domingo, 5 de febrero de 2017

Tutankamón - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Tutankamón



Tutankamón
Faraón de la Dinastía XVIII de Egipto
Tutmask.jpg

Máscara funeraria de Tutankamón en el Museo Egipcio de El Cairo. Realizada en oro batido con incrustaciones de pasta de vidrio y turquesas, es la imagen más conocida del arte del Antiguo Egipto.

Información personal
Reinado c. 1336 a 1327 a. C.
Fallecimiento c. 1327 a. C.
Entierro Tumba KV62 del Valle de los Reyes, Egipto
Predecesor Semenejkara
Sucesor Ay
Familia
Padre Akenatón
Madre «The Younger Lady» de la tumba KV35.
Consorte Anjesenamón
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Tutankamón,1 llamado en vida Neb-jeperu-Ra Tut-anj-Amón,2 3 fue un faraón perteneciente a la dinastía XVIII de Egipto, que reinó de 1336/5 a 1327/5 a. C.4 Su nombre original, Tut-anj-Atón, significa «imagen viva de Atón», mientras que Tut-anj-Amón significa «imagen viva de Amón». Es posible que Tutankamón sea el rey Nibhurrereya de las cartas de Amarna, y probablemente el monarca denominado Ratotis, Ratos o Atoris, que reinó durante diez años, según los posteriores epítomes de la obra de Manetón.5


Si bien formalmente se define que la Dinastía XVIII finaliza con el reinado de Horemheb, se puede afirmar con un alto grado de certeza que el joven Tutankamón fue el último faraón de sangre real de la dinastía. Ascendió al trono después del periodo de Amarna y devolvió a los sacerdotes de Amón la influencia y el poder que habían poseído antes de la revolución religiosa y política de Akenatón. Durante su corto reinado se creía que estuvo en manos de Ay y Horemheb
el poder, en el cual Ay administraba Egipto y Horemheb el manejo del
ejército, pero en los últimos años según las investigaciones de
especialistas y arqueólogos se ha puesto en escena a un joven faraón
mucho mas independiente e influyente de lo pensado anteriormente.


Su reinado se caracterizó por un retorno a la normalidad en el plano
socio-religioso después del interludio protagonizado por el monoteísmo
de Akenatón. Dicho retorno fue paulatino, restaurando el culto y
arquitectura de los templos abandonados pertenecientes a dioses como Amón, Osiris o Ptah,
colocando en funciones a la casta sacerdotal y permitiendo la
celebración de los ritos pertinentes. En el plano artístico, los cánones
inaugurados bajo la égida de Amarna
seguirían fluyendo hasta fundirse con los patrones tradicionales del
arte egipcio. En las imágenes oficiales, la imagen del joven rey sería
enfatizada constantemente junto a su Gran Esposa Real
conjugando la herencia visual de Amarna (las imágenes de intimidad
familiar de la pareja real visibles en tronos, sillas, cofres, etc.,
encontrados en la tumba real) con el mensaje político oficial de continuidad de la dinastía, claramente visible por la profusión de imágenes de Anjesenamón.


Tutankamón fue un faraón notable en la restauración y armonización de
el Egipto posterior al periodo amarna, pero debido a su corto reinado y
la usurpación de sus pocos monumentos por parte de faraones de la XIX
dinastía, no fue conocido en épocas antiguas. El tamaño relativamente
pequeño de su tumba (KV62) sedimentada a través de los años fue la razón de que no fuera descubierta hasta el siglo XX hasta que Howard Carter
la encontró intacta en 1922. Su descubrimiento y los tesoros
encontrados en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron
el interés del público por el Antiguo Egipto,
convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más
popular. El hallazgo de su tumba, casi intacta, fue un aporte
fundamental para la comprensión de la historia y cultura egipcia.
Posibilitó sacar a la luz una cantidad apreciable de joyas, muebles,
armas y variados utensilios; permitiendo esto ampliar el conocimiento de
esta civilización.



Índice

Nombres y títulos


Anillo portando el Nombre de Trono: Neb-Jeperu-Ra.
Al nacer, c. 1345 a. C., se le asignó el nombre de Tut-anj-Atón, que posteriormente cambió a Tut-anj-Amón, cuando en el ocaso de la revolución teológica de Amarna
se abandonó el culto al dios Atón volviendo al viejo panteón egipcio,
beneficiando primordialmente al dios Amón. Bajo la ideología del Atonismo: nombre de Nacimiento, Tut-anj-Atón Heka-hiunu-shema «imagen viviente de Atón, gobernante de Heliópolis» o «el que vive en Atón, gobernante de Heliópolis». El trono chapado en oro, descubierto por Howard Carter en la tumba KV62, contiene en su respaldo el cartucho con el nombre original en la forma del periodo denominado Atonismo. Bajo la ideología de Amón de Tebas: nombre de Nacimiento, Tut-anj-Amón «el que vive en Amón» o «imagen viviente de Amón»; nombre de Trono, Neb-jeperu-Ra «el Señor de las manifestaciones es Ra».


Su nombre fue escrito como Amón-tut-anj, debido a la costumbre de los escribas de poner el nombre del dios al principio de la frase para honrarle.6 En los epítomes de Manetón es denominado Ratotis, Ratos y Atoris.5


Predecesores

Sus orígenes eran inciertos, ya que el final de la revolución religiosa conocida como Período de Amarna, implicó una suerte de maldición de su recuerdo sobre todo lo relacionado con el '"Rey hereje" Akenatón.
Se formularon varias hipótesis acerca de sus progenitores, algunas
inducidas deliberadamente para legitimar su acceso al trono. Hay razones
de peso para creer que era hijo de Akenatón, el Faraón hereje (teoría defendida por Zahi Hawass y respaldada por las pruebas de ADN
de 2010) y de una de sus hermanas, aunque de hecho la identidad de la
madre seguía siendo un misterio. Durante muchos años algunos sugirieron
que era hijo de Ay, aunque las evidencias eran escasas (solo un bloque de piedra proveniente de la ciudad de Hermópolis).7 Se han considerado tres hipótesis respecto a sus orígenes:


Tutankamón como hijo de Amenhotep III


El joven rey Tutankamón ofrendando a la divina pareja: el dios Ptah y a su izquierda su consorte Sejmet. El retorno a los ritos tradicionales después del interludio de Amarna.
Esta hipótesis se sustentaba en el hallazgo de diversos artículos en la tumba KV62 del rey niño con los cartuchos de Amenhotep III, de su Gran Esposa Real, la famosa reina Tiya, del príncipe Tumose, el primogénito de Amenhotep III muerto prematuramente, y de la princesa Sitamón, quien a finales del reinado de Amenhotep III ascendería como Gran Esposa Real. No existe en la tumba ningún elemento o artículo que mencione remotamente al faraón hereje Akenatón ni a ninguna de sus reinas.


