viernes, 30 de diciembre de 2016

Plegaria y Liturgia en el Judaísmo - Página 2

Plegaria y Liturgia en el Judaísmo - Página 2

BS'D

PLEGARIA Y LITURGIA EN EL JUDAISMO - Página 2

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IMPORTANCIA DE LAS TRES TEFILOT DIARIAS

Hasta los tiempos del Segundo Templo no había plegarias establecidas ni se habían determinado horas para los rezos. Cada persona rezaba cuando quería, diciendo mucho o poco según quisiera o supiera. También el contenido de las plegarias estaba librado al criterio de cada uno. La oración era espontánea como una reacción espiritual a las experiencias personales. No había reglas establecidas. Únicamente la recitación de la Shemá dos veces por día es un deber establecido por la Biblia, la cual señala también los momentos del día para ello.

Fue Ezra El Escriba y los 120 Varones de la Gran Asamblea quienes al comienzo del período del Segundo Templo (alrededor de 485 a.e.c.) establecieron por primera vez el número de servicios religiosos por dia, así es que trazaron los lineamientos generales de las oraciones básicas y fijaron las horas para recitarlas. Hace casi dos mil quinientos años los miembros de la Gran Asamblea establecieron los tres servicios diarios de oraciones: en la mañana, en la tarde y en la noche. El número de tres oraciones diarias parece haber sido una vieja tradición israelita entre los piadosos y devotos. Se supone que esta práctica fue inspirada por el número de los Patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. La Torá nos presenta a Abraham rezando de mañana (Génesis 19:27), a Isaac rezando de tarde (Génesis 24:63) y a Jacob rezando de noche (Génesis 28:11). Una fuente talmúdica vincula la tradición de rezar tres veces al día con los cambios naturales en el transcurso del mismo y el deseo de rendir homenaje a D-os como la fuerza que produce esos cambios. Pero es cierto también que cuando Ezra estableció formalmente los rezos tres veces por día, tenía el propósito de referirlos a los sacrificios comunales que se ofrecían diariamente en el Templo de Jerusalem. [ índice plegaria y liturgia ]

La Tefilá tiene el valor de los sacrificios: Los rezos fueron establecidos para corresponder a las ofrendas diarias en el Templo. La oración de la mañana corresponde a la ofrenda (Korbán Tamid) cotidiana matinal -Shajarit-, la oración de la tarde -Minjá- corresponde a la ofrenda (Korbán Tamid) del final de la tarde, y la oración de la noche -Arvit- o -Maariv- corresponde a la quema en el altar de toda la grasa y los órganos de los sacrificios cotidianos que se realizaba de noche. La oración adicional -Musaf- que se pronuncia los sábados y en las festividades bíblicas, corresponde a la ofrenda adicional que la Torá prescribe para esos días (Korbán Musaf). El sacrificio animal reemplaza el del hombre mismo. Con este acto impresionante, la persona que ofrece el sacrificio debe figurarse que su alma animal es sacrificada, anulando totalmente su voluntad animal instintiva ante la Voluntad Divina.

Cuando el Segundo Templo fue destruído por los romanos en el año 70 de la Era Común, dando así fin a los sacrificios en el Templo, los Sabios declararon que la oración es un aceptable sustituto de los sacrificios, y dado que las horas de los rezos fueron sincronizadas con las horas establecidas por la Biblia para los sacrificios y ofrendas, quedó reforzado el vínculo espiritual entre ambas.
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Profundidad de la Tefilá: Las diferentes Tefilot fueron compuestas, con inspiración Divina, por "Anshé Kneset Haguedolá" -los Sabios de la Gran Asamblea. Las oraciones son expresadas en un lenguaje generalmente simple, pero su significado es muy profundo y contienen conceptos cabalísticos muy elevados, de forma que tienen la fuerza de repercutir en las altas esferas celestiales, por lo cual cada una tiene un contenido fijo, muy preciso, y está destinada a un momento bien determinado.

La Tefilá ejerce su influencia sobre la persona que la pronuncia, y le procura alimentación espiritual durante todo el día, cada una a su respectivo tiempo de modo imprescindible. [ índice plegaria y liturgia ]

Preparativos para la Tefilá: La Tefilá requiere preparativos. Se debe haber satisfecho las necesidades del cuerpo y estar limpio, llevar un vestido digno y asegurarse que en el lugar de la oración esté limpio y ventilado. Antes de pronunciar una Berajá o una oración hay que lavarse las manos si se tocaron partes cubiertas del cuerpo o los zapatos. No hay que pronunciar Berajot y oraciones ante una mujer que no está cubierta según las leyes de recato. Está prohibido comer antes de la oración de la mañana, sólo se puede beber agua, o tomar una bebida caliente o cualquier medicamento. Hay que observar estas reglas también para el estudio de la Torá. [ índice plegaria y liturgia ]

El Minián, santidad de la Sinagoga: La persona debe esforzarse y rezar las tresTefilot diarias en público -Minián- en la sinagoga -Bet Knesset- porque D-os no desecha la oración en público. El mínimo de un Minián son diez varones de edad de más de 13 años. La sinagoga es llamada por el Profeta (Ezequiel 11, 16) "pequeño Bet Mikdash" -Templo- y su santidad es muy grande, por lo tanto debe conducirse en ella con mucho respeto y cuidarse de no tener en ella conversación profana. Hay que tratar tambíen con respeto los objetos de culto. Lo esencial de la Tefilá en público es recitar todos juntos la oración de la Amidá, pero es muy merecedor llegar temprano y recitar todas las oraciones desde el principio al mismo tiempo que el Jazán (oficiante). Hay que tener un lugar fijo para decir sus oraciones, no sólo una sinagoga fija, sino también un sitio fijo en ella. No hay que utilizar la sinagoga para cortar camino y entrar por una puerta para salir por la otra. Si se entró en la sinagoga para buscar a una persona, hay que sentarse y recitar algunos versículos de Torá antes de salir. No se debe refugiarse en la sinagoga para protegerse del sol o de la lluvia. En recuerdo de la Menorá que estaba encendida día y noche en el Templo -Bet Hamikdash-, se acostumbra encender una luz perpetua en la sinagoga -Ner Tamid- que no debe servir para ningún uso profano. [ índice plegaria y liturgia ]

ORDEN DE LAS ORACIONES EN CADA SERVICIO

Este esquema general será ampliado adicionalmente más adelante para cada servicio: en Shabat, Yom Tov (días festivos), Jol HaMoed (días intermedios), y Rosh Jodesh (comienzo del mes). No hay que olvidar que existen algunas variaciones que dependen de la secuencia y contenido del Sidur de cada comunidad.


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AL DESPERTARSE

De lo primero que tomamos en cuenta al despertarnos por la mañana es que estamos despiertos y vivos. Al irnos a la cama la noche anterior, estábamos cansados y exhaustos, nos despertamos refrescados, tanto en cuerpo como en alma, como si renaciéramos y es natural entonces que le agradezcamos a D-os por eso. El hecho de que nos vayamos a la cama muertos de cansancio y nos levantemos frescos retornando del mundo inconsciente del sueño, es algo así como una resurrección de la muerte. Esto le da sentido a las palabras "grande es tu confianza" ya que tenemos absoluta confianza en D-os, no solamente porque sabemos que a la mañana nos devolverá nuestra alma, sino porque también devolverá nuestra alma a nuestro cuerpo al final de los días, cuando todos los muertos justos se levanten de su "sueño". Apenas nos despertamos decimos el Modé Aní aún antes de habernos lavado las manos ya que el nombre de D-os no se menciona en esta plegaria, sino sólamente la palabra "rey".

