domingo, 23 de octubre de 2016

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El judaísmo es una


cultura religiosa de los

judíos
(conocidos también como el
pueblo de Israel). Es una de las

religiones
más antiguas de la
historia.Los términos judaísmo y religión no existían en el hebreo
premoderno. Los judíos hablaban de la

Torá
: leyes que Dios reveló a Israel,
y en las que se ofrecía una visión del mundo y una manera de vivir (la

Halajá
), la senda que se debía seguir
por el mundo: las leyes, costumbres y prácticas judías. Todas las formas
históricas del judaísmo premoderno constituían (y aún hoy el judaísmo
tradicional lo constituye), un sistema de cultura integral, que abarca la
totalidad de la existencia individual y comunitaria de las personas. Es un
sistema de santificación en el que todo está sometido a la voluntad expresa
de Dios, de acuerdo con modelos divinos revelados sobre el orden cósmico y
la legalidad.

El judaísmo tuvo
su origen en Oriente Próximo. Pero, casi desde sus inicios, las comunidades
judías, en muchas ocasiones como resultado de migraciones voluntarias y de
exilios o expulsiones forzadas, han vivido en casi todos los rincones del
mundo. A mediados de 1993 la población total de judíos en el mundo ascendía
a 18 millones, de los cuales 6,8 millones vivían en Estados Unidos, más de
3,6 en Israel y más de 1,9 en la Unión Soviética; estos son los tres
emplazamientos judíos más importantes del mundo. Aproximadamente 1,5
millones de judíos vivían repartidos por Europa, la mayoría de ellos en
Francia y Gran Bretaña. Más o menos 300.000 vivían repartidos por el resto
de Norteamérica y 600.000 por el resto de Asia. Cerca de 1,1 millones de
judíos vivían en América Central y del Sur, y 350.000 en África.



Considerando su rica y compleja
tradición religiosa, el judaísmo nunca ha sido una organización monolítica,
aunque sus distintas formas históricas han compartido ciertos rasgos
distintivos. La principal característica común es la del monoteísmo radical,
es decir, la creencia de que un solo Dios trascendente creó el Universo y
que, afortunadamente, continúa gobernándolo. Profundizando en este
monoteísmo, se da la convicción teológica de que el mundo es inteligible
porque existe una inteligencia divina y fruto de una causalidad intencional
que lo sostiene. Nada es en la humanidad fruto de la casualidad; en sentido
último, todo tiene un significado. La inteligencia divina se manifiesta a
los judíos tanto en su orden natural, a través de la creación, como en su
orden histórico-social, a través de la revelación. El mismo Dios que creó el
mundo se reveló a los israelitas en el

monte Sinaí
. El contenido de esta
revelación es lo que constituye la Torá (es decir, la ‘ley’), la voluntad de
Dios para la humanidad expresada por medio de mandamientos (mitsvot)
por los que las personas deberían regir sus vidas en mutua interacción entre
ellos y Dios. La humanidad puede transformarse en parte armoniosa del cosmos
si vive de acuerdo con las leyes de Dios, y sometiéndose a la voluntad
divina.




Para el judaísmo el estudio de la
Torá es considerado como un acto de adoración. Todos los días durante los
servicios religiosos de las mañanas, se recitan pasajes de las Escrituras,
la Mishná y el Talmud. Los lunes y los jueves por la mañana, se saca de un
arca, que está en la parte frontal de la sinagoga, un rollo que contiene la
Torá, escrito a mano. Luego se procede a su lectura cantada frente a la
congregación de los fieles. La lectura litúrgica de la Torá más importante
es la que se realiza durante el shabat y en las mañanas de otras
festividades. A lo largo del año, durante los sábados, se terminará leyendo
toda la Torá. El ciclo anual comienza nuevamente cada otoño, con una
celebración llamada Simjat Torá (‘regocijaos con la ley’), que
concluye al final de la fiesta del

Sukot
. La lectura que se realiza de la Torá
durante las fiestas versa sobre distintos temas y observancias, dependiendo
del día que se realice. La lectura de la Torá durante los sábados y las
fiestas es acompañada de la lectura de escritos de los profetas relacionados
con los mismos temas (Haftará, que significa conclusión). Por eso, la
lectura en público de las Escrituras es una parte fundamental del culto
religioso en la sinagoga. De hecho, en un principio, ésta parece haber sido
la función más importante de la sinagoga como institución religiosa.

Dentro del año judío existen cinco
grandes fiestas y dos de menor importancia. La fiesta de la primavera o
Pésaj (Pascua),
marcaba el inicio de la cosecha de la cebada, y cincuenta días más tarde, el

Shavuot
(‘semanas’ o Pentecostés) marcaba
su término. Durante el Sukot (‘tabernáculo’) se celebra la cosecha de otoño,
fiesta que va precedida por un periodo de diez días de purificación de toda
la comunidad. Desde épocas muy antiguas, se han asociado estas fiestas con
acontecimientos importantes de la historia de Israel. La Pascua conmemora el

éxodo
desde Egipto. Shavuot se relaciona
con el momento en que Dios, en el monte Sinaí, entregó la Torá al pueblo de
Israel. Esta fiesta está marcada por la solemne lectura de los

Diez Mandamientos
en la sinagoga. Sukot aún
es observado como una fiesta de la cosecha; se instalan cabañas en los
campos (o en las casas) y los judíos comen en ellas durante los siete días
que dura la fiesta; esta práctica simboliza las tiendas en las que los
israelitas moraron durante su viaje a la Tierra Prometida. El periodo de los
diez días de penitencia que preceden a Sukot se inicia con la celebración
del año nuevo, el

Rosh Ha-shaná
, y termina con el

Yom Kipur
, el Día de la Expiación. De
acuerdo con la tradición, el mundo es juzgado cada año nuevo y el fallo se
da por cerrado el Día de la Expiación. El día de año nuevo se hace sonar un
cuerno de carnero (shofar)
para invitar a la gente al arrepentimiento. El Día de la Expiación es el día
más sagrado dentro del calendario judío, y transcurre en medio de ayunos,
rezos y confesión de las culpas. Su liturgia comienza con la entonación del

Kol Nidré
, incluyendo, además, un
recuerdo a los ritos que se realizaban en el Templo (avodá).

Aunque no muy numerosas, las
comunidades judías de Latinoamérica proceden de distintas oleadas de
emigrantes sefardíes y, más tarde, asquenazíes, que han ido llegando en los
últimos 150 años. La mayoría de estas comunidades han mantenido una línea
liberal.La comunidad judía en Estados Unidos desciende de los judíos de
Europa central (que emigraron a mediados del siglo XIX), de los judíos del
este europeo (que llegaron entre 1881 y 1924) y de los refugiados y
supervivientes del

Holocausto
. Las distintas formas que tiene
el judaísmo en este país (reformado, conservador, ortodoxo) son producto de
la adaptación de estos grupos de judíos inmigrantes a la vida en Estados
Unidos y a su interacción entre sí. Institucionalmente, el judaísmo ha
adoptado la misma fuerte estructura congregacional que tiene el
cristianismo. A pesar de estar relacionados con movimientos nacionales, la
mayoría de las congregaciones mantienen una considerable autonomía.




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