En contra de esta hipótesis se yerguen dos factores:


  1. El primero hace referencia a los intervalos de tiempo. Se puede
    asegurar con bastante certeza que la muerte de Tut-ank-atón
    (posteriormente cambiado bajo la ideología tebana a Tutankamón
    Hekaiunushema), se produjo entre los 17 y los 19 años de edad. Estas
    evidencias provienen de la momia,
    más precisamente del desarrollo óseo del esqueleto del rey-niño. En
    consecuencia, Tutankamón fue engendrado por Amenhotep III, o su hijo
    Amenhotep IV (Akenatón o el «faraón hereje»). Si se considera que el
    reinado de Akenatón tuvo un lapso de duración de unos 17 años, es menos
    probable la posibilidad de ser hermano del hereje (o sea, hijo del faraón Amenhotep III) en vez de ser un hijo directo de un rey más joven, sea Ajenatón o el enigmático Semenejkara.
    Si bien se sabe que Amenhotep III fue un rey longevo, los intervalos de
    tiempo alejan decididamente la hipótesis de que fuera el padre de
    Tutankamón.8
  2. El otro factor que considerar es el contexto político-religioso
    existente en el momento de la muerte del rey niño. La variedad de
    utensilios y pertenencias que hacían referencia a Amenhotep III, Tiya,
    etc., muestra con claridad la intención de dar continuidad y legitimidad
    a la dinastía reinante y olvidar el descalabro de la aventura religiosa del período

Tutankamón como hijo de Semenejkara

La hipótesis que sostiene que el faraón niño es un vástago del sucesor de Akenatón, el enigmático faraón Semenejkara, carece de evidencias objetivas que la sostengan:



El joven rey Tutankamón. Talla en madera policromada.
  1. El punto a favor de esta hipótesis es la carencia absoluta de
    referencia alguna a Tutankamón en los restos encontrados del período de Amarna,
    en donde los rastros encontrados no mencionan prácticamente al príncipe
    Tutankamón. El único rastro existente hasta el momento proviene de un
    relieve de una piedra de arenisca, hallado en la ciudad de Hermópolis donde fue evidentemente reutilizada al abandono de la ciudad Amarna por los reyes de la Dinastía XIX,
    quienes utilizaron los materiales de la ciudad abandonada como cantera
    para la provisión de materiales destinados a obras en otras
    localizaciones. En dicho relieve, se menciona al hijo corporal (o físico) del rey, su amado Tutankamón".9
    Es la única mención que existe, no aclarando quién podría ser su
    progenitor, quién indudablemente tendría un parentesco con el rey, sea
    Ajenatón, Amenhotep III o Semenejkara. Lo más probable es que la mención
    de ser de sangre real, haga seguramente referencia a su pertenencia a
    una línea colateral. La no inclusión de cartucho
    en el nombre del hasta entonces príncipe hace inferir que la
    inscripción fue realizada cuando Tutankamon no era faraón. Además, las
    pruebas efectuadas a la momia encontrada en KV55, sin identificar fehacientemente hasta ahora, muestran muchos rastros de similitud tanto en su aspecto físico como en el grupo sanguíneo del faraón niño.10
  2. En contra de dicha hipótesis, se suma la carencia de evidencias que vinculen a Tutankamon con su antecesor en el trono Semenejkara así como también la ambigüedad en la identificación de la momia encontrada en KV55, que podría ser de Akenatón o de Semenejkara.

Tutankamón como hijo de Akenatón y Kiya

Ha sido hasta hoy la hipótesis más aceptada en el mundo académico,
fundamentada no sólo en las evidencias encontradas en los yacimientos
arqueológicos de Amarna, Tebas y el Valle de los Reyes, sino que además, en la investigación realizada por Hawas et al. (2010)11
quienes realizaron diversos estudios antropológicos, radiológicos y
genéticos a 11 momias reales entre septiembre de 2007 y octubre de 2009,
y entre las cuales se encontraba la de Tutankamón y ascendencia.



El joven rey Tutankamón, cazando con arco, portando la corona Jepresh junto a su esposa Anjesenamón, la hija de Ajenatón y Nefertiti.
Se define a la madre del faraón niño como la enigmática Kiya, quien, aparte de Nefertiti y sus hijas, es la única mujer del harén real que es mencionada y de la que existen rastros. Fue nombrada como hemet mererty aat o "La amada Gran Esposa". Tal relevancia llevó al egiptólogo Cyril Aldred a afirmar que se debía a que Kiya fue quien dotó de un vástago masculino al rey Ajenatón,8 dándole la posibilidad de continuar el linaje de la gloriosa Dinastía XVIII. La prematura muerte de Kiya, quien se piensa que no sobrevivió al faraón Ajenatón,
dio lugar a la ocupación de su espacio en la corte y posterior
usurpación de títulos por parte de Nefertiti y alguna de sus hijas.12 13
Esta hipótesis también sostiene la necesidad de legitimar el ascenso al
trono de Tutankamón, ya que es desposado con la hija de Akenatón y Nefertiti, la princesa Anjesenpaatón, quien posteriormente sufriría el cambio de nombre a Anjesenamón al igual que su esposo.


Cabe recordar que la costumbre de desposar a un príncipe de una esposa secundaria con una princesa de la Gran Esposa Real, siendo medios hermanos, había sido ya practicada antes en el Antiguo Egipto y recientemente en la misma Dinastía XVIII; la princesa Hatshepsut fue desposada con su medio hermano Tutmosis II, quién era vástago del rey Tutmosis I, pero de una esposa de menor linaje del harén real.


En contra de esta hipótesis, sobre el linaje de Tutankamón se argumenta la carencia total de alguna referencia a Akenatón, pero sí a sus abuelos, tanto Amenhotep III como Tiya.
Pero este argumento suele ser rebatido considerando el contexto
político - religioso en el momento del deceso del faraón niño. Egipto se
encontraba en un momento de restauración de los cambios operados
durante el período de Amarna, intentando borrar toda referencia hacia el
Rey Hereje;
siendo por lo tanto explicable la total omisión de referencias y, como
proceso de restauración, se estableció conexión entre Tutankamón y sus
abuelos, dándole sentido de continuidad a la dinastía real. Esto
explicaría la carencia total de referencia hacia algo que conecte con el
período de Amarna en los utensilios y enseres encontrados en la tumba
de Tutankamón.


Pruebas de ADN

El 17 de febrero de 2010, el Consejo Supremo de Antigüedades, en El Cairo (Egipto), informó de una serie de estudios genéticos, publicados en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) y llevados a cabo a lo largo de más de dos años, en los que se evidenciaba que Tutankamón murió a causa del Mal de Köhler (una necrosis avascular ósea) agravado por malaria.
Esta teoría estaría corroborada por los 103 bastones y la gran cantidad
de medicinas que encontraron en su tumba. Por ello, se deduce que, a
pesar de haber muerto con tan sólo 19 años, sufría grandes dolores de
huesos.