Al Letilát Yadáyim es la primera bendición que se dice en la mañana (y también antes de las comidas) y se recita luego de haberse lavado las manos adecuadamente, antes de secarlas. Habiéndo agradecido al Rey Viviente y Eterno inmediatamente después de despertarse, nos damos cuenta de que debemos someternos a Su voluntad y obedecer Sus mandamientos, así, la ablución de las manos es la primera expresión de obediencia que coloca a la persona en un contacto más íntimo con D-os que a partir de este momento puede llamarse "nuestro D-os".

La manera correcta de lavarse las manos es tomando la jarra o el vaso de agua con la mano derecha, pasarlo luego a la izquierda, echando agua sobre la mano derecha, cambiando luego de mano y echando el agua sobre la izquierda, nuevamente sobre la derecha y la izquierda y luego una tercera vez. La expresión "al letilát yadáyim" significa literalmente "el alzamiento de las manos" y describe una ceremonia en la cual se alzan las manos a un nivel más elevado consagrándolas a acciones más nobles en cumplimiento de las ordenanzas Divinas.
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TEFILA DE LA MAÑANA -SHAJRIT-

Comienza con las bendiciones de la mañana al despertarse, siguiendo con el orden específico establecido por cada comunidad para su Sidur. Este orden se denomina Núsaj que significa "texto" o "forma" que también algunas veces recibe el nombre de Minhag, que significa "costumbre" o "rito". Al tomar un Sidur, se puede observar en la primera página una indicación acerca del Núsaj o Minhag al que pertenece, como por ejemplo, Nusaj Sfard (español), Núsaj Askenaz (alemán), Núsaj Polin (polaco), Núsaj Arí (preparado de acuerdo al Santo Rabí Itzjak Luria), etc. Debe entenderse que en todos estos distintos Sidurim el cuerpo principal de las plegarias permanece igual, pero hay ciertas diferencias en el orden de algunas plegarias, como también cambios menores en el texto de algunas, con agregados de "piyutim" (himnos poéticos compuestos por autores santos).

De acuerdo con la explicación del Magid de Mezerich, hay tantos como trece Musjaot o Minhagim. Cada Núsaj representa una tribu o "porton" y el Arí compuso un "Portal General de Núsaj" a través del cual cualquier judío puede entrar ante la presencia de D-os, sin embargo, cualquier Núsaj es sagrado y aceptable antes los ojos de D-os.

Luego de las bendiciones de la mañana, se continúa con los Pesuké de Zimrá (salmos y pasajes del Tanaj -Bíblia- introducidos y concluidos con una bendición). Se procede con el Shemá (que también es introducido y concluido con una bendición) y entonces viene la plegaria principal, Shemoné Esré que signfica dieciocho, pero que en realidad son 19 bendiciones, conocidas también como Amidá (de pié, porque deben recitarse estando parado). Luego hay una serie de plegarias terminando con Aleinu. [ índice plegaria y liturgia ]

LAS BENDICIONES DE LA MAÑANA

Ashér Yatzár es una bendición de agradecimiento por el milagro de la creación del ser humano y por el funcionamiento y salud del cuerpo físico con todos sus órganos, que evoca un sentimiento de gratitud hacia D-os. Los "simples" procesos de respiración, digestión y todas las otras funciones normales del cuerpo son milagros de sabiduría divina. Esta bendición -que se recita también luego de lavarse las manos tras abandonar el baño- da mucha importancia al hecho de que nuestro cuerpo humano debemos mantenerlo limpio y sagrado para preservarlo sano para poder cumplir con su finalidad espiritual de "estar ante D-os" ya que "los muertos no alaban al Señor" - dice el Salmista. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Elohái Neshamá es la bendición en que nuestros pensamientos pasan de nuestro cuerpo a nuestra alma y le agradecemos a D-os por el milagro diario del regreso de nuestra alma al cuerpo, como ya se ha mencionado brevemente en Modé Aní. Sólamente durante la vida el alma está conectada y vive con el cuerpo, pero el alma es eterna, ya que existió antes de haber ido a vivir con el cuerpo y continuará existiendo luego que el cuerpo muera. El propósito de que el alma descienda a vivir con el cuerpo es que pueda complir con los mandamientos divinos en la vida diaria, estos mandamientos sólo pueden cumplirse con la ayuda del cuerpo y de sus órganos. El cumplir con las 613 Mitzvot purifica al cuerpo. Al mismo tiempo, la mayoría de los mandamientos están ligados a un objeto físico, tal como la lana para Tzitzit, cuero para Tefilin, madera para Sucá, cera o aceite para las velas, etc. Mientras que el cuerpo es sostenido por el alimento físico, para lo cual hay una bendición antes y después de las comidas, el alma también se enriquece con su experiencia durante su residencia temporaria en el cuerpo, usándolo como intermediario para santificar al mundo material. Siendo parte de lo Divino, el alma tiene un deseo natural de estar siempre con D-os y de retornar a su morada celestial de la cual proviene. No tiene interés en las cosas materiales ni en los placeres terrenos. Si no fuera porque D-os la preserva dentro del cuerpo, retornaría de inmediato al paraíso, pero ella tiene una misión que cumplir en la tierra y D-os le ordena que se quede por el tiempo que le corresponde. Al finalizar la vida, el alma retorna a su Creador. Cuando llegue el momento de la Resurrección de los Muertos, D-os hará revivir a los justos y el alma retornará al cuerpo purificado para disfrutar una vida eterna. De esta manera, nuestro sueño y nuestro despertar son un recordatorio diario de la vida eterna del alma. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Con la bendición de Hanóten Lasejví Biná llegamos a la primera de una serie de bendiciones. Hanotén Lasejví.... expresa gratitud hacia D-os por habernos dotado de inteligencia necesaria para efectuar un juicio. Esta bendición también recuerda que el canto del gallo es una de las maravillas que D-os implantó en la naturaleza. Por algún sentido oculto, el gallo sabe cuál es el momento de la noche cuando la oscuridad está por levantarse y cede su lugar a la luz del día. Considerando también que Sejví - gallo también significa corazón, podemos comprender el significado más profundo de esta bendición. El corazón es el asiento del sentimiento y del entendimiento. Por eso en la Torá se encuentran expresiones como "un corazón sabio" o un "corazón comprensivo". Ahora bien, mientras D-os le ha dado al gallo un sentido especial para distinguir entre el día y la noche, le ha dado así también al hombre un sentido especial para distinguir entre lo bueno y lo malo.
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La bendición Pokéaj Ivrím refleja también el proceso del cambio del estado de sueño al de despertarse. Aquí puede interpretarse literalmente que se agradece a D-os por devolver el poder de la vista al que se despierta, pero como ya se ha visto en la bendición anterior, existe un significado más profundo en las palabras "que abres los ojos de los ciegos" ya que D-os nos ha dado el poder de ver más allá de lo que "aparece ante los ojos". Vemos no sólamente con nuestros ojos del cuerpo sino también con los ojos de la razón, vemos la verdad y la mano de D-os en todo lo que nos rodea. En la Torá existe un mandamiento: "No maldecirás a los sordos ni colocarás un obstáculo en el camino de los ciegos; pero temerás a tu D-os". Aquí se ordena no maldecir a quienquiera que no pueda oir. No interesa si esta persona es realmente sorda o si está donde no pueda escucharnos, de cualquier forma no puede defenderse o justificarse. De igual manera, cuando se nos advierte que no hagamos caer a un hombre que no puede ver, no debemos cuidarnos solamente de causarle un daño físico a un hombre físicamente ciego, sino también de "hacer caer" al que es espiritualmente ciego o débil, llevándolo por mal camino o dando un mal ejemplo a los niños. Se nos recuerda que aunque el "sordo" no escuche nuestras palabras y el "ciego" no vea el obstáculo que colocamos en su camino, D-os si ve y escucha todo, así debemos tener cuidado de no cometer una mala acción de esa índole.
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Matír Asurím "libera a los encarcelados" refleja la segunda etapa en el proceso de despertarse. Durante nuestro sueño no controlamos nuestros movimientos. Al despertarnos podemos salir de la cama. En un sentido más profundo, hay gente que está atada "de pies y manos" de mil maneras distintas. Uno puede encontrarse sumergido en dificultades económicas, doblegado por obligaciones financieras; otro puede encontrarse "prisionero" de las circunstancias. Peor aún, una persona puede estar cautiva de sus propios hábitos e inclinaciones y puede perder así el control de sus acciones. El remedio es confiar en D-os "quien libera a los encarcelados". [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

