sábado, 4 de febrero de 2017

Protestantismo - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Protestantismo



Protestantismo
Kreuz prot.svg
Fundador(es) Juan Hus, John Wyclif (precursores)

Martín Lutero

Juan Calvino

Ulrico Zuinglio

Thomas Cranmer

John Knox

William Tyndale

Thomas Müntzer (iniciadores)
Deidad o deidades principales La Santísima Trinidad: Dios Padre, Jesucristo y Espíritu Santo
Ramas Luteranismo

Calvinismo

Anglicanismo

Episcopalianos

Anabaptistas

Metodistas

Adventistas

Bautistas

Pentecostales

Neopentecostales

Presbiterianos

etc
Tipo Cristianismo
Número de seguidores estimado 800 000 0001
Seguidores conocidos como Protestantes, evangélicos, cristianos
Escrituras sagradas Biblia protestante
Lengua litúrgica Lenguas vernáculas
País o región de origen Bandera de Alemania Alemania
Lugares sagrados Bandera de Israel Nazaret y Jerusalén, Israel

Bandera de Palestina Belén, Territorios Palestinos
País con mayor cantidad de seguidores Bandera de Estados Unidos Estados Unidos2
Símbolo Cruz
Templos Iglesias
Clero Obispos, pastores, ministro (títulos varían según la rama)
Religiones relacionadas Catolicismo, ortodoxismo, testiguismo
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El término protestante es utilizado para referirse tanto a los grupos cristianos, que se separaron de la Iglesia católica con la Reforma Protestante del siglo XVI,
como a los desarrollos teológicos particulares de los reformadores y
las iglesias resultantes de dicha Reforma (dentro de la cristiandad). El
nombre protestantes se comenzó a utilizar respecto de los partidarios de las ideas luteranas de la Reforma en Alemania
a raíz de su protesta y resistencia a los edictos imperiales que
intentaban buscar la uniformidad religiosa de Alemania, para otros, el
apelativo se les atribuyó con ocasión de que los príncipes que seguían a
Martín Lutero protestaron no poder concurrir a la junta de Spira en
1529, apelando al futuro concilio. La doctrina luterana (Algunos
elementos centrales de las propuestas de Martín Lutero, además de en las
95 tesis del pasquín colocado en la puerta de la iglesia de Wittenberg,
se presentan en sus obras: 'Catecismo Mayor', y: 'Los artículos de
Esmalkalda'), giraría en torno a la idea de que la Biblia es la única autoridad en materia de fe para la Iglesia y en la necesidad absoluta de la gracia de Dios para que el hombre, mediante la sola fe en Cristo y el Evangelio,
pueda ser salvado por Dios en un acto de conversión interior. El
protestantismo también defiende las doctrinas de la absoluta depravación
del hombre y su necesidad total de Dios, la sola mediación de Cristo,
la sacramentalidad única del bautismo y la cena del Señor (cuando no son percibidos como símbolos), y las obras buenas como fruto de la fe. Además, rechaza la autoridad del papa, las indulgencias, el purgatorio, el sacrificio incruento de la misa, la devoción a los santos, la intercesión de los santos difuntos, etc.


Debido a la diversidad de grupos que se sumaron al protestantismo y
sus diferencias doctrinales, el mismo no se corresponde con el modelo de
una sola iglesia ni una doctrina homogénea. A pesar de las coincidencias originales expresadas principalmente en las Cinco Solas,
aun en sus orígenes, no se podría hablar de un movimiento sólidamente
uniforme en este aspecto. El protestantismo habitualmente se expresa en
tres tipos de movimientos o congregaciones:


  1. Aquel que se corresponde a iglesias históricas de carácter nacional, como la Iglesia de Inglaterra (anglicanismo) en el Reino Unido y el ámbito de sus excolonias, las iglesias luteranas en Alemania y Escandinavia, y las iglesias calvinistas (reformados y presbiterianos) en Suiza, Países Bajos y Escocia. Las iglesias metodistas y algunas iglesias bautistas, aunque sin carácter nacional, son agrupadas en este primer tipo.
  2. Aquel que se corresponde a iglesias históricas de carácter congregacional, como las iglesias congregacionalistas, las iglesias puritanas, las iglesias anabaptistas (menonitas, hermanos) y la mayoría de iglesias bautistas; o a iglesias evangélicas,
    de carácter libre y generalmente calvinistas, aunque anabaptistas.
    Generalmente se las ha llamado iglesias de la segunda reforma.
  3. Aquel que se corresponde a movimientos pentecostales o carismáticos, surgidos de diversas iglesias protestantes o sin continuidad histórica.
Existen en el mundo alrededor de 800 millones de protestantes,1 distribuidos en diferentes denominaciones que siguen diferentes líneas interpretativas de la Biblia.



Índice

Origen del término

El término protestante deriva del latín protestari, que
significa ‘declaración pública o protesta’, en la protesta de los 5
príncipes electores y 14 ciudades imperiales alemanas contra la decisión
de la Dieta de Espira en 1529, que reafirmaba el edicto de la Dieta de Worms de 1521, en el que se proscribía creer y enseñar las doctrinas luteranas. El término protestante
no se utilizó en su origen para describir a los reformadores, sino
posteriormente para describir a los diferentes grupos disidentes de la
ortodoxia católica. Desde entonces se ha utilizado en diferentes
sentidos, siendo común para referirse a aquellos devotos no
pertenecientes a la Iglesia católica ni a la ortodoxa.


Se trata de una de las principales divisiones de la cristiandad, junto con las Iglesias ortodoxas orientales, las Iglesias ortodoxas occidentales y el catolicismo.
Las doctrinas de las diversas ramas protestantes varían, pero son
prácticamente unánimes en la que implica una relación personal directa
del individuo con Dios sin ninguna institución de por medio y la Biblia
como autoridad última en asuntos de fe, conocido como Sola scriptura.


