domingo, 18 de diciembre de 2016

Haskalá: Iluminismo Judio

Haskalá: Iluminismo Judio


Haskalá: Iluminismo Judio

Durante el siglo XVIII, vientos de cambio soplaban en Europa. Nuevas
condiciones de vida impulsaban a los más destacados pensadores e
intelectuales a reexaminar el estado de las instituciones así como el
espíritu de moralidad que regia la conducta tanto individual como
colectiva. A raíz de estos valientes desafíos comenzó a cristalizar una
concepción libertaria que colocaba a los derechos del Hombre al centro
de las aspiraciones sociales.



Este movimiento, conocido en Europa como Ilustración, transformó en
un corto período el total de la fisonomía intelectual del continente.
Entre otras cosas, planteaba el rechazó a la intolerancia colocando, por
ende, a la cuestión judía sobre el tapete de las discusiones en las
sociedades escolásticas y en los foros políticos de Europa.


Las comunidades judías de la zona, que durante siglos habían vivido
segregadas en ghettos, se vieron beneficiadas por el despertar general y
la autoafirmación de las masas. Comprendieron, que para participar de
los avances políticos y sociales de la época, tendrían que abandonar su
aislamiento físico e intelectual.


Para lograr su emancipación, los judíos debían mostrar una actitud
positiva hacia los cambios que el nuevo mundo proponía. Su asimilación
al medio ambiente no judío les permitiría abrir la puerta que durante
siglos los mantuvo aislados, negándoles la aceptación generalizada como
ciudadanos europeos.


Por incontables generaciones, el judío había aceptado el juicio de la
Providencia llevando sobre sus hombros el peso del exilio. Sólo
mediante el arrepentimiento o el extremo ascetismo podría alcanzar la
salvación en el mundo. Los racionalistas judíos concibieron una nueva
imagen del futuro, en reemplazo a la sociedad existente, en donde las
instituciones judías contemporáneas resultaban anacrónicas.



Fue la Haskalá o Ilustración judía la que dio un giro al pensamiento
tradicional judío. El judaísmo teocrático se transformó en una visión
antropocéntrica del mundo. Como la Ilustración europea, fue una rebelión
contra la autoridad y contra la estructura tradicional, en un intento
de establecer la razón humana como la medida de todas las cosas.


Historia

El Iluminismo llegó a los judíos de modo natural. El contacto con los
intelectuales franceses les permitió saborear el pensamiento liberal y
la nueva cultura.



Pero, aunque las raíces de la Haskalá tomaron sus fundamentos del
movimiento de Ilustración europeo, las condiciones y problemas
específicos a la cuestión judía le imprimieron un sello muy particular.


En su etapa inicial, la Haskalá fue un movimiento de la clase media
judía. Sus metas culturales así como sus beneficios inmediatos sólo
podrían ser compartidos por un número limitado de juicios educados. Las
masas, en su mayoría, permanecieron alejadas, y más aún, se mostraron
hostiles a la idea de asimilarse culturalmente ya que esto podría traer
como consecuencia la apostasia.


De hecho, la Haskalá comenzó en Berlín como un programa de un
pequeño grupo de judíos guiados por Moisés Mendelssohn (1729-86) con la
idea de familiarizarlos con la cultura europea y principalmente, con la
alemana y para que la luz del progreso penetrara
los círculos judíos.



Para Mendelssohn, no había nada en la fe judía que se opusiera a la
razón. Afirmaba que la revelación en el Monte Sinaí no tenía el
propósito de impartir la fe sino de servir como legislación de un estado
teocrático judío. La verdadera religión era universal y podría
alcanzarse mediante el ejercicio libre de la razón humana. Por ello, la
implantación de leyes y el establecimiento de instituciones que tuvieran
el ideal de la libertad de conciencia permitirla que los judíos
obtuvieran la igualdad.



Con sus obras, Mendelssohn pavimentó el camino de la Haskalá. En
ellas abogaba porque los judíos cumplieran con las costumbres y
constituciones legales de los países en donde habitaban, pero sin dejar
de ser constantes a la fe de sus antepasados.


En 1780 surgieron las primeras asociaciones de maskilim o seguidores
de la Haskalá quienes difundían el movimiento iluminista. Los primeros
maskilim eran estudiantes de yeshivot (academias de estudio), con
amplios conocimientos de religión quienes con el tiempo comenzaron a
interesarse en la literatura y filosofía alemanas. Utilizando este
acervo intelectual escribieron en hebreo pero inspirados en la cultura
alemana.


El cambio llegó por sí solo. Pronto los jóvenes comenzaron a estudiar
más sobre temática judía y menos sobre tradición bíblica.


La Haskalá se convirtió en una corriente activa dentro del judaísmo.
Su influencia llegó a Polonia, Lituania y las comunidades rusas,
principalmente, para luego diseminarse por el resto de Europa.





