lunes, 19 de diciembre de 2016

El holocausto nazi: Hormonas por el recto y castración química para ‘curar’ la homosexualidad - Ragap España

El holocausto nazi: Hormonas por el recto y castración química para ‘curar’ la homosexualidad - Ragap España
Cartujo con licencia propia
CARTUJO CON LICENCIA PROPIA
jueves, 24 de noviembre de 2016
EL PREOCUPANTE SILENCIO DE LOS OBISPOS - JOSÉ MARÍA CASTILLO, TEÓLOGO
José M. Castillo, Doctor en teología.

Es un hecho que hay asuntos importantes, que afectan a la vida nacional o a grandes sectores de la población, en los que los obispos no se callan. Baste pensar en asuntos que afectan a la moral pública, como puede ser el tema del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o los privilegios legales y fiscales que afectan a la Iglesia. Y no hay que insistir en el empeño responsable de nuestros Prelados por difundir la religiosidad y las creencias cristianas, cosas que tanto bien hacen a no pocos sectores de la sociedad. Sabemos de sobra que, en estos casos (y otros que se podrían señalar), hay obispos – o incluso la Conferencia Episcopal en pleno – que se pronuncian con decisión y, en algunos casos, con una energía que llama la atención.
Por supuesto, los obispos – como los demás ciudadanos – tienen perfecto derecho a manifestar en público sus ideas, sus convicciones y, en general, aquellas cosas con las que están o no están de acuerdo. Lo que resulta aún más comprensible, si tenemos en cuenta que los obispos, como dirigentes y además responsables en el gobierno de la Iglesia Católica, tienen por eso mismo el derecho y el deber de orientar a la sociedad en aquellas cuestiones que, desde las creencias cristianas, inciden en la vida de los individuos y de la sociedad en asuntos muy determinantes para la ciudadanía, como tales ciudadanos y, además, como personas que tienen el derecho y el deber de cumplir con sus obligaciones religiosas.
Pero ocurre que, en la situación tan amplia y tan problemática, que acabo de plantear, tienen una importancia decisiva, no sólo las cosas que se dicen, sino también las que no se dicen. Como bien sabemos, a veces sucede que un silencio resulta más elocuente que mil palabras. En este sentido – y desde este punto de vista – hablo aquí del preocupante silencio de los obispos.
No me refiero, ni puedo referirme, a todos los obispos. El episcopado español es lo bastante numeroso como para que en él haya hombres de las más diversas mentalidades y formas de vida, dentro de lo que permite la condición de “obispo de la Iglesia Católica”. Como también es verdad que, a veces, los medios de comunicación conceden más o menos importancia a una determinada noticia según la mentalidad o las conveniencias de quien difunde los hechos y las ideas ante la opinión pública.

Todo esto es así. Pero precisamente porque es así, por eso mismo resulta tan preocupante el hecho de que los obispos españoles no se pronuncien, como tendrían que hacerlo, en asuntos muy graves, que afectan a grandes sectores de la población, y en los que una palabra autorizada, como lo sigue siendo (para esos asuntos) la palabra del episcopado o el pronunciamiento de un determinado obispo en ciertos casos.
Basta poner algunos ejemplos, para hacerse una idea más concreta de la gravedad del asunto. Ahora mismo están en juego, en España, problemas tan graves como el futuro de las pensiones de ancianos, viudas y huérfanos. ¿Y no tienen nada que decir nuestros obispos, al menos en las rayas rojas de mínimos que los legisladores nunca deberían traspasar? ¿Tampoco tienen nada que decir cuando se trata de gestionar la economía de manera que la consecuencia es que cada año la distancia entre los más ricos y los más pobres resulta más asombrosa? ¿Ni se les ocurre nada para quejarse – al menos “quejarse” – de la cantidad de familias que tienen que vivir de la limosna, buscar algo de comida en los contenedores de basura o sencillamente acostarse sin cenar? ¿Ni existe un pronunciamiento religioso a favor de los refugiados que aquí no encuentran refugio, ni de los jóvenes que aquí no encuentran trabajo, ni futuro, ni esperanza de una vida digna? Por no hablar de la cantidad de años que los jerarcas de la Iglesia se han callado los abusos que no pocos clérigos han cometido contra menores. Y en esto – también hay que decirlo – lo más doloroso es que la imposición del silencio venía de Roma (eran otros tiempos). Porque lo que más importaba no eran los derechos de las víctimas, sino la “respetabilidad” de los clérigos.
Y a estas alturas, no faltan obispos que ponen el grito en el cielo cuando alguien se pone a defender los derechos de personas homosexuales, feministas, transexuales…. ¿No se les cae la cara de vergüenza a los sedicentes “hombres de Dios”, cuando desde tales posturas nos quieren hablar precisamente de Dios? ¿De qué Dios nos están hablando? ¿Del Dios de los palacios episcopales, las vestimentas doradas, los títulos y las reverencias que pretenden promover entre la gente una “mentalidad sumisa” para que no haya “desorden” y todo siga tal como está?

No sigo. Con lo dicho, basta para ponerse a pensar a fondo en el problema que tenemos que afrontar quienes, a pesar de todo, queremos seguir creyendo en el Evangelio. He sufrido “de la Iglesia y por la Iglesia” más de lo que algunos se imaginan. Porque quiero a esta Iglesia, que, a pesar de todo, me ha conservado la “memoria peligrosa” del Evangelio. Y por eso – precisamente por eso – no me callo. El día que perdamos el miedo a la libertad, sin duda alguna, empezaremos a trazar un camino con menos sufrimiento y más esperanza.
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Etiquetas: Iglesia, José María Castillo, Obispos, Opinión, TEÓLOGO CASTILLO
sábado, 12 de noviembre de 2016
SABES QUE UN 12 DE NOVIEMBRE..., CURIOSIDADES
Sabes que un 12 de Noviembre:
1555: en Inglaterra, el Parlamento restablece el catolicismo.

