vendo todo
jueves, 22 de diciembre de 2016
Promotora Española de Lingüística - Alfabeto Hebreo
Promotora Española de Lingüística - Alfabeto Hebreo
Copyright © 2013 PROEL | Apartado 49050 - 28080 Madrid | coordinador@proel.org - webmaster@proel.org
subir
Más información sobre... · Lengua Hebrea · Situación geográfica · Cronología Nociones básicas
Territorio de las doce tribus de Israel (siglo XV a. C.) El mapa inferior muestra la geografía de la gran familia de alfabetos semíticos en sus tres zonas gegográficas de dispersión: occidental, oriental y meridional. Origen del hebreo Entre los valores culturales que los hebreos adoptaron de los habitantes de Canaán, tras su conquista de la tierra, debió de estar el arte de escribir. Esto tuvo que tener lugar hacia los siglos XII-XI antes de Cristo. Aunque parezca extraño, las primeras características distintivas de la escritura hebrea se aprecian en las inscripciones moabitas del siglo IX antes de Cristo, especialmente en la inscripción (figura inferior) que menciona al padre de Mesa, Kemosyat, y la famosa estela de Moab. Aunque su lenguaje es moabita, un dialecto cananeo pariente del hebreo aunque no idéntico, su escritura es hebrea. Esas inscripciones moabitas del siglo IX a. C., ilustran la primera etapa de la tradición escritural hebrea. La estela de Mesa fue erigida por el monarca moabita de ese nombre y es un documento histórico referente al libro de la Biblia 2 Reyes capítulo 3. Se trata de una gran estela que Mesa plantó en su capital, Dibón (actual Dibán); está inscrita en dialecto moabita-cananeo, similar al hebreo bíblico. Tiene una altura de 1,13 metros y una anchura de 70 cm; lleva una inscripción de 34 líneas, escrita en primera persona del singular; se inicia con una recitación bastante presuntuosa, hecha por Mesa, rey de Moab, acerca de sus triunfos sobre la casa de Omri, rey de Israel. La información que proporciona es de gran interés si se compara con la descripción de 2 Reyes en la Biblia.
reinó sobre Moab durante treinta años y yo reiné después de mi padre. Y yo hice el lugar alto para Kemos en Qerjá, un lugar alto de salvación, porque él me había salvado de todos mis enemigos y me proporcionó el placer de verme por encima de todos aquellos que me habían odiado. Omri, rey de Israel, humilló a Moab durante muchos días, pues Kemos estaba irritado contra su pueblo; y su hijo le sucedió y también él dijo: "Yo humillaré a Moab". En mis días habló de ese modo, pero yo he triunfado sobre él y sobre toda su casa, mientras que Israel ha perecido para siempre. Omri tomó posesión del país de Madaba, y moró allí en sus días y durante la mitad de los días de su hijo: cuarenta años; pero Kemos lo ha restaurado en mis días. Y yo edifiqué Baal Meón y construí en ella un estanque, y construí Queryaten. Por entonces los hombres de Gat habían morado en Atarot desde antiguo; y el rey de Israel edificó para sí Atarot. Y yo luché contra la ciudad y la conquisté y degollé a todas las gentes de la población e hice de ella lugar de pastoreo para Kemos y para Moab. Y capturé de allí el santuario de Dudá y lo arrastré ante Kemos, en Queriyot; e instalé allí a la gente de Sarón y de Mejrat. Y Kemos me dijo: "Ve y arrebata Nebo a Israel". Y fui de noche y luché contra ella desde el amanecer hasta el medio día y tomé y maté a todos en ella. 7.000 hombres, muchachos, mujeres, doncellas e incluso siervas, pues los había destinado a la destrucción para el rey Istar Kemos. Y tomé las vasijas de Jehová y las llevé ante Kemos. Ahora bien, el rey de Israel había construido Yahas y vivió en ella mientras luchó contra mí, pero Kemos le arrojó de delante