jueves, 22 de diciembre de 2016

Sinagoga Hurva - Wikipedia, la enciclopedia libre

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Sinagoga Hurva



Sinagoga Hurva
Hurva sideview.jpg
Tipo Sinagoga
Ubicación Calle 89 ha-Yehudim, Ciudad Vieja de Jerusalén, Bandera de Israel Israel
Coordenadas 31°46′30″N 35°13′53″ECoordenadas: 31°46′30″N 35°13′53″E (mapa)
Uso
Culto Judaísmo ortodoxo
Arquitectura
Estilo arquitectónico Neobizantino
[editar datos en Wikidata]
La Sinagoga Hurva, (en hebreo: בית הכנסת החורבה; transliterado: Beit ha-Knesset ha-Hurba), también conocida como Hurvat Rabbi Yehudah he-HasidRuina de Rabí Judá el Piadoso»), ubicada en el Barrio Judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén, fue por siglos la principal sinagoga askenazí de Jerusalén.


En ese mismo terreno, y sobre las ruinas de otros templos hebreos que
se remontaban como mínimo al siglo XIII, se alzaba una sinagoga
anterior construida en 1700, pero fue incendiada en 1721.1 En 1864 fue erigida en el mismo lugar una nueva sinagoga, consagrada como Sinagoga Beis Yaakov por una comunidad de judíos ascetas llamados perushim. La sinagoga decimonónica era oficialmente conocida como la "Sinagoga Mayor de Jerusalén".2
Habiendo esta vez funcionado como casa de oración durante ochenta y
cuatro años, la sinagoga en cuestión fue dinamitada por la Legión Árabe y
reducida a escombros durante la Guerra árabe-israelí de 1948.3 A partir de ello se la conoció como Ha-Hurva, expresión hebrea que significa "La Ruina" (en alusión a lo que hasta ese entonces había sido la Sinagoga de Rabí Judá el Piadoso).2


Después de que Israel recapturó la Ciudad Vieja en 1967,
fueron presentadas varias propuestas para la erección de un nuevo
edificio. Entre ellas especial mención merece aquella desarrollada por
el arquitecto estadounidense Louis Isadore Kahn
entre 1967 y 1974. Sumamente original, su diseño presentaba una doble
naturaleza estructural, combinando pilones y pilares en un todo que
evocaba edificios de la antigüedad, tales como el Templo de Edfu y el primer Templo de Jerusalén.2
El diseño comprendía cuatro pilones de piedra a cada lado, cercando un
grupo de cuatro pilares de hormigón armado dispuestos en el centro, de
modo tal que los pilones funcionaban como un contenedor y los pilares
como su contenido. Aunque Kahn desarrolló tres sutiles variantes en su
diseño para la Sinagoga Hurva, su propuesta no fue construida. Tras años
de deliberación, en 1977,
un temporario e insípido arco conmemorativo fue reconstruido sobre los
vestigios del antiguo edificio arruinado y, a partir de ello, el lugar
se transformó en un raro monumento del Barrio Judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén.4
Luego de más de dos décadas, el proyecto de reconstruir la sinagoga en
su formato y estilo original recibió la aprobación del Gobierno israelí
en 2000 y el mismo fue terminado el 15 de marzo de 2010. A cargo de los
trabajos estuvo el arquitecto Nahum Meltzer.5
La reconstrucción actual incluye una porción del muro de piedra que
pertenecía a la sinagoga anterior y sobrevivió la explosión: visible
desde el interior del templo, tal vestigio es un recordatorio de lo allí
sucedido en 1948.


La construcción de la sinagoga de 1864 tuvo un costo de un millón de piastras,6 mientras que la reconstrucción de 2010 ha sido estimada en 7,3 millones de dólares (28 millones de nuevos shéquels).4 A diferencia de la sinagoga antigua, que contaba con una capacidad para 450 feligreses,7 la reconstrucción redujo su aforo a 250 personas.4 La altura máxima es de 24 metros. El nuevo edificio fue enteramente financiado por un filántropo judío de origen ucraniano.