1872: en el mar Báltico, una marea ciclónica afecta las costas desde Dinamarca a Pomerania. El registro máximo de altura de las aguas llegó a 3,3 m. Murieron al menos 271 personas y 15 160 quedaron sin hogar.
1900: en París finaliza la Exposición Universal, que registró más de 48 millones de visitas.
1905: en Noruega se realiza un referéndum para elegir entre monarquía o república.
1912: en la Puerta del Sol (Madrid) es asesinado el presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas.
1933: en el lago Ness (Escocia), por primera vez una persona afirma haber tomado fotos del «monstruo del lago Ness».
1936: en Estados Unidos se inaugura el puente de la Bahía de San Francisco, el puente más largo del mundo en ese momento.
1941: Segunda Guerra Mundial: las temperaturas en los alrededores de Moscú bajan hasta los –12 °C y la Unión Soviética lanza por primera vez las «unidades alpinas» contra las congeladas fuerzas alemanas que se encuentran cerca de la ciudad.
1980: la nave espacial estadounidense Voyager I hace su primera aproximación a Saturno y recoge las primeras imágenes de sus anillos.
1990: en Estados Unidos, Tim Berners-Lee publica la idea de la red de Ínternet.
1996: la Asamblea General de la ONU vota mayoritariamente en contra del embargo estadounidense contra Cuba.
2001: en Nueva York se reúnen por última vez los tres ex-Beatles sobrevivientes, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison, a petición expresa de este último, quien fallecería 17 días después, el 29 de noviembre.
Sabes que un 12 de Noviembre nació:
1651: Juana Inés de la Cruz, poetisa mexicana.
Sabes que un 12 de Noviembre falleció:
1989: Dolores Ibárruri (La Pasionaria), política comunista española
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 03:46 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
jueves, 10 de noviembre de 2016
EL REINO DE DIOS, HUMANO E INMATERIAL

“Nos has ofrecido el tesoro de tu Reino, escondido en el campo de este mundo, para que al descubrirlo se sacie nuestro corazón”
(Plegarias de la comunidad, Casiano Floristán)

La liturgia de hoy nos ofrece uno de los evangelios[i] más controvertidos, para quienes se empeñan en encuadrar a Dios o darle una estructura concreta a través de rituales, prácticas determinadas o establecerlo en un orden jerárquico –en el que Él no ha pedido estar-; un evangelio que versa sobre la llegada del Reino de Dios. Equivocadamente, son muchas las personas creyentes que asocian el Reino de Dios con la vida futura y el ámbito de la soteriología.

Reino de Dios no es el espacio desconocido y trascendente al que aspiramos llegar cuando muramos a la vida biológica que ahora disfrutamos, aquí en la tierra, no. Reino de Dios no es un lugar paradisiaco en el cual no hace ni frío ni calor, sino que se está estupendamente y en el cual nos encontraremos con nuestros antepasados, no. El Reino de Dios ha sido suficientemente explicado por Jesús de Nazaret con palabras y hechos, e igualmente ha sido continuamente desvirtuado –en cuanto a su realidad- por aquellos mismos que en Jesús de Nazaret decimos creer. Un Reino por el que suspiramos todos los creyentes cuando rezamos el padre nuestro: “venga a nosotros tu Reino”[ii].
Un Reino cuyo anhelo es el propio canto del adviento que anticipa la conmemoración de la venida del Señor: “maranatha” (¡ven Señor, Jesús!)[iii]. El capítulo 17 del evangelio de Lucas desgrana poco a poco las cualidades que debe tener la persona que sigue a Jesús; tales como fidelidad a Dios, grandeza de la fe, actitud de servicio, gratuidad y finalmente la llegada del Reino de Dios. Un Reino que suele llegar a nosotros de puntillas, y como bien expresaba C.Floristán “escondido en el campo de este mundo, para que al descubrirlo se sacie nuestro corazón”.
Un santo del siglo III dejó escrito que «Incluso [...] puede ser que el Reino de Dios signifique Cristo en persona, al cual llamamos con nuestras voces todos los días y de quien queremos apresurar su advenimiento por nuestra espera. Como es nuestra Resurrección porque resucitamos en él, puede ser también el Reino de Dios porque en él reinaremos»[iv]. Pero insisto en que el anhelo del Reino o de Reinar con Cristo, tras la revelación del mismo y sujetos al evangelio que nos ocupa, debe entenderse desde nuestra propia realidad actual, en la cual Jesús nos asiste por medio de su Espíritu santo –que debe iluminar nuestra conciencia-, para desde la vida en la que estamos, hacer y deshacer en y por Cristo y su mensaje.
La traducción de Lucas 17,21b difiere un poco según la Biblia que se consulte. La latinoamericana manifiesta que el Reino “ESTÁ DENTRO” de vosotros, y la de Jerusalén y paralelas traducen que el Reino “YA ESTÁ ENTRE” vosotros. Son conceptos inherentes, ya que tanto si el objetivo del Reino se considera al sujeto individual –Templo donde Dios habita-[v], como a la colectividad de creyentes que se reúnen en nombre de Jesús[vi]; Dios y su Reino pueden estar manifiestos si se dan las condiciones oportunas para que así sea.
Entendamos que Dios no se manifiesta solo porque se invoque la presencia, haya una imagen suya o se haga una plegaria. Dios es una realidad que trasciende incluso nuestro ser, pues es materia y espíritu, que se pueden manifestar de manera simultánea o diferenciada.

Tal es así, que se nos pueden estremecer la entrañas ante una injusticia o una alegría concreta que no alcanzamos –pero que conocemos-; e igualmente podemos actuar en nuestro ser y vivir inmediato siendo solícitos con los retos que la sociedad actual y las personas nos presentan en la vida. Voy acabando. Al respecto de esto último, creo muy necesario que la persona creyente y el cristiano de hoy, caminemos hacia un reduccionismo de los valores del Evangelio, que son amplios pero se difuminan por la cantidad de cosas que le añadimos por medio de rituales, protocolos y cosas de esas.
Un reduccionismo que nos haga centrarnos en lo que verdaderamente merece la pena y nos alejemos de actitudes que ensombrecen nuestra vida y el propio Reino de Dios. Dios, que es dador de vida, jamás nos va a preguntar cuantas misas hemos escuchado, las veces que hemos comulgado y nos hemos confesado, no. Quienes hagamos eso y lo vivamos con alegría, genial. Pero eso no es lo que a Dios le importa ni le interesa.
A Dios, que es VIDA y Padre bueno, lo que le interesa es la cantidad de amor, fraternidad y solidaridad que hemos aplicado hacia los demás y en diversas circunstancias, pues no solo la persona es objeto del amor de Dios y de los valores del Reino; sino que la Madre Tierra –dimensión maternal de Dios- igualmente suspira por nuestro respeto y nuestro cuido.
Por eso es inmaterial el Reino de Dios. Por eso es humano el Reino de Dios. Un Reino que nos concede la oportunidad de obrar en nombre de Dios y restablecer dignidades perdidas por medio de actos sencillos, que conforman la propia vida y son importantes[vii]. Un Reino de Dios que nos ofrece el corazón humano, como mejor tabernáculo para darle culto[viii], dejando de lado sermones repetitivos y trasnochados y chantajes eclesiásticos de bajo coste. Dios y su realidad son mucho más y nos llaman a mucho más. A darnos, a cambiar y a transformar los corazones por medio de la bondad y la justicia.
Fraternalmente, Floren Salvador (Notas al pie tras la plegaria)

