sábado, 15 de octubre de 2016

La historia de los judios en Cataluña

La historia de los judios en Cataluña

























Las demográficas

Antes de la
Inquisición y la persecución y expulsión de los judíos en España, había
una significativa población judía en la región de Cataluña. Hay crónica
de una presencia de judíos en Cataluña en alrededor de 60 ciudades y
pueblos en la región. Las concentraciones grandes estaban en las
ciudades de Girona y Barcelona, pero también había grandes populaciones
en las ciudades de Tarragona, Lleida y Tortosa.
























La historia

Las comunidades
judías fueron establecidas antes de las de los cristianos en la
península Ibérica. La alcurnia de los judíos catalanes puede ser
rastreado al año 70, cuando los judíos emigraron a través del
Mediterráneo. La primera anotación de los judíos en la ciudad de Girona
era del año 890, cuando 25 familias judías se mudaron allí. Ellos se
instalaron en tierra comprado por el conde Dela, en cambio de un pago de
una tarifa anual. En Besalú, la anotación más antigua de la presencia
de los judíos era en el año 1229, pero se está pensado que los judíos
llegaron a Besalú en casi el mismo tiempo que Girona. La población judía
en Besalú creció en el siglo XIV con la migración de los judíos de
al-Andalus y Francia a Cataluña, después de su expulsión en 1306. En
Barcelona, la presencia de los judíos fue documentado por la primera vez
en 985, pero es posible que haya una comunidad judía antes de este año.
En el año 1079, solamente había algunas familias viviendo en la ciudad,
pero para cuando llegó el siglo XIV, la población era algunos miles de
personas.


























El call

Dentro de los ciudades, la comunidades judías se organizaban en zonas definidas, que se llaman calls o juderías. La primera alusión de la existencia de un call en Girona fue en el año 1160. El call de Girona poseía tres sinagogas, baños rituales y un lugar para el refugio de los judíos necesitados, el alomoina-heqdes.
En Barcelona, la primera documentación de las juderías era en el siglo
XI. Barcelona tenía dos juderías, el mayor y el menor. El mayor fue
creado primero y el menor segundo en el año 1257. Los dos poseían
algunas sinagogas dentro de las murallas del call. Además, en
los dos ciudades había cementarios grandes en las montañas que se
llamaban Montjuïc, los que todavía existen en Girona y Barcelona hoy
día.
























La estructura social

Las comunidades estables que vivían en las juderías fueron llamadas aljamas. Los gobiernos municipales no tenían jurisdicción sobre las aljamas, sino que los judíos podían gobernarse a sí mismos, lo que fue decretado por el rey. La autoridad de las aljamas fue organizada y dividida en varios roles. Cada aljama tenía un alcalde, que se llama el nasi, y secretarios llamados neemanim
que eran responsables para trabajos diferentes incluso la provisión de
la comida y la guarda por los enfermos, los muertos y su familia.
Además, las aljamas tenían su propio rabino actuando como el líder religioso. Cada aljama podía hacer sus propias leyes, que se llamaban taqqanot, que vigilaban la vida cotidiana de los judíos.


























La tensión incrementada

Durante los siglos
XIII, XIV y XV, había mucha tensión entre las comunidades judías y el
resto de la población cristiana de Cataluña. En 1215, el Papa celebró el
cuarto consejo del Lateran y en esta reunión la Iglesia Católica impuso
muchas provisiones contra los judíos. Estas provisiones incluían
restricciones en los préstamos de los judíos y la obligación de los
judío de llevar un símbolo de identificación en su ropa. El rey Jaume I
también adoptó estas provisiones y añadió otras como la prohibición de
los judíos tener posiciones publicas con autoridad sobre los cristianos.
Durante el siglo XIII, también murallas fue levantadas alrededor de las
juderías. Mucha presión fue puesto en los judíos de convertir a
cristianismo.


En el siglo XIV, varios factores diferentes aumentaron la tensión y
el antisemitismo. En el año 1348, ocurrió la epidemia de la Peste Negra
en España y muchos ciudadanos murieron. La epidemia también llevaba una
crisis económica y inestabilidad social. Los judíos eran el chivo
expiatorio para las condiciones empeoradas y los cristianos les echaron
la culpa a ellos. Eso causó una revuelta contra los judíos dirigido por
la Iglesia en 1391. Durante estas revueltas muchos judíos fueron matados
o forzadamente convertidos y eso causó la destrucción de las juderías
en la mayoría de Cataluña. En Girona, los judíos fueron encarcelados en
el torre de Gironella por 17 semanas y después de su libertad concedido
por el rey el call nunca volvió a su estado previo. En
Barcelona, las revueltas terminaron la existencia de las juderías en la
ciudad y después de 1391 los judíos solamente podían quedarse en la
ciudad por 15 días.



