También afirmaron que el faraón era hijo de Akenatón o, al menos, del monarca enterrado en la tumba KV55 y que su abuela fue la reina Tiye o Tiya. Los estudios de ADN
realizados en la momia del faraón Tutankamón han permitido averiguar
que la momia de KV55 era el padre del faraón-niño e hijo del faraón Amenhotep III. Tal patrón genético hace concluir que el morador de KV55 no sería otro que Ajenatón.14


Los mismos estudios de ADN revelaron, además, que la momia de la
tumba KV35YL, descubierta al lado de la momia de Tiya (KV35EL) y
conocida como Dama Joven, es la de la auténtica madre de
Tutankamón, revelada además como hermana plena de la momia KV55. Este
descubrimiento hace del joven faraón, como mínimo, fruto de un incesto
regio (nada infrecuente en la época), y supondría (asumiendo que KV55 es
Akenatón) que el rey "hereje" concibió a su hijo con una de sus
hermanas, siendo imposible especificar si fue alguna de las cinco hijas
conocidas de Amenhotep III y Tiye. Pero quedaría así descartada la
hipótesis de Kiya.15
La consanguinidad, según el mismo estudio, explicaría la acumulación de
taras en el joven rey, como tantas veces ha sucedido en la historia de
las dinastías reales.


Recientes estudios de ADN, realizados por el instituto IGENEA, de
Zúrich, ha reconstruido el perfil genético de Tutankamón. Según estos
investigadores "Tutankamón pertenecía a un perfil genético conocido como
haplogrupo R1b1a2, al que pertenecen más de un 50% de los varones de
Europa occidental, lo que indica que comparten un ancestro común.
Curiosamente este haplogrupo constituye menos de un 1% de los egipcios
actuales". La proporción aumenta al 70% entre españoles y británicos.16


Reinado


El descubrimiento de su tumba casi intacta ha permitido conocer la
sofisticación de la vida de los faraones en el 1300aC. Esta silla de cedro con el respaldo tallado con el dios de la eternidad Heh pertenecía a su ajuar funerario.
Los datos de su reinado son breves. Se sabe que fue coronado rey a la
edad de ocho a diez años aproximadamente. De acuerdo con el egiptólogo
James Allen, hacia el año 14 ó 15 del reinado de Akenatón, éste elevó al cargo de corregente a Nefernefruatón,
de quién sabemos por los determinativos femeninos de los jeroglíficos
inscritos en su cartucho, que era una mujer. Primeramente se pensó que
era Nefertiti, pero el hallazgo en 1973 de un ushebti para
Nefertiti del año 12 aproximadamente del reinado de Akenatón, hace
suponer que Nefertiti falleció antes del ascenso de Nefernefruatón
coincidiendo con la ausencia de imágenes de Nefertiti en eventos
posteriores al año 12 del reinado de Akenatón; por lo tanto, la
enigmática persona nombrada Nefernefruatón fue, muy probablemente, una
de sus hijas sobrevivientes: Meritatón.


De Akenatón no se tienen rastros pasado el año 17 ó 18 de su reinado,
suponiendo entonces que murió para esa época, donde asciende al trono
el o mejor dicho la corregente Nefernefruatón junto a un consorte,
ignoto hasta el momento denominado Semenejkara. Dicho consorte reinaría
por un lapso de tiempo no mayor a un año, dando lugar al ascenso
posterior del joven príncipe Tutankaton quien luego cambiaría su nombre a
Tutankamón. La unión matrimonial de Tutankamón y Anjesenamón hace
suponer que la hija mayor sobreviviente de Akenatón, Meritatón, con
mucha probabilidad murió al mismo tiempo que su esposo, Semenejkara. De
cualquier forma, el lapso de tiempo que va desde el deceso de Akenatón y
la entronización del príncipe Tutanjatón es de solamente un año.


Heredó prácticamente la misma corte que el faraón herético, así podemos ver que en el cargo de Gran Visir se mantuvo Ay, padre de la La Gran Esposa Real de Ajenatón y abuelo de la esposa del nuevo faraón, la comandancia de los ejércitos estaba a cargo de Horemheb y el tesoro se encontraba bajo la supervisión de Maya.17


El ascenso al trono fue legitimado, —de acuerdo con la costumbre de los antecesores de la Dinastía XVIII
desposando a la princesa Anjesenpaatón, única hija superviviente de
Ajenatón y Nefertiti y portadora por tanto de la legitimidad real, que
también cambió su nombre cuando se restauró el culto a Amón, pasando a
llamarse Anjesenamón.



Mapa del antiguo Cercano Oriente durante el periodo de Amarna, mostrando las grandes potencias del periodo: Egipto (verde), Hatti (amarillo), el reino Kasita
de Babilonia (púrpura), Asiria (gris), y Mittani (rojo). Las áreas más
claras muestran control directo, las áreas más oscuras representan
esferas de influencia. La extensión de la civilización Aquea-Micénica se
muestra en naranja.
La imagen de la pareja fue exaltada repetidas veces, ya que en los
hallazgos de su tumba aparecen múltiples imágenes de ambos según el
estilo artístico de Amarna.
Faltan referencias a su posible descendencia, aunque pudieron ser hijas
suyas dos bebés cuyas momias se encontraron en la KV62.18


Cuando ascendió al trono, se produjo la restauración de los antiguos
cultos, intentando olvidar el interludio que significó la experiencia
religiosa de Ajenatón. Por las fechas en que ocurrió esto y la escasa
edad que tenía Tutankamón, muchos estudiosos creen que el abandono del
culto a Atón fue debido más a sus consejeros, sobre todo a Ay y Horemheb, que a una propia decisión del faraón.


Asimismo, se especula que el abandono de la capital de Akenatón, Amarna, comenzó apenas Tutankamón fue coronado. El arqueólogo Barry Kemp
sostiene que el abandono de la ciudad no fue repentino, sino que
paulatinamente fueron trasladándose las distintas dependencias estatales
(como el tesoro, las residencias reales, los archivos reales, etc.).
Posteriormente, durante la época del faraón Horemheb, la ciudad quedaría despoblada, y el golpe final sería dado por los reyes de la Dinastía XIX, quienes utilizarían las construcciones abandonadas como canteras para sus obras faraónicas.


No se conocen muchos textos de campañas militares durante el reinado
de Tutankamón, solo unas representaciones grabadas en bloques
encontrados en el templo de Karnak, los cuales pertenecían a una antigua
fachada en construcción mandada a edificar por el joven faraón.