Las 95 tesis de Lutero

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero, un fraile agustino alemán, publicó las 95 tesis, las cuales, de acuerdo con la tradición, clavó en la puerta de la Iglesia del palacio de Wittenberg, práctica común de entonces. Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia católica
como un abuso, y pedían una disputa teológica en lo que las
indulgencias podían dar. Sin embargo, en sus tesis no cuestionaba
directamente la autoridad del Papa para conceder indulgencias. Lutero criticaba en particular la práctica común por aquel entonces de la venta de indulgencias, de las que la Iglesia católica de León X hizo un uso extensivo para recaudar fondos dedicados a la construcción de la Basílica de San Pedro, algo que consideraba contra las enseñanzas bíblicas, poniendo en duda la autoridad del Papa y la doctrina del purgatorio.
Lutero mantuvo que la salvación se garantizaba por la fe sola,
expresando que las buenas obras y los sacramentos no eran necesarios
para ser salvado, tal como lo expresan Las Escrituras mismas. Lutero envió una copia de las tesis a su obispo, el cual las reenvió a Roma.3 Tras ignorar inicialmente a Lutero,4 el Papa León X
escribió una refutación académica de sus tesis. En ella mantuvo la
autoridad papal sobre la Iglesia y condenó cada “desviación” como una apostasía. Lutero replicó, iniciándose una controversia que culminó con la excomunión de Lutero por el Papa León X el 3 de enero de 1521 mediante la bula Decet Romanum Pontificem.


Historia protestante

La Prerreforma (1366-1517)

Debido a los errores de la Iglesia católica, que durante mucho tiempo
había estado atesorando bienes materiales y se había empeñado en una
lucha por el poder terrenal, las capas sociales más bajas, campesinos,
artesanos y comerciantes estaban descontentos con las jerarquías
eclesiásticas, que se llevaban el diezmo de sus bienes y de los que
prácticamente no recibían nada a cambio. La vida de lujo y pecado de los
cardenales y obispos en Roma era bien conocida por toda la población de
Europa e incluso reyes y emperadores sentían rencor hacia el Papado que
interfería frecuentemente en el gobierno. Sin embargo, ya desde el
siglo XIII, con Francisco de Asís, se planteaba la cuestión de si la Iglesia debería acumular riquezas o debería repartirlas entre los pobres.


Se denomina “Período de la Prerreforma” al movimiento iniciado por John Wyclif, un peregrino inglés de origen judío que quería que la gente interpretara la Biblia
por sí misma en vez de que la Iglesia tomara decisiones en el estilo de
vida de esas personas. En el siglo XIV, Wyclif defendió, en su natal
Inglaterra, varias opiniones que atentaban contra la autoridad de la
Iglesia, criticando las riquezas del papado y las indulgencias
mediante las que los ricos podían comprar el perdón para determinados
pecados, incluso por anticipado. Asimismo, hizo que la Biblia se
tradujera al inglés y encomendó a discípulos suyos, conocidos como Los
Predicadores de los Pobres, para que predicaran en inglés, cuando la Santa Sede imponía el latín en todas las predicaciones. Wyclif y William Tyndale
pudieron traducir la Biblia al inglés en contra de la Iglesia católica,
para que las personas pudieran leerla en su lengua vernácula. De estos
libros traducidos se imprimieron muy pocos, alrededor de 6000
ejemplares.


Después de muerto, la Iglesia lo consideró hereje e hizo que, 44 años
después de su muerte, su cuerpo fuera desenterrado y quemado en la
hoguera, pero sus ideas calaron hondo en el ánimo de Jan Hus, un reformista bohemio que inició una campaña contra la Iglesia. Su ejecución por hereje en 1415 provocó una guerra civil en Bohemia
que fue sofocada por el emperador y el Papa. A lo largo de todo este
tiempo, tanto el Movimiento Lolardo o Wycliffita, como el Movimiento
Husita y la protesta místico-evangélica de Girolamo Savonarola,
señalaron de manera objetiva y frontal las diferentes opiniones sobre
el cristianismo en la Edad Media, dentro de una perspectiva bíblica y
evangélica.


El desarrollo de la imprenta a mediados del siglo XV hizo que las ideas anticlericales tuvieran una mayor difusión, y cuando Martín Lutero
publicó, en 1517, sus 95 tesis contra las indulgencias papales, pudo
difundir sus ideas mucho más que sus predecesores. Excomulgado por el
Papa, condenado por el emperador, perseguido por ejércitos y sacerdotes,
Lutero se mantuvo oculto durante más de un año traduciendo la Biblia al
alemán y escribiendo artículos que eran publicados y distribuidos
masivamente. El resultado fue una revuelta de los campesinos que
pensaron encontrar una liberación de la tiranía eclesiástica. Lutero,
sin embargo, no pretendía desatar una guerra, por lo que publicó un
panfleto en el que exhortaba a los campesinos a abandonar las armas.
Ante esta actitud conciliadora de Lutero a dicha revuelta, muchos nobles
se volvieron partidarios suyos.


Tras el fin de la revuelta, Carlos V
concedió que cada Estado pudiera decidir, dentro de su propio
territorio, sobre cuestiones religiosas, pero en 1529 la mayoría
católica hizo que se derogase esta norma. Los luteranos elevaron su más
enérgica protesta, lo que les hizo ganar el antes mencionado apodo de
“protestantes”. Carlos V estaba empeñado en acabar con los luteranos, pero distraída su atención por varias guerras contra Francia y el Imperio turco, no pudo enviar tropas hasta quince años más tarde. Para entonces ya era tarde. El luteranismo
se había convertido en la fe de más de la mitad de la población de
Alemania y, aunque se perdieron batallas al principio, los luteranos
consiguieron ganar la libertad religiosa.


En el plazo de dos décadas más, la Reforma se había expandido por la mayor parte del noroeste de Europa. En Inglaterra el rey Enrique VIII rechazó la autoridad papal sobre la Iglesia, y la Iglesia de Inglaterra entró en una reforma que la volvió una entidad esencialmente protestante (aunque a menudo los anglicanos, también llamados episcopalianos, se clasifican aparte). En Suiza, Francia, partes de Alemania, de Escocia y de los Países Bajos, comenzó una segunda corriente de reforma no luterana, influida principalmente por Juan Calvino, el francés convertido en ginebrino, y el líder suizo Ulrico Zuinglio.


Al mismo tiempo apareció un estilo más radical de Protestantismo en el ala izquierda del movimiento. Anabaptistas, menonitas
y otros rebautizaron cristianos y los iniciaron en un movimiento que
rechazó drásticamente las prácticas católicas, incluso las que el luteranismo, calvinismo y anglicanismo no habían rechazado.


Como se ha mencionado, la Reforma se extendió desde sus bases originales a Escandinavia y la Europa Central, pero apenas penetró en Rusia y en el sudeste de Europa, donde prevalecía la Iglesia ortodoxa, o en la Europa meridional,
que seguía firmemente católica. Después de una serie de guerras
religiosas desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII, la
mayoría de los protestantes (excepto los radicales) y los católicos
adoptaron el principio de que los gobernantes de una región
determinarían la religión de esa provincia o Estado. La separación de la
Iglesia y el Estado, un principio que otros protestantes vinieron a
sostener a fines del siglo XVIII, comenzó a romper la primacía
protestante en el noroeste de Europa.


En la última parte del siglo XVIII y a través del siglo XIX y hasta
el presente, los misioneros protestantes extendieron el movimiento por
casi todo el mundo. Los puntos de penetración protestantes fueron muchas
costas asiáticas y africanas, pero no fue sino hasta hace relativamente
poco que el protestantismo llegó hasta la católica América hispana. A
partir de 1607, cuando los anglicanos llegaron a Virginia, y hasta
finales del siglo XIX, después de la inmigración en gran escala desde
Europa del sur y de Irlanda, se creía que Norteamérica, menos Quebec, era territorio en gran parte protestante.5


De una forma algo más pacífica, las ideas protestantes se infiltraron
en muchos países europeos, unas veces apoyadas por la burguesía, otras
por la nobleza, en ocasiones directamente por la monarquía. Apenas
cincuenta años después de morir Lutero, el protestantismo había cambiado
por completo el mapa de la sociedad.


La idea fundamental del protestantismo es que la Biblia es la Palabra
de Dios pero al contrario de lo que siempre afirmaron los católicos,
cualquiera puede interpretarla y comprenderla. Así, libres de la
autoridad eclesiástica, los protestantes pueden leer la Biblia y tras
meditar en lo que han leído pueden sacar sus propias conclusiones,
conclusiones que posteriormente podrán ser discutidas con otras
personas.


Esta libertad en la interpretación bíblica ha provocado que a lo
largo de los años hayan surgido numerosas denominaciones, cada una con
una interpretación distinta de diversos pasajes de la Biblia, pero
también ha contribuido a darle un valor al pueblo, libre por fin de la
autoridad religiosa, que fue el primer paso para las sociedades más
democráticas.


La traducción de la Biblia a los diversos idiomas europeos,
favorecida también por el auge de la imprenta, ha contribuido a la
difusión de la cultura, haciendo que en los países protestantes el
analfabetismo descendiera sensiblemente.


Entre los principales y más destacados personajes pre-reformadores se señalan los siguientes: Juan Wycliffe (1324-1384), William Tyndale, Jan Hus (1369-1415) y Girolamo Savonarola (1452-1498).


Causas de la Reforma

El Renacimiento,
con su mentalidad crítica, trajo consigo el cuestionamiento de las
enseñanzas y prácticas de la Iglesia, confrontándose principios
humanistas con la teología escolástica medieval.


Con la invención de la imprenta como nuevo elemento divulgador, las
ideas de los reformadores se expandieron con rapidez. El crecimiento de
la ciudad y de su elemento intelectual, la Universidad, fue un catalizador de la Reforma.


El fortalecimiento de las monarquías nacionales europeas creó una
palpable fricción entre poderes. La decadencia de los postulados
dogmáticos de la reforma eclesiástico-cluniacense, y más concretamente
de los papas Gregorio VII, Inocencio III y Bonifacio VIII
sobre el poder supremo del papado. La corrupción de la máxima cúpula
del sistema jerárquico eclesiástico medieval desde principios del siglo
XIV con los cismas de Aviñón y de Occidente dieron lugar al surgimiento de exposiciones teológicas como las de Juan Taulero, de Guillermo de Occam y de Marsilio de Padua
de un trasfondo antipapal. Surge la tesis conciliarista. El creciente
fervor nacionalista europeo llevó a mirar con desconfianza y repudio el
dominio papal sobre las diferentes naciones del viejo continente. Muchos
monarcas vieron en la Reforma Protestante un modo de afianzar el Estado
nacional y su poder monárquico o imperial. En el centro y norte de
Europa hubo países, como Suiza o Suecia, donde la Reforma fue uno de los instrumentos más eficaces de la lucha contra los países católicos que los dominaban.[cita requerida]


Influyen también la rápida decadencia del escolasticismo y el resurgimiento de la teología agustiniana con unos caracteres renovadores, volviendo con mayor vigor la lectura y el estudio de la teología de san Agustín en detrimento de la teología tomista.


Programa reformador

Los principales reformadores, de vasta cultura teológica y humanista,
se consideraban a sí mismos fieles cristianos que aspiraban a regresar a
las doctrinas apostólicas y a renovar la Iglesia cristiana en la
práctica y doctrina.


Juan Calvino estudió en la Sorbona y su padre trabajaba con un obispo; Lutero era monje y profesor universitario de Biblia; Zuinglio
era sacerdote y humanista. De acuerdo con el programa de los
humanistas, buscaron en las fuentes de la antigüedad cristiana las bases
para una renovación. Releyeron las Sagradas Escrituras y a los Padres de la Iglesia, (especialmente a San Agustín),
interpretando una visión de la fe y una doctrina más bíblica y
cristocéntrica, despreciando, por otro lado, toda la tradición cultural y
religiosa acumulada por la Iglesia desde los primeros siglos.


Difusión

La diseminación de las ideas protestantes fue facilitada por la
invención de la imprenta, que hizo posible difundir una amplia
literatura apologética, bíblica y devocional y fomentó la edición de
nuevas traducciones de la Biblia en lenguas vernáculas. Estas revisiones
del texto hicieron patente la débil base de algunas doctrinas
medievales. La nueva forma de fundamentar la autoridad, junto con el
rechazo de la formulación escolástica ahora sustituida por lenguaje
bíblico, hacía difícil a los teólogos católicos rebatirla.[cita requerida] En el Concilio de Trento, los obispos católicos partidarios de Roma optarían por limitar el acceso laico a las escrituras, estableciendo que la Vulgata Latina era la única Biblia autorizada y redactando un índice de libros prohibidos.


Como resultado del apoyo de los gobiernos nacionales y locales, la
Reforma Protestante logró éxito en amplias áreas de Europa. Se hizo
predominante en el norte de Alemania y en Escandinavia, en su forma
luterana. En Escocia prosperó la Iglesia presbiteriana
de inspiración calvinista. También las Iglesias reformadas
fructificaron en los Países Bajos, en las ciudades suizas y en el
oriente de Hungría. Con posterioridad retornaron a la influencia del catolicismo Francia, Polonia, Bohemia, Bélgica, Hungría y amplias regiones de Alemania
(sobre todo en el sur y el oeste). No obstante, con el desarrollo de
los imperios europeos, particularmente el británico, el protestantismo
continuó su expansión. Los siglos XIX y XX presenciaron una fuerte labor
misionera que lo expandió por Asia, Oceanía, África y América.
Hoy en día, cálculos estimativos señalan que más de 500 millones de
personas profesarían alguna de las diversas formas del protestantismo
moderno.6


Los fundadores y colaboradores de la Reforma utilizaron todos los
medios a su alcance para la extensión de la misma, valiéndose de
cualquier factor que pudiese contribuir favorablemente con su
movimiento. En relación a este punto podemos señalar algunos medios
analizados y criticados por sus detractores (Iglesia católica):7


  • La denuncia de abusos reales y “supuestos” en la vida eclesial es
    señalada —especialmente al comienzo— como uno de los principales métodos
    empleados por los reformistas para promocionar sus nuevas ideas. Por
    esos medios ellos conquistaron a muchos que estaban insatisfechos con
    las condiciones existentes y estaban listos a apoyar a cualquier
    movimiento que prometía un cambio. Pero fueron especialmente las
    explícitas diferencias con Roma
    y los miembros de la jerarquía, nutridas por las constantes quejas
    sobre los abusos, el factor que más eficientemente apoyó a los
    reformistas, quienes pronto atacaron fuertemente la autoridad papal
    aceptada hasta el momento.
  • También se tomó ventaja de las divisiones existentes en muchos
    lugares entre las autoridades civiles y eclesiásticas. El desarrollo del
    Estado —en su forma moderna— entre los pueblos cristianos de Occidente
    dio cabida a muchas disputas entre el clero y el laicado, entre los
    obispos y las ciudades, entre los monasterios y los señores
    territoriales. Cuando los reformistas le restaron al clero toda
    autoridad, especialmente toda influencia en asuntos públicos, se señala
    que permitieron a los príncipes y a las autoridades municipales
    finalizar esa larga contienda pendiente “para su propia ventaja”,
    atribuyéndose arbitrariamente todos los derechos en disputa, aboliendo
    la jerarquía cuyos derechos ellos usurparon, y estableciendo después por
    su propia autoridad una organización eclesial completamente nueva. El
    clero reformado poseyó entonces, desde el comienzo, apenas aquellos
    derechos que las autoridades civiles estuviesen complacidas en
    asignarle.
  • En el transcurso de los siglos, un inmenso número de fundaciones
    habían sido hechas con fines religiosos, caritativos y educacionales, y
    habían sido provistas con ricos recursos materiales. Iglesias,
    monasterios, hospitales y escuelas tenían con frecuencia grandes rentas y
    extensivas posesiones, que suscitaban “la envidia de los gobernadores
    seculares”. La Reforma permitió a estos secularizar esa vasta riqueza
    eclesial. Los príncipes y autoridades municipales fueron entonces
    invitados a dividir la propiedad eclesiástica y a emplearla para sus
    propios propósitos. Los principados eclesiásticos, que eran encargados a
    los inquilinos solamente como personas eclesiásticas para la
    administración y usufructo, fueron, a despecho de la ley en vigencia,
    por la exclusión de los inquilinos, transformados en principados
    seculares.
  • Las emociones humanas, a las cuales apelaron los reformistas, fueron
    otro medio de expansión de la Reforma. Las mismas ideas que estos
    innovadores defendían —libertad cristiana, licencia de pensamiento, el
    derecho y capacidad de cada individuo de encontrar su propia fe en la
    Biblia y otros principios similares— eran muy seductores para muchos.
  • Al principio, numerosos obispos demostraron gran apatía con relación
    a los reformistas, no dando ninguna importancia al nuevo movimiento;
    les fue dado así un tiempo más largo a las cabezas del movimiento para
    expandir sus doctrinas. Incluso más tarde, muchos obispos inclinados
    mundanamente, aunque permaneciendo fieles a la Iglesia, eran muy laxos
    en el combate contra la herejía y en el empleo de medios adecuados para
    prevenir su posterior avance. Lo mismo debe decirse del clero
    parroquial, que era en gran parte ignorante e indiferente y contemplaba
    inútilmente el abandono de las personas. Los reformistas, por otro lado,
    demostraron un mayor celo por su causa. No dejando medio alguno sin
    utilizar, por palabra o la pluma, por la constante interacción con
    personas de mentalidad similar, por la elocuencia popular, en el empleo
    de la cual los líderes de la Reforma eran especialmente hábiles, a
    través de sermones y escritos populares que apelaban a las debilidades
    del carácter popular, a través de la incitación del fanatismo de las
    masas, en suma, por medio de una inteligente y celosa utilización de
    toda oportunidad y apertura que se les presentó, probaron su ardor por
    la expansión de sus doctrinas.
  • Muchas nuevas instituciones introducidas por los reformistas
    favorecieron a la “muchedumbre” (según el punto de vista católico) —p.
    ej. la recepción del cáliz por todas las personas, el uso de la lengua
    vernácula en el servicio divino, los himnos religiosos populares usados
    durante los servicios, la lectura de la Biblia, la negación de las
    diferencias esenciales entre el clero y el laicado—. En esa categoría
    deben ser incluidas doctrinas que tenían gran atracción para muchos —p.
    ej., la justificación por la sola fe sin referencia a las “buenas
    obras”; el rechazo de la libertad de voluntad; la certeza personal de la
    salvación en la fe (“confianza subjetiva en los méritos de Cristo”, de
    acuerdo a los teólogos católicos), el sacerdocio universal, que ofrecía
    dar a todos una parte directa en las funciones sacerdotales y en la
    administración eclesiástica—.

Ramas o denominaciones

En Alemania surgió la Iglesia luterana. En la Suiza de habla alemana, Ulrico Zuinglio y otros comenzaron también un intento de reforma de la Iglesia católica. Pero Juan Calvino fue el dirigente más destacado de la Reforma Protestante en Suiza. La Reforma que se había iniciado casi simultáneamente en Zúrich (cantón de habla alemana) y Ginebra (francófona) fue extendiéndose por los países vecinos, llegando a Escocia de la mano de John Knox, que se había formado en Ginebra, dando origen a la Iglesia Presbiteriana.


Mientras tanto, la Iglesia de Inglaterra (anglicana) no se dejó influir en un primer momento por el protestantismo, pero tras su ruptura con la Iglesia de Roma, comenzó un paulatino y vacilante acercamiento hacia los ideales reformados. Actualmente las Iglesias de la Comunión anglicana se declaran abiertamente reformadas. De ellas surgió la Iglesia Metodista, que junto a los presbiterianos, a la Iglesia Bautista, entre otros, se conocen históricamente como disidentes.


Fuera de ese protestantismo, que muchos estudiosos denominan
“magisterial”, se dio otra vertiente, que se distinguió tanto del
catolicismo como de las Iglesias protestantes de carácter nacional. Esta
corriente recibe el nombre de Reforma Radical, cuyos integrantes pasaron a conocerse como anabaptistas, que rechazó la unión de la Iglesia cristiana con el Estado y repudiaron el bautismo infantil, constituyéndose en iglesias independientes o segregadas que dieron lugar a corrientes como los menonitas e influyeron a los fundadores de otras como de la Iglesia Bautista.


Desde finales del siglo XIX empezaron a surgir otras diferentes ramas
influenciadas por los movimientos de reavivamiento. La principal
corriente protestante surgida en ese periodo es el Pentecostalismo, que empezó en Estados Unidos y se ha extendido principalmente a Latinoamérica y África. Las iglesias pentecostales dan un énfasis mayor en los dones espirituales descritos en el Nuevo Testamento, principalmente el “hablar en lenguas”.


Cada rama o denominación del protestantismo suele estar subdividida
en diversos grupos independientes a los que también se les suele llamar
“denominaciones” o “familias denominacionales”. Estos grupos se suelen
distinguir entre los de su propia rama por diferencias cuanto al énfasis
en determinados puntos doctrinales y aplicación de los textos bíblicos,
pero también por estar en diferentes países o incluso regiones de una
misma nación. También se suele dar el caso de divisiones provocadas por
divergencias administrativas, aunque esto afecta mucho más a iglesias
locales que a grupos enteros.


Asimismo existe una infinidad de congregaciones locales o grupos de
congregaciones que no poseen vínculo formal con denominaciones
instituidas, a las cuales se suele llamar “iglesias independientes”.
Este tipo de iglesias ha experimentado una gran proliferación en las
últimas décadas del siglo XX especialmente dentro del Pentecostalismo,
donde el énfasis en revelaciones divinas hace que muchas personas
decidan tener su propio ministerio, empezando sus propias congregaciones
de forma independiente, es decir, sin vínculo institucional.


Las iglesias independientes suelen mantenerse a nivel local como un
solo grupo, aunque experimenten un gran crecimiento numérico, lo cual ha
dado lugar a diversas “megaiglesias”,
que son iglesias locales con miles de miembros. Aun así, existen
iglesias independientes que se subdividen hasta el punto de convertirse
ellas mismas en denominaciones, además de otras que se unen en
fraternidades de iglesias que acaban transformándose también en
denominaciones.



Ramificación del protestantismo a lo largo de los siglos.