Venga a nosotros, tu Reino (plegaria)
Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas;
¡venga a nosotros tu Reino!
De Ti mana la vida y el ánimo, Tú eres origen y meta del creyente,
aspiración súbita del que por ti es amparado;
¡venga a nosotros tu Reino!
Un reino consolidado por la humana presencia de Jesús de Nazaret,
tu Hijo y Hermano nuestro cuyas huellas decimos seguir;
¡venga a nosotros tu Reino!
Jesús nos dio la receta para servir y estar en tu Reino.
Una buena dosis de sencillez, capacidad para desprenderse,
amabilidad y abrazo fraterno en la acogida;
alegría, esperanza en la resurrección y respeto a la persona.
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde los trigales cuyas espigas mece el viento,
desde las marismas y bosques donde se configura la vida;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde las profundidades de la Amazonía,
cuya desforestación descontrolada
cercena el pulmón de la Madre Tierra;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la esclavitud de tus hijos e hijas oprimidos
por el trabajo duro e injusto;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el horror terrorista de los que utilizan tus nombres
para masacrar a familias y pueblos;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la humildad de los que te buscan en silencio
trabajando por la paz allende los mares;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el grito de aquellos cuyo amor es incomprendido,
desde la vocación maternal y paternal de “todas” las familias del mundo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde las sabias arrugas de la ancianidad,
tan necesitada de caricias y sensibilidad;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el pan o las naranjas compartidas en Tu Nombre,
cuyo sentido eucarístico nos llena de gozo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la cama de un hospital donde los días se contemplan
con incertidumbre a través de una ventana;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la infancia con necesidad de amor,
educación y oportunidades de futuro;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el horizonte y futuro incierto
divisado desde una patera en medio de oscuro y frio mar;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la vivencia gozosa y libre de la vida,
desde el abrazo fraterno en paz y bien,
desde la generosidad compartida;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde tu Reino, a cuya tarea me invitas a participar,
desde la necesidad de meter las manos en la masa del mundo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde un cristianismo sin condicionantes externos;
desde el “SÍ” histórico, fiel y definitivo de María:
¡venga a nosotros tu Reino, Señor! Amén.

Floren Salvador.


[i] http://servicioskoinonia.org/evangelio/evangelio.php?codigo=20161110
[ii] Mateo 6,10a
[iii] Catecismo de la Iglesia Católica ep. 2817
[iv] San Cipriano de Cartago, De dominica Oratione, 13
[v] Juan 2,19b
[vi] Mateo 18,20
[vii] Mateo 10,42
[viii] Juan 4,21 “conversación de Jesús y la samaritana”
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VENGA A NOSOTROS TU REINO - PLEGARIA DESDE LA VIDA
Venga a nosotros tu Reino
Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas;
¡venga a nosotros tu Reino!
De Ti mana la vida y el ánimo, Tú eres origen y meta del creyente,
aspiración súbita del que por ti es amparado;
¡venga a nosotros tu Reino!
Un reino consolidado por la humana presencia de Jesús de Nazaret,
tu Hijo y Hermano nuestro cuyas huellas decimos seguir;
¡venga a nosotros tu Reino!
Jesús nos dio la receta para servir
y estar en tu Reino.
Una buena dosis de sencillez, capacidad para desprenderse,
amabilidad y abrazo fraterno en la acogida;
alegría, esperanza en la resurrección y respeto a la persona.
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde los trigales cuyas espigas mece el viento,
desde las marismas y bosques donde se configura la vida;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde las profundidades de la Amazonía,
cuya desforestación descontrolada
cercena el pulmón de la Madre Tierra;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la esclavitud de tus hijos e hijas oprimidos
por el trabajo duro e injusto;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el horror terrorista de los que utilizan tus nombres
para masacrar a familias y pueblos;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la humildad de los que te buscan en silencio
trabajando por la paz allende los mares;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el grito de aquellos cuyo amor es incomprendido,
desde la vocación maternal y paternal de “todas” las familias del mundo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde las sabias arrugas de la ancianidad,
tan necesitada de caricias y sensibilidad;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el pan o las naranjas compartidas en Tu Nombre,
cuyo sentido eucarístico nos llena de gozo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la cama de un hospital donde los días se contemplan
con incertidumbre a través de una ventana;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la infancia con necesidad de amor,
educación y oportunidades de futuro;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde el horizonte y futuro incierto
divisado desde una patera en medio de oscuro y frio mar;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde la vivencia gozosa y libre de la vida,
desde el abrazo fraterno en paz y bien,
desde la generosidad compartida;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde tu Reino, a cuya tarea me invitas a participar,
desde la necesidad de meter las manos en la masa del mundo;
¡venga a nosotros tu Reino!
Desde un cristianismo sin condicionantes externos;
desde el “SÍ” histórico, fiel y definitivo de María:
¡venga a nosotros tu Reino, Señor! Amén.


Fraternalmente, Floren Salvador.
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viernes, 4 de noviembre de 2016
A DIOS, NO SE EL MUEREN SUS HIJOS - JOSÉ ANTONIO PAGOLA. REFLEXIÓN EN EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

Jesús ha sido siempre muy sobrio al hablar de la vida nueva después de la resurrección. Sin embargo, cuando un grupo de aristócratas saduceos trata de ridiculizar la fe en la resurrección de los muertos, Jesús reacciona elevando la cuestión a su verdadero nivel y haciendo dos afirmaciones básicas.

Antes que nada, Jesús rechaza la idea pueril de los saduceos que imaginan la vida de los resucitados como prolongación de esta vida que ahora conocemos. Es un error representarnos la vida resucitada por Dios a partir de nuestras experiencias actuales.

Hay una diferencia radical entre nuestra vida terrestre y esa vida plena, sustentada directamente por el amor de Dios después de la muerte. Esa Vida es absolutamente «nueva». Por eso, la podemos esperar pero nunca describir o explicar.

Las primeras generaciones cristianas mantuvieron esa actitud humilde y honesta ante el misterio de la «vida eterna». Pablo les dice a los creyentes de Corinto que se trata de algo que «el ojo nunca vio ni el oído oyó ni hombre alguno ha imaginado, algo que Dios ha preparado a los que lo aman».

Estas palabras nos sirven de advertencia sana y de orientación gozosa. Por una parte, el cielo es una «novedad» que está más allá de cualquier experiencia terrestre, pero, por otra, es una vida «preparada» por Dios para el cumplimiento pleno de nuestras aspiraciones más hondas. Lo propio de la fe no es satisfacer ingenuamente la curiosidad, sino alimentar el deseo, la expectación y la esperanza confiada en Dios.

Esto es, precisamente, lo que busca Jesús apelando con toda sencillez a un hecho aceptado por los saduceos: a Dios se le llama en la tradición bíblica «Dios de Abrahán, Isaac y Jacob». A pesar de que estos patriarcas han muerto, Dios sigue siendo su Dios, su protector, su amigo. La muerte no ha podido destruir el amor y la fidelidad de Dios hacia ellos.

Jesús saca su propia conclusión haciendo una afirmación decisiva para nuestra fe: «Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos». Dios es fuente inagotable de vida. La muerte no le va dejando a Dios sin sus hijos e hijas queridos. Cuando nosotros los lloramos porque los hemos perdido en esta tierra, Dios los contempla llenos de vida porque los ha acogido en su amor de Padre.

Según Jesús, la unión de Dios con sus hijos no puede ser destruida por la muerte. Su amor es más fuerte que nuestra extinción biológica. Por eso, con fe humilde nos atrevemos a invocarlo: «Dios mío, en Ti confío. No quede yo defraudado» (Salmo 25,1-2).


José Antonio Pagola
Email: buenasnoticias@ppc-editorial.com
https://www.facebook.com/354313549701/photos/a.10150580464369702.379762.354313549701/10154209132539702/?type=3&theater¬if_t=notify_me_page¬if_id=1478239451373077

¡NO OS ENREDÉIS!
Escrito por Florentino Ulibarri

Desempolváis chismes,
casualidades, coincidencias,
para aferraros a vuestras torpes creencias.

Os acercáis a mí
con jeroglíficos y dislates
para cazarme en vuestras malsanas redes.

Soñáis despropósitos
y os regodeáis en vuestras ocurrencias
que no tienen vida ni gracia.

Os creéis sabios,
y vais de desatino en desatino
queriendo que os siga la cuerda.

Os dedicáis a poner trabas
a quienes se liberan de dogmas y saltan murallas
si no van por las sendas señaladas....

¡No me gustan las personas
que preguntan, sabiendo la respuesta,
solo por el placer de tender trampas.

Ni quienes buscan ponerme a prueba
en vez de enamorarse y enamorarme,
que es lo que deseo y me emociona!

¡Si supierais cuánto me agradan
vuestras pinceladas libres y locas
abriendo ventanas en la dogmática...
qué distinta sería la historia,
vuestras creencias más íntimas
y la vida de cada día!

Fuentes: http://www.gruposdejesus.com/
http://sanvicentemartirdeabando.org/
http://eclesalia.wordpress.com/
http://feadulta.com/
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martes, 1 de noviembre de 2016
EL DESTELLO NOCTURNO
¿Creyó por un momento escuchar un grillo? No podía ser posible, al menos en mitad de este noviembre un poco cálido que se había presentado de improviso, argumentando el imparable cambio climático. Pero cuando volvió un poco en sí, se dio cuenta de que todo había sido un sueño del que acababa de despertar, en aquella cama que ahora se le antojaba demasiado grande. Llevaba ya siete meses tomando dos gramos de trankimazin para poder conciliar el sueño, y el caso es que la medicación le había alterado las constantes vitales de su vida, y no le había resuelto el problema por el cual las tomaba, el sueño. Ella era de sueño profundo. Amante del descanso tempranero y del madrugar, siempre juró entre amigos y conocidos que nunca se le habían pegado las sábanas. Al menos hasta el momento en el que su mundo se desmoronó. Contaba ya los sesenta y cuatro abriles y si algo le pidió siempre al destino, era el privilegio de no presenciar el último cumpleaños de su propia mitad, Alejandro. Pero la vida es tan cruel y tan maravillosa a la vez –admitió asintiendo con la cabeza-, que ahora se encontraba sentada en el borde de su cama a las cuatro y cuarto de la madrugada, como una goleta varada y sola, desarbolada en una playa. Él había sido su universo absoluto y completo. Su razón de ser, su vitalidad y el sentido de su existencia. Escritor de pro y profesor en la facultad de física, era un hombre fascinado por la astrología y el universo de los planetas, así como investigador. Alejandro decía tener dos amores reconocidos en el mundo, su compañera y la Luna. Y el caso es que fue por causa de este astro, el motivo por el que se conocieron en aquel claro del páramo junto a la que ahora era su casa. Ella tenía diecisiete años y había tenido una fuerte discusión en casa con su hermano mayor, por cuestiones familiares. Salió enrabietada de casa y se marchó sin un rumbo fijo, solo con el deseo de evadirse de los gritos de aquella casa que cada día le superaba más; y el páramo siempre fue su lugar predilecto pues estaba junto al pueblo. Los humedales y el graznar de las aves que lo habitaban, siempre despertaron en ella una filiación desconocida con aquello. Y fue precisamente allí, en un claroscuro, donde tropezó con un desconocido que admiraba la luna con un extraño artilugio llamado astrolabio. Conversaron, hablaron hasta el amanecer, él le explico aceleradamente los movimientos y características del blanco astro y allí surgió una unión y complicidad que con el tiempo se configuraría en aquello que algunos llamaban una sola cosa, su vida de pareja. No les bendijo la vida con hijos, pero ellos solos se bastaban para tener conocidos que hacían las veces como tales. Alejandro y ella eran personas comprometidas con el pueblo y la cultura, hasta el punto de editar el primer periódico local de la comarca. No se le podía pedir más a la vida, hasta que en aquella madurez Alejandro sufrió un ictus dando clase en la facultad, que le inmovilizó gran parte del cuerpo, por lo que su expresividad quedó anulada casi al cien por cien. Es tremendo como te cambia la vida en un plis plas, pensó ella en aquellas horas de la noche desvelada en su habitación. Lo que más le atormentaba es que desde que Alejandro sufrió el ictus, hasta que un infarto celebrar se lo llevó de este mundo; en aquellos cuatro meses no pudo despedirse de él ni comunicarse con él. Siempre pensó que él le escuchaba, pero los médicos le decían que su compañero de vida, ya no pertenecía a este mundo. Antes de aquel fatal desenlace, Alejandro le decía que tenía unos fuertes dolores de cabeza localizados en tal cual parte del cerebro, pero nunca pensaron en que pudieran derivar en un ictus y una muerte prematura a los cuatro meses. Desde que esparció las cenizas, llevaba enclaustrada en casa casi siete meses, exceptuando el día que salió para votar y un par de ellos por asuntos de bancos y el médico. Sencillamente no podía. No sabía. No entendía como podía vivir o seguir viviendo…, sin Alejandro. Sintió que le faltaba la respiración y abriendo la ventada de la habitación asomó la cabeza al frescor de la noche. Respiró hondo varias veces con los ojos cerrados, percibiendo el olor de las plantas aromáticas del patio y la humedad proveniente del cercano páramo.

Por un momento se fijó allí, en la lejanía. ¿Otra vez aquel destello? Se preguntó. Instintivamente miró la luna que estaba llena a más no poder y calló en la cuenta de que, si bien ella se había asomado a la ventana varias veces durante las noches en las que se desvelaba, siempre vio el destello de luz en el páramo cuando la luna estaba llena. Algo que no pudo explicar la estremeció, pero se convenció así misma de que había sido un cambio de temperatura lo que la había destemplado. Tras un pis volvió a la cama y se acurruco en su lado, sin ni siquiera invadir un milímetro del espacio que hubiera ocupado Alejandro de estar junto a ella. Nuevamente no podía dormirse. Su pensamiento estaba en aquel destello de luz en la noche. Se dijo que había cien explicaciones posibles para que aquel pequeño rallo de luz incidiera en su ventana y en su campo de visión de aquella manera tan concreta, casualidades de la vida. Pero ella no creía en la casualidad. No supo de dónde sacó el valor para salir de la cama, pero se puso unos calcetines disparejos sin darse cuenta, cogió una gran pashmina de la cómoda, el teléfono móvil para utilizarlo como linterna; y saliendo por la puerta de atrás del patio, se enfrento a la oscuridad para descubrir el lugar desde el que provenía el destello. No tuvo que caminar demasiado, ni siquiera adentrarse en la zona del humedal para darse cuenta del sitio escaso desde el que venía la luz; el claro del páramo en el que Alejando y ella se conocieron. Avanzó poco a poco, asimilando la posibilidad de llegarse a una sorpresa formidable; pero la realidad era aun más aplastante. Y esa realidad le recordaba que su compañero de vida ya no vivía para este mundo. Cuando llegó al lugar miró hacia su casa y comprobó que desde allí se veía perfectamente la ventana de su habitación. Alguien había colocado de manera certera un trozo de cristal, que a buen seguro era la base de una botella certeramente recortada y pulida. Cogió el cristal y lo elevo hacia la luna para verla a través de él y se quedó sin habla al ver tallado en el cristal la palabra “Alex”, el diminutivo por el que ella llamaba cariñosamente a su fallecido compañero. No supo qué hacer ni que decir, pero algo le decía que aun había cosas por descubrir. Si no, ¿a qué venía aquel destello de luz lunar preparado por alguien de una manera determinada? Podría indicar algo concreto. Busco por el claroscuro algo con lo que poder remover la tierra y solo encontró una dura vareta de un almendro cortado en dos por un rallo. Raspó el terreno hasta que logró desprender algunos terrones húmedos de tierra cuando a varios centímetros tierra adentro chocó con algo parecido a metal. Varios minutos después tenía entre sus manos una pequeña lata roja embarrada de chocolatines, los preferidos de Alejandro. Sus nervios estaban a flor de piel cuando quitó el precinto que rodeaba la caja y vio en el interior un pequeño sobre con un nombre escrito en él, Charo. Su propio nombre. Las lágrimas pugnaban por salir pero estaba ensimismada con el descubrimiento. Sin pensar ni siquiera en coger un gran catarro, se desparramó desecha en el suelo y superada por los acontecimientos abrió el sobre y leyó el papel que había manuscrito en el interior, era la letra inconfundible de Alejandro. “Querida Charo, si estás leyendo estas letras es posible que yo me haya marchado al océano remoto de astros que habitan el cielo. Las pruebas médicas que nos hicimos de carácter rutinario en la facultad me advirtieron del riesgo de problemas celébrales, y me horrorizaba el pensar que pudiera sufrir un ataque de tal magnitud que me hubiera dejado sin posibilidad de comunicarme contigo y despedirme. Charo, tienes que seguir. Si has llegado hasta aquí, es porque tu vida se ha transformado en infelicidad, has perdido el sueño y no tienes ganas de estar en este mundo. No quiero verte ni sentirte infeliz desde la dimensión en la que ahora me hallo. Hemos vivido la vida en plenitud y hemos disfrutado y viajado. ¿Recuerdas cuando visitamos la muralla china? Me dijiste que se te quedaba corta, pues estabas dispuesta a andar conmigo aun una distancia más larga y eterna. Pues eso te pido hoy Charo, que sigan caminando y que sigas viviendo. Lo mejor de mi vida has sido tú, cariño. Y creo poder sacar pecho al admitir que yo he sido lo mejorcito de la tuya…jajaja. No te rindas mujer. Alguien se tenía que marchar antes y si estás leyendo esta carta, doy gracias al destino porque he sido yo el que te ha pillado la delantera. Debes seguir floreciendo en el mundo al que todavía perteneces. No te cierres a nada Charo. Se tu misma, sintiéndome en cada suspiro de aire del páramo y en cada noche de luna llena en la cual nos amamos de manera apasionada. Hay gente que te necesita en cuestiones que los dos hemos sacado adelante. Y si yo no estoy, debes estar tú. Es mucho el amor que nos hemos tenido, Charo. Demasiado grande y demasiado poco para nosotros. Pero como solíamos decir, la vida es así de cruel y así de maravillosa. Sigue tu ritmo, no de abandones ni te alejes de tu destino y tu educación en la vida, y ten seguro de que en tu pensamiento, en nuestra casa y sobre todo en nuestros familiares y amigos, nunca nunca te olvidaré. Desde el mismo lugar en el que hace 47 años nos conocimos, te dejo un beso eterno mi querida Charo. Te quiere siempre, tu Alejandro. No supo cuanto tiempo lloró en el claroscuro aferrada a la carta bajo aquella luna que la alumbraba en la nocturnidad, pero regreso a casa siendo aun de noche. Se lavó la cara y se cambió de camisón. Volvió a meterse en la cama no sin antes abrir las cortinas para que entrara la luz de la luna llena que invadió la mitad de su cama, la parte de Alejandro. Sin pensarlo se deslizó bajo las sábanas y ocupo el lugar que fuera de su compañero abrazando la almohada. Sintió la luz de la luna sobre ella y de alguna manera se sintió reconfortada. Solo una lágrima se deslizó por sus mejillas, pero era de gratitud. Tras siete meses de angustia y sobresaltos, Charo consiguió quedarse profundamente dormida.

Con mis mejores deseo, para todas las personas que afrontan la perdida de un ser querido, esposo/a, Hijo/a, amigo/a...etc. Permita el destino, que siempre haya opción para la esperanza y para la vida. Un abrazo fraterno de Floren.
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 15:42 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
FIESTA DE TODOS LOS SANTOS, FIESTA DE VIDA
Hoy es el día de Todos los Santos, sí.
Para un florista es día de descanso o de comienzo de descanso, pues el cuerpo acusa el gran esfuerzo de la campaña floral, y poco a poco hay que recuperar el ritmo de la cotidianeidad. Para un creyente –como también es mi caso-, es un día por el que dar gracias a Dios por muchas cosas.

Hoy es día de alegría grande y gozosa, pues hoy es la fiesta del TESTIMONIO por antonomasia. Una lástima y un desastre litúrgico absoluto y sin parangón, es que muchas personas sigan deformando la realidad y maleducando a los fieles, relacionando esta fiesta de hoy con el día de mañana, día de los difuntos; diciendo –en el día de hoy- misas en los cementerios y esas lides.
Mañana es día de muerte y hoy es día de vida, pues todos aquellos que alcanzaron la santidad, lo hicieron porque testimoniaron y sembraron vida y amistad, mucho más allá de sus vidas. Sembraron hasta el punto de dejar un bagaje eterno, por medio del cual siempre les recordaremos. Son estos santos, no solo aquellos que están reconocidos por la iglesia, santos llamados canónicos. Sino que por el contrario, esta fiesta de hoy fundamentalmente celebra la santidad callada y silente de tantas y tantas personas que han pasado por el mundo dejando un reguero de entrega, amor, solidaridad, servicio, comprensión…etc; llevando a cabo los valores esenciales que adornan a aquellas personas que viven según el Reino de Dios o los valores Humanos.
Madres, abuelas, esposos, hijos e hijas, nietos, personal entregado a la solidaridad en otros lugares del mundo donde nadie vá; médicos sin fronteras y gentes de ONGs que han perdido la vida por dar vida o prolongar la vida de otros, gentes que han dado la vida por los derechos sociales y la libertad…etc. Personas que se afanan por el bienestar de los suyos aun sin tener donde caerse muertos, y sobre todo, todo posible testimonio o vida entregada que no busca reconocimiento.

Uno de los males que aquejan al mundo es el alto nivel de hipocresía en el que muchos nos movemos –yo no soy una excepción-. Hay que corregir ese defecto en el ser humano, para llegarnos a ser auténticos e imitar a toda esa santidad reconocida en las vidas de aquellos que por nosotros y otras causas, se entregaron y dieron su vida, creyeran o no creyeran en Dios –eso es lo de menos-.
Hay en el mundo demasiado bien por hacer, para que nos calentemos la cabeza por el nombre de en quien lo hacemos. Se hace y punto, sin que ello tenga que repercutir en nuestra promoción personal o beneficio propio. O se es bueno o nos e es, pero uno no puede obligarse a ser algo, si no responde a su ser natural. Acabo.
Por ello, hoy recuerdo a quienes pasaron por el mundo siendo buenos y fraternos. Sobre todo a todas aquellas personas que a lo largo y ancho del mundo dieron lo mejor de sí mismo, solo porque sí y punto. ¡¡Benditos sean estos santos anónimos y silentes!!
Permita Dios y nuestra conciencia, que atendamos a los testimonios que abundan entre nosotros de personas que viven la santidad como norma de vida y le imitemos por ello, haciendo la vida más llevadera, digna y justa a quienes están junto a nosotros.

PLEGARIA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LOS SANTOS
Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas:
¡¡Gracias por los santos silentes!!
Gracias por tantas manos bondadosas
y anchos corazones que tanto amaron,
hasta el punto de ponerse al nivel del amor
que Tu Hijo Jesús tuvo a la Humanidad.

Permite, Padre de amor, que tu santo Espíritu
ilumine nuestras conciencias
para discernir con clarividencia cual es el camino correcto
para alcanzar la santidad aquí en la tierra.
Una santidad que está absolutamente reñida
con “postureos” y protocolos, pues no es de este mundo.

Una santidad que facilite a la persona una vida digna y justa.
Una santidad que como san Francisco de Asís,
nos haga abrazar sin medida y ofrecer ampliamente la paz y el bien.
Una santidad de los que dicen amar y por ti son amados.