Su papel resultó ser mucho más importante de lo que en un principio
pareció, y fue un gran constructor que se encargó de reparar los daños
cometidos por Ajenatón sobre los templos egipcios. Así, no cabe
sorprenderse ante el hecho de que la mayoría de los rostros de las
estatuas de Amón de esta época sean los del propio Tutankamón; esto es
explicable desde el enfoque religioso, ya que se creía que el faraón
tenía un origen divino y que era engendrado por el mismo dios. El rostro
del faraón era la imagen viviente de Dios en la faz de la tierra.
Precisamente, su nombre de nacimiento tiene una traducción cercana a ese significado.


Restauración religiosa

Durante el cuarto año de su reinado el faraón trasladó la corte a Tebas y restableció no solo el culto a Amón sino también al resto del panteón egipcio, adoptando su nombre definitivo, Tut-anj-Amón, y publicó el Edicto de la restauración, proclamando sus acciones:


Él ha hecho que todo lo que estaba arruinado floreciese como un
monumento de eternidad; él ha expulsado el engaño de las Dos Tierras.
Cuando su majestad se elevó como un rey, los templos de los dioses y las
diosas desde Elefantina al Delta habían caído en el abandono, sus
tabernáculos estaban deteriorados, se habían convertido en campos llenos
de hierba; sus patios eran como caminos trillados. El país estaba en
desorden, los dioses se olvidaban de este país, sus corazones estaban
airados.19


Este edicto fue grabado en una estela en el templo de Amón en Karnak, estela que actualmente se conserva en el museo de El Cairo.
El texto fue luego usurpado por Horemheb, que eliminó el nombre de
Tutankamón colocando el suyo, en una revancha iconoclasta para eliminar
toda referencia a Amarna al colocarse él como directo sucesor de Amenhotep III: las listas reales de Abidos y Saqqara ignoran a Ajenatón, Semenejkara, Tutankamón y Ay.


La restauración tenía una gran carga política. No sólo consistía en la vuelta al politeísmo, sino en la devolución del poder al Sumo sacerdote de Amón,
contra el que se habían enfrentado Amenhotep III y Ajenatón (Amenhotep
IV), ya que el templo de Amón había acaparado grandes riquezas y el
control de extensas propiedades que antes eran de la corona.


Durante el reinado de Horembeb y sobre todo durante la siguiente
dinastía, la XIX, se silenció sistemáticamente todo lo relacionado con
Ajenatón y el periodo herético de Atón. Desde entonces en las listas
reales de soberanos se pasaba de Amenhotep III a Horemheb, olvidando
tanto a Ajenatón como a Tutankamón y Ay.20



Escena íntima entre el rey y su Gran Esposa Real. La herencia artística
de Amarna siguió vigente durante su reinado. Incluso el dios caído Atón brinda sus rayos protectores dando vida al igual como lo hacía con Ajenatón y Nefertiti. Detalle del respaldo del Trono ceremonial de Tutankamón.

Obras

No tuvo tiempo de construir grandes obras que permaneciesen para la
posteridad, solo quedan la reconstrucción de los templos abandonados
durante el reinado anterior, un nuevo templo a Amón construido al oeste
de Tebas y algunas pinturas y relieves, así como el ajuar funerario. En
lo referente al enfoque artístico, es aquí donde se visualiza claramente
el cambio de tendencia política y su efecto sobre los cánones
artísticos.


Primera fase: La herencia de Amarna

Gracias a los muebles y utensilios hallados en KV62, sean tronos,
sillas, cofres, etc. se ha podido reconstruir el desarrollo artístico.
En la primera fase, es fácilmente identificable la continuidad del arte
de Amarna: trazos gruesos, en la familia real se distingue un cráneo alargado, cuello estirado y vientre protuberante.21
Los motivos artísticos siguen la línea de los retratos de la época de
Ajenatón: el rey y su esposa, en escenas familiares, íntimas, en algunos
casos bajo los rayos del dios único caído.


La representación de la pareja real es idéntica a las que se conocen
de Ajenatón y Nefertiti, y el bajorrelieve que se ve en el reverso del
trono ceremonial incluso representa sobre ellos el disco solar cuyos
rayos acaban en manos dadoras de vida. Este trono es uno de los mejores
ejemplos de la maestría de los artesanos egipcios, con una mezcla de
tallas, bajorrelieve e incrustación, combinando distintos materiales.
También la máscara funeraria combina distintas técnicas: de 54 cm, está construida con oro, cuarzo, obsidiana, lapislázuli y vidrio; en el reverso está inscrito el capítulo 151 del Libro de los Muertos, con la descripción de las distintas partes del cuerpo humano.22



Monumental estatua de Tutankamón al modo tradicional del arte egipcio.

Segunda fase: El retorno a la tradición

Las monumentales estatuas del dios Amón en Karnak, personificadas con
el rostro del Rey, muestran al faraón totalmente alejado de los cánones
artísticos de Amarna. El retorno a la tradición es evidente no solo en
el carácter monumental de las estatuas, sino también en el énfasis en la
imagen tradicional del faraón: vestido con faldellín, corona, barba real y uraeus.


Asimismo, si bien no se conocen documentos que atestigüen campañas
militares efectuadas por Tutankamón, en su tumba se ha encontrado un
cofre con imágenes del rey batallando en su carro
y matando enemigos. Este es el mejor indicio del cambio de temas, el
abandono de los motivos artísticos de Amarna, el faraón en imágenes
familiares, por los tradicionales, con el faraón venciendo a sus
enemigos.


Desde el punto de vista artístico, se observa que el viraje de la
realeza, después de la aventura del faraón Ajenatón, hacia el retorno a
la tradición, no fue efectuada de forma brusca, sino paulatina. A favor
de esta posición se encuentra la necesidad no solo de gobernar un
Estado, que al final del reinado de Ajenatón pudo haber sufrido una
desestabilización, de acuerdo a lo atestiguado, por ejemplo en las cartas de Amarna, sino también de otorgarle un marco de legitimidad al nuevo rey dando muestras de continuidad con el statu quo vigente. El golpe de timón brusco lo daría Horemheb y el tiro de gracia los primeros reyes de la Dinastía XIX.


Los hombres del Rey

Del conjunto de evidencias rastreadas (ushebtis, pinturas, estatuas, etc.) en KV62
y en otros templos y tumbas de la nobleza, se ha podido reconstruir el
universo de funcionarios de primera línea que rodeaban al faraón. Dada
la precocidad del rey, seguramente eran quienes llevaban los destinos de
Egipto bajo sus riendas en forma verdadera y efectiva.



Entre las joyas de su tumba, se encontraba este pectoral del rey. Era común utilizar imágenes de los jeroglíficos para construir joyas con el nombre del rey. En ésta es identificable, Neb Jeperu Ra, el nombre del trono de Tutankamón: la barca solar define el jeroglífico Neb, el escarabajo en el centro la palabra Jeper que, junto con las tres flores de loto de la base del pectoral se transforma en el plural Jeperu y el disco solar de la parte superior es Ra.