de mí. Tomé 200 hombres de Moab y todos sus jefes, los llevé contra Yahas y la tomé y la añadí a Dibón. Y construí Querjá, la muralla del bosque y la muralla de la colina, y sus puertas y sus torres y el palacio real e hice dos estanques en el centro de la ciudad, así que dije a todo el pueblo: "Que todo el mundo se construya una cisterna en su casa." Y yo tallé el acueducto de Querjá con la ayuda de los prisioneros de Israel. Y reconstruí Aroer y construí la carretera a través del Arnón, y reconstruí Bet Bamot, pues había sido destruida, y Betser... pues todo Dibón estaba sometido. Y reiné... 100 ciudades que había añadido al país. Y reconstruí Madaba y Bet Deblatein y el templo de Baal Meón, y tomé allí al ganadero... los rebaños del país. Entonces moraba allí Jernán, hijo de Dedán, y Dedán dijo... Kemos me dijo: "Baja contra Jernán." Así que yo descendí y peleé... y Kemos moró en ella durante todos mis días..." En las primeras 8 líneas de la inscripción en la piedra moabita (figura inferior) se ha destacado la palabra Israel. Aparece en la quinta y séptima línea. Igual que la estela de Moab, la estela de la casa de David está escrita en hebreo y se trata del documento más antiguo en el que aparece una referencia a la casa de David, aparte de la Biblia. Fue descubierta en 1993 en Tell Dan, al norte de Galilea, cerca de la fuente principal del Jordán. Se trata de una piedra de basalto de 32 cm. de alto por 22 de ancho. Se calcula que su fecha es de la segunda mitad del siglo VIII a. C., época de la conquista del reino del norte por Tiglat Pileser III. La primera línea sólo contiene tres letras y la última cinco, habiéndose perdido buena parte del total de la inscripción. Las palabras están separadas por puntos y el estilo de las letras recuerda al de las inscripciones de Bar Hadad, Hazael y Zakur. La estela menciona a la casa de David probablemente como título de la dinastía de los reyes de Judá. Es una estela conmemorativa de la victoria del rey sirio Hazael en la que se da cuenta de sus combates contra "dieciséis" reyes, entre los que se hallan Joram rey de Israel y Ocozías rey de Judá, aunque según el relato bíblico fue Jehú el que los mató a ambos. La estela evoca al dios sirio Hadad, como el que puso a Hazael sobre el trono de Siria y menciona a Joram, hijo de Acab rey de Israel y a Ocozías hijo de Joram rey de la casa, o de la dinastía, de David. Otra inscripción moabita en escritura hebrea es la encontrada en vasos de piedra hallados en Kuntilet 'Ajrud y datados en el siglo IX a. C. La figura inferior muestra una de esas inscripciones moabitas que hace referencia a una ofrenda votiva. La veracidad de los relatos bíblicos es confirmada una y otra vez por los restos arqueológicos encontrados. La placa de marfil (inferior) contiene el nombre del rey sirio Hazael (siglo IX a. C.), cuya intervención militar contra Israel, durante el reinado de Jehú, viene recogida en 2 Reyes 10:32-33.
Las excavaciones realizadas en Samaria en 1908-1910 descubrieron varios ostraca con inscripciones hebreas, hechas con tinta, en los almacenes del palacio real. El texto de estas inscripciones (figura inferior) es muy breve e incluye la fecha (año del reinado del monarca), un lugar, nombre de una persona y una cantidad (de vino o aceite). Por ejemplo: bst htst myst l'hnw'm (n)bl y(n) ysn, que significa: "En el año noveno de (no se da el nombre), rey de Israel, se compró una jarra de vino añejo, perteneciente a Ahinoam." La época de estas ostracas es del siglo VIII a. C., concretamente una parte es del reinado de Joás, hacia el 795-794 a. C. y la otra del reinado de Jeroboam II (789-748 a. C.).