La Sinagoga Hurva ha vuelto a funcionar como casa de oración y
escuela de estudios judaicos. Además, puede ser visitada eventualmente.
Si el edificio constituye hoy un hito en la ciudad, ello se debe en gran
parte a las dramáticas circunstancias que incluye su historia.2 5 8



Índice

Repercusión en las esferas arquitectónica e identitaria

Si bien la reconstrucción de la Sinagoga Hurva por parte del
arquitecto Meltzer constituye una intervención sutil y respetuosa del
acervo edilicio jerosolimitano, algunos arquitectos contemporáneos ven
en dicha intervención un gesto inhibido e intrascendente. Entre ellos se
destaca Ada Karmi-Melamed, quien, al comparar con total intencionalidad
a Louis Kahn con el gran líder de los hebreos y a Nahum Meltzer con un
poco relevante y permanentemente inestable arquetipo diaspórico, fue la
primera en arrojar la manzana de la discordia:


Dos arquitectos llegaron. Uno como Moisés trayendo los Diez
Mandamientos, lleno del fuego del desierto. El otro, como el Violinista
en el Tejado. Y el Violinista venció.9


En un trabajo crítico comparativo realizado en la Universidad de
Belgrano en el marco del ciclo "Arte e Identidad" (septiembre-octubre
2013), Martin Ignacio Ruiz plantea que:


La propuesta de Louis Kahn sintetiza la idea egipcia de templo y la
adapta a las necesidades contemporáneas. La propuesta de Nahum Meltzer,
si bien aparentemente menos polémica, mantiene vivo el recuerdo de la
[dinamitada] sinagoga de antaño; presionada por la opinión pública,
exhibe las cicatrices del pasado sin permitir que la gente olvide sus
antiguos rencores. [...] Las comunidades locales fueron golpeadas por el
dolor muchas veces en el pasado, pero si no se perdona y sólo se sigue
mirando hacia el pasado es imposible llegar a una convivencia pacífica.
[...] La propuesta de Kahn implica poner en práctica nuevas ideas y
proclama a su vez una comunidad evolucionada, una capaz de perdonar, una
que mira hacia el futuro.10


Según Andrés Cervinka, "si el objetivo de Meltzer es devolverle a
Jerusalén una parte de su historia, tal objetivo termina por cumplirse
[solo] en términos representativos pero de ninguna manera
arquitectónicos [convincentes]".11


Escribe Mariano Akerman al considerar la metamorfosis de la Sinagoga Hurva como símbolo:


Alejada de la visión universalista y el gran humanismo de Louis Kahn,
la realidad local jerosolimitana da lugar a la polémica. En vez de
erguirse como un templo acogedor que unívocamente proclama el
reencuentro de las diásporas judías (visión inclusiva), la actual
Sinagoga Hurva responde sólo a las necesidades básicas de un fragmento
muy particular del judaísmo (visión excluyente). Y, precisamente por
ello, no sólo lejos está de ser la "Casa de oración para todos los
pueblos" profetizada por Isaías, sino que además tampoco es casa de
oración ninguna para el pueblo judío como conjunto.


Más allá del esmerado trabajo y la prolijidad de Meltzer en materia
de restauración y de su respeto por la historia del pasado del edificio
decimonónico, lo cierto es que su obra reciente ha restaurado un templo
para un grupo en particular en vez de haberlo hecho para el pueblo
hebreo como conjunto, es decir, la necesidad local prevaleció y ésta
terminó por eclipsar las aspiraciones de dicho pueblo a nivel global.


La obra de Meltzer continúa resignadamente el tradicional círculo de
construir una y otra vez la sinagoga arruinada. De este modo, su
materializada propuesta no permitió dar lugar a la erección de un templo
íntegramente nuevo, uno que proclamara que el judaísmo no es una
sumatoria de tragedias y fragmentos, sino una totalidad dinámica,
vigorosa y esperanzada.12


Akerman está convencido que Meltzer responde a las aspiraciones y
exigencias de una congregación ortodoxa, pero también indica que la
sinagoga reconstruida en 2010 carece de la trascendencia universal, la
fuerza expresiva y la profundidad poética que caracterizan a la Sinagoga
Hurva en el proyecto delineado por Louis Kahn en 1968.2
Pese a ello, Akerman reconoce el cuidadoso trabajo de Meltzer en
materia de restauración, así como el hecho de haber transformado los
vestigios de un antiguo templo dinamitado en una nueva casa de estudio y
oración.13


