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Capítulo 2
“Serán testigos de mí”
Jesús prepara a los apóstoles para encabezar la predicación
Basado en Hechos 1:1-26
1-3. ¿Cómo fueron los últimos momentos de Jesús con sus apóstoles, y qué preguntas podemos plantearnos?
SI FUERA por
ellos, la experiencia que están viviendo no terminaría jamás. En efecto,
las últimas semanas han estado llenas de emoción. Al resucitar Jesús,
pasaron de la más terrible desolación al júbilo más desbordante. Y en
los últimos cuarenta días se les ha aparecido en varias ocasiones a fin
de animarlos e instruirlos. Pero esta vez será la última.
ellos, la experiencia que están viviendo no terminaría jamás. En efecto,
las últimas semanas han estado llenas de emoción. Al resucitar Jesús,
pasaron de la más terrible desolación al júbilo más desbordante. Y en
los últimos cuarenta días se les ha aparecido en varias ocasiones a fin
de animarlos e instruirlos. Pero esta vez será la última.
2 Reunidos
en el monte de los Olivos, los apóstoles están pendientes de cada
sílaba que pronuncia Cristo. Cuando termina de hablar —¡qué rápido ha
pasado todo!—, contemplan cómo alza sus manos, los bendice y comienza a
elevarse. Absortos, lo ven ascender por el aire hasta que lo oculta una
nube. Y aun después de que desaparece, siguen con la mirada clavada en
las alturas (Luc. 24:50; Hech. 1:9, 10).
en el monte de los Olivos, los apóstoles están pendientes de cada
sílaba que pronuncia Cristo. Cuando termina de hablar —¡qué rápido ha
pasado todo!—, contemplan cómo alza sus manos, los bendice y comienza a
elevarse. Absortos, lo ven ascender por el aire hasta que lo oculta una
nube. Y aun después de que desaparece, siguen con la mirada clavada en
las alturas (Luc. 24:50; Hech. 1:9, 10).
3 Esta escena marca un hito en su vida. ¿Qué van a hacer ahora que el
Maestro se les ha ido al cielo? Les toca continuar la importante obra
que él inició. Pero están listos para hacerlo. ¿Qué preparación
recibieron? ¿Cómo reaccionaron? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?
Al repasar el capítulo 1 de Hechos, encontramos respuestas sumamente alentadoras.
Maestro se les ha ido al cielo? Les toca continuar la importante obra
que él inició. Pero están listos para hacerlo. ¿Qué preparación
recibieron? ¿Cómo reaccionaron? ¿Qué tiene que ver eso con nosotros?
Al repasar el capítulo 1 de Hechos, encontramos respuestas sumamente alentadoras.
“Muchas pruebas positivas” (Hechos 1:1-5)
4. ¿Cómo comienza Lucas el libro de Hechos?
4 Lucas comienza su crónica dirigiendo la palabra a Teófilo, a quien ya había dedicado su Evangelio.*
Deja claro que se trata de una continuación, pues repasa los sucesos
consignados en la parte final de aquel primer libro, aunque usando
palabras diferentes y aportando nuevos detalles.
Deja claro que se trata de una continuación, pues repasa los sucesos
consignados en la parte final de aquel primer libro, aunque usando
palabras diferentes y aportando nuevos detalles.
5, 6. a) ¿Qué fortaleció la fe de
los discípulos de Jesús? b) ¿Por qué decimos que nuestra fe también se
basa en “muchas pruebas positivas”?
los discípulos de Jesús? b) ¿Por qué decimos que nuestra fe también se
basa en “muchas pruebas positivas”?
5 A continuación, Lucas indica cómo fortaleció Jesús la fe de sus seguidores. Según Hechos 1:3,
“se les mostró vivo por muchas pruebas positivas”. Lucas, “el médico
amado”, es el único escritor bíblico que emplea la palabra griega
traducida “pruebas positivas” (Col. 4:14).
Se trata de un término técnico, propio de los textos de medicina, y se
refiere a pruebas decisivas, concluyentes, que ofrecen total
credibilidad. ¡Así de convincentes son las pruebas que aportó Cristo!
Fueron muchas sus apariciones: a veces ante uno o dos discípulos, a
veces ante todos los apóstoles, y en una ocasión ante más de quinientos
creyentes (1 Cor. 15:3-6). Sin duda, pruebas claras y fidedignas.