Kassileh pertenecen aproximadamente al mismo período. La ciudad allí existente, puerto del reino del Norte, sobre el estuario del río Yarcón, fue destruida en el año 732 antes de Cristo, en el curso de una campaña de Tiglat Pileser III. Los ostraca, por lo tanto, deben haber sido anteriores a esa fecha. Estos son certificados de los embarques de ciertas cantidades de aceite y oro con destino a Fenicia o Egipto. Al contrario de lo que sucede en el caso de Samaria (escritos con tinta), éstos están en forma de incisión. Uno de ellos reza: lmlk 'lf smn wm'h 'hyhw, que significa que 1.100 medidas de aceite fueron enviadas desde el tesoro real o confirmadas por un funcionario gubernamental del puerto, llamado Ajías. La segunda inscripción reza: zhb 'fyr lbyt hrn (-)s, que quiere decir: "Treinta siclos de oro de Ofir (de buena calidad) procedentes de Bet Horón", tal vez la casa del dios del mismo nombre. Ostracas de Tell Kassileh En 1880 se descubrió una inscripción que estaba grabada en las paredes del túnel que llevaba las aguas de la fuente de Siloé, al este de Jerusalén, hasta la propia ciudadela. La inscripción se atribuye a Ezequías, rey de Judá. Su traducción dice: Inscripción de Siloé En el pueblo de Siloé, al este de Jerusalén, se han descubierto tres inscripciones funerarias procedentes de la época del Primer Templo. La investigación paleográfica demuestra que pertenecen a un período próximo al del rey Ezequías de Judá. Una de ellas (figura inferior), la denominada inscripción de Sebnayahu, dice:
El dueño del sepulcro fue un hombre importante, al parecer el funcionario gubernamental que estaba "sobre la casa" (mayordomo). Esta frase es semejante al pasaje de Isaías 22:15-16 en la Biblia. La maldición "sobre el que abra este sepulcro" hace referencia a los ladrones que solían violar las tumbas en busca de los objetos preciosos que se enterraban con el difunto. También en Arad se ha descubierto abundante material consistente en ostracas con unos trazos muy peculiares (figura superior e inferior) de escritura. Debido a la humedad del clima que impera en la mayor parte del país, los materiales orgánicos de escritura, tales como el pergamino o el papiro, se han descompuesto en el transcurso de los siglos, y las únicas inscripciones descubiertas han sido las grabadas sobre la roca o escritas sobre trozos de cerámica (ostraca). Sin embargo, entre el abundante material procedente de la época de Bar Kochba, descubierto recientemente en una cueva del wadi Murabbaat, cerca del Mar Muerto, se ha encontrado un papiro escrito en hebreo, que al parecer pertenece al siglo VIII antes de Cristo. Es lo que se llama un palimpsesto, es decir, un texto que se ha superpuesto sobre otro anterior, ya existente. Debido al elevado precio que alcanzaban los papiros, se usaban con frecuencia, de este modo, dos o tres veces cada uno. En el caso presente (figura inferior) sólo dos líneas del texto primitivo son descifrables, y éstas sugieren que el trozo de papiro formó parte de una larga carta. La escritura posterior es una lista de cuatro nombres de personas, con símbolos y figuras que posiblemente representan cantidades. En 1960, durante las excavaciones realizadas en un antiguo fuerte denominado Masad Hashabyahu (en la costa meridional de Yabné Yam), se descubrieron seis ostraca y una inscripción grabada sobre un fragmento de jarra. El hebreo es bíblico en cuanto a su estilo, y los contenidos de los seis ostraca, que incluyen nombres con el elemento teofórico yahu, hacen muy plausible que esta zona fuese capturada por Josías, rey de Judá (hacia el 620 a. C.), detalle que antes se desconocía. El ostracon más importante de los encontrados en la fortaleza es una carta de catorce líneas (figura inferior), en hebreo, descubierta en el cuarto de guardia de la puerta de la fortaleza. El comienzo de la carta es como sigue: ysm 'dny hsr 't dbr 'bdh compárese esto con "...que el rey, mi señor, se digne escuchar las palabras de su siervo.", de 1 Samuel 26:19. En la carta, escrita en la época de la cosecha, un pobre campesino se queja de su dolor por haber perdido su manto y le pide que le sea devuelto.
