo declara que es ciudadano romano,
el temor envuelve a las autoridades que dan toda clase de excusas y disculpas al Apóstol
ante el temor de que éste les denuncie. Por ello Claudio Lisias protege a Pablo de los
intentos de los judíos radicales de hacerse con él para matarlo llevándole ante el
Sanedrín fuertemente escoltado y cuando le avisan que un grupo de fariseos se ha
juramentado para matarlo le envía con una fuerte escolta de infantería y caballería a
Cesarea para evitar que Pablo sea asesinado en Jerusalén. La conducta de Claudio Lisias
es, desde el punto de vista jurídico, impecable en la protección de las garantías
procesales de un ciudadano romano.
(ius gladius) era aplicada en casos extremos como el asesinato o la traición y
la pena más común para delitos graves era el destierro, un castigo que hoy nos parece
mínimo pero que entonces era muy temido. El castigo de los azotes servía como
advertencia a los culpables de delitos menores como desórdenes, pequeños hurtos, etc.
Pero en ningún caso podía ser aplicada a un ciudadano romano ya que el Derecho Romano lo
prohibía expresamente. Precisamente una de las razones del cruce del Rubicón por Julio
César fue que el Senado ordenó azotar a galos que poseían la ciudadanía romana
provocando el malestar de todo el ejército de César, compuesto en su inmensa mayoría
por galo-romanos. hay un episodio anterior en Hechos en el que Pablo es azotado por las
autoridades romanas, cuando el Apóstol tras el castigo declara que es ciudadano romano,
el temor envuelve a las autoridades que dan toda clase de excusas y disculpas al Apóstol
ante el temor de que éste les denuncie. Por ello Claudio Lisias protege a Pablo de los
intentos de los judíos radicales de hacerse con él para matarlo llevándole ante el
Sanedrín fuertemente escoltado y cuando le avisan que un grupo de fariseos se ha
juramentado para matarlo le envía con una fuerte escolta de infantería y caballería a
Cesarea para evitar que Pablo sea asesinado en Jerusalén. La conducta de Claudio Lisias
es, desde el punto de vista jurídico, impecable en la protección de las garantías
procesales de un ciudadano romano.
En Cesarea Pablo comparece ante el prefecto Félix mientras una
delegación del Sanedrín desplazada a Cesarea le presiona para que se lo entregue
acusándole formalmente de crímenes contra el pueblo de Israel y pidiendo que sea juzgado
por el Sanedrín. Pero Félix, alertado por una carta de Lisias, sabe que si entrega a
Pablo muy probablemente no llegue a Jerusalén con vida, así que demora el juicio y,
simpatizando con su compatriota de origen judío, le retiene bajo custodia aunque
permitiéndole desenvolverse en el palacio de Herodes en Cesarea con libertad. Dos años
demoró su resolución Félix hasta que fue sustituido como prefecto de Judea por Porcio
Festo que mantuvo la custodia de Pablo ante la presión del Sanedrín. Tras visitar
Jerusalén Festo se dio cuenta de que lo que los fariseos pretendían era asesinar a Pablo
y de regreso a Cesarea convocó un juicio para terminar el asunto de una vez. destaca la
presencia en el juicio de Marco Julio Agripa, hijo del rey Agripa I, que se encuentra en
Cesarea para visitar a Festo y que durante el proceso apoya la inocencia de Pablo. En este
proceso, la conducta de Festo es también jurídicamente impecable y el texto de Lucas nos
da una detallada imagen de las garantías procesales de que gozaban los ciudadanos
romanos. Festo concluye que según el Derecho Romano Pablo no ha cometido ningún delito,
lo que desata la ira de los radicales judíos y Festo, preocupado por las preocupantes
acciones que la liberación sin cargos de Pablo puede desatar, se compromete a que Pablo
sea conducido a Jerusalén para ser juzgado bajo custodia de Roma. El Apóstol, aburrido
ante la perspectiva de un proceso que puede llegar a ser interminable, ejerce sus derechos
de ciudadano romano y solicita la apelación directa a César, lo que significa que será
juzgado en Roma por un tribunal imperial romano. Festo, tras consultar con sus
magistrados, concluye que la apelación es procedente y envía a Pablo a Roma.