La bendición Zókef Kefufím "... que levantas a aquellos que están doblegados" se basa en la alabanza que hace el Rey David en el Libro de los Salmos: "D-os sostiene a todos los caídos y eleva a todos aquellos que están arrodillados". Cuando nos levantamos, nos paramos y caminamos derechos y agradecemos a D-os por "levantarnos". El sentido oculto es que D-os eleva a aquellos que están "agachados" bajo el peso de distintas cargas económicas o espirituales o aquellos que están "aplastados" por el temor y la ansiedad. El significado de esta bendición abarca también a aquellos que están doblegados en el sentido de ser humildes y obedientes a D-os. La humildad y la obediencia son cualidades que D-os tiene en gran estima y El "eleva" a aquellos que cultivan estas cualidades. Esta bendición tiene también en cuenta la condición humana de postura erecta única en el plano de la creación al caminar derecho, no solo física sino también espiritualmente.
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Malbísh Arumím "... que vistes a los que están desnudos". Esta bendición tiene su origen en la narración de la Torá, donde se dice que D-os hizo ropas de pieles para Adán y Eva y los vistió con ellas. Esto es un ejemplo a seguir de vestir a los pobres y necesitados. También puede interpretarse que el hombre es la única criatura que tiene que vestirse con ropas no solo para protegerse de los elementos sino también por un sentido de pudor innato ante su desnudez. En un sentido espiritual, esta bendición recuerda que hay que alimentar y vestir al alma como así también las de aquelos que son pobres en asuntos espirituales.
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Hanóten Layáef Cóaj ".... que da fuerza a los cansados" sigue con el orden lógico del proceso de despertar y prepararse para el día. El texto de la bendición deriva de Isaías, en donde el Profeta declara en el siguiente pasaje: "El Creador de los confines de la tierra no desmaya ni tampoco se cansa ... Les da fuerza a los fatigados y a aquel que no tiene poder se lo aumenta. Aún los jóvenes pueden desmayar y sentirse cansados y tropezar todo el tiempo. Pero aquellos que confían en D-os renovarán su fuerza..." (Isaias 40:28-31). El Profeta nos dice que la fuerza no es una cualidad única de la juventud, siempre se encuentra en la esperanza y en la confianza. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Rokáh Haáretz Al Hamáyim "... que extiendes la tierra sobre las aguas". Aquí se recuerda la bondad de D-os al crear al mundo de manera tal que exista tierra firme donde podamos vivir. Grandes masas de agua permanecen debajo de la superficie de la tierra y de ahí provienen los pozos, manantiales y las cascadas de agua fresca.
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Hamejín Mitzadé Gáber "... Tú que guías los pasos del hombre". El caminar no es después de todo un asunto tan simple y tenemos una deuda de gratitud con el Creador por ello. Esta bendición nos recuerda también que los movimientos del hombre -aunque bastante libres y voluntarios- tienen un propósito más profundo relacionado con la Divina Providencia. El fundamento se encuentra en los Salmos 37:27 donde dice: "Los pasos del hombre están dirigidos por D-os y El se deleita en su (Su) camino". Aquí hay que interpretar que el hombre se deleitará con el camino de D-os y D-os se deleitará con el camino recto del hombre.
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Sheasá Li Kol Tzorkí "... que satisficiste todas mis necesidades". Esta bendición se asocia con el acto de atarse los cordones de los zapatos. La explicación está en el sentido que, mientras una persona esté descalza no puede salir a trabajar, pero una vez que se pone los zapatos y se los ata está listo para salir y satisfacer sus necesidades. Se debe notar que esta bendición se hace en tiempo pasado, la razón es que se expresa la convicción que todas nuestras necesidades ya han sido satisfechas por D-os aún antes de que hayamos comenzado el día, porque ya ha sido decretado por la Divina Providencia cuando una persona puede ganar ese día. Depende de nosotros el salir y hacer el esfuerzo necesario para "recolectar" lo que ha sido destinado para nosotros. Incidentalmente esta bendición no se dice en Yom Kipur ni en Tisha BeAv, ya que durante esos días no está permitido ponerse zapatos de cuero. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Ozér Yisraél Bigvurá "...Tú, que infundes fuerza a Israel". En el Talmud esta bendición está asociada con el acto de colocarse el cinturón. Antiguamente solía usarse una faja o cinto sobre una prenda suelta como sostén y por comodidad. Para el guerrero, el cinturón era especialmente importante porque servía para sostener el arma, por lo tanto, el cinturón era un símbolo de fuerza y poder. Espiritualmente, el cinturón es el símbolo de un fuerte acercamiento ligado al cuerpo. Está escrito: De la misma manera que la faja se adhiere al cuerpo del hombre, así Yo he hecho que toda la casa de Israel se adhiera a Mí y toda la casa de Yehudá..... para que sean para Mí un pueblo, un nombre, una alabanza, una gloria". Aquí debe entenderse que D-os está muy unido al pueblo judío. Un significado más profundo en la Ley, ya que se requiere que se use un cinturón durante los rezos, para trazar una línea entre la parte superior del cuerpo y la parte inferior "para que el corazón no vea la desnudez inferior". Las cualidades espirituales del ser humano -pensamiento, sentimiento y habla- se encuentran todas localizadas en los órganos superiores del cuerpo, mientras que las funciones fisiológicas más bajas -que son comunes a todos los animales- están localizadas en los organos que están más abajo del cuerpo. Este concepto sirve para fortalecer la pureza mental y la pureza del corazón. Esta bendición no habla de la fuerza física, sino de la fuerza de carácter y de autocontrol, lo cual es la verdadera definición de fuerza, tal como dijeron los sabios "es fuerte aquel que conquista su inclinación al mal". [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Otér Yisraél Betifará "... Tú, que coronas a Israel con Gloria". Esta bendición, también de acuerdo con el Talmud, está relacionada con una prenda de vestir, el tocado (para cubrir la cabeza). El cubrirse la cabeza tiene un significado profundo asociado con el "Temor al Cielo" que a continuación se explica. La cabeza es la parte superior del cuerpo y es la casa del cerebro y el intelecto que nos permite darnos cuenta de que estamos siempre ante la presencia de D-os, no importa donde nos encontremos. Este conocimiento y realización constante de la Presencia de D-os llena nuestros corazones de reverencia y humildad. Por lo tanto, al cubrirnos la cabeza demostramos que hay algo más alto que nuestra propia sabiduría, algo que está por "encima" de nosotros. Dijeron los Sabios: "conoce lo que está por encima tuyo, un Ojo que ve, un Oído que escucha ya que todas tus acciones están registradas en un libro" (Avot 2:1). [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Sheló Asáni Góy " ... Tú, que no me hiciste pagano". Con esta bendición el judío expresa su gratitud hacia D-os por no haberlo hecho miembro de otra fe del mundo, lo que significa pertenecer a una nación que recibió la Torá con sus 613 mandamientos para vivir de acuerdo con ellos.
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Sheló Asáni Avéd " ... Tú, que no me has hecho esclavo". Cuando D-os sacó del cautiverio al pueblo de Israel declaró: "Los hijos de Israel serán cautivos Míos (y de nadie más). Los esclavos se mencionan por primera vez en la Torá en seguida después del Diluvio. En los tiempos de Abraham los esclavos no eran raros, Abraham mismo los tenía, pero estos eran "esclavos" tan solo de nombre ya que eran más bien miembros de su casa. Después de la esclavitud en Egipto, los hijos de Israel no habrían de imponer nunca un destino tal a otros seres humanos. La Torá dejó sentadas leyes estrictas para la protección de los esclavos. La Torá se ocupa de que no haya nada parecido a una clase esclava permanente dentro de la sociedad judía, tal como era común en todas partes del mundo. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Sheló Asáni Ishá " ... Tú, que no me has hecho mujer". La mujer responde "... Tú, que me hiciste según Tu voluntad". A primera vista esta bendición puede llevar a confusión, pero no hay que olvidar que los Sabios de Mishná y Talmud enfatizaban muy a menudo la fuerza moral y la excelencia espiritual de la mujer judía. Nos hacían recordar que fué gracias al mérito de las mujeres que los hijos de Israel fueron liberados del cautiverio en Egipto; que cuando se entregó la Torá, las mujeres fueron abordadas primero; las mujeres no participaron en lo que ocurrió con el Becerro de Oro y cuando se contruyó el Santuario fueron ellas las más generosas; también fueron las mujeres quienes tuvieron un papel preponderante en los milagros de Purim y Janucá, sólo para citar dos ejemplos. La verdadera intención de esta bendición tiene su fundamento en el orden natural de las cosas, la tarea del esposo es ganar el pan, mientras que la esposa debe ocuparse de la casa y de los hijos, además de manejar todo lo concerniente a ello. Esta es una tarea muy complicada que requiere mucha destreza, paciencia, comprensión y muchas otras importantes cualidades con que la Divina Providencia proveyó a las mujeres. Debido a estas responsabilidades domésticas como esposa y madre, la Torá ha exceptuado a la mujer judía de la obligación de cumplir ciertas Mitzvot. Al igual que su esposo, tiene que observar todas las prohibiciones de la Torá. Sin embargo, en lo que respecta a los mandamientos positivos, la mujer judía está exenta de algunos de ellos, principalmente de aquellos que tienen un factor de tiempo o límite, teniendo en cuenta la importancia de sus obligaciones como esposa y madre, a las cuales la Torá da preferencia.
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Hamaávir Shená " ... Tú, que disipas el sueño de mis ojos" Esta bendición no está completa ya que continúa inmediatamente con la plegaria : Vihí Ratzón ... ... Hagómel Hasadím Tovím Leamó Yisraél. "Tú, que otorgas bondades a Tu pueblo Israel". Esta en su totalidad es una plegaria que comienza y concluye con una bendición. En el Talmud una plegaria así se denomina "Bendición Larga". La explicación recuerda el comienzo del día antes de empezar el camino de la rutina que está lleno quizá de dificultades. Por lo tanto se reza para que D-os nos ayude a acostumbrarnos al camino de la Torá y Mitzvot, ya que éstas son las guías para la vida diaria que nos mantienen alejados de la tentación y el pecado. Al adquirir el hábito de aprender a pensar de acuerdo con la Torá y cumplir con las Mitzvot diarias, se desarrolla una naturaleza santa y pura. La naturaleza humana es a menudo débil y necesita la ayuda de D-os. Por eso los Sabios dijeron: "Aquel que se santifica a sí mismo un poco por medio de su propio esfuerzo, recibe mucha ayuda desde arriba".
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Yehí Ratzón Milefaneja ... Sea Tu voluntad, Señor -. Esta plegaria tiene su origen con el santo Rabí Yehuda Hanasí, compilador de la Mishná a fines del siglo II, quien solía decirla, en una versión más abreviada, al terminar con sus plegarias. Aquí el judío le pide a D-os que lo salve de toda clase de desafortunados encuentros con gente mala, ya sean judíos o no. Se ruega por la salvación de las malas compañías y los malos vecinos. Al mismo tiempo el judío le pide a D-os que lo salve de cualquier clase de accidente o enfermedad. Los Sabios del Talmud solían agregar el rezo de plegarias personales antes y después de la Amidá. Algunas de ellas fueron incorporadas al libro de oraciones en las oraciones preliminares (segunda sección del rezo de la mañana).
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BENDICIONES SOBRE LA TORA - Bircat HaTorá -