Ojalá nos lleguemos a esa santidad, Padre bueno y Santo.

Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo
y por intercesión de tantos Santos anónimos y silentes,
cuyas almas cubren el cielo de la misma bondad
que dejaron aquí en la tierra. Amén.


Fraternalmente, Floren.
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 05:33 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Dignidad Humana, Humanidad, Reino de Dios, Santidad, Solidaridad
domingo, 16 de octubre de 2016
¿SENTENCIA O DIGNIDAD? SOBRE LA INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO
No se trata de sentencia, sino de dignidad
El asunto es religioso y tiene un trasfondo político desde luego. El caso es que, sin ser yo omnisciente ni pretendiendo serlo, es curioso como cada día se puede aprender algo en el escrutinio y discernimiento de las escrituras. Y hoy concretamente me he detenido en una afirmación que los evangelios ponen en labios de Jesús: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mt 19,3-6. Lc 9,51s. Jn 8,6); afirmación relativa a la pregunta –de los contemporáneos de Jesús- de si puede el varón repudiar a la mujer.

El caso es que esta afirmación, “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”, desde tiempo inmemorial ha sido la sentencia sacerdotal, por medio de la cual el presbítero declara instituido el matrimonio entre un hombre y una mujer. La palabra sentencia es dura, lo sé. Pero la utilizo porque considero que la Iglesia desde tiempo inmemorial, la utiliza más bien como sentencia aclaratoria de que algo es tal que así, porque el sacerdote así lo declara para siempre; sin que otrora tengan que intervenir –ni siquiera los protagonistas de la unión-.
Prueba de ello es la circunstancia de que, habiéndose agotado en una pareja la esencia o vida sacramental del matrimonio, se le sigue considerando una unión lícita y cabal canónicamente hablando. Algo que no se puede sostener –ni queriendo- pues cuando falta el amor y la entrega, se agota el sentido sacramental de la unión, y esta desaparece por el propio desafecto.
El divorcio era legal en tiempos de Jesús, sí (Dt 24,1s). Una facción judaica lo consideraba lícito de una manera fundada y proporcional. Pero mayoritariamente, los judíos podían optar por el divorcio, por cuestiones tan arbitrarias como el hecho de que una mujer no supiera cocinar bien. Hoy en día los argumentos no son tan espurios, pero es una realidad instalada en nuestra sociedad, el hecho del fracaso del matrimonio católico en gran medida. Son muchas las indicaciones del papa Francisco al respecto de facilitar –jurídica y económicamente- la nulidad de los matrimonios fracasados, pero estas medidas son acogidas con mucho recelo por los obispos ultraconservadores y los sectores ortodoxos del catolicismo, que acuden a la nulidad canónica del matrimonio, sobre todo porque tienen miles de €uros y se lo pueden permitir.
A varios papas le debemos la barbaridad de pretender judicializar la vida de la comunidad creyente católica, por medio del Código de Derecho Canónico”, verdadera constitución de la Iglesia, cuando debiera ser el Evangelio de Jesús. “Las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento” (Canon 1056).
La suerte del pueblo fiel y sencillo es que siempre nos quedará Jesús y la propia esencia de lo que hizo y dijo, lo cual no se puede cambiar, por mucho que a lo largo de los siglos hayan intentando tergiversarlo. Jesús de Nazaret dejó notables muestras de entrega a los desfavorecidos de la sociedad. Y uno de los sectores con los que se entregó al máximo, fue con las mujeres. Los ejemplos fueron muchos, pero me centro en la afirmación que nos ocupa, y que recuerdo, es contestación de Jesús a la pregunta de si es lícito el divorcio: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
Por la dureza del corazón de los israelitas se dieron en nombre de Dios leyes injustas y sesgadas, que quizás hay que entender y contemporizar en función del momento en el que se promulgaron, teniendo en cuenta que ellas fueron fruto de la propia interpretación humana sobre la revelación divina; nunca dichas personalmente por Dios, pues Dios no habla personalmente con caracteres lingüísticos.
Pero desde la venida de Jesús de Nazaret, el Señor, se nos revela el rostro amoroso y humano de Dios Padre, que desde el Hijo –Jesús- se humaniza y se hace ni más ni menos que uno como nosotros. Jesús sintió debilidad por las mujeres, por sus vidas, sus oportunidades y sus derechos. Sintió el desprecio de la sociedad hacia ellas de una manera tan intima que al ser preguntado sobre la licitud del divorcio, no solo no contesto a la pregunta de los fariseos sino que les proporcionó una afirmación que se ha malinterpretado a lo largo de los tiempos: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
¿A qué tipo de unión se refiere Jesús? ¿Matrimonial? No, en absoluto. Jesús si algo se ha encargado de hacer desde su vida pública, es rescatar a las personas caídas en el camino de la vida y curar lo más difícil de curar, la dignidad quebrantada. En el judaísmo de la época la mujer era un objeto que –a mi juicio- servía para tres cosas fundamentales: trabajo, placer del hombre y legitimidad de la estirpe, y punto. Ni dignidad, ni persona, ni decisión, ni autoridad, ni nada de nada.
Pero Jesús las rescata del ostracismo y la indefensión. “Jesús toma posición a favor de las víctimas, poniendo fin al privilegio de los varones para repudiar a las esposas a su antojo y exigiendo para las mujeres una vida más segura, digna y estable” (Fco.J.Sáenz de Maturana). Por eso mismo, lo que Dios ha unido es la equiparación de derechos y dignidades, llegando a considerar a la persona como sujeto idéntico sin que el género tenga que ser diferenciador. Es por ello, que la frase objeto del escrito: “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”; en absoluto debe ser considerada apta para considerar indisoluble el matrimonio, pues el amor, la entrega y el afecto, son los mejores indicadores para optar por el cese de la vida matrimonial y sacramental.
Hay divorcios que son una bendición de Dios, pues conllevan la liberación total de la persona. Por ello, ojalá muchas personas tengan amplitud de miras para hacer la vida más llevadera y más tolerante. La palabra distorsionada de Jesús de Nazaret no puede ser justificación para condenar a personas a una unión eterna insoportable, y tampoco hace falta la bendición de una persona concreta para vivir una vida de pareja plena y sacramental, si se ama y comparte en el nombre de Jesús.