Ay

Bajo el título de “Padre del dios”, ostentado ya durante el reinado del Faraón hereje, Ay gozaba de un poder sin igual, con plena autonomía, incrementada ya desde los tiempos que era el padre de Nefertiti,
y después, con el faraón niño, la discrecionalidad y libertad de
movimiento le brindaba la posibilidad de obtener un verdadero poder: el poder detrás del trono.


El hecho de tener vínculos con la realeza, considerando que fue el padre de la Gran Esposa Real Nefertiti y el abuelo de la siguiente reina en poseer tal título, su nieta Anjesenamón,
provee elementos para no sorprenderse de sus habilidades para los
cargos políticos de alto nivel una vez fallecido Tutankamón. Siendo el
principal consejero del rey.


Si bien, fue un actor de primer nivel durante el reinado de Ajenatón,
sus orígenes pueden remontarse más allá de dicho reinado. Tanto Ay como
la Gran Esposa Real de Amenhotep III y madre de Ajenatón, la famosa reina Tiya eran originarios de la ciudad de Ajmin.23
Esto posibilitó la elaboración de hipótesis donde se afirmaba un grado
de parentesco consanguíneo, enlazando a los principales personajes de
finales de la Dinastía XVIII, o sea: Ay, Tiya, Nefertiti, Ajenatón, Tutankamón y Anjesenamón.


Si bien los nombres Ay y Tiya, junto a Yuya y Tiyu (los padres de la reina Tiya, quienes proveyeron el mejor yacimiento arqueológico
hasta el descubrimiento de la tumba de Tutankamón) denotan una cierta
característica familiar, no existe evidencia en concreto que relacione
directamente en un lazo familiar a Ay y Tiya


Horemheb

Si Ay basaba su posición en sus vínculos con la realeza, Horemheb balanceaba el poder desde el lado del mando del poder militar. Era el delegado real en el ejército y fue quien llevó a cabo la recuperación de los territorios bajo la influencia egipcia tanto en el sur de Nubia como en el norte de Gaza y Siria.


El egiptólogo Jacobus Van Dijk24
afirma que Horemheb al mando del ejército, procuró restablecer la
presencia egipcia en Siria que se encontraba muy deteriorada por el
avance de los hititas, quienes habían ya sometido al pueblo de Mitani, que era aliado de los egipcios desde los tiempos del faraón Amenhotep III como bien lo demuestran no solo los casamientos reales con las princesas mitanias Taduhepa y Giluhepa, sino también las distintas misivas diplomáticas que salieron a la luz, las llamadas Cartas de Amarna.


Tal sometimiento, provocó la ruptura del statu quo en el fértil
creciente y el avance de los hititas ya sobre las posiciones egipcias en
Siria y Canaán.


Las campañas de Horemheb bajo el reinado de Tutankamón posiblemente
hayan sido infructuosas en cuanto a la recuperación de posesiones
territoriales en Siria, y muy probablemente, la muerte repentina de
Tutankamón encontró a Horemheb lejos de la corte, en campaña. Esta
oportunidad fue aprovechada por Ay para hacerse con el trono.


Najtmin o Minajt

Ocupaba un cargo dentro de la jerarquía militar, siendo conocido por el hecho de ofrendar una serie de ushebti con su nombre en KV62 en el momento de sepultar a Tutankamón. Se supone que algún vínculo sanguíneo debiera existir con Ay, lo que daría la posibilidad de un cuadro de intriga política complejo,25
ya que resultaría evidente que, si tal vínculo fuera cierto, el tal
oficial Najtmin sería un contrapeso de Horemheb dentro de la jerarquía militar. Finalmente, se ha encontrado una estatua de Najtmin con una leyenda inscrita en la que se lee “Hijo del Rey”, siendo del período de reinado de Ay,
seria una muestra consistente de la intención de Ay de entronizar a una
persona distinta de Horemheb, haciendo que el conflicto de intereses a
la muerte de Ay fuera imparable. No se ha encontrado rastro alguno del
oficial Najtmin, y la ascensión al poder de Horemheb hace suponer que su
destino no fue de larga vida.


Maya o May

Se conoce de él por similar vía que Najtmin, o sea, por su ofrenda de ushebti en KV62 magistralmente desvelado por Howard Carter. Las inscripciones de la figurilla de madera designan a Maya como “Supervisor de los trabajos en el lugar de Eternidad”, es decir, los trabajos en el cementerio real.26 Además, existe también mención a la posición de “Supervisor del Tesoro”.


Resulta concluyente que, la posibilidad de ofrendar una estatuilla en
el entierro del rey, implicaba que ostentaban una posición de mucha
cercanía con Tutankamón, ya que era considerado como un gran favor la
oportunidad de dejar una ofrenda al rey en su tumba. Se sabe que Maya
continuó en cargos gubernamentales, ya que existen rastros de su
participación en trabajos del cementerio real, aún durante el reinado de
Horemheb.


Usermont

El cargo de Visir, en egipcio Chaty
–con funciones y responsabilidades cercanas a la posición de un primer
ministro en una nación moderna actual–, estaba dividido en dos grandes
áreas geográficas: el norte o Bajo Egipto y el sur o Alto Egipto. Usermont ejercía el cargo de Visir del Alto Egipto.


Pentu

Al igual que Usermont, su cargo implicaba responsabilidades en el Bajo Egipto.


Huy

Ejercía el cargo de Virrey de Kush,
responsable de las explotaciones de las minas de oro nubias, así como
también del control del tráfico comercial de productos desde la lejana
tierra del Punt.
Era una posición que implicaba un grado alto de responsabilidad, ya que
la provisión de oro dependía mayormente de las minas nubias, y dicho
oro era la moneda de cambio que los faraones egipcios tenían, por
ejemplo, para pagar mercenarios como vasallaje de los principados y
reyezuelos de Gaza, Siria y Fenicia. Esto quedó demostrado cuando salieron a la luz las Cartas de Amarna,
donde en la correspondencia diplomática entre los faraones y los
gobernantes cercanos se hacían menciones a demandas de entrega de oro
por parte del faraón. Así la influencia egipcia dependía del flujo de
oro con que podían contar los faraones.


Muerte

Murió c. 1327 a. C.,
hacia los 19 años de edad, tras haber reinado unos nueve años y sin
haber consolidado su poder. Su prematura muerte dejó una cierta
inestabilidad en Egipto, ya que era el último miembro varón de la dinastía XVIII. Según el egiptólogo egipcio Zahi Hawass,
Tutankamón falleció lejos de los centros de momificación, lo que
precipitó la prematura descomposición del cadáver y complicó el proceso
de momificación.