El servicio de la lectura de la Torá tiene sus orígenes en el propósito de enseñarla constantemente al pueblo. Los libros sagrados fueron considerados siempre patrimonio de toda la comunidad de Israel, bajo la custodia de los sacerdotes, los profetas, los ancianos y los rabinos, quienes han tenido la responsabilidad de interpretar los textos para difundir el conocimiento de la Torá entre el pueblo. La ignorancia de la Torá no puede ser aceptada y se encuentra prueba de ello en la disposición escrita en ella, de realizar la lectura de todo el libro de Deuteronomio ante el pueblo reunido. Este es el principio de la contínua educación de los adultos, existente ya desde los mismos comienzos de la existencia de la comunidad religiosa judía. Los libros sagrados nunca fueron documentos secretos, sino patrimonio de toda la comunidad. La tradición atribuye a Moisés la práctica de la lectura pública de porciones de la Torá en Shabat, en las festividades y en Rosh Hashaná. Al principio no hubo un orden establecido para la lectura pública de las Escrituras, pero no se puede desconocer la influencia que esta importante tradición tuvo en la vida religiosa del pueblo judío a través de su historia. La lectura sistemática de la Torá en Shabat y en los días festivos tuvo una influencia educativa y cohesiva muy importante sobre el pueblo judío. Ello se debe al hecho de que la Torá no era sólo leída, sino también comentada y explicada como se sigue haciendo actualmente. El principio es que la Torá debe ser comprendida y no sólo conocida. Es así que en el período del Talmud, se estableció la práctica de que los Rabíes explicaran ampliamente el sentido del texto leído. Los Rabíes utilizaban parábolas para presentar en forma más accesible las enseñanzas de las Sagradas Escrituras en su aplicación a la vida cotidiana de la gente. Este fué el origen del sermón o "drashá", que se conoce como una tradición establecida por los judíos desde hace mucho tiempo y cuya finalidad es explicar la Torá y enseñar judaísmo al público congregado. Es así que éste sigue siendo el propósito primordial del sermón de los rabinos.