El nuevo templo de Meltzer presenta la particularidad de incorporar
parte de los vestigios de su precedesor, característica prominente en el
interior del edificio actual. Pero ello no es, como supone Ruiz, una
solución presionada por la opinión pública ni tampoco sintomático de una
incapacidad de perdonar el que la sinagoga haya sido dinamitada en el
pasado.14 Contrariamente, expresa Akerman:


Meltzer ha restaurado la Sinagoga Hurva de modo tal de dejar
constancia de la historia del pueblo israelita en Tierra Santa sin
excluir su importante período decimonónico. El proceder del arquitecto
implica en este caso tanto la restitución del edificio pasado así como
también posee un valor testimonial acerca de lo sucedido con el templo
dinamitado en 1948. En este sentido, lo reconstruido por Meltzer no
pretende ser un hito en la Historia de la Arquitectura, mas constituye
un importante símbolo identitario para el pueblo hebreo, dado que la
restauración de Meltzer retoma la idea inicial de Kahn, quien deseaba
construir "un símbolo de diálogo entre el pasado y el presente",
especialmente entre "la ruina y la reconstrucción".15


Galería

Referencias


  • Akerman (1996), p. 247.

    1. Inscripción: "Si me olvidara de ti, oh Jerusalén..."

    Bibliografía

    Libros
    Periódicos y revistas

    Enlaces externos

    Menú de navegación


  • Akerman (1997), pp. 7-9.


  • Benny Morris, 1948: A History of the First Arab-Israeli War,
    Yale University Press, 2008, p. 218: "El 26-27 de mayo, los legionarios
    [árabes] tomaron la Sinagoga Hurva, el mayor edificio y el más sagrado
    del Barrio [Judío], [... seguidamente] lo dinamitaron". ISBN 978-0-300-14524-3.


  • Lefkovits (2005)


  • Friedmann (2011), p. 12.


  • Gilbert (1985), pp. 79-80


  • "Emporis.com": Old Hurva Synagogue


  • Muñoz (2010). Como este autor entonces nota, "Jerusalén levanta por tercera vez la mítica sinagoga".


  • Friedmann, La sinagoga Hurva, La palabra israelita, Santiago de Chile, 12 de agosto de 2011, p. 12; ver también Kahn con Meltzer, Documenta, 2 de julio de 2013 (accedido 18 de octubre de 2013).


  • Ruiz,
    "Hurva", Buenos Aires, 3 de octubre de 2013. Su trabajo fue hecho
    público en la Universidad de Belgrano, Buenos Aires, el 10 de octubre de
    2013 y obtuvo el Premio Impronta en Crítica Arquitectónica (accedido 18 de octubre 2013).


  • "¿Reconstruyendo la Ruina?", Documenta, 5 de octubre de 2013 (accedido 18 de octubre 2013).


  • Hurva: metamorfosis de un símbolo, 1996-2013 (Asterisk, 20 de octubre de 2013; consultado 20 de mayo de 2014).


  • "Metamorfosis de un símbolo" (consultado 7 de abril de 2014).


  • En
    1979 Israel y Egipto firmaron un tratado de paz; otro fue celebrado
    entre Israel y Jordania en 1994. Si bien hubo siempre un deseo de volver
    a construir la Sinagoga Hurva en Tierra Santa, la opinión pública se
    manifestó a través de intercambios de ideas llevados a cabo en la
    Universidad Hebrea de Jerusalén.


  • "Metamorfosis de un símbolo" (consultado 23 de noviembre de 2014); The Real and Ideal Jerusalem in Jewish, Christian and Islamic Art, ed. Bianca Kühnel, Vol. XXIII-XXIV, Jerusalén, 1997-98, p. 253.


  • Benny Morris, 1948: A History of the First Arab-Israeli War,
    Yale University Press, 2008, p. 218: "El 26-27 de mayo, los legionarios
    [árabes] tomaron la Sinagoga Hurva, el mayor edificio y el más sagrado
    del Barrio [Judío], [... seguidamente] lo dinamitaron". ISBN 978-0-300-14524-3.


  • Inscripción en hebreo: "Junto a los ríos de Babilonia, nos sentábamos y llorábamos, al acordarnos de Sion. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas" (Salmos 137:1-2).


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