Principales ramas del protestantismo

Luteranos
Anglicanos
Calvinistas
Metodistas
Bautistas
Pentecostales

La doctrina protestante

Las cinco solas

Del mismo modo que no se puede hablar de una sola iglesia protestante, tampoco se puede hablar de una sola doctrina
protestante coherente y cohesionada. De hecho, la variedad doctrinal
que el protestantismo ha ido adoptando a lo largo de su evolución ha
sido una de las causas de su fragmentación. Aun con todo, se puede
hablar de una doctrina de mínimos que con distinta intensidad sí
comparten todas las iglesias herederas de la Reforma. Tradicionalmente se suele resumir esta doctrina común en las “cinco solas”, que desarrolladas comprenden el núcleo de la fe protestante:


  • La doctrina de la sola scriptura es la creencia en que toda fuente de autoridad en materia de fe debe ser extraída con exclusividad de la Palabra de Dios, la Biblia.
    Esta posición, común a todas las iglesias protestantes, varía en su
    intensidad, desde el extremo del rechazo de cualquier contenido de fe
    ajeno a la Biblia (protestantismo evangélico más radical) hasta la supeditación de la tradición
    y las costumbres a la Biblia sin que por ello sea rechazada si no se
    puede argumentar una incoherencia o incompatibilidad manifiesta
    (iglesias protestantes históricas).
  • La doctrina de la sola fide es la creencia en que sólo mediante la fe en Cristo el hombre recibe gratuitamente la salvación. Esta fe en Cristo se describe como una fe viva que implica una conversión
    total del hombre, es decir, una fe que produce una transformación que
    implica un cambio en las creencias, obras y aspiraciones del creyente.
  • La doctrina de la sola gratia
    es la creencia en que la salvación es recibida de parte de Dios, por el
    hombre, de forma gratuita, sin que éste pueda merecerla o adquirirla
    por sus propias fuerzas. La doctrina de la gracia en el protestantismo es semejante a la doctrina agustina si bien enfatizada o según para algunos mal entendida. El protestantismo presenta al hombre condenado e incapaz de obrar en favor de su salvación por causa del pecado original. En esta situación de depravación,
    el hombre necesita de Dios para su salvación desde incluso el mismo
    momento en que se convierte, pues sin la gracia de Dios tampoco podría
    recibir la gracia de la fe. Dentro del protestantismo se ha entendido
    esta doctrina de diversas formas. Existen algunas iglesias que defienden
    la idea de que el hombre es totalmente incapaz incluso de aceptar la
    gracia o de resistirla, de modo que su libertad queda totalmente anulada
    y todo depende de la elección divina (calvinismo
    más extremo) hasta posturas muy parecidas a la doctrina católica que
    defienden la idea de que el hombre, aun no mereciendo ni pudiendo lograr
    por sus méritos la salvación, una vez capacitado por Dios puede
    libremente aceptarla o rechazarla.
    • Como una consecuencia de la radicalidad de la doctrina de la gracia y
      la fe en el protestantismo, el papel de las obras como actos que puedan
      merecer la salvación, la santidad
      o el favor de Dios es generalmente rechazado o muy atenuado como un
      producto secundario de la fe. Aun así, en el protestantismo se suele
      argumentar que una vida de fe que no produce obras es una vida de fe
      muerta, es decir, no es una vida de fe basándose en la cita bíblica de
      Santiago 2:17.
  • La doctrina de solus Christus
    es la creencia en que sólo hay un mediador capaz de redimir al hombre
    ante Dios, y que éste es Cristo. Desde un punto de vista teológico, esta
    doctrina es compartida por todas las iglesias cristianas. No obstante,
    en el protestantismo adoptó una serie de implicaciones nuevas que sí lo
    diferencian. La implicación más importante fue el rechazo de la intercesión de la virgen María
    y los santos en nuestro favor desde el cielo. También se rechazó el
    culto y veneración de éstos y otras creencias populares que incluso la
    misma Iglesia católica no reconoce como correctas. Otra implicación
    importante fue el rechazo de lo que se percibió como una apropiación por
    parte del clero de ciertos medios de salvación o condonación de los pecados, como la celebración del sacramento de la penitencia y las indulgencias.
  • La doctrina de Soli Deo Gloria
    es la creencia en que sólo a Dios se le puede dar gloria y adoración.
    Asimismo es la creencia en que ángeles y toda la creación (incluidos los
    hombres) dan gloria a Dios y que por ello y para ello Dios los creó. En
    el protestantismo implicó además el rechazo de la adoración y
    veneración de los santos y de cualquier ángel, hombre o cosa.

Otras doctrinas presentes en el protestantismo

Además de las “cinco solas”, el protestantismo, como la mayoría de
las corrientes del cristianismo, comparte igualmente las creencias en la
Trinidad, la cristología clásica o de los primeros concilios ecuménicos, la celebración de los sacramentos del bautismo y la cena del Señor (eucaristía), aunque con diferencias importantes, la creencia en el Juicio Final y la resurrección de la carne, etc. Algunas de sus iglesias se adhieren a los credos niceno constantinopolitano y de Atanasio (Iglesia Anglicana, Iglesia Luterana, Iglesia Metodista, Iglesia Presbiteriana y calvinistas en general, etc.).


En cuanto a la eclesiología
el protestantismo concibe a la Iglesia como una, santa, universal y
apostólica igual que las demás iglesias cristianas. Lo peculiar de su
eclesiología es que defiende la idea de una doble dimensión de la
iglesia, una invisible y otra visible. Es invisible por cuanto es la
reunión de todos los santos en el cuerpo místico de Cristo en todos los
tiempos y lugares, la unicidad y santidad de la Iglesia está
garantizada, pues, en Cristo. Es visible en la denominación
o iglesia local en la que se congrega el creyente. Se acepta la
existencia de distintas jurisdicciones en la iglesia y se rechaza la
idea de que ésta deba estar gobernada por una sola persona o por una
sola institución. El ecumenismo es percibido como la necesidad de buscar la unidad doctrinal en lo esencial y la intercomunión
de todos los cristianos, pero no se acepta un ecumenismo que conduzca a
la construcción de una sola iglesia gobernada por una sola institución.