El Talmud relata que fué Ezra el Escriba quien estableció la práctica de leer la Torá los lunes y jueves de mañana y en Shabat por la tarde. Los lunes y jueves eran los días de mercado, en que los campesinos llegaban a las ciudades para vender sus productos y hacer sus compras. Estos días brindaban una excelente oportunidad para reunir al pueblo por unas horas a fin de enseñarle algo de la Torá, y dado que los comerciantes urbanos estaban ocupados estos días y no podían asistir a las reuniones de estudio de la Torá, se estableció para ellos la lectura adicional de la misma los sábados por la tarde.

El Talmud brinda también una explicación espiritual para la escogencia de estos días para la lectura de la Torá ya que sugiere que esta costumbre es anterior a las disposiciones de Ezra. La explicación se fundamente en la analogía del agua con la Torá en la expresión de Isaías: Venid a las aguas (Isaías 55:1), que no se interpreta en el sentido literal sino en el sentido figurado de dirigirse todos los sendientos de espíritu para calmar su sed en las fuentes de la Torá. Es así también que al describir el paso de los israelitas por el desierto, se dice que se pusieron impacientes porque "anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua" (Exodo 15:22). Los sabios interpretan que el malestar se produjo a raíz de haber andado tres días sin el sustento espiritual de la Torá y es ésta, según los sabios, la razón por la cual ya mucho antes de Ezra los Profetas habían establecido que la Torá debe leerse los días lunes y jueves además del Shabat, ya que con esta disposición se asegura que no transcurran tres días sin que el pueblo reciba el sustento espiritual que brinda la lectura de la Torá en público.

Los sabios decidieron posteriormente enmendar la antígua práctica de elegir al azar el pasaje de la Biblia para la lectura del Shabat, sustituyéndola por la lectura consecutiva. En la tarde del Shabat y en las mañanas del lunes y del jueves, así como en la mañana del Shabat siguiente, la lectura de la Torá debía comenzar en el punto donde fuera interrumpida previamente en la mañana del Shabat. Al aplicarse la disposición de la lectura consecutiva surgieron dos tradiciones: una en Eretz Israel y la otra en Babilonia. En Eretz Israel se dividió la Torá en 155 porciones y se tardaba tres años en leer todos los cinco Libros de la Torá. En algunas comunidades se dividió la Torá en 175 porciones, de modo que tardaban tres años y medio en completar el ciclo de lectura. Entre los judíos de Babilonia la Torá fue dividida en 54 porciones denominada cada una de ellas parshá, que correspondían al número de semanas del año embolismal. Esta división llegó a ser la norma halájica aceptada por los judíos en todas partes. En los años normales, que sólo tienen 52 semanas, se leen en ciertos Shabat porciones dobles de la Torá, de modo de completar la lectura de los cinco Libros de la Torá en el ciclo de un año. La celebración anual de Simjat Torá, al día siguiente de Sheminí Atzéret, es el resultado de esta tradición. La única ocasión en que se interrumpe la continuidad semanal de la lectura de la Torá, es cuando una festividad recae en Shabat. En tal caso, la lectura relativa a la festividad tiene precedencia sobre la porción semanal.

La lectura pública de la Torá es una tradición de mayor antiguedad entre los judíos que la de rezar en congregación y se desarrolló independientemente en lo que respecta a la liturgia, pero con la evolución de la costumbre del rezo en congregación se incorpora al servicio de oraciones la lectura de la Torá como parte integral del mismo. Es así que se cierra el círculo que establece el diálogo: en la oración, el hombre se dirige a D-os; a través de la Torá es D-os quien se dirige al hombre.

Estudiar la Torá es uno de los mandamientos divinos más importantes porque ella es considerada como la verdadera guía en la vida y es así, como en el caso de otros mandamientos, que es necesario decir una bendición antes de comenzar con su estudio. Esta obligación es la primera de la mañana y es por eso que los sabios han establecido la bendición sobre la Torá como parte integral de las Plegarias Matutinas, que incluyen a su vez trozos adicionales de la Torá, como por ejemplo el Shemá, a fin de cumplir con el mandamiento de leerla y estudiarla. El estudio de la Torá se lleva a cabo también en todo el tiempo libre y es así que las bendiciones sobre ella hechas en la mañana, son suficientes para el resto del día o de la noche.

Los Gabaim y sus Funciones: desde tiempos remotos existe la costumbre de que alguien más esté junto a la persona convocada a la lectura de la Torá en la sinagoga, para brindarle cualquier ayuda que pudiera necesitar. Esta persona está también para corregir la pronunciación o la entonación (trop). El hecho que un fiel no esté solo en la bamá al leer la Torá se basa en la enseñanza talmúdica que destaca que D-os otorgó la Torá a Israel a través de un intermediario: Moisés. Con este mismo criterio disponemos que siempre haya por lo menos tres personas paradas en la bamá. De modo que el Lector de la Torá viene a ser, por así decirlo, el intermediario entre el dignatario de la sinagoga que convoca a la gente a la Torá (tal como D-os convoca al pueblo de Israel), y el que es llamado a la Torá(que representa aquí al pueblo que recibe la Torá). Dado que posteriormente también se ubicó en la bamá al "meturguemán", quien traducía al arameo cada frase de la Torá a medida que era leída, siempre había dos personas flanqueando a la que leía la Torá. Esta disposición llegó hasta la actualidad en forma de dos dignatarios de la sinagoga que se ubican a ambos lados de la Mesa de Lectura (bamá). Estos dignatarios reciben el título de gabaím (en singular gabai). Una de las responsabilidades importantes de los gabaím es de dar apoyo en la pronunciación del texto leído de la Torá, ya que está escrito sin signos de vocalización. El gabai sigue atentamente la lectura con un texto adicional que tiene impresos los signos de vocalización y puntuación, y en voz baja corrige al lector en caso de que se equivoque. El gabai debe también cubrir el Rollo de la Torá con un manto después que cada uno de los fieles convocados a la lectura concluya la segunda bendición. Lo hace así para que el Séfer Torá no quede ignorado y desnudo mientras se recita el Mi She´béraj (bendiciones especiales después de cada "alía" -subida: convocación a la lectura). Cuando la persona siguiente convocada a la Torá está pronta a recitar la primera bendición, retira el gabai el manto de la Torá.
Jazak, Jazak!: cuando se está por leer la última frase de cada uno de los cinco Libros de la Torá, todos se ponen de pie aprestándose a proclamar a la conclusión de la lectura: Jazak, jazak ve´nitjazék! (Sé fuerte, sé fuerte, y seamos fortalecidos!). Esta exclamación es un estímulo para continuar con la lectura del próximo Libro de la Torá, y para volver nuevamente a ese mismo libro en su debido momento. La triple repetición de la mención de la fuerza parecería simbolizar el pasado, el presente y el futuro. La inspiración para utilizar estas palabras en conexión con la conclusión de la lectura de una parte de la Torá proviene aparentemente, del dicho talmúdico que dice: "Cuatro (elementos) deben ser fortalecidos (en el hombre): La Torá, las buenas acciones, la oración y la ocupación (dérej éretz)". Las referencias en las Escrituras para la utilización de esta expresión aparecen en los siguientes versículos: 1) Ser fortalecido en la Torá: "sólamente esfuérzate y sé valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la Torá que mi siervo Moisés te ordenó" (Josué 1:7); 2) Ser fortalecido en la oración: "espera en el Señor, esfuérzate y aliéntese tu corazón, y espera en el Señor" (Salmos 27:14); y 3) Ser fortalecido en buenas acciones y en dérej éretz: "esfuérzate y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro D-os, y haga el Señor lo que bien Le pareciere" (Samuel II, 10:12). Rabí Menajem M. Schneerson "El Rebe de Lubavitch"