que quiere decir bienaventurado. Inscripción de Samaria
C. y suponen una buena muestra de la difusión de la escritura hebrea en estos utensilios. Otro ejemplo posterior de la abundancia de estos sellos reales para controlar el comercio de líquidos se aprecia en las asas de jarras que portan sellos reales; proceden de Gabaón y son del siglo VI a. C. En el antiguo Israel, los sellos se utilizaron para firmar (o sellar) documentos, y el sello poseía la fuerza de una firma real. Ningún documento se consideraba auténtico a menos que llevase la impresión de un sello. Los sellos privados más importantes son los que contienen nombres de hombres y mujeres de Israel. Como el famoso sello del león encontrado en Meguido (figura inferior izquierda), cuya lectura es: 'Shema siervo de Jeroboam' Los sellos hebreos del período persa (figura inferior) no difieren mucho de los del período del Primer Templo. Los sellos reales de este etapa contienen la palabra yhd, que algunas veces queda abreviada en yah, término arameo con que se designaba la satrapía de Judá. Hacia el final del período persa, las asas de jarras fueron inscritas con las letras yrslm (Jerusalén), rodeando a una estrella de cinco puntas. La escritura lapidaria o monumental que refleja la inscripción de Siloé es del mismo estilo usado en las inscripciones de los sellos en las jarras reales, tal como lo atestigua la figura inferior.
muy delicado; es durante el reinado de Sedequías y cuando Jerusalén está asediada por las tropas de Nabucodonosor. A Jerusalén se le puso sitio en el 597 a. C., diez años más tarde caería en poder de los caldeos.
conocer la evolución de la escritura hebrea. Debajo tenemos dos de tales sellos con inscripciones grabadas en piedras semi-preciosas; su fecha es del siglo VII a. C. A pesar de las diferencias dialectales entre Judá e Israel, en ambos reinos se usó el mismo alfabeto. Esta escritura fue adoptada por moabitas y edomitas, quienes la usaron para verter sus propias lenguas. Alfabeto de los vecinos de Israel En la región circunvecina a la ocupada por los israelitas vivieron otros pueblos como los moabitas, edomitas, amonitas y filisteos.
encontramos también otros portadores de otros nombres. Por ejemplo, la inscripción inferior, del siglo VI a. C., es el sello de Mesha y su lectura es Mesha (hijo de) 'Ada'el.
Vivieron a lo largo del camino real, al norte de Moab. Aunque el cuerpo de inscripciones amonitas es aún escaso ha crecido en las últimas décadas.
En Tell Siran se descubrió una jarrita (figura inferior) en la que estaba incisa una inscripción amonita en la que se describe brevemente "las obras de Aminadab, rey de los amonitas, hijo de Hissil'el rey de los amonitas, hijo de Aminadab rey de los amonitas."
En las excavaciones llevadas a cabo en Hesbon se han hallado una serie de ostracas (figura inferior) que contienen nombres personales. Canto de cisne Hasta la destrucción del templo, el sistema hebreo de escritura continuó usándose, siendo reflejo de la tradición nacional escrita. Pero su curso fue interrumpido por la destrucción del templo y el exilio de las clases más educadas en Babilonia. Cuando los judíos regresan de la cautividad hablan y escriben en arameo. El arameo era la lengua oficial del imperio Persa y también de la provincia de Judá, llamada Yehud. Parece ser que el hebreo era todavía hablado y escrito por los que no habían estado en el exilio, pero finalmente el arameo prevaleció. El uso del hebreo arcaico aparece todavía en los tiempos del segundo templo, principalmente en monedas y en fragmentos del Pentateuco hallados en Qumrán. La última noticia conocida del uso de este sistema por los judíos son las monedas de Bar Kochba en 132-5 d. C. Los samaritanos, sin embargo, continúan usándolo hasta el día de hoy. De este uso tardío del hebreo dan testimonio las monedas de la figura inferior que corresponden a los períodos de los asmoneos (135-37 a. C.), al levantamiento del 70 d. C. y a la rebelión de Bar Kochba (132-135 d. C.). La figura inferior muestra el desarrollo del alfabeto hebreo en sus diferentes etapas hasta llegar al samaritano. |
|
Copyright © 2013 PROEL | Apartado 49050 - 28080 Madrid | coordinador@proel.org - webmaster@proel.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario