viernes, 9 de diciembre de 2016

Oraciones para dejar de ser gay

Oraciones para dejar de ser gay



Oraciones para dejar de ser gay




Dos décadas después de que la
homosexualidad dejara de considerarse una enfermedad, aún hay clínicas
en España que ofrecen 'curas' a esta orientación sexual .
"Evidentemente,
no se puede curar la homosexualidad. Estas terapias suponen mala praxis
y están desautorizadas. Causan trastornos depresivos, conductas
autodestructivas, ansiedad y pueden derivar en el suicidio", afirma la
psicóloga Silvia Morell.
“Es un error tratar algo que no es una
enfermedad psiquiátrica, debería ser un delito. Se ha demostrado que
nada de esto funciona".

Diez Padres Nuestros y diez Aves Marías.
75 miligramos de Ludiomil diarios y otros 20 de Dogmatil. Àngel Llorent
se sometió durante 10 años a este tratamiento para dejar de ser gay.
"Tenía que rezar si veía a un chico guapo en la calle", explica este
catalán que quería ser heterosexual porque creía que estaba enfermo.
Dejó su trabajo y a sus amigos. Cambió de vida. Por un tiempo fue un ex
gay. No funcionó. Intentó suicidarse.
La cura, que le aplicaron hace una
década, también consistía en tener sexo con mujeres y no ver
pornografía. Àngel lo dejó y ahora es lo que se llama un ex ex gay y
trabaja contra las terapias reparativas que curan la homosexualidad.
"Busqué un psiquiatra particular de la comunidad evangélica de Barcelona
porque no me aceptaba. En las consultas intentaba reafirmar mi
masculinidad pero al no tener efecto empezó a medicarme para bajar mi
libido. Era una castración química", cuenta Àngel, miembro de la
Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas de Cataluña.
La denuncia de que la Policlínica
Tibidabo en Barcelona ofrece pastillas y tratamientos a sus pacientes
para dejar de ser gays ha reabierto la polémica sobre una opción
descartada en 1973, cuando los científicos rechazaron esta inclinación
como trastorno psicológico. "Evidentemente, no se puede curar la
homosexualidad. Estas terapias suponen mala praxis y están
desautorizadas. Causan trastornos depresivos, conductas
autodestructivas, ansiedad y pueden derivar en el suicidio", afirma la
psicóloga Silvia Morell.
A pesar de que la Organización Mundial
de la Salud excluyó la homosexualidad como enfermedad en 1990, el
movimiento ex gay en todo el mundo ofrece la cura al considerar que se
trata de algo tratable, que hace "infeliz" a quien la sufre.
El año
pasado, la Asociación Americana de Psicología condenó estas terapias,
que cobran hasta 80 euros por sesión, por ineficaces. No existe ninguna
evidencia científica que demuestre que sea posible cambiar la
orientación sexual. El Ministerio de Sanidad español no tiene registros
oficiales sobre las clínicas que practican el método. Además, muchas son
aplicadas en centros religiosos privados.
Como Tibidabo, actualmente investigada
por la Consejería catalana de Sanidad, existen otras clínicas que
ofrecen el camino a la heterosexualidad en España, según Miguel
González, presidente del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y
Bisexuales de Madrid: "Sabemos de muchos casos de personas que se
someten a estos tratamientos y después se arrepienten, pero no
denuncian. Es un error tratar algo que no es una enfermedad
psiquiátrica, debería ser un delito. Se ha demostrado que nada de esto
funciona".
Marc Orozko es un caso de terapia sin
religión. Un tratamiento similar al del perro de Pavlov, que trata de
asociar estímulos positivos a lo heterosexual y negativos a lo gay.
Durante un año se trató en la clínica Dexeus, en Barcelona. Tenía 20
años y su terapeuta le recomendaba masturbarse pensando en mujeres.
También le obligaba a ponerse una goma en la muñeca y tirar de ella cada
vez que pensara en un hombre para así relacionar la figura masculina
con el dolor. Esto se conoce como terapia aversiva conductual. "Tenía
que castigarme o premiarme", recuerda Marc, que recibió tratamiento
durante un año a finales de los noventa y afirma que a raíz de él tuvo
efectos secundarios como obsesiones, inseguridades y conflictos para
relacionarse.
En España no hay grupos de ex gays
establecidos oficialmente. En EE UU existe Exodus International, basado
en la religión y la abstinencia para "disminuir las tentaciones
homosexuales, corrigiendo estilos distorsionados de relacionarse con el
sexo opuesto", según su web. La organización defiende que "la
reorientación de la atracción del mismo sexo no es necesaria, pero es
posible".
Hay centros similares en muchos países.
Malena Mattos se acogió al programa, dejó de ser lesbiana y ahora
imparte "terapias reparativas" en Perú. Define su trabajo como
"teoterapias", basadas en la Biblia. "La homosexualidad no es mala. Hay
gente que vive bien aunque siempre tendrá un problema. Existe una
alternativa para quien no es feliz así. La homosexualidad no es una
opción de acuerdo con las Escrituras. Dios ha hecho hombres y mujeres,
no ha hecho un tercer sexo".
José L. se sometió hace tres años un
tratamiento laico en una clínica de Madrid. Acudía a terapia una vez por
semana e iba a retiros con otros ex gays. "Fue terrible. Me lavaron el
cerebro. Yo creía que estaba enfermo y sentía culpa", cuenta José, que
pide mantener el anonimato. Este abogado de 35 años siguió las teorías
de Aquilino Polaino, el experto de la Universidad Complutense que en
2005 fue invitado por el PP al Senado para explicar los daños que pueden
causar a los hijos las parejas gays. Polaino, a quien este periódico
intentó contactar pero se encuentra de viaje por México, defiende las
"terapias reparativas" y considera que la homosexualidad surge entre
hijos de familias disfuncionales. La psicóloga Patricia M. Peroni, que
no accedió a una entrevista, y Jokin De Irala, de la Universidad de
Navarra, han escrito libros y ofrecen conferencias en las que afirman
que la homosexualidad puede revertirse.
Las tres personas citadas que estuvieron
en terapia tardaron años en ver que no podían dejar de ser gays. Àngel
Llorent concluye: "Con el tiempo todo se iba agravando. Mucha gente
termina suicidándose. Me decían que estaba enfermo y que era una
disfunción psicológica que se podía arreglar. Ahora veo que no es cierto
y que no hago nada malo".

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