“se les mostró vivo por muchas pruebas positivas”. Lucas, “el médico
amado”, es el único escritor bíblico que emplea la palabra griega
traducida “pruebas positivas” (Col. 4:14).
Se trata de un término técnico, propio de los textos de medicina, y se
refiere a pruebas decisivas, concluyentes, que ofrecen total
credibilidad. ¡Así de convincentes son las pruebas que aportó Cristo!
Fueron muchas sus apariciones: a veces ante uno o dos discípulos, a
veces ante todos los apóstoles, y en una ocasión ante más de quinientos
creyentes (1 Cor. 15:3-6). Sin duda, pruebas claras y fidedignas.
6 Hoy,
nuestra fe también se basa en “muchas pruebas positivas”. Contamos con
pruebas contundentes de que Jesús vivió en la Tierra, murió por nuestros
pecados y fue resucitado. Los relatos de testigos oculares que
incorpora la Palabra inspirada de Dios son tan confiables que
no necesitamos más. Por eso, al estudiarlos a la luz de la oración se
fortalece grandemente nuestra fe. No olvidemos que la fe verdadera no es
simple credulidad, sino una convicción que se funda en pruebas sólidas.
Y esa fe es imprescindible para obtener la vida eterna (Juan 3:16).
nuestra fe también se basa en “muchas pruebas positivas”. Contamos con
pruebas contundentes de que Jesús vivió en la Tierra, murió por nuestros
pecados y fue resucitado. Los relatos de testigos oculares que
incorpora la Palabra inspirada de Dios son tan confiables que
no necesitamos más. Por eso, al estudiarlos a la luz de la oración se
fortalece grandemente nuestra fe. No olvidemos que la fe verdadera no es
simple credulidad, sino una convicción que se funda en pruebas sólidas.
Y esa fe es imprescindible para obtener la vida eterna (Juan 3:16).
7. Al realizar la obra de predicar y enseñar, ¿qué ejemplo dio Jesús a sus discípulos?
7 Hechos
añade que Jesús explicó a sus discípulos “cosas acerca del reino de
Dios”. Por ejemplo, les aclaró profecías que habían anunciado su propia
muerte en medio de grandes sufrimientos (Luc. 24:13-32, 46, 47).
Y como él era el heredero al trono, al dar detalles sobre su papel
mesiánico estaba centrando la atención en el Reino de Dios. En realidad,
este gobierno fue siempre el tema principal de su predicación, y lo mismo debe ser en nuestro caso (Mat. 24:14; Luc. 4:43).
añade que Jesús explicó a sus discípulos “cosas acerca del reino de
Dios”. Por ejemplo, les aclaró profecías que habían anunciado su propia
muerte en medio de grandes sufrimientos (Luc. 24:13-32, 46, 47).
Y como él era el heredero al trono, al dar detalles sobre su papel
mesiánico estaba centrando la atención en el Reino de Dios. En realidad,
este gobierno fue siempre el tema principal de su predicación, y lo mismo debe ser en nuestro caso (Mat. 24:14; Luc. 4:43).
“Hasta la parte más distante de la tierra” (Hechos 1:6-12)
8, 9. a) ¿Qué dos creencias
erróneas tenían los apóstoles? b) ¿Qué dijo Jesús para corregir a sus
apóstoles, y cómo nos ayuda su respuesta?
erróneas tenían los apóstoles? b) ¿Qué dijo Jesús para corregir a sus
apóstoles, y cómo nos ayuda su respuesta?
8 Durante
la conversación en el monte de los Olivos se hizo patente la curiosidad
de los apóstoles. En la que sería su última reunión con Jesús en la
Tierra, le preguntaron: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en
este tiempo?” (Hech. 1:6).
Al plantearle esta cuestión, demostraron que tenían dos ideas
equivocadas. Primero, creían que el Reino de Dios volvería a ejercerse
mediante la nación de Israel. Y segundo, esperaban que ese gobierno
prometido comenzara enseguida, pues emplearon la expresión “en este
tiempo”. ¿Cómo los ayudó Jesús?
la conversación en el monte de los Olivos se hizo patente la curiosidad
de los apóstoles. En la que sería su última reunión con Jesús en la
Tierra, le preguntaron: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en
este tiempo?” (Hech. 1:6).