Fraternalmente, Floren.
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 12:35 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas: Código de Derecho Canónico, Derechos y Libertades, Iglesia, Matrimonio, Papa Francisco
martes, 4 de octubre de 2016
CANCIÓN POR LA PAZ EN COLOMBIA - Soy Capaz




Ojalá sea posible que se reconduzca el proceso de paz. El dolor nunca desaparecerá, pero desde la esperanza de la paz duradera puede ser más llevadero.

¡¡ánimo Colombia, eres un gran pueblo!!
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 02:27 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
domingo, 2 de octubre de 2016
PSOE, EL DÍA DESPUÉS
PSOE, el día después
El día después es hoy mismo. El PSOE ha afrontado una de las mayores crisis orgánicas de su historia. ¿Está roto el partido? ¿Está abierto en canal? ¿Sus dirigentes bogan hacia la autodestrucción? No tengo claro estos titulares de prensa y críticos, pues yo como militante socialista sé donde estoy y se a lo que me debo. Al menos de momento, o al menos hasta donde mi conocimiento y coherencia me lo permitan.

Anoche dimitió el compañero Pedro Sánchez de su responsabilidad como Secretario general del partido. Bien por él, pues creo que no se merece tener cerca a semejantes personas, encima llamándose compañeros. Quien escribe es de los que hubiera dado a Rajoy la abstención en segunda votación para que gobernara. Y aun manteniendo mi postura, considero que las formas –utilizadas por ciertas personas- para hacer claudicar a Pedro Sánchez, han sido deplorables y faltas de lealtad por parte de lo que dictamino en su día la propia Comisión Ejecutiva Federal, dar a Rajoy un NO absoluto y rotundo. Hoy que es el día después, admito que tengo que templar mi ánimo aunque manifieste con rotundidad mis sentimientos. Los que han provocado la caída de Pedro Sánchez, han pasado por encima de todos los militantes como una apisonadora y nos han faltado al respeto. ¿Nos pedirán estos mañana, que como militantes nos dejemos la piel, para la promoción política de cada uno de ellos? Es duro la vida del soldado de a pié como bien nos llamó hace días una compañera a los propios militantes. Pero como tales, somos soldados y somos personas que conformamos la propia esencia del socialismo, pues somos los que nos podemos tirar al barro de la ciudadanía y llevar el ideal socialista allí donde sea preciso. Hay que diferenciar lo sucedido en Ferraz –lucha de poderes-, con la ideología socialista que mantiene, perdura y vive en las personas que la sentimos como nuestra, y que aplicamos a la vida principios sencillos pero vitales para la convivencia digna, tales como el respeto, la solidaridad y la puesta en valor de la persona individual, sea la que sea y tenga la ideología que sea. Y de esto último, hubo bastante poco ayer en Ferraz –sede del PSOE en Madrid-. Seguiré siendo socialista por el mismo motivo por el que no puedo dejar de ser cristiano, porque lo llevo a fuego en la piel. Jesús de Nazaret se partió la cara por los necesitados de cada tiempo, sanando las heridas y restituyendo la dignidad personal a quien la había perdido. El socialismo –y la socialdemocracia- son precisos y necesarios mientras haya desigualdades en nuestro primer o tercer mundo. Mientras haya ancianos a los que nadie cuida, mientras haya personas que no pueden pagarse la sanidad privada, o buscan comida entre la basura, donde hay hombres que pegan a la mujer, donde hay fanatismo político o religioso, donde hay violencia y falta de respeto hacia el niño, el adulto o el anciano. Mientras de todo esto haya en nuestra sociedad, y mientras una sola persona esté dispuesta a eliminar desigualdades, seguirá estando vivo el socialismo y la socialdemocracia. Y España y su historia siempre reconocerán que el PSOE es el partido que más ha contribuido –y seguirá contribuyendo- en la sociedad del bienestar y la apuesta por lo público y lo social. Un saludo cordial.

Fraternalmente, Floren.
Publicado por Floren Salvador Díaz Fernández en 01:29 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
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SOY...
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FLORENCIO SALVADOR DÍAZ FERNÁNDEZ, hijo de José Mª y Epifanía. Nací en Estepa el 12 de Noviembre de 1977. Educado en la fe cristiana por mis padres y siempre comprometido en la Iglesia, tras haber madurado profundamente mi fe y convicciones cristianas, me considero un laico contemplativo. Trabajé incansablemente junto a mi párroco Manuel Santos Ortega (D.E.P.), al servicio de la Parroquia de San Sebastián de Estepa como agente de pastoral, secretario, archivero y catequista durante más de dieciséis años. Una vez concluida mi labor en la parroquia en 2007, me dediqué al estudio intensivo de teología diplomándome en Iniciación a la teología en la Escuela Diocesana de Teología de Écija. En esta escuela tuve la oportunidad de exponer en público –y a modo de tesis académica- un estudio propio sobre el acontecimiento de la encarnación de la virgen María al cual titulé “Kejaritomene”. Posteriormente en la misma escuela, fui colaborador impartiendo las asignaturas de Mariología y Oración durante dos cursos. Expuse varias conferencias sobre el “Camino cuaresmal” en el tiempo previo a la Semana Santa. En 2011 y 2012 obtuve en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Sevilla, sendos Diplomas por asistencia a Seminarios de “Doctrina Social de la Iglesia” y “Evangelización y Secularización” respectivamente. Asisto a los Congresos Nacionales de Teología organizados por la Asociación de Teólog@s Juan XXIII en Madrid. Soy colaborador de la web “Atrio” y de la revista cristiana Tiempo de hablar “MOCEOP”. En 2012, obtuve una titulación superior en Teología por el Instituto Internacional de Teología a distancia (U.Pont.Comillas). Todo esto lo compagino con una clara vocación en política progresista y opinión crítica, la cual se ha ido forjando a lo largo de mi vida, con una intención clara de defender los derechos de los desfavorecidos, la normalización de la identidad de género y la defensa respetuosa de la persona. Mi frase preferida y lema de mi vida es: "AMOR Y VERDAD SON LAS DOS COSAS DE DIOS; LA VERDAD ES EL FIN, EL AMOR EL CAMINO" (Mahatma Gandhi)
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