La primera de las bendiciones antes de iniciar la lectura es la siguiente: Al Divréi Torá -
expresa la obligación de ocuparse con el estudio de la Torá y la gran importancia de enseñarla. De acuerdo con la explicación de Rabí José Caro, autor del Shulján Aruj (1488-1575), se refiere esta bendición a la "Ley Oral" (tradiciones y explicaciones de la Ley Escrita que le fue dada a Moisés en el Monte Sinaí y que contiene el Talmud). La razón de colocar esta bendición como la primera tiene su fundamento en que no se puede realmente estudiar ni entender la Ley Escrita sin la "Ley Oral", de hecho, el estudio de la Torá se basa en el estudio del Talmud. Esta bendición tiene como fín pedir que el estudio sea placentero, hecho con buena voluntad, que así se transmita de generación en generación por su enorme valor para perpetuarla, y finalmente, para expresar gratitud a D-os por ser el pueblo judío portador de la misma como el legado más grande que D-os ha ofrecido al mundo. Esta bendición se une inmediatamente con la siguiente.

La segunda de las bendiciones: Ashér Bajár Bánu ... notén HaTorá -
expresa el hecho de que el pueblo judío fué elegido entre todos los pueblos para ser el custodio de la Torá a fin de llevar la tarea sagrada de diseminar el conocimiento de D-os entre todos los pueblos del mundo. El "Pueblo del Libro", como pueblo elegido, se debe entender como el portador de una enorme obligación en el cometido de esta misión que comprende mostrar la manera correcta de vivir, proclamar la unidad de D-os, además de interpretar Su voluntad tal como está contenida en la Torá. Esta bendición se refiere a la Ley Escrita que debe considerarse siempre como "nueva" y actual, tal como se vivió en el Monte Sinaí, escuchando la palabra de D-os y viendo la gran Revelación Divina. Es por este motivo que se recita en la sinagoga antes de leer la Torá.
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Elú Devarím ... Estas son las cosas -
Las bendiciones para aprender Torá incluyen no solamente la Torá She-biktav (Torá Escrita, o sea Tanaj) sino también la Torá She-beál-Pe (Torá Oral, o sea Mishná, Guemará, etc.) Por lo tanto los pasajes de las Escrituras están seguidos de pasajes del Talmud. La Mishná con la que nos ocuparemos ahora es la primera del tratado Peá. Esta menciona las Mitzvot que no tienen un límite fijado por la Torá (aunque en muchos casos los Rabís ven limitaciones). La primera Mitzvá mencionada en relación a esto es la de Peá "la esquina" de un campo, la cual debe dejarse sin cosechar para que los pobres puedan hacerlo (de ahí el nombre del tratado: Peá). La Torá ordena que el dueño de un campo, en época de cosecha, no debe tocar una de las esquinas de su campo a fin de dejarla "para el pobre y el extranjero". La Torá no da una medida definida con respecto al tamaño de esta esquina. Los primeros frutos (Bikurim) del campo, viñedo o huerta debían ser llevados como ofrenda al Templo. Estos eran entregados a los Cohanim, sin embargo, la cantidad no se especificaba en la Torá. Otro ejemplo lo tenemos en las tres festividades de perenigración (Pésaj, Shavuot y Sucot): La "aparición" ante D-os era obligatoria para todos los judíos varones adultos en la época que existía el Templo, y estas apariciones no debían hacerce con las manos vacías sino que debían acompañarse de sacrificios especiales. Sin embargo, la Torá no especifica cuántas apariciones debían hacerse durante una festividad en particular, tampoco sobre el valor de los sacrificios que debían acompañar a tales visitas. Los actos de benevolencia incluyen una cantidad de acciones bondadosas y caritativas que no están sujetas a una cantidad definida. Por último, el estudio de la Torá no tiene límite ya que no existe final para la Torá y su infinita sabiduría. La frase "el estudio de la Torá los iguala a todos" se refiere a la bendición sobre la Torá que se acaba de recitar en el Sidur.
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LA BENDICION SACERDOTAL - Bircát Kohaním -

La Torá ordena que los cohanim (sacerdotes) bendigan al pueblo de Israel según la fórmula de esta bendición que no deriva necesariamente de la posición, del poder o de los méritos del cohén, o que éste sea la fuente misma de la bendición. La Torá expresa claramente, inmediatamente después de dar la fórmula de la bendición sacerdotal: "Y pondrán Mi nombre sobre los hijos de Israel, y Yo los bendeciré" (Números 6:27), que sólo D-os es la fuente de las bendiciones ya que los cohaním son únicamente los instrumentos a través de los cuales la bendición llega al pueblo. Los cohaním pronuncian las palabras de la bendición ya que sólo D-os la otorga. El ritual de la Bendición Sacerdotal fue parte integral del servicio en el Templo de Jerusalem. Se realizaba cada día, inmediatamente después de la ofrenda matinal cotidiana. Pero esta bendición no estaba limitada al ámbito del Templo. Aún antes que existieran sinagogas se convirtió en parte de las reuniones comunitarias para rezar, y posteriormente fué incorporada al ritual de la sinagoga. En el período del Primer Templo el rito de la Bendición Sacerdotal se cumplía en cualquier lugar del país donde se reunieran los Anshéi Maámadót para rezar. Este rito es también llamado en hebreo "nesiát capáyim" (alzamiento de las palmas de las manos) por ser esta la posición que adoptan los cohahim al impartir la bendición. La razón para que lo hagan así se encuentra en la Torá (Levítico 9:22): "Alsó Aarón sus manos sobre el pueblo y les bendijo". Sin embargo, la denominación más común para esta ceremonia es "dújenen", vocablo derivado del yiddish que a su vez deriva de la voz hebrea "duján" (estrado), y se refiere al estrado del Templo sobre el cual se ubicaban los cohanim para pronunciar la bendición. El Talmud menciona este rito como la "ascención al duján".