Al plantearle esta cuestión, demostraron que tenían dos ideas
equivocadas. Primero, creían que el Reino de Dios volvería a ejercerse
mediante la nación de Israel. Y segundo, esperaban que ese gobierno
prometido comenzara enseguida, pues emplearon la expresión “en este
tiempo”. ¿Cómo los ayudó Jesús?
9 No les
habló del primer error, seguramente porque sabía que iban a
rectificarlo en muy corto plazo. De hecho, diez días más tarde
presenciarían el nacimiento de una nueva nación: el Israel espiritual.
La relación de Dios con el antiguo pueblo del pacto se acercaba a su
fin. Pero Jesús sí trató el segundo punto. Con bondad, les recordó:
“No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o
sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción” (Hech. 1:7).
El único Señor del Tiempo es Jehová. Poco antes de su muerte, Jesús
admitió que “solo el Padre” sabía el “día y hora” en que vendría el fin;
en aquel entonces, esa información no la poseía nadie más, ni siquiera
él, el propio Hijo de Dios (Mat. 24:36).
Hasta el día de hoy, los cristianos hacemos bien en no inquietarnos por
la fecha del fin. De otro modo, nos estaríamos preocupando por algo que
no nos “pertenece”, algo que no nos compete.
habló del primer error, seguramente porque sabía que iban a
rectificarlo en muy corto plazo. De hecho, diez días más tarde
presenciarían el nacimiento de una nueva nación: el Israel espiritual.
La relación de Dios con el antiguo pueblo del pacto se acercaba a su
fin. Pero Jesús sí trató el segundo punto. Con bondad, les recordó:
“No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o
sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción” (Hech. 1:7).
El único Señor del Tiempo es Jehová. Poco antes de su muerte, Jesús
admitió que “solo el Padre” sabía el “día y hora” en que vendría el fin;
en aquel entonces, esa información no la poseía nadie más, ni siquiera
él, el propio Hijo de Dios (Mat. 24:36).
Hasta el día de hoy, los cristianos hacemos bien en no inquietarnos por
la fecha del fin. De otro modo, nos estaríamos preocupando por algo que
no nos “pertenece”, algo que no nos compete.
10. ¿Qué actitud de los apóstoles debemos imitar, y por qué?
10 Pero
¡cuidado! No nos apresuremos a juzgar a los apóstoles. Eran hombres de
gran fe que aceptaron con humildad la corrección de Jesús. Además,
aunque sus razonamientos estaban mal fundados, revelaban una excelente
disposición. El propio Cristo les había dirigido varias veces esta
exhortación: “Manténganse alerta” (Mat. 24:42; 25:13; 26:41).
Espiritualmente hablando, estaban muy despiertos, ansiosos de ver
señales de que Jehová intervendría pronto. Esa actitud vigilante es la
que debemos adoptar. De hecho, es más urgente que nunca que la
cultivemos, ya que vivimos en el trascendental período de “los últimos
días” (2 Tim. 3:1-5).
¡cuidado! No nos apresuremos a juzgar a los apóstoles. Eran hombres de
gran fe que aceptaron con humildad la corrección de Jesús. Además,
aunque sus razonamientos estaban mal fundados, revelaban una excelente
disposición. El propio Cristo les había dirigido varias veces esta
exhortación: “Manténganse alerta” (Mat. 24:42; 25:13; 26:41).
Espiritualmente hablando, estaban muy despiertos, ansiosos de ver
señales de que Jehová intervendría pronto. Esa actitud vigilante es la
que debemos adoptar. De hecho, es más urgente que nunca que la
cultivemos, ya que vivimos en el trascendental período de “los últimos
días” (2 Tim. 3:1-5).
11, 12. a) ¿Qué comisión dio Jesús a
sus discípulos? b) ¿Por qué fue sabio que Jesús hablara del espíritu
santo antes de mencionar la comisión de predicar?
sus discípulos? b) ¿Por qué fue sabio que Jesús hablara del espíritu
santo antes de mencionar la comisión de predicar?
11 Las
palabras que Jesús dirigió luego a sus apóstoles les recordaron cuál
debería ser su principal interés: “Recibirán poder cuando el espíritu
santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén
como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8).
Como vemos, tendrían que proclamar la resurrección de Cristo en
círculos cada vez más amplios: primero, en la ciudad donde había sido
ejecutado, Jerusalén; luego, por toda Judea; más tarde, en Samaria, y
así hasta llegar a regiones muy apartadas.
palabras que Jesús dirigió luego a sus apóstoles les recordaron cuál
debería ser su principal interés: “Recibirán poder cuando el espíritu
santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén
como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8).