Principales postulados de la Haskalá



Educación. El primer problema al que se enfrentaron los
maskilim en su campaña para transformar la sociedad judía fue la
educación. Por siglos, la enseñanza había sido considerada como el valor
preponderante para los judíos. Para la Edad Media, esta avidez por el
saber se había visto enriquecida y contrastaba agudamente con la
ignorancia que prevalecía en la sociedad circundante donde la lectura y
la escritura eran quehaceres exclusivos del clero.


Durante siglos, el sistema feudal se opuso a que el judío participara
libremente en distintas profesiones, limitando sus ocupaciones. Cuando
los nuevos campos se volvieron accesibles al judío, éste penetró en
ellos en forma entusiasta y natural, predispuesto por siglos de
enseñanza. Para el siglo XVIII, los estudios bíblicos -punto medular de
la educación tradicional- comenzaron a ser abandonados en aras de un
sistema de lógica dialéctica. La noción de las ideas innatas fue
reemplazada por la certidumbre de que el hombre, a su nacimiento, es una
tábula rasa.


El objeto de estudio se transformó. En lugar de continuar por el
camino recorrido del estudio de la Tora o Biblia hebrea, los judíos
debían seleccionar entre las múltiples disciplinas en boga. Surgió así,
una clase de jóvenes educados que desconocieron las bases de lo que por
siglos se consideró como el fundamento del judaísmo, pero que dominaban
la cultura secular del medio en que vivían.


Los maskilim compartieron la creencia en la eficacia sin límites de
la educación racional. Modificaron la currícula de las escuelas
tradicionales para moldear un nuevo estilo de vida judía. La primera
escuela de este tipo se fundó en 1778 y en ella se combinaba el estudio
de las ciencias con los idiomas, incluyendo el hebreo. Era así como los
estudios judíos pasaban a un segundo plano desplazados por la temática
general.

El Lenguaje. La asimilación linguística se
convirtió en un rasgo distintivo de la Haskalá. En Alemania, así como en
Alsacia-Lorena, los judíos del siglo XVIII comenzaron a enseñar a sus
hijos distintos idiomas, como el alemán y el francés, con el fin de
facilitarles el contacto con los círculos no judíos. Para 1790, la nueva
generación de judíos de la Europa oriental había adoptado el vernáculo
como su nuevo idioma, desarrollando una actitud negativa hacia el idish,
a pesar de vehículo de comunicación y de expresión cultural.


No obstante, dentro del programa educativo de la Haskalá, el estudio
de la Biblia y del hebreo se convirtió en un elemento central. Ante el
interés demostrado por los alemanes en la cultura judía, Moisés
Mendelssohn realizó una traducción del Antiguo Testamento al alemán y
comenzaron a aparecer publicaciones judías en los lenguajes vernáculos. A
la vez, se publicó el periódico Ha-Me Assef cuyas contribuciones fueron
de gran relevancia para el desarrollo de la literatura y del lenguaje
hebreos, idioma que se convirtió en vehículo de expresión secular y
profesional. En Europa Oriental, el hebreo se adoptó como la lengua de
la literatura de la Haskalá, atrayendo la atención de un público más
amplio y ahondando en las raíces de la cultura judía.

La Tradición.
La Haskalá, como la Ilustración europea, fue racionalista. Aceptaba
sólo una verdad; la razón. Por ello, la actitud de algunos judíos frente
a la tradición sufrió un cambio radical. La concepción de la
providencia en favor de los judíos, la creencia en la idea del pueblo
elegido y las razones para el exilio judío se debilitaron.


Aunque los maskilim, principalmente Mendelssohn, no dudaban de la
santidad y autoridad de la Ley Oral, trataron de limitar el valor
supremo de la Torá dentro de la educación judía. Paulatinamente, los
estudios religiosos dejaron de incluirse en la currícula judía.


Los cambios en el lenguaje, la educación y la ocupación hicieron
evidente la necesidad de transformar a la vez la organización intrínseca
de la sociedad judía.


La Haskalá influyó fuertemente en el curso que tomarían las
experiencias de los judíos del Siglo XIX y XX. En gran medida, pavimentó
el camino hacia la modernización, aunque indudablemente sirvió como
estímulo para la aculturización y asimilación. A la vez, abrió canales
para dar pie a corrientes renovadoras dentro del judaísmo.





Bibliografía

Tomado de Tribuna Israelita






Ausbel, Nathan


The Book of Jewish Knowledge


Crown Publ. Inc., USA, 1964





Enciclopedia Judaica


Keter Publ. House, Israel, 1981





Hurovitz, David


Breve Introducción a la Historia Judía


Editorial Aurora, Israel, 1981





Kedourie, Elie


The Jewish World


Thames and Hudson, London, 1979






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Atheneum College Edition, USA, 1985







Newman, Yaacov y Siván, Gabriel


Judaismo A-Z


Depto. de Educación y Cultura Religiosa para la Diáspora, OSM, Jerusalem, 1983





Patai, Raphael


The Jewish Mind


Charles Scribners, New York, 1977







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