Durante el reinado de Tutankamón hubo en el país una epidemia de malaria
que causó una elevada mortalidad, y, como en la tumba se encontraron
medicamentos contra la fiebre, se sospecha que murió víctima de esa
enfermedad. Un estudio de ADN publicado en 2010 reveló un faraón con el sistema óseo debilitado, lo cual, al ser víctima de una malaria severa, le habría provocado la muerte.27


Otra teoría de acerca de su muerte surgió en el año 2013, donde un
egiptólogo, llegó a la conclusión de que su cuerpo se quemó debido a una
mala praxis en el proceso de momificación, se examinaron apuntes
originales de Howard Carter
y junto con científicos forenses del Cranfield Forensic Institute, de
Bedfordshire, llevó a cabo una autopsia virtual del cadáver utilizando
la tecnología de escáner con tomografía axial computarizada, cuyos resultados pueden reavivar también la posibilidad de que el joven soberano muriera atropellado por un carro, en combate.28 29


A Tutankamón le sucedió su consejero y chaty Jeperjeperura Ay, padre de Nefertiti,
que desposó a la reina viuda Anjesenamón en un intento de darle
legitimidad a su ascensión al trono. En términos familiares,
Anjesenamón, al ser hija de Nefertiti, era nieta de su nuevo consorte,
quien acabaría reinando durante cuatro años. Durante este periodo, Ay se
ocupó del gobierno interior, mientras el general Horemheb
se ocupaba de recuperar el prestigio exterior, bastante dañado durante
los dos reinados anteriores, y fue posiblemente asociado al trono. Ambos
nombramientos fueron apoyados por el clero de Amón, agradecido por los
favores políticos recibidos.


Debido al prematuro deceso de Tutankamón, este no había dispuesto los
pormenores de su honras fúnebres, o bien estaban en fase de preparación
ya que se le enterró en una tumba que no estaba pensada para él; la
caja mortuoria, así como un apresurado alhajamiento, se hicieron
precipitadamente para cumplir el plazo de 40 días establecido. Se cree
que la tumba estaba destinada para el propio Ay, quien fungía como
tesorero real. Debido a lo sobrio del enterramiento, durante muchos
siglos fue pasado por alto hasta su casual descubrimiento.


Descubrimiento de su tumba


Howard Carter analizando el tercer y último ataúd
antropomorfo de oro macizo, en cuyo interior se encontraba la momia de
Tutankamón. Se aprecia que este ataúd todavía no se había extraído de la
parte inferior del segundo sarcófago, considerado el más bello.
Tradicionalmente se ha dicho que su tumba, KV62, fue encontrada en el Valle de los Reyes el 4 de noviembre de 1922 por el británico Howard Carter, constituyendo uno de los descubrimientos arqueológicos más sensacionales de la historia de la egiptología,
debido a la gran riqueza arqueológica encontrada. No obstante, su
hallazgo fue realmente realizado por Husein Abdel Rasul, un niño de 10
años que llevaba agua a los miembros de la expedición y que encontró el
primer escalón de la tumba de manera fortuita 30 .


La fama actual de Tutankamón no se debe a los acontecimientos de su
reinado, que fue breve e intrascendente comparado con el de otros
grandes reyes como Tutmosis III o Ramsés II;
se debe más bien al tardío descubrimiento de su tumba, que es hasta el
momento la única tumba real encontrada con un ajuar funerario tan
variado, numeroso, bien conservado y prácticamente intacto. Si bien
dicha tumba había sido violada por saqueadores en la Antigüedad, el
contenido de la tumba fue restituido y se volvió a sellar. Tres mil años
después, en 1922, la tumba fue encontrada por Husein Abdel Rasul y
excavada por una expedición dirigida por Howard Carter, en una expedición sufragada por Lord Carnarvon.
A Carter le llevó casi una década despejar e inventariar todo el
material encontrado. La riqueza y variedad de los objetos encontrados,
junto con el excelente trabajo llevado a cabo por Carter y su equipo,
permitieron conocer muchos aspectos de la vida del Antiguo Egipto, desde
los avances científicos y tecnológicos o los aspectos artísticos, plasmados en vasijas, cofres, juegos, armas, etc.31


Descubrimiento y excavación


Entrada de la tumba de Tutamkhamon en la actualidad

Plano de la tumba
Map of the Tomb of Tutankhamun.svg

Código Estancia Dimensiones

m
Área

A Escalera 4,7 x 1,6 7,5
B Corredor 7,6 x 1,7 12,9
C Antecámara 3,6 x 8,0 28,8
D Anexo 2,6 x 4,3 11,2
E Cámara funeraria 6,4 x 4,0 25,6
F Cámara Tesoro 3,8 x 4,7 17,9
Superficie Total = algo más de 100 m²
Veintiocho faraones fueron enterrados durante 420 años en el Valle de
los Reyes y del orden de cincuenta equipos de arqueólogos fueron
encontrando la mayoría de los enterramientos que se sabía que existían
en el Valle a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX. Theodore Davis, que peinando el valle había encontrado unas treinta tumbas entre 1902 y 1914, declaró que consideraba agotado el yacimiento del Valle. Sin embargo, desde que Davis descubriera en 1907 fragmentos de objetos con el sello de Tutankamón, Howard Carter
estaba convencido de que todavía no se había encontrado la tumba del
rey niño y que debía hallarse cerca de la excavación de Davis, en un
triángulo de una hectárea entre las tumbas de Ramsés II, Merenpath y
Ramsés VI. Durante seis temporadas buscó la tumba en el mencionado
triángulo, con resultados negativos, contando con el patrocinio de Lord Carnarvon que gastó 25.000 libras. Carnarvon dudó en interrumpir las excavaciones pero finalmente acordaron realizar una última campaña.32


Comenzada la última campaña, bajo los cimientos de unas cabañas de obreros que habían construido la tumba de Ramsés VI, el 4 de noviembre de 1922 apareció el primero de los escalones de la tumba prácticamente intacta. Recibió el nombre de KV62, por ser la número 62 descubierta en este Valle de los Reyes (King Valley en inglés).33
Carter contrató para que le ayudasen en la excavación varios expertos
de reconocido prestigio, entre los que se encontraban conservadores de
antigüedades, especialistas en textos antiguos, catalogadores y
dibujantes. El Museo Metropolitano de Nueva York le prestó al fotógrafo arqueológico Harry Burton que fotografió todos los objetos encontrados tal como se encontraron en la tumba y también después de retirarlos.34


Se trataba de una pequeña sepultura destinada a un personaje no real
que debió ser transformada para acoger al rey ante su prematura muerte.35
Carter y su equipo, supervisados por el gobierno egipcio, fueron
retirando y catalogando en un lento proceso los 5000 objetos que
encontraron en las cuatro pequeñas cámaras, concluyendo en febrero de 1932. Este material está en la actualidad en el Museo de El Cairo.32



Protección de la momia del rey:

Capillas doradas: 1, 3, 4 y la silueta negra no marcada

Sarcófago de cuarcita: a

Ataúdes antropomorfos: b, c, y d

Marco de madera dorada con palio de lino: 2.
En la estancia que Carter llamó Antecámara estaba apilado mobiliario,
carros desmontados, armas, vestidos y comida. La que llamó Anexo estaba
llena de objetos, preferentemente vasijas, muebles, armas, ungüentos
y comida. En la cámara funeraria, la única decorada con pinturas, se
encontraron cuatro capillas de madera recubiertas de oro, encajadas cada
una dentro de la anterior, que cubrían a su vez un sarcófago de cuarcita
roja que contenía tres ataúdes antropomorfos, también encajados uno
dentro de otro, de madera chapada en oro, los dos más exteriores, y de
oro macizo el más interior. Dentro del último estaba la momia del joven
faraón, con la cabeza y los hombros cubiertos por la célebre máscara. En
la cuarta sala, que recibió el nombre de Cámara del Tesoro, se
encontraron las vísceras momificadas del rey y objetos empleados en el rito funerario.36


Sus restos y objetos en la tumba

En su tumba se encontraron sus restos y sus posesiones que han
ayudado a comprender la sofisticación de la vida del Antiguo Egipto. Sin
embargo, poca información ha aportado sobre su biografía pues no había
inscripciones importantes ni documentos sobre él.37


Los alimentos
que contenía la tumba eran panes, pasteles de trigo y cebada, espalda
de buey y costillas de cordero condimentadas con especias y miel,
treinta grandes jarras de vino, así como dátiles, higos, uvas y almendras. Entre las armas había 46 arcos, desde uno infantil de 30 cm hasta otro de 1,8 m de largo, mazas, bumeranes
y cuchillos. También se encontraron seis carros desmontados, cuatro de
ellos de ceremonia, de madera revestida con oro e incrustaciones de
cristal, y los otros dos más ligeros debían ser para cazar. Debió
coleccionar bastones, pues aparecieron 130, todos diferentes de ébano, marfil, plata y oro, entre ellos uno sencillo de una simple caña con bandas de oro con la inscripción una caña que su majestad cortó con sus propias manos. Entre la ropa se hallaron más de cien taparrabos triangulares de lino que se ataban a la cintura y 27 pares de guantes.38


Tutankamón y su esposa Anjesenamón debieron tener dos hijas que
nacieron muertas, pues en la tumba del rey se encontraron dos pequeños
féretros que contenían dos fetos femeninos, uno de cinco meses de gestación y el otro debió morir al nacer.39


Trece capas de lino envolvían la momia del rey; hasta 143 joyas y amuletos
se encontraron entre los pliegues de las telas cuyo fin era proteger la
transformación del faraón de la muerte a la inmortalidad, entre ellos,
la máscara que cubría su cabeza, un pectoral de oro con el dios Horus que le protegía colgado al cuello y, en la cadera derecha, un cuchillo de oro con la hoja de hierro.40 El estudio de su momia reveló que el rey medía 1,63 metros de altura.41


Retratos de Tutankamon en su tumba
Retrato infantil del rey en madera como dios sol Ra naciendo de una flor de loto azul.41
Maniquí de Tutankamón hecho de madera policromada, con el rostro del rey cortado en caderas y hombros, para exhibir vestidos.
El rostro idealizado del faraón en el ataúd más interior. Porta un pequeño cayado y un látigo, símbolos del gobierno divino.
Una de las dos estatuas del Ka de Tutankamón que guardaban la cámara funeraria.42

La maldición de Tutankamón

El hecho de que varios exploradores que participaron en el
descubrimiento de la tumba de Tutankamón murieron poco después, algunos
en circunstancias extrañas, ha dado pie a muchas historias fantásticas y
leyendas.43 La ciencia tiene varias hipótesis, normalmente aceptadas; una es que en el aire viciado de la tumba de Tutankamón habría esporas de hongos microscópicos,
conservadas durante varios milenios, que aún fueron capaces de infectar
a varios de estos exploradores al respirar el aire viciado.44 El descubridor de la tumba, Howard Carter, murió por causas naturales muchos años después.


Titulatura

Primer nombre de nacimiento

Bajo influencia de la teología de Amarna


Titulatura Jeroglífico Transliteración (transcripción) - traducción - (referencias)
Nombre de Sa-Ra:
Hieroglyph egyptian-Sa-Ra.svg

Hiero Ca1.svg



i t

n
N5 t G43 t S34 n

Aa1


Hiero Ca2.svg

twt ˁnḫ ỉtn (Tutanjatón)

Imagen viviente de Atón

Cambio de titulatura

Titulatura Jeroglífico Transliteración (transcripción) - traducción - (referencias)
Nombre de Horus:


G5





E2

D40
t G43 t F31 s t G43 Z3


Srxtail2.svg
kȝ nḫt twt mswt (Kanaj Tutmesut)

Toro victorioso, nacido perfecto
Nombre de Nebty:


G16


nfr O4

p
G43 M40 Z2ss s W11

r
V28 D36

N17

N17
N21

N21
nfr hpw sgrḥ tȝ.wy (Neferhepusegeregtauy)

Quien con perfecta justicia pacifíca las Dos Tierras
Nombre de Hor-Nub:


G8


U39 N28

Z2s

O34
R4

t p
R8A
wṯs ḫˁw s ḥtp nṯrw (Udyesjau sehotepnecheru)

Aquél que lleva las coronas, quien alegra a los dioses
Nombre de Nesut-Bity:
Hiero nswt&bity2.png

Hiero Ca1.svg



N5 L1 Z3 nb


Hiero Ca2.svg

nb ḫprw rˁ (Nebjeperura)

El Señor de las manifestaciones es Ra
Nombre de Sa-Ra:
Hieroglyph egyptian-Sa-Ra.svg

Hiero Ca1.svg



i mn

n
t G43 t S34


Hiero Ca2.svg

twt ˁnḫ ỉmn (Tutankamón)

Imagen viviente de Amón
Nombre de Sa-Ra:
Hieroglyph egyptian-Sa-Ra.svg

Hiero Ca1.svg



i mn

n
t G43 t S34 S38 O28 M26


Hiero Ca2.svg

twt ˁnḫ ỉmn ḥḳȝ iwnw šmˁ (Tutankamón Heqaiunushema)

Imagen viviente de Amón, gobernante de Heliópolis del sur

(Museo Egipcio de El Cairo)

Véase también

Notas y referencias


  • Ficha Fundación del Español Urgente, consultado el 31 de diciembre de 2011

    1. Sentinella, David obra citada, p.p. 211-216

    Bibliografía

    Para conocer más de la vida de este faraón y su periodo histórico, véase:


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    • Desroches Noblecourt, Ch., tr Cela, Ana (1989). Vida y muerte de un faraón. Tutankhamen. Barcelona.
    • Reeves, Nicholas (2001). Todo Tutankamón. El rey. La tumba. El tesoro real. Barcelona, edit. Crítica. ISBN 84-8432-485-0.
    • Barry J. Kemp; tr. Tusell, Mónica (1989). 'El Antiguo Egipto. Barcelona, edit. Crítica. ISBN=84-8432-485-0.
    • * Ian Shaw y otros (2007). Historia Del Antiguo Egipto. La Esfera De Los Libros, S.L.
    • Manetón (2008). Historia de Egipto. Madrid: Akal Ediciones. ISBN 978-84-460-2551-1.
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    En inglés:


    • Hawass, Z., Gad, Y., Ismail, S., Khairat, R., Fathalla, D., Hasan,
      N., Ahmed, A., Elleithy, H., Ball, M., Gaballah, F., Wasef, S., Fateen,
      M., Amer, H., Gostner, P., Selim, A., Zink, A., y Pusch, C. (2010). Ancestry and Pathology in King Tutankhamun's Family. JAMA, 303(7): 638-647.
    • The Griffith Institute. Tut’ankhamun’s tomb series. Oxford, 1963-1990.
    • Cyril Aldred: Akhenaten: King of Egypt, Thames & Hudson; Rep edition, 1991, ISBN 0-500-27621-8
    • Peter Clayton. Chronicle of the Pharaohs.
    • Rita E. Freed, Yvonne J. Markowitz, and Sue H. D'Auria (ed.) (1999).
      Pharaohs of the Sun: Akhenaten - Nefertiti - Tutankhamen. Bulfinch
      Press. ISBN 0-8212-2620-7.

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • Neb-jeperu-Ra Tut-ank-Amón es la transcripción al español de los jeroglíficos de los nombres de trono y nacimiento del faraón, según las convenciones académicas.


  • También copiado de otros idiomas como Tutankhamun (inglés), Tutankhamon (francés), o Tutanchamun (alemán).

    Otras grafías de su nombre: Bibhurria, Heqaiunushema, Kanakhtutmesut,
    Kheperunebre, Nebkheperure, Nebkheprura, Nebkheprure, Nibkhururia,
    Pifururiya, Touatankhamanou, Tutankhaton, Tutankhuaten, Tutenchamun,
    Uerakhamon, Utkheskhauitefre.


  • Cronología según von Beckerath, Grimal, Shaw, y Málek.


  • Nombre del faraón en los epítomes de Manetón:
    Ratotis (Flavio Josefo, Contra Apión)
    Ratotis (Flavio Josefo, de Teófilo)
    Ratos (Sexto Julio Africano, versión de Jorge Sincelo)
    Atoris (Eusebio de Cesarea)


  • Zauzich, Karl (1992). Hieroglyphs Without Mystery, p.p. 30 y 31. University of Texas Press.


  • James P. Allen lo detalla específicamente al reproducir el bloque de caliza en The Amarna Succession. Pag. 7 y 8.


  • Cyril Aldred. Obra citada


  • Rita E. Freed, Yvonne J. Markowitz, and Sue H. D'Auria. Obra citada; extraído de Murnane.


  • Allen, James P. (2006). Causing His Name to Live: Studies in Egyptian Epigraphy and History in Memory of William J. Murnane. University of Memphis.


  • Hawass,
    Z., Gad, Y., Ismail, S., Khairat, R., Fathalla, D., Hasan, N., Ahmed,
    A., Elleithy, H., Ball, M., Gaballah, F., Wasef, S., Fateen, M., Amer,
    H., Gostner, P., Selim, A., Zink, A., y Pusch, C. (2010). Ancestry and
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  • Herrero Pardo, Alexandre (2005). «Kiya, la muy amada». Egipto a través de sus nobles. Archivado desde el original el 28 de noviembre de 2015. Consultado el 30 de abril de 2008.


  • Nefertiti no era la madre del rey | Edición impresa | EL PAÍS


  • Cf. «Mummy of Egypt's Monotheist Pharaoh to Return Home», en nytimes.com, 11-3-2010, consultado el 12-3-2010.


  • Artículo del Dr. Zahi Hawass en la revista National Geographic de septiembre de 2010.


  • Un 70% de los españoles, pariente de Tutankamón | Ciencia | elmundo.es


  • el Mahdy, Christine (2002). Tutankhamón: Vida y muerte de un rey niño. Editorial Península. ISBN 84-8307-516-4.


  • Bart, Anneke. «Queen Ankhesenamen». Saint Louis University (en inglés). Consultado el 14 de mayo de 2008.


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  • Parra Órtiz, José Miguel, El Faraón Maldito Akhenatón en La revista Historia National Geographic, número 39, ISSN 1696-7755


  • Rita
    E. Freed, Yvonne J. Markowitz, and Sue H. D'Auria (ed.) (1999).
    Pharaohs of the Sun: Akhenaten - Nefertiti - Tutankhamen. Bulfinch Press


  • Fassone, Alexia; Ferraris, Enrico (2007). Egipto. Mondadori. ISBN 88-370-4414-3.


  • Cyril Aldred Akhenaten: King of Egypt, Thames & Hudson; Rep edition, 1991


  • Ian Shaw y otros. Historia Del Antiguo Egipto, La Esfera De Los Libros, S.L., 2007.


  • Reeves, Nicholas. Todo Tutankamón. El rey. La tumba. El tesoro real. Barcelona, 1991


  • Reeves, Nicholas. Obra citada


  • Nuevos estudios de la momia de Tutankamon | Medicina, Historia y Sociedad


  • «Revelan que Tutankamón murió porque lo atropelló un carruaje». Clarín. 5 de noviembre. Consultado el 5 de noviembre de 2013.


  • «Revelan que Tutankamón murió atropellado por un carruaje». La nación. Consultado el 6 de noviembre de 2013.


  • Plantilla:Http://www.elmundo.es/cronica/2016/04/17/57122f87ca4741f0148b463d.html


  • Alegre, Susana (2004). Tutankhamón: : imágenes de un tesoro bajo el desierto egipcio. Fundació Arqueològica Clos. ISBN 84-932007-5-1.


  • Oconnor y otros, obra citada, pág. 117-132


  • Mascort Roca, obra citada, pág. 34


  • Oconnor y otros, obra citada, pág. 128


  • Mascort Roca, obra citada, pág. 35


  • Mascort Roca, obra citada, pág. 37


  • Oconnor y otros, obra citada, pág.132


  • Oconnor y otros, obra citada, pág.149-154


  • Oconnor y otros, obra citada, pág.156


  • Oconnor y otros, obra citada,pág.131


  • Oconnor y otros, obra citada, pág. 149


  • Oconnor y otros, obra citada, pág. 124


  • Sentinella, David obra citada, pág. 211


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