Como vemos, tendrían que proclamar la resurrección de Cristo en
círculos cada vez más amplios: primero, en la ciudad donde había sido
ejecutado, Jerusalén; luego, por toda Judea; más tarde, en Samaria, y
así hasta llegar a regiones muy apartadas.
12 Sabiamente,
antes de dar esa comisión, Jesús reiteró su promesa de enviarles una
ayuda: el espíritu santo. Esta es una de las más de cuarenta veces que
aparece la expresión “espíritu santo” en Hechos. Y si por algo se
destaca este libro es por recalcar en multitud de ocasiones lo
imprescindible que es apoyarse en dicha fuerza para hacer la voluntad de
Jehová. ¡Cuánto necesitamos pedir día tras día ese espíritu! (Luc. 11:13.) Nos hace más falta que nunca.
antes de dar esa comisión, Jesús reiteró su promesa de enviarles una
ayuda: el espíritu santo. Esta es una de las más de cuarenta veces que
aparece la expresión “espíritu santo” en Hechos. Y si por algo se
destaca este libro es por recalcar en multitud de ocasiones lo
imprescindible que es apoyarse en dicha fuerza para hacer la voluntad de
Jehová. ¡Cuánto necesitamos pedir día tras día ese espíritu! (Luc. 11:13.) Nos hace más falta que nunca.
13. ¿Hasta dónde debemos llegar con la predicación, y por qué debemos realizarla con entusiasmo?
13 Para
los siervos de Dios de la actualidad, la expresión “hasta la parte más
distante de la tierra” abarca un territorio mucho mayor que para los del
siglo I. Aun así, como vimos en el
capítulo anterior, hemos aceptado gustosamente el reto de llevar las
buenas nuevas del Reino a gente de toda nación, conscientes de que es la
voluntad de Dios (1 Tim. 2:3, 4).
¿Participa usted con entusiasmo en esta obra salvadora? No hay nada que
proporcione más satisfacción y contribuya más a la realización
personal. Además, Jehová nos da las fuerzas para efectuarla. Y el libro
de Hechos contiene muchas indicaciones sobre los métodos y actitudes que
nos ayudarán a hacerlo de la forma más eficiente.
los siervos de Dios de la actualidad, la expresión “hasta la parte más
distante de la tierra” abarca un territorio mucho mayor que para los del
siglo I. Aun así, como vimos en el
capítulo anterior, hemos aceptado gustosamente el reto de llevar las
buenas nuevas del Reino a gente de toda nación, conscientes de que es la
voluntad de Dios (1 Tim. 2:3, 4).
¿Participa usted con entusiasmo en esta obra salvadora? No hay nada que
proporcione más satisfacción y contribuya más a la realización
personal. Además, Jehová nos da las fuerzas para efectuarla. Y el libro
de Hechos contiene muchas indicaciones sobre los métodos y actitudes que
nos ayudarán a hacerlo de la forma más eficiente.
14, 15. a) ¿Qué dijeron los ángeles acerca del regreso de Cristo, y qué querían indicar? (Véase también la nota.) b) ¿En qué sentido ha tenido lugar el regreso de Cristo “de la misma manera” que su partida?
14 Al
inicio del capítulo mencionamos que, después de ver a Jesús elevarse
por los aires y desaparecer de su vista, los once apóstoles siguieron
parados donde estaban, mirando a lo alto. Pero llegaron dos ángeles y
los reprendieron con bondad: “Varones de Galilea, ¿por qué están de pie
mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al
cielo, vendrá así de la misma manera como lo han contemplado irse al
cielo” (Hech. 1:11). ¿Querían decir que Jesús regresaría con el mismo cuerpo, tal como enseñan algunas religiones? No. ¿Cómo lo sabemos?
inicio del capítulo mencionamos que, después de ver a Jesús elevarse
por los aires y desaparecer de su vista, los once apóstoles siguieron
parados donde estaban, mirando a lo alto. Pero llegaron dos ángeles y
los reprendieron con bondad: “Varones de Galilea, ¿por qué están de pie
mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al
cielo, vendrá así de la misma manera como lo han contemplado irse al
cielo” (Hech. 1:11). ¿Querían decir que Jesús regresaría con el mismo cuerpo, tal como enseñan algunas religiones? No. ¿Cómo lo sabemos?
15 No dijeron que volvería con la misma forma, sino “de la misma manera”.*
Ahora bien, ¿cuál fue la manera en que se marchó? Cuando los ángeles
pronunciaron aquellas palabras, él ya no estaba visible. Solo unos
cuantos hombres, los apóstoles, comprendían que Jesús había dejado la
Tierra y se dirigía al Padre, a la región celestial. Su regreso tendría
que producirse de una manera semejante, y de hecho, así ha sido. Solo
quienes gozan de discernimiento espiritual comprenden que Cristo está
presente como Rey (Luc. 17:20). Por eso, hay que reconocer las pruebas de su presencia y explicárselas al prójimo para que también entienda la urgencia de los tiempos.
Ahora bien, ¿cuál fue la manera en que se marchó? Cuando los ángeles
pronunciaron aquellas palabras, él ya no estaba visible. Solo unos
cuantos hombres, los apóstoles, comprendían que Jesús había dejado la
Tierra y se dirigía al Padre, a la región celestial. Su regreso tendría
que producirse de una manera semejante, y de hecho, así ha sido. Solo
quienes gozan de discernimiento espiritual comprenden que Cristo está
presente como Rey (Luc. 17:20). Por eso, hay que reconocer las pruebas de su presencia y explicárselas al prójimo para que también entienda la urgencia de los tiempos.
“Designa cuál [...] has escogido” (Hechos 1:13-26)
16-18. a) ¿Qué nos enseña Hechos 1:13, 14
acerca de las reuniones cristianas? b) ¿Qué aprendemos del ejemplo de
la madre de Jesús? c) ¿Por qué son tan importantes nuestras reuniones?
acerca de las reuniones cristianas? b) ¿Qué aprendemos del ejemplo de
la madre de Jesús? c) ¿Por qué son tan importantes nuestras reuniones?
16 Como era de esperar, los apóstoles “regresaron a Jerusalén con gran gozo” (Luc. 24:52). Habían recibido claras instrucciones del Maestro. Pero ¿las cumplirían? En Hechos 1:13, 14
los encontramos reunidos en un “aposento de arriba”, es decir, en un
cuarto que, como era común en las viviendas de Palestina, estaba situado
en la planta alta, a la que se accedía por una escalera exterior. Tal
vez estuviera en la casa de la madre de Marcos, mencionada en Hechos 12:12. En todo caso, seguramente era sencillo y funcional. Ahora bien, ¿quiénes acudieron allí y qué actividades realizaron?
los encontramos reunidos en un “aposento de arriba”, es decir, en un
cuarto que, como era común en las viviendas de Palestina, estaba situado
en la planta alta, a la que se accedía por una escalera exterior. Tal
vez estuviera en la casa de la madre de Marcos, mencionada en Hechos 12:12. En todo caso, seguramente era sencillo y funcional. Ahora bien, ¿quiénes acudieron allí y qué actividades realizaron?
17 La
reunión no estuvo limitada a los apóstoles ni tampoco a los discípulos
varones. Había “algunas mujeres”, entre ellas la madre de Jesús. Esta es
la última vez que se menciona a María por nombre en la Biblia. Y es
apropiado recordarla en ese marco, congregada humildemente para servir a
Dios junto con los demás creyentes, sin ánimos de exaltarse sobre
ellos. ¡Y cuánto debe haberla consolado la presencia de sus otros cuatro
hijos! Mientras Jesús estuvo en la Tierra, sus medio hermanos
no aceptaron la verdad, pero a raíz de su muerte y resurrección
cambiaron de forma radical (Mat. 13:55; Juan 7:5; 1 Cor. 15:7).
reunión no estuvo limitada a los apóstoles ni tampoco a los discípulos
varones. Había “algunas mujeres”, entre ellas la madre de Jesús. Esta es
la última vez que se menciona a María por nombre en la Biblia. Y es
apropiado recordarla en ese marco, congregada humildemente para servir a
Dios junto con los demás creyentes, sin ánimos de exaltarse sobre
ellos. ¡Y cuánto debe haberla consolado la presencia de sus otros cuatro
hijos! Mientras Jesús estuvo en la Tierra, sus medio hermanos
no aceptaron la verdad, pero a raíz de su muerte y resurrección
cambiaron de forma radical (Mat. 13:55; Juan 7:5; 1 Cor. 15:7).
18 Observemos también para qué se juntaron: “Todos estos persistían de común acuerdo en [la] oración” (Hech. 1:14).
Las reuniones siempre han sido parte integral de la adoración
cristiana. En ellas nos animamos unos a otros, recibimos instrucción y
consejos, y sobre todo, damos culto a nuestro Padre Jehová ofreciéndole
oraciones y alabanzas que son gratas a sus ojos y al mismo tiempo
contribuyen a nuestra edificación. ¡Nunca descuidemos estas ocasiones
tan sagradas! (Heb. 10:24, 25.)
Las reuniones siempre han sido parte integral de la adoración
cristiana. En ellas nos animamos unos a otros, recibimos instrucción y
consejos, y sobre todo, damos culto a nuestro Padre Jehová ofreciéndole
oraciones y alabanzas que son gratas a sus ojos y al mismo tiempo
contribuyen a nuestra edificación. ¡Nunca descuidemos estas ocasiones
tan sagradas! (Heb. 10:24, 25.)
19-21. a) ¿Qué aprendemos de que
Dios permitiera a Pedro desempeñar un papel activo en la congregación?
b) ¿Por qué había que reemplazar a Judas, y qué nos enseña la forma en
que se atendió este asunto?
Dios permitiera a Pedro desempeñar un papel activo en la congregación?
b) ¿Por qué había que reemplazar a Judas, y qué nos enseña la forma en
que se atendió este asunto?
19 En
aquel tiempo, los seguidores de Cristo tuvieron que atender un
importante asunto de organización, y fue Pedro el que tomó la iniciativa
(Hech. 1:15-26).
¡Qué alentador ver el progreso de este apóstol, sobre todo teniendo en
cuenta que unas semanas antes había negado a su Señor! (Mar. 14:72.)
Dado que todos estamos sujetos al pecado, necesitamos recordarnos
constantemente que Jehová es bueno y está listo para perdonarnos si nos
arrepentimos de corazón (Sal. 86:5).
aquel tiempo, los seguidores de Cristo tuvieron que atender un
importante asunto de organización, y fue Pedro el que tomó la iniciativa
(Hech. 1:15-26).
¡Qué alentador ver el progreso de este apóstol, sobre todo teniendo en
cuenta que unas semanas antes había negado a su Señor! (Mar. 14:72.)
Dado que todos estamos sujetos al pecado, necesitamos recordarnos
constantemente que Jehová es bueno y está listo para perdonarnos si nos
arrepentimos de corazón (Sal. 86:5).
20 Pedro
entendió que se debía buscar un sustituto de Judas, quien había
traicionado a Jesús. Pero ¿a quién? Como indicó el propio Pedro, el nuevo apóstol debía haber acompañado a Cristo durante todo su ministerio y haber sido testigo de su resurrección (Hech. 1:21, 22). Aquello encajaba muy bien con esta promesa de Jesús: “Ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel” (Mat. 19:28).
Por lo que se ve, Jehová tenía el propósito de que las “doce piedras de
fundamento” de la Nueva Jerusalén fueran doce apóstoles que hubieran
seguido a Jesús durante su ministerio terrestre (Rev. 21:2, 14).
De modo que permitió a Pedro comprender que la siguiente profecía debía
cumplirse en el caso de Judas: “Su puesto de superintendencia tómelo
otro” (Sal. 109:8).
entendió que se debía buscar un sustituto de Judas, quien había
traicionado a Jesús. Pero ¿a quién? Como indicó el propio Pedro, el nuevo apóstol debía haber acompañado a Cristo durante todo su ministerio y haber sido testigo de su resurrección (Hech. 1:21, 22). Aquello encajaba muy bien con esta promesa de Jesús: “Ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel” (Mat. 19:28).
Por lo que se ve, Jehová tenía el propósito de que las “doce piedras de
fundamento” de la Nueva Jerusalén fueran doce apóstoles que hubieran
seguido a Jesús durante su ministerio terrestre (Rev. 21:2, 14).
De modo que permitió a Pedro comprender que la siguiente profecía debía
cumplirse en el caso de Judas: “Su puesto de superintendencia tómelo
otro” (Sal. 109:8).
21 ¿Cómo se hizo la selección? Echando suertes (Pro. 16:33).
