miércoles, 15 de febrero de 2017

Iglesia de San Pedro de los Francos de Calatayud

Iglesia de San Pedro de los Francos de Calatayud


un recorrido por el arte mudéjar aragonés
webmaster: José Antonio Tolosa (Zaragoza -España-)

IGLESIA DE SAN PEDRO DE LOS FRANCOS (CALATAYUD)



La
iglesia de San Pedro de los Francos se levanta en la Rúa, calle
principal de Calatayud. Fue tras la batalla de Cutanda en 1120 cuando
junto al rey Alfonso I el Batallador entró en Calatayud un contingente
de francos de Bigorra que habían ayudado en la conquista al rey
aragonés bajo el mando del Conde Alperche. Puesto que muchos de ellos
se quedaron a vivir en la ciudad al amparo de las ventajas de su fuero,
el rey, en agradecimiento por los servicios prestados, fundó un templo
bajo la advocación de San Pedro para que les sirviese de parroquia.
Pronto fue conocido como San Pedro de los Francos, tanto por el origen
de sus feligreses, como para diferenciarlo de otro conocido como San
Pedro de los Serranos fundado por los aragoneses del Pirineo. Este
último desapareció en el siglo XIX.
1 FACHADA PRINCIPAL Y TORRE 2 FACHADA PRINCIPAL Y TORRE
La
torre se levanta a los pies de la iglesia, a la derecha de la portada.
Lo primero que llama la atención es su inclinación, de aproximadamente
un metro y medio, que aún parece más acusada dada la estrechez de la
calle. Es de planta cuadrada y carece de motivos decorativos en toda su
altura.
3 TORRE 4 CUERPO BAJO DE LA TORRE 5 CUERPO DE LADRILLO
Hasta
los siete metros de altura es de piedra sillar con un zócalo en su
base formado por dos hiladas de grandes sillares alineados con la
fachada de la iglesia que parecen una especie de aplacado para
aparentar esta alineación, ya que por la inclinación de la torre hay
que deducir que la base real debe de estar alrededor de medio metro
retranqueada respecto al hastial. Por encima de este zócalo había un
adosamiento de mampostería de yeso colocado con la misma finalidad de
disimular la inclinación de la torre. Alrededor de 1980, durante las
obras de la primera fase de la restauración, se eliminó parte de este
añadido dejando a la vista un muro de sillería caliza blanca. Empotrado
en este muro hay un crismón románico y los restos de lo que parece ser
una pequeña ventana trilobulada. Es posible que perteneciese a una
primitiva iglesia románica que en el siglo XIV sería derribada para
construir la actual.
CRISMON INCRUSTADO EN EL CUERPO BAJO
Sobre
esta base de sillería se levanta el resto del cuerpo en ladrillo.
Peculiar resulta su aparejo que combina hiladas a soga con otras a
tizón y con otras a soga y tizón, pero sin seguir un orden regular. Lo
único que rompe la monotonía de sus muros, además de los mechinales,
son las pequeñas ventanas para iluminación de la caja de escaleras que
cierran por aproximación de hiladas y no tienen derrame interior ni
exterior. Los dos grandes vanos que se ven en la parte superior de la
fachada principal se abrieron en el siglo XIX para recolocar las
campanas cuando se derribó el cuerpo superior.
7 VANO Y MECHINALES 8 PARTE ALTA DE LA TORRE
Este
cuerpo superior fue eliminado en 1840 con motivo de alojarse en el
palacio del barón de Warsague, actual Casino, situado enfrente de la
torre, la reina Isabel II y la regente María Cristina. El Concejo de la
Ciudad debió de pensar que la vista de la torre inclinada hacia sus
aposentos atemorizaría a la reina niña por lo que procedió al derribo
del cuerpo de campanas unos días antes de la llegada de tan regios
personajes. Por supuesto, la torre no iba a caerse justamente ese día
después de varios siglos de inclinación.
Conocemos
como era este cuerpo gracias a un dibujo que Vicente de la Fuente
incluye en el primer tomo de su Historia de Calatayud publicada en
1880. Por lo que se puede deducir del mismo su apariencia era bastante
similar a los que se conservan de las iglesias de Terrer,
Belmonte de Gracián y Aniñón. En cada lado abría un amplio vano en
arco apuntado con parteluz central del que salían dos arcos que se
cruzaban con los de los lados del vano. En el dibujo la torre remata de
forma almenada con siete merlones por lado. Todos estos detalles hay
que tomarlos con la debida prudencia ya que el dibujo, además de no ser
demasiado preciso, se realizó cuarenta años después del derribo,
seguramente en base a los recuerdos del propio Vicente de la Fuente que
lo pudo ver en su juventud.
9 BOVEDILLAS POR APROXIMACION DE HILADAS 10 CAJA DE ESCALERAS 11 BOVEDILLAS
El
acceso al interior se realiza en alto desde el interior de la iglesia
mediante una moderna escalera metálica que vino a sustituir a otra de
madera. La entrada se sitúa en altura a unos siete metros, justo donde
termina la obra de sillería y comienza la de ladrillo. Su estructura
interior es similar a la de la mayoría de torres mudéjares y alminares
andalusíes, a base de un machón central alrededor del cual se
desarrolla la caja de escaleras en sentido antihorario. Los tramos de
escaleras se cubren con bovedillas enjarjadas o de aproximación de
hiladas.
BOVEDILLAS POR APROXIMACION DE HIJADAS


Al
igual que otras muchas torres mudéjares, esta de San Pedro de los
Francos tampoco escapa a la controversia en cuanto a su posible
cronología. Lo que sí parece seguro es que es anterior a la actual
fábrica de la iglesia. Con motivo de las primeras obras de restauración
alrededor del año 1980 el arquitecto Ángel Peropadre publicó la planta
del templo en la que se aprecia que la torre está alineada con la
iglesia, si bien el muro lateral compartido es más grueso que el resto
del muro del templo, algo que también reflejan los planos que en 1998
realiza el arquitecto José María Valero para el proyecto de
restauración definitivo.
Además,
en esta planta se aprecia perfectamente como la torre no está
exactamente alineada con la iglesia sino que hay una pequeña
divergencia de 4º, lo que hace que el tramo de los pies de la nave
lateral contigua a la torre no tenga una planta perfectamente
rectangular como el resto sino romboidal. Lógicamente esta desviación
no debería de haberse producido si la torre se hubiese levantado a la
par que la iglesia. Tampoco es admisible una construcción posterior, ya
que la torre no se adosa a la iglesia sino al contrario.
Todo esto hace pensar en una cronología anterior al siglo XIV para
esta torre, tal vez el siglo XIII o incluso anterior. Hay que
plantearse la probabilidad de que en origen no fuese levantada con
funciones de torre campanario sino más bien de atalaya para controlar
la zona baja de la población y sus alrededores. Ello explicaría la
maciza base de sillería y la ausencia de motivos decorativos al
tratarse fundamentalmente de una torre defensiva.
El
mismo Vicente de la Fuente dice que en 1291 la campana de la torre de
San Pedro podía convocar, según orden real, a una milicia permanente de
cien hombres. También sirvió esta torre como atalaya en la guerra de
los dos Pedros en 1362

 
 






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