delegación del Sanedrín desplazada a Cesarea le presiona para que se lo entregue
acusándole formalmente de crímenes contra el pueblo de Israel y pidiendo que sea juzgado
por el Sanedrín. Pero Félix, alertado por una carta de Lisias, sabe que si entrega a
Pablo muy probablemente no llegue a Jerusalén con vida, así que demora el juicio y,
simpatizando con su compatriota de origen judío, le retiene bajo custodia aunque
permitiéndole desenvolverse en el palacio de Herodes en Cesarea con libertad. Dos años
demoró su resolución Félix hasta que fue sustituido como prefecto de Judea por Porcio
Festo que mantuvo la custodia de Pablo ante la presión del Sanedrín. Tras visitar
Jerusalén Festo se dio cuenta de que lo que los fariseos pretendían era asesinar a Pablo
y de regreso a Cesarea convocó un juicio para terminar el asunto de una vez. destaca la
presencia en el juicio de Marco Julio Agripa, hijo del rey Agripa I, que se encuentra en
Cesarea para visitar a Festo y que durante el proceso apoya la inocencia de Pablo. En este
proceso, la conducta de Festo es también jurídicamente impecable y el texto de Lucas nos
da una detallada imagen de las garantías procesales de que gozaban los ciudadanos
romanos. Festo concluye que según el Derecho Romano Pablo no ha cometido ningún delito,
lo que desata la ira de los radicales judíos y Festo, preocupado por las preocupantes
acciones que la liberación sin cargos de Pablo puede desatar, se compromete a que Pablo
sea conducido a Jerusalén para ser juzgado bajo custodia de Roma. El Apóstol, aburrido
ante la perspectiva de un proceso que puede llegar a ser interminable, ejerce sus derechos
de ciudadano romano y solicita la apelación directa a César, lo que significa que será
juzgado en Roma por un tribunal imperial romano. Festo, tras consultar con sus
magistrados, concluye que la apelación es procedente y envía a Pablo a Roma.
Y así llega el Apóstol a Roma, bajo custodia militaris, lo
que significa que está en libertad vigilada continuamente por un guardia que le acompaña
a todas partes. Tras dos años de espera, Pablo es puesto en libertad, ya que el Derecho
Romano establece una duración máxima de la custodia militaris de dos años, si
transcurrido ese plazo la acusación no se presenta el caso es sobreseído y el reo queda
en libertad.
que significa que está en libertad vigilada continuamente por un guardia que le acompaña
a todas partes. Tras dos años de espera, Pablo es puesto en libertad, ya que el Derecho
Romano establece una duración máxima de la custodia militaris de dos años, si
transcurrido ese plazo la acusación no se presenta el caso es sobreseído y el reo queda
en libertad.
Hasta aquí todo perfecto. Los impresionantes mecanismos legales
establecidos por Roma, madre del Derecho, funcionaron a la perfección en este caso para
proteger a Pablo de las homicidas iras de los radicales judíos. En estos más de treinta
años transcurridos desde la Resurrección Roma dejó hacer a los cristianos sin
molestarles, y sus intervenciones se vieron forzadas por los judíos del Sanedrín. Pero
esta relación cordial entre Roma y los cristianos pronto se truncaría gracias a la
intervención de un demente instalado en el poder de Roma: Nerón.
establecidos por Roma, madre del Derecho, funcionaron a la perfección en este caso para
proteger a Pablo de las homicidas iras de los radicales judíos. En estos más de treinta
años transcurridos desde la Resurrección Roma dejó hacer a los cristianos sin
molestarles, y sus intervenciones se vieron forzadas por los judíos del Sanedrín. Pero
esta relación cordial entre Roma y los cristianos pronto se truncaría gracias a la
intervención de un demente instalado en el poder de Roma: Nerón.
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