Ropa tradicional de los judíos catalanes

Ropa tradicional de los judíos catalanes
















































El papel de los judíos en sociedad hasta la Inquisición Española

En la historia de
España, el papel de los judíos en sociedad ha variado mucho.  Durante
unas épocas los judíos fueron considerados como miembros prósperos de la
sociedad, mientras que en otras etapas el trato fue horrible.  Cuando
los musulmanes conquistaron la península ibérica en el siglo VIII, los
judíos, aún no igual a los musulmanes, empezaron a ser aceptados en la
sociedad.  Los siglos X y XI fueron una época exitosa para los judíos, y
hoy es conocida como «La edad de oro de la cultura judía». Fue un
tiempo cuando los judíos y los musulmanes se llevaban bien y los judíos
se sumergieron en la cultura musulmana, incluyendo la lengua, poesía,
filosofía y ciencias. Además, los judíos llegaron al poder especialmente
en los negocios.


           Este tiempo de aceptación de los judíos continuó hasta que
ocurrieron algunos incidentes que empeoraron las relaciones entre los
judíos y los musulmanes.  Los musulmanes llegaron a darse cuanta de que
el poder estaba en manos de los judíos.  Esto creó un resentimiento que
culminó en la masacre de Granada de 1066, cuando musulmanes mataron a
3.000 judíos en la ciudad, así empezando varios de los actos de
antisemitismo de los musulmanes. Al mismo tiempo, sin embargo, la
reconquista se propagó por la península ibérica y varios reinos
musulmanes cayeron ante los cristianos.  Este cambio en el poder le caía
bien para los judíos; les fueron ofrecidas algunos privilegios para
reemplazar a los musulmanes que salieron.  Por ejemplo, recibieron
concesiones de tierras, derechos electivos y exenciones fiscales.
Evidentemente, las relaciones entre los cristianos y los judíos eran
fuertes en este momento y como resulto los judíos tenían respeto en
sociedad.


           Sin embargo, esta buena relación cambió pronto cuando los
cruzados cometieron actos de odio contra los judíos. Unos pogromos se
extendieron por la península, incluyendo en Cataluña, donde más judíos
fueron asesinados y sinagogas fueron quemadas.  La única manera para
evitar la muerte fue convertirse al catolicismo.  Estos nuevos
cristianos, judíos en realidad pero que entonces practicaron el
catolicismo, fueron nombrados conversos.


           En general, se puede ver que los judíos fueron partes
integrales de sociedad pero al mismo tiempo se podrían ser aprovechados
muy fácilmente.






















La expulsión de los judíos

A finales del siglo
XV, España estaba dividida en tres zonas principales: la Corona de
Castilla, la Corona de Aragón, dónde hoy está Cataluña, y la Corona de
Granada. Cuando Isabela tomó el trono de Castilla en 1474 y su esposo
Fernando tomó el trono de Aragón en 1479, unificaron la mayoría de
España. Aunque esta unión eventualmente resultó en la Inquisición, tenía
un efecto positivo para los judíos al principio. Fernando e Isabela
nombraron varios judíos al poder en posiciones prominentes y dijeron
claramente que los judíos no deben ser perjudicados. En algunas
ocasiones, Fernando e Isabela intervinieron personalmente y castigaron a
los perpetuadores de demostraciones en contra de los judíos. Cuando
empezaron a oír sobre las acciones ocultas de los conversos, Fernando e
Isabela, bajo las ordenes de la Iglesia Católica, decidieron que el
único método para abolir la religión judía era crear la Inquisición. No
sólo fortalecería el control de los Reyes, pero también crearía una
población completamente católica. Así con este pensamiento, la expulsión
de los judíos empezó. Fernando e Isabela declararon una nueva política
muy fuerte e importante para la Inquisición: el Edicto de Expulsión,
también conocida como El Decreto de la Alhambra. Esta política fue
promulgada el 31 de marzo de 1492 y significó el comienzo de la gran ola
de expulsión. El edicto ordenaba que todos los judíos deberían
marcharse de España antes del 31 de julio de 1492 o tenían que
convertirse al catolicismo. Según Fernando e Isabela, esta política
expulsaría a todos los judíos para que no pudieran influir a los
conversos con sus creencias. Cuando no podían quedarse en España, la
mayoría de judíos huyó a Portugal, donde podían practicar su religión
liberalmente.






















Los judíos hoy en día

Debido a la
Inquisición Española, el número de judíos en España y específicamente
Cataluña es muy bajo. Cuando la Inquisición terminó oficialmente en
1834, los judíos se les permitió regresar y podían practicar su religión
más o menos liberalmente. Sin embargo, sólo después de 1968 cuando el
Edicto de Expulsión fue revocado podían practicar judaísmo como una
comunidad; antes sólo podían hacerlo individualmente. En el siglo XIX,
poco a poco los judíos regresaron a España y empezaron a desarrollar sus
nuevas vidas, construyendo sinagogas y formando barrios de judíos. Hoy
hay aproximadamente 12.000 judíos que viven en España y la población
continua a crecer.

























Un Tora en el museo de los judíos en Girona

Un Tora en el museo de los judíos en Girona

































































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