Enseñar a la manera del Salvador

Prepararse para comparecer ante Dios



Devin G. Durrant

Primer Consejero, Presidencia General de la Escuela Dominical





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La Escuela Dominical desempeña una importante función al ayudarnos a todos a prepararnos para comparecer ante Dios. ¿Están haciendo de ello una prioridad?

scripture study
En el Libro de Mormón, Amulek pronuncia un poderoso sermón sobre la expiación de Jesucristo (véase Alma 34).
Entre los hermosos versículos de este capítulo, uno de los que más me
llama la atención es aquel en el que Amulek declara: “Porque he aquí,
esta vida es cuando el hombre debe prepararse para comparecer ante Dios”
(Alma 34:32).
Al
creer que el propósito de esta vida es “prepararse para comparecer ante
Dios”, podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué estoy haciendo
cada día, cada semana y cada mes a fin de prepararme para ese
maravilloso reencuentro con nuestro Padre Celestial? ¿Cómo elegiré
emplear el valioso tiempo que se me otorga?

¿Cómo nos prepararemos?

Hay
muchas maneras en que podríamos emplear nuestro tiempo para prepararnos
para comparecer ante Dios. De manera semanal creo que estamos de
acuerdo en que el momento más importante de la semana es el que pasamos
participando de la Santa Cena, renovando nuestros convenios con el Padre
Celestial, reflexionando en el amor que sentimos de Él y en la
esperanza que todos podemos tener como resultado de la expiación de Su
Hijo, Jesucristo.
También
creo que la hora que pasamos en nuestras clases de la Escuela Dominical
podría tener un mayor efecto en nuestra preparación de lo que pensamos,
pero para beneficiarnos de esa oportunidad tal vez debamos analizar el
modo en que enfocamos la Escuela Dominical.
El
propósito de la Escuela Dominical es “fortalecer la fe de las personas y
de las familias en el Padre Celestial y en Jesucristo mediante la
enseñanza, el aprendizaje y el hermanamiento”1.
Esos aspectos fundamentales de la conversión son esenciales en nuestros
esfuerzos por prepararnos para comparecer ante Dios. Nos entusiasma ver
que los maestros en toda la Iglesia se están esforzando por mejorar su
habilidad para enseñar haciendo uso del manual Enseñar a la manera del Salvador y de las reuniones de consejo de maestros.
Sin
embargo, una mejor enseñanza no es suficiente; debe ir acompañada de
nuestros esfuerzos por aprender a la manera del Salvador. Él dijo que
hemos de aprender “tanto por el estudio como por la fe” (D. y C. 109:7). La fe es un principio de acción. Debemos hacer si deseamos saber (véase Juan 7:17).
Nuestras
clases de la Escuela Dominical fomentarán esa clase de enseñanza y
aprendizaje si son lugares seguros para compartir las experiencias que
tuvimos y la inspiración que sentimos durante la semana al aprender y
poner en práctica las Escrituras cuando nos preparamos para la clase. A
medida que “[nos enseñemos] el uno al otro la doctrina del reino… todos
[seremos] edificados de todos” (D. y C. 88: 77, 122).

Llamen al día de reposo delicia

No hace mucho, la Primera Presidencia nos ha invitado a todos a llamar al día de reposo “delicia”. (véase Isaías 58:13). Las tres horas de reuniones dominicales nos ayudan a cumplir esa meta.
Con
ese espíritu, permítanme hacer otra pregunta: ¿Por qué en ocasiones
optamos por no aprovechar plenamente la oportunidad que la Escuela
Dominical ofrece?
En
los últimos años, he sido testigo de “alternativas” muy diversas
durante el tiempo de la Escuela Dominical, que incluyen conversaciones
en los pasillos, entrevistas de los líderes de barrio, capacitaciones de
los líderes de estaca a sus homólogos de barrio, y líderes de los
jóvenes tratando asuntos del programa.
Dadas
las muchas exigencias de su tiempo, comprendo por qué los líderes usan
el tiempo de la Escuela Dominical para hacer otras cosas; pero qué
bendición es para todos los que participan que los líderes del barrio
aparten una hora a fin de participar en el análisis del Evangelio con
los miembros de su rebaño.
Estoy
seguro de que ustedes han visto otros ejemplos de “desatención a la
Escuela Dominical”. Por una razón u otra, muchos de nosotros hemos
sentido que en ocasiones no sacamos tanto provecho de las clases de la
Escuela Dominical como nos gustaría. He aprendido que la riqueza de mi
experiencia en la Escuela Dominical depende tanto de mi preparación y
participación como de la del maestro. El hermano Tad R. Callister,
Presidente General de la Escuela Dominical, ha escrito: “Cada vez que
estudiamos las Escrituras, vamos a una clase mejor preparados,
participamos en la lección, hacemos preguntas y anotamos las impresiones
sagradas que recibimos, llegamos a ser más semejantes a Dios, y de ese
modo aumentamos nuestra capacidad para experimentar el gozo que Él
siente”2.

Prepárense para la Escuela Dominical y salvaguarden esa hora

Les
invito a hacer todo lo posible por prepararse para la Escuela Dominical
y salvaguardar esa hora. Cada miembro de un barrio o una rama, incluso
nuestros líderes, deberían tener la dulce bendición de prepararse para
comparecer ante Dios durante esa importante hora cada semana.
Aprenda más sobre Enseñar a la manera del Salvador y las reuniones de consejo de maestros en Enseñanza.lds.org.