Juan Antonio Souto Lasala (1959-2011)


Escribir
un obituario no resulta una tarea sencilla, menos aún cuando se debe
realizar  para un ser querido. Se requiere perspectiva y cierta
objetividad, imposibles en este caso.
Juan Antonio Souto Lasala nació
en Caracas (Venezuela) el 16 de diciembre de 1959, donde residió hasta
los 17 años. Junto a sus padres se instaló en Zaragoza (España) donde
acabó sus estudios superiores con el título de Doctor en Historia. A
finales de los años ochenta se trasladó a Madrid como docente de la
Universidad Complutense, ejerciendo el cargo de profesor titular en la
Facultad de Filología, en el Departamento de Estudios Árabes e
Islámicos. Perteneció, entre otras, a la Asociación Española de
Arqueología Medieval y a la Asociación Española de Orientalistas.
Trabajador e investigador incansable, publicó más de 50 obras entre
artículos y libros, además de dirigir dos tesis doctorales. Su deceso se
produjo en Córdoba, ciudad en la que residía desde hace varios años, el
sábado 15 de octubre de 2011.
Este podría ser el sencillo resumen de su
vida. Pero, Juan fue mucho más que una mera reseña de sus logros. Fue
un ser humano caracterizado por su complejidad y aparentes
contradicciones. Formal y sereno, no era difícil verle metido a dar
palmas en un recital flamenco. Gran e inteligente conversador, adoraba
el silencio de sus reflexivos paseos. De cuidada y elegante imagen,
guardaba en su armario alguna chilaba y la equipación del motero que
fue. Jovial y espontaneo, era profundamente introvertido en sus
emociones. Sabía estar con la misma soltura en un congreso internacional
exponiendo un trabajo que en el mercado haciendo la compra para
prepararse una exquisita comida.
Pero por encima de estas pincelas sobre
su carácter, Juan fue un hombre que cultivó su libertad en todos los
aspectos de su existencia. Libertad entendida como honestidad hacia sí
mismo y respeto hacia los demás. Un romántico impenitente, buscador del
amor en esencia y la plena complicidad. Y, finalmente, fue un enamorado
de la vida, capaz de recrearse en las pequeñas delicias cotidianas, en
los efímeros momentos de completa paz y felicidad que raramente nos da
el devenir de los días, degustador de la compañía discreta del amigo,
sensible a los cambios de la naturaleza física y humana, escudriñador de
emociones y un minucioso coleccionista de afectos.
Juan Antonio Souto Lasala fue muchas
cosas, pero para los que le conocimos íntimamente fue, sobre todo, un
amigo entrañable y fiel.
Descanse en paz.
Irene Pérez-Juana y Antonio Malalana
Nota, para comprobar la obra de Juan entrar aquí: http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=168758.







4 pensamientos en “Juan Antonio Souto Lasala (1959-2011)





  1. Soy Luisana Gómez. profesora de la
    Universidad Central de Venezuela y amiga de la infancia de Juan Souto,
    hasta la fecha y por siempre, ya que manteníamos una relación epistolar.
    No sé qué pudo pasarle a alguien bastante sano y lleno de vida, no sé
    si Uds saben de qué murió, ¿qué le paso?.

    La noticia ha llegado como un rayo y me ha dejado muy afligida. Cuesta
    mucho aceptar una desaparición de alguien tan querido y cercano, a pesar
    de la distancia, siempre se mantenía presente a traves de sus mensajes,
    correos y llamadas telefónicas.Como bien dicen, Juan , fue sobre todo un amigo entrañable y fiel, siempre.

    Quiero felicitarlos a ambos por tan bello obituario que ya colgué en mi página.Y espero mantener el contacto con Ustedes.

    Saludos desde Caracas








    • http://emui.academia.edu/JuanAntonioSoutoLasala


      Perdona si he tardado en contestar. No había visto tu comentario
      hasta ahora que buscaba a contactos de Juan para hacerles llegar el
      enlace que te puesto. Antonio Malalana, mi marido, se ha encargado (con
      el favor de su familia) de recopilar todo su trabajo de investigación;
      o, por lo menos, lo que ha podido recuperar de lo que tenía editado
      tanto en la red como en sus archivos. Espero que te guste y te haga
      recordarle. Un abrazo fuerte.








  2. Una gran perdida para todos aquellos que amamos la historia y su gran legado, nuestro Patrimonio Histórico.








  3. Desarrollamos una amistad durante unos pocos meses antes, puesto que inmediatamente su caracter jovial y alegre incitaba a ello.


    Todo ello fue a consecuencia de una colaboración con Círculo
    Románico sobre las pinturas de San Román de Toledo y las inscripciones
    que él mismo denominó como del tipo nasjí, traduciéndolas. Su
    desinteresada contribución aportó calidad y brillo al trabajo realizado
    sobre una de las muestras pictóricas románicas -quizá la única mozárabe
    mudéjar- más meridionales de España.


    Su pérdida nos dejó terriblemente conmocionados y su mezquita de Córdoba ya nunca será la misma que su enamorado nos mostraba.


    Jesús Blázquiz Magán.

    Vicepresidente de Círculo Románico.




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