La Bendición Sacerdotal corresponde a un pasaje de las Escrituras que es leído durante las bendiciones matutinas para así completar las bendiciones de la Torá con una lectura directa de un texto de la Torá. Corresponde a una triple bendición. En las comunidades judías fuera de Israel los cohanim deben cumplir con este deber durante el servicio de Musaf en las festividades. En Tierra Santa se realiza cada mañana, durante los días de semana, Shabat y festividades. Son muchos los significados y contenidos de las letras y palabras y de las combinaciones de letras y palabras de esta "triple bendición". La interpretación de da a continuación:

"Que D-os te bendiga": se refiere a las bendiciones materiales y la solicitud de protección contra el mal que pueda traer la riqueza en la forma del alejamiento del bien y de la Torá, o del peligro de los ladrones.

"Que el rostro de D-os brille sobre ti": se refiere a la luz de la Torá porque se ha dicho: "la sabiduría de un hombre ilumina su rostro" y aquí se entiende que la verdadera sabiduría es la sabiduría de la Torá.

"Que D-os eleve su rostro hacia vosotros y os dé paz": se refiere a la vida eterna en el mundo que vendrá.

Al pronunciar estas bendiciones y mencionar el nombre de D-os cada vez, los cohanim ponen el nombre de D-os sobre el pueblo judío, ya que Su nombre es la fuente de todas las bendiciones. Se ha dicho también que esta triple bendición llega al pueblo por el mérito de los tres Patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

SEGUNDA SECCION DE LA PLEGARIA MATUTINA

Ma Tovú Ohaléja ... Cuán bellas son Tus tiendas ...
Este verso introduce la segunda sección de la plegaria matutina (de acuerdo con el Nusaj Arí). Esta segunda sección llega a su punto culminante con la Akedá de Isaac y el Shemá. El conocido verso Ma Tovú fue pronunciado por primera vez por Bilam, un mago perverso, a quien Balak, rey de Moab, contrata para maldecir a los judíos. Sin embargo, antes de que Bilam pudiera pronunciar palabra, D-os convirtió todas sus maldiciones en bendiciones y de esta manera las palabras que salieron de labios de Bilam fueron palabras de D-os que se convirtieron en bendiciones sobre el pueblo judío en forma de hermosa poesía.

Las tiendas a las que se refiere este verso, además del significado común de la palabra, son las casas de estudio, al entenderse como "las tiendas de la Torá", en donde se estudia Torá. Las moradas se refieren al Mishkán y el Mikdash, los principales santuarios del pueblo judío, los cuales, desde la destrucción del Bet Hamikdash, han sido reemplazados por las sinagogas.

El segundo verso expresa el pensamiento que gracias a la misericordia Divina el judío puede entrar a la casa de D-os para rezarle. El tercer verso expresa que el tiempo dedicado a la plegaria es el tiempo de la benevolencia divina, un "momento aceptable" en el sentido que D-os acepta las plegarias sinceras y es así que los Sabios han declarado que los momentos en que una congregación está rezando son especialmente auspiciosos. La verdad de la salvación divina mencionada en este verso significa que la salvación proveniente de D-os, es una salvación verdadera en el sentido que no es solamente real, sino también constante y que nunca falla. Por más que un ser humano quiera ayudar a otro, no puede hacerlo siempre y es aquí que se entiende que es verdadera porque pertenece a la verdad eterna de D-os. El Zohar señala que estos tres versos hacen alusión a los tres Patriarcas - Abraham, Isaac y Jacob, ya que estos introdujeron las tres plegarias diarias y cada cual puso énfasis en una cualidad diferente: Abraham - amor; Isaac - reverencia; y Jacob - misericordia. En otras Nusjaot (ritos) puede haber más o menos de tres versos. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Veaní beró hasdejá ... "Y yo, con tu inmensa merced vendré a Tu mansión, me prosternaré con reverencia en el palacio de Tu santidad":
Esta es otra oración que figura al comienzo del Sidur. En Hebreo este versículo contiene exactamente diez palabras, y fue utilizado para determinar si había diez varones adultos para el minián. Según la tradición judía, no se cuenta la gente con números, la utilización de las diez palabras de un versículo sustituía al cómputo directo. [ índice plegaria y liturgia ]

Adón Olam ... Señor del Universo -
Este es un himno poético a D-os compuesto por autor desconocido, algunos la atribuyen al conocido poeta y filósofo judío que vivió en España, Shlomo Ibn Gabirol (1021 - 1058). Consta de diez versos: los primeros seis expresan el concepto judío sobre D-os y los cuatro versos finales manifiestan los sentimientos del hombre de fe y su absoluta confianza en D-os. Las palabras finales: "El Señor está conmigo y nada he de temer" proceden del Salmo 118:6, que es uno de los componentes del Halel. Esta hermosa plegaria contiene algunos de los principios más fundamentales y profundos de la fe judía. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

Yigdal ... Engrandecido sea -
Es un himno poético atribuído a Daniel ben Yehudá, quien se desempeñó como Dayán (juez de tribunal religiosos judío) en Roma, a fines del siglo XIV. Este himno está compuesto por trece versos y es una formulación poética de los "Trece Principios de Fe" que Maimónides elaborara en su "Comentario sobre la Mishná" (Estos Principios aparecen en la introducción del capítulo diez del Tratado sobre el Sanhedrín). El resumen del credo judío hecho por Maimónides fue reducido también a una concisa declaración en prosa de autor desconocido. Esta composición, conocida como "Ani Maamín" (Yo creo), aun cuando no forma parte del servicio de oraciones, aparece en la mayoría de los libros de oraciones al final del servicio de oraciones matinales. Los cabalistas rechazan la idea de reducir toda la fe judía a sólo 13 principios básicos, alegando que todas las 613 Mitzvot deben ser consideradas como igualmente importantes. El rito jasídico omite el himno Yigdal en sus libros de oraciones. Este himno tampoco aparece en los libros de oraciones sefarditas. Sin embargo, los filósofos judíos han persistido en sus intentos de señalar los principios fundamentales de la fe judía en forma concisa. Joseph Albo, quien vivió en España (alrededor de 1380-1444), condensó el credo judío básico en tres principios esenciales: creer en D-os, en la revelación y en el castigo y la recompensa. No obstante, cabe señalar que cada uno de estos tres principios incluye varios de los principios enumerados anteriormente por Maimónides.