Doctrinas fijadas en la dialéctica con la Iglesia católica (diferencias)

Para entender la doctrina protestante hay que tener en cuenta que en su génesis fue un movimiento de reforma de la Iglesia católica.
Por este motivo, muchas de las doctrinas protestantes sólo tienen
sentido y deben su existencia al catolicismo y a la necesidad o
intención de corregirlo de lo que fueron percibidos como errores por los
reformadores protestantes. Un ejemplo que deja clara esta génesis
dialéctica de ciertas doctrinas protestantes es, por ejemplo, la
negación del purgatorio.
El purgatorio en el protestantismo sencillamente no tiene cabida en su
teología ni en sentido alguno en sus desarrollos positivos, pero aun así
es doctrina usual en confesiones y catecismos protestantes el decir:
“el purgatorio no existe”. Algunas doctrinas protestantes con este
origen son:


  • La negación del papado y la infalibilidad papal. Algunas iglesias protestantes sólo reconocen al Papa como un obispo
    más (iglesias protestantes históricas) o sencillamente rechazan
    cualquier papel que éste pueda tener en la Iglesia. Tampoco se reconoce
    la autoridad de los patriarcas ortodoxos como jefes de la Iglesia.
  • Se niega que los concilios
    de la Iglesia o cualquier declaración de su jerarquía tenga una
    autoridad semejante a la de la Palabra escrita de Dios, es decir, la Biblia. El canon de la Biblia para los protestantes es de 66 libros, ya que de acuerdo a la tradición jerosolimitana únicamente se aceptan como inspirados aquellos libros que son propios de la Tanaj hebrea (Antiguo Testamento).
    No se tiene en cuenta, por tanto, la tradición griega (Biblia de los
    Setenta), que es la que utiliza la Iglesia católica. Los libros no
    usados por los protestantes son llamados deuterocanónicos o apócrifos.
  • Se niega cualquier papel merecedor de la salvación en las obras.
    Esta doctrina no es exactamente contraria a la doctrina católica, aunque
    sí ha sido un punto de gran controversia.
  • Excepto en el anglicanismo y el luteranismo (en parte) sólo se aceptan dos sacramentos u ordenanzas, el bautismo y la cena del Señor (eucaristía).
    La doctrina sacramental presenta grandes diferencias entre los
    protestantes. Estas van desde una concepción simbólica hasta incluso
    posiciones muy cercanas al catolicismo.
  • En la Eucaristía se rechaza en general la transubstanciación, el sacrificio incruento de Cristo en el altar, la presencia de Cristo fuera del uso litúrgico del sacramento y las bendiciones y adoraciones con el sacramento. La presencia de Cristo se explica desde una presencia real (consubstanciación, presencia espiritual) hasta una mera presencia simbólica.
  • Algunas Iglesias (anabaptistas, bautistas,
    hermanos, pentecostales y otras Iglesias evangélicas) no bautizan a los
    recién nacidos, bautizando de nuevo a los que lo fuesen de niños.
    Consideran el bautismo
    como una decisión consciente representada mediante el bautismo de forma
    pública, con la que el individuo se decide a seguir las enseñanzas de
    Cristo. Por otro lado, las Iglesias protestantes históricas (anglicanos,
    luteranos, presbiterianos, metodistas, etc.) reconocen y practican el
    bautismo pueril (paidobautismo),
    no sólo como un medio de incorporar al niño a la Iglesia, sino también
    como un signo de la regeneración, de la filiación y de actuación de la
    Gracia de Dios.9 10
    Generalmente la Iglesia católica reconoce como válido (aunque ilícito
    para un católico) el bautismo de las iglesias históricas de la Reforma.
  • En la mayoría de las iglesias protestantes (excepto en la anglicana y luterana) la liturgia
    es concebida como innecesaria para la celebración del culto. Tan sólo
    se conservan aquellas que son percibidas como obligatorias en la Biblia
    (la fórmula bautismal, el bautismo en agua y la celebración de la Cena
    del Señor con pan y vino, aunque sin la necesidad de repetir las
    palabras que usó Cristo en la misma). El anglicanismo y el luteranismo,
    en cambio, consideran que la liturgia es parte importante del culto y
    establecen libros de oración y celebración; la liturgia de estas dos
    iglesias es muy semejante a la liturgia católica latina.
  • Se rechaza la veneración de imágenes y reliquias.
  • No se cree en la necesidad de recurrir a la confesión auricular ni a la absolución
    por parte de un ministro ordenado para así recibir el perdón de los
    pecados. Anglicanos y luteranos aun aceptando esta falta de necesidad no
    han suprimido este medio aunque matizan observando que es el
    arrepentimiento y la confesión a Dios lo que perdona y no la absolución.
  • Se rechaza la doctrina del purgatorio y, por tanto, las oraciones por los difuntos.
  • Se rechaza la Inmaculada Concepción de María y no se da crédito a la asunción de María
    en cuerpo y alma a los cielos. La mayoría de las iglesias evangélicas
    no usan el título de “Madre de Dios” por la confusión que podría
    provocar y sostienen la opinión de que María sí podría haber tenido o
    tuvo hijos después de nacer Jesús. [1];

Los textos doctrinales del protestantismo

En un principio, los protestantes expresaron sus posiciones
doctrinales por medio de Confesiones de Fe, breves documentos
apologéticos. En el luteranismo destaca la Confesión de Augsburgo. En el ámbito de la reforma calvinista, la Confesión Escocesa (1560), La Segunda Confesión Helvética (1531) y la Confesión de Fe de Westminster (1647). En el anglicanismo destacan Los Treinta y Nueve Artículos de Religión de la Iglesia de Inglaterra
que concilian posiciones anglicanas y reformadas. Las iglesias
bautistas y evangélicas también tienen sus propias declaraciones y
confesiones de fe. La declaración teológica de Barmen, contra el régimen
nazi, y la breve declaración de fe de la Iglesia presbiteriana en los Estados Unidos son ejemplos de declaraciones recientes.[cita requerida]


Educación en el protestantismo

La enseñanza doctrinal en el protestantismo suele realizarse en la iglesia mediante la predicación y la escuela dominical, predominando el aspecto ético y religioso.


La educación que la Reforma implantó desde sus inicios con Lutero,
suponía la lectura de la Biblia, surgiendo la necesidad de enseñar a
leer a todos, lo que llevó a que los reformadores se interesaran por la
enseñanza popular. Cabe destacar que cada rama del protestantismo tiene
características propias en cada país, además de que las doctrinas se
comenzaron a impartir en lenguas vernáculas, o sea, en el idioma de cada
país.