Aunque la toma de decisiones mediante sorteo era habitual en tiempos
bíblicos, es la última vez que las Escrituras mencionan su utilización
para este fin. Todo indica que cayó en desuso cuando se derramó el
espíritu santo. Fijémonos, no obstante, en la razón por la que se empleó
en este caso. Los apóstoles elevaron una oración en la que dijeron:
“Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos, designa cuál de
estos dos hombres has escogido” (Hech. 1:23, 24).
Así que lo que ellos pretendían era dejar la decisión en manos de
Jehová. El que resultó elegido para formar parte del grupo de “los doce”
fue Matías, probablemente uno de los 70 discípulos enviados por Jesús a
predicar (Hech. 6:2).*
Aunque la toma de decisiones mediante sorteo era habitual en tiempos
bíblicos, es la última vez que las Escrituras mencionan su utilización
para este fin. Todo indica que cayó en desuso cuando se derramó el
espíritu santo. Fijémonos, no obstante, en la razón por la que se empleó
en este caso. Los apóstoles elevaron una oración en la que dijeron:
“Tú, oh Jehová, que conoces los corazones de todos, designa cuál de
estos dos hombres has escogido” (Hech. 1:23, 24).
Así que lo que ellos pretendían era dejar la decisión en manos de
Jehová. El que resultó elegido para formar parte del grupo de “los doce”
fue Matías, probablemente uno de los 70 discípulos enviados por Jesús a
predicar (Hech. 6:2).*
22, 23. ¿Por qué debemos aceptar la autoridad y acatar la dirección de los hermanos que sirven al frente de las congregaciones?
22 Este
suceso subraya la importancia de la organización dentro del pueblo de
Dios. Hoy, como ayer, se necesitan más superintendentes en las
congregaciones. Pero antes de recomendar hombres responsables, el cuerpo
de ancianos pide a Dios la guía de su espíritu y se asegura de que
reúnan las condiciones exigidas en la Biblia. Por eso, reconociendo que
los hermanos que llegan a ser ancianos han sido nombrados por espíritu
santo, aceptamos su autoridad y acatamos su dirección. Así contribuimos a
que reine en la congregación una actitud cooperativa (Heb. 13:17).
suceso subraya la importancia de la organización dentro del pueblo de
Dios. Hoy, como ayer, se necesitan más superintendentes en las
congregaciones. Pero antes de recomendar hombres responsables, el cuerpo
de ancianos pide a Dios la guía de su espíritu y se asegura de que
reúnan las condiciones exigidas en la Biblia. Por eso, reconociendo que
los hermanos que llegan a ser ancianos han sido nombrados por espíritu
santo, aceptamos su autoridad y acatamos su dirección. Así contribuimos a
que reine en la congregación una actitud cooperativa (Heb. 13:17).
23 Ciertamente,
las apariciones de Jesús y las sabias decisiones en materia de
organización animaron y fortalecieron a los discípulos. Habían quedado
bien preparados para el suceso trascendental que analizaremos en el
próximo capítulo.
las apariciones de Jesús y las sabias decisiones en materia de
organización animaron y fortalecieron a los discípulos. Habían quedado
bien preparados para el suceso trascendental que analizaremos en el
próximo capítulo.
[Notas]
En el Evangelio,
Lucas llama a su destinatario “excelentísimo Teófilo”, lo que tal vez
indique que se trataba de un hombre ilustre que aún no era creyente.
Pero en Hechos es llamado “Teófilo” a secas, sin títulos honoríficos.
Algunos estudiosos creen que después de leer el Evangelio abrazó el
cristianismo, y por eso Lucas se dirige a él como hermano espiritual.
Lucas llama a su destinatario “excelentísimo Teófilo”, lo que tal vez
indique que se trataba de un hombre ilustre que aún no era creyente.
Pero en Hechos es llamado “Teófilo” a secas, sin títulos honoríficos.
Algunos estudiosos creen que después de leer el Evangelio abrazó el
cristianismo, y por eso Lucas se dirige a él como hermano espiritual.
Este pasaje no usa el término griego morfé (“forma”), sino trópos (“manera”).
Con el correr del tiempo, Pablo fue designado “apóstol a las naciones”, pero nunca formó parte del grupo de los doce (Rom. 11:13; 1 Cor. 15:4-8). Ese privilegio escapaba a su alcance, pues él no había seguido a Jesús durante su ministerio terrestre.
[Ilustración de la página 19]
Aceptamos la autoridad y acatamos la dirección de los superintendentes cristianos
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