El himno Yigdal ha adquirido gran popularidad en las masas judías, convirtiéndose junto con Adón Olam, en un cántico religioso preferido por las congregaciones. Por lo general, se lo entona al concluir los servicios de los días de festividades. [ índice plegaria y liturgia ]

Leolam Yehé Adam... Siempre ha de ser el hombre temeroso de D-os -
Esta es una plegaria de inspiración y penitencia que se recita como introducción a la parte que sigue y que conduce a la descripción del sacrificio de ofrendas. Se originó en una generación sometida a la hoguera y la persecución, en un momento en que el culto público de la religión judía estaba prohibido. Si bien está compuesta de fragmentos de la Biblia y del Talmud, fue compilada como unidad de oraciones aproximadamente en el año 456 de la Era Común, cuando el gobernante persa Yezdejard II prohibió a los judíos de Babilonia la observancia del Shabat y proscribió la lectura pública del Shemá. De modo que esta recopilación de oraciones estaba destinada a ser el sucedáneo privado del servicio matinal público y contiene algunas de las doctrinas básicas del judaísmo. Leolam Yehé Adam incorporó la primera línea de la Shemá (y en algunas versiones todo el primer capítulo), a fin de permitir a los fieles recitar la Shemá sin llamar la atención. Pasada esta época de persecuciones estas dos oraciones subsistieron en la tradición litúrgica del pueblo judío. [ Hebreo, Fonética y Traducción ] [ índice plegaria y liturgia ]

EL SACRIFICIO DE ISAAC - LA AKEDA

La porción de la Torá que describe este suceso (Génesis 22:1-19) es denominada la "Akedá" (amarradura), y llegó a ser el capítulo de la Torá seleccionado para ser leído en la sinagoga el segundo día de Rosh Hashaná, pero también se le recita en la sección preliminar del servicio matinal de oraciones. La historia del sacrificio de Isaac es bien conocida. Fue la décima y última prueba que Abraham tuvo que soportar durante su vida. El propósito de esta prueba fue el despertar en Abraham la virtud del temor a D-os. Parece extraño que en sus últimos años (Abraham tenía ya 137 años), luego de haber soportado nueve pruebas anteriores y habiendo probado su amor y lealtad a D-os de tantas maneras distintas, él haya tenido aún que probar su "Yir´at HaShem" (temor a D-os). Esto realmente indica que la adoración Divina no puede ser perfecta y completa sin la cualidad de Yir´at HaShem. Su esencia es la obediencia incuestionable y sumisión incondicional a la Voluntad de D-os que puede darse cuando su siervo ame a su Señor y le permita así ir más allá de lo que su obligación le requiera. El servir a D-os por amor (Ahavat HaShem) es una forma de adoración muy avanzada, pero Ahavat HaShem sin Yir´at HaShem se considera como no suficiente ya que el requerimiento básico para el logro de todos los preceptos Divinos es la obediencia absoluta.

La obediencia es una virtud muchas veces más difícil de cultivar que el amor por sí solo. Abraham reconoció la existencia de D-os desde su más temprana juventud. Ni sus padres ni maestros le habían enseñado esta verdad sino que la descubrió solo, a pesar de estar rodeado de adoradores de ídolos (su padre los fabricaba y vendía). Abraham estaba tan convencido de la verdad a la que había llegado por medio de su razonamiento, que estaba preparado a defenderla a toda costa. Fue después de obtener tal sabiduría profética y tal grado de santidad que D-is se le reveló. Abraham reconoció las virtudes de D-os, especialmente la de la misericordia (Jesed) y la tomó como ejemplo, principio y práctica durante toda su vida. Sin embargo, D-os le ordena que sacrifique a su hijo ante el altar. Este mandamiento Divino iba más allá de lo que Abraham podía entender. Se oponía a todo lo que él sabía y creía acerca de D-os, porque Abraham sabía que la práctica de sacrificios humanos, común en aquella época, era abominable para D-os. Más aún, no hacía mucho que D-os le había prometido que el pueblo judío nacería de Isaac, quien todavía era soltero y sin hijos. Sin embargo, Abraham no cuestionó la orden Divina por más irrazonable y desagradable que ésta le pareciera. Abraham obedeció sin preguntar. Al hacerlo, engrendró y le dio expresión real a la virtud de Yir´at HaShem de la manera más absoluta y perfecta, virtud que llevaba dentro suyo, pero que no había sido probada ni fijada en su naturaleza. Después de haber sido realmente probada, resultó ser una cualidad permanente y efectiva, lo cual, unido a las otras virtudes de Abraham, se convirtió en la herencia eterna y ejemplo para sus hijos, el pueblo de Israel.

Otro aspecto interesante que destaca la lección de la Akedá en particular, es la prontitud con que Abraham llevó a cabo el mandamiento Divino: "Se levantó a la mañana temprano, él mismo ensilló su mula y cortó la leña para el fuego". Esta prontitud de cumplir con el mandamiento Divino, dejando de lado todo sentimiento personal, es el aspecto más destacable de la Akedá, más aún que el hecho de llevar a cabo la orden solamente. Los deseos y la celeridad de Abraham en llevar a cabo una buena acción ya habían sido puestos de manifiesto en otras oportunidades como por ejemplo, salvar a Lot con su hospitalidad hacia los viajeros. En la Akedá se completan las virtudes de celeridad en cumplir los mandamientos Divinos de forma más expresiva.

La Akedá ha sido incluida en el Sidur porque no es simplemente un pedido de bendición a D-os, sino un momento para ennoblecerse espiritualmente al meditar sobre el hecho. Desde este punto de vista la Akedá no ha sido sobrepasada como fuente de inspiración, además que contiene algunas de las enseñanzas básicas más importantes en el Judaísmo con respecto a la verdadera adoración divina.
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LA PLEGARIA DESPUES DE LA AKEDA - SOBERANO DEL UNIVERSO

La Akedá está seguida de la plegaria "Soberano del Universo", seguida luego de una cantidad de pasajes adicionales de las Santas Escrituras, incluyendo pasajes de los Profetas Isaías, Jeremías y Micá, todos los cuales hablan de la promesa de D-os de recordar con misericordia a Su pueblo, en medio de su sufrimiento y de su exilio, además de la confirmacióhn que eventualmente D-os devolverá su pueblo a su tierra y devolverá el Bet Hamikdash a su anterior lugar en Jerusalem. De esta manera, la Akedá se relaciona con el eventual retorno del pueblo judío a Sión. Se sostiene que de la misma manera que la Akedá fue tan sólo una prueba de la devoción de Abraham y de su lealtad hacia D-os, así el exilio y el sufrimiento del pueblo judío son una prueba de su lealtad a D-os, y de la misma manera que la Akedá trajo aparejada la bendicón de D-os para Abraham, así el largo exilio y el martirio del pueblo judío serán ricamente aliviados y compensados.

La relación entre la Akedá y el exilio, además de la significación especial de recitar la Akedá a diario, son dos cosas que se destacan en el Zohar y en fuentes similares. El Zohar cita: "Los judíos deben recitar la Akedá de Isaac cada día, para estar así protegidos de todas las calamidades. Ya que se oye una voz que dice: no le hagas ningún daño!" (Génesis 22:12). Como ya se dijo, la Akedá se recita a diario, incluyendo Shabat y Yom Tov, pero esta plegaria que sigue a la Akedá - Soberano del Universo! - se omite en Yom Tov y Shabat y los otros días en que no se dije Tajanún (plegarias de súplica).
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