Diversos autores han destacado el importante papel que tuvo la
Reforma protestante en el impulso de la educación y alfabetización
pública, si éste se compara con la situación en los países católicos11
, surgiendo como una reacción eclesiástica, pero con un carácter
religioso, alentándose con insistencia el estudio bíblico personal y
colectivo, así como la participación activa de todos los miembros
(laicos y ministros) en la formación para la evangelización.
Generalmente es la predicación el medio más usado, aunque existen catecismos como el de Heidelberg y el Mayor en el luteranismo o el de Westminster en el presbiterianismo. Los seminarios y escuelas bíblicas son los centros de estudio teológico superior.


Protestantismo en el mundo


     Países y regiones donde es mayoritario el protestantismo

Protestantismo en el mundo.
El país con mayor número de protestantes es Estados Unidos, donde pese a la pérdida de peso de los “WASP”,
tradicionalmente a favor de otros grupos (especialmente los hispanos,
de mayoría católica), la mayor parte de los estadounidenses pertenece a
alguna confesión protestante. Entre los de mayor población, el que tiene
el mayor porcentaje es el Reino Unido, cuyas confesiones mayoritarias
son la Iglesia de Inglaterra (anglicana) y la Iglesia de Escocia (presbiteriana).


Lugar País Población protestante  % de protestantes
1 Bandera de Estados Unidos Estados Unidos 163.653.774 50,8%
2 Bandera de Reino Unido Reino Unido 44.726.678 72,0%
3 Bandera de Brasil Brasil12 42.300.000 22,2%
4 Bandera de República Popular China China 40.520.850 3,0%
5 Bandera de Nigeria Nigeria6 34.100.000 23,0%
6 Bandera de Alemania Alemania6 31.300.000 38,0%
7 Bandera de Sudáfrica Sudáfrica6 30.000.000 62,0%
8 Bandera de Indonesia Indonesia6 15.460.000 6,5%
9 Bandera de Kenia Kenia6 12.855.244 38,0%
10 Bandera de República Democrática del Congo República Democrática del Congo6 12.017.001 20,0%

Protestantismo en Latinoamérica

Los principales grupos protestantes comenzaron a establecerse en
América Latina en el siglo XX. Los presbiterianos se instalaron en Argentina en 1836, en Brasil en 1859, en México en 1872 y en Guatemala en 1882. Los metodistas siguen un itinerario parecido: México en 1871, Brasil en 1886, Antillas en 1890, Costa Rica, Panamá y Bolivia en los últimos años del siglo; mientras que en Ecuador, Colombia y Perú se establecieron primeramente los bautistas y los pentecostales, así como una parte de los metodistas.


Actualmente las comunidades protestantes han ido ganando terreno
frente al catolicismo en América Latina en general, ampliando su
penetración en diversos países, en especial en Centroamérica.


Véase también

Referencias


  • Cristianismo: Católicos, Protestantes y Ortodoxos

  • Enlaces externos

    Lugar País Población protestante  % de protestantes
    1 Bandera de Brasil Brasil12 42.300.000 22,2%
    2 Bandera de Colombia Colombia6 8.111.957 16,7%
    3 Bandera de México México13 8.386.207 13%
    4 Bandera de Venezuela Venezuela6 7.888.000 28,0%
    5 Bandera de Guatemala Guatemala6 6.275.620 45,0%
    6 Bandera de Argentina Argentina14 4.000.000 10,0%
    7 Bandera de Perú Perú6 3.295.000 12,4%
    8 Bandera de Honduras Honduras6 2.750.000 44%
    9 Bandera de El Salvador El Salvador6 2.605.600 40%
    10 Bandera de Chile Chile6 2.150.000 13,0%
    11 Bandera de Ecuador Ecuador6 1.674.591 11,3%
    12 Bandera de Nicaragua Nicaragua6 1.809.300 30,0%
    13 Bandera de Bolivia Bolivia6 1.440.000 16,0%
    14 Bandera de Costa Rica Costa Rica6 989.394 29,0%
    15 Bandera de Panamá Panamá6 694.916 20,0%
    16 Bandera de Uruguay Uruguay6 357.667 11,0%
    17 Bandera de Belice Belice6 86.940 27,0%
    18 Bandera de Cuba Cuba6 600.000 5,0%

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  • «"Nones" on the Rise». Pew Research Center's Religion & Public Life Project. 9 October 2012. Consultado el 14 February 2015.


  • "The Protestant Reformation." Religion, 16th century. Web: 28 Feb 2010. The Protestant Reformation-En inglés-


  • Philip Schaff, History of the Christian Church (Charles Scribner's Sons, 1910), 7:99; W.G. Polack, The Story of Luther (Concordia Publishing House, 1931), p. 45


  • traducción por: María Victoria Castillo. «El Protestantismo». Consultado el 3 de abril de 2011.


  • L'atlas des religions, Le Monde, 2007


  • J.P.KIRSHC. Transcrito por Marie Jutras, traducción por: Bartolomé Santos. «Reforma Protestante / EnciCato». Consultado el 30 de mayo de 2011.


  • Wilhelm, Joseph. "Apostolic Succession." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. Web: 4 Dic. 2009


  • Confesión de Fe de Westminster (presbiteriana)


  • 39 Artículos de la Iglesia Anglicana, ver artículo 27


  • Maestro Cano, Ignacio C. «Protestantismo, pensamiento y cultura en Alemania». Biblio3W. Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales. Consultado el 29 de septiembre de 2016.


  • «Tabela 1.4.1 – População residente, por situação do domicílio e sexo, segundo os grupos de religião – Brasil – 2010» (en portugués). 2012. Consultado el 7 de septiempre de 2012.


  • Panorama de las religiones en México 2010


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